Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Preparada? ¡Comenzamos!
Instituciones
Veamos en primer lugar cuál es el <<Catálogo de servicios sociales para la Promoción de la Autonomía
Personal y de Atención y Cuidado a las personas en situación de dependencia>>:
• Servicio de Ayuda a Domicilio: Su fin es atender las necesidades del hogar y de la vida diaria en el pro-
pio domicilio del/de la usuaria.
• Servicio de Centro de día y de noche: Se encarga de ofrecer a las personas en situación de dependencia
una atención integral durante el periodo diurno o nocturno, teniendo como fin incrementar o mantener
el mejor nivel posible de autonomía personal y prestar apoyo a sus familias y cuidadores/as.
Los programas de intervención concretarán los objetivos generales y específicos materializados en activi-
dades individualizadas para cada persona.
Asimismo, encontraremos programas de intervención generales que pueden dirigirse a atender áreas con-
cretas de necesidades de la persona y cuya responsabilidad corresponde a los diversos profesionales del
equipo de atención integral, aunque el/la responsable de su coordinación será siempre el/la profesional de
la disciplina de referencia. Y también habrá programas de intervención específicos, cuya responsabilidad
exclusiva será del departamento o área profesional encargada de su desarrollo.
Asimismo, el centro dispondrá de profesionales de servicios generales, como cocinero/a, pinche, limpiador/
a, lavandero/a, camarero/a, conductor/a, oficial y auxiliar de mantenimiento, jardinero/a, encargado/a de
servicios, portero/a, etc.
El/la profesional de atención sociosanitaria, bajo la dependencia del/de la directora del centro o persona
que se determine, tendrá como función principal la de asistir y cuidar a los/las usuarias en las actividades
de la vida diaria que no puedan realizar por sí mismas y efectuar aquellos trabajos encaminados a su aten-
ción personal y de su entorno. Sus funciones serán las de ejecutar y desarrollar las intervenciones progra-
madas por los diversos profesionales del equipo interdisciplinar en las siguientes áreas:
• Área Asistencial
Ayuda al/a la usuaria a realizar las actividades indicadas por los/las profesionales del equipo interdiscipli-
nar que éste no puede hacer por sí mismo o no puede reaprender, relacionadas con la alimentación, medica-
ción, higiene, movilización, etc.
• Área Rehabilitadora.
Ejecuta las pautas indicadas para el entrenamiento de recuperación o readaptación de las capacidades fun-
cionales que ha perdido la persona usuaria, tales como actividades de la vida diaria y habilidades cognitivas
(entrenamiento de memoria, orientación en el tiempo, en el espacio reconocimiento de caras, etc.)
• Área Socializadora.
Desarrolla actividades indicadas para fomentar la comunicación y las relaciones de la persona usuaria con
sus redes sociales (grupos de personas con las que se relaciona), el refuerzo del vínculo familiar, actos so-
cioculturales, etc.
• Área Educativa
Aplica pautas de apoyo, orientación, animación y formación dirigidas a lograr el incremento de la autono-
mía personal del/de la usuaria, la adquisición de hábitos de vida saludables y el desarrollo de habilidades de
independencia personal.
• Fundamentos:
El/la Profesional de Atención Sociosanitaria colaborará en la higiene personal de los/las usuarias, según el
grado de dependencia de cada persona. Para el desarrollo de estas tareas, el/la profesional deberá tener co-
nocimientos y habilidades relacionados con:
• Fundamentos:
Según lo que establezca la institución social en su plan funcional, el/la profesional en atención sociosanita-
ria efectuará la limpieza y mantenimiento de los utensilios de los/las usuarias, hará las camas, colaborará en
mantener ordenadas las habitaciones, recogerá la ropa y la llevará a lavandería y se encargará de la ropa
personal de los/las usuarias. Para todo ello, deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:
• Fundamentos:
• Vaciado de papeleras, lavado de superficies horizontales, fregado del suelo y otras que pueda
precisar diariamente la habitación del/de la usuaria.
El/la profesional en atención sociosanitaria a personas dependientes deberá desarrollar la ejecución de las
actuaciones determinadas por los/las profesionales de los departamentos sanitarios del centro, según lo es-
tablecido en los protocolos y programas de intervención individualizados.
• Fundamentos:
• Fundamentos:
• Verificar la prescripción médica del fármaco a administrar y que el/la usuaria no es alérgica al
mismo, realizando control de su tolerancia al mismo y de los posibles efectos adversos.
• Realizar correctamente los cinco pasos antes de administrar el medicamento: comprobar usua-
rio/a, medicamento, horario, vía de administración y dosis adecuada.
• Técnicas de frío-calor, aerosolterapia (fármacos en forma de aerosol por vía inhalatoria) y oxi-
genoterapia (de oxígeno por vía inhalatoria), bajo prescripción.
El/la profesional en atención sociosanitaria realiza los cambios de postura y aquellos servicios auxiliares
que, de acuerdo con su preparación técnica, le sean encomendados. Para su realización, deberá tener cono-
cimientos y habilidades relacionados con:
• Fundamentos:
El/la profesional en atención sociosanitaria deberá realizar la primera intervención de auxilio, el aviso a
los/las profesionales sanitarios y la ejecución de pautas de intervención establecidas por los/las profesiona-
les del equipo interdisciplinar y por los protocolos y programas del centro. Para llevarlas a cabo, deberá
tener conocimientos y habilidades relacionados con:
• Fundamentos:
El/la profesional en atención sociosanitaria atiende a las personas usuarias y a sus familiares, colaborando
en la integración de éstos/as en la vida del centro, cumpliendo con las pautas marcadas por la dirección y el
plan funcional del centro. Acompaña a los usuarios en las salidas que deban realizar para citas médicas,
excursiones, gestiones, etc.
• Fundamentos:
El/la profesional en atención sociosanitaria colabora con el equipo de profesionales mediante la realización
de tareas elementales que complementan los servicios especializados de éstos, con el objetivo de proporcio-
nar a los/las usuarias una mayor autonomía personal y ayudarles a insertarse en la vida social. Así, debe-
mos saber que las Actividades de la Vida Diaria (AVD) son aquellas actividades que una persona ha de
realizar diariamente para poder vivir de forma autónoma, integrada en su entorno habitual y cumpliendo su
rol social. Estas actividades se pueden clasificar en Básicas (ABVD), si de ellas depende la supervivencia
de la persona, e Instrumentales (AIVD) si facilitan un mejor desenvolvimiento en el medio de vida. Para
ello, el/la profesional en atención sociosanitaria deberá tener conocimientos y habilidades relacionados con:
• Fundamentos:
El/la profesional en atención sociosanitaria comunica a los otros miembros del equipo interdisciplinar las
incidencias que se producen sobre la salud, interrelaciones sociales, cumplimiento de los tratamientos esta-
blecidos y necesidades de las personas usuarias. Para ello el/la profesional en Atención sociosanitaria debe-
rá tener conocimientos y habilidades relacionados con:
• Fundamentos:
Además, se exponen los procedimientos desarrollados para la atención a las personas dependientes según
su grado de dependencia, dando a conocer el proceso establecido para su valoración.
Protocolos de actuación
De forma previa a la llegada de la persona usuaria al centro, es necesario comprobar las condiciones de
confortabilidad de la habitación en la que se ubicará.
Con el objetivo de disponer de una habitación en las condiciones adecuadas para acoger un nuevo ingreso,
se realizarán las actividades necesarias para preparar una habitación: limpieza, reparación y desinfección de
la misma. El personal que participará en estas tareas será: personal de limpieza, cuidador y personal de
mantenimiento. La supervisión del proceso lo realizará la gobernanta, junto con el/la profesional sociosani-
tario y consistirá en:
• Revisión de instalaciones de agua, luz, calefacción, pintura (si procede), limpieza y desinfección.
• Disposición del mobiliario: cama, mesa, armario, utillaje del cuarto de baño y demás accesorios, según
las necesidades del/de la nueva residente.
• Acondicionamiento de la cama: colchón con funda (recomendable que esté plastificada), sábana bajera,
sábana bajera tipo hule, sábana encimera, manta, cobertor, almohada con funda y terminación de la ca-
ma por el procedimiento de "cama cerrada".
La persona usuaria y los familiares que lo acompañen serán recibidos por las personas que componen el
equipo interdisciplinar; al menos por los responsables de dirección, trabajo social y enfermería.
Se les presentará al/a la Cuidadora/Auxiliar Guía y éste/a, a su vez, irá presentando paulatinamente al resto
de cuidadores, siendo él/ella el profesional de referencia básico que facilitará información y apoyo inme-
diato durante el proceso de adaptación del/de la nueva usuaria al centro.
En días posteriores, esta misma figura (Cuidador/Auxiliar Guía) procederá a presentar al resto de profesio-
nales del equipo interdisciplinar que le prestarán servicios y que le irán realizando entrevistas de valora-
ción. Este procedimiento facilita la recepción y acogida del/de la nueva usuaria, estableciendo los canales
de comunicación entre éste/a, la familia y el centro para favorecer su integración.
• Preparación: Conocer la fecha y hora de llegada de la persona usuaria y planificación del procedimiento
de acogida.
• Personal: Equipo interdisciplinar.
• Material: Documentos de procedimiento de recepción del/de la residente, protocolo de organización,
protocolo de acogida y adaptación al centro.
Procedimiento:
• El/la Directora, o el/la profesional en quien éste delegue, realiza el saludo de bienvenida, cuidando la
comunicación verbal y no verbal (respetando su idioma, dando la mano, con sonrisa u otros gestos),
teniendo en cuenta las limitaciones físicas o psíquicas que pudiera tener la persona usuaria.
• Acompañamiento, por parte del/de la auxiliar-guía, desde los primeros momentos. Éste/a estará atento/a
ante cualquier cuestión relacionada con la respuesta a las necesidades del/de la usuaria; sus dudas, pro-
blemas y deseos; y facilitará la comunicación para que el/la nueva residente pueda expresar sus emocio-
nes, proporcionándole información clara, concreta y adaptada a su nivel, y repitiéndosela cuantas veces
sea necesario.
• Por último, tras la entrevista con la dirección y los/las profesionales del equipo interdisciplinar, el/la
nueva usuaria se despide de sus familiares o acompañantes.
La persona responsable y el/la cuidadora designada (auxiliar guía), con los familiares responsables y, a ve-
ces también, el/la nueva usuaria (según su estado general, físico o psíquico), proceden a hacer la revisión y
recepción de la ropa y objetos personales en la habitación asignada.
Se verificará que toda la ropa va marcada con los elementos distintivos de la persona y, en caso de que el
centro cuente con servicio de custodia en caja fuerte, se ofrecerá éste al/a la usuaria para guardar los obje-
tos de valor que no entregue a sus familiares.
Con el objetivo de colocar los objetos personales del/de la usuaria siguiendo la normativa del centro, el día
del ingreso se hará inventario de sus pertenencias y se le pondrá en conocimiento de las normas que existen
al respecto, solicitándole el cumplimiento de las mismas tanto a él/ella como a su familia.
• Preparación: Dirigirse a la habitación con la persona usuaria y sus familiares. Si ésta no puede partici-
par, se realizará la visita con los miembros de la familia.
• Personal: Gobernanta o Jefe/a de Servicios generales y Auxiliar/Cuidador Guía.
• Material: Ropa y objetos-enseres personales del/de la residente.
A efectos de seguir de cerca el proceso de adaptación del/de la nueva usuaria y para poder valorar y evaluar
su grado de integración en la dinámica del centro, se procederá teniendo en cuenta que:
• Se presentará al/a la nueva usuaria al resto de residentes y se le mostrarán las actividades que se reali-
zan en el centro, con el objetivo de motivar su participación en ellas.
• El/la auxiliar guía, continuando con la labor de ayuda a la integración del/de la nueva usuaria, prosegui-
rá con la presentación de los diferentes profesionales del centro a los que comunicará las incidencias
observadas en el proceso de adaptación a través de los registros de seguimiento establecidos (libro de
incidencias y comunicaciones interiores, por ejemplo).
• En la reunión periódica del equipo interdisciplinar, cada profesional aportará su visión sobre la adapta-
ción y la forma en la que ha vivido estos primeros días la persona usuaria. Se valorará la primera sema-
na de estancia en el centro, así como los primeros problemas potenciales o reales observados y su posi-
ble prevención y soluciones, marcándose los objetivos y las estrategias a seguir para su atención en ca-
da caso.
• Durante su seguimiento. reuniones, el equipo interdisciplinar supervisará todo el proceso de adaptación
reseñado por todos/as los/las profesionales en los registros de seguimiento del/ de la usuaria. Se evalua-
rá el estado de ánimo del/de la residente (tranquilidad, angustia…), así como el grado de comunicación
e interrelación social que presenta.
• Al primer mes, y posteriormente cada trimestre, en las correspondientes reuniones interdisciplinares del
equipo se realizarán valoraciones de seguimiento para evaluar su proceso de adaptación.
Es “el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la
edad, la enfermedad o la discapacidad y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, inte-
lectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar acti-
vidades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad
mental, de otros apoyos para su autonomía personal.
Serán las Comunidades Autónomas las encargadas de determinar los órganos de valoración de la situación
de dependencia, que emitirán un dictamen sobre el grado y nivel de ésta especificando los cuidados que la
persona pueda requerir.
En la valoración se tendrán en cuenta los informes sobre la salud de la persona y sobre el entorno, conside-
rando, en su caso, las ayudas técnicas que deban usar.
La situación de dependencia puede originarse por múltiples causas que se asocian a la falta de autonomía
funcional, ya sea física, psíquica o intelectual. Lo que debe valorarse es la limitación de la autonomía de la
persona que supone la situación en la que se encuentra.
Para ello se establece la aplicación de un baremo, que contiene los criterios objetivos de valoración del gra-
do de autonomía de la persona, de su capacidad para realizar las distintas actividades de la vida diaria, los
intervalos de puntuación para cada uno de los grados y niveles de dependencia, y el protocolo con los pro-
cedimientos y técnicas a seguir para la valoración de las aptitudes observadas, en su caso.
El citado baremo, que se denomina Baremo de Valoración de la Dependencia (BVD), fue aprobado me-
diante Real Decreto 504/2007, de 20 de abril, por el que se aprueba el baremo de valoración de la situación
de dependencia, es el que permite dictaminar con criterios objetivos si una persona se encuentra en situa-
ción de dependencia y en qué grado se encuadraría.
Actividades a tener en cuenta en la valoración de la situación de dependencia
Para valorar el nivel y grado de dependencia de la persona usuaria debemos tener en cuenta las siguientes
actividades:
• Comer y beber:
En el Baremo de Valoración de la Dependencia (en adelante BVD) se define esta actividad como “llevar a
cabo las tareas y acciones coordinadas relacionadas con comer los alimentos servidos, llevarlos a la boca y
consumirlos de manera adecuada, cortar o partir la comida en trozos, abrir botellas y latas y usar cubiertos.
Sujetar el vaso, llevarlo a la boca y beber de manera adecuada para la cultural local, mezclar, revolver y
servir líquidos para beber, beber a través de una ayuda instrumental.
Las funciones del profesional en atención sociosanitaria están relacionadas con las dificultades que muestre
cada persona, según su grado de dependencia, para realizar las siguientes tareas:
En el BVD se define como el acto de “indicar la necesidad de adoptar una postura adecuada, elegir y acudir
a un lugar adecuado para orinar/defecar, manipular la ropa antes y después de orinar/defecar, y limpiarse
después de orinar/defecar”. En cuanto al autocontrol de la micción y la defecación, están relacionadas con
la capacidad de la persona usuaria para:
• Lavarse. En el BVD se define como “lavarse y secarse todo el cuerpo o partes del cuerpo utilizando
agua y materiales o métodos apropiados de lavado y secado como lavarse, ducharse, lavarse las manos
y los pies, la cara y el pelo, secarse con una toalla”. Las tareas a desarrollar por el profesional sociosa-
nitario, se corresponden con la capacidad de la persona usuaria para:
• Otros cuidados corporales. En el BVD se entienden como “cuidado de partes del cuerpo que requie-
ren un nivel de cuidado mayor que el mero hecho de lavarse y secarse”. Para el profesional sociosani-
tario sus tareas dependerán de la capacidad de la persona para realizar los siguientes actos:
• Peinado.
• Cortado de las uñas (no problemáticas).
• Lavado del pelo.
• Lavado de los dientes, naturales y postizos.
• Vestirse y desvestirse. En el BVD se define como “llevar a cabo las acciones y tareas coordinadas pre-
cisas para ponerse y quitarse ropa y el calzado en el orden correcto y de acuerdo con las condiciones
climáticas, y las condiciones sociales, tales como ponerse, abrocharse y quitarse camisas, faldas, blusas,
pantalones, ropa interior,(…), zapatos, botas, sandalias y zapatillas”. Las funciones del profesional so-
ciosanitario consistirán en:
• Facilitar y realizar a la persona actividades relacionadas con el cómo vestirse, para ponerse y
quitarse de forma correcta y ordenada la ropa y el calzado adecuados a cada momento y situa-
ción.
• Detectar la falta de ropa.
• Transportar la ropa a la lavandería.
• Distribuir la ropa.
• Cuidar del calzado.
• Mantener la salud. Entendemos por mantener la salud, según el BVD, como el acto de “cuidar de uno/
una misma siendo consciente de las propias necesidades y haciendo lo necesario para cuidar la propia
salud, tanto para reaccionar frente a los riesgos sobre la salud, como para prevenir enfermedades, tal
como buscar asistencia médica; seguir consejos de médicos y de otros profesionales; y evitar riesgos”.
Las tareas del/de la profesional sociosanitario están relacionadas con la capacidad de la persona usuaria
para realizar las siguientes tareas:
• Sentarse: Adoptar y abandonar la posición de sentado, y cambiar la posición del cuerpo de estar
sentado a cualquier otra como levantarse o tumbarse.
• Tumbarse: Adoptar y abandonar una posición tumbada o cambiar la posición del cuerpo de la
horizontal a cualquier otra, como ponerse de pie o sentarse.
• Ponerse de pie: Adoptar y abandonar la posición de estar de pie o cambiar la posición corporal
de estar de pie a cualquier otra posición como tumbarse o sentarse.
• Transferir el propio cuerpo mientras se está sentado: Moverse, estando sentado, de un asiento a
otro, en el mismo o diferente nivel, como moverse desde una silla a una cama.
• Transferir el propio cuerpo mientras se está acostado: Moverse estando tumbado de un lugar a
otro en el mismo o diferente nivel, como pasar de una cama a otra”.
• Desplazarse dentro y fuera del hogar. Nos referimos a “andar y/o moverse dentro de la propia casa,
dentro de una habitación, entre habitaciones” cuando hablamos de desplazarse dentro del hogar; y
“caminar y/o moverse, cerca o lejos de la propia vivienda, y/o utilización de medios de transporte, pú-
blicos o privados” cuando queremos hacer mención a desplazamientos fuera del hogar, según queda
definido en el propio BVD. Se relacionan las tareas del/de la profesional sociosanitaria que estarán vin-
culadas con la capacidad de la persona usuaria de realizar las siguientes tareas:
• Realizar desplazamientos vinculados al autocuidado.
• Realizar desplazamientos no vinculados al autocuidado.
• Acceder a todos los elementos comunes de las habita-
ciones.
• Acceder a todas las estancias comunes de la vivienda
habitual.
• Acceder al exterior.
• Realizar desplazamiento alrededor del edificio.
• Realizar desplazamiento cercano.
• Realizar desplazamiento lejano.
• Utilizar medios de transporte.
Estas funciones están asumidas por el propio centro a través de los correspondientes departamentos
y profesionales, a los que el/la profesional en atención sociosanitaria podrá prestar labores auxilia-
res; además, están relacionadas con la capacidad de la persona usuaria para:
• Tomar decisiones. Entenderemos el acto de tomar decisiones como la “capacidad de controlar, afrontar
y tomar por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y
preferencias propias. Agrupa la toma de decisiones relativas a las actividades de autocuidado, activida-
des de movilidad, tareas domésticas, interacciones interpersonales básicas y complejas, usar y gestionar
el dinero y uso de servicios a disposición del público”, ya que así se define en el BVD.
Las tareas del/de la profesional sociosanitaria en este ámbito están relacionadas con el grado de capacidad
de la persona de valorar de forma autónoma cómo realizar las siguientes tareas:
• Actividades de autocuidado.
• Actividades de movilidad.
• Tareas domésticas.
• Interacciones interpersonales básicas y complejas.
• Uso y gestión de dinero.
• Uso de servicios a disposición del público.
Otros aspectos a tener en cuenta para la valoración de la situación de dependencia
• Nivel de desempeño, problemas en el desempeño y grado de apoyo requerido. En cada una de las ta-
reas/actividades anteriormente mencionadas se valora:
Grados de dependencia
Dependencia moderada o Grado I. Es el grado en el que la persona necesita ayuda para realizar varias
actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día, o tiene necesidades de apoyo intermitente o
limitado para su autonomía personal. Se corresponde a una puntuación final del BVD de 25 a 49 puntos.
Dependencia severa o Grado II. Es el grado en el que la persona necesita ayuda para realizar varias acti-
vidades básicas de la vida diaria, dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo permanente de un cuida-
dor ni tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal. Corresponde a 50-74 puntos de re-
sultado en el BVD.
Gran dependencia o Grado III. Es el grado en el que la persona necesita ayuda para realizar varias activi-
dades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, inte-
lectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo
generalizado para su autonomía personal. Corresponde a 75-100 puntos en el BVD.
Asimismo, el BVD, que es aplicable en cualquier situación de discapacidad y en cualquier edad (a partir de
los 3 años), permite identificar los dos niveles de cada grado en función de la autonomía personal y de la
intensidad del cuidado que requiere. Para determinar tanto el grado como el nivel de dependencia es nece-
sario contabilizar la puntuación final obtenida en la aplicación del BVD, redondeando el decimal superior a
0,5 al entero más próximo por arriba.
Para la asignación de las puntuaciones es necesario mencionar que se hace uso de una serie de pesos esta-
blecidos en: Una Tabla General de Pesos de Tareas y Actividades.
Deontología profesional
Todo grupo profesional trata de mantener determinados niveles de exigencia, de competencia y de calidad
en el trabajo. Por ello, controla y supervisa, de alguna manera, la integración de nuevos miembros y el ade-
cuado ejercicio de las tareas correspondientes. Así, a través del documento denominado código deontológi-
co aquellas personas que ejercen una determinada actividad profesional adoptan un conjunto de normas,
valores y criterios que pactan y aprueban llevar a cabo en sus actuaciones para que las personas que solici-
tan sus servicios sean satisfechas por una buena ejecución. Son códigos profesionales donde se especifican
consideraciones morales acerca de aspectos complejos de la vida profesional y donde, generalmente, se
contemplan sanciones para el supuesto caso de que alguien viole abiertamente el espíritu de dicho código.
El código deontológico regula el ejercicio de la deontología profesional.
Actitudes y valores
Las personas usuarias del centro son nuestros clientes y a través del personal se ofrece una imagen de la
institución, por lo que es muy importante una actitud correcta y cercana del/de la profesional y un trato ade-
cuado con el/la usuaria y su familia. Se trata de humanizar la relación entre aquellas personas que intervie-
nen en la atención y el ser humano, frágil y frecuentemente angustiado que puede ser la persona usuaria.
Por ello, evitaremos caer en la distancia afectiva que en ocasiones se establece con los usuarios a través de
una relación carente de calor humano y que los cosifica, identificándolos por sus rasgos externos, su pato-
logía, su número de habitación, etc. Este trato genera impotencia y pérdida de protagonismo del usuario al
que, en ocasiones, ni tan siquiera se le tienen en cuenta sus opciones personales.
Es preciso que la humanización del trabajo de cuidados parta del reconocimiento de la dignidad del/de la
usuaria, adoptando una visión holística que permita verlo como el/la individua concreta que es, en su glo-
balidad, lo que implica acciones y actitudes que no se limiten a atender sus síntomas o dolencias concretas.
Para adoptar esta visión, es necesario permitir la participación del/de la usuaria en las decisiones que le
afecten, por lo que establecer una comunicación adecuada con éste/a será fundamental junto con el desarro-
llo de una relación igualitaria que elimine cualquier barrera comunicativa entre profesional y usuario/a.
Por último, es preciso señalar que el acercamiento, la actitud y el trato con las personas atendidas en un
centro sociosanitario deberá basarse en las cualidades, capacidades y actitudes profesionales a desarrollar
durante el desempeño de la labor diaria del/de la profesional en atención sociosanitaria a personas depen-
dientes que se indican a continuación.
Discreción y respeto hacia la persona usuaria y su entorno.
• Guardar el secreto profesional sobre cualquier aspecto de lo que haya llegado a conocer durante su ejer-
cicio profesional y que no sea considerado de importancia relevante por el equipo interdisciplinar para
el desarrollo de la intervención planificada y del mantenimiento de las normas de convivencia de la ins-
titución.
• Ponerse en el lugar del/de la usuaria, utilizando siempre la empatía (habilidad para estar consciente de
reconocer, comprender y apreciar los sentimientos) e intentando comprenderle y expresarle sentimien-
tos de aprecio. Teniendo en cuenta la individualidad de la persona usuaria, deberá ser capaz de adaptar-
se a sus características personales con sensibi-
lidad, profesionalidad y calidez en las atencio-
nes.
• Estar atento/a. Observar, escuchar e interesarse para detectar cambios en la situación de la persona
usuaria. Ser receptivo/a ante cualquier forma de expresión e intento de comunicación y fomentar la
aportación de ideas y valorarlas. Éste es un aspecto fundamental, ya que del trato prestado a los/las
usuarias dependerá que se sientan bien acogidos/as en un primer momento y que nuestras intervencio-
nes con ellos/as tengan éxito.
• Ser amable y comprensivo/a. Tratarles con amabilidad y comprender la situación vital en la que se en-
cuentran. No perder los nervios y hacerles sentir cómodos/as. Agradecerles lo que hacen.
• Mostrar buena voluntad de ayuda. Mostrarse servicial pero diferenciando la verdadera necesidad de
ayuda y fomentando la independencia supervisando a la persona usuaria en su terapia rehabilitadora.
Tener paciencia y no intervenir sin antes darle la oportunidad de hacer las cosas por sí mismo/a.
• Evitar relaciones de dependencia. La prestación de servicios con familiaridad no debe provocar que de
la confianza excesiva entre el/la usuaria y el/la cuidadora resulte una pérdida de autoridad profesional
por parte de este/a último/a.
Promoción de la autonomía de las personas preservando su independencia.
• Ofrecer opciones a la persona usuaria para que sea ella quién tome las decisiones sobre cada asunto que
tenga que resolver, cuidando de no imponer opiniones ni valores del/de la propia profesional y procu-
rando adaptarse a sus hábitos cotidianos y a los cambios que puedan ser precisos.
• Respetar su independencia. Adaptarse a sus necesidades, consensuando con la persona usuaria para no
imponer horarios o actividades; dejándoles todo el tiempo que necesiten y respetando sus ritmos, en la
medida de lo posible. Asimismo, se deben respetar sus gustos y costumbres.
• Respetar su individualidad y privacidad. Respetar su forma particular de ser y sentir, así como sus espa-
cios personales de privacidad. Solicitar permiso antes de acceder a su espacio, a sus pertenencias o a las
tareas, ya que hay que tener en consideración en todo momento su intimidad. No comentar circunstan-
cias personales y situaciones de la persona usuaria delante de otras personas, actuando con respeto a su
intimidad física y personal y guardando siempre el secreto profesional. No inmiscuirse en sus relacio-
nes familiares; en este ámbito, no opinar ni tomar partido. La relación con el usuario debe ser profesio-
nal.
• Respetar su inteligencia y experiencia. Emplear tiempo con él y darle la oportunidad de expresarse. Te-
ner comprensión y ser tolerante, sin regañarle ni avergonzarle.
Eficiencia y Responsabilidad.
• Comprometiéndose. Demostrar esfuerzo, compromiso y entusiasmo por la tarea que se realiza. La efi-
ciencia en el desempeño de su trabajo se basará en el uso racional de los recursos con los que se cuenta
para realizar la tarea, según los intereses del/de la usuaria, con las exigencias propias del organismo pa-
ra el que trabaja y teniendo presente los propios principios profesionales.
• Responsabilizándose de los métodos de trabajo que aplique, de sus intervenciones y de su relación con
las personas, debiendo comunicar, en la menor brevedad de tiempo posible, cualquier suceso que pueda
repercutir en el servicio prestado.
Comunicación y empatía.
• Facilitar la comunicación. Puede tener limitaciones sociales o culturales para relacionarse y comunicar-
se con otros/as usuarias, por lo que debemos mostrarnos comunicativos y afables con la persona, expli-
cándole antes qué es lo que se va a hacer, cómo y su finalidad. Ser afectuosos no debe consistir en
adoptar un tono de lenguaje infantil.
• Ser positivos y positivas. Ayudarles a ver las cosas de forma positiva aunque el/la usuaria sienta sole-
dad, tristeza, depresión o ansiedad, manteniendo el buen humor e incluso siendo capaz de reír con ella.
• Crear un ambiente de confianza que facilite el que expresen lo que les aflige, inquieta o preocupa, evi-
tando que se aíslen. Sin embargo, se debe tener en cuenta que un ambiente de confianza no consiste en
contarle situaciones o problemas personales, pues puede afectarles haciéndoles sentir mal y añadiéndo-
les problemas a su vida.
• Personalización de la atención. Dirigirse siempre a la persona con respeto, llamándola por su nombre y
no tuteándole. Tratarle de “usted” y por su nombre, no como uno más, sino teniendo en cuenta sus há-
bitos diarios y gustos personales. Ser flexibles, adaptándose a las necesidades y ritmos; conocer y tener
en cuenta sus deseos.
Mientras que la confidencialidad se relaciona con las características de los datos sobre la situación de una
persona, la intimidad se relaciona con sus circunstancias personales y el espacio que dicha persona desea
proteger y limitar a otros.
Toda persona usuaria de un centro de servicios sociosanitarios tiene derecho a la confidencialidad de la in-
formación facilitada por ella sobre su situación para el acceso al mismo, así como a la intimidad personal
en el uso de los servicios del centro. Por ello, entre los derechos reconocidos a estas personas usuarias en
los estatutos de los centros sociosanitarios encontramos:
El/la profesional de atención sociosanitaria debe mantener el respeto de estos importantes derechos del/de
la usuaria, de lo contrario podría llegar a tener responder de conducta irresponsable o de violación de la
confidencialidad. Por ello, dada la importancia de cumplir estas cuestiones, consideramos necesario hacer
hincapié en los aspectos que exponemos a continuación.
En nuestro sistema legal, la protección de los datos de la salud deriva del derecho de protección de la inti-
midad de la persona. Finalmente, respecto a la confidencialidad, debemos saber que todos los profesionales
que por el ejercicio de una determinada actividad estén sujetos al secreto profesional y toda persona que
intervenga en el tratamiento de los datos de carácter personal, tienen la obligación de guardar el secreto
profesional, no pudiendo revelar la información a terceros.
En los Centros de Día, de Noche y Residenciales se mantienen muchos datos de carácter personal de perso-
nas usuarias, trabajadores, proveedores, etc. Datos que la LOPD obliga a proteger de unas formas muy con-
cretas. Específicamente:
• Estableciendo medidas de seguridad para proteger los ficheros que contengan datos de carácter perso-
nal, de Nivel Alto por la información relativa a la salud de los usuarios.
• Garantizando el ejercicio de los derechos que reconoce la ley a las personas físicas con datos de carác-
ter personal en sus ficheros y especialmente a recabar el consentimiento de los afectados.
La responsabilidad de los que cuidan a personas en situación de dependencia. Un/una profesional que se
dedique al cuidado de personas en situación de dependencia, especialmente si lo hace en un establecimien-
to especializado (centro sociosanitario), puede incurrir en su actividad en cuatro tipos de responsabilidad:
• Responsabilidad Civil.
• Responsabilidad Penal
• Responsabilidad Administrativa.
• Responsabilidad Profesional y Estatuaria
Atención integral en la intervención
La atención integral a la persona usuaria la componen un conjunto de acciones de carácter preventivo, cura-
tivo y de rehabilitación dirigidas a proteger, promover, restaurar y mantener su salud y sus redes sociales de
relaciones, prestadas por un equipo interdisciplinar compuesto por médicos/as, trabajadores/as sociales,
animadores/as socioculturales, enfermeros/as, auxiliares, fisioterapeutas, y psicólogos/as, entre otros; y
contempladas como servicios y prestaciones en el Plan General de Intervención del Centro.
El Plan General de Intervención (PGI) servirá de base al equipo interdisciplinar para diseñar el Plan de Cui-
dados Individualizado que recogerá las actividades que se considere necesario poner en marcha para lograr
el restablecimiento o mantenimiento del mayor nivel de autonomía del usuario, dentro de sus posibilidades,
por el que cada profesional asumirá unas funciones y actuaciones concretas y coordinadas a realizar.
• Valoración. nos servirá para detectar, describir y aclarar los múltiples problemas físicos, funcionales,
psicológicos, sociofamiliares y ambientales que la persona usuaria presenta.
• Evaluación del Plan de Cuidados Individualizado. Durante la ejecución del plan de cuidados indivi-
dualizado se analiza su funcionamiento, estudiando los efectos logrados, su efectividad y los cambios
convenientes a realizar para asegurar su calidad, identificando, si es el caso, las causas que han impedi-
do obtener los resultados esperados para decidir sobre su continuidad o modificación
Conocer los protocolos de actuación y seguimiento.
Introducirnos en los conceptos de autonomía y Actividades Básicas de la Vida
Diaria.
Saber cómo se distribuyen las tareas de centro para su correcto funcionamien-
to.
Aprender la importancia de la participación en las actividades del centro y
ejemplo de algunas que se pueden llevar a cabo.
Saber cómo comunicarnos apropiadamente en función de las características
de cada persona.
Introducción
En las siguientes páginas se detallan los aspectos clave a tener en cuenta por los/las profesionales en aten-
ción sociosanitaria ante su participación en la preparación de actividades en instituciones sociales, las cua-
les deberán ir siempre dirigidas a cubrir actividades de la vida diaria de las personas dependientes.
Por ello, es esencial que las/los profesionales conozcan los protocolos de actuación establecidos para la eje-
cución de estas actividades, cuáles son las características específicas de la comunidad usuaria que determi-
nan las intervenciones programadas y cómo pueden responder ante posibles incidencias que puedan surgir
durante la práctica diaria.
Los protocolos son documentos escritos en los que se detallan los procedimientos y fases a llevar a cabo por
los/las profesionales del centro para lograr una atención adecuada de las personas dependientes, describien-
do los trabajos a realizar por cada área o profesional que interviene. Cada protocolo está relacionado con el
desarrollo de los Programas de Intervención en los Centros, y los que con mayor frecuencia se utilizan para
la preparación de actividades son:
Así, el/la profesional en atención sociosanitaria, para preparar intervenciones programadas por el equipo
interdisciplinar dirigidas a cubrir las actividades de la vida diaria, deberá:
• Tener la capacidad para preparar actividades que permitan el fomento de la participación del/de la usua-
ria para potenciar el mantenimiento y mejora de su autonomía.
• Comprobar que estas actividades responden a las necesidades individuales del/de la residente en cues-
tión, y que se optimizan los recursos humanos y materiales disponibles, adaptándose siempre a los pro-
tocolos de actuación establecidos.
“Es la capacidad de valerse por sí mismo, con propia iniciativa, controlando, afrontando y tomando deci-
siones sobre cómo vivir según las normas y preferencias propias”.
Entendemos, por tanto, que una persona llegará a ser dependiente cuando, por su pérdida de autonomía per-
sonal, precise del apoyo de su entorno familiar y social para resolver y satisfacer sus necesidades fisiológi-
cas, psicológicas o de relaciones sociales.
“Es el estado permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la en-
fermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o pérdida de autonomía física, mental, intelectual o senso-
rial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades bási-
cas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de
otros apoyos para su autonomía personal”.
Primero es necesario hacer mención a las Actividades de la Vida Diaria (AVD), ya que sus posibilidades de
realización son las que nos van a permitir valorar el nivel de autonomía e independencia básica de una per-
sona. Estas actividades, según la <<Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la
Salud (CIF)>>, adoptada por la Organización Mundial de la Salud en 2001, se agrupan en las siguientes cla-
ses:
En este curso realizaremos dos clasificaciones: Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) y Activida-
des Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD).
Autonomía en las Actividades Básicas de la Vida Diaria
Las actividades necesarias para vivir de la forma más independientemente posible en su comunidad compo-
nen las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD).
Aunque existen numerosos métodos para la evaluación de estas actividades, el más utilizado es la <<Escala
de Lawton y Brody>>, también denominado <<Índice de Lawton o AVD instrumentales>>. Para la evalua-
ción en mujeres, consta de 8 grupos: capacidad para usar el teléfono, hacer compras, preparación de comi-
da, cuidado de la casa, lavado de ropa, transporte, control de medicación y capacidad de encargase de sus
finanzas. En los hombres sólo se reconocen cinco grupos: capacidad para usar el teléfono, hacer compras,
transporte, control de medicación y capacidad de encargarse de sus finanzas. Cada grupo se subdivide en
cuatro o cinco ítems según la gravedad y la puntuación oscila de 8 (máxima independencia) a 0 (máxima
dependencia) en mujeres; y de 5 (máxima independencia) a 0 (máxima dependencia) en hombres.
El/la profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de reconocer y valorar la forma más adecuada
de efectuar el acompañamiento al/a la usuaria en las actividades de la vida diaria, de modo que dicho acom-
pañamiento se lleve a cabo cumpliendo las instrucciones emitidas por el/la profesional responsable.
Del mismo modo, el/la cuidadora tendrá en cuenta las características e intereses del/de la usuaria para la
realización de actividades, atendiendo a las instrucciones del equipo interdisciplinar con el objetivo de dar
una correcta respuesta individualizada. El objetivo será trabajar las actitudes positivas de la persona usuaria
y animarle para lograr que tome parte como protagonista y que colabore como estimulador/a de otros/as
residentes menos participativos en las actividades grupales del centro, favoreciendo de esta manera el desa-
rrollo interpersonal de los/las usuarias y su integración en el centro.
Es necesario mencionar que el hecho de relacionarse con otras personas usuarias mejorará la integración del
usuario en la institución y le ayudará a compensar o superar problemas de negatividad ante otras activida-
des, por desajustes afectivo-emocionales, deterioros cognitivo -conductuales, o limitaciones psíquicas o fí-
sicas. Además de participar en las actividades establecidas en su plan de cuidados individualizado, la parti-
cipación del/de la usuario podría extenderse también a:
• Las actividades generales de organización del centro: colaborando en la redacción y modificación del
reglamento de régimen interno, de los estatutos, en la organización de sus rutinas diarias (horarios de
entrada y salida, menús, horarios de comidas, etc.).
• La colaboración en algunas actividades domésticas: cuidando del jardín, arreglos de ropa, actividades
auxiliares de cocina, etc.
El/la profesional en atención sociosanitaria debe verificar que la información previa dada a los/las usuarias
sobre las actividades programadas es transmitida teniendo en cuenta la necesidad de motivarles para facili-
tar así su participación.
En esta línea, informará a la persona usuaria sobre las actividades que deben realizarse, sus objetivos y el
procedimiento a seguir. Además, respetará su autonomía en aquellas tareas que el/la usuaria pueda hacer
por sí solo/a y le apoyará en las que tenga alguna limitación, acompañándole y motivándole para que man-
tenga interés por continuarlas.
Es importante formar a todo el personal del centro en el desarrollo de actitudes y técnicas de observación
indirectas (no programadas) que se deben realizar siguiendo un protocolo documental que facilite la revi-
sión periódica de la situación de las personas usuarias.
Además de desarrollar distintos mecanismos para detectar precozmente problemas en las personas depen-
dientes en instituciones, es necesario tener en cuenta los diferentes problemas que éstos pueden llegar a te-
ner a la hora de satisfacer sus necesidades. Por ello, tendremos que tener presente lo siguiente:
• Personas con discapacidad. La restricción o ausencia de capacidad física, psíquica o sensorial puede
suponer una situación de dependencia para realizar una actividad necesaria en el desarrollo de la vida
diaria, en la forma o dentro del margen que se considera normal.
• Personas con enfermedades mentales. El trastorno del funcionamiento cerebral, atribuible a múltiples
causas, puede generar la alteración de la percepción, los sentimientos, los pensamientos, la conducta y
la adaptación al medio en que la persona vive y que, cuando se trata de un trastorno mental severo, pue-
de provocar situaciones de dependencia.
Es necesario que todos los/las profesionales que trabajan de forma directa con los usuarios de instituciones
sociales, como es el caso del profesional en atención sociosanitaria, tengan presentes una serie de orienta-
ciones para sus actuaciones diarias, de modo que adquieran una conciencia preventiva y de anticipación que
les permita captar cualquier anomalía, problema o cambio que se produzca.
Así, entre las posibles incidencias o circunstancias que obstaculizan el desarrollo de las intervenciones y el
logro de los objetivos perseguidos, están las actitudes negativas en los/las usuarias, las cuales pueden difi-
cultar la realización de cualquier actividad. En estos casos, es indispensable que el/la profesional en aten-
ción sociosanitaria comunique al equipo interdisciplinar la incidencia detectada. Para ello, podrá hacer uso
de los documentos de registro establecidos a tal efecto y, en todo caso, dejará constancia en el <<Libro de
Incidencias>> de la institución mediante la cumplimentación de la <<Hoja de Incidencia>> correspondien-
te. Una vez comunicada al equipo interdisciplinar, éste determinará qué intervención realizar.
Puede estimarse como necesario el uso de la motivación para reorientar la actitud del/de la residente, lo que
hace aconsejable aplicar algunas técnicas para modificar su conducta y motivarle. Las técnicas de modifica-
ción de conducta tienen como objetivo mejorar el comportamiento de las personas a través de estrategias y
procedimientos para conseguir una mayor frecuencia en una conducta adaptativa que ya existe, o su perfec-
cionamiento; la adquisición de una conducta nueva deseable; o la reducción de la frecuencia de aparición o
eliminación de una conducta no deseada.
• Reforzamiento negativo. Consiste en retirar algo molesto cuando la persona ejecuta de manera adecua-
da la conducta o actividad (por ejemplo, anular un castigo).
• Reforzamiento positivo. Es la consecuencia agradable que obtiene la persona al realizar una conducta
adecuada (por ejemplo, dar un premio).
• Moldeado. El refuerzo será más frecuente al inicio y el nivel de exigencia menor; conforme se avance,
se exigirá más para conseguir el refuerzo (adiestramiento en la conducta); al lograr la conducta deseada,
se pasará a refuerzos intermitentes para consolidarla (consolidación de la conducta).
• Modelado. Se expondrá al usuario un modelo que realiza la conducta o actividad que se quiere que éste
adopte o imite.
• Encadenamiento. Consiste en formar conductas complejas a partir de otras más sencillas que el usuario
ya posee, constituyendo una serie de pasos sucesivos a seguir (por ejemplo, coger el botellín de agua,
abrirlo, beberse el agua, limpiarse manos y boca con la servilleta, tirar el botellín vacío al cubo de la
basura).
Para la eliminación o reducción de ciertas conductas:
• Castigo positivo. A la realización de una conducta inadecuada le sigue una consecuencia no deseada
por la persona (por ejemplo, una reprimenda).
• Castigo negativo o coste de la respuesta. Se trata de retirar un refuerzo positivo cuando el usuario
realice una conducta inadecuada con el fin de que ésta se reduzca o desaparezca.
• Refuerzo de conductas incompatibles. Se refuerzan las conductas que son incompatibles con aquella
que queremos eliminar.
• Economía de fichas. Para premiar las conductas que se desea establecer se entregan fichas canjeables
por recompensas.
• Aislamiento o tiempo fuera. Al haber realizado una conducta inadecuada, se retira un refuerzo a la per-
sona o se le impide acceder a él (por ejemplo, por negarse a compartir el bote de zumo, se le retira el
acceso al contenido).
• Contrato de conductas. Es un acuerdo escrito que recoge la conducta a realizar por la persona usuaria
y las consecuencias del incumplimiento.
Formará parte de las obligaciones del/de la profesional en atención sociosanitaria el participar con el equipo
interdisciplinar en la organización de actividades, así como en garantizar el nivel de calidad de los servicios
prestados y la satisfacción de los/las usuarias, responsabilizándose de:
• Comprobar, antes de realizar la actividad, las condiciones de seguridad y accesibilidad de los espacios
para garantizar la agrupación de éstos en función de sus características personales, facilitando la dispo-
nibilidad de los recursos humanos y la existencia y puesta a punto de materiales y ayudas técnicas.
• Tener en cuenta las características e intereses de los/las usuarias para la realización de actividades, si-
guiendo las instrucciones del equipo interdisciplinar que permitan dar una respuesta individualizada.
• Comunicar al equipo interdisciplinar cualquier incidencia observada en el orden y el estado de los mate-
riales, con el fin de adoptar las medidas oportunas para su resolución.
Protocolos de actuación
Las actuaciones del/de la profesional en atención sociosanitaria irán dirigidas, fundamentalmente, a la me-
jora de la autonomía de la persona usuaria mediante:
• Fomento de la adquisición de hábitos de autonomía personal por medio de: Ayuda en lo necesario y re-
fuerzo de las conductas autónomas; adaptación del entorno y utilización de ayudas técnicas; animación
y potenciación de la autoestima del/de la usuaria.
Por todo ello, en este apartado mencionaremos los protocolos para el apoyo a la atención directa de perso-
nas dependientes en instituciones sociales que, de forma más directa, están relacionados con las actuaciones
del/de la profesional en atención sociosanitaria, incluyendo no sólo los establecidos para el desarrollo de
actividades, sino todos los que pueden encontrarse en cada una de las áreas de intervención de la institu-
ción.
Debemos saber, no obstante, que los protocolos pueden ser adaptados o ampliados en parte o en su totali-
dad, en lo que cada equipo interdisciplinar y la dirección del centro estimen oportuno, pudiendo variar en
cuanto a su denominación y contenido.
A continuación, expondremos cómo transmitir información previa a los/las usuarias sobre el desarrollo de
las actividades sociosanitarias programadas, teniendo en cuenta que el objetivo del/de la cuidadora será
siempre motivar y favorecer la participación de la persona dependiente en las actuaciones propuestas.
• Tener en cuenta las ventajas de una buena comunicación, que ayudará a mejorar el éxito en la transmi-
sión de la información y facilitará la participación de los usuarios, a través de:
• El mantenimiento de un buen clima que haga sentirse bien tanto al/a la cuidadora como a la per-
sona cuidada.
• Identificar, antes de iniciar la comunicación, los factores que pueden funcionar como obstáculos de la
comunicación, tales como:
• Lentitud del pensamiento, barreras físicas (enfermedad aguda, pérdida de visión, pérdida de oí-
do, etc.), e inseguridad sobre su propia salud.
• Utilizar estrategias que pueden ayudar a salvar obstáculos de comunicación que dificultan el desarrollo
de las actividades con las personas usuarias; algunas de ellas son:
• Ofrecer un plan de formación que comience con actividades que eviten sus barreras y respondan
a la necesidad expresada por el/la usuaria para cubrir, posteriormente, otros puntos críticos.
• Establecer comunicación con usuarios que tienen incapacidad para hablar o hacerse entender hace nece-
saria la utilización de estrategias de comunicación como:
• Procurar un ambiente tranquilo y relajado, sin ruidos ni interrupciones.
• Trasmitir afecto, ser positivo y mostrar interés, así como facilitar la expresión de emociones y
comprender los sentimientos.
• Ser tolerante y paciente.
• Ser honesto con el/la usuaria.
Recomendaciones específicas sobre qué información transmitir al usuario o usuaria para que pueda
participar en las actividades diarias, según sus posibilidades.
Para obtener la participación de la persona usuaria en las actividades programadas en su plan de cuidados
individualizado ésta, o su representante legal, deberá recibir información sobre las siguientes características
de la actividad que van a realizar:
• Quién lo va a realizar: Profesional/es que le van a atender, compañeros que compartirán la actividad,
personas que le acompañarán (familiares, allegados, voluntarios, etc.).
• Cómo se va a realizar: Detallar la estructura de la actividad; pasos a dar, fases a completar, forma de
proceder, etc.
• Para qué se va a realizar: Explicar el objetivo que se pretende conseguir, así como los beneficios que
puede generar al/a la usuaria.
• Con qué medios: Medios técnicos, materiales y humanos que se utilizarán para realizar la actividad, y
si el/la usuaria debe aportar alguno por su parte.
En las instituciones, es común que existan actividades de realización obligatoria encaminadas a la recupera-
ción o asistencia en actividades básicas de la vida diaria, a la vez que actividades voluntarias de ocio, cultu-
rales y educativas, en una oferta mayor o menor, dependiendo de cada centro. Y también, actividades opcio-
nales de adiestramiento para la promoción de la autonomía personal, en función de las características del
centro, del personal a disposición y del estado de autonomía de cada persona usuaria. Las actividades a
ofrecer dependerán de lo que establezca el propio plan de cuidados individualizado para cada persona, se-
gún su estado de autonomía personal o dependencia concreta, por lo que podrán tener carácter de obligato-
riedad, siempre que la persona usuaria, o su representante legal, así lo acepten.
Actividades obligatorias
Específicamente, durante la estancia en el centro será de carácter obligatorio y común a todos los/las resi-
dentes la realización de forma autónoma o asistida de las actividades relacionadas directamente con las si-
guientes áreas:
• Promoción de la higiene diaria: según las necesidades y prescripciones establecidas en el plan de cui-
dados individualizado.
• Movilidad esencial: basada en ejercicios cotidianos que permitan mantener el máximo nivel de autono-
mía que sea capaz de desarrollar la persona usuaria en la realización de las actividades de su vida diaria.
Tales como:
• Ejercicios de orientación a la realidad para usuarios/as con pérdida de memoria, desorientación, trastor-
nos confusionales o demencias, a través del reconocimiento e identificación de colores y formas, seña-
les en la deambulación, así como manualidades en grupos de interacción social.
• Charlas y juegos en grupo (petanca, bolos, dinámicas de grupo, etc.) para fomentar habilidades y rela-
ciones sociales, así como la cooperación en grupos.
Las actividades a desarrollar con el/la residente, según el estado cognitivo y funcional en que éste/a se en-
cuentre, se pueden clasificar en:
• Podrán programarse actividades de paseo (libre o asistido), excepto en el caso de personas con
gran dependencia.
Para personas usuarias independientes con ayuda técnica o parcialmente dependientes de otra persona. Ade-
más de las actividades descritas en el apartado anterior, las siguientes:
Para personas con gran dependencia. Habrá que valorar también la inclusión de: mantenimiento de activida-
des instrumentales, bipedestación (posición en pie) y movilizaciones pasivas.
• Podrán programarse actividades de paseo (libre o asistido), excepto en el caso de personas con
gran dependencia.
Para personas usuarias independientes con ayuda técnica, además de las actividades descritas en el primer
apartado (justo arriba), las siguientes: entrenamiento de la marcha y adaptación o entrenamiento en el uso
de las ayudas técnicas.
Para personas parcialmente dependientes de otra, además de las actividades descritas en el primer apartado,
las siguientes: ergoterapia, mecanoterapia, cinesiterapia, poleoterapia y reeducación en transferencias.
Para personas con gran dependencia, habrá que valorar también la inclusión de: mantenimiento de activida-
des instrumentales, bipedestación y movilizaciones pasivas
• Actividades a desarrollar en situación de demencia leve.
• Podrán programarse actividades de paseo y salidas asistidas, excepto en el caso de personas con
gran dependencia.
Para usuarios independientes con ayuda técnica y personas parcialmente dependientes o grandes dependien-
tes de otra, además de las actividades descritas en el primer apartado (justo arriba), las siguientes: ergotera-
pia, mecanoterapia, cinesiterapia, poleoterapia, mantenimiento en las ayudas técnicas y entrenamiento de la
marcha (excepto en personas con gran dependencia).
Para personas con gran dependencia o dependencia parcial, se valorará la inclusión de actividades de: trans-
ferencias, bipedestación y movilizaciones pasivas.
Estas personas no cuentan con independencia al tener afectada su autonomía por incapacidad funcional y se
encuentran en situación de independencia con ayuda técnica, dependencia parcial o gran dependencia de
otra persona, por lo que las actividades a desarrollar podrán ser: mantenimiento ABVD residuales, miccio-
nes programadas, terapia de orientación a la realidad, terapia de reminiscencia, terapia de adaptación al en-
torno, psicomotricidad, ergoterapia, cinesiterapia, poleoterapia, ludoterapia y transferencias (excepto a inde-
pendientes con ayudas técnicas). También, paseos, entrenamiento en la marcha y mantenimiento en el uso
de ayudas técnicas, excepto a personas con gran dependencia.
En personas con gran dependencia, se valorará la inclusión de actividades de fisioterapia pasiva y moviliza-
ciones pasivas.
Estas personas, por su afectación funcional, están en situación de gran dependencia, por lo que las activida-
des a desarrollar podrán ser: movilizaciones pasivas, fisioterapia respiratoria, control postural y de sedesta-
ción (posición del cuerpo estando sentado), estimulación sensorial y estimulación sensoperceptiva.
En la realización de las diferentes actividades del centro será necesaria la utilización de una serie de mate-
riales, los cuales deberán estar organizados y controlados en sus correspondientes almacenes y que pueden
ser clasificados en fungibles e inventariables.
El/la profesional en atención sociosanitaria deberá ser capaz de analizar las características y condiciones de
uso de éstos; además, deberá comunicar al equipo interdisciplinar las incidencias observadas en el estado y
orden de los mismos.
• Material inventariable: Es aquél que no sufre un rápido deterioro por su uso, llegando a formar parte
del inventario anual del centro. En este caso, se encuentran los bienes materiales (por ejemplo ordena-
dores) o bienes inmateriales (por ejemplo aplicaciones informáticas-software). También se consideran
inventariables los bienes fungibles que excedan de una cierta cantidad estimada contablemente por el
centro; y otros materiales, como por ejemplo faxes, fotocopiadoras o softwares no estándar, indepen-
dientemente de su valor (por su durabilidad).
Juegos de mesa
En las salas de la institución designadas para el desarrollo de actividades lúdicas y de esparcimiento se pue-
den realizar juegos de mesa dirigidos a todas las personas usuarias que lo deseen. La promoción de este tipo
de actividad se debe a los beneficios positivos que su realización tiene sobre el/la individua en cuanto a que
favorece el establecimiento de relaciones sociales con otros/as residentes del centro, favorece que recupere
interés por aficiones que ya poseía y aumente su motivación por participar en ciertas actividades.
Entre los juegos de mesa más habituales destacan el dominó, el parchís, el ajedrez, las damas, las de cartas,
el bingo y los puzles. Todos estos juegos abren la posibilidad de formar equipos para participar en la orga-
nización de correspondientes dentro del centro o con otros centros, lo que fomenta las salidas externas o la
recepción de visitas de otros equipos de la comunidad local o área de influencia.
Tres cuestiones importantes respecto a los objetivos perseguidos con la realización de juegos de mesa:
El inventario de una institución es un documento, elaborado en soporte papel o en soporte electrónico, don-
de se recogen, con orden y precisión, todos los materiales pertenecientes a ese centro. Entre las funciones
del profesional en atención sociosanitaria también está la de colaborar en la realización y mantenimiento del
inventario de la institución. Para ello, habrá de ser capaz de:
• Elaborar inventarios del material y los productos que utiliza el centro para el desarrollo de los servicios
y actividades que ofrece.
• Observar y comunicar al equipo interdisciplinar las incidencias en el orden y el estado de los materiales
existentes.
Respecto a la realización de inventarios, debemos tener en cuenta la importancia que tiene el que en todo
momento se mantenga en ellos un orden y una precisión, de forma que queden siempre perfectamente defi-
nidos los materiales que registramos, siguiendo un criterio de sistematización adecuado a las necesidades
concretas de la institución.
Revisión del estado de las ayudas técnicas/productos de apoyo
Es fundamental que los centros sociosanitarios dispongan de productos de apoyo a disposición de las perso-
nas usuarias que los puedan requerir; tales como colchones antiescaras, grúas elevadoras, bastones, andado-
res, sillas de ruedas, materiales para rehabilitación y para las manualidades, entre otros.
Asimismo, es preciso revisar y valorar el estado de estos productos cada cierto tiempo por si debieran ad-
quirirse o sustituirse por otros nuevos, realizar el mantenimiento de los existentes o ser reparados. La/el
profesional debe conocer la tipología de ayudas técnicas existentes para poder comprobar y revisar su esta-
do de forma periódica, tal y como establezcan los protocolos de actuación de la institución social en la que
desempeñe su trabajo.
Ahora bien, vamos a centrarnos en los requisitos materiales y relacionaremos los que afectan a los centros
sociosanitarios, que son el ámbito laboral del/de la profesional en atención sociosanitaria. Así, distinguire-
mos entre requisitos materiales generales y requisitos materiales específicos.
• En cuanto a requisitos físicos. Los Centros de Servicios Sociales deberán estar ubicados en zo-
nas geográficas (rurales o urbanas) salubres, que no supongan peligro para la integridad física o
psíquica de los usuarios y que permitan el fácil acceso de los/las usuarias a los Servicios Genera-
les, tales como sanitarios, educativos, etc., salvo que el programa de intervención requiera otro
tipo de emplazamiento.
• En cuanto a requisitos arquitectónicos. Deberán cumplir las normas técnicas para la accesibili-
dad y la eliminación de barreras arquitectónicas, urbanísticas y en el transporte en la Comuni-
dad, a excepción de las pequeñas unidades de alojamiento y convivencia normalizadas destina-
das a personas con un grado suficiente de autonomía personal. Los Centros estarán adaptados a
las características de sus usuarios/as y a los programas que deban desarrollar.
• Unidad y diferenciación. Cada tipo de Centro será una unidad independiente y diferen-
ciada, incluso cuando se comparta el edificio, situándose preferentemente en planta baja
o primera.
• Altura libre. La altura libre sobre la superficie útil de las dependencias habitables tendrá
como mínimo 2,7 metros.
• Materiales y acabados. Serán duraderos, fáciles de limpiar y mantenerse, con buena apa-
riencia y resistentes al uso intenso.
• Las comunicaciones consistirán en instalación telefónica con el exterior, con una línea
como mínimo a disposición de los/las usuarias, debiendo los edificios destinados a resi-
dencias contar, además, con medios de comunicación interior.
• En cuanto a protección y seguridad. Todos los Centros estarán dotados de las medidas adecuadas
de protección y seguridad exigidas por la legislación vigente y en especial por la normativa bási-
ca contra incendios. Las comunicaciones, accesos y dependencias facilitarán la evacuación rápi-
da y los edificios dispondrán de, al menos, dos extintores manuales por planta.
• En cuanto al plan de evacuación y emergencia. En todos los Centros existirá un plan de evacua-
ción y emergencia que deberá ser conocido por todos los/las usuarias y personal del Centro. Asi-
mismo, este plan estará expuesto permanentemente en lugar visible.
• En cuanto a la venta y consumo de tabaco. Deberá observarse, tanto por los/las usuarias como
por el personal del Centro, lo establecido en la legislación vigente.
• Zona de Administración. Todos los centros tendrán garantizada una zona de Administración,
ubicada preferentemente a la entrada del edificio, destinada a actividades de recepción, con zona
de espera de visitantes, dirección, administración y gestión del centro.
• Zona de Servicios Generales. Comprende los espacios destinados a la prestación de los servicios
comunes propios de cada tipo de centro (cocina, lavandería, vestuarios, mantenimiento y seguri-
dad en planta física y eliminación de basuras).
• Zona Residencial. Esta zona comprende los espacios destinados al alojamiento, la higiene perso-
nal, la manutención y la relación de convivencia (dormitorios, aseos, salas de estar y comedor).
• Zona de Atención Especializada. Son espacios destinados a proporcionar los tratamientos que
requieran los/las usuarias en razón de sus características y a desarrollar los programas propios
del tipo de centro de que se trate. Cada centro dispondrá del espacio o espacios necesarios para
desarrollar las funciones definidas en el párrafo anterior. Su tamaño y tipología condicionarán el
desarrollo y complejidad de la zona de atención especializada.
Las dificultades que la persona usuaria pueda sufrir para desenvolverse en el entorno inmediato van a estar
relacionadas con el tipo de discapacidad y el grado de dependencia que posea. Por ello es necesario tener en
cuenta que:
• Las limitaciones en la deambulación van a ocasionar problemas al realizar desplazamientos largos sin
lugares de descanso, cuando han de superarse desniveles, cuando se suben o bajan escalones, o al tener
que abrir y cerrar puertas, entre otros.
• El uso de silla de ruedas impedirá el tránsito y la maniobra por escaleras, planos a distinto nivel y luga-
res de paso estrechos, la manipulación de objetos situados a determinadas alturas y la apertura de puer-
tas o ventanas, así como otros muchos movimientos cotidianos. La promoción de la accesibilidad hace
necesaria la aplicación de ayudas técnicas (silla de ruedas, plataformas elevadoras, alarmas, etc.) y de
estrategias para afrontar y prever, como las siguientes:
• Reestructurar los ambientes y la decoración del espacio para facilitar la orientación y la movili-
dad de la persona usuaria para que puede interrelacionar con otras personas.
• Desarrollar sistemas de comunicación alternativos que permitan y faciliten la comunicación de
los/las usuarias con limitaciones con otras personas (limitadas o no).
Para mejorar las condiciones de seguridad, es posible emplear la señalética que “es una disciplina de la co-
municación ambiental y de la información que tiene por objeto orientar las decisiones y las acciones de los
individuos en lugares donde se prestan servicios”. Los elementos de señalización a utilizar, tanto visuales
como táctiles o sonoros, deben ser adecuados y fáciles de localizar.
Registro de incidencias
Cualquier incidencia observada en las circunstancias personales y sociosanitarias del/de la usuaria, así co-
mo en el orden y el estado de los materiales, debe comunicarse al equipo interdisciplinar a fin de adoptar las
medidas oportunas para la intervención o su resolución, a través del Registro de Incidencias. Este documen-
to será cumplimentado por los/las profesionales de cada turno encargados de atender a los/las usuarias del
centro y cuidar de los materiales usados en el desarrollo de las actividades programadas. Todo lo que en
estas hojas quede recogido, deberá ser supervisado y firmado por los/las responsables de cada turno y área.
Además, cada incidencia registrada quedará reflejada no sólo en el documento de registro de incidencias,
sino también en la Hoja de Incidencia que se incluirá en el Libro de Incidencias para su correcto registro.
La organización de las actividades facilita la respuesta a las necesidades individuales de los/ las usuarias y
permite optimizar los recursos humanos y materiales disponibles, adaptándose a los protocolos de actuación
establecidos. Para ello, es necesario que el/la profesional en atención sociosanitaria conozca la metodología
de trabajo adecuada: distribución de tareas, transmisión de la información y uso de indicadores de calidad.
Distribución de tareas
El buen funcionamiento de un centro de atención a personas dependientes va a venir dado, en gran medida,
por la organización y la distribución de los espacios disponibles para las actividades, del tiempo otorgado a
las tareas y de la composición de los grupos de usuarios/as y de profesionales que los compartirán.
Por ello, el/la profesional en atención sociosanitaria deberá conocer los procedimientos para confeccionar la
programación y temporalización de las actividades y servicios; así como los horarios, los turnos estableci-
dos y los grupos de trabajo en los que se organiza la actividad diaria del centro.
• Horarios
Para garantizar la realización de las actividades voluntarias y obligatorias establecidas en el plan de aten-
ción individualizado de cada persona residente,
se deberán establecer una serie de horarios que
cada centro organizará en función de las carac-
terísticas de las personas usuarias a las que
atienda y de los servicios profesionales que
ofrezca.
• Turnos
Las tareas van a ser asignadas siguiendo el plan de actividades, en función de su horario, al personal
del centro que esté en ese turno. Lo usual es que en el turno de mañana se realice el aseo personal de
las personas usuarias; en el de la tarde, aseos extraordinarios y actividades lúdico-terapéuticas, prin-
cipalmente; mientras que en el turno de noche se prepara la medicación del día siguiente, las movili-
zaciones nocturnas y clasificación de ropas, por ejemplo. La asignación del personal a los diferentes
turnos suele ser fija en algunos centros o rotatoria en otros.
• Grupos de trabajo
Con el fin de programar la realización de las diferentes actividades recogidas en el plan de cuidados indivi-
dualizado de cada residente, es conveniente prever el desarrollo de las mismas en grupos de usuarios que
permitan la más eficaz y eficiente realización posible y que, al mismo tiempo, se fomenten las relaciones
interpersonales y de ayuda mutua entre ellos/as. Para la organización en grupos de trabajo, es conveniente
tener en cuenta estas cuestiones:
• Las aportaciones de cada uno de los miembros de un grupo de trabajo han de estar coordinadas
para que la ejecución de un proyecto o actividad sea eficiente y no se limite a la suma de inter-
venciones independientes. Esta coordinación implica más que la simple suma de aportaciones
individuales y requiere de la organización en forma de “equipo” de modo que cada miembro es-
pecializado en un área o actividad determinada sea responsable de las actuaciones que aporta, y
entre todos se responda del resultado global obtenido al finalizar las intervenciones.
La comunicación con personas con problemas tales como cataratas, glaucoma, degeneración macular u
otros problemas de visión, puede estar limitada por barreras que les llevan a tender al autoaislamiento por
malentendidos en la comunicación, sobre todo de mensajes extensos o complejos. En personas con proble-
mas visuales, la comunicación no verbal que aportan las posturas o los gestos, tienen una menor utilidad, ya
que en muchos casos no pueden percibirlos.
Independientemente de las estrategias que se pongan en práctica para favorecer la comunicación con el/la
usuaria, el/la profesional de atención sociosanitaria, deberá verificar que éste usa las ayudas ópticas adecua-
das (graduación correcta de gafas, lupas especiales para leer, etc.) y otras ayudas técnicas (pizarra o agenda
especial, escritos con números y letras grandes, etc.) recomendadas por profesionales especializados.
Establecer comunicación con personas con este problema es especialmente difícil, pues oyen mal los soni-
dos agudos, se centran en leer los labios y no ven los gestos y expresiones (comunicación no verbal), por lo
que pueden malinterpretar los mensajes, volverse recelosas y desconfiar, mostrando mal humor y autoaisla-
miento. En este caso, al igual que en el anterior, y con independencia de las estrategias que se pongan en
práctica para favorecer el proceso comunicativo con estos/as pacientes, el/la cuidadora deberá verificar que
el/la usuaria utiliza las ayudas técnicas (audífono) y adaptaciones del hogar adecuadas (por ejemplo, telé-
fono adaptado) recomendadas por profesionales especializados, como el terapeuta ocupacional.
Las personas que han sufrido trombosis, embolias, derrames cerebrales, etc., es muy probable que tengan
lesiones en las áreas del cerebro encargadas del lenguaje, como son el área de Broca, que se asocia, sobre
todo, a la producción del lenguaje; y el área de Wernicke, asociada a la comprensión del mismo.
Es importante saber que todas las lesiones que producen pérdida o trastorno de la capacidad del habla, ya se
deban éstas a un trauma o a una lesión cerebral, se denominan de forma general afasias. Las afasias pueden
ser de diferentes tipos y, según el alcance de la lesión, habrá personas con problemas para expresarse (afasia
expresiva), en las que su mensaje se asemeja a un "telegrama"; otras que tendrán incapacidad de entender a
los demás (afasia receptiva, en habla o escritura); y también pueden sufrir problemas de la memoria, lo que
conlleva frustración, aislamiento, depresión y cambios bruscos de humor.
Las personas que padecen demencia se caracterizan fundamentalmente porque presentan importantes pro-
blemas de memoria (olvidan rápidamente lo que se les dice; no recuerdan nombres de objetos que sí son
capaces de describir; no reconocen u olvidan los nombres de sus familiares o allegados o les confunden;
repiten constantemente lo mismo; cuentan historias sin lógica; y sufren problemas para comprender y ex-
presarse).
• Atención Social.
• Actividades de Terapia Ocupacional.
• Atención Social Familiar.
• Actividades de Rehabilitación.
• Animación Sociocultural.
• Atención Nutricional.
• Atención Sanitaria.
• Servicios complementarios y opcionales.
• Atención de Enfermería.
• Ayudas técnicas.
• Atención Psicológica.
• Programas que fomenten el Asociacionismo.
Además, estos centros deberán ofrecer a los usuarios una Cartera de servicios, los cuales en todos los casos
deberán adecuarse a las necesidades de las personas, según su grado y nivel de dependencia y según lo esta-
blecido en su Programa Individual de Atención. Estos servicios serán, al menos, los siguientes:
El contenido de este apartado, centrado en los planes de cuidados individualizados, pretende conseguir que
el/la profesional en atención sociosanitaria sea capaz de:
El plan de cuidados individualizado busca coordinar atenciones interdisciplinares dirigidas a un/una misma
usuaria, a través de los tratamientos a aplicar y de las pautas de actuación de los diversos profesionales, pro-
curando educar para la salud, frenar el deterioro y lograr su mejoría global como persona individual y dife-
renciada.
¿En qué consiste? Consiste en seleccionar y aplicar las actividades tipo establecidas o protocolizadas en el
Plan de Cuidados General o Estándar del centro, a las circunstancias individuales de cada persona usuaria
en un momento determinado.
¿Qué se quiere conseguir con su aplicación? Se pretende integrar intervenciones de profesionales de di-
versas disciplinas en un conjunto coordinado y homogéneo de actuaciones preventivas, terapéuticas y reha-
bilitadoras para mejorar la calidad de vida y bienestar de la persona usuaria, ayudándole a alcanzar la máxi-
ma funcionalidad en su vida diaria. Se trata de prevenir la fragmentación y dispersión en las atenciones que
se dan en un centro, ofreciendo a los/las profesionales especializadas, la oportunidad de poner en común y
acrecentar sus conocimientos con los puntos de vista de otros, elaborando conjuntamente pautas de actua-
ción que aprovechen las potencialidades de todos los profesionales implicados.
¿Cómo se debe aplicar? Para la consecución de los objetivos propuestos, se debe realizar la evaluación,
revisión y adaptación del plan de cuidados individualizado a la evolución de la propia persona.
¿Quién está implicado? Trabajadores del centro, el propio usuario (según sus posibilidades), familiares y
personal voluntario.
Elementos constitutivos:
De los datos identificativas de la persona usuaria, destacamos la inclusión de las valoraciones realizadas
desde los diferentes ámbitos de actuación por los profesionales intervinientes; los objetivos perseguidos en
cuanto a la mejora o mantenimiento de aspectos relacionados con el bienestar físico, psíquico o social del/
de la usuaria; y las actuaciones a realizar previstas para la consecución de los mismos, detalladas en áreas
de actuación específicas. El plan de cuidados individualizado se va conformando de forma paulatina a me-
dida que se desarrolla el proceso de atención a los/las usuarias, el cual tiene las siguientes fases:
1. Valoración
Valoración En esta fase juegan un papel fundamental la observación, la entrevista y la exploración física, ya
que van a permitir al profesional la recogida de información de datos subjetivos (expresados por el/la usua-
ria) y objetivos (observables y medibles por el profesional), que se ordenarán con la ayuda de instrumentos
para evaluar el nivel de dependencia para la realización de actividades de la vida diaria o para la valoración
de la dependencia funcional.
2. Diagnóstico
Una vez completada la fase de recogida de datos, éstos se deben agrupar para fundamentar el diagnóstico
según:
• Problemas. A través de etiquetas, como: alimentación, deglución, incontinencia, de úlceras por presión,
inmovilismo, caídas, estreñimiento, déficit de autocuidado, deterioro de la movilidad física, insomnio,
restricciones físicas o farmacológicas, hipertensión, frecuencia cardíaca, glucemia, temperatura, deterio-
ro cognitivo, etc.
• Signos y síntomas. Para establecer las características que apoyan la identificación de ese problema.
3. Planificación.
Se establecen los objetivos y se elabora el plan de cuidados en función de tres pasos fundamentales:
Se trata de poner en marcha las actividades del plan de cuidados con indicaciones sobre metodologías, res-
ponsabilidades y plazos establecidos por los profesionales según las problemáticas detectadas sobre las que
se intervendrá.
Esta fase va a permitir analizar el grado del cumplimiento de objetivos propuestos, la eficacia y calidad del
plan, a través de la reflexión sobre si “va bien el plan” o, por el contrario, nos hemos equivocado en la valo-
ración, en el diagnóstico o en la planificación.
En la valoración integral e interdisciplinar del/de la usuaria al ingreso intervienen los/las profesionales es-
pecializados de los que disponga el centro. Fundamentalmente, serán médicos/ as, trabajadores/as sociales,
fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, enfermeros/as y psicólogos/as. No obstante, el desarrollo del plan
de cuidados individualizado requiere la implicación de todos los/las profesionales del centro, pero con el
apoyo y supervisión especial de los profesionales del área de atenciones especializadas.
A modo de referencia, listamos los/las profesionales y otros colaboradores que pueden estar implicados:
• Médico/a.
• Médico Especialista (Geriatra, Rehabilitador...)
• Terapeuta ocupacional.
• Auxiliar de atención directa (Técnico/profesional en atención sociosanitaria)
• Trabajador/a social.
• Familiares y allegados.
• Psicólogo/a.
• Técnico/a en actividades socioculturales (TASOC).
• Otros titulados superiores.
• Gobernante/a.
• Enfermero/a (ATS-DUE) cuidador/a.
• Voluntarios/as.
• Fisioterapeuta.
La correcta cumplimentación de la Hoja de Incidencia resulta de gran importancia para asegurar la buena
transmisión a otros/as profesionales del centro de información importante referida a los/las residentes. Así,
en ella se recogerán datos relacionados con:
• La evolución y respuesta de los usuarios a las actividades planteadas en sus correspondientes planes de
cuidados individualizados.
• Diseño de la atención precoz a realizar por los servicios profesionales especializados, propios o exter-
nos.
¿Quién debe cumplimentarlas? Deberán ser cumplimentadas por el/la profesional que detecte o presencie
la incidencia; frecuentemente, será personal auxiliar de atención directa, de enfermería o de dirección, que
avalará la información y observaciones reseñadas con su identificación y firma, así como la fecha, hora y el
turno al que pertenece. Posteriormente, las Hojas de Incidencia deberán hacerse llegar al equipo interdisci-
plinar a fin de adoptar las medidas oportunas para la intervención o resolución.
¿Qué debe quedar claro en su redacción? Al redactarla se deberá dejar constancia clara del nombre de la
persona usuaria a la que se refiere, así como la habitación o lugar del incidente, del/de la profesional contac-
tado y una redacción breve pero clara de lo ocurrido y de las medidas adoptadas.
¿Dónde se ubican las Hojas de Incidencia? Las hojas suelen estar ubicadas, por lo general, en el control
de enfermería o de los/las auxiliares de atención directa. Puede ser un libro de tipo actas con páginas nume-
radas y selladas por el centro en el que se especifiquen los contenidos que es necesario completar; asimis-
mo, puede hacerse uso de un formato similar pero electrónico que permita el registro mediante ordenador.
¿Cómo se puede facilitar su uso? Se aconseja disponer de una serie de códigos de incidencias que ayuden
a clasificarlas para facilitar la toma de decisiones al respecto.
Utilización de la documentación sociosanitaria manejada en instituciones
El uso de la documentación manejada en estas instituciones está condicionada por lo establecido en la Ley
Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal que protege los datos de carácter personal que estén
recogidos en cualquier tipo de soporte y puedan ser usados con posterioridad. Para ello, garantiza el dere-
cho fundamental al honor y a la intimidad personal y familiar de cualquier usuario/a.
Las hojas de cumplimentación deben recabar sólo los datos que sean estrictamente necesarios y se almace-
narán de tal manera que se pueda acceder a ellos de forma independiente. Además, es obligatorio que el
centro o institución responsable del tratamiento de los datos informe siempre a los/las usuarias en el mo-
mento de la recogida de los mismos sobre sus derechos en relación a sus propios datos personales. Debe-
mos tener en cuenta que cuando haya que solicitar al usuario el consentimiento para la cesión de sus datos,
éste deberá ser informado de la finalidad a la que éstos se destinarán y el tipo de actividad que desarrolla el
cesionario; en caso de que no se le informe, el consentimiento será nulo.
El diseño de unos adecuados circuitos de información y comunicación internos entre profesionales del cen-
tro es clave para alcanzar y garantizar la calidad en las atenciones a las personas usuarias, evitando proble-
mas de coordinación, eficacia y eficiencia en el desempeño de las labores profesionales. Para ello, habrán
de preverse procesos fluidos de comunicación vertical, que se darán entre trabajadores de escalas superiores
y subordinados y viceversa (no sólo unidireccionales); y procesos de comunicación horizontal, que se reali-
zarán entre trabajadores con la misma responsabilidad o nivel.
Análisis detallado de las funciones que debe desarrollar el facultativo de urgencias de atención primaria. Enlace de descarga:
www.lasalud.com
Barrilero Abengózar, E. 2007.Terapia ocupacional en centros residenciales. Dossier. El terapeuta ocupacional en el ámbito de la intervención
social. Minusval. Núm. 165. Octubre/noviembre. Enlace de descarga: http://sid.usal.es/idocs/F8/8.2.1.2-139/165/165dossier.pdf
Código Deontológico de la Enfermería Española. Resolución nº 32/89, del Consejo General de Enfermería, por la que se aprueban las normas
deontológicas que ordenan el ejercicio de la profesión de Enfermería de España con carácter obligatorio. Sociedad Española de Enfermería
Intensiva y Unidades Coronarias (SEEIUC). Enlace de descarga: http://www.seeiuc.com/profesio/codigo.htm
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos Código Deontológico del Psicólogo. Enlace de descarga: http://www.cop.es/cop/
codigo.htm
Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social. Junta de Andalucía. Centros de día de personas mayores. Enlace de descarga: http://
www.juntadeandalucia.es/igualdadybienestarsocial/export/personas_mayores/html/ pagin a10.htm
Diccionario de la Lengua Española - Vigésima segunda edición. Ed. Real Academia Española (RAE). Enlace de descarga: http://www.rae.es/
rae.htm
Generalitat de Cataluña. Departamento de Bienestar Social. Evaluación externa de calidad de los centros del ICASS (Instituto Catalán de Asis-
tencia y Servicios Sociales). Recomendaciones para la elaboración de los planes de mejora continua de residencias asistidas para mayores.
Indicadores de evaluación de calidad. Enlace de descarga: www.inforesidencias.com
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, IMSERSO. Documentos de Política Social. Serie: Documentos Técnicos. Nº: 10. Centros de Día
para personas mayores dependientes. PARTE II: Programas de intervención. Enlace de descarga: www.imsersomayores.csic.es
Residencias tercera edad. Guía e información sobre residencias de la tercera edad. Enlace de descarga: http://www.residenciasterceraedad.info/
centros-de-dia-de-personas-mayores-junta