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Sarah-Jayne Blakemore y Uta Frith

CÓMO APRENDE EL CEREBRO

LAS CLAVES PARA LA EDUCACIÓN

Prólogo de
Jos~ANTONIO MARINA

Traducción de
lOAN SOLER

Arie!
. PRÓLOGO

Hace ya muchos años, la lectura de las obras de un gran


científico, A. R. Luria, despertó mi pasión por la neurología.
Título original: Es una pasión multiforme, que oscila entre el entusiasmo ante
The ieamj"K brain los increíbles logros que esta ciencia ha alcanzado en las últi-
mas décadas, y la perplejidad ante los problemas que plantea.
],1 edición: enero de 2007
Cada puerta que abre no nos lleva a la luz, sino a otro pasillo
2 .• impresión: febrero de 2007
con numerosas puertas que debemos abrir y que, a su vez,
10 2005 by Sarah-Jayne Blakemore and Uta Frith comunican con otras salas, escaleras, sótanos, que tienen más
@ 2005 new and adapled figures by Sarah-Jayne B1akemore puertas todavía. Ya saben que el cerebro está compuesto de
neuronas, células que poseen unas estructuras arborescentes,
This edition is published by arrangement with Blackwell Publishing Ltd, Oxlord.
Translated by Editorial Arie/ from the original ElIglis~ language version.
llamadas por eso "dendritas», palabra derivada del griego den-
Responsibility al the accuracy al the translation rests so/e/y with Editorial Ariel dron, (árbol». Pues bien, nos encontramos ante un tupidísimo
and is not the responsability of Blackwell Publishi."g Ud. bosque, formado por unos cien mil millones de árboles,
muchos de ellos con más de cien mil ramas, que se entrecru-
zan, injertan, mueren, rebrotan, a través del cual iniciamos una
Derechos exclusivos de edición en español
reservados para todo el mundo
exploración botánica para herborizar, clasificar y comprender
y propiedad de la naducción: su funcionamiento.
@ 2007: Editorial Ariel, S. A. Ante tanta complejidad, necesitamos una guía sencilla que
Avda. Diagonal, 662-664 . 08034 Barcelona nos permita disfrutar de lo descubierto, sin perdernos. La nece-
sitamos, porque ese bosque es el entramado del que surge
ISBN 978.84.344-5305-0
nuestra vida consciente, nuestras emociones, nuestro compor-
Depósiro legal: B. 7.292 - 2007 tamiento, la regulación de nuestro organismo. Pues bien, en
este libro, Sarah-Jayne Blakemore y Uta Frith, dos científicas
Impreso en España por
del Institute of Cognitive Neuroscience del University College
HUROPE. S. L
de Londres, nos conducen a través de la selva, con rigor y segu-
Lima, 3 bis
08030 Barcelona
ridad. Son dos guías fiables.
La neurociencia cognitiva es una ciencia nueva que pre-
Queda rigurosamenll: prohibida, sin la autoriuc:ión escrila de los titulares del copyright, tende estudiar la base neuronal -por lo tanto, física- de los
bajo las sanciones eSlablecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el uaramiento informático, fenómenos conscientes, de nuestros pensamientos, emociones,
y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o prestamo publicos. preferencias, conflictos. Lashley, Hebb, Hubel, Weisel, Kandel,

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Sperry, Damasio, nuestro compatriota Joaquín Fuster y Las autoras no niegan que haya momentos especialmente
muchos otros se han esforzado en relacionar nuestra experien- adecuados para ciertos aprendizajes, pero dan una visión opti-
cia con las áreas cerebrales de las que depende. Las autoras de mista de este asunto. La capacidad para aprender una lengua
este libro se han especializado en el estudio de patologías tan disminuye a partir de los trece años. Antes de esa edad todos
complejas corno el autismo, pero en esta obra estudian la neu- somos genios lingüísticos. Pero las neurociencias nos dicen que
rología del aprendizaje para que los educadores saquen conse- el cerebro adulto, o al menos cie'rtas regiones del mismo, es
cuencias prácticas de su trabajo teórico. Corno docente, este casi tan maleable como el del niño, y esto es una gran noticia.
objetivo me parece extraordinariamente interesante. Nos con- La plasticidad cerebral se mantiene. Éste es un término clave,
viene saber que todo aprendizaje está posibilitado por las "plasticidad,,; con él se designa la capacidad del sistema ner-
estructuras neuronales del cerebro de nuestros alumnos, que, vioso para adaptarse continuamente a circunstancias cambian-
al mismo tiempo, están siendo cambiadas por el aprendizaje. tes, cosa que ocurre cada vez que aprendemos algo. El cerebro
Con gran prudencia, las aUloras advierten que no son especia- adulto tiene una enorme capacidad para el cambio y para el
listas en educación, y que desearían que su trabajo fuera con- aprendizaje, pero no hay que olvidar que una ley de hierro rige
tinuado por pedagogos expertos, para mejorar el sistema edu- los acontecimientos neuronales: lo que no se usa, se pierde. De
cativo. Esperemos que sea así, porque lo necesitamos. ahí la necesidad de recomendar una actitud mentalmente acti-
Les pondré un ejemplo. Hace unos años se lanzó en va en todas las etapas vitales: infancia, adolescencia, madurez,
Estados Unidos una campaña cuyo lema era «Los primeros tres ancianidad. Éste es uno de los mensajes claros del libro: nues-
años duran siempre". Intentaba llamar la atención sobre la tro cerebro está diseñado para la acción. La pereza, la pasivi-
importancia de ese período de tiempo en la formación de la dad y la rutina lo intoxican. Acabo de terminar un libro titu-
personalidad del niño y del adulto. Esto despertó muchas lado La magia de escribir que presenta una teoría del aprendi-
expectativas y muchas angustias. Se pensó que, con una precoz zaje basada en fomentar las actividades "más activas" de la
e intensa acción educativa, podrían conseguirse super bebés con mente. De modo metafórico, más allá de la benéfica actividad
cerebros privilegiados, y ésta era una posibilidad estimulante, de leer, hay que fomentar la plena superactividad de escribir, es
que planteaba, sin embargo, una cuestión dramática: ¿Y si no decir, de expresarse, de inve~iar, de decidir, de actuar.
se habían aprovechado bien esos años? Que el destino de toda Blakemore y Frith lo confirman, y añaden algo más: "El apren-
una vida dependiera de lo que sucedía en tan breve espacio de dizaje de la lectura y la escritura cambia la estructura cerebral.
tiempo provocaba con razón desasosiego. Hace' más de una Dicho de forma contundente: el cerebro de quien sabe leer y
década John T. Bruer públicó El mito de los tres primeros años escribir es distinto al de un analfa beta."
para poner las cosas en su punto justo. Este problema vuelve a Las autoras dedican mucho espacio a las investigaciones
tratarse con gran rigor en el libro de Blakemore y Frith. sobre el aprendiz'lje de la lectura y de la escritura y las causas
¿Existen realmente períodos críticos en el aprendizaje? ¿Puede por las que unos niños aprenden más rápidamente que otros.
ser demasiado tarde para aprender? Los entornos enriquecidos Lo mismo hacen con las matemáticas. Las dos son especialis-
de la infancia tremprana ¿mejoran el desarrollo cerebral? ¿O tas en la detección y el tratamiento de factores neuronales que
ya bastan los entornos normales? ¿Cómo hacen los niños para afectan a estos aprendizajes: la dislexia, la discalculia o el
aprender sobre el mundo y sobre las demás personas? ¿Por qué autismo.
cuando se aprende una lengua a partir de cierta edad, aunque Muchos de los temas tratados en este libro me interesan
se acabe siendo bilingüe, nunca se adquiere una pronunciación especialmente. La mayor parte de nuestros conocimientos pro-
perfecta? Un descubrimiento maravilloso. Los niños tienen tan- ceden de la experiencia; sin embargo, los niños nacen sabien-
tas ganas de aprender a hablar, que a los tres meses, mientras do muchas cosas, que les permiten reconocer caras, compren-
duermen, si alguien habla cerca de ellos activan las mismas der los estados mentales de otras personas, predecir relaciones
regiones cerebrales que cuando estaban despiertos. causales, calcular, por ejemplo. Todo niño es un niño prodigo.

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.},
Ésta es una de las cosas que me impresionan mucho. Otra tiene externos fugaces ya menudo inadecuados. Son VJctunas de
que ver con una investigación en la que estoy empantanado una impulsividad que les dificulta el control de su conducta, lo
desde hace tiempo: la inteligencia inconsciente. Nuestra que complica sus relaciones sociales con otros niños o el pro-
memoria conserva información de la que no hemos sido cons- greso escolar. En Estados Unidos, un 5 % de los niños está
cientes y, además, la maneja muy inteligentemente, sin que diagnosticado de esta disfunción. Como la capacidad de aten-
nosotros lo sepamos. Nadie puede explicar lo que hace para ción y control dependen del lóbulo frontal, que, como he
decir una frase, ni para mantener el equilibrio cuando monta comentado, sigue desarrollándose hasta la adolescencia en
en bicicleta. Tenemos una sala de máquinas inconsciente -la rriúcheiS"ca,i6's"ESI!s'déficit pueden ser tan sólo una ralen:iza-
he llamado inteligencia computaci01lal- que nos va propor- ción del «autocontrol", que debemos ayudar a remediar. Las
cionando sin parar ocurrencias y destrezas. Una de las grandes exploraciones con resonancia magnética han mostrado que
tareas de la educación es ayudar a construir un yo ocurrente tienen más pequeñas las áreas frontales que inhiben pensa-
fluido, fértil, animoso, optimista, tenaz. La otra gran tarea mientos y acciones.
consiste en formar un sistema de autocontrol -lo he llamado Éstas y muchas otras cosas pueden apenderse en este
inteligencia ejecutiva- que se encargue de seleccionar, iniciar, libro, que aúna el rigor teórico y las implicaciones prácticas.
dirigir esas ocurrencias. Es el origen de nuestra liberrad. Hay algo que echo en falta. El afán de precisión, la sobriedad
Alcanzar un buen desarrollo y coordinación de ambas inteli- exposiriva de estas científicas, a veces oculta la emoción, el
gencias es nuestra gran meta pedagógica. entusiasmo que hay detrás de estas investigaciones. El mundo
En este libro se tratan ambos temas -la inteligencia com- del cerebro es fascinante. Un kilo y medio de sustancia gelati-
putacional y la ejecuriva-, revisando las investigaciones más nosa produce los sentimientos, las ideas, los actos generosos, el
recientes. Un capítulo muy sugestivo trata de la evolución del amor, el arte, la cíencia. Lo más humilde produce lo más gran-
cerebro adolescente, asunto que no estaba bien estudiado. La de. Este fabuloso salto oculta un gran misterio. Cuando multi-
idea de que el cerebro sigue desarrollándose después de la plicamos, la actividad es realizada por nuestras neuronas, pero
infancia es relativamente nueva. Ahora sabemos que la corte- el acierto o el error en la multiplicación depende de las mate-
za frontal, la aristocracia cerebral, la región planificadora y máticas. Vivimos siempre gracias a una actividad fisiológica
ejecutiva, continúa desarrollándose durante la adolescencia. que podemos dirigir mediante contenidos que van más allá de
Por eso es necesario prolongar la etapa educativa. El cerebro la fisiología. Pertenecemos a dos mundos: el mundo de la neu-
está todavía moldeándose durante esos conflictivos años. Y rología, y el mundo de las creaciones fundadas en la actividad
deberíamos centrarnos en el fortalecimiento del control inter- neuronal, pero que la trascienden. Este hecho me conmueve y
no, porque es cuando los adolescentes disponen de estructuras quiero, dejarles constancia de mi conmoción.
neuronales para hacerlo. Hay otro dato curioso que explica Ahora viene lo verdaderamente interesante: leer el libro.
muchos de los comportamientos adolescentes. Todo el mundo
sabe que uno de los mecanismos del aprendizaje es la imita-
JOSE ANTONIO MARINA
ción. Pues bien, el cerebro de los adolescentes aprende por imi-
tación también, pero selectiva. Está preparado para recibir
influencia de sus iguales. Cuando insistim';~"i~'h'fo:é¡'¡'la's"ümi"
sión de los adolescentes al grupo, estamos refiriéndonos a un
comportamiento que hunde sus raíces en el cerebro ..
A los educadores nos preocupan mucho algunos proble-
mas que tienen un origen neuronal, que se describe en este
libro. Por ejemplo, la «hiperactividad por déficit de atención".
Se trata de niños cuya atención está atrapada por estímulos
,( .

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AGRADECIMIENTOS

No habríamos podido escribir este libro sin la colabora-


ción de numerosos amigos y colegas que nos procuraron
información, nos hablaron de su trabajo y nos facilitaron grá-
ficos y otras ayudas visuales. Nos sentimos profundamente
agradecidas por ello. También nos gustaría dar las gracias a
nuestros colegas del Instituto de Neurociencia Cognitiva y el
Departamento Wellcome de Neurociencia en imágenes por
haber comprobado datos y leído partes del manuscrito, en
concreto Jan Simons, Sam Gilbert, Lauren Stewart, Suparna
Choudhury y Antonia Hamilton. Estamos muy agradecidas a
las siguientes personas por haber leído y revisado borradores
del libro: Paul Howard-Jones, Andrée Blakemore, Chris Frith,
Colin Blakemore y James Kilner. Hemos sacado un inmenso
provecho de los comentarios que, sobre versiones anteriores
del libro, habían hecho Christopher Ball, Christopher
Brookes, Janet Hatcher, Maggie Snowling y Sam Hood. Erin
Hope Thompson prestó una gran ayuda con el índice.
También manifestamos nuestro agradecimiento a la Wellcome
Trust, el MRC (Medical Research Council) y la Royal Society
por financiar nuestras investigaciones.

11
LA HISTORIA
QUE SE CUENTA EN ESTE LIBRO

El propósito de este libro es demostrar con ejemplos cómo


las investigaciones sobre el cerebro y el aprendizaje pueden
influir en el modo en que pensamos sobre la enseñanza.
Mientras analizamos los estudios cerebrales sobre el aprendi-
zaje, uatamos todo el tiempo de señalar repercusiones -a
menudo especulativas- para la educación donde acaso no
haya nada. No tenemos formación como profesores y no lle-
vamos a cabo investigación educacional, por lo que sería
impertinente por nuestra parte hacer sugerencias concretas
referidas a la enseñanza. Sin embargo, cabe imaginar que lec-
tores con títulos y experiencia en el terreno educativo quizá sí
sean capaces de plantear sus propias ideas partiendo de los
estudios que examinamos. Por otro lado, buena parte de es-
tos estudios aún no están listos para que podamos sacar con-
clusiones de los mismos; cuando pensemos que éste es el caso,
así lo indicaremos.
Haremos un viaje neurocientífico a través de la infancia,
la adolescencia. y la edad adulta. Si el lector sólo tiene interés
en el aprendizaje de los adultos, puede perfectamente empezar
por el capítulo 9 -no hace falta que lea los primeros capítu-
los para entender los posteriores-o Cuando sea inevitable el
uso de la jerga científica, esperamos que el glosario yel apén-
:'.;.' ;,.' dice sean de utilidad.
El libro comienza ofreciendo una perspectiva general de
las investigaciones sobre el desarrollo cerebral y considerando
si estos estudios pueden inspirar directamente las políticas o
las prácticas en la educación. Sobre el desarrollo del cerebro,
aún hay muchas creencias falsas que impregnan el dogma edu-
cacional. Continuamente oímos hablar de períodos críticos en

13
el aprendizaje. Una amiga nuestra nos explicó que, a su juicio, matura para enseñar a los niños a escribir?-. Algunos niños
\ presentan prOfundas dificultades en la escritura, lo cual se debe
lo mejor para su hijo pequeño sería «colocarlo en un inverna-
dero» donde escuchara música clásica y grabaciones de gra- a menudo a problemas en la coordinación motora que reciben
mática y vocabulario en distintos idiomas y se le mostraran e! nombre de dispraxia. En e! capítulo 3 analizamos e! desa-
tarjetas ilustrativas con letras y números escritos. Quería ase- rrollo de la lectura, la escritura y e! cálculo aritmético.
gurarse de que e! niño aprendía todo lo posible durante este En e! capítulo 4 describimos los procesos cerebrales impli-
período crítico, y le preocupaba que transcurridos cuatro años cados en las matemáticas. ¿Por qué resulta que unos tipos de
fuera "demasiado tarde» para ello. matemáticas dependen de cálculos espaciales y otros del len-
Pero, ¿existen realmente períodos críticos para e! aprendi- guaje? Examinamos e! modo en que diferentes partes de! cere-
zaje en la infancia temprana? ¿Puede llegar a ser demasiado bro tienen que ver con distintos aspectos de las matemáticas.
tarde para aprender? Los entornos enriquecidos en la infancia Abordamos las leves anomalías cerebrales que pueden dar ori-
temprana, ¿mejoran el desarrollo cerebral? ¿O los entornos gen a discalculia de! desarrollo e incompetencia en aritmética.
normales ya bastan? ¿ (Colocar a los niños en invernaderos~~ es ¿Qué cree e! lector con respecto a su cerebro? ¿Que es
algo bueno o puede dañar su desarrollo? ¿Cómo hacen los diestro o zurdo? ¿Debería esto influir en e! modo de educar a
niños para aprender sobre el mundo y otras personas? ¿Este la gente? ¿O esto es una soberana estupidez?
conocimiento se produce a partir de la instrucción formal? ¿O Seguramente ya sabemos que, en comparación con los
se desarrolla mejor sin ninguna enseñanza explícita, mediante hombres, las mujeres son peores en matemáticas y en capaci-
el ,juego, la exploración, el habla cotidiana y la interacción dades espaciales. ¿Es realmente así de simple?
social con sus hermanos y sus iguales? En el capítulo 2 trata- En e! capítulo 4 nos ocupamos de estos dos polémicus
mos de abordar cuestiones controvertidas como éstas evaluan- temas: la teoría de! cerebro derecho/~erebro izquierdo y las
do pruebas científicas de cómo se desarrolla e! cerebro. diferencias de género en el cerebro.
Muchas personas creen que la educación es aprender a Las investigaciones cerebrales han empezado a desvelar
leer, escribir y hacer cálculos aritméticos. Alguien que conoce- los sistemas del cerebro involucrados en la capacidad de leer y
escribir; lus analizamos en e! capítulo 5. Estos estudios han
mos afirmaba que su bebé de seis meSes sabía contar tras habér-
sele enseñado a hacerlo mediante tarjetas ilustrativas. ¿Puede
ser verdad esto? Las destrezas como e! cálculo se adquieren gra-
¡ puesto de manifiesto que e! efecto de la alfabetización en e!
cerebro también afecta al procesamiento del lenguaje hablado.
cias a la instrucción formal, ¿no? ¿O es que los bebés tienen ¿Hay períodos sensibles para aprender e! lenguaje? ¿Y qué pasa
capacidades matemáticas sutiles? ¿Qué se desarrolla antes de ,
I' si se aprende más de un idioma a una edad temprana? ¿Cómo
que la instrucción empiece siquiera? ¿Desarrollarían los niños funciona el cerebro de los sordos para procesar e! lenguaje de
conocimientos matemáticos por medio de conductas cotidianas los signos?
como la de compartir? En e! capítulo 6 hablamos de lo que las investigaciones
Muchos de nuestros amigos japoneses no aprecian la dife- sobre e! cerebro nos han revelado sobre aprender a leer y la
rencia entre los sonidos R y L. ¿Cómo es esto? ¿Cómo pueden dislexia. ¿Aprender a leer música es lo mismo que aprender a
los nirios pequeños aprender reglas gramaticales sin que se les leer palabras? ¿Es posible demostrar la existencia de cambios
expliquen de manera explícita? En muchos países, los niños en el cerebro de personas disléxicas tras enseñarles a leer?
comienzan a ir a la escuela a una edad cada vez más temprana En e! capítulo 7 nos ocupamos de trastornos del desarro-
y se les enseña a leer y a escribir antes de los cinco años. Pero " llo que afectan a la experiencia social y emociunal, concreta-
las ciencias cerebrales han revelado que, por lo general, la mente e! autismo, las conductas alteradas y los trastornos por
coordinación precisa de los dedos no se alcanza al menos hasta déficit de atención. Ciertas teorías sobre estos trastornos de!
los cinco años y progresa más lentamente en los chicos que en desarrollo y sus fundamentos en e! cerebro tienen repercusio-
las chicas -así pues, ¿cinco años es una edad demasiado pre- nes en la enseñanza compensatoria.

14 15
Las investigaciones están evidenciando que en la adoles- Partiendo de los hallazgos de la neurociencia, podemos
cencia el cetebro experimenta una segunda oleada de desarro- imaginar un día en que seamos capaces de utilizar toda clase
llo. La adolescencia es una época caracterizada por el cambio: de medios nuevos e innovadores para mejorar el aprendizaje y
hormonal, físico y mental. En los últimos años, se han puesto la memoria. En el último capítulo, el 12, hacemos conjeturas
en marcha diversos proyectos innovadores que evalúan el
desarrollo de los procesos cerebrales durante los años de la
secundaria. Estos estudios han mostrado que durante la ado-
- sobre cómo diversas líneas de investigación están actualmente
arrojando luz acerca del modo en que el contexto, que como
preI1~~ I;>sfa,~.~p~~~sociales amén de los biológicos, afecta al
lescencia el cerebro aún se está desarrollando, cuestión que aprendizaje: ¿CómO hace el cerebro para guardar recuerdos
analizamos en el capítulo 8. . . mientras dormimos? ¿Afecta la dieta al rendimiento a la hora
En los capítulos restantes nos ocupamos de cómo apren- de aprender? ¿Por qué se recuerdan mejor los sucesos emocio-
de el cerebro adulto. Tal como hemos dado a entender en nales negativos que los no emocionales? ¿Debería el aprendi-
párrafos anteriores, recientes investigaciones sobre el cerebro zaje ser recompensado y el no aprendizaje castigado? ¿Pode.
han revelado el fascinante hallazgo de que, contrariamente a lo mas concebir una época en la que tomaremos una píldora para
que se creía antes, el cerebro adulto es capaz de cambiar de mejorar el aprendizaje de cara a un examen?
tamaño. ¿Sabía el lector que en los taxistas de Londres, cuya Por último, si el lector está realmente interesado en el
memoria espacial ha de ser excepcional, la parte del cerebro cerebro y las herramientas utilizadas para estudiar la función
que almacena recuerdos espaciales es mucho mayor de lo nor. cerebral, puede consultar el apéndice que hayal final del libro.
mal? Además, es digno de notar que su tamaño depende del También incluimos sugerencias para lecturas adicionales y un
número de años que la persona ha estado conduciendo por las glosario de términos.
calles de la ciudad. ¿Cómo hace el ejercicio para potenciar ~j
tanto el aprendizaje como la función cerebral? En el capítulo 9
examinamos las investigaciones según las cuales el cerebro
adulto puede experimentar cambios, en tamaño y en actividad,
los cuales se producen generalmente debido al uso. Estos estu.
dios ponen de manifiesto que el aprendizaje tiene lugar a lo
largo de toda la vida. ,

!
Tal vez el efecto más importante de la neurociencia en la
. t
,
educación es la posibilidad de identificar y modificar las estruc- I

turas neurales que subyacen a distintos procesos de aprendizaje I


y memoria que simplemente suceden sin necesidad de prestar
atención. ¿Cómo podemos aprender sin darnos cuenta? ¿Hay
alguna diferencia entre, por un lado, recordar nombres y fechas .li
y, por otro, episodios de la vida? Una de las principales aporta- i
ciones de la neurociencia es el esclarecimiento de la naturaleza
del propio aprendizaje, tema que abordamós"'~I1leIJcápítUlii 10.'

:I
¿La imitación es algo bueno o mata la creatividad?
¿Podemos aprender una destreza nueva simplemente pensando
en ella? ¿Cómo se puede incrementar el aprendizaje? Los neu-
rocientíficos están einpezando a Conocer los mecanismos cere-
brales que constituyen la base de los diferentes métodos de
aprendizaje, cuestión que examinamos en el capítulo 11.
...~

16 17
..

CAPITULO 1

CEREBRO Y EDUCACIÓN:
TÓPICOS, ERRORES Y NUEVAS VERDADES

Como ha pasado con la naturaleza y la cultura, con fre-


cuencia se ha situado la evolución y la educación en esferas
opuestas. Nuestro objetivo aquí es reunirlas. El cerebro ha
evolucionado para educar y ser educado, a menudo de mane.
ra instintiva y sin esfuerzo. El cerebro es la máquina gracias
a la cual se producen todas las formas de aprendizaje: desde
las ardillas pequeñas que aprenden a partir nueces, las aves
que aprenden a volar o los niños que aprenden a ir en bici.
c1eta ya memorizar horarios hasta los adultos que aprenden
un idioma nuevo o a programar el vídeo. Naturalmente, el
cerebro es también el mecanismo natural que pone límites en
el aprendizaje. Determina lo que puede ser aprendido, cuán-
to y con qué rapidez.
El conocimiento de cómo aprende el cerebro podría tener,
y tendrá, un gran impacto en la educación. Comprender los
mecanismos cerebrales .que subyacen al aprendizaje y la me-
moria, así como los efectos de la genética, el entorno, la emo-
ción y la edad en el aprendizaje, podrían transformar las
estrategias educativas y permitirnos idear programas que
optimizaran el aprendizaje de persona~ de todas las edades y
con las más diversas necesidades. Sólo comprendiendo cómo
el cerebro adquiere y conserva información y destrezas sere-
mos capaces de alcanzar los límites de su capacidad para
aprender.
Las investigaciones neurocientíficas ya han arrojado mucha
luz sobre cómo aprende el cerebro. Ciertos avances tecnoló-
gicos recientes han proporcionado a los neurociemíficos una

19
herramienta asombrosa para descubrir más cosas acerca del mero que hicimos fue organizar, a principios de septiembre de
funcionamiento del cerebro. Técnicas como las neuroimáge- 2000, un taller multidisciplinario sobre investigaciones cere-
nes cerebrales, que miden la actividad del cerebro mientras brales y educación. Teniendo en cuenta que se había avisado
los individuos realizan, una tarea determinada, han elevado con poca antelación y que el taller iba a llevarse a cabo en un
considera blemente nuestra compren?ión de la mente y el sábado de finales del verano, pensamos que la asistencia sería
cerebro humanos. Actualmente, los científicos cerebrales escasa. Anunciamos el encuentro en el ámbito local y sólo a las
pueden brindarnos cierto conociiniento sobre cómo el cere- personas que a nuestro juicio tenían un interés específico en el
bro aprende información nueva y la maneja a lo largo de la tema, y aun así recibimos más de ciento cuarenta e-mails de
vida. - personas con ganas de participar: científicos y educadores en
En los últimos años han empezado a producirse interac- igual proporción. Fue un día emocionante y fascinante. La
ciones entre educadores y científicos cerebrales. Una de las única crítica al taller fue que un día no bastaba. En nuestras
autoras pasó tres meses, en la primavera de 2000, trabajando discusiones con profesores e investigadores de la educación,
en la POST, (Parliamentary Office of Science and Technology), quedó claro, con gran sorpresa nuestra, que casi no hay litera-
enviada por su curso de doctorado en neurociencia en el tura sobre las conexiones entre las ciencias del cerebro y la
University College de Londres. Las competencias de la POST educación.
consisten en procurar a las Cámaras Británicas de los De todos modos, actualmente los científicos saben bas-
Comunes y de los Lores el oportuno material informativo tante sobre el aprendizaje: cómo se desarrollan las células cere-
sobre cuestiones científicas de interés. brales antes y después del nacimiento; cómo aprenden los
Al mismo tiempo, el subcomité sobre la Educación en la

II
bebés a ver, oír, hablar y andar; cómo los niños pequeños
Infancia Temprana estaba llevando a cabo una investigación adquieren un sentido de la moral y del conocimiento social; o
sobre la educación y la atención adecuadas a los niños entre el cómo el cerebro adulto es capaz de seguir aprendiendo y
nacimiento y los seis años de edad. Al subcomité le llovieron madurando. Lo que nos asombraba era que, pese a este cre-
cartas, informes y manifiestos desde organizaciones benéficas, ciente volumen de conocimient9s y su relación con las estrate-
escuelas, psicólogos y educadores, todos relacionados con la gias educativas, existieran t3n pocos vínculos entre las investi-
infancia, muchos de los cuales citaban las investigaciones

IJ
gaciones cerebrales y las políticas y prácticas educativas.
sobre el desarrollo cerebral ~omo la base para cambiar la edu- Una de las principales aportaciones que es capaz de hacer
cación en la infancia temprana en el Reino Unido. Algunos de la neurociencia es esclarecer la naturaleza del propio aprendi-
los argumentos presentados se contradecían entre sÍ. Por un zaje. A pesar de los importantes avances en nuestros conoci-
lado, unos sostenían que los estudios propiamente dichos no mientos sobre el aprendizaje y el cerebro, los estudios neuro-
deberían comenzar hasta los seis o siete años porque el cerebro científicos todavía no han encontrado una aplicación significa-
no está preparado para aprender hasta esta edad. Por otro, tiva en la teoría o la práctica de la educación.
había quienes afirmaban que, según ciertas investigaciones
sobre el desarrollo del cerebro, estaba claro que a los niños
había que enseñarles lo más posible lo antes posible. ¿Qué con-
clusiones iban a sacar los parlamentarios del'subcomité sobre
estos datos contrapuestos?
Las dos autoras nos hallábamos enfrascadas en estos
I
¡-,
¿y esto por qué? Podría deberse, en parte, a que el cono-
cimiento de cómo se produce el aprendizaje en el cerebro sea
difícil de traducir en información valiosa para los interesados
en l~ educación. Sabemos de un científico cerebral al que, tfas
dar una charla sobre el cerebro a un grupo de educadores, se
le dijo que «no tiene sentido enseñar imágenes cerebrales a los
debates cuando, en junio de 2000, compilamos un informe " ,
profesores; no les interesan».
para que el ESRC, (Economic and Social Research Council) No creemos que esto sea aplicable a todos los profeso-
nos indicara si las percepciones de la neurociencia podían ins- res, pero hemos de admitir que actualmente, respecto a la
pirar la agenda de las investigaciones en la educación. Lo pri- relación de las investigaciones cerebrales con la educación;
,

20 , 21
'l"
hay muy poco material que sea asequible para los no espe- En primer lugar, e! caso pone de manifiesto la capacidad
cialistas. Al escribir este libro, nuestro propósito ha sido de recuperación del cerebro: una pequeñísima proporción de
reducir la brecha que separa las ciencias de! cerebro y las de células intactas en una región cerebral, por lo demás dañada,
la educación. puede bastar para ejecutar una tarea. Estas células pueden ini-
ciar el proceso d~ reparación. La neurociencia está estudiando
cómo es esto posible.
Errores comunes acerca de la neurociencia En segundo lugar, e! caso demuestra no sólo la posibilidad
de compensación sino también sus límites. Puede ser muy bien
Existen numerosos obstáculos para el conocimiento inter- que a la señora W. no se le hayan efectuado evaluaciones psi-
disciplinar, especialmente la confusión creada por las declara- cológicas exhaustivas. De modo que,' a primera vista, quizá
ciones y contra declaraciones en e! campo de las investigaciones parezca que se comporta con normalidad, pero esto puede
cerebrales. Un descubrimiento sobre el cerebro puede ser con- deberse a que ha aprendido estrategias para' compensar cual-
tradicho sólo meses después por otra investigación .. Pero los quier dificultad provocada por su estado. De hecho, si se le
desacuerdos, los hallazgos y los contrahallazgos forman parte hicieran pruebas sobre tareas de sensibilidad apropiadas, pro-
del progreso científico normal y son esenciales a la evolución bablemente mostraría anomalías. Antes de sufrir la lesión cere-
de nuestro conocimiento de! cerebro. bral, era diestra. Ahora con la mano derecha no sería capaz de
Es muy fácil fomentar los malentendidos sobre neuro- coger ni siquiera un bolígrafo. Ha aprendido a compensar esto
ciencia, aquello en lo que los neurocientíficos están interesados casi perfectamente con la mano izquierda, utilizando exclusi-
y hasta dónde puede extenderse la neurociencia por lo que se vamente ésta para servir el té, agarrar objetos, escribir, etcéte-
refiere a su aplicación a la educación. Por ejemplo, tomemos la ra. Es sólo un ejemplo de la necesidad de rigor científico que
idea generalizada de que realmente utilizamos un escasÍsimo
número de células cerebrales. iSobre esto no hay absoluta-
mente ninguna prueba! Consideremos e! porcentaje de cerebro
utilizado sólo para tamborilear con un dedo. Como podemos
ver en la neuroimagen de lafigura 1.1, cuando' un dedo da gol-
pecitos se activa una gran parte del cerebro: Si golpeamos con
el dedo al tiempo que leemos esto, manteniendo asimismo el
equilibrio, la respiración y la temperatura corporal, resulta que
está activo casi todo el cerebro. Pero no hay por qué preocu-
parse: e! cerebro tiene una admirable capacidad para reorgani-
zarse, y aunque en un momento determinado lo usemos todo,
siempre podemos aprender más.
Pero, ¿qué pasa con la señora W., que sufre una lesión
cerebral masiva y al parecer lleva una vida perfectamente nor-
mal? ¿Demuestra este caso que e! cerebro desempeña un pape!
I
insignificante en el control de la conducta, que de hecho
podríamos prescindir de él? Las contradicciones de este ejem-
plo son más aparentes que reales. Esta persona con lesión
FIGURA 1.1. Utilizamos gran paru del cerebro gra" parte del tiempo.
cerebral pone de relieve hechos extraordinarios pero con-

I
En la figura apreciamos que una gran proporción del cerebro está activada
traintuitivos (aparentemente contrarios al sentido' común) durante el sencillo acto de tamborilear con un dedo. Las zonas activadas
sobre el cerebro. aparecen en negro.

22 23
t

1:
hace falta cuando se ttata de sacar conclusiones sobre nuestro UNAS PALABRAS SOBRE NATIJRALEZA Y CULTURA
grado de dependencia de un cerebro que funciona correcta-
I mente. La programación genética no basta para que se produzca
el desarrollo normal del cerebro. También se requiere la esti-
mulación ambiental. Es un hecho científico que las áreas sen-
¿Qué hay de la genética? soriales del cerebro sólo pueden desarrollarse cuando el entor-
no contiene
',' ",";,
diversos
"~'.~-1" '.-. _
estímulos sensoriales:
.
imágenes, texturas
Durante las últimas décadas, la ~xpansión de las investi- y sonidos. En el próximo. capítulo analizaremos esto con
gaciones genéticas ha puesto de relieve lo importantes que son mayor detalle. Es verosímil que esto mismo sea cierto para
.,
los genes en la creación del individuo. Es probable que los todas las áreas del cerebro, no sólo las sensoriales, y para todas
genes desempeñen un papel importante en el aprendizaje y en las funciones mentales. Desde mucho antes de nacer, el cerebro
las discapacidades para el aprendizaje, cuestión que empieza a está moldeado por influencias ambientales, no sólo por pro-
ser investigada por distintos grupos de estudiosos del mundo gramas genéticos. Tomemos una semilla de bellota, que no
entero. Pensar en las repercusiones educativas de las investiga- puede crecer si no se dan las condiciones adecuadas de luz,
ciones genéticas será una tarea. enormemente importante de agua y nutrientes, por mucho que contenga todo el material
cara al futuro. El salto del gen a la conducta 'es mucho mayor genético necesario para llegar a ser un roble inmenso. No tiene
que el salto del cerebro a la conducta. Creemos que este salto sentido discutir qué es más importante, si la naturaleza o la
se podrá llevar a cabo más fácilmente una vez conozcamos las cultura (nutrición), pues para producir una planta viva hacen
conexiones entre la conducta y el cerebro. falta ambas. Asimismo, para el desarrollo normal del cerebro
son necesarias tanto la cultura como la naturaleza.
Tenemos otro ejemplo que muestra cómo la naturaleza
-===::,:;,:;;,::;;,:::.;;::::::= y la cultura van de la mano. A muchas personas les gusta
tumbarse al sol para adquirir un deseable bronceado. La
responsable de esto es la melanina; y cuanta más tenga uno,
más moreno está. Según los criterios actuales, al menos en
Occidente, esto proporciona una imagen de salud y belleza.
j, Imaginemos a una mujer del norte de Europa con la piel muy
blanca, a una africana con la piel muy oscura, y a una medi-
terránea con lo que se conoce como. piel aceitunada. Por
mucho que tome el solla nórdica, su piel sólo se quemará, no
adquirirá un tono moreno. Aunque la africana evite el sol, su
piel no se volverá más clara. Pero en el ejemplo de la mujer
de piel aceitunada, apreciaremos que el color de su piel expe-
rimenta acusados cambios que guardan correlación directa
con el tiempo de exposición al sol. EiJ este caso, los efectos
ambientales (exposición al sol) son la observación más desta-
cada;. en el caso de las otras mujeres, lo más destacado son
los efectos genéticos (producción de melanina). Cuando en
FIGURA 1.2. Está com"enzando fa investigación sobre la genética del ciertos ejemplos se pone de relieve un tipo de efecto, ponga-
aprendizaje. ¿Nos cabe en la cabeza que algJÍ11 día sea posible seleccionar mos la naturaleza, ello no implica que el otro efecto, la cul-
gettes para e1tSdiar y aprender? tura, deba ser menor.

24 25
Trastornos del cerebro en desarrollo con otras personas que tenían problemas similares y que hasta
entonces creían simplemente ser demasiado estúpidas para
Quizá sería posible pasar por alto el cerebro al hablar de aprender. Ahora la mujer explica que, desde que recibieron sus
desarrollo normal del niño, pero no al analizar los trastornos respectivos diagnósticos, tanto ella como su hijo han hecho
del desarrollo. Cuando a lo largo de todo el libro hablamos de imnensos progresos en la lectura. Reciben una enseñanza com-
trastornos del desarrollo, nos referimos a trastornos produci- pensatoria que no habría sido posible sin el diagnóstico.
dos por algún ligero defecto en la programación genética que Entre el doble peligro de utilizar el diagnóstico como una
tiene un efecto en el desarrollo cerebral.Ejemplos de ello son excusa para desentenderse del aprendizaje y, a la inversa, tener
el autismo, el trastorno de hiperactividad por déficit de aten- una baja autoestima debido a la falta de explicación de un
ción (THDA) y la dislexia. Tal vez estos trastornos tengan orí- problema de aprendizaje, la experiencia presenta muchos mati-
genes sutiles en el cerebro, pero en todo caso pueden tener ces. El valor del diagnóstico depende de la actitud de los indi-
consecuencias de gran alcance en el desarrollo cognitivó. Se viduos y su disposición y motivación para superar las dificul-
presentan en forma. leve a grave y por lo general persisten tades. En los capítulos 4-7 analizaremos estas cuestiones rela-
durante toda la vida. Difieren mucho de las dificultades tem- tivas a los trastornos del desarrollo.
porales de, pongamos, la atención o el lenguaje, que pueden
aparecer de vez en cuando durante el desarrollo por toda clase
de razones. Un vocabulario común
A veces es difícil diagnosticar un trastorno del desarrollo
y distinguirlo de una dificultad temporal. El diagnóstico no Si las investigaciones sobre el cerebro han de llegar a ins-
depende simplemente de unas cuantas observaciones fortui- pirar la educación, lo que hace falta con más urgencia es un
tas, sino que se obtiene sólo tras una evaluación sistemática vocabulario común a los investigadores cerebrales y los educa-
del historial de desarrollo del niño. Habida cuenta de que aún dores. Al final del libro hemos incluido un breve glosario de
no disponemos de marcadores biológicos para la mayoría de términos. A lo largo del texto utilizamos la palabra aprendiza-
los trastornos del desarrollo, el diagnóstico se basa en infor- je para abarcar todos los tipos de aprendizaje. Cuando habla-
mes y análisis de la conducta. Ésta no es una cuestión baladí, mos de neurociencia nos referimos a todas las clases de estu-
de modo que se están mejorando continuamente las herra- dios sobre el cerebro. Es decir, incluimos el estudio de las molé-

I
mientas de evaluación. culas y las células del cerebro si bien nos concentramos princi-
¿Qué ocurre una vez tenemos el diagnóstico? Una con- palmente en los estudios cognitivos y neuropsicológicos. Por
versación casual .con un animador juvenil reveló la siguiente cognición entendemos todo aquello que haga referencia a la
ansiedad. A uno de los jóvenes que él supervisaba le habían «esfera mentah), la cual engloba el pensamiento, la memoria,
diagnosticado dislexia. El animador pensó que esto daría al la atención, el aprendizaje, las actitudes mentales y, de manera
estudiante carta blanca para ser perezoso y no tomarse la ,lo, importante, las emociones. Si aludimos a cognición o mente,
molestia de hacer los deberes. Tal como él lo veía, ahora el no pretendemos separarlas del cerebro. Creemos que el cere-
chico en cuestión podía poner la excusa de que tenía un tras- bro y la mente hay que explicarlos juntos.
torno neurológico cuando alguien le exigiera un esfuerzo de
aprendizaje.
En otra conversación con una mujer de treinta años, ésta Las ciencias cerebrales arrojan luz contraintuitiva
nos habló de su gran alivio cuando por fin le diagnosticaron sobre el aprendizaje
dislexia, sólo después de que su hijo, que estaba experimen-
tando las mismas dificultades que ella cuando niña, hubiera Acaso sea arriesgado sugerir que las investigaciones en el
sido visirado por un especialista. Luego se puso en contacto campo de la educación por sí mismas no proporcionan, o no

26 27
pueden proporcionar, el mejor enfoque sobre muchas cuestio- ¿Sabía ellect~r que el cerebro puede adquirir información
nes educacionales partiendo de sus propios recursos y su pen- incluso cuando la persona no está prestando atención al hecho
samiento científico razonado: Igual que nos preguntamos ni repara en él? Esta tendencia del cerebro a hacer cosas "a
cómo la neurociencia puede inspirar la educación, a menudo nuestras espaldas» es generalizada y probablemente tenga
tal vez sea útil pensar en cómo las ciencias del cerebro suponen repercusiones en las teorías sobre el aprendizaje. En el capítu-
un desafío para las opiniones lógicas sobre la enseñanza y el lo 10 examinaremos esta capacidad del cerebro para procesar
aprendizaje. información implícitamente.
.' "';' 'l.~_'" ,••~,;,
••,,,.•..
,\,I'~'('.'llt;

EL CEREBRO ENVEJECIDO PUEDE APRENDER


EL CEREBRO PUEDE AcruAR "A TUS ESPALDAS»

Hasta hace relativamente poco, se creía comúnmente que


Un tema que viene a la mente, y del que nos ocuparemos
el cerebro adulto era incapaz de cambiar. Entre los científicos
en posteriores capítulos, es el de aprender sin ser uno cons-
cerebrales estaba muy arraigada la suposición de que tras los
ciente de ello:
primeros años de vida el cerebro estaba provisto de todas las
células que llegaría a tener, y que la edad adulta representaba
una espiral descendente de pérdida de células cerebrales y de
eL (lPl'.t:NDrlt\l1: . deterioro en el aprendizaje, la memoria y la ejecución en gene-
ral. Sin embargo, las investigaciones están comenzando a poner
P1'QCW1M¡:NTN- I:gT~
de manifiesto que esta idea sobre el cerebro es demasiado pesi-
~l'Q\'.I.-CA
mista: el cerebro adult() es flexible, puede hacer que crezcan
GfI'lGUCA
células nuevas y establecer nuevas conexiones, al menos en
llilSliXS algunas regiones como el hipocampo. Aunque con el tiempo la
información nueva se guarda cada vez con menos eficiencia,
no existe límite de edad para el aprendizaje.
La plasticidad del cerebro -su capacidad para adaptar-
se continuamente a circunstancias cambiantes- depende
fundamentalmente de cuánto se usa~ Ciertos estudios sobre
plasticidad sugieren que el cerebro está bien armado para
aprender durante toda la vida y adaptarse al medio, y que la
rehabilitación' educacional en la edad adulta es posible amén
de una inversión rentable. Por otro lado, las investigaciones
también dan a entender que no hay ninguna necesidad bioló-
gica de precipitarse y empezar los estudios propiamente
dichos cada vez más pronto. Más bien' podrían reconsiderar-
se los inicios tardíos como perfectamente acompasados COnel
cerebro narural y el desarrollo cognitivo. Naturalmente, el cere-
FIGURA 1.3. Los científicos tiene" fama de utilizar jerga que sólo entien-
bro envejecido se vuelve menos maleable y, como ya experi-
deH otros cienti(iC05 de la misma especialidad. Esto sup011e un verdadero obs-
táculo cuando diferentes disciplinas intentan interaccionar y compre"derse WU1S mentan las personas mayores, aprender cosas nuevas requiere
a otras. En este libro tratamos de no utilizar demasiada jerga científica. Si es más tiempo.
imposible evitar el uso de un ténnino especializado, lo de{iltimos en el glosario.

28 29
¿Qué hay de la psicología cognitiva?

El diálogo interdisciplinar precisa un mediador para


impedir que una disciplina domine sobre las otras. Cuando se
trata de un diálogo entre las ciencias cerebrales y la educación,
la psicología cognitiva es ideal para este papel. Creemos que e!
modo más fácil de que las ciencias de! cerebro influyan en los
estudios sobre la enseñanza y e! aprendizaje es a través de la .,
psicología cognitiva.
No obstante, aunque pensamos que la psicología es un
mediador importante de las ciencias cerebrales y causa sus
propias repercusiones en la educación, tenemos la clara impre- FIGURA 1.4. Si hablamos de aprendiza;e, los profesores se parecen
sión de que ahora es el momento de explorar las consecuen- un poco a los jardineros. Igual que éstos, los profesores pueden sembrar
cias de las ciencias cerebrales en e! campo educativo. En este semillas en la mente de U,t alrmmo, nutrir/a y sustentar en ella ideas bue-
libro, de vez en cuando aludimos necesariamente a experi- nas y hechos importantes, asi como arrmtcar las malas hierbas de los erro.
res y malentendidos. En la (igura, la parte frontal del cerebro está en la
mentos de psicología cognitiva, pues, en palabras de John izquierda.
Bruer, el crítico más franco y directo de la aplicación prema-
tura de las investigaciones cerebrales a la educación, es la psi-
cología cognitiva la que «salva la distancia» entre la educación
y la neurociencia. Ajardinamiento del cerebro
De todos modos, e! objetivo de este libro es explorar el
mundo del cerebro. Así que trataremos de centrarnos en los Los cerebros individuales, como los cuerpos individuales,
resultados de las investigaciones cerebrales si bien establecien- son distintos entre sÍ, pero-no hay casi nada que no podamos
do vínculos con los estudios de psicología cognitiva. mejorar o cambiar. Si observamos el mundo que nos rodea,
Somos muy conscientes de que este libro no constituye un vemos muchos ejemplos de cómo la cultura 'ha potenciado la
examen exhaustivo de todos los aspectos de las ciencias cere- naturaleza, o la ha superado. Algunos ejemplos que vienen a
brales que guardan relación con e! aprendizaje: simplemente la memoria son las gafas que mejoran la visión, la nutrición
no podemos abarcarlo.todo. En cada capítulo escogemos y nos para el crecimiento o los ortodoncistas para los dientes torci-
centramos en unos cuantos estudios seminales que, a nuestro dos. Pues con el 'cerebro pasa igual. Si los ortodoncistas pue-
juicio, demuestran e! vigor de la disciplina. El lector observará den mejorar nuestra dentadura, los profesores pueden mejorar
que hemos escrito varias páginas sobre ciertos experimentos, nuestro cerebro.
mientras que otros eSlUdios igualmente importantes se men- Podemos considerar la educación como una especie de
cionan sólo brevemente o no se mencionan siquiera. Esto es así «ajardinamiento» del cerebro, y en cierto sentido los educado-
sólo porque hemos tenido que ser selectivos, aparte de que cree- res son como los jardineros. Naturalmente, éstos no pueden
mos que para el lector es más interesante saber de experimen- cultivar rosas si antes de nada no tienen las raíces y el suelo
tos recientes que aún no se han divulgado mucho. Lógicamente, adecuados, pero un buen jardinero puede hacer maravillas con
a menudo nos extendemos en estudios realizados en nuestro lo que tenga. Igual que sucede con la jardinería, hay muchas
laboratorio o por colegas próximos. ideas distintas sobre lo que constituye lo más digno de admi-
ración, aparte de que con el tiempo aparecen asimismo distin-
tos estilos y diferencias culturales. No obstante, los jardines
individuales requieren sacar el máximo provecho de lo que

30 31
hay, siendo posible crear diseños asombrosamente nuevos e El cerebro ad~lto pesa aproximadamente 1,4 kg y contie-
influyentes. Como veremos a lo largo del libro, esta analogía ne unos cien mil millones de células (o neuronas; véase fig 1.6).
ilustrará lo que queremos decir cuando hablamos de moldear Un número gigantesco. Las neuronas tienen fibras largas y
el cerebro mediante la enseñanza y el aprendizaje. .cortas que establecen contacto con los somas de otras neuro-
nas, habiendo en el cerebro más o menos mil billones de cone-
xiones entre las células. Cien mil millones de células es un
¿Cómo funciona el cerebro? número calosa. l.,difícil de imaginar. Un millón es mil veces mil.
o '. ,

por ejempI0;I¡i'¡50bl:ición de una ciudad muy grande. Mil millo-


El cerebro es uno de los sistemás más complejos del uni- nes es mil veces un millón. En el cerebro humano, el número
verso, y aunque estamos comenzando a saber bastante de él, de conexiones es mucho mayor que el total de habitantes del
todavía nos falta mucho para llegar a comprender cómo fun- planeta, que son unos seis mil millones.
ciona exactamente en su totalidad. Sigue siendo un enigma Al analizar funcionés que vengan al caso, como «experi-
que miles de científicos de todo el mundo están intentando mentar miedo)" ~~aprenderpalabras);, «hacer cálculos numéri-
descifrar. No obstante, sí sabemos algunas cosas (véase figu- cos)' o «imaginar movimiento», nunca hablamos de células
ra 1.5). nerviosas individuales. En lugar de éstas, las responsables de
funciones cognitivas como las citadas son regiones de tejido
cerebral que contienen millones de neuronas.
Corteza motora
Corteza sensorial
AsÍ, ¿cómo hacen estas. cosas las neuronas? Como
todas las demás células del cuerpo, las neuron'as funcionan
<Óó"t
0" como pequeñas baterías. Hay una diferencia de voltaje (casi
~"/(,¡
'./

Corteza
prelrontal Vaina de mielina

lóbulo
temporal Núcle
Tronco del
encétalo

/
'. ~"" o' Soma
Botones terminales

FIGURA 1.6. Una 'lellrana~consta de un soma, un axón)' dendritas.


FIGURA 1.5. Imagen de la superficie del cerebro. El cerebro se divide El axón de la mayoría de las neuronas está cubierto por una vaina de mie-
cn ctIatro lábulos: temporal, frontal, parietal y occipital. La capa más exter- lina, la cual acelera la tratlsmisió" de impulsos por el axón. Los batollcs
na del cerebro se denomilUl corteza. sinápticos de las dendritas son los ptmtos de contacto con otras neuronas.

32 33
Potencial de acción

Neurona piramidal

80t6n terminal

Espacio sináptico
--- Neurotransmisor

Célula de Purkinje

Dendrita de la neurona,
con receptores

FIGURA 1.8. Los potenciales de acción son el lenguaje del cerebro.


Cuafldo se activa una neurmZQ, ésta descarga un impulso: un potencial tle
FIGURA 1.7. EfI el cerebro hay varias clases de f1eurOflas. efltre ellas acción. El potencial de acción "¡,wierte brevemente el voltaje a través de la
las neuronas piramidales y las células de Purkinje. Las neuronas piramida- membrana, lo que origina la liberació,t de sustancias químicas (neuro-
les, que al microscopio se ven con forma de pirámide, se hallan en la corte- transmisores) desde el botón terminal de la 'Jeurona. Estas sustancias atra-
uzo Las células de Pllrki1zje, que tOf1laftel ,zombre del científico checo que las viesan el espacio sútáptico y son aceptadas por receptores de dendritas de
descubrió, sólo se encuentran en el ~erebelo. otra neurO'Ja.

una décima parte de voltio) entre el interior y el exterior de Casi toda la información sensorial pasa de un lado del
la célula, siendo el interior más negativo. Cuando una neu- cuerpo al lado contrario del cerebro. Así pues, un contacto en
rona se activa, descarga un impulso, denominado potencial el brazo izquierdo es procesado por el lado derecho del cere-
de acción. Entonces entran iones sodio a toda prisa por po- bro, y l<i visión de objetos en el lado derecho de un individuo
ros de la membrana, invirtiendo brevemente el voltaje a través es enviada a la corteza visual izquierda para ser procesada.
de la misma. Esto origina la liberación de sustancias quími- Esto es válido para todos los sentidos menos el olfato; también
cas (neurotransmisores) desde el botón terminal de la neu- es verdad en el caso del movimiento: la corteza motora dere-
rona. Estas sustancias cruzan el espacio sináptico y son cha controla el movimiento del brazo izquierdo. Hay estructu-
aceptadas por receptores de dendritas de otra neurona, lo ras del cerebro que no están cruzadas de esta forma, como
cual aparece ilustrado en la figura 1.8. Éste es el «lenguaje» sucede con el cerebelo, el cual, por alguna razón que aún no
del cerebro: los potenciales de acción producen la «activi- entendemos del todo, controla el movimiento del mismo lado
dad» cerebral. del cuerpo.

34 35
¿Cómo estudiamos el cerebro?

Aquí ofrecemos sólo una breve muestra de los tipos de


i
-, técnicas utilizadas para estudiar el cerebro. Si el lector quiere
profundizar en la cuestión, puede acudir al apéndice del final
del libro, en el que exploramos con detalle las distintas técni-
cas que se usan actualmente en las investigaciones cerebrales.
Actualmente, para estudiar el cerebro pueden utilizarse
diversas herramientas. En los estudios de electrofisiología se CAPITULO 2
toman registros de neuronas individuales. del cerebro de anima-
les mientras éstos llevan a cabo una determinada tarea. Esta téc- EL CEREBRO EN DESARROLLO
nica procura una medida directa de la actividad neuronal. La
medición de la actividad neuronal en los seres humanos es difí-
cil, y los estudios que toman registros de neuronas del cerebro
humano (por ejemplo, durante una intervención quirúrgica a ¿Qué cambia en el cerebro durante el desarrollo?
cráneo abierto) son muy infrecuentes. De todos modos, este tipo
de estudios asombran por la profusión de detalles que revelan El cerebro humano adulto contiene unos cien mil millo-
sobre recuerdos y acciones a los que se accede mediante el mero nes de células (neuronas); al nacer, el cerebro tiene un núme-
«contacto" de una dererminada parte diminuta de la superficie ro de neuronas singularmente similar al del cerebro adulto.
del cerebro. Casi todas las neuronas del cerebro se generan mucho antes
Por suerte, para evaluar la actividad eléctrica en los seres de nacer: sobre todo durante los tres primeros meses del
humanos existen diversos métodos no invasivos relacionados embarazo. La generación de neuronas recibe el nombre de
con la conducta de- miles o millones de neuronas conectadas neurogénesis. Se trata de un proceso complejo que comienza
entre sí en regiones cerebrales concretas. La electroencefalo- con la división de células progenitoras, las proveedoras de
grafía (EEG) y la magnetoencefalografía (MEG) miden res- todas las células nuevas del cerebro. Esta división da origen a
pectivamente la actividad eléctrica y magnétic"a que se produ- otras células progenitoras, o a neuronas, o a células de sopor-
ce en el cerebro. Los registros se lIeván a cabo mediante elec- te conocidas como glía. Para madurar y sobrevivir, las neuro-
trodos colocados en el cráneo. J. nas deben emigrar de las células progenitoras. Tras la migra-
El flujo sanguíneo es un indicador de la actividad cerebral
y puede medirse con técnicas de neuroimágenes. La sangre fluye I ción, sólo sobreviven la mitad mientras que las demás mue-
ren. Se generan muchas más células cerebrales de las necesa-

I
a regiones del cerebro en las que la actividad neuronal es máxi- rias. Sólo sobreviven las que establecen conexiones activas
ma y que requieren un- ¡'eabastecimiento de oxígeno y glucosa. con otras neuronas.
La tomografía de emisión de positrones (TEP) y la resonancia Un bebé humano nace con casi todas las células cerebra-
magnética funcional (RMIl detectan cambios en el flujo sanguí- les que llegará a tener salvo en lo que se refiere al cerebelo y al
neo. Los registros se realizan en escáneres cerebrales especiales. hipocampo, donde el número de células aumenta notablemen-

I
Los estudios neuropsicológicos se ocupan de las conse- te después del nacimiento. Durante el. desarrollo, el cerebro
cuencias conductuales de las lesiones cerebrales, por lo que nos
experimenta varias oleadas de reorganización. No son las pro-
proporcionan una indicación de las funciones asumidas nor-
pias neuronas las que cambian, sino el «cableado)) existente
malmente por una determinada región cerebral. Actualmente
entre ellas. El cableado es la intrincada red de conexiones entre
hay también un método para estudiar los efectos de una alte-
las células (las dendritas y las sinapsis, véase fig 2.1). Las fibras
ración temporal del cerebro: una técnica denominada estimu-
lación magnética transcraneana (EMT). cortas conectan neuronas próximas entre sí y las fibras largas
pueden conectar neuronas muy alejadas.

36
37
¿Tres años es demasiado tarde?
El debate sobre la educación en los primeros años

En abril de 1996, la Casa Blanca convocó una conferen-


cia de prensa sobre desarrollo temprano del niño en la que
Hillary Clinton hizo referencia a las investigaciones sobre el
desarrollo del cerebro. Clinton afirmó que «ahora sabemos
mucho más de lo que sabíamos hace unos años sobre cómo se
desarrolla el cerebro humano y qué necesitan los niños del
entorno para desarrollar hi personalidad, la empatía y la inte-
ligencia». Citó estudios según los cuales el medio afecta al
Mitocondrias
desarrollo cerebral en fases tempranas de la vida para eviden-
cíar la importancia que tienen ciertos tipos de estimulación
ambiental en los tres primeros años de vida de un niño.
Clinton aseguró que -las experiencias [entre el nacimiento y
los tres años] pueden determinar si los niños crecerán para ser
ciudadanos pacíficos o violentos, trabajadores comprometidos
o indisciplinados, padres atentos o indiferentes ... ». Pidió a los
médicos de los EE. UU, que animaran a los padres a leerles a
FIGURA 2.1. La sinapsis es la unió1Jde dos neuronas. El axón de luza
neurona se conecta con los botones tenn;,zales de U1Ulsegunda fzeurona. sus hijos pequeños y exigió una mayor inversión en los niños
Cuando se produce tm impulso nervioso (potencial de acción) en la primera de edades inferiores a los tres años.
neurona, desde el terminal axónico se liberan neurotransmisores que son acep.
tados por los receptores de las espinas dendríticas de la segunda neurona.

Durante el primer año de vida, el cerebro humano cambia


de manera realmente espectacular. Poco después del nacimien-
to, el número de conexiones entre las células cerebrales comien-
~~"~-'~
za a aumentar rápidamente, tanto que el número de conexiones

II
del cerebro de un bebé supera en mucho los niveles adultos.
Hay que reducir en gran medida este exceso. de conexiones,
reducción, o poda, que es una parte del desarrollo tan impor-
tante como pueda serlo el crecimiento inicial de conexiones.
En los últimos cincuenta años se han hecho muchós des-
cubrimientos sobre cómo se desarrolla el cerebro en los ani- ~

I
males jóvenes, siendo buena parte de este conocimiento tam-
bién aplicable al cerebro de los seres humanos, si bien son 6 meses de gestación 8 mases de gestación Neonata!
todavía escasas las observaciones directas del cerebro humano

..1' ,
en desarrollo, De todos modos, los estu'dios sobre el desarrollo
del cerebro durante los primeros años' de vida ya han empeza- FIGURA 2.2. Casi todas las neuronas del cerebro se geltera1t mucho
antes del nacimiento, sobre todo e1Jlos tres primeros meses de embarazo.
do a desempeñar un papel en los debates sobre las políticas " Después del 1Jacimiento, el cerebro cambia de manera espectacular, pri1Jci~
educativas. palmente en lo que se refiere al número de sinapsis.

38 39
;
I
'.
Algunas guarderías de los EE.UU. han empezado a estruc-
turar sus currículos en torno a la idea de enriquecer la expe-
riencia de los niños pequeños. En ciertos parvularios america-
nos, acrualmente la jornada escolar de los niños de dos y tres
años está atiborrada de información sensorial. Según uno de
estos centros situado en Oregón, cada actividad está «concebi-
da para estimular un área clave del cerebro del niño". Diversos .,
grupos educacionales de los EE.UU. han ido aún más lejos,
sugiriendo que los niños tendrían que empezar a estudiar idio-
mas, matemáticas avanzadas, lógica y música lo antes posible,
y que el entorno del bebé debería ser enriquecido para lograr
un desarrollo cerebral óptimo.
En Gran Bretaña, el debate sobre la educación en los pri-
meros años también ha comenzado a centrarse en el desarrollo
cerebral. En 2000, se pidió al Subcomité de la Cámara de los
Comunes para la Educación en la Infancia Temprana que exa- FIGURA 2.3. Hay personas que se muestran a favor de «colocar a SI/S
minara varios aspectos de la educación en los primeros años, hijos en invemaderos», donde se usen tarjetas ilustrativas, vídeos y otros.mate-
es decir, la educación y la atención a los niños entre el naci- riaJesaudiovisuales para enseñar/es destreZ11S académicas como lectura; lógica
miento y los seis años de edad. Estre estos aspectos se incluían y matemáticas.
el contenido adecuado,de la educación temprana, el modo en
que debería llevarse a cabo la enseñanza pre-escolar, el modo
en que habría que evaluar el aprendizaje y la enseñanza pre-
niños en edad pre-esco]ar la implantación de objetivos estric-
escolar, y a qué edad tendrían que empezar los estudios pro- tos era algo excesivo.
piamente dichos.
A la inversa, otros grupos sostenían que los Objetivos de
Se trata de cuestiones controvertidas, pues las escuelas de Aprendizaje Temprano se quedaban cortos. Partiendo de los
enseñanza primaria del Reino Unido admiten niños en el curso argumentos descritos antes; que surgieron en los EE.UU. en la
en que cumplen cinco años, es decir, antes que en--muchos otros
década de 1990, estos grupos sugerían que la edad crÍrica para
países europeos, donde no comienzan la educación formal el aprendizaje se halla entre el nacimiento y los tres años, y que
hasta los seis O siete años. En estos países, desde los tres años los niños debían ser «colocados en invernaderos" durante los
hasta que empiezan a ir a la escuela, los niños generalmente primeros años de su vida para que tuviera lugar un aprendiza-
van al jardín de infancia, donde se estimula el desarrollo de je óptimo. «Colocar en invernaderos» significa enseñar a los
destrezas emocionales, sociales y cognitivas en general, princi- niños destrezas académicas como lectura, lógica y matemáticas
palmente mediante juegos. utilizando tarjetas ilustrativas, vídeos y otros materiales audio-
En 1999, el gobierno británico presentó' sus Objetivos del visuales.
Aprendizaje Temprano para la educación de los niños de tres
años hasta el final de su primer curso escolar. En el plan se
esbozaban las expectativas de que los niños de pre-esco]ar de- ¿ Las investigaciones cerebrales
sarrollaran habilidades sociales, físicas e intelectuales. La intro- proporcionan alguna respuesta?
ducción de los Objetivos del Aprendizaje Temprano provocó
una fuerte reacción. Según diversos informes prominentes apa- A ambos lados del Atlántico, los argumentos a favor de
recidos en los medios de comunicación británicos, para los un inicio temprano de la educación a menudo se han funda-

40 41 11 .
mentado en tres hallazgos importantes de la neurobiología del ro de sinapsis por neurona primero aumenta rápidamente y a
desarrollo, basados en investigaciones con animales. Primero, continuación disminuye poco a poco hasta niveles de madurez.
en la primera infancia se producen incrementos espectacula- Esta investigación se llevó a cabo con gatos. Estudios adicio-
res en e! número de conexiones entre las células cerebrales. nales realizados con monos pusieron de manifiesto que las
Segundo, existen períodos críticos en que la experiencia deter- densidades sinápticas alcanzan los niveles máximos entre dos
mina e! desarrollo del cerebro. Tercero, los entornos ellrique- y cuatro meses después del nacimiento, tras el cual comienza la
cidos ocasionan en e! cerebro la formación de más conexiones poda. Las densidades sinápticas bajan gradualmente hasta
que los entornos empobrecidos. niveles adultos en torno a los tres años, aproximadamente la
En realidad, la imagen neurobiológica de! desarrollo cere- edad en que los monos llegan a la madurez sexual. Este proce-
bral es más compleja. En este capítulo describimos algunos de so, que se produce a lo largo de un período de años, reduce la
los estudios que han dado lugar a los tres hallazgos citados, así densidad sináptica global a los niveles adultos.
como estudios posteriores que han clarificado y se han exten- En las primeras etapas de! desarrollo hay también una pri-
dido sobre los descubrimientos anteriores. Es importante saber mera oleada de proliferación y crecimiento espectacular de
acerca de estas investigaciones, pues nos explican por qué fibras nerviosas y conexiones de gran alcance entre las células
hasta ahora no ha habido conclusiones simples. Muchos neu- nerviosas. Además de esto, las largas extensiones (los axones,
rocientíficos ponen en duda que sepamos lo suficiente sobre e! véase figura 1.6) de cada célula nerviosa comienzan a cubrirse
cerebro en desarrollo para vincular este conocimiento directa- de una capa de mielilla, que actúa como'aislante y acelera el
mente a la instmccción y la práctica educacional. movimiento de los impulsos eléctricos por la neurona. Este es
un proceso clave del desarrollo cerebral porque incrementa
enormemente la velocidad de las señales que se desplazan entre
Primer argumento: las neuronas. No obstante, aunque todos estos procesos se
conexiones cerebrales en la primera infancia producen en fases tempranas del desarrollo, quizá el aspecto
más estudiado del mismo "sea el número de sinapsis.
Desde muy pronto en e! desarrollo posnatal, el cerebro Así pues, cuando nace un bebé, sus conexiones cerebrales
empieza a formar conexiones nuevas (sinapsis, véase figura comienzan a crecer y a cambiar. Qué conexiones sobreviven y
2.1), de modo que aumenta muchísimo la dellsidad sináptica crecen y cuáles se desvanecen y mueren viene determinado en
(número de sinapsis por unidad de volumen de tejido cere- parte por los genes que el bebé hereda de sus padres y en parte
bral). El crecimiento de dendritas en las células nerviosas y la por sus experiencias tempranas. En consecuencia, ¿deberían
aparición rápida de sinapsis a lo largo de las mismas puede los bebés ser expuestos a cuantas experiencias de aprendizaje
compararse con e! vigoroso crecimiento de las plantas en pri- fuera posible durante estas fases tempranas?
mavera. En e! cerebro, este proceso, denominado sillaptogé- No forzosamente. Se supone que e! curso temporal de la
nesis, dura un cierto tiempo, dependiendo las distintas dura- sinaptogénesis y la poda es el mismo en los seres humanos y
ciones de la especie del animal. El proceso va seguido por un en los monos, en los que efectivamente tiene lugar durante los
período de poda sÍ/,á/Jtica en e! que las conexiones usadas con tres primeros años. De todos modos, dado que e! desarrollo
mucha frecuencia resultan reforzadas y las usadas con poca de los monos es mucho más rápido qu'e el de los seres huma-
frecuencia son eliminadas. También podemos comparar esto nos y su infancia mucho más corta, es probable que el perío-
con la poda necesaria tras el habitual crecimiento de las plan- do de crecimiento rápido en el desarrollo cerebral de los seres
tas en e! jardín. Si no lo hiciéramos, éstas podrían muy bien humanos sea bastante más largo que en los monos. A los tres
acabar asfixiadas.
La primera demostración de la sinaptogénesis se produjo
en 1975, cuando se observó que, en el sistema visual, el núme-
I
,
años los monos son sexualmente maduros, por lo que esta
edad puede equivaler aproximadamente
años de los seres humanos.
a los doce o trece

42 43
!.
1-
DESARROLLO EN EL CEREBRO HUMANO

Todas las investigaciones examinadas hasta ahora se han


realizado con cerebros de animales. ¿Qué hay del desarrollo
del cerebro humano? Por desgracia; no existen muchos estu- Corteza
dios sobre dicho desarrollo al basarse principalmente en cere- frontal
bros de cadáveres a los que se ha realizado la autopsia. La Corteza visual

mayoría de los datos acerca del desarrollo del cerebro humano


proceden de la corteza visual humana; un área grande ubicada
en la parte posterior del cerebro que interpreta los estímulos
visuales que entran por los ojos (véase figura 2.4). En esta área,
se produce un rápido incremento en el número de conexiones
sinápticas en torno a los dos o tres meses de edad, el cual
alcanza su valor máximo a los ocho o diez meses. Después hay
una disminución continua de la densidad sináptica hasta que
se estabiliza alrededor de los diez años, permaneciendo en este
nivel a lo largo de toda la vida adulta (véase figura 2.5). FIGURA 2.4. La mayoría de las investigaciones acerca del desarrollo
del cerebro tie'len su origen en estudios sobre el desarrollo de la corteza
En la corteza frontal humana (figura 2.4) -el área cere- visual en anima/es. Se sabe mucho menos sobre cómo se desarrolla la corte.
bral encargada de planear acciones, seleccionar e inhibir res- za (rontal. En los seres humanos, esta es la parte del cerebro responsable de
puestas, controlar emociones y tomar decisiones-, la sinapro- planificar acciones, seleccionar e Ílthibi, respuestas, controlar emociones )'
génesis tiene lugar más tarde y el proceso de poda tarda mucho tomar decisiones.
más que en la corteza visual. En esta área, el desarrollo neuro-
nal prosigue a lo largo de la adolescencia: las densidades sináp-
ticas c~mienzan a disminuir durante la etapa adolescente y no
alcanzan los niveles adultos hasta, al menos, los dieciocho
años (véase figura 2.5 y capítulo 8).
¿Recuerda el lector las vainas de mielina que cubren los i
~
axones de las neuronas y aceleran las señales que se desplazan e
.¡;;
~
por las fibras nerviosas (figura 1.6)? Este proceso de adición de ~• Corteza visual
.¡;;
mielina a los axones prosigue. durante décadas. en algunas :;¡
O Corteza lrontal
, áreas cerebrales, en particular en los lóbulos frontales. El pro-
ceso continúa bien entrada la adolescencia y la veintena, como
o Años de edad 10
comprobaremos en el capítulo 8.

I DESARROLLO EN EL PRIMER AÑO DE VIDA


FIGURA2.5. La sinaptogénesis, o proliferació'l de sinopsis, time lugar
e'l los primeros meses de vida, tras /0 cual las sinopsis experime'ltan UlIO
poda de modo que fas densidades sinápticas disminuyen gradualn1eltle. En
la corteza visual humana, las de"sidades si,zápticas dism;'lIlyen poco a poco
Se han realizado estudios psicológicos con niños pequeños basta llegar a niveles adultos. mucho antes de que se alcancen densidades
para analizar las destrezas y la conducta que se desarrollan al sinápticas adultas en la corteza frontal humana. Fuente: adaptado de
Hurrenlocher & Dabholkar. ¡oumal of Comparative NeuroJogy' 1997;
mismo tiempo que la sinaptogénesis. Cuando empiezan a pro-
387(2): 167-178. Copyright@ 1997 de John Wiley. Reimpreso con autori-
liferar las conexiones en la corteza visual, alrededor de los dos zación de John Wiley & Saos, Ine.

44 45
12
meses de edad, los bebés humanos empiezan a perder algunos ojos y el cerebro. Los resultados fueron sorprendentes. La pri-
de sus innatos reflejos infantiles. A los tres meses de edad, los vación visual temprana dio origen a un deterioro grave de las
pequeños pueden coger un objeto a la vez que fijan la atención conexiones neuronales en las áreas visuales cerebrales del ojo
visual en él. Cuando tienen cuatro o cinco meses, se incremen. tapado. Además, prácticamente causó ceguera en este ojo. Ello
tan sus capacidades visuales: pueden detectar y distinguir obje, se debía a que el cerebro no había recibido ninguna estimula-
tos por el color o los bordes y si estos se están moviendo o no. ción procedente del ojo mermado y se había cableado a sí
Con ocho meses, los niños muestran por primera vez capaci- mismo para recibir información sólo del otro ojo, del abierto.
dad para ejecutar tareas de memoria visual, como las de res- Incluso meses después de haberlo destapado, los gatos seguían
puesta demorada. En estas tareas, se oculta un objeto a la sin ver con el ojo inicialmente mermado. En comparación, eu
visión del niño, y tras una cierta demora, se permite a éste gatos plenamente desarrollados, los mismos períodos, o más
coger el objeto. La memoria de objetos ocultos mejora apre- largos, de privación visual completa no tenían estos efecros en
ciablemente entre los ocho y los doce meses. el sistema visual ni en la capacidad de los animales de usar el
Aunque la aparición de estas capacidades coincide con la ojo mermado para guiar su conducta cuando éste se destapara
reorganización de la corteza visual, quizá no sean ocasionadas posteriormente.
necesariamente por estos cambios. Los aumentos en la densi- Estas investigaciones se han repetido muchas .veces, por
dad sináptica se producen al mismo tiempo que la aparición lo que se acepta que deben producirse ciertas experiencias sen-
inicial de algunas destrezas y facultades, si bien estas siguen soriales a determinada edad para que se desarrollen de mane-
mejorando después de que se hayan reducido las densidades ra óptima las correspondientes áreas sensoriales del cerebro.
mediante la poda. Así pues, la sinaptogénesis acaso esté rela- Se citan a menudo las consecuencias irreversibles de la priva-
cionada con la aparición inicial de algunas capacidades, pero ción visual temprana para avalar la importancia de la educa-
no puede explicar su perfeccionamiento continuado. ción en las primeras etapas de la infancia. Se han utilizado los
hallazgos de las investigaciones para sugerir que a cierta edad
deben producirse ciertas. experiencias de aprendizaje, de lo
Segundo argumento: contrario el cerebro no se desarrollará como es debido y será
períodos críticos en el desarrollo cerebral imposible que el niño adquiera jamás las facultades o destre-
zas pertinentes.
Los investigadores saben desde hace treint~ años que un De todos modos, aquí no acaba la historia. Investiga-
animal requiere ciertos tipos de estimulación ambiental en
ciones adicionales de Hubel y Wiesel y otros científicos han
momentos específicos -un período crítico- durante su desa- sugerido que es posible tecuperar parte de la función, según
sea el período específico de la privación y las circunstancias
rrollo para que se formen con normalidad los sistemas senso-
posteriores a la misma. Cuanto más corto sea el período de
riales y motores del cerebro.
privación, más recuperación de la función se podrá conse-
Para investigar el modo en que las neuronas son capaces
guir. Esto se puede incrementar si se enseña al animal a utili-
de adaptar su función a la demanda, en la década de 1960
zar el ojo inicialmente mermado tras <!estaparlo. Aunque
Torsten Wiesel y David Hubel, de la Universidad de Harvard,
habría que experimentar cierta estimulación sensorial antes
llevaron a cabo una serie de innovadores estudios por los que .~ de determinada edad para un desarrollo óptimo del cerebro,
más adelante recibieron el premio Nobe!' Estos científicos se
en caso de que esto no sea posible el entrenamiento y la esti-
preguntaban qué pasaría en el cerebro de un animal recién
mulación rehabilitadora en una edad posterior pueden per-
nacido (en este caso, los animales en cuestión eran gatos) si se
mitir cierto nivel de recuperación en la correspondiente área
le tapaba temporalmente un ojo impidiendo con ello que viera.
cerebra!.
Al cabo de aproximadamente tres meses se destapó el ojo,
y los investigadores estudiaron las conexiones entre los dos

46 47
«PERIODOS SENSIBLES», «PERlODOS NO cRlncos» Esta extraordinaria capacidad temprana para reconocer
rostros seguramente está controlada por vías cerebrales distin-
Actualmente, la mayoría de los neurocientíficos creen que tas de las implicadas en el reconocimiento posterior, más per-
los períodos críticos no son rígidos ni inflexibles. Los inter- feccionado. John Morton y Mark Johnson, de la Universidad
pretan si acaso como períodos sensibles que comprenden cam- de Londres, han sugerido que el reconocimiento temprano de
bios sutiles en la susceptibilidad de! cerebro de ser moldeado caras tal vez haya evolucionado, pues origina (<<segraba en la
y modificado por experiencias que se producen a lo largo de memoria») un vínculo automático de los recién nacidos con las
la vida. Para que algunas funciones se.configuren normalmen- per~oná;' ~~~ ':;;ert ';;;ás a menudo.
te, e! animal debe recibir de! entornó. un input sensorial ade- Este reconocimiento temprano de caras depende de
cuado en una determinada fase del desarrollo. No obstante, el estructuras subcorticales (o sea, situadas debajo de la corte-
input apropiado no tiene por qué ser en ningún modo com- za cerebral) como el calículo superior. Las estructuras sub-
plejo. Tiende más bien a ser básico y general, y en los entor- corticales forman parte de una vía del cerebro que nos per-
nos normales es fácil de obtener. Por ejemplo, la presencia de mite efectuar movimientos rapidísimos}' de manera auto.
objetos, sonidos y estímulos visuales de colores y con dibujos mática partiendo de. lo que vemos. Compartimos con mu-
constituyen una estimulación suficiente para las cortezas sen- chos otros animales estas capacidades, que se desarrollan en
soriales en desarrollo del cerebro humano. Lo que es especial- etapas muy tempranas porque son enormemente importan-
mente importante en e! caso de los niÍios pequeños es la inter- tes. Del mismo modo que los polluelos llevan a su madre
acción con otros seres humanos, y ahí incluimos el lenguaje y «grabada en la memoria» y la siguen automáticamente don-
la comunicación. dequiera que vaya, es útil también para ./os bebés recién
nacidos que se les quede grabada la cara de aquellos a quie-
nes ven más. Sólo a partir de los dos o tres meses comienzan
DESTREZAS SENSORIALES AL NACER EN LOS BEBÉS HUMANOS las regiones corticales cerebrales de los lóbulos temporales y
occipitales a encargarse de la capacidad de un bebé para
Los bebés humanos nacen con ciertas capacidades senso- reconocer caras.
riales, por ejemplo una audición y una visión básicas, que se El sistema auditivo del cerebro también está parcialmente
perfeccionan y desarrollan durante la infancia. El sistema desarrollado al nacer. Los bebés recién nacidos saben distin-
visual del cerebro está parcialmente armado ál nacer, pero ~
guir sonidos y son sensibles al ritmo, la entonación y los com- '1
sigue desarrollándose a lo largo de los primeros años de vida. ponentes sonoros del habla. Ciertas investigaciones con bebés
Al nacer, los bebés saben distinguir entre distintas for-
mas visuales -los recién nacidos se aburren y desvían la
prematuros han revelado que, en el último trimestre de su vida
fetal, estos son sensibles a sonidos del habla. A esta tempraní-
I
mirada si durante un rato se les ha mostrado el mismo estímu-
lo visual, y sólo vuelven a mirar si se les presenta un estímulo
sima edad pueden discriminar entre voces masculinas y feme- I
visual nuevo-o Los bebés nacen con una capacidad muy
ninas. Los bebés de dos días tras un embarazo a término saben
distinguir entre su propia lengua y una lengua extranjera. Los
I
básica, pero impresionante, para reconocer. caras. Al nacer, de tres días reconocen la voz de su madre: prefieren oír la voz de
parece que el cerebro está provisto de (:¡¿tht'hifórmhCión su madre antes que' una voz desconocida. Estas facultades
sobre CÓmo ha de ser una cara. Los recién nacidos prefieren excepcionalmente tempranas seguramente han sacado prove-
mirar dibujos de caras enteras antes que dibujos de caras cho de los sonidos apagados, aunque audibles, que el bebé ha
1,
cuyos rasgos han sido «mezclados». Pocos días después de oído en el útero.
nacer, los bebés aprenden a reconocer el rostro de su madre
-miran más rato una imagen de la cara de su madre que la
de una cara desconocida.

48 49 Ij
PERIoDOS SENSIBLES Y PUESTA A PUNTO Durante este mismo período, también se ajusta la capaci-
EN EL CEREBRO DE LOS BEBEs dad de los bebés para percibir diferencias minúsculas en los
patrones del habla de su propia lengua. Pero el ajuste tiene
Olivier Pascalis, de la Universidad de Shefield, y Michelle un precio; en ambas modalidades, visión y audición, supone un
de ¡-:laan, de la Universidad de Londres, llevaron a cabo un cierto grado de pérdida: los bebés pierden paulatinamente la
interesante estudio sobre capacidad temprana de reconoci- facultad de discriminar entre caras que no son de su misma
miento de caras. El estudio puso de manifiesto que, entre los especie y entre sonidos que no pertenecen a su lengua. Es un
seis y los nueve meses de edad, las capacidades del bebé para precio que bien merece la pena, pues ello da como resultado la
percibir diferencias individuales en los rostros se ponen a precisión y la asombrosa velocidad del cerebro cuando se trata
punto, se ajustan. Los bebés que aún no tienen seis meses son de reconocer a otras personas que hay alrededor y lo que
muy hábiles a la hora de discriminar entre toda clase de caras: dicen. Lo que los científicos aún no saben es si la puesta a
pueden incluso ver las diferencias entre' caras de monos, que punto se produce sólo durante un intervalo breve.
para los adultos son muy parecidas y resultan difíciles de dis- ¿Qué pasa si el ajuste no puede producirse entre los seis y
los nueve meses? Este sería el caso si el niño fnera incapaz de
tinguir. Sin embargo, a partir de los seis meses, esta capacidad
ver u oír. Los niños privados de input sensorial durante este
se deteriora hasta que poco a poco los bebés van mostrándose
período, ¿alcanzarán la misma eficacia?
menos habilidosos en la tarea de discriminar entre éara; de
monos, aunque siguen distinguiendo bien 'las humanas. Esto es
útil, pues en el mundo del bebé hay muy pocas caras de monos
¿QUÉ PASA CUANDO NO PUEDE PRODUCIRSE APRENDIZAJE
pero montones de rostros humanos. Es mucho más importan-
~,. DURANTE PERlODOS SENSIBLES?
te ser capaz de distinguir entre cosas que son comunes en nues-
tro entorno que entre cosas con las que difícilmente vamos a
De vez en cuando nacen bebés con cataratas, lo que ori-
encontrarnos.
gina ceguera. Pero en ciertos casos puede realizarse una inter-
vención quirúrgica para recuperar la visión. Estos ejemplos
pueden ayudarnos a comprender mejor la importancia de la
estimulación visual en etapas tempranas de la vida. Daphne
Maurer, de Canadá, llevó a cabo una serie de estudios excep-
cionales con bebés operados de cataratas. Había que respon-
der a una pregunta muy práctica: ¿Debía hacerse la operación
lo antes posible o más adelante, cuando hubiera menos riesgo
médico para el bebé? En sus trabajos iniciales, Maurer obser-
vó que incluso cuando se realizaba la operación a los nueve
meses de edad, y había por tanto nueve meses de privación
visual, la visión se desarrollaba rápidamente. En algunos
casos, con una hora de estimulación visual bastaba para lograr
un gran aumento de agudeza visual.
De todos modos, la falta de ajuste, que normalmente se
producía en los nueve primeros meses pero en los citados casos
FIGURA 2.6. Para nosotros es difícil apreciar la diferencia entre caras
de especies diferentes, como en el caso de los mOllas. Los bebés son capaces de no pudo producirse,. ¿causaba algún problema? La falta de
ver la diferencia entre caras de m01JOS distintas, (acuItad que pierden apm. experiencia temprana tenía consecuencias leves pero perma-
ximadamellte a partir de los seis meses. nentes. Sólo se apreciaban cuando se estudiaban más adelante,

50 51
a los nueve años, determinados aspectos de la percepción también un aumento de eficacia. Habrá menos fuentes de error
, visual. Los niños que habían sido operados experimentaban y una programación más rápida. Creemos que los propietarios
I
1:
sutiles dificultades reveladoras de que su percepción de .las de la máquina estarán complacidos con este avance y llamarán
caras no era del todo normal. Sabían distinguir entre rostros a esto aprendizaje. ¿Pero qué ocurre si se mudan a otra casa,
diferentes, pero no entre rostros que diferían sólo en la dispo- si, por ejemplo, van a vivir a un sitio donde e! agua es mucho
sición de sus rasgos, una tarea fácil para los niños que no habían más dura? Como la máquina es tan lista, aprenderá de nuevo.
sufrido privación visual. Esto se cumplía incluso en los niños Pero quizá despu,és;de todo es algo estúpida, pues los ingenie-
operados de cataratas a una edad temprana y cuya privación ros han decidido que ha de ser puesta a cero para volver a fun-
visual había sido relativamente breve, esto es, entre dos y seis
cionar otra vez, con lo que e! aprendizaje anterior quedará
meses.
borrado. En esto difiere de! cerebro. En e! cerebro, el aprendi-
Así pues, estas investigaciones indican que, aunque es
zaje anterior puede resultar muy útil.
posible desarrollar capacidades sensoriales incluso después :¡

1, del período sensible, las destrezas que se adquieren después del


mismo son ligeramente distintas y tal vez se basan en estrate-

l gias y vías cerebrales diferentes de las que se habrían adquiri-


do durante e! período sensible.
VENTANAS CON CIERRE AUTOMÁTICO

Los períodos sensibles se han comparado a menudo con


una ventana para e! aprendizaje, que se cierra de golpe tras
LOS PERIoDOS SENSIBLES, un cierto intervalo crítico del desarrollo. Las ventanas para e!
! aprendizaje rápido existen, pero la propia experiencia las cie-
¿LIMITAN LA CAPACIDAD PARA APRENDER?
l'
1,
,1,
Las investigaciones analizadas en este capítulo revelan
que el cerebro experimenta un desarrollo rápido poco después
de! nacimiento y a lo largo de la infancia temprana y tiene perío-
¡:
dos sensibles para e! aprendizaje. Las preferencias por estí-
ji:
mulos importantes, como las caras, se establecen en fases tem-
1: pranas, de modo que son posibles discriminaciones muy ajus-
I tadas para estímulos que se presentan con mucha frecuencia en
1, el entorno inmediato. Al mismo tiempo, parece disminuir la
facultad para discriminar entre estímulos que tienen lugar con o nn.
muy poca frecuencia. ¿Por qué?
Pensemos en una lavadora adaptable que, en principio,
puede lavar toda clase de tejidos y colores y con toda clase de
agua y de derergentes. Naturalmente, pulsar todos los botones
de control para cubrir todas las eventualidáaeSl'de'ólIúidad'y
calidad de agua y detergente es algo bastante laborioso.
o
FIGURA 2.7. El ajuste natural de las capacidades de percepción se
Imaginemos que, tras un determinado número de coladas, la parece un poco a una lavadora inleUgente que aprende a adaptarse a cie,.tos
máquina se ha habituado a una serie concreta de condiciones. lavados preferidos y usados con mucha frecuencia. Aunque esto C11 ti/tima
Ahora la lavadora tiene ciertas "preferencias» disponibles y instancia la vuelve menos flexible, también hace que sea más eficaz)' me/tos
propensa a 105 errores. £" /0 refere"te al cerebro, la afillació,z de ciertas dis.
puede reducir el número posible de combinaciones. Esto supo-
tinciones )' la pérdida de otras es ,ítil para el necesario procesamie111o rápi-
ne una pérdida de la casi ilimitada flexibilidad inicial, pero do de estímulos importmttes.

52 53 /4
-,

rra. Esto es útil. Al principio es posible distinguir un amplio ciones esclarecerán la importancia que tienen los períodos sen-
surtido de toda clase de caras y voces, pero más adelante sibles para las destrezas y capacidades que dependen de la for-
algunas de estas distinciones se vuelven menos pertinentes y mación académica. Actualmente, la principal consecuencia de
se "pierden». Quizá no sean irrecuperables, y si es preciso tal los descubrimientos de las investigaciones sobre los períodos
vez se pueda producir un reaprendizaje posteúor. La afina- sensibles es la importancia de que identifiquemos y, si es posi-
ción de ciertas distinciones y la pérdida de otras es útil para ble, tratemos los problemas sensoriales de los niños, como las
el necesario procesamiento rápido de estímulos importantes. dificultades visuales y auditivas, para que, aunque sea con
No tiene sentido esperar que suceda cualquier cosa: esto retraso, aquellos puedan recuperar la función normal. Los
daría lugar a una sobrecarga de estimulaciones, a una mayor resultados sugieren que la, priyación sensorial temprana puede
lentitud y a un incremento de la probabilidad de errores. En tener consecuencias duraderas, posiblemente muy leves, inde-
cambio, es necesario identificar los estímulos importantes, y tectables en la vida cotidiana. También indican que incluso
rápido. después de la privación sensorial pue~e producirse todavía
¿Es triste la imagen de la ventana que se cierra? No tiene recuperación y aprendizaje. Tal vez un aprendizaje tardío así
por qué. No podemos rehuir el hecho de que tenemos una difiera del que tiene lugar de manera natural durante los perío-
capacidad limitada para el aprendizaje nuevo, por lo que dos sensibles.
hemos de dosificar los recursos. Aprender cosas nuevas signi- Casi todo lo que se sabe sobre desarrollo cerebral corres-
fica abrir y formar conexiOlles neurales para sucesos impor- ponde a la aparición de funciones visuales, de movimiento y
tantes y cerrar otros que ya no lo son y que sólo distraerían y de memoria, que se adquieren en casi cualquier entorno del
confundirían. mundo entero aproximadamente a la misma edad. Asimismo,
se aprenden de manera natural si se da la estimulación ade-
cuada. Este aprendizaje tiene lugar mucho antes de que los
MÁS ALLÁ DEI, DESARROLLO SENSOIUAL niños inicien la educación propiamente dicha. En general, es
,
I
la formación académica la que inculca destrezas como la lec-
¡i
,, Hasta ahora hemos hablado sólo del desarrollo de des- tura, la escritura o el cálculo aritmético. No obstante, aún se
,
:1 trezas sensoriales. Ello se debe simplemente'a que este es el desconoce qué relación tiene la sinaptogénesis con la adquisi-
único aspecto del desarrollo cerebral que se ha estudiado de ción de estas destrezas y con el aprendizaje educacional pos-
Ji
forma detallada. Se sabe poco sobre si se requieren determi- terior. Muy probablemente, mientras los profesores enseñan,
Ji
nadas experiencias para el desarrollo de destrezas no senso- se forman conexiones en el cerebro de los estudiantes: desde
riales y las correspondientes áreas cerebrales. Se ignora si exis- las células nerviosas surgen dendritas, formándose millones
ten períodos sensibles para sistemas de conocimientos trans- de sinapsis. Este proceso invisible es la base para retener
mitidos culturalmente, como los responsables de la lectura y información nueva y clasificarla con el fin de recuperarla más
el cálculo aritmético. Hay pruebas de que existen varios perío- adelante a vol~ntad.
dos sensibles para el desarrollo del lenguaje. Por contraste, se
aprenden palabras nuevas y se incrementa el vocabulario
durante toda la vida, no habiéndose descubierto todavía nin- Tercer argumento:
gún período sensible para el aprendizaje de vocabulario. En el desarrollo del cerebro requiere un entorno enriquecido
los capítulos 3, 5 y 6 abordamos las investigaciones sobre el
desarrollo del lenguaje. Una característica fundamental del desarrollo cerebral es
Los estudios sobre períodos sensibles son fascinantes y que las experiencias ambientales son tan importantes como
han revelado muchas cosas sobre cómo se desarrolla el cere- los programas genéticos. Durante varias décadas, Bill
bro. No hay duda de que un día los hallazgos de las investiga- Greenough y sus colegas de la Universidad de IlIinois han lIe-

54 55
vado a cabo estudios neurobiológicos que han tevelado cómo
el medio afecta a las sinapsis cerebrales durante el desarrollo.
Estas investigaciones se citan a menudo como prueba de la
importancia que tienen los entornos enriquecidos en la infan-
cia temprana.
Los estudios de Greenough, realizados con ratas, demos-
traron la existencia de un proceso adaptativo general que
ponía al día la organización del cerebro partiendo de la expe-
riencia del animal. Los primeros (;abajos pusieron de mani-
fiesto que las ratas de laboratorio criadas en un entorno enri-
quecido, con ruedas en las que dar vueltas, escaleras que subir
y otras ratas con las que jugar, tenían, en áreas cerebrales
implicadas en la percepción sensorial, hasta un veinticinco por
ciento más de sinapsis por neurona que las ratas «privadas»,
criadas en solitario en una jaula de laboratorio sin juguetes ni
FIGURA 2.8. En los estudios de Bill Grecnough, se criaba aJas ratas
compañeros de juegos. , en un entorno enriquecido, con ruedas en las que girar, escaleras qlte subir y
Asimismo, las tatas criadas en entornos complejos reali- otras ratas con las que jugar.
zaban mejor ciertas tareas de aprendizaje y etan más rápidas
para salir de un laberinto que las ratas privadas. Así pues,
parece que los entornos enriquecidos producen ratas más inte-
ligentes. Además de las consecuencias neurales, la experiencia
también afecta a otros aspectos de la esttucutura celular cere-
btal. La cantidad de actividad y ejercicio físico que hace una
1
ctía de ra ta determina el estado i largo plazo del suministro de
I sangre al cerebro.
I El mensaje neto de estos experimentos es que, al menos en
1
¡\
lo que respecta a las tatas, los entornos con ábundante esti-
mulación sensorial, que facilitan desafíos y aventuras, que con- •.
tienen otras ratas y que estimulan el ejercicio físico producen
cerebros con más conexiones neuronales y un mayor suminis-
tro sanguíneo, es decir «ratas más inteligentes»). En compara-
ción, los entornos que carecen de estimulación, aventura, otras
tatas y la posibilidad de ejercicio físico ahogan el desarrollo
cetebral y producen ratas más estúpidas.
Estos resultados, ¿significan que li'ay;''qÍJé''iTiá'iílpular
especialmente el entorno de un bebé pata que sea más con-
fortable de lo normal? Los expetimentos con ratas no nos
dan ningún indicio de que «cuanto más enriquecido el entor-
FIGURA 2.9. Los entornos tempranos enriquecidos parecen producir
no, mejor», En estos experimentos, el entorno enriquecido
ratas más inteligentes. Las ratas criadas en hábitats complejos realizaban
dellaboratotio era realmente más parecido al normal de una mejor ciertas tareas de aprendizaje y tardaban menos en encontrar la salida
tata en libertad. ¡La cloacas distan de ser aburridas! El hábi- de laberi1Jtos que las ratas que habían sufrido privaciones.

56 57
tat natural más conocido de la rata comprende a menudo ENTORNOS ENRIQUECIDOS Y APRENDIZAJE DURANTE TODA LA VIDA
complicados y largos escenarios parecidos a laberintos, lle-
nos de objetos, túneles, olores, sonidos y un gran número de Los pioneros estudios de Greenough revelaron que el
ratas y otros animales. entorno no afecta sólo al cerebro de la rata en desarrollo. La
Así pues, más que poner de manifiesto que la estimula- experiencia puede también influir en el cerebro de la rata adul-
ción adicional origina un aumento de las conexiones sinápti- ta. En trabajos posteriores, Greenough y sus colegas pusieron
cas, sería más exacto decir que un entorno «normal» da ori- de manifiesto que el cerebro de la rata adulta también forma
gen a más conexiones sinápticas que un entorno precario. Es sinapsis nuevas en respuesta a experiencias y juguetes nuevos.
improbable que a los niños criados en nn entorno «normal" Por tanto, al menos en las ratas, los efectos de los entornos
concebido en función de sus necesidades se les pueda privar complejos en el cerebro perduran .durante toda la vida. En tér-
de input sensorial. De todos modos, las investigaciones dan a minos generales, las investigaciones no respaldan la idea favo-
entender que existe un umbral de riqueza ambiental por rable a u.na atención educacional selectiva específicamente en
debajo del cual un entorno precario podría dañar el cerebro los primeros años del niño.
del bebé.

EFECTOS PERNICIOSOS DE LA PRECARIEDAD AMBIENTAL

Desgraciadamente, en la época actual aún tenemos opor-


tunidades de observar los efectos físicos y mentales de la desa-
tención al desarrollo de los bebés. Hace unos años, se abrie-
ron las puertas de los orfa~atos del régimen de Ceaucescu y
nos enteramos del espeluznante destioo de los bebés abando-
nados. Mucha gente de países occidentales adoptó niños de
estos. orfanatos, que habían vivido en condiciones atroces
l'
1,, desde las seis semanas hasta los dos o tres años. En el Reino
Unido se controló su progreso y se comparó con el de otros
niños adoptados, Estos estudios a gran escala fueron llevados
a cabo por Michael Rutter y sus colegas de la Universidad de

I
Londres.
Los estudios demostraron claramente que si se desatien-
Jaulas Jaulas Entorno
individuales sociales complejo de a los bebés, se les causa daño. Los niños que habían sido
criados en condiciones muy precarias, con mala nutrición,
mala salud y poca estimulación sensorial o social, tenían más
FIGURA 2.10. Si comparamos ratas criadas en ima jaula de labora- probabilidades de presentar un retraso en el aprendizaje de
:
"
torio sin compmicros ni juguetes (<<jaulas illdividuales») y ratas criadas destrezas como andar y hablar, así como un desarrollo cog-
en ruta jaula con uno O más congéneres (-jaulas sociales;»), las que v;vímz en nitivo, emocional y social deteriorado. Rutter y su equipo de
jaulas enriquecidas con juguetes, compañeros de it-tegos y medas giratorias investigadores observaron una estrecha relación entre la
(<<entorno complejo») te1zíoll hasta tm 25 % más de Si1Japsis por neurmta
duración del estado de privación y la gravedad del retraso
en Jas áreas cerebrales implicadas en la percepción sensorial. Fuente: adap.
cado de Grossman et al. Progress in Brain Research 2002; 138: 91-108. intelectual del niño. Una pequeña pero significativa propor-
Copyright @ 2002 de EIsevier Science. Con autorización de los autores y ción de los adoptados rumanos mostraban patrones de con-
Elsevier Science. ducta de carácter autístico, como acercamientos indiscrimi-

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nadas a desconocidos, adhesión inflexible a rutinas e intere- hay pruebas de que la «colocación en invernaderos" sea bene-
11 ses obsesivos limitados, ficiosa para el desarrollo cerebral. Esto no equivale a decir que
li No obstante, en estos estudios la recuperación de capaci- dicha «colocación en invernaderos» sea necesariamente perju-
dades intelectuales y la mejora de las conductas similares a ¡as dicial: quizá lo sea, pero aún no se han llevado a cabo los estu-
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autísticas fueron extraordinarias, La mayoría de los bebés se dios necesarios.
iI restablecieron completamente: desde luego mejoraron sus Esto nos recuerda el consumo de vitaminas en nuestra
: capacidades sensoriales, las conductas de andar y hablar, y las dieta diaria. Es importante superar cierto nivel mínimo. No
¡' destrezas sociales y emocionales, Por. tanto, aunque mantener obstante, a veces Oímos advertencias de que, si no es preciso,
a un hebé en una situación precaria es claramente perjudicial, no debemos añadir vitaminas a la dieta. Es concebible que
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y la duración de la precariedad está.relacionada con el alcance
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exista otro umbral por encima del cual las vitaminas sean noci-
de los efectos adversos, estas investigaciones sugieren efectiva- vas. Asimismo es concebible que se pueda sobreestimular el
mente que incluso los niños que han sufrido muchas privacio- cerebro en desarrollo. Lo que no se conocen son los efectos que
nes pueden recuperarse en gran medida si se les procura aten- podría tener una sobredosis asÍ.
ción y estimulación rehabilitadoras, En todo caso, estos estu- ¿Y qué hay de la necesidad de aprovechar los períodos
dios sugieren a las claras que nunca es demasiado tarde para la sensibles del aprendizaje? Las investigaciones nos dicen que
asistencia reparadora. existen períodos sensibles al menos para la visión, y alientan
en nosotros la optimista creencia de que, en cierta medida, es
:Ii posible dar marcha atrás con respecto a las oportunidades
,1 Vuelta al debate sobre la educación temprana perdidas.
l' . El debate sobre la educación temprana no ha sido en
Las investigaciones examinadas en el presente capítulo, vano. Es bueno que se discutan las primeras experiencias,
¿qué sugieren acerca de este acalorado debate? Después de siendo muy posible que su enorme importancia se vea clara-
todo, la discusión se ha visto muy influida por hallazgos de los mente respaldada por las investigaciones cerebrales del futuro.
estudios cerebrales, Este es un cuento con moraleja, Para que
los resulrados de las investigaciones queden establecidos como
hechos reproducibles amén de aplicables a los seres humanos
en desarrollo, aún queda mucho' trabajo por hacer, Las res-
puestas de las investigaciones neurocientíficas que puedan apli-
carse a la educación habrán de ser pacientemente inspecciona-
das antes de ser llevadas a la práctica, Si en esto tardamos
aiíos, pensemos que no es nada comparado con los siglos de
ignorancia en que las cuestiones pertinentes no podían ser es-
tudiadas en absoluto.
Creemos que las investigaciones que hemos analizado en
este capítulo no respaldan la idea favorable 'a.'una atención
educacional selectiva sólo en las etapas tempranas del niño,
sino más bien que hay que disfrutar de oportufolidades de
aprendizaje en todas las edades. En pocas palabras, los entor-
nos precarios nunca son buenos para el cerebro, Las privacio-
nes son sin duda malas; por otra parte, el enriquecimiento del
medio tal vez no sea forzosamente bueno para el cerebro. No

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