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y Salud
El sistema de defensa
El
sistema
lo
conforman
una
serie
de
órganos
linfoides
(Sistema
Linfático)
y
una
red
compleja
y
vital
de
células.
Cada
órgano
linfoide
y
cada
célula,
desempeñan
un
papel
en
la
producción
y
activación
de
los
de
enfermería
al
realizar
técnicas
para
obtener
una
muestra
de
un
sitio
con
flora
son
diferentes
a
las
de
los
sectores
que
no
la
tienen.
Por
ejemplo,
el
aislar
un
germen
del
líquido
cefalorraquídeo,
hay
que
tomar
precauciones
para
no
contaminar
la
muestra;
en
cambio,
en
un
exudado
faríngeo
se
aíslan
diversos
microorganismos,
por
ello
el
uso
de
medios
de
aislamiento
que
inhiben
el
crecimiento
de
los
que
se
encuentran
habitualmente.
(ver
cuadro
2)
Por
otro
lado,
cada
sector
del
organismo
está
constituido
por
microorganismos
que
siempre
están
presentes,
lo
que
constituye
la
microbiota
basal.
Por
ejemplo:
Staphylococcus
epidermidis
en
la
piel
o
Escherichia
coli
en
el
intestino.
En
cambio,
la
microbiota
transitoria
es
variable
de
un
ser
humano
a
otro
y
está
compuesta
por
gérmenes
que
colonizan
en
forma
intermitente
una
determinada
zona
y
puede
incluir
microorganismos
potencialmente
patógenos
para
el
propio
individuo
u
otras
personas
que
estén
en
contacto
con
él.
Cuadro
2.
Características
de
la
Microbiota
Normal
en
el
organismo
Aparato
digestivo
El
tubo
digestivo
aloja
un
gran
número
de
bacterias
que
contribuyen
a
la
síntesis
de
vitaminas
K
y
vitaminas
del
complejo
B
y
bacteriocinas.
Además
compite
con
los
microorganismos
patógenos
por
un
espacio
y
nutrimentos.
Vagina
La
composición
de
la
microbiota
es
dependiente
del
contenido
de
estrógenos.
El
estímulo
hormonal
determina
la
proliferación
de
las
células
epiteliales
que
aumentan
su
contenido
de
glucógeno,
utilizado
por
los
Lactobacillus
spp,
los
cuales
como
producto
final
del
metabolismo
liberan
ácido
láctico,
lo
que
disminuye
el
pH,
esta
acidez
inhibe
la
proliferación
de
muchas
bacterias.
Aparato
urinario
La
orina
contribuye
a
mantener
la
vía
urinaria
libre
de
gérmenes,
debido
al
arrastre,
al
pH
ácido
y
a
su
elevada
osmolaridad
,
por
ello,
salvo
la
uretra
anterior,
el
aparato
urinario
es
estéril.
El
sector
anterior
de
la
uretra
se
coloniza
con
gérmenes
que
provienen
del
perineo.
Esas
bacterias
son
eliminadas
al
comenzar
la
micción,
es
por
eso
que
para
obtener
una
muestra
para
urocultivo
se
utiliza
la
técnica
por
chorro
medio,
lo
que
evita
la
presencia
de
contaminantes.
Aparato
respiratorio
El
aparato
respiratorio
se
divide
anatómicamente
en
dos
sectores:
alto
y
bajo.
Solo
el
árbol
respiratorio
alto
(fosas
nasales
y
faringe)
presenta
microbiota
normal;
los
senos
paranasales,
oído
medio,
tráquea,
bronquios
pulmonares
y
pleura
son
estériles.
Piel
La
piel
humana
es
un
amplio
y
heterogéneo
territorio
que,
de
acuerdo
al
área,
varía
notablemente.
La
composición
de
la
microbiota,
en
sus
aspectos
cualitativos
y
cuantitativos,
depende
de
factores
climáticos,
edad
e
higiene
en
general.
En
el
personal
hospitalario,
la
microbiota
transitoria
juega
un
papel
muy
importante
ya
que
puede
estar
compuesta
por
microorganismos
que
potencialmente
pueden
causar
enfermedad
a
los
pacientes,
por
ello,
el
lavado
de
manos
es
la
medida
profiláctica
más
importante.
Conjuntiva
En
condiciones
normales,
no
hay
una
interacción
estable
entre
esta
mucosa
conjuntival
y
los
microorganismos,
por
lo
que
la
conjuntiva
es
un
área
que
carece
de
una
microbiota
normal.
El
saco
conjuntival
puede
contener
cierta
cantidad
de
microorganismos
que
proceden
de
la
piel
circundante
o
del
contacto
mano-‐ojo.
Cuando
esto
sucede,
la
secreción
lacrimal
efectúa
un
continuo
barrido
de
las
partículas
que
se
depositan
en
la
conjuntiva.
Esta
secreción
es
rica
en
lizosima,
enzima
que
destruye
bacterias,
en
especial
Gram
positivas.
El
parpadeo,
las
pestañas
y
las
cejas
también
contribuyen
a
evitar
el
ingreso
de
partículas
al
saco
conjuntival.
Elaborado
por:
Ma.
del
Carmen
Servín
R.
ENEO-‐UNAM,
2012
¿Por
qué
es
importante
la
microbiota
normal?
La
microbiota
normal,
es
uno
de
los
mecanismos
de
defensa
del
huésped
que,
por
medio
efector
directos
e
indirectos,
contribuye
al
desarrollo
de
la
respuesta
inmunológica,
al
evitar
la
colonización
de
la
piel
o
las
mucosas
compitiendo
con
los
microorganismos
patógenos
y
para
iniciar
el
proceso,
deben
iniciar
colonizando
los
epitelios
y
compitiendo
con
la
microbiota
normal
por
factores
como
receptores
celulares
y
nutrimentos.
(ver
cuadro
3)
¿Cuáles
son
las
células
sanguíneas
del
sistema
inmune
y
cuál
es
la
función
de
cada
una
de
ellas?
Diferentes
poblaciones
celulares
participan
en
la
respuesta
inmune,
las
cuales
se
conocen
células
inmunocompetentes.
Estas
células
son
leucocitos
los
cuales
la
mayoría
circulan
por
la
sangre
y
la
linfa
y
otros
se
localizan
en
todo
el
cuerpo:
piel,
mucosas,
órganos
linfoides,
etc.
Esto
hace
posible
la
interacción
con
los
antígenos
o
células
extrañas,
aspectos
necesarios
para
el
desarrollo
de
una
respuesta
inmune
adecuada
tantos
natural
como
adquirida.
Los
leucocitos
son
un
conjunto
heterogéneo
de
células
de
las
que
forman
parte
los
granulocitos:
neutrófilos,
basófilos,
eosinófilos
y
los
agranulocitos:
linfocitos
y
monocitos
además
de
otras
como
las
células
dendríticas
y
células
asesinas
(NK).
Todas
estas
células
se
diferencian
de
las
células
madre
pluripotente
de
la
médula
ósea.
Este
proceso
conocido
como
hematopoyesis
da
lugar
a
la
formación
de
todas
las
células
sanguíneas,
tanto
leucocitarias
como
no
leucocitarias
(eritrocitos
y
plaquetas).
(ver
imagen
4)
¿Cuáles
son
las
principales
características
y
las
funciones
de
los
neutrófilos?
Estas
células
pertenecen
al
grupo
de
leucocitos
polimorfonucleares,
tienen
una
vida
media
de
menos
de
48
horas
por
lo
que
están
en
continua
renovación.
Son
células
de
gran
tamaño
cuya
característica
más
llamativa
es
la
segmentación
del
núcleo
en
varios
lóbulos
y
la
gran
cantidad
de
gránulos
en
su
citoplasma
con
enzimas
líticas
para
destruir
microorganismos.
Su
función
principal
es
destruir
patógenos
por
medio
de
la
fagocitosis
(hasta
20
bacterias).
En
la
sangre
se
encuentran
de
tránsito
hacia
los
tejidos
donde
ejercen
su
función
prioritaria
y
representan
entre
el
40-‐70%
de
todos
los
leucocitos
en
sangre.
(ver
imagen
5
y
6)
¿Cuáles
son
las
principales
características
y
las
funciones
de
los
eosinófilos?
Son
polimorfonucleares
con
una
función
fagocitaria
muy
reducida
pero
con
una
gran
cantidad
de
gránulos
de
histamina
y
están
recubiertos
de
IgE
e
IgG.
Tienen
la
propiedad
de
unirse
a
parásitos,
por
lo
que
cuando
se
desgranulan
vierten
al
exterior
la
histamina
produciendo
una
fuerte
respuesta
inflamatoria
que
puede
dañar
la
membrana
de
los
parásitos.
Represen
del
0-‐7%
de
los
leucocitos
en
la
sangre.
(ver
imagen
5
y
6)
¿Cuáles
son
las
principales
características
y
las
funciones
de
los
basófilos
y
mastocitos?
Basófilos
y
mastocitos.
Los
basófilos
son
polimorfonucleras
circulantes
mientras
que
los
mastocitos
esencialmente
se
encuentran
en
los
tejidos.
Desempeñan
un
papel
clave
en
el
proceso
inflamatorio
ya
que
sus
gránulos
contienen
sustancias
vasoactivas
como
histamina
y
serotonina.
Ambos
tipos
celulares
poseen
receptores
para
el
extremo
Fc
de
las
inmunoglobulinas
y
participan
en
la
hipersensibilidad
inmediata,
liberando
cuando
son
estimulados,
histamina
y
otros
inmunomediadores.
(ver
imagen5
y
6)
¿Cuáles
son
las
principales
características
y
las
funciones
de
los
monocitos
y
los
macrófagos?
Los
monocitos
son
células
grandes
con
un
solo
núcleo,
con
vida
media
de
varios
meses,
contienen
gran
cantidad
de
lisosomas
ricos
en
enzimas
entre
las
que
destacan
proteasas,
peroxidasas
y
lipasas.
Estas
células
tienen
la
capacidad
de
adherirse
a
los
tejidos
y
moverse
sobre
los
mismos
(quimiotaxis.
Cuando
los
monocitos
salen
de
la
circulación
e
ingresan
a
los
tejidos,
sufren
cambios
morfológicos
y
entonces
se
diferencian
como
macrófagos,
los
cuales
reciben
el
nombre
de
acuerdo
al
órgano
donde
se
ubican.
(ver
cuadro
2)
La
función
principal
de
estas
células
es
fagocitar
todos
lo
extraño
al
organismo,
como
bacterias,
virus,
hongos,
protozoarios,
polimorfonucleares
muertos
o
sustancias
de
desecho
de
los
tejidos.
Un
macrófago
puede
fagocitar
hasta
200
bacterias.
También
son
importantes
en
la
presentación
de
antígenos
y
en
la
producción
de
citocinas
proinflamatorias
TNF-‐a,
IL-‐1
e
IL-‐6.
¿Cuáles
son
las
principales
características
y
las
funciones
de
los
linfocitos?
Los
linfocitos
son
células
con
un
núcleo
voluminoso
que
desde
su
origen,
las
células
madre
progenitoras,
sufren
un
proceso
muy
complejo
de
maduración.
En
humanos,
los
linfocitos
B
maduran
en
la
médula
ósea
y
en
el
timo
los
linfocitos
T.
(ver
cuadro
4)
activándose,
capturando
y
presentando
antígenos.
Las
CD
regulan
los
mecanismos
involucrados
tanto
en
la
respuesta
innata
como
en
la
adquirida,
por
lo
que
son
de
interés
debido
a
su
papel
clave
en
las
respuestas
anti-‐cáncer
y
anti-‐virus,
de
ahí
su
uso
potencial
en
el
desarrollo
de
vacunas,
así
como,
por
su
participación
en
los
mecanismos
tanto
de
tolerancia
inmunológica
como
en
el
desarrollo
de
enfermedades
por
autoinmunidad.
¿Cómo
responde
el
sistema
linfático?
Si
un
microorganismo
logra
atravesar
la
piel
y
las
mucosas,
las
cuales
son
las
primeras
barreras
de
defensa,
y
continuar
hasta
llegar
a
la
circulación
sanguínea
o
linfática,
antes
de
alcanzar
un
tejido
u
órgano
y
causar
daño,
el
organismo
cuenta
con
una
segunda
barrera
de
defensa,
el
sistema
linfático,
el
cual
es
un
tejido
conjuntivo
especializado
linfoide
que
se
localiza
en
diferentes
sitios
anatómicos,
como
son
los
nódulos
y
ganglios
linfáticos,
bazo,
timo
y
médula
ósea,
cuya
función
es
actuar
como
una
muralla
impidiendo
el
paso,
la
proliferación
y
diseminación
de
microorganismos
o
células
tumorales.
(ver
imagen
1)
Las
principales
funciones
del
Sistema
linfático
son:
• Drenaje
de
exceso
de
líquido
intersticial
• Retorno
de
proteínas
a
la
circulación.
Lo
que
evita
el
aumento
de
la
presión
coloidosmótica
y
por
lo
tanto
la
disminución
del
volumen
sanguíneo
• Filtración
de
linfa,
que
regresa
de
los
tejidos
antes
de
que
pase
a
la
circulación
• Transporte
de
lípidos
y
vitaminas
liposolubles
• Generación
de
la
respuesta
inmune
A
través
de
los
vasos
linfáticos,
que
son
un
conjunto
de
vasos
de
calibre
muy
pequeño
separados
de
los
vasos
sanguíneos
y
se
vacían
a
la
circulación
sanguínea
a
nivel
de
la
vena
yugular
interna
y
subclavia:
circula
la
linfa
en
una
sola
dirección;
fluyen
líquidos
de
los
espacios
tisulares
a
la
circulación
y
gracias
a
su
permeabilidad,
se
transportan
partículas
grandes
como
las
lipoproteínas.
¿Por
qué
es
importante
la
respuesta
inflamatoria?
La
respuesta
inflamatoria
es
importante
por
ser
una
reacción
local
del
tejido
vascularizado
frente
al
ataque
de
un
agente
capaz
de
provoca
un
daño
tisular.
Comprende
ajustes
fisiológicos
y
anatómicos
en
los
que
participan:
vasos
sanguíneos,
plasma,
líquido
intercelular,
células
sanguíneas,
sustancias
químicas
y
tejido
epitelial
y
conectivo
adyacente.
Su
misión
es
localizar
y
eliminar
o
en
su
defecto
aislar
al
agente
y
tejido
dañado,
evitando
su
diseminación,
permitiendo
la
recuperación
de
la
zona,
por
mecanismos
regenerativos
o
cicatrizantes.
Sin
embargo,
en
algunos
casos
se
prolonga
en
forma
exagerada
y
causa
daño.
La
inflamación
puede
desencadenarse
por
cualquier
lesión
tisular
(ver
cuadro
6)
Cuadro
6.
Desencadenantes
de
la
inflamación
Agentes
Ejemplos
Físicos
Calor,
frio,
radiaciones,
cuerpos
extraños
y
traumatismos
Químicos
Ácidos,
álcalis,
venenos
y
toxinas
Biológicos
Unicelulares
Bacterias,
virus,
hongos
y
protozoarios
Pluricelulares
Helmintos
y
plantas
Inmunológicos
Reacciones
anafilácticas
,
hipersensibilidad,
autoinmunidad
Elaborado
por:
Ma.
del
Carmen
Servín
R.
ENEO
La
inflamación
(del
latín
inflammatio:
encender,
hacer
fuego)
puede
ser
aguda
o
crónica.
Inflamación
aguda.
Independientemente
de
su
origen,
se
caracteriza
por
cambios
vasculares
y
exudativos.
Al
producirse
daño
tisular,
este
va
seguido
de
los
signos
fundamentales
de
la
inflamación:
rubor,
calor,
tumor
(hinchazón)
y
dolor.
(ver
imagen
9)
Los
mediadores
de
la
inflamación,
liberados
inmediatamente
por
mastocitos
y
basofilos
y
que
alcanzan
su
actividad
máxima
en
15
minutos,
reciben
el
nombre
de
“mediadores
primarios”
de
la
inflamación
y
son:
la
histamina,
heparina
y
el
factor
de
necrosis
tumoral
(TNF).
Los
mediadores
liberados
horas
más
tarde,
después
de
la
desgranulación
de
las
células
cebadas
y
que
alcanzan
su
actividad
máxima
en
seis
horas,
se
conocen
como
“mediadores
secundarios”
son
principalmente:
el
factor
activador
de
plaquetas,
la
prostaglandina
D2
y
la
interleucina
4
(IL4).
Las
células
cebadas
o
mastocitos,
basofilos
y
plaquetas,
contiene
una
gran
cantidad
de
histamina,
un
potente
vasodilatador
que
aumenta
la
permeabilidad
capilar
y
contrae
músculo
liso.
Esta
sustancia
es
quimiotactica
para
neutrófilos
y
eosinófilos
y
la
responsable
de
la
broncoconstricción
y
aumento
de
moco
y
de
la
diarrea,
vómito
e
hiperperistaltismo
en
las
reacciones
alérgicas
del
aparato
respiratorio
y
digestivo
respectivamente.
En
resumen,
los
factores
liberados
por
los
mastocitos
o
los
microorganismos,
son
quimiotácticos
para
que
una
hora
después
del
inicio
el
proceso
inflamatorio,
los
neutrofilos
sea
los
primeros
en
llegar
al
área
lesionada.
Esto
lo
logran,
primero
adhiriéndose
al
endotelio
de
los
vasos
sanguíneos
para
poder
atravesarlos
y
llegar
al
área
lesionada.
El
objetivo
es
destruir
al
agente
invasor
por
medio
de
la
fagocitosis.
Más
tarde,
llegan
los
macrófagos,
cuya
capacidad
de
fagocitar
es
mucho
mayor
debido
a
su
tamaño
lo
suficientemente
grande
para
fagocitar
tejido
necrótico,
neutrófilos
muertos
y
microorganismos
invasores.
ante
un
segundo
contacto,
se
responde
de
una
manera
más
rápida
con
una
mayor
producción
de
anticuerpos
y
Linfocitos
T
específicos.
Inmunidad
humoral
¿Qué
son
los
antígenos?
Los
antígenos
se
han
definido
“como
sustancias
extrañas
al
organismo;
pueden
ser
proteínas,
polisacáridos
o
ácidos
nucleicos
de
alto
peso
molecular”
1,
capaces
de
unirse
específicamente
a
un
anticuerpo.
En
la
naturaleza
existe
una
gran
variedad
de
moléculas
complejas
antigénicas,
capaces
de
generar
una
respuesta
inmune
por
lo
que
también
se
denominan
inmunógenos.
Algunas
moléculas
de
bajo
peso
molecular,
llamados
haptenos
pueden
generar
respuestas
inmunes
cuando
se
unen
a
macromoléculas
complejas.
Desde
el
punto
de
vista
de
su
antigenicidad,
los
microorganismos
y
otras
estructuras
complejas
presentes
en
el
medio
ambiente,
son
antígenos
como:
a) Componentes
de
membranas
celulares,
cilios,
flagelos
y
organelos.
b) Sustancias
producidas
por
células
como
toxinas
(endotoxinas
y
exotoxinas)
c) Epítopos
o
determinantes
antigénicos.
Zonas
concretas
de
macromoléculas
de
diversa
naturaleza
química,
que
estimulan
la
producción
de
anticuerpos
específicos
d) Componentes
de
plantas
y
animales
(xenoantígenos)
o
de
un
ser
humano
genéticamente
diferente(aloantígenos)o
del
mismo
individuo
(autoantígenos)
¿Cuál
es
la
importancia
de
las
inmunoglobulinas
o
anticuerpos?
Las
inmunoglobulinas
(Ig)
son
muy
importantes
en
la
defensa
del
organismo
ya
que
tienen
la
capacidad
de
identificar
y
neutralizar
antígenos
extraños,
de
ahí
que
históricamente
recibieran
el
nombre
de
anticuerpos,
por
su
función
de
distinguir
lo
“extraño”
de
lo
“propio”.
Son
las
principales
responsables
de
la
respuesta
inmune
humoral
y
su
correcto
funcionamiento
es
esencial
para
la
defensa
del
organismo.
Son
gluoproteínas
producidas
por
los
linfocitos
B,
después
de
ser
activados
a
células
plasmáticas
y
se
pueden
encontrar
de
dos
formas:
• Solubles
en
líquidos
biológicos,
donde
actúan
neutralizando
y
colaborando
en
la
destrucción
de
los
antígenos.
• Unidas
a
la
membrana
de
los
linfocitos
B
que
las
producen,
donde
actúan
como
receptores
de
los
mismos.
Hasta
ahora
de
conocen
cinco
tipos
de
inmunoglobulinas:IgM.
IgG,
IgA,
IgE
e
IgD,
cada
una
de
ellas
con
características
particulares
(ver
cuadro
7)
Unidos
a
basofilos
y
mastocitos,
en
la
piel
Se
une
al
alérgeno
(Inmunoglobulina
de
la
alergia)
y
los
tejidos
que
Induce
la
desgranulación
de
basófilos
y
células
IgE
revisten
los
tractos
cebadas
gastrointestinal
y
Facilita
la
expulsión
mecánica
de
parásitos
respiratorio
¿Cuál
es
el
mecanismo
de
acción
de
los
anticuerpos?
Cada
anticuerpo
es
específico
para
un
antígeno
particular.
De
forma
que
cuando
el
epítopo
del
antígeno
se
une
al
punto
de
combinación
del
anticuerpo
se
forma
un
complejo
y
una
vez
formado,
se
desencadena
una
serie
de
reacciones
en
las
que
los
anticuerpos
pueden
actuar
de
tres
maneras:
1. Ataque
directo
al
invasor.
Por
la
naturaleza
bivalente
de
los
Ac
y
los
sitios
antigénicos
múltiples
de
los
invasores
a) Aglutinación:
Los
anticuerpos
se
unen
varios
lugares
del
antígeno
produciendo
un
aglomerado.
La
aglutinina
más
importante
es
la
IgM
y
después
la
IgG.
b) Precipitación:
El
antígeno
soluble
cuando
se
une
a
su
anticuerpo,
forma
un
complejo
insoluble
y
este
al
ser
insoluble
precipita
para
después
ser
fagocitado
y
digerido.
La
precipitina
más
importante
es
la
IgE.
c) Neutralización:
Los
anticuerpos
al
unirse
al
antígeno
bloquean
en
ellos
los
lugares
específicos
en
donde
se
encuentran
las
toxinas.
De
este
modo
los
antígenos
no
pueden
unirse
a
las
células
de
los
tejidos.
Posteriormente
el
complejo
antígeno-‐anticuerpo
es
fagocitado
y
digerido.
Es
el
mecanismo
más
simple
y
lo
realiza
principalmente
la
IgG.
d) Lisis:
Se
produce
cuando
el
anticuerpo
es
muy
potente
y
por
si
mismo
puede
romper
la
membrana
celular
del
microorganismo.
Los
anticuerpos
con
esta
característica
son
la
IgG,
la
IgA
y
la
IgM..
2. Activación
del
sistema
del
complemento.
Los
efectos
son:
a) Lisis.
De
de
células
tumorales,
bacterias,
aloinjertos,
etc.
b) Estimulación.
De
mediadores
que
atraen
fagocitos
y
participan
en
la
inflamación
c) Quimiotaxis
(generador
de
mediadores
químicos)
d) Opsonización
(fagocitosis)
e) Incremento
de
la
síntesis
de
anticuerpos
3. Activación
del
sistema
anafiláctico.
Algunos
anticuerpos,
en
especial
la
Ig
E,
se
adhiere
a
la
membrana
de
tejidos
y
células
sanguíneas,
mastocitos
y
basófilos,
lisándolas
y
liberando
factores
que
afectan
el
ambiente
como:
Histamina,
factor
quimiotáctico
y
enzimas
lisosómicas.
Respuesta
primaria
y
secundaria
Después
del
primero
contacto
con
un
antígeno
y
dependiendo
de
la
naturaleza,
la
dosis
y
la
vía
de
administración,
el
anticuerpo
puede
detectarse
en
el
suero
días
o
semanas
más
tarda.
Esta
respuesta,
derivada
del
primer
contacto
se
denomina
Respuesta
primaria
donde
la
concentración
del
anticuerpo
aumenta
y
semanas
después
decae.
En
un
segundo
contacto,
la
respuesta
será
una
mayor
producción
de
anticuerpos
en
un
corto
tiempo.
dividirá
en
C5a
y
C5b.
El
C5b
es
el
primer
factor
de
la
llamada
vía
terminal
o
lítica,
en
la
que
confluyen
las
tres
vías
del
complemento
mencionadas.
(ver
imagen
12)
Inmunidad
celular
Los
mediadores
de
la
inmunidad
celular
son
los
linfocitos
T.
Debido
a
los
distintos
tipos
y
funciones
de
los
linfocitos
T,
es
más
compleja
que
la
humoral.
Además
de
clasificarse
por
sus
funciones,
se
clasifican
por
sus
receptores
de
membrana
CD4
y
CD8.
Hay
tres
tipos
de
linfocitos
T:
Colaboradores
(T-‐CD4)
o
Th
(helper)
Pueden
ser
de
dos
tipos
Th1
(promueve
la
respuesta
celular)
y
Th2
(promueven
la
respuesta
humoral)
Inician
y
desarrollan
la
respuesta
inmune
Reconocen
Complejo
Mayor
de
Histocompatibilidad
(MHC)
de
tipo
II.
Producen
citocinas
Activan
a
los
linfocitos
B
para
su
diferenciación
en
células
plasmáticas
Activan
macrófagos
para
aumentar
su
capacidad
bactericida
Colaboran
con
los
TCD8
para
producir
efectos
citotóxicos
Son
efectores
de
reacciones
de
hipersensibilidad
tardía
Citotóxicos
(T-‐CD8)
o
Tc
Principales
responsables
de
la
citotoxicidad
de
la
respuesta
inmune
celular
Destruyen
células
infectadas
por
virus,
células
tumorales
o
aloinjertos
Reconocen
Complejo
Mayor
de
Histocompatibilidad
(MCH)
de
tipo
1
Inmunidad
activa
y
pasiva
Como
ya
se
mencionó,
la
inmunidad
específica
tiene
“memoria”,
después
de
un
primer
contacto
con
un
agente
extraño,
el
organismo
prepara
células
de
“recuerdo”,
de
tal
forma
que
ante
un
segundo
contacto
con
el
mismo
agente,
el
cuerpo
responde
de
una
manera
más
rápida
y
produce
una
mayor
cantidad
de
anticuerpos
y
linfocitos
T
específicos.
Esto
es
de
gran
importancia
por
la
protección
que
confiere.
Los
tipos
de
inmunidad
específica
adquirida
son:
• Pasiva
artificial
Se
administran
Ac
o
células
T
elaborados
en
otros
organismos
(hombre
o
animales)
Es
con
fines
preventivos
o
terapéuticos
(suero
antitetánico,
Ig
humana
antirrábica,
antitoxina
diftérica,
etc.)
Es
de
acción
inmediata
después
de
la
administración
Es
de
corta
duración
(semanas)
debido
a
que
los
anticuerpos
(IgG)
actúan
rápidamente
y
los
linfocitos
T
envejecen
y
degradan.
• Pasiva
natural
Se
adquiere
por
transferencia
de
anticuerpos
(Ac)
a
través
de
la
placenta
IgG
o
leche
materna
IgA)
Solo
protege
al
niño
durante
el
embarazo
y
la
lactancia
• Activa
artificial
Se
adquiera
al
introducir
en
el
organismo
antígenos
(Ag)
forma
de
vacunas
(toxoide
tetánico,
agentes
infecciosos
muertos
o
atenuados)
Induce
la
formación
de
Ac
y
células
T
específicas
(respuesta
inmunitaria)
Se
desarrolla
con
lentitud
(semanas)
físicos
(alta
temperatura,
luz
ultravioleta,
radiaciones,
etc.)
Suele
ser
utilizado
este
método
para
la
obtención
de
las
vacunas
de
la
gripe,
la
tos
ferina,
el
cólera.
Vacunas
de
antígenos
purificados:
se
utilizan
técnicas
de
ingeniería
genética,
obteniéndose
generalmente
una
proteína.
Esta
técnica
se
ha
utilizado
para
la
obtención
de
la
vacuna
contra
la
hepatitis
B.
Sueros.
Son
preparados
que
contienen
anticuerpos
específicos
contra
una
infección.
Se
obtienen
a
partir
del
suero
sanguíneo
de
humanos
o
animales
en
los
que
se
ha
inducido
la
infección.
En
resumen,
la
preparación
de
un
suero
consiste
en:
Suministrar
a
un
humano
(homólogos)
o
un
animal
(heterólogos,
generalmente
el
caballo
o
el
cerdo),
dosis
muy
altas
de
un
determinado
antígeno
con
objeto
de
provocar
la
formación
de
anticuerpos
específicos
que
quedan
localizados
en
el
plasma
sanguíneo
del
animal.
Periódicamente,
se
extrae
sangre
de
dicho
animal
y
se
separa
el
suero
que
se
purifica
y
esteriliza.
Los
sueros
se
caracterizan
porque:
-‐ Son
útiles
para
combatir
infecciones
graves
de
desarrollo
rápido,
como
el
tétanos
-‐ Los
anticuerpos,
producen
efectos
inmunitarios
rápidos
después
de
su
aplicación
-‐ Se
utilizan
con
fines
curativos
o
preventivos
-‐ Se
emplean
fundamentalmente
contra
las
toxinas
circulantes,
principalmente
la
toxina
tetánica,
la
toxina
diftérica
o
los
venenos
de
serpientes.
¿Cuáles
son
los
factores
que
predisponen
al
huésped
para
que
sea
susceptible?
El
sistema
inmunológico
se
mantiene
en
constante
equilibrio
detectando
y
eliminando
agentes
exógenos
y
componentes
propios
que
pueden
alterarse.
Sin
embargo,
los
mecanismos
involucrados
en
las
respuestas
celulares
y
humorales
pueden,
bajo
ciertas
circunstancias,
ser
responsables
de
daño
tisular
y
disfunción
orgánica.
Tal
es
así,
que
las
respuestas
inmunes
pueden
producir,
por
diferentes
mecanismos,
alteraciones
inmunológicas
como
en
los
casos
de:
1)
Hipersensibilidad
y
2)
Autoinmunidad,
en
estos
casos,
el
daño
tisular
es
consecuencia
de
una
respuesta
inmune
frente
a
antígenos
ajenos
o
propios
respectivamente
y
en
condiciones
de
3)
Inmunodeficiencias,
donde
la
respuesta
inmunitaria
se
ve
afectada
o
alterada
en
sus
componentes
y/o
funciones.
En
este
último
caso,
el
paciente
sufre
infecciones
recurrentes
y/o
neoplasias
malignas
que
surgen
de
la
incapacidad
de
detectar
y/o
eliminar
microorganismos
o
bien
células
propias
alteradas.
¿Qué
es
la
hipersensibilidad?
Existen
muchos
casos
en
los
que
los
sistemas
de
defensa
son
en
sí
causa
de
enfermedad.
Cuando
el
individuo
reacciona
en”forma
exagerada
o
inadecuada
y
se
provoca
un
daño
tisular”1,
incluso
frente
a
sustancias
que
en
principio
eran
inocuas,
como
es
el
polen
de
plantas,
entonces
se
habla
de
reacciones
de
hipersensibilidad
y
puede
ser:
Tipo
I.
Anafiláctica
o
atópica
(inmediata).
En
ciertas
personas,
algunos
antígenos
inducen
la
formación
de
IgE,
la
cual
se
une
pasivamente
a
mastocitos
(células
cebadas)
y
basófilos.
En
un
segundo
contacto
con
el
mismo
antígeno,
este
se
une
activamente
a
la
IgE.
Esta
reacción
altera
la
célula
y
libera
mediadores
de
la
inflamación,
principalmente
histamina,
potente
vasodilatador
y
vasoconstrictor
de
músculo
liso.
Ejemplo
de
ello
es
la
broncoconstricción
en
el
asma
atópica
y
vasoconstricción
generada
en
el
choque
anafiláctico
por
fármacos
como
la
penicilina.
Tipo
II.
Citotóxica
y
de
neutralización.
Son
reacciones
mediadas
por
la
interacción
de
antígenos
presentes
en
la
superficie
de
diferentes
células
con
anticuerpos
de
tipo
IgG
e
IgM
preformados
y
que
reconocen
el
tejido
en
cuestión.
El
daño
celular
resulta
de
la
posterior
activación
de
la
cascada
del
sistema
complemento
o
su
interacción
con
células
efectoras
a
través
de
su
fracción
Fc.
Los
receptores
para
la
fracción
Fc
de
la
IgG
se
encuentran
presentes
en
células
fagocíticas
(neutrófilos,
macrófagos),
células
NK
y
plaquetas.
Los
ejemplos
más
claros
son
las
reacciones
hemolíticas.
En
determinadas
circunstancias
existen
anticuerpos
preformados
que
pueden
reaccionar
con
antígenos
de
membrana
del
eritrocito
y
ocasionar
su
destrucción.
Tal
es
el
caso
de
las
reacciones
contra
antígenos
de
grupos
sanguíneos
y
que
pueden
dar
lugar
a
dos
cuadros
clínicos
de
gran
importancia:
las
reacciones
postransfu-‐
sionales
y
la
eritroblastosis
fetal.
Entre
los
diferentes
sistemas
de
grupos
sanguíneos
existentes,
los
sistemas
AB0
y
Rh
son
los
más
importantes.
Tipo
III.
Complejos
inmunitarios
solubles.
Se
producen
por
complejos
inmunitarios,
formados
por
la
unión
del
anticuerpo
y
el
antígeno,
solubles
que
al
depositarse
en
diferentes
tejidos
del
organismo,
como
articulaciones,
vasos
sanguíneos,
riñón,
etc.,
causan
la
activación
de
los
fagocitos
y
el
subsecuente
daño
tisular.
En
forma
normal,
los
complejos
Ag-‐
Ac
son
eliminados
por
la
orina
si
son
de
tamaño
pequeño
o
captados
por
los
fagocitos
si
son
de
gran
tamaño.
Por
el
contrario
los
de
tamaño
intermedio
pueden
depositarse
en
los
tejidos
y
causar
lesiones.
Algunos
ejemplos
son:
glomeruloefritis
posestreptococcica
o
como
consecuencia
de
la
presencia
de
altos
niveles
de
autoanticuerpos
en
algunas
enfermedades
autoinmunes
como
lupus
eritematoso
sistémico
o
artritis
reumatoide..
Tipo
IV.
Retardada
mediada
por
células.
Hasta
ahora,
no
se
han
identificado
los
mecanismos
exactos
que
producen
estos
cambios
en
el
proceso
de
control;
pero
en
personas
con
alguna
predisposición
genética,
las
bacterias,
los
virus,
las
toxinas
y
algunos
fármacos
pueden
desempeñar
un
papel
en
la
aparición
de
un
proceso
autoinmune.
Una
teoría
es
que
la
inflamación
(la
reacción
inmunitaria
normal)
iniciada
para
destruir
a
estos
agentes
tóxicos
o
infecciosos,
provoca
de
alguna
manera
una
sensibilización
hacia
los
tejidos
propios
implicados.
¿Cuáles
son
los
tipos
de
enfermedades
autoinmunes
Los
órganos
y
tejidos
que
se
ven
comúnmente
afectados
por
trastornos
autoinmunes
son:
los
componentes
de
la
sangre
como
los
glóbulos
rojos;
los
vasos
sanguíneos,
el
tejido
conectivo;
las
glándulas
endocrinas
como
la
tiroides
o
el
páncreas;
los
músculos,
las
articulaciones
y
la
piel.
Los
procesos
autoinmunes
pueden
tener
diferentes
consecuencias
como
la
destrucción
lenta
de
un
tipo
específico
de
células
o
de
tejido,
estimulación
excesiva
del
crecimiento
de
un
órgano
o
interferencia
en
su
función.
Los
pacientes
pueden
experimentar
varias
enfermedades
autoinmunes
al
mismo
tiempo.
Las
enfermedades
autoinmunes
pueden
ser
órgano
específicas
y
no
órgano
específicas.
En
las
primeras,
el
proceso
autoinmune
se
dirige
sobre
todo
contra
un
órgano.
Por
ejemplo,
la
tiroiditis
de
Hashimoto
(glándula
de
tiroides),
la
anemia
perniciosa
(estómago),
la
enfermedad
de
Addison
(glándulas
suprarrenales)
y
la
diabetes
tipo
I
insulino
dependiente
(páncreas).
En
las
enfermedades
no
órgano
específico,
la
actividad
autoinmune
se
extiende
por
todo
el
cuerpo.
Entre
ellas
se
encuentran
artritis
reumatoide,
el
lupus
eritematoso
sistémico,
y
la
dermatomiositis.
Por
último,
no
hay
que
olvidar
que
desde
el
nacimiento,
el
ser
humano
interactúa
con
su
medio
ambiente
y
para
ello
está
dotado
de
un
sistema
inmunológico
complejo
que
detecta
cualquier
alteración
iniciando,
en
forma
inmediata,
una
serie
de
mecanismos
inespecíficos
y
específicos
que
colaboran
de
manera
coordinada
en
la
protección,
conservación
y
buen
funcionamiento
del
organismo.
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