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Ghnjy 7 JG
Ghnjy 7 JG
CARLOSALARCÓNCABRERA
Universidad de Sevílla
ii) un factor indicativo (el «frástico» dades apofánticas, entidades de las que se
de Hare), que describe la acción obliga- predica la verdad o la falsedad).
toria o prohibida, que es apofántico, y que Validez e invalidez podrían así sustituir
se puede aislar del factor estríctamente a la verdad y la falsedad como valores lógi-
imperativo y combinar con los factores cos para las normas. Validez e invalidez
indicativos de otros imperativos para for- que no pueden ser, para Ross, objetivas,
mar inferencias lógicas. ya que haría falta entonces constatar la
existencia de un procedimiento de verifi-
2.2. La lógica de las descripciones de cación de la norma, algo imposible si no
mandatos puede reformularse como «ló- queremos volver a acudir indirectamente
gica de la satisfacción», como lógica de al valor de la verdad a través de una ética
las aserciones sobre la satisfacción o cum- normativa científica impregnada de meta-
plimiento de las normas 8. física moral y religiosa 9.
Por ejemplo, si el enunciado deóntico: En sentido no objetivo, sino subjetivo,
«Está prohibido fumar en todos los centros (señala Ross en Imperatives and Logic) un
públicos» se convierte en el enunciado enunciado deóntico es válido «si está pre-
adeóntícc: «La norma exige de todos el sente en una persona un estado psicológico
comportamiento que se puede describir que lo determina». Parece entonces que
así; No se fuma en los centros públicos», la validez es definida ambiguamente como
o, simplificadamente, en el enunciado un concepto supuestamente semántico,
adeóntico: «No se fuma en los centros correspondiente a cada situación norma-
públicos», entonces, si es el caso que las tiva, que queda determinado por el estado
aulas universitarias son centros públicos, psicológico o voluntad del imperante;
podemos inferir el enunciado adeóntíco: pero, justamente por ello, Ross concluye
«No se fuma en las aulas universitarias», paradójicamente que las inferencias nor-
que resulta de la trasposición en términos mativas de la lógica de la validez son «pseu-
adeónticos del enunciado deóntico: «Está dológícas» porque presuponen <da auto-
prohibido fumar en las aulas universita- coherencia de la voluntad del imperan-
rias». te» 10.
2.3. No obstante, tanto la «lógica de 2.3.2. Veintisiete años después, en
las descripciones de mandatos» como la Directives andNorms, Ross afirma que «va-
«lógica de la satisfacción» eran inservibles lidez» no es un concepto psicológico, sino
para deducir normas (enunciados deéntí- metodológico, que expresa el modo en que
cos) de otras normas; se limitaban a posi- una norma es puesta, análogamente a
bilitar la deducción de descripciones sobre cómo una descripción es puesta como ver-
el cumplimiento de normas (enunciados dadera en el lenguaje descriptivo. Así
adeónticos) de otras descripciones sobre como las reglas de la lógica ordinaria no
el cumplimiento de normas. dependen de la capacidad psicológica de
los hombres para aceptar como verdaderas
2.3.1. El rechazo de la lógica de las proposiciones contradictorias, sino que son
descripciones de mandatos y de la lógica condiciones que deben cumplirse para
de la sarisfación como alternativas para poder describir el mundo distinguiendo lo
solucionar el dilema de Jergensen condujo verdadero de lo falso, las reglas de la lógica
a Ross hacia una «lógica de la validez», normativa son también condiciones de
basada en no aceptar la tesis metalógica regulación del comportamiento humano a
en la que el dilema se apoyaba (la tesis través del lenguaje prescriptivo, al margen
según la cual la lógica sólo relaciona enti- de consideraciones psicológicas 11.
traducido del danés hasta ahora. Es por 1.1. La tesis de Henri Poincaré
ello que considero importante darlo a
conocer en su versión española. En el libro El nihilismo ético de nuestro
La traducción española Imperativos y tiempo, K. Grue-Sorensen discute (entre
lógica [«Imperativer og Logik», Theoria, otras) la objeción previa de Henri Poincaré
núm. 4 (1938), pp. 183-1901 es obra de (Henri Poincaré, Demiéres pensées, 1923)
Erling Strudsholm, Amedco G. Cantc y contra la posibilidad 'de una fundación
Carlos Alarcón Cabrera. científica de la moral.
Esta objeción es así formulada:
Si las dos premisas de un silogismo son
indicativas, entonces la conclusión será
IMPERATIVOS y LÓGICA indicativa.
Jergen Jergensen Para que la conclusión sea imperativa
es necesario que sea imperativa alguna de
1. EL MOTrvO DEL PRESENTE ENSAYO las dos premisas.
«IMPERATIVOS y LÓGICA,> Pero los principios de la ciencia, los pos-
tulados de la geometría, pueden ser sola-
1.0. introducción mente indicativos, del mismo modo que
las verdades experimentales tienen forma
indicativa, y la hase de las ciencias no es
1.0.1. Al inicio de 1936, un grupo de edi- (y no puede ser) más que indicativa.
toriales nórdicas han anunciado un con- y el dialéctico más sutil puede jugar
curso para premiar la mejor respuesta a como un prestidigitador con estos princi-
la siguiente pregunta: «¿Es hoy en día posi- pios, combinándolos y construyéndolos a
bleestablecer una moral objetiva? De ser placer: todo lo que obtendrá de ellos será
así, ¿sobre qué cosa puede fundarse una indicativo.
moral objetíva?». No llegará nunca a un enunciado impe-
Acaban de ser publicadas algunas de las rativo de la forma «Haz esto» o de la forma
respuestas recibidas, y en consecuencia el «No hagas (omite) esto»; esto es, no lle-
problema de la posibilidad de una moral gará nunca a un enunciado que confirme
«objetivamente» fundada vuelve a ser o contradiga la moral.
actual.
Aprovechando esta circunstancia pre-
sento los siguientes comentarios, que 1.2. La tesis de K. Grue-Sorensen
(pienso) son en principio relevantes para
una discusión fecunda sobre esta cuestión. Contra esta objeción de Henri Poincaré
1.0.2. Mi punto de partida es una de (que niega la posibilidad de una fundación
científica de la moral), K. Gruc-Sorcnsen
las respuestas premiadas por el concurso
argumenta así:
al que me he referido: la respuesta de
K. Grue-Sorensen, La respuesta de «De acuerdo con el planteamiento de Poin-
K. Grue-Sorensen se ha publicado (en sue- caré, se ve fácilmente qué condición debe ser
co) en el libro Val' tids moralnihilism: Om satisfecha para que un enunciado imperativo
mojligheten af en objektiv moral (El nihi- pueda ser demostrado.
Esta condición de satisfacíbilidad de un enun-
lismo ético de nuestro tiempo. Sobre la posi- ciado imperativo coincide con la condición que
bilidad de una moral objetiva), Stockholm, debe ser satisfecha para que un enunciado indi-
Natur och Kultur, 1937. cativo sea demostrable: la presencia de al menos
una premisa con la misma forma que la con- Grue-Sorensen, Probablemente, mi tesis
clusión. contiene un rechazo previo de todo intento
El propio Poincaré lo dice claramente. Una de fundación «objetiva» (por «objetivo..)
demostración parte de determinados presupues-
entiendo «lógicamente accesible}..) de cual-
tos, de determinadas premisas, y los primeros
presupuestos, las primeras premisas, no son res-
quier imperativo (<<moral» o no moral).
pecto a las tesis susceptibles de demostración.
En ningún campo (ni en la matemática, ni
en las ciencias, ni en jurisprudencia, ni en teo- 2.2. Fundación de la tesis
logía) una demostración es posible sin una pre-
misa que valga sin una demostración.
2.2.1. Apofanticidad como condición
Si las premisas primeras son indicativas (por
ejemplo, los axiomas de la matemática, o los
necesaria para que exista relación de con-
hechos y los principios primeros de la física), secuencia lógica (implicitación) entre enun-
entonces serán indicativos todos los enunciados ciados.
derivados y será indicativo todo el edificio de
2.2.1.1. De acuerdo con todos los
la teoría.
Si, por el contrario, las premisas primeras
libros de lógica, las inferencias lógicas son
son no indicativas, sino imperativas, entonces demostraciones o pruebas del hecho de
pasará a ser imperativo todo el sistema de la que la conclusión en una inferencia tiene
teoría. el mismo valor lógico de las premisas, y
Pero nada impide extraer conclusiones en (si se prescinde de determinadas conside-
forma imperativa con la misma precisión con raciones de lógica modal y de determina-
la que se extraen conclusiones en forma indi- das teorías formales recientes conectadas
cativa, y es posible demostrar una exigencia con ellas) el valor lógico privilegiado es
moral del mismo modo que se demuestra un el valor «verdad» o «validez>..; así pues, las
enuncíado de las ciencias exactas.»
inferencias son consideradas demostracio-
nes o pruebas del hecho de que la con-
clusión es verdadera como las premisas.
2. LA TESIS DE lA IMPOSlI3lLIDAD La conclusión se sigue lógicamente de
DE OLE LOS IMPERATIVOS FORMEN PARTE las premisas (o sea, es consecuencia lógica
DE INFERENCIAS LÓGICAS de las premisas) si, y sólo si, está excluido
que las premisas puedan ser verdaderas
2.1. Enunciación de la tesis y la conclusión falsa (en otros términos:
si, y sólo si, está excluida la posibilidad
2.1.1. Opongo la siguiente objeción a la de que las premisas sean verdaderas y la
objeción hecha por Grue-Sorensen a Poin- conclusión sea falsa).
caré (<<nada impide extraer conclusiones 2.2.1.2. Es en este sentido cómo con-
en forma imperativa con la misma pre- sideraré las inferencias lógicas en lo que
cisión con la que se extraen conclusiones sigue a continuación en el presente ensayo
en forma indicativa}..): Imperativer 015 Logik,
De ningún modo es posible extraer con-
2.2.2. Anapofanticidad (no-apofantici-
clusiones en forma imperativa: no es posi-
dad) de los enunciados imperativos; con-
ble porque los imperativos no pueden
entrar, ni como premisas ni como conclu- siguienteimposibilidadde que entre los (ana-
pofánticos) enunciados imperativos medien
sión, en ninguna inferencia lógica (bien sea
silogística, bien sea no silogística).
relaciones de consecuencia lógica {impli-
citación).
2.1.2. Mi tesis (imposibilidad de
extraer conclusiones en forma imperativa) 2.2.2.1. Pero de lo anterior se sigue
contradice tanto a Poincaré como a que es esencial para una inferencia lógica
mativamente) significa: «Se te hace la exi- 2.3.3. Distinción entre tres tipos de
gencia de cerrar la puerta», O también: enunciado.
«Estás en la situación de deber cerrar la
i) Primero: Enunciados indicativos
puerta»,
que narran que está presente un mandato
2.3.2.2. Enunciados como «Se te hace
o una exigencia dirigidos a alguien (una
la exigencia de cerrar la puerta» o «Estás o más personas), o, respectivamente, que
en la situación de deber cerrar la puerta» alguien se encuentra en una situación tal
no expresan un mandato, sino que sola- que está presente un mandato o una exi-
mente narran o describen que está pre- gencia que se refiere a él.
sente un mandato o una exigencia dirigidos ií) Segundo: Enunciados imperativos
a la persona a la que se habla. que no narran nada, pero que expresan
una orden o un mandato.
2.3.2.2.1. Todo esto se ve clarísima-
iii) Tercero: Enunciados que son
mente cuando el sujeto se pone en tercera
ambiguos, en el sentido de que (según los
persona (del singular o del plural: «él»,
casos) se refieren a i) o a ii).
«ellos»): «Él debe cerrar la puerta», «Ellos
deben cerrar la puerta». Examinamos, por orden, estos tres tipos
Estos enunciados (con el sujeto en ter- de enunciado.
cera persona) en términos de «debe» pue-
2.3.3.1. Por lo que se refiere al pri-
den ser verdaderos o falsos, según esté o
mero de los tres tipos de enunciados, es
no presente la exigencia.
evidente que pueden tener un valor lógico
2.3.2.2.2. Lo que vale para los enun-
(verdad o falsedad), y por ello pueden
ciados en términos de «debe» con el sujeto
entrar como premisas o como conclusiones
en tercera persona (<<él», «ellos») también
en inferencias lógicas.
vale para los enunciados en términos de 2.3.3.2. Por lo que se refiere al segun-
«debe» con el sujeto en primera persona do de los tres tipos de enunciados, es por
«'Yo») Y en segunda persona (<<tú»); es el contrario evidente que no pueden tener
decir, para los correspondientes enuncia- un valor lógico. No son ni verdaderos ni
dos que se obtengan poniendo el sujeto falsos, ya que no narran nada con 10 que
en primera persona (<<Yo debo cerrar la puedan estar en correspondencia o en
puerta») o en segunda persona ("Tú debes no-correspondencia (no describen nada
cerrar la puerta»), con lo que puedan concordar o no con-
Probablemente, estos enunciados en cordar).
términos de «debe» se suelen considerar Los enunciados imperativos que expre-
unos enunciados imperativos porque los san una orden o un mandato son meras
pronombres personales de la primera per- señales como «Calla», «iAtentos!», «¡Des-
sona (<<yo») y de la segunda persona (<<tú») cansenl», «¡Marchen!».
se suelen considerar nombres propios, o Son meras señales (eventualmente sus-
son usados como nombres propios, con la tituibles con un simple gesto) que se usan
consecuencia de que Jos enunciados en para provocar determinadas acciones en
cuestión pueden considerarse enunciados indi....riduos convenientemente adiestrados.
imperativos, esto es, equivalentes a enun- Con frecuencia, estos enunciados fun-
ciados como «Hans, cierra la puerta». cionan de modo puramente sugestivo,
Pero en tales casos estos enunciados en pero, en todos los casos, la relación que
términos de «deber» equivalen, en reali- media entre ellos y la acción que el autor
dad, a enunciados imperativos, y como del mandato quiere provocar en el des-
tales se formulan correctamente. tinatario del mandato difiere de la relación
una especie de lógic-a de algún otro género no discuto en este contexto, ya que ese
(concretamente, una especie de «sintaxis tipo de lógica no lo toma en consideración
de los ímperatlvos») es otra cuestión que ni H. Poincaré ni K. Grue-Sorensen,
NOTAS
I Jergen Jergenscn, «Imperativer og Logik», Theo- 11 Alf Ross, Directives and Norms, London, Rout-
ria, núm. 4 (1938),pp. 183-190. ledge & Kegan Paul, 1968 (traducción castellana de
, Alf Ross, «Imperativos and Logic» , Theoria, José Hierro Sánchez-Pescador, Logica de las normas,
núm. 7 (1941), pp, 53-71. Madrid, Tecnos, 1971).
, Cfr. Amedeo G. Conté, «Filosofía de la validez " Hans Kelsen, «Recht und Logik», Forum, núm. 12
deóntíca: una ecuación de tres incógnitas", Theoria, (1%5), pp. 421-425 Y 495-500 (traducción castellana
núm. 24, traducción castellana de Carlos Alarcón de Juan Carlos Gardella, «Derecho y lógica», en Hans
Cabrera y Fernando H. Llano Alonso, San Sebastián, Kclsen/Ulrich Klug, Normas juridicas y análisislógico,
1995, pp, 17-43. Estudio preliminar de Eugenio Bulygin, Madrid, Cen-
• AJf Ross, «Imperatives and Logic», cit. tro de Estudios Constitucionales, 1988, pp. 92-120).
5 ¡bid.
En sentido similar Hans Kclsen, «Nochmals: Recht
« Jergcn Jergcnscn, «Impcrativcs and Logíc»,
und Logik», Neues Forum, núm. 14 (1967), pp. 39-40;
Erkenntnis; núm. 7 (1937-1938), pp, 21\8-296. Hans Kelsen, Aligemeine Thcorie der Normen, Wien,
7 Richard M. Hare, The Languageof Morals, Lon-
Manz, 1979. Cfr. Carlos Alarcón Cabrera, «El último
don, University Press, 1952.
Kelsen ante el dilema de Jergensen», en Carlos Alar-
s La posibilidad de reconstruir una lógica de las
eón Cabrera, Normas y paradojas, Madrid, Tecnos,
aserciones sobre la satisfacción de normas en base a
pp. 87-114_
una lógica de descripciones de normas no presupone
11 Amedeo G. Cante, «Deontica aristotelica», Rivis-
la identidad de ambas lógicas. Como apunta Lorenzo
Peña, las reglas de la «lógica del cumplimiento de las la intcmazionale di filosofia del diritto, núm. 69 (1992),
normas» (en sus propias palabras, «la lógica de los pp. 178-252 (véansc pp. 227-234}. Cfr. Amedeo G. Can-
estados de cosas en que consiste el cumplimiento o te, «Aspctti dclla semántica del linguaggio deontko»,
incumplimiento de las normas») no son las mismas en Giuliano di Bernardo, Logica deontica e semantica,
que las reglas de la «lógica del contenido de las nor- Bologna, II Mulino, pp. 147·175.
mas». No analizaré aquí las importantes consecuencias ,. Ingemar Hedenius, Oro rdtt och moral, Stock-
metaétícas de esta distinción. holm, Tidens fórlag Stockholm, 1941.
q Alf Ross, «Imperativos and Logic», cit. 15 Amedeo G. Cante, «Deontica aristotelica», cit.,
10 ¡bid. pp. 228-234.