Está en la página 1de 20

Perry Anderson (resumen)

Transiciones de la antigüedad al feudalismo

Segunda parte I Europa occidental

1)El modo de producción feudal

El feudalismo dominado por la tierra y por la economía natural, en


el que ni el trabajo ni los productos del trabajo eran mercancías. El
productor inmediato (el campesino) estaba unido (adscrito) a los
medios de producción (la tierra), por una relación social específica,
una coerción extra económica que ejercía el señor, dueño de las
tierras que extraían un plus producto del campesinado en forma de
rentas en especie u obligaciones consuetudinarias del campesino
hacia él, quien tenía derechos jurídicos y de explotación económica
dentro de su jurisdicción.

El señor recibía la investidura de sus derechos de otro noble


superior a quien tenía que brindar servicios de caballería.

De esta forma, se armaba una cadena donde cada señor feudal era
vasallo de otro, y la soberanía política nunca se asentaba en un solo
centro.

El feudalismo occidental tenía tres características fundamentales:

1- La división feudal de soberanías en zonas particularistas con


fronteras superpuestas permitía la existencia de entidades
corporativas “alógenas” en sus intersticios.

Supervivencia de las tierras comunales de las aldeas, Dentro del


señorío las relaciones de producción estaban medidas a través de un
estatuto agrario dual, Los señoríos no coincidían con cada aldea
sino que estaban distribuidos entre varias de éstas. De ahí que en
cada aldea estuvieran mezclados diferentes dominios señoriales.

2- Oposición dinámica entre campo y ciudad


La parcelación fue constitutiva de la posterior ciudad medieval. En
el Imperio romano, con su elaborada civilización urbana, las
ciudades estaban subordinadas al dominio de los terratenientes
nobles que vivían en ellas pero no de ellas.

Eran comunas autogobernadas que dirigían el comercio y la


manufactura, y gozaban de autonomía respecto de la iglesia y
nobleza.

La oposición dinámica entre campo y ciudad sólo fue posible en el


modo de producción feudal.

3- La cúspide de la cadena, era su eslabón más débil:

El monarca era un soberano feudal de sus vasallos, a quien estaba


ligado por vínculos de reciprocidad y fidelidad, y no un soberano
supremo situado por encima de sus súbditos. Sus recursos
económicos residían casi exclusivamente en sus dominios
personales como señor, y sus llamadas a sus vasallos tenían una
naturaleza militar. El monarca era señor en sus dominios, en el resto
era una figura ceremonial.

El poder político estaba estratificado hacia abajo, su cima no tenía


autoridad plenipotenciaria.

La Iglesia, que en la Antigüedad tardía siempre había estado


integrada en la maquinaria del Estado y subordinada a ella, se
convirtió en una institución autónoma dentro del sistema político
feudal. Debido a la dispersión de la coerción la Iglesia defendió sus
intereses corporativos desde un reducto territorial y utilizando a las
fuerzas armadas.

La justicia era la modalidad central del poder político, justicia, era el


nombre ordinario del poder.

La jerarquía feudal excluía toda forma de ejecutivo para imponer el


cumplimiento de la ley.
2)Tipología de las formaciones sociales:

El modo de producción feudal nunca existió en estado puro en


ninguna parte de Europa.

En las formaciones sociales de la Europa medieval Se


entremezclaron con el feudalismo otros modos de producción como
el esclavismo y los campesinos libres. El mapa del feudalismo
occidental presenta una gran diversidad, y en base a ello se puedo
realizar una clasificación tripartita. El mapa del temprano
feudalismo europeo comprendía esencialmente tres zonas que se
extendían de norte a sur:

1. Francia

La región central del feudalismo fue donde se produjo una síntesis


equilibrada entre elementos romanos y germánicos. Especialmente
en el norte de Francia, corazón del Imperio Carolingio.

Esta síntesis generó el feudalismo de forma más rápida y completa,


produciendo su forma clásica y generando un impacto sobre zonas
exteriores con un feudalismo menos desarrollado. Aquí fue donde
apareció por primera vez la servidumbre, donde se desarrolló el
sistema señorial y dónde la justicia señorial fue más profunda.

El colapso de Imperio Carolingio en el S IX fue seguido por un


torbellino de guerras internas, anarquía, e invasiones nórdicas.

El poder nobiliario se fragmentó y se concentró en castillos y


fortalezas, acelerando la dependencia de un campesinado expuesto
a la amenaza vikinga y musulmana, se formó un jerarquía feudal
vertical con una extensa división territorial: a finales del SX había
más de 50 divisiones, siendo las más importantes los duques o
condes de Flandes, el ducado de Francia, Normandía, Francia ,
Borgoña, Aquitania y Toulouse.
La casa real Capeta (dinastía de los capetos), afianzó sus derechos de
soberanía sobre los ducados mediante la agresión militar, la ayuda
clerical, y alianzas matrimoniales.

Los primero monarcas capetos fueron Luis VI y Sigerio,que


pacificaron y unieron al ducado de Francia. Para 1212, el dominio
capeto había alcanzado el Mediterráneo.

Después de la victoria de Felipe el Hermoso, y durante los próximos


tres siglos de guerras civiles, la unidad feudal francesa se fue
rasgando, pero nunca llegó a dividirse definitivamente.

2. Inglaterra

Los conquistadores normandos importaron un feudalismo


centralizado implantado desde arriba,

La pequeña proporción de la isla experimentó la transición


espontánea de una formación social germánica al feudalismo, sin
haber sentido nunca la influencia romana.

En Inglaterra la carga económica de los señores locales sobre la


población se combinó con los impuestos exigidos por el rey para la
defensa.

Seguía habiendo esclavos que coexistían con los arrendatarios


semiindependientes.

Una aristocracia local de Thegns dominaba la zona rural y explotaba


las fincas de modo protoseñorial. (eran jefes de clan o barones que
recibían las tierras del rey por servicios militares, eran guerreros de
a pie)

La monarquía poseía un sistema administrativo relativamente


avanzado y coordinado con moneda, impuestos y justicia reales
implantados por todo el país aunque no se había implementado un
sistema de sucesión dinástica.

La carencia fue la falta de un vínculo entre la propiedad de la tierra


y el servicio militar.
El ejército anglosajón era una mezcla de séquito personal del rey o
milicias populares, que no podían enfrentar a los ejércitos
normandos.

La conquista normanda (quienes ya se habían asentado en Francia y


habían experimentado una fusión romano- germánica) trajo una
síntesis tardía de dos formaciones sociales relativamente avanzadas,
el resultado fue la combinación de un Estado altamente centralizado
y de una resistente justicia popular que caracterizó a la Inglaterra
medieval.

Contrariamente a las costumbres continentales, en Inglaterra los


subvasallos le debían lealtad a su señor directo así como al rey,
donante último de toda la tierra.

3. Alemania

Mientras en el norte de Francia la estructura administrativa de los


condados coincidía con el civitaes romano, y regía un sistema de
vasallaje progresivamente articulado, con un campesinado servil
por debajo de él, el carácter tribal de la sociedad rural germana
impedía una reproducción de este modelo.

En Franconia y Lorena, contiguas al norte de Francia, ya parte del


reino Merovingio, se había desarrollado una aristocracia
protofeudal y una agricultura servil, pero en la mayoría de
Alemania (Baviera, Turingia, Sajonia) todavía existía un
campesinado aloideal libre y una nobleza de clanes no organizada
en el vasallaje.

Los condes que gobernaban en nombre del emperador poseían


inciertas jurisdicciones sobre regiones poco definidas.

Por otro lado, Alemania no fue tan azotada por las invasiones, sólo
tuvo que enfrentarse a los magiares.

Con el colapso de la dinastía carolingia, se produjo un vacío político


en toda Alemania, y no proporcionó ningún sustituto duradero para
la jerarquía señorial.
Aparecieron entonces troncos ducales usurpadores, de carácter
tribal que ejercieron el poder en las 5 regiones más importantes, el
principal tronco, Sajonia, proveyó la primera dinastía que intentó
unificar el país, los Otones (y Sajonia no era feudal).

La aristocracia de Sajonia se reveló contra la siguiente dinastía, la


sálica. La lucha por las investiduras papales entre Gregorio VII y
Enrique IV fue aprovechada por esta aristocracia desencadenando
una guerra civil en Alemania para levantarse contra el Emperador
con las bendiciones papales.

Hubo en esta época un importante cambio social: la aristocracia


destrozó la base alodial de los campesinos libres no nobles en medio
de una situación de anarquía y guerra que duró 50 años.

El campesinado fue reducido a servidumbre a medida que


desaparecía la justicia pública y popular, se imponían prestaciones
feudales y se reglamentaban las obligaciones militares entre los
miembros de la propia clase nobiliaria.

En el siglo XII llegó el feudalismo íntegro, pero que se construyó


contra la integración monárquica del país. Los efectos políticos
fueron inevitables.

El resultado final fue la eliminación de toda monarquía hereditaria


en el s XIII cuando el Imperio se hizo definitivamente electivo, con
un confuso archipiélago de principados.

4. Italia

El feudalismo en Italia fue moldeado por la supervivencia de las


tradiciones clásicas, en el siglo VI la recuperación de casi toda la
península emprendida por los bizantinos contra los lombardos,
ayudó a conservar esas tradiciones

Italia nunca perdió la vida urbana municipal , las ciudades


volvieron a actuar rápido como centros mercantiles para tráfico por
el Mediterráneo y florecieron como puertos muy avanzados.
La Iglesia heredó buena parte de la posición social y política de la
aristocracia senatorial, hasta el siglo XI los obispos fueron los
dirigentes administrativos de las ciudades.

En Italia, la sociedad rural fue muy heterogénea, combinando


feudos, campesinos propietarios libres, latifundios y terratenientes
urbanos, según las regiones.

Los señoríos propiamente dichos estaban en Lombardía y en el


norte, y en el sur se encontraban los latifundios clásicos cultivados
por esclavos aún durante el dominio bizantino.

El sistema señorial fue mucho más débil en Italia y el auge de las


comunas urbanas más rápido.

A finales del siglo XI las jurisdicciones señoriales iban


disminuyendo en el campo mientras que la lucha de las investiduras
a las comunidades mercantiles la oportunidad de instituir
verdaderos autogobiernos comunales que en el año 1100 dominaron
el norte de Italia y forzaron a la sumisión a los señores, de quienes
extraían impuestos, granos y tropas para la ciudad.

Las relaciones rurales se modificaron por esta expansión, que


generaba una dependencia semicomercializada para el campo, que
se hallaba lejos de la servidumbre.

El desarrollo de las manufacturas dentro de las comunas provocó


tensiones entre mercaderes y magnates, y los artesanos y
profesionales agrupados en gremios.

Pero en el siglo XV las comunas lombardas cayeron bajo el dominio


de tiranías personales y hereditarias.

La ciudades anexaron al campo, a diferencia del resto de Europa, y


nunca se consolidó el sistema feudal.

Sólo en dos regiones se implantó un sistema político-económico


feudal: Piamonte, cerca de los Alpes y lejos de las comunas, donde
se implantó un sistema jerárquico y señorial con campesinado
dependiente, y Nápoles y Sicilia, reino que habían creado los
normandos luego de conquistarlo a los bizantinos y a los árabes.

La división de la península en dos sistemas diferentes duró siglos.

5. España

Sólo dos siglos separaron la conquista visigoda de la musulmana, en


ese período sólo aparecieron combinaciones confusas romano-
germánicas, lo que no posibilitó ninguna síntesis avanzada.

La Reconquista fue el determinante para el feudalismo español, más


que la colisión y fusión de las sociedades bárbaras.

La excepción fue Cataluña, incorporada al reino carolingio, y que


vivó la experiencia de los vassi dominici, el sistema de beneficios y
la administración condal.

En la zona occidental la larga lucha contra los moros dio lugar a una
doble evolución, la lenta reconquista creo un amplio sector de
tierras de nadie colonizada por campesinos libres.

En los territorios cristianos, donde el poder señorial estaba de todas


formas debilitado, las comunas de campesinos se encomendaban a
los señores, pero la inestabilidad de las líneas de separación entre
cada religión hizo que no fuera posible que se generaran jerarquías
señoriales delimitadas.

El esclavizamiento de los cautivos fue en España una práctica


habitual.

Desde el siglo XI en Castilla y Aragón hubo un importante


crecimiento de las fincas, los monarcas españoles de los reinos
cristianos debieron su autoridad al desempeño en las cruzadas, y no
al desarrollo del feudalismo, si bien existía el vasallaje no había un
verdadero sistema de feudos.

De los jefes militares saldría las clase social que dominaría el


feudalismo español.
Las monarquías castellana y aragonesa, que todavía no eran
institución es consolidadas, extrajeron beneficios sustanciales de la
feudalización de las aristocracias guerreras.

Por último, Portugal fu la última monarquía feudal importante que


apareció en Europa, donde se repitió el modelo español.

3) El lejano Norte

El determinante histórico fundamental para la especificidad


escandinava fue la estructura social vikinga.

Las formaciones sociales del norte conservaron casi intacto el


primitivo modelo interno de las comunidades tribales germánicas:
un campesinado armado, un consejo libre de agricultores-guerreros,
una clase dirigente de los jefes de clan, un sistema de séquito para
las expediciones de saqueo y una monarquía precaria y
semiselectiva.

En el siglo XII estas rudimentarias sociedades escandinavas se


convirtieron en una de las fronteras bárbaras del Imperio
Carolingio. Al expandirse por Alemania del Norte hasta Sajonia.
Luego de este contacto se repitieron las invasiones para atacar al
Imperio Romano.

Desde el S VIII al IX las bandas vikingas asolaron Irlanda, Inglaterra,


Los Países Bajos y Francia, y llegaron hasta España, Italia y Bizancio.

Los agricultores vikingos colonizaron Islandia y Groenlandia, y los


soldados y comerciantes vikingos crearon el primer Estado
territorial en Rusia.

En estas invasiones no se produjeron grandes migraciones terrestres


de pueblos enteros, sino que fueron expediciones marítimas de un
número limitado, no más de 300 o 400 hombres.

La expansión vikinga tenía un carácter comercial, no buscaban


solamente tierra para colonizar, sino también moneda y mercancía.
Saquearon muchas ciudades, pero fundaron y construyeron muchas
más, porque éstas eran los ganglios de su comercio, la materia
básica del mismo eran los esclavos.

Eran diferentes los modelos de expansión danesa, noruega y sueca.

Los vikingos noruegos fueron impulsados por la escasez de tierras


de sus montañas de origen, además de botines, buscaban dónde
asentarse.

Además de invadir Irlanda y Escocia ellos fueron quienes poblaron


y colonizaron Islandia.

Las expediciones Danesas por el centro conquistaron y poblaron el


norte de Inglaterra y Normandía, fueron asaltos mucho mejor
organizados.

La expansión de la piratería sueca tuvo una orientación comercial,


no estaba impulsada por la colonización de tierra, es el caso de los
varegos que llegaron a Rusia que querían controlar las rutas que
llegaban a Bizancio y el oriente musulmán.

Mientras que los típicos Estados vikingos fundados en el Atlántico


eran comunidades de colonos agrícolas el Reino varego de Rusia fue
un imperio comercial contruído sobre la venta de esclavos al mundo
musulmán.

Las formaciones sociales escandinavas fueron las últimas de Europa


que hicieron uso normal de la mano de obra esclava, el modelo
típico de las comunidades tribales en la fase inicial de la
diferenciación social fue el predominio de una aristocracia guerrera
cuyas tierras eran cultivadas por esclavos cautivos. La presencia de
esta mano de obra exterior fue lo que permitió la coexistencia de
una nobleza con un campesinado libre indígena organizado en
clanes.

No experimentaron ningún tipo de evolución hacia la dependencia


feudal y la adscripción de la mano de obra, sino que por el contrario
se mantuvieron como comunidades de clanes vigorosas y
primitivas.
Las aldeas de campesinos escandinavos conservaron un modelo
social muy cercano al de los pueblos germanos del siglo I, todos los
años se repartían lotes de tierra a cada familia.

Después de tres siglos la dinámica de expansión vikinga llegó a su


fin con el último ataque noruego a Inglaterra en 1066.

Por otra parte, los normandos ya habían hecho suyas las estructuras
del feudalismo europeo.

Las primeras invasiones vikingas habían precipitado la


cristalización del feudalismo en el siglo IX en medio de la
desintegración del Imperio Carolingio. Ahora este feudalismo fue
perfeccionado y fortalecido en un extenso sistema institucional y se
reveló superior a los ataques de las tradicionales campañas vikingas.

Desde ahora el feudalismo occidental ejercía una presión sobre


Escandinavia y la transformó gradualmente.

Con el fin de la expansión, la mano de obra esclava dejaba de existir


y se quebraban las viejas estructuras sociales.

El feudalismo escandinavo nunca consiguió recuperar el tiempo


perdido por su tardío comienzo y se mostró incapaz de erradicar las
poderosas instituciones y tradiciones rurales de un campesinado
independiente cuyos derechos populares y asambleas de
agricultores eran todavía un vivo recuerdo.

Otro factor, fue que la zona no sufrió prácticamente las invasiones


de la baja edad media, con lo cual el campesinado no sufrió las
consecuencias de las guerras como en el resto de Europa.

4) La dinámica feudal

(Este capítulo y el siguiente plantean debate con Duby) Resúmenes


en hojas a mano.

El feudalismo apareció en Europa occidental en el S X, se expandió


en el XI y alcanzó su cumbre en el XII y XIII, representando un
notable progreso económico y social.
Hacia el S IX se produjeron innovaciones técnicas en los métodos
productivos (mucho tuvo que ver en su aplicación las
trasformaciones ideológicas aportadas por la Iglesia) como la
utilización del arado de hierro, los arreos rígidos para la tracción
equina, los abonos para mejorar el suelo y el molino de agua para
moler el grano, aumentando la productividad agrícola y la
capacidad de generar excedentes: la población aumentó, se
construyeron ciudades y centros culturales.

Hasta fines del siglo XIII fue un sistema expansivo, grandes zonas
de bosques y pantanos fueron transformados al cultivo.

En el siglo XII, el feudalismo había producido una civilización


unificada y desarrollada.

El motor básico del progreso agrícola está en la dinámica interna del


modo de producción feudal, y en las nuevas relaciones sociales que
se generaron, posibilitando la aplicación y utilización de técnicas,
que en realidad existían desde hacía tres siglos.

El modo de producción feudal se definía por una cadena escalonada


de la propiedad que nunca fue divisible en unidades homogéneas e
intercambiables.

Esto generó el dominio eminente y el feudo revocable (anulable) en


el plano caballeresco.

En el plano de la aldea, generó la división de la tierra entre el


dominio señorial y las parcelas de los campesinos, sobre la que los
derechos del señor estaban diferenciados por grados.

Esta división fue la que modeló la lucha de clases entre los señores y
el campesinado.

Los señores querían aumentar la producción maximizando el trabajo


personal en su reserva señorial y las entregas en especie
provenientes de las parcelas de los campesinos.
La aplicación de nuevas técnicas dependía del nivel de
organización, aparecieron las banalités o monopolio, como el molino
que se encontraba en la reserva señorial y a dónde todos los
campesinos estaban obligados a llevar el grano para molerlo. El
señor era el director y dominador del proceso de producción, este
progreso se alcanzó en beneficio represivo del señor y a costa del
villano.

El papel directo del señor disminuyó a medida que aumentaba el


excedente. Los nobles más pequeños y los administradores ejercían
mucha presión sobre el campesinado para aumentar la producción
para los propietarios, y así la importancia económica y social de
estos estratos tendió a crecer.

A partir del año 1000, la clase aristocrática se consolidó gracias a


nuevas pautas de herencia, destinadas a proteger la propiedad
nobiliaria contra la división. También se desarrolló un gusto por el
consumo de objetos lujosos, lo que estimuló la expansión de la
oferta de bienes de campo.

El campesinado luego de pagar sus rentas (que habían tomado un


carácter regular) y cumplir con el trabajo en los dominios señoriales,
contaba con un pequeño tiempo para aumentar su propia
producción.

Los avances técnicos antes mencionados, se encontraban en los


dominios del señor, con lo cual se necesitaba menos mano de obra, y
la posibilidad entre los campesinos de acceder o no a esos avances
fue generando una nueva distinción.

Al mismo tiempo, crecía la población y las parcelas se


fragmentaban.

El resultado de este proceso fue la creciente diferenciación social en


las aldeas.

Un incipiente estrato de campesinos acomodados comenzó a reducir


a jornaleros dependientes a los campesinos más pobres, de todas
formas tanto los campesinos prósperos como los más pobres se
oponían a los señores que vivían a costa de ellos y en toda la época
feudal se dio una resistencia campesina.

Los señores, fueran laicos o eclesiásticos recurrían a la creación legal


de nuevas obligaciones, a la violencia coercitiva para imponer
aumentos en las rentas, y a la apropiación de tierras comunales (a la
parte dominante de la sociedad le interesa santificar lo existente
confiriéndole el carácter de ley y fijar como legales sus barreras,
dadas por el uso y la costumbre)

La tierras del señor, eran las más productivas, pero también porque
eran las mejores tierras. Las disputas por las tierras fueron
endémicas, porque al campesinado le quedaban las tierras menos
productivas (pantanos, selvas, etc.). La roturación y conversión de
tierras no cultivadas era la vía más fructífera de expansión
económica, los señores liberaban siervos para realizar las talas, o
simplemente tomaban las tierras que los campesinos ya habían
desmalezado.

Las tierras de los campesinos libres, cedieron ante las presiones


señoriales, y se convirtieron en tenencias dependientes. Las
posesiones alodiales (libres, comunales, etc), retrocedieron. Todo
esto, eran las manifestaciones de una silenciosa lucha social por las
tierras, y fue lo que produjo la gran expansión medieval de los S XII
y XIII, dando como resultado un aumento de la producción global.

Durante el S XIII, las tierras señoriales sin embargo empezaron a


reducirse así como las prestaciones de servicio personal.

Se hicieron más frecuentes los trabajadores estacionales, sujetos a


obligaciones consuetudinarias pero asalariados, mientras que el
arrendamiento a campesinos aumentaba. Esto se dio por el interés
que nacía en los señores de tener ingresos en metálico, y algunos
campesinos compraban así su libertad (normalmente eran
campesinos ricos que dominaban las aldeas con relaciones de
mercado).

Entre los años 950 y 1348, la población creció el doble. El comerció se


revitalizó, y un mayor número de ciudades crecieron y prosperaron
como puntos de intersección de los mercados regionales y centros
manufactureros.

La mayor parte de las nuevas ciudades fueron promovidas o


protegidas por señores feudales que querían acaparar los mercados
u obtener beneficios del comercio larga distancia.

Las ciudades medievales consiguieron una autonomía relativa,


dominadas por agentes señoriales (Inglaterra) o por pequeños
nobles residentes (Italia), crearon patriciados urbanos procedentes
de los antiguos intermediarios feudales o triunfantes mercaderes o
manufactureros.

La producción llegó a estar fuertemente regulada por los gremios,


en las últimas décadas del siglo XII.

Los mayores beneficios provenían del comercio de larga distancia y


de la usura, se compraba barato y se vendía a mayor precio en
mercados imperfectos.

La base de las fortunas patricias fue la banca, concediendo


préstamos a príncipes y nobles con intereses exorbitantes.

A mediados del S XIII, volvió la moneda de oro a Europa, lo que


indica la prosperidad del comercio.

La economía urbana dependía del comercio marítimo.

El dominio del Mediterráneo occidental con la victoria de la primera


cruzada y la apertura de rutas regulares para el comercio atlántico
significó un nuevo avance internacional.

La forma más madura que adoptó la autonomía de las ciudades


(que fue justamente esta condición, la de emanciparse del poder
señorial o monárquico directo) fue la COMUNA, una confederación
basada en el juramento de lealtad recíproca ENTRE IGUALES.
(Obligaciones horizontales, no verticales o jerárquicas).

CONCLUSIÓN
HACIA EL FINAL DEL S XIII, LA DOBLE BASE DEL
IMPRESIONANTE PROGRESO AGRÍCOLA Y DE LA VITALIDAD
URBANA PRODUJERON UN EXHUBERANTE DESARROLLO
TANTO EN EL CAMPO CULTURAL COMO EN EL MATERIAL.

DEL AÑO 1000 AL 1250, EL EMPUJE DEL MODO DE


PRODUCCIÓN FEUDAL PRODUJO EN SU MOMENTO
CULMINANTE LAS EXPEDICIONES INTERNACIONALES DE
LAS CRUZADAS, LA CONQUISTA DE CONSTANTINOPLA
ACABÓ CON LOS VESTIGIOS DEL IMPERIO DE ORIENTE Y
PARECÍA SIMBOLIZAR EL VIGOR TRIUNFANTE DEL
FEUDALISMO OCCIDENTAL.

LAS CIUDADES MEDIEVALES REPRESENTARON EN TODOS


LOS PAÍSES UN COMPONENTE ECONÓMICO Y CULTURAL
ABSOLUTAMENTE CRUCIAL DEL ORDEN FEUDAL.

5) La crisis general:

A los 100 años una crisis general asoló a todo el continente (Duby en
este punto habla de un RETROSESO y no de una crisis).

¿Por qué crisis?

Una contradicción estructural entre las relaciones de producción


dominantes, no es un simple enfrentamiento subjetivo de las
voluntades de clase. La resolución de las crisis estructurales de un
modo de producción depende siempre de la intervención directa de
la lucha de clases, pero la germinación de esas crisis puede tomar
por sorpresa a todas las clases al proceder de unos planos
estructurales distintos de los de su propia confrontación inmediata.
Lo que determina su resultado final es un choque dentro de la
situación de crisis general.

Contrariamente a las creencias ampliamente compartidas por los


marxistas, el modelo característico de crisis en un modo de
producción no es aquel en que unas vigorosas fuerzas económicas
de producción irrumpen triunfalmente en unas retrógradas
relaciones sociales de producción y establecen rápidamente sobre
sus ruinas una productividad y una sociedad más elevadas. Por el
contrario, las fuerzas de producción tienden a estancarse y
retroceder dentro de las existentes relaciones de producción, éstas
tienen que ser entonces radicalmente cambiadas y reordenadas
antes de que las nuevas fuerzas de producción puedan crearse y
combinarse en un modo de producción globalmente nuevo.

En una época de transición, las relaciones de producción cambian


antes que las fuerzas de producción y no al revés.

Factores determinantes de la crisis estructural

El determinante más profundo de la misma fue el “bloqueo” de los


mecanismos de reproducción del sistema en el punto límite de sus
capacidades.

El sistema de la roturación superó los límites objetivos de la tierra, la


población siguió creciendo mientras los cultivos ocupaban las tierras
marginales todavía disponibles, las tierras que quedaban eran de
baja calidad, y el resto se estaban agotando por el mal uso.

El avance del cereal disminuyó los pastizales para el ganado, y el


suministro de abono para la misma tierra.

El avance del comercio disminuyó la producción de grano y


aumentó la de vino, lino, lana, ganadería, etc. En algunas regiones,
con lo que se intensifico la dependencia de las importaciones.

1315-1316 fueron años de hambre en Europa, las tierras comenzaron


a abandonarse, y cayó el índice de natalidad (mala alimentación –
fertilidad).

En las primeras décadas del S XIV, el comercio se vio afectado por la


desaparición de dinero metálico. Al igual que en la agricultura, en la
minería la falta de avances técnicos impedía seguir extrayendo plata
(no había modo de hacer pozos más profundos, o de refinar los
minerales más impuros). Esta situación, afectó a la banca y al
comercio.
Esto provocó un efecto en la relación entre los precios urbanos y
agrícolas.

El descenso en la población provocó una contracción en la demanda


de artículos para la subsistencia, por lo que los precios del grano se
hundieron.

Las manufacturas y los bienes caros producidos para los señores


gozaban de una clientela selecta, y aumentaron progresivamente los
precios.

Este proceso contradictorio, afectó a los nobles ya que su modo de


vida se había hecho cada vez más dependiente de los bienes de las
ciudades, mientras que el cultivo de sus tierras y rentas serviles
producían ingresos decrecientes.

Esta situación desencadenó en una oleada sin precedentes de


guerras, ya que en todas partes los caballeros intentaron recuperar
su fortuna por medio del saqueo.

En Italia y Alemania se produjo el bandidaje desorganizado y


anárquico, en España se produjeron guerras civiles sumadas a los
problemas de sucesión dinástica en Castilla, en Francia la Guerra de
los Cien Años (guerra civil entre los Capetos y Borgoña, y lucha
internacional entre Inglaterra y Francia).

La crisis estructural finalmente estuvo sobredeterminada por una


catástrofe coyuntural, la peste negra llegada de Asia (1348).

Esa acumulación de desastres provocó una lucha desesperada por la


tierra, la clase noble amenazada por las deudas y la inflación se
enfrentaba ahora a una mano de obra descendente y hostil. Su
reacción inmediata fue el intento de recuperar su excedente atando a
los campesinos al señorío o reduciendo los salarios en la ciudad y en
el campo. Aquellos que no tenían tierra suficiente para la
subsistencia eran obligados a trabajar para los señores a sueldo fijo,
de ahí que también afectara a los pequeños propietarios.

Este intento señorial de reforzar la condición servil y hacer que la


clase productora pagara el coste de la crisis se enfrentó ahora con
una feroz y violenta resistencia dirigida por los campesinos. Los
conflictos sordos que habían caracterizado la larga expansión feudal
se fundieron repentinamente en grandes explosiones regionales o
nacionales durante la depresión feudal en unas sociedades
medievales que ahora estaban ya mucho más integradas económica
y políticamente.

A las exacciones habituales del señor, se sumaron las reales,


provocando la reacción popular contra la extorsión y la represión
señorial, convirtiéndose en un fenómeno continental.

Todas estas rebeliones fueron derrotadas políticamente. La


consecuencia decisiva fue una extensa transformación social en el
campo de Occidente, porque las violentas rebeliones rurales
condujeron a pesar de su derrota a cambios en el equilibrio de las
fuerzas de clase en pugna por la tierra.

CONCLUSIÓN

La crisis general del modo de producción feudal lejos de empeorar


la condición de los productores directos en el campo, terminó
mejorándola y emancipándolos. Fue el momento de disolución de la
servidumbre en occidente.

Las razones hay que buscarlas en la doble articulación del modo de


producción feudal, fue principalmente el sector urbano,
estructuralmente protegido por la parcelación de la soberanía en el
sistema político medieval, el que se desarrolló hasta un punto en el
que podía cambiar decisivamente el resultado de la lucha de clases
en el sector rural: prácticamente todas las rebeliones ocurrieron en
regiones cercanas a poderosos centros urbanos que fomentaron esas
insurrecciones (por la actividad mercantil), y en una época de crisis
las tensiones de una agricultura semicomercializada resultaron ser
mucho más graves para el armazón de la sociedad rural.

Muchas ciudades apoyaron o ayudaron activamente de una u otra


manera a las rebeliones rurales, bien por una incipiente simpatía
popular, desde abajo, o por el cálculo patricio de sus propios
intereses, desde arriba.
Por otra parte el predominio de estos centros comerciales hacía que
escapar de la servidumbre fuera una permanente posibilidad para
los campesinos descontentos: “el aire de la ciudad hace libre" era el
lema de los gobiernos de las ciudades de toda Europa ya que los
siervos fugitivos representaban una entrada de mano de obra para
las manufacturas urbanas, por lo que los señores se veían obligados
a aceptar una relajación de los vínculos serviles.

También podría gustarte