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2020

Recuerdos de lo que nunca sucedió

Belén García Rodríguez


Memoria y Representación
Paqui Padilla Adamuz
15-10-2020
Yo, Belén García Rodríguez, he realizado el siguiente ensayo de forma
autónoma
RECUERDOS DE LO QUE NUNCA SUCEDIÓ

1. Resumen:

A lo largo de la historia de la Psicología de la Memoria, se ha


especulado acerca de la existencia de técnicas que permitiesen la
manipulación del recuerdo, posibilitando así la creación de recuerdos de
eventos que nunca tuvieron lugar en la historia de vida del sujeto. El siguiente
estudio, prueba que esto puede ocurrir. A través de técnicas de manipulación
del recuerdo, se pueden inducir falsas memorias en los participantes, tanto de
carácter emocional como ligadas a haber cometido un crimen. Tras tres
entrevistas, el 70% de los participantes tenían falsos recuerdos de haber
cometido un crimen. Además, estos recuerdos eran similares a los inducidos de
tipo emocional en cuanto a la cantidad de detalles aportados y su carácter
multisensorial. Desde otras aproximaciones al estudio de la memoria
encontramos modelos que ya defendían esta posición; teorías como la
teoría intuicionista de la memoria, postulan que recordamos de un modo
similar los falsos y los recuerdos reales. Asimismo, usando técnicas de
neuroimagen, podemos observar una activación similar cuando se recuerdan
ambos tipos de recuerdos.

Palabras clave: falsos recuerdos, memoria episódica, confesiones


legales, delincuencia adolescente

Introducción:

La confesión de un delito es una de las pruebas legales más potentes,


pero ¿qué ocurriría si investigamos sobre la memoria de una forma menos
rígida? Tradicionalmente, se concibe a la memoria como una capacidad de
acceso a los recuerdos que archivamos y se quedan intactos. En este estudio,
se pone a prueba hasta qué punto nuestros recuerdos son fiables, se pueden
manipular a través de entrevistas, y cuánto tendrían en común los falsos
recuerdos, emocionales y criminológicos entre sí. Así, se tratará a la memoria
como capaz de construir información proveniente de fuentes internas y
externas, con la finalidad de dotar de coherencia a lo ocurrido. Y, ¿cómo se
puede manipular a la memoria como para que genere recuerdos de hechos
autobiográficos nunca vividos? Mediante técnicas empleadas en la entrevista
(como la presunción de culpa del sujeto o animarle a que recuerde) o pidiendo
a los sujetos ejercicios de visualización del falso evento. Este estudio podrá
aportar información acerca de la fiabilidad de las confesiones de delitos,
construyendo un marco legal más verídico y justo.

2. Cuerpo:

Para realizar el estudio se contó con una muestra de 126 graduados de


la Universidad de Canadá. Estos sujetos se encontraban entre los 18 y 31
años, eran caucásicos (excepto 5), de habla anglosajona (excepto 5) y
mayoritariamente mujeres. Se usó un paradigma narrativo de informante
familiar modificado para convencer a los participantes de que habían cometido
un crimen entre los 11 y 14 años de edad. Se siguió el mismo procedimiento
básico que en estudios previos (Lindsay et al., 2004; Porter et al.1999; Wade,
Garry, Read, y Lindsay, 2002) y el mismo guion de entrevista (Porter et al.
(1999), la única variación introducida es que se les preguntaba por los
recuerdos falsos y verdaderos en las tres entrevistas y no solo en la primera.
Esta variación pretende disminuir la sospecha de los participantes. Al final del
estudio se les entregaron 50 $ a los participantes y se les informó del recuerdo
falso.

En la primera fase, los participantes autorizaron a los experimentadores


para pasar un cuestionario de memoria a los 126 cuidadores de los
participantes, se devolvieron 91. De estos, 70 fueron seleccionados para
participar bajo el criterio de cumplir los siguientes requisitos: haber vivido por lo
menos un evento con gran carga emocional entre los 11 y 14 años, no haber
cometido ninguno de los crímenes del experimento, y nunca haber tenido
contacto con la policía. También se preguntó a los cuidadores, si los
participantes habían experienciado alguno de 6 eventos negativos de los
cuales 3 eran criminales (asalto, asalto con armas o robo) y los otros 3 no (un
ataque de un animal, un accidente o haber perdido mucho dinero). Estas tres
condiciones se eligieron para aumentar la generalización no con el objetivo de
compararlos entre sí. Asimismo se les pidió que describiesen con detalle el
suceso y que no comentasen ninguno de los eventos con los participantes
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hasta finalizado el estudio. Ha de tenerse en cuenta que la recopilación de
datos se detuvo antes de lo previsto porque se encontró una tasa de éxito
mayor en la inducción de recuerdos de lo esperado, lo que permitió probar la
hipótesis de interés con un tamaño de muestra de 60 sujetos.

Cabe pararse a definir qué condiciones son necesarias para considerar


un recuerdo como falso. Se considera que: el individuo debe indicar que
recuerda el evento aportando detalles del mismo en la última entrevista, debe
incluir en sus recuerdos las claves aportadas por el entrevistador (como el lugar
del acontecimiento), así los detalles aportados deben de ser al menos 10 y
siempre más que los dados por esta fuente externa. El participante no debe
recordar el falso evento en la primera presentación del mismo, no debe haber
hablado con los cuidadores sobre los eventos y deben de contestar que habían
creído haber olvidado el recuerdo.

En la segunda fase, los participantes realizaron tres entrevistas (de 40


minutos cada una), entre las cuales transcurría una semana. Durante la
primera entrevista, se presentaba al participante un evento que había vivido y
otro que no. El evento falso podía ser criminal y no criminal, como ya he
mencionado, de forma que los participantes fueron asignados al azar a cada
una de las condiciones. A lo largo de la entrevista, el entrevistador ofrece
detalles (como la ciudad en la que ocurrió, qué edad tenía el participante…). En
caso del evento real, son adecuados, sin embargo los del recuerdo falso son
aleatorios. Así se les pide a los participantes qué expliquen lo ocurrido, aún así
en esta entrevista los participantes son incapaces de dar cuenta de lo ocurrido
en el evento falso, y es cuando el entrevistador los anima a recordarlo,
mientras les dice que la mayoría de las personas consiguen hacerlo si se
esfuerzan lo suficiente. Además se les dice que se trata de un estudio de
métodos de recuperación de memoria, y que cada noche en casa prueben a
visualizar el evento (estos métodos han demostrado ser efectivos en la génesis
detalles de falsos recuerdos).

A lo largo de las tres entrevistas, el entrevistador se comporta de forma


consistente, esto es reflejado en el número de palabras usadas o en ciertas
tácticas comportamentales( cuando el participante decía que no podía recordar,
el entrevistador se hacía ver decepcionado pero simpático, mientras tomaba
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una nota). Las tácticas utilizadas, provienen de la literatura y son las siguientes:
pruebas falsas incontrovertidas ( “tus cuidadores dijeron…”), presión social (“la
mayoría de las personas consigue recordarlo si se esfuerza lo suficiente”), y
técnicas de recuperación sugerentes. Además se estableció rapport con los
participantes, se usaron los silencios y las pausas ya que suelen generar más
detalles pues resultan incómodos, y un uso del mensaje abierto al final
(preguntar “¿y qué más?”). Asimismo, los participantes pensaban que los
entrevistadores tenían mucha información del evento, facilitada por los
cuidadores.

Así al finalizar la tercera entrevista, se les pidió a los participantes que


dieran los máximos detalles posibles, a la vez que se les preguntó por su
perspectiva del recuerdo, la viveza de la memoria, cuán seguros que estaban
de ella, y por la ansiedad que habían experimentado durante el evento. Los
investigadores también se interesaron por las tareas realizadas en casa, por lo
que preguntaron por la frecuencia con la que visualizaron el recuerdo, cuán
sorprendidos estaban de que la memoria fuese falsa y si habían sospechado
del entrevistador.

Se transcribieron un total de 180 entrevistas, los detalles aportados se


contabilizaron y fueron clasificados, en base a qué remitiesen, en las siguientes
categorías: “generales” “específicos de la policía” y “operaciones cognitivas”.
Es decir, si los detalles correspondían con el hecho en cuestión, con el
contacto con la policía o con las percepciones intrínsecas del evento,
respectivamente. Finalmente se clasificó a los participantes en varias
categorías: “obediente” si había recordado 10 o más detalles pero que no creía
que el evento hubiese sucedido, “aceptadores del falso evento” si había
recordado menos de 10 detalles pero cree que el evento sucedió, y como “sin
memoria del evento” a aquellos que proporcionaron menos de 10 detalles y
creen que sí ha ocurrido el evento. Aún así no se analizaron diferencias entre
los grupos de sujetos puesto que la muestra era reducida.

De los recuerdos falsos criminales, 21 eran específicos de contacto con


la policía. De estos 8, eran por asaltar a otra persona, 6, involucrados en un
robo, y 7, por un asalto con arma. Once, se correspondían con falsos recuerdos
de asalto con o sin arma, y describen detalles específicos del contacto con la
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policía. Sólo 2 correspondían a recuerdos de un robo y proporcionaron detalles
específicos de la policía. Todos estos sujetos proporcionaron de media, 59.52
detalles generales, 5.48 detalles de las operaciones cognitivas y 6.76 detalles
específicos de la policía.

En la condición de recuerdos emocionales, un 73.67% de los


participantes mostraron recuerdos falsos. De estos, 7 sujetos refirieron a un
ataque animal, 8 un accidente y 8 haber perdido una gran cantidad de dinero.
Todos estos sujetos proporcionaron de media 49.1 detalles generales, y 4.09
detalles de operaciones cognitivas

Entre ambos grupos, habiendo aplicado la prueba estadística chi-cuadrado y la


t de Bonferroni, no se encuentran diferencias en la proporción de recuerdos
generados. De la misma manera no se encontraron diferencias entre géneros.

3. Conclusiones:

Este estudio, demuestra que podemos tener recuerdos, vívidos y con


gran detalle de hechos que nunca sucedieron. Además se concluye que los
falsos recuerdos, emocionales y criminales, se generan de forma similar.
Asimismo, factores como la exposición a información escasa (dada por los
entrevistadores) así como ejercicios de imaginación, facilitan la génesis de
falsos recuerdos. Si esto lo integramos con la tendencia de la memoria a dotar
de coherencia a lo sucedido, obtenemos una línea muy fina entre lo vivido y lo
imaginado. Así no es muy difícil que “ lo que podría haber sido”, se transforme
en un “lo que habría sido”, para finalmente dejarnos un recuerdo de “lo que
fue”.

Por otra parte, este estudio pone de manifiesto la importancia de una


aproximación constructiva al estudio de la memoria en tanto que se ha puesto
de manifiesto que los mecanismos reconstructivos de la memoria son
fundamentales en el recuerdo episódico. De la misma forma que manifiesta la
importancia de que en el mundo jurídico se conozca que confabulaciones y
confesiones falsas tienen lugar en contextos de entrevistas y que la veracidad
de la información de algunas confesiones puede estar siendo alterada.

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Podemos observar, que nuestra memoria también funciona bajo la
influencia de diversas variables, y por ende, es manipulable. Asimismo,
nuestros recuerdos no son textos de tinta imborrable, sino que los escribimos,
justamente, al querer recordarlos. Por ello, siempre debemos tener en cuenta
que más que un viaje al pasado, constituyen una creación en el presente, que
pretende por encima de todo dotarnos de coherencia, y no necesariamente de
verdad.

Referencias:
Shaw, J., y Porter, S. (2015). Constructing Rich False Memories of Committing
Crime. Psychological Science, 26(3), 291–301.

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