En la actualidad el tráfico de drogas es un tema que se conversa tan a la ligera

que parece convertirse en algo normal y de igual manera sucede con el tráfico o
trata de blancas o con la prostitución de infantes, parece un tema que a la vez que
están conocido su erradicación en nula, no solo por el hecho que las ganancias
son grandes, sino porque resultan una materia prima fácil de conseguir y explotar
por el estado de vulnerabilidad en el que se puedan encontrar.

Dicha problemática tiene un matiz especial en Acapulco, en donde se ha vuelto el

negocio mejor pagado, el turismo negro que se hace por medio de los pederastas
a niños indígenas sin familias o que han sido explotados por las mismas. Sin
embargo, nadie hace nada es como un silencio que solo va dejando morir y
matando miles de niños que rodean desde los 5 hasta los 20 años en este trabajo
de la prostitución, niños que como se puede observar en el reportaje de Alejandro
Almazán “Los Acapulco Kids” se ha vuelto un mercado grande y sin fin para los
pederastas.

Lo más importante en este sentido es poder ver en dicho reportaje la percepción

que tienen ellos mismos de su persona, el escuchar cómo su anulación es parte
de su discurso y como el tiempo para jugar se ha cambiado por el trabajo en
piernas de adultos que van desde los 40 hasta los de 65 entre hombre y mujeres,
es percibir que para ellos sexo es simple trabajo y que su cuerpo es solo el medio
para conseguir dinero y drogas, pero no logran darse cuenta que ese trabajo que
les da piedra no es más que un abuso sexual en cada uno de ellos.

Este tipo de abuso tiende a dejar secuelas a largo plazo, como es la presencia de
trastornos disociativos, la presencia de alcoholismo o toxicomanías, estas a su vez
acompañadas de comportamientos delictivos derivados del desajuste emocional
que presentan, es por ello que cualquier intervención de forma individual o por
medio de una psicoterapia de grupo se va focalizar a comprender por lo que el
menor está pasando y centrarse en las experiencias que descontrolaran su
desarrollo y como por medio de ellas la interacción con el entorno se ve afectada.
En el contexto de la intervención es el terapeuta quien funjira el rol de un adulto
que le proporcione la seguridad y confianza con el que puede relacionarse de
manera segura para que el niño logre por medio de diversas estrategias recuperar
la confianza en sí mismo y se pueda adaptar adecuadamente al contexto en el que
se vinculara.