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PERIODISMO DEPORTIVO
HISTORIA SOCIAL DEL DEPORTE
CRONOLOGIA
El Imperio Romano entró en una grave crisis y uno de sus síntomas fue su división
entre Imperio Romano de Oriente y Occidente durante el siglo IV d.C.
La crisis fue general y mientras el Imperio Oriental (Bizancio con sede en
Constantinopla) continuó vigente hasta el 1453, el Imperio de Occidente cayó (476)
como consecuencia de propio derrumbe interno y las invasiones germanas desde las
fronteras del norte. El Estado Romano desapareció, las ciudades se despoblaron y se
profundizó el poder de las aristocracias latifundistas. Por otro lado, el poder quedó en
manos de los nuevos invasores que se fueron cristianizando y se mixturaron con los
antiguos dueños de las tierras. Finalmente, la única institución que marcó una
continuidad con la época del Imperio Romano fue la Iglesia Católica.
El occidente cristiano europeo se fue constituyendo sobre los despojos del Imperio
Romano Occidental, las nuevas creaciones germanas y la siempre vigente Iglesia
Católica. Las etapas que recorrió su pasado durante la Edad Media se pueden
diagramar de la siguiente manera:
Hacia el año 800 d.C. Carlomagno intentó revitalizar Imperio Romano. Generó una
unidad política que tuvo su eje en parte de la actual Francia y Alemania con su centro
en la ciudad de Aquisgran. Luego de su muerte ese intento de generar un sistema
estatal único se fragmentó y por siglos no hubo ningún otro intento similar, primando
la típica fragmentación feudal.
En materia política dominaron los Reinos feudales débiles en los que el Rey era uno
más entre los señores poderosos. Fueron siglos que vieron la lucha entre las dos
unidades políticas más importantes de la época: Imperio Romano Germánico
(invocación del generado por Carlomagno) y el Papado. Una lucha que con excepción
de algunas zonas (en especial Italia y el sur de Alemania) no implicó a la Europa en su
conjunto.
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La crisis fue generada por causas internas y externas. Entre estas últimas se han
ubicado la llamada Peste negra de 1348, la intermitencia de las pestes, las hambrunas
más frecuentes que en otros tiempos. Cambios climáticos.
Entre las causas internas se han mencionado la tensión extrema de luchas y conflictos
de clases habituales en el sistema feudal: la exigencia mayor de renta de parte de los
señores. A todo esto se sumaba la terrible Guerra de cien años entre Francia e
Inglaterra. Fue el período culminante donde hubo mayor cantidad de levantamientos
campesinos tanto en Inglaterra (1380) como en Francia (1350).
Europa occidental y cristiana reconoce una amplia región donde se desarrollaron las
formas típicas del feudalismo, área llamada “nuclear” que abarcaba la actual Francia y
el sur de Alemania.
En Italia, era reconocible la tradición romana y urbana, mientras que en Europa del
Norte dominaba la tradición germana. En un principio Inglaterra fue zona peculiar con
dominancia de agricultores libres.
Todas estas tendencias diversas tienden a unificarse hacia el siglo XI.
Mundo campesino
La economía campesina es un sistema productivo rural con eje en la aldea campesina
que no es más que un conjunto de familias con sus hogares y una zona de producción
rural cercana. Cada familia produce en un “manso” o terreno que posee desde
generaciones y que produce en parte para su propio sustento y en parte para el señor
(renta en especie). La economía aldeana se organiza solidariamente en común entre
los campesinos. La aldea no es un conjunto homogéneo. Dentro existen diferencias de
riqueza aunque la situación general es de dependencia con respecto al señor. Los
campesinos, según lo estipule la tradición, tendrán que trabajar en la reserva del señor
en las cercanías de su castillo (renta en trabajo).
Como se puede ver, existían distintos tipos de extracción del excedente de producción
fruto del trabajo de los campesinos. La renta en especie: parte de la producción rural
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es dada al señor; la renta en trabajo: los campesinos trabajan algunos períodos en
terrenos cercanos al centro del dominio señorial; la renta en dinero (aparece y se
solidifica con la emergencia urbana desde el siglo XI), el campesino vende sus
excedentes en el mercado y paga en dinero sus obligaciones para con el señor.
Desde el siglo XI aparecen nuevas formas de extracción del excedente por parte de la
clase dominante: el uso del bosque, el uso de tribunales de justicia, el uso del molino,
el pago de peajes para cruzar puentes sobre ríos. Las novedades son consecuencia de
la expansión de la dominación señorial bajo nuevas formas (llamadas poder de “ban”).
La vida rural estaba regida por trabajos rurales, siembra y cosecha. Regida por
estaciones y naturaleza. Así, el calendario laboral estaba ordenado por las estaciones
anuales. El calendario festivo y el poco tiempo libre también estaban guidados por el
calendario de trabajo rural. Las fiestas religiosas celebraban patronos y las fiestas
paganas muy antiguas campesinas rendían culto a deidades agrarias. En general las
celebraciones fijadas por la Iglesia y las paganas tendieron a fusionarse. Por ejemplo,
fechas relacionadas con la navidad o el martes de carnaval.
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En su interior se estructuraba bajo una férrea jerarquía dominada por los señores más
poderosos y desde ellos hacia abajo se formó una pirámide integrada por cadenas
cuyos eslabones se formaron por lazos de fidelidad y dependencia personal entre el
señor y su vasallo (un señor de menor poder). Esos vínculos de fidelidad entre ambos
se edificaron sobre la base de juramentos de lealtad, amistad y ayuda mutua. Esos
lazos se terminaban por celebrar en rituales en los que se escenificaban juramentos,
obligaciones mutuas, entrega de feudos (tierras), ayuda en caso de ataque de terceros,
ayuda en educación militar a hijos varones, hospedaje en caso de visitas. Solían
superponerse con festejos y fiestas en castillos
Nobleza Eclesiástica
Tal como ya se ha mencionado, los obispados y los monasterios eran propietarios de
grandes extensiones de tierra, bajo los cuales había aldeas campesinas y como en los
señoríos laicos, en estos señoríos eclesiásticos también se extraía la renta feudal.
Las relaciones entre las dos ramas de la nobleza fueron conflictivas. Ambas peleaban
por el dominio y la hegemonía. La Iglesia siempre estuvo muy preocupada por lo que
consideraba un exceso de energía puesta en las empresas bélicas por parte de de los
señores laicos. Su temor era que el sistema en conjunto se debilitara fruto de las
guerras internas.
Hacia los siglos X y XI emergieron dos grandes líneas ideológicas y preceptivas desde
la Iglesia que fueron dirigidas hacia el conjunto de los grupos y en especial a la nobleza
laica: la paz de dios y la teoría de los tres órdenes.
Paz de Dios: siglo XI. Este ideario sostenía que Dios había delegado la paz en reyes
(romanos) con la misión de sostener la paz y la justicia, pero como eran incapaces de
cumplirla Dios había reasumido esos poderes y los había delegado en los Obispos
auxiliados por los nobles laicos (en un papel secundario).
Si se violaban ciertas reglas de violencia interna, la Iglesia tenía el poder de
excomulgarlos.
Fue un fuerte intento de evitar pillaje. Naturalmente, siguió habiendo violencia
interseñorial, pero apareció un elemento simbólico poderoso para frenar los impulsos
agresivos. La intención era dirigir la violencia guerrera hacia fuera de la cristiandad,
contra los infieles musulmanes. Nace el espíritu de cruzada y las primeras empresas
que organizaron los viajes bélicos y evangelizadores hacia el Oriente Medio con la
intención de recuperar el Santo Sepulcro en Jerusalén.
El monje Adalberón en su obra Carmen ad Robertum regem francorum del año 1025,
explicitó de esta manera las ideas que se conocieron más tarde como el modelo de los
tres órdenes:
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“El orden eclesiástico (oratores) no compone sino un solo cuerpo. En cambio la
sociedad está dividida en tres órdenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos
condiciones: el noble y el siervo, que no se rigen por la misma ley.
Los nobles son los bellatores, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el
pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a
ellos mismos. La otra clase es la de los siervos (labratores). Esta raza de desgraciados
no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministrados a todos por
ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad de Dios,
que es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros
trabajan. Los tres órdenes viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de
cada uno de estos órdenes permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez
presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el mundo ha estado en
paz”.
Como se puede ver, está basada en un supuesto funcionalista, organicista, donde cada
uno de los órdenes tiene una función necesaria en la sociedad, avalada por Dios. Para
que el todo funcione con normalidad, cada uno debe cumplir su papel. Los Oratores,
oran por la salvación de todos (los únicos que tienen la capacidad de conectarse con
Dios y mediar con él); los bellatores (bella=guerra), nobleza laica debe combatir para
defender a cristiandad; los laboratores, campesinos que deben trabajar la tierra para
mantener a los oratores y bellatores.
Dentro del mundo rural se fueron generando ferias comerciales estacionales y centros
urbanos más estables en los cruces de caminos. Primero muy vinculados al mundo
rural y luego cada vez mas escindidos, e independientes.
Con el tiempo los burgueses (habitantes de los burgos o centros urbanos) se ocuparon
del comercio, de la producción de artesanías, etc. Fueron comerciantes errantes que se
establecían definitivamente, siervos huidos de señoríos, una pequeña nobleza sin
tierras, desheredados o extranjeros viajantes.
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peajes entrar y salir, para el ejercicio de la justicia, etc. En este caso los burgueses
luchaban por obtener la autonomía de los señores. Durante el siglo XII muchas urbes
lograron formar sus propios gobiernos y obtuvieron libertades comerciales.
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Vienen de viejas tradiciones que se cristalizan en el siglo XII y hoy algo se ve en el
deporte (honor, caballerosidad).
Al describir las mentalidades de los señores laicos hay que destacar sus tres vertientes:
la mentalidad baronial y guerrera. La mentalidad cortes desde el siglo XI. Con el
surgimiento de las cortes señoriales en los castillos y la fuerte impronta del gasto y la
distinción en torno suyo. Finalmente la mentalidad caballeresca en torno al ideal bélico
y la formación de la caballería, desde el siglo XII se hacia la guerra en nombre de Dios.
Se luchaba para defender la fe, siempre dentro del marco del modelo de los tres
órdenes. Se superponían valores bélicos y fines asociados a la misión trascendental.
Para la nobleza laica guerrera, la misión trascendental justificaba su vida militar de
conquista. Implicaba aceptar ideales cristianos de vida que incluían virtudes morales
como el honor, la verdad, generosidad, modestia……….. que pasaron a ser virtudes del
caballero.
El honor (como valor y modelo ideal) se asocia al medio con el cual se obtiene el fin y
no a la obtención del fin en sí mismo. Es un código mediador en la obtención de los
valores del caballero. La posesión del honor es parte de la esencia del mismo ser y
habilita la pertenencia al grupo. Si no se es honorable no se es. Se pierde la esencia.
Está en relación con la dignidad, si se pierde el honor no se es digno de ser caballero,
de pertenecer al grupo de caballeros.
Se trata también de ocultar las formas y expresiones del orgullo terrenal, humano; en
procura de la humildad cristiana; la bondad y salud del alma; quedando los
requerimientos y placeres del cuerpo en último lugar. El alma en primer plano
(depositaria del costado divino en cada hombre). También se considera la posesión de
la juventud como valor positivo. Junto con la valoración positiva de las dotes del
guerrero, se elevan a primer lugar los valores de heroísmo y el coraje viril.
Las llamadas “Justas” y los “Torneos” fueron las prácticas competitivas de la nobleza
dominante. Cumplieron claramente un rol de distinción social para distanciarse de otros
grupos, campesinos, burgueses, pequeña nobleza, clérigos. También como aprendizaje
para la guerra. Mientras que las justas eran competencias individuales, similares a lo
que más tarde serían los duelos, los torneos eran luchas grupales de nobles contra
otros grupos nobiliarios. Todas ellas se celebraban en el contexto de festejos mucho
más amplios con un conjunto de otras actividades.
Lentamente, en las urbes va surgiendo una nueva imagen del hombre. Ahora se lo va
concibiendo como dueño de su propio destino. Con bienes interiores, con posibilidades
de elegir, con libertad para aventurarse. Surge la idea del azar, de la fortuna ciega.
Pero también nace la confianza en sus fuerzas, en armar su propio destino (no por
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nacimiento, ni debido a razones exclusivamente divinas). Son los inicios de las
creencias que sostienen que el hombre puede hacerse a sí mismo. Se ponen en
evidencia sentimientos como el orgullo, la vanidad, la soberbia que los ricos burgueses
suelen mostrar sin ocultamientos. Sentir su propio triunfo, de haberse hecho a sí
mismo.
Estas creencias y actitudes tendrán suma importancia siglos mas tardes cuando se
desarrollen nuestros deportes actuales. En ellos tiene gran impronta el individualismo
que siempre está en tensión con las dotes y cualidades del conjunto (en los deportes
colectivos).
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siglo) y la llegada de pestes de oriente. En algunas regiones, murió más de un tercio
de la población.
Nobleza: justas, torneos, duelos, caza, tiro al arco, esgrima (relación con Guerra y vida
cortesana, más ideales caballerescos). Honor y valores caballerescos retomados en
deporte actual.
Área rural campesina: festivales, ferias, Soule, lucha, arco. Formas de competencias
rurales fueron resignificadas y cambiadas en deporte actual.
Bibliografía básica:
Duby, Georges: Hombres y estructuras de la Edad Media, Madrid, Siglo XXI, 1997