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Pasado ya un año su estancia en la Casa de atrás, Ana se hizo verdaderamente amiga delhijo de
la familia Van Daam, la verdad esque Ana se enamoró de él y ella era correspondida, y lamayoría de
las noches se las pasaban en la habitación de Peter, que así se llamaba el chico,mirando por la
ventana las estrellas y la luna, dados de la mano, esos fueron los momentos másfelices de Ana, de la
estancia en la Casa de atrás. Durante su estancia allí, entraron unos ladrones a robar a las
oficinas y les dieron a losrefugiados un susto de muerte, porque se pensaron que los de la Gestapo
(la policia alemana),les habían encontrado, pero no era así, eran ladrones y se dieron cuenta cuando
al verlos aellos, los ladrones salieron corriendo, ellos sabían que estaban igual de
asustados que losladrones, pero que los ladrones los habían tomado como juardias de seguridad o
personal delalmacen. Pero al final, los ocho escondidos, y dos de sus complices, fueron
descubiertos por losnazis alemanes, a los ocho judios, les enviaron a campos de concentración, y
estuvieron muchode tiempo de campos en campos de concentración, sin embargo dos de
sus complices sesalvaron y otros dos fueron arrestados y más tarde encarcelados, al cabo de poco
tiempo lodejaron salir, mientras que a los judios después de tener de un campo de concentración a
otro, alos que sobrevivían los metían en cámaras de gas, hasta que se axfisiaban. Ana Frank
murió en un campo de concentración por el norte de Alemania, junto a suhermana Margot.
Las dos murieron a causa de las malas condiciones de higiene. El único de losocho refugiados que
logró escapar del campo de concentración y huir lejos de allí, fue el padrede Ana, Otto Frank que fue
quien al cabo de un tiempo regresó a la buhardilla a por los objetosque habían dejado allí, y encontró
el diario de su hija, y como Ana siempre le estaba diciendoque cuando saliese le iba a publicar, y
además le serviría como enfoque para hacer un libro,decidió llevarle a una imprenta para publicarle,
para que todo el mundo se diese cuenta a travésdel testimonio de una niña de las barbaridades que
estaban haciendo los nazis alemanes con losjudios en Holanda. OPINIÓN PERSONAL Mi opinión
sobre el libro, es que me parece una injusticia lo que los alemanes haces con losjudíos, ya que son
personas normales como ellos, y lo tratan como animales, los meten encampos de concentración,
sin higiene, sin comida, y si lo resisten, lo meten en cámaras de gas,para deshacerse de ellos, esos me
parece una barbaridad por su parte. Por otro lado el libro si que me ha gustado, porque la
mayoría de los libros tienen eltestimonio de la persona que vence, o que sale ganado, sin embargo
en este libro, como es unhecho real, lo cuentan los oprimidos y los que al final salen perdiendo y a
los que al final matan. Por otra parte el libro me ha parecido fácil de leer, pero en ocasiones
monotono y aburrido,sobre todo los días que cuenta, lo que comen, cenan, el dinero que se gastan
en la comida y loque les cuesta cada cosa, pero eso se comprede ya que era el diario de una niña que
estabaencerrada en una buhardilla y no tenía contacto con el esterior, solo se enteraba de noticias
através de una radio. ------------------------------------------
0------------------------------------------------------------------1. Biografía del autor: Víctima alemana de
la violencia nazi, nacida en Frankfurt del Main el 12 de Junio de 1929.Tenía una hermana, Margot,
tres años mayor. Tanto ella como su familia, que eran judíos,abandonan la Alemania Nazi
en 1933 y se establecen en Amsterdam, Holanda, donde su padrefue nombrado director de la Travies
N. V., firma asociada con Kolen & Cía.
En 1942, se ocultaron, junto con otros 4 exiliados, en las habitaciones traseras y aisladasde un
edificio de oficinas para evitar ser arrestados por las fuerzas de ocupación alemanas. Ellugar de su
escondite fue descubierto en 1944 y todos fueron detenidos. Ana falleció en elcampo de
concentración de Bergen Belsen en menos de un año (1945). El Diario que escribiódurante la época
que pasó en Holanda, en el que describe con humor y ternura sus penososaños de reclusión, se
encontró en su refugio. Se publicó en 1947 y fue adaptado el teatro en1956 por Frances Goodrich y
Albert Hackett, y al cine, en 1959, por George Stevens
Warisatt Wawan Chamapa, “con el esfuerzo de los hijos de Warisata” y Takke Jakken utapa, la “Casa
de Todos”, en lengua aymara, son las frases con la que, en el frontis de su estructura principal, la
primera normal de maestros rurales de Bolivia recibe a sus visitantes. Fundada en 1931 por la dupla
indígena/mestizo Avelino Siñani/Elizardo Pérez, esta escuela, situada en la zona de Warisata, en el
ambiente gris del altiplano y próxima al Lago Titicaca, albergó un proyecto de emancipación indígena
que, en aquél entonces, Frank Tannenbaum reconoció como “la más boliviana de las creaciones”
(Tannenbaum, 1931)
Siendo esto así, la Escuela-Ayllu de Warisata trajo a cuenta un paradójico proyecto educativo relativo
tanto a la constitución del Estado-Nación, basado en las mediaciones socioculturales y políticas
donde tienen lugar “camaraderías horizontales” de l“comunidad imaginada” (Anderson, 1991), como
en el “transcurrir de la existencia” que le es propia a la sociedad agraria, donde la colectividad ejerce
el oficio pedagógico, en el marco en el que hombres y mujeres tienen a la tierra como su “laboratorio
natural” (Gellner, 1989; Marx, 1999). La “espléndida floración” de la Escuela-Ayllu se debía, pues, a
que no buscaba violentar la mentalidad indígena ni “colocarla en una situación de estupor” y, en
cambio, ponerla a tono con “la vida misma” de la que por primera vez el indio era “dueño y señor”
(Pérez, 1934). Así como ello, también recreaba en el horizonte de los indios una nueva disposición
hacia el destino de la nación boliviana, que, al decir de uno de ellos, sólo sería “grande” si no se
olvidaba de los indios, “desparramados” a lo largo y ancho de su territorio, “sin que una luz los
ilumine” (en Pérez, 1934). Edificada sobre tradiciones culturales alrededor de la organización del
ayllu1 , su organum encontró cobijo en la ulaka o Consejo de Amautas, desde donde se daba
dirección a la escuela en su relación con la comunidad y el entorno. Por eso también se llamó
Escuela-Ayllu, alrededor de la cual germinó un proceso de autodeterminación que llegó a adquirir
proyecciones generales, expandiéndose hacia los valles del centro del país, el sur e incluso hacia la
selva amazónica de Bolivia (Pérez, 1962: 83). Dicho esto, la escuela tenía su sustrato más hondo, por
un lado, en el proyecto emancipatorio que lleva incorporado el trabajo cuando se sostiene en la
concretitud, es decir, en la relación directa entre concepto y realidad, según la cual la “subjetividad
se objetiviza” y donde “la conciencia cumple un papel primario en la fijación del fin a realizar”
(Lukács, 2004: 22-27). Por otro lado, sus instituciones estaban volcadas a la autoridad del pasado,
encarnada en la experiencia de los más viejos, de los amautas, lo que incorporaba en su quehacer un
sentimiento de identidad entre pasado y presente, propia de las sociedades pre-figurativas (Mead,
1997) Sobre esa base, Warisata concibió una forma suprema de educación basada en la escuela del
trabajo productivo, aquella que se autoabastece por el taller y la tierra, dejando establecido que la
peculiar organización del trabajo colectivista en los Andes, y sus consecuentes expresiones culturales,
fueron un brote de las necesidades, por lo tanto donde era impensable otra forma de vida que no
fuera colectiva y no se sostuviera por la “ley del esfuerzo”. Recogiendo ello, Elizardo Pérez señala que
“…en Warisata el indio es un ser humano. En sus arcadas amplias y hermosas se pasea, dueño y
señor de su cultura, de su pensamiento, de su espíritu. No existe en el recinto severo más disciplina
que la instituida por el voto común de sostener la obra, de vivificar la escuela” (Pérez, 1934). Por eso,
“…el indio, al realizar esta obra, no ha hecho sino obedecer sus hábitos ancestrales de trabajo
cooperativo” (Pérez, 1934).a
(Santiváñez, Cochabamba, 1860 - Buenos Aires, 1947) Empresario minero
boliviano que fue uno de los grandes barones del estaño y probablemente la
figura más destacada en el ámbito de las grandes compañías mineras que
dominaron la economía boliviana durante buena parte del siglo XX.
Un Imperio en Bolivia
En 1918 se casa con Käthe Rosenbaum con quien en 1919 regresa una vez más a América del Sur. En
1920 nace su hijo Gerardo Hochschild Rosenbaum.
Desde que era estudiante escuchaba de Simón Patiño y la fortuna que acumulaba por la venta de
estaño y en 1922 Hochschild se traslada a Bolivia, en 1924 fallece su esposa de tuberculosis.
Durante las siguientes dos décadas, Hochschild construyó un imperio económico en Bolivia en torno
a la explotación minera y el comercio del estaño. Su imperio se extendía desde el Perú hasta Chile. La
década de 1930 vio el apogeo de la influencia económica y política del Grupo Moritz Hochschild.
El Schindler de Bolivia
En 1938, utilizando su influencia con Germán Busch (presidente militar de Bolivia de 1937 a 1939),
Hochschild empujó a Bolivia a abrir sus puertas a los refugiados judíos de la Alemania de Hitler.
Aproximadamente 9,000 fueron admitidos. Hochschild también financió el transporte de los
refugiados y sus viviendas una vez que llegaron al país sudamericano. Los periódicos lo han llamado
“Schindler de Bolivia”.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue un proveedor de estaño y otros materiales para las fuerzas
aliadas.
Tanto en 1939 como en 1944, Hochschild fue arrestado por el gobierno boliviano y sentenciado a
muerte. Solo dos semanas después de la liberación después de su arresto en 1944, fue capturado y
secuestrado durante dos semanas. Después de que fue liberado, salió de Bolivia y nunca regresó.
En 1951, los Hochschilds donaron la mayor parte de su fortuna al Fondo y Fundación Hochschild. En
el año siguiente, el Grupo Moritz Hochschild fue nacionalizado durante la Revolución Nacional
Boliviana.
"CARLOS VICTOR ARAMAYO, BARÓN DEL
ESTAÑO, NIETO DEL PATRIARCA DE LA PLATA POTOSINO NACIDO EN MORAYA JOSE AVELINO
ARAMAYO QUIEN AMASO SU FORTUNA CON SUS MINAS DE PLATA DEL CERRO RICO DE POTOSI Y DE
LOS CHICHAS, CARLOS ARAMAYO FUE PROPIETARIO DE LAS MINAS DE ESTAÑO DEL SUR DE POTOSI
EN LOS PUEBLOS MINEROS DE ANIMAS, CHOROLQUE, TASNA, QHECHISLA Y OTRAS,
CONVIRTIENDOSE EN EL TERCER HOMBRE MAS RICO DE BOLIVIA EN EL SIGLO XX"
"Carlos Victor Aramayo baron del estaño con sus minas en el departamento de Potosi ubicadas en
Animas, Chorolque, Tasna y Quechisla, nieto del magnate potosino Jose Avelino Aramayo patriarca
de la plata, es reconocido como el tercer hombre mas rico de Bolivia a principios del siglo XX, fue
Presidente de la delegación boliviana ante la Liga de las Naciones por el tema marítimo.
Nació en 1889 y murió en 1981 en París (Francia). A los ocho años fue matriculado en la escuela
preparatoria de Kensington, barrio residencial londinense. Desde 1901, hasta 1908, fue alumno
interno del colegio Beaumont, donde recibió formación humanística. A los 19 años de edad se
matriculó en Oxford, donde permaneció dos años (hasta 1910, no terminó de graduarse). Su padre lo
preparó para regresar a Bolivia, y a él le impresionaron estas palabras: “Cuando hayas concluido tus
estudios en Londres tendrás un cargo aquí, en la Compañía”.
En efecto, firmó su primer contrato, con el salario de 30 libras esterlinas por mes.
Industrial minero (ubicado en el tercer anillo de la cadena de tres generaciones de mineros), hijo de
Félix Avelino Aramayo Vega, fue gerente en Quechisla, de la compañía británica 'Aramayo, Francke
Mines Ltd.'. Entre 1916 y 1922, incursionó en la política. Controló el capital de, La Razón, la empresa
periodística más moderna y prestigiosa del país, en su época.
Muchos decían que, para Carlos Víctor Aramayo, más importante que sus negocios mineros era la
circulación de “La Razón” y celebraba cualquier elogio a su diario. Probablemente, el día más feliz de
su vida fue cuando recibió el premio María Moros Cabbott, en 1946. En su discurso de
agradecimiento, en Nueva York, recalcó que el éxito era de su personal, que trabajaba en el periódico
durante casi tres décadas.
Un día de 1917, conoció a María Renée Tuckerman, en la casa de una amiga de su familia, Elena
Dorado de Peró, en Buenos Aires. Su futura esposa era francesa, como él, quedó huérfana de madre
y al cuidado de su tía Elena. La boda se efectuó en Buenos Aires, el 27 de julio de 1918.
En 1925, la firma 'Guggenheim Brothers', de Nueva York, descubridora de las minas de cobre de
Chuquicamata, en el antiguo litoral boliviano, propuso a Félix Avelino la compra de Chocaya; y éste
difirió la decisión hasta consultar con su hijo Carlos Víctor, quien se opuso. Su padre aceptó esa
posición; pero, con la condición que asuma la presidencia de la empresa familiar.
Ese año, Carlos Víctor, fue designado presidente de la 'Compañía Aramayo de Mines en Bolivie';
nueva razón social de la empresa, con sede en Ginebra (Suiza).
Carlos Víctor Aramayo, continuó el laboreo minero en lugares que sus antepasados trabajaron, y era
el alma y nervio de las empresas, de: Tatasi, Portugalete, Chocaya y el famoso Chorolque. Con su
fortuna adquirió minas de gran importancia en Sud Chichas, Esmoraca. Consta en la aduana de
Uyuni, que pagó por exportaciones de wólfram, más de medio millón de bolivianos en un año; lo que
significaba un aporte importante a las arcas de la nación.
Escribió un folleto sobre el estado de la minería boliviana, donde vaticinó su decadencia en el futuro
si la gran minería fuese estatizada. Junto con Mauricio Hochschild, invirtió en una empresa
agropecuaria en Santa Cruz, la 'Compañía del Oriente', para suministrar buena alimentación a los
trabajadores mineros (la cual también fue expropiada en 1953). Por otro lado, las relaciones
Aramayo-Patiño, fueron siempre cordiales, aunque algo distantes. Patiño, quiso comprarle la mina
Chocaya; que, por segunda vez, Aramayo no aceptó.
Una vez que las minas de los barones fueron nacionalizadas, Carlos Víctor y su esposa María Renée,
fijaron domicilio en el quinto piso de un edificio en el boulevard Maurice Barres, en Neuilly-sur-Seine,
suburbio residencial de París (cerca del bosque de Boulogne). Allí vivieron su largo exilio. Carlos
Víctor, seguía dirigiendo sus negocios, contando con el apoyo de sus fieles colaboradores: Hohn
Ribon y Gastón Arduz; y su secretaria, Hilda Fairthlough. Mantenía buenos contactos con Leonardo
Montero (abogado); y con Charles Bowers y Claude Kemper (ingenieros de la ex-compañía); y con
Guillermo Gutiérrez Vea Murguia, su amigo de marras".