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La doble vara de medir

La edición de Arco 2014 comenzó precedida por un anuncio mediático del gobierno el día
24 de enero, la reducción del impuesto del IVA artístico del 21 al 10 %. Sin embargo como
es habitual en las ruedas de prensa del gobierno, la ambigüedad de las declaraciones
confundió a los profesionales del arte y al conjunto de la sociedad, provocando reacciones
de muy diversa índole. Así tras la inicial alegría derivada de la noticia, no tardó en
aparecer la decepción, ya que la medida solo afectaba a la venta directa entre artistas y
coleccionistas, situación que apenas se da en el mercado del arte.

Un mes antes y sumándose a las protestas y reclamaciones del conjunto de la sociedad


española, los profesionales del arte hicieron llegar a finales de diciembre una carta abierta
publicada en el EL PAIS, en respuesta a las declaraciones del titular de hacienda respecto
a la subida del IVA recién aprobada. En ella reclamaban políticas que redujeran el agravio
comparativo que sufren los artistas y galeristas españoles respecto a sus homólogos en el
resto de Europa. No siendo difícil encontrar similitudes entre esta carta y los cuadernos de
agravios que en la Francia de Luis XVI recogían los deseos y reclamaciones de los
súbditos y que fueron el caldo de cultivo que tras la revolución francesa culminó en la
declaración de los derechos del hombre y el ciudadano.

Así antes de la revolución francesa una de las reclamaciones que más se repetían en
estos cuadernos era que no hubiera en el territorio dos pesos y medidas diferentes, ya
que representaba el más genuino símbolo de la desigualdad, de la injusticia y del poder
arbitrario de los señores, quienes, con sus medidas acrecentaban la opresión sobre el
pueblo. Encontramos de esta manera en Arco la que considero mejor representación
plástica de este echo de la mano de José Hidalgo-Anastacio, que a partir de la medida de
la vara en diferentes provincias españolas intenta construir un cuadrado sin éxito. El
resultado es un poliedro irregular, sintomático del problema de utilizar una herramienta de
medición cambiante y sustentada en el capricho de unos pocos.

Sin duda reciclar es necesario, pero reciclarse también, algo por lo que no parecen estar
dispuestos a pasar. Sería conveniente que revisaran la historia, para comprender que las
cartas al gobierno no son en absoluto algo reciente y carente de importancia. Éstas,
responden al descontento de un pueblo, y están cargadas de la realidad que a ellos se les
escapa, esa realidad a la que ellos echan la culpa cuando no tienen justificación para las
medidas que adoptan.

24 de enero

libro de agravios- carta abierta al titular de hacienda, de juan

La doble vara de medir


Son numerosas las cartas que desde hace unos años están siendo enviadas desde
diferentes sectores de la población a los responsables del gobierno. Podría imaginarse
que las mesas de estos “responsables” están colmadas por las innumerables
reclamaciones que esperan a ser atendidas. Algo similar a las montañas de periódicos
que Mateó Maté presentaba en ARCO. Sin embargo, seguramente esas cartas hayan
sido recicladas, teniendo en cuenta la “austeridad” de la que hace gala el gobierno.

Esta lluvia de cartas se podría asemejar a los cuadernos de agravios que en la Francia de
Luis XVI recogían los deseos y reclamaciones de sus súbditos. Y que fueron el caldo de
cultivo que desembocó en la revolución francesa, culminando con la declaración de los
derechos del hombre y el ciudadano. Es curioso comprobar que una de las reclamaciones
que más se repetía en estos cuadernos, era que no hubiese en el territorio dos pesos y
medidas diferentes. Ya que representaban el más genuino símbolo de la desigualdad, de
la injusticia y del poder arbitrario de los señores, que con sus medidas acrecentaban la
opresión sobre el pueblo.

Entre las piezas que podían verse en ARCO, destaco la que considero mejor
representación plástica de la doble vara de medir de la mano de José Hidalgo-Anastacio.
Este artista ecuatoriano presenta una pieza donde intenta construir un cuadrado a partir
de cuatro varas. Un intento fallido, debido a que al igual que ocurría en la Francia de los
señores feudales, en España las varas de medir diferían en longitud entre un lugar y otro.
De esta manera, el resultado obtenido por el artista es un poliedro irregular, tan irregular
como las cambiantes decisiones políticas, sustentadas en el interés de unos pocos.

ARCO comenzó este año precedida por varias cartas cruzadas entre el ministro de
hacienda y los profesionales del arte en torno al juego de subidas y bajadas del IVA
cultural. Asunto que finalizó con el anuncio mediático de la reducción del IVA para la venta
de obras de arte entre artistas y coleccionistas. Un sinsentido, una bomba de humo para
acallar la principal reclamación del sector artístico español: el establecimiento de políticas
a largo plazo que reduzcan el agravio comparativo respecto a sus homólogos en el resto
de Europa.

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