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CUENTO: DALE LA MANO AL BUEN TRATO

Había una vez, una familia muy unida que vivía en las Lomas de Villa el salvador-Lima. La
familia que tenía como apellidos “Pérez Sanchez” vienen viviendo en Villa el Salvador hace mas
10 años, ellos habían venido de un distrito muy alejado y pobre de la Ciudad de Cajamarca, en
busca de mejores Oportunidades. La familia estaba compuesta por 4 miembros: Javier era el
hijo menor de la familia, Su hermano mayor se llamaba Ángelo, su papa se llamaba Juan Y su
mama se llamaba María. Los Pérez Sanchez eran una familia muy unida, les gustaba compartir
y pasaban mucho tiempo juntos.

Javier tenía 11 años de edad y pasaba a Sexto grado y su padre decidió matricular a su hijo, en
la escuela del barrio de las Lomas de Villa El Salvador, conocida como “El señor de la
Misericordia”. Los primeros días de Javier en clase fueron super lindos, porque estaba
conociendo nuevos amigos y experimentando nuevas experiencias, puesto que Javier era un
niño como cualquier otro le gustaba bailar, cantar y pasar tiempo con sus amigos, tantas cosas
que disfruta y hacia con gusto cada día. Javier no era el mejor de la clase, pero se esforzaba lo
suficiente para ser reconocido y admirado entre sus compañeros. Fueron pasando los días y
Javier, se fue agarrando confianza y entando en armonía con sus compañeros, pero solo había
alguien que le inquietaba y preocupaba, ese era su compañero Pablo. Pablo era un niño de su
clase, lo conocían por tratar mal a sus compañeros, faltarles el respeto, golpearlos y gritarles.
El no solo molestaba a Javier, también lo hacía con todos los niños. Pablo siempre estaba de
malhumor. Pablo no tenía una buena relación con su familia, vivía con su mama y padrastro.
Ellos trabajaban todo el día y el permanecía la mayor parte del tiempo solo dedicado a la
televisión y videojuegos.

Cierto día Javier compartía con sus amigos en el descanso, todos se divertían, hasta que llego
Pablo y lo golpeo. Javier se puso a llorar. Y en eso su compañero Camilo se cansó de los abusos
y le encaró a Pablo diciéndole: que estaban cansados de sus maltratos y mal trato que el tiene
con todos sus compañeros. Además, su compañero Luis también, le encaro a Pablo,
manifestando que todos los días está molestando a los demás. Y en ese momento todos
comentaron: Que estaban cansados de los malos tratos que reciben de parte de Pablo. Y es en
ese momento que Pablo al ver la reacción de sus compañeros se fue muy enojado. De forma
repentina apareció la profesora Claudia, y pudo darse cuenta de la situación y en ese momento
se acercó a Javier y a sus amigos. Los niños al tener cerca a la profesora Camila le dijeron:
Profe estamos cansados de los malos tratos de Pablo. Si dijo Valentina, a mi me esconde los
colores. Y otras de sus compañeras dijo a mí me pone apodos. Javier ya un poco, más tranquilo
y calmado, pero muy triste comento: Profe ya hemos intentado hablar con él y nada que
cambia. Así es, el otro día yo hable con él, pero Pablo se puso más enojado y me grito-dijo Luis.
Por eso profe ya no jugaremos mas con el y vamos a ignorarlo completamente.

Muy preocupada la profesora Claudia por esta situación, Reunió a todos los niños y les
presentó un video sobre los valores. Luego de verlos entre todos comentaron: “Que la
agresividad y la violencia solo conlleva al rechazo y a la falta de afecto”. Los días pasaron y la
situación no mejoro. Pablo continúo agrediendo a sus compañeros y ellos decidieron ignorarlo
por completo. Al poco tiempo Pablo comenzó a sentir una extraña sensación de soledad.
Todos lo ignoraban, no le hablaban ni miraban, y al momento de formar grupos, nadie quería
hacerse grupo con él, dejándolo completamente solo. Fue en ese momento que Pablo pudo
entender que esta era una forma de hacerle saber lo mal que estaba actuando y lo mucho que
tenia que cambiar. “La gente recibe lo que da “Pensó. Si quería tener amigos tenia que
tratarlos bien y respetarlos, Y que a nadie le gusta ser maltratado.
Pablo junto con la profesora y compañeros reflexionaron acerca de su mal comportamiento,
prometió que no volvería a agredir a los demás. La profesora al ver que todo se había
solucionado los invito a que aprendieran y cantaran la siguiente canción:

“Si amigos quieres tener, dale la mano al buen trato,

si la alegría quieres sentir, dale la mano al buen trato

Si afecto quieres recibir, dale la mano al buen trato

Si feliz quieres ser, dale la mano al buen trato”.

Luego de esto, Pablo pidió disculpas a sus compañeros en especial a Javier, a quien tanto había
molestado. Y Pablo dijo nadie merece ser tratado de esta forma, ya que lo único que deja el
maltrato hacia otros es la soledad.

FIN

MORALEJA: Todas las personas debemos tratar a los demás con el buen trato, para recibir lo
mismo en recompensa, caso contrario nos quedaríamos solos con la soledad.

AUTOR:

ANA LUCIA VASQUEZ OLIVARES

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