Está en la página 1de 15

MATERIAL DE REFUERZO PARA MAESTROS

CLASE 3 . – SERIE LA ORACION

Amad@s maestr@s acá les coloco este complemento para la clase 3, sobre Dios responde mi
oración. Estos son algunos ejemplos de diferentes personajes de la Biblia, que recibieron una
respuesta a su solicitud al Señor.

Recuerden que debemos centrar la clase en Jesús, y ya le envié varias citas bíblicas sobre
como Jesús oraba, cuando, las respuestas que recibió, en fin, allí tienen un sinfín de ejemplos.
Pero este material les servirá para profundizar sus conocimientos y sus ganas de aprender.

Much@s de nosotros hemos aprendido haciendo (yo me incluyo), es decir, sobre la marcha, la
primera vez que di clases (relacionadas con la palabra) a niños, la mayoría tenía mi edad o yo
apenas les llevaba 2 años, eso fue cuando tenía 10 diez años, luego la siguiente oportunidad,
prácticamente fue recién convertida como a los 18 años, ni yo misma sé en qué momento fue
mi llamado, el hecho es que es algo que muchos vieron en mí y me escogieron para esto, y yo
nunca rechace tampoco. Aunque muchos años estuve apartada del Señor, finalmente al
regresar al redil, y ponerme a su servicio, acá estoy; cuando empecé, empecé igual que
ustedes, llena de temores, dudas, de saber si era realmente mi llamado o de la gente, si servía
realmente para esto, en fin. En este tiempo, he visto, como poco a poco, El Señor me ha
capacitado, cada día más abre mis ojos, mi entendimiento y me da herramientas para trasmitir
aquello que un día recibí.

Hoy te animo a perseverar, a no dudar, a capacitarte y a pedirle al Señor que te adiestre para
aquello a lo cual el te llamo. Te garantizo que el Señor hará su parte, pero tú debes hacer la
tuya, estudiando la palabra, orando, aprendiendo diversos temas infantiles y buscando recursos
que mejoren aquella área donde tal vez consideres que te falta o reforzar aquella que más
abunde en ti.
Te Amo, en el Amor de Cristo, somos un grupo muy especial

Sería un buen ejercicio que en los próximos ejemplos anexemos las citas bíblicas, allí les dejo
ese trabajo.
RAQUEL, oró al Señor diciendo: “Dame hijos, o si no me muero”  Y la respuesta del Señor
vino: “Y se acordó Dios de Raquel y la oyó y le concedió hijos”

JACOB, le dijo al ángel del Señor: “No te dejaré si no me bendices” Y la respuesta del Señor
vino:  “Y el varón de Dios lo bendijo allí”

MOISÉS, dijo al Señor: “Si he hallado favor delante de ti, muéstrame ahora tu camino” Y la
respuesta del Señor  vino: “Mi presencia irá contigo y te daré descanso”

JOSUÉ, ante la batalla contra los amorreos dijo: “Sol detente en Gabaón y tú luna en el valle
Ajalón” Y la respuesta del Señor vino: “el sol se detuvo  y la luna se paró hasta que la gente
hubo vengado a sus enemigos”

GEDEÓN, dijo al Señor: “Si he de salvar a Israel por mi mano pondré como señal un vellón de
lana y si el rocío estuviera en el vellón y la tierra seca, entonces entenderé que salvarás a
Israel por mi mano. Luego Gedeón dijo: Ahora, que solo el vellón quede seco y el rocío sea
sobre la tierra” Y la respuesta del Señor vino: “aquella noche lo hizo Dios así”

SANSÓN, clamó al Señor diciendo: “Acuérdate de mi ahora, y fortaléceme, te ruego, solamente


una vez más, oh Dios. ¡Sólo una vez más!” Y la respuesta del Señor vino: “Dios le dio fuerzas
tal, que fueron más los que Sansón mató al morir que los que había matado durante su vida”

ELÍAS, al ofrecer el holocausto oró al Señor diciendo: “Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob, sea hoy manifiesto que tú eres Dios de Israel y ¡respóndeme Jehová, respóndeme!” Y la
respuesta del Señor vino: “Cayó fuego de Jehová y consumió el holocausto, la leña, las
piedras y el polvo y aún lamió el agua que estaba en la zanja”

ELISEO, entró al cuarto de la sunamita donde ésta había dejado a su hijo muerto y cerrando la
puerta el profeta oró a Jehová y se tendió sobre el niño”. Y la respuesta del Señor vino: “El
niño estornudó siete veces y abrió sus ojos”

Aún cuando el ejército Sirio tenía la ciudad de Israel , el criado de Eliseo preguntó: “¡Ah Señor!
¿Qué haremos?” Y Eliseo le dijo a su criado: “No tengas miedo porque más son los que están
con nosotros que los que están con ellos. Y ELISEO oró: Te ruego, oh Señor que abras los ojos
de mi siervo para que vea” Y la respuesta del Señor vino: “Y el Señor abrió los ojos del
criado y miró y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego
alrededor de Eliseo”

SALOMÓN, ante la pregunta del Señor: “Pide lo que quieras que yo te de”, él respondió: “Da
pues a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo
malo” Y la respuesta del Señor vino: “He aquí lo he hecho conforme a tus palabras”

EZEQUÍAS, por medio del profeta Isaías, el Señor le mandó a decir: “Ordena tu casa porque
morirás y no vivirás” Entonces Ezequías volvió su rostro a la pared y oró al Señor: “Oh Señor,
haz memoria de cómo he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón y que he hecho
las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías” Y la respuesta del Señor vino: “Iba Isaías por el
patio de la casa cuando el Señor le dijo: Regresa donde Ezequías y dile que he oído su oración
y he visto sus lágrimas, he aquí que yo le sano y aún añadiré quince años a sus días”

JOSAFAT, se humilló para que el Señor le diera la victoria sobre Moab y oró: “¡Oh Dios
nuestro!, en nosotros no hay fuerza, no sabemos que hacer y a ti nos volvemos” Y la respuesta
del Señor vino: “No temáis ni os amedrentéis porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.
Estad quietos y ved la salvación de Jehová”

JOB, oró diciendo: “Yo conozco Señor que todo lo puedes y me arrepiento de todo lo que
dije” Y la respuesta del Señor vino: “Y Jehová aceptó la oración de Job y quitó la aflicción de él”

JONÁS en el vientre del gran pez dijo: “En mi angustia invoqué al Señor… clamé… cuando mi
alma desfallecía, me acordé del Señor…” Y la respuesta del Señor vino: “Y mandó el Señor al
pez y vomitó a Jonás en tierra”

JABES, invocó al Dios de Israel diciendo: “¡Oh, si me dieras tu bendición y ensancharas mi


territorio y si tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal para que no me dañe” Y la
respuesta del Señor vino:“Y otorgó Dios lo que pidió”

ANA, oró al Señor diciendo: “Si te dignares a mirar la aflcición de tu sierva, y te acordares de
mi, y no te olvidares, sino que me dieres un hijo varón” Y la respuesta del Señor vino: “Y Elcana
se llegó a su mujer Ana y Jehová se acordó de ella y concibió un hijo, llamado Samuel”
PEDRO, el apóstol, postrado de rodillas oró ante el cuerpo de Dorcas que estaba sin vida y
dijo: “Tabita, levántate” Y la respuesta del Señor vino: “Y ella abrió los ojos y al ver a Pedro se
incorporó”

JESÚS, frente al sepulcro de su amigo que tenía ya cuatro días de muerto, oró a su
Padre, clamando: “¡Lázaro, ven fuera” Y la respuesta de su Padre vino: “Y el que había
muerto salió atadas las manos y los pies con vendas y el rostro envuelto en un sudario”

No sé cuál es la dimensión de tu oración al Señor en busca de una respuesta, lo único que sé y


que te puedo decir es que Dios es un Dios que responde oraciones. Quizás tu oración es
como la de Raquel o Ana por un hijo, o como la de Jacob de no querer soltarte de Dios hasta
que te bendiga, o como la de Moisés que Su presencia y Su favor no se aparte de ti, o como la
de Josúe pidiendo victoria sobre tus enemigos, o como la de Gedeón por una señal a tu vida, o
como la de Sansón por una oportunidad más, o como la de Elías por la manifestación del poder
de Dios, o como la de Salomón pidiendo sabiduría, o como la de Eliseo para que  Dios resucite
lo que ha estado muerto espiritualmente en ti o que Dios abra tus ojos espirituales,  o como
Ezequías que Dios te conceda más días a tu vida, o como Josafat por fuerzas y dirección en tu
vida, o como la de Job por sanidad, o como la de Jonás por salir de tu encierro, o quizás sólo
es una oración como la de Jabes pero que lo envuelve todo: ¡OH Si me dieras tu bendición!

Sea cual sea tu oración, siempre ten presente: Dios es un Dios que responde
oraciones. Cuando sientas que ya no puedes, que estás por debilitarte y darte por vencid@,
recuerda las palabras del salmista: “Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios
sigue siendo la fuerza de mi corazón” O bien recuerda las palabras de Job: “Aunque él me
matare, en él esperaré” No puedo decirte cuando vendrá tu respuesta pero si una cosa sé:
¡Dios está de tu lado! ¡Nunca subestimes el potencial de una oración!

Fuente:http://mundodefenicaragua.org/dios-es-un-dios-que-responde-oraciones/
#sthash.Cdofh29o.dpuf
El Secreto de la Oración Contestada

1. UNA CONVERSACIÓN CON DIOS


¿Cómo podemos estar seguros de que Dios nos escucha? “Entonces me invocaréis y
vendréis y ORARÉIS A MÍ, Y YO OS OIRÉ; y me buscaréis y me hallaréis porque me
buscaréis de todo vuestro corazón”. —Jeremías 29:12-13. (A menos que se indique algo
diferente, los textos bíblicos en esta Guía de Estudio son de la versión Reina-Valera revisada
en 1960.) ¿Qué seguridad dio Jesús de que él escuchará y responderá nuestras
oraciones? “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os
abrirá”. —S. Lucas 11:9. La oración es un diálogo. Jesús promete: “He aquí, yo estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrará a él, y cenaré con él, y él
conmigo”. —Apocalipsis 3:20. ¿Cómo es posible sentarse con Cristo a la mesa y tener una
agradable conversación con él?. Primero, contándole en oración todo lo que tenemos en
nuestro corazón. Segundo, escuchando cuidadosamente. A medida que meditamos en oración,
Dios puede hablarnos directamente. Y cuando estudiamos su Palabra, él nos hablará a través
de sus páginas. La oración para el cristiano puede llegar a ser una forma de vida. “ORAD SIN
CESAR. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús”. —1 Tesalonicenses 5:17-18. ¿Cómo podemos “orar sin cesar”? ¿Tenemos que estar
siempre de rodillas o repitiendo sin cesar frases de oración o ruego? Por supuesto que no. Se
trata de llevar una vida tan íntima con Jesús, que nos sintamos libres de hablar con él en
cualquier momento y lugar. “No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en
ferviente oración. En medio de las multitudes de las calles o de una sesión de negocios,
podemos elevar a Dios una oración e implorar la ayuda divina... Debemos tener abierta de
contínuo la puerta del corazón e invitar siempre al Señor Jesús a venir a morar en nuestra alma
como un huésped celestial”. –El camino a Cristo, pág. 99. Una de las mejores maneras de
desarrollar esta íntima relación, es meditar mientras oramos. “Dulce será mi meditación en él;
yo me regocijaré en Jehová”. — Salmos 104:34. Cuando ore, no presente sólo una larga lista
de pedidos. Espere, escuche. Una oración corta y meditada puede enriquecer mucho su
relación con Dios. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. —Santiago 4:8. Cuanto
más nos acerquemos a Jesús tanto más podremos sentir su presencia. No se preocupe tanto
de sus palabras, sino de hablar honesta y francamente con él. Cuéntele todo. Recuerde que él
sufrió la agonía de la muerte para llegar a ser su Amigo más íntimo.
2. ¿CÓMO ORAR?
Cuando oramos, podemos seguir el modelo que Jesús dio en el Sermón del Monte. Él enseñó
a sus discípulos el Padrenuestro para satisfacer su pedido: Enséñanos a orar”. “Padre nuestro
que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los
siglos. Amén” —S. Mateo 6:9-13. De acuerdo a este modelo, podemos ir a Dios como nuestro
Padre, para pedirle que tome posesión de nuestros corazones. Lo buscamos para que supla
nuestras necesidades físicas, para que nos perdone y para que nos dé una actitud
perdonadora. Recordemos siempre que nuestra capacidad para resistir el pecado viene de
Dios. La oración de Cristo concluye con expresiones de alabanza. En otra ocasión Jesús
instruyó a sus discípulos a orar al Padre en su “nombre” (S. Juan 16:23), es decir, orar en
armonía con el espíritu y los principios de Jesús. Por eso es que los cristianos generalmente
terminan sus oraciones diciendo: “En el nombre de Jesús, Amén”. En hebreo, “amén” significa
“así sea”. Aunque la oración modelo nos da una idea de cómo presentar una oración, nuestra
comunicación espontánea con Dios, de corazón, es lo mejor. Podemos orar por todo. Dios nos
invita a orar por el perdón de nuestros pecados (1 S. Juan 1:9); por el aumento de nuestra fe
(S. Marcos 9:24); por las necesidades de la vida (S. Mateo 6:11); por la sanidad de las
enfermedades y el sufrimiento (Santiago 5:15); por el derramamiento del Espíritu Santo
(Zacarías 10:1). Para él nada es demasiado pequeño para que no lo incluyamos en la oración.
“Echando TODA vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. — 1 S. Pedro
5:7. Nuestro Salvador se interesa por cada detalle de nuestras vidas. Su corazón se alegra
cuando nos dirigimos a él con amor y fe.

3. LA ORACIÓN EN PRIVADO
Casi todos tenemos cosas que vacilamos en compartirlas con nuestros más íntimos amigos.
Por eso Dios nos invita a ir a él por medio de la oración privada, para aliviar nuestras cargas. El
Todopoderoso conoce mejor que nosotros nuestros temores secretos y nuestros motivos y
resentimientos ocultos. Pero necesitamos abrirle nuestro corazón. La sanidad del alma
comienza cuando Jesús puede tocar nuestras heridas. ¿Se siente usted preocupado o
culpable? Dígaselo al Señor. Cuando oramos, él está cerca para ayudarnos: “Tenemos... uno
que fue TENTADO EN TODO SEGÚN NUESTRA SEMEJANZA, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar el
oportuno socorro”. —Hebreos 4:15-16. ¿Debemos tener un lugar especial para la oración
privada? “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto, y tu Padre... te recompensará en público”. —S. Mateo 6:6. Además de orar cuando
está trabajado, camina o se encuentra en una reunión social, el cristiano debe apartar un
tiempo cada día para la oración personal. Haga su cita diaria con Dios en el momento en que
usted pueda concentrarse mejor.

4. LA ORACIÓN EN PÚBLICO
Unirse con otros en oración crea un vínculo especial e invita al poder de Dios en gran manera.
“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. —
S. Mateo 18:20. Lo mejor que podemos hacer como familia es tener una vida unida de oración.
Enseñe a sus hijos que pueden presentar directamente a Dios sus necesidades. Se sentirán
animados cuando vean que Dios responde las oraciones en los asuntos prácticos de la vida.
Haga del culto de familia un momento agradable y de comunicación.

5. SIETE SECRETOS DE LA ORACIÓN CONTESTADA


Cuando Moisés oró, el Mar Rojo se abrió. Cuando Elías oró, descendió fuego del cielo. Cuando
Daniel oró, un ángel cerró la boca de los leones. La Biblia nos presenta muchos ejemplos
de oraciones contestadas, y nos recomienda la oración como la manera de tener acceso al
poder de Dios. Jesús prometió: “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. —S. Juan 14:14.
Sin embargo, algunas oraciones parecen no ser escuchadas. ¿Por qué? Estos siete principios
le ayudarán a orar más efectivamente:
a). Manténgase cerca de Cristo. “SI PERMANECÉIS EN MÍ, y mis palabras permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. —S. Juan 15:7. Si hacemos de nuestra
relación con Dios y estar en contacto con él nuestra prioridad, escucharemos y buscaremos las
respuestas a nuestras oraciones que, de otra manera, podrían pasar inadvertidas.
b). Confíe en Dios. “Y todo lo que pidiereis en oración, CREYENDO, lo recibiréis”. —S. Mateo
21:22. La fe consiste en buscar al Padre celestial confiadamente, para que supla nuestras
necesidades. Si siente que le falta la fe, recuerde que nuestro Salvador hizo un milagro para un
hombre desesperado que le rogó: “Creo; ayuda mi incredulidad”. –S. Marcos 9:24. Concéntrese
en ejercitar la fe que tiene. No se preocupe por la que le falta.
c). Ríndase confiadamente a la voluntad de Dios. “Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa CONFORME A SU VOLUNTAD, él nos oye”. —1 S. Juan 5:14.
Recuerde que Dios desea tanto enseñarnos como darnos cosas por medio de la oración. A
veces dice “no”; y otras veces nos lleva en otra dirección. La oración es un medio para estar a
tono con la voluntad de Dios. Por tanto, tenemos que estar atentos a las respuestas de Dios y
aprender de ellas. Es de gran ayuda recordar nuestras peticiones específicas y lo que nos ha
sucedido.
d). Espere pacientemente en Dios. “PACIENTEMENTE ESPERE A JEHOVÁ, y se inclinó a
mí y oyó mi clamor”. —Salmos 40:1. Lo importante es mantener la atención en Dios, en su
respuesta. No haga oraciones precipitadas y luego piense con temor en el problema. Espere
pacientemente en el Señor. Necesitamos practicar esta disciplina.
e). No persista en el pecado. “SI EN MI CORAZÓN HUBIESE YO MIRADO A LA INIQUIDAD,
el Señor no me habría escuchado”. —Salmos 66:18. El pecado acariciado anula el poder de
Dios en nuestras vidas: nos separa de él (Isaías 59:1-2). Usted no puede persistir en el pecado
y, al mismo tiempo, esperar la ayuda divina. La confesión sincera y el arrepentimiento
resuelven este problema. Si no estamos dispuestos a que Dios nos libere de nuestros malos
pensamientos, palabras y acciones, nuestras oraciones no serán efectivas. “Pedís, y no recibís,
porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. —Santiago 4:3. Dios no responderá “sí” a
las oraciones egoístas y faltas de sinceridad. Mantenga sus oídos abiertos a la ley de Dios,
cumpla su voluntad, y él escuchará sus peticiones. “El que aparta su oído para no oír la ley, su
oración también es abominable”. —Proverbios 28:9.
f). Sienta la necesidad de Dios. Dios responde a los que piden su presencia y poder en sus
vidas. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”.
—S. Mateo 5:6.
g). Persista en la oración. Jesús enseñó la necesidad de insistir en nuestras peticiones con la
historia de una viuda persistente que siempre se presentaba ante un juez con su petición.
Finalmente, el juez cansado, dijo: “Sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré
justicia”. Y Jesús concluyó, diciendo: “¿Acaso no hará Dios justicias a sus escogidos, que
claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?” (S. Lucas 18:5-7).

6. LOS ÁNGELES MINISTRAN A LOS QUE ORAN EN SUS NECESIDADES


El salmista se regocijaba porque sus oraciones fueron contestadas: “Busqué a JEHOVÁ, y él
me oyó, y me libró de todos mis temores... El ángel de JEHOVÁ acampa en derredor de los
que le temen, y los defiende”. —Salmos 34:4,7. Cuando oramos, Dios envía a sus ángeles para
responder nuestras oraciones (Hebreos 1:14). Las Escrituras enseñan que cada hijo de Dios
tiene un ángel guardián: “ Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os
digo que SUS ÁNGELES en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los
cielos”. –S. Mateo 18:10. Descubra el poder de la oración en su vida personal. La Biblia dice:
“El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús”. –Filipenses 4:5-7.

7. EL ESTILO DE VIDA CRISTIANO


La Biblia describe un distintivo estilo de vida cristiano. De acuerdo a Efesios 4:22-24, el
cristiano debe “despojarse” del viejo estilo de vida que es “conforme a los deseos engañosos”,
y “vestirse” del nuevo estilo de vida que es “creados según Dios”. Para triunfar, fije “los ojos en
Jesús” hoy y podrá ser parte de la celebración de la victoria final, cuando la paz de Cristo reine
para siempre.
Fuente: languages.bibleschools.com/spanish/span13.htm

El Poder de la Oración - ¿Cuán poderosa es?


El poder de la oración no debe ser subestimado. Santiago 5:16-18 declara, “...La oración
eficaz del justo puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras,
y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió en la tierra por tres años y seis meses. Y
otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto.” Dios definitivamente escucha las
oraciones, responde a las oraciones y se mueve en respuesta a las oraciones.

Jesús enseñó, “...porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis
a este monte: Pásate de aquí allá y se pasará; y nada os será imposible.” (Mateo 17:20). 2
Corintios 10:45 nos dice, “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas
en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
La Biblia nos urge “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando
en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” (Efesios 6:18)

El Poder de la Oración - ¿Cómo me aprovecho de él?


El poder de la oración no es el resultado de la persona orando. Por el contrario, el poder reside
en el Dios a quién oramos. Juan 5:14-15 dice, “Y esta es la confianza que tenemos en él,
que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos
oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le
hayamos hecho.” No importa quién esté orando, la pasión en la oración, o el propósito de la
oración – Dios responde a las peticiones que están de acuerdo con su voluntad. Su
repuesta no siempre es sí, pero siempre es en nuestro mejor interés. Cuando nuestros deseos
se alinean con Su voluntad, lo entenderemos en su momento. Cuando oramos
apasionadamente y con propósito, de acuerdo con la voluntad de Dios, ¡Dios responde
poderosamente!

No podemos llegar a la oración poderosa usando “fórmulas mágicas.” La respuesta a nuestras


oraciones no depende de la elocuencia de nuestras oraciones. No tenemos que usar ciertas
palabras o frases para lograr que Dios conteste nuestras oraciones. De hecho, Jesús rechaza a
aquellos que oran usando repeticiones, “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los
gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a
ellos; pues vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
(Mateo 6:7-8). La oración es una comunicación con Dios. Todo lo que tienes que hacer es
pedirle a Dios Su ayuda. El Salmo 107:28-30 nos recuerda, “Entonces claman a Jehová en su
angustia, y los libra de sus aflicciones. Calma la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus
ondas. Luego se alegran, por que se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban.” ¡Hay
poder en la oración!

El Poder de la Oración - ¿Por cuáles cosas debo orar?


La ayuda de Dios a través del poder de la oración está disponible para toda clase de pedidos y
asuntos. Filipenses 4:6-7 nos dice, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.” Si necesitas un ejemplo de cómo orar, lee Mateo 6:9-13. Estos versos se
conocen como el Padre Nuestro. El Padre Nuestro no es una oración para memorizarla y
simplemente recitársela a Dios. Es solamente un ejemplo de cómo orar y las cosas que deben
decirse en una oración – adoración, confianza en Dios, peticiones, confesión, protección,
etc. Ora por estas cosas, pero háblale a Dios usando tus propias palabras.

La Palabra de Dios está llena de relatos que describen el poder de la oración en varias
situaciones. El poder de la oración ha vencido enemigos (Salmos 6:9-10), conquistado la
muerte (2 Reyes 4:3-36), traído sanidad (Santiago 5:14-15), y derrotado demonios (Marcos
9:29). Dios, a través de la oración, abre ojos, cambia corazones, sana heridas, y concede
sabiduría (Santiago 1:5). ¡El poder de la oración no debe ser subestimado ya que se
sustenta de la gloria y fuerza del infinitamente poderoso Dios del universo! Daniel 4:35
proclama, “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su
voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su
mano y le diga: ¿Qué haces?”

Fuente: http://www.allaboutprayer.org/spanish/el-poder-de-la-oracion.htm
ALGUNAS PERSONAS QUE RECIBIERON
RESPUESTA DE DIOS ALGUNAS PERSONAS QUE RECIBIERON
RESPUESTA DE DIOS
ANA MOISES JOB RAQUEL JONAS ELIAS JOSAFAT ELISEO
JABES GEDEON JACOB EZEQUIAS ANA MOISES JOB RAQUEL JONAS ELIAS JOSAFAT ELISEO
JABES GEDEON JACOB EZEQUIAS

R E L I S E O R H J
E K L C V P A T S M R E L I S E O R H J
Z G F U O N D C T O E K L C V P A T S M
A E S A I L E U A I Z G F U O N D C T O
B D R A C H B P F S A E S A I L E U A I
J E Ñ J C J O G A E B D R A C H B P F S
S O S D F I L G S S J E Ñ J C J O G A E
B N A N A Ñ C M O N S O S D F I L G S S
A E Y U I O P S J O B N A N A Ñ C M O N
L V E Z E Q U I A S A E Y U I O P S J O
E R D A G R A L H B L V E Z E Q U I A S
U N J O N A S O O E E R D A G R A L H B
Q F D A G B Q C L P U N J O N A S O O E
A E N D I O A S R T Q F D A G B Q C L P
R A Z N A J A B E S A E N D I O A S R T
R A Z N A J A B E S
COMPLETA EL VERSICULO:
“Y _____________________QUE COMPLETA EL VERSICULO:
CLAMEN,___________________________;MIENTRAS AÚN “Y _____________________QUE
HABLEN,_____________________________________________ CLAMEN,___________________________;MIENTRAS AÚN
_______” ISAIAS 65:24 HABLEN,________________________________________________
____” ISAIAS 65:24

También podría gustarte