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 Adentrarnos en las instituciones para personas con dependencia, conocer sus

áreas, profesionales y competencias.


 Conocer los diversos protocolos de actuación en la recepción y acogida de las
personas usuarias.
 Saber qué se considera dependencia, cómo realiza su valoración y las caracte-
rísticas de los diversos grados.
 Saber los principios éticos que rigen la intervención con personas con depen-
dencia.
Introducción
Bienvenida al primer módulo de tu formación como auxiliar de atención sociosanitaria, en el que vamos a
introducirnos en el apoyo a la recepción y acogida de personas dependientes en instituciones y también en
el apoyo a la organización de actividades dirigidas a este colectivo.

¿Preparada? ¡Comenzamos!

Instituciones
Veamos en primer lugar cuál es el <<Catálogo de servicios sociales para la Promoción de la Autonomía
Personal y de Atención y Cuidado a las personas en situación de dependencia>>:

• Servicio de Prevención de las Situaciones de Dependencia: Su fin es prevenir la aparición o el agrava-


miento de enfermedades o discapacidades y de sus secuelas.

• Servicio de Teleasistencia: Su fin es atender de forma inmediata a situaciones de emergencia, o de inse-


guridad, soledad y aislamiento por medio de nuevas tecnologías de la Comunicación y de la Informa-
ción.

• Servicio de Ayuda a Domicilio: Su fin es atender las necesidades del hogar y de la vida diaria en el pro-
pio domicilio del/de la usuaria.

• Servicio de Centro de día y de noche: Se encarga de ofrecer a las personas en situación de dependencia
una atención integral durante el periodo diurno o nocturno, teniendo como fin incrementar o mantener
el mejor nivel posible de autonomía personal y prestar apoyo a sus familias y cuidadores/as.

• Servicio de Centro de atención Residencial: Ofrecerán servicios continuados de atención de carácter


personal y sanitario, según el tipo de dependencia, grado de la misma e intensidad de cuidados que pre-
cise la persona.

Programas de intervención en los centros

Los programas de intervención concretarán los objetivos generales y específicos materializados en activi-
dades individualizadas para cada persona.

Asimismo, encontraremos programas de intervención generales que pueden dirigirse a atender áreas con-
cretas de necesidades de la persona y cuya responsabilidad corresponde a los diversos profesionales del
equipo de atención integral, aunque el/la responsable de su coordinación será siempre el/la profesional de
la disciplina de referencia. Y también habrá programas de intervención específicos, cuya responsabilidad
exclusiva será del departamento o área profesional encargada de su desarrollo.

Programas desarrollados por diversos profesionales en las áreas de intervención

• Área de intervención psicosocial:

Psicólogos/as y Trabajadores/as sociales: Programa de adaptación, programa de convivencia, programa de


familias, programa de puertas abiertas o de comunidad, programa de participación de usuarios/as, programa
de comunicación y trato adecuado, programa de duelo, programa de psicoestimulación.

• Área de intervención educativa:

Diversos Profesionales: Programa de orientación, programa de educación, programa de autonomía.


• Área de intervención sanitaria:

Profesionales sanitarios de la medicina y la enfermería: Programa de prevención y asistencia sanitaria, pro-


grama de valoración sanitaria, programa de farmacología, programa de rehabilitación.

• Área de intervención en Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD):

Profesionales de Fisioterapia y Terapia Ocupacional: Programa de AVD (actividades de la vida diaria)

• Área de intervención de servicios generales:

Profesionales de Restauración, Mantenimiento, Limpieza y Almacenes: Programa de restauración-


alimentación, programa de gestión de almacenes, programas de limpieza, lavandería, office y comedor,
programa de mantenimiento de instalaciones y clima.

Profesionales de atención directa a personas dependientes


La institución social cuenta con un equipo interdisciplinar formado por profesionales de diversas discipli-
nas como medicina (general y especialidades como rehabilitación, etc.), farmacología, psicología, sociolo-
gía, enfermería, trabajo social, fisioterapia, terapia ocupacional, animación sociocultural, gerocultores/as y
cuidadores/as en atención directa, como son los/las profesionales en atención sociosanitaria a personas de-
pendientes.

Asimismo, el centro dispondrá de profesionales de servicios generales, como cocinero/a, pinche, limpiador/
a, lavandero/a, camarero/a, conductor/a, oficial y auxiliar de mantenimiento, jardinero/a, encargado/a de
servicios, portero/a, etc.

También contará con personal de gestión y administra-


ción: recepcionista, oficial y auxiliar administrativo, go-
bernanta, contable-administrador/a, responsable de recur-
sos humanos, relaciones públicas y atención al cliente,
coordinadores/as de área, gerente y director/a, entre otros.

Por último, podrán colaborar otros profesionales que pres-


tarán servicios integrados como trabajadores del centro o
ejerciendo como profesionales autónomos colaboradores
en cafetería, peluquería, podología, etc.

Como ya hemos visto anteriormente, son muchos los/las


profesionales que intervienen en la vida y funcionamiento
de un centro o institución social, por lo que destacaremos
las competencias y funciones de los más usuales, las cua-
les quedan establecidas en el V Convenio Marco Estatal
de Servicios de Atención a Personas Dependientes y
Desarrollo de la Promoción de la Autonomía Personal, en
el que se establecen, en su capítulo III, la Clasificación
Profesional o grupos profesionales, según el nivel de titu-
lación, cualificación, conocimiento o experiencia , y que
son:

• Grupo A: Gerente, Administrador/a y Titulado/a Su-


perior.
• Grupo B: Titulado/a Medio y Gobernante/a.
• Grupo C: Personal técnico y personal auxiliar.
• Grupo D: Personal subalterno y personal no cualificado.
Tareas de las/los profesionales de atención sociosanitaria: competencia y responsabilidad

El/la profesional de atención sociosanitaria, bajo la dependencia del/de la directora del centro o persona
que se determine, tendrá como función principal la de asistir y cuidar a los/las usuarias en las actividades
de la vida diaria que no puedan realizar por sí mismas y efectuar aquellos trabajos encaminados a su aten-
ción personal y de su entorno. Sus funciones serán las de ejecutar y desarrollar las intervenciones progra-
madas por los diversos profesionales del equipo interdisciplinar en las siguientes áreas:

• Área Asistencial

Ayuda al/a la usuaria a realizar las actividades indicadas por los/las profesionales del equipo interdiscipli-
nar que éste no puede hacer por sí mismo o no puede reaprender, relacionadas con la alimentación, medica-
ción, higiene, movilización, etc.

• Área Rehabilitadora.

Ejecuta las pautas indicadas para el entrenamiento de recuperación o readaptación de las capacidades fun-
cionales que ha perdido la persona usuaria, tales como actividades de la vida diaria y habilidades cognitivas
(entrenamiento de memoria, orientación en el tiempo, en el espacio reconocimiento de caras, etc.)

• Área Socializadora.

Desarrolla actividades indicadas para fomentar la comunicación y las relaciones de la persona usuaria con
sus redes sociales (grupos de personas con las que se relaciona), el refuerzo del vínculo familiar, actos so-
cioculturales, etc.

• Área Educativa

Aplica pautas de apoyo, orientación, animación y formación dirigidas a lograr el incremento de la autono-
mía personal del/de la usuaria, la adquisición de hábitos de vida saludables y el desarrollo de habilidades de
independencia personal.

Competencia y responsabilidad en el área de alimentación

El/la profesional en atención sociosanitaria se ocupa de la recepción, distribución, presentación y recogida


de alimentos para los/las usuarias y da de comer/beber a aquellos/as que no pueden hacerlo por sí mismos.
Para desarrollar todas las tareas mencionadas, el/la profesional de atención sociosanitaria deberá tener co-
nocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Características anatómicas y fisiológicas del aparato digestivo y endocrino.


• Menús diarios, necesidades nutritivas y dieta saludable de cada usuario/a según su situación de
salud o patología.

• Información al/a la usuaria:

• Necesidades de alimentación y administración establecida en su plan de cuidados.


• Ayudas técnicas a utilizar para facilitar la ingesta.
• Importancia de la higiene bucal.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Comprobar que el menú a suministrar corresponde a la dieta del/de la usuaria.


• Promover la participación del/de la usuaria para que progrese en su autonomía.
• Colocarlo/a en una postura adecuada que facilite la ingesta.
Competencia y responsabilidad en el área de aseo

El/la Profesional de Atención Sociosanitaria colaborará en la higiene personal de los/las usuarias, según el
grado de dependencia de cada persona. Para el desarrollo de estas tareas, el/la profesional deberá tener co-
nocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Anatomía y fisiología de la piel, y sus trastornos más comunes.

• Información al/a la usuaria:

• El valor de una higiene diaria.


• Su participación activa durante el aseo.
• Ayudas técnicas para realizar la higiene de la forma más autónoma posible.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Higiene en el baño, en la ducha o en la cama, según el grado de dependencia.


• Verificar el estado de la piel en la higiene y, al finalizar, dejar secos sus pliegues o arrugas.
• Técnicas de prevención de úlceras por presión (UPP).
• Actuaciones ante situaciones de incontinencia y colostomía.
• Cuidados post-mortem.

• Preparación del entorno:

• Limpieza y conservación de prótesis.


• Realizar camas según grado de dependencia del/de la usuaria.
• Condiciones de orden, limpieza, ventilación, temperatura, luz y ruido de la habitación.

Competencia y responsabilidad en el área de limpieza y mantenimiento

Según lo que establezca la institución social en su plan funcional, el/la profesional en atención sociosanita-
ria efectuará la limpieza y mantenimiento de los utensilios de los/las usuarias, hará las camas, colaborará en
mantener ordenadas las habitaciones, recogerá la ropa y la llevará a lavandería y se encargará de la ropa
personal de los/las usuarias. Para todo ello, deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Procedimientos de limpieza, desinfección y esterilización.


• Métodos a aplicar según el material a limpiar.
• Proceso de esterilización adecuado y control de la calidad final.
• Técnicas de recogida de residuos sanitarios.

• Información al/a la usuaria:

• El valor de una correcta limpieza y desinfección.


• El valor de separar los residuos sanitarios de los demás residuos.

• Asistencia al/a la usuaria:


• Preparar la habitación para acoger un nuevo ingreso o tras un alta hospitalaria.
• Preparar las pertenencias y útiles de la persona usuaria para el alta o el ingreso hospitalario.
• Cuidar del buen uso de las pertenencias de la persona y del entorno.
• Colaborar en la limpieza y preparación del mobiliario, materiales y aparatos de botiquín.

• Preparación del entorno:

• Vaciado de papeleras, lavado de superficies horizontales, fregado del suelo y otras que pueda
precisar diariamente la habitación del/de la usuaria.

Competencia y responsabilidad en el área sanitaria

El/la profesional en atención sociosanitaria a personas dependientes deberá desarrollar la ejecución de las
actuaciones determinadas por los/las profesionales de los departamentos sanitarios del centro, según lo es-
tablecido en los protocolos y programas de intervención individualizados.

Para su desarrollo, deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Fisiología y patologías frecuentes en los sistemas respiratorio, cardio-circulatorio y excretor.


• Posiciones para la exploración física.

• Información al/a la usuaria:

• Técnicas de mejora de la comunicación.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Colaboración en la aplicación de escalas de valoración de las actividades diarias del/de la usua-


ria.
• Comunicación al equipo interdisciplinar de anomalías en la toma diaria de constantes vitales
(respiración, pulso, temperatura y presión arterial).
• Colaboración en la administración de medicación, técnicas de higiene y cambios posturales dia-
rios.
• Técnica de medición de la glucemia basal (cantidad de glucosa en la sangre por la mañana, en
ayunas, después del descanso nocturno).
• Técnicas de apoyo psicosocial.
• Técnicas de primeros auxilios.

• Preparación del entorno:

• Preparación del ambiente, material e instrumentos de desarrollo de la actividad.


• Métodos de aislamiento para la prevención de infecciones.

Competencia y responsabilidad en el área de medicación

El/la profesional en atención sociosanitaria ejecutará acciones de administración, control y seguimiento de


la medicación farmacológica prescrita por los/las profesionales sanitarios y que correspondan a su nivel de
formación y preparación técnica.
Para el desarrollo de las citadas tareas, deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Condiciones anatómicas e instrumentos necesarios para la administración de fármacos por las


diferentes vías oral, rectal y tópica.
• Riesgos asociados a la administración farmacológica y seguimiento de indicaciones.

• Información al/a la usuaria:

• Importancia de aportar la mayor colaboración posible por su parte.


• Ayudas técnicas existentes para la administración de la medicación.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Verificar la prescripción médica del fármaco a administrar y que el/la usuaria no es alérgica al
mismo, realizando control de su tolerancia al mismo y de los posibles efectos adversos.
• Realizar correctamente los cinco pasos antes de administrar el medicamento: comprobar usua-
rio/a, medicamento, horario, vía de administración y dosis adecuada.
• Técnicas de frío-calor, aerosolterapia (fármacos en forma de aerosol por vía inhalatoria) y oxi-
genoterapia (de oxígeno por vía inhalatoria), bajo prescripción.

• Preparación del entorno:

• Preparación del ambiente, material e instrumentos de desarrollo de la actividad.


• Comunicar al equipo interdisciplinar la detección de efectos adversos.
• Cumplimentar el registro de administración del medicamento.

Competencia y responsabilidad en el área de movilización, traslado y deambulación

El/la profesional en atención sociosanitaria realiza los cambios de postura y aquellos servicios auxiliares
que, de acuerdo con su preparación técnica, le sean encomendados. Para su realización, deberá tener cono-
cimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Anatomía y fisiología del aparato locomotor.


• Normas de levantamiento de cargas para prevenir lesiones.
• Principios de mecánica corporal.

• Información al/a la usuaria:

• Su participación en las movilizaciones para la conservación o aumento de su autonomía.


• Ayudas técnicas disponibles para la movilización.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Técnicas de movilización, traslado y deambulación según sus necesidades y grado de dependen-


cia.
• Técnicas de posicionamiento según su estado.

• Preparación del entorno:

• Preparación del ambiente, material e instrumentos de desarrollo de la actividad.


• Verificar la adaptación del entorno a las necesidades del/de la usuaria.
Competencia y responsabilidad del área de primeros auxilios

El/la profesional en atención sociosanitaria deberá realizar la primera intervención de auxilio, el aviso a
los/las profesionales sanitarios y la ejecución de pautas de intervención establecidas por los/las profesiona-
les del equipo interdisciplinar y por los protocolos y programas del centro. Para llevarlas a cabo, deberá
tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Técnicas básicas para urgencias y primeros auxilios.


• Reanimación cardiopulmonar (RCP).
• Maniobra de Heimlich ante atragantamientos.
• Material básico que debe contener un botiquín.

• Información al/a la usuaria:

• Situación y actuaciones a realizar.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Ante hemorragia externa, traumatismo, quemadura, intoxicación, congelación, descarga eléctri-


ca, mordedura o picadura.

• Preparación del entorno:

• Mantenimiento de los botiquines.


• Informar al equipo interdisciplinar ante una urgencia.

Competencia y responsabilidad en el área de apoyo psicosocial

El/la profesional en atención sociosanitaria atiende a las personas usuarias y a sus familiares, colaborando
en la integración de éstos/as en la vida del centro, cumpliendo con las pautas marcadas por la dirección y el
plan funcional del centro. Acompaña a los usuarios en las salidas que deban realizar para citas médicas,
excursiones, gestiones, etc.

Para poder desarrollarlas, deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Necesidades psicosociales y señales de deterioro personal o social.


• Técnicas de motivación y modificación de conducta.
• Resolución de conflictos.

• Información al/a la usuaria:

• Valor de su red social de apoyos e importancia de establecerla y mantenerla.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Apoyo emocional y acompañamiento en las actividades programadas.


• Dinamización de grupos y de las relaciones sociales a través de la comunicación.
• Desarrollo de actividades y ejercicios de tipo psicológico, rehabilitador y ocupacional para en-
trenar, mantener y mejorar las capacidades cognitivas y funcionales.
• Preparación del entorno:

• Preparación del ambiente, material e instrumentos de desarrollo de la actividad.


• Comunicación al equipo interdisciplinar de incidencias observadas durante la realización de las
actividades.

Competencia y responsabilidad en el área de actividades diarias

El/la profesional en atención sociosanitaria colabora con el equipo de profesionales mediante la realización
de tareas elementales que complementan los servicios especializados de éstos, con el objetivo de proporcio-
nar a los/las usuarias una mayor autonomía personal y ayudarles a insertarse en la vida social. Así, debe-
mos saber que las Actividades de la Vida Diaria (AVD) son aquellas actividades que una persona ha de
realizar diariamente para poder vivir de forma autónoma, integrada en su entorno habitual y cumpliendo su
rol social. Estas actividades se pueden clasificar en Básicas (ABVD), si de ellas depende la supervivencia
de la persona, e Instrumentales (AIVD) si facilitan un mejor desenvolvimiento en el medio de vida. Para
ello, el/la profesional en atención sociosanitaria deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Actividades básicas (ABVD) e instrumentales de la vida diaria (AIVD).


• Técnicas de mejora en la realización de las actividades diarias.

• Información al/a la usuaria:

• Valor de mantener o mejorar su autonomía en la realización de las actividades diarias.


• Manejo de ayudas técnicas37 funcionales para la realización de actividades diarias.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Realización de las actividades diarias.


• Participación de los/las usuarias en las actividades diarias.

• Preparación del entorno:

• Preparación del ambiente, material e instrumentos de desarrollo de la actividad.


• Comunicación al equipo interdisciplinar de incidencias observadas durante la realización de las
actividades.

Competencias y responsabilidades en el área de comunicación

El/la profesional en atención sociosanitaria comunica a los otros miembros del equipo interdisciplinar las
incidencias que se producen sobre la salud, interrelaciones sociales, cumplimiento de los tratamientos esta-
blecidos y necesidades de las personas usuarias. Para ello el/la profesional en Atención sociosanitaria debe-
rá tener conocimientos y habilidades relacionados con:

• Fundamentos:

• Necesidades de comunicación específicas en determinados colectivos de usuarios/as.


• Técnicas de resolución de conflictos y manejo de la comunicación verbal y no verbal.
• Actitud asertiva (expresar necesidades, pensamientos y sentimientos con sinceridad pero sin
violar los derechos de los demás), saber aceptar críticas y decir "no" a tareas que no le compe-
ten.
• Información al/a la usuaria:

• Ayudas técnicas y sistemas alternativos de comunicación.

• Asistencia al/a la usuaria:

• Entablar una relación satisfactoria.


• Adecuar a sus necesidades nuestros recursos comunicativos.

• Preparación del entorno:

• Identificar posibles barreras de comunicación que dificultan el entendimiento entre personas.


• Manejar estrategias comunicativas para la atención correcta de los diferentes tipos de usuarios/
as.
• Detectar e informar al equipo interdisciplinar de las necesidades especiales de comunicación de
los/las usuarias.

Protocolos de actuación en la recepción y acogida de residentes


En este apartado se recoge información de gran relevancia para el/la profesional en atención sociosanitaria,
ya que se expondrán los protocolos de actuación en la recepción y acogida de nuevos/as residentes.

Además, se exponen los procedimientos desarrollados para la atención a las personas dependientes según
su grado de dependencia, dando a conocer el proceso establecido para su valoración.

Protocolos de actuación

En este punto nos centraremos en explicar el procedi-


miento de actuación del/de la profesional en atención
sociosanitaria que, siguiendo un protocolo de recepción
y acogida, apoya a otros profesionales en el acompaña-
miento al/a la nueva usuaria a la llegada a la institución
social.

El ingreso en un centro sociosanitario supone un cam-


bio importante en la vida de la persona dependiente.
Debemos tener en cuenta que existe un periodo de
adaptación que varía en función de la persona, con una
duración media de 6 meses desde su ingreso, por lo
que, en este periodo, todos los trabajadores de la resi-
dencia deben estar implicados en favorecer la adapta-
ción de las personas que son nuevas usuarias.

Concretamente, las tareas de apoyo auxiliar del/de la


profesional en atención sociosanitaria a personas de-
pendientes, respecto al protocolo de recepción y acogi-
da de nuevas personas usuarias del centro, deben con-
sistir, al menos, en:

• Preparar la habitación para acoger un ingreso.


• Recibir al residente.
• Distribuir la ropa y objetos personales en la habita-
ción del residente.
• Seguir el proceso de adaptación.
Preparación de la habitación

De forma previa a la llegada de la persona usuaria al centro, es necesario comprobar las condiciones de
confortabilidad de la habitación en la que se ubicará.

• Preparación: Asignación de habitación y organización de la misma.


• Personal: Personal de limpieza, cuidador y personal de mantenimiento.
• Material: material de limpieza y desinfección; mantenimiento, pintura y otros; mobiliario estándar, mo-
biliario específico según necesidad del/de la nueva residente y ropa de cama.

Procedimiento: preparación de la habitación para una nueva/o residente

Con el objetivo de disponer de una habitación en las condiciones adecuadas para acoger un nuevo ingreso,
se realizarán las actividades necesarias para preparar una habitación: limpieza, reparación y desinfección de
la misma. El personal que participará en estas tareas será: personal de limpieza, cuidador y personal de
mantenimiento. La supervisión del proceso lo realizará la gobernanta, junto con el/la profesional sociosani-
tario y consistirá en:

• Revisión de instalaciones de agua, luz, calefacción, pintura (si procede), limpieza y desinfección.
• Disposición del mobiliario: cama, mesa, armario, utillaje del cuarto de baño y demás accesorios, según
las necesidades del/de la nueva residente.
• Acondicionamiento de la cama: colchón con funda (recomendable que esté plastificada), sábana bajera,
sábana bajera tipo hule, sábana encimera, manta, cobertor, almohada con funda y terminación de la ca-
ma por el procedimiento de "cama cerrada".

La acogida el día del ingreso

La persona usuaria y los familiares que lo acompañen serán recibidos por las personas que componen el
equipo interdisciplinar; al menos por los responsables de dirección, trabajo social y enfermería.

Se les presentará al/a la Cuidadora/Auxiliar Guía y éste/a, a su vez, irá presentando paulatinamente al resto
de cuidadores, siendo él/ella el profesional de referencia básico que facilitará información y apoyo inme-
diato durante el proceso de adaptación del/de la nueva usuaria al centro.

En días posteriores, esta misma figura (Cuidador/Auxiliar Guía) procederá a presentar al resto de profesio-
nales del equipo interdisciplinar que le prestarán servicios y que le irán realizando entrevistas de valora-
ción. Este procedimiento facilita la recepción y acogida del/de la nueva usuaria, estableciendo los canales
de comunicación entre éste/a, la familia y el centro para favorecer su integración.

• Preparación: Conocer la fecha y hora de llegada de la persona usuaria y planificación del procedimiento
de acogida.
• Personal: Equipo interdisciplinar.
• Material: Documentos de procedimiento de recepción del/de la residente, protocolo de organización,
protocolo de acogida y adaptación al centro.

Procedimiento:

• El personal de recepción da aviso a Dirección de la llegada del/de la nueva usuaria al centro.

• El/la Directora, o el/la profesional en quien éste delegue, realiza el saludo de bienvenida, cuidando la
comunicación verbal y no verbal (respetando su idioma, dando la mano, con sonrisa u otros gestos),
teniendo en cuenta las limitaciones físicas o psíquicas que pudiera tener la persona usuaria.

• Se le enseña la habitación asignada y se le ubica en el espacio que le corresponde.


• Se le presenta a los/las diferentes profesionales del centro, principalmente a los miembros del equipo
interdisciplinar y al cuidador/auxiliar guía, quien le servirá de apoyo directo durante todo el proceso de
adaptación

• Acompañamiento, por parte del/de la auxiliar-guía, desde los primeros momentos. Éste/a estará atento/a
ante cualquier cuestión relacionada con la respuesta a las necesidades del/de la usuaria; sus dudas, pro-
blemas y deseos; y facilitará la comunicación para que el/la nueva residente pueda expresar sus emocio-
nes, proporcionándole información clara, concreta y adaptada a su nivel, y repitiéndosela cuantas veces
sea necesario.

• Por último, tras la entrevista con la dirección y los/las profesionales del equipo interdisciplinar, el/la
nueva usuaria se despide de sus familiares o acompañantes.

Distribución de la ropa y objetos personales en la habitación

La persona responsable y el/la cuidadora designada (auxiliar guía), con los familiares responsables y, a ve-
ces también, el/la nueva usuaria (según su estado general, físico o psíquico), proceden a hacer la revisión y
recepción de la ropa y objetos personales en la habitación asignada.

Se verificará que toda la ropa va marcada con los elementos distintivos de la persona y, en caso de que el
centro cuente con servicio de custodia en caja fuerte, se ofrecerá éste al/a la usuaria para guardar los obje-
tos de valor que no entregue a sus familiares.

Con el objetivo de colocar los objetos personales del/de la usuaria siguiendo la normativa del centro, el día
del ingreso se hará inventario de sus pertenencias y se le pondrá en conocimiento de las normas que existen
al respecto, solicitándole el cumplimiento de las mismas tanto a él/ella como a su familia.

• Preparación: Dirigirse a la habitación con la persona usuaria y sus familiares. Si ésta no puede partici-
par, se realizará la visita con los miembros de la familia.
• Personal: Gobernanta o Jefe/a de Servicios generales y Auxiliar/Cuidador Guía.
• Material: Ropa y objetos-enseres personales del/de la residente.

Adaptación y seguimiento de la usuaria/o

A efectos de seguir de cerca el proceso de adaptación del/de la nueva usuaria y para poder valorar y evaluar
su grado de integración en la dinámica del centro, se procederá teniendo en cuenta que:

• Se presentará al/a la nueva usuaria al resto de residentes y se le mostrarán las actividades que se reali-
zan en el centro, con el objetivo de motivar su participación en ellas.

• El/la auxiliar guía, continuando con la labor de ayuda a la integración del/de la nueva usuaria, prosegui-
rá con la presentación de los diferentes profesionales del centro a los que comunicará las incidencias
observadas en el proceso de adaptación a través de los registros de seguimiento establecidos (libro de
incidencias y comunicaciones interiores, por ejemplo).

• El seguimiento de su adaptación a la nueva situación en el centro se realizará con la participación de


todos los/las profesionales desde el mismo día del ingreso, para así facilitar la realización de las terapias
propuestas y las posteriores evaluaciones.

• En la reunión periódica del equipo interdisciplinar, cada profesional aportará su visión sobre la adapta-
ción y la forma en la que ha vivido estos primeros días la persona usuaria. Se valorará la primera sema-
na de estancia en el centro, así como los primeros problemas potenciales o reales observados y su posi-
ble prevención y soluciones, marcándose los objetivos y las estrategias a seguir para su atención en ca-
da caso.
• Durante su seguimiento. reuniones, el equipo interdisciplinar supervisará todo el proceso de adaptación
reseñado por todos/as los/las profesionales en los registros de seguimiento del/ de la usuaria. Se evalua-
rá el estado de ánimo del/de la residente (tranquilidad, angustia…), así como el grado de comunicación
e interrelación social que presenta.

• Al primer mes, y posteriormente cada trimestre, en las correspondientes reuniones interdisciplinares del
equipo se realizarán valoraciones de seguimiento para evaluar su proceso de adaptación.

Atención a las personas dependientes según su grado de dependencia


¿Qué es la Dependencia?

Es “el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la
edad, la enfermedad o la discapacidad y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, inte-
lectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar acti-
vidades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad
mental, de otros apoyos para su autonomía personal.

¿Cómo se valora la situación de dependencia?

La valoración de la situación de dependencia (grado y nivel) se determinará mediante la aplicación de un


baremo que tendrá entre sus referentes la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad
y la Salud (CIF) adoptada por la Organización Mundial de la Salud en 2001, para valorar la capacidad de la
persona para llevar a cabo por sí misma las actividades básicas de la vida diaria y la necesidad de apoyo y
supervisión para su realización por personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental.

Serán las Comunidades Autónomas las encargadas de determinar los órganos de valoración de la situación
de dependencia, que emitirán un dictamen sobre el grado y nivel de ésta especificando los cuidados que la
persona pueda requerir.

En la valoración se tendrán en cuenta los informes sobre la salud de la persona y sobre el entorno, conside-
rando, en su caso, las ayudas técnicas que deban usar.

Valoración de la situación de dependencia

La situación de dependencia puede originarse por múltiples causas que se asocian a la falta de autonomía
funcional, ya sea física, psíquica o intelectual. Lo que debe valorarse es la limitación de la autonomía de la
persona que supone la situación en la que se encuentra.

Para ello se establece la aplicación de un baremo, que contiene los criterios objetivos de valoración del gra-
do de autonomía de la persona, de su capacidad para realizar las distintas actividades de la vida diaria, los
intervalos de puntuación para cada uno de los grados y niveles de dependencia, y el protocolo con los pro-
cedimientos y técnicas a seguir para la valoración de las aptitudes observadas, en su caso.

El citado baremo, que se denomina Baremo de Valoración de la Dependencia (BVD), fue aprobado me-
diante Real Decreto 504/2007, de 20 de abril, por el que se aprueba el baremo de valoración de la situación
de dependencia, es el que permite dictaminar con criterios objetivos si una persona se encuentra en situa-
ción de dependencia y en qué grado se encuadraría.
Actividades a tener en cuenta en la valoración de la situación de dependencia

Para valorar el nivel y grado de dependencia de la persona usuaria debemos tener en cuenta las siguientes
actividades:

• Comer y beber:

En el Baremo de Valoración de la Dependencia (en adelante BVD) se define esta actividad como “llevar a
cabo las tareas y acciones coordinadas relacionadas con comer los alimentos servidos, llevarlos a la boca y
consumirlos de manera adecuada, cortar o partir la comida en trozos, abrir botellas y latas y usar cubiertos.
Sujetar el vaso, llevarlo a la boca y beber de manera adecuada para la cultural local, mezclar, revolver y
servir líquidos para beber, beber a través de una ayuda instrumental.

Las funciones del profesional en atención sociosanitaria están relacionadas con las dificultades que muestre
cada persona, según su grado de dependencia, para realizar las siguientes tareas:

• Emplear nutrición y/o hidratación natural o artificial.


• Abrir botellas y latas.
• Cortar o partir la comida en trozos.
• Usar cubiertos para llevar la comida a la boca.
• Sujetar el recipiente de bebida.
• Acercarse el recipiente de bebida a la boca.
• Sorber las bebidas.

• Regulación de la micción y defecación.

En el BVD se define como el acto de “indicar la necesidad de adoptar una postura adecuada, elegir y acudir
a un lugar adecuado para orinar/defecar, manipular la ropa antes y después de orinar/defecar, y limpiarse
después de orinar/defecar”. En cuanto al autocontrol de la micción y la defecación, están relacionadas con
la capacidad de la persona usuaria para:

• Acudir a un lugar adecuado.


• Manipular la ropa.
• Adoptar o abandonar la postura adecuada.
• Limpiarse.
• Contener la micción.
• Contener la defecación.

• Lavarse. En el BVD se define como “lavarse y secarse todo el cuerpo o partes del cuerpo utilizando
agua y materiales o métodos apropiados de lavado y secado como lavarse, ducharse, lavarse las manos
y los pies, la cara y el pelo, secarse con una toalla”. Las tareas a desarrollar por el profesional sociosa-
nitario, se corresponden con la capacidad de la persona usuaria para:

• Lavarse las manos.


• Lavarse la cara.
• Lavarse la parte inferior del cuerpo.
• Lavarse la parte superior del cuerpo.

• Otros cuidados corporales. En el BVD se entienden como “cuidado de partes del cuerpo que requie-
ren un nivel de cuidado mayor que el mero hecho de lavarse y secarse”. Para el profesional sociosani-
tario sus tareas dependerán de la capacidad de la persona para realizar los siguientes actos:

• Peinado.
• Cortado de las uñas (no problemáticas).
• Lavado del pelo.
• Lavado de los dientes, naturales y postizos.
• Vestirse y desvestirse. En el BVD se define como “llevar a cabo las acciones y tareas coordinadas pre-
cisas para ponerse y quitarse ropa y el calzado en el orden correcto y de acuerdo con las condiciones
climáticas, y las condiciones sociales, tales como ponerse, abrocharse y quitarse camisas, faldas, blusas,
pantalones, ropa interior,(…), zapatos, botas, sandalias y zapatillas”. Las funciones del profesional so-
ciosanitario consistirán en:

• Facilitar y realizar a la persona actividades relacionadas con el cómo vestirse, para ponerse y
quitarse de forma correcta y ordenada la ropa y el calzado adecuados a cada momento y situa-
ción.
• Detectar la falta de ropa.
• Transportar la ropa a la lavandería.
• Distribuir la ropa.
• Cuidar del calzado.

• Mantener la salud. Entendemos por mantener la salud, según el BVD, como el acto de “cuidar de uno/
una misma siendo consciente de las propias necesidades y haciendo lo necesario para cuidar la propia
salud, tanto para reaccionar frente a los riesgos sobre la salud, como para prevenir enfermedades, tal
como buscar asistencia médica; seguir consejos de médicos y de otros profesionales; y evitar riesgos”.
Las tareas del/de la profesional sociosanitario están relacionadas con la capacidad de la persona usuaria
para realizar las siguientes tareas:

• Aplicar las medidas terapéuticas recomendadas.


• Evitar riesgos dentro del lugar de residencia.
• Evitar riesgos fuera del lugar de residencia.
• Pedir ayuda ante una urgencia.

En cuanto a dormir y descansar, consistirán en la realización de las siguientes tareas:

• Ayudar para acostarse y levantarse.


• Controlar el descanso y el sueño.

• Movimientos/transferencias corporales. Tal y como se indica en el BVD, transferencias corporales


incluyen estas tareas:

• Sentarse: Adoptar y abandonar la posición de sentado, y cambiar la posición del cuerpo de estar
sentado a cualquier otra como levantarse o tumbarse.
• Tumbarse: Adoptar y abandonar una posición tumbada o cambiar la posición del cuerpo de la
horizontal a cualquier otra, como ponerse de pie o sentarse.
• Ponerse de pie: Adoptar y abandonar la posición de estar de pie o cambiar la posición corporal
de estar de pie a cualquier otra posición como tumbarse o sentarse.
• Transferir el propio cuerpo mientras se está sentado: Moverse, estando sentado, de un asiento a
otro, en el mismo o diferente nivel, como moverse desde una silla a una cama.
• Transferir el propio cuerpo mientras se está acostado: Moverse estando tumbado de un lugar a
otro en el mismo o diferente nivel, como pasar de una cama a otra”.

• Desplazarse dentro y fuera del hogar. Nos referimos a “andar y/o moverse dentro de la propia casa,
dentro de una habitación, entre habitaciones” cuando hablamos de desplazarse dentro del hogar; y
“caminar y/o moverse, cerca o lejos de la propia vivienda, y/o utilización de medios de transporte, pú-
blicos o privados” cuando queremos hacer mención a desplazamientos fuera del hogar, según queda
definido en el propio BVD. Se relacionan las tareas del/de la profesional sociosanitaria que estarán vin-
culadas con la capacidad de la persona usuaria de realizar las siguientes tareas:
• Realizar desplazamientos vinculados al autocuidado.
• Realizar desplazamientos no vinculados al autocuidado.
• Acceder a todos los elementos comunes de las habita-
ciones.
• Acceder a todas las estancias comunes de la vivienda
habitual.
• Acceder al exterior.
• Realizar desplazamiento alrededor del edificio.
• Realizar desplazamiento cercano.
• Realizar desplazamiento lejano.
• Utilizar medios de transporte.

• Tareas domésticas. Cuando hablamos de tareas domésticas,


tal y como se expone en el BVD, nos referimos a las activida-
des siguientes:

• Preparar comidas: Idear, organizar, cocinar y servir


comidas frías y calientes para uno/una misma.
• Hacer la compra: Conseguir a cambio de dinero bienes
y servicios necesarios para la vida diaria, como la se-
lección de alimentos, bebidas, productos de limpieza,
artículos para la casa o ropa; comparar la calidad y
precio de los productos necesarios, negociar y pagar
por los bienes o servicios seleccionados y transportar
los bienes.
• Limpiar y cuidar de la vivienda: Incluye actividades
como ordenar y quitar el polvo, barrer, fregar y pasar
la fregona/trapeador a los suelos, limpiar ventanas y paredes, limpiar cuartos de baño e inodo-
ros/excusados, limpiar muebles; así como lavar los platos, sartenes, cazuelas y los utensilios de
cocina, y limpiar las mesas y suelos alrededor del área donde se come y cocina.
• Lavar y cuidar la ropa: Lavar la ropa (a mano o a máquina), secarla (al aire o a máquina), plan-
charla, y guardarla en el armario o similar.

Estas funciones están asumidas por el propio centro a través de los correspondientes departamentos
y profesionales, a los que el/la profesional en atención sociosanitaria podrá prestar labores auxilia-
res; además, están relacionadas con la capacidad de la persona usuaria para:

• Preparar y servir comidas (restauración-comedor-cuidadores). - Hacer la compra (gobernación y


dirección). - Limpiar y cuidar de la vivienda (limpieza y cuidadores/as).
• Lavar y cuidar la ropa (lavandería).

• Tomar decisiones. Entenderemos el acto de tomar decisiones como la “capacidad de controlar, afrontar
y tomar por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y
preferencias propias. Agrupa la toma de decisiones relativas a las actividades de autocuidado, activida-
des de movilidad, tareas domésticas, interacciones interpersonales básicas y complejas, usar y gestionar
el dinero y uso de servicios a disposición del público”, ya que así se define en el BVD.

Las tareas del/de la profesional sociosanitaria en este ámbito están relacionadas con el grado de capacidad
de la persona de valorar de forma autónoma cómo realizar las siguientes tareas:

• Actividades de autocuidado.
• Actividades de movilidad.
• Tareas domésticas.
• Interacciones interpersonales básicas y complejas.
• Uso y gestión de dinero.
• Uso de servicios a disposición del público.
Otros aspectos a tener en cuenta para la valoración de la situación de dependencia

• Nivel de desempeño, problemas en el desempeño y grado de apoyo requerido. En cada una de las ta-
reas/actividades anteriormente mencionadas se valora:

• El nivel de desempeño de la tarea:

• Si es capaz de realizar la tarea sin el apoyo de otra persona.


• Si necesita apoyo de otra persona.
• No aplicable (si no procede su valoración se indicará con esta opción).

• Los problemas en el desempeño de las tareas:

• Si no ejecuta físicamente la tarea.


• Si no comprende la tarea y/o la ejecuta sin coherencia y/o con desorientación.
• Si no muestra iniciativa para realizar la tarea.

• El grado de apoyo de otra persona:

• Supervisión/Preparación. Si solamente necesita que otra persona le prepare los elemen-


tos necesarios para realizar la actividad o le haga indicaciones o estímulos, sin contacto
físico, para realizar la actividad correctamente y evitar que presente un peligro.
• Asistencia física parcial. Si requiere que otra persona colabore físicamente en la realiza-
ción de la actividad.
• Asistencia física máxima. Si requiere que otra persona le sustituya en la realización físi-
ca de la actividad.
• Asistencia especial. Si presenta trastornos del comportamiento o problemas perceptivo-
cognitivos que dificultan la prestación de apoyo de otra persona en la realización de la
actividad.

• Condiciones de salud, funcionamiento, ayudas técnicas y otras observaciones. En la realización del


BVD es también imprescindible especificar:

• Los problemas identificados en el informe de condiciones de salud que afectan al desempeño de


la actividad.
• La descripción del funcionamiento de la persona durante la actividad.
• La identificación del empleo de ayudas técnicas.
• Otras observaciones detectadas

Grados de dependencia

Dependencia moderada o Grado I. Es el grado en el que la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día, o tiene necesidades de apoyo intermitente o
limitado para su autonomía personal. Se corresponde a una puntuación final del BVD de 25 a 49 puntos.

Dependencia severa o Grado II. Es el grado en el que la persona necesita ayuda para realizar varias acti-
vidades básicas de la vida diaria, dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo permanente de un cuida-
dor ni tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal. Corresponde a 50-74 puntos de re-
sultado en el BVD.

Gran dependencia o Grado III. Es el grado en el que la persona necesita ayuda para realizar varias activi-
dades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, inte-
lectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo
generalizado para su autonomía personal. Corresponde a 75-100 puntos en el BVD.
Asimismo, el BVD, que es aplicable en cualquier situación de discapacidad y en cualquier edad (a partir de
los 3 años), permite identificar los dos niveles de cada grado en función de la autonomía personal y de la
intensidad del cuidado que requiere. Para determinar tanto el grado como el nivel de dependencia es nece-
sario contabilizar la puntuación final obtenida en la aplicación del BVD, redondeando el decimal superior a
0,5 al entero más próximo por arriba.

Para la asignación de las puntuaciones es necesario mencionar que se hace uso de una serie de pesos esta-
blecidos en: Una Tabla General de Pesos de Tareas y Actividades.

Principios éticos para la intervención social con personas dependientes


El/la cuidadora guardará absoluto silencio sobre los procesos patológicos que sufran los/las usuarias y so-
bre cualquier asunto referente a su intimidad, actuando siempre bajo la responsabilidad y en coordinación
con los/las profesionales de los cuales dependen directamente las directrices. En el desempeño de su labor
diaria el/la profesional deberá seguir unos principios deontológicos y desarrollarlos a través de actitudes
éticas de comportamiento como el respeto, la confidencialidad y la discreción, entre otras.

Deontología profesional

Todo grupo profesional trata de mantener determinados niveles de exigencia, de competencia y de calidad
en el trabajo. Por ello, controla y supervisa, de alguna manera, la integración de nuevos miembros y el ade-
cuado ejercicio de las tareas correspondientes. Así, a través del documento denominado código deontológi-
co aquellas personas que ejercen una determinada actividad profesional adoptan un conjunto de normas,
valores y criterios que pactan y aprueban llevar a cabo en sus actuaciones para que las personas que solici-
tan sus servicios sean satisfechas por una buena ejecución. Son códigos profesionales donde se especifican
consideraciones morales acerca de aspectos complejos de la vida profesional y donde, generalmente, se
contemplan sanciones para el supuesto caso de que alguien viole abiertamente el espíritu de dicho código.
El código deontológico regula el ejercicio de la deontología profesional.

Actitudes y valores

Las personas usuarias del centro son nuestros clientes y a través del personal se ofrece una imagen de la
institución, por lo que es muy importante una actitud correcta y cercana del/de la profesional y un trato ade-
cuado con el/la usuaria y su familia. Se trata de humanizar la relación entre aquellas personas que intervie-
nen en la atención y el ser humano, frágil y frecuentemente angustiado que puede ser la persona usuaria.

Por ello, evitaremos caer en la distancia afectiva que en ocasiones se establece con los usuarios a través de
una relación carente de calor humano y que los cosifica, identificándolos por sus rasgos externos, su pato-
logía, su número de habitación, etc. Este trato genera impotencia y pérdida de protagonismo del usuario al
que, en ocasiones, ni tan siquiera se le tienen en cuenta sus opciones personales.

Es preciso que la humanización del trabajo de cuidados parta del reconocimiento de la dignidad del/de la
usuaria, adoptando una visión holística que permita verlo como el/la individua concreta que es, en su glo-
balidad, lo que implica acciones y actitudes que no se limiten a atender sus síntomas o dolencias concretas.

Para adoptar esta visión, es necesario permitir la participación del/de la usuaria en las decisiones que le
afecten, por lo que establecer una comunicación adecuada con éste/a será fundamental junto con el desarro-
llo de una relación igualitaria que elimine cualquier barrera comunicativa entre profesional y usuario/a.

Por último, es preciso señalar que el acercamiento, la actitud y el trato con las personas atendidas en un
centro sociosanitario deberá basarse en las cualidades, capacidades y actitudes profesionales a desarrollar
durante el desempeño de la labor diaria del/de la profesional en atención sociosanitaria a personas depen-
dientes que se indican a continuación.
Discreción y respeto hacia la persona usuaria y su entorno.

El/la profesional en atención sociosanitaria deberá:

• Guardar el secreto profesional sobre cualquier aspecto de lo que haya llegado a conocer durante su ejer-
cicio profesional y que no sea considerado de importancia relevante por el equipo interdisciplinar para
el desarrollo de la intervención planificada y del mantenimiento de las normas de convivencia de la ins-
titución.

• Ponerse en el lugar del/de la usuaria, utilizando siempre la empatía (habilidad para estar consciente de
reconocer, comprender y apreciar los sentimientos) e intentando comprenderle y expresarle sentimien-
tos de aprecio. Teniendo en cuenta la individualidad de la persona usuaria, deberá ser capaz de adaptar-
se a sus características personales con sensibi-
lidad, profesionalidad y calidez en las atencio-
nes.

• Asegurar la igualdad en la calidad de la presta-


ción de su servicio, por encima de las diferen-
cias y particularidades existentes entre las per-
sonas usuarias por asuntos de religión, ideolo-
gía política, forma de vida u otra circunstancia
social o familiar; evitando alterar cualquier
tipo de relación existente. Igualmente, deberá
colaborar en el mantenimiento y cuidado de
los objetos y pertenencias del/de la usuaria o
sus familiares.

• Respetar sus pertenencias. Tratar con cuidado


la propiedad ajena. No cambiar las cosas de
sitio y, si se considera necesario, hacerlo con la aprobación del/de la usuaria. Cuidar las pertenecías de
éste/a y pedir permiso, si el/la residente tiene la capacidad cognitiva suficiente, cuando tenga que utili-
zarlas, devolviéndolas después a su lugar. Debemos tener en cuenta que para los/las residentes sus obje-
tos, su ropa o su dinero son muy importantes, por lo que, no deben utilizarse ni aceptarse como presta-
das.

Trato adecuado a los/las usuarias.

También, el/la profesional deberá:

• Estar atento/a. Observar, escuchar e interesarse para detectar cambios en la situación de la persona
usuaria. Ser receptivo/a ante cualquier forma de expresión e intento de comunicación y fomentar la
aportación de ideas y valorarlas. Éste es un aspecto fundamental, ya que del trato prestado a los/las
usuarias dependerá que se sientan bien acogidos/as en un primer momento y que nuestras intervencio-
nes con ellos/as tengan éxito.

• Ser amable y comprensivo/a. Tratarles con amabilidad y comprender la situación vital en la que se en-
cuentran. No perder los nervios y hacerles sentir cómodos/as. Agradecerles lo que hacen.

• Mostrar buena voluntad de ayuda. Mostrarse servicial pero diferenciando la verdadera necesidad de
ayuda y fomentando la independencia supervisando a la persona usuaria en su terapia rehabilitadora.
Tener paciencia y no intervenir sin antes darle la oportunidad de hacer las cosas por sí mismo/a.

• Evitar relaciones de dependencia. La prestación de servicios con familiaridad no debe provocar que de
la confianza excesiva entre el/la usuaria y el/la cuidadora resulte una pérdida de autoridad profesional
por parte de este/a último/a.
Promoción de la autonomía de las personas preservando su independencia.

Algunas actitudes que podrían ayudar a conseguirlo son:

• Ofrecer opciones a la persona usuaria para que sea ella quién tome las decisiones sobre cada asunto que
tenga que resolver, cuidando de no imponer opiniones ni valores del/de la propia profesional y procu-
rando adaptarse a sus hábitos cotidianos y a los cambios que puedan ser precisos.

• Respetar su independencia. Adaptarse a sus necesidades, consensuando con la persona usuaria para no
imponer horarios o actividades; dejándoles todo el tiempo que necesiten y respetando sus ritmos, en la
medida de lo posible. Asimismo, se deben respetar sus gustos y costumbres.

• Fomentar la autonomía propia y respetar el derecho a la autodeterminación permitiendo que, en la me-


dida de lo posible, decidan cómo quieren que se hagan las cosas y en qué momento, sin olvidar que no
se debe ofender su dignidad personal.

• Respetar su individualidad y privacidad. Respetar su forma particular de ser y sentir, así como sus espa-
cios personales de privacidad. Solicitar permiso antes de acceder a su espacio, a sus pertenencias o a las
tareas, ya que hay que tener en consideración en todo momento su intimidad. No comentar circunstan-
cias personales y situaciones de la persona usuaria delante de otras personas, actuando con respeto a su
intimidad física y personal y guardando siempre el secreto profesional. No inmiscuirse en sus relacio-
nes familiares; en este ámbito, no opinar ni tomar partido. La relación con el usuario debe ser profesio-
nal.

• Respetar su inteligencia y experiencia. Emplear tiempo con él y darle la oportunidad de expresarse. Te-
ner comprensión y ser tolerante, sin regañarle ni avergonzarle.

Eficiencia y Responsabilidad.

Estas actitudes se desarrollarán siguiendo las siguientes indicaciones:

• Comprometiéndose. Demostrar esfuerzo, compromiso y entusiasmo por la tarea que se realiza. La efi-
ciencia en el desempeño de su trabajo se basará en el uso racional de los recursos con los que se cuenta
para realizar la tarea, según los intereses del/de la usuaria, con las exigencias propias del organismo pa-
ra el que trabaja y teniendo presente los propios principios profesionales.

• Responsabilizándose de los métodos de trabajo que aplique, de sus intervenciones y de su relación con
las personas, debiendo comunicar, en la menor brevedad de tiempo posible, cualquier suceso que pueda
repercutir en el servicio prestado.

Comunicación y empatía.

Facilitarán el éxito en estos aspectos las actitudes que lleven a:

• Facilitar la comunicación. Puede tener limitaciones sociales o culturales para relacionarse y comunicar-
se con otros/as usuarias, por lo que debemos mostrarnos comunicativos y afables con la persona, expli-
cándole antes qué es lo que se va a hacer, cómo y su finalidad. Ser afectuosos no debe consistir en
adoptar un tono de lenguaje infantil.

• Ser positivos y positivas. Ayudarles a ver las cosas de forma positiva aunque el/la usuaria sienta sole-
dad, tristeza, depresión o ansiedad, manteniendo el buen humor e incluso siendo capaz de reír con ella.
• Crear un ambiente de confianza que facilite el que expresen lo que les aflige, inquieta o preocupa, evi-
tando que se aíslen. Sin embargo, se debe tener en cuenta que un ambiente de confianza no consiste en
contarle situaciones o problemas personales, pues puede afectarles haciéndoles sentir mal y añadiéndo-
les problemas a su vida.

• Personalización de la atención. Dirigirse siempre a la persona con respeto, llamándola por su nombre y
no tuteándole. Tratarle de “usted” y por su nombre, no como uno más, sino teniendo en cuenta sus há-
bitos diarios y gustos personales. Ser flexibles, adaptándose a las necesidades y ritmos; conocer y tener
en cuenta sus deseos.

Respeto a la confidencialidad e intimidad de las personas dependientes

Mientras que la confidencialidad se relaciona con las características de los datos sobre la situación de una
persona, la intimidad se relaciona con sus circunstancias personales y el espacio que dicha persona desea
proteger y limitar a otros.

Toda persona usuaria de un centro de servicios sociosanitarios tiene derecho a la confidencialidad de la in-
formación facilitada por ella sobre su situación para el acceso al mismo, así como a la intimidad personal
en el uso de los servicios del centro. Por ello, entre los derechos reconocidos a estas personas usuarias en
los estatutos de los centros sociosanitarios encontramos:

• Obtener la máxima intimidad en función de las condiciones estructurales de los centros.


• Tener garantizado el secreto profesional de los datos de su historia sociosanitaria.

El/la profesional de atención sociosanitaria debe mantener el respeto de estos importantes derechos del/de
la usuaria, de lo contrario podría llegar a tener responder de conducta irresponsable o de violación de la
confidencialidad. Por ello, dada la importancia de cumplir estas cuestiones, consideramos necesario hacer
hincapié en los aspectos que exponemos a continuación.

Derecho a la intimidad y a la confidencialidad de los datos sanitarios en la Ley de protección de da-


tos.

En nuestro sistema legal, la protección de los datos de la salud deriva del derecho de protección de la inti-
midad de la persona. Finalmente, respecto a la confidencialidad, debemos saber que todos los profesionales
que por el ejercicio de una determinada actividad estén sujetos al secreto profesional y toda persona que
intervenga en el tratamiento de los datos de carácter personal, tienen la obligación de guardar el secreto
profesional, no pudiendo revelar la información a terceros.

La protección de datos personales en los centros sociosanitarios.

En los Centros de Día, de Noche y Residenciales se mantienen muchos datos de carácter personal de perso-
nas usuarias, trabajadores, proveedores, etc. Datos que la LOPD obliga a proteger de unas formas muy con-
cretas. Específicamente:

• Estableciendo medidas de seguridad para proteger los ficheros que contengan datos de carácter perso-
nal, de Nivel Alto por la información relativa a la salud de los usuarios.
• Garantizando el ejercicio de los derechos que reconoce la ley a las personas físicas con datos de carác-
ter personal en sus ficheros y especialmente a recabar el consentimiento de los afectados.

La responsabilidad de los que cuidan a personas en situación de dependencia. Un/una profesional que se
dedique al cuidado de personas en situación de dependencia, especialmente si lo hace en un establecimien-
to especializado (centro sociosanitario), puede incurrir en su actividad en cuatro tipos de responsabilidad:

• Responsabilidad Civil.
• Responsabilidad Penal
• Responsabilidad Administrativa.
• Responsabilidad Profesional y Estatuaria
Atención integral en la intervención
La atención integral a la persona usuaria la componen un conjunto de acciones de carácter preventivo, cura-
tivo y de rehabilitación dirigidas a proteger, promover, restaurar y mantener su salud y sus redes sociales de
relaciones, prestadas por un equipo interdisciplinar compuesto por médicos/as, trabajadores/as sociales,
animadores/as socioculturales, enfermeros/as, auxiliares, fisioterapeutas, y psicólogos/as, entre otros; y
contempladas como servicios y prestaciones en el Plan General de Intervención del Centro.

El Plan General de Intervención (PGI) se compone de un conjunto de programas de servicios de interven-


ción interconectados que pretenden responder a las múltiples situaciones, causas y problemas que se traba-
jan en el centro con el objetivo de atender a las situaciones y necesidades de las personas usuarias, constitu-
yendo el origen del listado de actuaciones y servicios que compondrán el Plan de Cuidados Individualizado
de cada persona usuaria.

Plan de cuidados individualizado

El Plan General de Intervención (PGI) servirá de base al equipo interdisciplinar para diseñar el Plan de Cui-
dados Individualizado que recogerá las actividades que se considere necesario poner en marcha para lograr
el restablecimiento o mantenimiento del mayor nivel de autonomía del usuario, dentro de sus posibilidades,
por el que cada profesional asumirá unas funciones y actuaciones concretas y coordinadas a realizar.

Las etapas de elaboración de este Plan de Cuidados Individualizado son:

• Valoración. nos servirá para detectar, describir y aclarar los múltiples problemas físicos, funcionales,
psicológicos, sociofamiliares y ambientales que la persona usuaria presenta.

• Diagnóstico y Tratamiento de la situación. A través de la valoración, se llegará a un diagnóstico, el


cual permitirá decidir un tratamiento. Este tratamiento tendrá carácter globalizador y será el resultado
de un consenso entre los distintos profesionales que han estudiado la realidad dinámica y cambiante
del/de la usuaria.

• Planificación de Intervenciones. Se pretenden elaborar estrategias destinadas a resolver, prevenir o


controlar los problemas que se han identificado, fijando prioridades, formulando objetivos determinan-
do las actividades para lograrlos y anotando las intervenciones que se llevan a cabo para resolver los
problemas identificados. Esto se plasmará en un protocolo que establecerá también los periodos de eva-
luación del plan de cuidados individualizado de cada residente.

• Ejecución de la Intervención. Se lleva a cabo el plan de cuidados individualizado elaborado en la fase


anterior. Además, se continúa con la recogida de datos para evaluar y mantener éste actualizado e infor-
mar al resto de profesionales del estado de realización de las actividades y de los resultados que se va-
yan obteniendo.

• Evaluación del Plan de Cuidados Individualizado. Durante la ejecución del plan de cuidados indivi-
dualizado se analiza su funcionamiento, estudiando los efectos logrados, su efectividad y los cambios
convenientes a realizar para asegurar su calidad, identificando, si es el caso, las causas que han impedi-
do obtener los resultados esperados para decidir sobre su continuidad o modificación
 Conocer los protocolos de actuación y seguimiento.
 Introducirnos en los conceptos de autonomía y Actividades Básicas de la Vida
Diaria.
 Saber cómo se distribuyen las tareas de centro para su correcto funcionamien-
to.
 Aprender la importancia de la participación en las actividades del centro y
ejemplo de algunas que se pueden llevar a cabo.
 Saber cómo comunicarnos apropiadamente en función de las características
de cada persona.
Introducción
En las siguientes páginas se detallan los aspectos clave a tener en cuenta por los/las profesionales en aten-
ción sociosanitaria ante su participación en la preparación de actividades en instituciones sociales, las cua-
les deberán ir siempre dirigidas a cubrir actividades de la vida diaria de las personas dependientes.

Por ello, es esencial que las/los profesionales conozcan los protocolos de actuación establecidos para la eje-
cución de estas actividades, cuáles son las características específicas de la comunidad usuaria que determi-
nan las intervenciones programadas y cómo pueden responder ante posibles incidencias que puedan surgir
durante la práctica diaria.

Protocolos de actuación y seguimiento


Los centros de atención sociosanitaria deberán disponer de protocolos y registros para la realización y el
seguimiento de las intervenciones programadas, con la finalidad de asegurar una mejor calidad en la aten-
ción a los/las usuarias.

Los protocolos son documentos escritos en los que se detallan los procedimientos y fases a llevar a cabo por
los/las profesionales del centro para lograr una atención adecuada de las personas dependientes, describien-
do los trabajos a realizar por cada área o profesional que interviene. Cada protocolo está relacionado con el
desarrollo de los Programas de Intervención en los Centros, y los que con mayor frecuencia se utilizan para
la preparación de actividades son:

• Protocolo de acogida y adaptación de usuarios y usuarias.


• Protocolo de higiene de personas usuarias.
• Protocolo de administración de medicación a personas
usuarias.
• Protocolo de caídas de usuarios/as.
• Protocolo de actuación ante incontinencias (urinaria y
fecal).
• Protocolo de actuación ante úlceras y lesiones por pre-
sión.
• Protocolo de medidas de contención física a usuarios/as.
• Otros protocolos.

En la elaboración de los protocolos se incluirán los registros


que, posteriormente, deban ser cumplimentados por el perso-
nal encargado del desarrollo de las actuaciones recogidas.
Los registros se utilizan para dejar constancia diaria por es-
crito del trabajo realizado con identificación del/de la trabaja-
dora que lo ha efectuado. En éstos deben aparecer datos co-
mo la firma del/de la trabajadora, la fecha, las actuaciones
realizadas y, en su caso, las observaciones. Además, los re-
gistros también sirven de documentos de control para el se-
guimiento por parte del equipo interdisciplinar del correcto
desarrollo del plan de cuidados individualizado y están rela-
cionados con la realización de las actividades y los servicios
establecidos en los correspondientes programas cuyos proce-
dimientos son descritos en los protocolos que los desarrollan.

Algunos de los registros más habituales son:


• Registros de Historia Integral de la persona usuaria (clínica, de enfermería, social, psicológica, etc.).
• Registro de Evaluación Funcional y Cognitiva.
• Registro del Plan de Cuidados Individualizado.
• Registro de Seguimiento del Plan de Cuidados Individualizado.
• Registro de Seguimiento de la Participación en el Programa de Actividades de los/las usuarias.
• Registros de Seguimiento Interdisciplinar.
• Registro de Dietas, indicando persona y tipo de alimentación.
• Registro de Actividades de Mantenimiento de la Higiene personal de los/las usuarias.
• Registro de Prescripciones Médicas, indicando profesional que prescribe (firma); dosis y distribución de
tomas; fechas de inicio y final de la prescripción; y otras consideraciones.
• Registro de Cuidados Personales.
• Registro de Control de Constantes y Balance Hídrico.
• Registro de Tratamientos de Enfermería.
• Registro de Control de Medicación-Fármacos que ha de tomar el usuario, quedando constancia de la
persona que los administra.
• Registro de Caídas de los/las usuarias, indicando las circunstancias y sistema de prevención acordado.
• Registro de usuarios/as con Incontinencia de Esfínteres, indicando medida de atención prescrita y de
promoción de la continencia.
• Registro de usuarios/as con Úlceras por Presión, indicando causa originaria, tratamiento, y fecha de apa-
rición y de curación.
• Registro de Problemas de Conducta de la persona usuaria.
• Registro de usuarios con Medidas de Contención, previa prescripción médica, describiendo cómo lle-
varla a cabo y el tiempo y pautas de movilización.
• Registro de Voluntades anticipadas de la persona usuaria.
• Registro de Visitas, indicando el nombre del residente que recibe la visita, la vinculación de los visitan-
tes, la hora de entrada y salida.
• Registro de Salidas de personas usuarias, con indicación de hora de salida y de regreso.
• Registro-Libro de Incidencias.
• Otros registros que se establezcan en el plan general del centro o que determine el equipo.

Participación de la comunidad usuaria en las actividades diarias


Para mejorar el bienestar biopsicosocial de los/las usuarias del centro es muy importante que éstos/as em-
pleen positivamente su tiempo participando en las actividades diseñadas en su plan de cuidados individuali-
zado y, en la medida de lo posible, en la vida del centro.

Así, el/la profesional en atención sociosanitaria, para preparar intervenciones programadas por el equipo
interdisciplinar dirigidas a cubrir las actividades de la vida diaria, deberá:

• Tener la capacidad para preparar actividades que permitan el fomento de la participación del/de la usua-
ria para potenciar el mantenimiento y mejora de su autonomía.

• Comprobar que estas actividades responden a las necesidades individuales del/de la residente en cues-
tión, y que se optimizan los recursos humanos y materiales disponibles, adaptándose siempre a los pro-
tocolos de actuación establecidos.

Concretamente, la persona usuaria deberá comenzar conociendo la organización de la institución. De esta


forma, dicha institución se le irá mostrando a partir de su ingreso, de modo que llegue a conocer a las de-
más personas usuarias, a los profesionales que le van a atender, la distribución y ubicación de las diferentes
estancias del centro (su propia habitación, salas de profesionales, salones de actividades de esparcimiento,
área de servicios comunes, etc.) y los horarios de servicios (comida, aseo, descanso, rehabilitación, consulta
de profesionales, entradas y salidas del centro, visitas de allegados, etc.)
Asimismo, se le explicará cómo localizar a los/las distintos profesionales responsables de su atención perso-
nal y comunicarse con ellos. Con todo esto se conseguirá que el/la usuaria sepa cuándo y dónde acudir para
participar en las actividades que se hayan programado y aquéllas otras en las que decida participar de forma
voluntaria.

Autonomía del/de la usuario/a


El/la profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de identificar los niveles de autonomía de per-
sonas dependientes, relacionándolos con la cobertura de necesidades de atención básica que permitan su
adaptación a los protocolos de actuación establecidos en la institución social y por el equipo interdiscipli-
nar. Para comprender lo anterior, es necesario aclarar una serie de conceptos clave:

¿Qué entendemos por Autonomía?

“Es la capacidad de valerse por sí mismo, con propia iniciativa, controlando, afrontando y tomando deci-
siones sobre cómo vivir según las normas y preferencias propias”.

Así, la autonomía personal se caracteriza por:

• Tener el control de la toma de decisiones.


• Poder ejecutar las actividades cotidianas (actividades básicas e instrumentales de la vida diaria).

Entendemos, por tanto, que una persona llegará a ser dependiente cuando, por su pérdida de autonomía per-
sonal, precise del apoyo de su entorno familiar y social para resolver y satisfacer sus necesidades fisiológi-
cas, psicológicas o de relaciones sociales.

¿Qué entendemos por Dependencia?

“Es el estado permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la en-
fermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o pérdida de autonomía física, mental, intelectual o senso-
rial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades bási-
cas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de
otros apoyos para su autonomía personal”.

¿Qué son las Actividades Básicas de la Vida Diaria?

Primero es necesario hacer mención a las Actividades de la Vida Diaria (AVD), ya que sus posibilidades de
realización son las que nos van a permitir valorar el nivel de autonomía e independencia básica de una per-
sona. Estas actividades, según la <<Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la
Salud (CIF)>>, adoptada por la Organización Mundial de la Salud en 2001, se agrupan en las siguientes cla-
ses:

• Aprendizaje y aplicación del conocimiento.


• Movilidad.
• Autocuidado.
• Vida doméstica.
• Interacciones y relaciones personales.
• Áreas principales de la vida (educación, trabajo y economía).
• Vida comunitaria, social y cívica.

En este curso realizaremos dos clasificaciones: Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) y Activida-
des Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD).
Autonomía en las Actividades Básicas de la Vida Diaria

Las actividades necesarias para vivir de la forma más independientemente posible en su comunidad compo-
nen las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD).

Aunque existen numerosos métodos para la evaluación de estas actividades, el más utilizado es la <<Escala
de Lawton y Brody>>, también denominado <<Índice de Lawton o AVD instrumentales>>. Para la evalua-
ción en mujeres, consta de 8 grupos: capacidad para usar el teléfono, hacer compras, preparación de comi-
da, cuidado de la casa, lavado de ropa, transporte, control de medicación y capacidad de encargase de sus
finanzas. En los hombres sólo se reconocen cinco grupos: capacidad para usar el teléfono, hacer compras,
transporte, control de medicación y capacidad de encargarse de sus finanzas. Cada grupo se subdivide en
cuatro o cinco ítems según la gravedad y la puntuación oscila de 8 (máxima independencia) a 0 (máxima
dependencia) en mujeres; y de 5 (máxima independencia) a 0 (máxima dependencia) en hombres.

Acompañamiento de las Actividades de la Vida Diaria

El/la profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de reconocer y valorar la forma más adecuada
de efectuar el acompañamiento al/a la usuaria en las actividades de la vida diaria, de modo que dicho acom-
pañamiento se lleve a cabo cumpliendo las instrucciones emitidas por el/la profesional responsable.

Del mismo modo, el/la cuidadora tendrá en cuenta las características e intereses del/de la usuaria para la
realización de actividades, atendiendo a las instrucciones del equipo interdisciplinar con el objetivo de dar
una correcta respuesta individualizada. El objetivo será trabajar las actitudes positivas de la persona usuaria
y animarle para lograr que tome parte como protagonista y que colabore como estimulador/a de otros/as
residentes menos participativos en las actividades grupales del centro, favoreciendo de esta manera el desa-
rrollo interpersonal de los/las usuarias y su integración en el centro.

Es necesario mencionar que el hecho de relacionarse con otras personas usuarias mejorará la integración del
usuario en la institución y le ayudará a compensar o superar problemas de negatividad ante otras activida-
des, por desajustes afectivo-emocionales, deterioros cognitivo -conductuales, o limitaciones psíquicas o fí-
sicas. Además de participar en las actividades establecidas en su plan de cuidados individualizado, la parti-
cipación del/de la usuario podría extenderse también a:

• Las actividades generales de organización del centro: colaborando en la redacción y modificación del
reglamento de régimen interno, de los estatutos, en la organización de sus rutinas diarias (horarios de
entrada y salida, menús, horarios de comidas, etc.).

• El planteamiento y organización de actividades de ocio y culturales en las que desearía participar.

• La colaboración en algunas actividades domésticas: cuidando del jardín, arreglos de ropa, actividades
auxiliares de cocina, etc.

• La participación en una “Asamblea”, formada democráticamente por los/las residentes.


Información sobre el desarrollo de las actividades

El/la profesional en atención sociosanitaria debe verificar que la información previa dada a los/las usuarias
sobre las actividades programadas es transmitida teniendo en cuenta la necesidad de motivarles para facili-
tar así su participación.

En esta línea, informará a la persona usuaria sobre las actividades que deben realizarse, sus objetivos y el
procedimiento a seguir. Además, respetará su autonomía en aquellas tareas que el/la usuaria pueda hacer
por sí solo/a y le apoyará en las que tenga alguna limitación, acompañándole y motivándole para que man-
tenga interés por continuarlas.

Características e intereses de las personas usuarias

Es importante formar a todo el personal del centro en el desarrollo de actitudes y técnicas de observación
indirectas (no programadas) que se deben realizar siguiendo un protocolo documental que facilite la revi-
sión periódica de la situación de las personas usuarias.

Además de desarrollar distintos mecanismos para detectar precozmente problemas en las personas depen-
dientes en instituciones, es necesario tener en cuenta los diferentes problemas que éstos pueden llegar a te-
ner a la hora de satisfacer sus necesidades. Por ello, tendremos que tener presente lo siguiente:

• Personas con discapacidad. La restricción o ausencia de capacidad física, psíquica o sensorial puede
suponer una situación de dependencia para realizar una actividad necesaria en el desarrollo de la vida
diaria, en la forma o dentro del margen que se considera normal.

• Personas con enfermedades mentales. El trastorno del funcionamiento cerebral, atribuible a múltiples
causas, puede generar la alteración de la percepción, los sentimientos, los pensamientos, la conducta y
la adaptación al medio en que la persona vive y que, cuando se trata de un trastorno mental severo, pue-
de provocar situaciones de dependencia.

• Personas mayores. El envejecimiento puede producir una


serie de cambios biológicos, cognitivos y psicosociales
(disminución de la memoria, de la capacidad visual y auditi-
va, del número de neuronas y neurotransmisores, de la masa
muscular, y del número de piezas dentales; y un aumento de
la incontinencia urinaria y del riesgo de caídas, del aislamien-
to por pérdida de seres queridos, de la irritabilidad, etc.) que
lleven a la persona a situaciones de dependencia.

• Personas en situación de enfermedad. Según el proceso de


la enfermedad por el que estén pasando, algunos usuarios
pueden perder en parte o totalmente su autonomía personal.

Finalmente, es necesario remarcar que el interés principal del/de


la usuaria debería estar centrado en recuperar o mejorar su auto-
nomía en la realización de las actividades de la vida diaria pero,
según el estado de la persona, en ocasiones esto no será así, lle-
gando a encontrarnos con situaciones en las que el/la residente se
niega a colaborar o realiza la tareas de forma errónea sin seguir
las pautas indicadas. En estos casos será conveniente aplicar téc-
nicas de modificación de conducta para conseguir que desarrolle
adecuadamente la actividad propuesta con la actitud idónea.
Incidencias y respuestas a las mismas

Es necesario que todos los/las profesionales que trabajan de forma directa con los usuarios de instituciones
sociales, como es el caso del profesional en atención sociosanitaria, tengan presentes una serie de orienta-
ciones para sus actuaciones diarias, de modo que adquieran una conciencia preventiva y de anticipación que
les permita captar cualquier anomalía, problema o cambio que se produzca.

Así, entre las posibles incidencias o circunstancias que obstaculizan el desarrollo de las intervenciones y el
logro de los objetivos perseguidos, están las actitudes negativas en los/las usuarias, las cuales pueden difi-
cultar la realización de cualquier actividad. En estos casos, es indispensable que el/la profesional en aten-
ción sociosanitaria comunique al equipo interdisciplinar la incidencia detectada. Para ello, podrá hacer uso
de los documentos de registro establecidos a tal efecto y, en todo caso, dejará constancia en el <<Libro de
Incidencias>> de la institución mediante la cumplimentación de la <<Hoja de Incidencia>> correspondien-
te. Una vez comunicada al equipo interdisciplinar, éste determinará qué intervención realizar.

Puede estimarse como necesario el uso de la motivación para reorientar la actitud del/de la residente, lo que
hace aconsejable aplicar algunas técnicas para modificar su conducta y motivarle. Las técnicas de modifica-
ción de conducta tienen como objetivo mejorar el comportamiento de las personas a través de estrategias y
procedimientos para conseguir una mayor frecuencia en una conducta adaptativa que ya existe, o su perfec-
cionamiento; la adquisición de una conducta nueva deseable; o la reducción de la frecuencia de aparición o
eliminación de una conducta no deseada.

Técnicas de modificación de conducta

Para el perfeccionamiento o incremento de ciertas conductas:

• Reforzamiento negativo. Consiste en retirar algo molesto cuando la persona ejecuta de manera adecua-
da la conducta o actividad (por ejemplo, anular un castigo).

• Reforzamiento positivo. Es la consecuencia agradable que obtiene la persona al realizar una conducta
adecuada (por ejemplo, dar un premio).

Para la adquisición de nuevas conductas:

• Moldeado. El refuerzo será más frecuente al inicio y el nivel de exigencia menor; conforme se avance,
se exigirá más para conseguir el refuerzo (adiestramiento en la conducta); al lograr la conducta deseada,
se pasará a refuerzos intermitentes para consolidarla (consolidación de la conducta).

• Modelado. Se expondrá al usuario un modelo que realiza la conducta o actividad que se quiere que éste
adopte o imite.

• Encadenamiento. Consiste en formar conductas complejas a partir de otras más sencillas que el usuario
ya posee, constituyendo una serie de pasos sucesivos a seguir (por ejemplo, coger el botellín de agua,
abrirlo, beberse el agua, limpiarse manos y boca con la servilleta, tirar el botellín vacío al cubo de la
basura).
Para la eliminación o reducción de ciertas conductas:

• Castigo positivo. A la realización de una conducta inadecuada le sigue una consecuencia no deseada
por la persona (por ejemplo, una reprimenda).

• Castigo negativo o coste de la respuesta. Se trata de retirar un refuerzo positivo cuando el usuario
realice una conducta inadecuada con el fin de que ésta se reduzca o desaparezca.

• Extinción. Se ignora una conducta inadecuada hasta que se reduce y extingue.

• Refuerzo de conductas incompatibles. Se refuerzan las conductas que son incompatibles con aquella
que queremos eliminar.

• Sobrecorrección. Primero se hará a la persona corregir los efectos de la conducta inadecuada


(restitución) y seguidamente efectuar la conducta adecuada (práctica positiva).

• Economía de fichas. Para premiar las conductas que se desea establecer se entregan fichas canjeables
por recompensas.

• Aislamiento o tiempo fuera. Al haber realizado una conducta inadecuada, se retira un refuerzo a la per-
sona o se le impide acceder a él (por ejemplo, por negarse a compartir el bote de zumo, se le retira el
acceso al contenido).

• Contrato de conductas. Es un acuerdo escrito que recoge la conducta a realizar por la persona usuaria
y las consecuencias del incumplimiento.

Organización de actividades en Instituciones sociales

Formará parte de las obligaciones del/de la profesional en atención sociosanitaria el participar con el equipo
interdisciplinar en la organización de actividades, así como en garantizar el nivel de calidad de los servicios
prestados y la satisfacción de los/las usuarias, responsabilizándose de:

• Comprobar, antes de realizar la actividad, las condiciones de seguridad y accesibilidad de los espacios
para garantizar la agrupación de éstos en función de sus características personales, facilitando la dispo-
nibilidad de los recursos humanos y la existencia y puesta a punto de materiales y ayudas técnicas.

• Tener en cuenta las características e intereses de los/las usuarias para la realización de actividades, si-
guiendo las instrucciones del equipo interdisciplinar que permitan dar una respuesta individualizada.

• Comunicar al equipo interdisciplinar cualquier incidencia observada en el orden y el estado de los mate-
riales, con el fin de adoptar las medidas oportunas para su resolución.

Protocolos de actuación

Las actuaciones del/de la profesional en atención sociosanitaria irán dirigidas, fundamentalmente, a la me-
jora de la autonomía de la persona usuaria mediante:

• Entrenamiento de las Actividades Básicas e Instrumentales de la Vida Diaria: A través de procesos de


preparación, aprendizaje, entrenamiento y consolidación para la adquisición de nuevas habilidades; la
motivación en las conductas a desarrollar; y haciendo uso de los recursos necesarios en el plazo deter-
minado para cumplir con los objetivos establecidos en la plan de cuidados individualizado del/de la
usuaria.

• Fomento de la adquisición de hábitos de autonomía personal por medio de: Ayuda en lo necesario y re-
fuerzo de las conductas autónomas; adaptación del entorno y utilización de ayudas técnicas; animación
y potenciación de la autoestima del/de la usuaria.
Por todo ello, en este apartado mencionaremos los protocolos para el apoyo a la atención directa de perso-
nas dependientes en instituciones sociales que, de forma más directa, están relacionados con las actuaciones
del/de la profesional en atención sociosanitaria, incluyendo no sólo los establecidos para el desarrollo de
actividades, sino todos los que pueden encontrarse en cada una de las áreas de intervención de la institu-
ción.

Debemos saber, no obstante, que los protocolos pueden ser adaptados o ampliados en parte o en su totali-
dad, en lo que cada equipo interdisciplinar y la dirección del centro estimen oportuno, pudiendo variar en
cuanto a su denominación y contenido.

Transmisión de la información sobre las actividades

A continuación, expondremos cómo transmitir información previa a los/las usuarias sobre el desarrollo de
las actividades sociosanitarias programadas, teniendo en cuenta que el objetivo del/de la cuidadora será
siempre motivar y favorecer la participación de la persona dependiente en las actuaciones propuestas.

Para la efectiva transmisión de la información al residente, expondremos tanto recomendaciones generales


como recomendaciones específicas, según qué información vamos a trasladar.

Recomendaciones generales para una buena transmisión de la información.

• Tener en cuenta las ventajas de una buena comunicación, que ayudará a mejorar el éxito en la transmi-
sión de la información y facilitará la participación de los usuarios, a través de:

• El mantenimiento de un buen clima que haga sentirse bien tanto al/a la cuidadora como a la per-
sona cuidada.

• La elección de un momento y un lugar oportuno para hablar, escuchar atentamente y observar a


la persona usuaria.

• Identificar, antes de iniciar la comunicación, los factores que pueden funcionar como obstáculos de la
comunicación, tales como:

• Desconfianza hacia los/las cuidadoras, rechazo a la terapia o a la actividad y bajo interés.

• Lentitud del pensamiento, barreras físicas (enfermedad aguda, pérdida de visión, pérdida de oí-
do, etc.), e inseguridad sobre su propia salud.

• Utilizar estrategias que pueden ayudar a salvar obstáculos de comunicación que dificultan el desarrollo
de las actividades con las personas usuarias; algunas de ellas son:

• Realizar nuestra presentación al/a la usuaria usando nuestro nombre y cargo.

• Identificar recursos familiares o comunitarios que apoyen su autocuidado o que le asistan.

• Ofrecer un plan de formación que comience con actividades que eviten sus barreras y respondan
a la necesidad expresada por el/la usuaria para cubrir, posteriormente, otros puntos críticos.

• Desarrollar la actividad en un ambiente libre de distracciones.

• Establecer comunicación con usuarios que tienen incapacidad para hablar o hacerse entender hace nece-
saria la utilización de estrategias de comunicación como:
• Procurar un ambiente tranquilo y relajado, sin ruidos ni interrupciones.
• Trasmitir afecto, ser positivo y mostrar interés, así como facilitar la expresión de emociones y
comprender los sentimientos.
• Ser tolerante y paciente.
• Ser honesto con el/la usuaria.

Recomendaciones específicas sobre qué información transmitir al usuario o usuaria para que pueda
participar en las actividades diarias, según sus posibilidades.

Para obtener la participación de la persona usuaria en las actividades programadas en su plan de cuidados
individualizado ésta, o su representante legal, deberá recibir información sobre las siguientes características
de la actividad que van a realizar:

• Qué se va a hacer: Informar del contenido de la actividad y describirla con detalle.

• Quién lo va a realizar: Profesional/es que le van a atender, compañeros que compartirán la actividad,
personas que le acompañarán (familiares, allegados, voluntarios, etc.).

• Cuándo se va a realizar: Comunicar fechas y periodos de realización.

• Cómo se va a realizar: Detallar la estructura de la actividad; pasos a dar, fases a completar, forma de
proceder, etc.

• Dónde se va a realizar: Lugar de la actividad y cómo acceder a él.

• Por qué se va a realizar: Explicar el motivo por el que se justifica la actividad.

• Para qué se va a realizar: Explicar el objetivo que se pretende conseguir, así como los beneficios que
puede generar al/a la usuaria.

• Cuánto se va a prolongar: Detallar la duración y los tiempos previstos en cada parte.

• Con qué medios: Medios técnicos, materiales y humanos que se utilizarán para realizar la actividad, y
si el/la usuaria debe aportar alguno por su parte.

Actividades opcionales, voluntarias y obligatorias

En las instituciones, es común que existan actividades de realización obligatoria encaminadas a la recupera-
ción o asistencia en actividades básicas de la vida diaria, a la vez que actividades voluntarias de ocio, cultu-
rales y educativas, en una oferta mayor o menor, dependiendo de cada centro. Y también, actividades opcio-
nales de adiestramiento para la promoción de la autonomía personal, en función de las características del
centro, del personal a disposición y del estado de autonomía de cada persona usuaria. Las actividades a
ofrecer dependerán de lo que establezca el propio plan de cuidados individualizado para cada persona, se-
gún su estado de autonomía personal o dependencia concreta, por lo que podrán tener carácter de obligato-
riedad, siempre que la persona usuaria, o su representante legal, así lo acepten.

Actividades obligatorias

Específicamente, durante la estancia en el centro será de carácter obligatorio y común a todos los/las resi-
dentes la realización de forma autónoma o asistida de las actividades relacionadas directamente con las si-
guientes áreas:
• Promoción de la higiene diaria: según las necesidades y prescripciones establecidas en el plan de cui-
dados individualizado.

• Nutrición y alimentación equilibrada: según prescripción médica y, normalmente, distribuida en cin-


co o seis ingestas diarias.

• Movilidad esencial: basada en ejercicios cotidianos que permitan mantener el máximo nivel de autono-
mía que sea capaz de desarrollar la persona usuaria en la realización de las actividades de su vida diaria.

Actividades opcionales o voluntarias

Tales como:

• Ejercicios de psicomotricidad, coordinación mu-


sical, actividades lúdicas y juegos cooperativos
que estimulen las partes del cuerpo a través de
la acción y el movimiento para mantener la acti-
vidad funcional, el nivel de autonomía personal
alcanzable por el/la usuaria y fomentar la parti-
cipación en grupo.

• Ejercicios de relajación para aumentar el auto-


control, reducir y superar la ansiedad, el estrés y
sus efectos psicosomáticos, así como ayudar a
identificar alteraciones emocionales negativas.

• Ejercicios de orientación a la realidad para usuarios/as con pérdida de memoria, desorientación, trastor-
nos confusionales o demencias, a través del reconocimiento e identificación de colores y formas, seña-
les en la deambulación, así como manualidades en grupos de interacción social.

• Entrenamiento de memoria, a través de anotaciones en calendarios y en blocs de notas, reloj a la vista,


clasificación, ordenación y ubicación cotidiana de objetos de uso; juegos de memoria, entre otros.

• Musicoterapia para desarrollar la expresión emocional, la coordinación, la marcha, el equilibrio, la aten-


ción, las habilidades cognitivas y comunicativas, destrezas instrumentales, etc.

• Charlas y juegos en grupo (petanca, bolos, dinámicas de grupo, etc.) para fomentar habilidades y rela-
ciones sociales, así como la cooperación en grupos.

Actividades a desarrollar según el estado cognitivo y funcional

Las actividades a desarrollar con el/la residente, según el estado cognitivo y funcional en que éste/a se en-
cuentre, se pueden clasificar en:

• Actividades a desarrollar en situación de buen estado cognitivo.


• Actividades a desarrollar en situación de deterioro cognitivo.
• Actividades a desarrollar en situación de demencia leve.
• Actividades a desarrollar en situación de demencia moderada.
• Actividades a desarrollar en situación de demencia severa.

Veamos detenidamente cada una de ellas:


• Actividades a desarrollar en situación de buen estado cognitivo.

Para cualquier persona usuaria dependiente o independiente:

• Lectura de periódicos, entrenamiento de memoria, grupos de conversación, desarrollo de habili-


dades sociales, tablas de gimnasia, ejercicios de suelo pélvico, actividades al aire libre, salidas
externas, actividades avanzadas e instrumentales de la vida diaria, laborterapia, ludoterapia, psi-
comotricidad, grupos de mutua ayuda, aula de mayores, etc.

• Podrán programarse actividades de paseo (libre o asistido), excepto en el caso de personas con
gran dependencia.

• También será recomendable valorar actividades de mantenimiento o reeducación de funciones,


así como de orientación para el control de la micción en personas independientes o con alguna
ayuda técnica, y reentrenamiento en ABVD y programación de la micción en aquéllas con de-
pendencia parcial o total.

Para personas usuarias independientes con ayuda técnica o parcialmente dependientes de otra persona. Ade-
más de las actividades descritas en el apartado anterior, las siguientes:

• Entrenamiento de la marcha y adaptación o entrenamiento en el uso de las ayudas técnicas.

• Ergoterapia, mecanoterapia, cinesiterapia, poleoterapia y reeducación en transferencias para aquellas


con dependencia parcial.

Para personas con gran dependencia. Habrá que valorar también la inclusión de: mantenimiento de activida-
des instrumentales, bipedestación (posición en pie) y movilizaciones pasivas.

• Actividades a desarrollar en situación de deterioro cognitivo.

Para cualquier persona usuaria dependiente o independiente:

• Lectura de periódicos, estimulación cognitiva, entrenamiento de memoria, grupo de conversa-


ción, tabla de gimnasia, ejercicios de suelo pélvico, actividades al aire libre, salidas al exterior,
supervisión de actividades instrumentales residuales, ludoterapia, laborterapia, psicomotricidad,
adaptación al entorno, mutua ayuda, etc.

• Podrán programarse actividades de paseo (libre o asistido), excepto en el caso de personas con
gran dependencia.

• También será recomendable valorar actividades de mantenimiento y reeducación de funciones,


así como de orientación para el control de la micción en personas independientes o con alguna
ayuda técnica y reentrenamiento en ABVD y programación de la micción en aquéllas con de-
pendencia parcial o total.

Para personas usuarias independientes con ayuda técnica, además de las actividades descritas en el primer
apartado (justo arriba), las siguientes: entrenamiento de la marcha y adaptación o entrenamiento en el uso
de las ayudas técnicas.

Para personas parcialmente dependientes de otra, además de las actividades descritas en el primer apartado,
las siguientes: ergoterapia, mecanoterapia, cinesiterapia, poleoterapia y reeducación en transferencias.

Para personas con gran dependencia, habrá que valorar también la inclusión de: mantenimiento de activida-
des instrumentales, bipedestación y movilizaciones pasivas
• Actividades a desarrollar en situación de demencia leve.

Para cualquier persona usuaria dependiente o independiente:

• Entrenamiento ABVD residuales, micciones programadas, terapia de orientación a la realidad,


entrenamiento de memoria, ludoterapia, psicomotricidad, mantenimiento del nivel de alfabetiza-
ción, adaptación al entorno, etc.

• Podrán programarse actividades de paseo y salidas asistidas, excepto en el caso de personas con
gran dependencia.

Para usuarios independientes con ayuda técnica y personas parcialmente dependientes o grandes dependien-
tes de otra, además de las actividades descritas en el primer apartado (justo arriba), las siguientes: ergotera-
pia, mecanoterapia, cinesiterapia, poleoterapia, mantenimiento en las ayudas técnicas y entrenamiento de la
marcha (excepto en personas con gran dependencia).

Para personas con gran dependencia o dependencia parcial, se valorará la inclusión de actividades de: trans-
ferencias, bipedestación y movilizaciones pasivas.

• Actividades a desarrollar en situación de demencia moderada.

Estas personas no cuentan con independencia al tener afectada su autonomía por incapacidad funcional y se
encuentran en situación de independencia con ayuda técnica, dependencia parcial o gran dependencia de
otra persona, por lo que las actividades a desarrollar podrán ser: mantenimiento ABVD residuales, miccio-
nes programadas, terapia de orientación a la realidad, terapia de reminiscencia, terapia de adaptación al en-
torno, psicomotricidad, ergoterapia, cinesiterapia, poleoterapia, ludoterapia y transferencias (excepto a inde-
pendientes con ayudas técnicas). También, paseos, entrenamiento en la marcha y mantenimiento en el uso
de ayudas técnicas, excepto a personas con gran dependencia.

En personas con gran dependencia, se valorará la inclusión de actividades de fisioterapia pasiva y moviliza-
ciones pasivas.

• Actividades a desarrollar en situación de demencia severa.

Estas personas, por su afectación funcional, están en situación de gran dependencia, por lo que las activida-
des a desarrollar podrán ser: movilizaciones pasivas, fisioterapia respiratoria, control postural y de sedesta-
ción (posición del cuerpo estando sentado), estimulación sensorial y estimulación sensoperceptiva.

Materiales más comunes en la realización de actividades

En la realización de las diferentes actividades del centro será necesaria la utilización de una serie de mate-
riales, los cuales deberán estar organizados y controlados en sus correspondientes almacenes y que pueden
ser clasificados en fungibles e inventariables.

El/la profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de analizar las características y condiciones de
uso de éstos; además, deberá comunicar al equipo interdisciplinar las incidencias observadas en el estado y
orden de los mismos.

Veamos la clasificación de estos y los diferentes tipos:


• Material fungible: Constituye un gasto en bienes de uso corriente y es aquel cuya duración previsible
es inferior al ejercicio presupuestario; es decir, al año natural, por lo que no puede ser incluido en el in-
ventario anual del centro aunque sí forme parte de inventarios de almacén o listados de existencias en
determinados momentos. El material fungible de la institución deberá estar conservado y guardado en
un almacén específico destinado a ese fin. (Por ejemplo material para analíticas, material de escritorio o
material de limpieza y aseo).

• Material inventariable: Es aquél que no sufre un rápido deterioro por su uso, llegando a formar parte
del inventario anual del centro. En este caso, se encuentran los bienes materiales (por ejemplo ordena-
dores) o bienes inmateriales (por ejemplo aplicaciones informáticas-software). También se consideran
inventariables los bienes fungibles que excedan de una cierta cantidad estimada contablemente por el
centro; y otros materiales, como por ejemplo faxes, fotocopiadoras o softwares no estándar, indepen-
dientemente de su valor (por su durabilidad).

Juegos de mesa

En las salas de la institución designadas para el desarrollo de actividades lúdicas y de esparcimiento se pue-
den realizar juegos de mesa dirigidos a todas las personas usuarias que lo deseen. La promoción de este tipo
de actividad se debe a los beneficios positivos que su realización tiene sobre el/la individua en cuanto a que
favorece el establecimiento de relaciones sociales con otros/as residentes del centro, favorece que recupere
interés por aficiones que ya poseía y aumente su motivación por participar en ciertas actividades.

Entre los juegos de mesa más habituales destacan el dominó, el parchís, el ajedrez, las damas, las de cartas,
el bingo y los puzles. Todos estos juegos abren la posibilidad de formar equipos para participar en la orga-
nización de correspondientes dentro del centro o con otros centros, lo que fomenta las salidas externas o la
recepción de visitas de otros equipos de la comunidad local o área de influencia.

Tres cuestiones importantes respecto a los objetivos perseguidos con la realización de juegos de mesa:

• Se pretende que el usuario recupere aficiones.


• Se busca facilitar las relaciones sociales.
• Se trata de fomentar la participación del residente, familiares y allegados en actividades sociales.

Realización de inventarios y listados

El inventario de una institución es un documento, elaborado en soporte papel o en soporte electrónico, don-
de se recogen, con orden y precisión, todos los materiales pertenecientes a ese centro. Entre las funciones
del profesional en atención sociosanitaria también está la de colaborar en la realización y mantenimiento del
inventario de la institución. Para ello, habrá de ser capaz de:

• Elaborar inventarios del material y los productos que utiliza el centro para el desarrollo de los servicios
y actividades que ofrece.

• Observar y comunicar al equipo interdisciplinar las incidencias en el orden y el estado de los materiales
existentes.

Respecto a la realización de inventarios, debemos tener en cuenta la importancia que tiene el que en todo
momento se mantenga en ellos un orden y una precisión, de forma que queden siempre perfectamente defi-
nidos los materiales que registramos, siguiendo un criterio de sistematización adecuado a las necesidades
concretas de la institución.
Revisión del estado de las ayudas técnicas/productos de apoyo

Es fundamental que los centros sociosanitarios dispongan de productos de apoyo a disposición de las perso-
nas usuarias que los puedan requerir; tales como colchones antiescaras, grúas elevadoras, bastones, andado-
res, sillas de ruedas, materiales para rehabilitación y para las manualidades, entre otros.

Asimismo, es preciso revisar y valorar el estado de estos productos cada cierto tiempo por si debieran ad-
quirirse o sustituirse por otros nuevos, realizar el mantenimiento de los existentes o ser reparados. La/el
profesional debe conocer la tipología de ayudas técnicas existentes para poder comprobar y revisar su esta-
do de forma periódica, tal y como establezcan los protocolos de actuación de la institución social en la que
desempeñe su trabajo.

Ahora bien, vamos a centrarnos en los requisitos materiales y relacionaremos los que afectan a los centros
sociosanitarios, que son el ámbito laboral del/de la profesional en atención sociosanitaria. Así, distinguire-
mos entre requisitos materiales generales y requisitos materiales específicos.

• Requisitos físicos y dotaciones

• En cuanto a requisitos físicos. Los Centros de Servicios Sociales deberán estar ubicados en zo-
nas geográficas (rurales o urbanas) salubres, que no supongan peligro para la integridad física o
psíquica de los usuarios y que permitan el fácil acceso de los/las usuarias a los Servicios Genera-
les, tales como sanitarios, educativos, etc., salvo que el programa de intervención requiera otro
tipo de emplazamiento.

• En cuanto a requisitos urbanísticos. Deberán ajustar a lo establecido en el Planeamiento Urba-


nístico del Municipio donde se ubique el edificio y contarán con las correspondientes Autoriza-
ciones Municipales que habiliten su apertura.

• En cuanto a requisitos arquitectónicos. Deberán cumplir las normas técnicas para la accesibili-
dad y la eliminación de barreras arquitectónicas, urbanísticas y en el transporte en la Comuni-
dad, a excepción de las pequeñas unidades de alojamiento y convivencia normalizadas destina-
das a personas con un grado suficiente de autonomía personal. Los Centros estarán adaptados a
las características de sus usuarios/as y a los programas que deban desarrollar.

• Unidad y diferenciación. Cada tipo de Centro será una unidad independiente y diferen-
ciada, incluso cuando se comparta el edificio, situándose preferentemente en planta baja
o primera.

• Altura libre. La altura libre sobre la superficie útil de las dependencias habitables tendrá
como mínimo 2,7 metros.

• Accesos y recorridos internos. Las comunicaciones, accesos y dependencias estarán dis-


puestos para facilitar la evacuación rápida, adecuándose a la normativa vigente contra
incendios.

• Materiales y acabados. Serán duraderos, fáciles de limpiar y mantenerse, con buena apa-
riencia y resistentes al uso intenso.

• Ventilación e iluminación. Todas las dependencias habitables tendrán suficiente ilumina-


ción y ventilación natural, incluso en los aseos, donde se permitirá, si no es posible la
ventilación natural, el uso de chimeneas de ventilación.
• Aislamientos. Uso de aislamiento termo-acústico, adoptando las disposiciones construc-
tivas que permitan y garanticen la durabilidad y conservación del mismo, y aislamientos
que aseguren una resistencia suficiente al fuego, cumpliendo lo preceptuado en las co-
rrespondientes Normas Básicas de Edificación.

• Protección desniveles. Los puntos que presenten un desnivel superior a 60 cm tendrán


barandillas o elementos protectores.

• En cuanto a requisitos de las instalaciones:

• La instalación de agua corriente será procedente de la red de abastecimiento público o de


captación o afloro periódica y oficialmente analizada. Habrá agua caliente disponible en
los aseos y cocinas.

• El sistema de evacuación de aguas residuales deberá realizarse a través de la red munici-


pal de saneamiento y alcantarillado, siguiendo la normativa del municipio donde se ubi-
que el centro. Si ésta no existiese, se realizará mediante estación depuradora de oxida-
ción total; en ningún caso se utilizará el sistema de pozo negro.

• La instalación eléctrica constará de toma de tierra, mecanismos y puntos de fuerza, adap-


tada a la normativa vigente. Será obligatorio un sistema de iluminación y señalización de
emergencia en los centros ocupados por más de 20 personas.

• Las instalaciones de gas deberán cumplir con la normativa específica vigente.

• Para el tratamiento y eliminación de residuos sólidos, dispondrán de depósitos adecuados


con tapadera y capacidad no inferior a 60 litros en número, 1 por cada 25 plazas, cuya
recogida la realizarán los servicios municipales.

• Las instalaciones de climatización cumplirán con las medidas de seguridad suficientes, y


deberán funcionar siempre que la temperatura ambiente lo requiera y estarán adaptadas a
la normativa vigente, disponiendo de protectores en los elementos de calefacción para
evitar quemaduras, estando expresamente prohibida la utilización de estufas de gas.

• Las comunicaciones consistirán en instalación telefónica con el exterior, con una línea
como mínimo a disposición de los/las usuarias, debiendo los edificios destinados a resi-
dencias contar, además, con medios de comunicación interior.

• En cuanto al equipamiento se refiere:

• Los materiales de equipamiento y decoración mantendrán una calidad digna y estarán


adaptados a las características y necesidades de los/las usuarias, siguiendo criterios de
funcionalidad, bienestar, seguridad y accesibilidad.

• Señalización conveniente de las salidas principales, de emergencia y de las distintas de-


pendencias de la instalación.

• En cuanto a protección y seguridad. Todos los Centros estarán dotados de las medidas adecuadas
de protección y seguridad exigidas por la legislación vigente y en especial por la normativa bási-
ca contra incendios. Las comunicaciones, accesos y dependencias facilitarán la evacuación rápi-
da y los edificios dispondrán de, al menos, dos extintores manuales por planta.
• En cuanto al plan de evacuación y emergencia. En todos los Centros existirá un plan de evacua-
ción y emergencia que deberá ser conocido por todos los/las usuarias y personal del Centro. Asi-
mismo, este plan estará expuesto permanentemente en lugar visible.

• En cuanto a la venta y consumo de tabaco. Deberá observarse, tanto por los/las usuarias como
por el personal del Centro, lo establecido en la legislación vigente.

• Zonas del centro

• Zona de Administración. Todos los centros tendrán garantizada una zona de Administración,
ubicada preferentemente a la entrada del edificio, destinada a actividades de recepción, con zona
de espera de visitantes, dirección, administración y gestión del centro.

• Zona de Servicios Generales. Comprende los espacios destinados a la prestación de los servicios
comunes propios de cada tipo de centro (cocina, lavandería, vestuarios, mantenimiento y seguri-
dad en planta física y eliminación de basuras).

• Zona Residencial. Esta zona comprende los espacios destinados al alojamiento, la higiene perso-
nal, la manutención y la relación de convivencia (dormitorios, aseos, salas de estar y comedor).

• Zona de Atención Especializada. Son espacios destinados a proporcionar los tratamientos que
requieran los/las usuarias en razón de sus características y a desarrollar los programas propios
del tipo de centro de que se trate. Cada centro dispondrá del espacio o espacios necesarios para
desarrollar las funciones definidas en el párrafo anterior. Su tamaño y tipología condicionarán el
desarrollo y complejidad de la zona de atención especializada.

Accesibilidad de personas dependientes en instituciones sociales

Las dificultades que la persona usuaria pueda sufrir para desenvolverse en el entorno inmediato van a estar
relacionadas con el tipo de discapacidad y el grado de dependencia que posea. Por ello es necesario tener en
cuenta que:

• Las alteraciones cognitivas y las discapacidades mentales distorsionarán o anularán la capacidad de


orientación en el tiempo y en el espacio, así como el reconocimiento de caras.

• La disminución sensorial limitará el reconocimiento de señales y mensajes sonoros, visuales y sensiti-


vos, como información verbal, timbres, alarmas, señalizaciones, carteles, temperatura, presión, etc.

• Las limitaciones en la deambulación van a ocasionar problemas al realizar desplazamientos largos sin
lugares de descanso, cuando han de superarse desniveles, cuando se suben o bajan escalones, o al tener
que abrir y cerrar puertas, entre otros.

• El uso de silla de ruedas impedirá el tránsito y la maniobra por escaleras, planos a distinto nivel y luga-
res de paso estrechos, la manipulación de objetos situados a determinadas alturas y la apertura de puer-
tas o ventanas, así como otros muchos movimientos cotidianos. La promoción de la accesibilidad hace
necesaria la aplicación de ayudas técnicas (silla de ruedas, plataformas elevadoras, alarmas, etc.) y de
estrategias para afrontar y prever, como las siguientes:

• Garantizar un diseño arquitectónico que fomente la seguridad, accesibilidad y movilidad.

• Reestructurar los ambientes y la decoración del espacio para facilitar la orientación y la movili-
dad de la persona usuaria para que puede interrelacionar con otras personas.
• Desarrollar sistemas de comunicación alternativos que permitan y faciliten la comunicación de
los/las usuarias con limitaciones con otras personas (limitadas o no).

Para mejorar las condiciones de seguridad, es posible emplear la señalética que “es una disciplina de la co-
municación ambiental y de la información que tiene por objeto orientar las decisiones y las acciones de los
individuos en lugares donde se prestan servicios”. Los elementos de señalización a utilizar, tanto visuales
como táctiles o sonoros, deben ser adecuados y fáciles de localizar.

Registro de incidencias

Cualquier incidencia observada en las circunstancias personales y sociosanitarias del/de la usuaria, así co-
mo en el orden y el estado de los materiales, debe comunicarse al equipo interdisciplinar a fin de adoptar las
medidas oportunas para la intervención o su resolución, a través del Registro de Incidencias. Este documen-
to será cumplimentado por los/las profesionales de cada turno encargados de atender a los/las usuarias del
centro y cuidar de los materiales usados en el desarrollo de las actividades programadas. Todo lo que en
estas hojas quede recogido, deberá ser supervisado y firmado por los/las responsables de cada turno y área.
Además, cada incidencia registrada quedará reflejada no sólo en el documento de registro de incidencias,
sino también en la Hoja de Incidencia que se incluirá en el Libro de Incidencias para su correcto registro.

Participación en la organización funcional de la institución

La organización de las actividades facilita la respuesta a las necesidades individuales de los/ las usuarias y
permite optimizar los recursos humanos y materiales disponibles, adaptándose a los protocolos de actuación
establecidos. Para ello, es necesario que el/la profesional en atención sociosanitaria conozca la metodología
de trabajo adecuada: distribución de tareas, transmisión de la información y uso de indicadores de calidad.

Distribución de tareas
El buen funcionamiento de un centro de atención a personas dependientes va a venir dado, en gran medida,
por la organización y la distribución de los espacios disponibles para las actividades, del tiempo otorgado a
las tareas y de la composición de los grupos de usuarios/as y de profesionales que los compartirán.

Por ello, el/la profesional en atención sociosanitaria deberá conocer los procedimientos para confeccionar la
programación y temporalización de las actividades y servicios; así como los horarios, los turnos estableci-
dos y los grupos de trabajo en los que se organiza la actividad diaria del centro.

• Horarios

Para garantizar la realización de las actividades voluntarias y obligatorias establecidas en el plan de aten-
ción individualizado de cada persona residente,
se deberán establecer una serie de horarios que
cada centro organizará en función de las carac-
terísticas de las personas usuarias a las que
atienda y de los servicios profesionales que
ofrezca.

• Turnos

En un centro sociosanitario es normal que para


cubrir las veinticuatro horas diarias de atencio-
nes, actividades y vigilancia, existan tres turnos
de trabajo distribuidos tal y como se específica
a continuación. No obstante, pueden existir va-
riaciones según el centro y sus necesidades es-
pecíficas. Distribución de los turnos:
• Primer turno de 8:00 h. de la mañana a 15:00 h. de la tarde.
• Segundo turno de 15:00 h. de la tarde a 22:00 h. de la noche.
• Tercer turno de 22:00 h. de la noche a 8:00 h. de la mañana.

Las tareas van a ser asignadas siguiendo el plan de actividades, en función de su horario, al personal
del centro que esté en ese turno. Lo usual es que en el turno de mañana se realice el aseo personal de
las personas usuarias; en el de la tarde, aseos extraordinarios y actividades lúdico-terapéuticas, prin-
cipalmente; mientras que en el turno de noche se prepara la medicación del día siguiente, las movili-
zaciones nocturnas y clasificación de ropas, por ejemplo. La asignación del personal a los diferentes
turnos suele ser fija en algunos centros o rotatoria en otros.

• Grupos de trabajo

Con el fin de programar la realización de las diferentes actividades recogidas en el plan de cuidados indivi-
dualizado de cada residente, es conveniente prever el desarrollo de las mismas en grupos de usuarios que
permitan la más eficaz y eficiente realización posible y que, al mismo tiempo, se fomenten las relaciones
interpersonales y de ayuda mutua entre ellos/as. Para la organización en grupos de trabajo, es conveniente
tener en cuenta estas cuestiones:

• Se recomienda la agrupación de grupos por perfiles similares porque:

• Facilita la participación de los/las usuarias y los sentimientos de inferioridad o baja auto-


estima se hacen más ligeros y llevaderos.

• Favorece el trabajo de los/las profesionales, ya que concentran sus esfuerzos en aspectos


concretos y comunes a varios miembros de un mismo grupo.

• Es conveniente que los profesionales implicados en la programación y aplicación de actividades


derivadas del plan de cuidados individualizado, colaboren en comisiones o grupos de trabajo en
los que coordinen sus intervenciones y valoren interdisciplinarmente la evolución y los avances
o logros de las personas usuarias.

• Las aportaciones de cada uno de los miembros de un grupo de trabajo han de estar coordinadas
para que la ejecución de un proyecto o actividad sea eficiente y no se limite a la suma de inter-
venciones independientes. Esta coordinación implica más que la simple suma de aportaciones
individuales y requiere de la organización en forma de “equipo” de modo que cada miembro es-
pecializado en un área o actividad determinada sea responsable de las actuaciones que aporta, y
entre todos se responda del resultado global obtenido al finalizar las intervenciones.

Transmisión de la información y lenguaje adecuado a las necesidades


Para desarrollar una comunicación efectiva con las personas usuarias en centros de atención sociosanitaria
se establecen una serie de recomendaciones para superar las barreras comunicativas específicas de estas
personas.

Comunicación con personas que padecen problemas visuales.

La comunicación con personas con problemas tales como cataratas, glaucoma, degeneración macular u
otros problemas de visión, puede estar limitada por barreras que les llevan a tender al autoaislamiento por
malentendidos en la comunicación, sobre todo de mensajes extensos o complejos. En personas con proble-
mas visuales, la comunicación no verbal que aportan las posturas o los gestos, tienen una menor utilidad, ya
que en muchos casos no pueden percibirlos.
Independientemente de las estrategias que se pongan en práctica para favorecer la comunicación con el/la
usuaria, el/la profesional de atención sociosanitaria, deberá verificar que éste usa las ayudas ópticas adecua-
das (graduación correcta de gafas, lupas especiales para leer, etc.) y otras ayudas técnicas (pizarra o agenda
especial, escritos con números y letras grandes, etc.) recomendadas por profesionales especializados.

Comunicación con personas que padecen problemas auditivos.

Establecer comunicación con personas con este problema es especialmente difícil, pues oyen mal los soni-
dos agudos, se centran en leer los labios y no ven los gestos y expresiones (comunicación no verbal), por lo
que pueden malinterpretar los mensajes, volverse recelosas y desconfiar, mostrando mal humor y autoaisla-
miento. En este caso, al igual que en el anterior, y con independencia de las estrategias que se pongan en
práctica para favorecer el proceso comunicativo con estos/as pacientes, el/la cuidadora deberá verificar que
el/la usuaria utiliza las ayudas técnicas (audífono) y adaptaciones del hogar adecuadas (por ejemplo, telé-
fono adaptado) recomendadas por profesionales especializados, como el terapeuta ocupacional.

Comunicación con personas que han sufrido accidentes cerebro–vasculares.

Las personas que han sufrido trombosis, embolias, derrames cerebrales, etc., es muy probable que tengan
lesiones en las áreas del cerebro encargadas del lenguaje, como son el área de Broca, que se asocia, sobre
todo, a la producción del lenguaje; y el área de Wernicke, asociada a la comprensión del mismo.

Es importante saber que todas las lesiones que producen pérdida o trastorno de la capacidad del habla, ya se
deban éstas a un trauma o a una lesión cerebral, se denominan de forma general afasias. Las afasias pueden
ser de diferentes tipos y, según el alcance de la lesión, habrá personas con problemas para expresarse (afasia
expresiva), en las que su mensaje se asemeja a un "telegrama"; otras que tendrán incapacidad de entender a
los demás (afasia receptiva, en habla o escritura); y también pueden sufrir problemas de la memoria, lo que
conlleva frustración, aislamiento, depresión y cambios bruscos de humor.

La comunicación con personas mayores que padecen demencia.

Las personas que padecen demencia se caracterizan fundamentalmente porque presentan importantes pro-
blemas de memoria (olvidan rápidamente lo que se les dice; no recuerdan nombres de objetos que sí son
capaces de describir; no reconocen u olvidan los nombres de sus familiares o allegados o les confunden;
repiten constantemente lo mismo; cuentan historias sin lógica; y sufren problemas para comprender y ex-
presarse).

Uso de indicadores de calidad en las intervenciones


En este apartado se pretende mostrar la importancia que tiene la aplicación de sistemas para garantizar la
calidad efectiva y la satisfacción de los servicios que se prestan a las personas usuarias en un centro socio-
sanitario. Además, estos centros deberán ofrecer a los usuarios una Cartera de servicios, los cuales en todos
los casos deberán adecuarse a las necesidades de las personas, según su grado y nivel de dependencia y se-
gún lo establecido en su Programa Individual de Atención. Estos servicios serán, al menos, los siguientes:

• Atención Social.
• Actividades de Terapia Ocupacional.
• Atención Social Familiar.
• Actividades de Rehabilitación.
• Animación Sociocultural.
• Atención Nutricional.
• Atención Sanitaria.
• Servicios complementarios y opcionales.
• Atención de Enfermería.
• Ayudas técnicas.
• Atención Psicológica.
• Programas que fomenten el Asociacionismo.
Además, estos centros deberán ofrecer a los usuarios una Cartera de servicios, los cuales en todos los casos
deberán adecuarse a las necesidades de las personas, según su grado y nivel de dependencia y según lo esta-
blecido en su Programa Individual de Atención. Estos servicios serán, al menos, los siguientes:

• Atención a los/las usuarias.


• Medios humanos.
• Organización.
• Medios materiales.
• Protocolización.
• Gestión de calidad.

Colaboración en el plan de cuidados individualizado y la documentación básica del trabajo

El contenido de este apartado, centrado en los planes de cuidados individualizados, pretende conseguir que
el/la profesional en atención sociosanitaria sea capaz de:

• Describir los elementos que componen estos planes.


• Identificar las necesidades y características de los usuarios a los que van dirigidos.
• Reconocer la información que se necesita recopilar para su elaboración.
• Asociar las intervenciones planificadas a las necesidades y características del/de la usuaria.
• Identificar las estrategias y los criterios de actuación establecidos.

Plan de cuidados individualizado

El plan de cuidados individualizado busca coordinar atenciones interdisciplinares dirigidas a un/una misma
usuaria, a través de los tratamientos a aplicar y de las pautas de actuación de los diversos profesionales, pro-
curando educar para la salud, frenar el deterioro y lograr su mejoría global como persona individual y dife-
renciada.

¿En qué consiste? Consiste en seleccionar y aplicar las actividades tipo establecidas o protocolizadas en el
Plan de Cuidados General o Estándar del centro, a las circunstancias individuales de cada persona usuaria
en un momento determinado.

¿Qué se quiere conseguir con su aplicación? Se pretende integrar intervenciones de profesionales de di-
versas disciplinas en un conjunto coordinado y homogéneo de actuaciones preventivas, terapéuticas y reha-
bilitadoras para mejorar la calidad de vida y bienestar de la persona usuaria, ayudándole a alcanzar la máxi-
ma funcionalidad en su vida diaria. Se trata de prevenir la fragmentación y dispersión en las atenciones que
se dan en un centro, ofreciendo a los/las profesionales especializadas, la oportunidad de poner en común y
acrecentar sus conocimientos con los puntos de vista de otros, elaborando conjuntamente pautas de actua-
ción que aprovechen las potencialidades de todos los profesionales implicados.

¿Cómo se debe aplicar? Para la consecución de los objetivos propuestos, se debe realizar la evaluación,
revisión y adaptación del plan de cuidados individualizado a la evolución de la propia persona.

¿Quién está implicado? Trabajadores del centro, el propio usuario (según sus posibilidades), familiares y
personal voluntario.

Elementos constitutivos:

De los datos identificativas de la persona usuaria, destacamos la inclusión de las valoraciones realizadas
desde los diferentes ámbitos de actuación por los profesionales intervinientes; los objetivos perseguidos en
cuanto a la mejora o mantenimiento de aspectos relacionados con el bienestar físico, psíquico o social del/
de la usuaria; y las actuaciones a realizar previstas para la consecución de los mismos, detalladas en áreas
de actuación específicas. El plan de cuidados individualizado se va conformando de forma paulatina a me-
dida que se desarrolla el proceso de atención a los/las usuarias, el cual tiene las siguientes fases:
1. Valoración

Valoración En esta fase juegan un papel fundamental la observación, la entrevista y la exploración física, ya
que van a permitir al profesional la recogida de información de datos subjetivos (expresados por el/la usua-
ria) y objetivos (observables y medibles por el profesional), que se ordenarán con la ayuda de instrumentos
para evaluar el nivel de dependencia para la realización de actividades de la vida diaria o para la valoración
de la dependencia funcional.

2. Diagnóstico

Una vez completada la fase de recogida de datos, éstos se deben agrupar para fundamentar el diagnóstico
según:

• Problemas. A través de etiquetas, como: alimentación, deglución, incontinencia, de úlceras por presión,
inmovilismo, caídas, estreñimiento, déficit de autocuidado, deterioro de la movilidad física, insomnio,
restricciones físicas o farmacológicas, hipertensión, frecuencia cardíaca, glucemia, temperatura, deterio-
ro cognitivo, etc.

• Etiología. Para describir la posible causa o raíz de los problemas.

• Signos y síntomas. Para establecer las características que apoyan la identificación de ese problema.

3. Planificación.

Se establecen los objetivos y se elabora el plan de cuidados en función de tres pasos fundamentales:

• Priorización de problemas a intervenir, según su importancia.


• Jerarquización y cuantificación de objetivos para hacer evaluable el plan de cuidados.
• Determinación de actividades para tratar la causa de los problemas o intervenir sobre el propio proble-
ma.

4. Ejecución del plan.

Se trata de poner en marcha las actividades del plan de cuidados con indicaciones sobre metodologías, res-
ponsabilidades y plazos establecidos por los profesionales según las problemáticas detectadas sobre las que
se intervendrá.

5. Evaluación del plan.

Esta fase va a permitir analizar el grado del cumplimiento de objetivos propuestos, la eficacia y calidad del
plan, a través de la reflexión sobre si “va bien el plan” o, por el contrario, nos hemos equivocado en la valo-
ración, en el diagnóstico o en la planificación.

Profesionales que intervienen

En la valoración integral e interdisciplinar del/de la usuaria al ingreso intervienen los/las profesionales es-
pecializados de los que disponga el centro. Fundamentalmente, serán médicos/ as, trabajadores/as sociales,
fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, enfermeros/as y psicólogos/as. No obstante, el desarrollo del plan
de cuidados individualizado requiere la implicación de todos los/las profesionales del centro, pero con el
apoyo y supervisión especial de los profesionales del área de atenciones especializadas.
A modo de referencia, listamos los/las profesionales y otros colaboradores que pueden estar implicados:

• Médico/a.
• Médico Especialista (Geriatra, Rehabilitador...)
• Terapeuta ocupacional.
• Auxiliar de atención directa (Técnico/profesional en atención sociosanitaria)
• Trabajador/a social.
• Familiares y allegados.
• Psicólogo/a.
• Técnico/a en actividades socioculturales (TASOC).
• Otros titulados superiores.
• Gobernante/a.
• Enfermero/a (ATS-DUE) cuidador/a.
• Voluntarios/as.
• Fisioterapeuta.

Cumplimentación de las hojas de incidencia

La correcta cumplimentación de la Hoja de Incidencia resulta de gran importancia para asegurar la buena
transmisión a otros/as profesionales del centro de información importante referida a los/las residentes. Así,
en ella se recogerán datos relacionados con:

• La evolución y respuesta de los usuarios a las actividades planteadas en sus correspondientes planes de
cuidados individualizados.

• Diseño de la atención precoz a realizar por los servicios profesionales especializados, propios o exter-
nos.

El registro de incidencias deberá contener información sobre:

• El tipo de incidencia observada.


• El momento en el que se ha producido o detectado.
• Identificación de la persona que notifica la incidencia.
• La persona o profesional al que se comunica la incidencia.
• Observaciones sobre los efectos derivados de la misma o las medidas correctoras aplicadas.

¿Quién debe cumplimentarlas? Deberán ser cumplimentadas por el/la profesional que detecte o presencie
la incidencia; frecuentemente, será personal auxiliar de atención directa, de enfermería o de dirección, que
avalará la información y observaciones reseñadas con su identificación y firma, así como la fecha, hora y el
turno al que pertenece. Posteriormente, las Hojas de Incidencia deberán hacerse llegar al equipo interdisci-
plinar a fin de adoptar las medidas oportunas para la intervención o resolución.

¿Qué debe quedar claro en su redacción? Al redactarla se deberá dejar constancia clara del nombre de la
persona usuaria a la que se refiere, así como la habitación o lugar del incidente, del/de la profesional contac-
tado y una redacción breve pero clara de lo ocurrido y de las medidas adoptadas.

¿Dónde se ubican las Hojas de Incidencia? Las hojas suelen estar ubicadas, por lo general, en el control
de enfermería o de los/las auxiliares de atención directa. Puede ser un libro de tipo actas con páginas nume-
radas y selladas por el centro en el que se especifiquen los contenidos que es necesario completar; asimis-
mo, puede hacerse uso de un formato similar pero electrónico que permita el registro mediante ordenador.

¿Cómo se puede facilitar su uso? Se aconseja disponer de una serie de códigos de incidencias que ayuden
a clasificarlas para facilitar la toma de decisiones al respecto.
Utilización de la documentación sociosanitaria manejada en instituciones
El uso de la documentación manejada en estas instituciones está condicionada por lo establecido en la Ley
Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal que protege los datos de carácter personal que estén
recogidos en cualquier tipo de soporte y puedan ser usados con posterioridad. Para ello, garantiza el dere-
cho fundamental al honor y a la intimidad personal y familiar de cualquier usuario/a.

• Recogida de datos en instituciones de personas dependientes

Las hojas de cumplimentación deben recabar sólo los datos que sean estrictamente necesarios y se almace-
narán de tal manera que se pueda acceder a ellos de forma independiente. Además, es obligatorio que el
centro o institución responsable del tratamiento de los datos informe siempre a los/las usuarias en el mo-
mento de la recogida de los mismos sobre sus derechos en relación a sus propios datos personales. Debe-
mos tener en cuenta que cuando haya que solicitar al usuario el consentimiento para la cesión de sus datos,
éste deberá ser informado de la finalidad a la que éstos se destinarán y el tipo de actividad que desarrolla el
cesionario; en caso de que no se le informe, el consentimiento será nulo.

• Recopilación y transmisión de información al equipo de trabajo

El diseño de unos adecuados circuitos de información y comunicación internos entre profesionales del cen-
tro es clave para alcanzar y garantizar la calidad en las atenciones a las personas usuarias, evitando proble-
mas de coordinación, eficacia y eficiencia en el desempeño de las labores profesionales. Para ello, habrán
de preverse procesos fluidos de comunicación vertical, que se darán entre trabajadores de escalas superiores
y subordinados y viceversa (no sólo unidireccionales); y procesos de comunicación horizontal, que se reali-
zarán entre trabajadores con la misma responsabilidad o nivel.
Análisis detallado de las funciones que debe desarrollar el facultativo de urgencias de atención primaria. Enlace de descarga:
www.lasalud.com

Auxiliar de Enfermería. Técnicas y protocolos. Cuidadores. Enlace de descarga: http://www.auxiliar-enfermeria.com/tecnicasauxenf.htm

Barrilero Abengózar, E. 2007.Terapia ocupacional en centros residenciales. Dossier. El terapeuta ocupacional en el ámbito de la intervención
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Código Deontológico de la Enfermería Española. Resolución nº 32/89, del Consejo General de Enfermería, por la que se aprueban las normas
deontológicas que ordenan el ejercicio de la profesión de Enfermería de España con carácter obligatorio. Sociedad Española de Enfermería
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