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y paternidad: cuestiones
candentes para abordar
el género
1. INTRODUCCIÓN
En la última década del siglo xxi, los estudios socio-culturales realizados desde la
perspectiva de la masculinidad e identidad masculina constituyen un referente político,
cultural, social y económico emprendido con la finalidad de promover nuevas masculini-
dades positivas (Boscán, 2008), masculinidades alternativas o disidentes (Lomas, 2008) y
masculinidades igualitarias (Flecha, Puigvert y Ríos, 2013). Estas nuevas formas de ser
hombre, implican llevar a cabo numerosos cambios que permitan desvincular a hombres
y mujeres de la asignación de estereotipos y roles sociales que imponen el dominio de un
género sobre otro. No obstante, si bien hoy en día no son compartidas por un elevado nú-
mero de hombres, poco a poco están consiguiendo tener mayor impacto en la actual so-
ciedad.
Teniendo en cuenta este hecho, resulta conveniente destacar que la participación mas-
culina como elemento de reivindicación familiar, laboral y de cuidado infantil requiere
mayor compromiso científico-académico. A nivel europeo, escasos estudios e investigacio-
nes denotan la falta de recursos sociales, políticos, culturales y económicos para con la co-
rresponsabilidad laboral y familiar de hombres y mujeres (Jean, 2015; Podnieks, 2016;
Suwada, 2017). Así pues, cabe señalar que el 50 % de los hombres españoles no coopera
en el reparto de tareas domésticas y familiares y solo el 33 % de ellos limpian la casa y cui-
dan de sus descendientes (Alberdi y Escario, 2007). En el caso de personas mayores en si-
tuación de dependencia, la participación del hombre en trabajos de cuidado remunerado
denota el desafío de poder y autoridad para con el modelo de masculinidad tradicional
establecido (Brannen y Moss, 2003).
De forma paralela, conviene señalar que el movimiento feminista junto con los Esta-
dos Miembros de la Unión Europea, participan paulatinamente en constante lucha social
contra la desigualdad de género. Así pues, términos tales como: reparto de tareas y res-
ponsabilidades, conciliación de la vida familiar y laboral, cuidado e interdependencia, de-
mocracia paritaria, reivindicación de cuidado, monoparentalidad masculina, paternidad
infantil y nueva paternidad, cada día son más utilizados con el propósito de manifestar la
voluntad de logro de igualdad (Avilés, 2015; Ranson, 2015; Martín-Palomo, 2016; Johans-
son y Andreasson, 2017).
En todo caso, a principios de nuevo siglo, el acceso de la mujer al mercado laboral
de trabajo constituye un punto de in inflexión en la concepción de masculinidad y pater-
nidad (Elliott, 2016). En este sentido, cabe señalar que el hombre adquiere mayor prota-
gonismo en quehaceres doméstico-familiares, reivindicando, por consiguiente, nuevas for-
mar de vivir la paternidad, entendida esta como experiencia de vinculación personal y
emocional. Sin embargo, investigaciones recientes afirman aún hoy día la presencia arrai-
gada de modelos tradicionales de género en instituciones públicas y familiares, aspecto
cual evidencia el largo camino a recorrer en aras de fomentar la voluntad de logro de
igualdad.
rentes modelos alternativos de ser hombre que converjan en la voluntad de logro de igual-
dad de género, así como en el fomento de principios éticos de igualdad y/o equidad y jus-
ticia entre los sexos. Estas nuevas alternativas de ser hombre, promovidas en mayoría por
el movimiento feminista y diferentes asociaciones y grupos de hombres antisexistas, unen
a hombres y mujeres de todo el mundo (Lomas, 2004).
Llegado este punto, cabe destacar que, en menor medida que las mujeres, limitadas
durante siglos por su papel de proveedoras de cuidado, los hombres también se han visto
obligados a cumplir las expectativas sociales que les obligan a seguir un determinado mo-
delo de masculinidad tradicional. Por consiguiente, podemos afirmar que nuestro objeti-
vo hoy día es doble; por una parte, definir la masculinidad en plural, dando cabida a la
diversidad de opciones personales, familiares, afectivas, sexuales e ideológicas presentes en
nuestra sociedad; y, por otra, en caso de optar por el pleno ejercicio de la paternidad, asu-
mir este hecho desde la corresponsabilidad de cuidado y afecto.
La literatura existente sobre el nuevo ideal de paternidad advierte sobre su llegada en
la sociedad actual. Sin embargo, esta afirmación no es ninguna realidad, ya que las esca-
sas y rigurosas investigaciones sobre la práctica de nuevas paternidades manifiestan que la
mayoría de los padres actuales, definidos como nuevos padres, aún no han comenzado a
recorrer el extraordinario camino que la paternidad supone, además, muchos de ellos, no
se plantean cambiar la meta en sus propósitos de vida para estar más tiempo con sus hi-
jos/as y compartir su vida por y para ellos/as (Bonino, 2003).
3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Las conclusiones aquí propuestas, se establecen a partir del estudio y análisis que so-
bre la identidad masculina, nuevas masculinidades, paternidad y cuidado datan los estu-
dios e investigaciones hasta la fecha. De este modo, es posible contemplar una aproxima-
ción sociocultural sobre el interés que el estudio del hombre y la paternidad ha
promovido en los últimos años en las diferentes disciplinas sociales y estudios de género.
En la actualidad, los estudios e investigaciones sobre masculinidad e identidad mascu-
lina, coinciden en la idea de que la masculinidad es un constructo histórico y cultural, pro-
ducto de una determinada construcción social de género y, por tanto, al ser identidades
adquiridas socialmente, están abiertas a cambios y transformaciones. La masculinidad, al
igual que la feminidad, no es una esencia universal e inalterable, sino un efecto de la cul-
tura, un lastre histórico y social de la existencia humana constituida a lo largo de la his-
toria por y para el hombre (Cortés, 2002; Lomas, 2004). Los hombres parecen estar a fa-
vor al cambio promovido en términos de igualdad en determinados momentos críticos de
transición vital, como puede ser el nacimiento del primer hijo/a. Por tanto, y si se tiene en
cuenta este hecho, las políticas que promueven el cambio deben de apuntar a esos momen-
tos vividos por el hombre (Bonino, 2003).
Para conseguir y fomentar una mayor participación masculina en el ejercicio de la pa-
ternidad y cuidado infantil, así como en la corresponsabilidad de tareas domésticas y fa-
miliares, Kimmel (1992) propone hacer lo mismo que hizo el feminismo, producir un mo-
delo que se maneje en dos niveles: por un lado; el nivel de las transformaciones
interpersonales, que permite dar a conocer los sentimientos y emociones de los hombres;
y por otro, el nivel de las transformaciones interpersonales, el cual pretende integrar a la
vida pública a hombres y mujeres como personas igualitarias. De este modo, resulta im-
prescindible fomentar la participación de los hombres en políticas públicas de apoyo para
conseguir que se instalen centros de educación infantil próximos al lugar de trabajo, así
como ampliar los permisos de paternidad y mayores compensaciones económicas retribui-
das al nacimiento para sus progenitores, la libertad de los derechos reproductivos de la
mujer, la protección contra el acoso sexual y los maltratos y violencia de género, conside-
rados asuntos tanto de hombres como de mujeres. Por consiguiente; Kimmel (1992) afir-
ma: «Las mujeres no podrán ser nuestras iguales sin estos cambios, y nuestra vida como
hombres definitivamente se va a empobrecer» (p. 138).
En este sentido, las áreas de intervención en el ámbito social, educativo y sanitario son
de especial interés para hombres y mujeres, así como asociaciones de hombres que quie-
ren promover en la actualidad nuevos modelos de paternidad, nuevos padres participati-
vos en la relación doméstica, laboral y familiar, y padres igualitarios en el reconocimien-
to de la igualdad y equidad de derechos y deberes de hombres y mujeres. Para ello, es
necesario fomentar nuevos modelos sociales comprometidos con la participación de hom-
bres, y sobre todo, de nuevos padres; promoviendo leyes que favorezcan la conciliación de
la vida familiar y laboral y estableciendo nuevas propuestas de actuación a partir de los
modelos sociales de masculinidad y paternidad tradicionales.
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