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JUAN ANTONIO RODRIGUEZ-SANCHEZ

HISTORIA
DE LOS BALNEARIOS
DE LA
PROVINCIA DE MÁLAGA
SERVICIO DE PUBLICACIONES
CENTRO DE EDICIONES DE LA DIPUTACIÓN DE MÁLAGA
(CEDMA)
JUAN ANTONIO RODRIGUEZ-SANCHEZ

HISTORIA DE LOS BALNEARIOS


DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA

Colección "MONOGRAFÍAS"
N.° 7

SERVICIO DE PUBLICACIONES
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA
© Juan Antonio Rodríguez Sánchez
Diseño cubierta: Pilar García Millán
Edita: Servicio de Publicaciones
(Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga)
Imprime: Gráficas URANIA, S. A.
Teléfono 233 30 58 - Málaga
ISBN: 84-7785-101-8
Depósito Legal: MA 170-1994
r

AGRADECIMIENTOS

Para que este estudio se llevase a cabo ha sido necesaria la colaboración


de gran número de personas que, deforma más o menos directa, facilitaron
en algún momento mi labor.
El profesor Antonio Carreras Panchón no sólo ha sido director de la tesis
doctoral origen de este libro: desde que cursé Historia de la Medicina y realicé
la memoria de licenciatura, también bajo su dirección, ha constituido un modelo
capaz de despertar en mí la vocación por esta profesión. Tanto él como la pro-
fesora Mercedes Granjel han posibilitado y orientado mis primeras andaduras
universitarias y me han brindado una compañía que me ayudó a superar la
añoranza de Málaga y su gente, así como los muchos momentos difíciles que
se presentaron durante la elaboración del presente trabajo.
Quiero también expresar mi reconocimiento al profesor José María Urquía,
por haber compartido su experiencia en la investigación histórica hidrológica;
al profesor Jesús Castellanos, que me ayudó y orientó durante el período de
documentación en Málaga, y a la profesora Aurora Gámez, que me sugirió
la utilización de diversas fuentes documentales.
Deseo agradecer también la cooperación de los numerosos archiveros y
bibliotecarios que se interesaron por mi labor y colaboraron en la recupera-
ción de impresos, manuscritos y cartografía; muy especialmente al personal
de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
de Madrid, a Pedro Rocha de la Real Academia de Medicina de Madrid, a
Purificación Ruiz del Archivo de Vélez, a Clotilde Mozo del Archivo de Ronda,
a Diego Romero del Archivo de la Jefatura de Obras Públicas de Málaga y
al excelente personal del Archivo Municipal de Málaga. Juana Baeza del Insti-
tuto Tecnológico Geológico y Minero de España y María Teresa Grande de
la Asociación Nacional de Estaciones Termales también prestaron un precioso
apoyo a esta empresa. Igualmente agradezco a los propietarios de los archivos
particulares consultados su gentileza y buena disposición hacia esta labor, en PRÓLOGO
particular a Luis Diez Jiménez, propietario del Balneario de Tolox, a Juan Cas-
tillo Benítez, Francisco Ortiz y María Soledad Rama.
Para la confección final de esta monografía ha sido inestimable la cola-
boración de María Luisa Fuentes en la composición del material gráfico; Pedro
Vez, autor de las reproducciones de gráficas, planos y restauración de graba-
dos; Antonio López, que elaboró las gráficas que aquí se incluyen y Asun Gómez
Pintor y Puri Blanco, con su atenta lectura. Mención especial debo hacer a
Victoria Rosado, directora del Servicio de Publicaciones de la Diputación de
Málaga, pues su confianza en este proyecto es la que permite que hoy pueda
llegar al lector.
Agradecer finalmente a todos aquellos que durante estos años transcurri-
dos desde el inicio de la investigación me ofrecieron paciencia y aliento, entre
quienes siempre pude hallar a mi madre y mis amigos.

El acierto en la elección de un tema de investigación viene condicionado


por una sucesión de factores que no siempre recuerdan los manuales que para
uso de investigadores noveles existen en el mercado editorial. Habitualmente,
con la rigurosidad didáctica de estos textos, se enumeran distintos preceptos
que podrían constituir el breviario del perfecto investigador. Sin embargo, suele
olvidarse que el problema fundamental que se debe plantear es el que justifica
la pertinencia del asunto sobre el que se realiza el estudio. Desgraciadamente
con demasiada frecuencia el objeto de investigación se constituye como tal sólo
porque asilo ha decidido su autor. Ya hace varios años Julián Marías se refe-
ría a la necesidad de que la crítica empezase precisamente por este momento
tantas veces olvidado y del que depende la buena o mala fortuna de un trabajo.
Pero es preciso reconocer que en muchas ocasiones la investigación viene
condicionada por motivos ajenos a su naturaleza. La política de becas y ayudas
con que instituciones locales, autonómicas, nacionales o internacionales
promocionan la investigación define a través de las líneas prioritarias la orien-
tación de muchos futuros trabajos. En la investigación histórica las conmemo-
raciones que se consideran políticamente más rentables dan también motivo
a una copiosa bibliografía, en parte tan pronto olvidada como corta y supe-
rada por la inmediata expectativa de otro acontecimiento en la efeméride
recordada.
A lo largo del tiempo cada época ha determinado también en buena medida
los temas que consideró merecedores de atención y la historiografía no ha sido
menos permeable a las modas que otras actividades humanas aparentemente
más sensibles a esos cambios. En los últimos años el agua ha despertado el
interés de los historiadores que han vuelto su mirada hacia su papel en la evo-
lución del hombre y a su significación como elemento indispensable para la
vida. La atención se ha iniciado por su intervención en la dieta y, sobre todo,
por la importancia que la cloración y saneamiento han tenido en el cambio son las aportaciones en el método, fundamentalmente por las posibilidades que
demográfico. Casi simultáneamente el interés por la higiene personal y la esfera su heurística ofrece, las que dan a este libro de Juan Antonio Rodríguez Sán-
de la privacidad corporal han vuelto aponer el agua en la óptica de los investi- chez su mayor vigencia y las que harán de él una referencia inevitable en traba-
gadores. Al final del milenio se ha hecho también patente que el agua es un jos futuros sobre la hidrología médica.
bien escaso amenazado por la contaminación industrial y la destrucción irres-
ponsable de los recursos naturales. La provincia de Málaga ofrece un marco geográfico y socioeconómico
excepcionalmente adecuado para la realización de una investigación de estas
En este contexto el estudio histórico de las aguas termales y minerales no características. En la evolución histórica de la capital y de su entorno durante
podía quedar marginado. Desde los ochenta una bibliografía significativa ha los dos últimos siglos han concurrido una serie de avatares que han incidido
vuelto la mirada hacia un tema, si no olvidado sí al menos contemplado como claramente en el desarrollo de sus balnearios. Pero la peripecia local, a pesar
secundario. Entre nosotros sólo algunas tesis doctorales y algunos trabajos de de que no falten aquí algunos pintoresquismos de la más tópica imagen de la
Luis S. Granjel han mantenido desde los años cincuenta la tradición de estos Andalucía romántica, no queda al margen de lo que sucede en el contexto
estudios. No es exagerado afirmar que la supuesta vinculación de dichos recursos médico europeo. Establecer esas conexiones y analizar paralelismos y diver-
terapéuticos con la burguesía decimonónica motivó una cierta reticencia de gencias es otra de las contribuciones de este libro que se aparta aquí de lo habi-
buena parte de la historiografía médica más condicionada por motivaciones tualmente realizado por la historiografía sobre el tema.
ideológicas hacia su estudio. Tampoco ha sido ajena a esta situación la propia
hidrología médica, como dice Roy Porter, fosilizada por la herencia de su Las aguas minerales y termales pertenecen a la competencia legislativa de
pasado y que, imperceptiblemente, en su confianza en la capacidad curadora las comunidades autónomas y tienen un tratamiento jurídico que ha desper-
de la naturaleza, se ha desplazado hacia sectores no ortodoxos del pensamiento tado también el interés de los especialistas en Derecho Administrativo. Ahora
médico. una entidad provincial —la Diputación de Málaga— da a la luz este trabajo.
La recuperación del patrimonio histórico es en este caso —uno más de un tema
Pocos temas sin embargo tan susceptibles de un estudio totalizador como en que afluentes, fuentes y surgencias se entremezclan— motivo de reflexión
el que aquí se presenta. La geomorfología, los análisis de aguas, la creación sobre otros bienes económicos, sociales y ecológicos propiedad de la comuni-
de una infraestructura viaria, el desarrollo del comercio hotelero, el surgimiento dad y hoy en gran medida abandonados. No creo innecesario advertir de su
de industrias de embotellamiento, la aparición de una arquitectura balnearia, importancia aunque sea en otras instancias donde se deba ponderar la utilidad
las discusiones sobre el papel curativo de un remedio inespecífico, las relacio- de su pronta recuperación.
nes entre hidroterapia e hidrología y la constitución de un cuerpo facultativo
especial son algunos de los más significativos problemas que el estudio de las Este trabajo tuvo inicialmente una motivación académica: la obtención,
aguas plantea y no es casualidad que, en los últimos tiempos, geógrafos, histo- mediante su presentación como tesis, del grado de doctor. Consiguió la máxima
riadores y arquitectos, economistas y geólogos se hayan vuelto hacia ellos. Hasta calificación y la Sociedad Española de Historia de la Medicina le concedió poco
la ocupación del tiempo libre, tan importante en la sociedad tecnificada de nues- después el Premio Hernández Morejón 1990, que es el más alto reconocimiento
tros días, ha sido un tema más de estudio en una etapa, 1850-1914, que Armand anual que la asociación concede a estudios de investigación. Sin embargo, su
Wallon identifica como la era dorada de las villas balnearias y cuando la clase autor ha sabido, sin renunciar a ninguna de las rigurosas exigencias de un tra-
ociosa, como la denominara Veblen, encontró en los balnearios lugar de espar- bajo de estas características, mantener un sutil distanciamiento a través de una
cimiento y punto de reunión anual. ironía inteligente y suave que el lector podrá percibir. No me parece ése uno
de sus méritos menores pues a fin de cuentas, mucho de lo que aquí se narra
La dispersión y la trivialidad son los dos riesgos que amenazan a un inves- es la historia de una decadencia y los balnearios han sido frecuentemente esplén-
tigador que pretenda enfrentarse a un tema con tan múltiples implicaciones. dido recurso, tanto en la novela como en la cinematografía, para evocar la
Una vez más, el agua puede servir aquí también como elemento metafórico melancolía de lo pasajero y contingente.
para representar tanto la huidiza percepción de los muy plurales matices de
una realidad compleja como la inconsistente detención en lo anecdótico. El
autor del trabajo al que estas líneas sirven de prólogo ha sido consciente de ANTONIO CARRERAS PANCHÓN
este peligro y lo ha superado con maestría. Ha tenido la capacidad de asimila- Salamanca, junio de 1992
ción suficiente como para integrar la tradición historiográfica e hidrológica —en
buena medida y a su propio pesar también histórica (recuérdese el meritísimo
repertorio de Martínez Reguera)— que le ha precedido. Ha incorporado las
orientaciones que desde campos muy diversos han analizado el problema de
las aguas termales y minerales y ha estudiado con una metodología propia y
original un tema viejo que se contempla ahora con una nueva visión. Creo que
SIGLAS UTILIZADAS

A.A.A. Archivo del Ayuntamiento de Árdales


A. A. Carr. Archivo del Ayuntamiento de Carratraca
A. A. Casar ab. Archivo del Ayuntamiento de Casarabonela
A.A.P. Archivo del Ayuntamiento de Periana
A.A.T. Archivo del Ayuntamiento de Tolox
A.D.E. Archivo Díaz de Escovar
A.H.M. Ma. Archivo Histórico Municipal de Málaga
A.H.M.R. Archivo Histórico Municipal de Ronda
A.H.M. V-M. Archivo Histórico Municipal de Vélez-Málaga
A.H.P. Ma. Archivo Histórico Provincial de Málaga
A.H.N. Archivo Histórico Nacional de Madrid
A.J.O.P. Ma Archivo de la Jefatura de Obras Públicas de Málaga
B.F.M.M. Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de
Madrid
B. N. Biblioteca Nacional
B.O.P. Ma. Boletín Oficial de la Provincia de Málaga
R. P. Campillos Registro de la Propiedad de Campillos
I

1.
EL AGUA: DE ELEMENTO NATURAL
A PRINCIPIO TERAPÉUTICO
1.1. INTRODUCCIÓN

El presente libro tiene su origen en la tesis con la que obtuve, en octubre


de 1990, el grado de doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sala-
manca. Al iniciar este estudio cuatro años antes, sólo tenía vagas referencias,
pese a residir en Málaga, sobre los balnearios de Tolox o Carratraca; pero ciertas
afortunadas lecturas manifestaron bien pronto la importancia de éstos. Málaga
se muestra especialmente rica en aguas mineromedicinales, pues casi todas sus
poblaciones disponen de algún manantial y, según hacía constar Pedro María
Rubio, sólo Guipúzcoa cuenta con mayor número de localidades con tal tipo
de veneros. Entre éstas descollaba Carratraca, cuyo balneario se convirtió
durante el siglo XIX en el más importante de Andalucía y en uno de los tres
primeros de la península, hecho que merecía indudablemente un atento estu-
dio. A ello había que sumar su significación en la historia de la Hidrología
española, como lo atestiguaba la existencia desde el siglo XVIII de un buen
número de publicaciones dedicadas a este establecimiento de Árdales o
Carratraca.
Por tratarse el balneario de una institución cuyo apogeo ha estado estre-
chamente vinculado al auge de la burguesía resultaba muy sugestivo analizar
en qué medida las transformaciones y crisis de esta clase social habían incidido
en su funcionamiento. El caso de la provincia de Málaga se ofrecía especial-
mente tentador por haber sido ésta pionera, a mediados del siglo XIX, del pro-
ceso de industrialización de la península. El comercio vitivinícola, base de la
riqueza malagueña y soporte económico para su despegue industrial, había alen-
tado la formación de una frágil capa burguesa, nutrida por un gremio de comer-
ciantes que halló su mayor desarrollo y cosmopolitismo gracias a los extranjeros
asentados en la ciudad, atraídos por el intenso tráfico portuario. Sin embargo,
el desplazamiento de la siderurgia hacia el norte (motivado fundamentalmente
por la proximidad de las cuencas carboníferas), el declive del comercio exte-
rior de vinos y pasas y la posterior pérdida de los sarmientos por el ataque
19
de la filoxera, fueron causas decisivas para que la economía malagueña expe- Aún quedaban por precisar nuevos límites: puesto que de aguas minero-
rimentase una caída sin parangón en la España del siglo XIX. Además, por medicinales se iba a tratar, era necesario plantearse si ello debía ser extensivo
una parte la decadencia de la industria textil, cercenada en su mercado exte- a todas. Por interesar el estudio de la influencia de esta terapéutica en el com-
rior por el cese de las exportaciones vitivinícolas (de las que iba a la zaga) y portamiento social de una población (estacional o estable), sólo aquellos vene-
abolida la demanda interior por la gran crisis local y, por otra, los bajos pre- ros usados en baños ofrecían unos servicios en virtud de los cuales se facilitaba
cios de la caña de azúcar a consecuencia de la introducción de la remolacha, que la gente se agrupase, al menos con carácter temporal, para efectuar la cura.
contribuyeron, ya en los estertores del siglo, a precipitar la situación econó- Dentro de éstos, sólo los de categoría oficial desarrollaron una infraestructura
mica de la provincia. digna de estudio, por lo que se convirtieron en el principal objeto de nuestra
Pero si tales circunstancias ya auguraban un interesante estudio de histo- investigación, sin descartar por ello el acercamiento a los establecimientos de
ria social, la abundante bibliografía impresa parecía apuntar igualmente a un baños no oficiales y a las restantes aguas mineromedicinales. La información
buen conocimiento de los aspectos específicamente médicos de los balnearios recogida sobre estas últimas fue tan abundante y tantos los errores apreciados
malagueños. Llama también la atención el hecho de que en los últimos años, en la literatura hidrológica, que (tras proceder a la enumeración de las mismas,
y como consecuencia en gran medida de la aparición cada vez más frecuente
de los efectos indeseables de la medicina actual, se ha advertido un interés cre- esclarecer toponimias y análisis y recuperar los textos que originalmente las
ciente hacia la Hidrología. No se trata sólo de un fenómeno inducido por un estudiaron) ha parecido oportuno que su publicación se realice independiente-
ecologismo fanático, sino que también se encuentra avalado por la aparición mente de esta monografía.
reciente de publicaciones que desde la historiografía médica nacional e inter- La historiografía que se ha ocupado de los balnearios se ha servido de anua-
nacional buscan recuperar uno de los procedimientos terapéuticos de más ances- rios y memorias para realizar, en ocasiones, una valoración estadística de la
tral tradición.
concurrencia. En la presente monografía se han ampliado las posibles fuentes
La elaboración del trabajo permitió comprender progresivamente su extre- de información para establecer así, a través de series cronológicas amplias, no
mada complejidad. Los balnearios son lugares donde aseguran que se puede sólo los valores absolutos en cuanto a agüistas, sino también su procedencia
recuperar la salud, pero son también una industria y una actividad mercantil social, posición económica y origen geográfico. La constitución de núcleos urba-
que puede generar pingües beneficios. No debe olvidarse que en ellos se con-
centra durante la temporada en que permanecen activos una elevada pobla- nos en torno al manantial, en casos como Carratraca o Fuente de Piedra, nos
ción que dispone, fuera del momento específicamente terapéutico, de una gran ha llevado también a la realización de un estudio demográfico descriptivo que
cantidad de tiempo libre que de alguna manera ha de ocupar. Fundamental- atendiendo a los datos de población censal y a los parámetros de mortalidad,
mente durante el siglo XIX, en que el turismo es casi desconocido, los balnea- nupcialidad y natalidad, pudiese demostrar la relación entre balneario, econo-
rios son también los centros más específica y profesionalmente organizados mía y cambios cuantitativos de población. Núcleos urbanos vecinos se han uti-
para el entretenimiento y el esparcimiento. lizado como elemento comparativo para evitar fáciles, apresuradas y erróneas
Estas consideraciones han obligado a dedicar mucho tiempo al estudio de conclusiones.
esos factores que condicionan la buena o mala marcha del establecimiento, en En el capítulo titulado "Materiales para una historia de los balnearios"
un intento de elaborar una historia que aporte una visión global: la infraes- se hallará explicación razonada de las fuentes utilizadas para la realización de
tructura vial, los alojamientos, la vida cotidiana en el balneario o los conflic- este trabajo. No obstante, la discusión sobre el método parece ociosa, pues
tos de intereses entre la dirección médica y los propietarios.
el lector podrá comprobar por sí mismo su pertinencia a lo largo de las pági-
Otros motivos llevaron a la exclusión de la talasoterapia y la hidrotera- nas que siguen. Los sucesivos capítulos pretenden una aproximación a la geo-
pia. En el primer caso, los baños de mar constituyen un fenómeno fundamen- grafía provincial, su economía y demografía. Nos introducimos así en los
talmente turístico en el que la intervención médica es mínima. En el caso de problemas de infraestructura de los núcleos balnearios malagueños: caminos,
la hidroterapia (método de curación por la aplicación del agua simple, en con- transportes, alojamientos y servicios para el ocio. Los balnearios oficiales cuen-
sideración a presiones y temperaturas diferentes), ésta se desvinculaba del sen-
tido estrictamente balneario, tanto en sus planteamientos médicos como legales. tan con apartados específicos en los que se examinan aspectos tan diversos como
Aun así, la presencia en la provincia de Málaga del primer establecimiento hidro- su relación con el desarrollo de la población o la actividad de los médicos-
pático español condujo a su estudio para una mejor comprensión de lo que directores. De los establecimientos de baños que no tuvieron reconocimiento
sucedía en el entorno. A otras publicaciones, pues, hay que remitir al lector legal se presentan también estudios individualizados.
interesado.' Una última advertencia: no se encontrará aquí una bibliografía agrupada
como colofón del trabajo. Varios motivos justifican tal decisión. Por un lado,
1. Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, "El primer establecimiento hidropático español en Alhaurín las abundantes referencias de esta monografía obligarían bien a la inserción
el Grande (Málaga)", Actas del IX Congreso Español de Historia de la Medicina, Zaragoza, Universidad de
Zaragoza-Ayuntamiento de Zaragoza, 1991, IV: 1485-1491; "Hidrología Médica e Hidroterapia: controversias de un abultado capítulo bibliográfico final, bien a una selección de las mismas
en torno a un problema médico", en Medicina Naturista/Medicina Académica: Reflexiones para una aproxi- en la que siempre serían notorias las ausencias. Por otra parte, se incluyen aquí
mación, Salamanca, Universidad de Salamanca, en prensa, y "Vicente Ors y la introducción de la hidroterapia
en España", Boletín de la Sociedad Española de Hidrología Médica (Cuarta época), 7: 151-155 (1992). folletos, hojas de propaganda, recortes de periódico, correspondencia, etc.;

20 21
documentos de difícil catalogación, pocas veces presentes en bibliografías con- podemos comprobar tal extremo en las múltiples lápidas votivas junto a vene-
vencionales. Por último, las pródigas notas a pie de página permiten obtener ros y en un exvoto de tan singular belleza como la pátera de Otañes (Santan-
una información más inmediata y concreta. Parece más indicado, pues, ofre- der), en honor de la ninfa Salus Umeritana, así como en los balnearios de Caldas
cer tan solo una relación de los archivos consultados para facilitar al intere- de Montbuy, Alange o Lugo.5
sado el acceso a las fuentes manuscritas.
Aunque el periodo beligerante que acabó con el Imperio Romano dismi-
nuyó la práctica balnearia (por la desaparición material de las termas y de la
cultura del ocio), ésta no dejó de ser importante durante la Edad Media. El
cristianismo, al enfrentarse al culto pagano y al muy diferente sentido moral
1.2. AGUA PASADA...: BREVE HISTORIA que caracterizaban al baño, optó por consagrar las aguas a algún santo y cons-
DE LA HIDROLOGÍA MÉDICA truir monasterios junto a ellas. Ante la creencia muy extendida de la desapari-
ción de aquella costumbre en esta época hay que dejar constancia de que su
La indudable dependencia del hombre hacia el agua fue la causa más impor- empleo estaba incluso legislado en algunos fueros de los siglos XI y XIII, como
tante para la deificación de la misma. Aparece ésta, desde los tiempos más remo- mostró Aníbal Ruiz Moreno.6
tos y en las más diversas culturas, dotada de poderes simbólicos: el agua limpia,
Las poblaciones islámicas aportaron su sentido ritual, higiénico y social
disuelve, desintegra y por ello destruye, regenera y purifica;2 es fértil y
del baño,7 legándonos hermosos testimonios como los de Alhama de Murcia
fecunda, femenina y maternal. Por todo ello, para el pensamiento mágico-
o Alhama de Granada. Por su parte, médicos tan prestigiosos como Avicena,
creencial, el agua es origen de todas las cosas, posee en sí todas las virtualida-
Rhazes, Albucasis o Averroes hacen referencia a la utilidad terapéutica del agua.
des, es omnipotente, y por tanto es el elemento curador por excelencia. La salud
se recobra gracias al agua simple o al agua bendita, al agua de mar o al agua El Renacimiento, en su recuperación del mundo clásico, permite un auge
mineromedicinal, pues la virtud sanadora radica en el hecho de ser agua y por del uso de los baños en toda Europa, como pone de manifiesto Montaigne en
tanto capaz de purificar y limpiar alma y cuerpo, al que regenera, pues en él su recorrido por los balnearios de Francia, Italia y Alemania y testimonian
la enfermedad es manifestación de impureza o suciedad.3 numerosas pinturas y grabados de los siglos XV y XVI, entre los que cabe des-
tacar los de Durero. Sin embargo, la fama de la frecuente promiscuidad en
Hemos de destacar sin embargo que, si bien se deifica el agua en general,
estos lugares los convertía en templos de la sífilis, lo que llevó a la adopción
este hecho es más patente para los veneros mineromedicinales pues ofrecen
de medidas legales en algunos países para la prohibición de los baños comuna-
características singulares (olor, sabor o temperatura), como prueba la presen-
les. Pero, como contrapartida, el conocimiento de las costumbres indígenas
cia de asentamientos prehistóricos junto a ellos. La aplicación empírica del agua
americanas mostraba que la terapéutica hídrica era una práctica universal y
con fines curativos aparece en muy distintas civilizaciones, desde la asirio-
constituía, pese a todo, un poderoso remedio.8
babilonia a las precolombinas, desde la egipcia a la persa; pero el primer paso
hacia una utilización racional de este recurso se produjo en Grecia, como consta Como consecuencia de este nuevo acercamiento del hombre al agua se pro-
en algunos escritos del Corpus Hippocraticum: en "Sobre los aires, aguas y dujo un resurgir de los estudios médicos sobre el tema: en 1485, Giovanni
lugares" y en "Sobre el uso de los líquidos", Hipócrates considera la utilidad Michéle Savonarola publica su De balneis et termis, considerada la primera
del baño para preservar y recuperar la salud, ocupándose de diferentes aguas obra de la especialidad hidrológica. A ella habrían de sumarse los trabajos de
y su calidad según su origen. Paracelso sobre Pfáfers, los de Günther Von Andernach, Andreas Baccio o
Bauhin, por citar tan sólo algunos ejemplos. En España abundan en esta época
Roma contribuye a la difusión del empleo del agua como práctica social,
los médicos que se ocupan de valorar la acción terapéutica del agua, simple
higiénica y curativa; incorpora nuevas técnicas y sistematiza su forma de apli-
o bendita, natural o de nieve, en bebida o en baño. Las aguas mineromedi-
cación. No obstante, el elemento mágico-creencial continúa patente y las fuentes
se encuentran bajo la advocación de alguna divinidad sanadora.4 En España
5. Antonio CASTILLO DE LUCAS, Cursillo de Hidroclimatología Médica, Madrid, Excmo. Cabildo Insular
de Tenerife-Instituto de Fisiología y Patología Regional de Tenerife, 1962, 16-8. Información más abundante
2. Para comprender las no siempre evidentes diferencias entre pureza y limpieza resulta muy esclarecedora sobre el recurso terapéutico a las aguas termales en Juan Ramón ZARAGOZA RUBIRA, Medicina y sociedad
la obra de Ivan ILLICH, H20 y las aguas del olvido, Madrid, Ediciones Cátedra, 1989, 54-7. Frecuentemente en la España romana, Barcelona, Pulso Editorial, 1971.
unidas, la purificación es un acto de índole espiritual no siempre vehiculizado por el agua, mientras que la lim-
pieza supone el desprendimiento físico de las mismas por el lavado. La enfermedad-pecado o el lavado ritual 6. Aníbal RUIZ MORENO, La Medicina en la legislación medioeval española, Buenos Aires, El Ateneo,
de los muertos participarían de ambas características. 1946, 149-61.
3. Mircea ELIADE, Tratado de Historia de las Religiones Madrid, Ediciones Cristiandad, 1974, I: 224-234 7. Heinrich SCHIPPERGES, La Medicina Árabe en el Medievo Latino, Toledo, Publicaciones de la Real
e Imágenes y símbolos, Madrid, Taurus Ediciones, 1983, 165-74. Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 1989, 79-87.
4. Luis GIL, Therapeia. La medicina popular en el mundo clásico, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1969, 8. El artículo de Ignacio DÍAZ BALERDI, "Agua y baños de vapor en el México prehispánico", Termas.
140-1. Revista de Balnearios, 1: 20-6 (1985), ilustra perfectamente las prácticas rituales y terapéuticas en las que inter-
viene el agua, así como el empleo de los temazcales o baños de vapor.
22 23
bargo, no será hasta las postrimerías de la centuria cuando se edite en España
fe el primer tratado dedicado exclusivamente a las aguas mineromedicinales, obra
de Alfonso Limón Montero, Catedrático de Vísperas de Medicina de la Uni-
ES P E J O versidad de Alcalá de Henares, escrito en 1679 tras recoger datos sobre fuentes
CRISTALINO DE LAS AGVAS y baños de toda España. El autor analiza las aguas con métodos rudimenta-
rios (observación de sus características físicas apreciadas por los sentidos, coc-
DE ESPAÑA ción, evaporación y examen del residuo; pero parco en el empleo de los reactivos
HERMOSEADO, Y CVARNECI- químicos que utilizaba Boyle en Gran Bretaña)10 y da consejos para su
do,coh el Marco de variedad de correcto uso, creando así la base para el desarrollo de la Hidrología Médica
Fuentes,y Baños. en nuestro país. No obstante, este estudio no vio la luz hasta pasados dieci-
CVYAS V I R T V D E S , EXCELENCIAS ,Y PROP1E-
dades fe Examinan > Diíputan i y acomodan a la faluü,
ocho años de su redacción, en 1697, en que se imprimió con el título de Espejo
provecho.y conveniencias de la vi da humana. cristalino de las aguas de España, hermoseado, y guarnecido, con el Marco
SV AVTOO. de variedad de Fuentes, y Baños."
EL' Dacl. D. ALFONSO LIMÓN MONTERO'
Ctthcdr ático de 1)¡¡per*s de Median* en U tuuy El racionalismo ilustrado promoverá la investigación química y analítica
llu¡ire,y Doci* Vniverfiddi de Jica/a
de Henares. y la transformación de la Hidrología Médica en disciplina científica conforme
¿SSVMPTO QVE HASTA AURA N O HA TOCADO
Efcritor alguno.
avance el siglo XVIII.12 Para la comprensión de este afán hay que considerar
DEDICADO una quimera largo tiempo perseguida: la elaboración de aguas medicinales arti-
A LA HERMOSISSIMA ficiales fue el motivo fundamental para la búsqueda de los principios ocultos
Y MILAGROSA IMAGEN DE que conferían al agua sus propiedades. La obra de Federico Hoffmann contri-
TA buye a este conocimiento y crea las nuevas bases del análisis hidrológico; per-
S M A R Í A DE IESVS, feccionado más tarde por Bergman con la elaboración de un método claro y
T I T V L A R . Y P A T R Ó N A DE'L MVY RELIGIOSO
Convenio de San Diego de Alcalá
sistemático de análisis, en el que se incluía pesar las sales precipitadas: la cuan-
C O N PRIVILEGIO.
tificación de los constituyentes minerales de las aguas pasa a ser a partir de
entonces la mejor forma de clasificarlas, imponiéndose en toda Europa.
En Álcali:Por Franciíco Garcia Fernandez , Imprellbr de la
Vniveríidad,y i íu corta.Año de 169 7.
En España, la Ilustración y el advenimiento de la dinastía borbónica per-
wm'mw&fH¡m®¿ i,£í miten un mayor contacto con las corrientes de pensamiento europeas y un menor
control inquisitorial. La influencia francesa y su larga experiencia hidrológica
penetra en nuestro país potenciando el resurgir de los balnearios y los estudios
cinales están presentes en las obras de nuestros más prestigiosos facultativos sobre ellos. Muchos son los trabajos que se publican, por lo que tan sólo cita-
renacentistas: Alfonso Chirino {Tratado llamado menor daño de la medicina, remos los más notorios y trascendentales, pues se convirtieron en modelos y
1513), Luis Lobera de Ávila (en varias obras, pero muy especialmente en el referencias obligadas. En 1764 aparecía el primer volumen de la Historia Uni-
Libro del regimiento de la salud, 1551), Francisco Díaz {Tratado nuevamente versal de las fuentes minerales de España de Pedro Gómez de Bedoya y Pare-
impreso de todas las enfermedades de los ríñones, vexiga y carnosidades de des.13 Aunque el proyecto inicial era de seis tomos, tan sólo llegaron a
la verga, y urina, 1558) y Luis Mercado en numerosas obras (por ejemplo, en publicarse los dos primeros y el tercero (hoy desaparecido) quedó manuscrito
sus Institutiones... de 1594). Tampoco hay que olvidar a escritores que como y aprobado por la censura.14 Esta ambiciosa obra era fruto de innumerables
Lucio Marineo Sículo o Ambrosio de Morales, glosando las grandezas del país,
incluyen en sus escritos referencias a diversas fuentes y baños. 10. G. FOLCH JOU y M. SANTAMARÍA ARNÁIZ, Los análisis de aguas en la España de la Ilustración.
Breve estudio analítico histórico-critico de la bibliografía española, Madrid, Departamento de Historia de la
Durante el siglo XVII se publican tratados geográficos e históricos en los Farmacia, y Legislación Farmacéutica de la Universidad Complutense, 1983, 113.
que se citan las excelencias de algunos manantiales y, hecho extremadamente 11. Alfonso LIMÓN MONTERO, Espejo cristalino de las agvas de España, hermoseado, y gvarnecido, con
importante, se inician los estudios monográficos sobre los mismos.9 Sin em- el Marco de variedad de Fuentes, y Baños, Alcalá, Francisco García Fernández, 1697.
12. Paséale COSMA-MULLER, "Entre science et commerce: Les eaux minerales en France á la fin de l'Ancien
9. Destacan especialmente los de Tiermas, Teruel, Alhama de Granada (con tres monografías), Puertollano Régime", en: Jean Pierre GOUBERT (ed.), La médicalisation de la société francaise. 1770-1883, Waterloo Ontario,
(con dos), Sacedón y Ledesma. No pretendemos más que apuntar algunas de las aportaciones más significati- Historical Reflection Press, 1982, 249-262.
vas: el lector interesado puede hallar noticia más pormenorizada de los antecedentes españoles de esta literatura 13. Pedro GÓMEZ DE BEDOYA Y PAREDES, Historia Universal de las Fuentes Minerales de España,
en el repertorio de Martínez Reguera (citado en el apartado "Aproximación a la historiografía hidrológica" de Santiago, Imp. de Ignacio Aguayo, 1764-65 (2 vols).
esta monografía), y en las obras de Luis S. GRANJEL, La medicina española renacentista, Salamanca, Univer-
sidad de Salamanca, 1980, 261-264 y La medicina española del siglo XVII, Salamanca, Universidad de Sala- 14. Ramón BALTAR DOMÍNGUEZ, "Estudio preliminar sobre la época y los autores", en: Opúsculos médi-
manca, 1978, 226-227. cos gallegos del siglo XVIII, Santiago de Compostela, Bibliófilos Gallegos, 1961, LII-LIX.

24 25
tres tomos entre 1793 y 1798, en el que incorpora los avances químicos del siglo
EXAMEN y aporta datos novedosos en los análisis españoles, como la sistemática consi-
deración de temperatura y peso específico, fruto del conocimiento de la obra
DE LAS AGUAS MEDICINALES de Bergman y Fourcroy, entre otros.19
DE M A S NOMBRE La Revolución Francesa, el posterior retorno a la cultura clásica y la bús-
QUE HAY EN LAS ANDALUCÍAS, queda de la naturaleza por parte de los románticos, habían de sustentar ideo-
lógicamente el rápido desarrollo de las terapéuticas hidrominerales en el siglo
En que se da noticia de la situación, conteni- XIX.20 La creación de una burguesía con mayor poder económico y la instau-
dos, virtudes y método con que deben ración del veraneo y las vacaciones lejos de las urbes, suponen otro importante
usarle Jas de cada fuente.
factor al que hay que añadir ciertos cambios en la ciencia médica. Por un lado,
POR D. JUAN DE DIOS AYUDA, el desarrollo de la química ha convertido la Hidrología en ciencia; por otro,
Subinspector ¿enera! de las aguas minerales del la falta de recursos curadores frente a las dolencias crónicas originan un nihi-
Re\no, de la Real Academia Medica Mafri
tfrise, Correspondiente del Real Jardín Botatuto, lismo terapéutico en el médico, que le lleva a aceptar el agua como "mal menor",
Asociado del Real Colegio de Medicina práctica, pues en caso de no curar, al menos no suele dañar.21
y Médico Titular de los Cabildos de la
ciudad de Guadix, Sin embargo los centros termales españoles siguen en el más completo aban-
dono. Si en Francia, ya en mayo de 1605, Henry IV había creado la Surinten-
TOMO TERCERO. dance genérale des bains etfontaines minerales du Royaume, a cargo del Médico
Contiene los baños de Jaén, Alhamilla, Alhania.. del Rey22 en España no existirá una preocupación del gobierno por este ramo
Hardalcs, Casares, Manilba, y Fuente hasta el reinado de Fernando VII, durante el cual se promulga la Real Orden
de Piedra. del 29 de julio de 1816 en que se crea el Cuerpo de Médicos de Baños y obliga
a los establecimientos más acreditados a contar con la presencia de un médico
con buena formación hidrológica. Estas plazas se proveían por oposición y el
facultativo debía residir en el balneario durante la temporada, no pudiendo
DE ORDEN SUPERIOR. ningún enfermo bañarse sin su prescripción. El 28-V-1817 se publica el primer
MADRID EN LA IMPRENTA REA Reglamento de Baños en que se obliga a los médicos-directores a la redacción
>K D. VZDRQ f£REYRA IMPRESOR DI CÁMARA DlTsTTt de una memoria sobre el balneario que ocupan.23 Pero, indudablemente, el
A£O DF. 1798. reglamento más importante fue el de 1834, pues mantuvo su vigencia hasta 1868.
Aunque de breve duración, en 1871 (bajo el reinado de Amadeo I) apareció
otro en el que se clasificaban a los establecimientos en balnearios de planta
contactos epistolares con médicos y farmacéuticos de toda España (que le envia- y provisionales. Los primeros se subdividían en primera y segunda categoría,
ban datos, vasijas de agua y el residuo seco de la misma), así como de viajes con la particularidad de que los médicos directores de los de primera eran pro-
de colaboradores de Bedoya que acudían a comprobar in situ el análisis de los pietarios según Real Orden y los de segunda eran interinos nombrados por la
manantiales, análisis en el que se seguía el método de Hoffmann, lo que supone Dirección General de Sanidad; para los provisionales esta última nombraba
un considerable avance sobre la obra de Limón Montero.15 interinos según la propuesta de los propietarios del establecimiento. Además,
se admitía la presencia de otros médicos, aunque dejaba claro que para seguir
Los tratados de Antonio Capdevila (1775)16 y Pedro Gutiérrez Bueno el tratamiento eran necesarias las papeletas expedidas por el médico-director.
(1782)17 sobre la forma de analizar el agua influyeron notablemente en otro En 1874 se publica un nuevo reglamento en que se introducen cambios en las
texto capital del siglo ilustrado: el Examen de las aguas medicinales de mas categorías de los establecimientos y en los requisitos de los médicos, depen-
nombre que hay en las Andalucías de Juan de Dios Ayuda,18 publicado en
19. Serafín MÁLAGA GUERRERO, "La Hidrología española del siglo XVIII", Cuadernos de Historia de
15. Serafín MÁLAGA GUERRERO, "La Hidrología española del siglo XVIIP, Cuadernos de Historia de
la Medicina Española, 8: 204-5 (1969).
la Medicina Española, 8: 174-8 (1969).
16. Antonio CAPDEVILA, Teoremas, i problemas, para examinar, i saber usar qualesquiera aguas minera- 20. Mercedes REIG, "De las aguas medicinales", Varia Balnearia, Madrid, El Museo Universal, 1985, 15.
les, los quales pueden servir de instituciones desta parte de la Medicina, i por medio de ellos se averigua con 21. Luis S. GRANJEL, Medicina española contemporánea, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1986,
especialidad la naturaleza, i virtudes del Agua mineral del Pilar de la Ciudad de Chinchilla, i de la acreditada 212-14.
de Puerto Llano, Madrid, Andrés Ortega, 1775. 22. Michel JALTEL, La santépar les eaux. 2000 ans de thermalisme, Clermont-Ferrand, L'Instant Dura-
17. Pedro GUTIÉRREZ BUENO, Instrucción sobre el mejor método de analizar las Aguas Minerales, y ble, 1983, 31-5.
en lo posible imitarlas, Madrid, Imprenta Real, 1782.
23. José R. GARCÍA-TALAVERA FERNÁNDEZ, "Historia del Cuerpo de Médicos de Baños. Siglo XIX",
18. Juan de Dios AYUDA, Examen de las aguas medicinales de mas nombre que hay en las Andalucías, Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 10: 213-82 (1971).
Baeza-Madrid, 1793-98 (3 vols).
27
26
diendo del número de agüistas: además de la memorial anual, se les obliga a La Universidad no permaneció insensible al desarrollo de esta especiali-
una mucho más prolija cada cinco años, como ya examinaremos. Aunque este dad, que incorporó inicialmente (desde 1857) como capítulo de la Terapéutica.
reglamento vio la luz pocos meses antes de la restauración de la monarquía En 1912 se creó una Cátedra específica de Hidrología Médica en Madrid, para
borbónica, fue confirmado por una Real Orden de 1876. impartir esta asignatura en el doctorado. El primero en ocuparla fue Hipólito
Se dieron algunas alternativas a las plazas de médicos-directores: por un Rodríguez Pinilla, a quien sucedieron José San Román Rouyer, Manuel Armijo
lado, la creación de las direcciones interinas que, según Real Orden del Valenzuela y la actual catedrática, Josefina San Martín Bacaicoa.28
15-XII-1868, serían todas aquellas no conseguidas por oposición; por otro, la Esta institucionalización de la Hidrología, la creación de unas bases lega-
reorganización del Cuerpo, en 1887, suponía la creación de plazas de supernu- les, sociales y formativas, son exponente, y al mismo tiempo incentivo, del
merarios (con derecho a pasar a numerarios al quedar vacantes, ocupándolas rápido desarrollo de la especialidad. La elaboración obligatoria de una memo-
por concurso cerrado), suprimidas en 1899. Igual sucedió con el Cuerpo de ria anual sobre el balneario que el facultativo tuviese a su cargo, en la que se
Médicos Habilitados de Baños, creado en 1903, y que se refundió en 1924 con suelen manifestar los conocimientos accesorios (geológicos, químicos, analíti-
el de Médicos Directores de Baños.24 cos, etc.) que se exigían al médico-director, repercutieron en un conocimiento
más certero de la realidad balnearia del país. Bien es cierto que no cabe espe-
Un momento crucial para la especialidad fue el de la promulgación del rar tal cosa de un médico-director interino, para quien la investigación y aun
decreto del Ministerio de la Gobernación del 4-IV-1932 y la Orden del la confección de estadísticas suelen ser nulas. Pero los grandes balnearios
22-VI-1933, pues se suprimía el Cuerpo de Médicos de Baños, y se permitía consiguen, finalmente, que se aporten estudios minuciosos sobre su geografía,
a cualquier facultativo la prescripción de baños mineromedicinales; pero el geología, clima, meteorología, características del agua y del establecimiento,
recurso interpuesto por los médicos-directores consiguió la anulación de dicha concurrencia, resultados terapéuticos, etc. Es el florecimiento de las topo-
Orden.25 Sin embargo, las reformas eran inevitables y la oposición de 1944 grafías médicas de las localidades balnearias. Las investigaciones analíticas
cambió las titulaciones, que a partir de ese momento serían de Médicos de Aguas conducen al descubrimiento de extraños mineralizadores (incluso sin la
Mineromedicinales e Inspectores en Establecimientos Balnearios, incorporán- espectrografía posterior de Urbain o Bardet) y, a principios del actual siglo,
dose estos médicos en el escalafón a continuación de los antiguos titulados. de la radioactividad del agua (como figura en los informes de José Muñoz del
Castillo).
Por su parte las propias aguas minerales y termales fueron competencia,
legislativamente, bien de la Ley de Aguas, bien de la Ley de Minas; para quedar Los tratados hidrológicos alcanzan gran número y difusión, potenciados
finalmente regidas por la Ley de Minas de 21 de Julio de 1973, y encontrarse en muchos casos por las empresas de establecimientos balnearios que hacen
actualmente en espera de lo que dispongan las diversas leyes autonómicas.26 de las monografías un elemento publicitario donde la ética médica no siempre
resulta indemne. La Hidrología Médica del XIX pasa a ser una de las especia-
Tan importante como la creación del Cuerpo fue la de un organismo capaz lidades con mayor número de publicaciones.29 Entre éstas debemos destacar
de aglutinarlos, misión de la que se encargó desde 1877 la Sociedad Española muy especialmente el Tratado completo de las Fuentes Minerales de España,
de Hidrología Médica, fundada por José Salgado y Benigno Villafranca. El de Pedro María Rubio,30 obra a la que si acaso se puede poner algún reparo
vehículo de expresión de la misma fueron los Anales, que se publicaron hasta en cuanto a sus clasificaciones, sin embargo no fue superada, en su plantea-
1932 y recogieron en sus páginas todas las vicisitudes de la Hidrología Médica miento, de estudio de los datos estadísticos y administrativos de los balnearios
y la Hidroterapia en esos 55 años.27 españoles, por el Anuario Oficial de las Aguas Minerales de España. Su amplio
concepto del fenómeno balneario nos sigue brindando la mejor visión de la
24. Manuel ARMIJO VALENZUELA, "Antecedentes históricos y evolución de la especialidad", en: Hidro- Hidrología decimonónica. Gran polémica despertaron las ideas homeopático-
logía, Madrid, Consejo General de Colegios Médicos de España, 1990, 8. hidrológicas de la obra de Anastasio García López Hidrología Médica,11
25. S. Julio de SARACÍBAR, La supresión del Cuerpo de Médicos Directores de Baños ante el Tribunal aunque su difusión fue amplia, así como su publicidad. Finalmente, como
Supremo, Madrid, Imp. de Julio Cosano, 1932.
26. Silvia del SAZ, Aguas subterráneas, aguas públicas (El nuevo Derecho de Aguas), Madrid, Marcial Pons,
1990, 20-24. 28. Manuel ARMIJO VALENZUELA, op. cit., 9-11 y M. a Gloria GARCÍA DEL CARRIZO, Historia
27. Francisco MARÁ VER EYZAGUIRRE e Iluminada CORVILLO MARTÍN, "La publicación científica de la Facultad de Medicina de Madrid, 1843-1931 [Tesis], Madrid, Universidad de Madrid, 1963, 718 y 921-928.
especializada", en: Hidrología, Madrid, Consejo General de Colegios Médicos de España, 1990, 46-8. Sobre 29. Luis S. GRANJEL, El libro médico en España (1808-1936), Salamanca, Universidad de Salamanca, 1975,
diversos aspectos de esta sociedad pueden consultarse los trabajos de Juan de Dios GARCÍA AYUSO, "Histo- 34-5 y 94-5.
ria de una Sociedad Médica. Pasado y porvenir de la Hidrología", Gaceta Médica Española, 31: 258-60 (1957); 30. Pedro María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, Establ. Tip. de
M. a Carmen VIDAL CASERO, José LÓPEZ GUZMÁN y Rosa M. a PRATS, "Balnearios y aguas mineros- D.R.R. de Rivera, 1853.
medicinales. Orígenes de la Sociedad Española de Hidrología Médica", en Mariano ESTEBAN PIÑEIRO et 31. Anastasio GARCÍA LÓPEZ, Hidrología médica con nociones de hidrografía; geografía, geología y cli-
al. (coords.), Estudios sobre Historia de la Ciencia y de la Técnica, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1988, matología; el estudio de los efectos fisiológicos y terapéuticos de las aguas minerales; de la patología y de los
II: 534; Cristina ALBARRACÍN SERRA y Agustín ALBARRACÍN TEULÓN, "Grandes figuras de la Hidro- diferentes modos de aplicación de los medicamentos hidrológicos; propiedades físicas, químicas y medicinales
logía Médica Española: la obra de Anastasio García López", Boletín de la Sociedad Española de Hidrología de las aguas minerales de España y el mapa balneario, con noticias de las más importantes del extrangero, Sala-
Médica (Cuarta época), 7: 105-108 (1992) y Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, "José Salgado y Gui- manca, Imp. de D. Sebastián Cerezo, 1875 (2 vols.). Datos precisos sobre el autor y la discusión suscitada pueden
encontrarse en Cristina ALBARRACÍN SERRA y Agustín ALBARRACÍN TEULÓN, op. cit. nota 27 y, de
llermo (1811-1890) y la madurez de la Hidrología Médica Española", Medicina e Historia (Tercera época), 49
este último autor, "El Premio Rubio de 1877 y la homeopatía. Una polémica en la Academia", Anales de la
(1993). Real Academia Nacional de Medicina, 108: 445-456 (1991).

28 29
último de los grandes tratadistas clásicos hay que citar a Hipólito Rodríguez La continuidad en el empleo terapéutico de las aguas no ha sufrido una cesura
Pinilla, cuyo Diccionario General Hidrológico32 resulta aún hoy de indiscuti- radical a pesar de la existencia de períodos de decadencia. Este hecho ha moti-
ble valor. vado que toda obra hidrológica haya exhibido, cuando menos, un capítulo intro-
Desde principios del presente siglo la decadencia de los balnearios de inte- ductorio de carácter histórico (algunos de ellos de gran importancia, como ya
rior se hace muy manifiesta en comparación con los de mar, fuertemente pro- señalaremos) y que todas contengan referencias bibliográficas a textos escritos
mocionados por las actividades de la familia real en San Sebastián y Santander. muy anteriores,
Por otra parte, la primera Guerra Mundial y, más adelante, la Guerra Civil
española asestaron un golpe certero a esa cultura del ocio sedentario. Hemos No se pretende realizar aquí un estudio exhaustivo de este abundantísimo
de añadir que, paralelamente, la ciencia médica comenzaba a ofrecer remedios material historiográfico, del que hemos dado cuenta en un trabajo monográ-
farmacológicos que podían suplir algunas de las indicaciones balnearias de fico amplio,35 sino tan sólo facilitar una aproximación a esa importante área
entonces con un menor coste para el enfermo. La Hidrología española se mos- de la literatura médica. Prescindiremos pues de publicaciones de interés exclu-
traba parca en investigaciones que, de realizarse, se hacían en las Facultades sivamente local. El examen de las obras históricas sobre hidroterapia también
de Medicina y no en centros balnearios como sucedía en otras partes: en 1906 será breve, pues como ya quedó dicho el objeto de interés de este estudio es
James Lindsay inició en Bath los estudios sobre artritis reumatoide que deri- la Hidrología Médica y los balnearios de aguas mineromedicinales.
varon en la creación de un instituto de investigación reumatológica33 y en
Estados Unidos, en Saratoga (New York), se instaló el Simón Baruch Research La tradición humanista motivó que cualquier aproximación histórica a las
Institute. En estos momentos parece necesario reflexionar sobre lo escrito al aguas medicinales y los baños fuese una continua repetición de escritos de Vitru-
respecto por Sigerist: "La investigación es la fuente que nutre todas las activi- bio o de Plinio y de teorías de Hipócrates o de Galeno. De este modo podemos
dades médicas, y cuando la práctica está disociada de la investigación dege- considerar que el primer hito en la historia de la Hidrología se produjo en 1553,
nera pronto en mera rutina".34 al publicarse en Venecia la obra De balneis omnia quae extant apud Graecos,
Nuestra sociedad actual regresa al balneario como si recordase los signifi- Latinos, et Arabas, que reunía textos de más de setenta autoridades, entre las
cados más ancestrales del agua, del mismo modo en que se torna supuesta- que se encontraban desde Avicena y Averroes a Savonarola y Petrus de
mente ecológica y revaloriza las terapéuticas con productos relativamente Abano.36
naturales. Para el individuo urbano, ahora con mayor poder adquisitivo, las
vacaciones se convierten en una necesidad y un derecho y la salud se identifica Las recopilaciones bibliográficas prosiguen en el siglo XVIII cuando se
con el descanso (y viceversa). El balneario, sobre todo el establecimiento actual, advierte una mayor atención a la aplicación médica de las aguas. Al igual que
lo ofrece todo: geriatras y fisioterapeutas han reconocido su utilidad y las viejas en otras especialidades las primeras historiografías son en realidad repertorios
instituciones han vuelto a ser paraíso de ancianos y reumáticos. Lentamente bibliográficos especializados. Cabe citar entre ellos las obras de Gross (la pio-
la legislación comienza a contemplar, como en muchos países europeos, que nera, en 1729), Carrére (1785) y, ya en el siglo XIX, la de Finster (1832).37
ésta es una terapéutica a la que tiene derecho el suscriptor de seguros sociales También en Francia vieron la luz los escritos de Tartivel y las bibliografías de
y que, incluso, puede resultar rentable. Paralelamente, los medios de comuni- Beaugrand, sobre baños e hidroterapia, que formaron parte del gran Diction-
cación se hacen eco con insistencia de las posibilidades de la cura balnearia, naire Encyclopédique des Sciences Medicales™ que es muy indicativo del nivel
mientras muestran modernas instalaciones adaptadas a una terapéutica tradi-
cional. La publicidad se ocupa a su vez de redescubrir una forma de vida, hoy de la Hidrología decimonónica. El conocido repertorio bibliográfico estado-
perdida, que resulta especialmente deseable para una sociedad que se deja sedu- unidense Index Catalogue recogió también en sus distintas series numerosos
cir por el atractivo de lo decadente. estudios de Hidrología bajo diversas entradas, siendo la más importante
"Waters, Mineral", en que clasifica los diversos tratados por épocas y países.

1.3. APROXIMACIÓN A LA HISTORIOGRAFÍA 35. Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ "Historiografía hidrológica médica", en: Homenaje a Luis
HIDROLÓGICA S. Granjel, Salamanca, en prensa.
36. De Balneis omnia quae extant apud Graecos, Latinos, et Arabas, Venetiis, 1553.
En el campo de la Hidrología Médica, en mayor medida que en otras dis- 37. J. M. GROSS, Bibliotheca hydrographica, cum léxico hydrologico. Das ist: Vollstandiges Verzeichniss
ciplinas sanitarias, resulta difícil deslindar el carácter historiográfico de un texto aller bekandten Scrifften, welche von denen Heil-, Gesund- und Sauer-Bronnen, warmen und wilden Bádern,
del expresamente relacionado con el desarrollo científico de la especialidad. mineralischen und metallischen Wassern, sowohl inals ansserhalb Teutschland handeln; sammt einem beigefüg-
ten Bad- und Bronnen-Lexico, unter einer Vorrede Herrn J. J. Bajers, Nürnberg, 1729; J.B.F. CARRERE,
Catalogue raisonné des ouvrages qui ont étépubliés sur les eaux minerales en general et sur celles de la France
en particulier, Paris, 1785.; J. FINSTER, Alphabetisches Verzeichniss der Schriften über Bader und Mineral-
32. Hipólito RODRÍGUEZ PINILLA, Diccionario General Hidrológico comprendiendo términos de físico-
química y geología, Madrid, Imp. de Julio Cosario, 1916. wasser, welche sich in der Bibliothek der medicinischchirurgischen Lesegesellschaft in Zürich befinden, Zürich,
1832.
33. RogerROLLS, The Hospital of the Nation. The Story of Spa Medicine and the Mineral Water Hospital
at Bath, Bath, Bird Publications, 1988, 105-12. 38. A. DÉCHAMBRE y L. LEREBOULLET (dirs.), Dictionnaire Encyclopédique des Sciences Medicales,
34. Henry E. SIGERIST, "Towards a Renaissance of the American spa", en: Milton I. ROEMER (ed.), París, Masson, 1864-89, 100 vols. Voces "Bains" e "Hydrothérapie" y las referidas a diversas localidades con
Henry E. Sigerist on the Sociology of Medicine, New York, MD Publications, 1960, 250. fuentes o balnearios.

30 31
En el ámbito de las bibliografías elaboradas con un criterio estrictamente En 1892 se publica el primer volumen de la obra más importante para la
histórico, el positivismo potenció la preparación de repertorios y así, en 1874, historiografía hidrológica española, la Bibliografía Hidrológico-Médica Espa-
y siguiendo los trabajos iniciados por Daremberg, Alphonse Pauly publicaba ñola de Leopoldo Martínez Reguera, premiada en 1888 por la Biblioteca Nacio-
la Bibliographie des Sciences Medicales,39 en la que dedicaba un capítulo a la nal. La obra se compone de dos partes, la primera de las cuales recoge los
"Historia de la Hidrología Médica" donde reunía 58 obras en su mayoría fran- escritos hidrológicos impresos ordenados cronológicamente; la segunda parte
cesas. En 1875, comenzó la recopilación bibliográfica de Pagel.40 También se subdivide en dos tomos (aparecidos en 1896 y 1897), en los que figuran los
aquí están presentes la hidroterapia y las aguas minerales, pero se observa una manuscritos, fundamentalmente las memorias obligatorias de los Médicos Direc-
preponderancia de la primera, consecuencia clara de la influencia de Priess- tores de Baños. Incluye además el estudio biográfico de los médicos-directores
nitz y Kneipp. La obra de Pagel no resultará más abierta a la producción biblio- con plaza en propiedad, ordenados cronológicamente según su incorporación
gráfica extranjera (aunque llega a recoger algún artículo español sobre historia al Cuerpo y da información detallada de cada una de las oposiciones celebra-
de la hidroterapia), y se centra sobre todo en la literatura germana. En esta das. Reguera utiliza como principales fuentes los impresos y manuscritos de
misma línea se inscriben las recopilaciones bibliográficas de Puschmann y, ya la Biblioteca de la Facultad de Medicina, de la Sociedad Española de Hidrolo-
en el presente siglo, y con inclusión de publicaciones de países muy diversos, gía Médica y de la Biblioteca Nacional, consignando 3.145 impresos y 3.589
la de Artelt.41 En Estados Unidos, Fielding H. Garrison publica en 1912 una manuscritos. Pero no sólo aporta datos bibliográficos, sino que en la mayoría
bibliografía selectiva de textos médicos decisivos en la historia de la Medicina, de los casos expone un minucioso índice de la obra citada y un estudio crítico
lista que ve la luz en las páginas de la segunda serie del Index Catalogue of en que da muestras de profundos conocimientos hidrológicos e históricos.46
the Library of the Surgeons General's Office, el proyecto bibliográfico más
ambicioso hasta ese momento. Años más tarde, en 1943, esta bibliografía Junto a los repertorios bibliográficos, las publicaciones médicas específi-
alcanza la forma en que hoy la conocemos, A Medical Bibliography, en cola- camente dedicadas al estudio de la hidrología contienen noticias y referencias
boración con Leslie T. Morton.42 Otras bibliografías más recientes (como las de indudable interés histórico. Así, los tratados de Chenu,47 Monnet,48 Cap-
elaboradas por el Wellcome Institute de Londres o la National Library of Medi- devila,49 Villalba,50 Castelló y Roca,51 Ramón Capdevila52 o Álvarez Alcalá53
cine de los Estados Unidos) recogen ininterrumpidamente, bajo el título "Bal- resultan de consulta obligada. Una mención especial exige el Tratado completo
neology" o "Hydrotherapy", estas publicaciones.43 de las fuentes minerales de España, de Pedro María Rubio, con una "Reseña
En España, las bibliografías médicas tienen su máximo exponente en las histórica de los baños y aguas minerales en general, y en particular de los de
figuras de Antonio Hernández Morejón44 y Anastasio Chinchilla y Piqueras,45 España", en que muestra su conocimiento de la historia hidrológica de los esta-
en cuyos trabajos aparecen reseñados los principales escritores y escritos hidro- blecimientos balnearios de Italia (refiere su visita a varias termas), Francia y
lógicos españoles. El primero dedica un capítulo (introductorio a la medicina Alemania. Para finalizar la obra incorpora una "Bibliografía hidrológica espa-
del siglo XVIII) a la Hidrología, bajo el título "Breve reseña sobre las aguas ñola", ordenada cronológicamente por siglos y, dentro de cada siglo, alfabe-
minero-medicinales.- Noticia de su estado en nuestra España, y principales auto-
res que se han ocupado de tan interesante estudio". Los editores actualizaron 46. Pueden encontrarse más datos sobre Martínez Reguera y su obra en el artículo de U. CASTELLS, "Biblio-
grafía hidrológica médica española", Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica, 9: 73-5 (1893) y,
el contenido con la adición de nuevas obras de carácter monográfico sobre bal- más recientemente, en la obra de José FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Historia de la Bibliografía en España, Madrid,
nearios españoles, impresas con posterioridad a la muerte de Morejón. El Museo Universal, 1987, 238-39.
47. J. Ch: CHENU, Essaipratiquesur l'action théraupetique des eaux minerales, suivi d'un Précis analyti-
que des sources minéro-thermales connues, Paris, 1840.
39. Alphonse PAULY, Bibliographie des Sciences Medicales, París, Librairie Tross, 1874.
48. Antoine Grimoald MONNET, Traite des eaux minerales, Paris, 1768.
40. Véase al respecto la Internationale Bibliographie zue Geschichte derMedizin 1875-1901, New York, Georg
Olms Verlag, 1970, en que se recogen las bibliografías de Julius PAGEL de 1875-1896 y las de 1899, 1900, 1901 49. Antonio CAPDEVILA, en su obra Teoremas, i problemas, para examinar, i saber usar qualesquiera
y 1902; así como la de Theodor PUSCHMANN y Robert RITTER VON TÓPLY de 1898. aguas minerales (citada en nota 16), menciona la existencia de una bibliografía como apéndice a una memoria
41. Walter ARTELT, Einführung in die Medizinhistorik, Stuttgart, Ferdinand Enke, 1949; y Walter ARTELT sobre las aguas de Marmolejo. Un estudio más detallado de la misma puede hallarse en Juan Antonio
(dir.), Index zur Geschichte derMedizin, Naturwissenschaft und Technik, München, Urban & Schwarzenberg, RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, vide nota 35.
1953. 50. Véase B.N., "Sala Cervantes", Ms. 13339 y el estudio de Antonio CARRERAS PANCHÓN, Joaquín
42. Leslie Thomas MORTON, A Medical Bibliography (Garrison and Morton), 4. a ed., Aldsershot, Hamp- de Villalba (1752-1807) y los orígenes de la Historiografía Médica Española, Málaga, Universidad de Málaga,
shire, Gower, 1983. 1984, 82-95.
43. Current Work in the History of Medicine, Londres, The Wellcome Institute for the History of Medi- 51. JuanCASTELLO Y ROCA, "Apéndice" a J. L. ALIBERT, Nuevos elementos de Terapéutica y de Mate-
cine, 1954 y ss.; Bibliography of the History of Medicine, Bethesda, National Library of Medicine, 1965 y ss. ria médica; con un ensayo sobre el arte de formular, y un análisis abreviado de las aguas minerales más usadas
en Francia, Madrid, Imp. de Repullés, 1826, 4 vols.
44. Antonio HERNÁNDEZ MOREJÓN, Historia bibliográfica de la Medicina Española, Madrid, Imp. de
la viuda de Jordán e hijos e Imp. San Vicente, 1842-52 (7 vols.). 52. Ramón CAPDEVILA, Elementos de Terapéutica y Materia Médica, Madrid, Imp. de D. León Ama-
45. Anastasio CHINCHILLA Y PIQUERAS, Anales Históricos de la Medicina en general y Biográfico- rita, 1825, 2. a ed.
bibliográficos de la española en particular, Valencia, Imp. de López y Compañía e Imp. de José Mareu Cervera, 53. Francisco ÁLVAREZ ALCALÁ, Manual de las Aguas Minerales de España y principales del extran-
1841-6 (4 vols.). jero, Madrid, Ángel Calleja, 1850.

32 33
tizada por autores.54 Hemos de considerar también que el tratado de Rubio Hoffmann y su concepción de las aguas y aplicación terapéutica. En lo que
es el primer trabajo de relieve que vio la luz tras decretarse en 1847 la libertad respecta a la hidroterapia, Jackson y Currie aparecen ampliamente reseñados
de los Médicos Directores de Baños para publicar sus memorias, por lo que en este trabajo.
el material del que pudo disponer fue muy abundante. Estudios históricos específicos sobre Hidrología Médica fueron realiza-
En 1877 apareció el primer tomo del Anuario Oficial de las Aguas Mine- dos por Alibert,60 en 1826, y Delmas,61 en 1859, ambos en Francia. Sin
rales de España, correspondiente a las temporadas de 1876 y 1877, en el que embargo, en España no aparecerán escritos de estas características hasta muy
se incluía un primer capítulo titulado "Reseña histórico-bibliográfica de la avanzado el pasado siglo y sin rebasar la categoría de artículo, tales como los
Hidrología médica española" que se componía en realidad de una breve histo- de Mariano Carretero y Muriel ("Comparación del estado en que se encontra-
ria con amplísimas notas a pie de página en que se referían listas de autores, ban nuestras aguas minerales antes de 1817 con el que actualmente tienen",
monografías que habían escrito y año de las mismas. También con carácter de 1893, y el discurso de la sesión inaugural de 1894 de la Real Academia de
oficial y de gran trascendencia, fue el estudio que en 1880, ante el requerimiento Medicina de Madrid, que versó sobre el "Estado de la Hidrología Médica Espa-
de la Academia de Medicina de París, realizó la Dirección General de Sanidad ñola en los siglos XVII y XVIII")62 o el de Hipólito Rodríguez Pinilla, "La
dando cuenta de obras, folletos y monografías sobre aguas minerales españo- Hidrología Médica en la época de Durand-Fardel (1838-1899)",63 artículo en
las, de las cuales un buen número se envió a París. La relación no era com- el que incide en los avances de la química, de la analítica y su repercusión en
pleta, pero suponía una selección de los más importantes estudios realizados las clasificaciones y aplicación terapéutica del agua.
hasta la fecha.55 Tres años después, durante la sesión de aniversario de la En este siglo la historiografía hidrológica conoce obras como la de Ferdi-
Sociedad Española de Hidrología Médica, su presidente —José María Bonilla nand Heinrich Alfred Martin sobre los balnearios alemanes,64 la de Charles
y Carrasco— leyó un discurso sobre "El pasado y el presente de la Hidrología F. Mullett sobre baños públicos en la Inglaterra de los siglos XVI al XVIII65
médica", disertación histórico-bibliográfica en la que ensalzaba los trabajos o el número monográfico de Ciba Symposia de 1946-7, realizado por Henry
españoles y su repercusión en Europa a través de los premios obtenidos en dife- E. Sigerist66 y dedicado al estudio de los balnearios estadounidenses y euro-
rentes exposiciones.56 peos, entre los que establece comparaciones y matiza diferencias. Países de gran
tradición balnearia, como Italia, ven la aparición de historias generales de la
Pero será la paulatina consolidación de la Historia de la Medicina como Medicina en las que se dedica especial atención a la Hidrología, como en el
disciplina la que dé lugar a estudios propiamente históricos sobre la Hidrolo- caso de la Storia della Medicina de Adalberto Pazzini.67 En Francia se edita
gía Médica. Antecedentes importantes encontramos en la Histoire de la Mede-
cine de Le Clerc57 y en la Historia Medicinae a Galeni Tempore usque ad 60. J. L. ALIBERT, Précis historique sur les eaux minerales les plus usitées en medecine, suivi de quelques
initium saeculi decimi sexti de Freind,58 en las que se hace referencia al empleo renseignements sur les eaux minerales exotiques, Paris, 1826.
terapéutico del agua a través de los tiempos. Aún mayor importancia le conce- 61. P. DELMAS, Recherches historiques et critiques sur l'emploi de l'eau en médécine et en chirurgie, Paris,
1859.
dió Kurt Sprengel en su Versuch einer pragmatischen Geschichte der 62. Mariano CARRETERO Y MURIEL, "Comparación del estado en que se encontraban nuestras aguas
Arzneikunde59 donde dedica gran atención a las aguas mineromedicinales y minerales antes de 1817 con el que actualmente tienen", Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica,
8: 268-71 y 291-5 (1891-92); "Estado de la Hidrología Médica Española en los siglos XVII y XVIII", en: Discur-
realiza un inventario cronológico de las monografías que se publicaron sobre sos leídos 'en la solemne sesión inaugural de 1894 de la Real Academia de Medicina por el Excmo. Señor Mar-
diversos balnearios a finales del XVIII, ofreciendo un detallado estudio sobre qués de Guadalerzas secretario perpetuo y el licenciado Don Mariano Carretero y Muriel académico de número,
Madrid, Establ. Tip. de Enrique Teodoro, 1894. Este último también fue reproducido en El Siglo Médico, 41,
103: 117-19; 104:134-36; 105:152-53; 106:168-69(1894).
54. Pedro María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, Establ. Tip. de 63. Hipólito RODRÍGUEZ PINILLA, "La Hidrología Médica en la época de Durand-Fardel (1838-1899)",
D.R.R. de Rivera, 1853, XXV. El Siglo Médico, 46: 247-9 (1899).
64. Ferdinand Heinrich ALFRED MARTIN, Deutsches Badewesen in vergangenen Tagen. Nebst einem Bei-
55. "Obras, folletos y monografías sobre aguas minerales españolas", El Siglo Médico, 1880, XXVII: 652-3, trage zur Geschichte der deutschen Wasserheilkunde, Jena, 1906. Del mismo autor son los artículos del número
670-1, 685 y 718.
titulado "Vom Badén" de la revista Ciba Zeitschrift, 3, 35: 1182-1215 (1936).
56. José María BONILLA Y CARRASCO, "El pasado y el presente de la Hidrología médica", en: Discur- 65. Charles F. MULLETT, Public baths and health in England, 16,h-18'h century, Baltimore, The Johns
sos leídos en la sesión de aniversario celebrada por la Sociedad Española de Hidrología Médica el día 4 de Marzo Hopkins Press, 1946.
de 1883, por el secretario general Dr. D. Benigno Villa)"ranea y Al/aro y por el socio fundador y de número 66. Henry E. SIGERIST, "European spas through the centuries", "Rise and fall of the American spa",
Doctor D. José María Bonilla y Carrasco, Presidente de la misma, Madrid, Establ. Tip. de M. Minuesa, 1883, "Towards a renaissance of the American spa", Ciba Symposia, 8: 302-12, 313-26, 327-36 (1946). El último artí-
18ss. También apareció una parte de este discurso como "Publicaciones sobre hidrología mineromedicinal espa- culo se incluye en Milton I. ROEMER (ed.), Henry E. Sigerist on the Sociology of Medicine, New York, MD
ñola", El Siglo Médico, 30: 188-91 (1883). Publications, 1960, 248-55. Junto a éste apareció otro volumen coordinado por Félix MARTÍ-IBÁÑEZ, Henry
E. Sigerist on the History of Medicine, New York, MD Publications, 1960, en el que figuraba un artículo de
57. Daniel LE CLERC, Histoire de la Medecine, La Haye, Isaac van der Kloot, 1729 (ed. faesm. de Amster- 1941 titulado "American Spas in Historical Perspective".
dam, B. M. Israel, 1967), 163, 185-6 y 643. 67. Adalberto PAZZINI, Storia della Medicina, Milano, Societá Editrice Libraría, 1947 (2 vols.). Del mismo
58. Joannis FREIND, "Historia Medicinae a Galeni Tempore usque ad initium saeculi decimi sexti", en: autor es la "Storia della cure idrologiche" que figura en la obra de M. MESSINI, Trattato di Idroclimatología
Opera omnia medica, Parisiis, Guillelmum Cavelier, 1735, 163-8. Clínica, Bologna, Ed. Cappelli, 1950, 13-185. Otro gran tratado de Hidrología que incluyó importantes capítu-
los históricos fue el de S. LICHT, Medical Hydrology, New Haven, 1963, donde figuraban los de V. KRIZEK,
59. Kurt SPRENGEL, Histoire de la Medecine, depuis son origine jusqu 'au dix-neuviéme siécle Paris, Deter- "History of Balneotherapy", 131-159 y H. L. KAMENETZ, "History of American Spas and Hydrotherapy",
vílle y Th. Desoer, 1815-20 (9 vols.). 160-188.

34 35
entre 1936 y 1949, la Histoire Genérale de la Médecine de Laignel-Lavastine, En una línea atenta a las implicaciones sociales del fenómeno balneario han
en cuyo tomo tercero Piéry escribe un capítulo sobre aguas mineromedicina- aparecido en Francia estudios como el de Michel Jaltel sobre termalismo (divul-
les.68 En nuestro país merecen mención el número especial, bajo la dirección gad vo pero poco riguroso), el de Armand Wallon titulado La vie quotidienne
de Federico González Deleito, que El Siglo Médico dedicó a este tema,69 y el dans les villes d'eaux (1850-1914), mucho más interesante, en que recoge los viajes,
estudio de José Pascual Miralles sobre Limón Montero.70 También es de rese- los alojamientos y las diversiones de los balnearios, así como el papel de diplo-
ñar un estudio de Guitard sobre la literatura balneológica española desde sus máticos y escritores, o el de Christian Jamot.73 Más en la línea tradicional de
orígenes hasta el siglo XVII, presentado al X Congreso Internacional de His- la historiografía germana se encuentra la monografía de Gerhard Rudolph sobre
toria de la Medicina, celebrado en Madrid.71 No hay que engañarse: es el historia balneológica, breve pero muy bien documentada y con una rica icono-
Congreso el que promueve este auge de la historiografía hidrológica. La deca- grafía; así como la de Vladimir Krizek de 1990, excelente en su examen de los
dencia de esta terapéutica y la guerra habían de volver a frenar su producción siglos XIX y XX.74 Diferente orientación tiene el artículo "Water cures and
literaria y las investigaciones sobre su pasado. Science: the french Academy of Medicine and mineral waters in the nineteenth
century" de George Weisz, donde incide en la relación entre ciencia y política,
La producción historiográfica posterior a la última guerra mundial va a entre los intereses de estado y el desarrollo de los análisis.75 En Gran Bretaña,
ser prolífica, a partir de la década de los sesenta, especialmente en monogra- Roger Rolls76 publica una obra sobre los baños de Bath (el principal centro
fías sobre determinados balnearios o las aguas minerales de zonas geográficas inglés y el que más ha potenciado la recuperación de su pasado), en la que pone
muy concretas. Mucho más escasos son los estudios generales o los relativos de manifiesto la evolución que tuvo desde el clásico balneario a la constitución
a una nación, sin acotación temporal o para una época determinada. Los artí- del hospital y, finalmente, la creación de un auténtico centro de investigación
culos breves van a constituir la mayor parte de esta literatura y los tratados sobre enfermedades reumáticas. También en el Reino Unido, pero orientando el
suelen tener una intención más propagandística que investigadora. Es por ello estudio hacia los baños termales de Etiopía, se realiza el estudio de Richard
que, aunque podamos constatar la presencia de múltiples escritos pretendida- Pankhurst77 y, con interés eminentemente biográfico, el de Alex Sakula sobre
mente históricos sobre el tratamiento por el agua (sobre todo en la última Nehemiah Grew y el balneario de Epsom.78 Pero la más reciente obra es la coor-
década), la mayor parte de los mismos carecen de un mínimo rigor meto- dinada por Roy Porter, en que se contempla desde muy diversas perspectivas el
dológico. pasado hidrológico mediante artículos sobre distintos países y épocas.79
La aproximación al pasado hidrológico se efectúa en nuestros días desde También es de destacar la incorporación paulatina de Estados Unidos al
diversas disciplinas que subrayan, una vez más, la complejidad y, por tanto, estudio de sus manantiales, ya iniciada a mediados del pasado siglo con traba-
la necesidad de estudios globales. Historia, medicina, farmacia, química,' jos dirigidos en su mayoría al balneario de Saratoga. Sin embargo, el interés
arqueología, geología, geografía o turismo son actividades que hoy redescu- se centra en la actualidad en la historia de la hidroterapia, donde cabe destacar
bren el pasado del empleo de las aguas mineromedicinales. la importante contribución de Jane Donegan en su obra Hydropathic High-
Desde la historia general y fundamentalmente a través del poderoso influjo 73. Michel JALTEL, La santépar les eaux. 2000 ans de thermalisme, Clermont-Ferrand, L'Instant Dura-
de la escuela francesa de los Anuales se ha dirigido la investigación al empleo ble, 1983; Armand WALLON, La vie quotidienne dans les villes d'eaux (1850-1914), Paris, Hachette, 1981;
Christian JAMOT, Thermalisme et villes thermales en France, Clermont-Ferrand, Publications de l'Institut
del agua considerada como una de las bases materiales de la vida (en la termi- d'Etudes du Massif Central, 1988.
nología de Braudel) y por extensión, dadas sus conexiones inevitables con 74. Gerhard RUDOLPH, Zwei Beitráge zur Geschichte der Balneologie. Die kulturgeschichtlichen und medi-
la higiene y la terapéutica, se ha atendido la vertiente más inequívocamente zinischen Wurzeln des Baderwesens, Hans Meister KG, Kassel, 1982 y V. KRIZEK, Kulturgeschichte des Heil-
bades, Stutgart-Berlín-Kóln, Edition Leipzig und W. Kohlhammer, 1990.
médica. Las publicaciones de Goubert, Vigarello, o Musset72 se mueven en 75. George WEISZ, "Water cures and Science: the french Academy of Medicine and mineral waters in the
esta dirección. nineteenth century", Bulletin of the History of Medicine, 64, 3: 393-416 (1990).
76. Roger ROLLS, The Hospital ofthe Nation. The Story ofSpa Medicine and the Mineral Water Hospital
at Bath, Bath, Bird Publications, 1988. A este trabajo hay que añadir los de R. S. NEALE, Bath 1680-1850.
68 M A social history, London, Routledge & Kegan Paul, 1981 y, también bajo los presupuestos de la historia social,
^ " ^ ! E R Y ' " E a u x M i n é r a l e s et Climats", en LAIGNEL-LAVASTINE, Histoire Genérale de la Méde- P. HEMBRY, The English spa 1560-1815: a social history, London, Athlone Press, 1990.
cine, de la Pharmacie, de l'art dentaire et de l'art vétérinaire, Paris, Albin Michel, 1949, III: 579-592.
77. Richard PANKHURST, "The Thermal Baths of Traditional Ethiopia", Journal ofthe History of Medi-
S i g S ' l J ^ S ^ ^ ^ ^ ^ NÚmer
° eSPCCÍal d e d Í C a d
°a laS A 8 U a S
Mineromedicinales, El cine, 41, 3: 308-318(1986).
78. Alex SAKULA, "Doctor Nehemiah Grew (1641-1712) and the Epsom Salts", Clio Medica, 19, 1 y 2:
7 - S
- i » Í° Í PASCUAL MIRALLES, "Contribución al estudio de la historia de la Hidrología médica espa- 1-21 (1984). Los principios del análisis químico de las aguas, también aquí desarrollados, han sido explorados
ñola , Trabajos de la Cátedra de Historia Crítica de la Medicina, 6:203-211 (1934). posteriormente por muy diversos autores, entre los que cabe citar a H. LICHOCKA, Badania lecznizych wód
71. J GUITARD, "Coup d'oeil sur la littérature balnéologique en Espagne des origines aux XVIICT siécle" mineralnych w Polsce (1800-1858) z perspecktywy rozwoju chemii, Wroclaw, Zaklad Narodowy im. Ossolins-
Actas ael X Congreso Internacional de Historia de la Medicina, Madrid, 1935, II: 418. kich, 1989; Christopher HAMLIN, A Science of Impurity. Water Analysis in Nineteenth Century Britain, Bris-
tol, Adam Hilger, 1990; Noel G. COLEY, "Physicians, chemists and the analysis of mineral waters: "The most
i JfíJe^reneG°V^J¿Laf^nguétede¡'eau- L aveneme
' »'d*asanteal'ágeindustrie!, Paris, Robert difficult part of Chemistry", en Roy PORTER (ed.), The medical history of waters andspas, London, Welcome
ffinVnil '' V™¡? VIGARELLO, Le propreet le sale. L'hygiéne du corps depuis le Moyen Age, Paris, Institute for the History of Medicine, 1990, 56-66 y R. TAIANI, "L'acqua e la sua anima: il contributo de la
hditions du Seuil, 1985 (existe una edición en castellano editada por Alianza Editorial en 1991); Alain MUSSET scienza chimica alio sfruttamento delle fonti di acqua minerale nella prima meta del XIX secólo", Nuncius.
te 46^ 2 26"T9P8OC(199Í)L'eaU * 1 , 0 r g a n Í S a t Í O n d e I , e s p a c e d a n s l e b a s s i n d e M e x i c o (XVI-XVIII siécle)', Anna- Annali di Storia della Scienza, 6: 83-107 (1991).
79. Roy PORTER, op. cit. nota 78.
36 37
way to Health,80 en que dirige su estudio a dejar constancia de la labor de la La Hidrología española del siglo XVIII,u uno de cuyos aspectos fue ampliado
mujer en la difusión de la hidropatía en aquel país. En la misma línea se encuen- más recientemente por José Muñoz y Ramón en su memoria de licenciatura.87
tran los trabajos de Susan Cayleff (su monografía Wash and Be Healed: The Por las mismas fechas que los anteriores, presentaba Juan Riera una comuni-
Water-CureMovement and Women's Health y su breve, pero preciso, estudio cación al III Congreso Nacional de Historia de la Medicina sobre la literatura
"Gender, Ideology, and the Water-Cure Movement"),81 en los que trata hidrológica valenciana entre los siglos XVII y XIX, presente en la referida obra
aspectos muy diversos: implicaciones sociales, económicas y políticas del movi- de Martínez Reguera.88
miento hidropático americano, la promoción del autotratamiento o la relación
Mención aparte merecen los notables estudios que sobre los balnearios
con un incipiente feminismo.
vascos han realizado José María Urquía Echave (que en su Historia de los bal-
Es preciso reseñar que países como la Unión Soviética, Polonia, Hungría nearios guipuzcoanos™ recupera el estudio de las memorias anuales de los
o Checoslovaquia poseen una gran tradición balnearia e hidroterápica que ori- médicos-directores), Magdalena Sarrionaindía Gurtubay y Miguel Lizarraga
gina gran cantidad de escritos al respecto, aunque la barrera del idioma consti- Sainz.90 Antecedentes de éstas fueron las tesis doctorales de Carlos Undabei-
tuye un obstáculo casi insuperable para su difusión y valoración más allá de tia y Pedro Goti,91 en las que dedicaban un amplio apartado a las aguas
su propio ámbito geográfico. minero-medicinales y los balnearios.
En España, tras la Guerra Civil, las contribuciones de Enrique Conde Gar- La última aproximación de la Historia de la Medicina a la Hidrología
gollo, Juan de Dios García Ayuso o Antonio Castillo de Lucas (incidiendo este Médica se ha concretado en el estudio epidemiológico que, sobre los balnea-
último en los aspectos médico-populares de la terapéutica con aguas) van pre- rios españoles en 1890, realizaron Bernabeu y Peiró, presentado al XXXII Con-
parando lentamente el resurgir de la historia hidrológica. Entre estas nuevas greso Internacional de aquella disciplina.92
aportaciones es de sumo interés el discurso de J. M. López de Azcona sobre
Las aguas minerales en el libro del siglo XVII, leído en la Fiesta del Libro Espa- Además de estos trabajos, en la última década han proliferado los estu-
ñol de 1966.82 dios sobre el pasado hidrológico, proviniendo de las más diversas áreas de cono-
cimientos, pero potenciados principalmente por Cátedras de Historia de la
Los trabajos de Luis S. Granjel sobre los tratados hidrológicos de Torres Medicina o Historia de la Farmacia. Así, encontramos una obra imprescindi-
Villarroel,83 sobre "Limón Montero y la literatura hidrológica del siglo XVII" ble para cualquier estudio del pasado hidrológico como es la de Folch Jou y
o su catálogo de Literatura Hidrológico-médica vasca, suponen el acercamiento Santamaría Arnáiz, Los análisis de aguas en la España de la Ilustración,93 de
más riguroso al problema que aquí nos ocupa. Esta labor de recuperación y 1983, en la que los autores realizan un brillante estudio de la historia de la hidro-
análisis de la ciencia hidrológica es prolongada por el autor a través de la direc- logía, la química y los análisis de aguas, examinando detenidamente los escri-
ción de diversas memorias de licenciatura y doctorado, muchas de las cuales tos hidrológicos españoles de la época. También desde la Historia de la Farmacia
han sido impresas con posterioridad. Con carácter más general, debemos citar se realiza el estudio de Olimpia Adánez Suárez, "Aguas mineromedicinales espa-
La creación del Cuerpo de Médicos de Baños,84 memoria de licenciatura de ñolas a través de un Manuscrito del siglo XIX",94 en que da noticia de un
María Rosario de Dios Mateos y, sobre el mismo tema, la tesis de José García- manuscrito de 1831 de José Martín de León y Mesa sobre materia farmacéu-
Talavera Fernández titulada Historia del Cuerpo de Médicos de Baños. Siglo tica y aguas minerales. La última contribución se encuentra en el trabajo de
XIX,85 en la que enumera todos los reglamentos y ordenanzas relacionadas
con dicho Cuerpo. Serafín Málaga Guerrero publicó también su tesis sobre 88. Juan RIERA, "Nota previa a la literatura hidrológica de la región valenciana. Textos impresos de los
siglos XVII-XIX", en: Actas del III Congreso Nacional de Historia de la Medicina (Valencia, 1969), Valencia,
1971, II: 211-7.
80. Jane B. DONEGAN, "Hydropathic Highway to Health". Women and water-cure in antebellum Ame- 89. José María URQUÍA ECHAVE, Historia de los balnearios guipuzcoanos, Bilbao, Euskal Medikuntza-
rica, New York, Greenwood Press, 1986. Antecedentes importantes de estos estudios de la hidropatía en el mundo ren Historia-Mintegia, 1985.
anglosajón fueron los de E. S. TURNER, Taking the Cure, London, Michael Joseph, 1967 y H. B. WEISS 90. Magdalena SARRIONAINDÍA GURTUBAY, Historia de los balnearios de Bizkaia, Bilbao, Diputa-
y H. R. KEMBLE, The Great American Water-Cure Craze. A History of Hydropathy in the United States, ción Foral de Bizkaia, 1989; Miguel LIZARRAGA SAINZ, Historia de los Balnearios y Fuentes minero-
Trenton, The Past Times Press, 1967. medicinales de Navarra y Álava [Tesis], Salamanca, Universidad de Salamanca, 1987.
81. Susan E. CAYLEFF, Wash and Be Healed- The Water-Cure Movement and Women's Health, Philadelphia, 91. Carlos UNDABEITIA LAJUSTICIA, Mapa histérico-sanitario de Guipúzcoa (siglos X1X-XX), [Tesis],
Temple University Press, 1987, y "Gender, Ideology, and the Water-Cure Movement", en Norman GEVITZ (ed.), Salamanca, Universidad de Salamanca, 1982; Pedro María GOTI ITURRIAGA, Mapa sanitario de Navarra
Other Healers. Unorthodox Medicine in America, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1988, 82-98. (siglos XIX-XX), [Tesis], Salamanca, Universidad de Salamanca, 1982.
82. J. M. LÓPEZ DE AZCONA, Las aguas minerales en el libro del siglo XVII, Madrid, Instituto de España, 92. J. BERNABEU MESTRE y R. PEIRO CABRERA, "Malades et maladies dans les satations balnéaires
1966. d'Espagne (1890)", Actas del XXXII Congreso Internacional de Historia de la Medicina (Amberes, en prensa).
A éste hay que añadir los último trabajos llevados a cabo en Historia de la Medicina en la Universidad de Sala-
83. Luis S. GRANJEL, "Dos tratados de Hidrología de Torres Villarroel", Imprensa Médica, 16: 99-114 manca: Bertha GUTIÉRREZ RODILLA, La Hidrología Española del Siglo XVII [Tesis], Salamanca, Universi-
(1952). Esta atención a la hidrología la ha continuado el autor en sus publicaciones, "Limón Montero y la litera- dad de Salamanca, 1991 y diversas comunicaciones, ponencias y artículos míos de los que se da cuenta en las
tura hidrológica del siglo XVII", El ejercicio médico y otros capítulos de la Medicina española, Salamanca, notas a pie de página de esta monografía.
Universidad de Salamanca, 1974, 233-45. y Literatura-médica vasca, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1981.
93. G. FOLCH JOU y M. SANTAMARÍA ARNÁIZ, Los análisis de aguas en la España de la Ilustración.
84. María Rosario DE DIOS MATEOS, La creación del Cuerpo de Médicos de Baños [Memoria de licen- Breve estudio analítico-histórico-crítico de la bibliografía española, Madrid, Departamento de Historia de la
ciatura], Salamanca, Universidad de Salamanca, 1969. Farmacia y Legislación Farmacéutica de la Universidad Complutense, 1983.
85. José R. GARCÍA-TALA VERA FERNÁNDEZ, "Historia del Cuerpo de Médicos de Baños. Siglo XIX", 94. Olimpia ADANEZ SUÁREZ, "Aguas mineromedicinales españolas a través de un Manuscrito del siglo
Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 10: 213-82 (1971). XIX", Boletín de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia, XXXVIII: 297-306 (1987).
38 39
Francisco Maraver, "Las aguas minero-medicinales en la industria farmacéu-
tica",95 galardonado con el premio Visitador Médico y elaborado desde la
perspectiva del médico hidrólogo.
La doble faceta como especialista en Medicina Física e historiador del pro-
fesor Zaragoza Rubira cristalizó también en los trabajos realizados bajo su direc-
ción en la cátedra de Terapéutica Física de la Universidad de Sevilla como la
tesina de Pineda Dorado96 y la tesis de María Isabel Carazo.97
Un estudio multidisciplinar, encaminado a la valoración de la Arquitec-
tura balnearia a Catalunya,98 se realizó en 1986 bajo la dirección de Ignasi
Solá-Morales, con espléndidos resultados dada la claridad expositiva y una ico-
nografía abundante y atractiva. En una línea más tradicional se coloca la apor-
tación de José María Ustrell a la historia del balneario de Vallfogona de
Riucorb.99
La pluralidad de factores que inciden en la constitución y desarrollo de
los balnearios ha motivado que en los últimos tiempos también algunos geó-
grafos se hayan ocupado de este tema con aportaciones metodológicas de inte-
rés, como en la Aproximación Histórica al estudio de los Balnearios Montañeses
(1826-1936),m dirigida por Alberto Luis Gómez y publicada en 1989, también
con carácter interdisciplinar y en la que, si bien se ignoran las fuentes médicas
sobre el tema (fenómeno todavía habitual en una actividad intelectual en exceso
cerrada y estanca), se consideran los factores geográficos, económicos, histó- 2.
ricos, culturales, etc.
MATERIALES PARA UNA HISTORIA
Fruto también del resurgir del interés hacia los temas hidrológicos son los
numerosos artículos que hablan de aguas minerales, consideradas siempre como DE LOS BALNEARIOS
antigua terapéutica y, por tanto, mencionando ese pasado aunque sea con suma
brevedad e inexactitud, errores notorios en ocasiones, consecuencia del carác-
ter publicitario que tienen tal tipo de publicaciones. La actual investigación
histórico-médica ha de venir a subsanar estas deficiencias realizando estudios
sobre el pasado de la Hidrología Médica, a fin de dar una base sólida para
el nuevo desarrollo de esta disciplina y su equiparación con la mejor conocida
tradición balnearia europea.

95. Francisco de Paula MARAVER EIZAGUIRRE, "Las aguas minero-medicinales en la industria farma-
céutica", Anales de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz, XXV, 2: 37-55 (1991).
96. M. C. PINEDA DORADO, Balnearios en la España del siglo XIX, según la obra de D. Pascual Madoz
[Memoria de licenciatura], Sevilla, Universidad de Sevilla, 1987.
97. María Isabel CARAZO, Balnearios en Andalucía en el siglo XIX [Tesis], Sevilla, Universidad de Sevi-
lla, 1988.
98. Ignasi SOLÁ-MORALES, Arquitectura balnearia a Catalunya, Badalona, Direcció General d'Arqui-
tectura i Habitatge (Generalitat de Catalunya) y Cambra Oficial de la Propietat Urbana de Barcelona, 1986.
99. José María USTRELL TORRENT, "El balneario de Vallfogona de Riucorb", Asclepio, 32:467-84 (1980).
100. Alberto LUIS GÓMEZ (dir.), Aproximación histórica al estudio de los balnearios montañeses
(1826-1936), Santander, Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Cantabria, 1989.

40
2.1. EL ESTUDIO HISTÓRICO DE LOS BALNEARIOS
COMO INVESTIGACIÓN MULTIDISCIPLINAR

"No estoy seguro de que el término 'medicina física' sea especialmente


apropiado porque, por ejemplo, el tratamiento balneario es una combinación
de medicina física, química, biológica y psicológica".m Esta apreciación de
Henry E. Sigerist, plasmada en su último artículo de 1946 en Ciba Symposia,
pone de manifiesto la complejidad terapéutica del fenómeno balneario: la inves-
tigación hidrológica muestra que los resultados obtenidos con un tratamiento
hidromineral no pueden ser atribuibles tan sólo a la acción mecánica del agua,
y la composición química o la materia orgánica de la misma tampoco justifi-
can muchas de sus acciones antianafilácticas o zimosténicas, para las que se
busca causa en la ionización o la radioactividad. Queda aún considerar el factor
psicológico, condicionado, más que por las particulares características clima-
tológicas del entorno balneario, por una forma de vida distinta de la que el
agüista lleva en su cotidiano quehacer. Y es interesante volver a Sigerist quien,
en una conferencia pronunciada en el Johns Hopkins Medical History Club
cinco años antes, al examinar la decadencia de los balnearios americanos con-
sideraba que la fama de éstos era atribuible más a lo accesorio que al poder
curativo del agua.102 Entre lo "accesorio" cabe imaginar todas las diversiones
propias de unas vacaciones termales de la época, las que sin duda han de con-
siderarse como uno de los factores psicológicos más efectivos. Es aquí donde
más se acentúa la complejidad, al presentar implicaciones turísticas y, por tanto,
económicas que permiten hablar de industria balnearia, la cual configura de
manera especial a la población que la acoge, cuando no es la misma concen-
tración urbana la que surge en torno al baño. Estos hechos influyen decisi-

101. Henry E. SIGERIST, "Towards a renaissance of the American spa", en: Milton I. ROEMER (ed.),
Henry E. Sigerist on the Socioiogy of Medicine, New York, MD Publications, 1960, 253. Un amplio examen
de la complejidad metodológica del estudio balneario se recoge en: Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ,
"Aproccio metodológico alia storia dell'idrologia medica", Medicina nei Secoli, en prensa.
102. Id., "American Spas in Historical Perspective", en: Félix MARTÍ-IBÁÑEZ, Henry E. Sigerist on the
History of Medicine, New York, Md Publications, 1960, 71.

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vamente en la práctica médica: no puede olvidarse que la medicina como pro- de estos diccionarios y tratados son traducciones al español en que ha sido el
fesión es vocación y arte, pero se acompaña también de unas aspiraciones eco- realizador de éstas quien introduce las referencias que corresponden a la Hidro-
nómicas que pueden obtener resultados bastante lucrativos si se consigue que logía nacional. Las publicaciones médicas periódicas (en especial durante el
la concurrencia al balneario, donde el médico ejerce, sea abundante. siglo XIX, época dorada del termalismo) han sido numerosísimas, de una gran
Lo intrincado del fenómeno termal se manifiesta también en la multiplici- dispersión geográfica, con un carácter habitualmente efímero y de localización
dad de fuentes, de naturaleza y ubicación muy diversas, que será necesario ana- en algunas ocasiones imposible. Sin pretensiones de exhaustividad no pode-
lizar en una investigación histórica que tenga pretensiones de globalidad y rigor. mos dejar de mencionar algunas como El Siglo Médico, La Gaceta Médica o
El balneario, como lugar de salud y recreo, ha sido competencia de los orga- el Boletín de Medicina, Cirujía [sic] y Farmacia, que llegaron a dedicar una
nismos de la administración encargados de la sanidad y el turismo. Sin embargo, sección fija a la Hidrología, y cuya consulta resulta ineludible para conocer
en su condición de venero acuífero, ha sido responsabilidad de las institucio- aspectos sanitarios y administrativos de los balnearios que nos ocupan.
nes gubernamentales encargadas de la minería. A esto hay que añadir la La literatura propiamente hidrológica va a ofrecer datos mucho más abun-
dificultad que entraña estudiar una provincia, pues se genera abundante dantes y precisos, y constituye el principal soporte bibliográfico para el cono-
documentación a distintos niveles (municipal, provincial, autonómico y nacio- cimiento de los balnearios. Es preciso señalar que, durante el siglo XIX, los
nal), lo que, si bien aumenta las posibilidades de completar las informaciones tratados hidrológicos se elaboran en su mayoría en base a las monografías de
buscadas, provoca otras veces una dispersión del material y su frecuente pér- los médicos-directores. En estos casos se incluye una larga relación de estable-
dida. Si, finalmente, tenemos en cuenta que el veraneo en el balneario trasluce cimientos oficiales, a la que algunos incorporan manantiales no declarados de
muy diferentes aspectos sociales y culturales, es obvia la necesidad de acceder utilidad pública pero de notable uso popular. Estas listas de balnearios pueden
a la literatura, la prensa y los testimonios gráficos de una época particular- aparecer ordenadas alfabéticamente, por su clasificación química o por la región
mente pródiga en ellos. hidrográfica a que pertenecen. Se suele iniciar la información con el nombre
Como queda patente, la especial complejidad del tema hace necesario plan- del establecimiento, localidad en que se ubica, partido judicial y provincia; a
tear un nuevo sistema de análisis capaz de ensamblar tan multiforme informa- veces se señala también el número de habitantes y distancia a la cabeza de par-
ción en una visión totalizadora y unitaria del fenómeno que se pretende conocer. tido y capital de provincia, e incluso altura sobre el nivel del mar. En ocasio-
En este caso se trata de la provincia de Málaga, por motivos que ya se expusie- nes figura el terreno geológico y, con mayor constancia, temperatura y caudal
ron, pero la metodología aquí propuesta y utilizada es perfectamente extrapo- del manantial, del que se añade siempre la clasificación (si no se ordenó por
laba a otros lugares de la geografía española y, en ocasiones, con posibilidad ella) y las características físicas y químicas, aunque pueden ser muy someras.
de encontrar mejor conservadas determinadas fuentes documentales. En este En algunas se llega a transcribir el análisis y se finaliza con las indicaciones,
capítulo se dan a conocer al lector las bases materiales y el proceso en lo que aunque muy raramente se advierta de las contraindicaciones. Transportes, alo-
a la recuperación de testimonios se refiere, así como la utilización que se ha jamientos, precios, etc., no siempre figuran y suele faltar el nombre del médico-
hecho de los mismos. director. Sin embargo, debido a la finalidad orientativa para los facultativos
que pudiesen consultarlas, estas publicaciones acostumbran a informar de las
Decidido el objeto del estudio, el lógico primer paso será identificar los fechas-que delimitan la temporada en que el balneario permanecía abierto.103
balnearios que han existido en la zona. Lo que pudiera parecer empresa harto
fácil se complica si consideramos que algunos balnearios oficiales han desapa- En estrecha relación con este capítulo de los tratados hidrológicos apare-
recido incluso en su edificación y que los baños no oficiales se localizan a veces cen las guías de bañistas (no siempre escritas por médicos) que, como su nombre
en parajes muy poco frecuentados. Hemos de recurrir por tanto a fuentes escri- indica, van dirigidas al público que ocasionalmente puede acudir al centro. Reco-
tas: el empleo del agua mineromedicinal con fines terapéuticos queda recogido, gen, sin embargo, los mismos datos aunque ampliando las informaciones acce-
como ya hemos apuntado, en multitud de obras médicas. No entraremos nue- sorias como estado de los caminos, medios de transporte e itinerarios
vamente en detalles sobre las mismas, tan sólo hemos de recordar que es en recomendados, nombre de fondas y pensiones... Susfinesse encuentran a medio
el siglo XIX cuando, tras la creación del Cuerpo de Médicos de Baños, se camino entre la divulgación científica y la publicidad interesada.
advierte claramente su aparición. Las publicaciones más genéricas son, claro El principal problema que plantea un estudio diacrónico de los balnearios
está, los diccionarios médicos (de Medicina y Cirugía, de Higiene y de Tera- reside en la escasa fiabilidad de muchas de estas fuentes escritas. Es habitual
péutica) de sumo interés por su difusión entre la clase médica como elemento en ellas, ya se trate de ambiciosos tratados o de modestas monografías, la uti-
de consulta. En éstos, las voces de entrada "baños" y, sobre todo, "aguas mine- lización de datos de segunda y tercera mano que reiteradamente se repiten por
rales" suelen contener información sobre los principales balnearios españoles.
Los tratados de Terapéutica, Materia Médica y Arte de Recetar, no dejan tam-
103. Existe igualmente un notable número de publicaciones hidrológicas, que atienden sólo a cuestiones rela-
poco de incluir un capítulo dedicado a la Hidrología Médica, en el que con cionadas con la analítica (química, orgánica, mineral) de las aguas, en que las referencias a los balnearios como
frecuencia se enumeran aquellos. Es interesante tener en cuenta que la mayoría centros sanitarios son prácticamente inexistentes.

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los autores sin el menor indicio de crítica. En ocasiones, las frases empleadas entre la publicación de una obra hidrológica importante (con datos de elabo-
o los errores cometidos nos permiten rastrear su origen, pero generalmente es ración propia) y la aparición de la siguiente. En ese período todos los datos
tarea ardua discernir cuándo se introdujo la atribución arbitraria o el análisis de los escritos sobre el tema proceden, habitualmente, de la primera. No obs-
inexacto. Si tomamos como ejemplo los errores advertidos en el curso de esta tante, no son pocos los autores que utilizan como fuente textos mucho más
investigación, podemos enumerar algunos de los más frecuentes: antiguos, lo que ha posibilitado la transmisión de errores, en ocasiones durante
los últimos dos siglos. Esto es más frecuente en lo que se refiere a las aguas
— Errores geográficos: no declaradas de utilidad pública, pues los informes sobre éstas se obtienen
Por localización incorrecta: generalmente de obras geográficas en las que es menor la atención a la renova-
Confusión entre las aguas de Árdales y las de Carratraca, ción de datos y, en cualquier caso, están también basadas en los informes de
por haberse conocido estas últimas con tal nombre hasta fina- geógrafos o historiadores locales que, como luego se expondrá, publicaron su
les del siglo XVIII, por su proximidad a la villa de Árdales. obra a partir del siglo XVIII.
Sólo tras la independencia, en 1832, del término de Casara-
Así pues, el desfase de las noticias contenidas en estas obras es inevita-
bonela quedan claros los límites y la diferencia entre aguas
ble y no se pudo paliar, relativamente, hasta la aparición de obras hidrológi-
de Árdales y Baños de Carratraca.
cas promovidas por organismos estatales. Éstas serían principalmente el
Duplicación de la información referente a Baños de Vilo, que Anuario Oficial y el Resumen Oficial Estadístico, donde se recogen, con una
puede encontrarse bajo este nombre y bajo el de Periana, a periodicidad que no siempre está acorde con el nombre, los datos de concu-
cuyo término municipal pertenece. rrencia y resultados terapéuticos y nombres del médico-director y, en su caso,
Desplazamiento geográfico de Tolox al partido judicial de del propietario. Según el planteamiento teórico del Anuario también debían
Vélez-Málaga por confusión con la villa de Torrox, de dicho figurar (junto a los clásicos informes del manantial, balneario y lugar) los
partido. acontecimientos más importantes de cada temporada; sin embargo, es muy
Confusión entre los Baños de la Hedionda de Casares (aunque frecuente que el mismo texto se repita año tras año sin modificación alguna.
también llamados de Manilva, por su mayor proximidad a Los datos de concurrencia (y, en raras ocasiones, los resultados terapéuti-
ésta) con los del Duque o de la Fuente Santa, por estar tam- cos) también se publican por el ministerio correspondiente (Gobernación o
bién en término de Casares. Fomento) en la prensa médica. La fiabilidad de estas estadísticas es mayor,
Localización de los Baños del Duque en Gaucín o Genalgua- aunque no exentas de inexactitudes como demostraremos en posteriores
cil, por su proximidad a los mismos. capítulos.

Por anacronismos: La fuente si no más fidedigna al menos más próxima, serán las monogra-
fías escritas por médicos o farmacéuticos de la localidad, aunque los primeros
Presentación de los Baños de la Tosquilla como pertenecien- dominaron en este afán divulgador sobre los segundos. La calidad de esta pro-
tes a Archidona, en lugar de a Villanueva del Rosario, cuando ducción es muy variable, así como la fiabilidad de sus datos, pero se pueden
ésta ya se había independizado de la anterior. establecer unas características constantes en todas: antes de la creación de una
Fuente Piedra sigue apareciendo como Fuente de Antequera, plaza de médico-director los escritos suelen tener una finalidad veladamente
mucho tiempo después de haberse constituido una población publicitaria y, ante todo, reivindicativa de la necesidad de un facultativo para
y alcaldía pedánea. asistir a los bañistas. Por tanto, no es de extrañar que en estas primeras memo-
rias se expongan prolijamente los peligros derivados del uso indiscriminado
— Errores de clasificación: de las aguas, ilustrados con noticias de fallecimientos durante la cura. Una vez
Fuente Amargosa de Tolox figura como sulfurado calcica, concedida la plaza de médico-director las actitudes cambian y la terapia bal-
mucho tiempo después de haberse reconocido como nitro- nearia se presenta como panacea, sin ocultar el virtuosismo y competencia de
genada. los facultativos capaces de obtener del manantial (según sus afirmaciones) unos
óptimos resultados terapéuticos. Por último, tras una fase de reconocimiento
— Errores en la terminología médica: del centro, se pretende su afianzamiento en lucha competitiva con otros baños.
Enfermedad hepática, en lugar de herpética. Para ello se reproduce en buena medida el esquema de conducta que llevó a
Aguas magnéticas, en lugar de magnésicas. la medicina del Ochocientos a estructurarse en especialidades médicas. El bal-
neario se presenta como específico para ciertas patologías, con lo que se dis-
Estas cadenas de informes y equívocos suelen tener durante el pasado siglo minuye la competencia de otros centros con mayores atractivos extrasanitarios
una vigencia de al menos una década, que es la que media aproximadamente y se gana en credibilidad. Aquí jugará un importante papel la química y el

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hallazgo de nuevos mineralizadores (selenio y tierras raras en Carratraca, nitró- ciones, con incómodos accesos y mínima concurrencia. Muy grave resulta este
geno y radioactividad en Tolox). último aspecto, pues en algunos casos (como en el balneario de Fuente Amar-
La legislación decimonónica, desde el primer Reglamento de Baños de 1817, gosa de Tolox) provoca la renuncia del facultativo en cuanto conoce la pobla-
convirtió en requisito obligatorio la presentación por los médicos-directores ción. Si a esto añadimos que el interino sabe que no permanecerá muchas
de memorias anuales en las que debían informar de datos estadísticos tales como temporadas en la plaza (acaso sólo una), hemos de comprender que no existan
concurrencia y resultados terapéuticos e incluir un estudio sobre el balneario muchos incentivos para que corrijan abusos, analicen las aguas, sistematicen
y las aguas, al que más adelante se añadió la climatología y los acontecimien- tratamientos, consigan instalaciones e instrumentos para su aplicación y,
tos de la temporada. A partir del reglamento de 1874 se solicitaba la presenta- además, redacten una buena memoria. Problemas de esta índole serán trata-
ción de una memoria especial cada cinco años en la que había de figurar un dos con amplitud al hablar de Baños de Vilo y de la ya mencionada Fuente
estudio detallado del balneario y la zona (estudios geográficos, topográficos, Amargosa.
geológicos, etc.) La intención inicial fue la de utilizar las memorias para una Así pues, la documentación del siglo XIX es abundante para los balnea-
publicación, por lo que en 1828 se prohibió a los médicos que las editasen como rios oficiales de primera categoría o de planta (los mismos que, al fin y al cabo,
monografías; pero dada la incapacidad para coordinar el trabajo se les dio liber- arrastraban una antigua tradición también prolífica en escritos), mientras que
tad nuevamente en 1847. Lamentablemente, son muy pocas las que se han con- para los de segunda clase es muy escasa, suele ofrecer grandes vacíos en el tiempo
servado de ese primer período, aunque muchas de ellas debieron pasar al archivo y el material hallado no resulta muy fidedigno.106 Todo esto nos lleva a con-
y biblioteca de la Sociedad Española de Hidrología Médica, tras su fundación cluir lo que ya resulta obvio: la cantidad y calidad de los documentos sobre
en 1877. Las obras realizadas en la sede de la Sociedad hace pocos años, pro- un balneario van a estar relacionadas directamente con el número de agüistas
vocaron la inexplicable pérdida de dichos fondos.104 Sin embargo, el Archivo que acuden al mismo, pues es lo que origina la creación de la plaza de médico-
de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense director en propiedad.
de Madrid, conserva un número suficiente de memorias que cubren (en nues-
tro caso) un período máximo entre 1826-1901, aunque con grandes vacíos para
la primera época y deficitario en el caso de Tolox y Baños de Vilo; pero, aun
así, permiten la realización del estudio. La sección de Gobernación del Archivo 2.2. TERMALISMO: LA HIDROLOGÍA
Histórico Nacional de Madrid, cuenta también entre sus expedientes con alguna COMO FENÓMENO SOCIAL
memoria, pero esto es infrecuente, pues la mayor parte de tales documentos
son de tipo administrativo. La Delegación de Sanidad de Málaga tampoco En muchos aspectos será la concurrencia factor decisivo: de ella, de esta
cuenta con material de este tipo, ya que sus fondos son muy recientes.105 población estacional pero muy abundante en algunos casos, va a depender la
Es necesario manifestar la gran diferencia entre las memorias elaboradas economía de la población. Tengamos en cuenta que, en balnearios como Carra-
por un médico-director con plaza en propiedad y las de un interino. El pri- traca, el número de visitantes por temporada llegó a ser seis veces superior al
mero de ellos ejerce habitualmente su profesión en un balneario de gran con- de habitantes.107 Visitantes, que no agüistas; pues a la cifra de individuos que
currencia, lo que le proporciona buenos ingresos al extender gran número de acudían a tomar los baños se sumaba la de sus acompañantes y la de aquellos
papeletas para los baños; por tanto, sus intereses suelen superponerse con los que tan sólo pretendían pasar el verano disfrutando de las diversiones allí ofre-
del propietario (a mayor número de concurrentes, mayores ganancias). En estos cidas, es decir, de unas vacaciones. Por todo ello resulta sumamente impor-
casos sus publicaciones muestran las particulares bondades del agua que admi- tante conocer la concurrencia cuantitativa y cualitativamente. Con tal fin hemos
nistran y su especificidad frente a las ya poco creíbles panaceas; lo que en modo utilizado como fuentes las ya citadas memorias de los médicos-directores, el
alguno supone negar que los facultativos que tienen acceso a una plaza impor- Anuario y el Resumen. Ahora bien, con ellas conseguimos conocer el número
tante, como la de Carratraca, sean de probado prestigio y ocupen los primeros de agüistas pero no su procedencia (sólo presente en algunas memorias) ni con-
números del escalafón. En cambio, los interinos encuentran en este cargo su dición social. Esta última es imprecisa en las memorias médicas, pues sus esta-
primer trabajo como hidrólogos y lo hacen en un balneario con malas instala- dísticas tan sólo ofrecen el número de pobres, militares y acomodados. Los
acomodados no presentan subdivisión alguna, por lo que resulta imposible
extraer conclusiones al respecto. Las informaciones por tanto son sumamente
104. Según la información facilitada por la actual catedrática de Hidrología Médica, Josefina San Martín
Bacaicoa.
vagas, basadas en artículos y comentarios de médicos, libros de viajeros y relatos
105. Esteban RODRÍGUEZ OCAÑA, "Archivos administrativos contemporáneos", en: La defensa del patri- literarios.
monio histórico-médico español. Actas del III Simposio de la Sociedad Española de Historia de la Medicina
(Granada, 1988), Granada, Universidad de Granada, 1989, 79-89, expone que en esta delegación los fondos
de interés histórico-médico son muy pobres para fechas anteriores a 1931. A esto añadiremos que los únicos 106. Véase sobre este particular el caso que citamos en Baños de Vilo, respecto a la memoria de 1861 de
documentos que conseguimos encontrar con referencia a los balnearios de Málaga son visitas de inspección actuales Miguel Marín Yébenes.
y de las que damos noticia en el lugar correspondiente. 107. Véase al respecto el capítulo dedicado a la concurrencia.

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Es fácil imaginar que el pingüe negocio que ofrece un balneario de abun- extravían definitivamente.109 El Archivo General de la Administración de
dante concurrencia motive una encarnizada lucha por obtener el derecho de Alcalá de Henares, recibió en 1898 una transferencia de fondos del Archivo
explotación. La adquisición del terreno, la declaración de utilidad pública del del Ministerio de la Gobernación, con 500 legajos de Beneficencia y Sanidad
manantial (con clasificación y temporada) y la edificación de un establecimiento (de los años 1833 a 1894) en los que también se incluía documentación relacio-
balneario, generan multitud de documentos diseminados por muy diferentes nada con balnearios; material que se perdió en el incendio de 1939."°
organismos de la administración. Lógicamente, las primeras entidades impli-
cadas serán los Ayuntamientos de las localidades balnearias, que defienden su Otra fuente es la ofrecida por los Registros de la Propiedad y Registro
derecho sobre las aguas y su explotación frente a los intereses privados. A tal Mercantil (de Sociedades). Los segundos aportaron más datos que los pri-
fin, la consulta de Actas Capitulares se adivina de suma importancia, aunque meros, debido a que la declaración de propiedad no era obligatoria y tardó
esto no siempre es factible: en la provincia de Málaga, una gran parte de la mucho en hacerse efectiva. A esto debemos sumar los escasos datos de los
documentación municipal (principalmente de pequeñas poblaciones) sufrió las Libros de Contadurías de Hipotecas de algunas zonas estudiadas. Tan sólo
devastadoras consecuencias de la orden circular del 27-VII-1942 sobre reco- obtuvimos datos de interés en el Registro de la Propiedad de Campillos sobre
gida de documentos inútiles, debida a la escasez de papel.108 El término de Carratraca; sin embargo fue infructuosa la búsqueda en los de Coín, Vélez-
"inútiles", como es fácil imaginar, se aplicó con un amplísimo criterio que nos Málaga y Riogordo. El Registro de Sociedades aportó datos sobre Carratraca,
privó de gran parte de la información. En el caso de Carratraca, por ejemplo, Tolox y Casares, pues en estos casos se constituyeron empresas dirigidas a
sólo conseguimos localizar un volumen en el que se habían encuadernado de la explotación de los balnearios o comercialización de las aguas; pero esta
forma desordenada las actas de algunas sesiones del Concejo del siglo pasado información cubre un corto período de tiempo, pues tanto Carratraca como
e informes de cierto interés. No es muy halagüeño el estado de estos archivos, Tolox o Baños de Vilo han sido negocios familiares durante buena parte de
que se pretende excusar con la guerra, incendios o terremotos, pero que la mayo- su historia.
ría de las veces tiene su causa en la ignorancia: pese al loable celo de los actua-
También nos planteamos la utilización de documentación conservada en
les responsables, el documento histórico sigue siendo, en muchas pequeñas
los Archivos de Hacienda, pues el balneario debía figurar como industria y
poblaciones, tan sólo papel viejo. Pese a estas limitaciones se ha procurado
en este sentido se detallaría el propietario, rentas y volumen de ventas. Pero
en el curso de esta investigación completar los vacíos existentes mediante la
el caso de Málaga es bastante especial: el incendio de la Aduana en abril de
más diversa documentación conservada. Así, a través del archivo del Ayunta-
miento de Casarabonela se ha conseguido acceder a datos relativos a Carra- 1922 destruyó gran parte de estos documentos, conservándose casi exclusiva-
traca (que perteneció a este municipio hasta 1832) y en el caso de los Baños mente los del presente siglo, así como los de la Diputación, que también se
de Vilo ha sido a través de las Actas Capitulares de Vélez Málaga. encontraban allí."1 Causas diversas llevaron a que hasta el año 1989 no ingre-
sasen estos fondos en el Archivo Histórico Provincial de Málaga y hasta comien-
Los problemas sobre derecho de propiedad de las aguas y utilidad pública, zos de 1991 no se empezasen a inventariar. A pesar de estas dificultades hemos
pasaban al Gobierno Civil de la provincia. Este centro administrativo, que puede conseguido examinar alguna documentación, por el momento sin resultado
ser de inestimable ayuda para el estudio de los balnearios de cualquier provin- alguno pues no figuraban datos en los registros de expedientes, ni en los regis-
cia, ofrece en Málaga un nuevo motivo de pesar para el investigador: en la tros de altas y bajas, registro gremial e industrial de pueblos (entre 1905-1937).
actualidad no existe Archivo del Gobierno Civil (sus fondos históricos están Información más actual no ha podido ser obtenida, pues al tratarse de datos
depositados en el ático del edificio de la Aduana) y el material se encuentra con repercusiones tributarias, no es accesible ni comunicada por los propie-
en un lamentable estado de conservación y sin inventariar. Hemos tenido, por tarios.
tanto, que recurrir a la información del Ministerio de la Gobernación, a donde
debían llegar las noticias del gobernador de la provincia. En el Archivo Histó- Respecto al Archivo Histórico Provincial, al que acabamos de hacer men-
rico Nacional de Madrid (Fondos Contemporáneos, Gobernación, Beneficen- ción, contiene protocolos notariales que en ocasiones han aportado valiosa
cia y Sanidad) se encuentra este valioso material con gran número de expedientes información. Contratos de compra-venta o alquiler de viviendas, contratos de
sobre declaración de utilidad pública, cambios de clasificación y temporada, transportes o abastos, testamentos y otorgamiento de poderes han podido ser
aperturas y cierres, así como otra serie de problemas relacionados: obras, cami- localizados, pese a las lógicas dificultades que entraña la consulta de un archivo
nos, reclamaciones, etc. Hay que matizar que faltan algunos expedientes y tan con un vaciado aún incompleto de sus fondos. El Archivo de la Diputación
sólo hemos encontrado referencias indirectas, problema bastante frecuente para Provincial debía contener también interesante información, pues el asilo para
los balnearios, pues, al depender de muy diversos organismos, los informes
pasan de una sección a otra. En estos traslados algunos se traspapelan y se 109. Véase en el capítulo dedicado a Tolox los problemas de este tipo sucedidos entre 1893 y 1896.
110. Pilar SERRA NAVARRO, Guía del Archivo Central, Madrid, Ministerio de Cultura-Dirección
108. María Aurora GÁMEZ AMIÁN, "Fondos bibliográficos para la Historia económica de Málaga (fines General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas-Subdirección General de Archivos, 1981, 60 y 114-24.
del s. XVIII y s. XIX)", Gibralfaro, 22, 25: 11-32 (1973). 111. GÁMEZ AMIÁN, loe. cií.

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bañistas pobres y su transporte dependían de esta institución, pero tras el ya Tanto para caminos como para transportes resultan muy útiles las memo-
mencionado incendio de la Aduana en 1922, corrió similar suerte al del Gobierno rias de los médicos-directores, los itinerarios de caminos, las guías de bañistas
Civil y no existe acceso al mismo en espera de ser inventariado. y las guías de la provincia. En estas últimas figuran numerosos detalles sobre
Otra fuente para tener noticia de las solicitudes de explotación y declara- compañías de transporte, tipos de vehículos, itinerario, horario e incluso pre-
ciones de utilidad pública la encontramos en los Archivos de Minas, locales cios. Debemos valorar también que, aunque subjetivos, los relatos de viajeros
(Sección de Minas de la Delegación Provincial del Ministerio de Industria) o contemplan, por lo general, un amplio apartado para tratar de los caminos
nacionales (en el Instituto Tecnológico Geominero de España). Se trata de infor- y el transporte, de los que no suelen hacer comentarios elogiosos.
mes posteriores a la Guerra Civil, pero de interés también en lo que respecta Las guías de la provincia también pueden utilizarse para el estudio de la
a la comercialización de las aguas. hostelería, pues en algunas de ellas aparecen los diferentes negocios de cada
Los problemas que ocasiona la ausencia de algunos datos obliga a tener población; no obstante, su información no es completa ni fiable, pues en oca-
mucho más en cuenta una serie de indicadores económicos de tipo indirecto, siones tienen función como guía de anunciantes y se silencian muchos datos.
pero que son los que inciden más en la población. Los asistentes a una locali- En este particular, además de las fuentes citadas, podemos utilizar el Archivo
dad balnearia generan a su alrededor una industria amplia que conviene des- de la Delegación Provincial de Turismo, aunque el material es posterior a la
glosar en sus diferentes sectores: recorren unos caminos, utilizan un transporte Guerra Civil, pero brinda información sobre los hoteles de Carratraca y Tolox.
para llegar hasta allí, se hospedan en hoteles, fondas o casas de alquiler, reali-
zan comidas o dietas especiales y necesitan distraer sus dolencias con variadas Las diversiones se reflejan especialmente en las memorias de los médicos-
formas de ocio que incluyen bailes, corridas de toros, representaciones teatra- directores y en algunos artículos de los mismos en la prensa; aunque son los
les, excursiones y juego. Por tanto, un balneario de nutrida concurrencia verá relatos de viajeros y la literatura (fundamentalmente realista y costumbrista)
surgir en torno alojamientos para bañistas (hoteles o casas construidas con el los que, con todas las precauciones que hay que adoptar frente a su informa-
único fin de alquilarlas), vendedores ambulantes y comercios que ofrecen comes- ción, nos proporcionan los datos más abundantes y exactos. No olvidemos que
tibles o telas, mesones, tabernas y casinos. Elementos suficientes como para un médico-director intenta en ocasiones demostrar que la población sigue,
ocupar a gran parte de la población durante la temporada balnearia y ayudar- incluso en sus diversiones, las pautas higiénicas por él aconsejadas: es el caso
les a subsistir el resto del año. Toda una economía que girará en torno al bal- de José Salgado en Carratraca, quien pretende hacer de todo el pueblo un bal-
neario (independientemente a su carácter público o privado) y que presionará neario bajo su dirección, de tal modo que en sus escritos o bien exagera la
constantemente para la creación de una infraestructura capaz de atraer a los "corrupción" de los ocios termales, o bien describe un remanso de paz conse-
agüistas. En este sentido es frecuente el círculo vicioso: si no hay agüistas no guido por su acertada gestión. Más interesante parece la vida descrita por via-
se invierte en modificar la infraestructura y, si ésta no mejora, aquéllos no jeros y literatos, pues, aunque prestos a ajustar la realidad a su preconcebida
acuden. idea de Andalucía, ofrecen la visión de quienes disfrutan de las diversiones y
no de quienes las reprimen o promocionan, es decir, la visión del bañista. Los
Retomemos el primero de estos indicadores de la economía de la pobla-
viajeros del XVIII apenas pasan por los balnearios malagueños, por lo que hay
ción planteados: los caminos. Puesto que los balnearios que estudiamos se
encuentran en pequeñas poblaciones, sus vías de acceso son habitualmente cami- que esperar al XIX, en que el sentir romántico popularizó la imagen de España
nos locales, por lo que dependen de los Ayuntamientos y la Diputación Pro- y, en nuestra provincia, la de Ronda, muy cerca de la cual quedaba Carra-
vincial. Las Actas Capitulares son una fuente interesantísima y los problemas traca. No nos ofrecen información sobre terapéuticas o instalaciones balnea-
que presentan ya han sido citados, pese a lo cual hemos obtenido una infor- rias, pero realizan amplias descripciones de la forma de recreo y la sociedad
mación bastante completa, ratificada con la consulta al Boletín Oficial de la que veranea en estas villas.
Provincia. La relación entre caminos y balnearios también está presente en los Una de las hipótesis planteadas se apoyaba en la suposición de que si el
documentos de las secciones de Gobernación y Consejos del Archivo Histó- balneario incidía en la economía de la población, eso quedaría reflejado en
rico Nacional de Madrid. Las guías de la provincia aportan a su vez datos sobre su evolución demográfica. No ha existido una intención de realizar un deta-
el estado de los caminos y obras que se efectúan. Pero es el Archivo de la Jefa- llado estudio, sino de observar los cambios en la demografía de una localidad
tura de Obras Públicas de Málaga, el que ha resultado más útil en esta bús- balnearia en comparación con dos pueblos testigos de muy similares caracte-
queda, si bien sus fondos sólo permiten la investigación de los caminos a partir rísticas (número de habitantes, geografía, tipo de cultivos, bases económicas,
de finales del pasado siglo. En estos legajos se detallan proyectos de caminos etc.) y con la zona geográfica. Con este fin pensamos utilizar las cifras censa-
y la finalidad de los mismos, así como el motivo de su trazado y repa- les de habitantes de hecho, así como las de nacimientos, matrimonios y defun-
raciones. "2 ciones. La distancia que separaba Baños de Vilo de Periana, el escaso relieve
112. Sobre la estructuración de estos archivos es interesante consultar el Reglamento para los Archivos de
del balneario y, sobre todo, el hecho de que sus habitantes no apareciesen
las Jefaturas de Obras Públicas, Granada, Imp. Luis F. Pinar, 1926. desglosados de los de Periana en los censos nos llevó a descartar su estudio.
52 53
La falta ya mencionada de documentación en Ayuntamientos y Diputación ha humana con Antillón y la importancia de la estadística que aporta Pascual
impedido la consulta de padrones o de censos a nivel local,"3 por lo que Madoz, "6 son elementos que servirán de fuente a nuestra investigación. Hay
hemos tenido que limitarnos a la utilización de los provinciales publicados por que destacar también la labor de eruditos locales, como es el caso del denos-
el Instituto Nacional de Estadística. tado Cristóbal de Medina Conde, quien, en su intento de elaborar un Diccio-
Por tanto, se decidió reducir esta aproximación a Tolox y Carratraca. En nario del Obispado de Málaga, "7 recaba información de un nutrido número
esta última surgieron nuevos problemas: hasta 1831 perteneció a Casarabonela, de personas cultas de la provincia y que más tarde habría de utilizar para la
pero en los libros parroquiales consultados en el Archivo Episcopal no se espe- redacción de su obra Conversaciones históricas malagueñas. "8 Los errores
cificaba si los nacidos, sus padres o los difuntos eran de Carratraca, pues se encontrados deben imputarse a los informantes y a la falta de sentido crítico
les hacía constar simplemente como vecinos de Casarabonela. Después de esa del autor, pero es innegable que constituye la fuente más importante para el
fecha tampoco era posible recuperar la información, pues los archivos parro- conocimiento de los manantiales de la provincia y en ella se han basado las
quiales de Carratraca se perdieron durante la Guerra Civil. La única solución restantes obras publicadas. Hay que puntualizar que hablamos de manantiales
era recurrir al Registro Civil, como así se hizo, utilizando la misma fuente para en general, es decir, de todas las fuentes no declaradas de utilidad pública pero
los pueblos de referencia elegidos: Árdales y Cuevas del Becerro. El mismo a las que localmente se les reconocen propiedades terapéuticas. En este sen-
planteamiento sirve para Tolox, puesto que el balneario no había tenido enti- tido, como ya veremos, las noticias recogidas por Medina Conde aparecen en
dad en la población hastafinalesdel siglo pasado y, por tanto, resultaba absurdo Miñano y en Rubio, en Madoz y en García López.
remontarse a fechas anteriores: una escasa concurrencia difícilmente podría Junto a las geografías debemos considerar también los tratados históri-
incidir en la economía y demografía de la población. Para la época estudiada cos, especialmente los referidos a la provincia"9 y los locales,120 pues suelen
el Registro Civil parecía la fuente más fidedigna y ello da homogeneidad al tener un conocimiento más preciso de los acontecimientos de la población, así
planteamiento demográfico. Como controles elegimos en este caso Guaro y como de la geografía de la misma y, por tanto, de sus manantiales.
Monda.
La importancia económica del balneario para una población queda mani- Dada la dispersión de las localidades y la diversidad y confusión que se
fiesta en algunos casos de forma muy clara, como sucede en Carratraca: esta produce muchas veces entre las diferentes citas acudimos a los municipios para
población se independizó de Casarabonela por la importancia que cobró debido recabar información suplementaria que nos permitiese con visos de exhausti-
a los baños y a la concurrencia que éstos atraían. Estos procesos independen- vidad llegar a un conocimiento completo de lo que ha sido los balneartios en
tistas son largos y van a generar documentación en los más diversos organis-
mos administrativos, con expedientes en los que siempre se hace referencia a de Thomás LÓPEZ SALUD, "Diccionario geográfico", B. N., Ms. 7303, a los clásicos Sebastián de MIÑANO,
Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal, Madrid, Imp. de Pierart-Peralta, 1826-9 (11 vols.);
las aguas, se informa de sus virtudes, del estado del establecimiento, de la nece- SOCIEDAD DE LITERATOS, Diccionario geográfico universal, Barcelona, Imp. de José Torner, 1831-4 (10
sidad de caminos y de todo lo relacionado con el fenómeno balneario y el desa- vols.) y el imprescindible de Pascual MADOZ, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus pose-
siones de Ultramar, Madrid, Imp. del Diccionario, 1845-50 (16 vols.).
rrollo de la población, con lo que se intenta justificar la necesidad de constituirse
116. Para lo referente a las obras geográficas españolas reviste gran interés la de Juan VILÁ VALENTÍ,
en población autónoma. Las fuentes consultadas por este motivo son abun- El Conocimiento Geográfico de España. Geógrafos y Obras Geográficas, Madrid, Editorial Síntesis, 1989.
dantes, desde las Actas Capitulares a los expedientes de la Real Cnancillería 117. A.H.M.Ma., Sec. 3, n.° 129, manuscrito encuadernado en el volumen quefiguracomo la obra de Cris-
de Granada y los de la sección de Consejos en el Archivo Histórico Nacional tóbal de MEDINA CONDE, Suplemento al Diccionario Geographico del Obispado de Málaga.
de Madrid. 118. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA [seudónimo de Cristóbal de MEDINA CONDE], Conversaciones his-
tóricas malagueñas ó Materiales de noticias seguras para formar la historia civil, natural y eclesiástica de la
Este polimorfismo del problema balneario ha permitido obtener datos de M.I. Ciudad de Malaga, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1789-93 (4 vols.).
diversa índole en otras fuentes no menos importantes. Nos referimos a los 119. Junto a las ya citadas de MEDINA CONDE, cabe citar como más importantes la de Ildefonso MARZO,
tratados"4 y diccionarios geográficos."5 La ordenación de la geografía "Historia de Málaga", El Guadalhorce, 1,41: 325-8 y 43:340-4 (1839); del mismo autor, Historia de Málaga
y su provincia, Málaga, Imp. Feo. Gil de Montes, 1850-1 (2 vols.); José BISSO, Crónica de la provincia de
Málaga, Madrid, Edit. Rubio, Grilo y Vitturi, 1869; Diego VÁZQUEZ OTERO, Pueblos malagueños, Málaga,
113. El Ayuntamiento de Tolox es el único que conserva algunos padrones, pero sigue siendo muy incompleto. Urania, 1966 (2 vols) y la más reciente de Miguel ALCOBENDAS, Guía de la provincia de Málaga, Málaga,
Ediciones La Farola, 1981. Hay que hacer constar que sólo citamos algunas obras y siempre que reseñen aguas
114. Los tratados no revisten gran importancia aunque aportan datos útiles y nos permiten conocer qué mineromedicinales.
tipo de información se difundía entre la población respecto a los balnearios estudiados. Destaquemos entre ellos
la obra de Isidoro de ANTILLÓN, Elementos de la Geografía Astronómica, Natural y Política de España y 120. También insistimos aquí en que sólo reseñamos algunas obras por tratar de aguas mineromedicina-
Portugal, Valencia, Imp. de Estévan, 1815 (2.a ed.) [la primera edición era de 1808]; Francisco de Paula les: Juan José MORETTI, Historia de L.M.N. YM.L. ciudad de Ronda, Ronda, Tip. de J. J. Moretti, 1867;
MELLADO, España geográfica, histórica, estadística y pintoresca, Madrid, Mellado-Gabinete Literario, 1845; Arturo ASTILLEROS GARCÍA, Historia de Velez-Málaga, Granada, ANEL, 1963; José Luis ESTRADA
o la ya mencionada obra de TORRES VILLEGAS, Cartografía Hispano-Científica, por citar sólo algunas. SEGALERVA y Alberto de MERSSEMAN TITREN, "Historia de Coín", Gibralfaro, 15,16-17:5-151 (1965);
Alberto de MERSSEMAN, Alhaurín de la Torre (Bosquejo histórico), Málaga, Caja de Ahorros Provincial
115. Los diccionarios geográficos constituyen una de las fuentes más importantes por plantear unos extensí- de Málaga, 1967; Ricardo CONEJO RAMILO, Historia de Archidona, Granada, ANEL, 1973 y Juan
simos cuestionarios a los que respondían informantes locales de las poblaciones. Ello origina en ocasiones gran- CASTILLO BENÍTEZ, Historia de la villa de Alhaurín el Grande (Málaga), Alhaurín el Grande, Ayunta-
des desigualdades entre los artículos. Hemos consultado a tal fin, desde el último gran diccionarioilustrado miento de Alhaurín el Grande, 1984. En los capítulos correspondientes se podrán encontrar más referencias.

54 55
la provincia de Málaga. Las consultas se plantearon inicialmente a través de Tanto estos propietarios, como los informantes de los pueblos suminis-
los Ayuntamientos de aquellos pueblos sobre los que existía alguna referencia traron también una valiosa información oral. La estancia en los mismos reco-
de aguas mineromedicinales: se les remitió una carta con una serie de pregun- giendo datos ha servido para conocer la valoración de las personas hacia el
tas sobre geografía, aguas, archivos y documentación varia a informantes o balneario y la importancia que éste tiene en la vida de esa población. Esta infor-
historiadores locales. Las respuestas fueron escasas, por lo que hubo que insistir mación oral ha sido tanto más valiosa cuanto menos conocidos son los baños
telefónicamente para, por último, visitar la población. Se consiguió así la cola- o las fuentes: así ha sucedido en Baños de Vilo, Ronda, Árdales, Alhaurín el
boración de algún informante local, lo que nos ha proporcionado documentos Grande, Villanueva del Rosario, Alora, etc. En estos lugares la localización
de un manantial o las ruinas de unos baños ha requerido la colaboración de
difíciles de catalogar, pero que han aportado datos que no se hubiesen podido personas del lugar, quienes también han aportado esa historia del manantial
obtener por otras vías. Al referirnos a ellos hablaremos de archivos particula- que no figura en fuentes impresas ni manuscritas porque sólo afectaba a quie-
res y han sido localizados en Lanjarón, Alhaurín el Grande y Manilva. Los nes vivían en sus alrededores.
testimonios obtenidos a través de estas fuentes orales aparecen también reco-
gidos en el lugar correspondiente. Por último hemos de añadir que las fuentes iconográficas de los balnea-
rios malagueños son sumamente pobres. Si la escasa importancia de Baños de
Otros archivos, éstos de carácter público, nos sirvieron para obtener infor- Vilo permitía aventurar que no se encontraría material, esto no parecía proba-
mación de fuentes y baños no declarados de utilidad pública: el Archivo His- ble en el caso de Carratraca. Sin embargo, la revisión de archivos y prensa sólo
tórico Municipal de Ronda contiene diversos documentos al respecto en su ha permitido encontrar dos grabados del siglo XVIII y uno de mediados del
sección de Servicios Públicos (Aguas: Aguas Minerales) y el Archivo Histórico XIX. Ni guías ni anuarios reproducen imágenes de los mismos como sucede
Municipal de Antequera conserva obras manuscritas y Actas Capitulares que con otros balnearios españoles (vascos o catalanes, sobre todo). Para Fuente
resultan sumamente útiles en la investigación de la Fuente de la Piedra. Aún Amargosa de Tolox sí existen folletos en los que aparecen diversas fotografías
habría que añadir una serie de archivos y bibliotecas que reúnen un material que, debido al estado del papel, dificultan en extremo una reproducción míni-
muy variado: en la Sala Andalucía de la Biblioteca de la Diputación se locali- mamente nítida. Por tanto, se ha incluido en este trabajo la iconografía dispo-
zan algunas memorias mecanografiadas sobre pueblos de la provincia; en el nible y suplido con fotografías actuales las ausencias, para permitir así la
Archivo Temboury, también de la Diputación, se recogen libros y manuscritos correcta interpretación de las descripciones presentes en el texto.
sobre historia y arte malagueño; el Archivo del Área de Cultura de la Diputa- En los distintos capítulos que componen este volumen se recogen también
ción Provincial de Málaga (Departamento de Arqueología) aporta noticias de aquellos restos materiales tanto sanitarios (bañeras, duchas, aparatos de inha-
gran valor respecto a los Baños de la Hedionda de Casares (popularmente, de lación, etc.) como relacionados con la estructura física del balneario (planta
Manilva) y la Fuente de la Piedra; y el Archivo Díaz de Escovar contiene mul- arquitectónica, mobiliario), lo que contribuye a completar esta interpretación
titud de monografías, folletos, recortes de periódicos y notas manuscritas que de lo que han sido los balnearios malagueños a lo largo de su historia.
se ocupan de la provincia. En las siguientes páginas se presentan, a modo de resumen, las fuentes
no impresas de las que se pudo obtener algún tipo de información; con lo que
Cabe pensar que olvidamos reseñar lo que sería el punto de partida más el interesado podrá conocer la localización de documentos poco accesibles pero
lógico para construir la historia de un balneario: su archivo. Nuevamente se sumamente interesantes, así como las abreviaturas que serán empleadas a lo
ha visto frustrada esta posibilidad, pues no existen archivos balnearios en largo del texto. Para las publicaciones, hallarán la debida referencia en notas
Málaga. Es lógico que así sea en Baños de Vilo, donde perduran únicamente a pie de página.
unas ruinas y la familia propietaria sólo posee un folleto publicitario; pero no
es comprensible que Carratraca, balneario aún abierto al público, se encuen-
tre en idéntica situación. Sin embargo, el de Tolox ha sido una empresa fami-
liar, por lo que se conservan cartas y documentos que fueron facilitados con Archivos provinciales y locales
total amabilidad. Aun así, esta sorprendente ausencia de datos en los propios
balnearios llevó a la búsqueda de los fondos de la Asociación Nacional de Esta- ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL [A.H.P.Ma.]
ciones Termales (ANET), la que antes fuera Asociación Nacional de la Pro- Legajos 3956, 3959, 4081, 4104, 4199, 4229, 5348, 5351, 5352 y 5460.
piedad Balnearia. Estos fondos están constituidos fundamentalmente por obras
impresas, pero nuevamente encontramos el problema más frecuente en los archi- ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE MÁLAGA
vos: un incendio, en 1979, en las oficinas del Sindicato de Hostelería no causó [A.H.M.Ma.]
grandes estragos en ellos, pero condujo a que el material se almacenase e impi- Actas Capitulares, 1803-1822.
diese su consulta. Manuscritos carpeta 2/97.

56 57
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE RONDA [A.H.M.R.] JUNTA DE ANDALUCÍA.
CONSEJERÍA DE SALUD Y CONSUMO.
Sección Servicios Públicos. Aguas: Aguas Minerales. E-10, T-4, L-6. DELEGACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA
Sección Sanidad y Beneficencia. E-21, T-2, L-2.
Informes y actas de inspección de balnearios (carpetas "Carratraca"
y "Tolox".)
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE VÉLEZ-MÁLAGA
[A.H.M.V.-M.] JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE ECONOMÍA Y FOMENTO.
Actas Capitulares, 1707-1835 y 1907. DELEGACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA.
SECCIÓN DE PROMOCIÓN Y ACTIVIDADES TURÍSTICAS
ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE ÁRDALES [A.A.A.] Carpetas 64, 318, 454, 455, 481, 634, 857, 948 y 1055.
Actas Capitulares, 1876-1977. ARCHIVO JEFATURA DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO.
DIRECCIÓN GENERAL DE CARRETERAS.
ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE CARRATRACA UNIDAD DE CARRETERAS DE MÁLAGA. [A.J.O.P.Ma.]
[A.A.Carr.] Sección I, legajos 26/1-A, 26/3-A, 48/3, 50/2-A, 62/1, 255/5, 353/5,
Actas Capitulares, 1836-1859 (incompletas). 390/16, 475/25, 478/12, 617/7, 682/2.
Documentos varios mecanografiados, sin signatura.
MINISTERIO DE INDUSTRIA.
ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE CASARABONELA [A.A.Casarab.] DELEGACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA. SECCIÓN DE MINAS
Caja 15, expedientes 1, 2, 3, 6 y varios sin número.
Carta Puebla.
Expedientes de ficheros.
Actas Capitulares, 1829-1840.
REGISTRO MERCANTIL DE MÁLAGA.
ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE CASARES SECCIÓN 3. a SOCIEDADES
Documentos oficiales, sin signatura. Tomos 9, 16, 23, 281, 434 y 930.

ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE PERIANA [A.A.P.] REGISTRO DE LA PROPIEDAD DE CAMPILLOS


[R.P. Campillos]
Actas Capitulares, 1835-1850 y 1860-1891 (desaparecidas las de 1851-1859
Inscripciones de la finca n.° 52 e inscripciones 52-duplicado,
e incompletas las restantes).
52 : triplicado, 52-cuadruplicado y 52-quintuplicado;
y de la 873, 873-duplicado y 873-triplicado.
ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE TOLOX [A.A.T.]
Actas Capitulares, 1856-1978.
REGISTRO DE LA PROPIEDAD DE COÍN
ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MALAGA. Inscripciones de las fincas 8221 y 8222.
ÁREA DE CULTURA.
JEFATURA DE INSPECCIÓN DE LOS SERVICIOS DE ARCHIVOS DEL REGISTRO CIVIL.
ARQUEOLOGÍA, URBANISMO Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO LIBROS DE NACIMIENTOS, MATRIMONIOS Y DEFUNCIONES
Caja n.° 041, Pieza n.° 08, Ref. 29/041.1-A. 1.08 y caja n.° 055-1, ÁRDALES: Nacimientos 1871-1900
Piezas 1, 2 y 3, Ref. 29/055.1-A. 1.01, 02 y 03. Matrimonios 1870-1900
Defunciones 1871-1900
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA. CARRATRACA: Nacimientos 1871-1900
ARCHIVO "TEMBOURY" Matrimonios 1871-1900
Documentos 36.9.3, 36.9.4, 36.9.5, 55.10.2 y 79.9.2. Defunciones 1871-1900

58 59
CUEVAS DEL BECERRO: Nacimientos 1871-1900 Sección Consejo, Consultas de Oficio, legajo 6060/132.
Matrimonios 1870-1900 Sección Diversos, Concejos y Ciudades, legajo 30.
Sección Osuna, legajo 4266, caja 3, doc. 11.
Defunciones 1873
Sección Fondos Contemporáneos, Ministerio de Obras Públicas, Asuntos
(incompleto) -1900
Generales, legajo 36 (exped. s.n.).
GUARO: Nacimientos 1872 (incompleto)-1900 Sección Fondos Contemporáneos, Gobernación, legajos 815/24, 831/49,
Matrimonios 1871-1900 831/60, 914/1, 1085/6, 1085/31, 1309/15, 1427/1 (2.° paquete), 1450/9,
Defunciones 1873-1900 1652/30, 1703/2, 1703/7, 1703/8, 1850/13, 1850/35, 2019/21, 2019/22,
MONDA: Nacimientos 1871 (incompleto)-1900 2019/23, 2371/10, 2562/1, 2562/11 y 2585/2.
Matrimonios 1870-1900
Defunciones 1871 (incompleto)-1900 ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS
TOLOX: Nacimientos 1871-1986 Dirección General de Rentas, 1. a Remesa [Catastro del Marqués de la
Matrimonios 1871-1986 Ensenada. Respuestas Generales], libros 124, 277, 281, 285, 286, 288,
Defunciones 1871-1986 294, 298, 300, 302, 303 y 560.

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, BIBLIOTECA NACIONAL [B.N.]


DELEGACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA
Sala "Cervantes", Sección Manuscritos, manuscrito 2539.
Estadísticas de nacimientos, matrimonios y defunciones de las locali-
dades de Árdales, Carratraca, Cuevas del Becerro, Guaro, Monda y
BIBLIOTECA DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE
Tolox, años 1971-1987.
MADRID. ARCHIVO [B.F.M.M.]
Censos 1877, 1887, 1900, 1910, 1920, 1930, 1940, 1950, 1960, 1970
Manuscrito 615.838:616.936-036.11/2 H.44s y carpetas 87-l-A = N.15/8,
y 1981.
2731/3, 2733/11, 2737/2, 2739/4, 2744/2, 2751/16, 2754/10, 2758/1,
Nomenclátor 1873, 1888, 1900, 1910, 1920, 1930, 1940, 1950, 1960, 2767/8, 2728/7, 2773/22, 2775/26, 2776/1, 2778/17, 2780/4, 2780/29,
1970 y 1981. 2782/27, 2784/2, 2786/20, 2786/21, 2789/31, 2791/25, 2794/16, 2794/17,
Padrones 1941-1988. 2798/25, 2800/23, 2800/19, 2803/2, 2803/3, 2804/14, 2805/7, 2808/31,
2813/23, 2816/23, 2819/22, 2822/19, 2823/39, 2825/15, 2828/24,
ARCHIVO CATEDRALICIO DE MÁLAGA 2832/24, 2834/34, 2836/17, 2838/30, 2841/31, 2844/27, 2848/17,
2848/24, 2850/21, 2879/23, 2879/37 y 2881/32.
Actas de Cabildo, 1896-1909.
ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA
ARCHIVO DÍAZ DE ESCOVAR [A.D.E.]
Cajas 105/8, 105/15, 108/6, 108/10, 109/18, 124/8, 124/15, Cabina 321, legajo 4362, pieza n.° 39 y legajo 4435, pieza n.° 37.
124/126 y 129/s.n.

ARCHIVO DE LA SOCIEDAD MALAGUEÑA DE CIENCIAS


Archivos privados
Manuscrito 96.
— Balneario de Carratraca. Libro de Registro (1962-1986).
— Juan Castillo Benítez (Alhaurín el Grande). Legado del archivo
Archivos nacionales o regionales de Francisco Pérez Borrajo.

ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL [A.H.N.] — José Cuevas San Martín (Málaga, Baños de Vilo).

Sección Consejos Suprimidos, legajo 6914/20. — Luis Diez Jiménez (Balneario de Fuente Amargosa de Tolox):
Sección Consejo, Sala de Gobernación, legajos 1293/7 y 2160/16. memorias, documentos, planos y correspondencia.
61
1
r

— Francisco Javier Florido Alba (Carratraca)


— Francisco Ortiz Lozano (Árdales)
— Baltasar Peña Hinojosa (Málaga)
— María Soledad Rama López (Lanjarón)
— Marcos Vázquez Candiles (Manilva).

Libros manuscritos

BOTELLA, F. de, Mapa Geológico de España y Portugal. Notas, s.a. (Archivo


Histórico Nacional, Sección Diversos, Títulos y Familias, legajo 3183).
CABRERA, F., Descripción de la Fundazion Antigüedad Lustre y Grandezas
De la mui Noble Ciudad de Antequera. Adiciones, enmiendas y transcripción
de Luis de la CUESTA, 1679. (Archivo Histórico Municipal de Antequera).
DESCRIPCIÓN de Medinasidonia, s.a. (Biblioteca Nacional, Sala "Cervan-
tes", Sección Manuscritos, Ms. 19.540).
DÍAZ DE ESCOVAR, N., Hijos ilustres de Málaga y su provincia, [mecano-
grafiado], s.L, s.a. (Archivo "Díaz de Escovar").
3.
EL MEDIO NATURAL Y
GAVIRA MARTÍN, I., Historia de la villa de Casares, s.a. (Diputación Pro-
vincial de Málaga. Sala "Andalucía"). EL ENTORNO SOCIAL
INFANTE GARCÍA, J., Dictamen histórico y jurídico que en defensa de la
propiedad que tiene Casares en la Sierra de la Utrera y en el Manantial Sulfu-
roso que de ella nace, llamado Baños de la Hedionda, [mecanografiado], s.l.,
s.a. [1927]. (Archivo privado de Marcos Vázquez Candiles, Manilva).
LÓPEZ SALUD, T., Diccionario geográfico. Volumen: Málaga-Granada.
(Biblioteca Nacional, Sala "Cervantes", Sección Manuscritos, Ms. 7303).
MEDINA CONDE, C. de, Suplemento al Diccionario Geographico del Obis-
pado de Málaga, s.a. [1772-73]. (Archivo Histórico Municipal de Málaga,
Sec.3/129).
MEDINA CONDE, C. de, Antigüedades y Edificios suntuosos de la Ciudad,
y Obispado de Málaga. Año de 1782. (Biblioteca Nacional, Sala "Cervantes",
Sección Manuscritos, Ms. 10.451).
MUÑOZ MORENO, C , Los Pueblos de Málaga. Periana, [mecanografiado],
s.l., s.a. [1951]. (Diputación Provincial de Málaga. Sala "Andalucía").
VÁZQUEZ, A., VÁZQUEZ, V. y MARTÍN, H., Monografía de Tolox, [meca-
nografiado], s.l., s.a. [1933], (Archivo "Díaz de Escovar").
62
r

3.1. EL MEDIO NATURAL

Situada al sur de España lindando con el Mediterráneo, la provincia de


Málaga se extiende por una superficie de 7.276 km2 desde los 3 o 46' de la
Torre Caleta, el punto más oriental y límite costero con la provincia de Gra-
nada , hasta los 5 o 36' de La Sauceda, prolongación malagueña que se adentra
en la provincia de Cádiz. En el límite con esta última provincia, en el litoral,
se encuentra la Punta de la Chullera, la más meridional (36° 19'); en tanto
que al norte, la población de Cuevas de San Marcos (a 37° 16') es fronteriza
con la provincia de Córdoba.121
La característica esencial de Málaga es su relevante orografía, erizada por
las estribaciones del Sistema Bético, que va a conferir al espacio geográfico
peculiaridades que pasaremos a examinar. El extremo más occidental de estas
cordilleras lo constituye la Serranía de Ronda que traza el límite con la provin-
cia de Cádiz y desciende hasta la costa formando las elevaciones de Sierra Ber-
meja. La Serranía se articula a partir de un eje formado por la Sierra del
Oreganal, la Sierra de las Nieves y la Sierra Cabrilla, desde donde asciende
en dirección norte con el conjunto integrado por las sierras Prieta, la de Alca-
par aín, la Sierra de Baños y la de Aguas, que se unen al otro gran sistema mon-
tañoso del centro de la provincia, constituido por la Sierra del Valle de
Abdalajís. También hacia el norte, partiendo del eje descrito, se encuentran

121. Para el conocimiento geográfico de la provincia de Málaga pueden consultarse diversas obras de las
que aquí citamos sólo aquellas que, por su importancia y difusión, ofrecen especial interés, como la obra de
Domingo de ORUETA, Estudio Geológico y Petrográfico de la Serranía de Ronda, Madrid, Imp. de Julián
Palacios, 1917, que cubre la principal zona de nuestro estudio; la de Jean SERMET, La España del Sur, Barce-
lona, Juventud, 1956; J. CRUZ-SANJULIÁN y L. GARCÍA-ROSELL, "Termalismo en España meridional",
Boletín Geológico y Minero, 86: 179-86 (1975); José María JAVIERRE (dir.), Gran Enciclopedia de Andalucía,
Sevilla, Promociones Culturales Andaluzas, 1979 (10 vols.); Miguel ALCOBENDAS, Guía de la provincia de
Málaga, Málaga, La Farola, 1981 y Miguel ALCOBENDAS (dir.), Málaga, Granada, ANEL, 1984-6 (4 vols.,
dedicado el primero de ellos a la Geografía) y los mapas del Instituto Geográfico Nacional, Mapa provincial,
1:200.000. Málaga y ciudad de Melilla, 1987, y las hojas del Mapa Topográfico Nacional de España, 1:50.000,
hojas 1006-7, 1022-4, 1036-41, 1050-5, 1063-7, 1071-3 y 1075.

65
las sierras Blanquilla, de los Merinos y de Cuevas del Becerro, desplazadas hacia
el oeste, y las sierras de El Burgo y Ortegicar, más orientales. Desde el confín
de la Sierra del Oreganal (extremo del citado eje) se extienden en dirección
suroeste tres conjuntos montañosos casi paralelos: el que se encuentra más al
norte, marcando el límite real con Cádiz, lo constituyen las sierras de los Pinos,
Blanquilla y del Palo; más al sur se localiza la sierra de Atájate y, alcanzando
la costa a través de las estribaciones de la Sierra Crestellina, la ya nombrada
Sierra Bermeja. Hacia el sureste parten la Sierra de Tolox (con el pico Torreci-
lla, de 1919 m., el más alto de la provincia), la Sierra Real y la Palmitera. En
el sur, ya muy cerca de la costa se disponen la Sierra Blanca de Ojén, la Sierra
de Alpujala y la Sierra de Mijas.
Geológicamente, esta zona suroccidental de la provincia (considerada como
cordillera alpídica perteneciente al sistema subbético) está constituida mayori-
tariamente por terrenos deformados durante el Eoceno-Oligoceno y traslada-
dos gravitatoriamente; mientras que la zona más próxima a la costa la integran
terrenos mono y polimetamórfieos. Además de gneis, pizarras y dolomías, la
particularidad de la zona es la de encontrarse un enorme macizo de peridotitas
(batolito transformado superficialmente en serpentina) que, por sus filones
metálicos y la riqueza mineral de las rocas plutonianas, va a estar muy relacio-
nado, como ya veremos, con los manantiales mineromedicinales.
Los límites orientales de la provincia quedan definidos por el conjunto
orográfico de la Sierra Almijara. Las sierras de Alhama, Tejeda y de Enme-
dio, completan los mismos en dirección norte-sur. Desde el extremo más sep-
tentrional de las anteriores, y dirigiéndose hacia occidente, se encuentra la Sierra
de Camorolos que, con la Sierra de las Cabras, enlaza con el bloque monta-
ñoso del centro de la provincia (formado por la Sierra de Valle de Abdalajís
y Torcal) que se une a la Serranía de Ronda a través de las ya mencionadas
sierras de Aguas, Baños, Alcaparaín y Prieta. Este conjunto central es funda-
mentalmente calizo, compuesto de terrenos geológicos similares a los ya des-
critos para la Serranía de Ronda, aunque sin participación de peridotitas. Hacia
la zona oriental predomina el terreno polimetamórfico y a las calizas se suman
las dolomías. Finalmente, en la zona más próxima a la costa, en el área centro-
oriental de la provincia, se encuentran las menores elevaciones de los Montes
de Málaga, en terreno polimetamórfico compuesto fundamentalmente por
pizarras.
Para resumir diremos que la provincia de Málaga se encuentra formada
por un ancho arco montañoso calizo-dolomítico que se aproxima hasta el mar,
donde se crea una llanura litoral estrecha y discontinua. Este arco delimita una
pequeña depresión en la zona meridional, entre la Sierra de Mijas y los Montes
de Málaga, conocida como Hoya de Málaga o Bajo Valle del Río Guadalhorce.
Al norte de la barrera montañosa se extiende una llanura más extensa que llega
hasta los límites de Córdoba y Sevilla, llamada depresión de Antequera.
Otras zonas estrechas de llanuras quedan constituidas por los valles flu-
viales que, de poniente a levante, forman principalmente los ríos Guadiaro,
Guadalhorce, Guadalmedina (desaparecido tras la construcción del pantano

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del Agujero) y Vélez. Los restantes son de menor entidad, afluentes o peque- 3.2. LA ECONOMÍA MALAGUEÑA
ños ríos y arroyos que bajan de los montes próximos al litoral. Hidrográfica-
mente, por tanto, pertenece la provincia a la vertiente andaluza mediterránea, La provincia de Málaga presenta, pues, unas condiciones que han propi-
excepto un sector septentrional que es afluente del Guadalquivir. ciado un prioritario desarrollo del sector agrícola y que han conducido a que
Esta estructura montañosa va a determinar el clima malagueño, de tal modo su economía se vertebrase hasta la década de los sesenta sobre esta activi-
que la franja costera disfruta del clima típicamente mediterráneo, de tempera- dad.123 Esta agricultura, minifundista y dedicada mayoritariamente al cultivo
turas moderadas (con una media mensual anual no inferior a los 12° C), esca- de la vid, alcanzó gran desarrollo durante el siglo XVIII; bien es cierto que
sas precipitaciones y sequía estival. La presencia del mar es responsable de la el cultivo se inició mucho antes en el litoral oriental de donde era propio, pero
suavidad de las temperaturas, pues si, por una parte, la proximidad del conti- la pujanza de este sector provocó que las cepas invadieran la montaña y la mayor
nente africano facilita la penetración de aires cálidos y secos; por otra, la for- parte de la provincia. En el último tercio del siglo XVIII la comercialización
mación montañosa impide la llegada de los vientos fríos del norte hasta el de los productos agrarios, y muy especialmente de pasas y vinos (los cítricos
litoral.122 La depresión de Antequera tiene un clima muy diferente por los y la caña de azúcar ocupaban un lugar más secundario), generaron un intenso
motivos contrarios, pues la franja montañosa la aisla de la influencia medite- tráfico portuario en la ciudad de Málaga, donde se asentaron comerciantes
rránea y la hace participar de un clima continental más riguroso en el que las extranjeros interesados en los productos vitivinícolas, aceite y almendras e
heladas suelen estar presentes en invierno, mientras que los veranos son muy importadores de cereales y manufacturas. En torno a ellos se va a ir creando
una burguesía mercantilista, que conoció un gran esplendor cuando a partir
calurosos. Algo similar sucede en las poblaciones de la Serranía, cuya altitud
de 1760 se liberalizó el comercio con América, su principal mercado. Este flo-
las somete a temperaturas más extremas; pero, en cambio, las de verano son reciente negocio produjo una acumulación de capital que iba a intentar pro-
muy moderadas. mover una cierta revolución agrícola y potenciar la industrialización.124
El régimen de precipitaciones también se va a ver influido por la particu- Sin embargo, el primer tercio del siglo XIX perpetuó la crisis económica,
lar geografía malacitana, pues la zona de la Serranía de Ronda tiene mayor según un esquema propio de antiguo régimen. Recordemos que en los años
abundancia de precipitaciones que el resto de la provincia, debido al paredón 1803 y 1804 Málaga se vio asolada por la fiebre amarilla,125 lo que paralizó
montañoso que retiene la humedad proveniente de los vientos del oeste. Pero, las tareas agrícolas con la consiguiente pérdida de cosechas y alza de precios
en líneas generales, se puede considerar como una provincia seca, con una mala y, por otra parte, el cierre del tráfico comercial con la creación de cordones
distribución temporal de las lluvias que son torrenciales en otoño, en tanto que sanitarios, lo que impidió la entrada de trigo. Por todo ello se produjo una
la sequía es muy patente en el periodo estival. gran crisis agrícola y un colapso del comercio, a lo que se sumarían la invasión
El tipo de suelo, la orografía y la pluviosidad van a establecer diferencias francesa y la guerra, provocando en 1812 un gran derrumbe de precios. La
fundamentales para la agricultura, tradicionalmente fuente principal de la eco- coyuntura era la más adecuada para el inicio de la independencia de los países
nomía malagueña, como más adelante veremos. Así, la depresión de Antequera americanos, lo que perjudicó notablemente al mercado exterior.
va a ser apropiada para los cultivos de cereales y olivares en régimen latifun- No obstante, será en Málaga donde se localicen los primeros intentos de
dista. En cambio, la Serranía impone la existencia del minifundio y de cultivos industrialización de España (en parte como consecuencia de una desamortiza-
dispuestos en terrazas (adecuados a las pendientes) como la vid, el olivar y el ción del subsuelo que favorecía la explotación minera); intentos frustrados casi
almendro. Lo mismo sucede en las montañas orientales de la provincia, zona en su inicio por la falta de mercado interior, el único posible ahora que había
conocida como la Axarquía, minifundista y vitivinícola. La zona litoral tam- desaparecido el de ultramar.126 Lo cierto es que en 1828 Manuel Heredia
bién ha sido tradicionalmente minifundista y sus cultivos han sido la vid y los
frutales, donde se han introducido con éxito las plantas tropicales y los inver- 123. Además de la sección dedicada en la enciclopedia de Málaga dirigida por Alcobendas a la economía,
naderos. La Hoya de Málaga, al participar de mejores condiciones, ha disfru- puede consultarse la colección de documentos que sobre el mismo tema recoge la obra de Cristóbal GARCÍA
MONTORO (coord.), Málaga Contemporánea. Textos y documentos, Málaga, Universidad de Málaga, 1983,
tado de cultivos de regadío con huertas, frutales y plantas tropicales, alternando 115-55.
el minifundio (en zonas próximas a la montaña) con las grandes propiedades. 124. Juan Antonio LACOMBA, "La economía malagueña del siglo XIX. Problemas e hipótesis", Gibral-
faro, 22,24:101-31 (1972).
La ganadería, aunque muy escasa, es sobre todo porcina y lanar. Por otra 125. Juan Luis CARRILLO, Jesús CASTELLANOS y María Dolores RAMOS, Enfermedad y sociedad
en la Málaga de comienzos del siglo XIX: el Diálogo de los muertos en la epidemia de Málaga (c. 1803). Intro-
parte, la industria también ha sido limitada, centrada principalmente en el sector ducción y transcripción, Málaga, Universidad de Málaga, 1980, 7-11. Este tema fue tratado monográficamente
terciario debido al desarrollo turístico costero en la década de los sesenta del por Juan Luis CARRILLO y Luis GARCÍA BALLESTER, Enfermedad y sociedad en la Málaga de los siglos
XVIII y XIX. I. La fiebre amarilla (1741-1821), Málaga, Universidad de Málaga, 1980.
presente siglo. Pero no siempre fue así, como a continuación veremos.
126. Jordi NADAL, El fracaso de la revolución industrial en España, 1814-1913, Barcelona, Editorial Ariel,
1975, 226-8. Otros trabajos del autor sobre este tema y que deben ser consultados son: "Orígenes de la industria-
lización en España. Málaga", España Económica (1969); "Los comienzos de la industrialización española
122. Para el estudio del clima es de sumo interés la obra de F. CEREZUELA NAVARRO, Estudio de la (1832-1868): la industria siderúrgica", en: Ensayos sobre la economía española a mediados del siglo XIX, Madrid,
evapotranspiración y microclimas de la vertiente mediterránea del sur de España, Málaga, Universidad de Málaga, 1970, 203-33; e "Industrialización y desindustrialización del sureste español, 1817-1913T, Moneda y Crédito,
1977. 120 (1972).

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funda en Marbella la fábrica de hierro colado "La Concepción" y en 1833, embargo, un mercado para sus productos (artículos coloniales y tejidos, prin-
en Málaga, la ferrería "La Constancia".127 Paralelamente, la industria textil cipalmente). El 19 de diciembre de 1859 se dio la concesión del proyecto a Jorge
algodonera se hace presente con la llamada "Industria Malagueña, S.A." de Loring y en 1862 se decidió el trazado definitivo; pero hasta 1868 no se con-
los Larios y los sucesores de Heredia. Esto contribuye también a la activación cluyó la unión con Bélmez y hasta 1874 la de Granada. En 1869 se produjo
del comercio exterior: los barcos que traen carbón para los altos hornos tam- la suspensión de pagos y en 1879 acababa integrándose en la Compañía de Ferro-
bién llevan los frutos malagueños, por lo que la exportación es también conse- carriles Andaluces, en la que participaba el capital francés. El ferrocarril resulta
cuencia de la importación.128 Esta pujanza económica queda también puesta un mal negocio porque su puesta en marcha se realiza en los inicios de la fase
de manifiesto con la fundación en 1856 del Banco de Málaga, proyecto de estos de decadencia y su intento de vigorizar una economía deprimida se ve por tanto
grandes capitalistas de la siderurgia y el textil: Larios, Heredia y Loring, los rápidamente frustrado.132 De este modo, en 1884 cerraban los hornos de "La
nombres principales de la oligarquía provincial. Sin embargo, los proyectos Concepción", y "La Constancia" resistió hasta 1891.133
de bancos agrícolas y comerciales de la burguesía liberal no prosperaron; lo
que también indica la paulatina contracción que fue sufriendo la sociedad ma- En la década de los setenta de la pasada centuria el comercio vitivinícola
lagueña, con una fuerte oligarquía capitalista por una parte y una mayoría parecía recuperarse. Recuperación ficticia, puesto que venía a cubrir el mer-
de campesinos vitícolas y fruteros, pequeños comerciantes, comerciantes- cado que dejaba vacante Francia a causa de la aparición de filoxera en sus vides,
cosecheros, prestamistas y proletariado de las fábricas, por otra.129 lo que eliminaba competencia. Esta expansión (en realidad, detención de la
caída) ayudó también al desarrollo de la industria textil, que se seguía mante-
A partir de 1860 decae la comercialización de los vinos malagueños. La niendo e incluso veía incrementada su exportación, pues el mercado exterior
plaga de oidium provocó un mayor cultivo de la uva para pasas en detrimento de vinos propiciaba la comercialización de otros productos y manufacturas.
de las uvas de vino, pues aquellas no se veían afectadas. Pero fueron las condi- Pero tengamos en cuenta que según las teorías de Hoffmann, expresadas por
ciones externas las que más perjudicaron al sector: los fuertes impuestos que Nadal, este desarrollo de una industria de bienes de consumo cuando decae
se debían pagar por las bebidas alcohólicas en Inglaterra y Estados Unidos (los una industria de capital, supone una involución en la industrialización.134
principales importadores de los productos vitivinícolas malagueños) dificulta- Efectivamente, para la década de los ochenta, a la crisis siderúrgica hay que
ron la comercialización.13° Hay que remarcar la gravedad de este asunto, pues sumar la textil, aunque en un patrón superponible al barcelonés; pero, mien-
Málaga, pese a su industrialización incipiente, no había potenciado el campo tras que en Cataluña se consigue remontar la depresión, en Málaga la indus-
de las manufacturas y seguía basando su exportación en los productos agríco- tria algodonera encuentra una economía ya muy deprimida y se produce el
las, en un esquema de comercio exterior típico de zonas subdesarrolladas.131 hundimiento. Ya han apuntado Morilla Critz y Aguado Santos, cómo esto es
Sin embargo, la situación aún no resultaba inquietante. debido a una decadencia previa por la existencia de una descapitalización y
una falta de inversiones necesarias para garantizar un mercado, por lo que la
Será en 1865 cuando se adviertan los primeros signos de la decadencia.
producción queda circunscrita al consumo de la misma provincia.135
Por un lado, la industria siderúrgica pierde su hegemonía, que pasará al sector
industrial de Asturias y de Vizcaya. Tan sólo existió una breve recuperación Hemos reservado como colofón al repaso de la crisis la sufrida por el sector
en 1873-76 como consecuencia de la paralización de las fábricas de Vizcaya agrícola con la irrupción de la filoxera en 1878 y que en veinte años acabó con
y Guipúzcoa debido a la tercera guerra carlista. En esta decadencia influyó deci- todas las vides existentes antes de su aparición. Un problema irresoluble por
sivamente la falta de coque y carbón de hulla necesarios para los hornos, lo múltiples motivos, siendo el principal la imposibilidad de replantar con nuevas
que encareció notablemente el hierro colado malagueño con respecto al de sus vides inmunes: el procedimiento es caro, los agricultores son propietarios de
rivales. En un intento de recuperación del carácter competitivo, los industria- minifundios y por tanto incapaces de hacer frente a los gastos, los impuestos
les malagueños pretendieron acelerar la creación de un ferrocarril que comu- son muchos y la producción es nula (recordemos que gran parte de la agricul-
nicase Málaga con Córdoba para así beneficiarse a mejor precio de los carbones tura se sustentaba exclusivamente en la vid), las ayudas estatales no funcionan
de Bélmez y Espiel; la pequeña y mediana burguesía mercantil buscaba, sin y los capitalistas no efectúan préstamos a los viñateros pues existía una caída
de mercado previa a la plaga. Por tanto, la replantación es casi nula y los esca-
127. Id., "Los comienzos de la industrialización española (1832-1868): la industria siderúrgica", 227-8. sos intentos son frustrados por malas técnicas en los injertos y falta de mano
128. Juan Antonio LACOMBA, "La economía malagueña del siglo XIX. Problemas e hipótesis", Gibral-
faro, 22,24:101-31 (1972). 132. Manuel MORALES MUÑOZ, Economía y sociedad en la Málaga del siglo XIX. Aproximación a
129. J. MORILLA CRITZ, "Problemas financieros y clases sociales en Málaga en el siglo XIX", Gibral- la historia del "Sexenio Revolucionario", Málaga, Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de
faro, 24,27: 7-22 (1975). Málaga, 1983, 59 y ss.; y Juan Antonio LACOMBA, "El ferrocarril Málaga-Córdoba (1859-1879)", Jábega,
7: 53-6 (1974).
130. Carmelo PELLEJERO MARTÍNEZ, La Filoxera en Málaga. Una Crisis del Capitalismo Agrario Anda-
luz, Málaga, Arguval, 1990, 58-60. 133. Jordi NADAL, "Los comienzos...", loe. cit. nota 126, 232.
131. Julia AGUADO SANTOS, "Las exportaciones de pasa en Málaga durante el siglo XIX", Gibralfaro, 134. Jordi NADAL, El fracaso..., loe. cit. nota 126.
24,27:23-41 (1975). 135. Julia AGUADO SANTOS, "Las exportaciones de pasa...", loe. cit. nota 131.

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de obra debido a la masiva emigración. Se optó por la sustitución de cultivos, precios y a los males subsiguientes, el hambre y las epidemias. Se produce una
sin que se produjese de forma notoria una concentración de la propiedad.136 proletarización del campesinado que inicia el éxodo hacia las ciudades, mien-
El otro sector agrícola que sufrió una fuerte crisis fue el de la caña de azúcar tras que los menesterosos de la urbe buscan su incorporación al ejército o el
y la industria azucarera: Málaga contaba con una importante producción viaje a América. Se advierte también cómo la población comienza a reestruc-
(pagaba más de la mitad de los impuestos nacionales sobre la caña de azúcar turarse, perdiendo progresivamente el carácter centrípeto y ocupando la peri-
y, junto a Granada, suponía el 99% del total) que a finales de siglo entró tam- feria. 140 En Málaga, sin embargo, existió un estancamiento del crecimiento
bién en decadencia por la reforma arancelaria que facilitó la entrada de azúca- demográfico, incluso con un ligero incremento en la primera mitad de la cen-
res de Cuba y Puerto Rico y la introducción del cultivo de la remolacha. A turia. Hay que hacer constar que esto es así en líneas generales para toda la
esto habría que añadir que los cítricos fueron atacados en 1886 por una epide- provincia, si bien en la segunda mitad las comarcas de Antequera y Ronda dis-
mia de hongos, que empeoró aún más la situación general.137 minuyen su población, mientras que el litoral (y, muy especialmente, la ciudad
de Málaga) muestra un crecimiento bastante mayor del que apuntan las cifras
La caída de la industria y del sector agrícola va a repercutir no sólo en generales. Esto prueba ese movimiento hacia la periferia de la población, común
los agricultores directamente afectados, sino también en la burguesía malagueña al del resto de España, y motivado por la crisis agrícola y el éxodo rural: en
que se dedica a la comercialización de esos productos y, muy especialmente, realidad, la población malagueña apenas crece, sino que tan sólo se
de los vitivinícolas. Repercusiones incluso demográficas, pues se produce una redistribuye.141
importante migración hacia la capital o hacia otras provincias y, a finales de
siglo y principios del presente, los agricultores malagueños parten en gran Aunque en el siglo XVIII cambien los condicionantes sociales, económi-
número hacia Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y Argelia.138 cos y políticos, aún pervive un sistema de Antiguo Régimen que impide el triunfo
de un nuevo patrón demográfico. La evolución de la población sigue estando
en relación con el campesinado y ligada a la antigua problemática de la rela-
ción con el medio, sujeta al hambre y a las epidemias.142 El fin de la guerra
3.3. EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA de Sucesión y la entronización de la dinastía borbónica traen consigo el fin
del imperialismo, con la consiguiente disminución del ejército y su vuelta a casa.
La provincia de Málaga no existió como tal hasta 1833, en que se con- Se realiza además una política poblacionista en que se estimula el matrimonio
formó definitivamente, pues hasta entonces su territorio había estado dividido y se premia la natalidad, se facilita el asentamiento de extranjeros y se poten-
entre los reinos de Granada y Sevilla; y, aunque la mayor parte pertenecía al cia la colonización agraria. En este último punto se debe considerar también
primero, la depresión de Antequera entraba a formar parte del segundo. Si el cambio de la relación feudal, pues se produce una cierta redistribución de
a finales del siglo XV Málaga era un importante centro demográfico que aglu- la riqueza y una relativa prosperidad agrícola. Para mediados de siglo, en 1752,
tinaba gran parte de la población del reino de Granada, a finales de la centuria Andalucía contaba con 1.634.000 habitantes, el 18'5 % de la población espa-
siguiente las consecuencias del levantamiento morisco de 1568, su expulsión ñola y el reino de Granada tuvo un fuerte incremento como consecuencia de
y los movimientos epidémicos iban a tener un trágico balance para la Andalu- un proceso inmigratorio.143
cía Oriental con un descenso demográfico manifiesto. En Málaga la población Málaga sigue la misma progresión ya apuntada a finales del XVII, pero
se estructuraba en torno a grandes núcleos urbanos del interior, Ronda y muy con un crecimiento muy intenso. El examen de las poblaciones según el Catas-
especialmente Antequera, cuya depresión era la zona más poblada de la tro de Ensenada (1749-50), el censo de Aranda (1769), el de Floridablanca (1787)
provincia.139 y el de Larruga (1799),144 muestran un importante aumento poblacional en la
El siglo XVII es el siglo de la recesión demográfica: epidemias de peste primera mitad de siglo, que luego se hará más lento para enlazar con las crisis
y períodos de escasez y carestía, definen una economía pobre sobre la que recaen de principios del XIX. Esto sucede en todas las comarcas, pero muy especial-
grandes impuestos para el sustento de una política imperialista. La propiedad mente en el litoral: Málaga, con un crecimiento rápido, desbanca en número
se concentra y ese acaparamiento de las tierras lleva a un encarecimiento de de habitantes a Antequera y Ronda (que sufren un estancamiento e incluso

136. Juan Antonio LACOMBA, "Málaga 1878: la irrupción de la filoxera", Jábega, 5:24-8 (1974) y del 140. Jordi NADAL, La población española. (Siglos XVI a XX), Barcelona, Ariel, 1984, 84-5.
mismo autor "En Málaga, a fines del siglo XIX: filoxera, desindustrialización y crisis general", Gibralfaro, 23,26: 141. LÓPEZ CANO, op. cit., 25-9.
91-128 (1974).
142. Jordi NADAL, La población española, 91-6.
137. Id., "En Málaga...", 111-12.
143. Juan F. SANZ SAMPELAYO, "La demografía histórica en Andalucía", en: Vicente PÉREZ MOREDA
138. Ibid., 119. y David-Sven REHER (eds.), Demografía histórica en España, Madrid, Ediciones El Arquero, 1988, 187-8.
139. Damián LÓPEZ CANO, La población malagueña en el siglo XX, Málaga, Universidad de Málaga, 144. López Cano hace una crítica a los mismos apuntando que mientras que las cifras de los dos primeros
1985, 15-21. resultan exageradamente abultadas, en el de Floridablanca se incurre en el error por defecto.

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pierden población) y recibe la migración del interior que acude a las zonas de período en que la población malagueña se redujo en un 6'6 %, lo que no ocu-
comercio y artesanía, creando una acumulación urbana y de capital comercial rrió en ninguna otra provincia andaluza.
que, como anteriormente dijimos, dará base al desarrollo industrial.145 En el período 1877-87 las comarcas que primero se vieron afectadas demo-
En el siglo XIX Andalucía seguirá una evolución demográfica similar a gráficamente fueron la Axarquía y la Serranía, las zonas en las que abundaba
la del resto de España, de la que constituye un 18'6 °/o de la población. A partir el cultivo de las vides y por tanto las más dañadas por la filoxera y la crisis
de 1833 se observa un cambio en su crecimiento interno que situará a Andalu- agrícola finisecular. Pero es muy curioso hacer notar que, pese a la caída de
toda la provincia, el Valle del Guadalhorce y la Depresión de Antequera no
cía Oriental por delante de la Occidental, con un 67 °/o de los habitantes, debido sufrieron tan intensamente la crisis y la segunda incluso aumentó su crecimiento.
a la minería almeriense y la industrialización malagueña. Sin embargo, la revo- Esto es debido a que eran zonas en las que la vid no era tan predominante y
lución demográfica no llegó a Andalucía (ni a España) hasta mitad de siglo, se retornó fácilmente al cultivo del cereal y el olivar, clásicos de la zona. 15°
debido a una interrupción previa: recordemos la guerra con Inglaterra a fina-
les del XVIII, la detención del comercio con América, la demanda de artículos Una de las consecuencias demográficas de la crisis malagueña fue la intensa
de primera necesidad (y el consecuente encarecimiento de los precios) y la Guerra emigración, como ya quedó expuesto. En 1900 el porcentaje de activos emplea-
de Independencia; unamos a esto las epidemias decimonónicas de fiebre ama- dos en el sector secundario era inferior a la media nacional y regional. Esta
rilla y cólera morbo asiático y resultará comprensible que hasta el segundo tercio crisis industrial y la ruina de los pequeños agricultores propiciaron la emigra-
de la centuria no se inicie una época de prosperidad nacional manifiesta en ción: entre 1887 y 1897, 49.883 personas partieron del puerto de Málaga.151
Andalucía Oriental, Cataluña y País Vasco. Se produce un rápido crecimiento La emigración general andaluza tuvo, hasta la primera Guerra Mundial, en
Argelia y América los principales países receptores; sin embargo, hasta 1930
que caerá con la crisis nacional (los recursos económicos son incapaces de sos-
sería el interior de la península, con Madrid y Cataluña como zonas de destino.
tener esa acelerada expansión demográfica) y se recuperará a finales de siglo,
con intensas transformaciones en la estructura social que facilitan el tránsito No obstante, entre 1900 y 1930 el crecimiento de la población andaluza
hacia un régimen demográfico moderno.146 será rápido, cuando ya en Europa se ha perdido el impulso de finales del XIX.
De hecho, entre 1910 y 1920 Andalucía crece menos que Europa, pero más
El caso de Málaga es singular, pues la profunda crisis sufrida impide una que el resto de España, mientras que en Málaga no se observaron indicios de
recuperación paralela a la nacional. El siglo XIX comenzó en Málaga con una recuperación hasta la década 1920-30. El crecimiento fue más intenso en las
epidemia de fiebre amarilla en 1803 y 1804, que se cobró, según las estimacio- décadas siguientes sin que la economía mejorase, por lo que se originó una
nes de Carrillo y García Ballester, el 37'1% de su población.147 En 1813 y situación de superpoblación que provocó la ola emigratoria de 1960-75: en 1963
1821 existieron nuevos casos epidémicos de fiebre amarilla, y en 1833 y 1834 el 40% de los emigrantes españoles en Europa eran andaluces.152
hizo su aparición el cólera, que atacaría también en 1855, 1860 y 1885.148 Málaga ha mostrado un índice de crecimiento constante durante todo el
Damián López Cano resume la evolución demográfica de la provincia seña- siglo sin períodos intercensales negativos, a diferencia de lo ocurrido en las res-
lando dos etapas: tantes provincias andaluzas a excepción de Sevilla. Pero aún así el índice ma-
[...] la primera que abarcaría hasta 1877, en la que la población crece a lagueño es uno de los más bajos de Andalucía hasta 1970, año en que el
un buen ritmo, facilitada por la favorable coyuntura económica malagueña crecimiento intercensal de 1960-70 es el más alto de la región y supera la media
(industria, agricultura y comercio), y otro desde 1877 en adelante, en la que andaluza y el promedio nacional. Todo ello como resultado lógico de las nuevas
la invasión de la filoxera y la posterior crisis de la industria y el comercio traerá variables económicas, sociales y culturales del "boom" turístico, fenómeno
consecuencias negativas para la población, la cual crece a un ritmo más mode- deseado desde finales del XIX, en que se intentaba potenciar a Málaga como
rado entre 1877-87 y se torna negativo en los años siguientes.149
estación invernal europea para contrarrestar la crisis:153 la afluencia de turis-
Según Pellejero, en su estudio sobre la filoxera, entre 1860 y 1877 la pro- tas en la zona costera crea una importante demanda que genera un gran número
vincia malagueña contaba con un porcentaje de activos empleados en el sector de puestos de trabajo en el sector terciario, un desplazamiento intraprovincial de
secundario superior a la media nacional. Sin embargo, en 1878 (año de la filo- la población desde las zonas rurales del interior a las de la costa y un desarrollo
xera) se precipita el derrumbe, que se hace dramático entre 1887 y 1897, demográfico del litoral aún más intenso del ya iniciado dos siglos antes.154

145. Damián LÓPEZ CANO, op. cit., 33-6. 150. Carmelo PELLEJERO MARTÍNEZ, La Filoxera en Málaga. Una Crisis del Capitalismo Agrario Anda-
luz, Málaga, Arguval, 1990, 121-7.
146. Juan F. SANZ SAMPELAYO, loe. cit., 188-90.
151. Ibid., 157-8.
147. J. L. CARRILLO y L. GARCÍA BALLESTER, Enfermedad y sociedad en la Málaga de los siglos
152. SANZ SAMPELAYO, loe. cit. nota 143, 190-1.
XVIII y XIX. I. La fiebre amarilla (1741-1821), Málaga, Universidad de Málaga, 1980, 124
148. Juan Luis CARRILLO MARTOS, "Contribución al estudio de la historia epidemiológica de Málaga", 153. Fernando ARCAS CUBERO y Antonio GARCÍA SÁNCHEZ, "Los orígenes del turismo malagueño:
Actualidad Médica, 47, 553: 22-50 (1971). la Sociedad Propagandística del Clima y Embellecimiento de Málaga", Jábega, 32: 42-50 (1980).
154. LÓPEZ CANO, op. cit., 45-64.
149. Damián LÓPEZ CANO, op. cit., 40.

74 75
4.
INFRAESTRUCTURA
DE LOS NÚCLEOS
URBANOS BALNEARIOS
4.1. CAMINOS

4.1.1. Por malos caminos

En 1951, Gonzalo Menéndez Pidal escribía en la introducción a Los cami-


nos en la historia de España que si bien los caminos de un país son producto
de condiciones sociales, económicas y culturales, también éstos condicionan
toda la vida de un país y, fundamentalmente, su economía.155 Lo mismo
podríamos decir para los balnearios: en éstos llegan a resultar tan importantes
la mineralización de las aguas y las instalaciones, como la infraestructura des-
tinada a facilitar a los visitantes el acceso a los baños, e incluimos aquí los cami-
nos y los transportes.
La provincia de Málaga posee, como ya apuntamos, un relieve orográfico
muy marcado. No resulta por tanto sencillo el trazado de caminos cuando el
terreno es accidentado y los intentos de recurrir a las soluciones fáciles (ofreci-
das por el cauce o las orillas de los ríos) tan sólo deparan la anual destrucción
al llegar las lluvias otoñales propias del área mediterránea. Así pues, el pro-
blema de la infraestructura vial es genérico a toda la provincia. Los primeros
caminos que se desarrollaron buscaban la comunicación con el interior: la ciudad
de Málaga necesitaba aún más un acceso al interior de la península, que lo que
ésta precisaba un puerto. Surge así Antequera, ya desde época romana, como
nudo de comunicaciones idóneo entre la costa y las ciudades de Sevilla, Cór-
doba y Granada;156 a ello habría que sumar la comunicación entre Málaga y

155. Gonzalo MENÉNDEZ PIDAL, Los caminos en la historia de España, Madrid, Cultura Hispánica,
1951, 5.
156. Las vías de comunicación malagueñas en época romana han sido estudiadas por diversos autores, entre
los que destacamos a Encarnación SERRANO RAMOS y Rafael ATENCIA PÁEZ, "Las comunicaciones de
Antequera en la época romana", Jábega, 31: 15-20 (1980); Carlos GOZALBES CRAVIOTO, Las vías romanas
de Málaga, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Turner, 1986 y, del mismo autor,
"La vía romana Iluro-Arunda. La conexión del Valle del Guadalhorce con la Meseta de Ronda en época romana",
Estudios de Ronda y su Serranía, 1:69-90 (1988).

79
Cádiz por la costa, tal y como figura en el Itinerario Antonino.157 Estas vías frustrados en su intento de ser declarados oficiales) se encuentran en esta región.
siguen presentes en los repertorios de caminos del siglo XVI, como los de Ninguna de las localidades balnearias malagueñas se encontraba junto a un
Villuga158 y Meneses.159 camino principal, lo que implica que quien eligiese estas vías era para ir a la
población o a los baños. Por ello es de suponer que será el incremento en el
A finales del siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III y durante el minis-
terio de Floridablanca, la política desarrollista ilustrada condujo a la realiza- número de agüistas el que potencie el desarrollo de mejores vías de comunica-
ción de importantes obras en los caminos malagueños: así la comunicación de ción. Así sucede, efectivamente, en Carratraca, como más adelante expondre-
Málaga con Antequera por el Camino Real, camino de carruajes que pasaba mos. Sin embargo, no será así para los demás, pues se establece el círculo vicioso
por Almogía y, atravesando el Torcal por la Boca del Asno, llegaba a Ante- ya comentado en otras ocasiones: si no hay concurrencia, no se invierte en cami-
quera; y el de Vélez-Málaga, también de ruedas, y que continuaba desde allí nos y sin éstos, no acuden los bañistas. De hecho, a principios del presente
a Granada, pasando por Alhama y Loja. Así mismo se restauró el camino de siglo Domingo de Orueta escribía esta feroz descripción de los caminos de la
la costa occidental a Marbella (especialmente en su conflictivo paso sobre el sierra
río Guadalhorce) y se atendió a las comunicaciones con Alora (nudo de cami- [...] de los quince pueblos que hay en el valle del Genal, nueve de ellos
nos para enlazar con las poblaciones occidentales del interior) y Colmenar (desde no han visto nunca una rueda; esto es, jamás ha llegado a ellos, porque no
donde se podía continuar hasta Antequera o bien seguir a Riogordo en direc- puede llegar, no ya un coche, sino ni un carro, ni aun los más toscos y senci-
ción a Granada). No olvidemos que la economía malagueña, por su importan- llos. No existen carreteras ni caminos, sino veredas tortuosas y estrechísimas
de pendientes extraordinarias, nunca reparadas, que suben y bajan por aque-
cia agrícola, exigía dos salidas para la comercialización de sus productos: la llos montes, del todo indiferentes a la curva de nivel. Para ir de Ronda o de
del puerto de Málaga, rumbo a los mercados extranjeros, y la de Antequera, la costa a cualquiera de estos pueblos, es preciso cabalgar horas y horas sobre
desde donde llegarían al resto del país.160 un mulo o un caballejo del país, y precisamente del país: que sólo las caballe-
rías criadas en él son capaces de cortar los malísimos y peligrosos pasos de
La comunicación con Ronda también tenía gran interés, pues desde ella las tales veredas. [... Y] en la misma Hoya de Málaga, en ese tan celebrado
se abría la comunicación de las zonas del interior con Gibraltar y viceversa; vergel, a cuatro pasos de la capital, se repite este estado de cosas en importan-
tes pueblos, que son: Guaro, Tolox, Yunquera, Alozaina y Casarabonela. Tam-
camino difícil para el comercio aunque óptimo para el contrabando. Ronda, poco hay carretera a ninguno de ellos. Tampoco llegan a ellos los coches ni
ciudad importante pero situada en una zona geográfica sumamente abrupta, los carros; están también servidos tan sólo por veredas, más anchas y de menos
vio continuamente dificultado el desarrollo de los caminos que habían de unirla pendiente que las del valle del Genal, porque el país es más llano, pero vere-
a Sevilla y los de enlace con Málaga no podían considerarse buenos: el más das de caballerías, al fin; y el lomo del mulo, del caballo y del burro son aquí
transitado era el más meridional, por El Burgo y Casarabonela, mientras que también el único medio de transporte.161
el que cruzaba Árdales y Carratraca era de menor importancia. El recorrido Efectivamente, la imagen estereotipada del elegante agüista decimonónico
más septentrional enlazaba la ciudad con Peñarrubia y desde allí a Campillos o de principios del actual siglo que acude al balneario en tren y es recibido en
(que ofrecía la salida hasta Antequera y el enlace con Sevilla) o bien la bajada tumultuosas estaciones, tan común para los establecimientos centroeuropeos
desde Peñarrubia a Árdales. Por su parte, el enlace de Ronda con Gibraltar
(como demuestran los más recientes estudios sobre la vida cotidiana en las "villes
y el camino de la costa hacia Marbella y Málaga, suponía atravesar por cami-
nos y senderos toda Sierra Bermeja. d'eaux*' francesas)162 e incluso para los del norte de la península,163 es impen-
sable en la provincia de Málaga. Ya vimos que la llegada del ferrocarril fue
Es necesario considerar estas características de los caminos de la Serra- tardía y con numerosos problemas que originaron la quiebra de la compañía
nía, pues dos de los balnearios objeto de este estudio (así como algunos baños, del ferrocarril Málaga-Córdoba y su fusión con los Ferrocarriles Andaluces,
sin conseguir estimular la ya depauperada economía provincial. En su preten-
157. Citado por MENÉNDEZ PIDAL, op. cit., 28-31. sión de abrir una vía para el comercio interior o de acceso a las cuencas
158. P. VILLUGA, Reportorio de todos los caminos de España, Medina del Campo, Pedro de Castro impre-
sor, 1546.
159. Alonso de MENESES, Reportorio de Caminos, Alcalá de Henares, Imp. Sebastián Martínez, 1576. 161. Domingo de ORUETA, Estudio Geológico y Petrográfico de la Serranía de Ronda, Madrid, Imp. de
160. Como fuentes de información sobre estas obras y caminos contamos con las diversas ediciones del iti- Julián Palacios, 1917, 111-3.
nerario de Joseph Mathias ESCRIBANO, Itinerario español, o guía de caminos, para ir desde Madrid a todas 162. Véase sobre este particular el capítulo de Anne MARTÍN-FUGIER, "Les rites de la vie privée bou-
las Ciudades, y Villas mas principales de España; y para ir de unas Ciudades á otras; y á algunas Cortes de geoise", en: Philippe ARIES y Georges DUBY (dirs.), Histoire de la vie privée, Paris, Seuil, 1987, IV, 228-235
Europa, Madrid, Imp. de Miguel Escrivano, 1758 (1760, 1767, 1775 y 1788) y el informe de Diego de COR- y, con carácter más específico, la obra de Armand WALLON, La vie quotidienne dans les villes d'eaux
DOVA Y PACHECO y Domingo BELESTA, Relación de las obras que se han executado en los caminos que (1850-1914), Paris, Hachette, 1981, 140-7.
desde la ciudad de Málaga se han abierto hasta las de Antequera, y Velez, Madrid, Oficina de la Viuda de Marín,
1789. Aunque no se han realizado tantos estudios como sería de desear sobre los caminos malagueños, hay que 163. La importancia del ferrocarril en el desarrollo de la industria balnearia de Cantabria, con la creación
destacar (entre los que se ocupan de este período) los de Carlos GOZALBES CRAVIOTO, "El Camino Real del de corto recorrido a Solares (1891) y el de Ontaneda (1896), aparece comentado en el estudio de Alberto
de Málaga a Antequera, en el siglo XVIIP, Jábega, 35: 55-61 (1981); y José Miguel MORALES FOLGUERA, LUIS GÓMEZ (dir.), Aproximación histórica al estudio de los balnearios montañeses (1826-1936), Santander,
"Historia de las obras públicas en Málaga en el siglo XVIIP, Jábega, 50: 59-80 (1985). Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Cantabria, 1989, 26-28.

80 81
carboníferas cordobesas, no se consideró entre los intereses de los accionistas Así, los viajeros extranjeros que recorren la provincia malagueña durante el
que el trazado se desviase hasta ningún balneario. Ya veremos los intentos de XVIII y principios del XIX (al tener como meta turística la ciudad de Ronda)
Manuel del Río, en Tolox, por encontrar minerales de rentable explotación con prefieren efectuar el viaje siguiendo el trayecto Pizarra-Casarabonela-El Burgo,
lo cual atraer la via férrea hasta las proximidades de Fuente Amargosa. Pero situado más al sur.166
ningún balneario alcanzó tal meta y ninguna de las poblaciones en las que se En 1803 el conde de Teba presentó ante el Consejo de Castilla un pro-
enclavaban contó con estación. yecto vial sumamente ambicioso, máxime si se piensa que era sólo él quien iba
La repercusión de este problema no debe considerarse sólo en cuanto a a financiarlo. Se trataba de construir un camino carretero desde Málaga hasta
la mayor o menor afluencia de agüistas por temporada. El mal estado de los Campillos, con un ancho de diez varas y con obras tan costosas como un puente
caminos y los precarios medios de transporte explican uno de los rasgos espe- sobre el Guadalteba, cerca de Peñarrubia; todo ello según el proyecto reali-
ciales en nuestros balnearios: todos los intentos de comercialización del agua zado por el arquitecto de Antequera Francisco Ruiz Navarrete. Pretendía, en
mineromedicinal embotellada fracasaron, tanto en Carratraca como en Tolox, compensación por este servicio, cobrar un portazgo perpetuo que se recauda-
pues el transporte en caballerías o en carros hasta la estación de ferrocarril más ría en dos puntos del camino (Árdales y la entrada a los baños de Carratraca
próxima no hacían rentable su venta. desde Málaga). Si bien el conde ya dejaba expresado que el camino era necesa-
rio por el gran número de agüistas de toda Andalucía que concurría cada tem-
Esta pésima infraestructura vial tardaría mucho en mejorar y, para enton- porada, queda aún más clara la finalidad al comprobar los puntos de
ces, la crisis económica y la decadencia de la terapéutica hidromineral no colocó recaudación: sólo se va a controlar a los que vayan a Carratraca. Y siendo sólo
a los balnearios entre los lugares que requerían mayor atención. A esto habría éstos a los que cobraría, cabe pensar que no debían ser pocos, pues el conde
que añadir que las obras efectuadas no siempre solucionaron problemas, pues estaba dispuesto a invertir cerca de dos millones de reales en la obra.167
como apunta Gozálbes Cravioto: "Hemos apreciado en la provincia de Málaga,
que generalmente, las carreteras con un trazado extraño por su dificultad frente No parece que se llevase a efecto la construcción del camino, pues hasta
a otros posibles y fáciles recorridos, están hechas en la época de la dictadura 1827 no se prolongó hasta la población el tramo que unía Málaga con el Cor-
de Primo de Rivera, utilizando mucho dinero y poco talento".164 tijo del Santicio, gracias a la intervención (y a los intereses particulares) del
gobernador político y militar de Málaga, Carlos Fabre Donoy, dueño de una
Pero cada uno de estos caminos presenta problemas particulares y las rela- gran fonda en los baños.168 Se gravó la utilización del carril con una serie
ciones entre éstos y la categoría del balneario depara evoluciones diferentes de arbitrios, que a los vecinos de Carratraca y Casarabonela parecieron exce-
que pasamos a analizar a continuación. sivos, pues eran del 10% sobre los alquileres de las casas, por lo que propu-
sieron que aquéllos fuesen de portazgo para que recayesen sólo sobre los
usuarios del camino y transportes, es decir, carromateros, arrieros y viaje-
ros. 169 Por otra parte, no estaba Casarabonela interesada en invertir dinero
4.1.2. Carratraca: la ruta de los bañistas para beneficio de una población que se iba a independizar de forma inmi-
nente. Sin embargo, en su informe de las mismas fechas al Director General
Carratraca se encontraba en el camino que, desde Málaga, pasaba por de Propios y Arbitrios del Reino, se mostraba más preocupada por el estado
Alora para ir a Árdales y desde allí a Peñarrubia, desde donde se podía ir hacia de los caminos:
Ronda o hacia Sevilla, como destinos más importantes. También comunicaba El Camino que conduce desde Malaga á dicha Población és de ruedas y
con Casarabonela por un mal camino. El primero de ellos era descrito por cómodo pero esta sujeto en el invierno á frecuentes quiebras con las llubias
Ayuda como una ruta en continua ascensión desde Árdales por barrancos y y avenidas y és nesesario repararlo para que. sirva en cada verano. El de Casa-
rabonela és de herradura y escabroso, y esta dicha villa dista una legua larga
cañadas, aunque apta para vehículos.165 de la Población de Carratraca su aneja y el de Sevilla es también de ruedas
Pero lo cierto es que, tanto uno como otro, no ofrecían ninguna comodi-
dad, por lo que el viajero que se adentraba en estos parajes lo hacía por no
tener otra opción. De hecho, el camino desde Málaga debía hacerse a caballo 166. Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, "Turismo balneario: viajeros y escritores en Carratraca,
Málaga (siglos XVIII y XIX)", Actas del IX Congreso Español de Historia de la Medicina, Zaragoza, en prensa.
y, si se venía desde el norte, había que tomar las caballerías en Campillos. 167. A.H.N., Consejo de Castilla, Sala de Gobierno, Leg. 2160, n.° 16; Consejo, Consultas de Oficio, Leg.
6060, n.° 132 y Santos MADRAZO, El sistema de transportes en España, 1750-1850, Madrid, Colegio de Inge-
nieros de Caminos, Canales y Puertos, y Ediciones Turner, 1984, I: 303.
164. Carlos GOZÁLBES CRAVIOTO, "La vía romana Iluro-Arunda. La conexión del Valle del Guadal-
horce con la Meseta de Ronda en época romana", Estudios de Ronda y su Serranía, 1:69-90 (1988). 168. Eduardo HENARES, "Carratraca", El Guadalhorce, 1,25: 193-96 (1839).
165. Juan de Dios AYUDA, op. cit., III, 194-5. 169. A.A.Casarab., Actas Capitulares, sesión del 12-X-1831.

82 83
hasta Peñarrubia distante dos leguas de dicha Población cuyo trozo resta para
abrir, y esta obra acarrearía poco gasto por la disposición del suelo.170
Una Real Orden del 29 de julio de 1833 intentó acelerar la construcción
de estas tres leguas entre Peñarrubia y Carratraca, encargándole la realización
del proyecto al arquitecto José García Otero y cubriendo el importe por sus-
cripción de pueblos de Sevilla y Málaga, aunque el Estado se ofrecía a pagarlo
si no se conseguía reunir la cantidad necesaria.m Aún así, hasta 1838 (con la
intervención del gobernador Simón de Rodas y varios concurrentes acaudala-
dos) no se logró abrir el tramo.
Por tanto, en estas fechas existía ya un camino de ruedas, si bien para
llegar a Ronda seguían siendo necesarias las caballerías. Pero hay que puntua-
lizar que los destrozos durante el invierno aún existían, pues el camino se cons-
truyó siguiendo el lecho del río, por lo que las lluvias y riadas lo destruían
anualmente y las reparaciones no solían ser rápidas, ni completas.m Aun así,
el camino era muy transitado y supuso una importante vía de comunicación
entre Málaga y Sevilla, aunque bien pronto la llegada del ferrocarril (la línea
Córdoba-Málaga se empezó a construir en 1860) lo dejó relegado a las funcio-
nes de comunicación entre pueblos y de enlace entre ferrocarril y balneario.
En la ley del 11 de julio de 1877 que aprobaba el Plan General de Carrete-
ras del Estado, quedó incluida la de tercer orden que debía enlazar Peñarrubia
con Bombichar (aunque más tarde se decidiese que era más conveniente que
el enlace fuera Peñarrubia-Estación de Alora). El proyecto de la sección entre
Carratraca y la estación de ferrocarril de Alora fue redactado en 1884 por el
ingeniero José Bores y Romero quien consideraba como prioritario el servicio
que debía dar a los numerosos agüistas que concurrían a los baños. m
El 25 de julio de 1892 una nueva ley contemplaba la construcción de la
sección comprendida entre Peñarrubia y Carratraca, por lo que el Ingeniero
Manuel Giménez Lombardo presentó un proyecto en 1896, cuando aún no se
había concluido el enlace con Alora. Este tramo se uniría con la carretera de
segundo orden de Ronda a la estación de Gobantes, con lo que habían de quedar
completas las vías de comunicación. Por otra parte, pasaría a 50 metros del
pueblo para evitar expropiaciones mayores.174 Y así, entre proyectos y proyec-
tos reformados, la carretera seguía sin ser concluida a principios de este siglo:
las reparaciones llegaron cuando ya no quedaban bañistas a quienes les impor-
tase el estado de la red vial.
CARRA"
El ferrocarril pudo haber constituido una solución para el balneario al brin-
darle una vía de comunicación con el resto del país y ofrecer las suficientes
comodidades para alentar a los bañistas a emprender el viaje. Pero sus fines
Cortijo de Pérez
170. Ibid., sesión del 29-X-1831.
171. Para más datos véase Boletín Oficial de la Provincia de Málaga, 22 (1833).
172. G. A. HOSKINS, Spain, As It Is, London, Colburn and Co., 1851, I: 289-90 y Pedro María RUBIO,
Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, 1853, 136-7.
Trazado del camino Estación de Alora - Peñarrubia a su paso por Carratraca,
173. A.J.O.P.Ma., Sec. I, Leg. 48, n.° 3, "Proyecto. Documento n.° 1. Memoria'' de José BORES,
realizado por José Bores en 1884 fvide nota 173).
24-V-1884.
Se distingue la Alameda y el Camino de la Glorieta, paseos habituales de los bañistas
174. Ibid., Sec. I, Leg. 50, n.° 2-A, "Proyecto. Documento n.° 1. Memoria'' de Manuel GIMÉNEZ,
16-X-1896.
85
84
eran otros y entre los accionistas y autores del proyecto no consta que existie- En 1864 existían tres empresas que, en combinación con los trenes que
sen individuos que intentasen realizar un trazado por Carratraca. Bien es cierto llegaban a Málaga de otras provincias, disponían de dos diligencias diarias para
que por Alora resultaba más directo (aunque luego en Gobantes se desviaba), Carratraca durante la temporada de baños.180 A partir del año siguiente, tras
pero también lo es que ésta era una población mayor y con una rica campiña. la apertura de la línea del ferrocarril Córdoba-Málaga, los servicios de diligen-
En 1863 se concluyó el tramo Málaga-Alora y el 15 de agosto de 1865 se cias efectuarían también los trayectos desde las estaciones de Gobantes, Alora
llevaba a cabo el enlace Córdoba-Alora.175 Pero desde las estaciones hasta el y Pizarra, adecuando sus horarios a las llegadas de los trenes y anunciando
balneario los caminos seguían siendo nefastos. un rápido viaje de dos horas.I81 La crisis del balneario suprimirá poco a poco
La falta de comunicaciones no sólo afectó a la concurrencia, sino que estos servicios, que se ofrecerán tan sólo en combinación con una estación182
también impidió que se comercializase el agua envasada, como reflejaba la y, ya en el presente siglo, ni trenes ni autobuses contemplan deferencia alguna
memoria de 1879 del Médico-Director de los baños Tomás Lletget: hacia las necesidades de los bañistas.
Sobre 1.000 botellas se habrán exportado durante la temporada próxima
pasada, primera en que por via de ensayo, se ha tratado de explotar este ramo
por parte de los propietarios del establecimiento, pero no da los resultados 4.1.3. Andar en Vilo
que eran de esperar, porque la falta de carretera hace muy costoso el
trasporte. m Menos grato aún había de resultar el viaje para los agüistas que pensasen
Estos transportes, aunque incómodos, eran numerosos y parece ser que acudir a Baños de Vilo, pues para ellos las penalidades comenzaban en el mismo
momento de emprender el camino.
los bañistas los soportaban mejor que las botellas de agua mineral. Aún antes
de la apertura del camino existía el servicio de una diligencia diaria, que salía Dos vías principales ponían en comunicación Málaga con Granada y, por
de Málaga a las 3 de la madrugada, y un virlocho en días alternos.177 A partir tanto, con la localidad de Periana. La primera de ellas discurría por la costa
de 1838 las mejoras en el camino llevaron también a una mayor oferta de oriental hasta Vélez-Málaga, se adentraba hacia el noreste pasando por Viñuela
vehículos: galeras, calesas, coches y tartanas llegaban continuamente desde y, atravesando el límite de Granada por Ventas de Zafarraya, conducía a
Málaga, existiendo también la posibilidad de hacer el viaje en caballerías, lo Alhama y Loja. La segunda iba hacia el norte, por Colmenar y Alfarnate, tam-
que resultaba aún más económico. En el trayecto de Málaga a Carratraca, se bién hasta la localidad granadina de Loja. Entre una y otra se trazaba un arco
disponía de paradas en las posadas de Villalón, Cortijo del Santicio y Venta en el que quedaban comprendidos Periana, Baños de Vilo y Riogordo, enlaza-
Nueva. dos por malos caminos de herradura.
Los viajeros extranjeros de mediados del siglo pasado dejan constancia La vía más importante era sin duda la de Málaga a Vélez, pues ya en 1784
de la animación que debía existir en este camino durante el verano. El escritor se potenció su construcción por el conde de Floridablanca, quien la encargó
romántico francés Adolphe Desbarrolles y el pintor Eugéne Giraud, realiza- a Fernando López Mercader, más tarde sustituido por Domingo Belestá, que
ron este trayecto en 1846 y narran el viaje nocturno entre calesas y caballerías, la concluiría en 1787. Es curioso hacer notar que el incentivo principal para
que formaban un numeroso grupo conducido por arrieros, y cómo se cruza- su construcción fue conseguir dar salida al mar a la localidad de Macharaviaya,
ban con otros vehículos que volvían de Carratraca llenos de gente que cantaba cuya fábrica de naipes mantenía un intenso comercio con los países america-
y reía.178 Anatole de Démidoff, aristócrata de origen ruso, ofrece una visión nos; aunque también se hacía constar que "[.••] concluida la obra en ambos
muy similar tras su estancia en agosto de 1847: puntos, ó en el de la comisión de Vélez, debe tratarse de la construcción del Ca-
mino desde esta Ciudad de Vélez por las Rozas á Alhama, y / Loja, [...]".183
Trepando por estas altas montañas, no dejamos de encontrarnos por los
caminos algunas hordas de viajeros que se valen de todos los medios posibles Las noticias sobre el pésimo estado de los caminos eran constantes,184 y
de transporte, entre los que se encuentran viejos vehículos que se diría exhu- las reparaciones realizadas por el Ayuntamiento de Periana no resultaban sufi-
mados de las cocheras del Rey Don Fernando, los equipajes poco seguros a
causa de la naturaleza de los caminos, y en los que se va extrañamente tra-
queteados. 179 180. El Correo de Andalucía, 2-IX-1864.
181. El Correo de Andalucía, 10-VII-1872, y El Avisador Malagueño, 5-VI-1866.
182. B.F.M.M., Carp. 2819, n.° 22, "Memoria, 1891" de Miguel BENÍTEZ, en la que dice que sólo queda
175. Juan Antonio LACOMBA, "El ferrocarril Málaga-Córdoba (1859-1879)", Jábega, 1974, 7: 53-6.
el servicio de Gobantes. Sin embargo, en la Guía del Forastero en Málaga, Málaga, Tip. Zambrana Hermanos,
176. B.F.M.M., Carp. 2731, n.° 3, "Memoria 1879", de Tomás LLETGET. 1903, 158 se habla tan sólo del servicio combinado con la estación de Pizarra.
177. B.O.P.Ma., 1833, n.° 2 y n.° 8. Los carruajes se anuncian constantemente durante los meses de 183. Diego DE CÓRDOVA Y PACHECO y Domingo BELESTA, Relación de las obras que se han execu-
verano. tado en los caminos que desde la ciudad de Málaga se han abierto hasta las de Antequera, y Velez, Madrid,
178. Eugene DESBARROLLES, Deux artistes en Espagne, París, Gustave Barba, s.a. [1855], 41. Oficina de la Viuda de Marín, 1789, 54-55.
179. Anatole de DÉMIDOFF, Étapes marítimes sur les cotes d'Espagne de la Catalogne a l'Andalousie. 184. Tan sólo Marín Yébenes dirá en 1860 que los baños distan de Málaga seis leguas de buen camino. Dos
Souvenirs d'un voyage exécuté en 1847, Florence, Imp. de Félix le Monnier, 1858, 62-63. años más tarde Miguel de Vega, relata el mal estado de los caminos y la obligación de usar caballerías

86 87
cientes para hacerlos transitables,185 como tampoco lo fue la inauguración en
1865 de la línea férrea entre Bobadilla y Granada, pues la estación más pró-
xima (la de Salinas-Villanueva de Tapia) quedaba aún a tres leguas al norte
por camino de herradura.186 En 1880, la propuesta de Chernoviz al bañista (en
su Guia Médica) era llegar hasta Granada, desde donde se tomaría una dili-
gencia para Alfarnate, y desde allí en caballerías hasta los baños, tardando en
esta última etapa hora y media.187 Incluso en 1897 las ofertas de caminos y
transportes continuaban resultando poco tentadoras: la estación de Riofrío,
en la línea Málaga-Granada, quedaba a 20 Km. del balneario, también por
camino de herradura; y, si se elegía el carruaje para ir desde Málaga a La Viñuela
pasando por Vélez, también había que sustituirlo por las caballerías para llegar
desde ésta, lo que reducía a 10 Km. el agitado viaje sobre monturas o, para
las señoras, jamugas. La opción Málaga-Colmenar, en carruaje, aumentaba
en cinco kilómetros el tramo a realizar en caballerías.188
Pese a que lo anteriormente expuesto nos demuestra que los caminos hasta
el establecimiento no mejoraron, ni dejaron de ser de herradura, debemos fijar
nuestra atención en los proyectos que para solucionar tal situación se venían
realizando desde 1864. Efectivamente, en este año el Estado se hizo cargo de
una carretera que pondría en comunicación Casabermeja con Torre del Mar
(en la costa de Vélez-Málaga), pasando por Colmenar y Vélez. Hasta 1876 no
encargó la Dirección General de Obras Públicas el proyecto al ingeniero Vicente
Gasea, quien comenzó los trabajos de campo de la primera sección, entre Casa-
bermeja y Colmenar. Pero en 1877 se aprobó un nuevo Plan General de Carre-
teras del Estado que comprendía entre las de tercer orden la que había de enlazar
la carretera Cuesta del Espino-Málaga con la carretera Loja-Torre del Mar.
De este modo, la sección primera quedaría comprendida entre la primera carre-
tera citada y Colmenar, encargándose de su estudio Ricardo Aguilera y, más
tarde, José Bores que sería quien propusiese que el trazado debía partir de la
carretera Antequera-Archidona, lo que se aceptó en 1885 y el proyecto subió
de categoría, pasando a considerarse carretera de segundo orden:
Desde luego, esta carretera ha de establecer fáciles relaciones entre Vélez-
Málaga, Colmenar, Archidona y Antequera, cabezas de partido judicial; ha
de reportar grandes beneficios á los pueblos de Casabermeja, Riogordo y
Periana, que no cuentan, como se ha dicho, mas que con sendas peligrosas

como único medio de transporte posible, lo que confirma Agustín Ballesteros. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14,
"Memoria de hidrología médica con aplicación especial a los baños minerales de Vilo o Rosas" de M. MARÍN
DE YÉBENES; Carp. 2808, n.° 31, "Memoria de las aguas sulfídrico carbónicas de Vilo o Rosas pertenecientes
al año y temporada de 1862" de M. VEGA; Carp. 2775, n.° 26, "Comunicación al Excmo. Sr. Director General
de Beneficencia [sobre los baños de Vilo 23-12-1872]" de A. BALLESTEROS.
185. A este respecto se pueden consultar las A.A.P., Actas Capitulares, 25-IX-1867 y 8-XII-1867, sobre
el camino desde Baños de Vilo hasta La Viñuela, y las de 20-VI-1881, solicitando a la Diputación destine alguna
cantidad para el citado camino y la atención a los bañistas pobres.
186. B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7, "Memoria de los Baños Minero-medicinales de Vilo ó Rozas. Escrita
en la temporada de 1875, por su Director interino" de ÁLVAREZ SÁNCHEZ.
187. P.L.N. CHERNOVIZ, Guía Médica, París, A. Roger y Federico Chernoviz, 1880, p. 752.
188. Estas últimas noticias se encuentran en el folleto impreso Establecimiento balneario de Vilo. Provincia
de Málaga, Málaga, La Española, 1897.

88
y difíciles, y cuya población total asciende á 11.136 habitantes (4080 + 3131 aportase soluciones. El camino entre la estación de Cártama y Coín era una
+ 3925 respectivamente); es útil ademas por pasar cerca del balneario oficial carretera practicable, pero desde este último al balneario era necesario recurrir
de Vilo, de aguas sulfurosas, muy en boga en el pais;[...].189 a las caballerías para un viaje que duraba unas cuatro horas. Por este motivo,
Y mucho más útil ahora, después de que los terremotos de las Navidades la Dirección General de Beneficencia y Sanidad decretó el cierre del balneario
de 1884 (y que se prolongaron todo el año 1885) dejasen destruida la mayor el 15 de enero de 1880; pero, ante la reclamación de García Rey en que impu-
parte de la zona y sin trabajo a muchos obreros. No obstante, no pasa desa- taba esta responsabilidad a Diputación y Ayuntamiento, se decidió autorizar
percibido que en la construcción de esta carretera el balneario es un motivo la apertura esa temporada.194
muy secundario que se nombra siempre en último lugar, como una utilidad En 1888 el médico-director interino, Antonio Carrillo y Carmona, informa
añadida del nuevo camino. Es más, si el trazado se aproxima a Baños de Vilo que el balneario no está en condiciones de abrirse al público por el mal estado
no es para comodidad de los agüistas, sino para evitar el cruce del río Guaro, de sus instalaciones y pésimas comunicaciones. Ante tales circunstancias, el
con lo que se consigue desviar el camino hacia el norte para que cruce el arroyo gobernador de Málaga envió un oficio al Ayuntamiento de Tolox, en el que
de la Cueva, mucho menos caudaloso. 19° Pero la conclusión de este proyecto incluía otro de la Dirección General de Beneficencia y Sanidad, instándoles
llegó demasiado tarde para el balneario, pues en 1916 aún se realizaban refor- a cumplir el artículo 23 del Reglamento del 12 de mayo de 1874, respecto a
mas del proyecto de la sección tercera;191 como tarde llegó también el camino las vías de comunicación de los balnearios. El Ayuntamiento argumentó que
vecinal de Alfamate a Periana, en cuyo proyecto de 1912 el ingeniero Manuel era inútil reparar el camino de Tolox a Fuente Amargosa si la Diputación no
Delgado desestimó que empalmase a la altura de Baños de Vilo con la carre- hacía lo propio con el de Coín a Tolox.,95 Ante esto, la Dirección de Cami-
tera antes citada, lo que indica la escasa importancia que debía tener el lugar, nos Provinciales y Vecinales de la Diputación informó al gobernador que no
al que nombra como barriada sin hacer ya referencia a la existencia de ningún existía plan de carreteras para Tolox y que de las reparaciones del camino ya
balneario.m existente debía encargarse el Ayuntamiento, por ser un camino vecinal. Nue-
vamente se evaden responsabilidades, nuevamente se decreta el cierre del bal-
neario el 28 de junio de 1890.m
4.1.4. Tolox: camino al andar El mismo año de la clausura Ruiz Blaser, empresario de Málaga, propo-
nía al Ayuntamiento su colaboración en un proyecto de ferrocarril con una
Dos dificultades viales se presentaban ante el animoso agüista que desease línea de Coín a Jerez, que pasaría por Alozaina, por lo que quedaría a tan sólo
concurrir al balneario de Fuente Amargosa: la primera, y más difícilmente supe- seis kilómetros de Tolox. La corporación mostró su interés, pero la falta de
rable, la entrañaba el camino hasta Tolox; la segunda era el escaso kilómetro dinero impidió que tomase esa decisión. Por su parte, Manuel del Río (el nuevo
que separaba el balneario del pueblo. Ambas habían de trazar el ya conocido propietario) intentó también, en 1904, atraer hacia Tolox y el balneario las vías
círculo vicioso, pues sin caminos provinciales no se reparaba el del balneario férreas financiando su construcción a través de una sociedad anónima que no
y sin accesos a éste (ni concurrencia) la Diputación consideraba preferible inver- llegó a constituirse. Y del mismo modo buscó los recursos mineros, pues, como
tir en otras obras. contaba en una carta a Ramiro de Maeztu, "[...] también sabia yo que el mineral
de hierro se encuentra por muchos sitios, y de aquí el proponerme vuscar mine-
El primer paso dado por José García Rey (propietario del balneario), tras rales, por si por estos medios lograba que vinieran compañías mineras que para
la declaración de utilidad pública de las aguas de Fuente Amargosa en 1871, la esplotacion hicieran F.C. secundarios. "197 Pero el ferrocarril no llegó y las
fue presentar una instancia a la Diputación para que se habilitase el camino estaciones más cercanas permanecieron en Cártama y Pizarra, si bien el 13 de
entre Tolox y el balneario. Ésta no consideró este camino como provincial, julio de 1913 se inauguró la línea suburbana entre Málaga y Coín.198
por lo que encargó al Ayuntamiento que se ocupase de ello, autorizando la
inversión de cien pesetas con cargo al capítulo de imprevistos.193 En 1894 se iniciaron los estudios para realizar los planos de la sección
segunda de la carretera de tercer orden que debía unir Málaga y Jerez, a través
Pero el mayor problema era la falta de comunicación con Coín (cabeza de Ronda, según el Plan General de Carreteras. En un principio se pensó en
de partido) y con la capital de la provincia. Todos los inviernos los caminos
quedaban intransitables y el Río Grande arrastraba los puentes. Año tras año
se repetía la misma situación, así como las peticiones a la Diputación para que 194. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 2.019, n.° 23, "Documentos relativos al cierre
de 1880 y al de 1890".
195. A.A.T., Actas Capitulares, sesión de 10-11-1890 f. 17v-18.
189. A.J.O.P.Ma., Sec. I, Leg. 26, n.° 1-A. Se pueden consultar también, dentro de la misma sección, el 196. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 2.019, n.° 23, "Documentos relativos al cierre
Leg. 26, n.° 3-A y el Leg. 353, n.° 5. de 1880 y al de 1890".
190. Ibid., Sec. I, Leg. 353, n.° 5. 197. "Cartas de Manuel del Río Cómitre a Ramiro de Maeztu, en Londres, Tolox, 10-11 y 15-V de 1908",
191. Ibid., Sec. I, Leg. 172, n.° 2-A. Proyecto reformado de Manuel DELGADO. documentos que pertenecen al archivo personal del actual propietario Luis Diez Jiménez.
192. Ibid., Sec. I, Leg. 93, n.° 2. 198. Manuel BURGOS MADROÑERO, "Los Ferrocarriles Suburbanos de Málaga, S. A.", Jábega, 13: 6-11
(1976).
193. A.A.T., Actas Capitulares, sesiones de 20-V-1872, f. 48-48v. y de 8-VII-1872, f. 56.

90 91
que el trazado de esta sección segunda (comprendida entre Ronda y Coín) podía dos veces al día y desde la segunda era necesario recurrir a las caballerías. A
unir Tolox, Alozaina y Casarabonela: se comisionó para este proyecto al Inge- partir de 1913 se pudo ir en ferrocarril suburbano hasta Coín; pero, casi hasta
niero Silvestre Fernández de la Somera y Guzmán.'" En 1896, Manuel Jimé- 1930, hubo que utilizar caballerías para llegar a Tolox pues sólo existía camino
nez Lombardo solicitó que se le encargase a él el estudio, pues el anterior de herradura. Por muy expertos que fuesen los arrieros, por muy cómodas que
ingeniero había renunciado. Comenzó el trabajo y vencieron los plazos sin que fuesen las jamugas, el viaje era penosísimo debido al calor y el polvo que había
le pagasen. Para evitar la detención del proyecto, el socio mayoritario de la que soportar durante tres horas y media. Las cartas de un anónimo agüista
"García Lomeña y Compañía" (propietaria del balneario en aquel entonces), de 1914 nos dan prueba de ello con bastante sentido del humor, al retratar la
Andrés Lomeña y Rubia, se ofreció a adelantarle el dinero al Ayuntamiento terrible e interminable peregrinación en carruajes y caballerías; peripecias tam-
y a correr con una tercera parte de los gastos. A fin de disminuir el importe bién narradas en la carta que dirigió Salvador Rueda a Manuel del Río del Río
y al médico-director Romera, con minuciosa referencia de su regreso del bal-
buscaron un trazado por Guaro, para que este pueblo también contribuyese neario, en 1928, a lomos de una muía:
a ello.200 Sin embargo el proyecto quedó paralizado y el propietario de los
baños defraudado, como se deduce de una carta que dirigió a Ramiro de Maeztu A poco, las jamugas hicieron inclinación a Occidente, mientras el albardón
pidiéndole contactos que pudieran interceder por el porvenir del balneario.201 apuntaba decidido a Oriente. Yo empecé a poner paz en la desavenencia, pendu-
loneando (¡!) como lengüeta de peso, según había de poner de acuerdo las taras.
Tampoco mejoraron de este modo las perpectivas de abrir nuevas vías de Allá en una pendiente dantesca, que venía a ser como un calvario cuesta abajo,
comunicación. Se llega así hasta el año 1911 en que se efectuó el replanteo previo hubo necesidad de restablecer la gravitación universal y hubo parada, aflojamiento
con sujeción a la Real Orden del 30 de marzo de 1903 en que se contemplaba del corsé de la burra, vuelta a las buenas vistas de las jamugas, porque el arriero
la necesidad de aproximar el trazado de la nueva carretera al establecimiento me había puesto de espaldas a la belleza, y ¡oh habilidad sorprendente del espoli-
que!, esta vez había puesto las jamugas derribadas a Oriente y el albardón apun-
de aguas minero-medicinales.202 Esta ley se vio satisfecha muy tangencial- tando a los lejanos arreboles de Occidente. Y quedó establecido otra vez el péndulo,
mente, pues el nuevo trazado desviaba el camino de la población de Tolox, solamente que con media vuelta de mando militar a la derecha. Y héteme aquí
que había de quedar enlazada por un ramal individual, lo cual se aprobó por otra vez, no de jinete, sino de tira y afloja, de regulador y de lengüeta de la carga.
Real Orden del 4 de octubre de 1911. Sin embargo, hasta 1926 no se realizó A todo esto yo tenía ya las manos desolladas de agarrarme [...] y más bien
el proyecto de terminación del trozo cuarto de esta sección segunda, que corrió parecía la burra una mecedora donde me iba meciendo contra todo el torrente
a cargo del ingeniero Eduardo Franquelo Carrasco.203 de mi voluntad.
—¿Qué tal va usted?, preguntaba, con cara de satisfacción, el acom-
La conclusión de la carretera supuso un rápido aumento de vehículos de pañante.
todas clases204 y se estableció una línea de autobuses que llegaba a la pobla- —En la gloria, le respondía yo, procurando reír y poner voz armo-
ción, pues hasta entonces los transportes habían sido por ferrocarril hasta las niosa. 205
estaciones de Cártama o Pizarra. Desde la primera partían carruajes hacia Coín

199. A.A.T. Actas Capitulares, sesión de 3-IX-1894, f. 28v-29v. 4.2. ALOJAMIENTOS


200. Ibid., sesiones de 2-XI-1896, f. 32v-33v; 12-IV-1897, f. 38v-39v y 21-VI-1897, f. 52. A este respecto
debe consultarse también la obra de José SÁNCHEZ JIMÉNEZ, Vida rural y mundo contemporáneo. Análisis
sociohistórico de un pueblo del sur, Barcelona, Ed. Planeta, 1976, 143, en la que resume así los problemas para 4.2.1. Construcciones y bañistas
la construcción del camino: "El lento trámite que la expropiación de terrenos supone, la asociación con el Ayun-
tamiento de Guaro para la construcción del tramo a usar por ambos pueblos y el contrato con el Balneario Las localidades balnearias malagueñas, aun la más elegante de ellas como
que, como primer interesado en su construcción, colabora con un tercio del gasto que a este Ayuntamiento
corresponde, y hasta adelanta los medios económicos oportunos a la deficitaria Caja Municipal, las dificultades pudiera ser Carratraca, no han de ofrecer al bañista muchas posibilidades de
enojosas con la Delegación de Obras Públicas de la Capital y los mismos intereses encontrados dentro del Muni- encontrar buenos alojamientos. No había de esperar el viajero hallar los lujos
cipio, que en este período acusa también ¡ocalmente y con caracterización muy concreta el sistema bipartidista propios de balnearios centroeuropeos, ni tan siquiera el de los establecimien-
de Gobierno, todos son impedimentos que entretienen en exceso la construcción, al par que el encarecimiento
creciente de la vida obliga a cambios continuos en el presupuesto". tos del norte de España, del País Vasco o de Cataluña.206 Más burguesa que
201. "Cartas de Manuel del Río Cómitre a Ramiro de Maeztu, en Londres. Tolox, 10-11 y 15-V de 1908",
documentos que pertenecen al archivo personal del actual propietario Luis Diez Jiménez. 205. Ambos textos forman parte del archivo personal de Luis Diez Jiménez.
202. A.J.O.P.Ma., Sec. I, Leg. 62, n.° 1, "Replanteo previo de la sección 2.a de la carretera de 3. er orden
206. Sobre el País Vasco véanse las obras de José María URQUÍA ECHA VE, Historia de los balnearios
Ronda-Gobantes-Coín. Memoria, 1911" de Ignacio FERNÁNDEZ DE LA SOMERA.
guipuzcoanos, Bilbao, Euskal Medikuntzaren Historia-Mintegia, 1985, y la de Magdalena SARRIONAINDÍA
203. A.J.O.P.Ma., Sec I, Leg. 255, n.° 5, "Proyecto de terminación del trozo 4.° de la sección 2.a de la GURTUBAY, Historia de los balnearios de Bizkaia, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1989. En particular
carretera de 3. er orden Ronda-Gobantes-Coín por El Burgo, Yunquera y Tolox. Memoria, 1926" de Eduardo sobre Cestona publicó José María URQUÍA ECHAVE, unos "Apuntes históricos sobre el Balneario de Ces-
FRANQUELO CARRASCO. tona", Termas. Revista de Balnearios, 1: 9-12, (1985), en que se describen el Gran Hotel y el Hotel Alameda.
204. A.A.T., Comisión Permanente, sesión de 6-1-1930, en la que se expone la necesidad de señalizaciones Para los de Cataluña, la mejor publicación aparecida es la de Ignasi SOLÁ-MORALES, Arquitectura balnearia
indicando el camino del balneario, debido al aumento de vehículos que llegaban hasta el pueblo. También nos a Catalunya, Badalona, Direcció General d'Arquitectura i Habitatge (Generalitat de Catalunya) y Cambra Ofi-
refiere la influencia de la apertura de la carretera en la vida de la población, por la mayor concurrencia vera- cial de la Propietat Urbana de Barcelona, 1986. Como se puede comprobar quedan muy alejados de lo que
niega de agüistas, la obra citada de José SÁNCHEZ JIMÉNEZ, 166-7 y 218. describiremos para los balnearios malagueños.

92 93
aristocrática, Carratraca no era, claro está, Badén, ni Vichy, ni Bath; por tanto, Surgen todo tipo de formas de arrendamientos para cubrir estas necesida-
mucho menos habían de serlo Vilo o Tolox. des: alquileres de casas enteras, de plantas de edificios o sólo de habitaciones
Sin embargo, hubo un momento en su historia en el que las hospederías (con o sin derecho a cocina); hoteles, pensiones y fondas. Pero, sobre todo,
de Carratraca podían ser consideradas entre las mejores de España.207 La una economía de toda la población balnearia que gira en torno al albergue y
crisis económica que sufrió la provincia impidió que la oferta hostelera se man- manutención de los bañistas; economía que no se declara ni consta de forma
tuviese en esta línea/pues, conforme finalizaba el siglo, el balneario perdía con- legal en lado alguno. Sólo podemos conocerla por informaciones de viajeros
currentes y sólo había de ofrecer atractivo para personas más modestas a quienes o médicos, e incluso por nuestra propia experiencia: en una localidad con un
aún parecían lujosas sus obsoletas dependencias. establecimiento balneario, casi todos los vecinos que posean una vivienda van
a alquilarla, en su totalidad o sólo en parte, durante la temporada de baños;
Es característica en Málaga la constante disociación entre el establecimiento sin que aparezca registrada su pertenencia al ramo de hostelería.
de baños y la hospedería del balneario. Disociación espacial, puesto que en
lo económico ambas solían pertenecer al mismo propietario, ya que el autén- Bien es cierto que en otras partes también era frecuente el alquiler de las
tico negocio lo constituía el hospedaje y no lo percibido por el empleo de las propias viviendas a los personajes notables que acudían a tomar las aguas, como
aguas que, aun resultando caro en Carratraca, siempre era módico: no se podía sucedía en Francia durante los siglos XVII y XVIII, según hace constar Armand
gravar excesivamente un remedio natural. El porqué de esta separación cabría Wallon.210 En las poblaciones malagueñas no serán las casas las que se les ofrez-
atribuirlo a la pobreza de las primitivas instalaciones sobre las que asentaron can a esos individuos ilustres, pues no se trata de viviendas de lujo y quedarán
los establecimientos balnearios, pues no consistían más que en una o dos albercas por tanto destinadas al uso por familias modestas que alquilarán alguna habita-
sobre las que se fueron realizando las mejoras imprescindibles para cubrir las ción con derecho a cocina. Los más acomodados se alojarán en el hotel del bal-
normativas legales que permitiesen al balneario ser declarado como estableci- neario, que es siempre el lugar más confortable y también el más caro. Para los
miento oficial. Si consideramos el caso de Baños de Vilo o Tolox, en los que menos afortunados económicamente quedan las pensiones y las casas de pupilos.
la concurrencia era exigua, resulta evidente la actitud de los propietarios al inten- La alimentación en los lugares destinados al alojamiento de bañistas no
tar evitar cualquier inversión que no fuese estrictamente necesaria. Por ello solía atender a menús especiales y el régimen era inexistente. No es algo especí-
las reformas en la construcción podrían ser más exactamente consideradas como fico de nuestra provincia, sino común a toda España, como retrata Felipe Isla:
importantes reparaciones, pues se efectuaron tras las inundaciones y frecuen- mesas para numerosas personas afectas de diferentes padecimientos, pero con
tes destrozos que producían las grandes avenidas de los arroyos junto a los menús comunes "[...] condimentados con arreglo á los más nocivos refinamien-
que están construidos estos establecimientos. tos culinarios de la cocina francesa, á enfermos que sufren diversas afeccio-
Para Carratraca fue diferente, pues la mayor concurrencia al balneario nes".211 En Málaga tan sólo Carratraca ofrecería este lujo culinario en su
suponía una fuente de ingresos muy codiciada, lo que originó una dura lucha Hotel del Balneario. Pero en lo que todos se asemejaban era en la ausencia
entre instituciones públicas y capital privado para conseguir la explotación de de supervisión médica para confeccionar dietas específicas.
las aguas. Ello redundó en ofertas de mayores mejoras por parte de los intere- Además de los edificios destinados a acoger a la clientela y que por lo gene-
sados en la privatización: una subasta en la que se pujó más alto que en las ral disponían de un mínimo de dos plantas, se encontraban las casas construi-
restantes localidades de la provincia. Es así como Carratraca consiguió un edi- das por los veraneantes asiduos y acaudalados, lo cual es notorio en Carratraca
ficio balneario que se contaba entre los mejores del momento, realizado según con las viviendas de los Heredia o de Trinidad Grund (palacete de estilo
el proyecto del arquitecto Cirilo Salinas y que respondía a la estructura inter- morisco), edificaciones de sorprendente esplendor al compararlas con el resto
nacional de la galería de baños: un largo pasillo con los cuartos para baños de la población. Esta arquitectura configuraba una estructura urbana en torno
abiertos a ambos lados y con la fuente del agua mineral en uno de los extremos al balneario, siempre y cuando fuera éste el que había dado origen al pobla-
o en su centro.208 miento: en Fuente de la Piedra, la fuente ocupaba la plaza central de la pobla-
Así pues, los balnearios quedan separados en sus instalaciones terapéuti- ción y en Carratraca, los baños ocupan el punto más elevado, bajo el cual se
cas de las destinadas a la hospedería,209 pero íntimamente relacionados con agrupan las viviendas formando calles.
ellas. Sin embargo, en Baños de Vilo la escasa disponibilidad de terreno y la
presencia del arroyo obligaron a que la barriada se formase excéntricamente
207. En 1853, Pedro María RUBIO, en su Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, al balneario. En Tolox serían otras las causas: el balneario surgió cuando la
Establ. Tip. de D.R.R. de Rivera, 1853, 617-21, consideraba las hospederías de Carratraca como excelentes. población tenía ya muchos siglos de historia, por lo que su incidencia en el
208. Es sumamente interesantes el estudio que sobre las galerías de baños figura en la citada obra de SOLÁ- urbanismo del pueblo fue escasa, si bien promovió mejoras de pavimentación,
MORALES, 132-3. electrificación y telégrafo. Serán aspectos que veremos a continuación, especí-
209. En los citados estudios sobre balnearios vascos y catalanes se puede encontrar también esta división, ficamente para cada lugar.
pero abunda más el complejo balneario-hotelero o el llamado hotel-balneario, como figura también en los planos
que se adjuntan en la obra de Alberto LUIS GÓMEZ (dir.), Aproximación histórica al estudio de los balnearios
montañeses (1826-1936), Santander, Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Cantabria, 1989,
210. Armand WALLON, La vie quotidienne dans les villes d'eaux (1850-1914), París, Hachette, 1981, 148.
Apéndice 10.1.
211. Felipe ISLA, "Impresiones de temporada", El Siglo Médico, 41, 2135:745 (1894).

94
95
4.2.2. Carratraca

Lo que realmente definió la economía de este pueblo, le dio origen y lo


sustentó, fue la hostelería creada como respuesta a la cada vez más acuciante
demanda de los bañistas. Desde un principio las viviendas de los vecinos de
la población fueron insuficientes para albergar a la nutrida concurrencia que
acudía cada temporada, pese a que todos ellos alquilaban sus casas o parte
de las mismas. Esto llevó a que se construyesen más casas y de mayores pro-
porciones. Como relata Henares, médico-director del balneario
[...] los enfermos se alvergaban bajo encinas hasta 1758 en que existían
ya dos casas y algunas chozas. El bien de la humanidad en unos y la codicia
en otros, hizo construir algunas mas talando caducas encinas en el sitio que
es plaza en el dia. [Los vecinos, llegada la temporada de baños] ban a habitar
miserables chozas para poderse arrendar las casas a precios casi increíbles.212

Un poco antes de 1818 se edificó la primera vivienda destinada exclusiva-


mente a acoger bañistas y entre 1830 y 1832 el Teniente General de los Ejérci-
tos Nacionales y Gobernador Político y Militar de Málaga, Carlos Fabre Daunoy
(o Donoy), levantó un gran edificio con objeto de albergar a Fernando VII
en su visita a Carratraca; visita que no llegó a producirse, pues el monarca
murió antes de que se concluyesen las obras, pese a lo cual pasó a conocerse
como la Fonda del Príncipe o del General.2B Recordemos que la actuación de
Donoy como gobernador supuso también la prolongación hasta Carratraca del
camino Málaga-Cortijo del Santicio y la construcción de un gran barracón para
albergar a los pobres de solemnidad.
A mediados del siglo XIX la oferta se había ampliado hasta contar con
dos fondas (la del Príncipe y la de Paz o de Calenco), un parador en la entrada
del camino de Sevilla (de Juan Arcos) y tres posadas.214 Se alquilaban casas,
pisos o habitaciones con derecho a cocina, la mayor parte de las veces sólo
con mesa y silla, aunque en ocasiones los caseros aportaban vajilla, ropas y
peinador. Las casas de pupilos tenían la ventaja de ofrecer cama y comida por
un precio más económico215 y algunas de ellas eran muy populares, como las
de Camila, Pérez o Parra. Lo cierto es que los alquileres no eran baratos y
algunos viajeros así lo cuentan: Desbarrolles refería que los apartamentos se
alquilaban a precio de oro216 y Démidoff añadiría que eran tan caros que en

212. B.F.M.M., Carp. 87-l-A = N.15, n.° 8, "Memoria de oposición, 1826" de Eduardo HENARES, que
se basa en los datos de J. de la MONJA, Análisis de las aguas medicinales de Árdales, Málaga, 1818, menos
en lo referente a los habitantes que abandonan sus casas para alquilarlas.
213. R. P. Campillos, finca n.° 52, inscripción n.° 1, f. 220-220v. e inscripción n.° 2, f. 220v.-221v.;
A.H.P.Ma., Leg. 5460, f. 203-210v.
214. Pascual MADOZ, artículo "Carratraca". Véase también la obra de Richard FORD, A Handbookfor
Travellers in Spain, London, John Murray, 1855 (3. a ed.), I: 288.
215. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA, Árdales, 29-12-1844 y Pedro
María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, Establ. Tip. de D.R.R. de Rivera,
1853.
216. Eugene DESBARROLLES, Deux artistes en Espagne, Paris, Gustave Barba, s. a. [1855], 41.

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cuatro meses amortizaban la construcción de la vivienda.217 En 1879 a la ante-
rior oferta hay que sumar la Gran Fonda, la de La Constancia, la del León
de Oro y entre las casas de pupilos se citan las de Pérez, las Américas y de
Lástrez, aparte de las cuales figuran otras seis posadas o paradores. Pero en
realidad son todos los vecinos los que alquilan sus casas, total o par-
cialmente.218
La alimentación que ofrecían los lugares de hospedaje era variada y abun-
dante, pues los Ayuntamientos tenían especial preocupación en ello debido a
la salud y clase social de los concurrentes a los baños, lo que motivaba que
en el arriendo de los artículos de abasto se contemplase un amplio surtido de
productos de buena calidad; según reza en los informes oficiales.219 La abun-
dancia de la oferta, por la gran asistencia de vendedores, permitía precios bas-
tante módicos: había pan de trigo de primer y segundo cedazo, carnes de
borrego, vaca y ternera, porcino (jamón, tocino y manteca), aves de corral,
caza menor, huevos, leche, pescado, frutas, legumbres, verduras, vinos y lico-
res, e incluso helados y confituras.220 Pero ante las posibilidades de tan pingüe
negocio no faltará la especulación ilícita para la concesión de arriendos de
abastos221 y las consecuencias derivadas del monopolio (pese al acuerdo previo
del precio de venta) de las que se quejaba Tomás Lletget en 1879, aportando
una versión bien diferente, puesto que refiere la existencia únicamente de carne
de oveja o de borrego y de escasa calidad.222 Tampoco faltará el detallista que
cobre sus mercancías a precio de oro, como pudo comprobar Théophile Gau-
tier al adquirir un jamón en una posada de Carratraca. Este episodio quedó
retratado en unas divertidas líneas: Casa de los Heredia
(Carratraca)
Se habla mucho de los salteadores de caminos: no es en el camino donde
está el peligro, sino al borde de él, en la posada; allí os acogotan, os despojan
a mansalva, sin que tengáis el derecho a recurrir a las armas defensivas y pegar
un tiro al camarero que os presenta la cuenta. Compadezco de todo corazón
a los bandidos; los hosteleros no les dejan casi nada, pues les entregan a los del Príncipe (tras exhibir la carta de presentación de Melchor Ordóñez, her-
viajeros como limones exprimidos.223 mano del Alcalde) el banquete fue soberbio y de un lujo comparable, según
el autor, al de Badén y los balnearios más elegantes; aunque añade que es pro-
Las viandas, una vez preparadas, mostrarían gran diferencia según la cate- bable que otros viajeros no encuentren "[...] más que el puchero nacional y
goría del alojamiento. En la recepción que se le dio a Démidoff en la Fonda su metralla de garbanzos a la hora de cenar, o, si llega por la tarde, el fantás-
tico gaspacho [s/c.]".224
217. Anatole de DÉMIDOFF, Étapes maritimes sur les cotes d'Espagne de la Catalogne á l'Andalousie. Hay que hacer constar que Carratraca se constituye en lugar de veraneo
Souvenirs d'un voyage exécuté en 1847, Florence, Imp. de Félix le Monnier, 1858, 64.
de la burguesía malagueña y, como tal, un número muy elevado de sus casas
218. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 2019, n.° 21, "Contestación a la circular de
20-VI-1879". por Tomás LLETGET. Véase también la obra de Richard FORD, A Handbook for Travellers van a pertenecer a comerciantes malagueños y hacendados de la provincia que
in Spain, London, John Murray, 1878 (5. a ed.), 338-9. las ocupan durante la temporada de baños.225 Ya hemos visto el caso de la
219. A. A. Casarab., Actas Capitulares, sesión del 18-IX-1831. El postor de carnes es diferente para Carra- fonda del gobernador Donoy, a la que habría que añadir grandes casas como
traca y Casarabonela, aun en esta época en que sigue perteneciendo al término de la segunda, como testimonia
el remate del abasto a Miguel Castillejo y Josef Escribar en 1806, que resulta ilustrativo de los precios y los
tipos (borrego, cabra y vaca). Este documento se encuentra en el A.H.P.Ma., Leg. 4104, f. 73-73v.
224. Anatole de DÉMIDOFF, op. cit. nota 217, 66.
220. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA, Árdales, 29-12-1844.
221. Un ejemplo de esto aparece en A. A. Casarab., Actas Capitulares, sesión de 15-V-1831 en las que se 225. Según reza en el A. A. Casarab. Actas Capitulares, sesión del 29-X-1831: "[...] se han fabricado hasta
expone que José Cueto consiguió el arriendo sin que saliese a subasta. unas ciento veinte y cinco [casas] y en este numero se incluyen algunas quarenta ó cincuenta regulares y de buena
fabrica que pertenecen a Sres. hacendados forasteros la mayor parte, y las demás que corresponden al vecinda-
222. B.F.M.M., Carp. 2731, n.° 3, "Memoria, 1879", de Tomás LLETGET.
rio solo las avita este o las alquila á la clace pobre de concurrentes".
223. Théophile GAUTIER, Viaje por España, Madrid, Calpe, 1920 (2 vols.), II: 161-4.
99
98
prosperidad económica de la localidad balnearia y su adaptación a la demanda
de alojamiento por parte de los bañistas.

4.2.3. Baños de Vilo

Pero si, como ya expusimos, en Vilo los caminos y transportes son tan
incómodos que "[...] el que una vez los recorre, necesita para atravesarlos nue-
vamente, ó carecer en absoluto de medios para dirigirse á otros baños, ó tener
una fé ciega en la eficacia de este manantial",m no serán las condiciones de
hospedaje las que reconforten al viajero de su decisión, pues estas son bas-
tante pobres, y, a decir de algunos médicos-directores, pocas, malas y caras.229
Sin embargo, junto a la hospedería mayor (que era propiedad habitualmente
de la persona que se atribuía la posesión de los baños) se desarrolla una típica
industria hostelera, aunque de mínima categoría: los vecinos de la población
construyen pequeñas viviendas con la única finalidad de alquilarlas durante
la temporada de baños y obtener así unos ingresos suplementarios; y, al igual
que en otras localidades balnearias, llegan a abandonar sus hogares para vivir
en tiendas o al aire libre, con tal de poder aprovechar la vivienda para alquiler.
Llegan así a existir unas 60 casas, capaces de albergar a 300 personas, número
que parece excesivo cuando, en toda la temporada balnearia, difícilmente acu-
dían 400 agüistas.230 Los individuos acaudalados conseguían beneficiarse más
al poder permitirse la construcción de viviendas para alquiler, como es el caso
del conde de Catres con doce casas, conocidas como las del Apostolado, a las
I Casa de Trinidad Grund, que se añadirían otras hasta el número de treinta.231
actual Ayuntamiento (Carratraca)
La adquisición de la fonda de Martos por Modesto González y Gosálvez,
introdujo una serie de importantes mejoras, que serían continuadas por el
las de los Heredia, la de Trinidad Grund o las de los hermanos Menjoulet y siguiente propietario, Emilio de San Martín y Villa. El nuevo edificio era
De la Fuente, primeros propietarios de los baños.226
[...] una hermosa casa emplazada a unos seis metros del Balneario, rodeada
Las viviendas aumentan proporcionalmente al incremento de población, de arboles, provista de habitaciones espaciosas dotadas estas de buenas camas,
pero serán mayores que en los pueblos circunvecinos, con mayor número de de acero unas, de madera otras y de forma moderna y / elegante, mesa de
plantas y mejores materiales y ornato, como aún puede apreciarse. En 1873 noche, velador, butacas, lavabo, espejo, en una palabra; de todos los utensi-
Carratraca contaba con un edificio de más de tres plantas (la Fonda del Prín- lios necesarios para hacer mas cómoda y agradable la estancia a los enfermos:
cipe), siendo la única localidad entre las limítrofes que lo tenía. Sirve como Además, servicio de mesa inmejorable y comida abundante compuesta esen-
contraste saber que en todo el partido judicial de Campillos (compuesto por cialmente de carnes siendo el precio del hospedaje sumamente módico.232
nueve Ayuntamientos) sólo existía una edificación que superase esta altura.
Además, en Carratraca las viviendas de tres plantas eran tantas como en Arda- 228. B.F.M.M., Carp. 2836, n.° 17, "Baños de Vilo o Rozas [1896]" de Francisco MOYA.

Íes, pese a que esta última triplicaba la población.227 Estos datos subrayan la 229. En esto coinciden Agustín BALLESTEROS, "Comunicación al Excmo. Sr. Director General de Bene-
ficencia [sobre los baños de Vilo 23-12-1872]", B.F.M.M., Carp. 2775, n.° 26 y la "Memoria de los Baños minero
medicinales de Vilo o Rozas [1875]" de Antonio ÁLVAREZ SÁNCHEZ, B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7.
226. Véase a este respecto la obra impresa de José SALGADO, Monografía de las aguas sulfo, selénicohí- 230. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14, M. MARÍN DE YÉBENES, "Memoria de hidrología médica con apli-
dricas, arseniadas, bicarbonatadas, alcalino-térreao metálicas de Carratraca, Madrid, 1860 y la "Memoria, 1879" cación especial a los baños minerales de Vilo o Rosas [1860]"; Carp. 2807. n.° 3, "Memoria de hidrología médica
de Tomás LLETGET, B.F.M.M., Carp. 2731, n.° 3. con aplicación especial a los baños minerales de Vilo o Rosas [1861]".
227. Instituto Nacional de Estadística, Nomenclátor de 1873. En la tesis doctoral, de la que procede esta 231. B.F.M.M., Carp. 2794, n.° 16 y 17, "Memoria descriptiva de los baños de Vilo y Rosas, sitos en ter-
monografía, se exponen una tabla y un gráfico elaborados a partir de diversas fuentes (memorias, diccionarios mino de Periana, partido judicial del Colmenar, provincia de Málaga, propios del Excmo. Sr. D. Manuel Cabeza
geográficos y nomenclátores, fundamentalmente). En ellos consta la relación entre vecinos, habitantes y vivien-
de Baca y Morales, Conde de Catres, y Visconde de Valverde, [8 de mayo de 1868]" de Manuel DE LA CALLE
das entre 1725 y 1871. Comentarios al respecto pueden encontrarse también en Juan Antonio RODRÍGUEZ-
SÁNCHEZ, "Núcleos urbanos en torno al agua: los balnearios de la provincia de Málaga", Actas delXXXIII y A.A.P., Actas Capitulares, 9-III-1884.
Congreso Internacional de Historia de la Medicina (Granada, 1-6-IX-1992), Granada-Sevilla, en prensa. 232. B.F.M.M., Carp. 2836, n.° 17, "Baños de Vilo o Rozas [1896]" de Francisco MOYA.

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4.2.4. Tolox

Fuente Amargosa de Tolox siguió una evolución contraria a la de Vilo,


pues desarrolló lentamente una pequeña industria hostelera que aún hoy sub-
siste. Junto al balneario se abrió la Fonda de los Baños, a 400 metros del pri-
mero, propiedad de José García Rey (el descubridor de las aguas y fundador
de aquél), que constaba de dos pisos, en cuya planta baja se instalaron salón,
café, comedor, cocina y administración. El aumento de concurrencia motivó
que se abriesen también en la población fondas y casas de huéspedes, que ofre-
cían a los agüistas alojamientos cómodos y precios más económicos que los
de la Fonda de los Baños.

Cuando Manuel del Río pasa a ser propietario del balneario, adquiere tam-
bién la hostería a la que dio el nombre de Fonda del Campo. En las descripcio-
nes de la misma encontramos que la consulta del médico-director se había
trasladado a su planta baja pues, presumiblemente, tras la inundación que asoló
el balneario en 1906 y su reconstrucción como edificio de una sola planta, no
debió quedar espacio suficiente. Desde entonces los enfermos fueron atendi-
dos fuera del balneario.
Para esta misma época los folletos publicitarios citan tan sólo tres hospe-
derías en el pueblo (el Hotel Tolox y la Fonda de San Roque, ambas en la plaza
Hospedería de los Baños de Vilo
Mocabel, y la Fonda de Millán en la plaza de la Constitución), aunque se
informa de la existencia de casas de huéspedes y casas amuebladas para alquiler.

Un año después, 1897, el precio era de cuatro pesetas incluyendo dos comi- En 1944 la Fonda del Campo pasa a denominarse Hotel del Balneario,
y en 1950 precisa ampliarse mediante un edificio anexo, clasificándose como
das en mesa redonda, cama, luz y servicio.233
hotel de tercera categoría con 52 habitaciones y 94 plazas. Las modificaciones
A los enfermos pobres estas mejoras del hospedaje les fueron ajenas, realizadas en 1961 disminuyeron el número de plazas disponibles (91), si bien
máxime cuando para ellos no quedaba otra solución que albergarse bajo los aumentaron el de habitaciones (65) por lo que pasó a considerarse hotel de
olivos, como refería el médico-director Antonio Álvarez Sánchez.234 El Ayun- segunda. Finalmente, según Orden del 19 de julio de 1968, entró a formar parte
tamiento de Periana no era totalmente indiferente al problema, como se refleja del grupo primero, modalidad hotel balneario de temporada, con categoría de
en su sesión de 20 de junio de 1881, en la que se solicitan fondos a la Diputa- una estrella, que es la que actualmente ostenta.236
ción de Málaga "[...] para el socorro de pobres enfermos que vienen á buscar
El balneario promovió también otra serie de mejoras en la infraestructura
su salud en los Baños y una cantidad para el pago de una casa donde puedan
de la población. Así sucedió con la instalación del telégrafo, como se desprende
guareserse; [...]".235 De la solución a tal problema no nos queda constancia, del siguiente Consejo del Ayuntamiento:
aunque la disminución constante de agüistas lo minimizaría cada vez más.
Siendo innumerables las reclamaciones que los Sres. Agüistas de este Bal-
neario venían formulándole [al Alcalde] en relación con las malas comunica-
ciones que desde esta población a la Capital existen, siendo ello causa de
gravísimos perjuicios para los intereses de cuantos se ven precisados a frecuentar
el Establecimiento [, procede instalar una estación telegráfica, pues] no repre-
sentarían para el Tesoro público un gravamen sino antes bien un beneficio
porque el crecido número de agüistas acomodados que por aquí discurren
233. Establecimiento balneario de Vilo. Provincia de Málaga, Málaga, La Española, 1897, 11.
234. B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7, "Memoria de los Baños minero medicinales de Vilo o Rozas [1875]"
de Antonio ÁLVAREZ SÁNCHEZ. 236. Archivo de la Delegación Provincial de Málaga de la Consejería de Economía y Fomento de la Junta
235. A.A.P., Actas Capitulares, 20-VI-1881. de Andalucía, Expediente 64, "Hotel del Balneario, Tolox".

102 103
4.3. OCIO Y VIDA COTIDIANA

4.3.1. En los albores del turismo

El término "turista" se acuña en el siglo XIX como respuesta a un nuevo


concepto de la época para el que ya no es adecuada la palabra viajero. Puesto
de moda por Stendhal en sus Mémoires d'un touriste, el turismo y las vacacio-
nes son la forma de ocio impuesta por la burguesía de la sociedad indus-
trial.240 Adscrito a esta corriente surge el turismo balneario, el veraneo termal
que, como lúcidamente exponía Sigerist, no se debía tan sólo a un deseo de
aprovechar las fuerzas curativas naturales y a la mejora del sistema vial, sino
también al desarrollo de la ciudad y la necesidad de sus habitantes de disfrutar
de un ambiente distinto durante unas semanas al año.241
En España el fenómeno, ya iniciado en las postrimerías de la Ilustración,
se vio catalizado por las costumbres de la monarquía, seguidas por la aristo-
cracia e imitadas por la burguesía. Claro está que, si bien Fernando VII puso
de moda las curas con aguas mineromedicinales, Isabel II popularizaría la costa
del norte de España y promovería con ello una dura competencia para los bal-
nearios del interior. Porque no existe balneario que se precie que no haga constar
en su historial una larga lista de nobles, políticos y famosos que lo visitaron.
En la provincia de Málaga, Carratraca será el único que pueda atribuirse visi-
tas de la aristocracia, pero sin llegar a las categorías que atribuyen los infor-
madores locales del presente siglo, ansiosos de resucitar un pasado glorioso
con invocaciones legendarias: ni Fernando VII estuvo allí (aunque expresase
Hotel del Balneario (Tolox) su deseo de asistir), ni es demostrable que lo hiciese la emperatriz Eugenia de
Montijo (aunque parte de las instalaciones balnearias se construyesen en terre-
nos de su propiedad y se le reservase un cuarto con bañera de mármol por si
acaso algún día prefiriese el pueblecito malagueño a Vichy). Y aunque la prensa
son mas que suficientes para esperar de ellos que aprovecharan el referido medio
de comunicación muy a diario, traduciéndose esto en seguro rendimiento para nacional, haciéndose eco de ciertos comentarios del corresponsal de un perió-
el Estado.[...] La mayoría de la Corporación la consideró ventajosa á los inte- dico de la provincia, informase en 1983 de la visita al balneario de la entonces
reses del Municipio, puesto que los Agüistas vienen a traer dineros que una princesa Sonia de Noruega en busca de la fertilidad, la duda al respecto parece
gran parte de el se queda aquí y circula, ayudando al fácil pago de las cargas ser la actitud más procedente.242 La campaña publicitaria emprendida en las
municipales y al mejoramiento del Estado particular de los vecinos.237 últimas décadas para recuperar una industria casi desaparecida ha llevado al
No obstante, el telégrafo inició su funcionamiento en 1914, diez años des- trueque de personajes importantes por otros más famosos aunque la estancia
pués de esta primera propuesta. En 1936 sucede lo mismo con el teléfono inte- de éstos fuese improbable: se omite a Gautier para nombrar a Byron, y a Des-
rurbano, pues se solicita alegando la necesidad que tienen de él los agüistas barrolles por Dumas.
(una población de tres mil habitantes y mil agüistas);238 aunque su instalación De todas formas, el conjunto de los balnearios malagueños tan sólo podía
no se produjo hasta principios de la década de los sesenta.239 ofrecer al bañista como diversiones los paseos, las excursiones, los bailes y

240. Anne MARTIN-FUGIER, "Lesritesde la vie privée bourgeoise", en: Philippe ARIES y Georges DUBY
237. A.A.T., Actas Capitulares, sesión de 24-X-1904, f. 3v-4v. (dirs.), Histoire de la vie privée, Paris, Seuil, 1987, IV: 228-235.
238. A.A.T., Actas Capitulares, sesión de 13-IV-1936, f. 46. 241. Henry E. SIGERIST, "American Spas in Historical Perspective", en Félix MARTÍ-IBÁÑEZ, Henry
239. En el folleto Más cerca, Málaga, Publicaciones de la Jefatura Provincial del Movimiento, 1959, 12 E. Sigerist on the History of Medicine, New York, MD Publications, 1960, 67.
pp., no aparece reseñada la instalación telefónica en Tolox; sin embargo, en el folleto conmemorativo del cente- 242. Las noticias aparecieron en los números del 9-VIII-1983 y 25-X-1983 del Iberian Daily Sun y en el de
nario, Balneario de Tolox, Málaga, 1967, figuran los números del Hotel Balneario. 17-IX-1983 de ABC.

104 105
sus pasados deslices y ellas á buscar confortativo á sus parasismos y debilida-
el juego. Los dos primeros entroncaban con la naturaleza misma de la cura des en los nervios, que á hacer gala de riqueza todos, en busca de placer
hidrológica en su concepto más amplio de climatoterapia, que propugnaba el y recreación muchos, y no pocas á feriar su hermosura, juventud y genti-
contacto con la naturaleza y el aire saludable. Sin embargo, para las restantes leza [...p 7
formas de ocio, hemos de marcar una vez más la diferencia de categorías: sólo
Carratraca tuvo casino, plaza de toros y una alameda. Así pues, ante la ausen- Y, aunque resulte una información muy selectiva por citar tan sólo a las
cia de instalaciones deportivas y teatros como en otros lugares,243 es lógico personas de relieve, podemos recurrir al folleto de José Carlos Bruna titulado
pensar que la mayor diversión la constituyese el trato con los demás agüistas Tres días en Carratraca.Ui En esos días, durante los festejos de la población
y el irrefrenable juego, tan condenado aquí como en el resto de Europa.244 en el año 1864, encontramos a los Heredia, Grund, Huelin, Scholtz, Pikman
y títulos nobiliarios como los de Marqueses de Casa Loring, de Peñaflorida,
Son usos y costumbres propios de la sociedad balnearia, de carácter más de la Paniega, Duquesa de Medina de las Torres, Condesa de Nava del Tajo,
festivo que terapéutico, más proclive a la moda que a la efectividad del trata- Barón de San Calisto y varios más, la mayor parte de ellos con casa en la pobla-
miento, pues como escribía Rodríguez Pinilla ción. Vemos así compartiendo el ocio a los poderosos industriales de la side-
Hoy estamos próximos á caer en un peligro algo pagano también, y es rurgia y la textil algodonera junto a los más activos comerciantes, en un retrato
bueno evitarlo. Hoy damos mucha importancia en los balnearios al confort, especialmente significativo: un canto de cisne de la próspera Málaga decimo-
á la buena mesa, á las cómodas y fáciles vías de comunicación, al lujo, en nónica, para quien la crisis es inminente.
una palabra, al accidente, y no á lo transcendente. Y lo sustancial, que es el
agua mineral, el remedio, los procedimientos y condiciones de su empleo, no A los propietarios, a los ricos hacendados, hemos de suponerlos como la
suelen importar tanto.245 clase mayoritaria que completaría ese grupo de bañistas acomodados. La base
económica agrícola de la Málaga del XVIII y XIX, nos permite pensar que
gran parte de ellos se dedicarían al cultivo de la vid y de los cítricos, pero fun-
damentalmente de la primera. Uvas, pasas y vino fueron los principales pro-
4.3.2. Carratraca: las horas y los días ductos de la exportación malagueña, en torno a la cual floreció el comercio.
Y es preciso tener en cuenta a estos hacendados para comprender la ascensión
Efectivamente, Carratraca constituyó muy pronto el lugar de veraneo de y declive del balneario.
la clase acomodada malagueña y de gran parte de Andalucía, especialmente Pero mientras duraron las diversiones, mientras hubo dinero, Carratraca
de Sevilla y Córdoba. Son muchas las referencias a una concurrencia "selecta", se convertía cada verano en la localidad turística por excelencia del sur de
pero sólo tendremos datos concretos de la extracción social de estos asistentes España. Si el viajero superaba todos los avatares del camino, le esperaba la
al balneario en la memoria de 1879, elaborada por Tomás Lletget: "Apenas primera fuerte impresión al llegar al pueblo, pues
hay una clase en la sociedad que no tenga su representante entre los concu-
rrentes á los baños de Carratraca, pero las de propietarios, comerciantes y labra- Desde el amanecer tienen puestas bigias en las abenidas de los caminos
dores son, sin disputa, las que proporcionan mayor contingente".™ Algún para avisar la inmediación de las personas que bienen a baños, en cuyo caso
todos los concurrentes salen en carabana a recibirles y acompañarles hasta su
dato más podemos extraer del relato de Estébanez Calderón, "El Solitario", hospedaje, entonando himnos de alegría por el arribo de los nuevos conso-
titulado "El Roque y el bronquis", pese a que debamos considerar esta des- cios; y como esto sucede á todas horas el movimiento y griterías se hacen
cripción con la lógica prevención hacia una estampa costumbrista: continuos.249
Allí los serranos y róndenos, los mayorazgos y el señorío de los pueblos No es pues de extrañar que para Anatole de Démidoff, que llegó a la pobla-
de la campiña; allí de Sevilla, de su tierra baja, de Cádiz, de Tarifa, y los Puer- ción durante las fiestas de la patrona, esta acogida fuese como un "triunfo
tos, de Málaga, Granada, Córdoba y demás partes de Andalucía alta, vienen
en certamen de boato y obstentación, menos á tomar ellos remedio para
termal".250 Y para Giraud y Desbarrolles supuso participar, apenas descabal-
garon, en un improvisado baile. En su relato se aprecian las características
243. Véase la clasificación de las mismas para los balnearios de Cantabria que aparece en la obra de Alberto
LUIS GÓMEZ (dir.), Aproximación histórica ai estudio de los balnearios montañeses (1826-1936), Santander,
247. Serafín ESTÉBANEZ CALDERÓN, "El Roque y el bronquis", en Escenas Andaluzas, Madrid, Ed.
Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Cantabria, 1989, 104-7.
Ibero-Americana, s.f., 111-31.
244. Armand WALLON, La vie quotidienne dans les villes d'eaux (1850-1914), París, Hachette, 1981, 199-201,
248. José Carlos BRUNA, Tres días en Carratraca, Málaga, Imp. del Avisador Malagueño, 1864, 10-15.
refiere la preocupación que suponía para los médicos la desmedida afición al juego por parte de sus pacientes.
249. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA, Árdales, 29-12-1844.
245. Hipólito RODRÍGUEZ PINILLA, "Costumbres balnearias. Bosquejo para un estudio médico-social",
El Siglo Médico, 43, 2197: 72 (1896). 250. Anatole de DÉMIDOFF, Étapes maritimes sur les cotes d'Espagne de la Catalogne a l'Andalousie.
Souvenirs d'un voyage exécuté en 1847, Florence, Imp. de Félix le Monnier, 1858, 63-64.
246. B.F.M.M., Carp. 2731, n.° 3, "Memoria, 1879" de Tomás LLETGET.
107
106
que popularizaron a los balnearios y, en particular, al que aquí nos ocupa: socie- de los bañistas como el anterior. En cuanto a los bailes, éstos se realizaban
dad distinguida, lugar de placer, diversión continua y romance.251 Sobre este en los patios entoldados de las fondas del Príncipe y de Calenco.254 Los músi-
último punto gira el cuento de Valera "El doble sacrificio", narrando gracio- cos contratados por la Junta de Festejos, alguna compañía de teatro o de baile,
samente las peripecias de una pareja de jóvenes enamorados que se conocie- juegos de equitación y saltimbanquis completaban las ofertas de entreteni-
ron en el balneario de Carratraca.252 Es frecuente en la literatura, desde la miento. Y si el turista estaba dispuesto a realizar alguna excursión, la ascen-
romántica a la realista, el amor de balneario (amor de verano, al fin y al cabo); sión al Caparaín y la visita a la Cueva de la Calinoria o de Doña Trinidad (con
propiciado por la libertad que concede a esposas e hijas la excusa de ir a tomar hermosas formaciones de estalactitas y estalagmitas e interesantes pinturas),
los baños y la relajación de la rígida moral de invierno, favorecida por una le proporcionaban un buen día.
localidad destinada al recreo, como apunta también "El Solitario". Pero fue el juego la atracción más distintiva de Carratraca, y Théophile
Durante el día, entre llegada y llegada de nuevos visitantes, los enfermos Gautier, a su paso por la población, hizo de ello una descripción caricaturesca
acudían a tomar sus baños, para lo cual formaban pequeños grupos afines en e inolvidable: "Allíse juega a todo trapo, y, aun cuando era muy temprano,
clase o temperamento. Al mediodía, tras el almuerzo, gozaban de diversiones las cartas y las onzas de oro andaban de mano en mano. Era algo horrible ver
programadas de las que se encargaba todos los veranos una Junta de Festejos aquellos enfermos, de fisonomías terrosas y verdes, más feas aún por la rapa-
que se formaba entre los bañistas y que cobraba una especie de impuesto a cidad, alargando con lentitud sus dedos convulsos para apoderarse de su
todos los hombres que acudían a Carratraca, dinero con que mantenía a cuatro presa".255 Incluso sin conocer Carratraca, hasta Málaga le llegan a Adolfo de
o cinco músicos la temporada completa. Lo más típico, y durante bastante Foresta (el único viajero italiano que habla de aquélla) las noticias de que en
tiempo con carácter diario, eran las novilladas que se efectuaban en las calles la localidad balnearia se practicaban ciertos juegos prohibidos.256 Esto suce-
y plazas del pueblo, afición que condujo a la construcción de una plaza de toros día pese a la lucha que había mantenido el médico-director José Salgado por
inaugurada el 25 de julio de 1878, dos años después que la "Malagueta" de evitarlo. Según él mismo cuenta, en un principio existía el juego de banca; pero,
la ciudad de Málaga. aunque lo explotaban jugadores profesionales, no utilizaban "malas artes".
Sus reclamaciones llevaron a que un gobernador prohibiese el juego, pero éste
Al caer la tarde, continuó de forma clandestina. El cese de aquel gobernador llevó a una mayor
permisividad que desembocó en la construcción de un casino. El facultativo
[...] la reunión es más escogida en el paseo llamado de la glorieta que se
halla en sitio llano y elevado y finaliza en un mirador que domina muchos
les acusó de tramposos, de que tan sólo ganaban los tahúres que estaban de
viñedos y emparrados. Llegados allí en grupos ambos secsos y preparados los acuerdo con el propietario. El paternalismo de Salgado no tuvo éxito y el casino
músicos se recrean con una o dos horas de baile del cual salen aplazados para mantuvo sus puertas abiertas, ofreciendo una tentación más a los turistas
la tertulia en donde en buena sociedad ecsistan su imaginación con charadas termales.257
y logogrifos, hacen juegos de prendas y bailan hasta la media noche. Poco
tiempo después empiezan las serenatas en obsequio de sus predilectas de modo Salgado justificaba todas sus posturas intolerantes en nombre de la cien-
que apenas deja descanso á muchos que sin embargo de ello esperan impa- cia, de la medicina y del bien de los enfermos, por lo que también intentó impo-
cientes las noches de Miércoles y Domingo en que celebran bailes generales
ner su sentido de la diversión a los bañistas y a esas dos terceras partes restantes
y algunos ambigus en una de las fondas. Otros que se hallan fuera de esta
esfera ocupan el tiempo en visitas, juegos de villar, tresillo etc.; sin contar algu- de veraneantes que no padecían enfermedad alguna, no asistían a los baños
nos que a puerta cerrada para sustraerse de los vigilantes comprometen la suerte y sólo buscaban diversión, pero diferente a la propugnada por el médico. Claro
de sus familias en juegos no permitidos.253 está que para éste la diversión venía asociada a determinada clase social258 y
en ocasiones parecía confundir sus deseos con la realidad: describe una socie-
Ese paseo de la Glorieta, al que se refería en primer lugar el médico-director dad en la que todo es elegancia, delicadeza, trato amable, cultura, modestia,
Juan de la Monja, se prolongó en 1871 hasta alcanzar medio kilómetro y el
lugar de baile se trasladó a una explanada ante una casa de las inmediaciones,
254. B.F.M.M., Carp. 2773, n.° 22, "Memoria, 1871" de José SALGADO.
donde se ofrecía agua y azucarillos. En la parte baja del pueblo se construyó 255. Théophile GAUTIER, Viaje por España, Madrid, Calpe, 1920 (2 vols.), II: 161-4.
otro paseo arbolado, la Alameda, aunque no gozó de tanta asiduidad por parte 256. Adolfo de FORESTA, La Spagna —da Irun a Malaga—, Bologna, Nicola Zanichelli, 1879, 458.
257. B.F.M.M., Carp. 2791, n.° 25, "Memoria, 1866", de José SALGADO. La biografía de este médico-
director puede consultarse en Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, "José Salgado y Guillermo (1811-1890)
251. Eugene DESBARROLLES, Deux artistes en Espagne, Paris, Gustave Barba, s. a. [1855], 42. Véase y la madurez de la Hidrología Médica española", Medicina e Historia (Tercera época), 49 (1993).
también, a este respecto, Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, "Turismo balneario: viajeros y escritores 258. Las diferencias de consideración de este facultativo según la clase social pueden quedar de manifiesto
en Carratraca, Málaga (siglos XVIII y XIX)", Actas del IX Congreso Nacional de Historia de la Medicina, con este ejemplo extraído de su "Memoria, 1873" (B.F.M.M., Carp. 2778, n.° 17), en la que al referirse al falle-
Zaragoza, Universidad de Zaragoza-Ayuntamiento de Zaragoza, 1991, IV: 1473-1484. cimiento de un enfermo leproso pobre de solemnidad, dedica a la historia clínica pocas líneas y dice "[...] un
252. Juan VALERA, "El doble sacrificio", en Obras completas, Madrid, Imp. Alemana, 1908, XV: 23-24. infeliz cuyo estado repugnante y lamentable hacían casi preferible la muerte [...]". Sin embargo, al consignar
el óbito de la Marquesa de Villamagna por una diabetes muy avanzada, dedicará varias páginas al hecho, consi-
253. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA, Árdales, 29-12-1844. derando que fue una muerte "[...] tristísima por las circunstancias distinguidas de la Señora en quien recayó".

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recato... sin tumultos, ni bullicio, ni fiestas espontáneas, ni novilladas... En una tercera parte de los enfermos son pobres y Salgado se siente responsable
definitiva, veintiún años de divergencia entre los intereses de una mayoría y de haber ocasionado un mal tan grave por intentar ayudarlos.263
los de un médico-director.
Desde 1 de julio de 1876 el hospital de Carratraca pasó a depender de la
Diputación Provincial, como "hijuela" del Hospital Provincial de Málaga, por
lo que su administración quedó confiada a un delegado de la Diputación. No
4.3.3. La humanidad doliente obstante, la Junta de Festejos continuó con su doble labor de recaudar fondos
para diversión y caridad.264
El establecimiento de Carratraca era uno de los balnearios españoles que
presentaba mayor proporción de agüistas pobres. Diversos elementos influían Los enfermos pobres tenían gratuidad en el viaje presentando una pape-
en esto, como vamos a ver. leta de acreditación de ello expedida por el Ayuntamiento al que perteneciesen
y que los conductores debían presentar ante las autoridades de la población
Tras múltiples reclamaciones para que los pobres tuviesen un sitio donde de destino. En los contratos que hacía la Diputación para el servicio de baga-
guarecerse cuando acudían a tomar los baños, encontramos por fin, en 1826, jes se encontraban cláusulas especiales que recogían cómo debía ser el trans-
la existencia de un gran barracón sin camas destinado a tal fin donde también porte de los pobres al balneario de Carratraca. Sirva como ejemplo la condición
se les repartía alimento. El dinero se obtenía a través de una postulación diaria vigésimo novena del contrato de Juan Sirvent para el trienio 1875-8 en que se
realizada por dos personas de clase acomodada que estuviesen en el balnea- establece para ello un período entre julio y septiembre y se limita el número
rio.259 Muchos bañistas se unían a la Junta de Beneficencia Municipal para de viajeros diarios a veinte pobres de Málaga y todos los procedentes de los
cuidar de esa alimentación diaria y conseguirles bagaje para regresar. Esta situa- pueblos de la provincia. Su traslado se realizaría en ferrocarril de tercera clase
ción se producía aún en 1831, poco antes de la independencia de la población, hasta Pizarra y de allí al balneario en coches con un mínimo de comodidad
pues los pobres "[...] se acó jen en un miserable cotarro, desmueblado y des- para los enfermos, que no debían exceder de diez por vehículo. Si las condicio-
provisto de todo socorro mas que el del simple cubierto y sin Camas; cuyo Edi- nes del trayecto no lo permitían, se utilizarían caballerías acomodadas al estado
ficio se costeo asi como sus reparos por medio de limosnas".2™ de dichos enfermos.265
A partir de 1858, y a instancias de José Salgado, la Junta Provincial de Por lo que respecta a la alimentación, se garantizaban dos comidas dia-
Beneficencia se hace cargo del socorro de los pobres que acuden al balneario, rias. La Junta Municipal de Beneficencia de Carratraca les proporcionaba dia-
si bien la Junta de Festejos que se forma cada temporada en la población sigue riamente la ración de pan y un cocido de arroz, garbanzos, tocino y carne;266
auxiliando a aquellos mediante la promoción de los donativos voluntarios, que cuando este servicio pasó a la Junta Provincial de Beneficencia, era el dele-
alcanzan a cubrir una tercera parte de lo invertido.261 Aun así resulta muy gado de la misma quien entregaba el día antes al contratista las papeletas con
caro mantener a tantos individuos como llegan, por lo que Salgado sugiere que el número total de pobres a los que debía suministrar el alimento, teniendo
cada pueblo abone los gastos de los pobres que envía. que llevar todas el visto bueno del médico-director. La primera comida era a
las nueve de la mañana, condimentada con aceite, y la de la tarde era a las
La Junta Provincial de Beneficencia delegaba a un empleado para llevar
cuatro, sustituyéndose el aceite por tocino; ambas con menestras. Se contem-
el control en el asilo, lo que interpretó Salgado como una usurpación de sus
plaban las necesidades de los enfermos y por ello existían raciones ordinarias
atribuciones de director y le llevó a entablar una nueva lucha en la que intentó
y otras de puchero y dieta animal, siendo las comidas susceptibles de cambiar
demostrar los turbios manejos que existían alrededor de la alimentación de los
su horario según prescripción facultativa. Junto al alimento se suministraban,
pobres: no sólo se contabilizaban más raciones de las que se repartían, sino
para alumbrarse, tres onzas de aceite por cada treinta enfermos.267
que además la comida era de peor calidad que otros años pese a ser el presu-
puesto mucho mayor.262 Salgado consiguió su propósito y en 1866 el Hospi- En cuanto a la asistencia médica, todos los pobres de solemnidad tenían
tal estuvo a cargo de dos hermanas de San Vicente de Paúl (que eran las que gratuidad en la misma, pero en unas horas de consulta determinadas y de menor
lo habían atendido desde su creación) y la Beneficencia adelantaba lo necesa- duración que la de los bañistas acomodados: Salgado les concedía en conjunto
rio, pero con cargo a los pueblos de procedencia de los enfermos. Aun así, una hora y Quesada dos, lo que manifiesta una antigua relación entre la clase
social del paciente y la celeridad diagnóstica y terapéutica.
259. Sebastián de MIÑANO, Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal, Madrid, Imp. de
Pierart-Peralta, 1826, 11:401 (artículo "Carratraca"). 263. B.F.M.M., Carp. 2791, n.° 25, "Memoria, 1866", de José SALGADO.
260. A.A.Casarab., Actas Capitulares, sesión de 29-X-1831. 264. B.F.M.M., Carp. 2731, n.° 3, "Memoria, 1879", de Tomás LLETGET.
261. José SALGADO, Monografía de las aguas sulfo, selénicohídricas, arseniadas, bicarbonatadas, alcalino- 265. A.H.P.Ma., Leg. 5352, f. 2376v-2377v.
térreo metálicas de Carratraca, Madrid, 1860, 58-9. 266. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA, Árdales, 29-12-1844.
262. B.F.M.M., Carp. 2789, n.° 31, "Memoria de las aguas de Carratraca, 1865" de José SALGADO. 267. A.H.P.Ma., Leg. 5348, f. 1864-9.

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4.3.4. La discreción de la modestia: Baños de Vilo de 1861, los terremotos de 1884-1885 y el brote de cólera de este último año,
como ya veremos al tratar de las estadísticas de concurrencia.
Baños de Vilo era un balneario con una concurrencia menos selecta que Fuera de estos especiales eventos los enfermos que acudían a Baños de
Carratraca. A este respecto tienen interés las reflexiones con las que Antonio Vilo realizaban una vida similar a la de cualquier balneario de la época, con
Álvarez Sánchez intenta explicar la situación en la temporada de 1875: la modestia, claro está, que el lugar imponía. La plácida rutina consistía en
levantarse al amanecer y dirigirse al manantial, donde se bebían de un trago
Es de notar el escesibo numero de Pobres comparado con el exiguo de (para no notar olor ni sabor) entre cinco y seis onzas de agua, que, como ya
los acomodados, lo cual reconoce por causa barias circunstancias. Primera
señalamos, podían mezclarse con leche o infusiones en caso de que resultasen
las malas condiciones del Establecimiento y lo pésimo del hospedage, que hace
que no pueda concurrir ninguna persona que busque mediana comodidad.
demasiado repulsivas para el enfermo. En espera del siguiente vaso se reali-
Segundo el abuso injustificado de los Alcaldes en dar cartas ó espedientes de zaba un ejercicio leve, consistente habitualmente en un paseo. El desayuno se
pobreza a quien no lo es. Y por ultimo el abuso inbeterado de los vecinos de tomaba unas dos horas después de beber el agua y, el más clásico, consistía
este termino en considerarse pobres para el pago, lo cual unido a las preten- en un chocolate.
siones de los demás Pueblos que contribulleron á su ultimo reestablecimiento,
son origen de las luchas que incesantemente se biene sosteniendo en este Esta-
Si al enfermo se le prescribían baños, la mejor hora para los mismos era
blecimiento.268 por la mañana temprano en ayunas. En el baño caliente se aumentaba la tem-
peratura progresivamente y solía durar unos 15 o 20 minutos. Si eran fríos dura-
Sin embargo, en 1896, Francisco Moya consideraba que la única causa ban tan sólo cinco o diez minutos. Se aconsejaba beber el agua mineral durante
del problema era la falta de vías de comunicación, que llevaba a que los bañis- el baño y meterse en cama al salir de él.
tas acomodados buscasen otros establecimientos.269 Las teorías del primero Menos placentera resultaba la indumentaria aconsejada, pues se aconse-
parecen confirmarse, pues a partir del inicio de las mejoras en las instalaciones jaba ir bien abrigado y no utilizar prendas de verano, para facilitar así la trans-
(llevadas a cabo por Modesto González y Gosálvez en 1892) el porcentaje de piración.
bañistas de clase acomodada va a aumentar mucho, superando bastante la media
nacional, mientras que el de pobres disminuye de forma significativa. Esto, Las diversiones consistían en los paseos y las prolongadas tertulias, que
solían estar amenizadas por cantos y bailes; y en la fonda existía piano para
claro está, dentro de una disminución generalizada e intensa de la concurrencia.
el deleite (o el tedio) de los más exquisitos.
La explicación a este hecho nos define el carácter de Baños de Vilo: su Aunque la ermita erigida en 1828, bajo la advocación de San Fernando
clase acomodada era en realidad una clase media-baja, pues las estadísticas Rey, tuvo un funcionamiento sumamente irregular (reconstruyéndose cada tem-
consideraban acomodado a todo aquel enfermo que abonase por su papeleta porada para quedar en ruinas al poco tiempo), los servicios religiosos no solían
de baños. Así pues, el aumento proporcional de individuos de esta clase que faltar pues era habitual que entre los bañistas se encontrara algún sacerdote
se produce en las postrimerías de la pasada centuria no es significativo cualita- dispuesto a celebrar la misa.271
tivamente. La estancia en el balneario solía ser breve, imponiéndose la mayor parte
Las temporadas de baños se iniciaban el 15 de junio y concluían a finales de concurrentes el típico novenario, pese a las críticas de los médicos-directores
que abogaban por estancias más prolongadas. Al concluir el tratamiento era
de septiembre. En estos tres meses y medio la población balnearia oscilaba entre recomendable no emprender el viaje hasta pasados un par de días y conservar
300 y 400 agüistas (mujeres en su mayoría),270 al menos en las dos primeras luego durante un mes (la famosa cuarentena) el régimen de vida que se había
décadas de ser declarado balneario oficial, para luego descender de forma pro- observado en el balneario.
gresiva. Es de destacar el inusitado aumento de bañistas que se produjo en 1862,
sin que encontremos más variación que el cambio de médico-director, pues en
dicho año pasó a ocupar tal cargo Miguel de Vega Ramos. Otros episodios
justifican descensos bruscos, como el cólera de 1860, los levantamientos de Loja

268. B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7, "Memoria de los Baños minero medicinales de Vilo o Rozas [1875]"
de Antonio ÁLVAREZ SÁNCHEZ.
269. B.F.M.M., Carp. 2836, n.° 17, "Baños de Vilo o Rozas [1896]" de Francisco MOYA.
270. Miguel de Vega, es el único que nos ofrece datos sobre el sexo de los pacientes: en 1862, de 735 enfer- 271. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14, "Memoria de hidrología médica con aplicación especial a los baños
mos, 491 eran mujeres (66,80%). B.F.M.M., Carp. 2808, n.° 31, "Memoria de las agua sulfídrico carbónicas minerales de Vilo o Rosas [1860]" y Carp. 2807, n.° 3, "Memoria de hidrología médica con aplicación especial
de Vilo o Rosas pertenecientes al año y temporada de 1862" de M. VEGA. a los baños minerales de Vilo o Rosas [1861]", ambas de M. MARÍN DE YÉBENES.

112 113
5
POBLACIÓN DE HECHO
Y CONCURRENCIA ESTACIONAL:
ASPECTOS DEMOGRÁFICOS
DE LA COMUNIDAD BALNEARIA
5.1. CONCURRENCIA

5.1.1. Estadísticas de concurrencia: entre la manipulación y lo aleatorio


Hay que tener bien presente, desde el momento en que nos enfrentamos
a los primeros datos estadísticos ofrecidos por los autores, que el número de
personas que acuden cada temporada a una localidad balnearia no es, en abso-
luto, el de los asistentes al balneario: si bien los baños son el origen de una
afluencia masiva de individuos que buscan sus efectos terapéuticos, muy pronto
el total de éstos va a ser ampliamente superado por el de acompañantes o sim-
ples veraneantes o turistas, para quienes la localidad ofrecerá alicientes festi-
vos y climatológicos. Esto resulta especialmente manifiesto en el balneario de
Carratraca, pues, como hemos visto, era el más populoso de los de la provincia.
Las primeras noticias sitúan la concurrencia del último cuarto del siglo
XVIII y primero del XIX entre 2500 y 4000 personas,272 aunque la de bañis-
tas no exceda de los 1100,273 llegando a aumentar hasta la poco creíble cifra
de 6000 visitantes por temporada entre 1830 y 1850, según cuenta Anatole de
Démidoff.274 Poco creíble pues, para el mismo período, los más fiables testi-
monios de Rubio y Madoz mencionan una afluencia superior a 3000 con un
máximo de 4000,275 lo que se ve confirmado por Hoskins, viajero inglés que

272. Fernando BENÍTEZ, Informe al arzobispo de Sevilla sobre geografía e historia de la villa de Árdales,
12-1-1786, Ms., copia del archivo particular de Francisco Ortiz; Sebastián de MIÑANO, Diccionario geográfico
y estadístico de España y Portugal, Madrid, Imp. de Pierart-Peralta, 1826,11:401 (artículo "Carratraca"); Pedro
María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, Establ. Tip. de D.R.R. de Rivera,
1853, 139.
273. Pedro María RUBIO, loe. cit.
21 A. Anatole de DÉMIDOFF, Étapes maritimes sur les cotes d'Espagne de la Catalogne a l'Andalousie. Souve-
nirs d'un voyage exécuté en 1847, Florence, Imp. de Félix le Monnier, 1858, 11:62.
275. Pedro María RUBIO, loe. cit.; Pascual MADOZ, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España
y sus posesiones de ultramar, Madrid, 1849 (artículo "Carratraca").

117
llega a Carratraca en estas mismas fechas.276 Aún así, 4000 veraneantes sigue constantes) y concurrencia según clase social (donde sólo se contemplan aco-
siendo una cantidad asombrosa para una localidad que a principios del siglo modados, pobres y tropa), por ofrecer un criterio bastante homogéneo. Sin
XIX no llegaba a los 500 habitantes. embargo, se han omitido las clasificaciones de resultados terapéuticos por grupos
La primera estadística real, en la que figuran número de enfermos y resul- de enfermedades, pues los criterios son muy diferentes para médicos distintos,
tados terapéuticos, aparece impresa en el Diccionario de Madoz como tabla e incluso para el mismo médico de una temporada de baños a otra.280 En caso
sinóptica de la temporada de 1834. Varias dudas se nos plantean respecto a de contradicciones daremos por válidos los obtenidos de los informes de los
esta cronología: por un lado, las obras consultadas por Madoz (o sus infor- médicos-directores. Así tenemos que, frente a los 1119 enfermos en 1848 que
mantes) para la redacción de este artículo son las del médico-director Juan de consigna Rubio,281 vamos a suponer más veraz la cantidad de 1190 que se
la Monja, que desempeñó este cargo entre 1817-1825 y 1842-1854; por otro, refleja en la memoria anual de Monja correspondiente a esa temporada,282
el médico-director del balneario en la fecha de dicha tabla era Eduardo Hena- pues hace constar además los enfermos que obtuvieron mejoría e incluye una
res, de quien nada habla Madoz y del que no conocemos estadística alguna. instancia de dicho facultativo al alcalde de la localidad de la que podemos dedu-
Añadamos también que el estilo, aunque no puede considerarse particular (uti- cir el número de pobres.
liza la clasificación por grupos fisiológicos, géneros, especies y variedades), es Mayor problema nos ofrece la segunda memoria de José Salgado de
más propio de Monja que de Henares, pues este último incluso omite cifras 1860,283 pues en ella el total de enfermos de la clasificación según su resultado
de concurrencia de bañistas en sus publicaciones impresas.277 Y también puede terapéutico (1979) difiere del total que figura en la elaborada según clase social
resultar orientativo el comentario de Madoz sobre la concurrencia "[...] de 27 (1981). Probablemente esa diferencia sea atribuible a un doble cómputo de los
años á esta parte, [...]", que nos lleva a pensar que el texto (y la tabla sinóp- enfermos fallecidos, pero ante la imposibilidad de demostrarlo y averiguar en
tica) están escritos en 1843 ó 1844, 27 años después de la creación de las plazas qué grupo social se incluyeron, optaremos por respetar en cada tabla el total
de Médicos-Directores de Baños y su instauración en Carratraca. Así pues, con- consignado por el autor.
sideremos como errata el 1834 y pensemos que los 1950 enfermos que acudie-
ron (de los que encontraron alivio 1199 y no hubo que lamentar ningún En algunos casos la falta de escrúpulos en amañar una estadística puede
fallecimiento) lo hicieron realmente en 1843 ó 1844. ocasionar efectos de macabro humor: si observamos los resultados terapéuti-
cos de 1865 ofrecidos por el médico-director284 y los comparamos con los
Tampoco vamos a encontrar datos fidedignos en otros escritos. Monja, datos oficiales que se publicaron (firmados en Madrid, 31-1-1866, por el Director
en su respuesta de 1844 a la comisión del manual de baños, los inventa o los General de Sanidad, Daniel Carballo), comprobaremos que al único fallecido
refiere con vaguedad. En el primer caso atribuye a Nazario Fernández de Castro se le ha considerado curado.285 Contradicción similar encontramos en 1868,
la información sobre la existencia de unos 200 agüistas a principios de siglo, entre los 3392 bañistas clasificados por su posición social y los 3342 considera-
cuando en realidad dicho autor marchó a Cádiz antes de 1794, escribió su tra- dos según sus resultados terapéuticos; aunque siempre podrían excusarse como
bajo sobre los baños de Carratraca en 1785 y no citaba en ellos cifra concreta enfermos sin datos.
alguna. En el segundo caso Monja habla de su propia experiencia y contra-
pone los 500 enfermos concurrentes en 1817 con los 1500 de los últimos años A partir de 1872 una nueva dificultad vendrá a sumarse a las anterior-
(para él desde 1842, en que recuperó su plaza).278 mente expuestas. Se trata en esta ocasión de las derivadas del ejercicio de los
médicos libres en los baños, pues habitualmente sólo obtendremos, en el mejor
Datos posteriores aparecen consignados en las tablas adjuntas279 y sólo de los casos, el número total de los enfermos por ellos vistos; aunque a veces,
examinaremos aquí los que ofrecen disparidad o evidencian la más absoluta si la relación entre aquellos y los médicos-directores no era demasiado conflic-
falta de rigor, tendiendo continuas trampas que sólo podremos evitar cuando tiva, estos últimos conseguían elaborar una tabla estadística similar a la propia
la información complementaria así lo permita. Las tablas elaboradas se basan con los datos clínicos de los enfermos visitados por su poco apreciado colega.
en aquellos datos fiables: se presentan resultados terapéuticos (pues la división No hubo tal suerte en 1872 y las disputas entre Salgado y Serratosa sólo nos
en curados, aliviados, sin cambios y fallecidos o agravados son prácticamente permiten averiguar que el médico titular del pueblo vio a 228 enfermos que

276. G. A. HOSKINS, Spain, As It Is, London, Colburn and Co., 1851,1:290. No obstante, pese a la ade-
280. De tales problemas se hacen eco también J. BERNABEU MESTRE y R. PEIRO CABRERA, "Mala-
cuación de las cifras de Hoskins con las de los anteriores, debemos considerar cuidadosamente sus palabras
des et maladies dans les satations balnéaires d'Espagne (1890)", Actas del XXXII Congreso Internacional de
pues visita la población en invierno, por lo que cabe suponer que las cifras proceden de informantes del lugar Historia de la Medicina (Amberes, en prensa).
o de textos impresos.
281. Pedro María RUBIO, loe. cit.
277. Con referencia a Carratraca sólo tenemos noticia de que llegase a imprimir dos artículos bajo el título
"Carratraca" en El Guadalhorce, 1:153-5, 193-6 (1839). 282. B.F.M.M., Carp. 2798, n.° 25, "Memoria, 1848", de Juan de la MONJA.
278. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la Monja, Árdales, 29-XII-1844. 283. Ibid., Carp. 2803, n.° 3, "Memoria, segunda de 1860", de José SALGADO.
279. En las tablas 1 y 2 se consignan los resultados terapéuticos y en la 4 y 5 la concurrencia según clase 284. Ibid., Carp. 2789, n.° 31, "Memoria, 1865", de José SALGADO.
social, todas para Carratraca y Baños de Vilo. 285. El Siglo Médico, 13, 634: 118-20 (1866).

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se incluyeron en la tabla estadística según clase social entre los acomodados terapéuticos del balneario (los 667 enfermos agravados según el Resumen de
y en la de resultados terapéuticos entre los carentes de datos.286 Claro está que 1891, que en realidad correspondían a pacientes en los que se desconocía la
dos estadísticas duplican los posibles errores y así, en 1873, Salgado ofrecía evolución) o de su concurrencia y clase social (los 2000 enfermos acomodados
los siguientes datos: 2833 enfermos acomodados (en los que se incluyen 153 que rezan en el Anuario de 1892, cuando el total de bañistas no llegaba a esa
pacientes de Serratosa), 773 pobres y 5 militares, obteniendo como resultados cantidad, fruto de sumar nuevamente al número de acomodados expresado por
terapéuticos 629 curaciones, 1471 mejorías, 578 sin cambios y fallecieron 2, Quesada el de los atendidos por el médico libre, ya incluidos por aquél). No
sumando un total de 3611. Las contradicciones se multiplican, pues Salgado tan importante es el total con 48 agüistas menos, en la temporada de 1894 que
aludía en su escrito a la disminución de la concurrencia en esa temporada; luego, publicaba El Siglo Médico, por ignorar la nota al margen en la memoria de
la cifra de 3611 bañistas resulta poco convincente.287 Por otra parte, aunque Balbino Quesada, en la que especificaba el número de individuos que disfruta-
a los resultados terapéuticos sumemos los 153 enfermos asistidos por el titu- ban gratuitamente de las aguas por ser vecinos de Carratraca.
lar, no pasarán de 2883. Este es el auténtico total, que el médico-director hizo
pasar por enfermos acomodados y a los que además sumó nuevamente pobres Los médicos-directores del balneario de Baños de Vilo no mostraban mayor
y tropa hasta engrosar la concurrencia con casi mil personas más. Si fue un ética en la elaboración de sus estadísticas, siempre y cuando llegasen a reali-
error intencionado o casual, en una época de preocupación constante por el zarlas, lo que no era demasiado frecuente en éstos, como tampoco lo era para
aumento de pobres en el balneario y la disminución de bañistas de "calidad", los interinos de muchos balnearios españoles.290 Los motivos ya quedaron
es algo muy difícil de discernir. expresados en nuestra explicación metodológica y volveremos a insistir cuando
nos ocupemos de este balneario y del de Tolox. Un caso sumamente claro lo
Otros errores menores suelen aparecer en la prensa médica, atribuibles a encontramos en la Memoria de 1860 de Miguel Marín Yébenes,291 quien
erratas de imprenta. No podemos, sin embargo, disculpar de este modo los comete un error en su estadística de resultados terapéuticos al olvidar incorpo-
datos recogidos por el Anuario Oficial de 1882, precisamente por su carácter rar en el sumatorio los resultados obtenidos en el primer grupo de enfermeda-
oficial: en los resultados terapéuticos nos ofrece las cifras de 723 enfermos cura- des tratadas (exantemas), pero no así en el número total de enfermos por grupos,
dos, 1643 aliviados y 701 sin resultados, especificando que los que faltan para por lo que al finalizar el cuadro el total de enfermos es correcto (441), pero
completar el total de los atendidos (3136) son los correspondientes al médico la contabilización de los resultados obtenidos sólo da 124 curaciones (que en
libre. Un examen más detenido nos muestra la incorrección de las sumas que realidad serían 155), 180 pacientes aliviados (cuando lo hicieron 207) y no obtu-
en realidad aportan 719 enfermos curados, 1543 aliviados, 701 sin resultados, vieron resultados 61 (la suma exacta da 79). Ante esta contradicción de 365
79 por precaución y 94 por médicos libres.288 A este respecto, debemos tener enfermos desglosados y 441 del total, Marín Yébenes no se arredra y, en lugar
en cuenta que a los datos de 1883 que observamos en la tabla, hay que sumar de repasar sus cuentas, escribe sobre los números anteriores los siguientes: 184,
los bañistas con fines profilácticos ("por precaución") que fueron 76 y los 125 196 y 61, respectivamente; que, claro está, también suman 441. Pero es de des-
pacientes del médico titular de la población. tacar que no sólo falsea los datos, sino que aumenta mucho el número de cura-
ciones, mientras que los enfermos que no obtienen resultado se minimizan.
Estudio aparte necesitan las estadísticas entre 1891 y 1895. La primera de Problemas similares encontramos en las estadísticas de 1875 y 1890, en las que
ellas fue elaborada por Miguel Benítez Alonso, que ocupó esa temporada el el total de enfermos según resultados terapéuticos es inferior a los hallados según
cargo de médico-director con carácter interino. Las siguientes pertenecen a Bal- clase social.
bino Quesada y Agíus (hasta 1894) y la última a Eduardo Palomares, ambos
con la plaza en propiedad. El examen de los diversos anuarios, de las memo- Lo que queda suficientemente demostrado es que ante un error en las sumas
rias médicas y de los datos oficiales publicados en El Siglo Médico va a resul- se procede a alterar los datos sin escrúpulo alguno, inventando cifras aleato-
tar muy esciarecedor.289 En ellos se pueden apreciar confusiones de datos que riamente. Así pues, habrá que ser cautos al interpretar estas cifras y muy espe-
pueden resultar sumamente trascendentes para la valoración de los resultados cialmente los resultados terapéuticos, pues eran muchos los enfermos de los
que no se llegaba a conocer su evolución clínica: tras finalizar el tratamiento
286. B.F.M.M., Carp. 2776, n.° 1, "Memoria, 1872", de José SALGADO. eran pocos los bañistas que volvían a pasar consulta, por lo que era imposible
287. B.F.M.M., Carp. 2778, n.° 17, "Memoria, 1873", de José SALGADO. constatar si la mejoría existía. En ocasiones algún médico director comenta
288. B.F.M.M., Carp. 2751, n.° 16, "Memoria, 1882", de Tomás LLETGET; Anuario Oficialde lasAguas la imposibilidad de tales valoraciones, si ha de tenerse en cuenta que la mejo-
Minerales de España, 1882 (t. II), Madrid, Establ. tip. de M. Minuesa, 1883. ría por los baños se aprecia a lo largo del año y no se conocerá hasta la siguiente
289. Se han comparado para ello los datos del Resumen estadístico oficial de las aguas minerales de España,
de las temporadas 1891-95, impreso en Madrid, Imp. de Ricardo de Rojas, en los años 1891, 1892, 1894, 1897,
1897 y 1898, respectivamente. Los informes extraídos de El Siglo Médico, se encuentran en 91 2096: 122(1894) 290. Para Baños de Vilo, véanse la tabla 2 en que se consignan los resultados terapéuticos y la 5 para la
y 92 2175: 557 (1895). Las "Memorias" de 1891-95, de los médicos-directores citados, se encuentran en B.F.M.M., concurrencia según clase social.
Carp. 2819, n.° 22; Carp. 2822, n.° 19; Carp. 2825, n.° 15; Carp. 2828, n.° 24 y Carp. 2832, n.° 24, respec- 291. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14, "Memoria de hidrología médica con aplicación especial a los baños
tivamente. minerales de Vilo o Rosas [1860]" de M. MARÍN DE YÉBENES.

120 121
RESULTADOS TERAPÉUTICOS

1 AÑO 1 TOTAL I CURADOS I ALIVIADOS I SIN CAMBIO I SIN D A T O S l


RESULTADOS TERAPÉUTICOS 1849~ _L 410
1850 ~f 252 I
1851 T" 415
1852 ~
TOTAL CURADOS ALIVIADOS SIN CAMBIO FALLECIDOS SIN DATOS I
1853
1844 1500
1845 1854.
1846 1527 1855 ~
1847 1856 I I
1848 1190 1032(86.7%)
1857
1849 2014 1544(76.7%) 1 (0.05%)
1858 I I
1850 2422
1851 2858 1859
i 1852 1860 ] ~ 441 155(35.1%) 207(46.9%) 79(17.9%)
1853 1861
1854 1862
j Z I 367 139(37.9%) 136 (37.0%) 92(25.1%)

1855
1863
JZ. 735 304(41.4%) 262(35.6%) 169(23.0%)
1856
1857 1864~
1858 1865
1859 1866 339
1860 1979 137 (6.9%) 754 (38.1%) 1086(54.9%) 2(0.1%) 1867
1861 1352 600 (44.4%) 400 (29.6%) 352 (26.0%)
1862
1868 ~ ~~'~~\
1863 2930 444(15.1%) 1564(53.4%) 919 (31.4%) 3(0.1%) 1869
1864 3167 636 (20.1%* 1863(58.8%) 665 (21.0%) 3 (0.1%) 1870
1865 3095 745 (24.1%) 1694(54.7%) 655 (21.2%) 1 (0.03%)
1866 3064 763 (24,9%) 1606(52.4%) 693 (22.6%) 2 (0.1%)
1871 1
1872 271 69(25.5%) 134(49.4%) 68(25.1%)
1867
1873
1868 3342
I 1869 2772 1874
1870 3134 1875 346 31 (8.9%) 114 (32.9%) 6 (1.7%) 189 (54.6%)
1871 3364 1020(30.3%) 1795(53.4%) 545 (16.2%) 4 (0.1%) 1876 381
1872 3290 907 (27.6%) 1635(49.7%) 518 (15.7%) 2(0.1%) 228 (6.9%) 1877 351
1873 2833 629 (22.2%) 1471(51.9%) 578 (20.4%) 2 (0.1%) 153 (5.4%)
1878
1874
1875 1879 ~
1876 3119 487 (15.6%) 2207(70.8%) 421 (13.5%) 4(0.1%) 1880 |
1877 3293 497 (15.1%) 2037(61.9%) 422 (12.8%) 337 (10.2%) 1881 I
1878 3302 1882 309
1879 2930 630 (21.5%) 1225(41.8%) 1075(36.7%)
1883 220
1880 3189 674 (21.1%) 1592(49.9%) 800 (25.1%)
1881 3139 757 (24.1%) 1406(44.8%) 867 (27.6%) 18,84 194
1882 3136 719 (22.9%) 1543(49.2%) 701 (22.4%) 94 (3.0%) 1885 64
1883 3097 728 (23.5%) 1458(47.1%) 710 (22.9%) 125 (4.0%) 1886 _ 126
1884 2445 866 (35.4%) 1001(40.9%) 578 (23.6%) 1887 115
1885 1479 411 (27.8%) 591 (40.0%) 477 (32.3%)
1888
1886 2452 871 (35.5%) 856 (34.9%) 725 (29.6%)
1887 2440 1033(42.3%) 713 (29.2%) 694 (28.4%) 1889 93
1888 2285 941 (41.2%) 703 (30.8%) 641 (28.1%) 1890 157 23(14.6%) 87(55.4%) 15(9.5%) T 32(20.4%)~|
1889 2170 853 (39.3%) 670 (30.9%) 647 (29.8%) 1891 ~ |
1890 1982 831 (41.9%) 581 (29.3%) 570 (28.8%) 1892 f 115 62(53.9%) 22(19.1 %)__[ 31(27.0%) I
1891 2114 376 (17.8%) 489 (23.1%) 193 (9.1%)
1893 103
1892 1886
1894 102
1893 1888
1894 1670 1895 81
1895 1494 205 (13.7%) 927 (62.0%) 234 (15.7%) 128 (8.6%) 1896 98 78(79.6%) 20(20.4%) j
1896 1222 1897 92
1897 1200
1898 ]
1898 1116
72
-" 1
1899 1094 I 1899 I 65 I
1900 1208 101 (8.4%) 868 (71.9%1 155 (12.8%)

TABLA 2
TABLA 1

CARRATRACA BAÑOS DE VILO

122 123
temporada con la vuelta del bañista. Sin embargo, todos incluyen unas tablas de 1879, pese a no diferenciarse de los de otras temporadas y recuperarse al
estadísticas de resultados terapéuticos en la que resulta extraño hallar enfer- año siguiente, va a suponer el inicio de una discretísima pérdida de concurren-
mos que no curasen o mejorasen y casi ninguno registra pacientes de los que cia, evidentísima en 1884 y 1885.
no pudiese obtener datos de su evolución. Y de toda estadística que no lo mani- Si cotejamos esta evolución con los acontecimientos que se producían en
fieste así, habrá que sospechar una escasa veracidad. la provincia, podremos aproximarnos a la comprensión del fenómeno. Ya quedó
A partir de 1900, con la desaparición del Resumen, la información es defi- apuntado al tratar de la economía que la decadencia de la siderurgia se inició
ciente, pues la Guía oficial publicada desde 1906 no va a recoger ya los datos ya a finales de los sesenta, y tuvo su colofón al apagarse definitivamente los
estadísticos y repite año tras año los mismos textos apenas sin variaciones. Aún altos hornos en 1885; además, aunque la invasión de la filoxera no fue decla-
así, la reconstrucción efectuada permite la aproximación e interpretación de rada oficialmente hasta 1878, ya había caído bastante el mercado exterior de
las oscilaciones de los bañistas, con la única excepción de Fuente Amargosa la pasa y el vino. Los violentos seísmos de 1884 y el brote epidémico de cólera
de Tolox, de la que no sólo no figuraron datos en anuarios ni guías, sino que de 1885, completan el panorama desolador que ahuyentaba a los posibles usua-
incluso las memorias médicas fueron sumamente escasas. rios del remedio hídrico.
La temporada de 1886 goza de un incremento notabilísimo, pero no deja
de ofrecer las cifras de concurrentes más bajas de las dos últimas décadas. En
5.1.2. Los acontecimientos locales, moduladores de la concurrencia
años sucesivos se muestra la falsedad de esta recuperación, pues la falta de bañis-
Pese a las diferencias notorias entre los balnearios que aquí examinare- tas se va haciendo cada vez más ostensible hasta quedar minimizados en el pre-
mos, Carratraca y Baños de Vilo, y sus muy distintas cifras de asistentes, debe sente siglo y tan sólo iniciar una leve mejoría en la década de los setenta de
la presente centuria con una concurrencia que excepcionalmente ha sobrepa-
quedar presente desde el principio una característica común a ambos (bien mani-
sado los 200 bañistas.
fiesta en las gráficas 1 y 3, en que se representa la concurrencia total): a finales
de la década de los setenta de la pasada centuria se inició una paulatina dismi- Más difícil resulta el estudio de Baños de Vilo, pues la ausencia de secuen-
nución de bañistas, muy discreta en su inicio e intensa en la década de los cias temporales de datos hasta 1882, nos impide establecer cuál fue la tenden-
ochenta, especialmente a partir de 1885. Es decir, un precoz e irrecuperable cia general de la concurrencia al lugar (véase gráfica 3). Sí se puede estimar
declive de los balnearios malagueños respecto a los nacionales. un promedio de 300 a 400 bañistas en épocas buenas, así como la escasa reper-
cusión que debió tener el cólera de 1860, pese a los infaustos incidentes apun-
Es difícil determinar la afluencia de agüistas al balneario de Carratraca tados por el médico-director Marín Yébenes.292
hasta los años sesenta del siglo XIX (véase gráfica 1). La falta de memorias
que incorporen datos estadísticos, y la escasa fiabilidad de los mismos cuando Pero las cifras de concurrencia de los años 1875 a 1877, unidas a la serie
existen, sólo nos permiten aventurar (por las cifras obtenidas entre 1844 y 1851) de datos que figura desde principios de los ochenta, nos permiten observar una
que el balneario conoció un gran auge durante los años centrales de la centu- gráfica significativa de una veloz decadencia, aunque resulta imposible deter-
ria, hecho del que deja constancia la inauguración en 1855 de un elegante edi- minar en qué momento se origina. El descenso de 1883 es marcado y se super-
ficio balneario. pone a lo comentado para Carratraca: existe una caída previa a los terremotos
(que en Periana fueron especialmente violentos) y al cólera, dando culmina-
El año 1860 vendrá marcado no sólo por una disminución de concurren- ción este último a una antigua e intensa crisis. Al igual que en Carratraca, en
tes, sino también por un brote de cólera y el inicio de una larga serie de proble- Baños de Vilo la leve recuperación de concurrencia de 1886 no hace más que
mas con el caudal del manantial y su sulfuración, como veremos más adelante. confirmar la decadencia existente, pues la disminución continuará hasta 1890,
Sin embargo, en 1862 se recuperaba y señalaba una tendencia al alza, con un año en que existe un nuevo aumento pero que no llega a alcanzar las cotas pre-
promedio de algo más de 3000 bañistas, sólo interrumpida en 1869 por los levan- vias al cólera. La inundación de 1907 pone fin a la historia del balneario como
tamientos republicanos andaluces (ligados a la crisis de subsistencias de 1868) establecimiento oficial (aunque en algunas publicaciones seguirá apareciendo
que frenaron los afanes de diversión de muchos e hicieron cambiar de terapéu- como tal) y tan sólo se mantendrá el empleo de los baños por vecinos de Periana
tica o establecimiento balneario a otros. o pueblos cercanos, sin poder precisar su número.
Si bien no existen datos suficientes, por la ausencia de información refe- Un nuevo matiz, genérico a ambos balnearios, nos lo ofrecerá el hecho
rente a los años 1874 y 1875, la gráfica de concurrencia total en Carratraca de que las fluctuaciones de concurrencia están relacionadas con ciertos acon-
(gráfica 1) parece apuntar un declive a mediados de la década de los setenta, tecimientos políticos y sociales, pero no así con los propiamente médicos o
aunque con una cierta recuperación en años posteriores que, si bien no alcanza
las más altas cotas de la década anterior, se iguala con la tónica general seguida 292. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14, "Memoria de hidrología médica con aplicación especial a los baños
por el establecimiento. Aún así, se observa que el descenso de concurrencia minerales de Vilo o Rosas [1860]" de M. MARÍN DE YÉBENES.

124 125
terapéuticos (como serían los cambios de médico-director o de la mineraliza- Debían existir, por tanto, unas especiales circunstancias que contribuían
ción del agua). Esto abunda en la idea sostenida de que el balneario desplazó a este elevado número de menesterosos. Hay que tener en cuenta, como ya quedó
su sentido de institución asistencial por el de lugar de recreo y vida de sociedad. expresado anteriormente, el papel que juega en ello la Junta de Beneficencia
Provincial, pero muy particularmente las Juntas de Beneficencia locales: la de
Carratraca, a la que se adhería la Junta de Festejos constituida por los bañis-
5.1.3. La clase social como factor de afluencia tas acomodados, suministraba a los enfermos "camas, leña, manutención y
bagajes para volver á su casa, por suscricion entre los bañistas, que ha ascen-
La primera preocupación en las estadísticas de la época era determinar dido algún año a 12.000 re.".293 Estas facilidades ofrecidas a los menestero-
la clase social a la que pertenecían los agüistas: el desarrollo del balneario depen- sos contribuyeron a aumentar su número, hasta convertirse en un hecho
día en gran parte de ello. Comprobamos así que los balnearios andaluces supe- incómodo para algunos médicos-directores, como ya expusimos.
raban en porcentaje de pobres la media nacional, especialmente los de Málaga
y, muy particularmente, el de Carratraca. Las tablas adjuntas muestran estas Si en el caso de Baños de Vilo la concurrencia de pobres es menor que
proporciones, ante las que debemos tener en cuenta que en el período com- en Carratraca hemos de atribuirlo al papel que jugaba el balneario en la pobla-
ción. Periana era una localidad cuya fuente de riqueza no radicaba en el bal-
prendido entre 1876 y 1899 la media nacional de asistencia a los balnearios era neario y debía por tanto dedicarse a actividades diferentes para sobrevivir, por
de un 85,70 °/o de enfermos acomodados, frente al 12,28 % de bañistas de clase lo que difícilmente se iba a ocupar de las condiciones de vida de los asistentes
pobre (véase tabla 3). Para los balnearios malagueños la tendencia dominante pobres. Estos tendrían más posibilidades de gozar de prerrogativas en locali-
es de dos tercios de acomodados y un tercio de pobres, con una serie de varia- dades con balnearios importantes, como Carratraca: un Ayuntamiento, en cuyo
ciones a lo largo de los años y diversos matices que a continuación expondremos. término municipal exista un número elevado de agüistas, tendrá la obligación
de preocuparse por la mejor asistencia de los pobres, aunque sólo sea por evi-
tarles el bochornoso espectáculo a los bañistas acomodados. Sin embargo,
cuando los bañistas son muy escasos el problema deja de ser colectivo para
ser particular y el bañista pobre un caso concreto.
Si bien es cierto que en Baños de Vilo el número total de agüistas dismi-
CONCURRENCIA SEGÚN CLASE SOCIAL nuye progresivamente, en contrapartida la proporción de enfermos acomodados
(PORCENTUAL) va siendo mayor (véanse la tabla 5 y gráfica 4). Lo que parecería contradicto-
rio deja de serlo si consideramos la enorme ambigüedad del término "acomo-
dado". En las estadísticas que podemos consultar se considera "acomodado"
AÑO ACOMODADOS POBRES I cualquier bañista que no sea pobre, es decir, cualquier individuo que tenga que
1876 83,26 15,05 abonar al médico-director para obtener la papeleta de baños. De este modo,
1882 84,9 12,67 entre la clase acomodada existe un amplio abanico de individuos con muy
86,53 11,72 diferente poder adquisitivo. Por otra parte, las nuevas instalaciones creadas
1883 ofrecen unas comodidades mínimas que permiten a las clases medias (o medias-
1884 85,89 12 bajas) de los lugares próximos (Málaga y Granada) disfrutar también de la cura
1885 87,7 11,18 balnearia; sin embargo, estas comodidades son escasas para las clases altas,
1886 87,52 10,68 que son las que dejan de acudir por preferir hacerlo a localidades mejor comu-
1889 85,92 12,02 nicadas. Por su parte, los pobres desaparecen por la falta de instalaciones que
1890 85,95 11,98 los acojan.
1891 85,73 12,34 En Carratraca podemos observar que, pese a las escasas diferencias en la
1892 85,85 12,06 composición cualitativa de los agüistas, se presenta una continua tendencia al
1897 85,14 12,46 alza en ambas clases sociales (véase tabla 4). Los enfermos acomodados aumen-
1898 84,45 13,12 tan proporcionalmente más que los pobres, aunque con ligerísimas diferencias,
85,36| 12,4] puestas de manifiesto entre 1876 y 1883, período en el cual divergen y el número
I 1899 |
total de acomodados va a seguir aumentando mientras que el de pobres dis-
TABLA 3

BALNEARIOS ESPAÑOLES 293. Pedro María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, Establ. Tip. de
D.R.R. de Rivera, 1853, 616.

126
127
minuye. Hay que precisar que estos valores son muy poco significativos, pues La explicación que cabría dar a este hecho se acomoda al comportamiento
las oscilaciones del número de agüistas (total y por clase social) son muy peque- de la población frente a la epidemia. La noticia de la existencia de un brote
ñas y sigue siendo un periodo de bastante estabilidad en la concurrencia, que de cólera en la provincia de Málaga disuadió rápidamente a los bañistas de
mantiene la misma tónica general. La caída de concurrencia de 1884 (a expen- otras provincias de acudir a Carratraca, a lo que debieron sumarse los impedi-
sas de ambas clases) no altera esta proporción, lo que si sucederá al año siguiente mentos derivados de las medidas adoptadas al respecto por las autoridades.
a causa del cólera, como luego veremos. Sin embargo, a la clase pudiente, la amenaza de una epidemia la llevaba a huir
de la población y refugiarse en poblaciones con fama de salubres.294 Así pues,
A partir de 1886 la crisis ya es manifiesta: cae el número total de agüistas, los ricos malagueños acudieron aquel año al balneario en mayor número para
pero en esta ocasión son las clases pudientes las que disminuyen, mientras que refugiarse de los posibles estragos del cólera.
los pobres mantienen oscilaciones en su número pero con escasas variaciones,
más patentes en los últimos años del siglo. La gráfica 2 muestra claramente
cómo la caída del número total de bañistas se hace a expensas de la clase aco-
modada. La proporción en la composición de la concurrencia al balneario de
Carratraca va a variar desde un 80% de pudientes en 1883 a un 64% en 1897,
proporción sólo equiparable a la del cólera de 1860.
Esta caída de la clase pudiente, en tanto se mantiene el número de pobres
o varía escasamente, se hace más comprensible si examinamos la procedencia
de los bañistas. Contamos para ello con los datos de 1884 a 1895 y los de 1900,
como se puede ver en las tablas adjuntas (6 y 7), en las que hemos agrupado
los concurrentes de Málaga, Sevilla y Córdoba (que suponían la gran mayoría
de asistentes a Carratraca) y los hemos dividido según su clase social. Las cifras
muestran claramente lo que está sucediendo en la provincia de Málaga y en
el balneario: si Sevilla y Córdoba muestran un descenso paulatino de los bañistas
acomodados que concurren a Carratraca, no sucede lo mismo con Málaga que
presenta una intensa caída en el número de enfermos pudientes, llegando a ser
inferior al de pobres (tabla 7 y gráfica 6). El empobrecimiento de la provincia
acaba con esta incipiente forma de veraneo de la burguesía malagueña, pues
ante la crisis prescinde en primer lugar de lo menos necesario y, volvemos a
insistir, el balneario era una forma de ocio más que de terapéutica.
Estos datos, al igual que los anteriores, podrían hacer pensar que la clase
menesterosa no se vio afectada por la crisis puesto que no disminuyó de forma
ostensible. La explicación a esta aparente contradicción viene dada por lo
comentado al inicio de este apartado: los pobres acudían al balneario con viaje
y estancia pagados por las Juntas de Beneficencia, por lo que su número sólo
se alteraría por los cambios de estas corporaciones.
Otro punto en el que se debe incidir es el relativo a los cambios cualitati-
vos de la concurrencia durante el brote de cólera de 1885. Cuantitativamente
ya se ha visto cómo disminuyó la concurrencia total de 2445 agüistas el año
anterior a sólo 1479, a expensas de ambas clases sociales, acudiendo esa última
temporada 1255 acomodados y 221 pobres. Sin embargo, la distribución cua-
litativa supone que los acomodados son el 84,85% de los concurrentes, frente
a casi un 15% de pobres, la divergencia más rotunda de las habidas en el bal-
neario. El examen según procedencia es aún más sorprendente: los bañistas
acomodados malagueños no sólo no decrecen, sino que aumentan bastante. 294. Esta actitud de emigración de la población malagueña ante las epidemias fue estudiado por Juan Luis
La disminución de la concurrencia dependió, pues, de los pobres malagueños CARRILLO y Luis GARCÍA BALLESTER, "El comportamiento de las clases y grupos sociales de Málaga
y de los bañistas de las otras provincias (véanse tablas 4, 6 y 7 y gráficas 5 y 6). en las epidemias de Fiebre Amarilla", Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 11:77-116, (1972).

128 129
CONCURRENCIA SEGÚN CLASE SOCIAL CONCURRENCIA SEGÚN CLASE SOCIAL

ACOMODADOS POBRES TROPA TOTAL


1844 1500 AÑO ACOMODADOS POBRES TROPA TOTAL I
1845 1849 410
1846 1527 1850 180 (71.4%) 72 (28.6%) 252
1847
1851 415
1848 351 (29.5%) 1190
1849 1603 (79.6%) 353 (17.5%) 58 (2.9%) 2014
1852
1850 2422 1853
1851 2858 1854
1852 1855
1853 1856
1854
1855
1857
1856 1858
1857 1859
1858 1860 384 (87.1%) 57 (12.9%) 441
1859 1861 262 (71.4%) 105 (28.6%) 367
1860 1258 (63.5%) 556 (28.1%) 167 (8.4%) 1981
1861 1352
1862 565 (76.9%) 170 (23.1%) 735
1862 1863
1863 2076 (70.8%) 743 (25.4%) 111 (3.8%) 2930 1864
1864 2288 (72.2%) 822 (26.0%) 57 (1.8%) 3167 1865
1865 2216 (71.6%) 828 (26.7%) 51 (1.6%) 3095 1866 339
1866 2155 (70.3%) 877 (28.6%) 32 (1.0%) 3064
1867
1867
1868 2374 (70.0%) 986 (29.1%) 32 (0.9%) 3392 1868
1869 2066 (74.5%) 691 (24.9%) 15 (0.5%) 2772 1869
1870 3134 1870
! 1871 2496 (74.2%) 853 (25.4%) 15 (0.4%) 3364 1871
1872 2556 (77.7%) 703 (21.4%) 31 (0.9%) 3290
1873 2055 (72.5%) 773 (27.3%) 5 (0.2%) 2833
1872 271
1874 1873
1875 1874
1876 2348 (75.3%) 761 (24.4%) 10 (0.3%) 3119 1875 237 (60.3%) 154 (39.2%) 2 (0.5%) 393
1877 2546 (77.3%) 735 (22.3%) 12 (0.4%) 3293 1876 245 (64.3%) 135 (35.4%) 1 (0.3%) 381
1878 3302
1879
1877 249 (70.9%) 101 (28.8%) 1 (0.3%) 351
2319 (79.1%) 600 (20.5%) 11 (0.4%) 2930
1880 3189 1878
1881 3139 1879
1882 2464 (78.6%) 664 (21.2%) 8 (0.2%) 3136 1880
1883 2481 (80.1%) 609 (19.7%) 8 (0.2%) 3097 1881
1884 1957 (80.0%) 482 (19.7%) 6 (0.2%) 2445
1882 236 (76.4%) 73 (23.6%) 309
1885 1255 (84.8%) 221 (14.9%) 3 (0.2%) 1479
1886 1883 (76.8%) 561 (22.9%) 8 (0.3%) 2452 1883 166 (75.4%) 46 (20.9%) 8 (3.6%) 220
1887 1841 (75.4%) 589 (24.1%) 10 (0.4%) 2440 1884 163 (84.0%) 29 (14.9%) 2 (1.0%) 194
1888 1695 (74.2%) 577 (25.2%) 13 (0.6%) 2285 1885 46 (71.9%) 15 (23.4%) 3 (4.7%) 64
1889 1721 (79.3%) 442 (20.4%) 7 (0.3%) 2170 1886 101 (80.2%) 25 (19.8%) 126
1890 1503 (75.8%) 470 (23.7%) 9 (0.4%) 1982
1887 82 (71.3%) 33 (28.7%) 115
1891 1445 (68.3%) 665 (31.5%) 4 (0.2%) 2114
1892 1225 (64.9%) 653 (34.6%) 8 (0.4%) 1886 1888
1893 1223 (64.8%) 657 (34.8%) 8 (0.4%) 1888 1889 76 (81.7%) 17 (18.3%) 93
1894 1136 (68.0%) 528 (31.6%) 6 (0.4%) 1670 1890 138 (77.1%) 41 (22.9%) 179
1895 1098 (73.5%) 395 (26.4%) 1 (0.1%) 1494 1891
1896 836 (68.4%) 386 (31.6%) 1222
1897
1892 102 (88.7%) 11 (9.6%) 2 (1.7%) 115
768 (64.0%) 432 (36.0%) 1200
1898 751 (67.3%) 365 (32.7%) 1116 1893 99 (96.1%) 4 (3.9%) 103
1899 777 (71.0%) 316 (28.9%) 1 (0.1%) 1094 1894 96 (94.1%) 6 (5.9%) 102
1900 815 (67.5%) 393 (32.5%) 1208 1895 79 (97.5%) 2 (2.5%) 81
1901 1896 98 (100%) 98
1902
1897 89 (96.7%) 3 (3.3%) 92
1903
1904 1898 63 (87.5%) 9 (12.5%) 72
I 1905 682 (82.3%) 142 (17.1%) 5 (0.6%) 829 | I 1899 51 (78.5%) 14 (21.5%) 65

TABLA 4 TABLA 5

CARRATRACA BAÑOS DE VILO

130
CARRATRACA BAÑOS DE VILO
Ne DE CONCURRENTES Na DE CONCURRENTES
800 T
3500 T

1849 1854 1859 1864 1869 1874 1879 1884


llllllllllll
1889 1894 1899 AÑO

CONCURRENCIA (1849-1899) GRÁFICA 3


1844 1849 1854 1859 1864 1869 1874 1879 1884 1889 1894 1899 1904 A Ñ O

CONCURRENCIA (1844-1905) GRÁFICA 1


Na DE CONCURRENTES
3000 T

Na DE CONCURRENTES
2500 + 600 T
D ACOMODADOS

• POBRES D ACOMODADOS

500 + • POBRES
2000 +

1500 +

300 +

1000 +
200

500 +

i
100 +

l i i i i i ii l Hl *H + 4^
1849 1854 1859 1864 1869 1874 1879 1884 1889 1894 1899 A N O
1848 1853 1858 1863 1868 1873 1878 1883 1888 1893 1898 1903 AÑO

CONCURRENCIA SEGÚN CLASE SOCIAL (1848-1905) GRÁFICA 2 CONCURRENCIA SEGÚN CLASE SOCIAL (1850-1899) GRÁFICA 4

132 133
CARRATRACA CARRATRACA
N» DE CONCURRENTES
2000 , MALAGA N»DECONCURRENrTES
1000 T
SEVILLA
CÓRDOBA
MALAGA-A o
800 A SEVILLA-A—o-
CORDOBA-A"»-

GRÁFICA 5
1880 1890 1900 AÑO

GRÁFICA 6

PROCEDENCIA MAYORITARIA DE CONCURRENTES (1884-1900)


CLASE SOCIAL ACOMODADA
MALAGA SEVILLA CÓRDOBA
1884 1192 594 377
1885 1058 183 150
1886 1286 555 338
1887 1195 511 436
1889 1075 516 390
1890 952 MALAGA-A MALAGA-P SEVILLA-A SEVILLA-P CORDOBA-A CORDOBA-P
493 358
1884 777 (31.8%) 415 (17.0%) 569 (23.3%) 25 (1.0%) 346 (14.2%) 31 (1.3%)
1891 1087 481 334 1885 854 (57.7%) 204 (13.8%) 175 (11.8%) 8 (0.5%) 144 (9.7%) 6 (0.4%)
1892 956 392 298 1886 812 (33.1%) 474 (19.3%) 520 (21.2%) 35 (1.4%) 318 (13.0%) 20 (0.8%)
1887 678 (27.8%) 517 (21.2%) 483 (19.8%) 28 (1.1%) 402 (16.5%) 34 (1.4%)
1893 917 380 350 1889 697 (32.1%) 378 (17.4%) 481 (22.2%) 35 (1.6%) 370 (17.1%) 20 (0.9%)
1894 755 420 270 1890 542 (27.3%) 410 (20.7%) 468 (23.6%) 25 (1.3%) 336 (17.0%) 22 (1.1%)
1895 731 342 276 1891 470 (22.2%) 617 (29.2%) 451 (21.3%) 30 (1.4%) 328 (15.5%) 6 (0.3%)
1892 361 (19.1%) 595 (31.5%) 368 (19.5%) 24 (1.3%) 289 (15.3%) 9 (0.5%)
l 1900 586 222 259| 1893 325 (17.2%) 592 (31.4%) 359 (19.0%) 21 (1.1%) 320 (16.9%) 30 (1.6%)
1894 328 ( 19.6%) 427 (25.6%) 396 (23.7%) 24 (1.4%) 246 (14.7%) 24 (1.4%)
TABLA 6 1895 378 (25.3%) 353 (23.6%) 322 (21.6%) 20 (1.3%) 260 (17.4%) 16 (1.1%)
I 1900 211 (17.5%) 375 (31.0%) 218 (18.0%) 4 (0.3%) 248 (20^5%) _ 11 (0.9%)

A: acomodados P. pobres TABLA 7

PROCEDENCIA MAYORITARIA DE CONCURRENTES PROCEDENCIA MAYORITARIA DE CONCURRENTES


(1884-1900) SEGÚN CLASE SOCIAL (1884-1900)
134 135
5.2. DEMOGRAFÍA menores a los de Árdales, poblaciones que utilizaremos como controles para
la comparación con Carratraca). En censos de 1857,1860 y 1877 podemos obser-
var que la tasa de crecimiento de Carratraca es superior a la de la Serranía,
5.2.1. Carratraca: crisis balnearia y crisis demográfica e incluso a la de la provincia de Málaga (véanse gráficas 8 y 9): en 1860, frente
a un descenso de la tasa de crecimiento anual provincial de -0'35 y de -1'74
El seguimiento censal de la población de hecho de Carratraca295 nos para la Serranía de Ronda, Carratraca tan sólo disminuye un -O'IO. Sin
muestra que en 1838 (tras el cólera de 1833, en que disminuyó la población embargo, hay que resaltar la poca fiabilidad que ofrecen estos datos, pues regis-
en 92 vecinos) hubo un importante descenso de población no recuperado hasta tran un período intercensal de tan sólo tres años. En comparación con pueblos
1844. La elevada tasa de crecimiento se vio frenada, aunque se recuperó en limítrofes o similares, Carratraca se aproxima a la tendencia de Cuevas.
1844, siendo equiparable al crecimiento de otras poblaciones similares como El período que ofrece para nosotros interés es el que recogen los censos
Cuevas del Becerro (con crecimientos mayores a los de Casarabonela, pero de 1887, 1897 y 1900. Entre 1877 y 1887, Carratraca ofrece la menor tasa de
N» DE HABITANTES ÁRDALES — » crecimiento anual de los pueblos con los que la comparamos y, aunque mayor
6000 -, CARRATRACA--#- a la media de la Serranía (que es débilmente negativa con -0'08), es inferior
CASARABONELA—O- a la media provincial de 0'38. Lo mismo sucede en 1897, en que su descenso
CUEVAS DEL BECERRO'-O-
(-0'74) supera la media provincial (ahora negativa con -0'66), la de la Serranía
(-0'52) y la de los pueblos circundantes (-0'69 para Árdales, -0'41 para Casara-
5000 A • " * •
bonela y -0'47 para Cuevas). En 1900 el descenso es ya de -2'78, cuando ya
algunos pueblos empiezan a regularizarse (Árdales con 0'62 y con tendencia
a estabilizarse en las primeras décadas del siglo XX, dentro de la tónica gene-
4000 -\ ral de la provincia que da un crecimiento de 1'84 y se estabiliza en las mismas
fechas con un débil crecimiento), otros siguen cayendo pero con menor inten-
sidad que Carratraca (Casarabonela con -V 20 y la Serranía con -0'76).
3000 Á Para 1910 Cuevas es el único pueblo que desciende más que Carratraca
con -2'51, cuando ésta baja -1'34. Los demás pueblos, la Serranía y el total
han frenado la caída e inician la estabilización. Carratraca no recupera esta
estabilidad demográfica hasta 1920, siendo a partir de ese momento superpo-
2000 H
J*--*. nible su evolución a la de Cuevas del Becerro y similar a la de la Serranía (véanse
gráficas 8, 9 y 10 y tabla 8).
Por lo que respecta al movimiento natural de la población no va a ofrecer
1000 H
grandes cambios en su comparación a otros núcleos poblacionales estudiados
(véanse tabla 9 y gráfica 11). En el régimen de natalidad no aparecen diferen-
cias notables con Cuevas del Becerro, al igual que en la mortalidad infantil,
en la que siguen una evolución paralela con un descenso continuo durante este
1800 1900 ANO
1700 siglo. La mortalidad general no va a ofrecer datos de especial interés.
GRÁFICA 7
En los matrimonios hay que hacer constar un descenso progresivo con una
POBLACIÓN COMPARATIVA DE CARRATRACA marcada caída en el período 1871-1885, siendo muy escaso el aumento hasta
(1758-1900) 1890, con un pico en 1895 y posterior estabilización. Pero Carratraca tenderá
desde 1901-1905 a ocasionales descensos (1906-10, 1926-30).
295. Tabla 8 y gráficas 7 a 9. La reconstrucción de población que se ofrece en la gráfica 7 es una elaboración La natalidad, como dijimos en un principio, aumenta o permanece esta-
propia a partir de datos obtenidos de diversas memorias de médicos y obras geográficas (diccionarios y trata- ble, con un aumento notorio entre 1886-1890 y no presentando un descenso
dos) ya consignadas anteriormente. Las gráficas 7 a 11, así como las tablas 8 y 9, son también de elaboración
propia a partir de datos de la obra de Damián LÓPEZ CANO, La población malagueña en el siglo XX, Málaga,
hasta 1896-1900. Pese a ello y a ser su tasa de natalidad mayor a la de los pue-
Universidad de Málaga, 1985; Censos y Padrones del Instituto Nacional de Estadística y Libros de Nacimientos, blos patrón, la población disminuye, cuando las defunciones también son esta-
Matrimonios y Defunciones de los Registros Civiles de Árdales, Carratraca y Cuevas del Becerro. Los registros bles y sólo aumentaron entre 1876-1880. Por lo tanto, la pérdida de población
de población del Marqués de la Ensenada, de Floridablanca y el de Larruga, han sido consultados infructuosa-
mente: Carratraca formaba parte de Casarabonela y, por tanto, su población no aparecía desglosada. sólo es explicable por la emigración.

136 137
En resumen, la disminución de la tasa de crecimiento anual de la pobla- de-0'56, Alozaina tenía-0'97; Guaro, -1'71; Monda, -1'34 y la Serranía-1'32.
ción y la pérdida neta de la misma con motivo de la emigración, ambas de forma El último censo de 1981 exhibía una estabilización de la población de Tolox
más acentuada que en los pueblos patrón, nos lleva a concluir que la caída (-0'02) cuando las demás continuaban perdiendo habitantes.
del balneario dejó sentir los efectos de la crisis económica malagueña con más En cuanto a los movimientos naturales de población se aprecia como dato
rigor sobre los habitantes de Carratraca, quienes basaban su economía (o la más significativo, para este último período en que constatamos un cambio en
suplementaban) con los ingresos obtenidos durante la temporada de baños a la dinámica de la población, la más elevada tasa de nupcialidad (véanse tabla
través de alquileres, comercio u otros servicios a los agüistas. 11 y gráfica 13). La natalidad no es valorable, pues su descenso es debido a
la inscripción de los nacidos en el lugar de nacimiento que suele ser algún hos-
pital de la ciudad de Málaga, lo que impide correlacionarla con la mortalidad
5.2.2. Tolox: el balneario y la emigración en el mismo período.
La explicación a ello sólo parece darse por el desarrollo del balneario en
Los pueblos estudiados (Tolox, Guaro, Monda y Alozaina)296 tuvieron un las últimas décadas y, paralelamente, una gran actividad hostelera y turística
gran crecimiento hasta mediados del pasado siglo, hasta 1877 concretamente durante las temporadas de baños que, si bien no consiguen convertirse en indus-
(véanse la tabla 9 y la gráfica 12). El censo de 1887 tan sólo refleja un cierto tria y funcionan clandestinamente en muchos casos, suponen unos ingresos
aumento de población para Alozaina con una tasa de crecimiento anual de 0'42 suplementarios capaces de frenar en parte la fuerte emigración sufrida en los
y una espectacular caída para Guaro (-2'26, aunque los datos censales sobre pueblos del interior de la provincia malagueña.
esta población parecen tener escasa fiabilidad). Tolox presenta un ligerísimo
descenso (-O'Ol) menor que las otras y menor también que la media de la Serra-
nía (-0'08), pero no aumenta con el conjunto de la provincia (ver gráficas 8 y 9).
En 1897 la caída es manifiesta para todos, menos para Guaro (considé-
rense los posibles errores censales). Tolox tiene un descenso menor que los otros,
pero mayor que la media de la Serranía y de la provincia. Por contra, sólo
tres años después, el censo de 1900 refleja que el descenso de Tolox es mayor
que los demás (menos Guaro) e incluso que la Serranía.
El siglo XX se caracteriza por una disminución constante de la población
de estos pueblos, que obtienen tasas de crecimiento anuales negativas en todos
los períodos censales, con la excepción de 1910, en que tanto Guaro como Tolox
obtienen tasas positivas con 1*77 para el primero y 1*32 para el segundo.
Habrá que esperar a 1940 para observar los primeros cambios demográfi-
cos que van a alejar a Tolox de los restantes pueblos patrón. En este censo
Tolox, Monda y la Serranía obtienen tasas positivas de crecimiento (0'39; 0'42
y 0'16 respectivamente, cuando la provincia obtenía una tasa de 1'05).
El censo de 1950 contempla los crecimientos de Alozaina (0'57) y Guaro
(0'24), así como el aumento de Tolox (0'45). Monda y la Serranía inician sin
embargo su disminución. El siguiente censo, el de 1960, exhibe unos datos suma-
mente reveladores: Tolox es el único pueblo con tasa de crecimiento positiva
(0'35), superior incluso a la de la provincia (0'33), en una época en que la emi-
gración a otras zonas de España (Cataluña, fundamentalmente) o a países cen-
troeuropeos era particularmente intensa.
Pese a todo, en el año 1970, Tolox mostraba una disminución de su pobla-
ción pero sin duda mucho menor que las de los demás pueblos: ante su tasa

296. Los datos se han obtenido de Damián LÓPEZ CANO, op. cit., Censos y Padrones del Instituto Nacio-
nal de Estadística y de los Libros de Nacimientos, Matrimonios y Defunciones de Guaro, Monda y Tolox.

138 139
r
N 9 DE HABITANTES
120000 n
0*d

100000 H
/tí °

80000 -I

60000 A

40000 1 r
1700 1800 1900 2000 AÑO

GRÁFICA 8

POBLACIÓN DE LA SERRANÍA DE RONDA

N» DE HABITANTES
1,20 e+6 -i

1,00 e+6 H

8,00 e+5 "I

6,00 e+5 i
na
íü- # *
4,00 e+5 i
..a
o-D-
2,00 e+5 H a-

0,00 e+5 T r 1
1700 1800 1900 2000 AÑO

GRÁFICA 9

POBLACIÓN DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA


141

i
POBLACIÓN CENSAL DE HECHO POBLACIÓN CENSAL DE HECHO
Habitantes Habitantes
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1 940 1950 1960 1970 1981
ÁRDALES 1814 2250 2948 2890 3912 4196 4960 5080 4730 ¡ÁRDALES 4818 5138 5229 5177 5' ' 2 5187 4603 4011 2706
CARRATRACA 872 1273 1269 1701 1722 1595 CARRATRACA 1462 1266 1276 1440 •H3 1548 1249 957 967
CASARABONELA 2800 3138 3376 3613 3776 4018 4412 4915 4715 CASARABONELA 4545 4541 4530 5074 4962 5805 5148 3320 2726
CUEVAS DEL BECERRO 367 401 510 827 1278 1362 2560 2788 2658 COEVAS DEL BECERRO 2934 2198 2415 2354 2425 2457 2165 1729 1823
SERRANÍA DE RONDA 47294 58622 62007 82071 102021 96686 107235 106380 100871 SERRANÍA DE RONDA 98565 101757 110022 114178 116052 113670 107119 92996
PROVINCIA 199019 237195 243886 338702 451406 446659 500322 519397 485142 PROVINCIA 511989 523412 554301 613160 677474 750115 775167 867549 1036261
Aumento total Aumento total
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
ÁRDALES 436 698 -58 1022 284 764 120 -350 ÁRDALES 88 320 91 -52 -5 15 -584 -592 -1305
CARRATRACA 872 401 -4 432 21 -127 CARRATRACA -133 -196 10 164 8 100 -299 -292 10
CASARABONELA 338 238 237 163 242 394 503 -200 CASARABONELA -170 -4 -11 544 -112 843 -657 -1828 -594
CUEVAS DEL BECERRO 34 109 317 451 84 1198 228 -130 CUEVAS DEL BECERRO 276 -736 217 -61 71 32 -292 -436 94
SERRANÍA DE RONDA 11328 3385 20064 19950 -5335 10549 -855 -5509 SERRANÍA DE RONDA -2306 3192 8265 4156 1874 -2382 -6551 -14123
PROVINCIA 38176 6691 94816 112704 -4747 53663 19075 -34255 PROVINCIA 26847 11423 30889 58859 64314 72641 25052 92382 168712
Aumento anual Aumento anual
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
ÁRDALES 25,65 36,74 -1,05 68,13 94,67 44,94 12,00 -35.00 ÁRDALES 29.33 32,00 9,10 -5,20 -0.50 1,50 -58.40 -59.20 -118,64
CARRATRACA 15,85 26,73 -1,33 25.41 2,10 -12,70 CARRATRACA -44.33 -19.60 1.00 16,40 0.80 10.00 -29,90 -29,20 0,91
CASARABONELA 19,88 12,53 4,31 10.87 80,67 23,18 50,30 -20,00 CASARABONELA -56,67 -0,40 -1,10 54.40 -11,20 84.30 -65,70 -182,80 -54,00
CUEVAS DEL BECERRO 2,00 5.74 5.76 30,07 28,00 70,47 22,80 -13,00 CUEVAS DEL BECERRO 92.00 -73,60 21.70 -6.10 7,10 3.20 -29.20 -43.60 8.55
SERRANÍA DE RONDA 666,35 178,16 364,80 1330,00 -1778,3 620.53 -85,50 -550,90 SERRANÍA DE RONDA -768.67 319.20 826,50 415,60 187,40 -238,20 -655,10 -1412,3
PROVINCIA 2245,65 352,16 1723,93 7513.60 -1582,3 3156,65 1907.50 -3425,5 PROVINCIA 8949,00 1142,30 3088,90 5885,90 6431,40 7264.10 2505,20 9238.20 15337,5
Tasa cto. anual Tasa cto. anual
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
ÁRDALES • 1,41 .1.63 -0,04 2,36 2,42 1.07 0,24 -0,69 ÁRDALES 0.62 0,66 0,18 -0.10 -0.01 0.03 -1.13 -1,29 -2,96
CARRATRACA 3,07 -0,10 2,00 0,12 -0,74 CARRATRACA -2.78 -1.34 0,08 1,29 0.06 0.69 -1,93 -2,34 0,09
•y
CASARABONELA 0,71 "• 0',40 0,30 2.14 1,14 -0,41 CASARABONELA -1,20 -0.01 -0,02 1.20 -0.22 1.70 -1.13 -3.55 -1,63
0,13 0,58
CUEVAS DEL BECERRO 0,54 1,43 3,64 2,19 5,17 -0,47 CUEVAS DEL BECERRO 3,46 -2.51 0,99 -0.25 0,30 0,13 -1.19 -2,01 0,49
1,13 0,89
SERRANÍA DE RONDA 1,41 0,30 1,62 -1,74 0,64 -0,52 SERRANÍA DE RONDA -0.76 0,32 0,81 0.38 0,16 -0,21 -0,58 -1.32
0,59 -0,08
PROVINCIA PROVINCIA 1,84 0,22 0,59 1,06 1,05 1.07 0,33 1.19 1,77
1,13 0,15 0,71 2,22 -0,35 0,71 0,38 -0,66

Serranía de Ronda: Carratraca TABLA 8 Serranía de Ronda: Carratraca TABLA 8 (cont.)

Habitantes Habitantes
1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887
ALOZAINA 3172 3030 2984 2941 2930 3097 3056 2759 2459
ALOZAINA 1660 1631 1680 2914 3283 3267 3447 3592 3219
GUARO 2290 2696 2215 2892 2801 2867 2597 2153 1977
GUARO 1503 1760 2031 2128 2242 2406 2938 2275 3029
MONDA 3432 3319 3073 2711 2824 2708 2389 2069 1786
MONDA 2013 2592 2386 3903 3557 3761 3950 3891 3451
TOLOX 2905 3288 3179 2869 2981 3115 3225 3043 3037
TOLOX 1474 1856 2041 1999 2973 3045 3363 3359 3090
SERRANÍA DE RONDA 98565 101757 110022 114178 116052 113670 107119 92996
SERRANÍA DE RONDA 47294 58622 62007 82071 102021 96686 107235 106380 100871
PROVINCIA PROVINCIA 511989 523412 554301 613160 677474 750115 775167 867549 1036261
199019 237195 243886 338702 451406 446659 500322 519397 485142
Aumento total Aumento total
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897
ALOZAINA -47 -142 -46 -43 -1 1 167 -41 -297 -300
ALOZAINA -29 49 1234 369 -16 180 145 -373
GUARO -739 406 -481 677 -91 66 -270 -444 -176
GUARO 257 271 97 114 164 532 -663 754
MONDA -19 -1 13 -246 -362 113 -116 -319 -320 -283
MONDA 579 -206 1517 -346 204 189 -59 -440
TOLOX -185 383 -109 -310 112 134 110 -182 -6
TOLOX 382 185 -42 974 72 318 - 4 -269
SERRANÍA DE RONDA -2306 3192 8265 4156 1874 -2382 -6551 -14123
SERRANÍA DE RONDA 11328 3385 20064 19950 -5335 10549 -855 -5509
PROVINCIA 26847 11423 30889 58859 64314 72641 25052 92382 168712
PROVINCIA 38176 6691 94816 112704 -4747 53663 19075 -34255
Aumento anual Aumento anual
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897
ALOZAINA -15,67 -14,20 -4,60 -4.30 -1.10 16,70 -4.10 -29,70 -27,27
ALOZAINA -1,71 2,58 22,44 24,60 -5,33 10,59 14,50 -37,30
GUARO -246.33 40.60 -48,10 67.70 -9.10 6,60 -27,00 -44,40 -16,00
GUARO 15,12 14,26 1,76 7,60 54,67 31,29 -66,30 75,40
MONDA -6.33 -11,30 -24,60 -36.20 11.30 -11,60 -31,90 -32,00 -25,73
MONDA 34,06 -10,84 27,58 -23,07 68,00 11,12 -5,90 -44,00
TOLOX -61.67 38.30 -10.90 -31.00 11.20 13.40 11.00 -18,20 -0,55
TOLOX 22,47 9.74 -0,76 64,93 24,00 18,71 -0,40 -26,90
SERRANÍA DE RONDA -768,67 319.20 826.50 415.60 187.40 -238.20 -655,10 -1412,3
SERRANÍA DE RONDA 666,35 178,16 364,80 1330,00 -1778,3 620.53 -85,50 -550,90
PROVINCIA 8949,00 1142,30 3088,90 5885,90 6431,40 7264.10 2505,20 9238,20 15337.5
PROVINCIA 2245,65 352,16 1723,93 7513,60 -1582,3 3156,65 1907,50 -3425,5
Tasa cto. anual Tasa cto. anual
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981
1751 1768 1787 1842 1857 1860 1877 1887 1897
ALOZAINA -0,4867 -0,45 -0.15 -0,14 -0,04 0.57 -0.13 -0,97 -0,99
ALOZAINA -0,10 0,16 1.34 0.84 -0,16 0,32 0,42 -1,04
GUARO -8,1325 1.77 -1.78 3.06 -0.31 0,24 -0,94 -1,71 -0,74
GUARO 1,01 0,81 0,09 0,36 2,44 1,30 -2,26 3,31
MONDA -0,1835 -0.33 -0,74 -1.18 0.42 -0.41 -1,18 -1.34 -1,24
MONDA 1.69 -0.42 1,16 -0,59 1,91 0,30 -0,15 1,13
TOLOX -1,9957 1,32 -0.33 -0.98 0.39 0,45 0,35 -0,56 -0,02
TOLOX 1,52 0,52 -0,04 3.25 0,81 0,61 -0,01 -0,80
SERRANÍA DE RONDA -0,762 0.32 0.81 0,38 0.16 -0,21 -0,58 -1.32
SERRANÍA DE RONDA 1,41 0,30 0,59 1,62 -1,74 0,64 -0,08 -0,52
PROVINCIA 1,84461 0,22 0,59 1,06 1.05 1,07 0,33 1,19 1.77
PROVINCIA 1,13 0,15 0,71 2,22 -0,35 0,71 0,38 -0,66

Serranía de Ronda: Tolox TABLA 9 Serranía de Ronda: Tolox TABLA 9 (cont)

142 143
MOVIMIENTO NATURAL DE POBLACIÓN SEGÚN LIBROS MOVIMIENTO NATURAL DE POBLACIÓN SEGÚN LIBROS
DE REGISTRO CIVIL DE REGISTRO CIVIL

Nacidos vivos Nacidos vivos


1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
ÁRDALES 610 563 519 340 293 291 303 282 268 366 526 664 AROALES 869 691 732 665 440 347 213 157 93 57 166
CARRATRAC/ 444 428 389 441 424 355 409 281 238 271 239 155 CARRATRAO 226 213 210 183 107 115 88 63 41 39 58
CUEVAS B. 526 460 441 428 395 397 460 486 264 395 291 336 CUEVAS B. 381 262 306 320 255 209 172 130 75 75 103
Mortalidad Infantil (números absolutos) Mortalidad Infantil (números absolutos)
1871-5 1876-80 1681-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 I 1986-90
ÁRDALES 247 212 179 147 203 176 181 162 195 204 194 137 AROALES 137 101 80 40 40 25 14 7 3 1 0
CARRATRAC/ 79 88 71 70 75 40 69 45 27 46 34 24 CARRATRAC- 17 32 20 12 7 13 2 2 0 0 0
CUEVAS B. 20 45 72 71 45 53 52 43 72 73 56 42 CUEVAS B. 28 27 28 32 17 8 4 2 5 0 1 I
Tasa de mo rtaltdad Inlantll Tasa de mortalidad Infantil
1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
ÁRDALES 40,49 37,66 34,49 43,24 69,28 60,48 59,74 57,45 72.76 55,74 36.88 20.63 ÁRDALES 15,77 14,62 10,93 6,02 9,09 7,20 6,57 4,46 3,23 1,75 0,00
CARRATRAC/ 17,79 20,56 18,25 15.87 17,69 11,27 16,87 16,01 11.34 16,97 14,23 15,48 CARRATRAC/ 7,52 15,02 9,52 6.56 6,54 11,30 2,27 3,17 0,00 0,00 0,00
CUEVAS B. 3,80 9,78 16,33 16,59 11,39 13,35 11,30 8,85 27,27 18.48 19,24 12.50 CUEVAS B 7,35 10,31 9,15 10,00 6,67 3,83 2,33 1.54 6,67 0,00 0,97
Defunciones Defunciones
1871-5 1 8 7 6 - 8 0 1B81-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
ÁRDALES 910 886 929 849 958 811 820 638 677 716 648 539 ÁRDALES 486 376 425 295 217 192 146 124 1 16 120 108
CARRATRAC/ 250 318 271 306 267 202 228 146 145 168 158 104 CARRATRAC/ 89 142 95 92 75 70 56 53 39 42 53
CUEVAS B. 84 222 234 278 326 240 233 223 255 285 275 208 CUEVAS B. 178 155 191 188 121 105 93 91 85 1 10 108
Matrimonios Matrimonios
1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-19001 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
ÁRDALES 202 185 137 149 244 211 157 165 179 197 165 174 ÁRDALES 67 182 189 201 184 198 142 100 103 92 84
CARRATRAC/ 84 35 6 24 70 71 73 37 59 66 60 42 CARRATRAC/ 54 45 45 41 52 57 60 50 32 24 32
CUEVAS B. 103 66 19 28 91 87 83 97 66 62 81 99 CUEVAS B. 40 69 95 85 94 103 1 1 86 69 52 57

T A B L A 10 T A B L A 1 0 (cont.)
Carratraca y pueblos control Carratraca y pueblos control

Nacidos vivos Nacidos vivos


1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
GUARO 274 245 376 524 461 180 273 304 254 305 418 427 GUARO 501 341 352 275 175 92 44 12 2 22 100
MONDA 1013 1036 794 706 585 727 698 544 521 462 442 379 MONDA 307 274 218 239 203 I 09 1 18 101 35 33 59
TOLOX 841 809 777 806 742 71 1 602 686 631 580 543 454 TOLOX 471 390 365 322 294 294 263 155 31 47 139
Mortalidad inlanlil (números absolutos) Mortalidad infantil (números absolutos)
1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
GUARO 51 49 74 64 100 1 14 112 82 80 85 81 51 GUARO ' 52 33 33 20 15 5 6 5 2 1 0
MONOA 143 185 155 168 1 10 109 94 56 77 84 49 40 MONDA 32 37 25 24 7 3 6 1 3 4 0
TOLOX 203 174 141 155 132 121 134 11 1 79 93 76 47 TOLOX 49 44 40 23 1 7 10 9 5 3 1 1
Tasa de mortalidad infantil Tasa de mortalidad Infantil
1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5
GUARO 18,61 20,00 19,68 12,21 21,69 63,33 4 1.03 26,97 31.50 27,87 19,36 1 1.94 10,38 9.38 7.27 13,64
MONDA 14.12 17,86 19,52 23,80 18,80 14,99 13,47 10,29 14,78 18.16 11,09 10.55 10,42 1 1.47 10.04 5,08 0,00
TOLOX 24,14 21,51 18,15 19,23 17.79 17,02 16.71 16.18 12,52 16,03 14.00 10.35 10,40 10.96 7.14 5.78 3,42 0.72
Delunciones Defunciones
1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30
GUARO 249 312 386 313 427 508 393 357 312 379 323 261
MONDA 686 774 732 714 504 530 524 397 380 408 271 253
TOLOX 596 583 520 668 478 454 444 366 326 360 317 219
Matrimonios
1871-5 1876-80 1881-5 1886-90 1891-5 96-1900 1901-5 1906-10 1911-5 1916-20 1921-5 1926-30 1931-5 1936-40 1941-5 1946-50 1951-5 1956-60 1961-5 1966-70 1971-5 1976-80 1981-5 1986-90
GUARO 134 35 1 34 152 139 175 120 119 157 106 171 GUARO 56 55 1 10 94 109 123 103 90 84 54 43
MONDA 268 1 12 8 102 168 174 171 131 130 116 106 131 MONDA 116 98 128 126 109 1 12 88 69 65 57 4 1
TOLOX 232 1 1 1 167 139 167 142 154 110 107 115 103 1 14 TOLOX 119 59 104 112 1 1 1 134 139 144 1 16 127 66

TABLA 1 1 T A B L A 11 (cont.
Tolox y pueblos control Tolox y pueblos control

144 145
N» DE HABITANTES
_ . » . _ ÁRDALES N> DE HABITANTES
6000 -i --.©--.CARRATRACA ALOZAINA -o-
4000 -i
—O CASARABONELA GUARO —o-
0
CUEVAS DEL B. MONDA —•-
TOLOX —•-•
5000 H

4000 H

3000 H

2000 H

1000 H
tí »--• 2000

O,.--a
AÑO
D
G R Á F I C A 12
1700 1800 1900 2000 ANO
POBLACIÓN CENSAL DE HECHO (1751-1981)
GRÁFICA 10
POBLACIÓN CENSAL DE HECHO (1751-1981)

•-• NATALIDAD NATALIDAD ••••»••


1000
—o—MORT. INFANTIL MORT. I N F A N T I L - IN-
—o—MORTALIDAD MORTALIDAD - o -
-«--NUPCIALIDAD NUPCIALIDAD —••-

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GRÁFICA 1 1 G R Á F I C A 13
MOVIMIENTO QUINQUENAL DE POBLACIÓN MOVIMIENTO QUINQUENAL DE POBLACIÓN
CARRATRACA (1871-1935) TOLOX (1871-1985)
146 147
r

6.
LOS BALNEARIOS OFICIALES
6.1. CARRATRACA: EL BALNEARIO DE LA BURGUESÍA

6.1.1. El nacimiento de una población

Una especial toponimia anuncia al viajero la proximidad de un importante


venero: las cumbres de la Sierra de Aguas y la Sierra de Baños, dejan entre
ellas la más modesta cumbre de Sierra Blanquilla, en cuya ladera suroeste se
encuentra la población de Carratraca, famosa por sus baños sulfurosos.
Situada a 36°51' de latitud Norte y 4°9' de longitud Oeste, a 541 metros
de altitud y a 56 kilómetros al Oeste de la ciudad de Málaga, limitada por los
términos municipales de Árdales y Casarabonela, es una zona fundamental-
mente agrícola de secano, con cultivos de vid y olivar propios de su terreno
montañoso.
Sorprenden en las calles de la población (que no llega a los mil habitantes)
los vestigios de un pasado de prosperidad: el hotel del balneario, la casa de
los Heredia, la casa palacio de Trinidad Grund, la plaza de toros, el propio
balneario... Sin embargo, el presente siglo fue inclemente con Carratraca. La
familia de Granada propietaria del balneario, los Dávila, abandonaron pro-
gresivamente la atención de un negocio poco productivo297 y hubo que espe-
rar a la constitución, en 1973, de la sociedad "Balneario de Carratraca S.A.",
formada por Francisco Benavides Hombrado y su hija, vecinos del pueblo,
y Eduardo Martín Almendro, industrial de Málaga, para ver surgir nuevos inte-
reses en la recuperación del balneario.298
No obstante, las inversiones han sido escasas, la promoción nula, el crite-
rio científico inexistente y los problemas económicos han colocado al estable-

297. Archivo Sección de Minas de la Delegación Provincial de Málaga del Ministerio de Industria, Caja
15, n.° 1 y s.n., "Informes de visitas de 1946".
298. Registro Mercantil de Málaga, Sec. 3. a "Sociedades", Tomo 281, f. 85ss. y Tomo 434, f. 135.

151
cimiento en una precaria situación. Los intereses de la Junta de Andalucía, de un río del mismo nombre, junto al cual existía una venta,303 que en la
de los propietarios y del Ayuntamiento vuelven a recordar viejísimas disputas Carta Puebla de Casarabonela de 31 de agosto de 1574, al hablar del reparto
ya iniciadas cuando los baños se llamaban de Árdales y Carratraca aún no era de las tierras pertenecientes a moriscos, se vuelve a nombrar:
municipio.
[...] iendo todavía hacia la dicha Alora en el paraje de la Fuente del Agua
La existencia de un poblamiento romano en el lugar que actualmente ocupa Hidionda a donde esta un pedazo de tierra llana en la Sierra del Pinar que
Carratraca parece innegable, según afirman diversos escritores.299 Los hallaz- llaman la Sierra blanquilla, esta otro Mojón quedando la dicha fuente de Agua
gos de cuatro baños de piedra a unos 800 metros del manantial (utilizados como Hidionda, y venta que junto a ella esta en el termino de esta dicha Villa, y
material para la construcción de una fonda), pilas , conducciones de agua, sepul- hasta aqui parte términos con la dicha Villa de Árdales, y comienza a partir
cros (varios de piedra y uno de plomo), utensilios domésticos (vasijas de dife- con la de Alora [...];304
rentes formas) y bastantes monedas de cobre (unas de la época de consulado y sobre la que más adelante añadirá: "Ay dentro en el dicho termino dos ventas
de Teodosio y otras de Tiberio, como cónsul y como emperador) son prueba, la una que dicen del Agua Hidionda, la otra de lopesan dis que son de particu-
no sólo de su ocupación, sino también del probable empleo del agua minero- lares Christianos biejos están como una legua la una de la otra, y ambas en
medicinal; suposición bastante lógica dada la tradición balnearia del pueblo el camino que va de Malaga a Hardales á una legua y legua y media de dicha
romano y las poco disimulables características del manantial que nos ocupa.
villa de Casarabonela".™
Abundan en este aspecto los trozos de calzada romana, que sugieren además
una posible explotación minera ya en esta época.300 No tendremos nuevas noticias del lugar hasta un siglo más tarde, en el
informe que el médico de Antequera, Manuel Almeyda, envía a Alfonso Limón
No se conservan, en cambio, testimonios de su utilización por los pueblos Montero a principios de 1677. Por él conoceremos varios datos de interés: por
musulmanes y todos los informes recogidos se limitan a aventurar hipótesis
un lado, la penuria de instalaciones y viviendas, que se limitaban a una poza
al respecto. Martínez Reguera, basándose en el Methodus medendi de Abulca-
donde caía el agua y a unas chozas incómodas; por otro, la rápida populariza-
sis (en que refiere cuatro baños de fuente natural en Andalucía), interpreta que
ción de sus efectos terapéuticos, pues "[...] han sido tan marauillosos, que ya
Alhama de Granada, Graena, Árdales y El Horcajo tenían uso con fines tera-
péuticos en esa época.301 Si de algunos de ellos no cabe discusión al respecto, con su baño se van oluidando los de Alhama; [...]".** Como podemos com-
no podemos decir lo mismo de Carratraca, por parecer más lógico que uno probar, bajo el silencio de ese siglo sin información se oculta un radical cambio
de estos cuatro baños fuese el de Casares, de mayor tradición y con una edifi- en la consideración del agua como recurso terapéutico y, particularmente, en
cación romana que se ha conservado hasta nuestros días y no pudo dejar de la de estos baños de Árdales o de Carratraca. No existen datos para llenar este
ser conocida por los pueblos llegados después. Ningún historiador menciona vacío y tan sólo nos queda recurrir a los historiadores más próximos en el
restos arqueológicos que prueben la presencia sarracena y los bosques de enci- tiempo, quienes, con una ostensible falta de rigor, dan fechas exactas a suce-
nas que crecieron sobre el asentamiento romano302 son sugestivos de que, de sos míticos. También aquí se reproduce la historia del animal llagado (un perro
existir alguna población, ésta no debió ser muy numerosa. o un burro) que sana al bañarse en las aguas y el relato del empirismo por el
que también el hombre recupera la salud siguiendo el ejemplo que le brinda
En 1485 pasa a manos cristianas y en los libros de repartimiento de Casa- la naturaleza, si bien en este caso le da nombre propio y adorna como leyenda.
rabonela podemos constatar la existencia de las tierras del Agua Hedionda y Según unos fueron los pastores quienes observaron directamente el efecto de
las aguas en la sarna y úlceras de sus ganados y reanudaron el empleo de los
baños en 1656; según otros esto no sucedería hasta 1658, año en que un con-
299. Los autores que se ocuparon en primer lugar de estos vestigios fueron Juan de la MONJA, en sus memo-
rias impresas Análisis de las aguas medicinales de Árdales, llamadas también de Carratraca, Málaga, Luis de trabandista aquejado del mal de San Lázaro y conocido como Juan Camisón
Carreras, 1818, 16 y Compendio analítico de las propiedades químicas y medicinales de las aguas minerales (pues sus múltiples ulceraciones sólo le permitían el uso de esta prenda), recha-
de Carratraca, llamadas vulgarmente de Hardales, Málaga, Francisco Martínez de Aguilar, 1826, 4; Eduardo
HENARES, "Carratraca", El Guadalhorce, 1,20: 153 (1839) y José SALGADO Y GUILLERMO, Monografía zado socialmente por su padecimiento, buscase refugio en las inmediaciones
de las aguas sulfo, selénido hídricas, arseniadas, bicarbonatadas alcalino-térreo, metálicas, de Carratraca, Madrid,
Imp. de Manuel Minuesa, 1860, 17-21. Escritores anteriores no hacen mención al posible origen romano y los
posteriores toman sus informes de los aquí citados. 303. Hemos obtenido estos datos de Rafael BE JARANO PÉREZ, El repartimiento de Casarabonela, Málaga,
300. A este respecto se pueden consultar los escritos de Carlos GOZALBES CRAVIOTO, Las vías romanas Instituto de Cultura de la Excma. Diputación Provincial, 1974, pass.; estudio y transcripción de los informes
de Málaga, Madrid, Turner y Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1986, 149-50 y "La vía relativos a dicha población que figuran en el vol. 4.° de la Colección Municipal de los Repartimientos.
romana lluro-Arunda. La conexión del Valle del Guadalhorce con la Meseta de Ronda en época romana", Estudios 304. A. M. Casarab., "Carta puebla de Casarabonela", f. 186.
de Ronda y su serranía, I: 73-75 (1980).
305. A. M. Casarab., "Carta puebla de Casarabonela", f. 214.
301. Leopoldo MARTÍNEZ REGUERA, Bibliografía hidrológico-médica española, Madrid, Establ. Tip.
Sucesores de Rivadeneyra, 1896, II (1): 11. 306. Se trata del informe del doctor Manuel Almeyda, transcrito por Alfonso LIMÓN MONTERO en su
Espejo cristalino de las agvas de España, hermoseado, y gvarnecido, con el Marco de variedad de Fuentes, y
302. Esto dicen Juan de la MONJA y Eduardo HENARES en sus obras citadas anteriormente en nota 299. Baños, Alcalá, Francisco Garda Fernandez, 1697, 118-20.

152 153
del manantial y, construyendo allí una choza, comenzase a bañarse hasta alcan- No quedan satisfechos los vecinos de Carratraca con esta decisión en la
zar así la curación. Interviene aquí el elemento taumatúrgico cristiano: el agua que para nada cuentan con ellos, hecho que viene a sumarse al antiguo des-
no sólo cura su cuerpo, sino que (como bautismo) hace lo propio con su alma contento de unos habitantes que, aportando los mayores beneficios económi-
y, convencido del milagro, abandona el contrabando para erigir una pequeña cos del término gracias a los baños, se ven sometidos al pago de unas
ermita en la que coloca una imagen de la virgen, tallada con sus propias manos, contribuciones que sienten excesivas y ajenas, mientras sólo existe desinterés
a la que da el nombre de Nuestra Señora de la Salud y, desde entonces, a las por parte de la villa de Casarabonela para otros asuntos. Dos elementos van
aguas "hediondas" las llamaría "santas".307 a influir en la aceleración del ansia independentista: por un lado la creación
en 1802 de una parroquia propia y por otro una buena excusa. Ésta era simple
Aunque la realidad no fuera ésta, se ponen aquí de manifiesto los elemen- pues, tras el nombramiento en 1802 de Antonio Miguel Cueto como alcalde,
tos empíricos y creenciales que explican el desarrollo paralelo de la ermita y corría febrero de 1803 y no se había vuelto a designar a ningún otro en este
el baño, en torno a los cuales comienza a crearse una población. En 1700 se cargo. Nada más a propósito para que, alegando su necesidad, nombrasen ellos
hace un estanque y seis años más tarde se construye una tapia alrededor, aunque mismos a Juan de Vera como alcalde y a Salvador Florido como regidor,
hasta 1724 no se procederá a elevar un tabique divisorio que delimite una alberca pidiendo al Ayuntamiento de Málaga la autorización en base a tener jurisdic-
para mujeres y otra para hombres.308 En 1740 se reconstruyen los tejados de ción ordinaria, civil y criminal, sobre ambas poblaciones.311
la ermita y en 1745 se bautiza al lugar con el nombre de Carratraca.309 Nueve
años después (en 1754) Juan de Eulate y Santa Cruz, obispo de Málaga, acude Los abogados consultores examinan el caso y deciden que deben autori-
a los baños y dona una nueva imagen de la Virgen de la Salud y bendice el zarse los nombramientos y convocar a los interesados para recoger los títulos,
nuevo cementerio. recordándoles la necesidad de realizar elecciones al finalizar cada año, según
lo dispuesto en la circular del 31 de marzo de 1761; lo que resulta aprobado
El pueblo crece y en 1800 se aproxima a los cien vecinos. Es por ello que por el Ayuntamiento de Málaga en sesión del 31 de marzo de 1803.312
el Ayuntamiento de la villa de Casarabonela (a cuyo término pertenecía Carra-
traca desde los repartimientos, como ya hemos visto) decide que, dada la gran Casarabonela no quedaría expectante ante estos acontecimientos, por lo
concurrencia de enfermos y tropa que acuden a medicinarse en las aguas de que (en sesión de su Ayuntamiento de 18 de abril de 1803) decide demandar
los baños y la distancia de dos leguas que separa ambas localidades, resultaría a los nuevos alcalde y regidor de la población de Carratraca y solicitar que
bastante ventajoso que en la Puebla de Carratraca existiese un alcalde pedá- se declaren nulos los nombramientos y que se retiren los títulos. Esto sucede
neo. De este modo, en sesión de 6-1-1800, se nombra a Juan de Vera como durante la visita del obispo a los baños, el día 27 de ese mes, creándose tal
alcalde y a Francisco Morales como ayudante.310 animadversión que los habitantes de Carratraca piensan que podrían desarro-
llarse actos violentos. Isidro Lázaro Guerrero, síndico personero de Casara-
bonela, se encarga de presentar la demanda ante el Gobierno Civil de Málaga
307. La información a este respecto es múltiple, pues la leyenda queda recogida por casi todos los autores y Carratraca pide que se cite al Ayuntamiento de Málaga como parte en el
que se han ocupado de Carratraca. Aparte de los escritos de Monja, Henares y Salgado anteriormente citados
en nota 299, añadiremos el de Antonio GRANADOS, Baños de Hardales. La verdad desnuda. En que se mani- asunto. En el dictamen del gobernador Pedro Truxillo y Tacón, con fecha de
fiesta, que dichos baños tienen mercurio, a quien el vulgo llama azogue, Granada, Herederos de Don Joseph 7 de mayo de 1803, se puede leer que no han existido autos y que la reclama-
de la Puerta, 1760, pero que en realidad fue escrito en 1754 y constituye la primera versión de esta historia. ción no ha lugar,
Muy ilustrativa del elemento taumatúrgico a ella atribuido es la introducción de la Nueva novena de María San-
tísima de la Salud, bajo cuya advocación se venera en la Iglesia Parroquial de Carratraca, Málaga, Esc. Tip.
del Asilo de San Bartolomé, [1915] y que recoge como epílogo las ya impresas Alabanzas a Nuestra Señora [...] sin que por esto sedeva conceptuar inferido despojo á dicha Villa de
de la Salud, cuya imagen se venera en la iglesia Parroquial de los Baños de Carratraca, Málaga, Imp. de Fran- Casarabonela, que como subordinada, y dependiente de esta Ciudad [de
cisco Gil de Montes, 1862. Málaga], en ella, y su Ayuntamiento esta únicamente la posesión de la Juris-
308. Antonio GRANADOS, Baños de Hardales. La verdad desnuda. En que se manifiesta, que dichos baños dicción que obstenta Casaravonela, y por consiguiente la acción legitima, y
tienen mercurio, a quien el vulgo llama azogue, Granada, Herederos de Don Joseph de la Puerta, 1760, 34-5. fundada de proveher en Carratraca, igualmente de su termino, los referidos
309. Ibid., 29. La misma fecha da Manuel Fernández Barea en el informe que transcribe Juan José GARCÍA oficios [...]313
en su Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de las aguas de Hardales, su verdadero analysis
chymico, y Medicinales virtudes, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1759, 59. Será García quien dé el No obstante, Carratraca seguirá dependiendo tributariamente de Casara-
primer apunte sobre la etimología del nombre: según él procede de la onomatopeya del sonido de las castañuelas
con que los bañistas acompañaban sus continuos bailes (p. 21). Medina Conde, reproduciría esta observación bonela, a cuyo término municipal pertenece. No le parece justo a esta última
en sus Conversaciones históricas malagueñas, de donde la tomarían todos los historiadores que la han perpe-
tuado hasta hoy. No obstante, en 1976, la prensa local (Sur) se vio invadida por la polémica que, desde marzo
a octubre, mantuvieron sobre este particular varios intelectuales malagueños entre los que podríamos citar a 311. Ibid.
Rafael León, Manuel y Modesto Laza Palacios, Elena Villamana, Luis López de Uralde y José Baquero Luque. 312. Ibid. A los documentos anteriormente reseñados podemos añadir el Informe al Cabildo, dado en
310. A.H.M.Ma., Actas Capitulares, sesiones de 10-111-1803 (f. 75ss.) y 31-111-1803 (f. 105ss.); Solicitud 29-111-1803 por Francisco Paula Rosado y Juan García de la Chica (f. 109-109v.).
de Antonio Cueto, 22-11-1806 (f. 106-106v.); Transcripción de sesión de 6-1-1800 del Ayuntamiento de Casara- 313. Ibid., Dictamen de Pedro Truxillo y Tacón, Gobernador Político y Militar de la Provincia de Málaga,
bonela (f. 107-107v.); Exposición de Antonio Cueto ante José Christoval Tutor, sacristán de la Iglesia Parro- f. 202v.-203 de las citadas Actas Capitulares, en las que estos y otros documentos (cartas de la Justicia de Carra-
quial de Carratraca, en 20-11-1806 (f. 108-108v.). De no indicarse lo contrario, todos estos documentos del Archivo traca al Ayuntamiento de Málaga en 28-IV y 10-V de 1803) son mencionados en la sesión de 12-V-1803 (f.
176-177v.), aunque insertos más adelante.
Municipal de Málaga se encuentran insertos en los tomos de Actas Capitulares.

154 155
y reclama a la Real Cnancillería de Granada que solicita al Ayuntamiento de en la misma y cuando el intendente de la Provincia les informa de la comuni-
Málaga un informe sobre los consabidos nombramientos. Éste lo cursa en 31 cación del Despacho de Hacienda para la satisfacción del privilegio de villazgo
de mayo de 1803 y aprovecha la ocasión para contraatacar: fue el Ayuntamiento por parte de Carratraca, niega conocerlo.322
de Casarabonela quien decidió crear la Alcaldía Pedánea de Carratraca y el
de Málaga se limitó a ejercer su derecho de autorizar los nombramientos que Finalmente, será decisivo para la completa separación del pueblo la cons-
cada población había de presentarle, cosa que no pudo realizar desde el 31 de titución en Málaga de una Junta para la mejora de los baños, que acelerará
diciembre de 1779 con los de Casarabonela, declarando por tanto ilegales todos la resolución. La necesidad de construcción de unas buenas instalaciones llevan
los que hubiesen efectuado desde entonces.314 El dictamen fue favorable a a considerar al Gobierno que
Málaga, que ostentaba tal derecho desde 1566 según el Fuero de Sevilla, y Casa- Para que los Baños de Carratraca en la Provincia de Málaga puedan
rabonela volvió en 1804 a informar de sus elecciones.315 ponerse en el grado de comodidad que exije su importancia y que las obras
El proceso independentista de Carratraca se vio frenado por la invasión que van á empezarse en ellos no sufran entorpecimiento, se ha servido resol-
francesa, por lo que hasta 1821 no volvería a elegirse el Medio Concejo (alcalde, ver la Reyna N. a S.a que aquella Población sea separada en la jurisdicción
civil de la que hasta ahora han egercido en ella los Alcaldes pedáneos de Casa-
regidor y procurador síndico), señalándosele término alcabalatorio por Real rabonela, entendiéndose directamente con las Autoridades de Malaga como
Orden del 22 de agosto de 1822,316 con la anuencia de Casarabonela hasta esta lo hace [...].323
1823 en que el final del Trienio Constitucional supuso un retorno a la antigua
situación y la violenta retirada de los títulos a los habitantes de Carratraca.3n Sin embargo Carratraca continúa sin tener término propio, pues Casara-
Ésta recurre al gobernador de Málaga (y comisiona a tal fin al capitán de navio bonela alega que, tras la expulsión de los moriscos, los nuevos pobladores com-
José María Montes), mientras que aquélla lo hace a la Cnancillería.318 Carra- praron las tierras obligándose a pagar 202.500 maravedíes anuales y a
traca opta por solicitar la gracia de villazgo, iniciando su tramitación en 1825. perpetuidad; por tanto la nueva villa debe indemnizarles y pagar su parte corres-
El resultado sería la concesión real del Privilegio de Villazgo en 1827, decla- pondiente del censo.324 Interviene la Diputación Provincial y, el 13 de septiem-
rándola independiente de Casarabonela, aunque sujeta en lo jurisdiccional a bre de 1837, una comisión se pronuncia con la conformidad de ambas
Málaga.319 No obstante, debido a lo costoso que sería el desplazamiento de un poblaciones: Casarabonela cede el derecho sobre las tierras y Carratraca se com-
Oficial de la Cámara de Gracia y Justicia del Estado de Castilla con un Recep- promete a satisfacer a la renta de población la parte de censo corres-
tor y otras personas a dar la posesión de la gracia (no menos de 30.000 reales pondiente.325
entre dietas y gratificaciones), los vecinos de Carratraca delegan a diversas per-
sonas para que tramiten la concesión por una autoridad de la provincia. José El nuevo término alcabalatorio es el que ya le fuera señalado en la época
Salamanca inicia la negociación en 1829 y la continúa, con escaso éxito, hasta constitucional, según se decidió en 20 de mayo de 1836 y tras muchas dilacio-
agosto de 1831 en que los vecinos deciden revocar los poderes que le otorgaron nes de las que se acusan mutuamente y pérdida de los documentos que señala-
en vista de su ineficacia, concediéndoselos a Manuel Orozco Coronado, Juan ban las lindes antiguas, se procede el 2 de agosto de 1838 al amojonamiento
José Morales y Francisco Gallardo, procuradores del Juzgado Real de de los límites. Carratraca se compromete a pagar anualmente a la Hacienda
Málaga. 32° Nacional la cantidad de 900 reales de vellón, eximiendo a Casarabonela de la
responsabilidad que tenía en ese particular.326
Mientras tanto, Casarabonela decide ignorar lo que sucede: si para los asun-
tos tributarios alega que Carratraca ha sido separada de la villa en lo relativo
a contribuciones,321 para todo lo demás niega la existencia de Ayuntamiento
6.1.2 Los baños de Árdales
314. Ibid., Informe del Ayuntamiento de Málaga a la Real Cnancillería, con fecha 31-V-1803 (f. 219-222v.). Aunque pueda parecer reiterativo, es necesario insistir en que la pobla-
315. Ibid., sesión de 12-IV-1804 (f. 159-159v.) y Archivo de la Real Chancillería de Granada, Cab. 321,
Leg. 4362, n.° 39 (en páginas s. fol.).
ción se forma en torno a los baños, como demuestran los documentos citados.
316. A.A.Carr., Actas Capitulares, 7-X-1836.
317. Entre los libros de Actas Capitulares que se han conservado en el Ayuntamiento de Casarabonela el 322. A.A.Casarab., "Actas Capitulares", 19-VIII-1832. El texto al que se hace referencia dice lo siguiente:
primer indicio que tenemos de esta vuelta al dominio de la villa sobre Carratraca, aparece en la sesión de "El Rey Nro. Señor se ha servido Conceder sin Egemplar á los vecinos de la Puebla de Carratraca la gracia
28-XII-1829, en que se nombra regidor a José de Vera Sánchez. Y en iguales condiciones aparece todavía la de que satisfagan en cinco años y cantidades iguales lo que adeudan por la merced de villazgo concedida á la
población en 1-1-1832, en que se nombra regidor a Juan Manuel de Vera y Diputado a Felipe de Ortega. expresada Población.".
318. Archivo de la Real Chancillería de Granada, Cab. 321, Leg. 3262, n.° 39 (en páginas s. fol.). 323. A.A.Casarab., Carta del Corregimiento de Málaga al Ayuntamiento de Casarabonela, fechada el
319. Ibid. y A.H.N., Consejos Suprimidos, Leg. 6914, n.° 20. 16-1-1833, en la que comunica la Real Orden de 31-XII-1832.
320. A.H.N., loe. cit. y A.H.P.Ma., Leg. 3956, f. 110-lllv.; Leg. 3959, f. 643-646. 324. Ibid., sesión de 6-VI-1837, f. 30-32.
321. Véase al respecto, en las Actas Capitulares del A.A.Casarab., los oficios leídos en la sesión de 7-1 y 325. Ibid., Carta de la Diputación, fechada el 19-X-1837, f. 59-59v.
30-VI de 7-1 y 30-VI de 1832.
326. Ibid., sesiones de 14-VI, 1-VII, 16-VIII y 22-X-1838 (f. 22-27, 34-35, 36v.-42 y 51v.-52v.).

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Pero es también importante recordar el papel que desempeñó la Iglesia en el La fachada de los baños consistía en una tapia endeble de adobe, sin enlu-
desarrollo de Carratraca pues, como teórico reducto de enfermos, se le había cir, de unas tres varas de altura (2'5 metros).331 En cada uno de sus extremos
de brindar una infraestructura para la asistencia espiritual, que llegan a otor- se abría una puerta que daba paso a unas habitaciones sin techar que servían
garle varios obispos malagueños: Juan de Eulate y Santa Cruz dona en 1754 de vestuario. La de la derecha era la de los varones, estaba parcialmente cubierta
la nueva imagen de Nuestra Señora de la Salud y los fondos para la amplia- por una parra y tenía un poyo alrededor, por el lado derecho.332 Las dimen-
ción de la ermita y José Vicente de la Madrid crea la parroquia en 1802.327 siones de la alberca eran de 9 varas de largo por 5 de ancho (unos 7'5 por 4
Mucho más necesaria había de ser la asistencia sanitaria, para lo cual, ya que metros) y una pared horadada en varios puntos por su parte más baja la sepa-
no existía médico titular por no ser población, todas las temporadas de baños raban de la de mujeres, de dimensiones más reducidas (se deduce que aproxi-
se desplazaba un médico de Casarabonela o, principalmente, de Árdales para madamente 7'5 por 3 metros). La de los hombres era algo más profunda que
residir allí. También sabemos que la administración de justicia y la alcaldía la de las mujeres y, ambas, más hondas en la parte próxima a la tapia exterior
pedánea surgen como respuesta a los conflictos que puede crear una concu- que en la que daba a la roca, oscilando entre 105 y 125 centímetros (5 cuartas
rrencia tan numerosa. Y la definitiva independencia de Carratraca le es otor- o 1'5 varas).333 Por su parte, la zona destinada a las mujeres contaba también
gada para favorecer la creación de un balneario que haga honor a la fama de con un vestuario sin techar y una pequeña garita (que no figura en los graba-
sus aguas. dos) en la que tan sólo cabía una persona.334 Los nacimientos del agua se
Porque, sin lugar a dudas, lo más sorprendente es comparar los datos que hallaban en el fondo de la alberca de hombres, en la confluencia entre la pared
aportan las estadísticas con las instalaciones que ofrecían los baños: a finales rocosa y el tabique de separación, en número de dos, uno de ellos muy cauda-
del siglo XVIII llegaban más de 3000 veraneantes (de los cuales una tercera loso. Cada estanque contaba con dos desagües: uno alto para evacuar el agua
parte acudía para tomarlos) a una población de unas 40 casas, varias chozas sobrante y otro bajo para la limpieza.335
y algo más de 60 vecinos. Mil individuos cada mes que se veían obligados, en
Hay algo más que resulta silenciado por casi todos los autores: aunque
muchos casos, a dormir a la intemperie, bajo las encinas. Si a esto añadimos
se lee con muchísima frecuencia la referencia a los escrúpulos que producía
el penoso estado de las albercas, habrá que pensar que la fe en el poder tera-
compartir el baño con afectos de enfermedades cutáneas de aspecto desagra-
péutico de las aguas era mucha o que los atractivos de la localidad eran otros.
dable, lo cierto es que éstos o los calificados de lazarinos se bañaban aparte,
Y ninguna de las dos proposiciones es inexacta.
como se desprende del siguiente texto:
Los famosos baños de Árdales, así llamados por su mayor proximidad
a esta localidad que a la de Casarabonela (a la que realmente pertenecían), care- No olvide Vm. al miserable Elefanciaco, (vulgo de S. Lázaro) iniciado
de su morbo, separado de la sociedad pública, hallarse al Occidente 145 pasos
cieron hasta principios del siglo XVIII de construcción alguna que pudiese jus- distante de sus albercas, recibiendo de ellas el sobrado de sus derrámenes, en
tificar el apelativo de "baños", pues como le comunicaba Almeyda a Limón una pequeña fovea, expuestos á la intemperie, sin el menor defensivo de
Montero en 1667: "La fuente está oy sin estanque, ni artificiosa disposición pequeña, ni alta pared para su desnudez, y regular recato.336
de baño, tiene solamente vna poza, ó barraca tosca donde cae el agua, alli se
bañan los enfermos, y después en algunas mal formadas chozas sin defensa Algunos cambios se producen a comienzos del siglo XIX: el tabique que
ni abrigo suelen pasar las descomodidades de un desierto".328 dividía ambas albercas se desplaza para darles igual tamaño, se cubren éstas
con toldos de lona o cañamazo dispuestos a ocho pies de altura (2'24 metros)
Sin embargo, la forma con que se dieron a conocer hasta mediados del y los vestuarios se techan.337 Los laterales de aquellas se resguardaron de
siglo XIX era la de una gran alberca dividida por un tabique y rodeada por
una tapia. Ya quedan indicadas las fechas en que se construyeron, pero nos 331. Juan José GARCÍA, op. cit., 19-20.
resta entrar en una descripción más detallada, ayudándonos para ello del gra- 332. Juan de Dios AYUDA, Examen de las aguas medicinales de mas nombre que hay en las Andalucías,
bado incluido en la obra de Juan José García329 y del que figura en el Viaje Madrid, Imp. Real, 1798, III: 186-8.
de Gibraltar a Málaga de Francis Cárter.330 333. Juan José GARCÍA, loe. cit. y Juan de Dios AYUDA, loe. cit.
334. Juan de Dios AYUDA, loe. cit.
335. Antonio GRANADOS, Baños de Hardales. La verdad desnuda. En que se manifiesta, que dichos baños
327. Véase la Memoria impresa de José SALGADO anteriormente citada (p. 22) y el libro de Lisardo GUEDE tienen mercurio, a quien el vulgo llama azogue, Granada, Herederos de Don Joseph de la Puerta, 1760, 35.
FERNÁNDEZ y Rafael GÓMEZ MARÍN, Historia de Málaga, Málaga, s.ed., 1983, 75-76.
336. Nazario FERNÁNDEZ DE CASTRO, Diálogos críticos interlocutorios, phil. theoric. med. pract. de
328. Alfonso LIMÓN MONTERO, Espejo..., 120. Medico, y Practicante, en abandono del Dictamen Empírico sobre el agua Frígido Thermal, vulgarmente lla-
329. Juan José GARCÍA, Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de las aguas de Hardales, mada de Hardales, Málaga, Imp. Dignidad Episcopal, 1785, 33.
su verdadero analysis chymico, y Medicinales virtudes, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1759, inserto
337. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA, Árdales, 29-XII-1844. Las
entre las páginas 16 y 17. medidas que apunta Monja ofrecen, no obstante, ciertas variaciones: cada alberca tendría 20 pies de longitud
330. Francis CÁRTER, A Journey from Gibraltar to Malaga, London, Printed for T. Cadell, 1777. Existe por 12 de latitud y 4 de profundidad, lo que las hace algo más pequeñas. Por su parte Severn Teackle WALLIS
una reciente edición en castellano publicada por la Diputación Provincial de Málaga en 1981, que contiene el (el único viajero estadounidense de la época que visita los baños), en su Glimpses of Spain; or, notes of an
grabado entre las páginas 164 y 165. La edición inglesa citada, consultada en el A.H.M.Ma. (Sec. 14, 15-16), unfinished tour in 1847, New York, Harper & Brothers, 1849, 304, da para cada alberca medidas de 15 por
carecía de grabados. 20 pies y 5 o 6 de profundidad.

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r

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161
cuencia, el Ayuntamiento dispuso autorizar al conde para la construcción de
manipostería, pero el fondo siguió sin enlosar, formado por arena y piedra338 baños particulares, sin exigirle pago de contribución alguna, pero precisando
y, hacia 1838, perdían a través de las filtraciones una tercera parte del caudal
que tampoco debía pedir remuneración por su uso.343 Nada concreto se ex-
entrante.339
presa sobre el número de baños (en la solicitud se habla de cuatro, seis o más).
Tras muchas reclamaciones los pobres de solemnidad pudieron acogerse Un informe de José García Otero de 1833 dice que sobre el nacimiento se encon-
en un barracón, sin camas, donde al menos dormían bajo techo y se beneficia- traba una cañería que iba al baño del conde y que del fondo de la alberca,
ban de las cuestaciones diarias realizadas entre los bañistas para atender a su también inmediata al manantial, salía otra para los baños particulares de la
alimentación. El edificio se costeó también por limosnas y se conocía como manzana de enfrente. De éstos, cuatro se encontraban en la Fonda de la Parra,
"hospital", en el cual se creó una habitación separada con un baño para los por concesión hecha a José de Salamanca, uno de los informantes citados ante-
lazarinos.340 Queda pues patente que fueron muy pocas las comodidades apor- riormente.344 En 1844 eran ocho los privados, pero constituían auténticos
tadas en siglo y medio. negocios pues se cobraban cuatro reales de vellón por baño: el agua era gra-
tuita, pero se alquilaba la habitación y la calefacción de aquella.345 Un tanto
Son circunstancias muy favorables para que la iniciativa privada, apoyán- disparatada parece la apreciación de Hoskins, viajero al que ya hemos hecho
dose en el perjuicio que supone para los enfermos no disfrutar de unas instala- referencia, pues (de no mediar errata) cifra en 40 los baños privados.346 El
ciones adecuadas donde se puedan aprovechar todas las posibilidades empleo del agua va derivando a manos de particulares, capaces de ofrecer unas
terapéuticas que ofrecen las aguas, inicie los intentos de explotación del manan- mínimas comodidades que el Ayuntamiento no puede (o no quiere) dar. La
tial. El primero en solicitar la concesión de una pequeña parte del caudal para presión es fuerte y la total privatización y creación de un establecimiento bal-
un baño privado fue Cipriano Palafox, conde de Teba, quien lo instaló en una neario será el siguiente e inevitable paso.
casa de su propiedad que lindaba con la alberca de los hombres. En 1806 rea-
lizó una nueva solicitud de ampliación y en 1817 le fue concedida.341 Esta
última instancia fue presentada al Ayuntamiento de la ciudad de Málaga, que
alegaba tener el derecho sobre las aguas,342 el cual pidió información a José
Salamanca, consultor y catedrático honorario del Colegio de Cirugía Médica 6.1.3. Entre dos aguas: bienes públicos e intereses privados
de Cádiz; al facultativo en Física José Mendoza y al licenciado Félix Henseler,
profesor de Química. El dictamen de los tres fue unánime: la creación de baños Papel fundamental en este proceso fue el que jugaron los científicos, quí-
particulares no afectaría en nada al abundantísimo caudal del manantial, mejo- micos, farmacéuticos y, fundamentalmente, los médicos. Quedan nombrados
raría las posibilidades de tratamiento (separando a los individuos según sus Salamanca, Mendoza y Haenseler y su participación en la concesión de baños
privados al conde de Teba. Más importante aún fue la actitud del primer médico-
enfermedades y sexo y protegiéndolos de la intemperie, por lo que podrían uti-
director, Juan de la Monja y Pajares, quien ya en 1821 promovió una real orden
lizarse incluso en invierno) y no alteraría las propiedades del agua. En conse-
por la que la Diputación Provincial debía proponer arbitrios para la realiza-
ción de mejoras en los baños y, en 1830, se creaba en Málaga una junta para
338. Así se lee en la memoria por Augusto José Casanova para solicitar la concesión de las obras del balnea- mejoras de los baños que propiciaría varios intentos de reformas (como prue-
rio y cuya copia se encuentra inserta en las Actas Capitulares del A.A.Carr., junto a la sesión de 15-IV-1856
y que también transcribe José SALGADO, Monografía de las aguas sulfo, selénido hídricas, arseniadas, bicar-
ban diversas Reales órdenes entre 1830 y 1832).347 Pero, no experimentando
bonatadas alcalino-térreo, metálicas, de Carratraca, Madrid, Imp. de Manuel Minuesa, 1860, 24-5. la situación cambio alguno, insistía Monja en 1844:
339. Este dato ha sido extraído de la transcripción del informe presentado por José Mendoza en 25-V-1838 Increíble parece que las aguas minero-medicinales tan preconizadas mucho
ante la Sociedad Económica de Amigos del País, hecha por Baltasar Peña Hinojosa y que forma parte de su
archivo personal. tiempo ha por sus virtudes medicales, que atrayendo todos los años una nume-
rosa concurrencia de enfermos que después de haber agotado, sin fruto, los
340. Los primeros testimonios sobre la creación de este Hospital los encontramos en Sebastián de MIÑANO,
Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal, Madrid, Imp. de Pierart-Peralta, 1826, II: 401 (artí- medios farmacéuticos y quirúrgicos que posee la ciencia, han recibido de ellas
culo "Carratraca"); A.A.Casarab., "Actas Capitulares", sesión de 29-X-1831, s.fol. y en B.F.M.M., Carp. 2881, el balsamo reparador a sus rebeldes dolencias; que perteneciendo a una de las
n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA. Provincias mas florecientes, á cuyos moradores sirven á la vez de remedio,
341. José SALGADO, Monografía..., 25. de recreo y de escogida asociación de personas con la cual se proporcionan
342. En el "Informe" que Manuel Rengel (comisionado por el Ayuntamiento para valorar el interés de la
concesión) presenta podemos leer: "[...] están en la jurisdicción de esta Ciudad, y que sus aguas como todas
las de dha jurisdicción pertenecen exclusivamente á este Iltre. Cuerpo por títulos legítimos de adquisición [...]" 343. A.H.M.Ma., Actas Capitulares, sesión de 3-VII-1817, f. 435v.
(A.H.M.Ma, Actas Capitulares, sesión de 3-VII-1817, f. 389v.). Por su parte, el Ayuntamiento de Casarabo- 344. José SALGADO, Monografía de las aguas sulfo, selénido hídricas, arseniadas, bicarbonatadas alcalino-
nela también reclama ese derecho: "Que el agua de los Baños de Carratraca es uno de los aprobechamientos térreo, metálicas, de Carratraca, Madrid, Imp. de Manuel Minuesa, 1860, 23-4.
comunes que con nombre de Sobrantes compro la Villa de Casarabonela á su Magestad al tiempo de la espul-
cion / de los Moriscos del Reyno de Granada [...]" (A.A.Casarab., Actas Capitulares, sesión de 29-X-1831, 345. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, "Contestación..." de Juan de la MONJA.
s.fol.). Baltasar PEÑA HINOJOSA, en su libro La Sociedad Económica de Amigos del País. Bosquejo biográ- 346. G. A. HOSKINS, Spain, As It Is, London, Colburn and Co., 1851, 1:290.
fico, Málaga, Lib. Antic. "El Guadalhorce", 1964, 41, señala que las aguas pertenecían en un principio a Málaga 347. Reales Ordenes de 7-VII-1830, l-VIII-1830, 9-V-1831, 31-VIII-1831, 13-1-1832 y 3-XI-1832.
por concesión gratuita de la reina Juana en 1514, pasando más tarde a la jurisdicción de Casarabonela.

162 163
multiplicadas relaciones y activado intereses materiales, no hayan merecido
una particular atención para la construcción de un Establecimiento capaz de
contener las oficinas suficientes á la aplicación de los diferentes modo de que
MEMORIA
son suceptibles. Los dos profesores que las han dirigido desde el año de 1817
DE LAS
no han cesado de hacer reclamaciones y tentativas poniendo en juego los dife-
rentes resortes del corazón humano; pero hasta el dia no ha producido resul- AGUAS SELFIDRICOCARRONICAS FRÍAS DE CARRATRACA.
tado alguno.348 Y LA DEL AGUA SIMPLE;
CON ALGUNA! U G U A I F H O SUMCIINTU I M A i f»«A CONOCÍ» B . CAIACTB»

Y aún habría de intervenir, en 1852, añadiendo: "Para llenar este objeto DE CADA UNA DE LAi AOUA1 MINUO-IUDiCINALI*, T LA ElFOMCIO* D I
Aifitmoi l u o t n r r u o c u F A C i o r a QV* I N T O Í Í I C I N LOS n o c i ó o s

es indispensable la cooperación del Gobierno, si no para ocuparse de ello, á CLÍNICOS DC LAI MI t u l » ,

lo menos para proteger y ausiliar la acción de los particulares, quienes por propio por JLQ. 3uan ttt £a*&\on'\<\,
interés y celo patrio, tomarán á su cargo la empresa de mejorar los Estableci- MÉDICO DIRECTOR DE LOS 1AROS MINERO-MEDICINALES

mientos [...]".349 Intentos inútiles, según podemos comprobar; por lo que DE CARRATRACA.
surge la pregunta sobre qué estaba dificultando la privatización.
Tras la promulgación de la Real Orden de 1821 quedó la puerta abierta
para la iniciativa de los particulares. Fue la coyuntura aprovechada por el viz-
conde de Torre-Luzón para solicitar en 1825 la concesión de la propiedad plena
de las aguas, con la condición de realizar ciertas mejoras y que quedó sin efecto
por la reclamación de los vecinos de Carratraca que se consideraban perjudi-
cados en lo tocante a los riegos que se realizaban con dichas aguas. Realizada
flB&ft»AtiA.
la consulta al Consejo se expidió una Real Orden del 7-VII-1830 por la que IMPRENTA DEL AVISADOR MALAGUEÑO,
se adjudicaba el establecimiento a los fondos públicos de Carratraca, que se ctlU M M«H««, M a m II.
1851.

responsabilizarían de las reparaciones y deberían nombrar una Junta para


ello.350 Mientras tanto, el entonces director Eduardo Henares (ínterin la depu-
ración de Monja y su traslado a Panticosa) proponía diversas mejoras, sobre
planos del arquitecto José García Otero, que fueron apoyadas por la Junta
Superior de Medicina y Cirugía, sin que se llevasen a efecto.351
En tales circunstancias el capital privado intenta nuevamente hacerse con ocasión, José Mendoza considera que se debe rechazar esta propuesta concreta,
el balneario, encarnado en esta ocasión por la solicitud de Andrés Linares en aunque sigue a favor de la privatización. En su informe critica al Ayuntamiento
1838. El gobernador político de la provincia pide información a la Diputación de Málaga por la falta de interés que mostró hacia las aguas, al de Casarabo-
Provincial, al Ayuntamiento de Carratraca, al párroco de la misma, al médico- nela por la explotación que hizo de las mismas y de los habitantes de Carra-
director Eduardo Henares, a José María de Salamanca y a la Sociedad Econó- traca, al Reglamento de Baños del 7-X-1828 por entorpecer la iniciativa privada
mica de Amigos del País, en cuyo nombre se pronunció José Mendoza. Dos y obligar a los bañistas a consultar al médico-director y a este último por enfren-
de los informantes son los mismos que, veinte años antes, se pronunciaban a tar sus intereses con los de los particulares. Aún así urge privatizarlos, pero
favor de la concesión de agua para el baño del conde de Teba; pero, en esta considera que Linares no ofrece muchas mejoras y que habría que saber si los
individuos con baños particulares tenían derechos sobre el agua (tengamos en
cuenta que uno de los informantes, José Salamanca, poseía unos en la fonda
348. B.F.M.M., Carp. 2881, n.° 32, doc. cit., nota 337. MADOZ, loe. cit., se hace eco de esta situación de la Parra). Además, le parece que la propuesta de iniciar las obras tres años
y se aprecia en sus palabras el conocimiento indudable del documento de MONJA aquí citado.
después de la toma de posesión llevaría al inevitable derrumbamiento de las
349. Juan de la MONJA, Memoria sobre la virtud curativa de las aguas sulfidrico-carbonicas frías de Carra-
traca, y la del agua simple, Málaga, Imp. del Avisador Malagueño, 1852, 8. instalaciones existentes. Todo evidencia una postura de José Mendoza bastante
350. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1652, n.° 30. Aunque figura en su portada "Espe- más estricta que la adoptada cuando el solicitante era el conde de Teba352 y
diente relativo á que el canon de 1800 rs que paga al Estado el Empresario de los baños de la Fuente hedionda condujo a que se le denegase a Linares la licencia.
(Carratraca), se aplique á los fondos municipales de dho pueblo", se trata en realidad de un resumen de todos
los expedientes promovidos para la privatización del balneario y, pese a faltar muchos de ellos, el documento
más importante sobre este particular. 352. Ibid., pero, fundamentalmente deben consultarse la obra de Baltasar PEÑA HINOJOSA, La Socie-
351. José SALGADO, Monografía de las aguas sulfo, selénido hídrícas, arseniadas, bicarbonatadas alcalino- dad Económica de Amigos del País. Bosquejo biográfico, Málaga, Lib. Antic. "El Guadalhorce", 1964, y su
térreo, metálicas, de Carratraca, Madrid, Imp. de Manuel Minuesa, 1860, 26. transcripción del informe de José Mendoza, así como el expediente existente en A.H.N., Fondos Contemporá-
neos, Gobernación, Leg. 1652, n.° 30, anteriormente citado.
164
165
En 1839 Eduardo Henares, en nombre de las autoridades de la provincia,
eleva al Gobierno el proyecto de una casa para las albercas y otra enfrente para
los restantes baños, no llegando a declararse la obra de utilidad pública por
no haberse instruido el expediente según Ley del 17-VII-1836. El arquitecto
Cirilo Salinas procedió entonces a realizar los planos y valorar la necesidad
de expropiación del baño perteneciente a la condesa de Teba, lindante con el
vestuario de hombres, y de cuatro casas situadas frente al manantial. Este pro-
yecto consistía en un edificio de dos plantas que añadía a las albercas guarda-
rropas, vestuarios y una planta alta para sala capitular y escuela de primeras
letras. A tal fin la Diputación había autorizado, desde 1842, una serie de impues-
tos destinados a la construcción del establecimiento y en 1845 el Ayuntamiento
de Carratraca pretendía edificar la planta baja para conservar así sus derechos
de propiedad, pero en octubre de 1846 admitía ser incapaz de afrontar los gastos.
Será el 23 de marzo de 1847 cuando Augusto José Casanova presente una
solicitud que fue autorizada por el médico-director, el Ayuntamiento, la Dipu-
tación Provincial y, más adelante, por el Consejo de Sanidad, que con la con-
formidad real manda el 29 de julio de 1847 la orden al gobernador político
de formar plano y presupuesto, que corrieron a cargo del arquitecto José Tri-
gueros.353 El robo del correo y diversos trámites burocráticos supusieron una
gran dilación. La Academia de Nobles Artes de San Fernando aprobó los planos
el 4 de enero de 1850, pero recomendaba la intervención de la Junta de Sani-
dad y del médico-director para lo relacionado con pilas y calderas, al tiempo Baño del Conde de Teba
que manifestaba la necesidad de mejorar el camino (hecho ya advertido por
el Consejo de Sanidad que, en el pliego de condiciones, eximía a Casanova
de las reparaciones de caminos para obligarle a la construcción del hospital,
quedando aquellos a cargo del Ayuntamiento de Carratraca y proponiendo al
gobernador la pública subasta de la composición del camino Carratraca- Finalmente, la subasta se realizó el 10 de abril de 1852, siendo Casanova
Peñarrubia para enlazar con Sevilla). El pliego de condiciones se aprobó por el único licitador y, por tanto, consigue el uso de las aguas, debiendo pagar
Real Orden del 27-XII-1849, con 34 puntos y una adición de otros cuatro, y un canon del 3% sobre el valor de las mismas (que se cifró en 60.000 reales,
las obras se declararon de utilidad pública por la de 23-1-1851; se ordenaba pagaderos al Estado, cantidad obtenida por el cálculo de 1500 agüistas aco-
además la formación de un expediente que acreditase la necesidad de enajena- modados por temporada que tomarían veinte baños a un precio medio de dos
ción de alguna propiedad (hecho posible ahora, tras la declaración) y por otra reales) y otro 3% sobre el valor del edificio de baños existente (tasado en 7.200
Real Orden del 17-11-1852, se aprobaba la adquisición de cuatro casas con des- reales y que debería abonarse al Ayuntamiento de Carratraca). Reclamó este
tino a las obras proyectadas, casas situadas a la derecha de los baños de hom- último por considerar que, puesto que las aguas pertenecían a la villa, la anua-
bres. Entre estas se encontraba la habitación del baño de. la condesa de Teba, lidad de 1800 reales debería pagarse a Carratraca y no al Estado; promoviendo
quien planteó muchas dificultades para la expropiación y aumentó el precio un expediente que no se resolvería a su favor hasta la Real Orden de 9-II-1856.
del inmueble de 16.666 reales a 33.332. Pese a todo, Hacienda seguía sin darse por enterada en 1859, como prueban
las solicitudes del Ayuntamiento para que se informe a dicho Ministerio de la
Un intento más, que podríamos considerar desesperado, de manos priva- Real Orden.
das por hacerse con el balneario corrió a cargo de Isidoro Enciso, quien en
En cuanto a la subasta, ésta quedó aprobada por Real Orden de 24 de
1851 solicitaba preferencia para realizar las obras, aprovechando que aún no
mayo de 1852 y poco después, en 15 de marzo de 1853, José de la Fuente Vida
habían salido a subasta. Augusto José Casanova impugnó esta petición y, el
(propietario desde 1834 de los Baños de Alhama)354 ofrece la fianza por Casa-
24 de noviembre de 1851, una real orden desestimaba la proposición de Enciso.
nova y, en 24 de abril del mismo año, éste le cede todos sus derechos y con-

353. Todo lo concerniente a los trámites legales desde esta fecha se hallará, de no indicarse lo contrario, 354. A.H.P.Ma., Leg. 4229, f. 515-23, "Testamento de D. José de la Fuente y Vida y D.a Manuela Romero,
en la obra de José SALGADO anteriormente nombrada (pp. 27-34), en el legajo del A.H.N. citado en la nota
previa y en los documentos insertos junto a la sesión de 15-IV-1856, de las Actas Capitulares del A.A.Car. su esposa, 10-VIII-1843".

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un metro de lado) para los baños de vapor, una fuente para bebida del agua
y la instalación de baños de asiento. Se obligaba a Casanova a atender todo
lo relativo a los menesterosos y al servicio del hospital, que debía reparar; mien-
tras que los enfermos de tropa se podrían bañar en el sitio que decidiese el
médico-director. Otras condiciones atendían a las instalaciones mínimas nece-
sarias: sillas, perchas, espejos, alzapiés, etc. Por último, deberían existir habi-
taciones para el médico-director, para la administración y una biblioteca con
mil volúmenes y prensa nacional y extranjera.
Pero, desde la aparición del pliego de condiciones en 1849, iban a ser
muchos los cambios. Así, una memoria de Juan de la Monja, presentada a
finales de 1853 al gobernador de Málaga, promovería la creación de una enfer-
mería militar. Se basaba esta petición en los perjuicios que ocasionaba a la
población tener que alojar a los enfermos de tropa en sus viviendas, pues habi-
tualmente destinaban éstas a alquiler y si las ocupaban con los militares no
obtenían beneficio alguno durante la temporada. En un principio se intentó
que sólo disfrutasen de esto los cargos comprendidos de sargento en adelante,
pero quedaban sin amparo todos los demás. Monja reclamaba también el gabi-
netes de agua dulce, entre las reticencias de la empresa (para quien el desmonte
Vista de Carratraca incluida en la monografía impresa de José Salgado (1860)
que hubo que realizar para la instalación de la alberca elíptica de mujeres y
el incremento de precios en la expropiación de viviendas habían supuesto más

firma en escritura pública que había actuado por orden y con el dinero de aquél.
A partir de este momento los baños pertenecerán a la sociedad formada por
José de la Fuente Vida y los hermanos Juan y Rafael Menjoulet, comerciantes
de Málaga.355

6.1.4. El balneario de Carratraca

Las condiciones, bajo las cuales se le concedieron a Augusto José Casa-


nova las aguas de Carratraca para su uso terapéutico, son numerosas. El edifi-
cio de piedra, que debía construir en el plazo de dos años, había de seguir los
planos realizados por el arquitecto José Trigueros, constando de dos albercas
que en un principio habían de ser circulares (9 pies de radio y 4 de fondo, es
decir, 2'5 metros y algo más de uno), con escaleras alrededor, y que más tarde
se sustituirían por otras elípticas, pues se adaptaban mejor al escaso espacio
disponible. Otras dos albercas cuadradas, de 10 pies (casi 3 metros), serían des-
tinadas a baños gratuitos. Dos piezas circulares (de 5 pies de radio ó 1'4 metros)
se utilizarían para los baños de chorro y se construirían 16 ó 18 gabinetes para
baños templados, todos con su bañera de piedra. También quedaba contem-
plada la existencia de una hbitación de 12 pies cuadrados (aproximadamente

355. A.H.P.Ma., Leg. 4199, f. 906-11, "Testamento de D. Rafael y D. Juan Monjoulet. 30-XII-1843".
Balneario de Carratraca. Albercas de primera y segunda clase

168 169
gastos de los previstos) y las opiniones del gobernador y el Consejo Provin-
cial, se pronunció el Consejo de Sanidad determinando que los militares podrían
bañarse de forma gratuita en cualquier lugar, que el jardín debía ser sustituido
por cuatro gabinetes para baños de agua dulce y que el suelo de los baños debería
ser sustituido por otro de arenisca para evitar resbalones a los enfermos. Así
pues, la enfermería para militares se construiría en los altos del hospital, mien-
tras que las albercas circulares pasaban a ser de primera clase (cobrándose 2 CROOVIS ITINERARIO DE FERRO CARRIL Y TRAYECTOS ENDILIGEKIA Dt LAS ESTACIONES
DE OOBAMTCS Y PIZARRA PARA LOS BAÑOS Dt CARRATRACA
reales por baño) y las cuadradas se consideraban de segunda clase, pero tam-
bién para enfermos acomodados (pagando en éstas tan sólo un real).356 Del
mismo modo, se autorizó la construcción en la planta baja del hospital de dos
habitaciones para leprosos, con baños donde experimentar los efectos del tra-
tamiento hidropático.357

Al concluir las albercas, en 1855, la empresa solicitó poder empezar a cobrar


por los baños en ellas; lo que le fue concedido en 22 de junio de 1855. En 1856
la petición sería de exención en lo tocante a la biblioteca, ofreciendo en su lugar
que el gabinete de periódicos fuese gratuito.358 Finalmente, el día 29 se inau-
guró el nuevo edificio balneario; pero aunque, desde 1857, la empresa planteó
que se reconociese, aprobase la construcción y levantase la fianza, por moti-
vos que más adelante analizaremos, esto no sucedió hasta fines de la tempo-
rada de 1872.

En el momento de la inauguración el edificio tenía las características exte-


riores que se pueden apreciar en el alzado del grabado adjunto:359 dividido en
tres cuerpos con fachada de arenisca rojiza, el central era de dos pisos, con
una gran puerta y dos ventanas en su planta baja y cinco balcones en el piso
superior, acabando en un frontón con una ventana y una abertura oval en el
tímpano. Los cuerpos laterales tenían también puertas en sus extremos y cinco
ventanas en cada uno de ellos, constando tan sólo de un piso. Ya en el inte-
rior, el gran vestíbulo daba paso, en primer lugar, a dos corredores: el de la
derecha conducía a las albercas y el de la izquierda a los baños templados.
Además de estos corredores se encontraba a la derecha una puerta que daba
entrada el salón de descanso (sala de espera de la gente acomodada para la
consulta médica o sala de prensa, más lo primero que lo segundo) donde se

356. Además de las fuentes citadas, podemos encontrar más datos sobre este particular en dA.H.M., Fondos
Contemporáneos, Gobernación, Leg. 831, n.° 49, "Expediente relativo a la construcción de una enfermería militar P BAÑOS """" 7EM»,liADOé
en el establecimiento de baños de Carratraca. ll-V-1854".
357. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 831 "Expediente relativo al establecimiento de
una enfermería de leprosos en los baños de Carratraca (Málaga). 23-VI-1854".
Díptico publicitario de los Baños de Carratraca (post. a 1855)
358. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 831, "Expediente relativo a la concesión de per-
miso para establecer un gabinete de lectura de periódicos en sustitución de la biblioteca en los baños de Carra-
traca, 3-11-1857".
359. La descripción procede de la obra impresa de José SALGADO, pp. 40-44; mientras que el grabado
debía formar parte de un díptico de propaganda de finales de siglo, por lo que se aprecian algunos cambios
que más adelante serán comentados. De este documento sólo se conserva una fotocopia en el A.A.Carr., de
donde lo hemos tomado.

170
Balneario de Carratraca. Balneario de Carratraca.
Fachada Alberca de primera clase

abría otra puerta de entrada al despacho del médico-director. Nuevamente en puertas para las albercas de primera clase de hombres (a la derecha) y de muje-
el vestíbulo, se encontraba en la pared frente a la entrada principal otra puerta res (a la izquierda). Eran salas elípticas en cuyo centro se encontraban las pis-
de acceso al citado despacho, pero ésta quedaba reservada a las consultas gra- cinas, también elípticas de 17 por 12 pies (aproximadamente 5 por 3'5 metros).
tuitas, de modo que los pobres de solemnidad esperaban de pie en el vestíbulo. Cuatro grandes zócalos de mármol blanco sostenían, cada uno, dos columnas
también de mármol sacaroideo que sostem'an sobre la alberca una cúpula abierta
La galería de los baños templados tenía en su lado derecho, a mitad de en el centro y de las que partía la bóveda que techaba la sala. Una amplia esca-
la misma, la fuente de bebida (correspondiendo a la pared anterior del depó- lera permitía la bajada al interior de la alberca, sirviendo como protección una
sito que se hizo sobre el manantial), con escaleras a ambos lados que daban barandilla que la rodeaba. Entre estas dos salas se encontraban las pequeñas
acceso a las calderas, bombas y depósitos. En la galería se abrían 16 cuartos estancias circulares donde se tomaban las duchas de chorro.
de baño, quedando el del fondo reservado a la Emperatriz de los Franceses,
Eugenia de Montijo, en compensación por la expropiación del baño del conde, A las dos albercas de segunda clase se entraba por la puerta exterior de
de su pertenencia, como ya quedó dicho. En estas habitaciones existían veinte la izquierda de la fachada. Cuadradas, de 13 por 11'5 pies (aproximadamente
pilas de dolomía compacta, baños de asiento y, al fondo, en la habitación junto 3'5 por 3 metros), se cubrían tan sólo por un toldo, aunque conservaban un
a la puerta de la calle, las sillas de inyección. pequeño espacio techado para vestuario.

El corredor de la derecha daba acceso, en primer lugar, al patio en que A unos 150 metros se encontraba el edificio destinado a hospital al que
se encontraban los cuatro gabinetes de baños dulces. Desde aquí se abrían las hicimos referencia: su parte inferior era asilo de pobres y, la superior, enfer-

172 173
para dar salida a los gases.360 A finales de la temporada de 1881, se constru-
yeron también dos gabinetes para baños templados en el pasillo de acceso al
patio de los baños de agua dulce y un gabinete para baños de asiento. En los
extremos de dicho patio se instalaron además duchas de ocho círculos, urta de
las innovaciones instrumentales junto al sillón hidro-mezclador para duchas
vaginales y rectales y baños de asiento de corriente continua.361 Últimos inten-
tos de ofrecer una terapéutica actual en un balneario que iba perdiendo concu-
rrencia, por lo que muy pronto prefirió clausurar servicios a renovarlos; tan
pronto, que en 1900 ya no se utilizaban inhalaciones "[...] por no existir apa-
rato que funcione de un modo conveniente pues no existe mas que uno com-
pletamente inutilizado".*2

6.1.5. Leyes, médicos y conflictos

Cuando los baños todavía no eran balneario y aún mucho antes, cuando
Carratraca no era independiente, no existía médico en la población. No obs-
tante, dada la gran afluencia de bañistas, todas las temporadas se desplazaba
hasta ellos un médico de Árdales o de Casarabonela, fundamentalmente de
la primera por su mayor proximidad, como ya quedó dicho.363 Con anterio-
ridad a 1754 conocemos los nombres de algunos facultativos: Francisco José
' de las Cuevas y Juan Ruiz Barba eran médicos en Árdales, mientras que Cris-
tóbal de los Reyes y Juan de Soto lo fueron de Casarabonela. Este último plas-
Balneario de Carra traca. Alberca de segunda clase
maba sus observaciones clínicas en lienzos del templo, que quemaron los
lugareños para hacer fogariles.364
El primer médico que, tras una observación continuada de catorce años
(desde 1771), imprimió sus conclusiones fue Nazario Fernández de Castro,
mería militar. En la baja se encontraban las dos albercas, de 10 por 7'5 pies médico titular de la villa de Árdales. Sus Diálogos críticos-interlocutorios, ponen
(aproximadamente 3 por 2 metros), con un pasillo cubierto alrededor al que en boca de un maestro y su discípulo el texto de Juan José García y mencionan
se abrían tres salas (con capacidad para cuarenta personas), una cocina y las la bibliografía restante. La única originalidad de la obra se encuentra en que
habitaciones de los encargados. La enfermería militar se ubicaba sobre este el maestro, en sus comentarios, va actualizando los datos que se exponen de
pasillo y una pared alta impedía asomarse al patio donde se encontraban las los autores citados. Fernández de Castro demuestra conocer no sólo a los clá-
albercas. Tenía cuatro salas y dos pequeñas piezas que podían servir de sicos, sino también a Hoffmann, Boerhave o Pomme y su estudio es el pri-
armería. mero en desmitificar la constancia del caudal de agua y en aplicarla a diferentes
temperaturas, usando métodos diferentes según la enfermedad.365
Son muchas las reformas que se van a producir desde este momento, pero
la mayor parte de ellas serán examinadas al tratar de los problemas que la cons- 360. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 2019, n.° 21, "Contestación a la circular de
trucción del depósito ocasionó en el manantial. Se rebaja el suelo de las alber- 20-VI-1879" por Tomás LLETGET.
cas, se cambian cañerías y se modifica el depósito. No obstante, los mayores 361. B.F.M.M., Carp. 2733, n.° 11, "Memoria de Tomás Lletget, Barcelona, 15-XII-188P y Carp. 2751,
n.° 16, "Memoria, 1882", de Tomás LLETGET.
cambios serán de instalaciones balneoterápicas y no de la estructura del edifi- 362. B.F.M.M., Carp. 2848, n.° 17, "Memoria de César García Teresa, París, 7-XII-1900".
cio. En este último aspecto sí habría que señalar la construcción, durante la 363. Antonio GRANADOS, Baños de Hardales. La Verdad desnuda. En que se manifiesta, que dichos baños
tienen mercurio, a quien el vulgo llama azogue, Granada, Herederos de Don Joseph de la Puerta, 1760.
temporada de 1879, de una sala de pulverizaciones y otra de inhalaciones: la 364. Así consta en el informe que Manuel FERNÁNDEZ BAREA realizó a petición de Juan José GARCÍA
primera de ellas contaba con ocho aparatos para pulverizaciones en copa, fili- y que consta en la obra de este último, Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de las aguas
de Hardales, su verdadero analysis chymico, y Medicinales virtudes, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1759.
forme o refleja y en criba, instalados sobre tableros de mármol; la segunda 365. Además de en la propia obra de Nazario FERNÁNDEZ DE CASTRO, Diálogos críticos interlocuto-
tenía en el centro una columnita de mármol sobre la que se encontraba el apa- rios, phil, theoric. med. pract, de Médico, y Practicante, en abandono del Dictamen Empírico sobre el agua
Frígido Thermal, vulgarmente llamada de Hardales, Málaga, Imp. Dignidad Episcopal, 1785, citada podemos
rato de inhalación con un pie de cristal y cuatro brazos metálicos terminados encontrar datos interesantes sobre su biografía en la obra de Narciso DÍAZ DE ESCOVAR, Noticias biográfi-
en discos pulverizadores encerrados en globos de cristal azul abiertos por arriba cas y bibliográficas de algunos médicos ilustres de Málaga, Madrid, Administración de la Revista de Medicina
y Cirugía Prácticas, 1913, 85-6.

174 175
Habrán de pasar todavía muchos años para que los baños puedan dispo-
ner de un facultativo especializado en Hidrología Médica y, ni tan siquiera,
* ' " 6
" ' ^D)*(c#
de un médico que resida en la población todo el año: la dependencia de Casa-
rabónela convertía a Carratraca en un simple negocio lucrativo para aquella,
DISSERTACION BAnOS DE HARDALES. por lo que asignaba médico para los agüistas, pero no para los habitantes.
H Y D R ÁULICO-PHARMACEUTICA, LA VESPAÍ) {DESNUDA.

SOBRE £N Q J Ü E SE M A N I F I E S T A , Tras el Real Decreto de 29 de junio de 1816, por el que se creaba el Cuerpo
EL O R I G E N DE LAS AGUAS •QUB D I C H O S B A ñ O S de Médicos Directores de Baños, y el Reglamento de Baños y Aguas Minerales
DE H A R D A L E S , TIENEN MERCURIO,
de 28 de mayo de 1817, la situación iba a cambiar considerablemente.366 El
ft. QUIEN JEE VULGO LLAMA AZOGUE*
f«U VERDADERO ANALYSIS CHYMICO,
y Medicinales virtudes, &BCLARASB segoviano Juan de la Monja y Pajares resultó elegido médico-director de los
Q U E DA A EL P U B L I C O
gON CASOS PARTICULARES,; baños de Árdales y comenzó desde ese momento una intensa labor para estu-
P O N J U A N JOSEPH GARCÍA,
y CON EL SOLIDO FUNDAMENTO. diar las aguas, acondicionar el establecimiento y abandonar el empirismo y los
Académico 1 lia i nucen tico de Numero, D E LAS CURACIONES,
y Fundador de la Academia de Ciencias gJJB HA HECHO RN LOS GALICADOS,
errores por los que se habían caracterizado los tratamientos allí seguidos. Ya
nJtu!jlcs,y buenas Letras de CAS QUE NO HICIERA, en 1818 publicó su primer trabajo,367 haciendo gala de un rigor investigador
la Ciudad de Malaga.
£ N O TENER DICHO M E R C U R I O ^ * extraño hasta el momento entre los tratadistas de estos baños (con la lógica
EXTUESTA Q). fiOtWtil** „ ¿uro ¿h¿:*T" -*'
g N PUBLICA ASSAMBLEA EL DÍA VEINTE
excepción de Juan de Dios Ayuda). Aporta datos topográficos, botánicos, zoo-
fiON ANTONIO GRANADOS
y cjiíario del mes de Noviembre del año de
I SI DEDICA
lógicos y en la historia de la población deja de lado las conjeturas de sus ante-
mil fetecientos cinejuenta y ocho.
!A Ul Sra. MARQUESA cesores para informarse en fuentes como las Actas Capitulares de Casarabonela
DE ZELA, y los Libros de Repartimientos. En su bibliografía muestra desconocer la obra
CON L I C E N C I A :
JJntyalag», en 1» Imprenta de la Dignidad Epif^opil,
t — • - • = • • = ; •

£OIJ LICENCIA t BN GRANADA , POR LOS.


i _ » • • - "
de Manuel Suarez, si bien ésta no fue nunca muy nombrada. Como innova-
Vtf¿de U S u » Jjlcü» Cathcdral, ca U TUza.
&X*ZH ** Dmjo/ipb d, U PjurU: ción analítica, frente a lo ya expuesto por Ayuda, sólo cabe citar que es el pri-
Año de i £ Í o 4
mero en cuantificar los gases; mientras que en lo referente al tratamiento mostró
una gran sensibilidad hacia las nuevas propuestas hidroterápicas difundidas
por Priessnitz.368
En lo referente a la creación del balneario o a la independencia de la pobla-
ción, ya hemos examinado su importante papel, si bien su labor se vio inte-
rrumpida durante bastante tiempo a causa de su depuración. Efectivamente,
DISERTACIÓN por Real Orden de 3 de agosto de 1825, Monja es depurado y pierde su plaza
PHISICO-MEDICA.
DIÁLOGOS de médico-director en los baños de Carratraca. Un apoderado de éste presenta
CRÍTICOS 1NTERLOCUTORIOS, una instancia en la que explica que el Rey había concedido ampliación del juicio
USO, Y ABUSO PH1L. THEORIC. MED. PRACT. DE ME-
de purificación, por lo que la Junta Superior Gubernativa de Medicina consi-
DE LOS BAnOS DE HARDALES, dico, y Practicante, en abandono del Dictamen deró que la plaza de Carratraca debía quedar sin provisión hasta que se resol-
ilultrada con varias obfervaciones Empírico sobre el agua Frígido Thermal, viese este asunto. Sin embargo el Rey desatendió esta propuesta. Cuando, por
propicias, y adverfas. vulgarmente llamada Real Orden de 9 de febrero de 1830, Monja fue purificado, la plaza en el bal-
de Hardales.
SU A U T O R neario había sido cubierta y tuvo que ser trasladado a Panticosa.369
DON MANUEL SUAREZ , MEDICO Juicio Medico de su ubicación, ahalysis, ope-
Titular de la muy noble , y muy leal raciones, con raras observaciones, manifies-
Ciudad de Malaga. tas en beneficio de la humanidad. 366. Existe un documento citado por Leopoldo MARTÍNEZ REGUERA, op. cit., II (1): 59, que consiste
REPARTIDOS E N SEIS DÍAS,
en un informe de 16 de julio de 1816, dado por el ponente de la Junta gubernativa Félix González, sobre el
reglamento de oposición y los baños más importantes de España. Entre éstos destacan, en cuarto lugar, los
POR D. NAZARIO EERNANDEZ DE de Árdales.
Castró, Medico Titular de dicha Villa. 367. Leopoldo MARTÍNEZ REGUERA, op. cit., I: 303, basándose en la muy inexacta bibliografía hidro-
EN MALAGA: lógica de Pedro María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, 1853, 691, cita
Con licencia del Excmo. Sr. Gobernador una obra de Monja de 1817, titulada Compendio analítico de las propiedades químicas y médicas de las aguas
juez de Imprentas, en la del Imprcfor de Carratraca, Málaga, 1817, título que corresponde a la obra publicada en 1826. El prólogo de Juan de la
Impreso en Malaga, con licencia del Sr. Corregi-
de la Dignidad Epifcopal, y de la dor-Regente D . Francisco Xavier Herrero y Veía, Monja, en su citada obra de 1818, desmentirá claramente estos datos fabulosos. Rubio inventa, además de ésta,
Sta. Iglcfia Cathedral, en la en la Oficina del Impresor de la Dignidad Epis- una segunda obra de Monja en 1818: Diálogos interlocutorios acerca del origen y virtudes de las aguas de Árda-
Plaza. Año de copal, de la Santa Iglesia, y de esta M. I. les; lo que copia Martínez Reguera con poco sentido crítico.
Ciudad, en la Plaza. Año 1785.
1770. 368. Así, por ejemplo, enA.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 831, n.° 49, "Expediente
relativo a la construcción de una enfermería militar en el establecimiento de baños de Carratraca. ll-V-1854".
369. Leopoldo MARTÍNEZ REGUERA, op. cit., II (2): 477-8.

176 177
Mientras tanto, el nuevo médico-director de Carratraca, Eduardo Henares, tos cambios: inicia las estadísticas de resultados terapéuticos (aunque sólo regis-
también había tenido sus problemas. Había ocupado la plaza como interino al tra en ellas mejorías y fallecimientos), estudia la acción fisiológica del agua
ser depurado Monja, pero al concursar en 1826 para obtener la plaza en propie- e incorpora nuevos métodos terapéuticos, como la inhalación, y descubre enfer-
dad encontró parecidas dificultades a las de su predecesor: el 31 de marzo se medades que podrían beneficiarse del tratamiento en el balneario, siendo las
dio a conocer a los candidatos que quien hubiese hecho declaraciones públicas más importantes las respiratorias, pues durante mucho tiempo estos enfermos
de afecto a la Constitución o hubiese sido miliciano no podría desempeñar el habían estado amenazados de muerte si llegaban a respirar los efluvios sulfhí-
cargo. Henares declaraba en 10 de abril que había sido miliciano nacional para dricos. Estos últimos cambios sugieren una importante influencia de su ejerci-
librarse de ir al ejército y consiguió ser purificado y admitido a oposición, que cio en Panticosa, donde descubrió el ázoe en las fuentes del Hígado y de los
ganó pese a haber quedado en segundo lugar, aunque a igualdad de puntos con Herpes.
el primero, pero su calidad de interino le valió ser preferido. 37° Henares también Pero, sin lugar a dudas, el médico-director más representativo fue José
estuvo muy ligado a la historia del balneario y del pueblo, como vimos anterior-
Salgado y Guillermo. El médico madrileño poseía un historial que nos permite
mente, si bien no efectuó ningún trabajo de consideración sobre los mismos y
su labor se puede interpretar como de simple continuador de Monja.371 Más considerarlo como el hidrólogo más brillante de la pasada centuria; baste recor-
importante fue su papel en los conflictos que surgieron a raíz de la proposición dar que fue fundador y primer presidente de la Sociedad Española de Hidrolo-
de Vázquez Parga, Fontan y Falero ante las Cortes, en 26-XI-1836. Estos diputa- gía Médica, además de haber obtenido multitud de distinciones y cargos
dos efectuaron un duro ataque al Cuerpo de Médicos Directores de Baños, por importantes. El papel de Salgado en Carratraca fue tan trascendente como ambi-
considerar que gozaban de demasiados privilegios y propusieron que o bien no guo: descubridor de características insólitas en la composición de las aguas (sul-
debían percibir un sueldo del Estado, o bien no debían cobrar a los bañistas. furosas primitivas, con arsénico, selenio, itria, erbina, terbina, etc.), también
Entre las respuestas airadas de los facultativos se encontró también la de Eduardo lo fue de la pérdida de sulfuración de las mismas; prestigia al balneario con
Henares en su obra Dos folletos sobre las dos proposiciones hechas a las cortes su figura y atrae a la concurrencia, pero intenta acabar con el juego y ciertas
de mil ochocientos treinta y siete,372 respuesta muy lógica si tenemos en cuenta diversiones que constituían el atractivo para un buen número de veraneantes;
que el 12 de septiembre de 1835 Henares había sido destituido de su cargo por de erudición innegable, es incapaz de reconocer sus errores y se atribuye logros
la Junta de Gobierno de Málaga, por parecidos motivos, suprimiendo el sueldo ajenos; paternalista, estricto, fanático, es incapaz de establecer un diálogo con
oficial del médico-director, que sólo debía percibir lo que cobrase por consulta. las autoridades locales o los propietarios sin presentar denuncias ante el gober-
En su lugar ponían a Antonio Verdejo (sospechosamente vocal de dicha Junta), nador de Málaga varias veces cada temporada; abiertamente descontento con
quien se apresuraba, a los dos meses, a pedir la titularidad. El Ministerio de la las circunstancias de su ejercicio en el balneario, continúa en esa plaza durante
Gobernación intervino en el asunto y repuso a Henares el 30 de marzo de 1836, 21 años, aunque opine que: "En aquelpais [...] se mira con indiferencia lo
por lo que éste no estuvo fuera del balneario ninguna temporada. que aqui causaría vergüenza y deshonra [...]"374 y que en "[...] aquella pro-
En 1840 Monja vuelve a Carratraca y en esta ocasión su intervención será vincia [...] nada se rige de una manera regular [...]",375 refiriéndose a la pro-
decisiva para conseguir la privatización de las aguas y la construcción del bal- vincia de Málaga y, en particular, a Carratraca. La consulta que hace Salgado
neario. Lo prueban sus memorias y escritos reclamando mejoras en los baños, al gobernador de Málaga, en 1859, puede ser bastante definitoria de lo que
así como su participación en los proyectos del balneario y sus solicitudes de el facultativo pensaba que debía ser un médico-director y, por tanto, de los
enfermerías para militares y leprosos. Sin embargo, su obra es menos rigurosa, inevitables choques que se iban a producir. En esta consulta pedía una explica-
los análisis no aportan datos nuevos, apareciendo en ocasiones manipulados ción sobre la interpretación exacta que se debía dar a los artículos 22 y 31 del
por un afán propagandista, y los apuntes históricos y bibliográficos se alteran, Reglamento de Baños de 1834, vigente en ese momento. Estos artículos indi-
a veces con el fin de autoalabarse.373 No obstante, es también autor de cier- caban que los directores serían los jefes del establecimiento y velarían del aseo,
comodidad, orden y buena alimentación en él. Salgado piensa que, puesto que
370. Ibid., II (2): 499-505. todo el pueblo está lleno de bañistas, no debe limitarse al establecimiento, por
371. Su único trabajo impreso sobre el balneario se tituló "Carratraca", El Guadalhorce, 1,20:153-55;
25:193-96 (1839).
lo que pide fiscalizar el surtido de carnes, el servicio de mercado, el alimento
372. Eduardo HENARES, Dos folletos sobre las dos proposiciones hechas a las cortes de mil ochocientos y albergue de los pobres organizado por el gobernador, las medidas de buen
treinta y siete, acerca de las dotaciones asignadas a las plazas de médicos-directores de aguas minerales, Madrid, orden en las diversiones tumultuosas y, finalmente, hasta el hospedaje y ali-
Imprenta de Boix, 1837. El primero de estos folletos se publicó también en el Boletín de Medicina, Cirugía y
Farmacia, 1837, IV (138): 33-6. Para más información sobre esta polémica se debe acudir a los escritos de Mariano mentación de las fondas y casas de huéspedes. Es el primer expediente presen-
José GONZÁLEZ Y CRESPO, de los que destacaremos Cuatro opúsculos sobre aguas medicinales, en que se tado por Salgado, que llegará hasta el Consejo de Sanidad y promoverá una
refuta el discurso pronunciado en la sesión de Cortes de 26 de noviembre de 1836, para apoyar la proporción
en que se pedía se suprimiesen las dotaciones y orivilegios de los médicos-directores de estos establecimientos, Real Orden del 6-X-1859, en que se marca como límite de actuación del médico-
Madrid, Imp. que fue de Fuentenebro, 1837.
373. Así, en su obra impresa Memoria sobre la virtud curativa de las aguas sulfidrico-carbónicas frías de
Carratraca y la del agua simple, Madrid, 1852, dice que hasta que no publicó su memoria de 1818 todos habían 374. B.F.M.M., Carp. 2789, n.° 31, "Memoria, 1865", de José SALGADO, 112.
creído que el agua tenía mercurio, olvidando los trabajos de García, Fernández de Castro, Suárez, Ayuda, etc.
375. B.F.M.M., Carp. 2782, n.° 27, "Memoria, 1877" de José SALGADO Y GUILLERMO, 13.
y su propia obra en la que recogía la opinión de estos autores que se esforzaron por desmentir esa creencia.

178 179
de Carratraca, nos da, ya desde su título, una orientación sobre las particula-
MONOGRAFÍA rísimas virtudes que descubrió en este manantial. Es un trabajo ejemplar, en
BE U S MOAS
que el autor examina historia, geografía, geología, botánica, zoología y eco-
nomía, en las que demuestra amplios conocimientos, aparte de los médicos e
SULFO, SELÉNIDO HÍDRICAS. hidrológicos. En su perfeccionismo llega a examinar y analizar el agua de gran
parte de los manantiales del término municipal. Y, aunque ignore ciertos datos
B1CARB0SATADAS ÍICAIÜIO-TÍBBEO, KTAIJCAS, (la obra de Granados o la de Monja de 1826), esta monografía va a marcar j
DE CARRATRACA. un hito insuperable: de hecho, la propaganda actual del balneario, en 1990,
rOR tC MilCTOR ACTUAL sigue imprimiendo el análisis de 1860. Aunque sea por desidia o incompeten-
B. i o t t Saljtio y í u i l U m » , cia de sus sucesores, se debe reconocer que 130 años de vigencia de unas teo-
DOCTO* C S l n c n u T CSUXIA, U s u r a K I t e a t QOMCA, rías han de venir avalados por el gran prestigio de Salgado.
Iranmwo K TAMAS OOUOBACMI» anrtsncu T SCWÓMCAS, CA-
SALUM K LA REAL T OOTBOTBA a n a (STAROLA S S CARLOS D , Los problemas más graves a los que debió enfrentarse fueron los deriva-
COKBCCOIAM a » u Cita ss E n s a u s i OTSAS TAHAS K IO-
Trcaon.CTC. dos de la pérdida de sulfuración de las aguas y la necesidad de efectuar obras
para su recuperación, obras que los propietarios intentaban postergar conti-
nuamente y sobre las que no se pronunciaban las autoridades con la celeridad
debida. Otro problema para el facultativo fue el auxilio prestado a los pobres,
a los que comenzó a considerar excesivos en relación a los acomodados. Tam-
MADRID. bién hay que añadir su intervención decidida en lo relativo a los juegos de azar,
alie * ? * • * , • « • . I. que persiguió con continuas denuncias ante el gobernador, en su creencia de
que el juego turbaba la tranquilidad de los bañistas y él debía protegerlos,
aunque no parece que llegara a consultarles si deseaban tal protección.
Pero el conflicto mayor en esta época y que llena las páginas de las memo-
rias del médico-director es el ejercicio de médicos libres en el balneario. El regla-
mento de 1834 disponía que los facultativos no pertenecientes al establecimiento
director sólo el establecimiento balneario, pues de lo contrario iría en menos- balneario podrían atender a los enfermos con el consentimiento, o en colabo-
cabo de las funciones de alcaldes y Ayuntamientos. Nada vuelve a comentar ración, con el médico-director; sin embargo, el de 1868, abría ya las posibili-
Salgado sobre este particular, que queda totalmente silenciado, pero en oca- dades para que cualquier médico pudiese visitar a sus enfermos en el
siones sus actuaciones mostrarán que no había cambiado de forma de establecimiento (capítulo 1.°) y las papeletas de baños podían ser extendidas
pensar.376 a instancias de aquél o del propio enfermo (capítulo 5.°). El de 1871 introdu-
cía ciertos matices atemperantes, indicando que los enfermos podrían tomar
Desde la publicación de su primer trabajo sobre Carratraca, en 1857,377 las aguas por indicación de otros facultativos, pero siempre que el médico-
Salgado demostró un rigor científico y un conocimiento de disciplinas auxilia- director extendiese una papeleta a tal efecto. Esta competencia no habría de
res, que convirtieron rápidamente a las aguas que tenía a su cargo en unas de gustar a Salgado, como manifestó en sus escritos, directa o indirectamente.378
las mejor estudiadas de España, aunque también unas de las más controverti- El primer enfrentamiento por este motivo fue con un médico ambulante al que
das como veremos al tratar de los análisis. En 1860, su Monografía de las aguas acusó de tahúr y de querer ganarse la concurrencia desprestigiándole a él y al
sulfo, selénido hídricas, arseniadas, bicarbonatadas alcalino-térreo, metálicas, médico titular de Carratraca, así como de repartir propaganda publicitaria en
la que decía curar las mismas enfermedades que las aguas. Salgado consigue
376. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1850, n.° 13, "A solicitud del médico-director que el gobernador prohiba a este médico ejercer en el pueblo, aunque más tarde
de las aguas de Carratraca, consulta el Gobernador de Málaga qué interpretación debe darse a los artículos
22 y 31 del reglamento". Para mayor información sobre José Salgado, véase Juan Antonio RODRÍGUEZ- rectificó y le prohibió tan sólo atender a los bañistas, para no interferir con
SÁNCHEZ, "José Salgado y Guillermo (1811-1890) y la madurez de la Hidrología Médica española", Medicina
e Hisdtoria (Tercera época), 49 (1993).
377. José SALGADO, "Noticia de las aguas de Carratraca, con datos importantes acerca de su singular 378. Un capítulo de su "Memoria, 1872" (B.F.M.M., Carp. 2776, n.° 1) lleva por título "Reseña de los
composición, yéxámen de sus poderosas acciones medicinales", El Siglo Médico, 4,183:210-11; 184:219-21; abusos a que ha dado lugar la facultad concedida a los médicos en los baños minerales, y de los inconvenientes
185:226-27; 186:235-6; 187:242-43; 188:253-54; 189:259 (1857). de su intervención".

180 181
el médico-director quien, descontento con esta resolución, decidió impug- Médicos que ocuparon posteriormente la dirección del establecimiento bal-
narla.379 Pero, muy pronto, otro oponente más firme hubo de ocupar sus neario no refieren en sus memorias conflictos de tanta importancia: alguna men-
preocupaciones: un nuevo titular joven se instala en la población. En 1872 Sal- ción a la imprecisa clasificación elaborada por el médico libre en su estadística
gado critica su juventud como sinónimo de inexperiencia y, de paso, la liber- de resultados terapéuticos o a los impuestos que recaían en Carratraca sobre
tad de enseñanza que redujo la duración de la carrera de Medicina. El facultativo diversas utilidades. Ni tan siquiera son extensos en sus comentarios sobre el
en cuestión, tras atender a los enfermos, enviaba a su asistenta al despacho estado del manantial y, en su planteamiento de las reformas, se limitan a rela-
del médico-director para que éste le extendiese las papeletas de baños, que lle- tarlas escuetamente. Así aparece en las memorias anuales de Tomás Lletget
vaba nuevamente a los pacientes. Salgado se niega, pues aunque reconoce que y Caylá, llegando a ser las presentadas por Rafael Cerdo y Oliver tan sólo unas
la ley contempla que no siempre sea el agüista quien retire la papeleta sino una tablas estadísticas exentas de toda indicación sobre el balneario y la tempo-
persona por él delegada, en este caso esa persona estaba delegada por el médico rada de baños.
y no por el bañista. Podía tener razón el médico-director en muchos de estos Hasta Balbino Quesada y Agiús la plaza quedará cubierta por facultati-
casos y, efectivamente, el titular de la población podía estar ocultándole a los vos que ocupen los primeros puestos del escalafón de médicos-directores de
enfermos que quien finalmente debía dar la autorización era Salgado; pero baños (entre los diez primeros en el momento de conseguirla) y se preocupa-
parece algo difícil de demostrar y sin embargo es la base sobre la cual el madri- rán, habitualmente, de publicar alguna memoria o artículo sobre el estableci-
leño narra una auténtica alianza entre titular y Ayuntamiento, debiendo ins- miento que tienen a su cargo.381 Sus sucesores tendrán inferior puntuación y
tarle este último a la entrega de las papeletas de baños. La Dirección General no estarán muchas temporadas en los baños, siendo prácticamente nula su tras-
de Beneficencia y Sanidad resuelve en 1872 que los enfermos podían delegar en cendencia en el campo de la hidrología médica.
otra persona, por lo que Salgado se ve precisado a cumplir la orden, aunque
continuará buscando apoyo, en el convencimiento de que el Gobierno no se
había enterado bien del asunto. En esta ocasión una Orden del 4-IV-1873 del
Gobierno de la República da la razón al médico-director, pese a lo cual los 6.1.6. Los análisis de las aguas
problemas entre ambos facultativos continuó.
El Ayuntamiento no facilitaba las intenciones de Salgado y los impuestos Los primeros análisis de estas aguas, en aquel entonces de Árdales, se debie-
con los que gravaba al balneario, al médico-director y a los agüistas llegaron ron a Limón Montero o, más propiamente, a sus informantes. El médico de
a límites insostenibles en 1872, pues se exigía a los bañistas que sellasen las Antequera, Manuel de Almeyda, describe en 1677 un manantial de caudal abun-
papeletas en el Ayuntamiento para poder bañarse, cobrándoseles por ello una dante, con un agua lechosa, fría en verano y algo caliente en invierno, de olor
peseta. Salgado consiguió que el gobernador diese una orden en que suprimía y sabor azufrado, que deposita abundante sustancia blanquecina por donde
el impuesto; pero en la temporada de 1877, la última de aquél en Carratraca, pasa. Alonso Sánchez Ballenato confirma esto y, recurriendo a la evaporación
el alcalde responsable de dichas tasas resultó elegido diputado y el Ayuntamiento para examinar el residuo, encuentra salitre y azufre, descartando el betún.382
volvió a cobrar impuestos por papeletas, pero en esta ocasión 2'50 pesetas. El Sin embargo, la cuestión analítica que va a centrar la atención de los médi-
gobernador no hizo caso de la protesta y el médico-director hubo de recurrir cos y químicos de la siguiente centuria va a ser la discusión sobre la existencia
a la Dirección General, que envió una circular el 25 de junio de 1877 en que de mercurio en las aguas. La obra de Antonio Granados intenta demostrar su
declara ilegal el impuesto, pese a lo que siguió cobrándose, por lo que el 11 existencia basándose en la efectividad de estas aguas en la cura de los galica-
de julio del mismo año se envió una nueva circular en que se amonestaba al dos, en la presencia de burbujas en la superficie corporal al sumegirse en el
gobernador y se autorizaba a Salgado para cerrar el balneario si se volvía a agua, en el temblor que se produce en el baño y en la capacidad de oscurecer
exigir.380
381. Tomás LLETGET, Algunas consideraciones acerca de la acción terapéutica de las aguas minero-
medicinales de Carratraca en el tratamiento de las enfermedades crónicas de la matriz, Barcelona, Establ. Tip.
de los Sucesores de N. Ramírez y C . \ 1881; Rafael CERDO Y OLIVER, "Baños de Carratraca. Memoria del
379. B.F.M.M., Carp. 2789, n.° 31, "Memoria 1865" y Carp. 2791, n.° 25, "Memoria, 1866", ambas de Director, correspondiente al año de 1887", Boletín de Sanidad, 1:7-11 (1888); Balbino QUESADA Y AGIUS,
José SALGADO. Apuntes sobre los baños y aguas medicinales naturales sulfuroso-sódicas y arsenio-selénicas frías de Carratraca,
Ubeda, Establ. Tip. de La Loma, 1893 y diversos artículos de este último autor sobre las aguas sulfurosas calci-
380 B.F.M.M., Carp. 2776, n.° 1, "Memoria, 1872"; Carp. 2778, n.° 17, "Memoria, 1873"; Carp. 2782,
cas en enfermedades ginecológicas y de piel (con referencia especial a las de Carratraca) que se publicaron en
n.° 27, "Memoria, 1877", todas de José SALGADO y el libro de Carlos MENÉNDEZ FERNÁNDEZ y Joa-
El Siglo Médico y en Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica.
quín María ALEIXANDRE, Colección legislativa de baños y aguas minero-medicinales, Madrid, Ricardo Rojas,
1892, 92-4. 382. Alfonso LIMÓN MONTERO, Espejo..., 118-20.

182 183
la plata. No existe para la defensa de este criterio ningún análisis, ni tan siquiera Manuel Fernández Barea.384 Los médicos que escriban posteriormente sobre
la más elemental evaporación. Recurre por ello a nombrar a otras personas las aguas de Árdales reproducirán el análisis de García y aportarán sus propias
que comparten su opinión o las han analizado: Thomás Trot, cirujano quí- reflexiones para negar el mercurio.
mico, habría descubierto azufre, alcaparrosa y azogue en el agua. A él se refiere
Será a finales del XVIII cuando Juan de Dios Ayuda realice su examen
también Francisco José Cuevas, médico de la villa de Árdales, explicando que,
si bien la presencia del azogue en otras aguas es de su parte sutil y sus sales de las aguas. A las virtudes de García une los conocimientos químicos que se
espirituosas, en éstas es visible. Se apoya también en la clínica para razonar habían adquirido durante cuarenta años y va a utilizar gran número de reacti-
que, puesto que el mercurio es el mejor tratamiento para los galicados mien- vos y nuevos instrumentos, como el areómetro de Beaumé y el termómetro de
tras que el azufre está contraindicado en ellos, las aguas de Árdales deben unir Réaumur. Hay que destacar que es el primer autor que va a cuantificar los
forzosamente mercurio al azufre, dada su efectividad en estas afecciones. Apre- componentes sólidos y, lo que será trascendente, el primero en abandonar defi-
ciaciones similares realiza el médico Domingo del Campo, de la Academia de nitivamente el empirismo: Ayuda elabora las indicaciones terapéuticas de las
Ciencias Naturales y Buenas Letras de la Ciudad de Málaga, basándose además aguas no por la observación, sino por el conocimiento de las características
en el terreno, la vegetación y las nieblas. Lo más extraño de su dictamen es físicas y químicas de las mismas.
la referencia y transcripción del análisis realizado por dos académicos farma- En 1817 Félix Haenseler, haciéndose eco de los avances de las dos últi-
céuticos y fundadores de dicha Academia. Si por las fechas citadas éstos pudie- mas décadas, aplica al análisis de estas aguas los preceptos de Fourcroy (fruto
ron ser Manuel Fernández Barea y Luis Joseph Velázquez, quienes visitaron
de la química pneumática y de los descubrimientos de Lavoisier, Berthollet
los baños en 1750, el dato sería erróneo, pues no pudieron llegar a realizar los
y Morveau) consiguiendo cuantificar los gases del manantial. Es, además,
análisis por sorprenderles una tormenta que destruyó el instrumental que habían
transportado. Si la referencia fuese a Barea y a García, la falsedad del testimo- el primero en analizar los copos gelatinosos que flotaban en el agua.385 Poco
nio quedaría demostrada por la obra de este último en la que desmiente la pre- puede aportar el primer médico-director, Juan de la Monja, a estos análisis
sencia de mercurio y adjunta un informe de Barea, que manifiesta lo mismo. y los que realiza ofrecen proporciones muy diferentes que llevan a descon-
fiar de ellos. No obstante, será el análisis de Monja de 1818 el que se repro-
El 24 de noviembre de 1758 Juan José García,383 en sesión pública ante duzca con más frecuencia en los tratados hidrológicos y obras médicas de
la Academia de Ciencias Naturales de Málaga, realizaba sus experimentos. El la época.386
farmacéutico mostraba una formación muy superior a la de Granados, con
amplios conocimientos de química y de los análisis de aguas propugnados por De notoria importancia fue el descubrimiento de la naturaleza orgánica
Hoffmann. El análisis de las propiedades físicas de las aguas es impecable y vegetal de los copos gelatinosos, que Monja designaba como glairina. Fue el
con una sistematización encomiable, utilizando el termómetro para determi- farmacéutico y naturalista malagueño Pablo Prolongo el primero en darse
nar la temperatura del agua y el canículo o vaso cilindrico (una especie de areó- cuenta de esto, en 1838, considerándolas confervas, algas con particularidades
metro) para determinar la ligereza o gravedad específica. Tras estas aprecia-
ciones concluye que el agua contiene azufre. Procede luego al examen de los 384. Juan José GARCÍA, Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de las aguas de Hardales,
espíritus ácidos o alcalinos usando diversos reactivos y demostrando la natu- su verdadero analysis chymico, y Medicinales virtudes, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1759, en el que
raleza alcálica. Luego efectúa la evaporación de 40 libras (18'4 kilos) de agua se incluye el informe de Manuel FERNÁNDEZ BAREA (pp. 49-62). Barea escribió en 1759, en colaboración
con Pablo Ferrer, un "Papel acerca del clima de Málaga", a instancias de Cristóbal Medina Conde y Francisco
y examina el residuo, que carece de las características del azufre, por lo que Barban de Castro. En él se realizaba un estudio de las aguas de Málaga. En la actualidad se desconoce el para-
deduce que la sustancia sulfúrea es volátil. Nuevos reactivos aplicados al resi- dero de este documento, aunque tenemos noticias de él a través de la obra de Narciso DÍAZ DE ESCOVAR,
Noticias biográficas y bibliográficas de algunos médicos ilustres de Málaga, Madrid, Administración de la Revista
duo ponen de manifiesto la estirpe alcálica. Aún avanza que el azufre que se de Medicina y Cirugía Prácticas, 1913, 24-5 y, del mismo autor, los dos volúmenes mecanografiados con el
deposita al paso del agua debe precipitar por acción de un ácido atmosférico título "Hijos ilustres de Málaga y provincia", 1:92, en la Biblioteca del A.D.E.; así como el artículo de Gui-
llermo OLAGÜE, Ramón GAGO y Juan L. CARRILLO, "El Doctor Manuel Fernández Barea (1720-1799)
(el anhídrido carbónico). Concluye considerando las aguas de naturaleza y la Academia de Ciencias Naturales y Buenas Letras de Málaga", Gibralfaro, 29, 30: 39-52 (1981).
sulfúreo-salino-volátil y negando en ellas los principios nitrosos, vitriólicos y, 385. La obra de Román CASARES LÓPEZ, Datos biográficos de Juan José García, Félix Haenseler y Pablo
claro está, la existencia de mercurio, puntos ratificados por el informe de Prolongo. Farmacéuticos Malagueños de los siglos XVIIIy XIX, s.l., Academia Nacional de Farmacia, 1932,
ofrece interesantes datos de su biografía.
386. Ramón CAPDEVILA, en su Elementos de Terapéutica y Materia Médica, Madrid, Imp. de D. León
383. Sobre este autor puede consultarse los datos aportados por la obra de Román CASARES LÓPEZ, Amanta, 1825 (2.a ed.), 266-7, toma sus datos de esta obra de Monja. Y será la de Capdevila la que sirva de
Datos biográficos de Juan José García, Félix Haenseler y Pablo Prolongo. Farmacéuticos Malagueños de los base al estudio que sobre las aguas de Árdales realice D.J.C. en su apéndice a la obra de J. L. ALIBERT, Nuevos
siglos XVIIIy XIX, s.l., Academia Nacional de Farmacia, 1932. Desconocía Casares los informes que sobre elementos de Terapéutica y de Materia médica; con un ensayo sobre el arte de formular, y un análisis abreviado
la muerte de García aporta la obra ya citada de Nazario FERNÁNDEZ DE CASTRO, Diálogos críticos interlo- de las aguas minerales más usadas en Francia, Madrid, Imp. de Repullés, 1826. Estas obras serían las guías
cutorios, phil. theoric. med. pract. de Médico, y Practicante, en abandono del Dictamen Empírico sobre el agua de fuentes mineromedicinales españolas más difundidas en la época, por lo que el referido análisis de Monja
Frígido Thermal, vulgarmente llamada de Hardales, Málaga, Imp. Dignidad Episcopal, 1785, 37. se vio reproducido hasta mediados de siglo, alternando en ocasiones con el de Ayuda.

184 185
tan especiales que le llevaron a bautizarlas como Sulfuraría Carratraquensis.387 SUSTANCIAS FIJAS ""unas
No estarían de acuerdo con esta especificidad Montagne ni otros naturalistas; Sulfato potásico 0,02918
y Eduardo Moreno, en 1883, examinando las preparaciones, las considera igua- Sulfato sódico 0,04876
les a las de otros balnearios.388 Sulfato magnésico 0,11247
La privatización de las aguas, la construcción de un lujoso edificio bal- Cloruro calcico 0,03378
neario y la llegada de un médico-director de reconocido prestigio van a llevar Carbonato calcico 0,21060
Carbonato magnésico 0,03541
pareja la aparición de nuevos e insólitos mineralizadores en las aguas que las
Acido arsénico 0,00035
colocan entre las más peculiares de España e incluso de Europa. Antes de ini-
Oxido férrico 0,00179
ciar su segunda temporada en el balneario de Carratraca, José Salgado escri- Oxido mangánico 0,00011
bió una serie de artículos que aparecieron publicados en El Siglo Médico.™ Acido silícico 0,00279
En los dos primeros manifestaba los resultados de sus análisis: las aguas tenían Alúmina y glucina 0,00057
arsénico (probablemente en forma de sulfarseniato de cal), hierro, manganeso, Itria ¿Erbina, Terbina? 0,00011
níquel y cobalto. La presencia del arsénico se veía confirmada también por el Yodo Indicios
análisis de Magín Bonet, profesor de Química de la Escuela Industrial de Nikel Indicios
Madrid. En sus análisis de 1860, Salgado descubrirá además el selenio, la itria, Materia orgánica Cantidad indeterminada
erbina, terbina y clasificará las aguas como sulfuradas primitivas, diferencián- Pérdida debida en su mayor
dolas de las sulfurado-cálcicas y sulfurosas accidentales, como se expone a con- parte a la materia orgánica 0,02408
Total de sustancias fijas 0,50000
tinuación:390

La oposición ante estos resultados novedosos va a ser dura. Así, Antonio


Casares muestra su escepticismo frente a tan extraños mineralizadores y consi-
GASES dera que hay que repetir los análisis con mayor cantidad de agua.
Cents, cúbs.
[...] convendría analizarla de nuevo, no sólo con este objeto [comprobar
Sulfido hídrico 10,35 el arsénico], sino con el de comprobar la existencia del selénico, de la glucina,
Selénido hídrico Cantidad de la itria y del níquel, que no se mencionan en ningún análisis de los muchos
indeterminada que por químicos de primer orden se han hecho de aguas minerales de dife-
Acido carbónico libre 104 rentes clases.391
José Salgado no sólo va a intentar demostrar lo anterior con nuevos méto-
Cents, cúbs. dos (el análisis espectrográfico de Kirchoff y Bunsen, usando el espectroscopo
de Duboscq y la lámpara de gas de Bunsen), sino que además descubre indio,
Ázoe 61 rubidio, cesio, litio, sodio, calcio y cobre, hallando en la micacita superficial
Total de gases 175,35 del terreno rubidio, sodio, calcio y estroncio. Mantiene correspondencia con
Casares, pero no consiguiendo convencerlo, publica nuevamente en El Siglo
Médico su método analítico y la confirmación que de todos sus resultados hace
Manuel Sáenz Diez, catedrático de Análisis y Química Orgánica de la Facul-
387. Hay que rebatir aquí la idea de Martínez Reguera, pues atribuye a Salgado este descubrimiento. Pablo
PROLONGO escribió una "Memoria. La Historia de los Copos de Azufre que salen mezclados con las Aguas
tad de Ciencias de Madrid.392 No contento con esto vuelve a realizar los aná-
del Manantial de los Baños de Carratraca: Sulfuraría Carratraquensis" y la leyó en sesión pública el 3 de Febrero lisis y a solicitar la aprobación de Sáenz Diez y de Magín Bonet, quienes no
de 1873, publicándose más tarde en las Actas de la Sociedad Malagueña de Ciencias Físicas y Naturales, 1:67-79 dudan en concedérsela.393
(1874). Para los datos biográficos de este autor se puede consultar la obra de Román Casares López citada y
la de Juan L. CARRILLO, M. a Dolores RAMOS y Jesús CASTELLANOS, La Sociedad Malagueña de Cien-
cias. Catálogo de sus manuscritos, Málaga, Universidad de Málaga, 1984. 391. Antonio CASARES, Tratado práctico de Análisis Química de las aguas minerales y potables: con indica-
388. Eduardo MORENO, Algas termales, Madrid, Establ. Tip. de M. Minuesa, 1883, 35-6. ción de las fuentes de aguas minerales más notables de España, su composición, enfermedades a cuya curación
se aplican, y número de enfermos que a ellas acuden anualmente, Madrid, Lib. de D. Ángel Calleja, 1866, 173-6.
389. José SALGADO, "Noticia de las aguas de Carratraca, con datos importantes acerca de su singular
composición, y examen de sus poderosas acciones medicinales", El Siglo Médico, 4,183:210-11: 184:219-21; 392. José SALGADO, "Análisis espectral de las aguas de Carratraca", El Siglo Médico, 14, 701:357-8 (1867)
y del mismo autor, "Réplica a algunas dificultades acerca del análisis de las aguas de Carratraca", El Siglo Médico,
185:226-27; 186:235-6; 187:242-43; 188:253-54; 189:257 (1857). 15, 757:421-3 (1868).
390. José SALGADO, Monografía de las aguas sulfo, selénico hídricas, arseniadas, bicarbonatadas alcalino- 393. José SALGADO, "Comprobación del selenio en las aguas de Carratraca", El Siglo Médico, 17, 860:388-9
térreo, metálicas, de Carratraca, Madrid, Imp. de Manuel Minuesa, 1860. (1870).

186 187
Pero si Salgado conseguía convencer a los químicos, mucho más difícil 6.1.7. £1 cántaro a la fuente
había de resultarle con sus colegas: Taboada en su Anuario de 1870, difiere
de la opinión del médico-director de Carratraca y promete un examen más atento Según los primeros autores, existían dos manantiales que emergían en la
sobre este tema en el siguiente número de la publicación.394 Este no aparece- alberca de los hombres y surtían a ambos baños. El caudal del segundo de ellos
ría hasta 1877, ya como Anuario oficial, y recoge los datos de la última tem- se consideraba una cuarta parte del primero, mientras que éste tenía una fuerza
porada de Salgado con los que se amplían los motivos de su desacuerdo sobre capaz de sostener a un hombre, alcanzaba una altura de una vara (83'59 cm)
el hecho de que las aguas de Carratraca no posean sulfuros y sean por tanto de alto y arrastraba arenas dolomíticas y piedras de este mismo material y piza-
sulfhídricas primitivas. Pero hay que señalar que las críticas muestran una gran
reserva, debido al respeto que merece el criterio de Salgado.395 rra. Nacía de una grieta en la dolomía del terreno, de 14 cm. de ancho en su
parte superior y 5'5 cm. más adelante. Sin embargo, los tratadistas posteriores
Salgado desea convencer a los restantes hidrólogos de lo acertado de sus sólo hablan de un manantial.
hallazgos, y por ello, en la sesión del 2 de marzo de 1878 de la Sociedad Espa-
ñola de Hidrología Médica, presenta todo el material que había preparado para En 1855 se construyó el edificio balneario: las albercas se desplazaron al
la Exposición Universal de París (y que no pudo enviar pues los dueños del extremo opuesto del nacimiento y se construyeron casi un metro más altas que
establecimiento no remitieron a la Dirección General las botellas de agua que
habían solicitado). Cristales con copos de sulfuraría, fotografías del pueblo éste, haciendo lo mismo con los baños templados y demás instalaciones para
y un plano del establecimiento formaban parte de esta memoria. Además, rea- evitar con ello tener que excavar en la dolomía a punta de cincel (pues la pro-
liza ante los asistentes diversas pruebas analíticas y lee los resultados de sus tección del venero impedía barrenar), lo cual hubiese encarecido mucho las
experimentos que demuestran la existencia de selenio y arsénico.396 Sin obras. El agua del manantial quedó encerrada en un depósito, teniendo que
embargo, no fue suficiente para convencer a los redactores del Anuario ofi- ascender en el mismo para alcanzar las salidas de distribución a las diferentes
cial, que persistieron en sus dudas. dependencias. En un principio no tenía ni tan siquiera un desagüe, por lo que
Los sucesores de Salgado no manifestaron desacuerdo con su análisis de la columna de agua que formaba ejercía una presión constante sobre la naciente.
1860, pues siguieron ofreciéndolo en sus memorias sin aportar más que una El 29 de junio de 1855, al inaugurar el establecimiento, el agua subió con tanta
valoración del caudal y la sulfuración. Palomares fue el único que negó la exis- fuerza que arrojó la tapa del registro (una tapa de 40 cm de diámetro y tres
tencia de hidrógeno sulfurado libre, defendiendo su existencia pero combinado arrobas de peso) y se derramó por la galería de los baños templados, última
con una base de cal o magnesia, como un sulfhidrato de sulfuro; mientras que, muestra de la potencia de aquel raudal.400
respecto al selenio y al arsénico, piensa que sus cantidades son tan pequeñas
que no ofrecen interés terapéutico.397 Fue Salgado quien, en 1857 y como primera medida, dispuso abrir un con-
En 1906 el nuevo avance en los análisis de las aguas mineromedicinales ducto de desagüe en el depósito, a 28 cm. del nivel del nacimiento. La existen-
será la determinación de la radioactividad: las de Carratraca también resulta- cia de escapes (dos o tres en las proximidades del punto de emergencia del
ron serlo (157'05 voltios hora-litro y con sedimentos activos).398 Pero estos manantial, otro al lado de una fuente de agua dulce 40 m. al SE y otro 20 m.
nuevos datos en nada afectarían al análisis de 1860, que desde entonces ha más allá, en un pozo) y de otro manantial de agua de menor sulfuración Gusto
seguido ocupando su lugar en libros y folletos publicitarios sin que facultati-
vos, propietarios o autoridades se hayan preocupado de investigar sus cam- debajo del lugar de este desagüe, pasando bajo la galería de los baños) eran
bios, rechazando la reflexión de Heráclito: en Carratraca la concurrencia se ya conocidas. Se suponía que la menor sulfuración sería motivada por mez-
ha podido bañar tantas veces como ha querido, durante 130 años, en las mismas clarse con aguas superficiales, pero Salgado pensaba darle utilidad empleán-
aguas.399 dolo para tratamientos que pudiesen requerir un agua de menor mineralización.
A 150 m. del manantial y a una altura de 1'5 m. había un nacimiento de
394. Marcial TABOADA, Anuario de la Hidrología Médica Española, 1870, Madrid, Imp. Srs. Rojas, 1870, 160.
395. Anuario oficial de las aguas minerales de España, 1876-1877, 1877,1:400. Sobre las polémicas suscita- agua dulce, que apareció al hacer el desmonte de las dolomías para la alberca
das por estos análisis, véase Juan Antonio RODRÍGUEZ-SÁNCHEZ, "José Salgado y Guillermo (1811-1890) de primera clase para mujeres y a la que se le construyó un pilón por el que
y la madurez de la Hidrología Médica española", Medicina e Historia (Tercera época), 49:11-16 (1993).
396. Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica, 1878-1879, 11:4-13. subía y derramaba. Este agua relacionaba su caudal con el nacimiento del agua
397. B.F.M.M., Carp. 2832, n.° 24, "Memoria, 1895" de Eduardo Palomares.
398. José MUÑOZ DEL CASTILLO, "Sobre la radioactividad de las aguas de Carratraca, Ontaneda y Baños
de Montemayor", El Siglo Médico, 53, 2744:442 (1906). 400. Los datos relativos a las primeras alteraciones sufridas por el manantial se pueden encontrar en la Mono-
399. El análisis realizado en 1987 por la Sección de Contaminación Ambiental, del Servicio de Salud de grafía de 1860 de José Salgado, citada en repetidas ocasiones; en su artículo "Baños de Carratraca", publicado
la Delegación Provincial de Málaga de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, no va enca- en La España Médica, 12, 294:461-63 y 295:476-7 (1861) y en El Siglo Médico, 8, 389:380-1, 390:398-0 y 391:411-2
minado a la detección de sustancias que puedan producir los efectos terapéuticos, por lo que ignoramos si se (1861) y en 2805, n.° 7, respectivamente. Es fundamental el artículo de Casiano de PRADO, "Aguas de Carra-
encuentran o no los extraños mineralizadores del análisis de 1860 (sólo valoran el arsénico, por un método semi- traca. Informe pasado al Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación sobre la perturbación que han sufrido y el
cuantitativo, en 0'08 mgr/1.). Tampoco se mide la radioactividad, pese a que aún se preconiza ésta como impor- remedio de este daño", Revista Minera, 12, 272:449-66 (1861).
tante elemento terapéutico en el campo de la Hidrología Médica.

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mineral: si se desaguaba el depósito, se secaba el agua dulce; si aumentaba el
extrajo con una bomba (método que ya estaba usando para extraer la que debía
agua mineral en el depósito, se sulfuraba la dulce. Se empleaba para baños
calentar en los serpentines). No hubo baños templados durante dos días, ni
de agua dulce fríos y calientes. corrió la fuente de bebida de agua mineral.
Los niveles que alcanzaba el agua mineral en el depósito (o registro) eran
medidos anualmente por Salgado, por lo que pudo contemplar cómo iba dis- Puestos estos hechos en conocimiento del Gobernador y, no habiendo inge-
minuyendo su altura: de 3'22 m., en 1856, pasó a 2'30 m. en 1859 y en 1860 niero en la provincia, éste nombró una comisión científica de la que formaban
ya no se podían abastecer simultáneamente los baños templados y las piscinas, parte Salgado y tres profesores de Física, Química e Historia Natural del Insti-
pues, dado que la salida para los baños templados se encontraba a 2'10 m., tuto, que sé presentaron en Carratraca el día 16 y dictaminaron que las medi-
si se conducía el agua para unos, no alcanzaba el nivel para abastecer a los das inmediatas adoptadas por Salgado eran correctas y que se debía rebajar
otros. Así mismo, el agua del piloncillo también había disminuido su caudal el manantial para incorporarle las aguas de los escapes, resguardándolas de
y leve sulfuración, y acabó por no llegar a las cañerías de los baños dulces, la mezcla con las aguas dulces, y rebajar la altura de los baños para así poder
pese a estar muy inmediatas al suelo. No obstante se aumentó bastante su caudal usar el agua a su corriente natural, sin necesidad de cargar el depósito. Al fina-
al franquearle una abertura de escape y dejarla correr libremente. Más preo- lizar la temporada, el médico-director solicitó una nueva revisión y la presen-
cupante que las dificultades de abastecimiento (que estaban originando restric- cia de un ingeniero. No convenció a Salgado el informe que diese éste al visitarlo
ciones con el fin de conseguir que alcanzase a cubrir las necesidades) era la en octubre, por lo que elevó un escrito al Gobernador en que lo rebatía en todo:
disminución paralela de la sulfuración, pues ya apenas arrastraba sulfuraría. pretendía aquél rellenar las grietas con mortero hidráulico, por creer el escape
Aun así se continuaba sin tomar medidas que evitasen las fatales consecuen- procedente de un reflujo del depósito. El asunto pasó a la Sección Geológica
cias que esto estaba ejerciendo sobre el manantial. de la Comisión General de Estadística, que realizó una propuesta, sancionada
por Real Orden de 22-IV-1861, en la que se designaba al Ingeniero de Minas
Ya en 1858 había propuesto Salgado una reforma y en 1859 pasó un inge- Casiano de Prado para estudiar el caso junto a Salgado.
niero mecánico para hacerse cargo del estudio del proyecto, a lo que se negó
la empresa, por lo que el médico-director recurrió al gobernador, que el 13 Ambos profesores llegaron a Carratraca el 29-IV-1861 y realizaron curio-
de junio de 1860 ordenó que se efectuasen. Un mes más tarde la Dirección Gene- sas observaciones sobre el terreno metamórfico y los cambios de sulfuración:
ral exigía a la empresa que variase las cañerías y el modo de calefacción de ésta disminuía cuando el manantial corría sin carga, aunque el caudal aumen-
las aguas para obtener la aprobación a las obras del balneario. Pero, aunque taba casi al doble. La propuesta de Prado no difería de la de la comisión cien-
poco trascendentes para la magnitud del problema, estas medidas llegaban tarde. tífica y abogaba por rebajar el punto de emergencia metro o metro y medio,
pensando que al aumentar el caudal, su fuerza arrastraría más sulfuraría y sulf-
El 8 de agosto de 1860, a las 12, se enturbiaron las aguas. Salgado las dejó
hídrico de zonas profundas. Habría que aplicar también una máquina de vapor
correr sin someter el manantial a ninguna carga y éstas recobraron su transpa-
por si fuese necesario librar al manantial de más carga. Pero las medidas inme-
rencia, pero por la tarde volvieron a hacerse lechosas, lo que se corrigió del
diatas para la temporada de 1861 consistieron en rebajar el fondo de las pisci-
mismo modo. La causa era un gravísimo suceso: se había producido un des-
nas principales 73 cm., al igual que los conductos de desagüe y no elevar el
censo del terreno pizarroso de la superficie, variando la corriente del agua mine-
agua en el depósito más de 1 '20 m. Las piscinas de segunda no recibieron agua
romedicinal y variando también su punto de emergencia. Efectivamente: el día
esa temporada (toda la concurrencia se bañó en las de primera, según hora-
11, a las 9 de la noche, Salgado estaba empleando toda el agua de la salida
rios), pero sí las del hospital pues se les destinó el agua del escape y se les pusieron
de los baños templados en una inyección de mujeres, cuando desapareció el
cañerías más bajas y los baños templados se sirvieron utilizando una bomba.
agua. Ésta no ganaba altura en el depósito y dejó de correr la fuente de bebida
de agua mineral y la de baños templados (que eran las únicas salidas abiertas En un principio Salgado se muestra de acuerdo con Prado e introduce algu-
en ese momento). Sin embargo, aumentó muchísimo el escape cercano a la cañe- nos matices al respecto: el agua del escape podría alimentar también la fuente
ría de desagüe del depósito, en una habitación cercana a la del conde de Teba de bebida y el agua fría que se elevase con la bomba para suministro de los
(a unos 5 m. del nacimiento). El día 12 se reparó el escape y se llenó el depósito baños templados debería disponer de un depósito de madera de 4 m3. Sin
hasta una altura de 2'5 m., pero a las dos horas se producía un escape mayor embargo, investigaciones posteriores (tras el hallazgo de una micacita granatí-
a 3'5 m. del nacimiento. fera) le llevan a descubrir que la sulfuración de las aguas tenía un origen más
superficial de lo que en principio había pensado y, sobre todo, en lo que se
Salgado decidió dejar fluir los escapes libremente y mantuvo el agua impres-
refería a otros mineralizadores como el selenio. Comunica esto a Casiano de
cindible para el servicio de las albercas y la fría de los baños templados la
Prado, quien también se muestra de acuerdo en que habrá que respetar el
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lar la carga en el manantial y la diferencia de altura del agua en el depósito
y en las albercas. La explicación era la existencia de recodos de la tubería llenos
de aire y, puesto que la empresa no quería cambiar las tuberías, el médico-
director se las ingenió para realizar catas y llenar los tubos hasta recuperar el
caudal.
En 1864 aún no se han realizado las reformas necesarias, por lo que se
promueven nuevos expedientes para los que Salgado elabora una completísima
memoria de los trastornos. La Junta Provincial de Sanidad elabora también
un informe, según el dictamen de tres facultativos, uno de los cuales es Anto-
nio Verdejo. Las diferencias entre los resultados y el hecho de que la comisión
no contase con Salgado, origina nuevos enfrentamientos en los que el médico-
director critica a sus colegas. Opina éste que los problemas no son irreversibles
ni originados por el uso de barrenos y mucho menos que el manantial se vaya
a convertir en salino frío; pues, aunque el deterioro es innegable, no es progre-
sivo, aunque la dependencia del caudal de las aguas superficiales es ahora mani-
fiesta. Pero lo que más ofende a Salgado es que la comisión dijese que ya no
se obtenían las maravillosas curaciones de antes. Herido en su orgullo profe-
sional el madrileño dirá: "[...] al espresarse asi la comisión ha debido obede-
cer á otra cosa que al conocimiento de la verdad ó á la conciencia pública á
que debió atender, ya que no podía tenerla propia. "m El director muestra
ahora su desacuerdo con que los baños estén más bajos que la naciente, que
es la propuesta de la comisión (y la que defendía Salgado en un principio),
pues es necesario mantener la carga en el depósito para conservar la sulfura-
ción. Su nueva propuesta es rebajar tan sólo la galería de los baños templados,
Balneario de Carratraca. aproximadamente un metro, y renovar las tuberías, especialmente las que con-
Fuente de bebida del agua mineromedicinal
ducen a las albercas de primera por estar obstruidas y ofrecer una resistencia
constante al agua que origina su aumento en el depósito y el consiguiente
aumento de la carga por encima de los niveles deseables.

Causa sorpresa contemplar cómo se suceden las reclamaciones de Salgado


captado de las aguas superficiales si contribuyen a la mineralización. Pero eso y cómo disminuye la sulfuración sin que se haga nada para impedirlo. Llega-
significaba la posibilidad de unión con aguas dulces superficiales que, por dilu- mos así a 1869, año en que el médico-director aprovecha la petición de la
ción, disminuirían la mineralización. Así pues, al no saber qué aguas deberían empresa de que se le permita levantar la fianza, para así intentar acelerar los
incorporarse, Salgado decidió que lo mejor era respetar el nivel de emergencia trámites. En estas circunstancias, la Junta Superior Consultiva de Sanidad hizo
que tenía el manantial en ese momento y propuso como opción mantener con- presente al Gobierno la conveniencia de aprobar las reformas propuestas por
tinuamente cierta carga sobre el manantial que, si bien disminuiría el caudal, Salgado y de que se hiciese una revisión por el ingeniero jefe del distrito en
evitaría la mezcla del agua dulce con la mineral. Explicaba esto por la existen- unión al médico-director y al propietario, lo que se mandó cumplir por Real
cia de una capa de dolomía permeable que ponía en contacto ambas aguas: Orden del 17-IX-1869. Salgado va a pedir que se realicen algunos cambios tales
la carga del depósito aumentaría la presión hidrostática de la mineral, la cual como que la inspección la lleve a cabo un ingeniero de minas, que se haga el
rechazaría la dulce (e incluso la sulfuraría, como se observaba en la fuente reconocimiento al ir a comenzar las obras (después que la empresa se haya obli-
del piloncillo). gado a su inmediata realización) y que la intervención del dueño no sea tal que
pueda negarse a lo acordado. Un año más tarde, en agosto de 1870, el jefe
Nuevos problemas, antes de concluir la temporada de 1861, aumentaron
la tensión entre Salgado y la empresa, que le acusaba de querer promover gastos
401. B.F.M.M., Carp. 2786, n.° 21, "Memoria, 1864" de José SALGADO.
innecesarios. En esta ocasión tales problemas eran la imposibilidad de contro-
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de ingenieros del distrito realiza el reconocimiento y emite su informe, que la Sin embargo, al año siguiente hace un alarde de mala memoria (o desfa-
empresa va a pasar por alto alegando que las obras son imposibles e insistirá chatez) al dar una versión absolutamente contradictoria con la anterior:
en que se le apruebe la construcción del establecimiento.402
Una obra que hubo de practicarse el año pasado, en los suelos del vestí-
Nueva protesta de Salgado y nueva Real Orden (ésta del 29-V-1871) en bulo y del pasillo de la galería de baños templados, para ponerlos á nivel
tono severo, por la que se asocia a la comisión que debe revisar el balneario y hacer desaparecer la combadura que la presión de las filtraciones subte-
a un Ingeniero de Minas y se amenaza con proceder a la expropiación si la rráneas les había dado, convirtió en realidad mis sospechas. Con la citada
empresa no cumple lo que se acuerde. La comisión se persona el 16 de julio obra cambió de dirección una parte del agua dulce subterránea, y no bien
quedó aligerado de ella el manantial mineral aumentó la sulfuración de sus
de 1871 y en su informe figura un voto particular del dueño del balneario, por aguas hasta tal punto que acusaron, el dia 10 de Julio 3'2 grados sulfhi-
lo que el gobernador devuelve el Gobierno el acta en lugar de disponer que drométricos, no obstante ser su caudal mucho mayor que el año ante-
se ejecuten las obras y, en su lugar, encarga a un ingeniero que estudie un pro- rior.406
yecto para rebajar las pilas y el depósito, cuando esta medida resultaba ya ina-
plicable. Sin embargo, al finalizar la temporada de 1872, se presentaron en el Mucho más tarde, en 1894, Balbino Quesada se basa en las comprobacio-
balneario ingenieros civiles con motivo de la reclamación de la empresa para nes de la sulfuración para deducir que está influida por el agua de lluvia y que
que se le permitiese levantar la fianza y tras la visita (en la que no estuvo pre- eso demuestra que la mineralización es superficial y no profunda.407
sente el médico-director por no haber sido avisado) se les concedió la
devolución.403 Hay que volver a insistir en que no existen análisis de seguimiento de estos
niveles de sulfuración de las aguas y, ni tan siquiera, de su caudal. La observa-
Se abre luego un amplio paréntesis en el cual Salgado ocupa sus memo- ción grosera permite comprobar que el caudal está influido por las lluvias y
rias con otros asuntos y no vuelve a hablar de este tema, aunque en todas ellas la prueba más evidente ha sido la rotura de tuberías tras las intensas lluvias
se demuestra cómo la sulfuración sigue disminuyendo y en 1876 también lo del otoño y el invierno de 1989-1990. Parecería que, ante el desinterés general,
hace el caudal, provocando una situación similar a la de 1860 y 1861.404 Su sólo se puede repetir la última queja que imprimió el Anuario Oficial:
sucesor, Tomás Lletget, no consigna si mide el caudal o deja de hacerlo, limi-
tándose a observar que aumenta o disminuye y, de igual modo, hablará de la Ignoramos los cambios sobrevenidos después, porque nada dicen sobre
tan interesante asunto las memorias oficiales que hemos consultado. Creemos
diferente mineralización del agua sin hacer constar ningún análisis. Tampoco
que la importancia indiscutible que encierra llamará la atención del Médico
reclama reformas y tan sólo opina que "algún día" los propietarios tendrán Director, y esperamos que en el próximo volumen del ANUARIO podremos
que intentar un captado de las aguas del manantial para aislarlas de las "otras". insertar datos que expresen cuál es el grado de sulfuración de las aguas de Carra-
traca, en cuyo establecimiento se echa de menos hace ya tiempo la acción ofi-
Lo curioso es que el problema se solucionó y de una forma que tuvo mucho cial reglamentaria á los efectos consiguientes.
de casual. En octubre de 1882 se realizaron obras en el vestíbulo, pues las aguas
subterráneas habían levantado la superficie enlosada. Al hacerlo se desvió (según Las alteraciones profundas que estas aguas han experimentado desde 1860
unas memorias accidentalmente, según otras por una labor de recaptación) la en su caudal y principios mineralizadores, reclaman con urgencia que se prac-
tique un nuevo y completo estudio analítico, porque el del Dr. Salgado se refiere
corriente del agua dulce de la fuente y la sulfuración comenzó a subir al tiempo á época anterior. Aun es más apremiante y necesario recoger y aislar por com-
que aumentaba también el caudal. Los textos resultan interesantes para demos- pleto el manantial para evitar que tengan fácil acceso y se mezclen con él las
trar cómo fue la casualidad y no un estudio serio la que vino a salvar de la aguas de lluvias y las superficiales. Esto es gravísimo.408
desaparición al manantial de Carratraca, tras veinte años de complicadísimos
proyectos. En la memoria de Lletget de 1882 podemos leer:
6.1.8. Las aguas de Carratraca y la terapéutica
Conforme presumí y aún indiqué el año próximo pasado, no ha exigido
la instalación de los nuevos aparatos hacer excavaciones que afectaran el sub-
suelo, ni aún el suelo. Todo ha podido hacerse á flor de tierra y sin faltar en Por muchos y extraños mineralizadores que se encontrasen en las aguas,
nada á lo que en el Reglamento de baños vigente está prevenido.405 éstas no tuvieron por ello otras indicaciones más que las propias de un agua
sulfurosa (o sulfuroso calcica) fría; es decir, se ha empleado fundamentalmente
402. Ibid., Carp. 2773, n.° 22, "Memoria, 1871" de José SALGADO.
403. Ibid., Carp. 2776, n.° 1, "Memoria, 1872" de José SALGADO. 406. Ibid., Carp. 2754, n.° 10, "Memoria, 1883" de Tomás LLETGET.
404. Ibid., Carp. 2780, n.° 29, "Memoria, 1876" de José SALGADO. 407. Ibid., Carp. 2828, n.° 24, "Memoria, 1894" de Balbino QUESADA.
405. Ibid., Carp. 2751, n.° 16, "Memoria, 1882" de Tomás LLETGET. 408. Anuario Oficial Estadístico de las Aguas Minerales de España, Año 1889, 1890, VI: 109-10.

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por sus propiedades tónicas y antisépticas, aunque con bastantes matices que Lo que resulta curioso, pues Ayuda le confiere al agua esta virtud cura-
vamos a examinar. tiva por lo que deduce de los análisis, considerándola por tanto una cualidad
común a todas las aguas sulfurosas; sin embargo, será ésta la que le dé especi-
Las indicaciones por las que fueron conocidas estas aguas durante el siglo ficidad y popularidad, pues como dice Haenseler: "Las señoras han hecho moda
XVIII fueron principalmente las afecciones cutáneas, entre las que destacaba el ir á estos baños, que entre el vulgo tienen fama de fecundos, y exigen con
su empleo en la curación de llagas viejas, zooparasitosis y mal de San Lázaro; frivolos pretextos de los profesores se los ordenen [...]".4"
seguidas por el uso en los galicados, que formaban un grupo muy numeroso
En este intento de encontrar ahora las mayores aplicaciones posibles, Monja
(pese al criterio de Limón Montero, que las contraindicaba). También queda-
introduce la utilización de las aguas para las enfermedades nerviosas y psíqui-
ban indicadas, aunque se hacía menos insistencia en ello, en optalmías (alaba-
cas (algo ya apuntado por Ayuda). Difiere también de las anteriores prescrip-
das por Fernández Barea por su éxito en las mismas), amenorreas y flujos,
ciones, recomendándolas ahora en caquécticos, débiles y muy extenuados. La
enfermedades del aparato digestivo y reumas. Por otra parte, las contraindi-
práctica y la introducción de nuevos métodos de aplicación llevan al primer
caciones se referían a enfermos sangrantes de cualquier tipo, hidrópicos, enfer-
médico-director a que vaya aumentando progresivamente las indicaciones: en
mos de mal de piedra y enfermos del pecho, especialmente héticos, para quienes
1844 se incorpora la psoriasis y en 1852 se insiste más en las parálisis.
los presagios eran funestos: "[...] para todo mal Cutáneo, gálico, sarna, calor
del hígado, llagas viejas, pero no para mal de pecho; ni cosa de etico porque Monja es el primero también en establecer cuadros estadísticos de resulta-
se mueren en el mismo baño [...]".409 dos terapéuticos, creando los siguientes grupos:
A este respecto hay que hacer constar que hasta principios del siglo XIX — Enfermedades crónicas de la piel: donde se incluyen dermato-
no existía memoria que no describiese horribles muertes en el baño y presen- sis (herpéticas, sifilíticas, etc.), úlceras, etc.
tase las aguas de Carratraca como peligrosísimas si se desconocía su forma de — Enfermedades crónicas del sistema locomotor de la vida de rela-
actuación. Eran peligrosas incluso si el consejo lo daba un bañero, y se hace ción: donde reúne contracturas, anquilosis y todo tipo de enfer-
constar cómo habían llevado a la muerte a diversas personas que les hicieron medad ósea.
caso. Sólo un médico, que conocía cómo obraban las aguas, podía decirle a
los pacientes qué pautas debían seguir. Claro está que lo que hace más sospe- — Enfermedades crónicas de los ganglios y vasos linfáticos: en que
chosas estas apreciaciones es el modo en que desaparecen en cuanto se crea se incluyen los importantísimos grupos de las escrófulas, las fís-
una plaza de médico-director, y esto no parece atribuible tan sólo al buen hacer tulas y todas las inflamaciones glandulares.
del facultativo encargado, sino a un interés gremial que encontraba en aquella — Enfermedades crónicas del tubo alimenticio: desde gastralgias
propaganda una forma de conseguir que los baños quedasen en manos de la a hematemesis, pasando por disenterías o hemorroides.
clase médica. A partir de este momento no existirá inconveniente para conver-
— Enfermedades crónicas del aparato uterino: divididas en vicios
tir el agua en panacea.
de situación, de excreción y neurosis.
Hasta finales del XVIII y principios del XIX, no vamos a encontrar la — Enfermedades crónicas de los órganos genito-urinarios: tam-
indicación más característica de estos baños y que se ha mantenido hasta hoy: bién divididas en vicios de escreción y afectos congestivos y
las ginecopatías y, muy especialmente, la esterilidad femenina. Si bien hubo supurados.
autores con anterioridad que las indicaron en trastornos de la menstruación,
es Ayuda el primero de quien tenemos noticia que las aconsejase en este último — Enfermedades crónicas del aparato cerebro-espinal: en que se
padecimiento: incluyen tanto las enfermedades mentales como las parálisis.
— Enfermedades crónicas del órgano visual: en que se tratan desde
Todavía son mas recomendables para los males de las mugeres, como his-
téricos, clorosis, falta, abundancia y desorden de sus reglas, esterilidad, falsos las optalmías a las cegueras.
conceptos, propensión á los abortos, procidencia uterina, flores blancas y demás — Enfermedades del órgano auditivo.
estilicidios: siempre sobre el supuesto de laxitud, debilidad, calor etcétera.410

409. B.N., Sala Cervantes, Ms. 7303, Informe de Antonio García Donoso, cura de Casarabonela; en el "Dic-
cionario Geográfico" de Thomás LÓPEZ SALUD, f. 68v. 411. Félix HAENSELER, Ensayo para un análisis de las aguas de Carratraca, Málaga, Luis de Carreras,
410. Juan de Dios AYUDA, op. cit., 241-2. 1817, 14.

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Los grupos elaborados por Monja no son constantes y así, en su memoria Razones similares existían para el rechazo del agua en bebida, pues esta
del año siguiente (1849), vamos a observar la inclusión del grupo de enferme- se extraía del fondo de la alberca de hombres con una bomba.
dades respiratorias, muy interesante si lo relacionamos con su estancia en Pan- Todos estos motivos llevaron a la creación de baños particulares donde
ticosa y la introducción en Carratraca del sistema de inhalaciones. De todos se introdujo el baño caliente, si bien Nazario Fernández de Castro había comen-
modos, las conclusiones inmediatas que se pueden obtener de ellos es que sólo zado la utilización del agua a diferente temperatura y había sistematizado, según
se tratan enfermedades crónicas, constituyendo la fase aguda de cualquier enfer- las enfermedades, los escasos recursos que se habían ido adquiriendo: aplica-
medad una contraindicación para el uso. Sin duda, parte de los buenos resul- ción tópica del agua mediante paños empapados, baños parciales o aplicación
tados obtenidos en los balnearios se basan en esto: la contraindicación en la de la sulfuraría. Sobre este último aspecto ya había apreciado Manuel Fernán-
fase aguda y en los estadios muy avanzados de una enfermedad, con lo que dez Barea que "[...] los que no han logrado la curación de sus llagas con el
se elimina un porcentaje muy elevado de dificultades terapéuticas. La siguiente uso de tales Aguas, la lograron después, haciendo traer aquel genero de cieno,
conclusión deriva de la distribución de casos y sus resultados: las enfermeda- que hacen las mismas Aguas, y poniéndolo repetidas veces sobre las llagas. "414
des cutáneas son las que cuentan con mayor número de enfermos, seguidas
Pero el gran innovador de los métodos terapéuticos fue Juan de la Monja.
por las del aparato uterino y, con bastantes menos enfermos, las oftalmológi- En un primer momento introduce las inyecciones vaginales y, en heridas y fís-
cas; mientras que los peores resultados se obtienen en enfermedades genito- tulas, los apositos y las cataplasmas y establece una posología para el agua en
urinarias y cerebro-espinales. bebida. Más adelante, su interés por la hidropatía le lleva a incorporar los cho-
El mismo orden muestran las estadísticas de José Salgado durante 15 años rros y se interesa por estudiar su efecto en leprosos, como ya hemos visto. De
(1861-1875), si bien en éstas las enfermas afectas de trastornos ginecológicos su estancia en Panticosa deriva también la introducción de las inhalaciones
superan en concurrencia a los enfermos dermatológicos. Y lo mismo se puede dentro del arsenal terapéutico.
decir de los facultativos siguientes, que dedicaron sus escasos estudios precisa- Pocos cambios se van a producir desde entonces: los baños pueden tomarse
mente a las ginecopatías. Es el lógico resultado ante las presiones de la época: a cualquier temperatura, existen baños de asiento, baños parciales de miem-
ya no se puede presentar un agua mineral como panacea y la única salida para bros y sillas de inyección para mujeres. Los últimos adelantos introducidos
mantener su popularidad y concurrencia es la propaganda de la singularidad fueron un sillón para duchas vaginales y rectales con hidro-mezclador, ducha
de los mineralizadores y la especialización terapéutica. de ocho círculos y duchas de gran presión.
Las enfermedades tratadas estaban muy condicionadas por los métodos En cuanto a la rutina balnearia, poco o nada se diferenciaba de la de otros
que se pudieran utilizar en ese momento. De este modo Limón Montero desa- lugares, como pudimos comprobar al hablar de la vida cotidiana en Baños de
consejaba el baño por ser el agua fría, prefiriendo las templadas, pero puesto Vilo. Hasta 1852 se preconizó la preparación previa con purgas y sangrías, lo
que no existían otras posibilidades se seguía administrando el baño frío en las que quedó desacreditado por debilitar al paciente. Tras la llegada a la locali-
albercas. Curiosamente, la de mujeres era menos empleada pese a la indica- dad balnearia había que esperar al menos un día para iniciar el tratamiento.
ción citada; pero el motivo se encontraba en que recibía el agua del baño de La visita al médico-director o a otro facultativo era obligatoria, pero en caso
los hombres, lo que provocaba el consiguiente escrúpulo de bañarse con un de hacerlo con un médico libre era necesario presentar al médico-director la
agua ya utilizada,412 además del ya producido por tener que bañarse en comu- prescripción para que éste extendiera la papeleta de baños que se debía presen-
nidad, lo que motiva tar a un bañero encargado de recogerlas.

[...] que el aspecto orroroso ó asqueroso de un elefanciaco ó de un Sar-


El día comenzaba bien temprano y el enfermo se dirigía al balneario solo
noso imposibilite ó retarde con descrédito / de las aguas la curación de una o acompañado del dueño de la habitación que había alquilado, que le llevaba
epiléptica, de una melindrosa clorotica, de una sensibilísima histérica, por las la ropa y el peinador, le avisaba cuando se desocupaba el baño y le.ayudaba,
sensaciones fuertes que exaltan su imaginación, y alejan de su sistema ner- haciendo por tanto funciones de bañero. Se bebía una corta cantidad de agua,
vioso la apatia en que debe Hacer para lograr la curación. El rubor y el amor según prescripción (lo que podía oscilar entre ocho onzas y dos cuartillos), y
propio que tanto sufre conla manifestación de ciertas enfermedades que hacen se tomaba el primer baño, si el sujeto era robusto. La estancia en el baño se
publicas las fragilidades de los que las padecen, serán un obstáculo para el cronometraba en un principio por los rezos de rosario, de manera que se pres-
uso saludavilisimo de estas aguas á aquellos sugetos queno pueden vencerse cribían baños de determinado número de "avemarias". Se indicaba que el baño
á haser publicas unas devilidades anejas a la naturaleza humana.413
había de ser tranquilo, dejando actuar el agua y no haciendo en él ningún tipo
de ejercicios, por lo que se advertía a los pacientes no se reunieran con "luden-
412. B.F.M.M., Carp. 87-l-A = N.15, n.° 8, "Memoria de oposición, 1826" de Eduardo HENARES, f. 5v.
413. A.H.M.Ma., Actas Capitulares, sesión del día 3-VII-1817, Informe de D. José Mendoza a D. Manuel 414. Juan José GARCÍA, Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de las aguas de Hardales,
Rengel. su verdadero analysis chymico, y Medicinales virtudes, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1759, 55.

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tes pandillas" y respetasen el tiempo, cuidando de no entrar en competiciones CARRATRACA
de resistencia en el agua fría y evitar a algunos individuos que se ofrecían a
dirigir el rosario para alargar lo más posible el tiempo de permanencia y ver AÑO MÉDICOS - DIRECTORES |
cómo desertaban los más débiles.415 Cuando estuvieron adscritos bañeros al a. 1758 Francisco José de las Cuevas (Árdales)
establecimiento, éstos eran los encargados de avisar del tiempo. Todos los médi- Juan Ruiz Barba (Árdales)
cos advierten que no hay que seguir las indicaciones de los bañeros, citando
Cristóbal de los Reyes (Casarabonela)
especialmente el nefasto consejo de decirle a una mujer que puede bañarse
Juan de Soto (Teba y Casarabonela)
durante su periodo menstrual o recomendarle el baño a quien presenta efectos
secundarios, con la frase "á el agua, á el agua, que lo que el agua causa, sana 1771 - a. 94 Nazario Fernández de Castro
el agua"/16 1817 - 1825 Juan de la Monja Pajares (Árdales, desde 29-IV-1817
hasta 3-VIII-1825) |
Tras el primer baño se volvía a la cama y se abrigaban bien para favorecer 1826 - 1834 Eduardo Henares y Amico (interino desde 26-XI-1825,
la sudoracion y luego se desayunaba, habitualmente un chocolate o sopas. La titular desde 15-IV-1826) |
mañana se ocupaba con paseos, aunque los que tuviesen indicación de baños 1835 En 12-IX-1835 es sustituido por Antonio Verdejo
templados u otros particulares podían hacerlo en esas horas, siempre que hubie-
1836 - 1841 En 30-111-1836 es repuesto Eduardo Henares
sen pasado cuatro horas del desayuno. El almuerzo consistía en una comida
1842 - 1854 Juan de la Monja y Pajares (desde 10-XII-1841). Es jubilado en 1855 |
generalmente en mesa redonda, escasa en fruta y productos crudos y con poco
condimento. Tras una prolongada digestión (unas cinco o seis horas) se podía 1855 Antonio Verdejo (interino)

tomar el baño de la tarde que solía ser templado y para el que se debía haber 1856 - 1877 José Salgado y Guillermo (desde 8-V-1856)
pedido número previamente, pues se producían largas colas, especialmente para 1878 - 1883 Tomás Lletget y Caylá (desde 15-XII-1877) |
duchas y pulverizaciones. El horario de este último podía aproximarse al baño 1884 - 1890 Rafael Cerdo y Oliver (desde 29-11-1884)
nocturno, incluso, en la primera época; pero, tras la construcción del balnea- 1891 Miguel Benítez Alonso (interino, desde 24-111-1891)
rio, los horarios se distribuían en dos turnos: mañanas de 5 a 10 y tardes de 1892 - 1894 Balbino Quesada y Agíus (desde 22-11-1892)
12 a 5. Tras este último se volvía a pasear y se procuraba el recreo de diversas
1895 Eduardo Palomares (desde 1-II-1895)
formas.
1896 - 1899 Manuel Morales y Gutiérrez (desde 1-II-1896)
El Reglamento de Régimen Interior del Balneario de Carratraca de 1894, 1900 César García Tevesa y Arechavaleta
contemplaba horarios de consulta médica de 6 a 11 de la mañana y de 1 a 5 | 1901 - 1902 —
de la tarde, aunque para los pobres solamente sería de 1 a 3. En este regla-
| 1903 Benito Aviles y Merino
mento se ponía coto a los acompañantes al servicio de los enfermos, necesi-
tando autorización especial del médico-director.417 | 1904 —
1 1905 Francisco Calleja y Alonso
Otros consejos durante la temporada de baños, además de la dieta, era
| 1906 - 1909 Camilo Pintos Reino
preservarse del relente de la mañana y el sereno de la noche, no usar ropas
| 1910 - 1919 José María Casado Torreblanca
de verano e ir siempre bien abrigado y prescindir de las relaciones sexuales.
Trasfinalizarlos baños se recomendaba seguir el régimen cuarentenario, aunque | 1920 - 1926 —
éste fuese menos riguroso conforme avanzaba el siglo. | 1927 Félix Parache Asparó
| 1928 - 1941 —
1 1942 Miguel Mañero Yanguas
| 1943 —
| 1944 Ángel Calvo Flores
415. Manuel SUÁREZ, Disertación phisico-medica. Uso, y abuso de los Baños de Hardales, ilustrada con
varias observaciones propicias, y adversas, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1770, 42-3. | 1945 - 1954 —
416. Ibid., 38. Sobre esta crítica a los bañeros insistirá muchísimo Juan de Dios Ayuda. | 1955 - 1977 Francisco Atero Santiago
417. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1703, n.° 2, "Reglamento de régimen interior
del Balnerario de Carratraca" de Balbino QUESADA Y AGIUS, 7 de junio de 1894.
1 desde 1978 Médico titular de la población

200
6.2.2. El agua amargosa

El 10 de noviembre de 1772, Pedro Ximénez remitía a Cristóbal de Medina


Conde un detalladísimo informe sobre el término municipal de Tolox en el que
hacía especial hincapié en la descripción de las aguas y, en particular, de las
mineromedicinales. Entre ellas efectuaba una amplia referencia al Agua
Amargosa:
[...] a distancia de medio quarto de legua deesta población, en el suelo
del Rio Mogaib, ó de Alfaguara, que en esta parte es todo de piedra, quando
no biene crezido, se descubre, en la misma piedra, un agujero, por el que apenas
cabrá un dedo, que sirbe de nacimiento á la mejor agua medicinal, que por
aqui se conoze. A esta le llaman el Agua Amargosa. Esta es sulphurea, sin
distinción en olor y sabor de la famosa de Hardales. La diferencia, que entre
las dos habrá, discurro, seria sol secundum magis; et minus. Esta es como
6.2. TOLOX: EL ÉXITO DE LA ESPECIALIZACIÓN quatro, 6 cinco grados mas templada, que aquella. Es clara, pero el olor y
sabor bastantemente penosos. Sele há formado allí inmediato un estanquito,
6.2.1. A contrapelo que es la Piscina, ó prodijioso Hospital, donde consiguen su alivio todos los
que padecen afectos cutáneos. Tempera, dulsora, y purifica la sangre, de quan-
La población de Tolox se encuentra tan sólo a 315 m. sobre el nivel del tas extrañas salinas ympresiones se halla cargada. Por esta causa los Médicos,
mar, pero su sierra (la Sierra de Tolox), exhibe diferencias abismales: la cumbre áqui, dirijen á este baño á todos los que ven insultados de semejantes afectos,
más alta de la provincia, el pico Torrecilla de 1.919 m. de altitud, y la sima hijos de los referidos principios, y en todos se experimenta conocido alibio.
GESM de más de 1.000 m. de profundidad. En estos montes se hallan algunos Sino es tiempo de ir alli, a tomar el baño, se trahe en cantaros á las casas,
de los escasos bosques de pinsapos de la península y aún se puede encontrar con algún limo, ó sedimento, de el que cria y con ella se dan baños universa-
la capra hispánica. La población, rodeada por los ríos Caballos y Alfaguara, les, ó particulares, con el mismo buen éxito, que si alli fuesen. En bebida no
se dedica a la agricultura con cultivos de naranja, almendra, vid y cereales. la he experimentado; por que ninguno la quiere, por el olor, y gusto, á lo sulp-
En las afueras de la misma, pero como centro principal de toda su actividad hureo, que tiene. Pero á algunos, que la han bebido no les ha hecho operación
estival como le es fácil comprobar al visitante, se encuentra el balneario de sensible, aunque conocidamentte se han alibiado.419
Fuente Amargosa.
Este informe sería transcrito en gran parte por Medina Conde en 1789 en
Propiedad desde principios de siglo de la familia Del Río, la evolución sus Conversaciones históricas malagueñas, lo cual contribuiría a dar a conocer
del balneario de Fuente Amargosa en Tolox es probablemente una de las más este manantial en el ámbito provincial420 e incluso nacional, pues la obra del
curiosas en España y, sin duda, en la provincia de Málaga. Creado cuando canónigo sirvió como bibliografía para diversos autores posteriores.421 Se
la sociedad malagueña (y concretamente la clase social que nutría los balnea-
observa la influencia que en la provincia tenían en aquel momento las aguas
rios) iniciaba su rápida caída económica, no parecía probable que subsistiese,
máxime cuando otros establecimientos de primera fila como Carratraca sufrían de Carratraca, no sólo porque las compare con ellas, sino por las conclusiones
un deterioro rápido e imparable. Sometido a la peor infraestructura vial, aban-
donado por los médicos interinos apenas lo veían, destruido por las inunda-
ciones... el balneario de Fuente Amargosa representa la reconversión terapéutica
419. A.H.M.Ma., Sec. 3, n.° 129, "Informe de Pedro Ximénez sobre Tolox, 10-XI-1772", en el tomo de
inteligente para ocuparse de enfermedades en las que la farmacoterapia resul- informes manuscritos que aparece bajo el título Suplemento al Diccionario Geographico del Obispado de Málaga,
taba poco efectiva o muy agresiva; el esfuerzo continuo de una empresa fami- de Cristóbal de MEDINA CONDE. Junto a la última línea del texto transcrito se pude leer, con diferente cali-
liar y de una población que aunan sus intereses hasta conseguir convertirse en grafía, "Ahora se bebe".
uno de los escasos balnearios españoles que no sólo no disminuyeron su con- 420. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA (seudónimo de Cristóbal de MEDINA CONDE), Conversaciones his-
tóricas malagueñas o materiales de noticias seguras para formar la historia civil, natural y eclesiástica de la M.I.
currencia desde principios de siglo, sino que la incrementaron notablemente.418 Ciudad de Málaga, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1789, 1:132-3.
421. Para este manantial su obra constituyó la única fuente posible hasta 1869, de ahí la trascendencia de
418. En el / Symposium Nacional sobre Termalismo, Zaragoza, 1972, se expuso un estado comparativo de este texto. Diccionarios como el de Sebastián de Miñano, el de la Sociedad de Literatos, el de Madoz o las obras
la concurrencia a los balnearios españoles entre 1928 y 1968. La tendencia era a la baja, pero Tolox subía y de Alvarez Alcalá, Torres Villegas o Rubio, así como la local de Marzo, tienen aquí la base: casi un siglo de
era de los que más lo hacían: de 190 agüistas en 1928, pasó a 910 en 1968 (p. 41). terapéutica sin el menor fundamento analítico y ni tan siquiera médico.

202 203
Balneario de Tolox. Vista general Balneario de Tolox. Entrada a la sala de la fuente.

nar la formación de un receptáculo inmediato al pequeño nacimiento de agua


amargosa de las Cuebezuelas cubierto con un tinglado de tejas [...]422
en cuanto a composición e indicaciones: no existía pueblo que no pretendiese
tener en su término un manantial de similares características, impidiendo de Intento que, como veremos, se va a repetir más adelante con el nacimiento
este modo descubrir mineralizaciones con posibilidades terapéuticas de mejor de Chapuceros. Pero aún no era tan grande la afluencia de bañistas como para
futuro. que el caudal produjese preocupación.

No obstante, uno de los principales problemas que presentaba el manan- Esta escasa concurrencia es el principal motivo para que en Tolox el pro-
tial del Agua Amargosa no era el derivado de unas malas instalaciones (aunque ceso de privatización del manantial mineromedicinal no fuese tan sangriento
tal punto es innegable), sino el de la escasez de agua. No existe dato alguno como en otras localidades, al no existir lucha entre Ayuntamiento y particula-
res. Es por ello que cuando el farmacéutico José García Rey y Miguel Mar-
que ilustre el caudal, pero la idea acariciada desde muy antiguo de incorporar
qués Chávez solicitan, en marzo de 1862, la propiedad de las aguas de la
nuevos manantiales a éste parece apoyar la hipótesis. Así, en 1857, el Ayunta- Amargosa y el permiso para construir un establecimiento de baños, el Ayunta-
miento de Tolox decidía: miento no sólo da su autorización, sino que se congratula por ello, puesto que
[...] habiendo observado en el verano actual mas concurrencia de foras- para el aprovechamiento del manantial únicamente existía la citada alberca (en
teros en esta villa que en los anteriores con objeto de tomar los baños medici- la cual tan sólo cabían tres o cuatro personas) que se cubría con arbustos para
nales del agua amargosa; y como la pequeña alberca que se conserva hace evitar la curiosidad ajena y de cuyo cuidado se encargaba una mujer a la que
muchos años tiene los inconvenientes de estar distante del pueblo y que apenas los bañistas daban una pequeña retribución. Mucho más refractaria resultó la
puede contener cuatro personas, sería muy acertado en obsequio de la huma- Junta Provincial de Sanidad, sorprendida por el informe de los solicitantes en
nidad, utilizar el pequeño manantial que nace en el albeo del rio de la Alfa- el que las aguas aparecían como salinas, cuando la tradición las daba como
huara y sitio de las Cuebezuelas, que por su proximidad y por ser sus aguas sulfurosas frías; así que aconsejaron nuevo análisis, pero apoyaron la conce-
de igual naturaleza que aquellas, se conseguiría un bien para los bañistas, que
en mayor número podrían recibir este beneficio que la Providencia les brinda;
422. A.A.T., Actas Capitulares, sesión de 28-XI-1857, f. 60-61v. En la sesión de 26-IV-1858, se informó
[el Ayuntamiento acuerda formar] el presupuesto del costo que podrá ocasio- de que el Gobernador había aprobado el presupuesto de mil reales de vellón para este fin (f. 22-22v.).
204 205
Que el don José García Rey ponga su manantial en buenas condiciones,
puesto que tanta seguridad le inspira las virtudes de las aguas; que pruebe su
acción terapéutica por una buena memoria médico-hidrológica, en donde se
manifieste el análisis químico hecho á toda conciencia, porque la presentada
tH CQMMEH0RK10H en 1861 no llena estos extremos; que la califique la Junta provincial de Sani-
DaCEJlEiff dad; que el Alcalde y subdelegado corroboren la excitencia de medios para
utilizar las celebradas aguas, con comodidad y necesarios aparatos hidroterá-
mm •
FUEMTE UURE85I picos, y entonces el Gobierno resolverá este espediente con arreglo á las orde-
TQLOXIBB7 -1967 nes vigentes.425
La solicitud de 1869 es mucho más completa, pero tampoco satisface al Con-
sejo de Sanidad, José García Rey presentó en esta ocasión una memoria elabo-
rada por él mismo, con un plano y un análisis (también efectuado por él) en
el que clasificaba las aguas de la nueva Fuente Amargosa (nueva, porque la que
ahora se pretende explotar bajo el mismo nombre es la que se encuentra junto
al arroyo de los Caballos, al sur de la población, por ser su caudal algo más
abundante)426 como salino-bromuradas, alcalino-amónicas-sulfuradas, crenato-
ferro-manganesianas. Adjuntaba un certificado del alcalde de Tolox en el que
cifraba la concurrencia en 36 forasteros y 25 personas del pueblo; un informe
del subdelegado de Sanidad del Partido de Coín, aunque en el mismo parecía
mostrar que el informado había sido él, pues se limitaba a decir dónde nacían
y que eran salinas; y otro informe de la Junta Provincial de Sanidad de Málaga
que, como en ocasiones anteriores, recomendaba que se accediese a la privatiza-
Balneario de Tolox. Fuente ción y declaración de utilidad pública pero deslizando datos que sugerían todo
lo contrario, como las dudas con respecto al análisis y el énfasis en el escaso
caudal (13 l./min.).427 Se vuelve a denegar, alegando ahora que es necesario
sión. Sin embargo, si ya resulta sorprendente que este organismo no conociese aportar casos clínicos que prueben las virtudes medicinales de las aguas y un
la composición de las aguas ni intentase conocerla, más aún ha de parecerlo informe que testifique que existe una construcción donde atender bien a los
que el subdelegado de Sanidad del Partido de Coín ignorase su existencia. El bañistas.
Consejo de Sanidad no se pronunció, en principio, sobre estos particulares,
pero rechazó la solicitud por no haber procedido aún los solicitantes a la ena- El año de 1870 supone, finalmente, la aprobación del balneario. José García
jenación de los terrenos en que se encontraba el manantial.423 Rey había construido un pequeño establecimiento de 112 m2, con un patio o
salón de descanso (de 9 por 5'5 metros, lo que significa que casi medio balnea-
Mientras se esperaba la resolución, Miguel Marqués (o Márquez) solici- rio era un patio), dos albercas cuadradas (de 2'5 m. de lado), dos habitaciones
taba el permiso para la construcción de dos albercas provisionales, cubiertas con tinas para baños calientes y fríos dotadas de grifería, una habitación para
con toldos o tablazón. La exigencia de un real por bañista da lugar a la pun- las calderas y otra para colocar (no dice que existan en ese momento) baños
tualizaron del Ayuntamiento: autoriza las obras y el impuesto, siempre que de chorro e inhalación. La edificación era de manipostería, con puertas de
éste no se le cobre a los vecinos y naturales de Tolox.424
En 1865 se inicia nuevamente la tramitación al haber comprado José García 425. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 831, n.° 60, "Expediente relativo a la declara-
ción de propiedad de las Aguas minerales de la Amargosa, 1862, 1865, 1869 y 1871".
Rey los terrenos donde brotaba la Fuente Amargosa. En esta ocasión el informe
426. Véase a este respecto A.A.T., Actas Capitulares, sesión 8-VII-1867 y A.H.N., Fondos Contemporá-
de la Junta Provincial respecto a la existencia de otros manantiales de iguales neos, Gobernación, Leg. 1085, n.° 6, "Carta de José Villamor, 7-VIII-1880" en los que se encuentra la autoriza-
ción a José García Rey para abrir un pozo en terrenos del común a fin de buscar aguas minerales. También
características en un terreno lindante que no era propiedad de García Rey, con- se habla sobre el nuevo manantial en la monografía de José GARCÍA REY, Memoria analítica de las aguas
duce a una nueva negativa del Consejo, pues sólo puede pronunciarse a favor salino-bromuradas, alcalino-amonico-sulfuradas, crenato-ferro-manganesianas de Tolox, Málaga, Imp. de D.
José Martínez de Aguilar (del Avisador Malagueño), 1869, 7-8, en que nombra la existencia de varias fuentes
de aquel propietario que más garantías ofrezca de un buen servicio terapéu- Amargosas en el término de Tolox y, entre ellas, la actual del arroyo de los Caballos. Conviene adoptar una
tico, por lo que pide: postura muy crítica frente a los informes en que se dan por "iguales" una serie de manantiales sin que medie
un análisis riguroso de los mismos. Por otra parte, resulta sorprendente la falta de este criterio en la administra-
ción de la época, en cuyos documentos no se evidencia ningún intento de aclarar esta equívoca denominación
del nuevo venero.
423. A.A.T., sesión de 7-IV-1862, f. 21v-22; A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 831,
n.° 60, "Expediente relativo a la declaración de propiedad de las Aguas minerales de la Amargosa, 1862, 1865, 427. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1703, n.° 8, "Declaración de utilidad pública
1869 y 1871" y Leg. 1703, n.° 8, "Declaración de utilidad pública de las aguas minerales tituladas de la Amar- de las aguas minerales tituladas de la Amargosa en término de Tolox, de la propiedad de D. José García Rey",
gosa en término de Tolox, de la propiedad de D. José García Rey". donde podemos leer: "[este caudal] no debe satisfacer en su concepto las necesidades de un establecimiento bal-
neario, por lo que en vista de todo es de parecer que puede accederse a la petición del interesado ".
424. A.A.T., Actas Capitulares, sesión de 14-VII-1862, f. 40v-41v.

206 207
6.2.3. Una utilidad inútil
MEMORIA ANALÍTICA La declaración de utilidad pública de las aguas de Fuente Amargosa no
»E LAS mejoró la situación: la escasa concurrencia no rentabilizaba la plaza de médico-
director, por lo que ninguno permanecía en ella la temporada completa. Ten-
AGUAS SALINO BROMURADAS, gamos en cuenta que en este primer momento el Reglamento Orgánico para
ALCA.LINO-AMONICO-SULFURA.DA.S, los establecimientos de aguas minerales vigente era el del 11 de marzo de 1868,
CRENATO-FERRO-MANGANESIANAS según el cual los sueldos de los médicos-directores no estaban a cargo del Estado
DE TOLOX, sino de los agüistas, que pagarían dos escudos por consulta para la obtención
de su papeleta de baños y que no variaría en los reglamentos posteriores de
POR
1871 y 1874. Así pues, una concurrencia que difícilmente llegaba al centenar,
DON JOSÉ GARCÍA REY, no ofrecía al médico interés alguno, como declaraba el propietario José García
LICENCIADO EN LA FACULTAD DE FAMARCIA, Y SUBDELEGADO Rey en una instancia "[...] cuantos directores interinos se han nombrado, han
DE SANIDAD DEL DISTRITO DE SANTO DOMINGO
DE LA CIUDAD DE MALAGA. tenido que abandonar el balneario después de tomar posesión por ser sus pro-
ductos inferiores á los gastos [...]".430
En tales circunstancias, ya en el primer médico-director nombrado se pudo
contemplar esta actitud: Mariano Muniesa no se presentó a tomar posesión
de su plaza, por lo que debió ser sustituido por José Antonio Pachón.431 La
mayor parte de las veces, ante la ausencia del facultativo, se nombra al médico
titular de la población, situación en la que se encontró casi continuamente José
Villamor Zambrano.
MALAGA.
IMPRENTA DE D. JOSÉ MARTÍNEZ DE AGU1LAR.
Fue precisamente Villamor quien realizó un informe, en contestación a
BOT DEL AVISAPOU. MALAGUEÑO. MARQUÉS, 10 y 11. la circular del 20 de junio de 1879 de la Dirección General de Beneficencia y
1869.
Sanidad, que originó la primera clausura del establecimiento de Fuente Amar-
gosa. Bien es cierto que el balneario no había sufrido cambio alguno en sus
instalaciones desde su inauguración y las únicas mejoras habían apuntado al
aumento de caudal mediante la incorporación del manantial de Chapuceros,432
pero el problema principal y constante eran los caminos. En el escrito de Villa-
madera y techumbre de tablas alquitranadas. Además, para atender a la pri- mor se hacía patente como perjudicaba esta falta de medios de comunicación
mera reclamación del Consejo, presentó los certificados de Luis Parody y López, al balneario:
médico titular interino de Casarabonela; de Manuel García Cantero, médico
[...] para hacer el viage es necesario buscar la estación de Cártama donde
titular de Tolox; y de Manuel Pérez y Hermoso, médico titular de Yunquera, llega mas próximo el ferro-carril, de allí se pasa hasta Coin por carretera, invir-
pero que entre 1852 y 1860 lo fue de Tolox.428 Todos coinciden en reconocer tiendo dos y media horas en las cinco leguas de Málaga á Coin; pero desde
la utilidad de las aguas en gastralgias, trastornos menstruales, enfermedades allí a Tolóx sólo existe camino de herradura sumamente molesto y que se invier-
cutáneas (especialmente herpes), epilepsia y fiebres palúdicas. Ante estos nuevos ten cuatro horas por lo menos en las dos leguas de distancia andándolas en
documentos, la Junta Superior Consultiva de Sanidad decidió declarar de uti- caballerías; y esto por estar abandonada la construcción de la carre-/tera ya
empezada muchos años há y cuya terminación con poco costo produciría ele-
lidad pública las aguas de Fuente Amargosa en su reunión del 26 de noviembre mentos de prosperidad y riqueza á la población y de salud y bienestar á la
de 1870, si bien "[...] no se considere mas que en corta escala en tanto que humanidad.433
no consiga su dueño aumentar la dotación del agua minero-medicinal".*19
Ciertas omisiones (designación de la temporada oficial y clasificación) moti- 430. Ibid., Leg. 2019, n.° 23, "Documentos relativos al cierre de 1880 y al de 1890".
varon que la aprobación definitiva no llegase hasta varios meses después con 431. A.A.T., Actas Capitulares, sesiones de 12-VI-1871 y 28-VIII-1871, s. fol.
la Real Orden del 11 de mayo de 1871. 432. Sobre la necesidad de incorporar este manantial ya se había pronunciado Emilio MESA SANTA-
OLALLA en su "Memoria, 1876" (B.F.M.M., Carp. 2780, n.° 4), en la que también aportaba los análisis efec-
tuados por José García Rey. La concesión de las aguas y las condiciones de su explotación se debatieron en
428. De quien es dado pensar que mal podría opinar de un manantial que no era aquél al que envió a sus la sesión, del Ayuntamiento de Tolox, del día 25-VI-1877, como consta tnA.A.T., Actas Capitulares, f. 36v-37v
enfermos. y znA.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1085, n.° 6, "Carta de José Villamor, 7-VIII-1880".
429. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1703, n.° 8, "Declaración de utilidad pública 433. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 2019, n.° 23, "Documentos relativos al cierre
de las aguas minerales tituladas de la Amargosa en término de Tolox, de la propiedad de D. José García Rey". de 1880 y al de 1890".

208 209
Esto influía también en otros servicios derivados de la escasa concurren- de este problema se había iniciado la temporada de baños y en el mes de julio
cia, principalmente en lo relativo a hospedería, creando un círculo vicioso (sin se personó en el balneario el nuevo médico-director interino, Antonio Carrillo
agüistas no vale la pena mejorar la infraestructura y si ésta es deficitaria no y Carmona, que tras examinar la instalación determinó que no se podía abrir
acuden los agüistas) del que da testimonio la carta que remite el propietario, al público. Se inicia un prolífico intercambio de circulares entre Dirección Gene-
José García Rey, al gobernador civil de Málaga tras comunicarle éste la reso- ral, gobernador, Diputación y Ayuntamiento con el fin de habilitar caminos,
lución de la Dirección General de Beneficencia y Sanidad del 15 de enero de como más adelante veremos, pero que no consiguen resolver nada ni evitar la
1880 de cerrar el balneario: clausura del establecimiento el 28 de junio de 1890.437
[...] tengo preparado lo necesario para abrir las fondas que hagan falta,
tan luego las necesiten los bañistas y para ello cuento con ocho casas de mi
Es encomiable el esfuerzo de José García Rey pues, lejos de desalentarse,
propiedad y dos más en construcción [...]. No obstante el tener el estableci- encarga nuevos análisis del agua de Fuente Amargosa a Laureano Calderón
miento de referencia todo lo necesario para la buena administración y aplica- y Arana, doctor en Ciencias Físico-Químicas y en Farmacia y catedrático de
ción de sus aguas, y de ser escaso el número de bañistas que á él concurren, Química Biológica de la Universidad de Madrid, quien en 1891 expide un cer-
yo estoy propicio á introducir en el mismo todas las mejoras que la Superiori- tificado que iba a suponer una nueva oportunidad, no sólo de salvar el balnea-
dad crea convenientes, siempre que la Exma. Diputación Provincial y el Ayun- rio, sino de convertirlo en uno de los más importantes en el nuevo campo de
tamiento de Tolóx pongan al corriente las vias de comunicación, puesto que
la poca concurrencia de bañistas, és debida solo y exclusivamente, á la falta
la terapéutica azoada, tema que había ocupado la atención de todos los hidró-
de caminos carreteros y esto lo prueba, que al enterarse la mayor parte de los logos durante la década de los ochenta por su aplicación en enfermedades res-
enfermos, del mal estado de los caminos que conducen á los repetidos baños, piratorias y, particularmente, en la tisis.438 Pero es también el fin de su
desisten y abandonan sus deseos de curación: y por lo tanto, de nada serviría empresa: el 2 de octubre de 1894 constituye la sociedad "García y Lomeña"
hacer nuevas mejoras, si dichas Corporaciones no cumplen lo dispuesto en junto al vecino de Monda Andrés Lomeña y Rubia (con quien ya había esta-
el Artículo 23 del Reglamento vigente.434 blecido una Sociedad Mercantil Regular Colectiva desde el 1 de enero de 1890)
Ante la imposibilidad de que se habilitasen caminos, la Dirección General con el objeto de explotar las aguas de Fuente Amargosa y todas las industrias
accedió para que se abriese el balneario en la temporada de 1880 y no volvió y servicios relacionados; y el día 7 del mismo mes muere en Tolox.439 Doce
a insistir en el cierre. Sin embargo, en abril de 1884 es José García Rey quien años más tarde, comprobados los efectos beneficiosos del balneario en la eco-
desiste de abrir pues no se han llevado a cabo las mejoras en las vías de comu- nomía de la población, el Ayuntamiento le dio su nombre a una plaza. Tri-
nicación y los gastos y contribuciones son mayores que las ganancias. En junio buto postumo, pero tributo a fin de cuentas.
de 1884 es comisionado Francisco Gros para que inspeccione el manantial: el
deterioro es completo, pues no sólo no se ha mejorado la primitiva instala-
ción, sino que no se han reparado los desperfectos y los caminos siguen igual.
Gros recomienda el cierre y que se obligue al propietario a realizar las mejoras 6.2.4. La tormenta: entre la sociedad mercantil y la empresa familiar
y, lo que resulta desmesurado, a construir la carretera.435
La inversión que supuso la creación de esta sociedad (130.000 pesetas) trajo
No volvemos a tener noticias del balneario hasta 1888, año en que García como consecuencia más inmediata la remodelación del edificio balneario en
Rey emprende obras en las aguas amargosas de Chapuceros invadiendo terre- 1891: 'dado que las características y propiedades de las aguas no eran las que
nos del común de los vecinos y la vía pública. El Ayuntamiento paraliza las se habían creído hasta el momento, era necesario adecuar las instalaciones para
obras y recuerda a García Rey que se comprometió a usar el agua del manan-
tial de Chapuceros, pero manteniendo dos tinas, protegidas por una construc- otro tipo de terapéutica. Manteniendo el establecimiento antiguo como bloque
ción de madera o manipostería, para que pudiera utilizarlas el vecindario que central, se construyen galerías laterales: la de la derecha queda reservada a las
así lo desease; y "[...] por el contrarío ha destruido un pequeño receptáculo inhalaciones (con 14 aparatos), pulverizaciones y chorros, mientras que la de
que formó para encerrar dicho manantial, con lo cual parece llevar la tenden- la izquierda se destina a cuatro baños de mármol, de primera clase, y a los
cia de inutilizar el repetido manantial [,..]".436 Antes de llegar a la solución aparatos de aplicación hidroterápica (duchas escocesas, circulares, etc.). La parte
central contiene las albercas, los baños templados de segunda clase, la fuente
434. Ibid.
de bebida y la máquina que satura de ázoe el agua.440 En 1900 se añadiría al
435. A.H.N., Leg. 2371, n.° 10, "Visita de inspección a los Baños de Fuente-amargosa". Resulta impor-
tante resaltar que en esta memoria de Francisco Gros se dice que el agua de Chapuceros aún no se ha incorpo- 437. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 2019, n.° 23, "Documentos relativos al cierre
rado a las aguas del balneario, pese a lo que decía José Villamor en la suya de 1879.
de 1880 y al de 1890".
436. A.A.T., Actas Capitulares, sesiones de 11-VI y 30-VII de 1888. Hay que hacer constar que, en los dos
años anteriores, se había establecido un litigio entre García Rey y el Ayuntamiento, acusándolo el primero de 438. El análisis de Laureano Calderón se publicó por primera vez en el opúsculo de José GARCÍA REY,
haber invadido terrenos de su propiedad con la construcción de un pontón. Pareciera que las desavenencias Indicaciones sobre los baños y sus aguas azoadas y alcalinas amoniacales de Fuente A margosa en Tolox, Málaga,
de 1888 fueran un ajuste de cuentas, especialmente si consideramos que a raíz de ellas se llegó a un acuerdo Tip. de Poch y Creixell, 1891.
en lo tocante a ambos asuntos en la sesión de 14-VIII-1888, consiguiendo el propietario del balneario que el
Ayuntamiento se comprometiese a la reparación del camino del Colmenar que comunicaba Tolox con Fuente 439. Registro Mercantil de Málaga, Sec. 3. a "Sociedades", Hoja 302, Tomo 9, f. 153.
Amargosa. 440. B.F.M.M., Carp. 2841, n.° 31, "Memoria, 1898" de José VILLAMOR ZAMBRANO.

210 211
cuerpo central una segunda planta, en la que se instaló una sala de inhalacio- el agua embotellada. Pero ante el poco eco de sus iniciativas entre los conso-
cios, busca la disolución de la sociedad.444
nes de primera clase, otra de inhalaciones húmedas y una pequeña de inhala-
ción individual.441 Los motivos para la disolución de la "García Lomeña y Compañía" no
tardaron en aparecer. El 28 de septiembre de 1906 una tremenda tormenta pro-
En 1896 Emilio García Vázquez, uno de los hijos de García Rey, solicita voca la crecida de los arroyos del término, que destruyen los puentes y dejan
el cambio de temporada, puesto que en los meses de julio y agosto la concu- incomunicado al pueblo. El de los Caballos arrastró la mayor parte del edifi-
rrencia era muy escasa debido al intenso calor; a lo que se accede por Real cio balneario y todos sus enseres, con la consiguiente nueva clausura del bal-
Orden de 13-VI-1896, disponiendo dos períodos, uno desde el primero de mayo neario de Fuente Amargosa durante el primer período de la temporada de 1907.
hasta final de junio y otro desde principio de septiembre hasta final de octu- La catástrofe no afectó a la dirección médica, que siguió en manos del
bre. Solicita también el cambio de nombre en la clasificación, pasando a ser gaditano Segundo de Olea y Aguilera (titular de la misma desde 1905), ni tam-
salinas frías, nitrogenadas y alcalinas amoniacales.442 La nueva terapéutica, el poco a la concurrencia (que, si bien disminuía, no era por esta causa). A lo
grupo de enfermedades a las que se dirigía, la ausencia de manantiales de simi- que afectó de forma decisiva fue a la Sociedad, favoreciendo los proyectos de
lares características en los alrededores (sólo comparable en España, en aquel Manuel del Río Cómitre quien, el 27 de julio de 1907, compra el total de accio-
momento, con Panticosa) llevó a un aumento de la concurrencia y al regreso nes de la "García Lomeña y Compañía" por 28.125 pesetas.445 Entre junio y
de los médicos-directores: desde la nueva apertura en 1895 y hasta 1897 cubrió agosto reedifica la planta baja del balneario y en septiembre se abre al público
la plaza Juan Francisco López y Zuloaga en calidad de interino y, desde 1899 para el segundo período de la temporada.446
a 1904, Arturo Daza de Campos como titular. Es interesante subrayar este dato: Manuel del Río inicia una labor incansable para conseguir mejorar las
es el primer médico-director con la plaza en propiedad en 28 años. comunicaciones y facilitar la concurrencia de agüistas. Pruebas de ello son las
cartas que dirigió en 1908 a Ramiro de Maeztu, a la sazón en Londres, bus-
El 20 de diciembre de 1899 los herederos de García Rey venden a Lomeña cando apoyo político y capital extranjero. No tuvo contestación del escritor
una tercera parte de su mitad y, de las dos terceras partes que se quedan, venden pese a ser tres largas cartas las enviadas, en que le contaba todas sus inquietu-
la mitad a Manuel del Río Cómitre, un nuevo socio; por tanto Lomeña pasa des y proyectos. Tampoco le desanima esto y persiste en sus intentos, presen-
a ser propietario de las dos terceras partes del capital de la sociedad, que ahora tándose en 1930 como concejal de Tolox.
recibe el nombre de "García Lomeña y Compañía".443 Manuel del Río tiene
Mientras tanto el edificio sufría rápidas mejoras: en 1913 se instala un
un carácter emprendedor y una excelente visión de futuro, que le lleva a cier- grupo electrógeno en el balneario (trece años antes de que exista alumbrado
tos choques con los demás socios, que contemplan la empresa como algo más público en el pueblo) y en 1931 se edifica una segunda planta. Manuel del Río
local y con escasas pretensiones. En 1904 Del Río redacta un proyecto para del Río, hijo del anterior propietario, mantendrá la preocupación por las ins-
la creación de una Sociedad Anónima del Balneario de Tolox con la que con- talaciones y procurará mejorarlas continuamente: desde la construcción de un
seguir una fuerte inversión (2.250.000 pesetas, amortizables en doce años): gasómetro nuevo de gran capacidad en 1953 o las importantes obras ejecuta-
piensa que hay que abandonar la hidroterapia para centrar la atención en las das en la sala de inhalaciones húmedas en 1956, hasta la búsqueda de boqui-
inhalaciones y que hay que solucionar el problema de los caminos mediante llas de inhalación adecuadas en 1958.447 Los años sesenta supondrán una
el apoyo de las poblaciones cercanas y suscitar el interés de la sociedad del ferro- época de auge del balneario, aumentando la concurrencia a expensas de los
carril ofreciendo expectativas mineras, con lo que se podría comercializar casos de asma infantil y procesos alérgicos respiratorios (que llegan a consti-
tuir las dos terceras partes de agüistas).448 La propietaria es ahora Consuelo
441. B.F.M.M., Carp. 2848, n.° 24, "Memoria, 1900" de Arturo DAZA DE CAMPOS.
442. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1703, n.° 7, "Solicitud de modificación de la 444. Estos datos se encuentran bien detallados en la "Memoria proyecto para Sociedad Anónima del Bal-
neario de Tolox. Provincia de Málaga. Málaga 24 Marzo 1904" y en las "Cartas de Manuel del Río Cómitre
temporada oficial y que se varié la clasificación de las aguas. 1896". La falta de control por parte de la adminis- a Ramiro de Maeztu, en Londres, Tolox, 10-11 y 15-V de 1908", documentos que pertenecen al archivo personal
tración y el desorden burocrático se manifiesta aquí nuevamente: el 4-III-1896 la Sección de Sanidad pide infor- del actual propietario Luis Diez Jiménez. Con respecto a la oferta minera en el A.A. T., Actas Capitulares, sesión
mación al Gobernador de Málaga "[...] pues habiendo sido cerrado por orden de la Superioridad y no teniéndose de 19-11-1900, aparece una solicitud de Emilio García Vázquez para la explotación de una mina de hierro lla-
conocimiento de que se hayan ejecutado las obras que se han estimado necesarias para que estuviera en explota- mada "El Porvenir", que creía en terrenos de su propiedad (pero pertenecía a múltiples propietarios).
ción no puede accederse de ninguna manera a lo solicitado ", a lo cual contestó este último que esos informes 445. Registro Mercantil de Málaga, Sec. 3. a "Sociedades", Hoja 302, Tomo 16, f. 58-59v. y Tomo 23, f.
ya se cursaron el 18-IV-1893 y que la propia Sección de Sanidad había nombrado el 18-V-1895 a Juan Francisco 192-194v.
López Zuloaga como médico-director del balneario. No es pues de extrañar que en este expediente no encontre-
mos la resolución final sobre el cambio de denominación y tan sólo podamos decir que en 1903 ya figuraba 446. "Cartas de Manuel del Río Cómitre a Ramiro de Maeztu", en el archivo particular de Luis Diez Jiménez.
como nitrogenada. Hay que puntualizar que el Real Consejo, en 15-XII-1896, determinó que "[...] procede pro- 447. Documentos, cartas y facturas que informan sobre estos asuntos forman parte del citado archivo per-
hibir el uso del agua de Fuente Amargosa en bebida después de saturada con gases, autorizando solo su venta sonal de Luis Diez.
embotellada en la misma forma y condiciones con que emerge en el manantial". 448. José María CAMPOS MANSO, "Fuente Amargosa", texto correspondiente al folleto, conmemora-
443. Registro Mercantil de Málaga, Sec. 3. a "Sociedades", Hoja 302, Tomo 8, f. 154-6. tivo del centenario, Balneario de Tolox, Málaga, Graf. San Andrés, 1967, 32 p.

212 213
6.2.5. Versatilidad terapéutica y adaptación balnearia

Si bien la labor de los propietarios consiguió hacer del balneario de Fuente


Amargosa uno de los primeros en su clase, no puede decirse lo mismo de los
facultativos que tuvieron estas aguas a su cargo.
Los primeros trabajos que se publican, los primeros análisis, son obra de
un farmacéutico, José García Rey, movido por los lógicos intereses al ser tam-
bién el propietario. Ya hemos visto su descubrimiento del nuevo manantial de
aguas amargosas con el que consiguió un caudal de 13 1/min y el posterior aná-
lisis del de Chapuceros para aumentar el caudal 1 1/min más y el del Francés,
que no se incorporó, con las mismas características que el primero, pero de
V**ttüi tan sólo 1 1/min.451 Sin embargo, los análisis efectuados por García Rey que
figuran en su memoria de 1869, mostraban unas aguas cuyos principales mine-
ralizadores eran silicatos y carbonatas:
Cént Cub
SUSTANCIAS LIBRES - -
Oxígeno 61,81
Ázoe 111,24
Total 173,05

SUSTANCIAS QUE SE HALLAN


EN COMBINACIÓN
Balneario de Tolox. Instrumental para inhalaciones "secas" y "húmedas' VOLÁTILES Gramos

Sulfuro amónico 0,018912


FIJAS Gramos

Cloruro Sódico 0,04200


del Río Labourdette y su marido, Luis Diez Jiménez, quienes con el mismo Calcico 0,02133
Magnésico 0,02224
celo que sus antecesores amplían las instalaciones y renuevan, con los apara- Bromuro Potásico 0,00634
tos más actuales, las pulverizaciones faríngeas, los aerosoles termales y las Crenato Manganoso 0,00870
duchas nasales. Como consecuencia de este aumento de concurrencia, el bal- Apocrenato Ferroso 0,01035
neario se convirtió en una tentación para otros particulares, como prueba el Fosfato Magnésico 0,00530
intento que realizó en 1963 Ernesto Bravo Rivero, de Madrid, para conseguir Azoato Potásico 0,01450
Silicato Calcico 0,01869
la explotación de las aguas de Fuente Amargosa y de la Fuente de San Anto- Magnésico 0,03741
nio, solicitud denegada el 27-XI-1963 por la Sección de Minas.449 Potásico 0,02100
Carbonato Ferroso 0,03741
Un balneario, en definitiva, que ha mostrado una evolución constante,
Carbonato Manganoso 0,00760
desmintiendo con los hechos el epitafio con que lo sepultaba el que fuera titu- Yodo indicios
lar de Tolox y médico-director interino de Fuente Amargosa, Emilio Mesa:
Materia estractiva Cantidad
"La actual decadencia de todos los establecimientos balnearios de la penín- indeterminada
sula, influye sobre Tolox, que sólo ha sido, en las crónicas de la balneotera- Total de sustancias fijas obtenidas 0,25153
pia, flor de un día, [...]".450 Pérdida, debida en su mayor parte
a la materia orgánica o extractiva 0,04847
449. Archivo Sección de Minas de ¡a Delegación Provincial de Málaga del Ministerio de Industria, Caja Total 0,30000
15, "Balneario de Tolox".
450. Emilio MESA, "Tolox (Málaga), estación invernal", El Siglo Médico, 55, 2953: 513-9 (1908). 451. B.F.M.M., Carp. 2844, n.° 27, "Memoria, 1899" de Arturo DAZA.

214 215
Pese a ello, en la declaración de utilidad pública aparecieron como salinas tra el carácter azoado y se comienza a utilizar el gas. Ya en la obra publicitaria
frías y el trabajo fue muy alabado por la Dirección General. de García Rey de 1891 se podía apreciar, junto a los resultados analíticos, el
inicio de las inhalaciones y sus buenos resultados455
La memoria de 1876 de Emilio Mesa Santa-Olalla reproducía estos análi-
sis, junto a los del manantial de Chapuceros (efectuados también por García UN LITRO DE AGUA CONTIENE:
Rey) y ello motivó que el Anuario comentase, no sin ironía, lo siguiente: Nitrógeno 17,76 c. cúb.
Acido carbónico , 0,60
La Memoria de 1876 que hemos citado, y que tenemos á la vista, expone Oxígeno indicios
uno [un análisis] en que se hacen constar como principales mineralizadores Bi-carbonato calcico 0,12600
de estas aguas, el sulfuro amónico, el crenato manganoso y el nitrato potá- Bi-carbonato Magnésico 0,00192
sico, cuya existencia constituiría un verdadero fenómeno en la historia de la Bi-carbonato Amónico 0,01000
mineralización de las aguas minerales y una verdadera revolución en los cono- Bi-carbonato Ferroso 0,00285
cimientos hidrológicos contemporáneos. Ante hechos tan graves y tan inusi- Cloruro Sódico 0,06978
tados, no tenemos valor ni atrevimiento para copiarle, siquiera fuese dejando Cloruro Potásico 0,03411
íntegra á su autor la reponsabilidad de hechos tan raros como inexplicables.452 Silicato Potásico 0,03761
Sulfato Magnésico 0,00450
Sin embargo, incomprensiblemente las incluyeron entre las sulfuradas cal- Materia orgánica hidro-carbonada 0,00230
cicas, lo que llevaría a que las aguas de Fuente Amargosa figurasen con estas Manganeso, Litina Indicios
características hasta principios del actual siglo y aún hoy se desliza tal error Acido nítrico, Barita Indicios
en los mapas balnearios españoles oficiales.
Hay que hacer constar aquí que los médicos-directores que ocuparon en
García Rey no incorporaba datos clínicos en su primer trabajo, por lo que propiedad esta plaza tras el descubrimiento del ázoe no se preocuparon de dar
será la memoria de Mesa la primera en que figuren las indicaciones de estas publicidad en los medios científicos de este hallazgo, ni de sus observaciones
aguas, si exceptuamos los informes de Luis Parody y López, médico titular terapéuticas. Y en este caso resulta difícil justificarlo con la superación de la
interino de Casarabonela; de Manuel García Cantero, médico titular de Tolox; hidrología por la farmacología, pues no existía aún una alternativa eficaz a
y de Manuel Pérez y Hermoso, médico titular de Yunquera, presentados para las enfermedades respiratorias. Tampoco parece que la desidia médica tenga
el expediente de declaración de utilidad pública de las aguas, en los que las su origen en la situación económica, pues el balneario mejora lenta pero conti-
recomendaban para enfermedades del aparato digestivo, trastornos menstrua- nuamente. Más factible parece que la postura se deba a la falta de conocimien-
les y afecciones dermatológicas, principalmente.453 La memoria de Mesa, dis- tos y al escaso relieve de estos hidrólogos, últimos del escalafón, que acuden
paratada y sin datos donde apoyar sus conclusiones, presenta al bromo como a un balneario con escasa concurrencia y malas comunicaciones, por lo que
principal artífice de los efectos de las aguas y las indica en diátesis escrofulosa sus esfuerzos apenas cubren la presentación de la memoria anual y la redac-
y sifilítica. Claro está, que esto no resulta muy fiable si tenemos en cuenta que ción de pequeños opúsculos destinados a los folletos publicitarios del estable-
en la parte "experimental" de este trabajo Mesa mató a un perro dándole a cimiento.
beber sólo agua del manantial (en una experiencia carente del más mínimo rigor No debemos incluir en esta lista a Arturo Daza de Campos, el único que
científico, más próxima a una tortura que a un estudio) y que, entre los efectos llegó a publicar en 1900 una monografía sobre el manantial. Este facultativo
fisiológicos producidos por el agua en bebida, citaba irritación de laringe, difi- pertenecía a la clase de los supernumerarios, creada por Real Decreto del
cultad al deglutir, tos ronca y disfagia.454 5-VII-1887, de la que pasó a formar parte el 14 de julio de 1894, ocupando
Lo cierto es que la administración siguió siendo en bebida y baños, según las plazas de Gaviria y de Otálora.456 En su obra encontramos todas las carac-
los criterios hidroterápicos al uso: baños fríos, templados, de asiento, chorro, terísticas propias de este género: estudio geográfico, geológico, climatológico,
etc. Así hasta 1890, en que el análisis de Laureano Calderón y Arana demues- flora, fauna, análisis (los de Laureano Calderón y propios), comparación con
otros manantiales, acciones fisiológicas y terapéuticas, indicaciones y diversas
reflexiones sobre la terapéutica nitrogenada y la tuberculosis, así como unos
452. Anuario Oficial de las Aguas Minerales de España, 1876-1877, 1877, 1:432-3.
453. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 1703, n.° 8, "Declaración de utilidad pública 455. José GARCÍA RE Y, Indicaciones sobre los baños y sus aguas azoadas y alcalinas amoniacales de Fuente
de las aguas minerales tituladas de la Amargosa en término de Tolox, de la propiedad de D. José García Rey". Amargosa en Tolox, Málaga, Tip. de Poch y Creixell, 1891.
454. B.F.M.M., Carp. 2780, n.° 4, "Memoria, 1876" de Emilio MESA SANTA-OLALLA. 456. Leopoldo MARTÍNEZ REGUERA, op. cit., II (2):866.

216 217
Balneario de Tolox. Aparat

Balneario de Tolox. Gasómetros


Si en las anteriores afecciones del aparato respiratorio hemos visto com-
probada la benéfica acción de las aguas minero-naturales que nos ocupan, no
es, ni con mucho, la especialísima que sobre los pulmones determina. El riquí-
simo venero medicinal de Tolox en esta terrible enfermedad [la tuberculosis
apéndices relativos a instalaciones, hospederías, caminos y precios. Esta memo- pulmonar], donde la terapéutica farmacológica se rinde, donde los similares
ria reúne varios puntos trascendentes: por un lado, las indicaciones se centran de Fuente Amargosa escasamente alcanzan algún alivio, cura la tuberculosis
en el aparato respiratorio (coriza y laringitis, afecciones bronquiales, asma, en sus grados ó períodos primero y segundo.[...] Entregúeseme un tubercu-
hemoptisis, tuberculosis pulmonar) y como indicaciones secundarias figuran loso en segundo grado en las aguas de Tolox, que acuda á dicho manantial
dispepsias, gastralgias, neurosis, anemia, litiasis urinaria, afecciones dermato- todos los años, y yo respondo que el ázoe del alcalino líquido de Fuente Amar-
lógicas, problemas genito-urinarios y esterilidad; por otro lado, quedan con gosa ha de curarle, como he tenido ocasión de observar en muchos casos.[...]
Convéngase, pues, que Fuente Amargosa es el específico manantial para la
ello desplazados los métodos hidroterápicos al tratamiento de problemas gine-
tuberculosis pulmonar, que la cura, como he expuesto, en sus períodos pri-
cológicos y esterilidades, justo en un momento en que el balneario de Carra- mero y segundo, y que aun en el tercero, pueden abrigarse fundadas espe-
traca (donde clásicamente se habían tratado tales enfermedades) había ranzas.458
comenzado su declive.457
Tan importante como inquietante va a ser la transformación de una de No se desdice de esto el facultativo, pero en su memoria de 1901 opina
las indicaciones del manantial. Ya López y Zuloaga defendía la efectividad de que la disminución de agüistas observada puede ser debida en parte al temor
éste en el tratamiento de la tuberculosis, pero es Daza quien, con su mayor del contagio de la tuberculosis por parte de enfermos con otros padecimien-
prestigio, avala esta eficacia tos.459 Sigamos su evolución y leamos su criterio del 26 de enero de 1902:

457. Arturo DAZA DE CAMPOS, Las aguas azoadas y el manantial nitrogenado alcalino variedad amo- 458. Ibid., passim., 43-47.
niacal de Fuente Amargosa en Tolox (Málaga), Madrid, Esc. Tip. Lit. del Hospicio, 1900. 459. B.F.M.M., Carp. 2850, n.° 2 a , "Memoria, 1901" de Arturo DAZA.

218 219
En la tuberculosis pulmonar son específicas, pero no hay que olvidar que No debía de encontrarse ya Olea como médico-director, ocupando la plaza
á muchos de los tuberculosos que á Tolox se envían no les está ya indicado
probablemente un tal Romera, cuando el propietario (ahora sin freno por parte
este precioso venero, por varias razones; primera, porque vienen en avanzada
caquexia; segunda, porque un viaje á caballo por camino tan largo y acciden- de un facultativo íntegro) volvió a insistir en la prohibición y los anuncios del
tado no puede serles beneficioso á enfermos expirantes. Creyéndome en el caso balneario rezaron "No se admiten enfermos de tisis ni de tuberculosis", por
de participarlo así á mis ilustrados compañeros.460 si algún enfermo ignoraba la sinonimia.465
Tan sólo unos meses después, el 4 de julio de 1902, no incluía la tubercu- Es curioso que los avances en el tratamiento de la tuberculosis no se mos-
losis entre las afecciones del aparato respiratorio en que estaban indicadas las trasen reflejados en las actitudes de los médicos-directores o de los propieta-
aguas.461 Y el 26 de enero de 1904 se produce la noticia esperada: rios, pero especialmente en los primeros. Los enfermos tuberculosos siguen
siendo un peligro en el balneario y hay que mantenerlos apartados, recurriendo
Nota importante.—Por acuerdo de la Sociedad propietaria del Balnea- ahora a explicaciones de carácter científico en lugar de alegar, de forma más
rio, no se admiten enfermos de tisis ó tuberculosis, con el fin de evitar el con- sincera, motivos higiénicos. Así encontramos en un folleto posterior a 1944
tagio que la ciencia indica, á la gran concurrencia de enfermos de otras
esta severa advertencia, cuyo énfasis (en negrita y cursiva) transcribimos según
afecciones no contagiosas.462
apareció impreso:
Presiones de los propietarios, probablemente, son las que llevan a este Sentimos defraudar las esperanzas de los que fían su curación a las bon-
cambio e ilustran cómo, tristemente, el tintinear de unas monedas puede cam- dades de este manantial.
biar más rápidamente los criterios médicos de ciertos individuos que el estudio Nuestra opinión, totalmente opuesta a dicha creencia, nos obliga a sentar
de los avances científicos. Y, aunque no se puedan alabar los conocimientos el criterio de que a los tuberculosos pulmonares, hemoptoicos o no, y a los
de Emilio Mesa (quien en 1908 defendía el carácter endógeno de la tisis), habrá que padecen de laringitis tuberculosa no les conviene esto.
que darle la razón cuando opina que "[...] esa prohibición es una crueldad No es aquí, ni con estas aguas, no siempre exentas de perjuicios para ellos,
egoísta, y que se conoce que cuando los intermediarios entre el remedio y el donde se deben tratar estos procesos de naturaleza específica; es en otros sitios
enfermo, que no son médicos, cabalgan por terrenos científicos, pierden los y establecimientos con condiciones climatológicas distintas y más apropiados
recursos terapéuticos, en los que hay que buscar su mejoría.
estribos".™
Tolox está formalmente contraindicado en estos enfermos.466
Una actitud mucho más ética es la de Segundo de Olea, pues reconoce
Y lo mismo dirá Campos Manso en 1967, cuando tras contraindicar el
la utilidad de las inhalaciones azoadas de Fuente Amargosa en el tratamiento
empleo de las aguas de Fuente Amargosa en todos los procesos agudos, pasa
de los enfermos tuberculosos, pero llama a éstos y a los médicos para que reca-
a contraindicarla de manera absoluta en la tuberculosis pulmonar, "[...] no
paciten valorando las penalidades del viaje y el estado en que se encuentren, sólo los cuadros de hemoptisis, formas ulceradas, laringitis y episodios febri-
así como el tiempo de estancia, pues una cura de 15 ó 20 días no es suficiente; les, sino también los procesos infiltrativos, los procesos fibrosos y cirróticos
lo que le lleva a defender el interés de constituir una estación de invierno en y las reinfecciones".*61
Tolox (proyecto que aprueba el nuevo propietario, Manuel del Río Cómitre)
y crear un sanatorio.464 Bien es cierto que estas aguas, como casi todas las mineromedicinales, se
contraindican en procesos en fase aguda o en estados de consunción en los que
ya no es posible esperar una respuesta del organismo enfermo, así como en
460. Arturo DAZA DE CAMPOS, "Indicaciones terapéuticas", en el folleto Guía del Agüista en el Balnea- la hemoptisis.468 Claro está que tampoco van a curar un proceso infeccioso.
rio de Fuente Amargosa en Tolox, Málaga, Tip. Zambrano, s.a., 22.
Pero queda un amplio abanico dentro de las cronificaciones donde las inhala-
461. Id., "Aplicaciones Hidroterápicas del Balneario de Tolox", en el folleto Balneario de Fuente Amar-
gosa Tolox (Provincia de Málaga), Málaga, Tip. de Zambrana Hermanos, s.a., 10. ciones radioactivas, sino curativas, pueden servir de coadyuvantes. Así pues,
462. Id., "Indicaciones terapéuticas", en el folleto Guía del Agüista en el Balneario de Fuente Amargosa las diversas opiniones médicas expuestas sugieren que la contraindicación estaba
en Tolox, Málaga, Tip. de Zambrana Hermanos, 1904, 18. basada en una norma de higiene del establecimiento, que impidiese la huida
463. Emilio MESA, "Tolox (Málaga), estación invernal", El Siglo Médico, 55, 2853: 513-9 (1908). de la concurrencia por temor al contagio.
464. Segundo de OLEA Y AGUILERA, "algunas palabras sobre su manera de obrar y principales indica-
ciones" , en el folleto Aguas azoadas radio-activas alcalinas amoniacales de Fuente A margosa Tolox (Provin-
cia de Málaga), Málaga, Tip. de José Trascastro, s.a. [post. a 1906, ant. a 1915], 19-21. Los mismos comentarios 465. Rafael MOLERO y Luis MUÑOZ ROCA, Guía del bañista en Málaga, Málaga, Lit. Tip. R. Alcalá,
se reproducen en los folletos Balneario de Fuente Amargosa Tolox (Málaga). Aguas azoadas alcalinas, amo- 1927, anuncio en página 177.
niacales y radioactivas, el primero de ellos impreso en Málaga, Tip. Suc. de De J. Trascastro, s.a. [post. 466. Balneario de Fuente Amargosa. Tolox-Málaga, Málaga, Imp. Montes, s.a. [post, a 1944], 14-5.
a 1921, ant. a 1930] y el segundo en Málaga, Imp. Hispano Argentina, s.a. [post. a 1930]. En este último 467. José María CAMPOS MANSO, "Fuente Amargosa", texto correspondiente al folleto, conmemora-
se reproduce el texto de Olea, aunque no figura su nombre por ninguna parte, pues ya no era médico-director tivo del centenario, Balneario de Tolox, Málaga, Gráf. San Andrés, 1967, 25.
del establecimiento. Hay que hacer constar que en estos dos últimos folletos ya no aparece el uso de
468. Manuel de ARMIJO VALENZUELA, Compendio de Hidrología Médica, Barcelona, Ed. Científico-
baños. Médica, 1968, 297.

220 221
Un hito importante en la historia de las aguas fue el descubrimiento, en 6.3. BAÑOS DE VILO: UNA SUCESIÓN DE ADVERSIDADES
1906, de su radioactividad por Muñoz del Castillo. Examinando las muestras
de agua que le remitió Olea de los dos manantiales (bajo el título de Pozo núm. 6.3.1. Hoy
1 y Pozo núm. 2), resultó que al examinarlas cinco días después de embotella-
das la primera emitía 11'6 voltios hora-litro y la segunda 27'1. Al repetir los
análisis en mayo, sólo transcurrieron tres días desde el envasado por lo que En la parte oriental de la provincia de Málaga, cerca del límite con la sierra
se encontraron 16'6 voltios hora-litro en la primera y 35'1 en la segunda. Muñoz de Alhama y la provincia de Granada, se encuentra la localidad de Periana,
del Castillo demostraba que las aguas calificadas como nitrogenadas (clasifi- a 36°56' de latitud norte y 4 o 11' de longitud oeste. A 547 m sobre el nivel del
cación sólo existente en España), no tenían acción por este gas, sino por la mar, se asienta en la falda de la sierra antes citada, formando parte de la cadena
radioactividad y eran todas oligometálicas.469 Este hallazgo, aunque ayudó a montañosa que se extiende hacia el sur con la sierra Tejeda y la Almijara. Su
la comprensión del mecanismo de actuación de las aguas de Fuente Amargosa, término municipal se ve atravesado por el arroyo de Guaro, antes de su unión
no varió en nada las indicaciones ni formas de aplicación, pero pasó a ocupar con el río de Vélez, y la población por el arroyo de Cantarranas. Dicho tér-
la portada de los folletos con grandes letras capitales. mino limita con los de Alfarnate, Alfarnatejo, Riogordo, Las Rosas de El Borge,
Viñuela, Alcaucín y la provincia de Granada, en el término de Zafarraya, per-
FUENTE AMARGOSA (TOLOX) teneciendo a la jurisdicción de Riogordo. Se trata de una zona fundamental-
mente agrícola, rica en olivares y frutales (entre los que destacan los famosos
ANO MÉDICOS-DIRECTORES melocotoneros, membrillos y naranjos), legumbres y granos, aunque estos últi-
1871 Mariano Muniesa (no se presentó) mos en menor proporción.
1871 José Antonio Pachón
A 3 km. hacia el noroeste de Periana, a 36°57' de latitud norte y 4 o 12'
1873 Antonio Pérez Piñeiro de longitud oeste se halla la aldea o barriada de Baños de Vilo, a 580 m. de
1874 Celestino Cecilio García altitud, bajo el Cerrajón de los Baños, en el pequeño valle que forma el arroyo
1876 Emilio Mesa Santa Olalla de los Baños en su confluencia con el Guaro. Es aquí donde encontramos las
1877 Luis Alvarez Anitua ruinas de lo que fuera el establecimiento oficial de Baños de Vilo: una pequeña
1878 Francisco García de Soria alberca redonda, cercada de paredes derruidas y, al otro lado del arroyo, leves
1879 Ceferino Valdés y González esbozos de lo que debieron ser las paredes de los cuartos para baños calientes.
1879 José Villamor Zambrano (sustituto)
1880 - 1883 José Villamor Zambrano
1884 Francisco Gros 6.3.2. Los orígenes
1885 - 1887 —
1888 Antonio Carrillo y Carmona El descubrimiento de las propiedades terapéuticas de las aguas de los Baños
1889 José Sánchez de Vilo muestra, una vez más, el carácter empírico presente en los inicios de
1890 - 1894 CERRADO la hidrología médica, al tiempo que reproduce el ya conocido esquema mítico-
1895 - 1897 Juan Francisco López y Zuloaga ritual: un pastor descubre el efecto de las aguas sobre la sarna de sus cabras
1898 José Villamor
y le atribuye virtudes prodigiosas, convirtiéndose en panacea y propagándose
su uso, que alcanzó cotas máximas a partir de 1765.470
1899 - 1904 Arturo Daza de Campos
1905 - 1921 Segundo de Olea y Aguilera
1928 Antonio Romera 470. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA [seudónimo de Cristóbal de Medina Conde], Conversaciones históri-
cas malagueñas o Materiales de noticias seguras para formar la historia civil, natural y eclesiástica de la M.I.
1929 - 1941 — ciudad de Málaga. Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1789; 128. Otros autores, como Rubio, datarán
1942 - 1944 Gonzalo Martín Parrales la utilización de estas aguas de época inmemorial (Pedro María RUBIO, Tratado completo de las fuentes mine-
rales de España, Madrid, 1853, 164, si bien en p. 570 dice ser posteriores a los sarracenos) o de la época de
1945 - 1955 Ildefonso Guayo Martos la reconquista de Vélez como propone Antonio Alvarez Sánchez. Tan solo un autor, Miguel Marín Yébenes
en su manuscrito nos dará una cronología previa, nombrando ruinas de baños antiguos que podrían ser roma-
1956 - 1988 José María Campos Manso nos y añadiendo más adelante que "[...] el nombre de fuente de la Almanzora se atribulle a echos gloriosos
de esta agua berificados en la esposa de Almanzor". B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7, "Memoria de los Baños
minero medicinales de Vilo o Rozas [1875]" de Antonio ALVAREZ SÁNCHEZ; Carp. 2804, n.° 14, "Memoria
469. Ibid., 218 y José MUÑOZ DEL CASTILLO, "Sobre la radioactividad de los manantiales hidro- de hidrología médica con aplicación especial a los baños minerales de Vilo o Rosas" de M MARÍN DE
medicinales nitrogenados de España", El Siglo Médico, 53, 2738: 343-4 (1906). YÉBENES.

222 223
al de su nacimiento originario;473 para posteriormente construir dos albercas
cercadas, para hombres y mujeres.474 Del antiguo manantial tan sólo queda-
ría un claro cenagoso (o una pequeña alberca, en un principio), auténtica Fuente
de los Baños Antiguos o, más comúnmente, de los Lazarinos, pues quedó des-
tinada para el tratamiento de los enfermos contagiosos o con afecciones cutá-
neas de aspecto desagradable.475
En este mismo año de 1765 se solicitó del médico de Vélez, Ignacio Mazia,
y del farmacéutico, José Fernando García y Sevilla, el análisis de las aguas de
los manantiales de los baños, con cuyo resultado redactó este último una memo-
ria que presentó el 25 de febrero de 1766.476 En ella debía ponderar extrema-
damente las virtudes terapéuticas de las mismas, considerándolas particulares
no sólo en España, sino incluso en Europa.477 Tan elogiosa calificación,
viniendo de un personaje muy considerado en la ciudad de Vélez por ser socio
honorario de la Academia Matritense, estimuló el interés de las autoridades
locales que decidieron crear un cobijo adecuado para proteger a los bañistas
de la intemperie, pues éstos tenían que albergarse en chozas de ramas por no
existir en las inmediaciones ningún tipo de alojamiento. Con este fin acorda-
ron construir seis habitaciones adosadas a la cerca de las albercas y una casa
para baños, para lo que se pidió licencia al Supremo Consejo de Castilla.478
Con este fin, se va a iniciar un largo proceso burocrático que no concluirá
hasta 1828, con la inauguración del nuevo edificio balneario. Durante este
período la ciudad de Vélez tuvo que acudir frecuentemente a la reparación de
los baños, que sufrían daños considerables todos los inviernos a causa de las
lluvias.479 En 1768 se elevó una nueva propuesta al Real Consejo, haciendo
Baños de Vilo. Vestuario hincapié en que la inversión se amortizaría pronto con el dinero que habrían

473. ÁLVAREZ SÁNCHEZ, en la Memoria anteriormente citada, nos hace saber que el nacimiento origi-
nal se encontraba en la confluencia del arroyo de Zapata con el río Guaro, en la parte inferior del valle; mientras
Las palabras de Medina Conde, que era quien narraba la leyenda, ten- que el nuevo alumbramiento se localizaría "[...] al pie del Cerro de Zapata, en su parte mas inclinada y en el
drán ratificación para este último dato en las Actas Capitulares del Ayunta- mismo cauce del arroyo, el cual tubieron que desbiar para defender en lo posible el nuevo Establecimiento que,
allí se hizo, pero amenazado continuamente por el Cerro que desprende sincesar piedras peñascos y tierras, y
miento de Vélez-Málaga. Leemos en ellas que, a causa de una gran tormenta el arroyo de todo esto é inundaciones en sus crecidas, [...]".
ocurrida el veinticinco de septiembre de 1764, "[...] los Baños de las Aguas 474. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 1-III-1766, f. 52.
Ediondas, partido de las Rozas altas de su termino, [...] an quedado sin uso 475. Sobre este particular se pueden consultar B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7, "Memoria de los Baños minero
medicionales de Vilo o Rozas [1875]" de Antonio ÁLVAREZ SÁNCHEZ y A.H.N., Fondos Contemporáneos,
alguno y confundidas sus aguas [...]";471 lo que motiva que el Ayuntamiento Gobernación, Leg. 815, n.° 24, "Memoria sobre los Baños y aguas mineros medicinales de Vilo, correspon-
comisione al caballero Antonio Arias, en abril de 1765, para que, junto al maes- diente a la temporada 1850" de Miguel GONZÁLEZ Y GALIANO.

tro alarife y varios peones, calculen el costo de la construcción de un baño, 476. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA, op. cit., 129. La memoria a la que hace referencia es la Disertación
Historico-Físico-Química y Médica de las aguas de la Fuente Santa, ó Baños heliondos de las Rozas de la Ciudad
dada la importancia de las aguas "[...] a la publica salud y los grandes benefi- de Velez Málaga, con noticias de las pruebas que para su indagación se han hecho, sus usos, daños y provechos.
A esta obra nos referiremos con más detalles en un próximo apartado.
cios que en ella experimenttan, asilos vecinos de esta ziudady su termino, como
de otras lejas tierras, que bienen a buscarlo".m En primer lugar se procedió 477. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 1-111-1766, f. 51v.-52.
478. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 1-III-1766, f. 53-54.
a la búsqueda del venero, que había desaparecido a causa de las lluvias y los 479. Sobre este particular nos informan las Actas del 23-VI-1768 (f. 69v.-70), 6-VI-1770 (f. 38v.) y 16-11-1804
hundimientos del terreno, consiguiendo hacerlo aflorar pero en sitio diferente (s. fol.). Sin embargo, en sesión de 18-VII-1816, se comisiona a D. Juan José Lasso, Presidente del Cabildo,
para que "[...] pase á la Puebla de Periana en cuya inmediación están dhos. Baños é invite y Persuada á sus
Alcaldes á que tomen las disposiciones que juzguen necesarias á que se remedien y pongan en el mejor estado
capaz de resivir sin incomodidad ni perjuicio las personas que annualmente y en cresido numero concurren á
471. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 12-IV-1765, f. 29.
medicinarse con ellos [...]" (s. fol.). No obstante, Vélez, como cabeza de partido, se seguirá encargando de
472. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 12-IV-1765, f. 29v. las obras del nuevo balneario.

224 225
de abonar los bañistas.480 Pero además, la realización de estas obras servirá
como excusa para eximirse de la contribución que el Real y Supremo Consejo
de Castilla solicita para las ciudades de Alhama, Loja y Casabermeja (según
resolución de 19-XII-1770). La justificación nos aporta una serie de datos suple-
mentarios sobre la enjundia del proyecto:
[...] construiendo esta ciudad, una casa de quenta de sus Propios le pro-
ducirían lo menos quinze mili reales, y socorrería sus enfermos, en cuia vista
libró su Real despacho al señor Governador de Malaga asosiado con el Señor
Corregidor desta suerte el reconocimiento del terreno, su utilidad plan déla
casa y su costo, como con efecto fue valuado por Peritos nombrados de Malaga
en ciento veinte y tres mili reales ynclusos los reparos y ensanches délos Baños
[De no realizarse estas obras...] al paso de tocar en la Salud publica contran-
zendensia a todo el Reino por no haver otros de su naturaleza que le sobsti-
tuia dejaria de producirle a los Propios tan considerable renta como los de
un mili pesos annuales y la aspectativa en lo subsesivo a maiores yntereses porla
mas concurrensia de enfermos qe dejan de venir por la yncomodidad del
sitio [...].481

Paralelamente se inician los trámites dirigidos a la creación de una plaza


de médico-director del balneario,482 si bien ésta tardará mucho más tiempo en
conseguirse, por motivos que más adelante examinaremos con mayor detalle.
Baste decir que entre los pretendientes a dicho cargo se encontraba, como más
firme candidato, el que fuera primer director de los baños de Trillo, que se Baños de Vilo. Alberca
estableció en Málaga tras ser depurado.
al que recurrirá Vélez para reclamar sus derechos sobre los baños, así como
Será en 1828 cuando concluya la construcción del edificio balneario y el
Periana para aseverar su carácter público frente a los intereses de particulares.
oratorio público. Durante todo el año se intensifica la campaña de recauda-
ción de fondos: funciones teatrales benéficas de la compañía cómica de
Vélez,483 contribuciones de diversos pueblos del partido,484 circulares a la Jus- 6.3.3. Del baño al balneario
ticia de la Puebla de Periana para animar a sus vecinos a las donaciones volun-
tarias y a la reparación del camino que conduce a los baños,485 etc. Cuando Pero si bien tardará mucho en crearse la plaza de médico-director (y cuando
finalmente se inaugura el establecimiento de Baños de Vilo, en su fachada fron- lo haga, será con carácter interino, lo que va a motivar el escaso y equívoco
tal se hace constar la inscripción siguiente: "Esta obra se hizo pr. dispocicion conocimiento de las aguas), serán los conflictos en torno a la propiedad los
y celo del Sor D. Julián Ruiz Marin Correjidor del Partido, á qe. contribuye- que originen el desinterés, la consecuente ruina de las instalaciones y el rechazo
ron varios Pueblos del mismo y coopero el Itre. Ayuntamiento de Velez = Año del lugar por parte de cualquier agüista que económicamente pueda aspirar
a mejor tratamiento, terapéutico y social. Es una situación que provoca las
de 1828".4S6 Es interesante tenerlo en cuenta, pues será un testimonio
continuas quejas de los médicos que se ocupan del establecimiento y se expresa
claramente en estas palabras de Miguel Marín Yébenes (médico-director desde
480. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 19-VII-1768, f. 86. 1857 a 1861) que, ante la paralización de los trámites en el Gobierno de la Pro-
481. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, l-IV-1771, f. 34-34v. vincia, solicita la intervención del Gobierno de S.M. la Reina en el asunto:
482. Con este fin se escriben, en 1826, las memorias manuscritas de José María LUNAS, Análisis de las
aguas minerales de la fuente Santa ó baños hediondos de las rosas de la ciudad de Vélez Málaga, y, muy espe- [...] por que de él pende en mucha parte la suerte que le esté reservada
cialmente, la Disertación acerca de las aguas minerales de Vilo, historia topográfico-médica del territorio, su á los baños de Vilo ó Rosas: hoy no sé quien és el dueño de los baños y mal
análisis fisico-química y los casos de enfermedades en que son útiles, de Manuel PALACIO Y LEÓN. Ambas
aparecen citadas en la obra de MARTÍNEZ REGUERA, II (2): 78 y 82. podré entenderme con quien no conosco: y digo esto, por que urge hacer mejoras
483. A.H.M. V.-M., Actas Capitulares, 16-11-1828, f. 20v., La primera función supuso una recaudación de nesesarias en dichos baños, mejoras que están en la obligación de hacer los
1031 reales y 17 maravedís, mientras que la segunda sólo obtuvo 814 reales. dueños de baños minerales, con arreglo á la Ley.487
484. A.H.M. V.-M., Actas Capitulares, 26-111-1828, f. 37 (Algarrobo, 604 r. Un misal y un ara); 29-111-1828,
f. 38 (Frigiliana, 202 r.); 19-IV-1828, f. 42v. (Torrox, 320 r.).
487. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14, "Memoria de hidrología médica con aplicación especial a los baños
485. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 18-111-1828, f. 34v.
minerales de Vilo o Rosas" de M. MARÍN DE YÉBENES, 63.
486. A.A.P., Actas Capitulares, ll-VII-1839, s. fol.
227
226
Todos los implicados esgrimen sus razones: la ciudad de Vélez alega su tarios de las hospederías circundantes que no se creen en tal obligación por
señorío sobre todas las aguas que nacen en la comarca (ejercido desde la Recon- no percibir retribución alguna por parte de los agüistas, sin querer reconocer
quista) y el haber costeado las obras de los baños; Periana reclama tales privi- que lo que éstos les pagan por el alquiler de habitaciones es debido exclusiva-
legios desde su constitución como Ayuntamiento en 1761 y, por último, los mente a la existencia del establecimiento. Tampoco consigue que se clausure
dueños de las tierras, defienden que su propiedad comprende también los un puesto de venta de bebidas alcohólicas, situado junto a los baños, tenta-
manantiales.488 En este orden de cosas se producen abusos que tienen como ción para el relativo ascetismo de los pacientes y motivo de disturbios por la
víctimas a los bañistas. Así, en 1839, José Zamora, a quien pertenecen los terre- escasa morigeración de los clientes, como comprobó dolorosamente González
nos en que se encuentran los baños y encargado de los mismos por el Ayunta- y Galiano en la temporada de 1850 y relataremos en un próximo apartado.492
miento de Periana, impone al público una pensión pecuniaria que motiva la
recogida de las llaves por parte del Ayuntamiento para dárselas a otras perso- Más hábil (o mejor advertido), su sucesor, Miguel Marín Yébenes, conse-
nas a fin de que se ocupen de la custodia, aseo del establecimiento y servicio guirá la colaboración de los dueños de las hospederías para realizar ciertas mejo-
al público, sin exigir más retribuciones que las que voluntariamente les diesen. ras en el establecimiento que, aunque pocas, suponen la introducción de los
El Concejo solicita además un presupuesto a la Diputación y al jefe político baños calientes en tinas.493
para reedificación y conservación de los baños y construcción de un hospicio
para los pobres de solemnidad, al tiempo que promueve una investigación sobre En 1866, el Gobierno de la provincia de Málaga se pronuncia finalmente
los auténticos propietarios de las aguas minerales comisionando a Juan de Frías sobre el derecho de propiedad,494 siendo favorable al Ayuntamiento de
para consultar a varios letrados y a José García para que busque en el Archivo Periana, por lo que el dos de febrero de dicho año se reúnen sus miembros
del Ayuntamiento de Vélez los documentos relacionados con éstas y, finalmente, en Baños de Vilo para tomar posesión del establecimiento, inventariarlo y reco-
enviando oficios a dicho Ayuntamiento y al Juez de Primera Instancia del ger las llaves del mismo, que son entregadas a Juan Manuel Toledo Lagos,
Partido. 489 alcalde pedáneo de la localidad, encargándosele la conservación y custodia de
aquél. Las instalaciones consistían en aquel momento en las dos citadas alber-
Nada se habrá resuelto aún cuando en 1849 se cree la plaza de médico-
cas, más un departamento para baños calientes, con cuatro tinas de barro y
director de los Baños de Vilo. Sin embargo, no debía ser ajeno a estos proble-
una caldera de cobre.495
mas el primer facultativo que la ocupó, Miguel González y Galiano, vecino
de Vélez-Málaga y autor el año precedente de una memoria sobre los Pudiera parecer que esto aclaraba la situación legal y fijaba definitiva-
mismos.490 El establecimiento del que se hace cargo consta de dos albercas, en mente a quien pertenecían los baños. Sin embargo, no es así. En 1868, Manuel
unos departamentos semicirculares que se encuentran techados sólo hasta la Cabeza de Baca y Morales, conde de Catres y vizconde de Valverde, se erige
mitad. Está muy cerca del arroyo; tanto, que en las grandes crecidas el agua en propietario del establecimiento,496 cuando en realidad sólo tenemos cons-
dulce penetra en los baños. Inmediata al manantial se encuentra la alberca de tancia de que fuera poseedor de diversas tierras e inmuebles entre los que se
las mujeres, completamente derruida y por ello la más afectada por las filtra- encontraban 30 habitaciones destinadas a ser alquiladas a los bañistas.497 Los
ciones que también se producen desde el arroyo, por lo que los enfermos utili- dueños, de las tierras seguían siendo los Zamora, que en 1869 las venden a
zan exclusivamente el segundo estanque que era el destinado a los hombres,
restando tan sólo la pequeña alberca de los Lazarinos a la que ya hicimos men-
492. Viendo lo aquí expuesto, no deja de sorprender la "benevolencia" de José PÉREZ DE LA FLOR y
ción. Nada consigue cambiar el nuevo director, como él mismo cuenta en su Manuel GONZÁLEZ DE JONTE, cuando en su Novísimo Manual de Hidrología Médica Española, Madrid,
memoria de 1850: "Este baño se encuentra pues destruido en su mayor parte Imp. de D. Vicente Matute, 1851, dicen: "El establecimiento, si bien no es de los mejores, no deja de ofrecer
sin que haya podido conseguirse su reparación, para el indispensable uso de alguna comodidad, [...]".

los muchos enfermos de Caridad, y las inmerciones parciales necesarias en diver- 493. B.F.M.M., Carp. 2804, n.° 14, "Memoria de Hidrología Médica con aplicación especial a los baños
minerales de Vilo o Rosas y descripción Físico-Químicas de sus aguas medicinales. Año 1860" de Miguel MARÍN
sos padecimientos".491 El Ayuntamiento no hace caso de sus peticiones de YÉBENES, 31.
mejora y seguridad para el lugar, obteniendo idéntica negativa de los propie- 494. A.A.P., Actas Capitulares, carta inserta remitida por el Gobierno de la provincia de Málaga y fechada
en 24 de enero de 1866.
495. A.A.P., Actas Capitulares, 2-II-1866.
488. Ibid., 62; A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 815, n.° 24, "Memoria sobre los Baños
y aguas minerales de Vilo, correspondiente a la temporada 1850" de Miguel GONZÁLEZ Y GALIANO y A.A.P., 496. Así consta en B.F.M.M., Carp. 2794, n.° 16 y 17, "Memoria descriptivas de los baños de Vilo y Rosas,
Actas Capitulares, pass. sitos en término de Periana, partido judicial del Colmenar, provincia de Málaga, propios del Excmo. Sr. D.
489. A.A.P., Actas Capitulares, 6-VII-1839; ll-VII-1939; 31-V-1840 y 9-VI-1840. Manuel Cabeza de Baca y Morales, Conde de Catres, y Visconde de Valverde, [8 de mayo de 1868]" de Manuel
DE LA CALLE. No es una memoria médica y su única finalidad parece ser cumplir con las normativas del
490. Es RUBIO, p. 164, quien nos da la información sobre esta Memoria de la que más adelante nos ocu- Real Decreto del 11 de marzo de ese mismo año.
paremos.
497. En las A.A.P., Actas Capitulares de 9-III-1884, leemos que "[...] le aparece amillarado en los Baños
491. Miguel GONZÁLEZ Y GALIANO, op. cit.
2 fanegas de tierra de riego y 30 cuartos en los referidos Baños de Vilo con una utilidad de 250 pías., [...]".

228 229
un primo, Rafael Zamora Moreno, que instruye el expediente posesorio y da préndente que, en 1877, el mismo médico-director que esto escribía, Antonio
con ello fin a esta larga serie de conflictos.498 Álvarez Sánchez, se convierta en propietario del establecimiento. Y más sor-
prendente aún que, ahora que se aunan los intereses de propietario y faculta-
Desgraciadamente la solución de los anteriores problemas no revertirá de tivo, no se produzcan cambios en las instalaciones. La explicación la
forma inmediata en el estado del establecimiento. Irónico y preciso, el que fuera encontramos en el mismo contrato de compra-venta: para Antonio Álvarez los
médico-director en 1875, nos los describe así: baños son un mero negocio, pues compra albercas y ermita a Rafael Zamora
[...] esta constituido por dos Alvercas de unas tres varas y media de largo para posteriormente alquilárselas todos los años y recoger el dinero al acabar
por tres de ancho, la de las Mugeres desde dos cuartas a tres de profundidad, la temporada estival. Nada ha cambiado, por el simple hecho de que el res-
y la de los hombres de una vara; enlosadas, pero tan mal preparadas que se ponsable inmediato sigue siendo el mismo.500
sale el agua por todos lados. Las compuertas de desagüe son dos trapos y una
espuerta de barro lo cual hace que esté turbia el agua al agitarla. Las alvercas En 1887 es otro médico-director, Miguel González Gosálvez,501 el que
están medio cubiertas del Sol por algunas tablas y los desnudaderos, aunque ostenta la propiedad en una época en que a los males del balneario se suman
mas bien parecen una choza de pastores lo están con tejas. Los baños Calien- los terremotos que se iniciaron en las Navidades de 1884 y continuaron a lo
tes situados en la parte inferior de los anteriores están reducidos á una habita- largo de 1885, seguidos por un brote de cólera morbo asiático en el verano
ción de unas seis varas de larga por cuatro de ancha, dibidida en cuatro celdas de este último año, lo que aleja a los ya escasos agüistas de un lugar que, a
en donde hay en cada una una pila de varro enbutida en el suelo, adonde por la incomodidad y el poco prestigio de los terapeutas, añade ahora la intranqui-
unos tubos de plomo que tapan y destapan con un palo liado de trapo, viene
lidad ante el seísmo o la epidemia. No obstante, en 1892, el balneario goza
la agua caliente de una caldera de unos diez cantaros de cabida, y en donde
su elevación de temperatura se hace en tan malas condicciones que a no ser de mejoras importantes:
por la agua fria que se añade de muy poco servirían tales vanos. El deposito Se lebantó de cimientos el edificio para los baños generales tanto de hom-
para alimentar la caldera y las pilas, esta reducido a un estanque de unas cuatro bres como de mujeres, cada departamento con una alberca circular de dos y
varas cuadradas en donde por su mala dirección sufre la agua la descomposi-
medio metros de diámetro por ocho decímetros de profundidad.
ción consiguiente llevando la falta de mineralizacion sulfurosa que es el obgeto
de estos baños. Las paredes del Establecimiento ademas de no tener de altura El gabinete de duchas y pulverizaciones se hizo de nueva planta con todos
mas de dos varas y media, de ser de piedra y barro están casi en ruinas, y las los adelantos que la ciencia aconseja para esta clase de establecimientos.502
puertas y cerraduras en tales términos que ya estén cerradas ó abiertas dejan A esto habría que añadir un hecho tan trascendente como el encargo al
pasar no solo la vista y enterarse de lo que pasa dentro, sino también a las doctor en Farmacia y catedrático de la Facultad de Farmacia de Granada, Juan
personas. En cuanto á instalación ó sea aparatos y muebles, esta reducido á
la caldera, á un roto termómetro de Raumur que para todo servirá menos para
Nacle Herrera, de un análisis del manantial de los baños, que se llevó a cabo
graduar la temperatura teniéndolo que hacer y con mas esactitud con la mano, en 1893. También hay que atribuir a González y Gosálvez el primer intento
á unos pollos de piedra y barro, y a unas perchas de madera para colgar la de realizar una publicidad impresa sobre Baños de Vilo, campaña que organi-
ropa. Y por ultimo teniendo que hacerle subir al agua de nibel para que entre zaría el siguiente propietario, Emilio San Martín Villa, secretario del Ayunta-
en las Alvercas y deposito, está en pantanada en el interior del Cerro, resul- miento de Periana,503 y dueño del establecimiento balneario desde 1896.
tando de esto que se escapa por otros lados y no hay agua bastante para llenar
las una vez al dia, sufriendo un tanto su descomposición, y escapándose al Existen ya baños de diferente temperatura, baños de asiento, duchas vagi-
mismo tiempo los gases que contiene.499 nales, pulverizaciones. Pero ya no es el momento ni el lugar para crear un bal-
neario, justo cuando la Hidrología Médica ha iniciado su rápida decadencia
Si a esto unimos los destrozos provocados anualmente por las crecidas del y la sociedad malagueña cumplía casi dos décadas de crisis siderúrgica y agrí-
arroyo (que sistemáticamente destruyen el pequeño puente), los que originan
los desprendimientos de rocas del cerro y la desaparición durante el invierno
500. En este contrato Rafael Zamora Moreno, de Periana, casado, labrador, de 47 años, vende los baños
de la fuente purgante (que los bañistas mismos buscan durante el verano), las (de una superficie de 123'755 m2) y la ermita (20'875 m2) a Antonio Álvarez y Sánchez, de Málaga, soltero,
perspectivas no pueden ser más desalentadoras. Por ello, no deja de ser sor- facultativo, de 40 años, por la cantidad de 2.081 pesetas. En esta misma escritura el médico se compromete
a arrendárselos al vendedor durante un plazo mínimo de tres años, a razón de 312 pesetas por año (A.H.P.M.,
Leg. 5351, f. 1811-18).
498. De este interesante documento notarial tenemos noticia enA.H.P.M., Leg. 5351, f. 1811-8, que con- 501. La primera cita al mismo nos lo sitúa como médico-director de Baños de Vilo en 1886, cargo en el
siste en un posterior contrato de compraventa de las albercas, fechado en Málaga, 21 de junio de 1877 y dice: que permanece hasta 1888. A partir de 1887 se nos presenta también como propietario, aunque en el Anuario
"El dominio de los dos predios descritos corresponde al repetido Don Rafael Zamora Moreno por haberlos de 1892 pasa a figurar Modesto González y Gosálvez, nombre con el que consta hasta 1895.
adquirido en el año pasado de mil ochocientos sesenta y nueve de los herederos de Doña María Luque San-
tana que los son María, Antonio, Francisco, Nicolás y José Zamora Luque y careciendo de título escrito 502. B.F.M.M., Carp. 2823, n.° 39, "Aguas Medicinales Sulfurosas Calcicas de Vilo-Rozas. Término muni-
con que acreditar su dominio ha instruido espediente posesorio en el Juzgado Municipal de Periana, el cual cipal de Periana, Provincia de Málaga, Reseña de las mismas año 1892" de José de TROYA.
aprobado en forma se presentó en el Registro de la propiedad del Colmenar para su inscripción [...]", 503. Existe un folleto de 12 páginas titulado Establecimiento Balneario de Vilo. Provincia de Málaga, impreso
f. 1812v.-1813. en Málaga, La Española, 1897; elaborado a partir del manuscrito de Moya Roldan ya citado (B.F.M.M., Carp.
499. B.F.M.M., Carp. 2728, n.° 7, "Memoria de los Baños minero medicinales de Vilo o Rozas [1875]" 2836, n.° 17, "Baños de Vilo o Rozas [1896]"). También hemos encontrado un impreso publicitario, consistente
de Antonio ÁLVAREZ SÁNCHEZ. en una hoja, folio, en que figuran los datos más importantes sobre las aguas, comunicaciones y tarifas.

230 231
El establecimiento continuó en manos de la familia San Martín, siendo
actualmente propiedad de los nietos de Emilio San Martín (las familias San
ESTABLECIMIENTO BALNEAEIO Martín Campos y Cuevas San Martín), pero no no volvió a ser considerado
balneario oficial, aunque sus aguas se empleasen incluso después de la Guerra
Civil por vecinos de Periana y lugares limítrofes, bien de forma voluntaria o
VILO por recomendación de médicos de la zona.505 Los baños consistían ya en una
única alberca y las tinas de barro (unas cinco) se encontraban al otro lado del
PROVINCIA DE MÁLAGA arroyo, en unas condiciones casi peores a las de un siglo atrás.
Once años fueron precisos para que aquellos primitivos baños construi-
AGUAS SULFHÍDRICAS MAGNESICO-CALCICAS dos por la comarca de Vélez se transformasen en balneario oficial y otros once
NITROGENADAS para que llegasen a incorporar en su terapéutica el baño caliente. Para ser algo
más próximo a un balneario, con duchas y pulverizaciones, se necesitaron treinta
Temperatura constante: 22.* centígrado» años más. Esta incorporación tardía a las listas de balnearios españoles y, sobre
todo, la incertidumbre sobre los derechos posesorios que disuaden de la nece-
TRES Y MEDIA «ORAS DE DISTANCIA DE VÉLEZ-M.ÁLAGA, saria inversión a organismos oficiales o particulares, nos permite aventurar que
TRES DE COLMENAR Y CINCO DE ARCIUDONA
Y RIOFRIO (LÍNEA DE LOS FERRO-CARRTLES ANDALUCES) el auténtico balneario surgido en 1892 no hubiese necesitado la furia del arroyo
para desaparecer y que ésta tan sólo precipitó lo que el Anuario venía solici-
T E M P O R A D A OFICIAL:
tando desde 1882.
DESDE l ñ T)V. J l I M O AL 3 0 DK SEI'TIEMnRK

MÉDICO DIRECTOR

3> 6.3.4. El problema de las interinidades


PROPIETARIO
[...] este Establecimiento es de los más desconocidos y desorganizados de
3>. Omitió ?« San SHaiKn ij ^ i « a
España, merced á no tener Director-propietario hace mucho tiempo y á que
la autoridad de este funcionario es allí absoluta y totalmente desconocida. Los
interinos, apenas si pueden resistir 15 dias...506
No estaba falto de razón el Anuario al reflejar esta conflictividad que supo-
MÁLAGA nía para un facultativo el ejercicio como médico de baños en esta localidad,
L\ KSPASOI.A.—I'AHH»U.—ü«A»Af>». > j}i si bien desestimaba que algunos de ellos llegaron a ocupar la plaza durante
1897
años y otros acabaron comprando el balneario, como acabamos de ver.
Ya anticipábamos que la creación de la plaza de médico-director no dejó
de suscitar muy diversos intereses, en pro o en contra. El primer trabajo que
cola. Como ratificación de esta imposibilidad, una nueva catástrofe se abate incidía en este particular fue la Disertación acerca de las aguas minerales de
sobre el establecimiento, dejando, en esta ocasión, un testimonio más infausto Vilo del licenciado Manuel Palacio y León, de Vélez-Málaga; quien, tras una
que las simples pérdidas materiales del edificio: en la mañana del día 14 de breve descripción del lugar, su historia, análisis y propiedades de las aguas,
así como las enfermedades en que se aplicaban, solicitaba la creación de dicho
septiembre de 1907, la fuerte tormenta caída en la sierra de Enmedio provoca
cargo oficial. Y, aunque no de forma directa, también lo hacía la obrita de
una vez más la crecida del arroyo de los Baños, pero en esta ocasión el torrente José María de Lunas, Análisis de las aguas minerales de la fuente Santa ó baños
tiene tal fuerza que arranca de sus cimientos el balneario y arrastra a Fran- hediondos de las rosas de la ciudad de Velez Málaga.501
cisco Mendal Igualada, alcalde de Vélez-Málaga que se encontraba allí desde
hacía escasos días siguiendo tratamiento, y a Alfonso San Martín Moreno, hijo 505. Estos datos se basan en los testimonios de José Cuevas San Martín, María Sánchez Palma, María Núñez
del dueño. El cadáver del primero se recuperó a unos cien metros del lugar, y José Núñez. En cuanto a su empleo tras el cierre, parece cumplirse lo que preveía el Anuario Oficial de las
Aguas Minerales de España correspondiente a la temporada de 1882 (Madrid, M. Minuesa, 1883): "[...] este
sujeto a un tronco y horriblemente mutilado; pero la búsqueda del cuerpo del mal llamado Establecimiento, cuya categoría oficial, dado el estado en que se halla, es imposible, por decoro
segundo resultó infructuosa.504 de todos, siquiera temamos que una vez cerrado al público, continúe éste bañándose y disponiendo de las aguas
todavía más viciosa y desordenadamente que hasta aquí. Si se decreta su clausura, que sea verdad para todos",
(p. 142).
504. A este respecto encontramos información en las A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 10-IX-1907 y 506. Ibid., 141.
15-IX-1907, en el ejemplar mecanografiado de Carmen MUÑOZ MORENO, titulado Periana y en La Unión
507. MARTÍNEZ REGUERA, II (1): 78 y 82.
Mercantil del 9-X-1907.
233
232
La que, en 1831, no va a reconocer la labor del facultativo será la Real
Junta Superior Gubernativa de Medicina y Cirugía. En ese año el médico nom-
brado por la ciudad de Vélez era Andrés Linares, que publicaba su Idea gene-
ral de los Baños de Vilo.510 La Junta envía al Ayuntamiento de dicha ciudad
un oficio, fechado el 9 de abril de 1832 en Aranjuez, en el que se dice que el
nombramiento "[...] era nulo y de ningún valor, por no ser hecho por S.M.
y carecer de los requisitos prevenidos en el reglamento vigente de aguas y Baños
minerales [...]". 5 " Nada tendría de extraño, dadas las condiciones de los
baños, si no supiéramos lo que simultáneamente ocurría con la solicitud de
José Brull.

José María Brull no era un facultativo más: en la primera oposición con-


vocada para cubrir las recién creadas plazas de médicos-directores (1816-1817)
obtuvo el número uno y eligió como destino los baños de Trillo. Tuvo allí
serias dificultades en el intento de poner orden, a lo que más adelante hubo
que añadir la depuración como castigo a su constitucionalismo. En tales cir-
cunstancias Brull marchó a Málaga en 1823, donde más tarde sería purifi-
cado. Durante su estancia en la provincia, como buen hidrólogo, fijó su
atención en los manantiales de los Baños de Vilo sobre los que realizó obser-
vaciones durante ocho años. No realizó análisis de sus aguas por falta de apa-
ratos, pues ello le hubiese llevado a cometer inexactitudes como las que
aparecían en análisis anteriores y en otros que se estaban realizando para
optar a esa plaza. Él no la solicita, tan sólo pide de la Suprema Junta que
le confieran el encargo y lo hace enviándoles una breve memoria.512 Cono-
cido esto, resulta improcedente la crítica del vocal Manuel Damián Pérez al
Baños de Vilo. Entrada decir que: "[...] Brull habla con generalidad de los componentes del agua
de Bilo sin fijar ni la cantidad de esta que. analizó ni las proporciones de
sus factores fijos ni volátiles, ni si empleo la síntesis con su resultado
[...]" 513 y se reafirman en su negativa a crear una plaza de médico-director
para Baños de Vilo, alegando que ya existen aguas de iguales características
Mientras, en espera de la resolución del Gobierno sobre dicho asunto, la en Carratraca y que habría que realizar muchas obras. Excusas inconsisten-
ciudad de Vélez comisiona anualmente a un médico para que se encargue de tes que parecen enmascarar la persistencia de la depuración, que del médico
los baños. El primero del que tenemos referencia es el cirujano médico Julián se hace extensiva al balneario: es mucho más sutil no crear la plaza, que
García Valiente, que estudia las aguas y escribe una Dedicatoria a la ciudad hacerlo para otorgársela a alguien de menor prestigio. Aún así, tras la muerte
de Velez, cuyo Ayuntamiento propone imprimirla junto a la ya mencionada de Fernando VII, persistirá la negativa.514
Disertación de José García y Sevilla, de 1766.508 Al año siguiente, 1829, surge
el primer conflicto: el médico encargado por la ciudad, Mateo Juan de Gámez, 510. Andrés LINARES Y GÓMEZ, Idea general de los Baños de Vilo, Málaga, Imp. de L. de Carreras,
se enfrenta con los bañeros que no reconocen su autoridad.509 1831. Se trata de una hoja, folio.
511. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 27-IV-1832, f. 34v.

508. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 21-VI-1828, f. 65. 512. José BRULL, Año de 1831. Bosquejo topográfico de los baños minerales de Bilo con un sucinto
ensayo físico químico de estas aguas y descripción de sus virtudes medicinales, dirigido á la Real Junta de
509. A.H.M. V.-M., Actas Capitulares, 8-VII-1829, f. 87v.-88. Ante esta situación el Ayuntamiento de Vélez Med"y Cirugía. Ms. Para todo lo relativo a Brull, véase la obra de Leopoldo MARTÍNEZ REGUERA, Biblio-
acordó "[...] sépase orden a los Alcaldes de Periana en cuyo termino alcabalatorio se hallan los citados Baños, grafía Hidrológico-Médica Española, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1892-1897, I: 102-103 (1896), II:
que el facultativo Subdelegado de Cirugía Medica de esta Ciudad D. Mateo Juan de Gamez está nombrado 470 (1897).
para la dirección de las personas que concurren a medicinarse en ellos y pa. practicar las obcervaciones Medicas
y Químicas que le sean posibles y puedan demostrar las virtudes de los espresados Vanos para la Curación de 513. MARTÍNEZ REGUERA, op. cit., 1:103.
las muchas enfermedades que padecen los que van a medicinarse con ellas". 514. A.H.M.V.-M., Actas Capitulares, 31-111-1835, f. 27v.-28.

234 235
En 1845 será el Ayuntamiento de Periana el que solicite médico para los Otra de las quejas planteadas por Miguel González y Galiano hacía refe-
Baños de Vilo, elevando a la Junta Suprema de Sanidad una memoria de Fran- rencia a un asunto menos importante para el balneario, pero bastante enojoso
cisco de Paula Castillo y Prada, al que se proponía para tal cargo.515 Este para los médicos: su alojamiento. Al ser las casas de pensión de diversos pro-
facultativo, residente en Alhama, pasó a ocuparse del balneario mientras se pietarios y desconocerse aún quién era el dueño real del establecimiento, el
Ayuntamiento de Periana optó por distribuir entre todos los hosteleros la estan-
esperaba la resolución, con la advertencia clara del Ayuntamiento de que en cia del médico. Así pues, éste debía trasladarse continuamente durante toda
modo alguno reclamaría honorarios por la extensión de la papeleta a los natu- la temporada de una casa a otra. Algo incómodo, pero aún más para aquellos
rales de Periana, pues éstos tenían privilegios sobre las aguas por pertenecer pequeños propietarios que, teniendo una única casa para alquilar a los agüis-
a su jurisdicción. tas, encontrasen que no podían hacerlo por tener que reservarla para el director.
Miguel González y Galiano será el primer médico-director reconocido ofi- Miguel Marín Yébenes se muestra sin embargo como un médico muy inte-
cialmente, aunque, eso sí, con carácter interino. Esto sucede en 1849516 y tan resado por estudiar el balneario, según dice. Tras cinco años como médico-
sólo un año más tarde está a punto de perder el puesto y la vida. En su memo- director interino, en su memoria de 1861, nos cuenta que ante la falta de estu-
ria de la temporada de 1850 nos cuenta los ya referidos problemas con un dios sobre el lugar decidió emprender la labor constante de historiar muy deta-
quiosco de bebidas alcohólicas y sus peticiones de seguridad al Ayuntamiento lladamente a los pacientes (exámenes médicos de una hora de duración) para
de Periana que fueron desatendidas, así como las que dirigió al Gobierno Civil así poder determinar la efectividad de las aguas, lo que le obligaba a realizar
de la provincia para que un concejal de Periana residiese en Baños de Vilo, jornadas laborales que se iniciaban a las cinco de la mañana y concluían a las
al menos durante la temporada de verano, resolviendo así los múltiples pro- doce de la noche. Sin embargo, no aporta ninguna de esas historias clínicas,
blemas que al aumento de concurrencia originaba: la creación de un nuevo esta- ni extrae ninguna conclusión por considerarlo prematuro. La falta de análisis
blecimiento con dirección facultastiva atraía a un mayor número de agüistas químicos serios, la copia literal de párrafos de Patissier, Rubio y González y
de clase acomodada y, tras ellos, a buena parte de los bandidos de la zona que, Galiano, y, sobre todo, el falseamiento de datos estadísticos nos lleva a dudar
aunque escasos ya en esa época, seguían existiendo. La noche del 27 de julio de la veracidad de sus palabras, especialmente cuando, tras referir diferentes
hicieron acto de presencia como enviados de un enfermo grave que requería desgracias personales, solicita una ayuda al Gobierno. De cualquier modo, estos
atención médica. Una vez fuera de la población hirieron gravemente de arma episodios nos aportan también datos interesantes sobre acontecimientos del bal-
blanca al director al que, tras propinarle un fuerte golpe en la cabeza, arroja- neario: en 1860, el cólera morbo que trajeron las tropas de África llega tam-
ron al río Guaro desde una quebrada, donde pasó la noche. Cuando al día bién a Baños de Vilo, aunque sólo conocemos que existiese como víctima mortal
siguiente fue rescatado y llevado a su domicilio, encontró que habían desapa- el hijo del director. Y, al año siguiente, serán los levantamientos de campesi-
recido todas sus pertenencias.517 Este suceso tiene bastante trascendencia por nos en la próxima Loja los que resten concurrencia al balneario e inflamen
el ánimo revolucionario de una parte de la población de Periana que decide,
la huella que imprimirá en los siguientes médicos-directores: ninguno osará
según Miguel Marín, atacar a la Guardia Civil (que ahora protege el balnea-
enfrentarse a autoridades, propietarios o agüistas por el buen ejercicio de la
rio) y al médico director. No llegó la sangre al río y los acomodados veranean-
Medicina, en un cargo que, al fin y al cabo, no van a desempeñar mucho tiempo. tes no vieron turbado su recreo, pues el médico de Periana y otros amigos
La agresión citada toma tintes legendarios y, según los sucesores, Miguel Gon- disuadieron a los rebeldes de su intento; aunque de haberlo llevado a cabo no
zález y Galiano murió a manos de los agüistas al haberles reclamado los hono- hubiesen encontrado grandes obstáculos pues, según añade el facultativo, los
rarios por las papeletas de baños.518 No podemos pronunciarnos con respecto miembros de la benemérita huyeron dejándole solo.
a lo segundo (aunque la versión del agredido lo desmienta claramente), pero
de lo que no cabe la menor duda es de que no murió a causa de la agresión, Sucederá a Marín Yébenes, durante seis temporadas, Miguel de Vega
pues pudo escribir la memoria y continuar como director cinco temporadas más. Ramos y a éste varios facultativos más que ocuparon la plaza uno o dos años.
No son médicos importantes y su paso por el balneario no deja ningún rastro:
no realizan análisis, ni nuevas clasificaciones, ni reformas en el establecimiento.
515. Sobre este particular consultarse la obra anteriormente citada de MARTÍNEZ REGUERA, Los motivos los explicaba claramente Antonio Álvarez Sánchez:
1:189 y A.A.P., Actas Capitulares, 7-VI-1845, s. fol.
516. Este dato lo hemos obtenido de RUBIO, op. cit., p. 164; aunque en p. 163 nos mencionaba una memo- Aora debiera entrar en el estudio físico-químico de sus aguas pero bien
ria manuscrita en 1848 por este mismo facultativo. También es interesante hacer notar que esta plaza se consi- que, el Director por si solo sea competente para abordar y resolver este arduo
gue un año antes de la promulgación de la Real Orden de 4 de julio de 1850, que regulaba la creación de direcciones y dificilísimo estudio, o tenga que encargárselo á manos mas espertas y abi-
interinas de baños. De haber tenido que ampararse a esta, difícilmente se habría creado la de Baños de Vilo. tuadas á la practica Analítica, es el caso que tal obligación no debe llegar á
517. A.H.N., Fondos Contemporáneos, Gobernación, Leg. 815, n.° 24, "Memoria sobre los Baños y aguas un interino á el cual apenas los mermados y escasos honorartios han alcanzado
minerales de Vilo, correspondiente a la temporada 1850" de Miguel GONZÁLEZ Y GALIANO. al pago del pupilo en el mismo Establecimiento, y dicha obligación ademas
518. Así lo narra Miguel MARÍN YÉBENES, en su Memoria de 1861 y Antonio ÁLVAREZ SÁNCHEZ de no haber tiempo para todo seria un gasto del cual ningún resultado posi-
en la obra más arriba citada. tibo sacaría, si como es lo natural al año siguiente somos reemplazados por

236 237
Los manantiales de los Baños de Vilo son tres: la fuente de la Almanzora,
ferruginosa bicarbonatada; la fuente del Veor, Behedor o purgante, salina y
L/TbemC'tüx?
C la fuente de los baños, sulfurosa. A estas podríamos añadir la fuente de los
DE baños antiguos, Fuente Santa, Hedionda de las Rozas o de los lazarinos, desa-
crr- parecida. La única que reviste cierta importancia es la fuente de los baños, pues
la de la Almanzora no forma parte de los baños aunque se utilizase en ocasio-
nes y la fuente del Veor también desapareció.
Coi) ¿blicccciov) e¿iiccuxt La fuente de la Almanzora se encuentra a media legua del establecimiento
^ ¿os k>año¿ minerales de y formaba un charco en forma de pozo donde se acumulaba el agua, aunque
era de escaso caudal. Más cercana de Periana que del balneario, tuvo poca
importancia. Álvarez Sánchez la califica de herrumbrosa, estíptica y gaseosa,
dejando en sedimentación algo de hierro y sales.
-T
La fuente del Veor o purgante, era clara, transparente, algo untuosa al
tacto, algo amarga y salada después, de difícil digestión, y dejaba cierta canti-
ce Mus ÜCOSLUX¿> mcMciaccCtó dad de sales al evaporarse. Ya Álvarez Sánchez advertía que:
Esta fuente esta abandonada y por los undimientos del terreno ha bañado
el punto de brote, naciendo en el mismo cauce del arroyo, por lo que es opi-
nión corriente que sus aguas están alteradas, tanto por esto cuanto por los
riegos de los terrenos por cima, teniendo los Bañistas algunos años que bus-
carlas mas arriba, como yo lo he hecho este año de mi propio peculio, pero
sin que sus condiciones hallan mejorado gran cosa. 52°

CLnc La fuente de los Baños nace al pie del cerro de Zapata, junto al cauce del
arroyo; brota de una roca magnesiana, aunque a mayor profundidad que el
arroyo por lo que se procuraba subir su nivel mediante un estancamiento en
el mismo nacimiento, en el interior del cerro, lo que motivaba pérdidas, pese
a lo cual el caudal era de 45 arrobas por hora (5625 litros/hora).521 Brota con
un ruido intermitente y emisión de gases, impropios para la respiración según
Álvarez Sánchez. Temperatura de 22° centígrados,522 que en las albercas varía
un poco, aproximándose a la de la atmósfera. Es clara, transparente, con peque-
otro; con todo como en esto deben haberse fundado el no haber hecho nada ñas partículas que se agitan en su interior. El olor se intensifica al cabo de un
en este Establecimiento los Directores que nos han precedido, ó al menos no rato de su estancamiento523 y es a huevos cocidos o hueros, siendo igual al
han dejado en el rastro alguno de su permanencia temporal, [...]5"
gusto (sabor hepático) y con una ligera untuosidad al tacto. Al poco tiempo
de su estancamiento continúa el desprendimiento de burbujas y comienzan a

519. ÁLVAREZ SÁNCHEZ, op. cit.


6.3.5. Las aguas 520. Ibid.
521. El caudal fue variando, según indican los análisis. Si la causa fue real o es error del analista es algo
Así pues, poco nos cabe esperar de los estudios que sobre las aguas efec- que no podemos saber, por lo que nos limitamos a dejar constancia de las diferentes noticias: arroba y media
por minuto (Marín Yébenes, 1860), 180 pul. cub. por minuto (Marín Yébenes, 1861), 45 arrobas por hora (Álvarez
tuaron estos médicos. Si bien la descripción física de las mismas puede llegar Sánchez, 1875), 6 litros por minuto (Doz, 1887), 1800 litros por hora (Troya, 1892), 2040 litros por hora (Nacle,
a ser bastante detallada, el análisis químico es habitualmente inexacto, si no 1893).
en la composición, sí en la cuantificación. El mismo problema se presenta con 522. Los datos sobre la temperatura son mucho más constantes: entre 15 y 17 grados Reaumur o 19 y 20
grados centígrados. Sólo Álvarez Sánchez y Francisco Moya, establecen su temperatura en los 22 grados centí-
el estudio de los efectos fisiológicos, que conduce a una imprecisa relación de grados, calificándolas el último de termales.
aplicaciones terapéuticas. 523. Según Álvarez Sánchez, pero según Marín Yébenes pierde olor y sabor en contacto con el aire libre.

238 239
aumentar los corpúsculos y filamentos volviéndose lechosa, color que se intensi- GASES
fica según la atmósfera y es el que tiene en las albercas. Al cabo de unos días Acido sulfhídrico 6,53 ce.
comienzan a precipitar los filamentos y partículas de azufre, se vuelve clara y Anhídrido carbónico 2,64 ce.
pierde el olor sulfuroso, haciéndose espermático y alcalino, aunque incluso así Oxígeno 2,93 ce.
persiste el sulfhídrico. Nitrógeno 12,93 ce.
Esta descripción es prácticamente constante en todos los escritos y no ofrece Total 25,03 ce.
diferencias con las de otras aguas sulfurosas. Si los comentarios sobre la irrespi-
rabilidad de los gases o el cambio del color según la atmósfera son sólo imputa- SALES Y OTROS CUERPOS
bles a Álvarez Sánchez, el resto es idéntico para González y Galiano, Marín Sulfato de potasio 0,02692
Yébenes o Moya. Silicato de sodio 0,10080
Sulfato de sodio 0,15770
El primer análisis químico del que podemos ofrecer sus datos es el de Gon- Cloruro de aluminio 0,00390
zález y Galiano, de 1848. No existe cuantifícación de las sustancias encontradas, Bicarbonato de calcio 0,15329
sino de una forma grosera: bastante cantidad de gas sulfhídrico y poco ácido Sulfato de calcio 0,33417
carbónico libre. Entre los componentes sólidos halla cloruro magnésico, cloruro Cloruro de calcio 0,04654
calcico, carbonato calcico, carbonato magnésico y ácido silícico.524 Marín Yébe- Bicarbonato de magnesio 0,30404
nes sí va a determinar la cantidad de cada componente, aunque con escasa preci- Sulfato de magnesio 0,23280
sión. Las técnicas empleadas son la clásica evaporación y los reactivos como el Cloruro de magnesio 0,02021
papel tornasol, el acetato de plomo, el hidrato de cal, el nitrato de plata, el fos- Litina Cantidades mínimas
fato de amoniaco y el oxalato de cal. En su análisis de 1860, en la primera Oxido de hierro »
columna, no especifica la cantidad de agua que analiza (según la sustancia a ana- Oxido de cobre »
lizar, pueden ser ocho libras o treinta y dos onzas) y en el de 1861, que ocupa Acido nítrico »
la segunda columna, serán 29 libras de agua. Aun así, la desproporción entre Materia orgánica »
los resultados de ambos años nos hace pensar, más que en una alteración de los Las otras dos fuentes también serían objeto de análisis por los dos prime-
componentes del agua por el estancamiento o los hundimientos del terreno a los ros facultativos citados. Así, el agua del manantial del Veor o Behedor o pur-
que ya hacíamos referencia, en unas pésimas técnicas de análisis. gante, contenía sulfato magnésico, cloruro calcico y carbonato calcico, que
Marín Yébenes cuantifica en su memoria de 1861, encontrando 52 granos del
PRINCIPIOS GASEOSOS 1860 1861 primero, 34 del segundo y 87 del tercero (1 grano son 5 cgr.).
Acido sulhídrico 42 granos 86 pulg. cub. En cuanto a la fuente de la Almanzora o ferruginosa, los análisis no halla-
Acido carbónico 6 granos indicios ron nada nuevo con respecto a lo consignado por González y Galiano en 1848
o bien no llegaron a hacerse. De este modo, se consideraba que este agua con-
PRINCIPIOS SÓLIDOS tenía gas ácido carbónico, sub-carbonato férrico, carbonato calcico, cloruro
Cloruro magnésico 8 granos 36 granos sódico, cloruro magnésico, cloruro calcico, sulfato sódico, sulfato calcico y
Cloruro calcico 4 granos 32 granos sulfato magnésico.
Carbonato magnésico 2 granos 42 granos
Carbonato calcico 3 granos 86 granos Por ser sólo el primer manantial el que se utilizaba en el balneario, las
Sílice 6 granos 6 granos aguas se clasificaron como sulfurado calcicas en el Anuario. Pero anteriormente,
Alumina 8 granos
Glerina 32 granos desde que fueran declaradas de utilidad pública en 1849, se consideraron sul-
Iodo indicios furosas frías; sulfurosas, salinas, ferruginosas; o sulfurado-cálcicas, sulfatado-
magnésicas y ferruginoso-bicarbonatadas. La clasificación es engañosa, ya que,
Hasta 1893 no disponemos de un análisis fiable. Éste es el que encargaron como hemos visto, el balneario se surte sólo de dos manantiales, entre los que
el propietario del establecimiento, Modesto González y Gosálvez, y el médico- no se encuentra el de aguas ferruginosas, pues nace bastante más lejos. La idea
director José de Troya y Atienza525 al catedrático de la Facultad de Farmacia
de Granada, Juan Nacle Herrera, en 1893. Éste analizó un litro de agua, con sigue siendo primitiva: cuantos más mineralizadores tenga un agua, más pro-
los siguientes resultados: piedades tendrá, más enfermedades se podrán tratar, acudirá una mayor con-
currencia y, en consecuencia, proporcionará mayores ingresos.
524. Citado por RUBIO, p. 164. Habida cuenta de la falta de estudios sobre las aguas, de la imposibilidad
525. Aunque en el folleto de 1897, más arriba citado, conste que fue Emilio de San Martín y Villa quien durante muchos años de determinar su composición, no es de extrañar que los
dispuso su realización. La Memoria de Troya, de 1892, prueba lo contrario. efectos fisiológicos y las indicaciones sean sumamente ambiguos. Unos y otras
240 241
vienen dados por lo escrito en los tratados de hidrología de la época sobre las El modo de empleo también es relatado por Marín Yébenes, sin que ofrezca
aguas sulfurosas. Y en cuanto a las indicaciones, no ha de pasar desapercibido peculiaridades con respecto a otros centros: se toma el agua en bebida, empe-
el hecho de que en un principio fuesen principalmente para afecciones cutá- zando por cantidades pequeñas que se van incrementando paulatinamente hasta
neas, incorporándose más adelante las ginecológicas e incluso las respiratorias: llegar a la libra diaria, que sugiere mezclar con leche o tisanas para disminuir
las indicaciones no dependían de las propiedades del agua, sino de las posibili- su sabor desagradable. Y, claro está, los baños, así como los fomentos y cienos
dades técnicas para efectuar la terapia (inclusión de baños calientes, irrigacio- calientes para aplicación local. Es de destacar que el médico-director informa
repetidamente de los riesgos del baño caliente, especialmente si excede la tem-
nes, inhalaciones, etc.).
peratura del organismo, y también de los fomentos. Aconseja los baños y cienos
Entre los principales efectos fisiológicos de estas aguas se resalta la sulfurosos fríos. Podríamos considerar que se basa en simples postulados cien-
excitación producida en el aparato digestivo y en el sistema nervioso: aumen- tíficos, en el secuestro del calórico y la acción hipostenizante, si no tuviésemos
tan el apetito, mejoran la nutrición e incrementan la actividad circulatoria. presentes los múltiples problemas que tenía el balneario para calentar el agua
También actúan sobre piel y mucosas, modificando las secreciones, por lo de las tinas, que difícilmente podía exceder de templada por la necesidad de
que se producen prurito y erupciones, aumentan las secreciones bronquiales mezclarla con agua fría para aumentar su cantidad. Así pues, la objetividad
y se regulariza la menstruación. En último lugar, se pueden considerar de su criterio ofrece serias dudas, aunque no más que la de los restantes facul-
toxífugas, por su capacidad de combinarse con plomo o mercurio, formando tativos que desfilaron por Baños de Vilo y, en especial, la de aquellos que alber-
sales insolubles que se eliminan por diversos emuntorios, debido a lo cual garon la esperanza de llegar a ser titulares.
eran de utilidad en la sífilis o en el tratamiento de sus intoxicaciones
iatrogénicas.
De lo anterior se deduce que sus principales indicaciones eran las enfer-
medades de la piel y especialmente si entraban dentro de las diátesis herpéti-
cas o de las zooparasitosis; el escrofulismo, la sífilis, el mercurialismo, las
afecciones de mucosas (sobre todo si eran infecciosas) y las ginecopatías. El
empleo de otras fuentes (la Almanzora) potenciaban su efecto beneficioso
en anemias y clorosis. A esto habría que añadir las indicaciones de cualquier
tipo de agua por su efecto mecánico y su temperatura: reumatismos, ciática,
lumbago, etc. Largo etcétera que, según el autor que las estudie, puede con-
vertirse en una interminable lista de padecimientos, clasificados por órdenes
y géneros, en los que de alguna forma se intenta descubrir el poder curativo
de las aguas.
Por tanto, no resulta sorprendente que, ante tal panacea, no se refieran
contraindicaciones; a lo sumo cierta hipertermia, algún exantema, que se inter-
pretan sistemáticamente como una señal de que el organismo del paciente
reacciona favorablemente. Tan sólo Marín Yébenes refiere contraindicacio-
nes, efectos secundarios y normas a seguir. De este modo da a conocer que
este agua no es aconsejable en personas pletóricas, epilépticos o en estadios
agudos de las enfermedades; así como en cancerosos avanzados y en escor-
buto y gota.526 En cuanto a los accidentes termales menciona la fiebre, las
molestias gástricas si se excede la cantidad de bebida, el abatimiento por una
excesiva excitación de los órganos, el aumento de los dolores o la ya referida
erupción miliar.

526. Miguel MARÍN YÉBENES, Memoria... (1861).

242 243
BAÑOS DE VILO

AÑOS MÉDICOS - DIRECTORES

1828 Julián García Valiente (no oficial)


1829 Mateo Juan de Gámez (no oficial)
1830 —
1831 Andrés Linares y Gómez (no oficial)
1832 - 1833 —
1834 José Mendoza y Moyan (no oficial)
1835 - 1844 —
1845 Francisco de Paula Castillo y Prada (no oficial)
1846 - 1847 —
1848 - 1856 Miguel González y Galiano
1857 - 1861 Miguel Marín Yébenes
1862 - 1867 Miguel de Vegas Ramos
1868 José Antelo
1869 - 1871 Rafael de Rojas
1872 Agustín Ballesteros
1873 Emilio Marasi 7.
1874 — ESTABLECIMIENTO DE BAÑOS
1875 Antonio Alvarez Sánchez
TERAPÉUTICOS
1876 Fermín Urdapilleta
1877 - 1878 José Pérez Rando
1879 Antonio Catena
1880 Antonio Martínez Gómez
1881 —
1882 Antonio Giménez Berdejo
1883 Ramón Llord y Gomboa
1884 - 1885 —
1886 - 1888 Miguel González y Gosálvez
1889 - 1890 Manuel Gómez Bellido
1891 Francisco Moya Roldan
1892 José de Troya y Atienza
1893 Luis Lorite Carrillo
1894 - 1896 Francisco Moya Roldan
1897 Manuel Gómez Bellido
1898 - 1905 —
1906 Antonio del Corral

244
7.1. BAÑOS DE LA HEDIONDA, DE MANILVA O DEL ROSARIO

Los baños de la Fuente Hedionda de Casares, también llamados de Manilva


por su mayor proximidad a esta población, cuentan con diversas leyendas que
intentan dar respuesta a su origen. Una de ellas reúne los elementos mágico-
creenciales típicos en tales casos: según cuenta, el demonio que habitaba en
estas aguas exhaló un último suspiro al ser expulsado por Santiago, lo que con-
firió al agua su olor a azufre.527 Sin embargo, la más popular es la que le atri-
buye un noble origen histórico: el año 61 a. C. las tropas romanas se
encontrarían acampadas en aquella zona dispuestas a enfrentarse con las de
Pompeyo (cosa que ocurriría en la batalla de Munda) y, encontrándose infec-
tadas de sarna, hallarían alivio bañándose allí; aunque, según otros, el propio
Julio César curó de una afección herpética y mandó construir los baños que
hoy se conservan.528 Mezquina edificación para la magnificencia romana y el
gran servicio prestado a un cesar; pero, sin embargo, los estudios realizados
parecen confirmar este origen romano, si bien se deben haber producido algu-
nas alteraciones de la primitiva estructura.529

527. Esta leyenda es recogida por múltiples autores, viajeros todos, algunos de los cuales introducen ciertas
modificaciones. En esta forma aquí expresada se puede encontrar en la obra de Richard FORD, A Hand-book
for Travellers in Spain, London, John Murray, 1847 (2.a ed.), 114. Adolfo de FORESTA, en su Gibilíerra et
Tangen - Da Malaga a Cadice, Bologna, Nicola Zanichelli, 1879, 7, nos lo narra así: "Si racconta infatti, che
il diavolo, espulso da Santiago, sifermasse sulla collina, ove sonó anualmente le acque fetide, e di lá spicasse
un salto nel mare; quindi, per l'urto dato delpiede alia térra, nell'atto di slanciarsi, sarebbesi aperta unafonte,
che, al contatto diabólico, presse súbito un fetore d'inferno".
528. La primera mención que encontramos sobre la utilización de las aguas por un César es la de Juan de
Dios AYUDA, Examen de las aguas medicinales de mas nombre que hay en las andalucias, Madrid, Imprenta
Real, 1798, III: 296-301, en la que se hace eco de la tradición que dice: "[...] haberse curado en ella de la lepra
uno de los Césares, cuya noticia aseguraba también hallarse en cierto manuscrito de mucha antigüedad que
allíconservan", haciendo referencia con ella al Ayuntamiento de Manilva, donde no ha sido posible encontrar
tal manuscrito ni ningún otro que pueda atestiguar este dato. Ayuda defiende que, si algún César se bañó por
aquellos parajes, debió de ser en los de la Hedionda y no en los del Duque, como sugería Barea. Pero será
Ramón CAPDEVILLA, en sus Elementos de Terapéutica y Materia Médica, Madrid, Imp. de D. León Ama-
rita, 1825 (2.a ed.), 268, quien escriba que fue Julio César, aunque opine que fue en los del Duque.
529. Archivo del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Málaga (Departamento de Arqueología),
Caja 041, Pieza 08, Ref. 29/041.1-A. 1.08, "Informe final de los trabajos realizados en el término municipal
de Casares (Málaga), con el título de proyecto denominado: Limpieza y consolidación de los baños romanos
de la Hedionda, 1-XI-83/31-XII-83".

247
La forma en que estas leyendas son transmitidas oralmente entre la pobla-
ción, en amalgama de elementos creenciales con históricos y sucesión de ana-
cronismos en estos últimos, queda patente en la transcripción que el capitán
; inglés Rochfort Scott hizo, en 1833, del relato del "Tio Juan", el intendente
\ <' i de Manilva. En esta narración Carlomagno es un héroe de la antigüedad que
endemonia la fuente y Hércules un emperador romano que visitó los baños;
Santiago es el santo que exorciza el manantial y envía al espíritu a la Berbería,
donde incita la invasión musulmana de la península. Menos disparatada resulta
la referencia a un personaje inglés, un tal "Malbrú", que podría corresponder
al duque de Marlborough, quien estuvo por la zona en 1702.53°
La edificación tiene un origen romano como parece demostrar su estruc-
tura: una planta principal casi cuadrada de unos 5 por 6 metros sobre la que
se alza una bóveda, a partir de la cual se abren la entrada principal (con una
escalera de madera para el acceso) y, al frente y a la derecha, dos bóvedas de
medio cañón. La de la derecha conduce a otra escalera (ésta de obra), mien-
"5 "o
tras que la del fondo lleva a un par de galerías excavadas donde se encuentra
«5 o el nacimiento y de las que se extrae el lodo. En la bóveda exterior mayor, a
o |
£ O- su izquierda, se encuentran dos arcos de medio punto cerrados por pared y
lo mismo sucede en el lado izquierdo de la bóveda de medio cañón del fondo.
O ^
En cuanto a los materiales y técnica de construcción, la bóveda exterior "[...]
en su parte interna estaba obrada con el coctus later bipedalis, dentro del deno-
minado Opus lateritium, y recubierto por un opus caementitium a guisa de mor-
i? « tero, que casi ha desaparecido, [...]".531 La cata realizada para el estudio
a; -s
arqueológico mostró abundante material medieval y moderno, lo que se explicó
«•« por ser zona de derrubio del monte adyacente.532
13 Carecemos de noticias sobre el empleo de los baños en épocas posterio-
«I res, aunque cabe suponer por los restos encontrados que la zona continuó habi-
- - 'O
tada. Hasta finales del siglo XVIII no volvemos a obtener datos sobre ellos,
en el informe de Alonso García y Pozo a Tomás López Salud, en 1780:
Como dos quintos de legua caminando al Norte está una fuente contigua
al citado Río con una obra magnifica de Bobedas al parezer echa por los Roma-
^ nos muy capaz para bañarse mucha Jente a un tiempo, sus aguas son asufra-
das y medicinales para muchas especies de enfermedades que de muchas tierras
vienen a buscar su salud gran número de personas siendo tan copiosa de agua,
que muele un Molino de pan que está por debajo de dicha fuente.
Naze estta déla falda de una Sierra llamada la Utrera, [...] esta fuente
dicha [...] tiene por nombre la Hedionda por el olor de sus aguas al ásufre
[-] 533

530. C. ROCHFORT SCOTT, Excursions in the mountains of Ronda and Granada, with characteristic sket-
ches of the inhabitants of the south of Spain, London, Henry Colburn, 1838, II: 183-4.
531. Archivo del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Málaga (Departamento de Arqueología),
Caja 041, Pieza 08, Ref. 29/041.1-A. 1.08, "Informe final de los trabajos realizados en el término municipal
de Casares (Málaga), con el título de proyecto denominado: Limpieza y consolidación de los baños romanos
de la Hedionda, 1-XI-83/31-XII-83".
532. Ibid.
533. Biblioteca Nacional, Sala Cervantes, Ms. 7303, "Diccionario geográfico" de Tomás LÓPEZ SALUD,
f. 86v.

249
1

Medina Conde añade, nueve años más tarde, que se usan en baños para
enfermedades cutáneas, tercianas y cuartanas.534 Pero será Juan de Dios
Ayuda quien, en 1798, dedique el primer estudio médico a los "Baños de
Manilba". Los fuertes vientos impidieron a Ayuda realizar los análisis que acos-
tumbraba, por lo que su examen es bastante impreciso. Determina la tempera-
tura (18° R), calcula vagamente el caudal (dos hilas reales de agua) y deduce
por el olor y el sedimento que debe tener mucho gas hidrógeno y azufre. Con-
sidera también que, por su mineralización aparente y temperatura, pueden ser
más útiles que los de Árdales, si bien se queja de que no exista ningún hospe-
daje ni lugar donde guarecerse.535
En 1826, el entonces dueño del terreno, Juan Manrique de Lara, solicitó
la creación de un establecimiento de baños y confirmación de su propiedad
sobre las aguas, uso y aprovechamiento. Con este motivo se comisionó el 8
de enero de 1827 al alcalde de Casares para elaborar un informe. El alcalde
instó a Manrique a demostrar su derecho de posesión y solicitó a su vez infor-
mes a los Ayuntamientos de Manilva, Gaucín, Jimena, San Roque, Algeciras,
Estepona y Marbella. Estos emitieron un dictamen propicio a la creación del
establecimiento y el de Algeciras envió también la opinión de su médico titu-
lar, Pedro Bermejo, en la que constaban varios casos clínicos; el de Manilva
fue el único Ayuntamiento que (debido a sus intereses y a los de un tal Juan
Boer, arrendatario de una finca contigua a los baños, destinada a construir
chozas para albergue de enfermos) se opuso a la propiedad de Manrique y
reclamó la libertad de uso. Por diferentes motivos, el de Casares también decla- Baños de la Hedionda de Casares
raba que las aguas eran públicas, aunque opinaba que debía existir un médico
que se ocupara de atender a los enfermos. José Guerrero, médico de Estepona,
y Blas Colorado, médico titular de Casares, realizaron el reconocimiento facul- de los baños. Sin embargo, éste enfermó, por lo que debió ser sustituido por
tativo el 8 de febrero de 1827 y presentaron una disertación en la que propo- el médico titular de Manilva, Francisco Echevarría (o Echevarne). No le fal-
nían la creación de una plaza de médico- director. En abril de 1827 el intendente taba a este último experiencia sobre los baños de la Hedionda, ya que había
de Málaga informaba que debía reconocerse la propiedad del interesado, quien realizado observaciones sobre las aguas junto a Antonio Isasi y Gregorio Baña-
había prometido realizar las mejoras que hicieran falta, y la necesidad de un res, quien las analizó. Incorporado al cargo en el mes de septiembre, fueron
facultativo. muy pocos los casos que examinó, pese a lo cual presentó la correspondiente
Una Real Orden del 9-V-1827 pide informe a la Junta Suprema de Medi- memoria. Sobre ésta pidió un informe la Junta a Ramón Capdevila, en junio
cina sobre los baños de la Fuente Hedionda, a lo que ésta contesta el 2 de junio de 1829, quien emitió un dictamen favorable y abogó por la plaza de médico-
de 1827 que no se puede gravar más al estado con plazas de médicos-directores, director.
por lo que sería necesario conocer a qué distancia se encuentran los baños de
los de Árdales, así como su concurrencia y análisis de las aguas (que fueron También enfermó Echevarría y, muy avanzada la temporada de 1829 (el
realizados por Félix Haenseler). Un año más tarde la Junta decide encargar 21 de agosto), hubo que encargar la asistencia al médico de Estepona, Manuel
la asistencia médica en los baños al médico titular de Casares, con los debi- María Herrera. Aunque se incorporó al día siguiente, sus apreciaciones fueron
dos honorarios por consultas y la obligación de presentar una memoria anual, escasas, recogiendo tan sólo veinte casos clínicos en la memoria que presentó
con el fin de valorar si interesaba crear una plaza de médico-director. Así se a la Junta. El 17 de septiembre de 1829 ésta acordó no crear la plaza de médico-
expresó en la Real Orden del 5-VI-1828, pasando Blas Colorado a ocuparse director por ser las aguas de la Fuente Hedionda idénticas a las de Carratraca,
estar en la misma provincia y ser desaconsejable gravar más los fondos de
534. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA (seudónimo de Cristóbal de MEDINA CONDE), Conversaciones his-
propios.536
tóricas malagueñas ó Materiales de noticias seguras para formar la historia civil, natural y eclesiástica de la
M.I. Ciudad de Malaga, Málaga, Imp. de la Dignidad Episcopal, 1789, I: 132.
535. Juan de Dios AYUDA, Examen de las aguas medicinales de mas nombre que hay en las Andalucías, 536. Toda la información relacionada con estos expedientes y memorias procede de Leopoldo MARTÍNEZ
REGUERA, Bibliografía hidrológico-médka española, Madrid, Establ. Tip. Sucesores de Rivadeneyra 1896.
Madrid, Imp. Real, 1798, III: 294-309. II (1): 82-4, 90-1 y 99-100.

250 251
Según Rubio se construyeron, por un vecino de Estepona, balsas para baños de Bañistas, con una Autoridad Alcalde / de Barrio. Se sombrea también for-
mando salón de descanzo para bestir y desnudarse en la entrada á la balsa:
y habitaciones para más de treinta personas.537 Se constituyó así la barriada
por un tablón presa que se pone en su desagüe se aumenta su volumen para
más populosa del término municipal, aunque compuesta fundamentalmente nadar: Le pone una escalera de bajada y un tablado sobre dicho desagüe: se
por bañistas, lo que condujo a plantear al Gobierno Civil la necesidad de crea- cubre lo que sirve para el genero femenino que está separado, y aun se dan
ción del cargo de alcalde pedáneo, en julio de 1867, recayendo el nombramiento baños termales por quin quiere calorar las aguas, es decir, que se constituye
en Marcos del Río.538 El Ayuntamiento de Casares continuó encargándose del por los dueños de finca límitrofes al manantial, incluso por los que han sido
sirvientes de los Sres Sar Caballero, una explotación de todo aquello que utili-
nombramiento de bañeros todas las temporadas y en junio de 1877 creó un zan viandantes y vendedores de todas claces que no tiene otro nombre que
servicio de médico-director a su cargo. temporada de baños públicos y el Gabriel López en la matricula de industria-
les de Casares figura como explotador de esto. 54°
Los problemas entre intereses particulares y la propiedad pública, típicos
en las localidades balnearias, no han de faltar en los Baños de la Hedionda. No es pues de extrañar que el Ayuntamiento intentase poner de manifiesto
En 1875, Adolfo del Sar Caballero promovió un expediente en el Gobierno su derecho sobre las aguas y su explotación. En abril de 1958 el alcalde de Casa-
Civil de Málaga, al amparo del reglamento de 1874, en que pedía la expropia- res, Miguel Ruiz Ramos, presenta una instancia a la Dirección General de Minas
ción de los baños si el Ayuntamiento no se encargaba de ponerlos en óptimas solicitando la declaración de utilidad pública de las aguas de los Baños de la
condiciones. En 1876 sería rechazada esta demanda. Sin embargo, en 1891, Hedionda (Baños del Rosario para la inscripción oficial). El día 26 de dicho
José Gil Pérez (empleado de Pedro Cuartín del Sar Caballero, heredero del mes visitó los baños el ingeniero jefe Carlos Orti y recogió las tres muestras
terreno colindante con los baños) ocupa el terreno del común para construir reglamentarias. En sus primeras apreciaciones las clasificó como "aguas sul-
unos baños templados, falta que reconoce ante el Concejo el 1 de agosto de furosas frías, que brotan al contacto de las calizas jurásicas, con relativa abun-
1891. Similares conflictos se establecen entre los demás dueños: en 1894 María dancia".™ Se apreciaba también el abundante caudal (190 l./seg.), si bien
Mariscal, viuda de José López, propietaria del terreno frente a los baños (en influían en él las lluvias y probablemente el agua del arroyo inmediato, pues
el que se hallaban alojamientos para los bañistas), se queja al Ayuntamiento se encontraban peces en el interior del baño.542 El análisis con fecha 3 de julio
de que Cuartín impedía el uso del baño a sus inquilinos, pretendiendo cobrar de 1958 mostraba unas aguas sulfurosas, clorurado-sódicas:
por ellos. Lo mismo sucedió en 1927, fecha en que las propietarias de los alo-
jamientos eran Rosario López (subdita británica, hija de la anterior) y Cande- Cationes
laria de Rendón, quienes se quejaron de que un empleado de Cuartín, Gabriel
Sodio, Na 0,2213 grs./l.
López, prohibía el acceso al baño. Ante esto, el Ayuntamiento inició un pleito,
Potasio, K 0,0062 grs./l.
asesorado por el magistrado de la Audiencia de Cádiz Juan Infante, en que Amonio, NH 4 0,0006 grs./l.
demostró que los baños pertenecían a la corporación municipal.539 Calcio, Ca 0,1177 grs./l.
Magnesio, Mg 0,0371 grs./l.
La forma en que se estructuraba la vida de esta barriada en torno al baño
Ferrosos, Fe 0,0012 grs./l.
cada temporada queda descrita en el citado informe de Juan Infante: Aluminio, Al indicios
No hay viviente en estas cercanias que no sepa que todos los años, durante
los meses de verano, en el perímetro que rodea al manantial sulfuroso de la Aniones
Hedionda se constituye una especie de Aduar, con sombrajos, chozas y barra- Cloro, Cl 0,4285 grs./l.
cas, de personas que se dedican unas al Abasto alimenticio, otras al servicio
Sulfúrico, S0 4 0,0987 grs./l.
Carbónico combinado, C 0 3 0,1408 grs./l.
Nitroso, NQ 2 No se aprecia
537. Pedro María RUBIO, Tratado completo de las fuentes minerales de España, Madrid, Establ. Tip, de
D.R.R. de Rivera, 1853, 413-4.
538. Ignacio GAVIRA MARTÍN, Historia de la villa de Casares, manuscrito presentado al Concurso de
Crónicas Histérico-Descriptivas del Instituto de Cultura de la Excma. Diputación de Málaga, s.a., pp. 23-4. 540. Juan INFANTE GARCÍA, op. cit., 24-5.
(Biblioteca de la Diputación, Sala "Andalucía").
541. Archivo Sección de Minas de la Delegación Provincial de Málaga del Ministerio de Industria,
539. La información para todo lo relacionado con estos expedientes sobre el derecho de propiedad de los Caja 15, n.° 3, "Expediente: Aguas minero-medicinales Baños del rosario del término municipal de Casares
baños se encuentra en la obra citada de GAVIRA MARTÍN y, principalmente, en el Dictamen histórico y jurí- (Málaga)".
dico que en defensa de la propiedad que tiene Casares en la Sierra de la Utrera y en el Manantial Sulfuroso
que de ella nace, llamado Baños de la Hedionda de Juan INFANTE GARCÍA, cuya copia mecanografiada 542. Archivo Sección de Minas de la Delegación Provincial de Málaga del Ministerio de Industria, Caja
pertenece al archivo personal de Marcos Vázquez-Candiles (Manilva). 15, s.n., "Para concesión aguas minero-medicinales. Del término de Casares".

252 253
Otros elementos
7.2. BAÑOS DE CASARES, DEL DUQUE
Sílice, Sio2 0,0046 grs./l. O DE LA FUENTE SANTA
Manganeso, Mn indicios
Acido sulfhídrico, SH 2 0,0357 grs./l.
Residuo seco a 100° 1,1601 Pese a los abundantes autores que citan estos baños como los utilizados
Residuo calcinado a rojo sombra 0,9322 por Julio César, o los que discrepan por pensar que debieron ser los de la
Dureza total en grados hidrotimétricos 36° Hedionda (próximos a Manilva), lo cierto es que no encontramos testimonio
Dureza permanente en grados hidrotimétricos 21° alguno que pruebe su empleo terapéutico en épocas remotas. Situados en la
Reacción con fenolftaleína rosa falda norte de Sierra Bermeja, en terrenos del duque de Arcos, no existe men-
Reacción con naranja de metilo amarilla ción a ellos en las obras de Limón Montero o Gómez de Bedoya y tan sólo
pH 7,4
Juan José García escribirá:
el del 15 de mayo de 1959 realizado por la Jefatura Provincial de Sanidad llevó De las Aguas de Casares, assi llamadas, porque Julio Cesar recobró en
a considerarlas como no potables por estar contaminadas por el "bacilo de coli" ellas su salud, nada he leido escrito en nuestros Authores; y un Ungaro, que
y, por tanto, no se autorizó su explotación como mineromedicinal. El alcalde acabava de llegar en España, me preguntó por ellas, mostrándome a el mismo
de Casares y el médico Manuel Luis Cárdenas Reyes, reclamaron entonces la uti- tiempo un Author Francés, que las recomendaba, como las mas medicinales
lización en baños, para lo que no debía ser impedimento la no potabilidad. El de la Europa. ^
20 de julio de 1959 se autorizaron por la Dirección General de Sanidad, pero
el 26 de agosto del año siguiente aún no había recibido la Jefatura de Sanidad En el último tercio del siglo XVIII aparecerán informes de vecinos de los
de Málaga la referida autorización, por lo que el día 31 de dicho mes se volvió baños con datos que demuestran que en esas fechas ya se estaba explotando
a enviar. El problema no presenta fácil solución: en abril de 1962 la contamina- el manantial. Así, por ejemplo, en 1773 Simón de Zamora, de Genalguacil,
ción por Echerichia colli aún existe, por lo que sólo puede utilizarse en baño.M3 escribe a Cristóbal de Medina Conde que las aguas de la Fuente Santa, pese
Otros intereses gravitan también sobre esta declaración de contaminación a su escaso caudal, eran muy útiles en el mal de piedra aunque "[...] están adul-
de las aguas: éstas pertenecen al Ayuntamiento de Casares pero se encuentran teradas [...] por los muchos conductos que han unido para acresentarla de donde
en terrenos de María Miranda de Cuartín y Ricardo Huelin y Ruiz-Blasco, su le proviene el misto de otras aguas que le hacen no produsca los prodigiosos
esposo. Mientras subsista la contaminación, las aguas no podrán ser declara- efectos que en el principio de su descubrimiento".5*1 Otros insisten en la
das mineromedicinales y, por tanto, su explotación por el Ayuntamiento (con infraestructura que se había desarrollado en torno a los baños: se construyó
la consiguiente expropiación de terreno) es imposible. No obstante, dicho Ayun- en 1757 una hospedería que constaba de 36 cuartos, 30 de ellos de cuatro varas
tamiento pone en juego elementos tales como la incoación de expediente cuadradas (16'7 metros de lado), cuatro de siete y uno con tres piezas de diez
histórico-artístico para las ruinas, lo que justificaría la expropiación y permiti- varas, a lo que resta añadir una sala para pobres y dos cuartos para hécticos.
ría construir un hotel-balneario.544 Además de los dos baños existía uno separado para enfermos contagiosos. La
Nuevos intentos de explotación de los baños provienen de particulares: obra tuvo de coste 22.080 reales de vellón y el duque de Arcos la adjudicó en
en la década de los sesenta lo lleva a efecto "Termal Casares" y, a partir del 1760 al mayorazgo.548 En su proximidad había también una capilla bajo la
26 de octubre de 1987, se constituye "Balneario de Casares, S.A." pertene- advocación de Nuestra Señora de los Dolores.549
ciendo la mitad del capital a un socio francés.545
En 1798 Ayuda describe el lugar e instalaciones sin el énfasis de los ante-
Los intereses son muchos: un manantial de aguas sulfurosas con abun-
dante caudal, relieve histórico y ruinas romanas que así lo testimonian, a esca- riores: existen tan sólo dos pequeñas albercas que comunican sus aguas, cubier-
sos kilómetros del mar en una codiciada zona de la Costa del Sol... Pero tas de corcho (muy abundante en aquella zona); la hospedería, al otro lado
mientras los organismos públicos o la iniciativa privada deciden quién se hace
cargo de construir un balneario, la falta de captación y aislamiento mezclan 546. Juan Joseph GARCÍA, Dissertacion hydraulico-pharmaceutica, sobre el origen de las aguas de Harda-
el agua de lluvia y la del río con la mineromedicinal, los peces y la Echerichia les, su verdadero analysis chymico, y Medicinales virtudes, Málaga, Imp. Dignidad Episcopal, 1759, 52. Al deno-
coli nadan en la piscina, y los bañistas rascan las históricas paredes de las bóve- minarlas "aguas de Casares" no es posible determinar si con ello hace referencia a la Fuente Santa o a los Baños
de la Hedionda y se incluye como si de la primera se tratase por considerar que a la segunda se la nombraba
das romanas para obtener lodo, del que se limpiarán en el mismo baño con más frecuentemente como Hedionda o de Manilva.
abundante detergente cosmético. 547. A.H.Ma., Sec. 3, n.° 129, "Informe de Simón de Zamora sobre Genalguacil y Benestepan, 4-V-1773",
manuscrito encuadernado en el volumen que figura como la obra de Cristóbal de MEDINA CONDE, Suple-
mento al Diccionario Geograhico del Obispado de Málaga.
543. Archivo del Ayuntamiento de Casares, "Documentos relativos a los Baños del Rosario".
544. José Luis ARRANZ, "Casares", Sol de España, (7-III-1982): 16-7. 548. B.F.M.M., Carp. 2800, n.° 23, "Memoria sobre los baños y aguas minero-medicinales Sulfhídrico alca-
linas frías tituladas Del duque o fuente Santa, 1854" de Manuel LICERAS Y BERMÚDEZ, 44v.-45.
545. Registro Mercantil de Málaga, Sección 3.a "Sociedades", Hoja 10.628-A, Tomo 930, Libro 731, f. 95-98v.
549. B.N., Sala Cervantes, Ms. 7303, "Diccionario geográfico" de Thomas LÓPEZ SALUD, f. 31v. y 88v.
254
255
se reunían al atardecer los bañistas, tras el acostumbrado paseo, para entrete-
nerse con conversaciones, cantos y bailes. En la ermita, engalanada con rama-
jes y adelfas por los devotos, se ofrecía culto por un cura de Genalguacil o
por alguno de los que se encontrase por esas fechas tomando las aguas.
El mayor inconveniente residía en la falta de abastecimiento de comesti-
bles y en que los pueblos más cercanos, Genalguacil y Casares, quedaban lejos.
Cuando la temporada de baños estaba en su punto álgido se establecía carni-
cería en la que se vendía chivo o macho castrado, así como leche y queso fresco.
De los lugares citados llegaban vendedores (mujeres en su mayoría) que ofre-
cían pollos, gallinas, huevos, caza menor, pescado fresco, legumbres y fruta,
y a quienes se les podían encargar artículos que conseguían en Casares y lleva-
ban al día siguiente. Los cuidadores de la hospedería se encargaban de la venta
del carbón vegetal y de hornear el pan amasado por los bañistas.
En cuanto a la comercialización de las aguas, nunca existió un intento real
de conseguir que fuesen declaradas de utilidad pública e iniciar su explotación
como balneario,554 hecho que puede ser atribuido en parte a encontrarse en
terrenos de la propiedad del duque de Arcos de la casa de Osuna y no intere-
sarle al Ayuntamiento de Casares su expropiación o apremio en las obras por
quedar muy lejos de los pueblos circundantes y ser necesaria una gran inver-
sión para la construcción de caminos, pues los tres existentes (de Casares, de
Ronda y de Estepona) eran de caballerías (el de Ronda era casi una senda en
Baños del Duque la que en algunos tramos difícilmente pasaban dichas caballerías) y bastante
peligrosos. Sirva como ejemplo este episodio: la Fuente Santa sirvió en 1810
(del 20 al 24 de febrero) para esconder 150 potros con los que el comandante
del arroyo, tenía pocas habitaciones y mal equipadas y los bañeros eran emplea- general de Algeciras pretendía ayudar a los casareños en su lucha durante la
dos del duque.550 La Guerra de Independencia llevó a la destrucción de la hos- Guerra de Independencia, por lo que el ejército francés dio una batida en aquel
pedería, estado en el que permaneció hasta su reconstrucción en 1848 a cargo lugar buscando las caballerías.555 Se evidencia aquí lo recóndito y poco acce-
del duque de Osuna, quien corrió con todos los gastos.551 En 1856 hubo que sible del lugar que, si bien favorece el escondite frente a tropas invasoras, difi-
construir chozas, pues las 36 pequeñísimas habitaciones resultaban insuficien- culta la llegada de los bañistas.
tes. Se distribuían estas piezas formando dos cuadrados concéntricos entre los
cuales quedaba un pasillo al que se denominaba calle y al que se abrían las Fundamentalmente por esto, por la enorme inversión que supondría la
puertas. El cuadrado interior circunscribía un pequeño patio que permitía la reparación de caminos en comparación con la poca rentabilidad que se obten-
iluminación a través de un diminuto ventanuco, pues las habitaciones exterio- dría del uso de las aguas, el Ayuntamiento de Casares prefirió plantear su lucha
res disponían de ventanas al campo. La mejor y más espaciosa era conocida reclamando la propiedad de los Baños de la Hedionda, dejando de lado los
como "[...] la sala del Duque, aposento dedicado á S. E. por si alguna vez del Duque.
visita esta posesión".552 Nada había en ellas y el huésped debía de llevar col- No obstante, la Real Orden del 4-VI-1850 (en que se estimula la instruc-
chón, ropas, útiles de aseo, utensilios de cocina, e incluso alimentos. Las chozas ción de expedientes para dotar de médicos-directores interinos a aquellos esta-
estaban ocupadas por los bañeros, vendedores y pobres de solemnidad.553 blecimientos que lo necesiten) lleva a la presentación de varias memorias de
Entre fonda y ermita se encontraba una pequeña explanada empedrada donde facultativos de las proximidades a fin de crear esta plaza en los Baños del Duque.
La primera de que tenemos noticia es la del médico de Ronda José Rodríguez
550. Juan de Dios AYUDA, op. cit., 264-71.
551. B.F.M.M., Carp. 2800, n.° 23, "Memoria sobre los baños y aguas minero-medicinales Sulfhídrico alca-
554. Aunque en la obra de Manuel TORRIJOS, Guía del bañista en España para 1865, Madrid, Imp. de
linas frías tituladas Del Duque o Fuente Santa, 1854" de Manuel LICERAS Y BERMÚDEZ, 46v.-47.
F. Martínez García, 1865, se lee "[...] no tienen dirección facultativa, pero está solicitada e instruido expediente
552. José RODRÍGUEZ CABALLERO Y AMANDI, Hidrología Médica Española. Monografía de las Aguas con este objeto".
súlfidrico-alcalino-frías del Duque o Fuente Santa, Ronda, Imp. de D. Juan José Moreti, 1857, 23.
555. Villa de Casares. Año de 1813. Expediente que comprobará los heroicos servicios hechos a la Patria
553. B.F.M.M., Carp. 2800, n.° 23, "Memoria sobre los baños y aguas minero-medicinales Sulfhídrico alca- por la villa de Casares en la gloriosa sublevación de la sierra contra los franceses desde el año de 1810 hasta
linas frías tituladas Del Duque o Fuente Santa, 1854" de Manuel LICERAS Y BERMÚDEZ, 96v.-97v. de presente, Algeciras, Juan Bautista Contilló, [1813], 4-6.

256 257
Caballero y Amandi, de 1853, en que realiza un repaso bibliográfico de lo que
se conocía sobre las aguas, nombrando lo dicho por Juan de Dios Ayuda (1798),
Ramón Capdevila (1825), Raimundo Monasterio y Correa (1850) y José Pérez
de la Flor y Manuel González de Jonte (1851). No aporta nuevos análisis (tan
sólo observaciones de las propiedades físicas) ni casos clínicos y sus aprecia-
ciones terapéuticas siguen las pautas convencionales.556 Al año siguiente, en
1854, el médico titular de Olvera escribe una minuciosa memoria en la que
incluye los análisis de las aguas realizados por el licenciado en Farmacia de
la ciudad de Ronda, José Aguilar Oliva, y once historias clínicas (la primera
y más extensa de las cuales es la del propio autor, pues padecía un ulcus pép-
tico complicado con un episodio hemorrágico).557 Sin embargo, la única que
apareció impresa fue la de Rodríguez Caballero, en 1857, e incluía ya los nuevos
análisis.558
y
\ ;7^ -.'-'•- Según describen las memorias de la época, el nacimiento no se encuentra
en el mismo edificio de los baños sino a unos cuatro metros de éstos, siendo
conducida el agua por un acueducto labrado en la piedra hasta un pilón desde
donde se distribuye a las albercas, con un caudal de tres arrobas por minuto
(34'5 kg. ó 1. aprox.). El agua es clara, transparente, con ciertos globulillos
blancos en suspensión que, aunque escasos, producen sedimentos. Su olor es
ligeramente sulfuroso y el sabor astringente. El peso específico es igual al del
agua destilada y la temperatura de 13,5° R. El análisis químico y cuantitativo
que efectuó Ayuda dio los siguientes resultados para 25 libras de agua (11'5 kg.)
Muriato calizo 4 granos
Sulfato de magnesia 7 granos
Id. calcáreo 10 granos
Tierra de magnesia 5 granos
Id. de cal 2 granos
Id. de siliza 2 granos

mientras que los gases encontrados eran hidrógeno y hepático (sulfhídrico) en


abundancia y escaso gas carbónico, aunque ninguno de ellos fue cuantificado.
Este análisis se reprodujo por autores posteriores incorporando pequeñas varia-
ciones que respondían, no a nuevos análisis, sino a cambios en la nomencla-
tura de los principios químicos: Capdevila llama carbonatos a las tierras,559
Monasterio y Correa da el nombre de hidroclorato al muriato560 y ambos
denominan sílice a lo que para Ayuda era tierra de siliza.

,„v». 556. B.F.M.M., Carp. 2800, n.° 19, "Hidrología Médica Española. Monografía de las Aguas sulfídrico-
'">
carbónico-gaseoso frías de la Fuente del Duque. Año de 1853", de José RODRÍGUEZ CABALLERO Y
AMANDI.
557. B.F.M.M., Carp. 2800, n.° 23, "Memoria sobre los baños y aguas minero-medicinales Sulfhídrico alca-
Luo linas frías tituladas Del Duque o Fuente Santa, 1854" de Manuel LICERAS Y BERMÚDEZ.

3h ^f^-Nl^ílS^^^^P^ ;**• -"•r^


**",**
:
558. José RODRÍGUEZ CABALLERO Y AMANDI, op. cit., nota 552.
559. Ramón CAPDEVILA, Elementos de Terapéutica y Materia Médica, Madrid, Imp. de D. León Ama-
rita, 1825 (2. a ed.), 268.
560. Raimundo de MONASTERIO Y CORREA, Ensayo práctico sobre la acción terapéutica de las Aguas
/Vano efe un informante de Tomás López (probablemente Alonso Marín Gallegos),
Minerales, Madrid, Imp. de D. Anselmo Santa Coloma y compañía, 1850, 308.
en que se localizan los Baños del Duque (Biblioteca Nacional)

258 259
ticos y pancreáticos), padecimientos nerviosos, hemorragias, escrofulismos y
afecciones dermatológicas.
UMHUMIA IC8IÜ ESrAItOLA.
Sin embargo, no existe estadística que demuestre la efectividad del tra-
Monografía de la? Aguas súllidrico-álcalino-frtaa
en.
tamiento con estas aguas, así como tampoco se ha efectuado ningún análisis
con posterioridad que demuestre la presencia de esos componentes o intente
DUQUE Ó FUENSANTA,
cuantificar los gases desprendidos. Se pierden las noticias de estos baños desde
D. JOSÉ HODRIC.l'EZ CABALLERO Y AMAXDI. mediados del siglo pasado y si su nombre aparece en alguna relación de aguas
» o a o « . T SLID«U:C1D0 DE MEDICINA VC1ULJU DF. «OXDA \ SU
FA1TIDC. INDIVIDUO DB VA«I\Í SOCIEDADES aEMÍFICAS; D I
mineromedicinales es como resultado de una revisión bibliográfica y no de
LA ECONÓMICA DE AMIGOS t/ELPAlS DEGHAJCUtA. T NÉDir.u
CIlUiAHO DBL SI. I. T R. CIERPO CABALLEO.'*
datos contemporáneos,562 siendo en la actualidad escasamente conocidos,
MAISTRANZA DE K T A CIUDAD. incluso a nivel local. Los terrenos son hoy propiedad de la empresa "Corcho
JVo n pmra m «»« MtrWf j a r a /o f*r /a
del Duque, S.A.": resulta digno de reseñar que los intentos de explotación
Ml«-«/rj« A<t áolatn i la, aguat it la fa-
eultaédt cwviiidr* ron minnaan tan nü-
mrnm como rarfeAu. K* <>/« finómrm
de aguas minero-medicinales en el Monte del Duque, producidos en las últi-
cnconlrmmoi *n trtíimonio rridrnlr dt uno
pron4'ari« f w «14 vtlnniu por naiofrof. mas décadas, no han estado encaminados a la recuperación de los Baños de
£ ( hnmtr- na t/á va p««> .1/1 fur w ap»y«
M te konémiu itm Lrtaivr *AliUrt.» la Fuensanta, sino a la comercialización de las aguas de manantiales más pró-
ximos al camino que comunica la hacienda con Casares.563
Esta ausencia de nuevas investigaciones permite que lleguen a nuestros
RONDA: días los errores vertidos en sus trabajos por los autores de finales del siglo
InprenU de Dos Juan José Horeli, XIX. Así por ejemplo, García López escribía que los baños se llamaban de
calle de loa Remedio*, núm. 10. la Hedionda o del Duque564 y Botella y de Hornos apuntaba que el edificio
—1857. — fue construido por Julio César,565 mientras que el historiador local José
Bisso concebía Fuensanta como un arroyo en el término de Gaucín.566 Esta
ignorancia del asunto tratado, la escasa e inadecuada información y la falta
de crítica de algunos historiadores contemporáneos, han conducido a que

El 10 de junio de 1854, José Aguilar Oliva ofrecía el nuevo análisis, que 562. Los últimos datos fiables que encontramos sobre estos baños son los de Domingo de ORUETA, Estu-
seguía carente de cuantificación de gases y expresaba los resultados aún en dio Geológico y Petrográfico de la Serranía de Ronda, Madrid, Imp. de Julián Palacios, 1917, 567, aunque
granos.561 Encontraba poco gas súlfido-hídrico y las sustancias fijas, en 34 no añade nada nuevo a lo anteriormente expuesto.
563. Sobre este particular deben consultarse los expedientes abiertos en el Archivo Sección de Minas de la
libras de agua (15'64 kg.), eran Delegación Provincial de Málaga del Ministerio de Industria, Caja 15, n.° 2, "Expediente de Aguas Minero-
medicinales. Para informe sobre inscripción manantial aguas minero-medicinales en 'Monte del Duque'. Del
Carbonato de sosa 5,94 granos término de Casares. Interesado: D. José Viegas Valagao y D. Francisco Porta Santasusagna. Representante:
Cloruro de sodio .•. 2,05 granos D. Juan María Valdecasas Ruiz. Año de 1962. (Publicado el anuncio en B.O. 8-III-1962, n.° 55)", y, en la misma
caja, s.n., el "Expediente de Aguas. Para aguas de manantial envasadas. Minerales. Del término de Casares.
Carbonato de cal 14,61 granos Interesado: Aguas del Monte del Duque, S.A., Representante: D. James Stewart. Año 1985. (Publicado el anuncio
Sulfato de cal 22,00 granos en B.O. 26-111-1987, n.° 69)". En este último, entre los nacimientos que se solicitan explotar se encuentra los
Carbonato de magnesia 17,36 granos de Saucillo (o Pte. de los Azores), Platanillo, La Concha y Los Baños; si bien sólo existe proyecto de planta
Sílice 1,00 grano embotelladora para los dos primeros.
Carbonato ferroso corta cantidad 564. Anastasio GARCÍA LÓPEZ, Hidrología Médica, Salamanca, Imp. de D. Sebastián Cerezo, 1875,
Baregina indicios II: 252.
565. Federico de BOTELLA Y DE HORNOS, Monografía de las Aguas Minerales y Termales de España,
Esta composición justificaba su empleo, en bebida y baños, para tratar Madrid, Imp. del Colegio Nacional de Sordmudos y Ciegos, 1892, 23.
diversas dolencias entre las que sobresalían las alteraciones del aparato diges- 566. José BISSO, Crónica de la provincia de Málaga, Madrid, Ed. Rubio, Grilo y Vitturi, 1869, 45. Este
error es bastante frecuente, pues la proximidad de la línea divisoria de los términos municipales facilitan que
tivo (fundamentalmente las irritativas y las que cursaran con trastornos hepá- los baños se consideren en ocasiones como de Gaucín y en otras de Genalguacil. Prueba de ello la da también
la vaga referencia que hace Adolphe DESBARROLLES, Deux artistes en Espagne, París, Gustave Barba, [1855],
45, al hablar de Gaucín: "A une lieue dans les environs se trouvent les sources sulfureuses et minerales del Monte
561. Este análisis lo reproduce Manuel LICERAS Y BERMÚDEZ en la página 65 de su citada memoria del Duque, renommées pour leurs cures merveilleuses"; aunque, como ya queda dicho, se localizan en el tér-
y José RODRÍGUEZ CABALLERO Y AMANDI, en las páginas 37 y 38 de su obra impresa. mino de Casares.

260 261
los Baños del Duque o de la Fuensanta se diluyan en sus propias aguas, dejando datos relativos a la provincia. De esta forma Francisco Álvarez Alcalá
apenas un equívoco recuerdo en los sumideros de papel impreso.567 (1850)571 habla de una Hedionda de las Monjas y de otra de las huertas de
Alcovacín, de la misma forma en que después lo harán Torres Villegas (1852),
Rubio (1853) o García López (1875). Esta confusión induce a creer que los Baños
de la Hedionda son los primeros nombrados (aunque la construcción se des-
7.3. LOS BAÑOS DE LA HEDIONDA DE RONDA cribe para los segundos) y que la Fuente de las Monjas es sulfurosa (cuando
los únicos datos que tenemos de ella la presentan como "[...] cargada de prin-
Otro de los manantiales de los que se han ofrecido noticias confusas es cipio arcilloso").511 Sin embargo, Medina Conde había descrito ambas sin
éste de Ronda y es precisamente un historiador local quien introduce los erro- lugar a confusión, escribiendo de los Baños de la Hedionda: "A tres quartos
res: en 1839, Ildefonso Marzo escribe sobre las aguas mineromedicinales de de legua de dicha Ciudad de Ronda está la fuente hedionda, mineral de azufre,
en unas huertas a que dá nombre con sus baños, que es llamada también de
la provincia de Málaga y dice de Ronda que "abunda en fuentes herrumbro-
la Sarna, para hombres y mugeres, freqüentada de mucho número de dolien-
sas, especialmente la Fuente Santa y Aceitero. La hedionda de las Monjas
tes de afectos cutáneos, y otros achaques".™
cura el mal de piedra".568 La Hedionda o Baños de la Hedionda era una
fuente que se encontraba al noroeste de la ciudad de Ronda, en el partido El manantial de estos baños nacía al pie de un cerro y sus aguas eran sul-
de los Morales, en las huertas cercanas al río Alcovacín (actualmente Gua- furosas frías, con todas las características propias de su clase y análogas a las
dalcobacín), concretamente en la llamada Huerta de la Torre (cuyo nombre de Carratraca, a decir del farmacéutico de Ronda, Antonio González, quien
le venía dado por una especie de atalaya de estilo árabe, aunque de construc- las analizó. Muy concurridas ya a finales del XVIII, la Real Maestranza de
ción posterior a la ocupación musulmana de la zona.569 La Fuente de las Caballería mandó edificar en 1804 un establecimiento, cuyas ruinas aún se con-
Monjas era sin embargo un manantial al sureste de la población, en el Cerro servan.574 Los restos escasos de pintura parecen apuntar a que el edificio debía
de la Pedrea, con gran tradición en el tratamiento de la litiasis renal como estar blanqueado y adornado con algunas grecas en añil. Una puerta y unos
muestra la obra de Vicente Espinel: " Y en Ronda, otra fuentecilla, que llaman escalones de bajada daban acceso a un pasillo sin techar y con un poyete en
el lado derecho que asomaba sobre el arroyo. A la izquierda se abrían tres puer-
de las Monjas, que nace mirando al Oriente y en un cerro; en bebiéndola,
tas y sobre la central se encontraba un frontón con la placa conmemorativa.
luego deshace la piedra y en el mismo día salen las arenas, y desta se puede
Esta puerta y la primera daban a las dos albercas generales (una para cada
escribir un grandísimo volumen".510 Así pues, clara la diferencia de ambos sexo) y, al fondo de la central, se encontraba la concavidad de la roca que alber-
manantiales, habrá que atribuir los errores posteriores a la herencia de la gaba el manantial. La tercera puerta se abría a una estancia más pequeña, tam-
obra de Marzo, tomada como fuente bibliográfica por geógrafos e hidrólo- bién con alberca. En el lateral de ésta existía una cuarta habitación. Según los
gos, en la creencia de que el historiador local debía conocer mejor los documentos consultados, estas dos últimas debían emplearse para baños par-
ciales de miembros, especialmente de extremidades inferiores.575
567. Cuando Diego VÁZQUEZ OTERO, en su obra Pueblos malagueños, Málaga, Imp. Urania, 1966, I:
399-404, habla de Casares y de Julio César dice así: "[...] es tradición muy arraigada que en sus baños sulfuro- 571. Francisco ÁLVAREZ ALCALÁ, Manual de las Aguas Minerales de España y principales del extran-
sos y alcalinos magnéticos de la Hedionda y del Duque logró curarse una afección herpética que padecía ", con- jero, Madrid, Ángel Calleja, 1850, 87.
fundiendo ambos lugares e introduciendo el concepto insólito de magnetismo de las aguas, del que debemos 572. A.H.M.R., Sección "Servicios Públicos. Aguas: Aguas minerales", E-10, T-4, L-6, "Ronda. Año de
pensar que es una errata. Idéntico error se aprecia en la obra de Miguel ALCOBENDAS, Guía de la provincia 1823. Expediente sre. dar noticia de las Aguas minerales que, haya en este término Su Vso y Virtudes".
de Málaga, Málaga, Ediciones La Farola, 1981, 281-6, en que al tratar de Casares se observa una nueva errata:
"Cuenta la tradición que en los baños sulfurosos y alcalinos magnéticos de la Hedionda y del Duque, curó [Julio 573. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA, Conversaciones históricas malagueñas o Materiales de noticias segu-
César] de una afección hepática que padecía". ras para formar la historia civil, natural y eclesiástica de la M.I. Ciudad de Málaga, Málaga, Imp. de la Digni-
dad Episcopal, 1789, 139.
568. Ildefonso MARZO, "Historia de Málaga", El Guadal/torce, 1, 41: 325-8 (1839). Los mismos errores
aparecen en su libro Historia de Málaga y su provincia, Málaga, Ed. José del Rosal, 1850-1 (2 vols.). 574. Surge este balneario como alternativa local a los de Carratraca, punto de referencia constante para
todas las aguas mineromedicinales de la provincia, como ya hemos comentado. Así encontramos snA.H.M.R.,
569. Juan José MORETTI, Historia de L.M.N. Y.M.L., ciudad de Ronda, Ronda, Tip. de J. J. Moretti, Sección "Servicios Públicos. Aguas: Aguas minerales", E-10, T-4, L-6, "Carta de Miguel Ortega, de Ronda,
1867, 654-6. Baños de las aguas de la Hedionda, al Sr. Presidente del Ayuntamiento de Ronda, 20-VIII-1878", el siguiente
570. Vicente ESPINEL, Vida del escudero Marcos de Obregón, Madrid, Clásicos Castalia, 1980, II: 120. comentario: "[es un] recurso auxiliativo para las clases menos acomodadas que no pueden costear los de
Otra mención a esta fuente la encontramos a mediados del siglo XVIII, en la carta que Joan de Rivera Pizarro Carratraca".
dirige a Fernando Joseph de Velasco, fechada en Ronda, 6-VI-1767 y que se encuentra en la B.N., Sala Cervan- 575. Además de en la obra de MORETTI anteriormente citada, encontramos datos al respecto en la de José
tes, Ms. 2539, "D. Fernando de Velasco. Noticias y Correspondencia Numismática, 4" f. 6v.-7, donde podemos APARICIO VÁZQUEZ, Ronda. Un paseo por la ciudad y sus cercanías, Málaga, Imp. de Manuel Cerbán,
leer: "A la pregunta que V. Iltma. me haze de sí el Agua de esta fuente de las Monjas produsiria transportada 1888, 20-1 y 121-4, en la que incorpora escasas variaciones a lo dicho por el anterior, y en la de Federico LOZANO,
ay los efectos que aquí, no se que Responda [...) La fuente de las Monjas, tiene aquí varios devotos, y ello Historia de Ronda, Ronda, Imp. de El Liberal Rondeño, 1905, 224-5, en la que se queja del mal estado en
es constante que el que comiensa á sentir algunos efectos de la piedra, y con tiempo Usa de continuo esta Agua, que se encontraban los baños. Podemos encontrar otras muchas en las que se nombra brevemente su existencia,
ve mejora yndubitablemente". pero sin más datos que el carácter sulfuroso o el emplazamiento.

262 263
se encontraban las instalaciones,578 pero pronto se convirtió en abusivo
como muestra una carta que, en 1878, dirigía Miguel Ortega al alcalde
de Ronda:
[...] las numerosas papeletas emanadas de su poder absuelven casi todas
las aguas que destila el pequeño producto del líquido destinado para las dolen-
cias umanas, cuyos dolientes, apenas pueden tomar los baños por la mucha
exacción de aguas que por cargas de dos y tres bestias con seis cantaros, que
los opulentos acuden para tomar en sus casas con toda comodidad los baños
medicinales, mientras que el respetable público con cuantiosos gastos y sacri-
ficios abandonan sus hogares acudien-/ do a sus inmediaciones [...] Suplica
se digne tengan en concideracion cuantas razones van espuestas afin de que
dé lugar a llenarse los depósitos públicos y que de la sobrante se pueda utilizar
el que las necesite.579

Al lugar acudían bañistas que se alojaban en huertas cercanas, aunque


la proximidad de la ciudad de Ronda no propició la creación de un núcleo inde-
pendiente y ni tan siquiera de una hospedería. La animación, cantes y bailes
era común a la de otras localidades balnearias,580 y los autores que intentan
darle publicidad se basan en la defensa del carácter espontáneo frente al ofi-
cial de los festejos de Carratraca (como ya habíamos apreciado al tratar los
Baños del Duque)
Baños de la Hedionda de Ronda
Lo cierto es que sin necesidad de nombrar como en otros puntos comi-
siones permanentes que se encarguen de organizar las diversiones, y sin
la enojosa etiqueta y las tradicionales vallas [...] sin formar antes deta-
llados planes, que sirven á menudo para hastiar el espiritu, se arreglan
No era escasa la concurrencia para un balneario no oficial pues, a media- y celebran frecuentemente animadas reuniones, íntimas y divertidas, como
dos del siglo XIX, oscilaban los bañistas entre 200 y 220. No existía faculta- que las forman la belleza y la juventud y las mantiene el afecto y la con-
tivo que se hiciese cargo de ellos, aunque todos los médicos de Ronda podían fianza.581
mandar allí a sus enfermos. En cambio, el Ayuntamiento nombraba anual-
A principios del actual siglo los baños aparecen descuidados y no encon-
mente bañeros, que sólo recibían como retribución la que voluntariamente les
tramos-testimonios de que los médicos locales envíen a sus pacientes, se pier-
daban los bañistas.576
den las menciones a ellos y tan sólo se consigna el manantial.582 Manantial
Sin embargo, la forma de empleo más frecuente de estas aguas era en baños
a domicilio. Los facultativos remitían una carta al alcalde expresando que deter-
minado enfermo, por la imposibilidad de trasladarse a los baños, necesitaba 578. Un viajero inglés, médico, D. J. T. FRANCIS, daba cuenta de este mal estado en su obra Change
ofclimate, London, John Churchill, 1853, 199: "Two miles from Ronda, inalittle wooded dell, isa weaksulp-
varias cargas de agua (habitualmente dos o tres) durante ciertos días (que osci- hur spring. The waters, I was told, are found to be useful as an alternative in thereatened consumption and
laban entre 15 y 21, alternos). En estos informes no solían aparecer diagnósti- other affections in which thefeebly changed springs are beneficial. The baths, at the period of my visit, were
no state to be used unless by the used unless by the peasants".
cos, si acaso brevemente se consignaba alguna afección, que generalmente 579. A.H.M.R., Sección "Sanidad y Beneficiencia", E-21, T-2, L-2, "Certificaciones de facultativos para
consistía en padecimientos cutáneos o herpes.577 Este uso predominante de los envío a baños o tomarlos en casa".
baños domiciliarios podía estar motivado en parte por el mal estado en que 580. Richard FORD, A Handbook for Travellers in Spains, London, John Murray, 1878 (5. a ed.), 412 y
1882 (6. a ed.), II: 444.
581. José APARICIO VÁZQUEZ, Ronda. Un paseo por la ciudad y sus cercanías, Málaga, Imp. de Manuel
576. A.H.M.R., Sección "Servicios Públicos. Aguas: Aguas minerales'', E-10, T-4, L-6, "Notas de las aguas Cerbán, 1888, 124.
o baños minerales existentes en este término con esprecion de los conocimientos a ellos referentes, Ronda, 582. Una de las últimas menciones que se hace del manantial es en la obra de Hipólito RODRÍGUEZ PINI-
7-VIII-1865". LLA, Diccionario General Hidrológico, Madrid, Imp. de Julio Cosano, 1916, 404, donde persisten los datos
577. A.H.M.R., Sección "Sanidad y Beneficiencia", E-21, T-2, L-2, "Certificaciones de facultativos para equívocos: "[...] entre otras aguas sulfurosas y ferruginosas, existe la célebre Hedionda de los Abrujos, que
envío a baños o tomarlos en casa". Las aquí recogidas tienen como fechas límites 1864 y 1899. se utiliza desde hace muchos años contra la calculosis".

264 265
inexistente en nuestros días: sobre las ruinas, en lo alto del risco, se observa y en la que le refería la existencia de dos aguas minerales en términos de la
el brocal de un pozo que abastece a la finca particular donde se halla. Pozo villa, incluyendo por tanto las de Carratraca en el territorio de Árdales:
y ruinas testimonian, una vez más, el desinterés de una población y sus repre-
El segundo Baño de Aguas Hediondas dista de esta Villa doscientos Pasos,
sentantes hacia sus recursos terapéuticos y su historia. mirando á el Norte Naze este en Tierras de Labor, y es de corto caudal de
Aguas, las mismas que se estancan en una poza, que se cubre de Limos blan-
cos, que cortados estos se toca el Agua del mismo color del cieno. De esta
poza sale por una Targea, y a corta distancia entra en una Alverca, que es
del Vso de uno y otro sexo. La Virtud de estas Aguas es de mucha eficacia,
para el Morvo Gálico, y llagas de toda naturaleza, y con respecto a estas dos
7.4. LAS AUTÉNTICAS AGUAS DE ÁRDALES enfermedades obran con mas eficacia, y Virtud, que las Aguas ante notadas
[las de Carratraca]; pero sin embargo, se hallan desatendidas por estos
La primera noticia que encontramos de este manantial figura en la obra Vezinos.585
de Limón Montero y dice así: "Muy cerca del Castillo de la Villa, ay otro
El agua era conducida por un atanor a una pequeña poza de medio pie
pequeño nacimiento, que me parece de la misma agua [de Carratraca]: llevanla
de profundidad (14 centímetros), que se encontraba cercana a la alberca, a la
los vecinos y la beben sin ofensa".5" Efectivamente, a la izquierda del camino
que llegaba a través de otros atanores. Por el lado norte de la misma se incor-
de entrada a la población de Árdales podemos ver una fuente de inequívoco
poraba también una pequeña cantidad de agua mineral. A mediados del siglo
carácter sulfuroso.
XIX se entraba al baño por un vestuario, común (como la alberca) para hom-
Sin embargo, el agua de este manantial debió utilizarse en épocas más remo- bres y mujeres, de 18 pies de ancho por 15 de fondo (aproximadamente cinco
tas, según expone Madoz en su Diccionario, lo cual no resultaría extraño dado por cuatro metros), rodeado por un asiento de piedra. Unos escalones permi-
que una fuente sulfurosa oculta difícilmente su índole y romanos o musulma- tían bajar a la alberca de 13 pies de ancho por 16 de fondo y 4,5 de profundi-
nes conocían perfectamente la utilización de las mismas. Aunque en la actuali- dad (3'64 por 4'48 por 1'26 metros). Una mala pared de manipostería rodeaba
dad no tengamos constancia de ello, Madoz cita restos que probarían lo dicho, vestuario y alberca, ambos sin techar.586
datándolas del Será precisamente en el siglo XIX cuando las aguas de este manantial
[...] tiempo de la dominación sarracena, según la antigüedad de 2 alber- comiencen a despertar el interés de los facultativos y de las autoridades loca-
cas halladas en el sitio mas bajo á 40 varas del manantial, cuya estructura y les, motivado por la creación de la plaza de médico-director en la vecina loca-
pavimento es semejante á otras de aquella época, manifestando en toda su lidad de Carratraca. El primero de estos facultativos fue Juan de la Monja,
disposición de comodidad y lujo, que por entonces merecieron bastante con- el cual residía en Árdales fuera de la temporada de baños, aunque con anterio-
sideración; pero el haber á 3/4 de leg. otro manantial de aguas también hepá-
ridad Nazario Fernández de Castro (titular de la villa y autor de una monogra-
ticas y de mayor caudal conocido por el pago de Aguas Hediondas (en el dia
baños de Carratraca), y por efecto ademas de la oposición de los hab. á reci- fía sobre las aguas de Carratraca) las empleó en el tratamiento de úlceras
bir en sus casas á los enfermos que acudían á usarlas, se vieron estos obliga- envejecidas y enfermedades cutáneas rebeldes.
dos á trasladarse al pago de Aguas Hediondas construyendo chozas
provisionalmente para su abrigo, todo lo cual usurpó la concurrencia y el En 1819 Monja las analizó determinando su temperatura (de 18° R), su
nombre de las de Árdales. peso específico en comparación con el del agua destilada era de 1325/12 y sus
caracteres físicos correspondían a los de las aguas sulfurosas: transparentes,
Años más tarde, Antonio Granados, en su monografía de las aguas de olor a huevos hueros y sabor estíptico. La composición química indicaba la
Carratraca, hacía una breve referencia a este venero: "En Hardales ay otro presencia de gas hidrosulfúrico (una quinta parte del volumen del agua) y una
Baño algo mas cargado de Alcaparrosa, y con mas incommodidad, por estar corta cantidad de gas carbónico. En el agua los mineralizadores eran sulfatos
dicho baño descubierto, y bañarse en él hombres, y mugeres, cosa que repugna de cal y de magnesia, bicarbonatos de las mismas y carbonato de hierro; mien-
á los Christianos".m Aunque la descripción más precisa es la que Fernando tras que en los depósitos que dejaban en los desagües se encontraba un hidro-
Benítez, cura de Árdales, envió al Arzobispo de Sevilla el 12 de enero de 1786

583. Alfonso LIMÓN MONTERO, Espejo cristalino de las agvas de España, Alcalá, Francisco García Fer- 585. Fernando BENÍTEZ, Informe al arzobispo de Sevilla sobre geografía e historia de la villa de Árdales,
nández, 1697, 120. 12-1-1786, cuya copia ha sido consultada en el archivo de Francisco Ortiz, de Árdales.
584. Antonio GRANADOS, Baños de Hardales. La verdad desnuda. En que se manifiesta, que dichos baños 586. B.F.M.M., Carp. 2798, n.° 31, "Memoria de las aguas de Carratraca, 1865" de José SALGADO Y
tienen mercurio, a quien el vulgo llama azogue, Granada, Herederos de D. Joseph de la Puerta, 1760, 49. GUILLERMO, 399-434.

266 267
ya atendidas en su balneario, por lo que insiste en su uso en bebida para el
tratamiento del aparato digestivo y las cree muy irritantes en las enfermedades
cutáneas, omitiendo cualquier posible empleo en los problemas uterinos.
A partir del 30 de septiembre de 1876 comienzan los intentos de desarro-
llar un balneario para utilizar estas aguas (como prueba la solicitud de Joa-
quín Andrade Navarrete y Eusebio López Infante), pertenecientes al
Ayuntamiento. Éste construyó una modesta casa de baños en la que llegó a
instalarse una caldera para calentar el agua. A lo largo del siglo XX la corpo-
ración municipal va a alquilar el edificio a particulares para su explotación
durante la temporada de verano, lo que sucede hasta 1953. En 1960 se recogen
y almacenan los materiales de los baños y pese a los intentos de recuperar la
actividad balnearia por parte del alcalde Antonio Zurita Martín, en 1965, éstos
no volvieron a entrar en funcionamiento.589

7.5. OTROS BAÑOS

7.5.1. Baños de La rosquilla (Villanueva del Rosario)

le sulfurosa de Árdales
El primer documento encontrado sobre este manantial data de 1774 y,
aunque atribuido a un fraile franciscano del convento de Las Algaidas, debió
ser escrito probablemente por Antonio Tomás de Herrera (administrador del
sulfuro de cal ferruginosa.587 Casi medio siglo más tarde fueron nuevamente Duque de Osuna) a quien solicitó información Medina Conde para la redac-
analizadas por José Salgado y Guillermo, quien encontró que la temperatura ción de sus Conversaciones. El texto dice así:
era variable, de alrededor de 16° R (20° C), el caudal de 12 litros por minuto
y la densidad de 1251/1000. La cantidad de ácido sulfhídrico era de 22,4 grados Otra fuente de aguas minerales, mezcladas a lo que parece de nitro y alum-
bre, llamada la Tosquilla, se halla en el sitio que se dice el Bosque, a dos leguas
sulfhidrométricos y la de sustancias fijas de 1,870 gramas por litro, siendo éstas
de la Villa [de Archidona] entre el Mediodía y Occidente, las cuales usan mucho
sulfuros calcico y magnésico, cloruros sódico y magnésico, sulfatos calcico, los vecinos pobres para baños medicinales en sus accidentes habituales y dolo-
magnésico y aluminoso, bicarbonato calcico, carbonato sódico e indicios de res continuos, pero su virtud mas conocida es la de curar las ulceras y llagas
hierro, presentándose también materia orgánica del tipo sulfuraría. Por todo cutáneas envejecidas, como las que provienen de sarna o especie de lepra, o
ello se clasificaron como sulfuradas calcicas o sulfuradas accidentales, por pro- las espumaciones del higado y la sangre; el no estar beneficiados estos baños
ceder su sulfhídrico de la descomposición de los sulfatos.588 mas que con una alberca y una cerca de tapias, y el no haber albergue para
los enfermos, es la causa de que se frecuenten poco y de que no se haya hecho
Las indicaciones terapéuticas de estas aguas para Monja y Salgado son exacto análisis de sus cualidades para saber, mas específicamente, cuando y
muy similares, si bien hay algunos matices que convendría poner de manifiesto. como deben usarse.590
Ambos reconocen su utilidad en los trastornos digestivos y en las afecciones
cutáneas, pero mientras que el primero amplía las indicaciones a las mismas
589. A.A.A., Actas Capitulares. Aparecen noticias sobre los baños y su arrendamiento, así como los poste-
enfermedades tratadas con las aguas de Carratraca (enfermedades uterinas, por riores intentos de recuperación, en las sesiones de 30-IX y 14-X de 1876, 8-1-1882, 2-VII-1892, 24-VI-1899,
ejemplo) y aun las recomienda para quienes sean demasiado sensibles para usar 10-IX-1921, 31-V-1924, 26-VI-1926, 8-VI-1929, 5-VI-1930, 12-XI-1932, 24-VI-1933, l-VII-1939, 4-VI-1943,
éstas, Salgado se cuida mucho de introducir su utilización en enfermedades 16-VII-1945, 15-IV-1953, 15-XI-1960, 17-111-1965, 27-VI-1966, 15-IX-1972, 6-XI-1975, 15-V, 19-V'y 18-VI de
1976 y 24-1-1977.
590. A.D.E., Caja 129, "Copia de un documento curioso, sobre datos históricos de Archidona [...] sacada
587. Pascual MADOZ, loe. cit. por el D. Antonio Alcántara y Pérez, en Madrid, el 9 de enero de 1903 y ahora la reproduce el cronista de
Archidona D. Antonio Naranjo Ciézar. Archidona 20 de diciembre de 1935", pp. 9 y 10. Con escasas variacio-
588. B.F.M.M., Carp. 2789, n.° 31, "Memoria de las aguas de Carratraca, 1865" de José SALGADO nes apareció impreso en la obra citada de Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA, I: 134, añadiendo tan solo que perte-
Y GUILLERMO, 399-434. necía al Señorío del Duque de Osuna.

268 269
Hay que señalar que, aunque citadas como pertenecientes al término de 7.5.2. Baños Hediondos de Alora
Archidona, estas aguas se encontraban en el de Villanueva del Rosario (enton-
ces llamada Saucedo): existían tres fincas de propios en dicho término, una Cobre, azufre e incluso mercurio figuran como mineralizadores de este
de ellas dividida entre Saucedo y Archidona. En la parte correspondiente a la manantial, empleado en enfermedades cutáneas y venéreas, según cuenta
primera, en la dehesa llamada El Bosque, se encontraban los baños.591 Supo- Medina Conde; primera referencia con que contamos sobre los baños hedion-
nemos que es este motivo el que induce a confusión a Ricardo Conejo, pues dos de Alora.597 No se dice nada nuevo (hecha excepción del apunte de Ilde-
basándose en el informe de Juan de Segura y Alva (médico de Archidona) a fonso Marzo, que los llama la Hediondillam) hasta la aparición de la obra de
Gómez de Bedoya en el que expresaba que en la villa de Archidona no existía Madoz en la que leemos:
ningún agua medicinal,592 deduce que las aguas no debían de ser muy medi-
En la falda de la primera [la Sierra de Aguas, el monte Hacho], por la
cinales.593 Si el médico archidonés no las nombró, pudo deberse al hecho de parte NE., y á la distancia, de 1/2 cuarto de leg. uno de otro, nacen dos manan-
no pertenecer a la villa de Archidona o bien a su escaso relieve, lo que no habría tiales de aguas minerales de la misma naturaleza que los de Carratraca, aunque
de significar una ineficacia terapéutica del manantial. con bastante rebaja de mineral: uno de ellos es desconocido de casi todos los
habitantes de esta circunferencia; pero el otro es muy frecuentado en el verano
Medio siglo después Madoz nos ofrece datos que ponen de manifiesto su por innumerables enfermos. Los principios constituttivos de esta agua son com-
explotación, aunque de forma mísera: puestos de gran porción de azufre, de tal modo que se nota á la vista y al pala-
dar; es conocida en la población por los baños de la Hedionda, aunque no
[...] existe un venero de aguas frias medicinales de la misma naturaleza hay en ellos establecimiento de ninguna clase.599
que las de Carratraca: se conoce con el nombre de las aguas de la Tosquilla,
que son eficacísimas en particular para las erupciones cutáneas, y en general García López600 añadiría como dato su temperatura de 19°. En la actua-
para enfermedades crónicas inveteradas [...] sus aguas están recogidas en un lidad se pueden contemplar dos albercas, de las cuales, la que tiene el naci-
pequeño estanque, donde se bañan los enfermos en los meses de julio y agosto,
que es cuando se usan, y el dueño ha construido unas cuantas habitaciones miento se encuentra aún en uso.
mezquinas, en donde se albergan los concurrentes.594

Este texto de Madoz fue recogido por Rubio, quien tan sólo añadiría que
la temperatura era de 14°R.595
7.5.3. Aguas del Sultán (Almogía)
Se pierden las referencias a estos baños, pues los textos no dejan de ser
repeticiones de lo anteriormente expuesto, y tan sólo en 1955 encontramos una Toda la información existente sobre este manantial proviene de la obra
publicación local que alaba las virtudes del venero y declara que el abandono de Medina Conde y, puesto que los escritos posteriores se basan en ella, la trans-
es completo,596 lo que se hace aún más comprensible si tenemos en cuenta que cribimos íntegramente
se halla a no menos de 1 kilómetro del mal camino vecinal más próximo. Las En el término de la Villa de Almogia, como un quarto de legua corto,
ruinas que se pueden aún contemplar son un claro exponente de las condicio- al pie del cerro llamado de Ayun, y todo el parage de Sultán, en un arroyo
nes miserables del lugar, con escasas y extremadamente reducidas habitaciones. que forman las aguas que nacen en él, y está á su pie, se recogen en una espe-
cie de alberca, que al principio era de dos varas de longitud, una y media de
latitud, y de una y quarta poco mas ó menos de profundidad; en esta se advierten
591. Sociedad de Literatos, Diccionario geográfico universal, Barcelona, Imp. de José Torner, 1833, VIII: 722. tres ó quatro manantiales considerables, sin otros muchos sudaderos, que por
592. Pedro GÓMEZ DE BEDOYA Y PAREDES, Historia Universal de las Fuentes Minerales de España, un conducto subterráneo artificial van á otra alberca poco distante, de quatro
Santiago, Imp. de Ignacio Aguayo, 1764, I: 263. varas de longitud, las mismas de latitud, y una y media de profundidad,
593. Ricardo CONEJO RAMILO, Historia de Archidona, Granada, Lit. ANEL, 1973, 429. Este texto había
aparecido con anterioridad incluido en la comunicación "La sanidad y sus problemas en Archidona durante
los siglos XVIII y XIX" en las Actas del II Congreso Nacional de Historia de la Medicina (Salamanca, 1965), 597. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA, Conversaciones históricas malagueñas o Materiales de noticias segu-
Salamanca, Sociedad Española de Historia de la Medicina, 1966, II: 127 y en los artículos que bajo el mismo ras para formar la historia civil, natural y eclesiástica de la M.I. Ciudad de Málaga, Málaga, Imp. de la Digni-
título aparecieron en la Gaceta Médica Española, 40, 473: 66-8 (1966) y en Actualidad Médica, 1966, Enero, dad Episcopal, 1789, I: 130.
pp. 28-35.
598. Ildefonso MARZO, "Historia de Málaga", El Guadalhorce, 1,41: 325-8 (1839).
594. Ambos fragmentos están tomados de la obra de Pascual MADOZ, op. cit., artículo "Archidona (part.
jud.)" y artículo "Villanueva del Rosario (antes Saucedo)". 599. Pascual MADOZ, op. cit., II: 189 (entrada "Alora"), en el tomo XI: 40 (entrada "Málaga"), repite
prácticamente lo mismo, aunque especifica: "[...] componiéndose sus principios constitutivos de gran porción
595. Pedro María RUBIO, op. cit., 430. de azufre y algunas partículas de cobre, como se nota a la vista y al paladar [...]".
596. Anónimo, Villanueva del Rosario (Notas sobre Geografía e Historial Local de Villanueva del Rosario), 600. Anastasio GARCÍA LÓPEZ, Hidrología médica, Salamanca, Imp. de D. Sebastián Cerezo, 1875,
Málaga, Ayuntamiento de V. del R. y Jefatura Local del Movimiento, 1955, 15-6. II: 238.

270 271
en la que hay quatro emanaciones copiosas, cuyo derrame unido con el de la Por estas mismas fechas, en 1849, José García Ruiz analizaba las aguas
antecedente, forman un cuerpo de agua como el brazo de un hombre, que per- obteniendo unos resultados bastante discutibles al mostrar unas aguas sulfata-
manece siempre sin aumento ni disminución en todo el año.
Estas aguas son de un olor fetidísimo, como de azufre quemado, su color
das y sin sulfhídrico, lo que no corresponde a las descripciones que teníamos
obscuro en el estanque; pero extraídas á un vaso cristalino es lactiginoso: su de las mismas. La composición, según recoge la obra de Juan Castillo Bení-
sabor salado y austero: tragada excita nauseas, y está moderadamente fria. tez,605 sería:
Sus virtudes son al modo de las de Hardales y Bilo para toda especie de
gálico, y enfermedades cutáneas ó corrupciones, aun las histéricas, sarna, &c. Cloruro de sodio 1,438
y para las espinas enconadas, como mas largamente consta en un Discurso Sulfato de cal 3,342
que acaba de formar en este mismo año de 89 y no sé si para imprimirlo, Don Sulfato de magnesia 0,526
Christoval Rodríguez Buzón, Médico de dicha Villa, con este título: Discurso Clorhidrato de magnesia 0,270
Físico Geográfico Hidráulico, &c. sobre la naturaleza, virtud, y efectos de las Acido sulfúrico cantidades inapreciables
aguas hediondas de Sultán, termino de la Villa de Almogia.601 Acido carbónico cantidades inapreciables
Diversas referencias han aparecido a esta obra de Rodríguez Buzón, pero Torres Villegas, Rubio o García López no citan este análisis, limitándose
ninguno de los autores que las hicieron llegaron a consultarla. No aparece entre a repetir la información de Madoz.
los catálogos de obras impresas, ni tampoco el manuscrito. Creemos que nunca
llegó a publicarse y el manuscrito debió quedar en el Ayuntamiento o algún Hay que hacer constar que en la actualidad existe una pequeña alberca
archivo local donde pudo extraviarse o destruirse, por lo que el texto trans- de obra, aprovechando una oquedad en la piedra, a la orilla del río de las Pasa-
crito es la única prueba de su existencia.602 das y una ruinosa construcción que debió hacer las veces de vestuario y rudi-
mentaria ducha. Son varios los nacimientos que se adivinan junto al río, uno
de los cuales surge en la misma base de la alberca. La ausencia de captado del
venero y la ubicación inmediata al río, que con sus crecidas inunda la alberca,
7.5.4. Baños Hediondos de Alhaurín el Grande
impiden el uso provechoso de estas aguas.
Nuevamente será Medina Conde el primer autor que reúna los datos rela-
tivos a este manantial:
En jurisdicción de Alhaurin el Grande, camino que vá á la Fuengirola,
están los Baños que llaman Hediondos, con las mismas virtudes y efectos que 7.5.5. Baños de Las Majadas (Alcaucín)
los de Hardales, solo que son mas templados, y su nacimiento es entre unas
laxas de dos cerros; pero por la mucha inclemencia, y destemple del sitio, sin Alcaucín, cuenta con posibilidades y recursos para su promoción turís-
abrigo ni resguardo alguno, ni aun de chozas, no son freqüentados, y solo tica [...] sería interesante estudiar [...las] que actualmente ofrecería la explo-
hay el recurso de llevarse los enfermos el limo ó cieno á sus casas, con que tación del manantial de agua sulfúrica de Las Majadas como estación
curan sus llagas, y dolencias.603 termal.606
Pascual Madoz precisa una serie de datos y compara (como es de rigor) Este informe de 1973 inicia una larga serie de intentos de incorporar los
estas aguas con las de Carratraca, situando el nacimiento en el triángulo for-
baños de Las Majadas en las ofertas de turismo rural y termal, intentos que
mado por los límites de Alhaurín, Mijas y Coín:
en la actualidad se siguen llevando a cabo por Ayuntamiento y Diputación.
[...] en la cañada que forma el rio de las Pasadas, brotando de unas fajas
que se encuentran á pocas varas del mismo rio y en el parage llamado Barran- Nada queda, sin embargo, de la utilización de este manantial que debió
cos Blancos, situado en propiedades de la duquesa de Montellano. Constan ser de tipo local y con una construcción limitada a una alberca, aunque algu-
de varias pozas de forma irregular, creadas por la naturaleza y muy incómo- nos autores lo presentan como "pequeño balneario".607 Planteaba los proble-
das para bañarse, concurriendo á pesar de ello á esperimentar sus saludables
efectos, los vecinos menesterosos de los pueblos limítrofes, los cuales se alber-
gan en algunas chozas que construyen á su inmediación y en las huertas de
605. Juan CASTILLO BENÍTEZ, Historia de la villa de Alhaurín el Grande (Málaga), Alhaurín el Grande,
las cercanias.604 Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento, 1984, 154-8. Estos datos los tomó el autor de diversas anotaciones
que recibió como legado del archivo particular de Francisco Pérez Borrajo. De donde las obtuvo este último
no queda cairo, pues en ocasiones cita títulos o autores equivocados.
601. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA, op. cit., I: 131.
606. El desarrollo económico y social de Málaga, Málaga, Patronato de Desarrollo Socio-Económico e Indus-
602. Pedro María RUBIO, op. cit., 384, dice que el manantial tiene 18°, pero desconocemos la procedencia trialización de la provincia de Málaga, 1973, III: 325.
de tal información.
607. Antonio RAMOS, "Alcaucín" (dentro de la serie "Pueblo a pueblo"), Sol de España, 28-1-1968, dice:
603. Cecilio GARCÍA DE LA LEÑA, op. cit., I: 130. "La Fuente de la Peña en Pilarejo señala un límite en el paisaje, más seco y de montaña rocosa. Abajo está
604. Pascual MADOZ, Diccionario..., artículo "Málaga". Ildefonso MARZO, en su artículo "Alhaurín el 'la Majada', donde brotan aguas medicinales con sabor a huevo e hierro, buenas para el estómago. En otros
Grande", El Guadalhorce, 1839, (18): 143, también las compara por sus efectos a las de Carratraca. tiempos hubo un pequeño balneario, hoy no queda ningún vestigio de aquél".

272 273
mas de mala captación de las aguas, usuales (como venimos comprobando)
en estos baños construidos por los propios concurrentes:
Aun mezclando el arroyo de Cárdenas sus aguas dulces con las sulfuro-
sas del baño, y perjudicando por consiguiente mucho esta mezcla los buenos
efectos que solas podrían producir, se ven bastante concurridos en los meses
de julio y agosto, y algunos enfermos recobran en ellos su salud perdida. Son
buenos para las erupciones cutáneas.608
Ningún otro dato se puede introducir sobre estos baños, que figuraron
como sulfúricos y muy concurridos en verano desde la publicación de la obra
de Madoz609 y en las clásicas de Rubio y García López.

7.5.6. Fuente de Agua Hedionda (Casarabonela)


[...] en una hacienda de D. Alonso de Figueroa, vecino de Casarabonela,
hay una [fuente] de agua mineral, distante de la Villa media legua, nace al Medio
dia en una cuesta, y en la cercanía de un arroyo, que corre acia Levante, tiene
un Estanque pequeño, de que se sirven, para bañarse, aunque su raudal es bien
corto. El agua es templada, con algo de olor a Azufre, y hay la experiencia, de
que los Moradores de aquel territorio siempre les ha probado bien en las enfer-
medades de los nervios, como Perlesías, y también en los dolores cólicos perti-
naces, o reversivos; en los Rheumatismos, y afectos convulsivos; pero, como nunca
se ha usado de ella en bebida, sino solo en baño, y esto casi siempre, sin mas
consejo, que el proprio capricho de los enfermos; no se tienen hechas observa-
ciones, capaces de assegurar con verdad dicha virtud.610
ÍNDICES
Este informe citado por Gómez de Bedoya es el que le dio Juan Manuel
de los Reyes, médico titular de Casarabonela, con fecha de 16 de junio de 1752.
En base a este documento añade:
Dos motivos juzgo que hay, para que estas fuentes referidas, ni tengan mas
nombre, ni haya de ellas mas experiencia: uno es estar los parages de sus situa-
ciones tan desacomodados, y sin alvergue alguno, ni otra cosa de las necessa-
rias, para la subsistencia de los enfermos: y otro es, el que estando tan cerca,
como es a poco mas de legua, los famosos dichos Baños de Hardales, todos
los necessitados se inclinan a éstos, por haver en ellos las comodidades, que en
estos otros faltan.611
Estos son los únicos datos que se han conservado de éste manantial, del
que posteriormente tan sólo Rubio hizo una breve mención.

607. Antonio RAMOS, "Alcaucín" (dentro de la serie "Pueblo a pueblo"), Sol de España, 28-1-1968, dice:
"La Fuente de la Peña en Pilarejo señala un límite en el paisaje, más seco y de montaña rocosa. Abajo está
'la Majada', donde brotan aguas medicinales con sabor a huevo e hierro, buenas para el estómago. En otros
tiempos hubo un pequeño balneario, hoy no queda ningún vestigio de aquél".
608. Arturo ASTILLEROS GARCÍA, Historia de Vélez-Málaga, Granada, ANEL, 1963, 104. Aunque no
consta si es reimpresión o reedición, aparece fechado en Vélez-Málaga, noviembre, 1942.
609. Pascual MADOZ, Diccionario..., (artículo "Alcaucín"): "[...] desviados como una hora los baños mine-
rales sulfúricos, conocidos con el nombre de las Majadas, bastante concurridos en los meses de julio y agosto"
y XV: 644 (entrada "Vélez-Málaga (part. jud.)"): "[...] sólo en el parí, rural de las Majadas, jurisd. de Alcau-
cín, existen unos baños sulfurosos de poca fama y nombradía".
610. Pedro GÓMEZ DE BEDOYA Y PAREDES, Historia Universal de las Fuentes Minerales de España,
Santiago, Imp. de Ignacio Aguayo, 1764, II: 134-5.
611. Ibid., II: 136.

274
T

ÍNDICE ONOMÁSTICO

Abano, Pedro de, 31 Boyle, 25


Abulcasis, 23, 152 Bravo Rivero, Ernesto, 214
Adánez Suárez, Olimpia, 39 Brull, José María, 235
Aguado Santos, Julia, 71 Bruna, José Carlos, 107
Aguilar Oliva, José, 259, 260 Byron, 105
Aguilera, Ricardo, 88 Cabeza de Baca y Morales, Manuel, 229
Alibert, J. L., 35 Cabrera, F., 62
Almeyda, Manuel, 153, 158, 183 Campos Manso, 221
Alvarez Alcalá, Francisco, 33, 263 Capdevila, Antonio, 26
Alvarez Sánchez, Antonio, 102, 112, 231, 237, Capdevila, Ramón, 33, 251, 259
239, 240 Carazo, María Isabel, 40
Amadeo I, 27 Carballo, Daniel, 119
Andernach, Gunther von, 23 Cárdenas Reyes, Manuel Luis, 254
Andrade Navarrete, Joaquín, 269 Carlomagno, 249
Antillón, Isidoro de, 55 Carrére, J.B.F., 31
Aranda, 73 Carretero y Muriel, Mariano, 35
Arcos, duque de, 255, 257 Carrillo Marios, Juan Luis, 74
Arias, Antonio, 224 Carrillo y Carmona, Antonio, 91, 211
Armijo Valenzuela, Manuel, 29 Cárter, Francis, 158
Artelt, Walter, 32 Casanova, Augusto José, 166-169
Averroes, 23, 31 Casares, Antonio, 187
Avicena, 23, 31 Castelló y Roca, Juan, 33
Ayuda, Juan de Dios, 26, 82, 177, 185, 196, Castillo Benítez, Juan, 61, 273
197, 250, 255, 259 Castillo de Lucas, Antonio, 38
Baccio, Andreas, 23 Castillo y Prada, Francisco de Paula, 236
Bañares, Gregorio, 251 Catres, Conde de, V. Cabeza de Baca
Bardet, 29 Cayleff, Susan, 37
Bauhin, 23 Cerdo y Oliver, Rafael, 183
Beaugrand, 31 Colorado, Blas, 250
Belestá, Domingo, 87 Conde Gargollo, Enrique, 38
Benavides Hombrado, Francisco, 151 Conejo, Ricardo, 270
Benítez, Fernando, 266 Cuartín del Sar Caballero, Pedro, 252, 253
Benítez Alonso, Miguel, 120 Cuesta, Luis de la, 62
Bergman, 25, 27 Cueto, Antonio Miguel, 155
Bermejo, Pedro, 250 Cuevas, Francisco José de las, 175, 184
Bernabeu Mestre, J., 39 Cuevas San Martín, José, 61, 233
Berthollet, 185 Currie, J., 35
Bisso, José, 261 Chenu, J. Ch., 33
Boer, Juan, 250 Chernoviz, P.L.N., 88
Boerhave, 175 Chinchilla y Piqueras, Anastasio, 32
Bonet, Magín, 186, 187 Chirino, Alfonso, 24
Bonilla y Carrasco, José María, 34 Daremberg, 32
Bores y Romero, José, 84, 88 Dávila, 151
Botella y de Hornos, Federico de, 62, 261 Daza de Campos, Arturo, 212, 217-220

277
Delgado, Manuel, 90 Garrison, Fielding H., 32 Le Clerc, Daniel, 34 Monasterio y Correa, Raimundo, 259
Delmas, P., 35 Gasea, Vicente, 88 Limón Montero, Alfonso, 25, 26, 36, 38, 153, Monja y Pajares, Juan de la, 108, 118, 119,
Démidoff, Anatole, 86, 97, 98, 107, 117 Gautier, Théophile, 98, 105, 109 158, 183, 196, 198, 255, 266 163, 164, 169, 177, 178, 181, 185,
Desbarrolles, Adolphe, 86, 97, 105, 107 Gavira Martín, I., 62 Linares, Andrés, 164, 165, 235 197-199, 267, 268
Díaz, Francisco, 24 Gil Pérez, José, 252 Lindsay, James, 30 Monnet, Antoine Grimoald, 33
Díaz de Escovar, N., 62 Giménez Lombardo, Manuel, 84, 92 Lizarraga Sáinz, Miguel, 39 Montagne, 186
Diez Jiménez, Luis, 61, 214 Giraud, Eugéne, 86, 107 Lobera de Ávila, Luis, 24 Montaigne, 23
Donegan, Jane, 37 Gómez de Bedoya y Paredes, Pedro, Lomeña y Rubia, Andrés, 92, 211 Montellano, duquesa de, 272
Dumas, 105 25, 255, 270, 274 López, Gabriel, 252, 253 Montes, José María, 156
Durand-Fardel, 35 González, Antonio, 263 López, José, 252 Montijo, Eugenia de, 105, 172
Durero, 23 González de Jonte, Manuel, 259 López, Rosario, 252 Morales, Ambrosio de, 24
Echevarría, Francisco, 251 González Deleito, Federico, 36 López Cano, Damián, 74 Morales, Francisco, 154
Estébanez Calderón, Serafín, 106, 108 González y Galiano, Miguel, 228, 229, López Salud, Tomás, 62, 249 Morales, Juan José, 156
Eulate y Santa Cruz, Juan de, 158 236, 237, 240, 241 López y Zuloaga, Juan Francisco, 212, 218 Moreno, Eduardo, 186
Fabre Donoy, Carlos, 83, 97, 99 Gozalbes Cravioto, Carlos, 82 Loring, Jorge, 70, 71 Moya, Francisco, 112
Fernández Barea, Manuel, 184, 196, 199 Granados, Antonio, 181, 183, 184, 266 Loring, marqueses de, 107 Mullet, Charles F., 35
Fernández de Castro, Nazario, Granjel, Luis S., 38 Luis Gómez, Alberto, 40 Muniesa, Mariano, 209
118, 175, 199, 267 Grew, Nehemiah, 37 Lunas, José María de, 233 Muñoz del Castillo, José, 222
Fernández de la Somera y Guzmán, Gros, Francisco, 210 Lletget y Caylá, Tomás, 86, 98, 106 Muñoz Moreno, C , 62
Silvestre, 92 Gross, J.M., 31 Madoz, Pascual, 55, 117, 118, 266, 270, Muñoz y Ramón, José, 39
Fernando VII, 27, 97, 105, 235
Grund, Trinidad, 95, 100, 107, 151 272-274 Musset, Alain, 36
Figueroa, Alonso, 274
Guerrero, José, 250 Madrid, José Vicente de la, 158 Nacle Herrera, Juan, 231, 240
Finster, J., 31
Guitard, J., 36 Maeztu, Ramiro de, 91, 92, 213 Nadal, Jordi, 71
Floridablanca, conde de, 73, 80, 87
Gutiérrez Bueno, Pedro, 26 Málaga Guerrero, Serafín, 38 Nava del Tajo, condesa, 107
Florido, Salvador, 155
Haenseler, Félix, 162, 163, 185, 197, 250 Manrique de Lara, Juan, 250 Olea y Aguilera, Segundo, 213, 220-22
Florido Alba, Francisco Javier, 62
Henares, Eduardo, 97, 118, 164, 166, 178 Maraver, Francisco, 40 Ordóñez, Melchor, 99
Folch Jou, G., 39
Henry IV, 27 Marín Yébenes, Miguel, 121, 125, 227, 237, Orozco Coronado, Manuel, 156
Fontan, 178
Heredia, Manuel, 69, 70 240-243 Ortega, Miguel, 265
Foresta, Adolfo de, 109
Heredia, familia, 95, 100, 107, 151 Mariscal, María, 252 Orti, Carlos, 253
Fourcroy, 27, 185
Hernández Morejón, Antonio, 32 Marlborough, duque de, 249 Ortiz Lozano, Francisco, 62
Franquelo Carrasco, Eduardo, 92
Herrera, Antonio Tomás de, 269 Marqués Chávez, Miguel, 205, 206 Orueta, Domingo de, 81
Freind, J., 34
Herrera, Manuel María, 251 Martín, Ferdinand Heinrich Alfred, 35 Osuna, duque de, 256, 257, 269
Frías, Juan de, 228
Hipócrates, 22, 31 Martín, H., 62 Pachón, José Antonio, 209
Fuente Vida, José de la, 100, 167, 168
Hoffmann, 25, 26, 35, 175, 184 Martín Almendro, Eduardo, 151 Pagel, J., 32
Galeno, 31
Hoskins, G. A., 117, 163 Martín de León y Mesa, José, 39
Gallardo, Francisco, 156 Palacio y León, Manuel, 233
Gámez, Mateo Juan, 234 Huelin, 107 Martínez Reguera, Leopoldo, 33, 39, 152 Palafox, Cipriano, 83, 162-165, 172
García, José, 228 Huelin y Ruiz-Blasco, Ricardo, 254 Marzo, Ildefonso, 262, 271 Palomares, Eduardo, 120, 188
García, Juan José, 158, 175, 184, 255 Infante García, J., 62, 252 Mateos, María Rosario de Dios, 38 Paniega, marqueses de la, 107
García Ayuso, Juan de Dios, 38 Isabel II, 105 Mazía, Ignacio, 225 Pankhurst, Richard, 37
García Ballester, Luis, 74 Isasi, Antonio, 251 Medina Conde, Cristóbal, 55, 62, 203, 224, Paracelso, 23
García Cantero, Manuel, 208, 216 Isla, Felipe, 95 250, 255, 263, 269, 271, 272 Parody y López, Luis, 208, 216
García López, Anastasio, 29, 261, 263, Jackson, 35 Medina de las Torres, duquesa de, 107 Patissier, 237
271, 273, 274 Jaltel, Michel, 36 Mendal Igualada, Francisco, 232 Pauly, Alphonse, 32
García Otero, José, 84, 163, 164 Jamot, Christian, 36 Mendoza, José, 162-165 Pazzini, Adalberto, 35
García Rey, José, 90, 91, 103, 205-212, Julio César, 247, 255 Menéndez Pidal, Gonzalo, 79 Peiró Cabrera, R., 39
215-217 Kneipp, Sebastián, 32 Meneses, Alonso de, 80 Pellejero, Carmelo, 74
García Ruiz, José, 273 Krizek, Vladimir, 36 Menjoulet, Juan y Rafael, 100, 168 Peña Hinojosa, Baltasar, 62
García Valiente, Julián, 234 Laignel-Lavastine, 36 Mercado, Luis, 24 Peñaflorida, marqueses de, 107
García Vázquez, Emilio, 212 Lar ios, marqués de, 70 Mesa Santa-Olalla, Emilio, 214, 216, 220 Pérez, Manuel Damián, 235
García y Pozo, Alonso, 249 Lar ruga, 73 Miñano, Sebastián de, 55 Pérez Borrajo, Francisco, 61
García y Sevilla, José Fernando, 225, 234 Lavoisier, 185 Miralles, José Pascual, 36 Pérez de la Flor, José, 259
García-Talavera Fernández, José, 38 Lázaro Guerrero, Isidro, 155 Miranda de Cuartín, María, 254 Pérez Hermoso, Manuel, 208, 216

278 279
Piéry, M., 36 Sar Caballero, Adolfo del, 252, 253 ÍNDICE TOPONÍMICO
Pikman, 107 Sarrionaindía Gurtubay, Magdalena, 39
Pineda Dorado, M. C , 40 Savonarola, Giovanni Michele, 23, 31
Plinio, 31 Scholtz, 107
Pomme, P., 175 Segura y Alva, Juan de, 270
Pompeyo, 247 Serratosa, 119
Porter, Roy, 37 Sículo, Lucio Marineo, 24
Prado, Casiano de, 191 Sigerist, Henry E., 30, 35, 43, 105 Aceitero, fuente, 262 Baños de la Hedionda (Ronda), 262-266
Priessnitz, Vicente, 32, 177 Sirvent, Juan, 111 Aguas, sierra de, 65, 67, 151, 271 Baños de la Tosquilla, 46, 269, 270
Prolongo, Pablo, 185 Sonia de Noruega, 105 Alange, 23 Baño de las Majadas, 273
Puschmann, Theodor, 32 Soto, Juan de, 175 Alcaparaín, sierra de, 65, 67, 109 Baños de Manilva, v. Baños de la Hedionda
Reyes, Cristóbal de los, 175 Taboada, Marcial, 188 Alemania, 23, 33, 35, 37 (Casares)
Reyes, Juan Manuel de los, 274 Tartivel, 31 Alcalá de Henares, 25, 51 Baños de Vilo, 46, 48-51, 53, 56, 57, 61, 87,
Rhazes, 23 Teba, conde de, v. Palafox, Cipriano Alcaucín, 223, 273 90, 94, 95, 101-103, 112, 113, 121,
Riera, Juan, 39 Teba, condesa de, 166 Alfaguara, río, 202-204 123-125, 127, 131, 133, 223-244
Río, Marcos del, 252 Teodosio, 152 Alfarnate, 87, 88, 90, 223 Baños del Duque, 46, 255-261, 265
Río, familia del, 202 Tiberio, 152 Alfarnatejo, 223 Bath, 30, 37, 94
Río Cómitre, Manuel del, 82, 91, 212, 213, 220 Torre-Luzón, vizconde de, 164 Algeciras, 250, 257 Bélmez, 70, 71
Río del Río, Manuel del, 93, 213 Torres Villarroel, 38 Alhama, sierra de, 67, 223 Bermeja, sierra, 65, 67, 80, 255
Río Labourdette, Consuelo del, 214 Torres Villegas, F. J., 263, 273 Alhama de Granada, 23, 80, 87, 152, Blanca de Ojén, sierra, 67
Rochfort Scott, C , 249 Trigueros, José, 166, 168 167, 226, 236 Blanquilla, sierra, 67, 151, 153
Rodas, Simón de, 84 Trot, Tomás, 184 Alhama de Murcia, 23 Bobadilla, 88
Rodríguez Buzón, Cristóbal, 272 Troya y Atienza, José de, 240 Alhaurín el Grande, 56, 57, 61, 272 Boca del Asno, 80
Rodríguez Caballero y Amandi, José, 257, 259 Truxillo y Tacón, Pedro, 155 Almanzora, fuente, 239, 241 Bombichar, 84
Rodríguez Pinilla, Hipólito, 29, 30, 35, 106 Undabeitia, Carlos, 39 Almijara, sierra, 67, 223 Brasil, 72
Rolls, Roger, 37 Urbain, 29 Almogía, 80, 271, 272 Caballos, río, 202, 207, 213
Romera, 93, 221 Urquía Echave, José María, 39 Alora, 57, 80, 84, 86, 87, 153, 271 Cabras, sierra de las, 67
Rubio, Pedro María, 29, 33, 34, 55, 117, 119, Valera, Juan, 108 Alora, estación, 84 Cabrilla, sierra, 65
237, 252, 263, 273, 274 Valverde, vizconde de, v. Cabeza de Baca Alozaina, 81, 91, 92, 138, 139 Cádiz, 65, 67, 80, 106, 162
Rudolph, Gerhard, 36 Vázquez, A., 62 Alpujala, 67 Caldas de Montbuy, 23
Ruiz Barba, Juan, 175 Vázquez, V., 62 América, 73, 75 Camorolos, sierra de, 67
Ruiz Blaser, 91 Vázquez Candiles, Marcos, 62 Andalucía, 19, 26, 53, 72-75, 83, 106, 152 Campillos, 51, 59, 80, 82, 83, 100
Ruiz Marín, Julián, 226 Vázquez Parga, 178 Antequera, 56, 62, 72, 73, 79, 80, 83, £8, 153 Cantarranas, arroyo, 223
Ruiz Moreno, Aníbal, 23 Vega Ramos, Miguel, 112, 237 Antequera, depresión de, 67, 68, 75 Cárdenas, arroyo, 274
Ruiz Navarrete, Francisco, 83 Velázquez, Luis José, 184 Aranjuez; 235 Carratraca, 19, 21, 46, 48-51, 53, 54, 56-59,
Ruiz Ramos, Miguel, 253 Vera, Juan de, 154, 155 Archidona, 46, 88, 269, 270 61, 62, 80-84, 86, 87, 93-95, 97-100,
Sáenz Diez, Manuel, 187 Verdejo, Antonio, 178 Árdales, 19, 54, 57-59, 62, 80, 82, 83, 100, 105-112, 117-122, 124, 132, 134-136, 137,
Sakula, Alex, 37 Vigarello, Georges, 36 137, 151-153, 158, 175, 267, 269 138, 142-146, 151-159, 162-203, 218, 235,
Salamanca, José, 156, 162-165 Villafranea, Benigno, 28 Árdales, fuente, 266-269 250, 251, 263, 265-268, 271, 272, 274
Salgado y Guillermo, José, 28, 53, 109, 110, Villalba, Joaquín de, 33 Argelia, 72, 75 Cártama, 91, 92, 209
119, 120, 179-182, 186-195, 198, 268 Villamor Zambrano, José, 209 Argentina, 72 Casabermeja, 88, 226
Salinas, Cirilo, 94, 166 Villuga, P., 80 Asturias, 70 Casarabonela, 46, 50, 53, 54, 58, 80-83, 92,
San Calisto, barón de, 107 Vitrubio, 31 Atájate, sierra de, 67 136, 137, 151-158, 165, 175, 177, 208,
San Martín Bacaicoa, Josefina, 29 Wallon, Armand, 36, 95 Axarquía, 68, 75 216, 274
San Martín Campos, 233 Weisz, George, 37 Badén, 94, 99 Casares, 46, 58, 62, 152, 250, 252-254,
San Martín Moreno, Alfonso, 232 Ximénez, Pedro, 203 Baños, arroyo de los, 223, 232 257, 261
San Martín y Villa, Emilio de, 101, 231, 233 Zamora, José, 228, 229 Baños, sierra de, 65, 67, 151 Cataluña, 71, 74, 75, 93
San Román Rouyer, José, 29 Zamora, Simón, 255 Baños de Árdales, v. Carratraca Cerrajón de los Baños, 223
Sánchez Ballenato, Alonso, 183 Zamora Moreno, Rafael, 230 Baños de Casares, v. Baños del Duque Coín, 51, 59, 90-93, 207, 209, 272
Santamaría Arnáiz, M., 39 Zaragoza Rubira, J. R., 40 Baños de la Fuente Santa, v. Baños del Duque Colmenar, 80, 87, 88
Santiago, 247, 249 Zurita Martín, Antonio, 269 Baños de la Hedionda (Casares), 46, 56, Córdoba, 65, 67, 70, 79, 81, 84, 86, 87,
62, 247-254, 255 106, 128

280 281
Cortijo del Santicio, 83, 86, 97 Guaro, 54, 60, 81, 92, 138, 139 Pizarra, 83, 87, 91, 92 Tolox, sierra de, 67, 202
Crestellina, sierra, 67 Guaro, río, 90, 223, 236 Polonia, 38 Torcal, 67, 80
Cuba, 72 Guipúzcoa, 19, 39, 70 Portugal, 62 Torre Caleta, 65
Cuesta del Espino, 88 Hacho, monte, 271 Prieta, sierra, 65, 67 Torre del Mar, 88
Cueva, arroyo de la, 90 Hardales, aguas de, v. Carratraca Puerto Rico, 72 Torrecilla, 67, 202
Cuevas de San Marcos, 65 Hoya de Málaga, 67, 68, 81 Real, sierra, 67 Torrox, 46
Cuevas del Becerro, 54, 60, 136, 137 Hungría, 38 Riofrío, 88 Trillo, 226, 235
Cuevas del Becerro, sierra de, 67 Italia, 23, 33, 35 Riogordo, 51, 80, 87, 88, 223 Unión Soviética, 38
Cuevezuelas, 204, 205 Jerez, 91 Ronda, 53, 56-58, 72, 73, 80-84, 91, 92, Uruguay, 72
Chapuceros, manantial, 205, 209, 210, 215, 216 Jimena, 250 257, 259, 262-265 Utrera, sierra de la, 62, 249
Checoslovaquia, 38 La Sauceda, 65 Ronda, serranía de, 65, 67, 68, 75, 80, 137, Valencia, 39
Chile, 72 La Vifluela, 87, 88, 223 138, 141, 142, 143 Valle de Abdalajís, sierra del, 65, 67
Chullera, punta de la, 65 Lanjarón, 56, 62 Salina, 88 Vélez, río, 67, 223
Duque, monte del, 261 Las Rosas de El Borge, 223, 224 San Antonio, fuente de, 214 Vélez-Málaga, 46, 50, 51, 58, 80, 87, 88,
El Bosque, 269, 270 San Roque, 250 224-228, 232-234
Loja, 80, 87, 88, 112, 226, 237
El Burgo, 80, 83 San Sebastián, 30 Venecia, 31
Londres, 213
El Burgo, sierra de, 67 Santander, 23, 30 Ventas de Zafarraya, 87
Lugo, 23
El Horcajo, 152 Saratoga, 30, 37 Veor, fuente, 239, 241
Macharaviaya, 87
Enmedio, sierra de, 67, 232 Saucedo, 270 Vichy, 94, 105
Madrid, 29, 35, 36, 54, 61, 75, 137, 141
Epsom, 37 Sevilla, 40, 67, 75, 79, 80, 82, 83, Villanueva de Tapia, 88
154, 157, 163, 169, 178, 179, 202, 207,
Estepona, 250-252, 257 84, 106, 128, 166 Villanueva del Rosario, 46, 57, 269, 270
211, 214, 225, 226, 227, 229, 250, 252,
Etiopía, 37 Sevilla, reino, 72 Vizcaya, 70
254, 273
Europa, 25, 34, 75, 106, 225, 255 Tejeda, sierra, 67, 223 Yunquera, 81, 208
Málaga, montes de, 67
Francés, manantial del, 215 Tolox, 19, 46, 48, 53,54, 58-60, 67, 81, 82, Zapata, cerro, 239
Manilva, 46, 56, 62, 249, 250, 251, 255
Francia, 23, 27, 31, 33, 35-37, 71, 95
Marbella, 70, 80, 250 90-95, 103, 121, 138, 139, 142-145, 147,
Fuengirola, 272
Medinasidonia, 62 202-222
Fuente Amargosa, 46, 48, 49, 51, 56, 57, 61,
90, 91, 103, 124, 202-206 Merinos, sierra de los, 67
(v. también Tolox) Mijas, sierra de, 67, 272
Fuente de Agua Hedionda (Casarabonela), 274 Mogaib, río, v. Alfaguara
Fuente de Antequera, v. Fuente de la Piedra Monda, 54, 60, 138, 139, 211
Fuente de la Piedra, 21, 46, 56, 95 Monjas, fuente de las, 262
Fuente Hedionda de las Rozas, 239 Munda, 247
G.E.S.M., 202 New York, 30
Gaucín, 46, 250, 261 Nieves, sierra de las, 65
Gaviria, 217 Olvera, 259
Genal, 81 Otálora, 217
Genalguacil, 46, 255, 257 Oreganal, sierra del, 65, 67
Gibraltar, 80 Ortegicar, sierra de, 67
Gobantes, estación, 84, 87 Otañes, 23
Graena, 152 País Vasco, 38, 39, 93
Gran Bretaña, 25, 35, 37, 70, 74 Palmitera, sierra, 67
Granada, 54, 61, 62, 65, 71, 72, 79, 80, 88, Palo, sierra del, 67
106, 127, 128, 156, 223, 240 Panticosa, 164, 177, 179, 199, 212
Granada, reino, 72, 73 París, 34, 188
Grande, río, 90 Pasadas, río, 272, 273
Grecia, 22 Pedrea, cerro de la, 262
Guadalcobacín, río, 262 Peñarrubia, 80, 82, 83, 84, 166
Guadalhorce, río, 67, 80 Periana, 46, 53, 58, 62, 87, 88, 90, 102,
Guadalmedina, río, 67 125, 223, 228, 231, 236, 237
Guadalquivir, río, 68 Pfáfers, 23
Guadalteba, río, 83 Pinar, sierra del, 153
Guadiaro, 67 Pinos, sierra de los, 67

282 283
ÍNDICE GENERAL

Páginas

Prólogo 11

Siglas utilizadas 15

1. EL AGUA: DE ELEMENTO NATURAL A PRINCIPIO TERAPÉUTICO

1.1. Introducción 19
1.2. Agua pasada...: Breve historia de la hidrología médica 22
1.3. Aproximación a la historiografía hidrológica 30

2. MATERIALES PARA UNA HISTORIA DE LOS BALNEARIOS


2.1. El estudio histórico de los balnearios como investigación multidisciplinar 43
2.2. Termalismo: La hidrología como fenómeno social . . . . . . . 49

3. EL MEDIO NATURAL Y EL ENTORNO SOCIAL


3.1. El medio natural 65
3.2. La. economía malagueña 69
3.3. Evolución demográfica 72

4. INFRAESTRUCTURA DE LOS NÚCLEOS URBANOS BALNEARIOS


4.1. Caminos 79
4.1.1. Por malos caminos 79
4.1.2. Carratraca: la ruta de los bañistas 82
4.1.3. Andar en Vilo 87
4.1.4. Tolox: camino al andar 90
4.2. Alojamientos 93
4.2.1. Construcciones y bañistas 93
4.2.2. Carratraca 97
4.2.3. Baños de Vilo 101
4.2.4. Tolox 103
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4.3. Ocio y vida cotidiana 105 7. ESTABLECIMIENTOS DE BAÑOS TERAPÉUTICOS 245


4.3.1. En los albores del turismo 105 7.1. Baños de la Hedionda, de Manilva o del Rosario 247
4.3.2. Carratraca: las horas y los días 106 7.2. Baños de Casares, del Duque o de la Fuente Santa 255
4.3.3. La humanidad doliente 110 7.3. Los baños de la Hedionda de Ronda 262
4.3.3. La discreción de la modestia: Baños de Vilo 112 7.4. Las auténticas aguas de Árdales 266

5. POBLACIÓN DE HECHO Y CONCURRENCIA ESTACIONAL: 7.5. Otros baños 269


ASPECTOS DEMOGRÁFICOS DE LA COMUNIDAD BALNEARIA 7.5.1. Baños de la Tosquilla (Villanueva del Rosario) 269
5.1. Concurrencia 117 7.5.2. Baños Hediondos de Alora 271
5.1.1. Estadísticas de concurrencia: entre la manipulación y lo aleatorio 117 7.5.3. Aguas del Sultán (Almogía) 271
5.1.2. Los acontecimientos locales, moduladores de la concurrencia . . 124 7.5.4. Baños Hediondos de Alhaurín el Grande 272
5.1.3. La clase social como factor de afluencia 126 7.5.5. Baños de las Majadas (Alcaucín) 273
5.2. Demografía 136
7.5.6. Fuente de Agua Hedionda (Casarabonela) 274
5.2.1. Carratraca: crisis balnearia y crsis demográfica 136
5.2.2. Tolox: el balneario y la emigración 138 índice onomástico 277

6. LOS BALNEARIOS OFICIALES índice toponímico 281

6.1. Carratraca: El balneario de la burguesía 151 índice general 285


6.1.1. El nacimiento de una población 151
6.1.2. Los baños de Árdales 157
6.1.3. Entre dos aguas: bienes públicos e intereses privados 163
6.1.4. El balneario de Carratraca 168
6.1.5. Leyes, médicos y conflictos 175
6.1.6. Los análisis de las aguas 183
6.1.7. El cántaro a la fuente 189
6.1.8. Las aguas de Carratraca y la terapéutica 195
6.2. Tolox: El éxito de la especialización 202
6.2.1. A contrapelo 202
6.2.2. El agua amargosa 203
6.2.3. Una utilidad inútil 209
6.2.4. La tormenta: entre la sociedad mercantil y la empresa familiar . . 211
6.2.5. Versatilidad terapéutica y adaptación balnearia 215
6.3. Baños de Vilo: Una sucesión de adversidades 223
6.3.1. Hoy 223
6.3.2. Los orígenes 223
6.3.3. Del baño al balneario 227
6.3.4. El problema de las interinidades 233
6.3.5. Las aguas 238

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