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Los tres primeros principios que han de examinarse en la presente lección (principios del
hecho, de exclusiva protección de bienes jurídicos y de intervención mínima) están muy
estrechamente relacionados entre sí.
No basta, observar los requisitos formales del principio de legalidad para que un
comportamiento pueda ser considerado legítimamente una infracción criminal.
El principio del hecho establece el umbral mínimo de exteriorización del comportamiento para
que su definición como delito pueda ser legítima; de acuerdo con el principio de lesividad y
exclusiva protección de bienes jurídicos, debe existir una lesión de un interés social definido
para poder considerar un comportamiento delictivo; y de acuerdo con el principio de
intervención mínima y proporcionalidad, ese daño social debe mostrar una determinada
intensidad en clase (solo los bienes jurídicos más relevantes) y cantidad (solo las lesiones más
graves) de la lesión para la criminalización del hecho.
El derecho penal puede ser entendido en sentido objetivo y en sentido subjetivo. En el primer
caso, como derecho penal objetivo, se hace referencia al conjunto de normas que integran la
legislación objetivamente considerada o ius poenale y que aparece conformando las
respectivas leyes penales; son las normas y reglas jurídicas que previenen los delitos,
establecen las bases para individualizar las penas a los responsables y fijan las penas y medidas
de seguridad.
Derecho penal subjetivo la referencia a la ley penal desde la perspectiva del órgano donde
emana; se hace alusión así, al ius puniendi del Estado o potestad punitiva del mismo.
LA NORMA PENAL.
1. El delito como construcción jurídica y como fenómeno factico social
a) consideraciones generales
Delito como fenómeno jurídico, que presenta dos vertientes, la primera , que concibe al delito
solo a través de la presencia del precepto o tipo de la norma penal, estimando que, toda vez
que el estudio del derecho se agota en la ley, es por tanto innecesaria y equívoca la referencia
a la teoría del delito, siendo preferible, por tanto, el análisis unitario de la ley; y una segunda
vertiente que, reconociendo la estructura normativa, a la vez, reconoce también el contenido
social del derecho, y es en tal sentido que admite y procura el estudio de la teoría del delito.
Para la segunda posición, si bien se admite el estudio analítico del delito, sin embargo, es
improcedente el análisis de la conducta como un concepto “prejuridico”. Una segunda formula
para esta segunda posición, en cambio, es frecuente que inicie el estudio de la teoría del delito
precisamente apartar de la “conducta”, como el primer momento de análisis del delito, lo que
sistemáticamente parece conceptuarla como un concepto “prejuridico” del delito que se
delimita en el momento inmediato siguiente, con el análisis de la tipicidad, que precisamente
limita la conducta dentro del marco de la ley penal.
b) El delito como fenómeno jurídico y fáctico El delito es una configuración jurídica. Es una
construcción legal que nace y surge con la creación misma de la ley penal que, por lo mismo,
no tiene una individualidad fáctica social propia. Basta tener presente, al respecto, que si
prescindiéramos de la existencia de la ley, podríamos observar que ninguna relación guardan
entre sí las diferentes conductas y hechos que la ley penal previene como delitos, salvo el
hecho de que implican situaciones de conflicto social.
En el ámbito del derecho penal este objetivo se logra precisamente a través de la previsión en
la ley penal de las conductas consideradas como delito (tipos penales), las que se plantean
como obligatorias a partir de la amenaza de un castigo o respuesta social para el caso de su
violación (coercibilidad de la norma, que en la semántica penal se identifica con la punibilidad).
Concepto y evolución: En relación con el concepto de la norma dos han sido principalmente
las expresiones con las que con mayor frecuencia se ha utilizado. Lato sensu se entiende como
toda regla de comportamiento, obligatoria o no; stricto sensu se entiende como regla de
comportamiento que impone deberes o confiere obligaciones. El supuesto filosófico que
contiene, radica en la libertad para determinar sus actos, en manera tal que el imperativo de
acatada se contiene en el "deber ser" que implica la misma.
Derecho penal, en sentido objetivo, es aquella parte del orden jurídico general que define el
delito, previene las penas o medidas que le son aplicables y determina la base para
individualizarlas en la persona que lo cometió, a partir de su responsabilidad.
La teoría monista de las normas, conocida también como teoría de los imperativos, reconoce la
característica fundamental de éstas, en función del carácter imperativo que las define.
Entendiendo el orden jurídico como un orden de regulación de la conducta humana, la esencia
de las normas aparece definida precisamente en esa regulación que señala el "deber ser"
recogido en los mandatos y prohibiciones contenidos en ellas, precisando el deber de hacer
algo o el deber de abstenerse de hacerlo.
Bibliografia: