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El Valor de la Relajación para el orador.

Importancia.
La importancia de la relajación consiste, en primer lugar, en lo que producen en
el orador. Unos pocos y modestos ejercicios de respiración generarán en la
persona un estado interno de quietud, la sensación de orden, de armonía, de
equilibrio y calma. Producirán la sensación de que todo está acomodado,
posibilitando sentirse libre de ataduras. Estos estados internos (quietud,
armonía, equilibrio, calma y blandura) se traducirán en su postura física y en su
imagen corporal general. Lo que el auditorio ve en primera instancia es este
reflejo externo de aquellos estados internos. Este beneficio es algo que se
puede apreciar objetivamente. La manifestación externa de esa quietud será
“vista” por “ojos físicos” de las personas del auditorio. Lo captarán con sus
retinas y así el auditorio verá un orador relajado, armonioso y confiado. Pero
además, el estado interno del orador, también será “visto” por el auditorio.
Características.
La relajación no se trata solo de tranquilidad o de disfrutar de un pasatiempo.
Es un proceso que disminuye los efectos del estrés en tu mente y cuerpo.

• Disminuye el ritmo cardiaco y la presión arterial.


• Regula la respiración
• Reduce la tensión muscular, lo que contribuye a mejorar
• algunas condiciones de dolor.
• Controla la ira
• Controla el estrés.

Respiración Diafragmática.

La respiración es un proceso fisiológico por el cual los organismos vivos


toman oxígeno del medio circundante y desprenden dióxido de carbono.
Asimismo, la respiración es el mecanismo que permite que los seres humanos
puedan hablar, es decir, pronunciar vocales y consonantes que unidas forman
palabras de un determinado idioma, constituye práctica fundamental para el
dominio efectivo de la oratoria. La respiración consta de dos partes: La
inspiración (toma de aire) y la expiración (expulsión del aire) con esta última se
produce la voz. Existen dos tipos de respiración; una llamada “clavicular” y la
otra “diafragmática” o “abdominal”. La primera es la que se realiza al levantar
los hombros hinchando la caja toráxica para inhalar la mayor cantidad posible
de aire; esta respiración es buena para practicar deportes, más no así para la
oratoria. En cambio, la segunda, si es apta para la oratoria pues permite
inspirar más aire y utilizar el diafragma al momento de hablar.

Respiración diafragmática

Concepto: Consiste en tomar aire sin levantar los


hombros y llevarlo a la parte inferior de
los pulmones; esta permite el ingreso de
mayor cantidad de aire y por
consiguiente poder hablar más.
Ejercicios de Relajación. Técnicas.
1-Respiración con el diafragma

Muchas veces, el simple hecho de modificar el modo en el que respiramos hará


que se desencadenen una serie de procesos en nuestro cuerpo que harán que
la ansiedad disminuya significativamente. Esto, sumado al hecho de que las
técnicas de relajación relacionadas con la respiración son muy fáciles de
realizar, hace que la respiración diafragmática sea un ejercicio ideal para
iniciarse.

El objetivo de esta técnica es hacer que aprendas a prestar atención a tu


respiración y te entrenes para llegar a respirar de manera óptima, haciendo que
el abdomen tenga más protagonismo que el pecho.

Los pasos a seguir para realizar esta técnica son los siguientes:

• En una superficie plana mirando hacia arriba y manteniendo una


postura recta, aunque sin contraer los músculos. También puedes
sentarte en una silla haciendo que tus muslos estén paralelos y formen
un ángulo de 90 grados respecto al tronco.

• Pon la palma de una de tus manos sobre el pecho y la otra sobre tu


abdomen. Durante 20 segundos, dirige tu atención hacia cómo la
respiración hace que estas dos zonas se muevan.
• El hecho de que el pecho se mueva mucho más que el abdomen es un
signo de respiración superficial, que hace que muchas veces nos falte
oxígeno aunque no nos demos cuenta de ello.
• Durante un mínimo de 3 minutos, debes guiar tu respiración para hacer
que la mano que reposa sobre el abdomen se mueva más que la que
hay sobre el pecho. Para conseguirlo, inhala profundamente por la nariz
durante unos 5 segundos y mantén el aire en la zona del vientre durante
un par de segundos. Luego, exhala por la boca durante otros 5
segundos.

2-Meditación

Hay muchas formas de realizar meditación, pero aquí puedes ver una variante
especialmente fácil de realizar.

Para esta técnica de relajación necesitarás sentarte (que no echarte) en una


silla cómoda y empezar a seguir los pasos descritos en el ejercicio de
respiración con el diafragma. A la vez que diriges la atención hacia la
respiración, debes recitar mentalmente una frase como "me relajo", "me calmo"
o alguna otra que evoque la acción de dejar la ansiedad atrás. Puedes recitar
esta frase al final de cada exhalación.

Recuerda, además, que la meditación puede ofrecerte otros muchos beneficios.


3-Imaginación guiada

Esta técnica de relajación toma prestado el método seguido en la respiración


diafragmática pero, en este caso, tu atención se dirigirá hacia un escenario
imaginado que transmita paz y calma. Por ello, cuando quieras abordarlo es
mejor que hayas practicado antes con la respiración diafragmática, que es un
ejercicio más fácil, si bien esta técnica de relajación también es sencilla.

Los pasos a seguir son los siguientes:

• Utiliza el primer minuto para seguir las instrucciones dadas para la


respiración diafragmática. Puedes poner música relajante de fondo, o
bien utilizar grabaciones con sonido de lluvia.
• Con los ojos cerrados, imagina un entorno natural que te ayude a estar
relajado, como un jardín lleno de flores. Procura que esta imagen sea
muy vívida y detallada, de modo que capte toda tu atención mientras
sigues respirando profundamente.
• Recorre el entorno imaginado y explóralo con todos tus sentidos.
Piérdete en cada uno de los detalles de esta escena: los colores de una
flor, el tacto de las hojas, los rayos de sol en el horizonte, el sonido de
los pájaros, etc. Muévete lentamente por el escenario como si tuvieras
una ruta fijada por unos raíles.
• Al cabo de unos minutos, haz que este entorno se desvanezca
lentamente mientras tu atención vuelve a centrarse gradualmente en tu
respiración. Cuando ya no queda nada de esa imagen, abre los ojos y da
el ejercicio por finalizado.

4-Ejercicio de la relajación rápida

Esta técnica de relajación es extremadamente sencilla y está pensada para que


la uses varias veces al día. Consiste, básicamente, en que cada vez que veas un
objeto de tu elección, como un jarrón de flores de tu sala de estar o una
figurilla decorativa, realices tres o cuatro respiraciones profundas seguidas
mientras notas cómo se relajan todos tus músculos.

Aunque este ejercicio sea muy corto, conviene que durante el proceso centres
tu atención en la respiración y no te distraigas. También puedes imaginar una
imagen relajante (como una playa solitaria o un árbol en un jardín) mientras lo
haces.
5-Relajación muscular progresiva de Jacobson

Esta técnica de relajación fue desarrollada por el médico


estadounidense Edmund Jacobson en la primera mitad del siglo XX, y aún a día
de hoy es muy utilizada.

Consiste en ir relajando los grupos musculares del cuerpo de manera


progresiva, como si se tratase del recorrido de un pequeño tren imaginario. Es
un ejercicio muy útil para reducir la ansiedad relacionada con procesos físicos
como el deporte o el seguimiento de horarios estrictos. Sin embargo, hacerlo te
llevará más rato que el resto, por lo que deberías de asegurarte que dispones
de un tiempo en el que nadie te va a molestar.

Para realizar esta técnica de relajación, sigue estos pasos:

• Siéntate en un lugar cómodo, haciendo que piernas y brazos estén en


paralelo. Si decides sentarte, haz que las palmas reposen sobre tus
muslos. Puedes usar grabaciones con sonidos relajantes. Cierra los ojos.
• Dedica unos segundos a respirar profundamente con el diafragma.
• Concéntrate en las sensaciones que te produce tu pie derecho.
Visualízalo mediante la imaginación y, cuando notes que toda tu atención
está puesta en él, contrae con fuerza los músculos de esa parte del
cuerpo haciendo que tu pie se tense durante 5 segundos.
• Vuelve a hacer que todos los músculos del pie queden totalmente relajados.

Concentra tu atención en la sensación de calma que te produce esa


parte del cuerpo durante unos 20 segundos.
• Repite este proceso con tu otro pie, los gemelos y los muslos de cada
una de las piernas, tu abdomen, los pectorales, los brazos, las manos, la
espalda, el cuello, la mandíbula, la cara y el cuero cabelludo.
• Respira profundamente durante 20 segundos y abre los ojos.

6-Mindfulness

El Mindfulness se está volviendo muy popular por la facilidad en la que puede


ser adaptado a varias situaciones y, aunque practicarlo ofrece muchas ventajas,
también puede ser una excelente técnica de relajación.
Relajación.

Relajación de Rostro.
En la cara se reflejan todo tipo de emociones, por lo que presionar
ciertos puntos del rostro permite recuperar la calma si se padecen episodios
de ansiedad. Estos sencillos gestos ayudan a evitar la rigidez facial

Presionar ciertos puntos del rostro permite recuperar la calma al instante.


Primero se masajea un lado de la cara siguiendo el orden numérico y a
continuación el otro. Seguidamente intentamos percibir la diferencia entre
cómo nos sentíamos antes y después del masaje.

Estos puntos de presión son acumulaciones de nervios localizados en ciertas


partes del cuerpo, como en las sienes. De este modo, al masajearlas se
reactiva la circulación sanguínea, lo que favorece la relajación de
músculos tensados.

Aprende a relajar y estirar el rostro con estos sencillos ejercicios.

Con el rostro lo más relajado posible y los ojos cerrados, coloca el dedo
índice de la mano derecha en el punto medio entre las dos cejas y
ejerce una presión que puedas sentir lo suficiente, pero sin llegar a
sentir tensión en la mano. En ese lugar exacto se concentran muchas de las
emociones que se experimentan y que no se han permitido liberar
libremente.

Masaje en las sienes para reactivar la circulación

Coloca los dedos índice y corazón sobre cada sien, presionando suavemente
hasta llegar a sentir el pulso. A continuación, comienza a hacer
suaves movimientos circulares hacia afuera desplazando ligeramente los
dedos hacia el nacimiento del pelo. De esta manera, se ayudará a reactivar la
circulación aliviando la tensión y el dolor de cabeza.
Relajar la mandíbula

La mandíbula es una de las zonas más complicadas de relajar porque es una


de las partes donde se acumula más tensión . Una buena forma de aliviarla
y evitar contracciones que aporten rigidez al rostro es presionar
suavemente trazando círculos sobre la articulación. Otros ejercicios
eficaces consisten en abrir y cerrar la boca lentamente varías veces, llevar
la mandíbula de lado a lado o moverla hacia delante y atrás.

Relajación de Cuello y Hombros.


Ejercicios para relajar cuello, hombros y espalda.

Sube y baja los hombros muy despacio, como si quisieras que llegaran hasta
las orejas. Hazlo de forma exagerada, pero lenta. Y no dejes de respirar. 15”
Realiza giros de los hombros hacia delante y hacia atrás. No los eleves, tan solo
gíralos. De forma alternativa y simultánea. 15”
Pon los brazos en cruz. Balancea el tronco hacia los lados manteniendo los
brazos en paralelo al suelo. 15”
Eleva un brazo hacia delante y el otro hacia atrás y déjalos caer hasta el centro.
Colócate frente a una pared con las piernas algo flexionadas. Coloca las palmas
en la pared a la altura del pecho, (codos flexionados). Camina por la
pared hacia arriba para estirar la espalda y el cuello todo lo que puedas.
Relajación de Cuerpo Entero. Ejercicios.

Ejercicios simples para relajar tu cuerpo

Estirar los brazos lo más lejos posible, intentando tocar el techo con las manos.
Mantener durante 15 segundos.

Ejercitar su respiración con todo su cuerpo. Inhalar levantando los brazos y


exhalar volviendo al punto de partida. Repetir 10 veces.

Colocar las manos en la cadera y girar de izquierda a derecha. Repetir 10 veces.


Colocar una mano en la cintura y estirar la otra en sentido contrario inclinando el
torso levemente. Repetir 10 veces con cada brazo.

Tomar por debajo su brazo derecho a la altura del hombro y presionar hacia su
cuerpo. Mantener estirado durante 15 segundos cada hombro.

Sostenerse con una silla. Tomar el pie izquierdo desde el empeine, con la mano
izquierda y llevar suavemente el tobillo hacia su cuerpo durante 15 segundos.
Repetir con la otra pierna.

De pie frente a una pared se apoyar los brazos, adelantar y flexionar una pierna
dejando la de atrás bien estirada con los pies mirando al frente.

De pie, con las manos en la zona lumbar, inclinarse hacia delante y hacia atrás.
Repetir 10 veces.

Con cuello y brazos relajados llevar el tronco redondeado hacia adelante hasta
sentir una suave tensión detrás de las rodillas. Elevarse lentamente. Repetir 10
veces.

Imagen Corporal.

Manejo del Cuerpo e imagen del Orador.


“De la cara de un hombre puedo leer su carácter; si lo veo caminar, conozco
sus pensamientos” (Petronio) “El cuerpo dice lo que las palabras no pueden
decir” (Martha Graham)
Preparar el contenido de lo que se va a decir, es fundamental para quien va a
dar un discurso o realizar una presentación. Sin embargo, otro aspecto suele
descuidarse a menudo y, muchas veces, por desconocimiento de su
importancia: el lenguaje no verbal y la imagen que ofrece el orador, en pos de
hacer que ambos sean lo más positivos posible. A continuación, una pequeña y
sucinta guía al respecto:
• En relación con la gestualidad, hay una serie de posturas que siempre hará
bien en evitar mientras habla en público:
• No se cruce de brazos. Constituye lo que los estudiosos del lenguaje corporal
definen como “actitud de barrera” y el público lo lee, precisamente, en ese
sentido: infieren que está colocando una suerte de muro entre ellos y usted.
• Tampoco se ponga las manos en el o los bolsillos. Se trata de un gesto
irrespetuoso que denota despreocupación y desprolijidad. 3
• No se tome las manos por delante. El auditorio lo decodificará (aunque no sea
consciente de que lo hace) en términos de que usted experimenta inseguridad.
• Absolutamente prohibidos los “paseos” por el escenario o lugar de alocución.
Evite desplazarse de derecha a izquierda y a la inversa (trayecto más común) y
haga otro tanto con los desplazamientos hacia delante y hacia atrás.
• Evite los ademanes ampulosos, sobre todo si el ambiente es muy formal o si
el tema es lo suficientemente protocolar y/o grave. Opte por los gestos
medidos.
• Tenga en cuenta que contar con un atril le solucionará varios problemas:
podrá colocarse por detrás, eso le permitirá no sentirse tan expuesto ante el
público sin necesidad de realizar gestos inconvenientes tales como cruzar los
brazos y, además, tendrá un lugar donde colocar las manos.
Fuerza del Contacto Visual en entornos digitales.
Si hay algo que marca la diferencia en una comunicación digital es que no nos
movemos. Estamos sentados delante de una pantalla y una cámara que capta
cada uno de nuestros movimientos. ¡¡Estás sentado y no puedes moverte!!
¿Cuál es la reacción más común? Pues incomodarnos. El tiempo va
transcurriendo, las explicaciones, las preguntas y es entonces cuando sin darte
cuenta empiezas a rascarte, atusarte el pelo, tocarte la cara y un largo sinfín de
gestos que son tan cotidianos a nuestra rutina diaria que ni siquiera nos
percatamos de ello.
Hablemos de la kinesia. La kinesia sirve para entender el comportamiento
comunicativo por medio de la observación de su postura corporal, los gestos, la
expresión facial y la sonrisa. Está claro que al tener un marco tan limitado de
acción como es el de la ventana de videoconferencia es importante prestar
atención en este sentido. La forma en la que nos sentamos, la cercanía a la
cámara y un largo etc. jugará un papel primordial en la “conexión” que
establezcamos .

• La postura corporal: el sentido común nos dice que es


extremadamente importante no solo para el correcto desarrollo de la
sesión online sino para nuestro bienestar también. Indicará si estamos
atentos, interesados, cansados, etc. Una buena postura ergonómica hará
que cuando acaba la sesión (sobre todo si es de larga duración) y nos
levantemos no percibamos dolor en el cuerpo.
• Los gestos: los gestos nos definen.

Son una marca absolutamente personal. Son fundamentales cuando nos


dirigimos a través de la cámara. Sirven para reforzar la comunicación. A
veces se pueden traducir por palabras, en otras reflejan emociones o para
marcar la evolución de la conversación. Un simple gesto asintiendo con la
cabeza puede animar al participante a seguir hablando. Si inclinamos la
cabeza, el participante interpretará que algo no va bien e intentará
reconducir la conversación. Es importante evitar ciertos gestos durante la
interacción comunicativa como los mencionados anteriormente (rascarse,
tocarse la cara, etc.).

La expresión facial y la sonrisa: no pasa nada por sonreír. Sirve para decirle
a nuestros participantes que estamos cómodos y, al mismo tiempo, relaja el
ambiente. Es importante recordar que aprendemos aquello que “nos llega”.
Aquello que se acerca a nuestras emociones. Además, podemos sonreír con la
mirada. Usamos mil y un gestos cuando hablamos. El contacto visual (en
nuestro caso bastante limitado debido al uso de la videocámara) sirve para
generar ese interés en el intercambio comunicativo y poder conseguir así el
esperado feedback. Esa respuesta tan ansiada que nos permite saber que no
estamos solos en el universo, que no hablamos hacia una pantalla como tontos
y que, hay alguien escuchándonos al otro lado.
Comunicar con la Voz. Tono de Voz.
El tono, o también llamado tonía, es la sensación perceptiva que nos producen
las variaciones en la frecuencia de vibración de las cuerdas vocales. Se trata,
pues, de una cualidad subjetiva (percepción de tonos altos y bajos) que
depende de una propiedad física (mayor o menor velocidad en la vibración de
las cuerdas vocales). Es decir, cuanto mayor sea la velocidad a la que vibran las
cuerdas vocales más alta o aguda será la percepción tonal que tengamos.
Inversamente, percibiremos un tono bajo o grave cuando los movimientos de
oscilación de las cuerdas vocales sean menores.

Diversos estudios han demostrado que el tono de la voz transmite información


no lingüística, y en este sentido se los entiende como uno de los elementos
paralingüísticos. Por ejemplo, los cambios en el tono de la voz, por lo común,
junto con modificaciones de la intensidad o volumen, transmiten a los oyentes
ideas de distancias y tamaños. Un tono bajo o grave sumado a una intensidad
alta realza la sensación de cercanía, mientras que un tono alto o agudo y una
intensidad baja transmiten mejor la idea de lejanía. Los tonos altos comunican
también significados de «pequeño», «luminoso», «rápido», «frío», «delgado»,
«femenino», «alegría», «juventud» entre otros, al tiempo que los tonos bajos
evocan en el oyente sensaciones opuestas.

Escucha Empática.
Consiste en sintonizar con los sentimientos del interlocutor, en ponerse en lugar
de la persona que tiene algo que decir. Debemos escuchar con atención el
contenido emocional de los mensajes que nos quieren transmitir. Se trata de
comprender también actitudes, gestos, más allá de simples palabras. Este tipo
de escucha consideramos que es esencial para tener una buena comunicación

Técnicas para mejorar la comunicación ante una cámara.

Ser capaz de hablar con confianza delante de la cámara y dejar de lado la


ansiedad es algo que resulta antinatural a la mayoría de la gente. Incluso los
oradores más experimentados pueden sentirse nerviosos frente a la cámara.

Desde el Covid-19 el vídeo se está convirtiendo en un canal de comunicación


clave. Es necesario superar la ansiedad y aprender a hablar con confianza
frente a una cámara para tener impacto en el mundo actual dominado por las
videoconferencias.

Es útil conocer algunos consejos para hablar en público que te ayudarán a


desenvolverte mejor ante la cámara:

1. Ponte cómodo antes de hablar delante de la cámara

Para sentirse más cómodo hablando delante de una cámara es importante


elegir una ropa que te refuerza tu autoestima y que te haga sentirte bien.

Es importante elegir ropa que no sea demasiado pequeña o grande. El corte de


las camisetas o de las chaquetas tiene que estar adecuado a la morfología del
orador. Si la ropa está demasiado pequeña y ajustada a nuestro cuerpo, vamos
a sentirnos incómodos y eso va a tener consecuencias sobre nuestro lenguaje
corporal. Si al revés tenemos una camiseta con las mangas que cubren una
parte de la mano, seguramente no vamos a hacer gestos.

Las mujeres tienen la oportunidad de maquillarse ligeramente para resaltar la


mirada, y la boca con un poco de maquillaje. Un labial discreto también está
recomendado. Delante de una cámara hay que evitar camisetas con rayas o
estampados. Para favorecer una buena imagen es aconsejable poner una luz
detrás del ordenador.

2. Prepárate con antelación

Es importante ubicarse delante de manera que no se vea solamente la cara,


está mejor que se vea por lo menos un plano hasta debajo del pecho.

Otras cosas que pueden ayudar a que te sientas cómodo son: mantenerte
hidratado, hablar de los temas que te apasionan, preparar un guión y limitar el
número de distracciones a tu alrededor.
Si es posible, trata de programar tus reuniones de vídeo o las grabaciones de
vídeo para una hora del día en la que te sientas mejor. Si estás grabando un
vídeo, date mucho tiempo. Nada te hará parecer más estresado ante la cámara
que sentirte presionado. Date más tiempo del que crees que necesitarás.

3. Respira y relájate para reducir la ansiedad de actuación

Antes de la reunión dedica 10 minutos para relajarte y concentrarte. Haz


algunas respiraciones largas, cierra tus ojos y relaja tu cuerpo. Piensa que vas a
disfrutar de este momento y del público que te va a escuchar. Después de este
momento de relajación concéntrate en el tema que vas a tratar.

Arranca tu presentación con una energía positiva (voz potente) y marca pausas
cortas y largas para que el público te escuche sin esfuerzo.

4. Controla tu lenguaje corporal y verbal

Tu lenguaje corporal transmite tu nerviosismo.

Se debe vigilar:

· Sentarse derecho con una postura erguida.

· Anclar los pies en el suelo.

· Hacer contacto visual con la cámara.

· Hablar con una voz más alta de lo normal para transmitir energía y
ganas.

· Sonreír en el “Buenos días”.

· Separar tus brazos y hacer gestos para evitar brazos cruzados o manos
juntas en la mesa (gestos de protección) o manos juntas.

Se debe evitar:

· Hablar con un bolígrafo en la mano.

· Cruzar los pies debajo de la silla.

· Cruzar las piernas.

· Mover la cabeza fuera del marco.


· Mirar la mesa o el ordenador.

· Tocarte el pelo hablando o el anillo de compromiso.

· Hacer gestos dando golpes en la mesa.

· Estar apoyado en el respaldo de la silla dejando caer tu cuerpo hacia


atrás.

· Estar apoyado en la mesa con los brazos cruzados y los hombros


encogidos.

5. Preparar la estructura de tu reunión

Tienes que arrancar tu reunión definiendo cual es el objetivo.

Frases para explicar el contexto actual (no más de 3 frases).

Frases para aportar soluciones y definir acciones. Enfócate en el “Cómo


solucionar”. más que en el “Por qué”.

Frases de convicción, motivación, complicidad.

Despedida.

1. Visión positiva de tu público

Debes tener una visión positiva de tus interlocutores.

Si disfrutas de este momento compartido con ellos, ellos lo disfrutaran


también.

Técnicas de lenguaje corporal al hablar en Público.

Cada vez que te ves en la necesidad de hablar en público tú tienes que asumir
el rol de líder. Ya sea que te guste o no, que te produzca pánico o placer. El
punto es que, durante tu presentación, eres tú quien lleva el mando.

En ese momento, justo después de que alguien hace una introducción a tu


participación, es cuando tú adquieres el control. Desde el primer segundo
necesitas transmitir autoconfianza y seguridad con tu lenguaje corporal y con
tus gestos al hablar en público.

Recuerda que tú eres responsable de la conexión que logres crear con tu


público mientras haces tu presentación.

Pero sobre todo tú debes mostrar que tienes el control sobre ti mismo, sobre
tus pensamientos, tus emociones y los movimientos y gestos que haces con tu
cuerpo.

1. Entrega tu discurso o presentación de pie.

Siempre y cuando te sea posible, el estar de pie conlleva una presencia mucho
más imponente que hablar desde una posición en la que estás sentado. Al estar
de pie evita cruzar tus piernas, mecer tu punto de apoyo de una pierna a la
otra, o dar pasos hacia adelante, atrás o los lados, porque a todo esto se le
conoce como bailar de nervios.

Mejor adopta una postura sólida, pero natural. Una postura sólida se obtiene
cuando plantas tus pies al piso firmemente, abiertos a lo ancho de tus hombros,
mientras mantienes una posición erguida, con la barbilla ligeramente levantada,
mirando hacia el frente. Esa posición enviará el mensaje a tu público de que tus
ideas y tus palabras tienen buenos cimientos.

2. Mantén tus brazos a tus costados.

Parte de la posición base que nosotros promovemos, se complementa cuando


además de mantener una postura de pie sólida, te aseguras también de
mantener tus brazos extendidos de manera natural a tus costados. Al hacer
esto lograrás evitar los errores más comunes del lenguaje corporal, que son
cruzar los brazos, juntar los dedos, meter las manos a los bolsillos, o
entrelazarlas al frente o atrás de ti. Estas posturas restan dinamismo y apertura
tanto a tu imagen como a tu discurso.

Mejor mantén tus brazos a tus costados evitando crear barreras entre tu
público y el mensaje que les quieres transmitir. La apertura que se crea con
esta postura, también te permite utilizar tus manos y brazos para enfatizar
palabras o frases estratégicas de tu mensaje durante momentos clave de tu
presentación, enviando el mensaje de que eres una persona auténtica y segura
de sí misma.

3. Sí tienes que hablar sentado, siéntate derecho e inclínate un poco


hacia adelante.
Debido a limitaciones técnicas, de espacio o de logística, tarde o temprano te
tocará hacer una presentación o participación sentado. De no corregir tu
posición, podrías hundirte en el asiento y hablar desde una postura que envía
un mensaje visual de que no tienes interés ni entusiasmo por crear una
conexión significativa con tu audiencia.

En cambio, al sentarte derecho e inclinarte ligeramente hacia el frente, estarás


mostrando el interés genuino que sientes por conectar significamente con tu
audiencia y lograrás que ellos se vuelvan más receptivos y abiertos a las
palabras que llevan tu mensaje.

4. Aduéñate del escenario.

Caminar de un lado a otro sin sentido en el escenario, es tan malo como


quedarte anclado a la misma posición y al mismo lugar a todo largo de tu
presentación. Por eso es muy importante que domines esta técnica de cómo
moverse en el escenario al hablar en público. Evita caminar hacia atrás, ya que
esto puede interpretarse como una señal de que te estás retractando de tus
palabras.

La manera correcta de hacerlo es aprovechar la pausa de silencio que haces al


pasar de un punto a otro para dar un par de pasos laterales que te permitan
hacer sentir incluidas a las personas que se encuentran a los lados del
auditorio, a esto se le llama: moverse con un propósito.

5. Crea y mantén el contacto visual con tu público.

Evita mirar al piso o al techo para recordar tus ideas, porque esto puede
distraer a tu público, también evita leer las diapositivas que muestras en la
pantalla o pasar demasiado tiempo consultando tus notas, estos gestos
corporales pueden hacerte ver inseguro y demeritar la atención y la confianza
de tu público.

Mejor utiliza algún método de memorización, combinado con una estructura


que contenga un inicio, desarrollo y cierre, para que recuerdes fácilmente los
puntos que estarás desarrollando a lo largo de tu presentación. Esto te
permitirá distribuir tu mirada a todo lo largo y ancho de tu público, enviando el
mensaje de que estás en pleno control de la situación.

Un lenguaje corporal poderoso se compone de los elementos que te acabamos


de mencionar y es tan importante como las palabras y el mensaje valioso que
tanto te esforzaste en diseñar para tu público específico.
Pero al igual que algunas otras habilidades que valen mucho la pena, un
lenguaje no verbal que te permita transmitir gestos corporales muy poderosos,
no se adquiere de la noche a la mañana, es una habilidad que se tiene que
practicar y refinar constantemente.

“Lo que haces habla tan fuertemente que no puedo escuchar lo que dices.”

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