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Tema: Alegato de apertura:

Material: “Trial techniques and trials”, by Thomas. A. Mauet, 9na. Edición, Wolters Kluwer,
2013, EEUU.

Aclaración previa: los siguientes son apuntes o síntesis extraídos del libro de Mauet; es decir,
no se trata de una traducción literal. También pueden contener algunos aportes didácticos o
aclaratorios adaptados al contenido de nuestros cursos.

1. Introducción:
La primera impresión es la que perdura. El alegato de apertura es la primera
oportunidad de contarle al jurado el asunto, el punto de vista de cada parte y el
motivo por el que deberían dictar un veredicto favorable. El alegato de apertura tiene
poder de influenciar en el veredicto.

Requiere tener en cuenta los siguientes puntos. Bien hecho, influenciará en las mentes
del jurado hacia tu punto de vista. Mal hecho, sólo confundirá, aburrirá y mal
dispondrá al jurado.

2. La ley.
Debe conocerse las reglas procesales que gobiernan el alegato de apertura. También
las costumbres y, en algunos casos, el estilo propio de cada del juez.

a. El procedimiento:
Por lo general, la apertura está a cargo del que acusa, y luego de la defensa; eso se
debe al deber o carga de la prueba. Excepcionalmente, si la cuestión sólo gira por
discutir aspectos cuya demostración está en cabeza de la defensa (o parte
demandada), puede ser esta parte la que comience.
Puede ocurrir también que en algunos casos (por lo general, criminales) el juez
permita que la defensa se reserve para más adelante su alegato de apertura; es
común que esta parte no quiera alertar a la otra parte algún aspecto de su
estrategia de defensa. Sin embargo, algunos jueces prefieren que sean efectuados
al principio, bajo pena de perder la oportunidad.
Es frecuente que los jueces impongan límites a los alegatos según la complejidad
(de 15 a 45 minutos).

b. Contenido:
Tradicionalmente se limitaba a lo que las partes esperaban probar a través de los
testigos o la evidencia. Actualmente, es más amplio y se permite presentar los
temas y posiciones de las partes; se permite informar y orientar al jurado sobre los
hechos del caso y los asuntos bajo disputa.
Sólo debe referirse a la presentación o anticipo de la evidencia; pero sólo a la
evidencia admitida. Si la evidencia fue admitida (testigo o demostrativa) puede
emplearse durante el alegato de apertura sin objeción de la otra parte.
En algunas jurisdicciones exigen que en los alegatos de apertura se establezcan los
reclamos o defensas que la parte tenga la obligación de probar: la parte debe
hacerlo claramente y señalar cómo lo va a probar.
c. Alegato de apertura incorrecto:
c.1. Mencionar evidencia inadmisible: afecta la buena fe que se mencione prueba
que ya fue rechazada o declarada inadmisible, o prueba (por ejemplo, dichos de un
testigo) que difícilmente no pueda producirse. Uno debe tener buenas razones
para creer que esa prueba que uno menciona luego será declarada admisible.
La prueba que se mencione debe ser relevante, confiable (no dichos de oídas, por
ejemplo) y razonable (que se pueda producir).
c.2. Mencionar prueba improbable: las partes no pueden mencionar hechos que
no puedan probar. Todo lo que afirmen debe estar acompañado de la mención de
la prueba en que se sustentan.
c.3. Argumentar: está establecido en la ley que no puede argumentarse en el
alegato de apertura. Es difícil distinguir en algunos casos qué es argumentar y qué
no lo es; depende del caso a caso. Algunos jueces sólo permiten mencionar la
evidencia que presentarán, qué es lo que pretenden probar con ello y cuál es la
credibilidad de ello; otros jueces permiten que se explayen más allá de ello.
c.4. Opiniones personales del litigante: no está permitido que los abogados
expresen sus opiniones personales. Frases como “Yo pienso…”, “yo creo…” o “para
mí…” deben ser erradicadas del vocabulario del litigante.
c.5. Discutir la ley: por lo general no debería discutirse o citar la ley aplicable al
caso en el alegato de apertura. Aunque, a veces, se permite si eso ayuda a
entender al jurado la evidencia. En casos criminales, sobre todo, se permite
mencionar las cuestiones de la carga de la prueba.
c.6. Mencionar el caso del oponente: los litigantes sólo pueden mencionar los
hechos que de buena fe tengan expectativas de demostrar con la evidencia
admisible, pero no pueden anticiparse o comentar el caso del oponente, porque
no tienen control sobre lo que esa otra parte hará con su caso.
Es importante esta prohibición en los casos criminales, porque la defensa no tiene
obligación de presentar evidencia. Solo en los casos civiles algunos jueces admiten
algunas referencias a la prueba del otro.
c.7. Apelar a la simpatía o prejuicio: tampoco se puede apelar a los sentimientos,
emociones, simpatías o prejuicios porque es impropio siempre.

3. Perspectiva del jurado:


¿Qué piensan los jurados de los alegatos que están escuchando? Primero, cada jurado
ya pasó por la selección y se siente bien por haber sido aceptado. Segundo, están
abiertos y ansiosos por escuchar información. Tercero, están en ignorancia
prácticamente total de los hechos del caso, la evidencia, de lo que pasó y de la disputa
de las partes. Cuarto, aún no han decidido qué parte tiene razón. Todo esto genera
ansiedad y estrés.
Todo esto genera un alto interés en el caso y rápidamente quieren información para
saber que pasó. Pesan mucho las primeras impresiones y el subconsciente inclina las
preferencias para alguna de las partes y eso incide en el desarrollo del juicio. En
síntesis, la primera impresión se transforma en la última impresión.
Los abogados efectivos tienen en cuenta todo esto para organizarse. Se preparan para
darle la información clara, precisa y rápidamente captar la atención. No fuerza
conclusiones; muestra los hechos para que el jurado quiera que su posición gane. Los
alegatos de apertura es una competencia por ganar la atención y la preferencia del
jurado.
4. Contenido de un efectivo alegato de apertura:
Un efectivo alegato de apertura debe cumplir ciertas metas. Debe: conseguir la atención del
jurado; presentar el caso y las evidencias; cuál es el punto de vista de la parte; fijar los puntos
discutidos (hechos o asuntos) mediante temas o etiquetas fácil de recordar; contar una
historia fácil de captar y mantener la atención; y crear una preferencia hacia su parte del
jurado.
También dramatizar, humanizar y organizar el alegato. No es una recitación de testimonios ni
repetición. Hay que meter al jurado en la historia, y captar sus mentes y corazones.
Los principios de persuasión son:
-Pensar en el jurado
-Seleccionar la teoría del caso.
-Seleccionar los temas y etiquetas.
-Focalizarse en las personas, no en los problemas.
-Usar las técnicas de relatar historias.
-Focalizarse en las claves de los puntos discutidos.

El litigante tiene una gran libertad o flexibilidad en presentar el caso del mejor modo. Es como
un director de orquesta. Pensar en lo esencial y más persuasivo.

4.1. PRIMER PASO: Impactar desde el principio.


El litigante tiene solo dos minutos para captar el interés del jurado. Hoy en día, el litigante
debe grabar en la mente del jurado en ese tiempo el mensaje y un resumen del caso.
El jurado quiere rápido saber si van a escuchar algo importante. No hay que hacerles perder
tiempo con presentaciones o palabras innecesarias.
¿Cómo se hace? Cada uno debe elegir el mejor modo, pero debe tener en cuenta que en ese
corto tiempo debe: captar la atención, fijarles tu mensaje (tema o lema), y darles una
aproximación del caso que les permita meterse en la historia.
¿Cómo consigo un buen comienzo? De la creatividad, pero tenemos muchos ejemplos: noticias
del diario, películas de juicio, resúmenes de libros, etc.;

4.1.a. Presentar una breve recreación del caso:


Una forma de captar la atención es inmediatamente recrear el caso en sus partes esenciales.
Es efectivo si es un caso traumático; por lo general en los casos criminales o de lesiones. La
recreación debe ser muy visual y vivida, para tu punto de vista.

Ejemplo (acusación en un robo armado):


Miembros del jurado, vuelvan al 1° de junio de 2010, a las 09:00 horas, pasado el mediodía.
Estamos en la rotisería de Pepe, en el centro de Santa Clara. Adentro hay dos empleados y un
cliente. De repente, la puerta de entrada se abre. Un hombre, portando un revolver y usando
una máscara, irrumpe y grita “Nadie se mueva. Es un robo”. Ese hombre, el hombre que
portaba el revólver, el hombre que dijo esas palabras es el acusado, el hombre sentado justo
allí [señalando].

Ejemplo (defensa en un caso de robo).

Arturo Belano es afortunado, afortunado de estar vivo. Está vivo sólo porque se defendió
cuando aquel hombre, sin aviso previo, sin razones y sin provocación alguna, lo atacó con un
taco de pool. Arturo hizo lo único que pudo hacer para salvar su vida: usó el arma para
disparar al hombre que lo estaba queriendo matar. Eso es defensa propia. Por eso Arturo está
vivo hoy, en vez de estar en otra parte. Por eso Roberto no es culpable, culpable de matar, ni
culpable de ningún otro delito.

4.1.b. Presentar tu mensaje (temas o lemas).


Otra forma, la más común, es comenzar con tu mensaje o temas o lemas cuidadosamente
seleccionado previamente. En todo juicio hay dos, tres o cuatro temas: por ejemplo, en un
juicio civil, la deuda y los daños, otro puede ser la credibilidad y la motivación. Esto ya le
permite al jurado saber qué es lo que se va a discutir; las dos o tres cosas discutidas.
¿Cómo elijo los temas? Por lo general vienen de la vida cotidiana, de conocimientos
universales como la historia o la biblia, conocidos por todos. Un buen tema capta la atención y
hace bien claro lo discutido para el jurado. Los temas completan las siguientes oraciones: “Este
es un caso de …”, “Esto ocurrió porque…”, “El actor/acusado es …”.
Los temas pueden ser simples, pero con palabras fuertes: amor, odio, revancha, venganza,
poder, orgullo, etc. Pueden ser frases cortas: “siendo responsables”, “jugando con las reglas”,
“cambiando las reglas luego de comenzado el partido”, “David vs. Goliat”, “tomando ventaja
del pobre hombre”. Pueden ser preguntas retóricas: “¿por qué ese hombre se metería en ese
problema?”, “¿Qué ganaría por hacer tal cosa?”.

Los buenos temas son fáciles de recordar, y deben repetirse a lo largo del alegato para fijar el
concepto o mensaje (también a lo largo de todo el juicio).

Ejemplo (fiscalía en caso penal).


Este caso trata de una venganza. Verán que desde que Francisco Pérez golpeó al acusado en
una pelea callejera tres semanas antes del hecho, el acusado estuvo planeando su venganza. Y
el 1° de junio, a las 02:00 am, en un oscuro callejón, el acusado cumplió su venganza.

Ejemplo (defensa en caso penal).


Otra vez vuelve a pasar. Un hombre inocente debe afrontar una acusación por un serio delito
por un error de identificación y un mal trabajo policial. Y sólo ustedes pueden evitar una
injusticia.

Ejemplo (actor en caso de daños).


Miembros del jurado, este caso trata de dos cosas: no ceder el paso a quien venía por la
derecha y arruinar un futuro. El 1° de junio el acusado no cedió el paso al Sr. Anderson que
venía en su auto por la derecha, realizó una maniobra ilegal al girar a la izquierda, y provocó el
choque. Ese choque quebró la espalda del Sr. Anderson, destruyó su salud y arruinó su futuro.

4.1.c. Presentación generando tensión:


Otro modo de iniciar para captar la atención es empezar con algo fuerte, una imagen detallada
o generando tensión con el relato. También pueden sacarse ideas de varias películas, novelas o
diarios. La idea es ir interesando al jurado en el relato.
Captar la atención es muy importante para las defensas, porque el jurado ya escuchó a la parte
acusadora. Ya hay una atmósfera y un interés en la versión de la otra parte. Por eso es muy
importante para la defensa imponer su punto de vista. Un modo es tomar algunos de los
asuntos tratados por la otra parte y redireccionar la atención del jurado para que se pregunten
qué es lo que en verdad ocurrió.
Ejemplo:
El fiscal quiere que ustedes crean que éste es un caso de identificación por parte de un testigo
ocular. Pero no es así. Este es un caso de las prácticas policiales: Irresponsables, engañosas e
impropias prácticas policiales hacen que un inocente sea arrestado por un crimen que no
cometió. Y sólo ustedes pueden hacer lo correcto.

4.2. SEGUNDO PASO: Contar la historia:

Luego de un buen comienzo, viene otro paso importante: contar la historia de tu caso –qué es
lo que en verdad pasó según tu punto de vista— mediante la historia de las personas. Todos
los casos envuelven la historia de personas, y el litigante debe recrearlas para que el jurado las
comprenda, se identifique y decida a quién creerle. Debe ser una historia real, humanizada,
dramatizada para que el jurado se compenetre con ella.
Si uno no recrea la historia del caso al jurado, serán ellos los que libremente la crearán. Esa
historia debe ser aceptable para el jurado, por eso debe incluir todos los hechos que surgirán
en el juicio.
¿Cómo se crean efectivas historias?
Primero, no se trata de recitar o enumerar testigos. Hay que contar una historia dramática
sobre lo que pasó entre una parte y la otra. Hay que usar etiqueta o rótulos para las personas
o hechos importantes. Esas etiquetas son como muletillas o rótulos para las personas, hechos,
eventos, sucesos, testigos presenciales que deben usarse consecuentemente. Personalizar a tu
parte y despersonalizar a la otra. Por ejemplo, el fiscal suele usar las palabras: “víctima” o
“acusado”; en un caso civil, el demandante suele decir “Sra. Morales” y “esa corporación”. Un
abogado inexperto suele alternar palabras para referirse a la misma parte (por ejemplo, Sra.
Morales o demandante) y eso confunde al jurado.
Elige las etiquetas para los eventos: el fiscal dirá “choque” o “colisión”; mientras que el
acusado usará el término “accidente” o “incidente”. Hay que decidir esas palabras fuertes
antes del juicio, y usarlas en él.
Segundo. El jurado quiere información de las personas envueltas en el caso. El elemento
humano capta la atención, y el jurado quiere involucrarse emocionalmente. No es la historia
de un incendio, sino la historia de gente atrapada en el incendio.
Tercero. Hay que entender que el jurado ve el juicio en términos morales. “¿Quién es el
bueno, quién es el malo?”, se preguntan. Un efectivo alegato debe focalizarse en el otro lado
de una mala conducta y al mismo tiempo que es la parte afectada. El jurado necesita sentir
que toman una decisión correcta, pero necesitan información para saber que están haciendo
algo justo.
Finalmente. El jurado necesita sentir que su decisión es consistente con las verdades
universales. Tratar de llevar el caso a ese terreno es una buena herramienta persuasiva. Por
ejemplo: no es un caso sobre un accidente de tránsito, sino sobre tomar responsabilidades; no
es un caso sobre incumplir un contrato, sino sobre cumplir con la palabra; no es un caso sobre
un asalto, sino sobre una venganza. Esto provee las bases morales para la decisión de jurado.

Una buena historia tiene personajes, conflictos, tramas, crisis y resoluciones. Eso lo hace más
real al caso. También usar lenguaje sensorial, contar la historia en tiempo real (usando el
tiempo verbal presente). Debe comenzar y terminar en puntos fuertes. Hay que contar los
hechos importantes sin entrar en detalles innecesarios. Hay que responder las siguientes
preguntas: ¿qué pasó?, ¿quién lo hizo?, ¿por qué lo hizo?, ¿qué será lo correcto? Esto
permitirá hacer ver al jurado que su veredicto favorable a la parte es hacer justicia.
4.3. TERCER PASO: el final o conclusión.
En el final, ese minuto último del alegato de apertura, deben realizarse algunas cosas
importantes de modo rápido: repetir los temas una vez más; resumir los fundamentos para la
condena o absolución (o para hacer lugar a la demanda o no); relacionar los hechos claves con
los asuntos claves; decirle al jurado qué veredicto esperan; por último, motivar al jurado a
hacer justicia.

Ejemplo (acusación caso criminal).


Miembros del jurado, porque el acusado planeó esto con anticipación, y porque él disparó con
intención y mató a Ulises Lima movido por la venganza, al final del juicio volveremos aquí y nos
preguntaremos qué es lo que la evidencia y la justicia demanda: encontrar al acusado culpable
de homicidio premeditado.

Ejemplo (defensa caso criminal).


Cuando ustedes escuchen la evidencia -la de ellos y, la relevante, la nuestra— verán que éste es
un caso de un mal trabajo policial, un caso de un error de identificación, y un apresuramiento
por enjuiciar. La evidencia sólo les permitirá una conclusión: Francisco no es culpable de nada,
y Francisco certeramente no cometió un robo.

Ejemplo (actor en un caso de daños)


¿Qué es lo que le estamos pidiendo, señores del jurado? Que le digan al demandado que: dos
años de denegar es demasiado. Dos años escapando a hacerse cargo de su responsabilidad por
la negligencia que cometió contra Karen Adams es demasiado. Cuando el juicio haya terminado
les pediremos que escriban su veredicto diciendo: “Nosotros, el jurado, encontramos que la
negligencia del demandado causó los daños a la actora”. Escribirán a continuación:
“Encontramos que la actora probó los daños por una suma de _.” Le pediremos que llenen esa
cantidad cuando volvamos sobre el tema de lo que el demandado le quitó a Karen. En síntesis,
les pediremos que hagan sólo lo que ustedes tienen el poder de hacer: hacer lo correcto.

4.4. Consideraciones adicionales.

a. Focalizarse en la responsabilidad, no en los daños.


Por lo general, en los casos civiles, los litigantes se enfocan más que nada en la
responsabilidad, describen el evento dañoso y sus consecuencias, pero no detallan los daños o
hablan del dinero que ello implicó. Lo convencional sugiere que en esta oportunidad debe
demostrarse la responsabilidad, y hablar de dinero suena un poco codicioso, por eso se lo deja
para el final, para el alegato de clausura, donde se dedica más tiempo a ese punto.
Los abogados de la parte demandada también suelen discutir sólo la responsabilidad en el
alegato de apertura; y dejan para el alegato de clausura, tal vez, la cuestión de los daños.

b. Tratar con franqueza las debilidades y evitar exagerar la evidencia.


El alegado de apertura requiere honestidad con la evidencia, no sólo con aquella que nos
beneficia. Los abogados inexpertos suelen cometer el error de no referirse a la evidencia que
los perjudica; olvidan que todos los casos tienen algunas debilidades. Tratar con franqueza
esas debilidades minimiza el impacto negativo y permite mantener la credibilidad frente al
jurado. Hay que tratar de que esa debilidad sea explicada desde tu teoría del caso; y que lo sea
en la mitad del relato, luego de haber causado una buena impresión para reducir el impacto.
Esto es importante para el litigante que acusa o es el actor porque habla primero. Si se
omite hacerse cargo de la debilidad, la defensa o demandada se lo hará saber al jurado
inmediatamente en su alegato. En el alegato de apertura no es un buen momento para que
pongan en duda la credibilidad del litigante.
Tampoco hay que crearse una debilidad de un modo inintencionado cuando
exageramos la evidencia. Los litigantes inexpertos suelen prometer que demostrarán más
cosas de las que en verdad la evidencia puede probar. Por eso, lo abogados con experiencia
suelen tomar minuciosamente notas de esas promesas de la otra parte, y en los alegatos de
clausuras sacan a relucir las falsas promesas probatorias o exageraciones para afectar la
credibilidad del otro litigante. Por eso, sólo debe asegurarse decir en el alegato de apertura
aquello que se podrá probar.

c. Usar apoyo visual o demostrativo.

Siempre hay que considerar usar apoyo demostrativo o visual en el alegato de apertura.
Debemos estar seguros de que serán elementos que podrán ser usados durante el juicio; para
evitar inconvenientes por posibles objeciones (y la consecuente interrupción), conviene
mostrárselo previamente a la otra parte por si desea levantar alguna objeción.

Recurrir a estas herramientas visuales impacta y permite que el jurado retenga información
importante.

Un ejemplo práctico: en juicios de muchas partes, armar un gráfico que presente a las partes,
su posición en el litigio, los testigos de cada parte es útil para facilitarle al jurado entender el
caso. En casos comerciales es muy valioso mostrar en una cartulina la disposición clave de un
contrato y la línea del tiempo de los cumplimientos, encuentros y eventos. En un caso criminal
o de daños, es útil tener un gráfico de la escena de lo ocurrido, ya sea un accidente, o la escena
del crimen. Estas herramientas visuales de apoyo ayudan al jurado a comprender el caso y,
sobre todo, a recibir información.

También tengamos en cuenta que cuando usamos un apoyo gráfico durante el alegato de
apertura, éste ya no será una novedad para el jurado si lo volvemos a usar. Por eso, algunos
abogado crean algunos apoyos gráficos sólo para el alegato de apertura (o para el alegato de
clausura), y otros para el resto del juicio.

Debe ser el gráfico claro, comprensible y parecer hecho por un profesional. También se
emplean powerpoint o programas similares. Y cuanto más coordinado con el relato del
litigante sea, el jurado estará agradecido.

d. Establecer un caso prima facie.

Algunas jurisdicciones exigen que el litigante dé a entender cual es prima facie su caso sobre
cada elemento del reclamo de la parte. Ello se basa en que el abogado representa a la parte,
por lo que cada admisión o concesión que haga condiciona a su representado. Si uno falla, la
otra parte tiene derecho a un veredicto directo. Si es así el método, asegúrese en expresarle al
jurado expresamente lo que la ley requiere que se pruebe, y muéstrele cómo usted va a probar
cada elemento.

Ejemplo:

Miembros del jurado, les traemos hoy un caso en el que el acusado incumplió un contrato
comercial que tenía con nuestro representado. En un caso comercial, nosotros debemos probar
que hubo un contrato que nuestra parte y el acusado firmaron; que nuestra parte hizo todo lo
que el contrato requería; que el acusado no hizo lo que el contrato exigía que hiciera; y que ese
incumplimiento fue lo que ocasionó un daño a nuestra parte. La siguiente es la prueba con la
que demostraremos cada una de esas cosas.

c. Duración del alegato de apertura.

¿Cuánto debe durar un alegato efectivo? En primer lugar, si hay un límite por parte del
tribunal, ese es un marco. Asimismo, debe tenerse en cuenta la capacidad de atención del
jurado, que es limitada. Aproximadamente, si el juicio durará de dos a cuatro días, un alegato
puede durar de 10 a 30 minutos. Ese es suficiente tiempo para presentar tu caso sin que el
jurado pierda la atención.

4.5. El alegato de apertura de la defensa.

La defensa (o el demandado) está en clara desventaja: le toca en segundo lugar. El peligro es


que el jurado, que ya escuchó al actor o acusador, se haya formado una idea de lo que en
verdad ocurrió. ¿Cómo se revierte esto?

Una primera posibilidad es recordarle al jurado que sólo escucharon a una parte del litigio, por
lo que deberán escuchar a la otra para conocer toda la historia.

Ejemplo:

“Deben escuchar las dos campanas, que es lo correcto” o “La defensa va en segundo lugar,
pero es igual de importante que la otra parte”.

Otra posibilidad es, en primer lugar, negar la acusación explícitamente y, luego,


inmediatamente contar la versión de la defensa.

Ejemplo:

Hoy el demandante quiere que ustedes crean que la luz del semáforo estaba verde cuando el
accidente ocurrió, y que el demandante lo vio claramente. Pero esa parte en su alegato no les
dijo algo importante: en la habitación de la sala de emergencia del hospital, el Sr. López, el
demandante, fue interrogado por la enfermera por cómo ocurrió el accidente y él dijo
puntualmente: “no lo recuerdo; todo ocurrió muy rápido”. Eso está justo en el reporte de la sala
de emergencia, y nosotros le vamos a mostrar ese reporte cuando sea el turno de nuestra
evidencia.
Y si el demandante no menciona la carga de la prueba en el alegato, eso es tierra fértil para
usar en su contra, sobre todo en casos criminales.

Ejemplo:

Señores del jurado, lo más importante que ustedes deben tener en cuenta en este caso es lo
que, precisamente, el fiscal no les dijo ni mencionó. Este es un caso criminal. Bajo nuestra
constitución, el fiscal es el que tiene el deber de probar. Él debe probar todo lo que dijo más allá
de toda duda razonable.

Por sobre esas cosas, recuerde que el alegato de apertura de la defensa no tiene que ser
necesariamente defensivo. Debe contar una historia al jurado asertiva y positiva, que convenza
al jurado, y que remita a la evidencia que la defensa presentará luego de que lo haga el
demandante o acusador; eso es necesario para que el jurado entienda completamente lo que
ocurrió.

Por ejemplo, el más difícil alegato de apertura de la defensa en un caso criminal es aquel en el
que la defensa no tiene evidencia propia. En esos casos se suele hablar de la presunción de
inocencia, de la carga de la prueba más allá de toda duda razonable, que la defensa no debe
probar nada, etc. Los jueces dejan que se discuta la evidencia, aunque lleve a pensar que se
discute la ley. En estos casos, es común que la defensa señale que su evidencia va a surgir de
los contrainterrogatorios de los testigos del fiscal; o que le indique al jurado que preste
atención en las debilidades de la fiscalía, que allí está lo importante.

Ejemplo:

El testimonio de los testigos de la fiscalía dejará varias dudas sobre si fue arrestada la persona
correcta. Escuchen con atención cuando esta parte interrogue a esos testigos. Sabremos más
de esos testigos en nuestro contrainterrogatorio que lo que han dicho en el interrogatorio
directo del fiscal. ¿Ellos tuvieron en serio oportunidad de ver con claridad el robo? ¿cuán oscuro
estaba ese callejón? ¿Cuán rápido ocurrieron los hechos? ¿Qué clase de descripción hicieron en
la primera oportunidad? Miembros del jurado Escuchen cuando nosotros interroguemos a los
policías: ¿Algún objeto de los robados fue encontrado entre las pertenencias del Sr. Martínez?
¿Hay alguna prueba material o similar que conecte a mi cliente con el robo? ¿Hubo algún
reconocimiento confiable? Una vez que hayan escuchado toda la evidencia, sobre todo
nuestros contrainterrogatorios, se darán cuenta que se ha cometido una injusticia y que han
detenido al hombre equivocado.

5. El modo o la entrega de un alegato de apertura.

El modo en que se dice el alegato de apertura es tan importante como su contenido. Es un


error de lo abogados no esforzarse o dedicarse a presentar debidamente el alegato. Recuerden
que el jurado piensa que el abogado está ahí porque lo han contratado y se preguntan si en
verdad creen en lo que dicen. Un efectivo alegato es el que despeja estas sospechas.
Primero, hay que trasmitir una actitud positiva. El jurado distingue rápido quien esta cómodo
en la sala y quien aparece a la defensiva o molesto; y sacan conclusiones acerca de quién tiene
el mejor caso a partir de ello.

Cuando el juez le da la palabra, el litigante debe pararse inmediatamente, presentarse y


agradecer al jurado, caminar con confianza hacia el medio del jurado, a pocos pasos, y
comenzar el alegato. Muéstrese todo el tiempo competente, creíble, confiable, seguro del caso
que está defendiendo y de que lo va a ganar.

Segundo, evite si puede usar el podio, porque es una barrera con el jurado y le impide usar
lenguaje corporal o gestual y hacer contacto visual.

Tercero, use lenguaje simple y estructure bien el alegato para que sea claro. Un error es
escribir el alegato y luego decirlo; por lo general, el lenguaje escrito es más formal que el
verbal, y no suena genuino. Haga el método contrario: primero practíquelo oralmente usando
las palabras con que uno habla comúnmente, y luego tome las notas.

Cuarto, practique decir el alegato sin usar notas o, a lo sumo, usando una guía de una sola
página. Las anotaciones impiden una comunicación persuasiva y distrae al litigante. También el
jurado se da cuenta que todo lo que dice el litigante lo trae ya escrito y no es espontaneo o
creíble. Hablar sin anotaciones convence más.

Por último, se recomienda incorporar herramientas de comunicación oral para mejorar el


impacto. El empleo de frases o palabras memorables, así como el manejo del volumen, las
pausas, la pronunciación le da mayor textura y profundidad al mensaje. La puntuación y la
enfatización permite mantener el interés.

El lenguaje corporal, la ropa, el aseo, la respiración, la expresión facial, la postura, el contacto


visual, el uso de las manos, el movimiento en la sala provee herramientas adicionales para
mantener la atención y controlar el interés o enfatizar. No hay que competir con el lenguaje
corporal: mientras se camina, no se habla; mientras se habla, no se camina.

Hablar mirando a todos los miembros del jurado, no a uno o dos o tres solamente.

El contenido verbal, la entrega no verbal y el lenguaje corporal deben ir de la mano para


resultar un alegato de apertura convincente.

6. Problemas comunes:

1. Débil primer minuto

2. Débiles temas o no repetirlos demasiado.

3. Débiles etiquetas.

4. No contar la historia de personas.

5. Floja presentación.

6. No hacerse caso de las debilidades.

7. Olvidarse que el jurado no conoce el caso.

8. No usar apoyo visual.


9. Violar las reglas de evidencia.

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