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8. EL PADRE PATERNALIDAD Y PATERNAJE

JAMES M. HERZOG E n la versión que privilegia las relaciones diádicas del bebé con los adultos
SERGE LEBOVICI que lo crían, no hay diferencia en las funciones parentales: ya no se puede
hablar de maternalidad o de paternalidad, sino únicamente de funciones pa- 1
rentales indiferenciadas y descritas bajo el nombre de parentalidad.
En la vida psíquica de aquellos que se acuerda:µ de su infancia no había
nada de esto. Sabemos que la teoría psicoanalítica considera que nuestra
vida psicológica inconsciente se define por los conflictos que se organizan al-
La tradición ha querido desde hace mucho que uno no se interese en el papel rededor de la situación triangular edípica. Aquí el padre desempeña el papel
que podrían desempeñar los padres en relación con sus bebés, pues se so- de prohibidor para los bebés de ambos sexos, y es el personaje mediato que
brentendía que ni siquiera los miraban. Las cosas, ciertamente, no eran así tiende a romper la unidad del bebé con los cuidados maternos y los deseos
de simples, aun si los padres sólo se acercaban de manera evidente a sus que se apuntalan sobre las experiencias de satisfacción de las necesidades
niños(as) cuando éstos comenzaban a caminar y a hablar, cuando dejaban de que expresan estos deseos. El bebé de los dos sexos aprenderá así que su
ser infants y se convertían en toddlers (niño que empieza a andar). existencia está condicionada por la unión de la pareja de sus padres, la cual
Luego de los trabajos de Bowlby sobre el apego, se consideraba que los pa- él es incapaz de romper. La única salida que se le ofrece a su deseo de tomar
dres tenían por función la de ayudar a sus mujeres en los procesos de mater- el lugar codiciado del progenitor del mismo sexo es dejar para más tarde
nalización. Los trabajos actuales tienden a mostrar que la paternidad tiene esta empresa y organizar aquellas identificaciones que le dan su lugar en su
su especificidad como lo mostraremos a continuación [10]. ::;exo y su generación. En otras palabras, la existencia del padre, o de aquel
Hace varios decenios, sobre todo en los países industrializados, los padres que desempeña este papel en otros sistemas de clasificación familiar distin-
participan mucho en la crianza de sus bebés. En efecto, las madres exigían, tos al nuestro, garantiza la prohibición universal de realizar deseos inces-
no sin razón, que no debía añadirse a las fatigas de su trabajo fuera de la tuosos. El padre representa las instancias psíquicas prohibidoras. Y es tam-
casa, la r esponsabilidad total de los cuidados de crianza. Igualmente, las fe- bién el papel que ha desempeñado gustosamente en la sociedad patriarcal
ministas cuestionaron la organización tradicional del nicho ecológico fami- tradicional, cuya imposición ya no es evidente, como se verá en el capítulo
liar: en éste la mujer está encargada de la educación de los niños y del man- consagrado a la familia. Es probable que, aunque relativo, el cambio en los
tenimiento de la casa y, eventualmente, en la recolección de las cosechas en papeles sociales, cuando menos en los países industrializados y en los me-
las culturas tradicionales. El padre, por su parte, vive en el exterior y tiene dios urbanos, haga menos neta la identidad paterna.
la responsabilidad de proteger a su familia y, por lo tanto, de hacer la gue- No obstante, los innumerables trabajos sobre las consecuencias de la par-
rra. Caza y, en las sociedades más modernas, es totalmente responsable de Licipación de los padres en los trabajos domésticos y de crianza de los niños
proporcionarle a su familia los recursos que necesita. producen resultados que arrojan una evidencia contradictoria [1]. Este estu-
Pero debido a que las mujeres contribuyen ahora muy frecuentemente al dio, en realidad retrospectivo, tiende a mostrar que lo que parece constituir
mantenimiento de la familia con su trabajo, y a que muchas veces tienen Jl factor predictivo más seguro por lo que toca a las actitudes sexuadas de
que atender su carrera profesional, los hombres se han visto llevados, cada los niños de los dos sexos, es la actitud de la madre a propósito de aquello
vez más, a participar en tareas domésticas y, en consecuencia, en la educa- que está convenido en denominarse el papel femenino en su conjunto.
ción de los hijos y, sobre todo, en la crianza de los bebés. Generalmente han Pedersen, en la revisión general que consagra al papel de los padres en
aceptado bien estos cambios. Pero algunos de ellos se han asociado a movi- relación con sus bebés (1983), menciona muchos trabajos que abordan este
mientos que quieren una división total de las funciones parentales. Es esto nsunto. Retendremos aquellos que muestran la complejidad de los resulta-
lo que desean aquellos que se denominan "los nuevos padres", quienes no dos, no desprovistos de algunas contradicciones, y que tienden a mostrar que
tienen en cuenta los programas de la parentalidad y cuyo comportamiento int ervienen múltiples factores que ponen de relieve el medio educativo del
amenaza con perjudicar la buena evolución de la identidad sexuada de sus padre, y las relaciones que lleva con la madre del niño desde mucho antes
niños y niñas. del embarazo. El padre puede ayudar a la madre, él tiene también necesidad
Pero de modo general y sin querer doctrinar a nuestra sociedad, muchos de ese sostén para paternalizarse: se trata de factores "lejanos", cuya exis-
padres alimentan, bañan y duermen a sus bebés. Se levantan en la noche tencia indiscutible hace aleatorias todas las investigaciones que pretenden
cuando lloran y, en una palabra, los crían y se entregan a cuidados de paren- pon er en evidencia factores causales. Veremos más adelante que la historia
taje, con lo cual afirman su paternalidad.
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de todo padre se inscribe en su comportamiento en el nivel de los efectos del • encontrarlos bellos;
temperamento y de los datos de la situación. • tener ganas de tocarlos y de tenerlos en brazos;
• reconocerlos y poder describir sus rasgos, lo que les permitía hablar de un cierto
Pedersen estudia los efectos de la "identificación sexuada" de los padres y
parecido con ellos;
retoma la idea de una "androginia psicológica" que puede observarse en • experimentar un cierto sentimiento de exaltación.
ambos sexos y que será muy favorable para incitar un proceso precoz de pa-
ternalización. Este proceso también será facilitado por la participación del Los autores incluso se preguntan si no estamos aquí ante un cierto estado de exci-
padre en el deseo de embarazo, por la preparación para el parto y por su t.ación que disimula la depresión paterna del posparto.
presencia en la sala de parto. Cabe notar que las madres de estos bebés no se sintieron frustradas por la impor-
El trabajo de las madres ha modificado ciertamente las actitudes de los t.uncia de estas investiduras paternas que se acomodan a lo que ellas han general-
padres, pero menos de lo que se dice. Igualmente, los movimientos feminis- mente deseado e imaginado durante su embarazo.
tas casi no han influido en las costumbres de crianza, incluso en el Occiden-
te industrializado. La vida de pareja parece tener algo que ver con la actitud de padre y
Es sabido que actualmente los padres se pueden beneficiar de un permiso rnadre frente al recién nacido. Cuando los dos progenitores trabajan, todo
parental en lugar de la esposa, una situación más bien rara en Francia HU cede como si los padres, como movidos por un entendimiento tácito, deja-
donde, sin embargo, el desempleo de los hombres puede obligar a las madres nm que las madres "olvidaran" sus fatigas a través de la reanudación del
a trabajar y a dejarle, a sus maridos desempleados, la carga de la crianza de contacto afectivo con sus bebés. Pero cuando son sólo ellos los que trabajan,
un bebé. En los países escandinavos el permiso paterno es utilizado muy fre- lns madres se ponen felices cuando por las tardes pueden dejar un poco su
cuentemente. Que nosotros sepamos casi no se han estudiado los efectos de vigilancia materna y aceptan gustosas que los padres actúen. Cuando padre
esto sobre el desarrollo de los bebés ni sobre el de sus identificaciones sexua- y madre están juntos cerca del bebé, la calidad de sus interacciones no es
les. Belsky y Rovine, al estudiar las dificultades de apego en el transcurso del 1n uy buena, ni hacia su bebé ni entre ellos. Los padres sólo buscan hacer reír
11 sus bebés cuando están a solas con ellos. Y los bebés con frecuencia se
primer año de vida en los bebés, cuyas madres trabajan, pudieron fijar su in-
vestigación en un número, a decir verdad, reducido de casos, donde la crianza ponen exigentes cuando los padres intervienen junto con sus madres, como
estaba a cargo del padre [2]. Notaron que en estos casos, los niños tenían más r.uando ésta se ocupa de un hermano o hermana. Mientras transcurren las
dificultades de apegarse a sus padres que las niñas. Pero en conjunto, la inse- nctividades de cuidado del bebé (la alimentación en particular), el diálogo
guridad tanto de niñas como de niños les parece a estos autores un riesgo nntre padre y madre se enriquece.
claro cuando sus madres trabajan más de un medio-tiempo. La interacción entre padre y bebé es muy parecida a la que se observa con
111 madre, pero frecuentemente es más estimulante y violenta. El padre mece
Dos estudios sobre este tipo de crianza ve rticalmente al recién nacido y tiene tendencia a lanzarlo al aire, a mirarlo
düsde abajo y a acercárselo a la parte lateral del cuello, que es para él una
• Pruett estudia familias en las que el padre es el principal participante en la 'l.ona erógena, como no lo es el pecho, y sí lo es en la mujer. Los intercambios
crianza [11). Halló que ciertos sectores del desarrollo parecen más precoces, pero
Hon. más táctiles y menos visuales. Después de un año, los padres lanzan a
duda que pueda hablarse de crianza exclusiva del padre sino más bien del desarrollo
de capacidades paternales. Todo depende también de la simpatía o el rechazo que H•• bebé al aire y lo atrapan en medio de risas a veces llenas de temor. Bra-
provoque este estilo de educación en el entorno social. Los casos en los que esto es re- 'l.olton confirma la especificidad del intercambio del bebé con su padre desde
sultado de un divorcio deben estudiarse aisladamente. No hay consecuencias visibles l11H primeras semanas [4]. Según él, los bebés miran a sus padres con ojos
sobre el desarrollo de la identidad sexual. 111 1\s abiertos y los ciclos interactivos son más amplios con ellos y más entre-
• La influencia del trabajo de los dos miembros de la pareja sobre la paternalidad m rtados. Judit Kestenberg afirma que hay una mejor sincronización de in-
ha sido evaluada por Crouter [5): cuando existen dos salarios, la investidura del 1.orcambios motores entre los bebés del sexo masculino y sus padres [7].
padre en el bebé es más intensa, pero quizá esto depende de las relaciones de ambos Por otra parte los padres, desde el nacimiento, tratan de manera diferente
padres entre sí. Ahí también los autores son reservados acerca del valor de sus con- 11 HUS hijos y a sus hijas, pues con ellos tienen mejores intercambios verbales
clusiones; exigen que se tome en cuenta lo que denominan ecología familiar. ,Y l;nctiles, mientras que dejan que sus hijas se beneficien de los que tienen
Los efectos del recién nacido en el padre, según Greenberg y Morris [6) 1•0 11 ::ms madres. El reconocimiento precoz del recién nacido, en cuanto a la di-
li ire ncia entre el padre y la madre, no parece confirmar la versión de René
Treinta padres primerizos de recién nacidos, interrogados de dos a tres días después Hpi tz que hace del padre el modelo de la persona sobre la que se desplaza la
del nacimiento, declararon: 111iHicdad de separación, en el momento en el que hace su aparición la fobia de
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una cara extraña. Vemos aquí una contradicción interesante entre la cons- l ~ J primer caso estudiado será el de Jamal. Tiene tres años, es fuerte y juega con su
trucción apres coup de los psicoanalistas, quienes describen los efectos de rnúdre que está tirada al sol. Cuando inicia un movimiento su madre le dice: "No, no
"edipificación" de la presencia reconocida del padre [8], y la observación direc- hagas eso." Él se detiene, pero ella da la impresión de tener un poco de miedo por lo
ta del hacerse interactivo, que parece mostrar otro papel del padre, quien que hará en seguida su hijo. Después de haber observado a la madre y a su hijo,
prepara para la separación y favorece el aprendizaje, a veces de manera lúdi- ontro [J. Herzog] en el cuarto. Jamal no se mueve mientras su madre sale del cuarto
ca. En lo que precede hemos descrito, sobre todo, las condiciones de acceso a y sugiere que yo me ocupe de su hijo. Éste comienza a bailar cerca de mí, y luego
la paternalidad, esencialmente las que predisponen a los hombres, y en parti- lunza patadas y golpes en mi dirección. La madre dice que su hijo está "siempre así"
cular las debidas a las modificaciones de la vida fanüliar en nuestra sociedad y se queja de su carácter agresivo. Los padres no están casados: ella tiene veinte
postind ustrial. uños. El padre del niño está ausente con frecuencia pero telefonea con regularidad.
Más tarde tendré ocasión de observar a los tres protagonistas juntos: la madre pare-
Falta saber si estas cualidades que se descubren dependen sólo de estos
cía incitar a Jamal a encolerizarse. He observado que Jamal se mantiene muy tran-
cambios o si definen un paternaje instalado en el corazón de la vida psíquica quilo mientras su padre toca su collar de cuero, como pasa en este momento, es como
viril. ¡.¡ j pudiera entender un mensaje secreto. Si el padre y el hijo están solos y juntos, la
Sin embargo, los niños casi no tienen tales fantasías. Más que verse como Lcnsión parece disminuir y los dos juegan sin problemas. Cuando, en estas condicio-
padres, se ven como guerreros o seductores, pero juegan de buena gana a ser nes, entro en la pieza en la que se divierten, el padre se quita el cinturón de cuero
madres prolíficas. Por otra parte, Bettelheim describe los dafi.os simbólicos del cuello y se lo pone en la cintura pasándolo por las presillas del pantalón. Sonríe
que se les inflige en ciertas sociedades; estima que la circuncisión podría no 11 mpliamente y dice: "Mi madre se ponía siempre su cinturón alrededor del cuello
ser sino la forma reducida de una subincisión ritual de la cara inferior del ·uando había que meterme en orden. Eso ayuda a Jamal a escuchar mejor."
pene [3]: así el hombre se ve obligado a orinar, como las mujeres, sentado; de Vuelvo la semana siguiente. El padre está ausente . Juego con Jamal al juego de
este modo puede imaginar que va a tener bebés. Pero, por otra parte, su de- lus 'jirafas". Se trata de una madre y un bebé que siempre tienen hambre, pero que
sarrollo le permite sobrepasar, en los casos habituales, su deseo de identifi- no tienen el cuello lo suficientemente largo como para alcanzar las hojas altas de los
1\ rboles. La mamá no alimenta suficientemente a su bebé. Está nerviosa y arroja las
cación femenina, nacido desde los primeros intercambios afectivos y proto-
hojas lejos. Yo propongo que le pidamos a otra jirafa que nos ayude. El niño se opone;
rrepresentativos, y abordar sus identificaciones secundarias que le permiti- quiere otra jirafa que se llama papá y que yo vaya a buscarla. Jamal organiza luego
rán inscribirse en la continuidad de las generaciones paternas. una batalla entre el padre y la madre. Durante este tiempo, el bebé jirafa, abandona-
Entonces el paternaje es más que el solo acceso a las funciones de la pa- do, no recibe nada. Jamal agarra ahora a mamá jirafa y la lanza violenta mente sobre
ternalidad. Inscribe también, en el destino del padre, la procreación, el papel ol muro, lo que hace que el bebé jirafa se quede a solas con su padre. J amal dice en-
que éste desempeña junto a la madre del bebé y sus capacidades de personi- 1.onces: ''bebé tiene más, quiere más". Está calmado, con la cabeza baja y aire de tris-
ficar al superyó, que prohiíbe la posesión completa de la madre por parte del 1.nza. De pronto me da una patada, me mira, luego desvía la mirada. Va a agitarse de
niño. nuevo cuando su madre se nos reúne. Enciende las lámparas, lanza sus cubos al aire,
Pero, de hecho, el acceso a la paternalidad y al paternaje dependen tam- ole. Cuando recibo un golpe que me estaba manifiestamente destinado, lo agarro y lo
bién de las capacidades del bebé, de su temperamento y de las condiciones nncierro en mis brazos donde lo mantengo a la fuerza. Él se distiende visiblemente y
históricas que inscriben sus particularidades en un destino humano. rne sonríe.

Esta corta viñeta clínica permite ilustrar una interacción verdadera y es-
pecífica entre una madre y su niño, y entre una madre, su niño y el padre.
ALGUNAS OBSERVACIONES CLÍNICAS
l ,a observación de una secuencia de juego nos informa sobre algunas diná-
rn icas propias de esta familia y sobre la naturaleza de los problemas especí-
Algunas observaciones clínicas pueden ayudarnos a especificar el papel de la fi cos de Jamal. Pero casi no nos informa nada sobre el papel del padre del
personalidad del padre en las interacciones observadas en el transcurso del niño en su desarrollo preedípico, ni sobre la pertinencia del estudio de las re-
segundo año. 1 laciones entre el padre y la madre para comprender el papel del padre. Éste
juega caricaturescamente el papel de la abuela materna con su collar de
cuero alrededor del cuello. Sin embargo, la secuencia del juego de la jirafa
nos permite comprender la "carta intrapsíquica del mundo exterior" y nos
1
Este pasaje fue redactado exclusivamente por J. Herzog con base en la exposición que pre- deja percibir también algo del mundo interior del niño y los aspectos intrap-
sentó en el X Congreso de la Asociación Internacional de Psiquiatría del Niño, el Adolescente y
Profesiones Afiliadas (Dublín, 1982).
i;fquicos de su funcionamiento mental.
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Este ejemplo llevó a uno de nosotros [J. Herzog] a profundizar la observa-
ción natural de ocho niños de diez años para hacerse una idea de la represen- viven con sus madres que en las familias biparentales.
tación que tenían de sí y de la que tenían de su padre. Se pudo constatar que Estas constataciones que surgen de la investigación clínica pueden confir-
las interacciones de los padres con sus niños, y esto en ambos sexos, son esen- marse con la experiencia de la psicoterapia.
cialmente motrices (empujar, zarandear, hacer cosquillas, etc.). Por lo tanto,
Gabriel es enviado a análisis por el terapeuta de su madre. Sus padres hablan de las
el comportamiento del padre podría calificarse como de más "agresivo". dificultades en la escuela. Su I.Q. es de 154. Gabriel no puede vivir en su escuela
También podemos señalar otro aspecto repetitivo de esas interacciones donde no logra estar atento y hace de todo un drama. El padre habla abiertamente del
padres-bebés: no solamente instauran los padres de entrada un juego que es encanto de este chico que es su primogénito, así como de sus fantasmas a este respec-
un "barullo" con sus bebés, sino que son rudos, al menos cuando se trata de Lo. Por lo tanto me pregunto si este padre no delega en su hijo el venir a verme. La
varones. Y cesan bruscamente el jaleo cuando las cosas se hacen más bruta- madre es menos expansiva y más violenta . Ha hecho estudios de psicología del
les, ruidosas o destructivas. Para hacer que sus bebés se detengan, pueden ;omportamiento y está por instalar para su hijo un sistema intrafamiliar de puntos.
darles una nalgadita. También puede notarse un evidente cambio de afecto Después de largas entrevistas previas con sus padres, me encuentro con Gabriel,
en el padre cuyo primer "no" es todavía amigable pero que pronto se vuelve quien me sorprende por su aspecto menudo y su belleza. Dibuja con gran fineza un
severo. El afecto del bebé parece evolucionar al igual que el del padre, al jefe militar chino que odia a las mujeres y diseca sus cerebros. Hemos pasado muchas
:.¡emanas con el doctor "Foumanchú". El niño creará también un zoológico de seres hí-
mismo tiempo que parece tener en cuenta lo que siente la madre que está
bridos cuyo cerebro ha sido desdoblado y a quienes les ha dado la vida este doctor. El
presente en la escena entre el padre y su hijo. Éste intenta generalmente re-
análisis mostrará que algunas acciones de este personaje son criminales y deliberadas
comenzar aquello que desemboca en órdenes paternales terminantes. un tanto que otras son fortuitas. Por otra parte, este personaje ha tenido una infancia
Esta manera de actuar, sobre todo muy clara luego de los 30 meses, parece muy infeliz; sin embargo, ha sido amado por perros, que son su devoción. Pero el doc-
indicar la capacidad del bebé para representarse a su padre de una manera lor vuelve locos a los perros al hablarles una lengua que sólo comprenden a medias, lo
distinta a la imagen interna que tiene de la madre, lo que evidentemente no que hace ronronear sus cerebros, es decir "ronronear de placer". Para entender este
implica que se trata del principio de esta actividad mental. Todo sucede como lenguaje, el niño va a realizar unos complicados bocetos y a escuchar lo que dice el
si las interacciones no fueran más que las interacciones con las interaccciones Kabio y cruel doctor chino. Éste los hace dar saltos que excitan mucho al niño, quien
mentalizadas, las cuales devienen la fuente viviente de las representaciones dice: "Los lanza al aire." Yo le hago ver que el doctor no toca a sus perros; Gabriel me
psíquicas: la acción precede al pensamiento y lleva a la aparición de un nuevo trata de idiota y me dice: "Lo hace con palabras." Las palabras del doctor hacen saltar
esquema de acción. El padre es el objeto de sólidas representaciones mentales y "retorcerse" los cerebros de los perros mestizos. Las palabras son, pues, poderosas.
i\sí, en la situación transferencia!: "Tú puedes, hablando, perturbar la computadora."
hacia el fin del segundo año y su presencia implica más perturbación que ho-
1facerme callar ha sido para Gabriel el modo de concentrarse y de prestarme aten-
meostasis. ·ión; así él podía limitar la eficiencia de los fantasmas inoportunos.
En estas condiciones interactivas podemos preguntarnos con todo derecho El padre de Gabriel es un hombre muy inteligente que me ha dicho desde la pri-
si el padre no instaura un sistema de afectos más violento que su esposa, la mera entrevista que él sabía que había estimulado demasiado a su hijo. Parece que
que podría desempeñar un papel ulterior, importante en la organización de oste aspecto de su comportamiento con su niño puede llevar a éste a identificarse con
sentimientos de gozo, excitación sexual, cólera, etc. Parece, por otra parte, este doctor Fou .* El padre no sabía lo que pasaba en el análisis de su hijo, pero indi-
que los bebés educados sin padre con frecuencia son incapaces de modular .:u más de una vez que su mujer detestaba oírlo hablar de su trabajo de neurofisiólo-
sus interacciones violentas con sus pares. Así, el papel más perturbador del f(O. Ésta era sin duda la razón por la que él mencionaba esto con frecuencia delante
padre organizaría el paradigma de control de los afectos intensos. de Gabriel, a quien a veces llevaba a su laboratorio porque el niño quería ver un
De hecho, los padres frecuentemente llegan como tromba e interrumpen perro en experimentación. Se entiende que no se trata de establecer aquí una analo-
el desarrollo de situaciones diversas en las que participan los bebés, lo que 1:fa completa entre la situación terapéutica y los recuerdos evocados por el padre.
1'cro estamos en derecho de preguntarnos en dónde figura aquí la madre. Por otra
exige de ellos una adaptación rápida y fácilmente aceptada. Los pequeños no
pmte el padre está reconstituido en la transferencia como todopoderoso, omnipresen-
parecen sufrir por este comportamiento paterno que más bien les gusta. Es
t.c y muy agresivo.
como si el padre estuviera encargado de organizar los comportamientos y los
fantasmas agresivos. Ya hemos visto que en el caso de Jamal, el padre esta- Hemos elegido este ejemplo porque parece confirmar las consecuencias de
ba mucho tiempo ausente, aunque el niño para controlarse tenía necesidad In paternalidad, sobre todo en la educación de los varones. Este tipo de
de la presencia de su padre, con su collar de cuero al cuello, que introducía padre tiene una conducta que propongo denominar como tipo "kamikaze".
la disciplina que a él le había impuesto la abuela paterna del bebé. La canti-
dad de agresión actuada parece ser más importante entre los bebés que sólo
"' Cabe decir que fou quiere decir "loco" en francés. [T.].

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