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Encuentros con Dios

05 EL PERDON Y LIBRE DE RENCOR


LOS DOS DEUDORES
En Mateo 18.23-35 se narra la historia de los dos deudores, que Jesú s
contó para ilustrar la importancia del perdó n. Cuenta que el Señ or
quiso hacer cuentas con sus siervos, tal y como Dios quiere hacer
cuentas con nosotros. Uno de ellos le debía 10,000 talentos, los cuales
no podía pagarle y le rogó que tuviera misericordia de él y el Señ or lo
perdonó .
Veamos que significan esos talentos
§ 1 talento = 21,600 gramos de plata; por lo que
§ 10,000 talentos = 216 toneladas de plata (216,000,000 grs.)
§ Ademá s, si el pago al trabajador por un día de trabajo, (a lo que se le
llamó “denario”) = 4 grs. de plata; entonces:
§ 1 talento = 5,400 días de trabajo (Por regla de tres: 21,600 grs. de
plata de 1 talento / 4 grs. de plata de 1 día de trabajo). O má s de 14 ½
añ os de trabajo. Por lo que:
§ 10,000 talentos = 54,000,000 de días de trabajo, o má s 147,495 añ os
continuos de trabajo.
Esos 54 millones de días o 147,000 añ os representan la calidad de
ofensa que hicimos contra Dios al pecar y el pago de todos nuestros
pecados: cometidos de fornicació n, adulterio, idolatría, borracheras,
ofensas, celos, pleitos, divisiones, etc. Etc. etc.
Ese siervo hubiera pasado trabajando todos los días de su vida
tratando de pagar la deuda, y no hubiera ni quedado cerca de cancelar
el 1% de ésta. Ni aú n hubiera alcanzado el trabajo de todos sus
familiares ni el de sus descendientes por muchas generaciones para
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pagar toda la deuda. Pero aun así él le dijo a su Señ or: “Ten paciencia
conmigo, y yo te lo pagaré todo”. Muchos creen que obras podrá n ser
perdonados de todos sus pecados, pero só lo la gracia del Señ or nos
puede perdonar, pues de otra forma hubiera sido imposible. De igual
forma tú debes perdonar a otros por gracia, no por obras.
El siervo de la pará bola iba a ser vendido como esclavo, él y su familia,
para pagar la deuda. Aquellos que no han recibido el perdó n son como
esclavos, y necesitan la libertad del Señ or. Aquel siervo fue perdonado
y liberada su familia, porque el Señ or fue movido a misericordia. La
salvació n es tan cara que nadie la puede comprar y solo se puede
recibir gratuitamente. De igual forma él ha tenido de ti misericordia
espera que extiendas ese amor a los que te han ofendido.
É ste siervo que fue perdonado, cuando halló a un consiervo que le
debía 100 denarios que le pidió que le tuviera paciencia, no quiso y lo
echó en la cá rcel para que le pagara.
Lo que debía el consiervo era equivalente:
§ 1 denario = 1 día de trabajo; por lo que
§ 100 denarios = 3 meses y 10 días de trabajo
El no hizo misericordia a otro que le debía mucho menos en
comparació n lo que su Señ or le había perdonado. Así es una persona
que no perdona a un hermano pero pide el perdó n de Dios.
Cuando el Señ or se enteró de lo que éste había hecho, lo reprendió :
§ “Siervo malvado”: en el rencor no habita el amor de Dios. No pienses
que hará s “justicia” o te vengará s de tu ofensor al no perdonar;
renuncia a esta frase: “nunca lo perdonaré por lo que me hizo”.

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Abandona el orgullo y perdónalo hoy.


§ Le dijo que debió haber perdonado como el mismo fue perdonado
(Col 3.12-13.  Por lo tanto, como escogidos de Dios, *santos y amados,
revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y
paciencia, 13 de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno
tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen
también ustedes.). Debemos dar de gracia lo que de gracia recibimos.
§ Le entregó a los verdugos: demonios que atormentan. La falta de
perdó n atrae má s sufrimientos. Al ú nico que le está s haciendo dañ o
con no perdonar es a ti mismo. Si ya te hirió la ofensa, no te lastimes
má s no perdonando.
§ Aunque ya se le había perdonado la deuda anteriormente, tuvo que
pagarla de nuevo... “Así también mi Padre celestial hará con vosotros si
no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.”
Dice Lucas 6.37-38 37 »No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les
condenará. Perdonen, y se les perdonará. 38 Den, y se les dará: se les echará en el regazo una
medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se
les medirá a ustedes.» que con la misma medida que damos seremos
medidos; esto es vá lido para el dinero, pero en el contexto es aplicable
también a juzgar, condenar y perdonar.

¿CUÁNTO DEBO PERDONAR?


Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a
mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. (Mt 18.21-22).
¡Pídele a Dios la gracia de perdonar a todos tus ofensores y será s libre!

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