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CAPITULO IX

• Medicina pre e hipocrática®

1La aparición del pensamiento racional en la medicina tuvo su origen en la Grecia de los siglos VI y V
a.C., ocurriendo antes en las zonas periféricas que se encontraban en próximo contacto con Creta,
Egipto y Mesopotamia que en la Grecia continental.

Esto fue el origen de la medicina que luego se practicaría en Europa durante muchos siglos.

La enfermedad decididamente ya no era un castigo divino, sino una alteración del organismo humano.
Sin embargo, la posición del enfermo nada mejoró con esta decisión etiológica, ya que si la medicina
agotaba sus recursos -que por aquel tiempo no eran demasiados- el enfermo era abandonado a su
suerte, tanto por el médico como por sus familiares.

2Las interpretaciones de los fenómenos naturales en base a la razón la realizaron los pensadores
presocráticos que habitaban en el sur de Italia y la costa oriental del mar Egeo. Entre éstos des-tacan:

• Tales de Mileto (640-546 a.C.), llamado el "padre de la ciencia", que considera al agua como principio
fundamental en la naturaleza.

• Anaximandra (ca. 560 a.C.) afirmaba que todos los seres procedían de un organismo acuático.

• Demócrito de Abdera que propuso la teoría atomista.

• Empédocles de Agrigento, cuya doctrina es asumida para formalizar el pensamiento cien-tífico. Según
él todos los seres están compuestos de cuatro elementos de efectos contrarios y en diferentes
proporciones: agua, aire, tierra y fuego.

3La medicina clásica griega aparece tímidamente más tarde con Alemeón de Crotona (500 a.C.). En el
análisis de la concepción de su medicina ya se observa que empieza a aplicar la doctrina de los
presocráticos a los fenómenos observados en los enfermos. Comprobó la conexión entre el cerebro y los
sentidos, describiendo incluso el nervio óptico y el quiasma. Enunció que el cerebro es el sustrato de la
memoria y del pensamiento. Se le puede considerar como el primer médico científico.

4Hipócrates, junto con otros autores quizás posteriores, nos da a conocer en la obra Corpus
Hipocraticum el verdadero comienzo de la medicina clásica griega. Hipócrates vivió en Grecia en el siglo
V a.C. (460-380 a.C.) y su fama como médico fue enormente notoria adquiriendo caracter mágico-
legendario. Su leyenda traspasa las barreras del tiempo y se introduce en la posteridad, de tal suerte
que casi dos milenios después de su muerte aún se le nomina -con poco rigor, cierta-mente- el padre de
la Medicina.

5Hipócrates nace en Cos. Es hijo de un médico, Herakleides, que le enseña el oficio, y que a su vez. él
transmite a sus dos hijos, Thesalos y Dracón, que en unión de su cuñado Pólibo, también médico, fundan
la primera escuela médica de Cos.

Para Hipócrates las alteraciones de la salud no residen ya en el malhumor de los dioses ofendidos, sino
en el desequilibrio en el organismo de los cuatro humores esenciales: sangre, flema o pituita, bilis
amarilla y bilis negra. Se separa, pues, la enfermedad y sus causas racionales de las creencias religiosas.
El mejor ejemplo de este cambio en la etiología de la enfermedad se observa en el capítulo del Corpus
Hipocrático "De la enfermedad sagrada" (epilepsia) donde se la desliga de cualquier causalidad divina
para afirmar que está producida por una alteración hereditaria del cerebro.

Como queda apuntado, él y sus discípulos de Cos y Cnido (península e isla respectivamente muy
cercanas a Mileto), y quizás otras escuelas más, redactarán la magna obra de setenta textos médicos,
base de la práctica médica futura, y que es considerada la primera obra médica del mundo que
llamamos antiguo: el Corpus Hipocraticum, que fue recopilado en el siglo IV a.C. en la Gran Biblioteca de
Alejandría, gracias a la intención de Ptolomeo de reunir allí todos los conocimientos humanos de la
época.

6A través del Corpus Hipocraticum se ponen de manifiesto los cuatro principios fundamentales de la
práctica médica: "observarlo todo, estudiar al paciente más que a la enfermedad, hacer una evaluación
imparcial y ayudar a la naturaleza". Los fenómenos que se observan en los enfermos quedan recogidos
con gran objetividad en una minuciosa historia clínica donde al enfermo se le estudia a través de "la
vista, del tacto, con el oído, con la nariz, con la lengua, con el entendimiento, con lo que puede conocer
todo aquello que conocemos", practicándosele incluso la inspección vaginal y la auscultación inmediata
aplicando al pecho del enfermo la oreja del médico.

7Los casi setenta libros del Corpus Hipocraticum podrían clasificarse, siguiendo a García Gual, de la
siguiente forma:

1. Textos de carácter general como el Juramento de Hipócrates; Sobre la decencia; Preceptos;

Aforismos. Se dedican algunos fragmentos al comportamiento del médico que "debe tener buen color y
aspecto sano... que presente aspecto aseado y se perfume con ungüentos olorosos, con un perfume que
no sea sospechoso..

2. Textos de carácter anatomo-fisiológicos.

3. Textos dietéticos.

4. Textos básicos de patología: De los aires, aguas y lugares; Sobre los humores; Sobre las crisis;
Predicciones.

Si meticuloso era el diagnóstico del enfermo no le iba a la zaga el pronóstico, al que los médicos
hipocráticos otorgaban mucha importancia, vaticinando sobre quién sanará y quién morirá.

Algunas de sus reseñas pronósticas han llegado a nosotros y son aún utilizadas: la facies hipocrática para
describir la de los enfermos deshidratados. Para la emisión del pronóstico había que tener en cuenta las
cuatro posibles formas de terminación de la enfermedad: la curación total, la salud suficiente, la
incurabilidad y la muerte.

5. Textos de patología general: Epidemias; Sobre las enfermedades internas; Sobre la enfermedad
sagrada (epilepsia). Incluye unas cuarenta historias clínicas minuciosamente descritas.

6. Textos terapéuticos: Aquí se aconseja actuar sin interferir el curso normal de la enferme-dad. Se citan
muchos remedios vegetales y técnicas de aplicación.
7. Textos quirúrgicos: Sobre las heridas de la cabeza; Las fracturas; Las articulaciones.

8. Textos oftalmológicos.

9. Textos oftalmológicos: Sobre las doncellas; Las enfermedades fe-meninas; El parto de siete y ocho
meses; La embriotomía. El parto se realizaba con la mujer arrodillada sobre un taburete. Se pensaba que
los fetos de siete meses tenían más posibilidades de vivir que los de ocho (el número siete seguía
teniendo connotaciones mágicas).

Los Aforismos fueron más tarde uno de los textos más estudiados en las Universidades de

Europa Occidental: Salamanca, Montpellier, París, Padua.

En la obra De los aires, aguas y lugares puede verse el primer tratado de Higiene pública, siendo sus
normas consideradas válidas muchos siglos después.

9Los textos hipocráticos ya emplean el término "endemia" tal como hoy lo entendemos.
Como el hacinamiento y la suciedad eran características habituales en la vida diaria y los griegos usaban
habitualmente sandalias, se implantó la costumbre de lavarse los pies antes de entrar en la vivienda y la
utilización frecuente, por consiguiente, de baños y duchas.

10El famoso Juramento de Hipócrates es un texto más tardío. Me atrevo a asegurar que ha sido
utilizado por gran parte de las promociones médicas de los últimos venticinco siglos. Se podía jurar por
Apolo, por Esculapio (versión latinizada de Asclepio) y por sus hijas Higeia y Panacea. Como sustrato
tradicional de los principios éticos del médico es un documento de gran valor histórico.

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