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por
Roland Barthes
Seminario 1978-1979
•
Sesión introductoria del 2 de diciembre de 1978
ORIGEN
Hace algunos años, poco después de 1968, se buscaba una teoría del
Poder plural, de las redes de poder, y también un cueslionamiento
de las Estructuras centradas: idea de redes descentradas. Ahora bien,
la "publicidad apelativa"1 de esta reflexión (Deleuze, Foucault, qui-
zá Derrida), en el momento mismo en que se constituía -sobre to-
do en los filósofos-, era de alguna manera "duplicada" muy cfiscre-
tamente, fuera de toda moda, por un coloquio interdisciplinario,
por iniciativa de un matemático, Pierre Rosenstiehl 2 (que recibire-
mos aquí al final del seminario), en torno de la noción de "Hormi-
guero", noción que tiene una existencia en mateimitica, en etología,
pero que tambTén na-aparecido comouna büeña metáfora para to-
das las disciplinas donde se observan redes, descentramientos de po-
der ➔ Entrecruzamiento que m e ha interesaclo vivamente: 1) Las
ciencias humanas se sirven de una noción que proviene de las cien-
cias formales o físicas o exactas. 2) Metaforizan lo que ya es una me-
táfora; se sabe que las m atemáticas, la física, tienen el genio -y el co-
raje- para las buenas metáforas: Sabores / Colores / Árboles /
Cuadrícula/ Libertad asintótica / Catástrofe, etc. Siempre he sido
sensible a este tema de la relación de la Metáfora ( en el sentido ba-
nal de imagen comparante) y el discurso científico, en la medida en
que, para las ciencias humanas, la distribución normativa entre la cien-
cia y la escritura (el ensayo) se hace en torno del rechazo/ acepta-
ción de las Imágenes; ahora bien, las ciencias exactas recurren a la
1
RomanJakobson, en Ensayos de lingiiísticageneral, identifica seis funciones del len-
guaje, entre las cuales se encuentra la función apelativa (o también "conativa"), que
designa el conjunto de procedimientos que apuntan no a informar, sino a implicar al
destinatario. Toda forma de apelación al lector o al espectador corresponde así a es-
ta función conativa del lenguaje. El mensaje publicitario ejemplifica su uso, dado que
se funda en primer lugar en la identificación del público al que se dirige.
2
Pierre Rosenstiehl, matemático y miembro de la Oulipo, director de estudios en
Centre d 'analyse et de mathématique sociales (rnEss), ha u-abajado sobre la modeli-
zación en ciencias humanas. Remitimos al texto de su intervención en el marco del
seminario, publicado en el catálogo de la exposición Caries et jigu,·es de lt, 1erre, París,
Éclitions du Centre Georges-Pompidou, 1980, pp. 94105.
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metáfora, pero además las inventan con felicidad ➔ De allí, el de-
seo -ya antiguo- de explorar una Metáfora (un proceso metafóri-
co), elegida de tal suerte que parezca a fJriori presente en disciplinas
muy variadas ➔ El desafío es triple: exploración: 1) de la palabra en
cada disciplina; 2) ele la noción ele Metáfora; 3) de la noción de "dis-
ciplina" ➔ Naturalmente, el desafío se da a través ele un 'Juego": la
palabra es tratada directamente, Metáfora y Disciplina lo son indi-
rectamente (esto no quiere decir que no sea lo más interesante) ➔ De
allí, el principio de este seminario: una palabra e invitados prove-
nientes de disciplinas muy variadas, que vendrán.de alguna manera
a dar testimonio de la palabra ➔ Notar: yo mismo no tengo ninguna
teoría, y casi ninguna "idea" del laberinto; incluso me esfuerzo por
no tener n inguna, y por escuchar a los otros, por dejar poco a poco
levantarse algo como un paisaje nuevo alrededor de la palabra; mi
papel consiste solamente en comenzar (hoy), en terminar ( en la úl-
tim a sesión), y en hacer la síntesis en algunos minutos luego de ca-
da una de las once exposiciones.
1A PAIABRA, 1A COSA
(RELEVAMIENTO DE UN SABER ELEMENTAL)*
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rida, hermana mía, Ariadna / moriste en la playa donde fuiste
abandonada". 3
Aunque tendremos una reflexión sobre el mito griego con Mar-
ce! Detienne a partir del sábado próximo, no creo que sea inútil
recordar la anécdota mítica, porque, para nosotros, culturalmen-
te, el laberinto, es eso: Grecia (y no Egipto) , Minos, Dédalo, Ariad-
na, Pasifae. Entonces: Europa raptada por Zeus transformado en
toro blanco y llevada a Creta, engendra allí a Minos, que extiende
S 16 su dominio a las Cícladas y a una parte del Peloponeso (civiliza-
ción, talasocracia). Minos desposa a Pasifae , la luminosa, hija d e
Helios. Minos tiene una enfermedad grave, suscitada por los celos
de Pasifae: apenas hace el amor con otra mujer, animales repug-
nantes brotan de su cuerpo: serpientes, escorpiones, ciempiés. Los
hijos de Minos: Fedra la Resplandeciente, Egle la Luminosa y Ariad-
na (Ariagne) la Pura, la Santa ➔ Minos le pide a Poseidón que con-
sagre su poder mediante un signo. Poseidón acepta, con la ébndi-
ción de que Minos sacrifique al ser enviado como signo: es un toro
blanco, surgido del mar, frente a Cnossos. Pero Minos conserva el
toro para él: perjura. Cólera y venganza de Poseidón: hace que Pa-
sifae se enamore del toro. Sin embargo, ¿cómo hacer el amor? Dé-
dalo (daidallein: construir bien), ateniense de origen real, es arqui-
S 25 tecto en la corte de Minos (es el inventor de la lezna, la escuadra,
la perforadora, el nivel de burbuja, la vela, los autómatas); viene
en auxilio de Pasifae; con madera y mimbre, fabrica un simulacro
de vaca, en el cual se introduce Pasifae. El toro se equivoca, la de-
ja encinta; de esa unión nace el monstruo, el Minotauro. Minos en-
cierra al monstruo en el laberinto construido a tal efecto por Dé-
dalo. Luego, guerra entre Minos y los atenienses, que son vencidos.
Condiciones de la paz: tributo anual de siete jóvenes y siete donce-
llas para el Minotauro. Teseo va a combatir al Minotauro para libe-
rar a Atenas del tributo; llega a la corte de Minos, Ariadna se ena-
mora de él y le da el célebre hilo. Teseo mata al Monstruo y vuelve,
S 23 rapta a Ariadna, pero la abandona (en Naxos). Según otra ver sión:
el peligro del laberinto, menos en la construcción que en la oscu-
ridad; AriadrÍa, entonces, habría acompañado a Teseo y lo habría
alumbrado con el destello dorado de su diadema.
S 81 Para nosotros: Laberinto= Grecia. Pero hay diseños laberín ticos
en los sellos egipcios. Laberinto egipcio: siempre asociado a la tum-
ba faraónica, que es un laberinto ( en el centro, los despojos del Rey)
➔ Probablemente: relación entre los dos laberintos, el cretense y el
egipcio; 2000 a.C., primeros arquitectos minoicos, casi contemporá-
3
Racine, Fedra, acto I, escena 3.
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neos del laberinto de Hawara4 y del Templo de la Esfinge. No olvidar
tampoco: laberintos "intencionales" en todas las culturas: cretense,
egipcio, babilonio, rupestre, escandinavo, amerindio, zulú, asiático;
contemporáneo ( el cartero Chaval, surrealistas); laberinto iniciáti-
co. Expo Maeght 1947. 5
Etimología
Incierta:
S 13 l) Labrus. doble hacha; motivo constante del Palacio de Cnossos,
signo sagrado, amenazante o cruel; arma y símbolo del poder; hierro
que mata a la bestia;justicia a diestra y siniestra: ¿dos cuernos del to-
ro? ¿Figura humana?
La Cosa
4
Hawara, situado en El Fayum egipcio, es célebre por la segunda pirámide que el
rey Amenemhat III, de la xn dinastía, hizo edificar con vistas a su estadía en el más
allá. El templo funerario de la pirámide estaba compuesto, según Herodoto, de miles
de cámaras distribuidas alrededor de varios patios, siguiendo un plan de gran comple-
jidad. Este vasto dédalo impresionó a los griegos, quienes lo bautizaron con el nom-
bre de "laberinto de Hawara".
3
La exposición El surrealismo en 1947. Exposición internacion al del si,rrealismo, pre-
sentada por André Breton y Marce! Duchamp, tuvo lugar entre el 7 de julio y el 30 de
septiembre de 1947 en la Galería Maeght (París).
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1) El primer acto de apropiación intelectual de una cosa= clasifi-
car sus formas posibles; se lo ha h echo con los laberintos· (Santarcan-
geli).6 Por ejemplo, laberintos naturales (Postumia, Yugoslavia, cerca
de Tries te: galerías cavadas en la masa calcárea), / fortuitos (galerías
de una mina) / artificiales ➔ Otras clasificaciones, tediosas hasta lo
S 48 SS. imposible: geométricos / irregulares, con giros rectangulares / re-
dondeados, a-céntricos / mono-poli-céntricos, con ramas simples o
complejas, etc. ➔ Todo esto, al m enos en este nivel simplista: sin u ti-
lidad, no produce una inteligibilidad del fenómeno.
2) En realidad, hay un principio simple de producción de un labe-
S 119 rinto: un sabio alemán demostró que se puede obtener un laberin-
to minoico (sin desniveles sistemáticos) , interrumpiendo con una o
dos uniones una serie de círculos concéntricos. 7
Sin embargo, se puede afinar el enfoque (absteniéndose de en-
trar demasiado pronto e n lo Simbólico) deslindando la función es-
tructural del laberinto: ¿a qué función elemental responde? Función
S 188 evidentemente (grosso modo) hermenéutica. Brion: "Lo que distingue el
laberinto <. .. > es la combinación de callejones sin salida y de bifur-
caciones, donde el viajero debe elegir constantemente su camino en-
tre las numerosas opciones que se le presentan'',8 es decir, por una
parte, caminos que no dejan la r esponsabilidad de la elección (un
muro e n el fondo); por otra, cruces que as€guran nuestra libertad:
el obstáculo será creado por nuestra elección y no por el destino.
Recordemos, para terminar con la palabra, la lexicografía del vo-
cablo. Littré: 1) Término de la Antigüedad: edificio compuesto por
gran número de cámaras y pasajes dispuestos de tal modo que, una
vez que se entra en él, no se puede encontrar la salida. 2) Bosqueci-
llo que se ubica en los jardines y que está cortado en senderos entre-
cruzados de tal modo que uno puede perderse fácilmente Qardin
des Plantes). 3) Anatomía: oído interno. 4) Laberinto de cantera:
confusión que se establece entre los conductos de una cantera cuya
explotación tuvo lugar hace tiempo. 5) Arqueología: dibujos de mo-
saicos, etc. Uarrones, monedas, pavimento) 6) Figurado (notar que
lo Figurado, para Littré, viene m ucho después) : gran confusión, com-
plicaciones de asuntos embarullados, dificultades, preguntas oscu-
ras, pensamientos que se cruzan.
Notar que la figura sin táctica (cf. figura sintáctica de Freud, por
nº 133, 1955.
171
ejemplo, el "sí, f1ero" del Fetichismo: "Lo sé, pero de todos modos"/>
del laberinto parece ser "de tal modo que": trazado de tal modo que
uno se pierde; dicho de otra manera: tan bien hecho, perfilado,
que uno desemboca en un fracaso = figura de la intensidad y de la
caída consecuente.
mente explicitada por Freud en Compendio de psicoanálisis (1938). Véase también el tex-
to de Octave Mannoni 'Je sais bien mais quand meme ... ". ús Temps modernes, n º 212,
enero de 1964, reeditado en Clefs jJOur l'lmaginaire 011 l'Autre Scene, París, Seuil, 1969.
IO Nietzsche, Aurora, aforismo 169.
11 Refiriéndose a sí mismo, Marce! Proust decía, al final de su prefacio a Tend,·es
Stocks de Paul Morand ( 1920), que su estilo era su "hilo de A.r iadna", citado por Léon-
Pierre Quint, en su ensayo MarcelProust, sa vie, son antvre, París, Le Sagittaire, 1925.
172
en efecto, la progresión del Relato se produce por ramificaciones
(proáiresis); 12 por cierto, el autor guía, elige las bifurcaciones; pero a
veces vuelve atrás, retoma otra; entrelazamiento, complicación, sen-
timiento de estar perdido en una historia; puede ser útil estudiar el
Relato como laberinto (grado aceptable de complicación).
Para volver a la leyenda griega: bajo la pertinencia del lenguaje, el
mito del laberinto parece vinculado con dos pe,jurios, con dos "fal-
tas" del habla: 1) Promesa hecha por Minos a Poseidón de sacrificar
al Toro-Signo; promesa no cumplida. 2) Teseo y Ariadna.
Entonces, enseguida, a primera vista: campo de expansión y de
aplicación de la "Metáfora" (pongamos entre comillas, pues uno de
los objetivos del seminario es quizás entrever que la palabra plantea
problemas): muy vasto. Mediante una serie de invitaciones, he inten-
tado cubrir una parte (pues, en realidad, es infinito) de este campo.
Anunciaré de una semana para otra al invitado de la semana siguien-
te. Por el momento, éstas son las "disciplinas" (los "discursos", tipos
de discursos) que serán escuchadas aquí:
1) La mitología griega.
2) Nietzsche (se sabe que hay una figura importante en el último
N ietzsche: Ariadna).
3) la historia de la teoría de las formas plásticas.
4-5) La historia de los corpus literarios: ruso y español (podría ha-
ber muchos otros).
6) El cine.
7-8) La topografía urbana, la arquitectura/ el urbanismo.
9) Los jardines.
10) Las matemáticas.
11) El psicoanálisis.
➔ Once invitados13 (salvo defección); tomaré a mi cargo la última
173
sesión (el 10 de marzo) ➔ Paradoja frecuente: la disciplina de la cual
he tomado la idea del laberinto, finalmente, no será representada: la
etología. Prácticamente: no he encontrado a nadie, al menos entre
mis amigos, y, como ustedes saben, prefiero equilibrar el riesgo del
saber puro, de la Pura disciplina, con una especie de acuerdo previo
(aunque sea vago) entre los discursos. (Figura por otra parte intere-
sante: cuando el 01igen de algo es rechazado en el desarrollo; muy
frecuente: imagen del cohete que lleva lo que Juego es "soltado" ➔ "El
Rechazo del Origen".)
SIMBÓLICA
duclion ala psychanalyse, traducción al francés de Anne Berman, París, Gallimard, col.
ldées, 1971.
174
ño de angustia, irremeabilis error ( del cual no se puede volver); orien-
tación, desorientación, con la vida/ la muerte en juego.
METÁFORA
cés por Claude y Carmen Durand (París, Seuil, 1968), y cuya lectura le recomien-
da Eric Marty.
175
decirlo, en su "Denotante", sin dejar de ser una metáfora (se habría
convertido en el Señor Filósofo -ej. Lebrun, Charpentier, Lefeb-
vre16- o "Barthez"). Todo esto tendría como figura emblemática una
variedad particular de metáfora: la catacresis (los brazos del sillón, las
alas del molino) 17 ➔ especie de paradoja retórica: se puede decir
que, dada una "metáfora" (pues laberinto, desde el principio, ha sido
recibido como metáfora), la invención de los siglos ha consistido pa-
radójicamente en encontrarle a esa metáfora versiones de denota-
ciones: jardines, construcciones,juegos ➔ Esto nos llevaría hacia Vi-
co: la metáfora como forma original del lenguaje; en el origen, era
la metáfora. 18
3) Otro punto de esta "genealogía" de la Metáfora (por hacer) se-
ría preguntarse si no hay (en el mundo, en los innumerables objetos
del mundo) "rasgos" "metaforógenos" (la riqueza del desarrollo me-
tafórico es, en suma, el problema común de estas observaciones).
Recuerdo que, en África del Norte, a menudo se encuentran peque-
ñas zancudas blancas, que durante mucho tiempo llamé, errónea-
mente, ibis, y que son "espulga-bueyes", que siguen a los bueyes, se in-
clinan sobre ellos y comen sus parásitos (caminando con el mismo
paso que su tutor, amigablemente); ejemplo mismo de un rasgo meta-
Jorógeno: parasitismo, falta de delicadeza, amistad, contraste entre el
pájaro puro blanco y su función. Además, puede servir de metáfora
a la metáfora ➔ Y, nuevamente, el problema de la buena metáfora:
la forma significante debe ser suficientemente complicada, pero su
complicación debe estar hecha de episodios, de tiempos, de Jases, dicho
de otro modo, la forma debería (es una hipótesis) comportar una
estructura anecdótica (relación de la Metáfora y del Mito, precisamen-
te, el Laberinto).
4) Finalmente, último avatar (para mí), no de la metáfora (pues
es infinita), sino de la teoría Laberinto-Metáfora: supongamos un
laberinto sin quid central (ni Monstruo ni Tesoro) y, por ende, a-
céntrico, es decir, en suma, sin significado último para descubrir ➔
Ésta puede ser la Metáfora del Sentido, en lo que tiene de decepti-
vo ➔ La Interpretación (desvíos, indagaciones, orientación) como
una especie de juego mortal, quizá con nada en el centro; aquí tam-
16
Recordemos que "Lefebvre" es una variante de Fevre, palabra que significa "he-
rrero" en francés antiguo.
17
La catacresis es una figura de re tórica por la cual una palabra es empleada como
metáfora, metonimia o sinécdoque para designar una cosa que ningún término lite-
ral designa en la lengua.
18
Sobre los orígenes poéticos de la humanidad según Vico, véase el desarrollo de
Barthes en el curso, pp. 123-124.
176
bién el camino valdría por el objetivo, con la condición de salir de él
(Rosenstiehl: el único problema matemático del laberinto es salir).
Imaginemos a Teseo, al no encontrar al Minotauro en el centro, y sin
embargo, volviendo hacia ... Ariadna, el Amor, la Infidelidad, la ''Vi-
cia para nada".
No hablaré más: no prejuzgar sobre lo que se dirá durante once
semanas.
Semana próxima, 9 de diciembre, Marce! Detienne, director ele
estudios, v~ Sección de la École Pratique des Hautes Étucles, a tocio
señor, tocio honor: "Mitología griega: el Minotauro".
177
Sesión conclusiva del JO de marzo de 1979
179
lo. Cf lo que decía Mannoni de la litemriedad (poesía) .2 Esta fue rza
del laberinto es la del Relato: narratividad fuerte, incandescente ➔ Un
relato vago: buen terreno simbólico (semiógeno), pero un relato
fuerte, muy bien articulado, bloquea lo simbólico ➔ Sería necesario
un departamento de Narratología que se ocupara del diferencial de
intensidades narrativas ➔ Laberinto ( ej. Detienne) = mythos = historia
única (sin ramificación): absolutamente memorable ➔ exceso de
memoria: fija, fascina, bloquea la transformación metalingüística, lo
que Mannoni llama la "comprensión " ➔ Laberinto= nada para com-
prender (no puede ser resumido).
b) ¿Y como metáfora (podíamos también querer informaciones
sobre la metáfora)? Aquí tampoco da buenos resultados; el laberin-
to está en todas partes: en los monumentos, los jardines, los juegos,
las ciudades, las astucias, en lo mental; pierde toda especificidad me-
tafórica. Por cierto, una metáfora simple puede emigrar ricamente,
a través de un juego complejo de transformaciones (por ejemplo, la
Metáfora paterna); aquí, el poder metafórico es a la vez aplicable a
todo y pobre (a causa de la pregnancia del relato, del mito).
En un estudio de la Metáfora (estudio retórico, no psicoanalíti-
co), se podría comenzar por dividir la semiogénesis en dos movi-
mientos opuestos: 1) objetos, entes que demandan numerosas metá-
foras: el sexo, en francés, alrededor de 450 palabras (metáforas más
o menos populares) = la demanda metafórica. 2) Formas que sirven
de metáfora para todo: el laberinto= oferta metafórica (pero, como
hemos visto, esta oferta es de algún modo bloqueada por el Relato).
En el fondo, la verdad del laberinto estaría del lado del Juego, es
decir, de lo Irrisorio. No es más que un juego, ¡no es más que eso! ➔
Zulúes:juego del laberinto. Al final de la partida: Wapuka Segexe, ¡te
vencimos con el laberinto!
180
forma infantil: no poder llegar hasta la madre; tema del niño perdi-
do, abandonado ➔ Es un laberinto de la entrada ➔ Pero ambivalen-
cia: se puede revertir la angustia del laberinto y hacer d e él una so-
bre-clausura tranquilizadora. Uno se identifica clásicamente con
*
Teseo también puede identificarse con Minos: quedar encerrado,
protegido (dormir); no se habla jamás del laberinto como protección.
2) Quisiera volver a la exposición de Mannoni ➔ Sorprende que
la única exposición que no tuvo una relación declarada con el labe-
rinto haya sido la del psicoanalista (poco importa que sea por olvido
o libertad). Diré: a) el Psicoanálisis no tiene sin duda ( o quizá) na-
da que decir del laberinto (ausente por otra parte del texto freudia-
no, que ha abarcado tantos objetos); b) el Psicoanálisis no habla ja-
más de aquello de lo que se le pide que hable: es su regla de oro. Y
Mannoni se conduce como buen analista.
Sin embargo, la exposición de Mannoni me ha llevado no hacia el
laberinto, sino hacia una nueva pregunta referida al laberinto, con la
cual terminaré, dejándola abierta:
Mannoni: literariedad (lo que no presenta ninguna transforma-
ción posible ➔ "Obscuridad", Poesía) * comprensión (lo que es
transformable, Prosa). Es decir, Octave Mannoni ha hablado de la
dialéctica de la Legibilidad y la Ilegibilidad -o también de las fugas
de la legibilidad (en el sentido perspectivista del término)-. Ahora
bien, esta pregunta candente remite a exclusiones, alienaciones del
lenguaje: ¿cómo decidir que un enunciado es legible o no? Y ésta es
la pregunta: ¿dónde comienza la legibilidad? Lo que, para mí, descu-
bre la cuestión laberíntica: no: ¿qué es? ¿Cuántos hay? Ni siquiera:
¿cómo salir? Sino: ¿dónde comienza un Laberinto? Nos acercamos a la
epistemología d e las consistencias progresivas, de los umbrales, de
las intensidades: la viscosidad de las formas.
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