Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Si, como en el mito cristiano, Dios es una trinidad, su esencia, según lo que acabamos
de ver, es la belleza.
SEIS DE COPAS. Dos columnas de tres copas se yerguen frente a frente a cada lado
de un eje: es la realización del amor hacia uno mismo en el sentido más noble del
término, en la plenitud, la aceptación y el contacto interior con el amor divino. También
puede ser el encuentro del otro, la aparición en la realidad del alma gemela soñada en
el Dos de Copas, un ser que nos corresponde exactamente y con el cual, en la alegría
de la relación especular, uno descubre sentimientos como la estima, la fidelidad, el
placer y la sensualidad. Es un amor general que incluye el intelecto, el corazón y el
instinto. Los aspectos negativos de esta carta nos remiten a una pareja demasiado
egoísta, cortada del mundo. Evoca todos los aspectos del amor narcisista en general, el
retraimiento, el desprecio hacia los demás, la indulgencia excesiva hacia uno mismo.
Entre el Seis de Espadas y el Seis de Bastos, símbolos activos, uno intelectual y otro
sexual-creativo, también hay una diferencia.
SEIS DE ESPADAS. Este primer paso en la pura alegría se vive también en el intelecto:
el placer de pensar, la belleza de las ideas, el espíritu lúdico son aquí indicios de
desarrollo y de refinamiento mental. A uno le gusta lo que piensa y lo que dice. La
mente entra en lo positivo, conoce la fineza. Se descubre a sí misma en la soledad,
asumiendo su individualidad. La poesía tiene su origen en el Seis de Espadas; éste
permite también conocer a una persona con la cual uno pueda establecer un diálogo
enriquecedor. Visto desde fuera, será alguien reflexivo, de pensamientos originales. Las
connotaciones negativas de esta carta nos remiten al narcisismo intelectual, al
esteticismo exagerado, a un sentido de lo bello que no se pone en práctica, así como a
una falta de confianza en uno mismo.
SEIS DE BASTOS. Aquí, los Bastos llegan a su expresión esencial: el placer. Uno ha
cedido a la tentación o entra en éxtasis, en la voluptuosidad suprema, el gozo de crear.
La sexualidad y la creatividad se viven bien, uno es feliz de ser quien es, de hacer lo
que hace. Para un artista, es el momento en que se encuentra a sí mismo, halla su
propia expresión. Trabajar es una alegría. Para los artistas marciales o la gente que
trabaja con la energía, es la manifestación del Qi, la dimensión divina de la energía vital.
Los aspectos negativos de esta carta, como en todos los seises, remiten al exceso de
narcisismo: el artista repite constantemente la misma obra con autocomplacencia, uno
cae en el egocentrismo, la superficialidad, el narcisismo creativo o sexual. También
puede uno carecer de alegría, verse bloqueado por la negación del placer.
El Seis, pese a su excelencia, puede convertirse en una trampa narcisista, sobre todo
en las Copas y las Espadas. Nos gusta tanto lo que hacemos que tratamos
egoístamente de satisfacernos olvidando las necesidades del mundo que nos rodea...