Autor: Cassany, Daniel, Luna, Marta y Sanz, Gloria.
Título: “Enseñar lengua”. Editorial: Grao. Lugar: Barcelona. Año: 1994 Páginas: 83-99 Resumen: La comunicación es una de las cualidades principales del homosapiens, esta cualidad permite al individuo procesar información oral y escrita, así como, su utilización para la obtención de sus propósitos y objetivos. Se entiende la lengua Cuba como una forma de acción o de actividad que se realiza con alguna finalidad concreta. El uso y la comunicación son el auténtico sentido último de la lengua y objetivo real del aprendizaje. Aprender lengua significa aprender a usarla, a comunicarse mejor en situaciones más complejas o más comprometidas que las que ya se dominan. Dentro del marco enseñanza y aprendizaje de la lengua podemos encontrar con 2 aspectos importantes en cuanto a la lengua; las competencias lingüísticas y las competencias comunicativas. La competencia lingüística hace referencia a la ejecución efectiva de las competencias en una situación concreta por medio de la fonología, la morfología, la sintaxis y el léxico. Por otro lado, las competencias comunicativas son la capacidad de usar el lenguaje apropiadamente en las diversas situaciones sociales que se nos presentan cada día. La pragmática analiza los signos verbales en relación al uso social que los hablantes hacen de ellos, de ahí podemos llegar al resultado siguiente: “Competencia lingüística + competencia pragmática = competencia comunicativa” Dentro de la educación podemos ver que la enseñanza y aprendizaje de la lengua ahora ya no está enfocada en la gramática, si no que la principal función de esta es hacer que el alumno pueda comunicarse de una manera efectiva, donde el docente pueda hacer una clase interactiva y activa que le permita al educando interactuar con contextos reales o verosímiles de la comunicación que den paso al desarrollo de las necesidades adecuadas de acuerdo a las motivaciones e intereses dentro de la diversidad de los alumnos, algunos puntos importantes de esto es el trabajo con textos completos, textos especializados y poco manipulados dentro de la educación y el desarrollo colaborativo. Cuatro grandes habilidades lingüísticas. Estas influyen dentro del proceso de comunicación donde el individuo procesa el mensaje de acuerdo a como actúe, emisor o receptor ya sea escrito u oral. Hablar, escuchar, leer y escribir son las cuatro habilidades, denominándose receptivas (o comprensión): Escuchar (oral) y Leer (escrito) y productivas (o expresión): Hablar (oral) y Escribir (escrito) de acuerdo a su codificación. A partir de esta clasificación podemos decir que la lengua escrita es más coloquial, redundante, subjetiva y abierta; con una sintaxis más simple, repleta de anacolutos y frases hechas, mientras que la escrita suele ser estándar, más objetiva, precisa, evita las repeticiones y la expresividad de los recursos lingüísticos populares. Cada una de ellas contando tanto con ventajas como desventajas, ejemplo de ello, en el canal oral podemos encontrar en las ventajas: “Comunicación espontanea, comunicación efímera, uso de gesticulación y expresividad anatómica”, mientras que en el escrito: “Comunicación elaborada, comunicación diferida, registro de hechos, disposición del espacio”, resumiendo a una frase: “En el código oral escuchamos y decimos, en el código escrito captamos, percibimos y grabamos”. A partir de ello podemos decir que debemos también aprender la importancia de diferenciar los canales por los cuales vamos a producir o interactuar con la comunicación, ya de acuerdo al sentido de ésta podemos producir o crear un buen producto orientado al fin y necesidades de los receptores. La comunicación ocupa hasta el 80% del tiempo total de vida de los seres humanos, siendo esta la principal fuente de socialización y aprendizaje a lo largo de su desarrollo, siendo las orales las más practicadas. Uno de los principales enfoques de la educación hoy en día es la recepción y producción de textos reales que tengan cercanía y estén fundamentados en el contexto inmediato del alumno a modo de generar interés. Opinión: En lo personal creo que la enseñanza de la lengua debería fomentar el uso correcto y apropiado de los recursos lingüísticos, es muy importante que los alumnos interactúen y comprendan que las actividades relacionadas al proceso de enseñanza y aprendizaje van ligadas a la interacción social, ya que como docentes muchas veces nos enfocamos en el aprendizaje por memorización o incluso actividades donde los alumnos no retienen el conocimiento, por ello es importante que las clases de lengua estén enfocadas en las practicas sociales del lenguaje, a fin de generar interés y motivación en los alumnos para que puedan retener conocimientos y aplicarlos en sus contextos. Notas: Autor: Jose Federico Benítez Jaramillo. Título: “Leer y escribir en la Escuela Telesecundaria a partir de los nuevos estudios de literacidad” Editorial: XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa. Lugar: Chihuahua. Año: 2015 Páginas: 1 a 10. Resumen: Hoy en día mucho se habla acerca de las prácticas sociales del lenguaje, donde podemos decir que los jóvenes cada vez disminuyen la práctica de la lectura y escritura, donde el desinterés es cada vez más evidente, particularmente en la Telesecundaria, siendo una etapa donde los jóvenes atraviesan por estos cambios tanto físicos como emocionales que se dan lugar dentro del contexto socio cultural en el que se desarrolla el sujeto. La literacidad en este sentido se entrelaza en la estructura social y su uso en las relaciones de poder que caracterizan la vida social, política e institucional, además se reconoce la importancia de las formas de interrelación entre los textos, maneras de lectores y escritores para responder en una situación específica, lo que permite decir que las prácticas sociales pueden ser inferidas a partir de eventos mediados por textos escritos. En el uso social de la lectura, podemos decir que la importancia del contexto local como fuente de recursos materiales y prácticas; y toma como relevantes los conocimientos de los miembros activos de la comunidad (alumnos, docentes y padres de familia) acerca de la lectura, de su entorno, de sus actividades cotidianas, concibiendo a la lectura como algo rudimentario en los aspectos del aprendizaje. La integración de la cultura y temas de interés que por la edad de los jóvenes se tiene una amplia gama de elecciones favorece el proceso de aprendizaje, al igual que permite que aprendan sobre el mundo y su lugar en el. El desarrollo de la perspectiva, el aprendizaje y el desarrollo, el individuo y la comunidad están vinculados entre sí, tanto el individuo como la comunidad son por tanto componentes que interaccionan simbólicamente para configurar sentidos y significados a lo que se lee y se escribe desde las territorialidades en las que se inscriben distintas prácticas, al igual que tenemos que entender que todos los materiales y recursos que se encuentran dentro y fuera del contexto escolar interfieren como mediadores de la cultura escrita que apoyan el aprendizaje de la lectura y escritura en una variedad de contextos y propósitos múltiples. En la actualidad debemos incorporar elementos que sean atractivos para los adolescentes de Telesecundaria, elementos que sean culturalmente interesantes o que estén ligados al contexto del alumno a fin de que el alumno pueda entender su lugar en el mundo y asumir la condición sociocultural juvenil y las trayectorias que hacen posibles la apropiación de la cultura escrita. Los significados del lenguaje no pueden separarse de las experiencias situadas en el mundo material y social, ya que la necesidad de comprender e integrarse al entorno social lleva a ensanchar los horizontes comunicativos. Puntos importantes: • El significado de la escuela como espacio físico tiene que ver con las sedes que “denotan el uso del espacio para proveer los escenarios de interacción” (Giddens, 2011). • “La reconceptualización de la literacidad aquí sugerida implica alejarse de la visión dominante de la literacidad que la supone poseedora de características <> asociadas intrínsecamente con la escolarización” (Street y Street, 2004, p. 200). • Tanto el individuo como la comunidad son por tanto componentes que interaccionan simbólicamente para configurar sentidos y significados a lo que se lee y se escribe desde las territorialidades en las que se inscriben dichas prácticas. • “el estudiar la cultura escrita tenemos que entenderla siempre vista y ubicada en contexto y en la práctica social” (Street y Kalman, 2009, p. 21). • Las prácticas de lectura no se verán como acciones “puramente mecánicas y memorizadas” (Freire, 2009, p. 119). La forma en que este autor entiende a la alfabetización rebasa la aprehensión de las habilidades de lectura y escritura; “busca que [los jóvenes] aprendan a leer su historia y su cultura y en el proceso de aprender a leer su mundo aprendan cuál es su lugar en él” (Kalman, 1998, p. 7) • retomar el uso social de la lectura −que además de ser social es situada porque se realiza en situaciones específicas−, con propósitos comunicativos definidos y con repercusiones para la vida de los usuarios. Ya que “el aprendizaje es un aspecto central e inseparable de la práctica social” (Lave y Wagner, 2003,) • la literacidad esta entretejida en la estructura social y que en su uso también entran en juego las relaciones de poder, las tensiones y las inquietudes que caracterizan la vida social, política e institucional” (Zavala, et al. 2004, p. 9).