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La brecha en el tiempo
La figura del poeta y la propia obra lírica va más allá del tiempo. Los poemas, independientemente de la época en la
que fueron escritos y de lo remota que nos parezca la situación que en ellos se trata nos permiten, a los lectores,
vivirlos y entenderlos en el presente.
Es decir, el espacio y el tiempo creados en el poema por parte del yo poético, son universales ya que no hablan de una
situación cerrada sino de un sentimiento o emoción profunda entendida desde todos los tiempos y culturas. Por tanto,
la lírica es el único género en el que se rompe la separación escritor-lector puesto que el yo poético incluye a ambos.
Es decir, el lector, al enfrentarse al poema lo hace suyo haciendo que el tiempo de este sea su presente y los espacios
pasen a ser sus espacios conocidos.
Por tanto, los poemas nunca son historias pasadas si no vivencias del presente y el lector no los lee desde la
perspectiva del yo poético si no situándose él como un yo que dirige las palabras.
Basándonos en las palabras de Antonio Machado encontramos un punto común entre poesía y filosofía: Ambas desean
abolir el tiempo para situarse en un espacio por encima de este. La poesía consigue este objetivo debido a que la
cronología solo influye en las deixis temporales y personales. Sin embargo, la capacidad de ruptura del yo poético
hace que estas deixis cambien así cuando Antonio Machado declamaba el yo era él, pero si nosotros lo leemos en la
actualidad el yo será nuestro.
El acto creador
El poeta es un mago o un alquimista que tomando las palabras consigue iluminar la realidad y transformarla
presentándonos una nueva disposición de las formas y por tanto de las cosas. El acto poético por tanto supone explorar
nuevas significaciones, inventar formas, hablar de un sentimiento… La poesía pretende irrumpir en la vida y dejar una
huella escrita y duradera. El poeta evoca (a la amada, a la juventud, a la naturaleza…), invoca (haciendo presentes
hechos pasados o llamando para volver a hacer existir una realidad que se ha perdido irremediablemente) y, además,
provoca, se dirige a otros gritando el dolor, la desesperanza, la alegría… e incluso, en la poesía didáctica, enseñando al
otro.
Los rostros del poeta:
-el artista de la palabra, el juglar, un retórico que divierte al público, el trovador o el trovero, el poeta de [la] corte;
-el soñador, el vagabundo, el marginal, el bohemio, más a gusto en medio de la naturaleza que en la sociedad;
-el mago, el alquimista, el “vidente”, dotado de un poder a la vez sagrado e inquietante, el “poeta maldito”, pero
también “bendecido”, que puede acceder a las esferas espirituales superiores;
-el profeta, el guía de la humanidad, el poeta comprometido al servicio de la colectividad.
3. Una unidad orgánica: Un poema, por muy corto que sea constituye un mundo en sí mismo. Los poemas dejan al
lector la impresión de llegar a una síntesis en su final, habiendo pasado por una emoción o visión del mundo
concretas. Tanto es así que hay poemas circulares que comienzan y acaban de manera similar. Por ello, entendemos
que el poema es un mensaje completo y que, normalmente, una obra poética contiene poemas que oscilan en torno a
un mismo tópico. Cada poema es, por tanto, una variación en la forma de hablar de un tema único y recurrente. Esto se
ve, por ejemplo, en que los temas de la lírica se conservan muchos intactos desde que surge el género.
4.Las palabras y las cosas: Poesía e imitación: El poeta no hace un uso utilitario sino estético de la palabras. Para él,
estas valen no solo por lo que dicen sino también por su forma, sonoridad, posibilidad de construir una rima, de
formar asociaciones…. El poeta hace uso, por tanto, tanto del significante como del significado de las palabras
buscando con ello reducir la distancia entre palabra y objeto, es decir, reducir el carácter arbitrario del lenguaje. El
poeta, de entre los escritores, es el que más atento permanece a las palabras incluso a las más insignificantes, puesto
que son claves para remarcar la belleza o la fuerza de un verso.
5. Poesía y repetición: El poema es la más corta de las formas literarias y es, sim embargo, la que más repeticiones
presenta. La poesía, al igual que la música, se modela dando vueltas al mismo asunto, a través de los estribillos, la
rima, el final de los versos… Están muy presentes las anáforas y todo sigue el mismo asunto.
6. Poesía y asociaciones: En la poesía tienen una gran peso las figuras de estilo (metáforas, metonimias,
sinécdoques…) ya que gracias a ellas podemos establecer correspondencias entre realidades.
El verso libre fue una invención de Rimbaud quien rechazó sistemáticamente las reglas de la versificación. El verso
libre es una forma poética en la que se da un cambio de línea calculado, pero no sometido a ninguna regularidad en
cuanto al número de sílabas de cada verso. Esta forma será la más utilizada durante el siglo XX, gracias al ejemplo de
Guillaume Apollinaire quien además creó el caligrama: poema cuyos versos forman un dibujo que evoca el mismo
objeto que el texto.
La canción, muchas veces confundida con la poesía, es un texto en el que destaca el ritmo, en versos rimados
regulares a los que se pone música. A partir del siglo XVI tuvo una existencia paralela a la poesía y muy ligada a la
expresión popular. Había canciones para todo tipo de ocasiones, para todas las edades, para todo oficio: nanas para los
niños, canciones sobre las “mal casadas” para las mujeres, canciones para beber, canciones de tejedores, de
prisioneros…
Durante la Revolución Francesa la canción se convierte en el género emblemático del pueblo que quería significar el
protagonismo e iniciativa de éste. De hecho, “La Marsellesa”, canción de los soldados, se eligió como himno nacional.
La canción fue adoptando un papel satírico y político, que conservara durante todo el siglo XIX y XX. En el siglo XX
con la aparición del disco, la canción conoce un nuevo impulso. Es el género popular que se ha introducido en la vida
cotidiana. La exigencia en la calidad del texto es perceptible sobre todo en los cantautores y se ha llegado a crear
canciones con las composiciones de célebres poetas.