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MITO Y VIDA EN LA FILOSOFÍA

CLAUDIA FERNANDA BARRERA CASTAÑEDA*

RESUMEN

No se trata de entrar en la polémica acerca de la supresión o abolición del mito por parte de Occi-
dente, sino precisamente de valorar lo que nos queda de él con sus manifestaciones. En este caso
es necesario volver a Nietzsche, puesto que, el hombre arrancado del mito se encuentra también
separado de su propia historia y así de su cultura. En el mito, hay ciertamente una unidad entre la
religión, la ética, la política, el arte militar o la ciencia misma inspirando la fuerza creativa que
desde los griegos las religiones monoteístas no tienen.

Palabras clave
Mito, Vida, Tragedia, Filosofía.

ABSTRACT

It is not about entering in the controversy about the removal or abolition of the myth from the West,
but precisely to assess what remains of it with its demonstrations. In this case it is necessary to re-
turn to Nietzsche, the man started the myth and that is also separated from his own history and thus
its culture. In the myth, there is certainly a unity between religion, ethics, politics, military art or
science itself inspiring creative force from the Greeks monotheistic religions have not.

Keywords
Myth, Life, Tragedy, Philosophy.

Recibido: Agosto 28 de 2013 Aceptado: Octubre 23 de 2013


* Profesora de filosofía política de la Universidad del Atlántico. Tomado del conversatorio sobre “el mito” en el
Amira de la Rosa en Barranquilla realizado en el 2°semestre de 2012.

REVISTA AMAUTA • UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO • BARRANQUILLA (COL.) • ISSN 1794-5658 • NO. 22 • JUL-DIC 2013 • 137-151
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Hablar de mito y vida como nociones sobre el mito para luego atribuirle a la
filosóficas tiene connotaciones diver- vida una adecuada trayectoria respec-
sas, por esto no es fácil precisarlo, to al uso que la filosofía le ha asigna-
surgiendo así difracciones múltiples do hasta nuestros días.
cuando las analizamos a la luz del
pensamiento. Se trata de retomar las En primer lugar debemos acudir a la
fuentes mismas del contexto en don- etimología de la palabra mito proce-
de las primeras nociones de mito y dente del griego y entendida como un
de vida aparecen mezcladas con la relato. La palabra viene de myo que
filosofía y su ejercicio. La antigüe- connota y lleva en sí el misterio. Se
dad griega es de manera obligada, el lo define como relato legendario po-
fundamento de lo propuesto. Así en niendo en escena varios personajes
un primer momento se contextualiza (dioses, semi-dioses, héroes y ele-
el punto de vista de la orientación ori- mentos naturales) de tal manera que
ginaria para hablar del mito. ¿Qué se presentan la sacralidad y los relatos
entiende por mito y su explicación al entre los hombres participando en la
aproximarlo a la vida y necesariamen- creación de las creencias en la cultu-
te a la filosofía? En un segundo mo- ra griega. El mito es pues, una forma
mento, se reconsidera al mito como de pensamiento en los griegos y no
una entidad sagrada de la cual la filo- tiene pretensiones ni de validez, ni
sofía se desprende y se traza una línea de moralidad como se podría pensar,
paralela con la vida para sustentar un ya que estamos frente a las creencias
propósito que sopese la reinvención paganas que no buscan “redimir” al
de las nociones de mito y vida para mundo como lo ha pretendido el pen-
nuestra modernidad. Ubicando esta samiento religioso posterior, con el
tradición se presentarán los elementos cristianismo. En el entramado de la
de lo que pareció inadecuado rom- complejidad para tratar “el mito” sur-
perse: la luminosidad del mito como ge por ejemplo la alegoría que es una
fundamento imaginario en la vida del palabra de origen griego cuya etimo-
hombre y de su qué-hacer a través del logía indica que uno quiere decir otra
“progreso” como condición para la cosa de lo que dice: “es la figura de
modernidad. Por último, se hablará estilo que consiste en decir una cosa
de lo estético en la condición misma para significar otra diferente de lo
del pensar de estas dos nociones en la que se dice” pues contiene metáforas
filosofía. y símbolos. Una alegoría describe o
cuenta algo distinto de lo enunciado.
Connotaciones del mito y de la vida La imagen o el texto alegóricos pre-
sentan siempre un sentido inmediata-
Si la noción de mito se encuentra en mente coherente, pero encuentran un
esa parte sagrada e imaginaria de las segundo grado de sentido simbólico.
culturas veamos varias definiciones Llega hasta nuestros días la célebre

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“alegoría de la caverna” de Platón en liberarse de las cadenas (el cuerpo) y


la cual las apariencias y la ilusión son elevar su alma hacia la contemplación
un peligro para pensar las formas in- de los objetos reales, es seguramente
teligibles y la verdad, en donde se en- el filósofo, quien, gracias a la dialécti-
cuentra la “región superior”. En ella ca puede adquirir la ciencia de la ideas
el mundo es inteligible. En tanto no y poner entonces su saber al servicio
hayan sido educados, los hombres se de la polis. El Sol que ilumina el mun-
dejan llevar por las formas ilusorias do visible, simboliza el bien en sí, el
del mundo sensible de las aparien- cual confiere un orden y una fijación
cias, mundo variable y engañoso. En al campo de lo inteligible aportando
esas imágenes los prisioneros se en- al alma humana la inteligencia gracias
cuentran atados en el fondo de una a la cual se puede conocer el ser real
caverna, con la mirada dirigida a una de todas las cosas. Vemos que el mito
pared que se levanta frente a ellos. envuelve a la alegoría, por ser relato,
Encadenados desde la infancia no han lo único que faltaría es su condición
visto nunca otra cosa que las sombras sagrada para que estuviésemos en la
de las figurillas que agitan detrás de orientación tratada aquí, la de darle
ellas los marionetistas. Si se desata un una integridad a esa parte que cons-
prisionero y si se le fuerza a tomar “la tituye las creencias, las costumbres y
ruda y escarpada subida” que conduce distintas formas de identificación de
hacia la luz, se dará cuenta no sola- las culturas respecto de los valores es-
mente, que las ideas que tenía como pirituales y ancestrales.
única realidad no son más que repro-
ducciones de objetos que puede en Otro sentido que se le otorga al mito
adelante contemplar directamente con es el de una representación amplifi-
la luz del día. Comprenderá que el Sol cada, deformada por el imaginario
gobierna todo en el mundo visible y colectivo tenida como ilusoria en el
permite al hombre ver los objetos si- sentido de no ser creíble y por lo tan-
tuados al exterior de la caverna, en la to carente de un contenido de verdad.
región “superior”. En tanto que alego- Otra de las significaciones sobre el
ría, la metáfora y los símbolos son los mito, que tampoco es de interés fun-
que nos permiten hacer una interpre- damental tratar, pero que necesaria-
tación. La caverna es el mundo sensi- mente se debe citar, se encuentra en
ble en donde nos encontramos prisio- el mito como una creencia difundida
neros de las apariencias. La llamada pero infundada, algo que los moder-
“región superior” ascendida es mundo nos concebimos a través de la per-
inteligible, mundo de las formas eter- meabilidad de ciertas creencias en
nas e inmutables (las ideas) lo único las manipulaciones de lo que hemos
verdadero y del cual los objetos visi- llamado “lo mítico” significando fal-
bles no son sino una copia degradada. sedad. Aquí se destruye el carácter de
La figura del prisionero quien logra lo que pretendo defender, puesto que

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es precisamente lo opuesto a la carac- ficcional en el cual los aparatos me-


terización del mito como fundamento diáticos cumplen las veces de dispo-
social y vital para la construcción de sitivos de montaje para fijar creencias
identidades a través del lenguaje de la y manipular la vida de los hombres,
poética y del imaginario, respecto de también es cierto que en la sociedad
las creencias con las que entendemos de consumo en la cual vivimos, y
la vida. La vida se inscribe en la con- confrontados a la fe residual del cris-
cepción sagrada del mito, así como tianismo en el mundo, los mitos son
de la muerte o lo efímero del tiempo. más bien, hoy por hoy, del dominio
El mito es parte integral de la vida en de entidades del pasado o ficcionales.
la antigüedad griega para quienes los Ahora bien, en este punto se señala
dioses y las múltiples figuras de lo que lo que podemos llamar “filosofías
fantástico permeaban el mundo de lo de la vida” no se enuncian de manera
filosófico. directa. A la tradición le pareció me-
jor hablar de“existencia” puesto que,
Una de las preocupaciones mayores sobre todo con la modernidad, nos en-
de los griegos era conocer para poder contramos situados en el lenguaje de
comprender la naturaleza y con ello la abstracción.
preservar las tradiciones y su cultu-
ra. Aquí postulo que en la vida de los Si bien para los griegos la vida se
griegos, el mito como relato y su par- mantuvo directamente ligada al mito,
te sagrada permanecieron de tal forma como nos lo hace saber Nietzsche
que dicha cultura fue lo que es, aún en en el origen de la tragedia, la nece-
nuestros días, gracias a sus creencias sidad de frenar la dura represión del
y a esa poesía vivida como fuente de desarrollo científico una vez que la
fervor hacia la comprensión del mun- revolución copernicana y, con ella la
do, de la naturaleza que también hacía llamada modernidad, se fueron per-
parte del conocimiento. Con respecto diendo estas nociones en la supera-
a la vida, los griegos tuvieron dos vo- ción de las filosofías, si se quiere más
cablos, el zôè que es el simple hecho directamente, ligadas con temas que
de vivir –raíz que viene del venerable permitirían el desarrollo de la ciencia
Zeus– y la vida en general que es di- y además de la filosofía como ciencia.
ferente del bios, ligado a la vida par- El interés, en todo caso, es preservar
ticular. Desde este punto de partida un lugar primordial a la vida y al mito
quiero entonces reunir dos nociones que siendo esenciales para la tradi-
que están íntimamente ligadas y de ción filosófica no han sido reflexio-
las cuales la filosofía se nutre hasta nados en sus profundas relaciones,
nuestros días. ni comprendidos desde las fuerzas
espirituales y valorativas del hombre.
Si bien es cierto que el mito puede lle- Ahora bien, la llamada filosofía con-
gar hasta nuestros días como un relato temporánea se ocupa de nuevo de la

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vida en su qué-hacer, ya sea porque Una de las cuestiones fundamentales


se vuelve a una especie de filosofía del mito es que es una representación
en donde la vida reaparece a fuerza cuya adhesión compromete la perte-
de la amenaza de muerte, en la cual nencia de nuestra propia personay de
tanto el hombre como el planeta están la colectividad. Nos llama para recha-
sumidos. Sin embargo, estos postula- zar la dimensión singular y por esto
dos requieren una organización tanto se torna colectivo. Y es a través de lo
histórica como filosófica. Se parte simbólico que en nuestra época de la
precisamente de la preocupación de desacralización el mito creado para la
no haberle dado hoy por hoy ni a la creencia, en la dimensión simbólica
vida, ni al mito unos parámetros de de nuestras representaciones colecti-
comprensión en la tradición, por esto vas, se instaura como “verdad social”.
la necesidad de investigar una tensión Con esto el mito de las creencias mer-
más desde lo filosófico. cantiles o utilitaristas crea lenguaje en
lugar de realidad, de tal manera que
Roland Barthes da buena cuenta de
el procedimiento de identificación sea
lo creado en nuestras sociedades con-
común, entendido e inteligible para
temporáneas cuando nos lleva a la
todos. La complejidad de lo simbóli-
reflexión de lo que es el mito en nues-
co es social y es por esto que el mito
tros tiempos; en su libro Mitologías la
como creencia funda lo individual a
significación del mito es lo opuesto a
los relatos que se encuentran vivos en través de lo colectivo, como base de
las creencias populares y las leyendas la personalidad. Se puede entonces
que fortalecidas con el tiempo pueden anclar la identidad con el real simbó-
volverse mito, en el sentido de una lico del otro que también ha estructu-
comprensión común en una sociedad. rado su mundo, en el real simbólico
En Barthes hay una crítica “del mito” de las creencias.
como una construcción parásita del
lenguaje de la comunicación actual, Con Mitologías, análisis de algunas
en el cual se generan formas sin con- representaciones colectivas contem-
tenido. No crea lenguaje propiamente poráneas seguida por una reflexión
dicho sino que al contrario, lo roba, teórica, Roland Barthes puso en evi-
lo desvía y más ampliamente, lo ex- dencia el trabajo de deformación del
plota a su provecho para que a través lenguaje ordinario. Para que este, se
de un «metalenguaje» se hable de ma- vuelva mito, las expresiones consti-
nera oblicua de las cosas. En segundo tuidas (palabras, frases, metáforas)
lugar, es fraudulento: enmascara los son tratadas como los materiales de
rastros de su fabricación, la historia base de otra intención, de un «meta-
de su producción, se da hipócritamen- lenguaje»; que, de hecho, se encuen-
te como si fuese necesario o creencia tra cargado de múltiples significados:
dinamizadora como fundamento de «el mito es una palabra robada y de-
sentido para la vida misma. vuelta». Solamente, la palabra que se

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produce no es completamente más lo expresa Karl Jung, estructuran el


que la que se ha robado: trayéndola, espíritu humano. Así esos arquetipos
no la hemos devuelto exactamen- condensan símbolos primitivos, casi
te a su sitio. Por esto, nos perdemos siempre iguales o parecidos tomados
en la contemporaneidad, puesto que de la naturaleza como el Sol, la luz, la
le damos lugar a metalenguajes que vegetación, las relaciones familiares
no estructuran la creatividad, ni las con significados similares en contex-
creencias culturales constructivas, tos culturales totalmente diferentes.
para estructurarnos en la normativa Por esto se menciona la concepción
de códigos individualistas, obsoletos, junguiana de la estructuración del
violentos y mercantilistas. inconsciente tanto individual como
colectivo, puesto que fueron aportes
La fuerza del mito desde la vida y fundamentales al conocimiento de la
sus antecedentes filosóficos estructura psíquica y colectiva.

Pero si bien, la contemporaneidad Karl Jung estudia las facetas incons-


está inmersa en la perversa estrate- cientes que están presentes en la vida
gia del engaño mítico, sabemos que de los pueblos y muestra cómo se
el mito constituye la expresión sim- constituyen las creencias y las apre-
bólica que podemos mantener o bien ciaciones valorativas. Así mismo, el
desplazar de nuestras creencias hacia alma está directamente relacionada
concepciones de orden espiritual y con el mito y por consiguiente con la
sagrado. En la Historia de la filoso- vida de las culturas, al conservar su
fía de François Châtelet cuando Jean alma pueden mostrar sus tradiciones
Pépin habla de Helenismo y cristia- y sus creencias, gracias a esa compo-
nismo nos muestra cómo el recurso a sición sagrada que contiene el mito
la gnoseología aristotélica ha servido venido de la naturaleza y no de la sim-
de apropiación filosófica a la teología ple convención cultural de la sociedad
del siglo XIII, el recurso de apropia- de consumo y de la eficiencia de las
ción de las creencias ha sido siempre acciones para reproducir capital. El
la disposición del desplazamiento de mito en la antigüedad griega es relato
las creencias a partir de una recupe- que tiene por objetivo dar lecciones,
ración por parte de la nueva concep- confrontar a los hombres para que su
ción religiosa, en este caso del cris- actuar sea en beneficio de una cultura
tianismo, que a partir de lo esotérico ética, política y religiosa como nos lo
toma posesión del actuar político en hizo saber Platón desde Sócrates.
lo social. Lo interesante es ver cómo
la expresión simbólica que condensa Volviendo a la expresión simbólica
las creencias en la elección de símbo- que encarnan los mitos en el sistema
los y de sus significaciones se cons- de creencias y estructuración específi-
tituyen en arquetipos que, como bien ca de nuestra cultura latinoamericana

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tenemos que hacer mención a lo que debía ser la razón a través de la bús-
la tradición cristiana deja inscrito en queda de la verdad. De esta manera,
la historia de Occidente y posterior- Gilles Deleuze pone de presente que
mente en nosotros sus colonias. Jean Nietzsche acusa a Sócrates de haber
Pépin explica cómo La Biblia no es aniquilado el espíritu trágico y enton-
una mitología ya que los filósofos del ces haber opuesto la idea a la vida;
cristianismo dejan saber que lo rela- juzga la idea por la vida, como si la
tado corresponde a hechos históricos vida pudiese ser juzgada, cuando la
y que ellos son los portadores de ese vida no tiene posibilidad de ser eva-
valor histórico. La fe aunada a la ra- luada; como si debiese ser justificada
zón justifica su misión: hacer ver la o redimida por la idea. En El origen
Biblia como un documento histórico de la tragedia Nietzsche dice: “Mien-
más que un texto alegórico. El mito tras en todos los hombres productivos
queda entonces inscrito en la tradi- el instinto es una fuerza afirmativa y
ción filosófica como una ilusión de creadora, y la conciencia una forma
los poetas de la antigüedad pagana. crítica y negativa, en Sócrates el ins-
Más adelante, pasa a ser patrimonio tinto pasa a ser crítico y la conscien-
del estudio de la antropología que con cia creadora”. Y agrega: “Lo que nos
métodos de concepción estructuralis- impide es llegar a sentir que la vida
ta y científica establece su significado aplastada bajo el peso de lo negati-
en diversas etnias en lo que conciben vo, es indigna de ser deseada por sí
como relato fantástico o sociedades misma, experimentada en sí misma:
exóticas por tener acaso algo más que “Sócrates es el teórico; el único ver-
darle al conocimiento de Occidente. dadero contrario del trágico”.1
Nosotros, quiero decir los latinoame-
ricanos, iríamos inculcando su estu- Pero lo que nos interesa preguntar a
dio como si no perteneciéramos a esas través de la visión nietzscheana es
culturas “que se estudian desde la ob- ¿de dónde viene toda esa desacraliza-
jetividad”, como quien descubriera ción de la naturaleza y entonces de la
algo que nunca estuvo inscrito en su vida misma del hombre? Si bien para
tradición. Nietzsche la ausencia de unidad espi-
ritual se ha realizado cuando el mito
Pero no se trata de alejarse del tema de la antigüedad griega se destruyó
señalado y mucho menos del contexto por Sócrates, también existe otra vi-
que interesa definir respecto del mito sión de la “desmitificación de la an-
y de la vida. Aquí se plantea de nuevo tigüedad griega” dada por Mircea
la polémica histórica con la antigüe- Eliade. Privando los mitos de su sig-
dad griega. Una de las acusaciones
que se le hizo a Sócrates fue la de
deshonrar a los dioses de la tradición, 1. Gilles, Deleuze. Nietzsche y la filosofía. Barcelo-
na: Editorial Anagrama. Biblioteca_ virtual_publi-
pues para él la única fuente de validez ca_deleuze_filosofia, p. 8.

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nificación religiosa, “lo esencial” no Hegel, pero sin conceder a la historia


se encontraba entonces en la historia el valor que recibe en Hegel. La idea
de los dioses sino en la representación del mundo como sustancia extensa y
de la “situación primordial” que pre- nada más, sin propiedades y sin más
sidía a dicha historia. Aquí asistimos a “formas substanciales” reduce la na-
un problema cosmogónico de la arché turaleza a cosa muerta y mecánica re-
(principio) que identifica la matriz del gida en su totalidad por las leyes del
Ser. El problema cosmogónico sería movimiento.
entonces concebido como problema
ontológico. El retorno a “lo esencial” Toda reminiscencia o recuerdo del
se haría entonces por un esfuerzo arché son estructuras de lo real y por
del pensamiento en vez de hacerse este hecho verdades y no aconteci-
por medios rituales. Ese retorno a lo mientos que explicarían existencias
esencial, al “inicio absoluto” quería precedentes. Según Eliade la filoso-
develar el misterio de la creación del fía de Platón está ligada a la tradición
mundo más allá de la mitología reli- mítica de “la memoria colectiva” en
giosa. Es por esto que Eliade sostie- donde los griegos se aseguraban de
ne que ni Sócrates, ni Platón habrían llegar al inicio de los tiempos, in illo
abolido el pensamiento mítico. El tempore. En esta apreciación el mun-
genio griego no habría exorcizado el do inteligible de las ideas sería un
pensamiento mítico: “Puesto, que de mundo puramente espiritual y el re-
una parte, el genio filosófico griego cuerdo de lo verdadero, de lo bueno
aceptaba lo esencial del pensamiento y de lo bello sería la comprensión y
mítico, el eterno retorno de las cosas, el aprendizaje para alcanzar una vida
la visión cíclica de la vida cósmica y inteligente. Pero en definitiva, lo que
humana, y de otra parte, el espíritu nos interesa de esta perspectiva sobre
griego no creía que la historia pudie- “desplazamiento del mito”, es el sen-
se devenir objeto de conocimiento”.2 tido de la explicación de la filosofía
Lo que plantea este autor en oposi- platónica. La filosofía de Sócrates y
ción a Nietzsche es el hecho de que de Platón bajo esta perspectiva se nu-
la historia hubiese despertado en la tre de la tradición mítica.
tradición judeo-cristiana, en Hegel
y sus sucesores “la superación” del Si bien aceptamos con Eliade que Só-
mito. De esta manera habla más bien crates y Platón no expulsaron el mito
de superar el mito en vez de abolir- de la comprensión de la vida cultural
lo. La historia se presentaría así en un de los griegos, tenemos entonces que
nuevo modo de ser. Descartes viene a volver a la tradición filosófica y mirar
ser precursor de esa manera de ver de de cerca la metafísica de la subjetivi-
dad pensada por la modernidad para
darnos cuenta de la desmedida tarea
2. Eliade, Mircea (1963). Aspects du mythe, Paris:
Gallimard, Folio essais, p. 143. por desmitificar la naturaleza y el

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pensamiento. Los autores de la Teo- ma Descartes, retira el alma del prin-


ría crítica de la Escuela de Frankfurt, cipio de vida que es lo propio de la
Horkheimer y Adorno, realizaron una filosofía moderna. La vida no viene
contundente y sólida crítica a la mo- de un principio animado sino de otra
dernidad en la Dialéctica de la Ilus- cosa, el alma no es viviente sino puro
tración. El diagnóstico fundamental pensar y en ese caso se le impide ser
es el de mostrar cómo el mito perdió algo en movimiento, real y concreto.
su fuerza cuando la razón pretendió Se vuelve mecanismo corporal, el
explicar la naturaleza y la magia que alma no es viviente sino puro pensar:
ella encarna. El mito que expresa la así la vida es separada de su condición
magia y valora la naturaleza con sus primordial en la reflexión filosófica.
misterios y el miedo que ella produce No obstante filósofos como Spinoza y
se revela en los relatos sobrehumanos Leibniz le confieren a la vida toda la
que explican la realidad sin demostra- fuerza contenida en la naturaleza.
ción ni deducción. Liberando el mun-
do de la magia, l’Aufklärung, es decir El distintivo de la razón moderna es la
la filosofía de las luces supera la fuer- dominación del hombre frente a la na-
za del mito y lo somete a la filosofía turaleza y al hombre mismo, la sepa-
moderna que tiene como presupuesto ración del sujeto y del objeto en don-
la idea del progreso: «El programa de de la conciencia gana todo el terreno
la l’Aufklärung tenía como objetivo para apropiarse de la tarea del pensa-
liberar el mundo de la magia. Se pro- miento, que desde el siglo XVII con
ponía destruir los mitos y aportarle a Descartes, inicia el conocer fundado
la imaginación la ayuda del saber».3 en la subjetividad. La pretensión: una
conciencia liberada de cualquier dejo
Hasta aquí se postula una escisión de de superstición o de creencia que pu-
la unidad cultural y espiritual en la diese impedir el desarrollo del progre-
que se integraba la vida con el mito. so y con ella de la filosofía como sa-
Así podemos confirmarlo en el Fe- ber científico. Es así, como asistimos
dón o de la inmortalidad del alma en entonces en la historia de Occidente a
donde Platón sustrae de la vida sus la separación del sujeto y del objeto, a
mismas condiciones para poder verla la desmitificación de la vida y al giro
como movimiento o fluidez, no la re- definitivo de no confiar más en nin-
tiene sino como identidad de la idea. guna metafísica que no estuviese en
La vida es igual al alma y como la relación con la explicación racional a
identifica con esta abstracción enton- través de la conciencia.
ces le impide a la filosofía interesarse
directamente en ella. Eso mismo reto- La llamada revolución copernicana
inclinará de manera definitiva el pen-
samiento hacia la dimensión del saber
3. Horkheimer, Max y Adorno, Theodor W. La Dia-
lectique de la raison, op. cit., p. 21. y poco a poco la relación que el hom-

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bre tenía con respecto al Dios mono- tuar el mito y la vida en la filosofía.
teísta perdería su fuerza y su poderío. Si bien para la modernidad, los nue-
De esta manera, y visto lo anterior la vos paradigmas y preguntas sobre el
historia estaría elaborada por una uni- conocimiento filosófico definirían
versalidad que, si bien se anexaría al nuevas necesidades con respecto a
Dios crucificado, no perdería su po- la historia de Occidente, la ciencia y
derío en la ya sobrepasada realidad su efectividad crearán más desarro-
de la unidad del hombre para con la llo para la sociedad industrial. La
naturaleza, sus misterios, secretos y burguesía emergente en el poder po-
dioses de una tradición que ya para la lítico hará su propia revolución e irá
modernidad estaba casi enteramente cediendo paso a lo que el siglo XIX
superada. La modernidad y su razón llevará como estandarte: una huma-
conquistadora desde el paradigma de nidad bajo las certezas de universa-
la subjetividad surgen precisamente les que desarrollaran “el gran huma-
como una respuesta a una tradición nismo” de pueblos entrañablemente
que no quería desprenderse de las an- ricos en tradición y conocimientos.
tiguas tradiciones platónicas y aristo- Sin embargo, Horkheimer y Adorno
télicas que ya no tenían ninguna vi- interpretaron la antigüedad desde los
gencia. Con Copérnico y Galileo, el relatos homéricos que ya disponían
Renacimiento presenta las evidencias formas de actuar que inspiraron a la
de un nuevo mundo alejado ya del burguesía actual y en donde la racio-
dogma y del tentacular dominio de nalidad pudo liberar el mundo de la
la religión Católica. El medioevo con magia de los contenidos estéticos y
toda su riqueza cultural, pero al mis- éticos que aportan el mito y su facul-
mo tiempo aletargado con su mirada tad de crear disposiciones valorati-
replegada en el pasado y en una tradi- vas y, por lo tanto, formas de actuar
ción dogmática, ya no podría dominar en la vida. Sin embargo, no se trata
el mundo y sus nuevas revelaciones de entrar en otra polémica acerca de
científico-tecnológicas. El progreso la supresión o abolición del mito por
como avance científico encaminaría a parte de Occidente, sino precisamente
la humanidad hacia nuevas conquistas de valorar lo que nos queda de él con
y adelantos, sin contar con la riqueza sus manifestaciones. En este caso es
de un nuevo continente encontrado necesario volver a Nietzsche, puesto
por España para conquistar, dominar que, el hombre arrancado del mito
y apoderarse de un nuevo mundo. se encuentra también separado de su
propia historia y así de su cultura. En
Vigencia y aporte del mito y de la el mito, hay ciertamente una unidad
vida al pensamiento entre la religión, la ética, la política, el
arte militar o la ciencia misma inspi-
La explicación de las transiciones de rando la fuerza creativa que desde los
los paradigmas filosóficos permite si- griegos las religiones monoteístas no

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tienen. Nietzsche nos lo dice nuevo en espinosista y nietzscheana nada po-


estas palabras: “En todo caso la reli- dríamos colegir de nuevo. Puesto que
gión que fuera capaz debería contener nuestro interior es un cuerpo de afec-
una fuerza de amor prodigiosa: fuerza tos, el alma (ánima) es la manifesta-
susceptible de romper el saber, como ción de aquello que viene de la vida
él mismo se rompe con el lenguaje del para hacerse presente en nuestro cuer-
arte. ¿Pero de pronto, el arte tendría po como manera de ser en el mundo.
en su poder el de crear una religión,
engendrar un mito? Así como donde Es necesario pensar los efectos de la
los griegos”.4 sociedad capitalista con sus estrate-
gias publicitarias y el confort burgués
Desde el origen de la tragedia, lo que para aprisionarnos en la uniformidad
está en la base de su pensamiento es donde lo material predomina en con-
la valoración por la apariencia y la tra de los valores espirituales y de las
ilusión. Allí donde se manifiestan, expresiones de las singularidades que
Nietzsche presenta los valores de la aún quedan en el planeta. La sociedad
imaginación que proyecta la tragedia. de consumo “crea mitos” a través de
La estética del mundo es superior a “la las figuras míticas de la antigüedad,
verdad” y, lo que interesa es la vida, para manipularnos y conseguir de no-
con sus fuerzas simbólicas oscuras sotros un culto hacia las mercancías
e irracionales representadas en Dio- que ella promueve.
nisos, contra la luz y la racionalidad
representadas en Apolo. A la objetivi- A la crítica de la modernidad es per-
dad de la idea de verdad y su catas- tinente añadir la exclusión de las re-
trófico resultado en nuestra voluntad laciones entre el mito y la vida des-
de mando y de dominación superpone de el pensamiento que es substituido
la voluntad de poder como potencia, por una explotación del deseo hacia
energía estética de la vitalidad poéti- consumo y deja a la racionalidad po-
ca. Voluntad de poder, como fuerza sicionada en el discurso de la verdad
para reconstruir los valores desde la demostrativa y de la lógica concep-
presencia poética, criticando la tradi- tual. Esperando ecos a nuestra voz,
ción que nos impidió elevarnos a la nos preguntamos qué camino tomaría
altura de los Dioses. Aquí se concibe el pensamiento latinoamericano si se
la vida y el mito desde una estética hiciera una arqueología de nuestras
apoyada en los fenómenos exteriores culturas prehispánicas y se injertara
revertidos en nuestro interior que, sin y articulara al pensamiento occiden-
una comprensión de la materialidad y tal sus formas de sabiduría, creencias
de la sensibilidad desde la perspectiva ancestrales y espirituales que se hacen
necesarias por ejemplo para preservar
el planeta Tierra. ¿Qué valoraciones
4. Nietzsche, Friedrich. Le livre du Philosophe. Op.
cit., p. 49. y comprensiones de mundo forjaría

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nuestra América posicionando sus en donde las metáforas y los poderes


dioses humillados y redescubriendo del espíritu de las culturas retoman su
sus tesoros saqueados? A pesar de los función de origen: el de dar identidad
legados destruidos todavía existen a una cultura. No hay que olvidar que
vestigios culturales y civilizaciones el principio de los mitos se encuentra
diezmadas que nos permiten aproxi- en la poética que da vida a la belleza
marnos a visiones de mundo que pue- y al alma expresada en el respeto por
den enseñar nuevas formas de com- la alteridad liberando su impulso para
prensiones de vida en las relaciones dejar en el mundo una huella menos
orgánicas con la naturaleza y las valo- nociva.
raciones que afirman la vida.
Occidente, duda hoy por hoy del mito,
En la época actual, se evidencia el puesto que precisamente apelando a
descanto, la devaluación por los rela- él, Hitler accedió al poder apoyado
tos paganos o si se quiere llamar de por el pueblo so pretexto de defender
otra manera a los relatos sagrados de las tradiciones y la cultura alemana.
ciertas culturas que viven al margen Si bien, el eurocentrismo ha hecho del
de la modernidad y de Occidente. Con mito su base para seguir aniquilando
la Aufklärung se llegó al punto culmi- no solo sociedades o conciencias, no
nante en donde la razón vacía la vida obstante debemos pensar en un nuevo
del hombre y su sensibilidad, el privi- imaginario en el mundo contemporá-
legio del mito y del relato fundamental neo para preservar su vitalidad. De
donde reside el imaginario colectivo esta manera, se piensa en un referen-
de las culturas fueron expulsados. Por te filosófico desde una estética de la
esto, es necesario ubicar en la tradi- vida que recupere el relato ancestral
ción, una revaluación de la sacralidad y la ficción como formas creadoras de
de la vida, su poesía y la orientación preservación cultural, de identidad,
de un imaginario que dinamice nue- de las tradiciones y del diálogo con la
vas formas para transvalorar la vida. naturaleza.
El desconocimiento de la palabra pri-
mordial que funda las referencias de De otra parte, para no dejar truncado
la conciencia del hombre y da sentido el sueño de una alianza entre el pa-
a la existencia nos ha sumergido en el radigma de la ciencia clásica con la
nihilismo y la pérdida del imaginario contemporánea y a modo de permear
sagrado. Los mitos tienen entre otras los valores científicos con la filosofía
posibilidades re-encantar al hombre como forma de vida, se presenta la
ya que pueden fundar una nueva esté- perspectiva de Ilya Prigogine quien
tica en la cual la imagen y el concepto con sus estudios científicos desde la
interactúan para diversificar y multi- química y la física contemporáneas,
plicar los valores espirituales. Los mi- pretende crear una nueva alianza
tos son el lenguaje de la imaginación en su famoso libro escrito junto con

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Isabelle Stengers. La Nueva Alianza rada la comprensión utilitaria de sus


propone una unión entre el paradig- significaciones y explicaciones ra-
ma de la ciencia clásica de Newton cionales la comprensión unívoca del
y las nuevas concepciones de las es- saber garantiza que el pensamiento
tructuras complejas que están lejos se asegure más conocimiento. Ru-
del equilibrio y además se encuentran yer dice: “El hombre moderno vive
en el régimen de las fluctuaciones. Ya en el lenguaje-discurso más que el
no se trata de transformaciones en la lenguaje-poema. Vive en el mundo
Dinámica Clásica sino de la Mecánica en donde todo le parece tener valor-
Cuántica: … “los objetos fundamen- significado, valor-reflejado”.5 Es por
tales de la física ya no son trayectorias esto que deberíamos integrar el saber
o funciones de onda sino las probabi- y el conocimiento en el seno de la ex-
lidades”. Lo que pretende Prigogine presividad del mundo. Por esto la vida
es que la lucha entre Heráclito y Par- debe recuperar sus formas expresivas
ménides cese, que no haya más iden- de la literatura, del poema, del mito y
tificación de la razón con la certeza, las expresiones sagradas en donde se
ni de la probabilidad con la ignoran- puedan preservar la unidad del hom-
cia. Pretender entonces superar la fi- bre con la naturaleza. El lenguaje de
jación de la ciencia clásica y permi- la expresividad permitiría recuperar el
tirle a la vida las fluctuaciones, puede sentido existencial de nuestras vidas.
dar origen a un intento por revitalizar La expresividad es incontestablemen-
y explorar los mitos y los relatos de te una realidad que pertenece a la sim-
nuestra contemporaneidad. Que cada bólica del mundo y de la naturaleza.
cultura y sus mitos se expandan en Da cuenta de la realidad cualitativa
el ocaso de una civilización que pide del mundo, en lugar de dar cuenta
nuevos imaginarios o nuevos impul- de la realidad intelectual. Se puede
sos simbólicos en donde la vida cuen- hablar de “un conocimiento no inte-
te con la palabra. lectual” que la expresividad contiene.
Pero lo que contiene verdaderamente
Para terminar, si bien la filosofía se esta expresividad es que une al hom-
encarga de la significación y de la bre con la naturaleza, para reconocer
explicación de la ciencia y de la vida que se debe a ella. Nuestro autor dice:
debo citar a Raymond Ruyer para “Aquel que no cree que una divinidad
quien la expresividad del mundo en- del bosque o del nacimiento de agua
carna una parte esencial para nuestra puede vengarse de él si se ofende la
vida y el relato ancestral. Con la ex- fuente o se derriba un árbol, acaba-
presividad, el mundo no es ni objeto, rá por destruir todos los nacimientos
ni conocimiento, ni explicación, sin y todos los bosques, porque no verá
embargo el hombre con su lenguaje
de la significación la sigue despre-
5. Ruyer, Raymond (1955). L’expressivité. Revue
ciando, puesto que, una vez instau- de métaphysique et de morale, France, pp. 69 et 70.

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más que agua y bosque”6 y es justa- elevarnos hacia los dioses por dispo-
mente lo que vivimos hoy por hoy en sición y esfuerzo espirituales.
nuestra modernidad.
Bibliografía
Pero si bien la sociedad industrial y
ahora postindustrial ha instrumentali- Barthes, Roland. Mythologies. Fran-
zado y depreciado los mitos devaluan- ce: Seuil, 1957.
do sus contenidos poéticos contra la
estética de la vida, es necesario pensar Baudrillard, Jean (1968). Le Système
en crear valores mestizos a través de des objets. Paris: Gallimard. La So-
nuevas valoraciones de nuestra cul- ciété de consommation. France, De-
tura precolombina y nuestro legado noël, 1970.
occidental. Identificando los valores
mestizos en una identidad inclusiva Châtelet, François (1972). La philoso-
phie tome 1. De Platon à St Thomas.
apoyada en nuestros mitos ancestrales
Collection Marabout, Paris.
y la interculturalidad.
Deleuze, Gilles. Nietzsche y la filoso-
Por esto una estética dentro de la po-
fía. Barcelona: Editorial Anagrama.
lítica permitiría permear nuevas ideas
Biblioteca_ virtual_publica_deleu-
para reencantar nuestra condición en
ze_filosofia
el mundo contemporáneo. Ganaremos
más con la delicadeza de la condición Eliade, Mircea (1992). Le mythe de
creativa y expresiva que con todos l’éternel retour: archétypes et répéti-
los conocimientos que la modernidad tion. Paris: Gallimard.
tiene a bien mostrar en su práctica de
progreso instrumentalizado. Aquí se --------------- (1965). Le sacré et le
requiere superar el nihilismo, el con- profane. Paris: Gallimard.
sumismo, la esterilidad de la represión
corporal y del dogma religioso para --------------- (1971). Aspects du
encontrar otros lenguajes culturales mythe. Paris: Gallimard.
que nos revelen valores adecuados
para el equilibrio de la vida y el plane- --------------- (2003). Dictionnaire des
ta. Y desde Nuestra América abrirnos religions. Paris: Presses Pocket.
a una sacralidad que nos permita vivir
apreciando la naturaleza y a aquello Horkheimer, M.; Adorno, T. (1991).
que los poetas griegos nos transmi- La Dialectique de la Raison. France:
tieron: el impulso de lo sagrado bajo Gallimard.
el bello manto de una vehemencia de
Jung, C. G. (1964). Dialectique du
mois et de l’inconscient. Paris: Galli-
6. Ibíd., p. 75. mard.

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tel. res. El Señor del Tiempo. Entrevista a
IlyaPrigogine. Denise Najmanovichy
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Psychologie et christianisme. Paris:
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ssivité. Revue de métaphysique et de
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