REVISTA MASÓNICA DE CHILE

Año II Santiago, Diciembre de 1924 Núm. 14

REFORMAS A LA CONSTITUCIÓN MASÓNICA

  

vos de la Gran Logia de Chile, y

A Gran Logia de
Chile, en Asambleas
de 8 de Junio y 30 de
Noviembre del presen-
te año, ha aprobado
algunas reformas a la
Constitución Masónica, cuya tras-
cendencia habrá de palparse
pronto en beneficios inaprecia-
bles para la Orden.
Dos son las orientaciones de
dichas reformas: la primera, que
tiende a facilitar y completar la
labor de los organismos directi-
la segunda, que quiere sancionar
en forma efectiva, a la vez que
prudente y rápida, las faltas y
delitos masónicos. Esta última es
la que nos interesa especialmen-
te, pues ella da solución a algu-
nas situaciones que, sin pertur-
bar la labor de las Logias, no
permitían a la Orden presentar
filas compactas y perfectas.
No cumple su misión una ins-
titución como la nuestra, si sólo
se concreta a aumentar el núme-
ro de sus adeptos. Más que
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hombres honrados, la Masonería
necesita hombres virtuosos, capa-
ces de perfeccionarse en la lucha
activa contra todos los errores y
prejuicios y en la práctica coti-
diana de todas las virtudes. Las
Logias que en el afán de aumen-
tar rápidamente sus columnas
proceden con precipitación a lle-
nar sus cuadros, no son, cierta-
mente, las que más garantías de
selección pueden ofrecer. Caerán
estas y caerán aun las más cir-
cunspectas, en la aceptación de
profanos y el otorgamiento de
grados a personas que, a su ca-
rencia de preparación o de pres-
tigio moral, oponen sólo la hon-
radez ordinaria de sus actos
públicos o la «pasta para ser buen
masón». Llegan así hasta las co-
lumnas de los templos elementos
que no sólo no pueden ser lazos
de fraternal comunidad, sino que
ni siquiera pueden ser garantía
de actividades profanas de bien
público, y—lo que es más dolo-
roso—que arrastran el peso de
pocas o muchas actuaciones du-
dosas, que se espera reprimir u
orientar por mejor senda, me-
diante «las enseñanzas de nues-
tros talleres»; falso concepto este
que ha sido causa de no pocas
desilusiones.
La Masonería no es ni puede
ser una escuela de reforma. La
Masonería, que es una institución
esencialmente filosófica; que tiene
por objeto la investigación de la
verdad, el estudio de la moral y la
práctica de todas las virtudes
(art. 1.° de la Constitución), nece-
sitaba una mayor amplitud de
criterio en las disposiciones de
su Constitución, para imprimir
rumbos más definitivos a su obra
y mejorar la calidad de sus hom-
bres; necesita que el concurso
masónico y profano de sus miem-
bros sea prenda segura y eficaz
de la difusión y realización de
sus principios; y esto es, precisa-
mente, lo que le ofrecen las re-
formas aprobadas por las Asam-
bleas de la Gran Logia.
Queda entregado ahora, al cri-
terio ecuánime y justiciero de los
más prestigiosos miembros de
cada taller, dentro de los Tribu-
nales de Honor que se crean por
las reformas, la depuración de
las filas masónicas. Difícil, dura,
dolorosa ha de ser, por cierto, la
labor bien entendida de estos
Tribunales; pero, la Masonería,
que no puede vivir en el error ni
basar su obra en la contempla-
ción pasiva del mal, exige que
estos se extraigan de raíz, si es
que, por desgracia, han invadido
sus columnas, sólo abiertas al
bien, al saber y a la virtud.
 LA LEYENDA DE JESÚS (1)
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Los Esenios.- Jesús perteneció a
la secta de los Esenios, quienes eran los
únicos de entre los Judíos que com-
prendían aún la Cábala.... Estos Ese-
nios se reclutaban por iniciación y no
admitían en sus filas sino a hombres
cuya moralidad probada e inteligencia
enamorada del ideal, atestiguasen su
odio respecto del Deseo. Posibilitados
como estuvieron para traducir la obra
de Moisés, toda la Ciencia del Pasado
les era conocida; y poseedores del se-
creto del Arca, soñaban con restablecer
el reino del Cordero y anonadar al Na-
turalismo. Habían conservado los Sím-
bolos de la Pirámide y de la Esfinge,
pero los representaban a su manera....
La visión de Exequiel y de su bestia
maravillosa no era otra cosa que su
expresión. .. Emplearon el nombre de
Yohann para significar la tradición: es
decir, lo que emana de Yod o de Whod.
Y, he aquí por qué aquellos que com-
prendían la Cábala, se llamaban entre
sí Yokannaan o Juan, es decir, aquel a
quién Yod favorece…
Al rededor de estos Yohann o Juanes,
cuya particularidad más esencial era la
(1) Véase REVISTA MASÓNICA , N.°s 11 y 13,
páginas 323 y 388.
Traducción de A. G. V., Logia N.° 1.
adoración de la Luz, vivía un enjambre
de humildes, en su mayor parte vesti-
gios de la antigua corporación de Ma
sones constructores de Templos. Para
estos Masones, Iram y Yohann no
eran en el fondo, más que la misma
cosa. Este nombre expresaba un Sím-
bolo y, fieles al Pasado, también ellos
soñaban con reconstruir el Gran Tem-
plo del Universo __
Por consiguiente, a la sombra de los
olivos y de los cedros, estos Masones tra-
bajaban por ganar su pan con el sudor
de su frente, según las enseñanzas de
Ram y de Moisés.... Trabajaban humil-
demente, no para adquirir riquezas,
porque menospreciaban el oro, sino
porque sabían que el esfuerzo físico es
la mejor plegaria contra las tentaciones
del Deseo. ¿Acaso Yohann no daba el
ejemplo? ¡A toda hora del día modelaba
los seres, y construía a lo largo del Uni-
verso, bebiendo por su labor goces inol-
vidables!... He aquí por qué ellos, bus-
cando en igual forma la Felicidad en
el Trabajo, construían penosamente su
nota de esperanza, mientras que en su
intimidad los Juanes predicaban la Cien-
cia del Pasado y la esperanza de la sal-
vación de Jerusalem…
 420 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
La secta de los Esenios contaba más o me-
nos unos 4,000 miembros. (Véase PHILON: De
vita contemplativa; MEAD, Fragments of lost
faith; SEINER. Le Mysthere, chrétien et les Mys-
teres antiques). Muchos, aun entre los Ese-
nios, vivían como anacoretas sobre el monte
Moría, en celdas separadas. Hemos visto que
fueron los Esenios los que tradujeron la Biblia
al griego por orden de Ptolomeo, porque, en-
tre los Judíos, eran reputados como los más
instruidos.
EL sueño de Salomé.- Ahora bien, entre
estos Masones, había un carpintero lla-
mado Jehuda. Su mujer fue Salomé y
ambos estaban iniciados en los miste-
rios de Yohann, porque, respetuosos de
la ley de Ram, los Esenios miraban a
la mujer como a una hermana inte-
lectual.
Enamorada de las bellezas del reino
del Cordero y de la Sion renovada, de la
cual hablaban los Profetas, Salomé, en
el esplendor de una primavera, allí
muy lejos en su pequeño jardín, en el
cual acababan de abrir las nuevas flo-
res, en que todo se estremecía bajo la
embriaguez de los perfumes de Abril,
pareciendo resucitar a la Vida, soñó dar
al Mundo un Hijo que trajera aquí abajo
la primavera eterna... Deseó que este
Hijo fuese el Juan de los Juanes y que,
saturado con el espíritu de Yohann, se
transformase en el dulce Mesías cuyo
Verbo de amor atraería sobre la Tierra
las beatitudes idas.... Quiso pues ser el
Símbolo de carne de la sublime Maia o
María, el Alma que, virgen de todo
deseo carnal, está saturada con el espíritu
de Yod o sea la Verdad científica, a fin de
engendrar el Verbo o Cristo, cuya
palabra arroja a las tinieblas a Satán, es
decir, al Deseo....
Su sueño se realizó.... ¡Tuvo un hijo
que, desde su cuna, según la tradición
de los Iniciados, consagró al Eterno!
Este fue Bar-Jehuda, hijo de Dios, con-
cebido según la ley de Ciencias o Espí-
ritu Santo, porque era la realización
hecha carne de la Voluntad de un pa-
dre y de una madre iniciados, confun-
didos en el amor inmenso de un Ideal
salvador...Jesús fue el hijo por excelen-
cia, el Hijo - Síntesis por medio del cual
dos esposos habían consentido morir
como personas a fin de resucitar en él
en una Trinidad espiritual que se ma-
nifestaba aquí abajo por una Unidad
carnal. Por consiguiente, Jesús fue, des
de luego, Hijo de Dios por la naturaleza
misma de su concepción; después, por
su bautismo recibido de Juan, es decir,
por su conocimiento del Testamento de
los Antepasados o Yohann; y en segui-
da, por la misión que aceptó cumplir.
Fue llamado, también, Hijo del Hom-
bre, porque encarnaba física y moral-
mente la evolución a la cual llegaría
más tarde el género humano....
Según esto, Jesús correspondió al
sueño de Salomé... No traicionó jamás
sus esperanzas y, consagrado al Señor,
quiso combatir por el Señor y arrancar
de Satán a la humanidad dolorida. Qui-
so, además, que el Pasado resucitase en
el Presente y que el Cordero de Ram
balase por el mundo.... Hijo de Dios se-
gún la Pirámide y Salvador según la
vocación que sus padres habían encar-
nado en él, he aquí por qué tomó como
Símbolo al signo zodiacal de los Pe-
ces _ ¿No eran acaso los Peces el tér-
mino de la ruta zodiacal, al propio
tiempo que la aurora de un nuevo ciclo,
de un nuevo Cordero, y de una nueva
primavera?... Perteneciendo, astrológi-
mente, al trígono del agua, los Peces
simbolizaban el diluvio que nivela y
regenera a fin de permitir al Sol del
Cordero lucir en un cielo más puro como
lavado a toda agua....
El Naturalismo había sido el invier-
no cuyo frío riguroso había aniquilado
las inteligencias. Se habían conocido las
tinieblas, la nieve, la tempestad, los
horrores, la locura.... Ahora él, Jesús,
anunciaba la primavera. Era el último
signo de un ciclo al mismo tiempo que
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
el alba de una nueva era. ... El era los
Peces cuya venida predecía la vuelta de
la Luz, la resurrección de la Vida, el
canto jubiloso de todos los seres, palpi-
tantes de alegría ante las ráfagas tibias
de Abril y embriagado con todos los
aromas del jardín de su madre. …
Después de haber estudiado la
obra de Moisés, Jesús se fue a Egipto, a
la Persia y a la India, a iniciarse en
todas las tradiciones. Reflexionó larga-
mente sobre el enigma de la Esfinge y
contempló, bajo las bóvedas de sombra
de los bananos de amplio follaje, las
estatuas de Buda en meditación ... Por
fin, después de haber compartido con
los Magos el pan y el vino de los ban-
quetes de amor, retornó a Judea a pre-
dicar su doctrina .....
La doctrina de Jesus - Era hija de
Ram y basada únicamente sobre el do-
lor simbólico del Cordero. A fin de que
fuese universal, Jesús la concibió como
un mar de azur en el cual vendrían a
confundirse, así como las olas, todas
las otras enseñanzas…..
Comprendiendo que en la obra del
Maestro lo que había existido de más
sublime era el haber sabido hablar tanto
al corazón del artesano como al corazón
del filósofo, resolvió proseguir esta vía.
Soñó con resucitar aquellos minutos
inefables en que hombres y mujeres
unidos por la plegaria en la apoteosis
del Ocaso, reconstituían cada tarde la
Pirámide colosal humana _ ¡Oh! ¡aquel
canto de amor que se elevaba entonces
confundiendo la Tierra, el Hombre y el
Cielo en una espléndida Unidad, he ahí
lo que quería escuchar de nuevo!
Pero ¿cómo realizar este sueño y rea-
nimar el ideal perdido en los corazones
sollozantes?...¿Cómo resucitar a Agni de
sus cenizas dispersadas y hacer reflo-
recer el Loto simbólico?.. ¡Sin duda,
prediciendo la Fraternidad, a semejan-
za de Buda! Pero esta Fraternidad en
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el dolor ¿bastaría para llenar la sima
que la desilusión había cavado en las
almas? ¡Ay! no. Adorable visión para
los Iniciados, era, sin embargo, dema-
siado abstracta para las muchedumbres
desengañadas que reclamaban un ideal
más tangible. La Fraternidad en el Do-
lor, en efecto, necesitaba la meditación
para que cesase de ser un gemido y se
transformase en una lección capaz de
renovar las almas…
Por lo demás, meditar, supone des-
de luego un cierto dominio de los sen-
timientos y este dominio no lo tenían
los pueblos de Siria. El Deseo continua-
ba mordiendo su carne y haciéndolos
sus esclavos.... Era, pues, necesario una
luz más viva y un impulso más pro-
fundo que removiese en los hombres
hasta lo más recóndito de su corazón...
Comprendiendo que los intelectuales
eran muy poco numerosos y muy ale-
jados de la multitud para ayudarlo en
su obra, Jesús resolvió apoyarse única
mente en los humildes. Estos consti-
tuían, en efecto, la gran masa y tenían
una alma inocente, es cierto, pero sin-
cera en sus trasportes. Por otra parte,
una vaga idea de Justicia había innata
en su corazón. Fue esta necesidad de
Justicia, que muchas veces se manifes-
taba espontáneamente en las horas de
crisis y que cada choque de las realida-
des avivaba más, lo que constituyó la
base sobre la cual operó Jesús!
La cultura del corazón.—
Entonces se marchó hacia los humil-
des a predicar el Sentimentalismo.... El
cultivo de su corazón, tal era el camino
recto que conducía al santuario de las
delicias.... La Ciencia no era necesaria
a aquel que sabía amar a su prójimo y
ser justo; y por esto es que exclamaba:
«Felices los pobres de espíritu, felices
los que nada saben, porque ellos se de-
jarán guiar por su Corazón y su Cora-
zón los llevará por el camino de la Fra-
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ternidad.... Ahora, la Fraternidad entre
los Pueblos, lie ahí todo el Reino de mi
Padre....»
En efecto ¿qué importaban al artesa-
no los secretos de la Pirámide? Lo que
él ambicionaba era la Beatitud y el se-
creto de esta Beatitud Jesús lo encontra-
ba en la Fe....Tener fe en la Fraterni-
dad, tener fe en la Familia, tener fe en
el Trabajo, he ahí todo el arte de la Fe-
licidad _ La ciencia no era pues nece-
saria para ser feliz. El Corazón propor-
cionaba goces tan inefables como la
Inteligencia.... Con el Corazón se per-
cibía el Infinito. Con el Corazón se
llegaba al Éxtasis. Por el Corazón se
enseñoreaba sobre el Deseo....
El cultivo del Corazón debía reem-
plazar, pues, al de la Inteligencia y este
cultivo no necesitaba ninguna inicia-
ción. ¿Para qué Misterios y Pruebas?...
La Luz debía alumbrar los ojos de todos
y penetrar en todas las almas, a seme-
janza del sol de primavera irisándose
en cada gota de roció.... Y, haciendo
surgir la Fraternidad de la Igualdad,
Jesús cegó el abismo que separaba al
Iniciado del caminante, descorriendo el
velo de los Misterios....
Atreviéndose a lo que nadie se había
atrevido, invitó al Pueblo a penetrar
hasta lo más profundo del Templo y a
comulgar con él en la mesa del Amor.
Lo invitó a partir el pan simbólico, re-
pitiendo la frase de los iniciados de
Mithra: «¡Come y da de comer a los que
tienen hambre!»... Después, tendiendo
el cáliz a su Pueblo, quiso que be -
biese del vino fraternal, murmurando:
«¡Bebe y da de beber a los que tienen
sed!».. Le explicó, en seguida, el Miste-
rio del Triángulo; los dos principios
eternos confundidos con el Hijo, de los
cuales el padre, la madre y el niño no
eran aquí abajo sino el reflejo material.
Le enseñó la confesión de sus faltas
ante el Ojo de Dios, a imagen de los
Iniciados de Isis. Le mostró la potencia
transmutatriz del Amor y el papel acti-
vo de la Caridad. Le descubrió, en fin,
toda esta Alquimia del Corazón que,
evolucionando los sentimientos, permite
al hombre realizar su Grande Obra __
Después, acordándose de su ciencia de
mago y a fin de grabar en las memo-
rias cada una de sus enseñanzas, se las
subrayó con un Milagro y se las tradu-
jo por medio de un Símbolo carnal pal-
pable que permitió a sus discípulos
asegurar que habían visto y tocado....
En una palabra, quiso que su pueblo
viviese la vida ideal de los Iniciados y,
por esto, los hizo asistir al arte de morir
para renacer Inmortales. ..
La Resurrección de Lázaro.—
Lázaro fue el sujeto vivo de esta
experiencia. Después de un pasado car-
nal y voluptuoso, este hombre aspiraba
a una renovación y soñaba con iniciarse
en algún Misterio.... Vino, pues, a bus-
car a Jesús y éste le enseñó abstinencias
y prácticas que afirmaron su voluntad
e hicieron apagarse sus deseos. Después,
a semejanza de los Iniciados egipcios,
lo obligó a acostarse en un ataúd, lo
adormeció magnéticamente y lo hizo
bajar al sepulcro… Durante tres días
permaneció ahí, mientras que el Pueblo
angustiado se lamentaba por el desapa-
recido. Para él no era más que un
cadáver porque la tumba no devuelve
a los muertos.... Pero, Jesús oró; es de
cir, con el pensamiento, sugestionó a su
discípulo adormecido y según el arte de
los Magos, modelo el alma.... Y, repen-
tinamente, Lázaro resucitó, tomando al
Pueblo como testigo de su metamorfosis
y de las nuevas beatitudes a las cuales
se decia nacido _ Resucitó, habiendo
vencido a la Muerte, y descorriendo el
velo de que la Vida es solo hija de la
Eternidad…
(Véase STEINER: Le Mystère chrétien et les
Mystères antiques.)
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
Jesús quiso, pues, que todos los hu-
mildes participasen de los Misterios de
los intelectuales. Suprimió la Iniciación
y la reemplazó por la Fe en aquellos que
han visto. Trasportó al mundo de los
mortales el Reino de los Elegidos, que
no había existido antes sino en el se-
creto de los templos.... Vulgarizador de
las cosas sagradas, realizó la Fraternidad
mejor que Buda, haciendo del Corazón
el centro alrededor del cual gravitarían
los sentidos y el espíritu; el Templo del
Amor en que vendrían a comulgar todas
las castas, las intelectuales como las hu-
mildes. ... Buda no se había atrevido a
violar el secreto de los Misterios; Jesús
lo hizo y, por esta valentía, conquistó el
Mundo....
El Corazón fue, pues, para Jesús el
jardín bendito en que el sentimiento
cultivado por el Amor se transformó en
el árbol gigante de la Vida. Cultivar su
Corazón era reconquistar el Paraíso per-
dido, reintegrar el Edén y glorificar al
Eterno….
Y, como Símbolo del Amor, ofreció
al pueblo al Niño, el único goce del ho-
gar, el ornamento más hermoso de la
cabaña.... En efecto ¿no había sido
creado el Hijo a su imagen?... El Hijo
era el producto de un padre y de una
madre cuyo amor, al unirlos, constituía
el alma de la Familia. Encarnaba cor-
poralmente esta alma, como él, Jesús,
encarnaba al alma del Mundo y era
Hijo de ese Dios masculino y femenino,
a la vez Eterno Espíritu y Eterno
Amor.... El Hijo no era, pues, sino su
reflejo, su Símbolo vivo en el Hogar,
Como él, expresaba la Armonía, nece-
saria a la inefable Trinidad. Corno él,
debía ser el Sol de carne cuya vista,
sumergiendo a los Esposos en el éxta-
sis, les haría olvidar sus miserias comu-
nes, y las querellas nacidas de s u
egoísmo contrariado.... Por consiguien-
te, vivir para el Hijo, trabajar para el
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Hijo, renunciar a los encantos de Satán,
por el Hijo a fin de que él crezca como
una planta, bello y luminoso como una
divinidad, tal fue el culto que enseñó
Jesús...
El alcance social.- Esta filosofía senti-
mental y profunda, basada sobre el
amor y la Justicia, era bien concebida
para entusiasmar a los hombres desgra-
ciados. Se hallaban orgullosos de ver al
fin promulgar esta igualdad de las al-
mas, de la cual tenían conciencia, y de
ver destruir esta barrera que los sepa-
raba de los ricos, por un lado, y de los
Iniciados, por el otro. Cesaban pues,
de estar acorralados como viles bestias!
Eran los hermanos de los Intelectuales
y, desde ese momento, comulgarían con
ellos en la Belleza.... Una alba se
levantaba radiosa.... Las tinieblas se
disipaban y se transformaban en la vi-
sión de una ceremonia magnífica, de una
Misa suntuosa que hombres, mujeres y
niños, ricos y pobres, iniciados y profa-
nos, escucharía con recogimiento.
Por consiguiente, el culto del Hijo
¿no era halagar el orgullo del padre y
hacerle sentir la superioridad sobre el
que no lo tenía por más rico que fuese?
En cuanto a la Fraternidad entre los
hombres, era el alma misma de la cuna.
En efecto ¿por qué batirse cuando el
Hijo os está sonriendo y os está llaman-
do hacia sí, tendiéndoos sus brazos re-
gordetes?... Realizar de este modo el
Reino de la Paz, resucitar al Cordero,
nada de guerras, nada de esclavitudes,
nada de injustas riquezas, sino la Igual-
dad, un banquete perpetuo de amor en
el cual vendrían a satisfacerse aquellos
que tuviesen sed, en que cada cual se
daría un beso fraternal y cantaría him-
nos de alegría, tal fue el Ideal que a la
voz de Jesús se impregnó en el alma y
fascinó a la multitud de los deshereda-
dos de aquí abajo....
 424 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
Lamnerte de Jesus.-
Pero estas teorías socialistas asusta-
ron al Poder de entonces.
Viendo en Jesús a un hombre peli-
groso, a una especie de bandido que
predicaba el despojo de los ricos, se le
condenó a morir ... Por otra parte, los
Rabinos reprochaban a Jesús haber di-
vulgado los Misterios, renegándolo como
a uno de los suyos… He aquí por qué
fue escrito que Judas traicionó al
Señor....
Jesús habría podido huir y ocultarse
entre los Iniciados de Egipto, de la In-
dia o de la Persia; pero, prefirió aceptar
la muerte, sabiendo que al aceptarla,
no haría más qu e re forzar en el
espíritu de los pueblos el entusiasmo
por su doctrina. Se basaba sobre esa en-
señanza misteriosa de la Cábala que
dice que todo sacrificio soportado por
una idea da a esta idea un valor singu-
lar, una alma verdadera que, tarde o tem-
prano, le asegura el triunfo. Ahora, Je-
sús deseaba el triunfo del Reino del
Cordero para felicidad de los hom-
bres.... En seguida, Jesús, que se había
manifestado a los ojos de su Pueblo
como la encarnación del Alma del Mun-
do, quiso renovar, con ayuda de su vida
carnal, todo el proceso… A ejemplo
suyo, aceptó ser crucificado y descuar-
tizado en Oriente, Occidente, Norte y
mediodía; morir sobre la Cruz de las es-
taciones; descender a la tumba muerto
por el Maldito, así como en otro tiempo
Osiris, en los Misterios de Egipto, a fin
de poder resucitar en seguida como el
Sol resucitaba en el invierno, como el
Alma renace de sí misma, como el Ini-
ciado se despierta al Éxtasis.... Enton-
ces, sería Horo, el Sol naciente, el Ver-
bo hecho carne. Y todos los Pueblos,
tendiendo hacia él sus manos, le salu-
darían como en un Gloria, porque se-
ría, él el Símbolo histórico de la
Inmortalidad del Alma
Y he aquí por qué enseñó, antes de
morir, que resucitaría en medio de los
Apóstoles, de quienes sería el alma di-
rectriz, y que su soplo animaría sus
corazones con su ritmo ... Esta resu-
rrección de Cristo tuvo, se dice, mani-
festaciones materiales. Se habría apare-
cido después de su muerte a sus discí-
pulos en estado de materialización as-
tral; pero, este fenómeno, que llenó de
estupefacción al pueblo ignorante, no
tenía nada de milagroso, según la ense-
ñanza de los Misterios. Todo Iniciado
en los grados superiores, gozaba de po-
deres hiperfísicos semejantes, que le
permitían, después de su muerte, mani-
festarse a sus antiguos discípulos al es-
tado de espectro. Jesús no tuvo más
que realizar esta experiencia, a fin de
que los Apóstoles quedasen bien con-
vencidos de que sólo el cuerpo era pe-
recedero y que el Alma después de la
Muerte proseguía su evolución, conti-
nuando bajo el impulso de una ley fatal
su peregrinación mística en cuerpos
cada vez más etéreos...
Para comprender la resurrección material
de Jesús, léanse las obras de LEON DENIS -
L'Invisible; y el libro de H. DURVILLE: Le fan-
tóme des vivants.
La resurrección de Lázaro era el Sím-
bolo histórico del Renacimiento espiri-
tual en el curso de una vida terrestre;
lo Mortal transformándose en Inmortal,
aquí abajo, entre los suyos. La resurrec-
ción de Jesús reforzaba esta Inmortalidad
y la afirmaba en sus regiones invisibles,
lo que el ojo del profano trataba en
vano de penetrar. Jesús completaba a
Lázaro y se hacía la Estrella simbólica
de los dos triángulos enlazados, que
cantan por el Universo la Involución
del Espíritu que engendra la Evolución
de los Seres….
Los Apóstoles.- LOS Apóstoles reco-
gieron piadosamente las enseñanzas del
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Crucificado y continuaron predicando
entre los humildes la palabra del Maes-
tro.... Entonces se esparció por el Mundo
una nube de hombres groseros e ig-
norantes que celebraban la dulzura del
Cordero de paz. Creyéndose en posesión
de la Verdad, su alma simple aceptaba
morir antes que renegar de la Luz que
los exaltaba. La vista de los otros Dio-
ses les era insoportable. Rompían estos
ídolos de lujuria y se marchaban por la
Tierra llevando en sus oídos la música
de las palabras de Jesús y, en la memo-
ria, la visión del Gólgota...
Sin embargo, a los clamores de esta
nueva marea, los Iniciados salieron de
su asombro y se preguntaron con es-
panto ¿quiénes eran aquellos hombres
bravíos, resignados e ignorantes que
amenazaban conquistar el Mundo?...En
seguida ¿quién les había revelado el
Misterio de la Comunión y el secreto
del Cordero? ¿Quién había osado pro-
fanar a Isis y ofrecer su inefable des-
nudez a la profanación de este Pueblo?
Entonces, los discípulos de Apolonio
de Tiana resolvieron entrar en lucha
con ellos. Simón el Mago se encaró con
San Pedro y reprodujo los milagros del
Cristo. Después, efectuando una nueva
síntesis de los misterios egipcios y per-
sas, propuso al mundo la Gnosis a fin
de reemplazar al politeísmo vacilante.
Léase MATTER: Histoire critique du Gnos-
ticisme.
En vista de esto, los Esenios com-
prendieron que era preciso revelar la
personalidad de Cristo como Iniciado.
Los Yohann se reunieron y fieles a la
tradición de Ram, compusieron una Le-
yenda maravillosa, expresando en ella
todas las enseñanzas del Pasado y la
historia simbólica del origen de Jesús.
La leyenda de Jesus.- Contaron
en esta Leyenda que una Virgen de
suave belleza había concebido el Cristo
425
por obra del Espíritu Santo; que
Reyes magos, guiados por una estrella,
habían venido a saludarlo en su cuna;
y que, para escapar a Herodes, el Rey
asesino, había sido necesario que María
huyese a Egipto con su recién nacido,
allá muy lejos, en el país de la Esfin-
ge… En seguida, que ella había vuelto
a Galilea a morar en la ciudad de Naxa-
ret, temiendo que Arquelao, hijo de
Herodes, quisiese proseguir la obra
sanguinaria de su padre....
Este cuento que, para el profano, no
era más que un relato inocente y mila-
groso, despertaba muy diversas visiones
en el espíritu del Iniciado. Para él, Cris-
to era la Ciencia eterna que concebía la
Inteligencia, no por obra de los senti-
dos, sino por la del Espíritu. Era este
poder supremo del Iniciado el que ado-
raban los Magos de los Misterios, y que
no conseguían adquirir sino estudiando
su alma, esta estrella magnífica que
aclara la noche profunda de su carne....
Entonces, Herodes surge ávido de san-
gre. Reclama a Cristo para matarlo.
Compele a María a huir a Egipto por-
que, en el pasado, la tradición de Ram
se había refugiado bajo la sombra de la
Esfinge, asediada por aquellos Pastores
malditos que aullaban su demencia!..
María, en Egipto, simboliza los Misterios
de Isis, encubriendo bajo sus velos la
llave de la Eterna Ciencia, de la cual
partió Moisés un día para iniciar a los
Hebreos.... María vuelve después a Ga-
lilea a fijarse en Nazaret, para expresar
de este modo la vuelta de la Tradición
a la Palestina y su cultivo por los Ese-
nios, los únicos que, entre los Judíos,
no habían olvidado el secreto de Moisés.
Esta Leyenda, en consecuencia, teji-
da con la misma trama que las de
Christna, Buda y Orfeo, no estaba des-
tinada en el pensamiento de los Esenios
más que a revelar el origen de Jesús y
a demostrar que su título de Hijo de
Dios no era usurpado. San Mateo re-
 426 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
dactó el texto definitivo y fue encarga-
do de esparcirlo.... Este fue el primer
Evangelio....
Cuando supieron los iniciados que
Jesús no era otro que uno de los suyos,
gritaron: ¡Sacrilegio!... ¿Con qué dere-
cho había divulgado los Misterios? ¿Por
qué esta vulgarización? Y más resuelta-
mente que nunca, batallaron contra los
Cristianos a fin de que esta profanación
de su religión secreta no se hiciese uni-
versal....
El Evangelio de San Marcos
Entonces los Esenios quisieron demostrarles
que Jesus no había hecho más que cumplir
una misión. Conmovido por las
desgracias de la Humanidad, no había
tratado sino de reanimar el ideal
apagado y resucitar el reino del Cordero,
según el Espíritu de Sabiduría. ¿Cuál
era, pues, su pecado? ¿Por qué
reprocharle el haber sido Mesías, puesto
que, a ejemplo de los otros Mesías,
había venido al umbral de los Misterios
a solicitar la Luz? En consecuencia, a
fin de descubrir esta misión social, los
Esenios resolvieron componer una se-
gunda Leyenda que confiaron a San
Marcos, Obispo de Alejandría, para que
cantase este nuevo Evangelio a los Ini-
ciados Egipcios que, blasfemando al
Cristo, trataban de restaurar los Miste-
rios de Orfeo.
El Evangelio de San Marcos tuvo
una gran resonancia. Muchos de los
Gnósticos y Politeístas aceptaron, en-
tonces, la síntesis de Jesús: y, después de
engrosar las huestes de los Cristianos,
les suministraron la Intelectualidad que
les hacía falta. San Pablo fue uno de
estos convertidos y, desde entonces,
poniendo al servicio del Cristo su pa-
sión fogosa no cesó de demostrar que el
combate entre Gnósticos y Cristianos no
era sino fratricida…
En efecto ¿por qué este duelo cuando
los unía un mismo fin: el de destrozar
la Loba romana, el vampiro de los Cé-
sares, a fin de restablecer el Reinado de
la Paz?... Ambos ¿no estaban saturados
del mismo ideal de Amor y de Justicia?
Ambos ¿no eran los hijos de la Esfinge
y de la Pirámide? Ambos ¿no participa-
ban del mismo odio hacia las prostitui-
das imperiales que ofrecían en Roma su
desnudez a la adoración de las muche-
dumbres, dando la señal de las zara-
bandas malditas?... ¡Era preciso, pues,
unirse para destrozar ese foco de Satán,
para exterminar aquellos brutos Roma-
nos andrólatas y resucitar al Cordero!
Pero, ciertos Iniciados resistieron aún...
Reprochaban al Cristo su menosprecio
por la inteligencia, y aquellas palabras
«Felices los pobres de espíritu» resona-
ban en sus oídos como una paradoja
peligrosa. ¿Por qué negar en efecto, que
la supremacía de la inteligencia es la
única realidad? ¿Por qué desear que el
pueblo penetrara en masa al Templo y
se asimilase los misterios? ¿Por qué ha-
ber menospreciado la enseñanza de la
Esfinge?... Entonces, los Esenios resol-
vieron responder una vez más a estas
críticas y, guiados por San Pablo, com-
pusieron una tercera leyenda, a fin de
revelar el esoterismo de la doctrina Cris-
tiana.
El Evangelio de San Lucas
Sin duda que Jesús había hecho
del Corazón el quicio de los pensamien-
tos del Hombre. A él le había subordi-
nado la Inteligencia; pero ¿podía acaso
obrar de otro modo?... No, porque él
no se dirigía a los Intelectuales sino al
Pueblo, a los humildes que sufrían y
entre los que la miseria había atrofiado
la inteligencia en provecho del senti-
mentalismo. Era preciso que fuese sen-
timental para ser comprendido, que
hablase el lenguaje de los míseros, que
llorase con estos humildes y los conven-
ciese de que renunciando a todo deseo
no se era sino más feliz.... Por reanimar
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
el Ideal en los corazones podridos por el
odio, Jesús se había visto forzado a dar
la razón a los desheredados de aquí
abajo y mostrarles que los ricos eran
los desgraciados de este mundo y por
eso más dignos de piedad que de envi-
dia. En seguida, al proclamar que el
Corazón era el verdadero templo del
Hombre ¿en qué había sido paradójico
Jesús?... El Amor conduce a la Ciencia,
había enseñado Ram.... Y los Egipcios
en sus Misterios ¿no habían contado
que lo que había resucitado a Osiris en
Horo no era nada menos que Isis, el
símbolo del Amor?... Por consiguiente,
al predicar Jesús el Amor y el culto del
Corazón, no había hecho más que con-
formarse con la antigua Tradición. Ha-
bía preparado el advenimiento de la
Inteligencia en un porvenir más o me-
nos lejano y dado, mientras se le espe-
raba, un guía y un ideal a la multitud:
la Fe ciega en los que han visto....
Tal fue la respuesta de los Esenios
que contó simbólicamente el Evangelio
de San Lucas, inspirado por San Pablo.
Entonces, poco a poco, Gnósticos y
Cristianos fraternizaron, mientras que
la nueva religión ganaba terreno cada
día y se propagaba entre los humildes
como un fruto nuevo y apetitoso. So-
bre todo el alma de las mujeres vibraba
con las enseñanzas de Jesús. Sentían
un amor infinito por el Crucificado del
Gólgota, porque la dulzura de su Verbo
cautivaba su corazón... El era a sus ojos
el amante ideal, cuyo sentimentalismo
las transportaba, y marchaban por él
al suplicio, asombrando con su coraje
al Mundo, poco habituado a este espectá-
culo. Sobre todo, los Iniciados estaban
estupefactos de esta valentía. Este revi-
vamiento de la Mujer, era a sus ojos un
milagro, porque hasta aquí ella no
había sido más que la enemiga, la ten-
tadora eterna y la bestia de lujuria que
Moisés había maldecido… En vano, los
Iniciados habían puesto a contribución
427
su inteligencia y tratado de evocar en
ella el amor al Saber. ... Siempre había
respondido con una sonrisa de cortesana
y un Gloria lleno de las sensualidades
de su cuerpo.... Había desdeñado la
Ciencia y, prefiriendo a ella la voluptuo-
sidad de los abrazos, había dado la se-
ñal de las lúbricas ebriedades y de los
monstruosos Sabbats.... Jesús había
sido, pues, el primero que había sabido
hablar a su alma. Su sentimentalismo
la había convertido y encadenado para
siempre. Había transmutado a la hija
de Afrodita en una humilde servidora...
Es lo que expresa el Símbolo de María Mag-
dalena quien, después de haber traficado con
su cuerpo, se transformó en la humilde servi-
dora de Jesús.
Por consiguiente, comprendiendo los
Iniciados todo el poder de este Jesús
sentimental, resolvieron ayudar con
toda su ciencia al movimiento de Reno-
vación que el Evangelio de San Lucas
acababa de acentuar.
Evangelio de San Juan.—Entonces los
Intelectuales, mezclándose con el Pueblo
y abocándose con los Apóstoles,
resolvieron refundir en una nueva
Síntesis las Enseñanzas de Cristo y
toda la Tradición de los Misterios de
Grecia, de Persia y de Egipto....
En los Misterios, hasta entonces, se
había alcanzado a Dios en sí, modelán-
dolo según el propio ideal. Cada Inicia-
do había construido en su alma su pro-
pia Pirámide, deduciendo el Punto cús-
pide, Dios, según una visión personal
que había modificado sin cesar, a medi-
da que iba desarrollándose su inteligen-
cia. En cuanto al Pueblo, éste no había
tenido como Dios sino a ídolos conce-
bidos a su propia imagen y nada más.
Pero, ahora que se habían descubierto
los Misterios a este Pueblo, ¿cómo lle-
varlo hasta concebir el Dios de los Ini-
ciados?... Pedirle que construyese su
 428 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
propia Pirámide, era imposible. Esto
requería una Ciencia que no tenía. Era,
pues, preciso construirle una para él,
y crear un Dios tipo que centralizara a
los demás, un Dios inmutable hacia el
cual tendieran los corazones; un Dios
exotérico, cuyo nombre despertase en
todas las almas la misma visión.... En-
tonces, Apóstoles e Iniciados decidieron
entregar a Jesús a la adoración del Pue-
blo. Este sería el Dios tipo que en su
Símbolo cristalizaría todo lo divino re-
partido en las inteligencias y que en-
carnarí, para la muchedumbre, el Punto
cúspide de la Pirámide de los
Dioses... Todos comulgarían con Jesús,
porque todos, a este nombre volverían
a ver en una visión común a aquél que
había resucitado a Lázaro y que había
muerto sobre la cruz, víctima de la in-
gratitud de los Hombres. Jesús repre-
sentaría así el Dios vivo cuya vida sería
un ejemplo perpetuo y cuya muerte se-
ría la afirmación de la Inmortalidad del
alma.
Por consiguiente, Jesús fue el Sím-
bolo divino que los intelectuales resol-
vieron entregar a la adoración de la
muchedumbre. Según su pensar, debía
ser el Dios inmutable hacia el cual con-
vergerían todos los espíritus. Después, a
fin de respetar la Trinidad creadora
de los antiguos misterios, de la cual
todo nacía y a la que todo volvía, hicie
ron de Jesús el Hijo carnal de Dios
padre, Símbolo del Principio masculino;
y del Espíritu Santo, el Símbolo del
Principio Femenino... Pero, se decidió
que la explicación de esta Trinidad in-
telectual no sería entregada al Pueblo,
incapaz de comprenderla. Permanecería
para él como un Arcano misterioso,
cuya expresión viva e histórica sería el
Hijo, pero dejando a la inteligencia evo-
lucionada la libertad de penetrar al tra-
vés de Jesús el secreto del Infinito.
Esto explica por qué hay dos maneras de
expresar la Trinidad. Si se la expresa esoté-
ricamente, se debe decir Padre, Espíritu Santo
e Hijo, tal como antes se decía Osiris, Isis y
Horo. En efecto, esta Trinidad corresponde a
los tres principios: Fuerza, Materia y Movi-
miento, al último de los cuales debe asimilarse
el Hijo porque, como él, se encarna para
desencarnarse en seguida, según la enseñanza
de la estrella de seis ramas. En esta trinidad,
lo Absoluto se confunde con el principio mas-
culino, como antes Whod se había fundido
con Iswara, a fin de, relacionar el cuaternario
con el ternario; y Dios padre significa, a la
vez, el Dios Absoluto y el principio masculino.
En cuanto al Espíritu Santo, él no hace más
que dar una apariencia masculina al principio
femenino de la Materia, a fin de indicar una
reacción contra el Yonismo y suprimir, por
consiguiente, toda tendencia a volver al femi-
nismo de Irshu. La Mujer parece excluida de
la Trinidad; pero, en realidad, subsiste y esto
necesariamente porque ella es uno de los po-
los de la Creación. Ahora, si se expresa la Tri-
nidad exotéricamente, se debe decir Padre,
Hijo y Espíritu Santo, a fin de indicar con cla-
ridad el Símbolo social del Hijo, Síntesis del
padre y de la madre y lingam de ambos. Al
transformarse el Hijo en la segunda persona
de la Trinidad, toma una importancia capital,
como centro de atracción y absorbe en él, en
cierto modo, al Padre y al Espíritu Santo. El
Hijo llega a ser el gran Símbolo social ofrecido
a la muchedumbre; el Corazón descuartizado
cuyo culto debe primar sobre el de la Inte-
ligencia, o sea el Padre, y sobre el del Espiritu
Santo, o sea el Cuerpo. Indica que el Corazón
es el crisol en donde evoluciona el Sentimiento
bajo la dirección de la Inteligencia, para
dirigir, en seguida, al Cuerpo en su acción
social.
En suma, Padre, Espíritu Santo e Hijo son
una Trinidad intelectual; y Padre, Hijo y Espí-
ritu Santo, una Trinidad social, en que la una
completa a la otra.
Entonces, a fin de contar en el futuro
esta nueva Síntesis intelectual, los
Esenios compusieron una cuarta Le-
yenda según el método iniciático. Este
nuevo relato debía ser la llave de bó-
veda de la Religión Católica: Revelaba
en Jesús, no ya al dulce Mesías de la
Caridad, sino al principio eterno de la
Renovación. Cristo cesaba ahí de ser un
Iniciado y un hombre para transfor-
marse en un Osiris y en un Dios, cuya
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
vida terrestre reproducía todas las peri
pecias del perpetuo drama cósmico de
la Involución y de la Evolución. Era, a
la vez, el Sol, el Alma, la Vida y todo
lo que vivía, moría y renacía para vol-
ver a morir y renacer… Encarnaba la
eternidad en acción; al Gran Arquitecto
del Universo, en camino de construir
su Templo; al gran soplo de la Vida-
Una, descuartizado sobre la Cruz de los
elementos, hechizado en la Materia y
recobrando poco a poco por el Amor la
conciencia.de sí mismo _ Así Cristo se
volvía el Verbo de carne de lo que ha
Sido, de lo que Es y de lo que Será _
Este cuarto relato fue redactado por
San Juan y he aquí por qué su Evan-
gelio es, ante todo, intelectual y esoté-
rico; por qué difiere de los otros y los
completa; y por qué comienza con estas
palabras: «El Verbo (la Palabra) era en
el comienzo, la Palabra era con Dios y
esta Palabra era Dios».
LOS símbolos de los Evangelistas.-
En seguida, a fin de acentuar aun
más el Simbolismo de la nueva Tradi-
ción, se decidió que San Juan Bautista
expresara la antigua Biblia, el libro de
los Antepasados de antes de Jesús;
mientras que San Juan Evangelista se-
ría el Símbolo del Testamento renova-
do por el Verbo de Cristo.... San Juan
Bautista era la fuente que nacía de los
Misterios y en la cual el Mesías había
ido a calmar su sed; el Sol de los Muer-
tos; el Osiris glorioso descendido a la
tumba.... San Juan Evangelista consti-
tuía, al contrario, el Sol levante: el so
berbio Horo del Porvenir, que había
producido la Sabiduría de Cristo, esta
Isis amorosa del Corazón titubeante de
los hombres....
En cuanto a los Evangelistas anterio-
res a San Juan, se decidió conservar
sus escritos como manifestación de la
Verdad bajo otro aspecto.... San Mateo
había revelado la Historia, San Marcos
429
la Misión, San Lucas la Meditación, y
San Juan los completaba, evocando el
Principio—Entonces, a fin de marcar
bien el aspecto bajo el cual se debía
contemplar a cada Evangelio, se agre-
garon Símbolos a los Evangelistas: San
Mateo fue figurado por un ángel, San
Marcos por un león, San Lucas por un
buey y San Juan por una águila… Y,
si para los profanos estos Símbolos
nada decían, a los ojos de los Iniciados,
evocaban una visión grandiosa porque
si, por el pensamiento, se producía una
imagen de aquellos elementos disper-
sos, la Esfinge de Giseh surgía fantás-
tica y soberbia....
Los Evangelistas encarnaron, pues, a
la Esfinge, es decir, al Tarot, al libro
Thot-Hermes... Representaban, a la
vez, la antigua y la nueva Tradición,
expresando la Ciencia despojada de sus
velos, la Esfinge sacada de su silencio
y transformada, a la voz de Jesús, en el
Verbo de carne que cantaba con cora-
zón jubiloso la Eterna Verdad....
El Apocalipsis.- En fin, para com-
pletar mejor aun la alianza entre los
Iniciados y los Cristianos y dar a la
nueva Síntesis una base sólida, San
Juan compuso el Apocalipsis. Este libro
fue esencialmente simbólico y no hizo
más que contar, bajo formas de visio-
nes, los principios eternos que obran
sobre la Humanidad.
En la primera visión, San Juan evo-
ca todos los Símbolos de la Pirámide, el
Candelero de los siete brazos, las siete
estrellas, el Movimiento eterno, hijo del
Triángulo, el Cordero anteriormente
descuartizado... Es un resumen de to
das las enseñanzas de los Misterios…
En la tercera visión, aparece el libro
con los siete sellos que rompe sucesiva-
mente el Cordero... Son desde luego, un
caballo blanco, Símbolo de Ram; des-
pués, un caballo rojo, Símbolo de los
Pastores; en seguida, un caballo negro,
 430 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
Símbolo de Cristna; en fin, un caballo
pálido, Símbolo de Assur. Cuando, en
el quinto sello, muestra cómo los Ini-
ciados preparan la venida del Mesías
con sus Misterios, que los ángeles cele-
bran con cantos de trompetas, mientras
que el maestro, al son de esta fanfarria
jubilosa presenta a su discípulo un pe-
queño libro para que lo devore, he ahí
la clave de los Misterios que todos de-
ben conocer desde ese momento…
En la cuarta visión, surge la Prostitui-
da, seguida del Dragón y de la Bestia...
La Prostituida es la mujer maldita cuya
desnudez insultante había sido el altar
de las orgías del Naturalismo. Ella re-
presentaba a la sacerdotisa de Astarté,
paseando por los jardines de amor el
frenesí de su cuerpo, mientras que el
Deseo que la torturaba no era más que
el Dragón horrible que tiene por nom-
bre Satán... En cuanto a la Bestia, los
encarnaba el envilecimiento del hom-
bre, su ceguera y su crueldad. Y he
aquí por qué su número fue 666, es
decir, 6 involuciones de la Carne, 6 in-
voluciones del Corazón y 6 involuciones
de la Inteligencia....Este monstruo sim-
bolizaba, pues, el anulamiento completo
del Hombre por el Deseo y su hechi-
zamiento en las formas más viles de la
Humanidad, en el tiempo en que rei-
naba Babilonia la grande, allí donde
anidaban los buitres de Assur!...
Este número 666 ha intrigado mucho a los
Historiadores. Los unos han visto en él el
Símbolo de Nerón. ¿Por qué? Es mucho más
simple recurrir al Simbolismo de los números.
En efecto, 6 ha indicado siempre la Involución
o la refracción del 3, mientras que 9 ha repre-
sentado siempre la Evolución. Ahora bien:
hay tres mundos; por consiguiente, toda Invo-
lución total no puede avaluarse numéricamente
sino por tres veces 6 o por tres múltiplos de
6.
 MISTERIOS GRIEGOS
  
Fiestas e Iniciaciones de Eleusis.—
Las fiestas de Eleusis no eran
otra cosa que la leyenda puesta en ac-
ción y dirigida por los Eumolpidos, a
quienes, según dice el poeta, se entre-
gaba la llave de oro de los Misterios.
El día 15 del mes de boédromion
(septiembre), según narra V. Dupuy en
su Historia de los Griegos, el Pontífice
de Eleusis, el hierofante, dirigíase a Ate-
nas, con su diadema en la frente, y
anunciaba la solemnidad, requiriendo a
los mistes o novicios para recibir la ini-
ciación. Las dos familias, Ceryces y
Eumolpides, los preparaban. (Estas dos
familias, según Sófocles, se repartían
el sacerdocio de las Grandes Diosas).
Todo hombre de sangre helénica, puro
de alma y de manos, podía ser admiti-
do; los bárbaros y asesinos eran ex-
cluidos.
Los días 17, 18 y 19 los mistes hacian
sacrificios, oraciones y expiaciones según
ritual secreto.
Un niño de pura sangre ateniense,
«el hijo del hogar», inmediato a la lla-
ma del altar de sacrificios, oraba y es-
piaba en nombre de los solicitantes a
ser admitidos; era el intermediario ino-
cente, grato a la divina madre.
El día 20 concluían las fiestas en
Atenas y salía la procesión por vía sa-
cra hacia Eleusis. Las andas eran Ya-
cos o Dionisos, representados por ni-
ños, como hijos de Deméter, quizás
producto del suelo en imagen, a quie-
nes el pueblo iba aclamando y vitorean-
do en el trayecto. También se llevaba el
Calathus o cesta sagrada, cantando la
fórmula, ¡Salve Ceres!
La marcha de los ciento cincuenta
estadios (como 30 kilómetros más o me-
nes) se hacia lenta e interrumpida por
cantatas, sacrificios y abluciones. En el
puente del Cefieo, la multitud se burla-
ba de los peregrinos y se cruzaban bu-
fonadas, recordando los chistes con que
Jambea distrajo a Ceres de su pesa-
dumbre.
Sólo en la noche, a la luz de las an-
torchas, se llegaba a Eleusis, y ahí per-
manecía el pueblo varios días divertién-
dose en el campo.
Los iniciados y los mistes entraban
al recinto amurallado en una colina, y
gritaban: «Fuera de aquí los profanos,
 432 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
los impíos, los hechiceros y lon homicidas»
y las puertas se cerraban.
Los trajes de los iniciados eran lar-
gos y de lino blanco. Los iniciados lle-
vaban el cabello levantado por un ador-
no de oro y ceñían corona de arrayán.
Para el pueblo era un misterio lo que
pasaba dentro del recinto amurallado;
la imaginación y la inventiva abulta-
ban fantásticamente cualquiera suposi-
ción o hecho real que vislumbraran. La
impresión que hacía en esta multitud,
diseminada alrededor de la colina del
templo, el desarrollo de la carrera noc-
turna, y en que cada miste salía del re-
cinto silenciosamente, con dos antorchas
en lo oscuro de la noche, rodeándolo en
vertiginosa carrera y volviendo a apa-
recer, era traducida en comentarios pa-
téticos y de emoción colectiva. En el
interior estas antorchas pasaban de ma-
no en mano, como para indicar que la
luz y la ciencia divinas se transmiten y
vivifican.
Las otras ceremonias simbólicas re-
cordaban el rapto de Proserpina (Cora) y
las excursiones errantes de Deméter.
Había también noches de tinieblas
(como las actuales de semana santa),
con fugaces relámpagos, estallidos y
fragores; la tierra mugía, y rumores de
cadena y quejidos y gritos de dolor lle-
gaban a lo lejos hasta el pueblo, anona-
dándolo, como recuerdo de las religió-
nes de los pueblos aborígenes.
Después de estas pruebas que revela-
ban y confirmaban la fe de los fieles,
seguía desarrollándose el poema sagra-
do con danzas y cánticos rituales, como
símbolos litúrgicos de cada paso o epi-
sodio doloroso o bienhechor en el dra-
ma de Deméter.
Venían después los mensajeros del
Olimpo: doncellas como Iris, mancebos
como Hermes, con sus trajes y atribu-
tos simulando embajadas a Deméter y
a Plutón, en un constante desarrollo de
danzas que se atenuaba poco a poco
hasta que, al fin, el expectante silencio
se rompía por el rumor metálico lejano
del rodar de pesado carro, que se acer-
caba estremeciendo el suelo, al ser bati-
do, sordamente por el golpe seco de los
cascos de una cuadriga, cada vez más
estrepitosa y violenta, de soberbios ca-
ballos negros que avanzando por la vía
encubierta y subterránea, surgía con el
carro de oro por los propileos ante el
frontón del templo, alzando a Cora des-
de el abismo al ámbito radioso de la
luz.
Deméter y su hija, abrazadas ante un
coro arrodillado que besaba el suelo
maternal y sacrosanto, eran la imagen
de la redención humana por la labor
agrícola civilizadora.
Desempeñaban estos papeles, la más
bella y noble matrona y la más linda y
perfecta doncella.
Venía después el interrogatorio y la
inocente confesión de Cora, que en ade-
lante debiera ser conocedora del Infier-
no, la Tierra y el Olimpo; descorrién-
dose así los velos de las tres existencias
para ella y para todos los presentes. Se-
guían las iluminaciones esplendentes,
los cánticos, las danzas rítmicas y hasta
maravillosas apariciones que anuncia-
ban el cumplimiento de los misterios a
la multitud estacionada en el exterior
del templo, y en los altares caían por
fin los velos, apareciendo las Grandes
Diosas en toda su magnífica belleza.
Existía una comunión interna en que
figuraba el calathus o canasto sagrado
y el ciceón, bebida que, como hemos
dicho, se componía de harina, agua y
aromas de menta. «He ayunado,— decia
la fórmula de los misterios—he bebido
el ciceón, he tomado de lo que contiene
el cesto, y después de probarlo, lo he
depositado en la canastilla; he vuelto a
tomar de ésta, y lo he puesto en el
cesto».
Las fiestas se celebraban en dos épocas
diferentes del año, porque había tres
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
grados de iniciación, así como tres ór-
denes de clericatura, pues los iniciados
formaban un clero, en el sentido primi-
tivo de la palabra. Las pequeñas eleusi-
nias, que eran una preparación para las
grandes, verificábanse en el mes de las
primeras flores, (antesterión, febrero),
cuando la vida, despertándose en el se-
no de la tierra, anunciaba el regreso de
Cora a Eleusis. Los grandes misterios
se celebraban en el mes de las carreras
sagradas, boedromión (septiembre), cuan-
do la naturaleza iba a entregarse al re-
poso, y la desposada de Hades (Plutón)
debía volver a reunirse con su esposo
en la sombría morada. Hasta que hubie-
se terminado un año, no se admitía al
neófito a la última iniciación, la epoptia
o contemplación suprema.
Antecedentes de estos
misterios.—
La e vo lu c ión moral que efectuaron
durante 10 siglos, más o menos, los
misterios, desde antes de Homero hasta
después del Orfeísmo, se reduce a que
los héroes del primero cifraban la feli-
cidad en el dominio y en el goce; mien-
tras que los iniciados del último, de-
bían buscarla en la moderación y en la
piedad.
Una investigación retrospectiva hacia
el origen de los misterios de Eleusis,
nos llevaría a través de los primeros
pueblos pelásgicos agricultores de la
Grecia, y veríamos, seguramente, una
gran sencillez y sinceridad. Encontra-
ríamos a los primeros Yacos o Jacobs; a
Ceres, madres de los cereales, introdu-
ciendo el trigo originario de la Mesopo-
tamia, cuyas espigas también se adora-
ban en Eleusis; a Baco introduciendo la
abundosa vid, y a Dionisos simbolizan-
do la época florida y fructífera del año;
en tanto que Cora, Proserpina o Persé-
fone simbolizaría la simiente oculta bajo
tierra en el invierno. Encontraríamos
que en Eleusis se habían conglomerado
las bacantes o ménades furiosas de los
433
montes de Beocia; el dioniso de las
montañas de Tracia Salvaje, rasgos to-
mados de la isla de Creta y de las lla-
nuras de Tesalia; veríamos en más
retirado término, la primitiva Cibeles
frigia, resumen cosmogónico de los fe-
nómenos de tiempo y producción; a los
gemelos dióscuros, Castor y Pólux, con
sus gorros lacres color de fuego y con
antorchas; a la Rea frigia, teniendo en
sus manos a los dos Cabiros o principios
ígneos, como las dos antorchas que ba-
tían los iniciados en Eleusis; al cabir
Prometeo, el que robó el fuego al cielo,
y a su hijo Enacos (el vino) dando hos-
pitalidad a Deméter, quien les dejó en
una cesta (caja) los objetos inefables y
sagrados (como el calathus de Eleusis)
y les indicó los preceptos para las san-
tas orgías. En la volcánica isla de Lem-
nos, es Efaistos o Vulcano, el padre de
los Cabiros, hijos de Cabiria y nietos del
Proteo marino, padre de la humanidad
e institutor de los misterios.
* * *
Estos misterios encerraban tres senti-
dos: histórico o fabuloso, físico o natu-
ral y místico o moral. En el primer sen-
tido los comprendía el pueblo rudo
(fabuloso); el segundo sentido, natural,
era el que los sacerdotes exponían a la
gente culta por medio de símbolos e
imágenes y el tercer sentido, moral, era
el revelado a los iniciados en el secreto
del templo.
Era una alta expresión de la religio-
sidad pagana, que tenía por objeto la
purificación del alma y la obtención de
la eterna ventura. El drama es análogo
al de la épica isíaca, cuando Isis sale
de Egipto para Biblos en busca de su
perdido Osiris, el que, muerto por Ti-
fón, dios de las Tinieblas, había ido
flotando a enredarse en un árbol, que
creció encerrando su cuerpo. El rey del
lugar hizo de ese árbol una columna que
 434 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
formaba como un ataúd cerrado; natu-
ralmente Isis, en su peregrinación, fue
encargada de educar y cuidar a uno de
los hijos del rey, para lo cual lo purifi-
caba en el fuego hasta que fue descu-
bierta por la reina, lo mismo que De-
méter, con la sola diferencia de que
Isis pidió le entregaran la columna, que
encerraba a Osiris muerto y se la llevó
a Egipto, en lugar de pedir un templo.
En las colonias griegas del Asia Me
nor, el dios del vino se fundía con las
divinidades indígenas de Lidia y Fri-
gia, transformándose en un Dionisos
afeminado, semejante al Atis frigio y al
Adonis fenicio, objeto preferente de la
adoración de la mujer, suyo culto or-
giástico, idéntico al de la gran madre
Cibeles, exaltaba las almas hasta el en-
tusiasmo delirante.
Las mujeres griegas, dice Sales Ferré,
corrieron al encuentro del Dios imber-
be, venido de las riberas del Asia, y en
las trietéricas nocturnas, celebradas cada
dos años en la cima del Parnaso y cada
tres en los valles del Citerón, se vio a
las bacantes Thiadas con el tirso en la
diestra y una antorcha en la siniestra,
correr desatinadas al son de flautas y
timbales en pos del Dios, su guía invi-
sible, para alcanzar con la beatitud del
entusiasmo y del éxtasis, signos por los
cuales se revelara la divinidad, la puri-
ficación del alma y la santificación de
sus vidas.
Así como en el mito épico de Isis y
Osiris se encuentra el episodio del hijo
de los reyes del lugar puesto en el fue-
go por la diosa para hacerlo inmortal,
análogo al de Eleusis, así se encuen-
tra otro modo importante en el mito
caldeo de la diosa Istar (la estrell a)
y el divino niño Dumuzi (el señor,
el pequeño ardiente) o Duzi (el hijo
de la vida, el verdadero hijo) nom-
bre Accadio (primitivos caldeos) que
pasó a los asirio - babilonios. El origen
de este mito fue turanio; provenía de
la raza de los Huros, primeros poblado
res de la Baja Caldea. En la epopeya de
esta nación, el divino Dumuzi, cuya es-
posa era Istar, reinaba en Uruk y pere-
ció trágicamente, siendo llorado todos
los años. En los salmos penitenciales, se
referían a Istar y a su esposo, el joven
dios solar; pero en un documento cunei-
forme (ladrillos mitológicos escritos)
aparece Istar como madre y no como
esposa de Dumuzi. Este concepto de
hijo y esposo, o de padre y esposo o de
generador y generado a la vez, que apa-
rece en todas las primeras mitologías,
evidentemente representa la producción
y reproducción vegetal, agrícola o del
grano que anualmente se repite sobre
la tierra, fecundada por el grano y ma-
dre de él otra vez, para volver nueva-
mente a ser fecundada por él mismo.
Este incesto o pecado original, causa
de la vida sobre la tierra, es uno de los
grandes misterios de la divinidad crea-
dora, y se formula simbólicamente en
los tres elementos necesarios para for-
mar un solo todo: perpetuo, caduco y
renaciente, en todas las trinidades, dog-
mas de religiones antiguas y modernas.
El episodio que en la leyenda de Is-
tar es análogo al de Eleusis, es el del
descenso a los Infiernos o sea la man-
sión subterránea de las sombras y los
muertos, lo mismo que Cora en los
misterios griegos.
Esta fue raptada por fuerza, mier-
tras que Istar fue engañada. El rey
subterráneo de Cora era Hades, Plutón,
y fue su esposo: la reina subterránea de
Istar fue su hermana Allat. Istar llega
a la puerta de la morada, que tiene en-
trada pero no salida, y manda imperio-
samente al portero que le abra «porque
si no Istar hará resucitar a los muertos
y serán más que los vivos». El guar-
dián avisa a su reina Allat que su her-
mana viene en busca del agua de la
vida; Allat ordena que la dejen entrar,
pero que la traten como a todos los de-
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
más; el portero le abre y al avanzar
Istar, en cada una de las siete puertas,
se la despoja de su tocado, de su man-
to y de sus alhajas. Istar maldice a
Allat; ésta manda a su ministro Nantar
que le aplique siete crueles enfermeda-
des en su cuerpo y en su corazón (por-
que siete eran las envolturas de la Na
turaleza) siendo arrojada a miserable
cárcel.
En tanto, por la ausencia de Istar, en
el mundo superior había muerto el
amor y se había extinguido la procrea-
ción; los matrimonios y los nacimientos
cesaron entre los hombres y los anima-
les, y la naturaleza suspendió sus ener-
gías. Alarmados los dioses crearon al
espectro Uduchunamir, ante el cual se
abrieron las Siete Puertas. Allat, conju-
rada por los Grandes Dioses, se golpeó
el pecho, mordiéndose rabiosamente los
dedos, y maldijo al espectro; pero no
pudo resistir al conjuro.
Entonces el Ministro Nantar hizo be-
ber a Istar de la Fuente de la Vida, la
condujo por los siete recintos, devolvió-
le sus prendas, y en la última puerta le
dijo que rociara al amante de su juven-
tud con las aguas sagradas (el riego); lo
vistiera con espléndidas ropas (las flores
y las hojas primaverales), y lo adornase
con piedras preciosas (los granos y los
frutos).
Istar sale del Infierno con el Agua de
la Vida y reanima al pequeño Dumuzi,
sentándolo sobre sus rodillas; era su
hijo y su amante; y el mundo revivió
floreciendo rejuvenecido.
Como datos cronológicos esclarecedo-
res, conviene anotar que en Caldea la
primera fusión de los pueblos Schúmero
y Accadio, comienza en 4500 años antes
de J. C.; florece Caldea, con Sergón
primero, en 3800 antes de J. C. y con-
tinúan los reyes de Ur (patria de Abra-
ham, según la Biblia). En este largo pe-
ríodo se desarrollan las ciudades, las
435
lenguas y las artes. Se realizó la reforma
religiosa hasta completarse en 2400
antes de J. C., propagándose las leyen-
das caldeas a los pueblos circunvecinos;
en tanto que los griegos comienzan a
formular sus cultos y ritos más o menos
en 1800 antes de J. C. Caldea y Meso-
potamia eran naturalmente fértiles, lo
mismo que el Egipto; la Grecia, no:
exigió la industria sabia del hombre.
Por eso se pobló y desarrolló más tarde.
Comentarios.- La significación preci-
sa de los ritos de Eleusis escapa al pen-
samiento moderno en su total compren-
sión. En aquel tiempo los iniciados
juraban guardar secreto, y toda divul-
gación era castigada con la muerte. Los
autores antiguos no nos trasmiten sino
furtivas reticencias sobre los misterios.
Se diría, cuando hablan de ellos, que
bajan la voz y miran en torno. Demós-
tenes, en uno de sus discursos, declara
que «los profanos no podían conocerlos
ni aun por sus díceres»; Pausanias, en
su Viaje, pasa por delante del templo
de Eleusis velándose la cabeza: «En
cuanto al interior del templo, un sueño
me ha prohibido describirlo; los no ini-
ciados, a los cuales no es permitido ver
ese interior, no deben ni conocer lo que
contienen». Se desprende, sin embargo,
de las imágenes confusas que nos deja
entrever la descripción de esos ritos, el
emblema del alma pasando de las som-
bras de la muerte a las claridades de la
vida futura; su resurrección espiritual,
asimilada al renacimiento del grano
cosechado; la intuición de las felicida-
des prometidas a los elegidos. No es
fácil establecer que esas doctrinas hayan
sido el enunciado de un dogma, o la
impresión de espectáculos místicos ha-
blando a espíritus abiertos a los sím-
bolos, pero es desde todo punto cierto
que los misterios fueron en Grecia la
 436 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
gran escuela de la inmortalidad del
alma… La antigüedad glorifica uná-
nimemente su santidad sacramental, su
eficacia religiosa, su virtud moral. «Fe-
liz, dice Píndaro, quien después de ha-
ber visto ese espectáculo, desciende a
las profundidades de la tierra». «El sa-
be el fin de la vida y conoce su divino o-
rigen». Teodoro de Sicilia escribe que
«los que han participado en los miste-
rios son más justos, más devotos, mejo-
res en todas las cosas». Andocide, en
uno de los cuatro discursos que quedan
de él, dice a los atenienses: «Ustedes
están iniciados y han contemplado los
ritos sagrados de las diosas con el fin
de castigar a la impiedad y salvar a los
que se defienden de la injusticia».
Entre los poetas de Grecia, se distin-
gue a los que han sido marcados por la
iniciación, por su acento más profundo,
su piedad más ardiente, sus presenti-
mientos más extraños que exaltan o
calman sus versos: es la iniciación que
da a Píndaro la santidad de un David,
y que saca de su lira acordes dignos del
arpa del salmista hebreo; es ella la que
agita de un soplo sobrenatural los coros
de Sófocles. Las comedias mismas de
Aristófanes, en medio de este inmenso
carnaval de dioses travestidos y de
creencias profanadas, cesan las risas de
repente, en lo mejor de la orgía burles-
ca, los gritos callan, la escena se pone
grave, el humo del incienso sucede al
humo de la orgía, se entona un himno
entusiasta: es el Corazón de los inicia-
dos de Eleusis que pasa cantando. Tales
son en la Divina Comedia, esas proce-
siones de Angeles que desfilan inclina-
dos sobre sus tiorbas, velados de sus
alas, en medio de los escarnios y de las
blasfemias del Infierno.
Si los libros antiguos son mudos so-
bre los Misterios, la escultura habla con
elocuencia. El bajo relieve recientemen-
te descubierto en Eleusis, hace salir a
las dos Grandes Diosas del fondo de su
templo, en el ejercicio mismo de su sa-
cerdocio.
Ceres apoyada .sobre un gran cetro,
emblema del trono de Eleusis, tiende a
Triptolomeo el grano de trigo que debe
sembrar en el campo de Rharius. De-
trás de Triptolomeo, Proserpina, tenien-
do en la mano izquierda una larga an-
torcha, extiende la derecha sobre la
cabeza del Efebo, como señal de bendi-
ción. Esa escena es única entre los
monumentos conocidos hasta la fecha.
Los vasos pintados y las monedas, re-
producen varios episodios de la misión
del hijo de Keleos. Parado sobre su
carro, arrastrado por dragones alados,
recibe de Ceres una gavilla de espigas.
En otra parte, sentado sobre el mis-
mo carro y la cabeza cubierta del petaso
de Hermes, siembra el trigo que tiene
en el faldón de su manto levantado; en
otra, aún, comparte la apoteosis de Ce-
res, saludada por las Horas. Pero es la
primera vez que un monumento anti-
guo nos muestra a Triptolomeo reci-
biendo el grano primitivo de manos de
Ceres. La presencia de Proserpina real-
za aún la solemnidad de esta primera
comunión pagana. Si la tierra de donde
salió el bajo - relieve de Eleusis no ates-
tiguara su valor sagrado, la augusta
simplicidad de su composición bastaría
para revelarla. Evidentemente, tocamos
aquí el fondo de los misterios. La corti-
na cargada de símbolos que velaba el
santuario del templo se levanta; nos
descubre en ese mármol el doble tipo
de la iniciación; mientras Ceres enseña
a Triptolomeo los fenómenos de la
tierra, Proserpina le descubre los secre-
tos de la vida futura.
Ningún atributo designa a Ceres, ni
la hoz, ni la corona de espigas, ni la
amapola, ni el puerco familiar que la
acompaña en las representaciones de
un arte exterior. Se revela por su ma-
jestad misma: Vera incensus patuit
dea. La diosa está vestida de un largo
 BEVISTA MASÓNICA. DE CHILE
traje rayado simétricamente como las
columnas del Partenón: vestimenta pe-
sada que arraiga a la tierra, la madre
universal, y de la cual los pliegues re-
cuerdan los surcos que se tienden en
los campos cultivados. Un peplum de
numerosos pliegues cubre su busto; sus
cabellos cortos tienen la tiesura viril
que el arte antiguo prestaba a los pei-
nados de las divinidades Andróginas.
El perfil es de una rectitud marcada: es
el tipo griego en su más alta expresión.
Se cree oír el discurso que fluye de sus
nobles labios con una gravedad didác-
tica.
Triptolomeo, frente a la diosa, tiende
una mano para recibir el viático y con
la otra echa atrás el manto ya inútil;
atleta de la tierra, se ofrece desnudo a
las labores; su cabeza vuelta hacia Ce-
res expresa una atención religiosa; mira
a la diosa de frente con una fe ingenua
y una franqueza intrépida; su cuerpo
juvenil y robusto es el tipo del hombre
rural, el hijo de los reyes pastores,
guerrero armado, no con la espada,
pero sí con el aguijón que pincha a los
bueyes y la guadaña que abate la ga-
villa.
Proserpina hace un hermoso contras-
te con Ceres y Triptolomeo: no es el
mármol hecho carne, es el mármol he-
cho sombra; parece reflejada más bien
que esculpida; su perfil respira una re-
signada melancolía; la antorcha que
lleva levantada indica que es devuelta
a la tierra; pero tendrá que volver nue-
vamente a ella con el grano que Ceres
lleva a Triptolomeo.
437
Los ropajes participan de la mistici-
dad de su forma; parece un tenue vapor
inundando ese cuerpo joven; recuerdan
por su trasparencia los de Fidias en la
mujer recostada del Frontón oriental
del Partenón.
Los dioses griegos se han ido; el tem-
plo del mundo ha perdido las grandes
imágenes que lo decoraban, pero al par-
tir lo han consagrado. Los elementos
que ellos personificaban, las fuerzas
activas de las cuales eran la conciencia,
recuerdan haber sido divinos con ellos.
Las facciones humanas y maternales de
Ceres se han perdido en la fuerza basta,
vaga, indiferente de la naturaleza pro-
ductora, pero su personalidad religiosa
la anima aún con un débil soplo de
vida y exuberancia. La gran diosa ha
dejado el vestigio de sus pasos en todos
los surcos; estampó algo de santidad en
todas las funciones de la vida rural;
todavía hoy, algunos rincones de los
campos, en pequeñas fiestas locales, pa-
ganas sin saberlo, despiertan en la
época de las cosechas su culto abolido.
El gesto del que siembra, esparciendo
el grano a largas sacudidas, parece la
bendición de su prelado. De estación en
estación, su leyenda, tan íntimamente
ligada a la historia natural del suelo,
desarrolla sus episodios invariables; cada
individuo sumerge a Proserpina, con la
vegetación moribunda, en el abismo
oscuro de la tierra; cada primavera la
resucita coronada de flores. Eternamen-
te, la Naturaleza repite el drama sagrado
de Eleusis.
NUEVAS OPORTUNIDADES PARA REALIZAR
TRABAJO MASÓNICO
  
(De Sidneu Morse.—Secretario de la Oficina del Servicio Social y Educacional.
En una democracia, la última Corte
de Apelaciones es la opinión pública. La
guerra mundial y la consiguiente nece-
sidad de una mundial reconstrucción y
reajustamiento han obligado a los hom-
bres a encarnar los más graves proble-
mas que jamás haya confrontado una
generación. Que consejos sabios y pru-
dentes prevalezcan para solucionar con
oportunidad estos problemas, depen-
derá de la mayor o menor extensión
con que la opinión pública sea infor-
mada e ilustrada.
El Gran Maestro de los Masones del
Estado de Nueva York y los miembros
de esta Gran Logia han recibido, bajo
la Divina Providencia, la dirección de
un agente cuya potencia para informar
e ilustrar la opinión pública es única e
incalculable.
Este Tribunal Superior incluye más
de 300,000 hombres y masones, agru-
pados en 52 distritos masónicos y que
acostumbran mantener alrededor de
200,000 comunicaciones al año.
Cada Logia está regida regularmente
por una Carta Constitucional y un con-
N. Y.— U. S. A.)
junto de Cartas particulares, y está di-
rigida por un grupo de Oficiales que
trabajan con celo y devoción. Cada una
cuenta con un establecimiento donde se
efectúan con puntualidad y en forma
adecuada sus reuniones esenciales. Nues-
tro sistema de las Logias es, en una pa-
labra, un instrumento perfectamente
dirigido y equipado. El poder de nues-
tro Oficio es realmente grande y por-
consiguiente lo es también nuestra res-
ponsabilidad.
¿Hacia qué fines se han dirigido sus
esfuerzos? ¿En qué forma se aprove-
chan estas extraordinarias oportunida-
des de realizar trabajo masónico?
Ideales Masónicos.—
Tres son los grandes ideales que
inspiran nuestras actividades: Fraterni-
dad, Solidaridad y Verdad.
En las tempestades y violencias de la
vida, las Logias nos ofrecen un puerto
seguro donde nuestros ideales de armo-
nía y fraternidad se realizan plena-
mente.
Por intermedio de nuestra Gran Lo-
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
gia, con sus admirables obras de cari-
dad en Utica, y de las Logias subordi-
nadas, prestando socorro a los Hermanos
necesitados, o a sus viudas y huérfanos,
perseguimos el ideal masónico, de ayu-
darnos unos a otros.
En cuanto al tercer ideal, el de Ver-
dad, hoy día es interpretado casi exclu-
sivamente en el sentido de «verdad
ética» y con relación a esto se ha plan-
teado el problema siguiente: ¿No es aca-
so esta interpretación demasiado estre-
cha para nosotros?
A través de varias generaciones la
actividad masónica se ha limitado casi
únicamente a la preparación de maso-
nes. Nuestro trabajo está animado por
el alto propósito de inculcar las virtu-
des ejemplificadas en «el hermoso siste-
ma de moral ilustrado por símbolos y
alegorías».
Seleccionar entre las toscas piedras de
la cantera buenos y valiosos elementos,
tallarlos y pulirlos en las Logias con las
herramientas de nuestro Oficio, y for-
mar Maestros Masones de buen carácter
y buena voluntad, es en parte la noble
y gloriosa tarea de nuestra querida Fra-
ternidad.
Menos que esto no podemos ni debe-
mos pretender. No lo olvidemos jamás.
Pero lograr estas virtudes no significa
aún haber realizado el ideal masónico
de Verdad. Las condiciones de la vida
humana son tan complejas que el buen
carácter y la buena voluntad, siendo la
base esencial, no bastan sin embargo.
No se crea que un hombre, por el hecho
de tener buen carácter y excelentes in-
tenciones, vaya a obrar moral y cívica-
mente con rectitud y a poner su perso-
nalidad integral al servicio de sus seme-
jantes. Para obrar con rectitud, frente
a los innumerables problemas que con
tanta insistencia claman solución, hay
que saber cuál es el camino recto. A la
verdad aunemos el conocimiento, a la
buena voluntad la inteligencia. Las ne-
439
cesidades urgentes del día vienen a con-
firmar ampliamente esto, poniendo por
sobre todo, el ideal masónico de Verdad.
Supóngase que cada Franc-Masón
sometido a esta Obediencia pueda ser
puesto al corriente de los hechos que
se refieren a cualquiera de los proble-
mas del presente. Supóngase, además,
que este estado de cosas pueda ser
interpretado claramente a la luz de opi-
niones expertas y de Verdad masónicas.
¿No podría deducirse muy justamente
que en tal situación los sentimientos
masónicos se cristalizarían a favor de
acciones sabias y prudentes y que la in-
fluencia de los Franc-Masones afectaría
decisivamente la opinión pública, de la
que depende tan ampliamente la inte-
gridad de nuestras instituciones y su
administración eficiente?
La Gran Logia ha autorizado a un
comité de Educación con el fin de in-
quirir sobre los problemas más apre-
miantes de la hora presente y de inte-
rés masónico y poner a disposición del
Gran Maestro, de los Maestros, Oficiales
y Hermanos las informaciones adquiri-
das por sus miembros y esta oficina de
Servicio Social y de Educación.
La o f ici na I nte r me d ia r ia . -
El propósito primordial de la Oficina,
como está asentado en estos boletines,
es servir de intermediaria entre las Lo-
gias. La responsabilidad para determi-
nar los trabajos del Oficio, dando ins-
trucciones adecuadas para la labor, recae
exclusivamente en el Venerable Maes-
tro. Esta oficina se ocupará de ayudar
al Maestro, poniendo a su disposición
oradores y otros medios que él pidiera,
sin disminuir de ninguna manera su
autoridad y responsabilidad. Por eso la
oficina no toma a su cargo la designa-
ción de los individuos que pueden ser
presentados a una Logia ni por cuáles
oradores. Ella proporciona al Maestro a
pedido de éste, una lista de individuos
 440 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
y oradores útiles. El Maestro selecciona
a los oradores e individuos que consi-
dera más aptos para su Logia y de
acuerdo con el orador, toma las deter-
minaciones necesarias.
Otra razón de limitar las funciones
de la oficina a las de intermediaria es-
triba en que el ideal de la fraternidad
masónica encuentra su expresión nor-
mal en el servicio voluntario. Hay tal
abundancia de talentos sobresalientes
en cada campo de acción e interés hu-
mano dentro de la comunidad, del Ofi-
cio, que se les puede abrir rápidamente
paso para que con entera libertad pue-
dan realizar trabajo útil. El principal
objeto de la oficina es propulsar y des-
arrollar toda clase de trabajo volunta-
rio de los miembros de la fraternidad
bajo la dirección de los maestros de las
Logias y la Jurisdicción de los Grandes
Maestros.
El trabajo de la Oficina puede consi-
derarse bajo 3 puntos de vista: 1) Infor-
maciones colectivas, 2) Obtener opinio-
nes expertas, y 3) Establecer comunica-
ciones entre la oficina y las Logias.
Fuentes de información.- El conjunto
de temas tales como «El americanismo y
la americanización», «Inmigración»,
«Tendencias radicales y revoluciona-
rias», «Sistema de enseñanza pública»
y otros más que interesan al Oficio, si
están auspiciados directamente por la
Gran Logia, requieren un numeroso y
entendido personal técnico. Felizmente,
la oficina, al establecer relaciones de
cooperación con otras agencias, ha
podido así evitar cualquier gasto en
esta clase de trabajo.
Un Consejo Superior de Maestros
Masones que representa colectivamente
toda la serie de informaciones cientí-
ficas y experiencias prácticas, se está
desarrollando también, y sus servicios
serán útiles y no requerirán mayor gas-
to que el de reuniones y la correspon-
dencia para mantener un contacto per-
manente.
Organización.- De esta manera se fa-
cilita el camino para concentrar las acti-
vidades de la Oficina enteramente al
trabajo de establecer y mantener comu-
nicaciones entre la Oficina y las Logias.
Los pasos que se han dado con este
fin son principalmente dos: 1) un lla-
mado para la movilización de un cuerpo
de oradores voluntarios y minute mcn
para comunicar al Oficio todas las in-
formaciones y opiniones expertas que
la Oficina pueda utilizar. 2) La promo-
ción de Consejos regionales.
Oficina de los de los Oradores.—
Las filas de la Fraternidad Masónica
en esta Gran Jurisdicción representan
una mina de talentos de inagotable
riqueza. Representantes de todas las
Grandes Jurisdicciones del mundo
entran a ocuparlas constantemente.
Entre los oradores que han dirigido
nuestras Logias durante los últimos tres
años, vemos miembros anteriores del
Gabinete de Estados Unidos, del Con-
greso, de ambas ramas de la Legislación
del Estado, Gobernadores anteriores del
Estado de Nueva York, miembros ante-
riores y actuales del Cuerpo Diploma
tico de Estados Unidos, miembros su
periores de los Tribunales de Justicia
de los Estados Unidos, presidentes y
profesores de las principales universi-
dades y de otras instituciones educacio-
nales, representantes preeminentes de
todas las profesiones, representantes,
tanto del trabajo como del capital, etc.
Ninguna Universidad del mundo ha te-
nido una facultad de instrucción más
ampliamente representada y mejor cali-
ficada, ni ningún grupo de profesores
ha tenido igual oportunidad de dirigir
la palabra a un auditorio más atento o
de mayores probabilidades de servir a la
humanidad.
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
Consejos regionales.- Se ha ideado una
forma sencilla de organización, según la
cual las Logias de cada distrito pueden
autorizar al Maestro, al Inmediate Past
Maestro o a cualquier otro Hermano
designado por el Maestro, para
representarlas en un Consejo Regional.
Esta corporación se reúne dos veces al
año, por lo general en Enero y
Septiembre, con el fin de discutir el
estado del Oficio dentro del distrito y
deliberar sobre los caminos y medios
más propicios para el trabajo efectivo.
El Consejo elige un Comité Ejecuti-
vo compuesto de nueve miembros, cu-
yos oficiales son ex-oficio oficiales del
Consejo. El Comité actúa como un tri-
bunal local que selecciona los oradores
y otros talentos.
Con este objeto, el Comité, por medio
de una inspección dentro del distrito,
descubre y enrola talentos útiles. Sobre
las bases de esta información, ellos tra-
zan y someten a cada reunión del Con-
sejo un programa de actividad. Con
esto se consigue un mayor y más efi-
ciente rendimiento de trabajo y de
fuerzas de esos talentos y se despliega
más ampliamente el servicio esmerado
d e ambas Logias y su intercambio fra-
ternal.
La Constitución del Consejo confía
todo el poder en manos del Venerable,
que es el único que puede emitir el voto
de su Logia.
Además, al dársele facultad al Maes-
tro para designar a su voluntad a cual-
quier Hermano que en su opinión está
dotado de cualidades especiales para
determinado servicio, se le abren real-
mente caminos para impulsar el trabajo
del Oficio. Cada Logia y distrito masó
nico cuenta con un número de hombres
de cultura y visión, que no han sido
oficiales pero que acogerían con agrado
441
una oportunidad para prestar servicios
masónicos que llevarán a la realidad estas
oportunidades de trabajo masónico. Este
procedimiento del Consejo da a todos
los Hermanos plena facultad para coope-
rar en igual medida de fuerzas, de acuer-
do con sus capacidades y entusiasmo
por el trabajo. Bien desarrollado este
plan, hará revivir el interés de gran nú-
mero de representantes severos de la
Masonería y los hará consagrarse de
nuevo al trabajo del Oficio.
Programa de la Asociación de
Trabajo Masónico.— Durante el año
pasado se elaboraron programas en que
fue de reconocida utilidad para nuestras
Logias el programa completo de la Aso-
ciación de Trabajo Masónico de Estados
Unidos y en que ciertos puntos de
unestro propio programa fueron adop-
tados por la Asociación y aprovechados
por todas las corporaciones jurídicas. De
este modo nuestras Logias reciben el
beneficio de un doble trabajo nacional y
local. Así, tanto la Asociación (de la cual
es un miembro esta Logia) como nuestra
Oficina, se ayudan y robustecen
mutuamente.
El programa de la Asociación se basa
en un análisis del rito filosófico e histó-
rico del Oficio bajo cinco puntos de vis-
ta: el amor a Dios, la Fraternidad, la
Libertad religiosa, la Igualdad ante la
Ley y la Caridad. Esta plataforma se ha
elaborado en una serie de boletines de
acuerdo con la necesidad de preparar a
los oradores en el trabajo masónico.
Varios de estos boletines serán ilustrados
por proyecciones luminosas; dos de ellos
ya se han utilizado. Cientos de oradores
se han ofrecido gustosamente para
preparar charlas basadas en los boletines
de la Asociación, y estas charlas,
acompañadas de proyecciones luminosas,
serán reclamadas sin duda con insistencia
durante el presente año en las Logias.
 442 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
La Asociación emite también men-
sualmente a las Logias una serie de bo-
letines que contienen charlas cortas para
ser leídas en voz alta, ya sea en parte o
enteramente por el Maestro u otra per-
sona designada por él.
Estudios masónicos.—
La Oficina de la Asociación de
Trabajo Masónico ha preparado un
boletín de literatura para la biblioteca
masónica, que presenta un programa
completo de estudios masónicos, incluso
la organización de la biblioteca
particular y de la Logia. Con la
cooperación de la Asociación, la Oficina
está habilitada para ayudar a los
Maestros de las Logias, comités del
libro y otras personas en la selección
de libros y periódicos para las
bibliotecas particulares o de las Logias y
aceptar todas las publicaciones útiles,
tanto de primera como de segunda
mano. Podemos afirmar que los co-
mentarios de los Maestros revelan un
interés general y bien orientado y una
convicción creciente de la importancia
del esfuerzo social y educacional. El
campo del trabajo masónico espera la
cosecha y felizmente los obreros no son
pocos. Hermanos de vastos conocimien-
tos y recia disciplina ponen sus esfuer-
zos voluntariamente para acrecentar su
número, y saludan con entusiasmo y
ardor la oportunidad de cooperar por
medio de nuestro querido Oficio al ser-
vicio del género humano. La Oficina
trata de ser un instrumento que permita
a todos los miembros de la Fraternidad
encontrar ocasión para tales trabajos,
en concordancia con sus respectivas as-
piraciones y capacidades.
Muestro porvenir.- En cuanto a nuestro
porvenir, sólo un profeta muy audaz osa-
ría trazar límites a lo que nuestro Ofi-
cio es capaz de realizar bajo una direc-
ción hábil y prudente e inspirado por
un espíritu de armonía y cooperación
fraternal. En estos días en que las corri-
entes invisibles de la telegrafía inalám-
brica atraviesan sólidas murallas y pene-
tran aún en los tejidos de nuestro propio
cuerpo, del tiempo fugaz y la distancia
destructible y una humanidad mágica-
mente unida dentro de una vasta Frater-
nidad, ¿quién puede negar que maravi-
llas de ayer no serán tildadas mañana
de vulgaridades?
En vista del desarrollo de los últimos
12 meses es de esperar que en un día
no muy lejano cada templo masónico y
cada Logia cuente no sólo con una bi-
blioteca a domicilio de libros y revis-
tas, con un aparato para proyecciones
luminosas y una instalación receptora
radio - telefónica; sino también con sus
propias estaciones emisoras, sus pro-
gramas propios con producciones masó-
nicas y formas musicales adaptadas a
ellas.
El Comité de Educación investiga
activamente por medio de su Oficina
estas posibilidades, en estrecha coope-
ración con el Servicio Masónico de la
Asociación de los Estados Unidos y tra-
tará de poner a disposición de las Lo-
gias estos programas con la rapidez con
que los medios y las oportunidades lo
permitan
 LA EDUCACIÓN ENTRE LOS ROMANOS
 
(Del Boletín del Gran Oriente Lusitano Unido.—Septiembre de 1924).
La educación, crisol de héroes, vari-
l l a mágica que engrandece el alma y
da vigor al cuerpo del hombre transfor-
mándole los bajos instintos salvajes en
las más acrisoladas virtudes, es definida
de tantas maneras que el americano
Horn halló en sus definiciones intere-
sante motivo para un volumen de 400
páginas.
Gustavo le Bon le definió:
— «Es el trabajo de la transición de
lo consciente a lo inconsciente.»
En su acepción general, educación
«es el conjunto de todos los medios ca-
paces de desenvolver todas las aptitu-
des humanas».
Muchos distinguen instrucción y edu-
cación, llamando instrucción a la edu-
ción intelectual, y educación propia-
mente dicha a la educación de la
voluntad, también llamada educación
moral.
Hay la educación propiamente dicha,
dada en la escuela, proviniendo de la
acción directa de los pedagogos, y hay
la educación natural, recibida incons-
cientemente en el medio social en que
se vive, siendo ésta atribuida por un
filósofo a la influencia de los agentes de
educación — raza, clima, costumbres,

condición social, instituciones políticas
y creencias religiosas.
La historia de la educación, que es,
como quien dice, la filosofía de la his-
toria, es el resumen de la vida de la
humanidad en sus manifestaciones lite-
rarias, científicas, políticas y religiosas.
Ella abarca el cuadro completo de la
cultura intelectual y moral, determinan-
do las causas diversas que modifican el
carácter del hombre, produciendo seres
diferentes en épocas diferentes.
He aquí, en resumen, el significado e
importancia de la educación y su di-
visión.
La Universidad Libre de Lisboa, en
cuadro expuesto en su salón de entrada,
señala a los visitantes como lema sagra
do, estos dos períodos de Haubert:
—«La vida debe ser una educación
permanente, sin treguas. Se debe apren-
der desde el nacimiento hasta la muer-
te». Gran verdad encierra este precepto
que debemos tener siempre presente
Educación entre los Roma, en el largo
romanos.—
curso de su his-
toria, adoptó dos sistemas contrarios de
 444 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
educación: El primero bajo la Repú-
blica, hasta la conquista de Grecia, tuvo
el sello de la educación espartana:—
educación guerrera sin ningún cuidado
por la cultura intelectual;—el segundo,
bajo el Imperio, tuvo por modelo la
educación ateniense— cuidado con el
cuerpo y con el desarrollo del espíritu,
con notable tendencia para que preva-
lecieran las educaciones literaria y ora-
toria.—A cada sistema corresponde un
período de la historia de la educación
romana.
** *
Primer periodo:—Los primeros roma-
nos, aparte algunos elementos de civi-
lización y cultura que les comunicaron
los pueblos convecinos, principalmente
griegos y etruscos, sólo tuvieron por
maestros sus padres y la naturaleza. Su
primera educación fue acomodada a su
espíritu y necesidad. Ella fue casi exclu-
sivamente física y moral o diciéndolo
mejor, militar y religiosa.
Hasta la conquista de Grecia el roma-
no fue soldado y ciudadano.
El Estado no intervenía en la edu-
cación.
Para formar soldados robustos, los
jóvenes, bajó la vigilancia de sus padres,
practicaban en el campo de Marte juegos
y ejercicios preparatorios para las mi-
licias: dardo, disco, carreras pedestres
y de carros, saltos, lucha cuerpo a cuer-
po, pugilato, natación y equitación.
Para formar ciudadanos patriotas se
hacían los cánticos de Salios (especie de
catecismo con los nombres de los dio-
ses). Los hijos de los nobles y los mis-
mos convives cantaban, en los banque-
tes de confraternización, himnos patrió-
ticos al son de la tibia (flauta pastoril).
Se enseñaba a leer a todos los romanos
las «Doce Tablas», que eran la ley in-
tangible y los mandamientos de la fun-
dación de Roma.
De esta educación natural nacieron
los hombres más robustos, más valien-
tes, más disciplinados y más patriotas
que el mundo ha admirado. Roma fue
la gran escuela de virtudes militares y
cívicas. Roma trabajó para un fin prác-
tico, impulsada solamente por conside-
ración de utilidad. Ella quiso sólo que
sus hombres, duros, frugales y fuertes,
se hicieran soldados obedientes y dedi-
cados. Quiso guerreros para no depen-
der de extraños y obligar a éstos a
depender de ella.
¡Roma no conocía al hombre, sino al
ciudadano romano!
Con las virtudes de sus ciudadanos,
la República romana se extendió poco
a poco, hasta que, vencida Cartago, do-
minó rápidamente al mundo haciendo
comprender en el Imperio romano todos
los imperios precedentes.
Las virtudes de los primeros roma-
nos, virtudes prácticas caracterizadas
por una especie de insensibilidad feroz
y su desdén por las cosas del espíritu,
pueden atribuirse, poniendo de parte las
circunstancias del medio y de la raza, a
las siguientes cuatro causas principales:
fuerte disciplina doméstica; papel de la
mujer en la familia romana; influencia
religiosa; lectura obligatoria de sus
«Doce Tablas».
El jefe de familia tenía sobre ésta el
derecho de vida y de muerte, debiéndo-
le el hijo obediencia ciega. La madre
tenía autoridad absoluta sobre el hijo
durante su menor edad. Los romanos,
muy supersticiosos, que para cada acto
de su vida tenían un Dios, respiraban,
por decirlo así, una atmósfera divina,
lo que les imprimió regularidad y carác-
ter en todas sus manifestaciones.
Era tan preconizada en Roma la obe-
diencia que se tenía como principio
axiomático:—«Sólo puede saber man-
dar quien sabe obedecer».
El romano consideraba la ley invio-
lable y sagrada, aprendiendo a leer en
su código civil: «Las Doce Tablas».
 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
El niño acompañaba a su padre en
los actos públicos, en el Senado, en el
Forum, etc., asistiendo a la discusión y
a la propia intervención paterna. Hasta
entrar en el Ejército, a los 20 años,
aprendía lo que necesitaba hacer cuan-
do fuera ciudadano romano.
El castigo para la cobardía no tenía
restricción; pero, en compensación, los
generales muertos en combate entraban
en Roma con las mismas pompas y
honras tributadas a los vencedores.
De lo que queda dicho se ve que la
educación moral y física fue en este
período dada por las familias, por la
religión y por el Estado, no habiendo
existido entonces educación intelectual
hasta la influencia griega.
De las condiciones práctico - utilita-
rias del espíritu del pueblo del Lacio
resultaba el carácter seco, abstracto y
formalista de su religión, y la ausencia
de la literatura y de toda tentativa cien-
tífica y filosófica.
La política, la administración públi-
ca, la milicia, el culto, la economía do-
méstica y la agricultura, fueron, durante
mucho tiempo, la preocupación y
ocupación de los patricios romanos.
* * *
Segundo período: Comienza con la
conquista de Grecia (fines del siglo 3.°
A. C.) cuando la educación romana es
influenciada por la cultura helénica.
Este período se divide en dos sub pe-
ríodos: el 1.° hasta el fin de la Repúbli-
ca; y el 2.° comprende el Imperio, hasta
la introducción del cristianismo como
religión del Estado (325 A. C.)
Las costumbres romanas no se man-
tuvieron en su primitiva forma, alterán-
dose bajo la influencia griega. Como
dice Horacio: «La Grecia conquistada,
conquistó, a su vez, a su feroz ven-
cedor».
Aparecen entonces en el Imperio las
445
primeras escuelas públicas, reemplazan-
do el gusto de las letras y de las artes a
la antigua educación austera y ruda.
El conocimiento de la lengua griega
pasa a ser una cualidad de la gente culta
en el 2.° siglo A. C. Las familias nobles
y ricas tienen entonces un pedagogo
griego que enseña a hablar y traducir
este idioma, y los padres abandonan el
encargo de la educación de los hijos,
confiándolos, según la moda ateniense,
a mercenarios y hasta a esclavos, sin
importarles los defectos y aun los vicios
de tales pedagogos. Dice Plutarco que
«ellos confiaron sus hijos a aquellos de
sus servidores que, inútiles para todo
servicio, no les podían cuidar las tierras,
los navios, los dineros, etc».
Las costumbres políticas varían en-
tonces también en Roma. Al principio
solo los patricios podían ocupar altos
cargos; pero poco a poco la plebe con-
quista todos los lugares, siendo censo-
res, cónsules y hasta pontífices.
Después de las Escuelas de Gramá-
tica aparecieron las de Retórica y Dia-
léctica. Por último crearon las escuelas
de Filosofía. Entonces los retóricos y
los filósofos fueron los maestros de la
educación.
En seguida al advenimiento del Im-
perio, la enseñanza, especialmente la
superior, adquiere gran desarrollo.
En los últimos tiempos del Imperio y
en la Edad Media aparecen en Roma
las Siete Artes Liberales—artes dignas
de un hombre libre, constituyendo el
Trivium (Gramática, Retórica y Dialéc-
tica) y el Quadrivium. (Aritmética, Geo-
metría, Astronomía y Teoría de la Mú-
sica). Empezaron entonces a aparecer
Escuelas de Derecho y de Medicina,
siendo la memoria mecánica la base
esencial de la enseñanza, y el castigo
corporal el medio de conseguirla.
Roma jamás tuvo grandes pedagogos
porque los romanos nunca sintieron in-
clinación por las ciencias desinteresa-
 446 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
das o por los trabajos especulativos.
Pero fueron excelentes en las ciencias
prácticas, como el Derecho, por ejemplo.
Y la pedagogía, aun siendo un tratado
práctico, se basa en principios filosó-
ficos sobre la naturaleza humana y sobre
una concepción teórica del destino del
hombre, cuestiones éstas que dejaron
indiferentes a los romanos, y que el
mismo Cicerón solo aborda de paso,
después de Platón.
Es de notarse que parece que los ro-
manos nunca consideraron la educación
como obra nacional, como negocio del
Estado.
La Ley de las «Doce Tablas» nada
dice sobre la educación de los niños.
Cicerón dice en su «República»: «Nues-
tros antepasados no quisieron que hu-
biera reglas fijas para la educación de
los niños, determinadas por leyes y
promulgadas públicamente y uniformes
para todos», pareciendo que él no re-
probó esta negligencia, pues nota, admi-
rado, que «Polibio vio en eso una lagu-
na importante de las leyes romanas».
La literatura latina es pobre en mate-
ria de educación. Sin embargo algunas
palabras dispersas aquí y allí, en los
autores clásicos, atestiguan que ellos no
fueron absolutamente extraños a las
cuestiones pedagógicas.

La Francmasonería India.- Según el
Anuario Masónico Indio, la masonería
India se halla en situación de plena
prosperidad. Las tres constituciones del
Imperio de Gran Bretaña se encuentran
representadas: Inglaterra por cinco
distritos G. L.; Escocia por una G. L.
separada, e Irlanda por un número de
Logias sueltas, pero de una jurisdicción
distinta. En Bombay se reunieron 57
Logias en el «Hall Francmasónico»; de
las que 32 eran inglesas. En Calcuta
existen 23 Logias, sin contar el Alto
Capítulo del Real Arco, divididas entre
cinco jurisdicciones subordinadas.
La masonería y la La Asociación Ma-
paz internacio-
nal.— sónica Internacional
que celebró en Ginebra sus sesiones du-
rante los días 27, 28, 29 y 30 de Sep-
tiembre del año próximo pasado, apro-
bó, entre otros muchos, el siguiente
voto:
La Asamblea, compuesta de delega-
dos de 23 Estados de América y de Eu-
ropa, ha resuelto una serie de cuestio-
nes de orden administrativo.
Luego las deliberaciones han recaído
sobre el objeto que forma el punto esen-
cial del programa de las Logias, o sea
el restablecimiento de una paz sincera
y duradera entre las naciones y el de-
sarrollo de la benevolencia entre los
hombres.
Por unanimidad, el Congreso ha
adoptado el siguiente acuerdo:
La Asamblea asocia sus esfuerzos a
los de la Sociedad de las Naciones, afir-
mando que todo conflicto entre los
pueblos debe ser resuelto por una ju-
risdicción internacional; reprobando el
estado de inseguridad en que el mundo
continúa debatiéndose; invita a los
adeptos de la Franc-Masonería Univer-
sal, a oponer con el ejemplo, el espíritu
de concordia al espíritu bélico; a obrar
con el fin de asegurar el respeto de los
compromisos internacionales y a reali-
zar con una colaboración leal de todos
los pueblos, un régimen mejor, basado
sobre una mayor moral y solidaridad.
Brasil.- Masonería e Iglesia.- (Del Boletín del
Gran Oriente del Brasil). Es un hecho
averiguado que, instru ido en los
misterios del Egipto, Jesús, el Nazare-
no, instituyó una escuela masónica. La
prueba está en que no nos es extraño
uno solo de los preceptos del Evangelio.
Las reuniones secretas de los discí-
pulos; las palabras de orden y de pase,
dadas aún hoy en las misas solemnes;
las ceremonias; las insignias; el lengua-
je particular; los principios predicados;
los consejos bajo la forma masónica de
parábolas; toda la historia del cristianis-
mo no es más que un capítulo de la his-
toria de la Masonería.
La Iglesia fue, en sus comienzos, una
 448 REVISTA MASÓNICA DE CHILE
Logia masónica; se desenvolvió en el
transcurso de los siglos como Logia ma-
sónica, y aún hoy lo podría ser, si man-
tuviera intacto el fundamental precepto
masónico: Tolerancia.
DR. MACEDO SOARES, 33
M. Doumergue, Presidente de la Re-
pública Francesa y Mr. Herriot, Jefe del
Ministerio, son masones prominentes.
La asamblea de la orden resuelve tele-
grafiar a aquellos hermanos congratu-
lándose con sus objetivos de confrater-
nización con Alemania, registrando en
el acto un voto de inmenso regocijo.
La primera Logia Masónica del Bra-
sil fue fundada en 1801 en Río de Ja-
neiro con el nombre de Reunión, afilia-
da al Oriente de Francia.
En 10 de Septiembre de 1808 se pu-
blicó en el Brasil el primer periódico
masónico: Gaceta de Río de Janeiro.
El emperador D. Pedro I fue inicia-
do en la Logia «Comercio y Artes», de
Río de Janeiro, el 2 de Agosto de 1822.
Luego, a 7 de Septiembre del mismo
año, él mismo, por influencia de los
hermanos de su Logia, proclamó la In-
dependencia en las orillas del Rio Ipi-
ranga. Como en este caso y en todos los
de América, la masonería ha tenido una
acción preponderante en los sucesos
históricos del Brasil.
En 1829 se fundó el Supremo Con-
sejo de la Masonería en el .Brasil.
* * *
En 1831 se reinstaló el Gran Oriente
del Brasil que había sido fundado a
28 de Mayo de 1822. Se eligió Gran
Maestro al eminente José Bonifacio de
Andrada e Silva, prócer de la indepen-
dencia y mentor de D. Pedro I.
* * *
A 7 de Noviembre de 1831, fue de-
cretada por inspiración de la masonería
la ley que declaró «libres a todos los afri-
canos que fuesen importados por el
Brasil», dándose así el primer paso para
la libertad de los esclavos.
* * *
Entre otros, han sido Grandes Maes-
tros de la Masonería Brasileña los her-
manos: Consejero José Bonifacio de
Andrada e Silva; D. Pedro I, emperador
del Brasil; Vizconde de Rio Branco,
padre del Gran Canciller; Marqués de
Abrantes; general Tomás Cavalcan ti
de Albuquerque; Mariscal Manuel Deo-
doro da Fonseca, que proclamó la Re-
pública; Consejero Joaquín Saldanba
Marinho; Dr. Lauro Sodré, que fue Pre-
sidente del Estado de Pará y candidato
a la Presidencia de la República; Gene-
ral Quintino Bocayuva, procer de la
epopeya republicana; Dr. Antonio Joa-
quín de Macedo Soares; Senador Fran-
cisco Glycerio; Dr. Nilo Pecanha, Presi-
dente de la República, etc. El actual
Gran Maestro es el Dr. Mario Behring.