Está en la página 1de 9
JOSEF PIEPER ete sentiatur...; NaM error circa crea 1 Det a de Deo sententiam.,, 2° Esta ra ut ee og algo que esté muy proximo a lo nos parece ses dC una fuga de érgano de Bach, Be uiltimos compass existe sin duda en Tomas. Pero na lez de ey belleza de Ia obra de arte. Este Jen. oe ees bello como es bello un instrumento perfecto, g te obstante, Tomds nunca consideré al lenguaje como un mero instrumento. Creemos que este es un: punto de alguna importancia y ademas un punto de alguna actualidad, En el campo de la Filosofia deter- minado por la Légica y la Logfstica se encuentra muy a menudo la opinién de que el lenguaje humano es un instrumento, algo asf como cl martillo ola taladra- dora, precisamente un instrumento de comunicacién; y si este instrumento no resulta adecuado, entonces simplemente se arregla 0 se sustituye por otro. A pri- mera vista esto no parece mal. Pero hay que aclarar algo todavia; es una opinién generalizada la de que cl Ienguaje cvolucionado, histérico, natural hace ya tiempo que se ha mostrado —por supuesto en el campo filoséfico— como un instrumento inadecuado y que, por tanto, este instrumento inadecuado, para salvar en Ineas gencrales el sentido del lenguaje, tiene que ser tituido por otro adecuado, es decir por un lenguaje ado en la convencién, artificial, que utilice sfmbo- (nimeros) en lugar de las palabras naturales, Im- Jeno pana de manifiesto que en este punto tura de principio ae hetee lo supone tae la relacién entre el Jenguaie pemicado. Se trata. oe "CO; convencional Suaje histérico, y el lenguaje téc- Telacién, como hal, _artificialmente producida, de la Nologia”, 69 ya se dijo, entre “lenguaje”: y “termi- ‘teradamente se discute, inclu- on lo que re ce 2 7 , Escaneado con CamScanner INTRODUCCION A TOMAS DE AQUINO 333 el fondo_que_¢x ta_una diferencia de princi- so, SP “jengua my “tern ologia’’> toda habla es pio Crea un manéja ‘instrumentos” que se pueden nds a arbitrariamente, que son intercambiables y cambia pueden usar a placer, ad placitum. Ademas, en ie te hace referencia al concepto “instrumento” hay ue distinguir entre instrumentum coniunction e ins- Hramenttn separatum, entre el instrumento unido in- mnediatamente al actuar y el separado del mismo; la mano es un instrumentum coniunctum y el martillo es un instrumentum separatum. Es cierto que Tomds-no aplicé propiamente esta distincién a la relacién entre je natural y la terminologfa artificial *', pero el lengua) se puede decir, siguicndo su pensamiento, que el len- guaje natural, histérico es un instrumentum coniunc- tum. Y esto quiere decir tres cosas: primero, que no podemos evidentemente “hacerlo” como un martillo; en segundo lugar, que no podemos cambiarlo capricho- samente, lo que significa que estamos unidos a él y que tiene fuerza obligatoria para nosotros, y en ter- cer lugar, que sdlo podemos utilizar (y comprender) la terminologfa artificial con la ayuda y en base al len- guaje natural, asf como empleamos la mano para ma- nejar el martillo. Todo ello resumidamente significa lo siguiente: la terminologfa vive del lenguaje natu- ral, histérico; éste contintia siendo el: fundamento obligado de toda comunicacién, mientras que la ter- minologfa no posee tal fuerza vinculante. No queremos decir que la “terminologia” no pueda se algo muy atinado y practico, algo incluso inevitable, Gare todo, naturalmente, en el campo de la ciencia. ca © el médico dice “defuncién” quiere significar “Y Precisamente un hecho fisiolégico claramente des- Cry + ar by to y “preciso”, esto es, recortado, artificialmente se- —_——. Escaneado con CamScanner 334 JOSEF PIEPER parado de la realidad total. La “palabra” natural correspondiente al término “4 “muerte”. Esta palabra no significa algo “ te : TECjeg" el hecho completo, también ciertamente a ee i ino légico, pero mas alla de él, atin mucho fee ig fisio. : pleja realidad de lo que tiene lugar verdaderane nte al mo! ‘ : la terminacién del status viatoris en | : vacién o en la condenacién, la pérdida del padte, hin esposa y atin otras cosas que tal vez no puedan’ non” brarse o conoterse. Todo esto, precisamente el cor junto, esta presente en la palabra “muerte”, también lo incomprensible; se hace perceptible tnicamente a quien utiliza el lenguaje vivo, escuchando y hablan- do, La palabra “muerte” se opone a ser reducida a un significado parcial. Porque no es “precisa” —esto es, separada— cs mds apta, mds exacta que el térmi- no. Y particularmente en el terreno filoséfico se trata de cuestiones fundamentales que reflejan la totalidad del mundo y de la existencia: felicidad, muerte, amor, verdad, realidad, vida, etc. En lo que se refiere a la posicién de Santo Tomds hay que decir dos cosas, una negativa y otra positiva, La negativa es que, a pesar de la primera apariencia, no hay en Tomas una propia terminologfa. Una inves- tigacién muy detallada lo ha puesto totalmente en claro **, Efectivamente Tomas no se ha elaborado unos términos rigidos, fijados un{vocamente, a los que tu- viesec que atenerse consecuentemente él mismo. Por cl contrario gusta de emplear varias expresiones sind- nimas una al lado de la otra 2°. No menos de diez f6t- mulas distintas utiliza para describir el concepto cc relacién “4; la palabra forma tiene en Tomds dicz sis- ane oo 33 B.A. Blanche, Sur la langue technique de Saint ne mas d’Aquin, “Revue de Philosophie”, vol. 30. Paris : * Ibidem, pp, 13 s, *4 Ibidem, pp. 15 s. Escaneado con CamScanner * tisch INTRODUCCION A TOMAS DE AQUINO 335 nificados distintos ™; la causa efficiens quiere decir una vez causa effectiva, otra vez causa agens o tam- bién activa 0 movens **°, Pero todo esto no es sola- mente asf de hecho, sino que Tomés lo quiere asf. Como dice Blanche, no es una mera y casual cuestién temperamental, sino el resultado de principios deter- minados, claramente formulados, Expresamente evita la definicién exacta, “precisa”, de conceptos fundamen- tales tales como “‘conocimiento” *7 0 “verdad”, Tomas est4 convencido de que no existe un nombre adecuado sin mas que describa y agote la cuestién, que pueda excluir a cualquier otro afin, y que, por tanto, pueda ser tinicamente valido. Chenu lo ha expresado asf: La clarté des mots ne lui dissimule pas le mystére des choses, la claridad de Jas palabras no le oculta el mis- terio de las cosas **. En segundo lugar hay que decir positivamente que para Tomas nunca es decisiva la definicién “‘estatuida” por un autor individual, ni tampoco por él mismo, sino lo decisivo es el uso idiomdtico, cl usus, es decir el habla viviente de los hombres. Esto lo ha expresado muchas veces y la mayoria de ellas basdndose en Aris- tteles. También el propio Aristételes se comporta asf y también lo ha formulado expresamente: “Al de- nominar las cosas hay que ir con los muchos” **, El uso del lenguaje, el habla viva de los hombres; éstas son cosas naturalmente no faciles de describir. Por supuesto que con ello no se hace referencia a las formas viciadas del habla de Ia calle, trivial, empobre- Ss & Ibidem, pp. 16 s. ® Ibidem, p. 15, * Alfons Hufnagel, Studien zur Entwicklung des thomis- tychen Erkenntnisbegriffes im Anschluss an das Correcto- im “Quare” (Minster 1935), p. 105. Chenu, Introduction, p. 102. re Tépicos 2, 2; 110 a; citado por Santo Tomis p. ej. en “capitulo inicial de la Suma contra los Gentiles. Escaneado con CamScanner JOSEP PIEPER, we a cida, Iena de jerga (aun Cuando se ha con que Santo Tomds no siempre Hega a rechazar abusivo de una palabra °°), Con el “uso del se hace referencia al habla de] hombre “oul mejor sentido de la palabra, que se alimen raices vivientes del lenguaje, incluyendo Por supuesto también la palabra poética, incluso el neologismo poé- tico surgido del espiritu del Ienguaje. Excluido, por el contrario, esta el Ienguaje técnico y crudito sepa- rado de las rafces del lenguaje. Excluido esta este len- guaje técnico y erudito que, por cierto, hoy cada vez mds empieza a Caracterizar la forma de la expresién publica, un peligro que afecta no tanto a una cierta “pureza de lenguaje” sino a la capacidad humana de hacer entender y expresar, incluso de conocer, las més profundas dimensiones del mundo, Tomas dice pues: nominibus utendum est ut plures utuntur 32, hay que utilizar los nombres de forma en que se empleen por término medio. Esto no quiere sélo decir que no se deben acuiiar caprichosamente nuevos nombres o em- plear los nombres existentes caprichosamente con sig- nificados nuevos; quiere decir también que en la in- vestigacién del significado de palabras fundamentales como, por ejemplo, “justicia”, hay que inquirir el uso viviente del Jenguaje. El uso del lenguaje y no la eti- mologfa. Creemos-que la forma de obrar de Heidegger de averiguar el significado de las palabras fundamen- tales a partir de la etimologfa no da resultado, cuando no conduce al error. El propio Tomas se comporta de acuerdo con aquella maxima. El pregunta, por ejem- plo: gqué quieren decir los hombres cuando dicen “semejante’? A primera vista parece que propiamente se podria uno contentar con la definicién que se en- cuentra cn los diccionarios filoséficos, Suena muy cvi- mprobado el empleo lenguaje” to” en el ta de las 3° Planche, Langue technique, p. 25. 3A Ver; 4:2: Escaneado con CamScanner INFRODECCION A TOMAS DI AQUINO: 337 dente decit que dos cc ' Jen en fodas tas ca cuando coin iyuales’ cuando coin- y que parte de Va Iyo exactamente formu- con cello, Inquicre cl primariamente se le mucs- eteristh denen ur pisticas. incluso a lado, Pero ‘Ton no se conter uso del lenguaje humano que tra en ka completa multiplicidad de las posibilidades efectivas de empleo de una palabra o también en Ja imposibilidad de emplearla en un contexto determina- do, Pero es evidentemente imposible decir, afirma To- s, que el padre sea semejante al hijo, de lo que se desprende que el concept nejanza” contiene atin otra cosa que lo que aquella definicién tan exacta apa- rentemente hace sospechar, es decir, un elemento de procedencia, de origen **, Ciertamente, uqué especie de fuerza obligatoria nos impide decir que el padre es semejante al hijo? Esto es dificil de decir. Sin embar- go existe en ello algo as{ como un deber. Y Tomas lo reconoce, con lo que al mismo tiempo dice que hay algo en el lenguaje humano, natural ¢ histé6rico, por lo que no nos podemos permitir disponer de él como de Jas cosas ¢ instrumentos hechos por nosotros. Ain hay que decir unas palabras del estilo interno carac- terfstico del habla de Tomas. Tomas parece estar de acuerdo con Goethe en que, colocado ante la eleccién, prefiere la expresion menos “significativa” °°, Se evita todo Jo vistoso y desacostumbrado en Ia formulacién. Naturalmente esto tiene inconvenientes. El peligro de que tal claridad, seca y sin adorno, aburra, en el caso de Santo Tomas hay que suavizarlo no s6lo por el rit- mo de] discurso, sino también por el gesto correspon- diente, Ambas cosas, gesto y ritmo, son caracter{sticas italo-meridionales. No obstante tal vez esto no sca especialmente importante. 4 AZ ad 4; 1 : 8, 2, 2. 8a Goethe en ua carta a Schiller de 9-7-1796 eh jantes TILOSOFIA MEDIEVAL, —22 Escaneado con CamScanner 338 JOSEF PIEPER Decisivo para el estilo interno del disc Tomas nos parece que es Ja sobriedad (uralmente no se quiere decir l { mento, incapacidad de entusiag, Antes bien se quiere decir |g todo lo que encubra o desfigure decir Ja mas alta apertura Para } subjetividad alguna; la preocy todo: aquello y sélo aquello qi CUrSo con ‘anguidez de tone iy MO 0 falta Apasionada Tenuncig ¢ ‘@ realidad: SC qui o Ulerg 0 real no limitads me Pacién de comprender que incluso en esta actitud se Puede leer atin un ar. ticulus de Santo Tomas, Y creemos presentir que fue un poco su punto de vista que lo escrito pudiese man- tenerse firme frente a una tal mirada desprovista de ilusiones. De ahf la constante Oposicién frente a todo lo meramente bonito, frente a tomarse a sf mismo solemnemente, y también frente a la terminologfa es- pecificamente “religiosa”, “Religioso” hay que ponerlo aqui entre comillas, En realidad esta abstinencia en relaci6n con el vocabulario “religioso” esta precisa- mente fundada en Io religioso. Al discurso de Santo Tomas falta la unctio, la “uncién”, Buenaventura, dudablemente refiriéndose’a su colega Tomés, ha ¢ cho que en los franciscanos viene en primer lugar Ia unctio y luego después Ja speculatio, mientras que vA los dominicos sucede al revés*, Hemos dicho a falta la unctio. En sentido estricto esto no See en condena; “falta” Ja expresin sensible, pi aquién Otros lugares, de Ia emotividad religiosa. - “ In Hexaémeron 22,21 (Opera omnia 5, 440). Escaneado con CamScanner INTRODUCCION A TOMAS DE) AQUINO. dird si esta falta no tiene su fundamento en una im- pasibilidad que procede de profunda? La aversién cari lica de Tomas fren- te a los “cortocircuitos religiosos”, esta sobriedad ra- cional, tiene con toda seguridad raices plenament Fe ligiosas, si no misticas. Se define una cosa, dice él en cierta ocasion, no por su tltimo principio, sino por al mas proximo *°, y por cllo la respuesta a la pregun- ta sobre Ia ciencia de la virtud no es que la virtud es lo querido por Dios, sino que virtud quiere decir hacer lo concorde con la inteligencia y lo adecuado a Ja cosa, Aun cuando en verdad es tan “moderno”, que deja consternados a algunos de sus hermanos y co- legas, su sobriedad inquebrantable le impide evidente- mente encasillarse en los movimientos de vanguardia de su propia época, incluso en los “religiosos”. Por ejemplo _ignord completamente Ja cuestién entonces comtn del cardcter escatolégico del siglo, aunque los dos Generales de las Ordenes franciscana y dominica, en 1256, hiciesen ptiblica una enciclica comtin sobre el sentido apocaliptico de ambas Ordenes mendican- tes: ellas eran los dos testigos de Cristo vestidos de saco, las dos estrellas de la Sibila, etc.°* Santo To- mas, un aito después, estipula con toda objetividad que “No se puede determinar una época, ni grande ni pequefia, tras la que se haya de esperar el fin del mundo” *7, Con esta sobriedad que sdlo se dirige a lo verdade- ramente real y que s6lo se detienc en ello, se relaciona ain otra cosa que es caracteristica de Tomas, tam- bién de su arte de hablar y escribir, Nos referimos a aquella grandiosa independencia interior que, a veces, °5 Virt, card, 1 ad 10. aa Alois Dempf, Sacrum Imperiun (Miinchen 1929), p. 303, "7 Contra impugn, ne? 531. Escaneado con CamScanner 340 JOSEF PrErEn se convierte en un atrevimiento que pareee ante nada, As{ se pregunta él —en eee te jemblar , Libro de Job**— si el habla sincera de Joh aria al | viola en ocasiones cl debido respeto al Sci Dios ng | que responde: “La verdad no_varfaacausa dot. 0 dignidad_de_aquél_a_quien_se_le dice; qu verdad_no_puede_ser_vencido por a lucha”. . Escaneado con CamScanner

También podría gustarte