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La segunda Epistola de

Pablo a los Corintios 2° Corintios 3:17


14 de marzo 2022

Siempre en contacto
La asociación de Pablo con la importante ciudad comercial de Corinto comenzó en su segundo viaje
misionero (Hch. 18:1–18), cuando él pasó dieciocho meses (Hch. 18:11) ministrando ahí. Después de
dejar Corinto, Pablo oyó de inmoralidad en la iglesia corintia y escribió una carta (desde ese entonces
perdida) para confrontar ese pecado, a la cual se hace referencia en 1 Corintios 5:9. Durante su
ministerio en Éfeso, él recibió más reportes de problemas en la iglesia corintia en la forma de
divisiones entre ellos (1 Co. 1:11). Además, los corintios le escribieron a Pablo una carta (1 Co. 7:1)
pidiéndole aclaración en algunos asuntos. Pablo respondió escribiendo la carta conocida como 1 de
Corintios. Planificando permanecer en Éfeso por un poco más de tiempo (1 Co. 16:8, 9), Pablo envió a
Timoteo hacia Corinto (1 Co. 4:17; 16:10, 11). Noticias molestas llegaron al apóstol (posiblemente de
Timoteo) de más dificultades en Corinto, incluyendo la llegada de los falsos apóstoles auto estilizados.
“El carácter piadoso de Los trece capítulos revelan su humildad; Pablo se describe como un humilde
vaso de barro (4:7), enfatiza su debilidad e incompetencia humana (3:5;
Pablo brilla por toda 2 11:30; 12:5, 9-10) y es reacio a defenderse cuando lo atacan (11:1, 16-17, 21;
Corintios en cuanto que 12:11). En 2 Corintios también se revela la preocupación apasionada de
interactúa con una de las Pablo por su rebaño, tanto por su crecimiento espiritual (3:18; 7:1) como por
su seguridad espiritual (11:2-4, 29).
congregaciones más
atribuladas.”
Un ministro eficiente
y que honra a Dios
debe ser sensato
1. Las bendiciones del
perdón. espiritualmente, tal
como Pablo.
Vivimos en una cultura que no ve el perdón como una virtud, sino como una
señal de debilidad. Nuestros héroes son vengativos, retan a sus enemigos
para tener la oportunidad de asestarles el golpe, se ven orgullosamente como
“la peor pesadilla” de sus enemigos. Algunos alegan incluso que el perdón
no es saludable. Los libros de autoayuda afirman audazmente que las
personas deben cultivar la autoestima y culpar a otros por causarles
problemas. La mentalidad de víctima es la reina suprema y, como resultado
de esta y otras perspectivas, se
exalta la venganza y la represalia, no las virtudes cristianas y nobles del
perdón y la restauración.
Pero el precio de negarse a perdonar es alto. La falta de perdón produce
Pero si alguno me ha odio, amargura, animosidad, ira y venganza. No solo tapona las arterias
causado tristeza, no me la ha sino los juzgados con miles de demandas vengativas. Negarse a perdonar
causado a mí solo, sino en aprisiona a las personas en su pasado. Personas implacables mantienen
vivo su dolor porque constantemente escogen abrir la herida impidiendo
cierto modo (por no que se sane. La amargura se arraiga en el corazón y lo contamina (He.
exagerar) a todos vosotros. 12:15). La rabia se descontrola y las
Le basta a tal persona esta emociones negativas se desenfrenan. La vida se llena de confusión y
conflicto, en lugar de alegría y paz. Por otra parte, el perdón libera a las
reprensión hecha por personas del pasado. Es liberador, estimulante y saludable. El perdón
muchos; así que, al alivia la tensión, produce paz y alegría, y restaura las relaciones. Además
contrario, vosotros más bien de sus beneficios personales y sociales, hay al menos diez razones bíblicas
para perdonar a los demás.
debéis perdonarle y
consolarle, para que no sea Los creyentes nunca se asemejan más a Dios que cuando perdonan. Dios
consumido de demasiada es un Dios que perdona (Neh. 9:17), “un Dios perdonador” (Sal. 99:8),
suyo es tener misericordia y perdonar (Dn. 9:9). El profeta Miqueas
tristeza. Por lo cual os ruego preguntó retóricamente: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y
que confirméis el amor para olvida el pecado del remanente de su heredad?” (Mi. 7:18). La parábola
con él. Porque también para del hijo pródigo ilustra acertadamente el perdón divino (Lc. 15:11-32).
Como el padre de la parábola, que vio de lejos a su hijo extraviado y
este fin os escribí, para tener corrió a su encuentro, Dios perdona con ansiedad a los pecadores
la prueba de si vosotros sois arrepentidos.
obedientes en todo. Y al que
El perdón de Dios significa que Él no usará los pecados de los creyentes
vosotros perdonáis, yo contra ellos requiriendo castigo (cp. Is. 43:25; 44:22; Jer. 31:34); los echó
también; porque también yo tras su espalda (Is. 38:17) y en lo profundo del mar
lo que he perdonado, si algo (Mi. 7:19). Nunca se parecen más los creyentes a Dios que cuando
perdonan ansiosa y apasionadamente. En Mateo 5:44-45, Jesús dijo:
he perdonado, por vosotros “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a
lo he hecho en presencia de los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para
Cristo, para que Satanás no que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su
sol sobre malos y buenos, y que hace
gane ventaja alguna sobre llover sobre justos e injustos”.
nosotros; pues no ignoramos
sus maquinaciones. (2
Corintios 2:5-11)

En defensa
Gran parte del sufrimiento de Pablo en lo relacionado con la iglesia de Corinto provenía de los ataques salvajes que
le lanzaban un grupo de falsos apóstoles. Tales charlatanes habían engañado a algunos de los corintios para que
creyeran que Pablo era débil, ineficaz y un falso apóstol. El tema principal de esta epístola es la defensa de Pablo
de su integridad y apostolado contra estos ataques (1:12-13; 2:17; 3:5; 4:2, 5; 5:9-10; 6:3-4, 11; 7:2; 8:20-21; 10:7;
11:5-6, 30; 12:11-12;13:5-6).

Una mirada

Aunque 2 Corintios presenta una mirada muy íntima de Pablo, también contiene una verdad teológica rica. Aparte
de Hebreos (3:6-18), aquí es donde el nuevo pacto recibe su más completa explicación. En 2 Corintios 5:1-11,
Pablo presenta una enseñanza importante sobre lo que ocurre a los creyentes cuando mueren. Los versículos 14-21
del mismo capítulo tratan la doctrina de la reconciliación, culminando con las quince palabras griegas de 5:21.
Estas aportan el resumen más conciso —y, sin embargo, profundo— de la expiación sustitutiva de Jesucristo que
se encuentra en las Escrituras. De igual forma, 8:9 es una breve joya cristológica de inmenso valor.

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