Está en la página 1de 16

LA PREPARACIÓN DE LA NOVELA

por
Roland Barthes

N o tas de cursos y seminarios


en el College de France, 1978-1979 y 1979-1980

texto estabkcido, anotado y presentado por


N ATHALIE L ÉGER

edición en español al cuidado de


BEATRIZ SARLO
LA METÁFORA DEL LABERINTO
Investigaciones interdisciplinarias

Seminario 1978-1979

Sesión introductoria del 2 de diciembre de 1978

ORIGEN

Hace algunos años, poco después de 1968, se buscaba una teoría del
Poder plural, de las redes de poder, y también un cueslionamiento
de las Estructuras centradas: idea de redes descentradas. Ahora bien,
la "publicidad apelativa"1 de esta reflexión (Deleuze, Foucault, qui-
zá Derrida), en el momento mismo en que se constituía -sobre to-
do en los filósofos-, era de alguna manera "duplicada" muy cfiscre-
tamente, fuera de toda moda, por un coloquio interdisciplinario,
por iniciativa de un matemático, Pierre Rosenstiehl 2 (que recibire-
mos aquí al final del seminario), en torno de la noción de "Hormi-
guero", noción que tiene una existencia en mateimitica, en etología,
pero que tambTén na-aparecido comouna büeña metáfora para to-
das las disciplinas donde se observan redes, descentramientos de po-
der ➔ Entrecruzamiento que m e ha interesaclo vivamente: 1) Las
ciencias humanas se sirven de una noción que proviene de las cien-
cias formales o físicas o exactas. 2) Metaforizan lo que ya es una me-
táfora; se sabe que las m atemáticas, la física, tienen el genio -y el co-
raje- para las buenas metáforas: Sabores / Colores / Árboles /
Cuadrícula/ Libertad asintótica / Catástrofe, etc. Siempre he sido
sensible a este tema de la relación de la Metáfora ( en el sentido ba-
nal de imagen comparante) y el discurso científico, en la medida en
que, para las ciencias humanas, la distribución normativa entre la cien-
cia y la escritura (el ensayo) se hace en torno del rechazo/ acepta-
ción de las Imágenes; ahora bien, las ciencias exactas recurren a la

1
RomanJakobson, en Ensayos de lingiiísticageneral, identifica seis funciones del len-
guaje, entre las cuales se encuentra la función apelativa (o también "conativa"), que
designa el conjunto de procedimientos que apuntan no a informar, sino a implicar al
destinatario. Toda forma de apelación al lector o al espectador corresponde así a es-
ta función conativa del lenguaje. El mensaje publicitario ejemplifica su uso, dado que
se funda en primer lugar en la identificación del público al que se dirige.
2
Pierre Rosenstiehl, matemático y miembro de la Oulipo, director de estudios en
Centre d 'analyse et de mathématique sociales (rnEss), ha u-abajado sobre la modeli-
zación en ciencias humanas. Remitimos al texto de su intervención en el marco del
seminario, publicado en el catálogo de la exposición Caries et jigu,·es de lt, 1erre, París,
Éclitions du Centre Georges-Pompidou, 1980, pp. 94105.

167
metáfora, pero además las inventan con felicidad ➔ De allí, el de-
seo -ya antiguo- de explorar una Metáfora (un proceso metafóri-
co), elegida de tal suerte que parezca a fJriori presente en disciplinas
muy variadas ➔ El desafío es triple: exploración: 1) de la palabra en
cada disciplina; 2) ele la noción ele Metáfora; 3) de la noción de "dis-
ciplina" ➔ Naturalmente, el desafío se da a través ele un 'Juego": la
palabra es tratada directamente, Metáfora y Disciplina lo son indi-
rectamente (esto no quiere decir que no sea lo más interesante) ➔ De
allí, el principio de este seminario: una palabra e invitados prove-
nientes de disciplinas muy variadas, que vendrán.de alguna manera
a dar testimonio de la palabra ➔ Notar: yo mismo no tengo ninguna
teoría, y casi ninguna "idea" del laberinto; incluso me esfuerzo por
no tener n inguna, y por escuchar a los otros, por dejar poco a poco
levantarse algo como un paisaje nuevo alrededor de la palabra; mi
papel consiste solamente en comenzar (hoy), en terminar ( en la úl-
tim a sesión), y en hacer la síntesis en algunos minutos luego de ca-
da una de las once exposiciones.

1A PAIABRA, 1A COSA
(RELEVAMIENTO DE UN SABER ELEMENTAL)*

Una palabra tiene un abanico de "resonancias": "suena" culturalmen-


te ➔ hay una especie de fenomenología inmediata de la palabra, fe-
nomenología de alguna manera cultural (si puede decirse), pues de-
l pende de la cultura (vaga, difusa, incorporada) del sujeto. Según esta
J.._ fenomenología, laberinto suena para mí en dos extremos:
1) La Metáfora corriente, casi popular; por ejemplo, este título de
una carta de lectora (Libération, 15 de noviembre de 1978): Laberin-
to: desengaños y trayectos del sujeto entre su oficio alienante (telefo-
n ista), su neurosis, y las clínicas psiquiátricas ➔ Sernas evidentes: gi-
ros, desvíos, espacio del qu e no se puede salir, pero dentro del cu al
se hacen esfuerzos para encon trar un camino de salida.
Leyenda 2) E n el otro extremo: la palabra griega, la leyenda, relevada
por los versos de Racine: "Y contigo Fedra en el laberinto descen-
Fedra, II, 5 elida/ se habría encontrado, o estaría perdida". "De qué amor he-

* Un libro en francés: Paolo Santarcangeli, L e Livre des labyrinthes. Histoire d'tt1111t)~


the el d'un symbole, Gallimard, "ldées" (Florencia, 1967). Traducción de Munique La-
cau, 1974 ➔ Libro bastante confuso, dossier ante todo arqueológico y etnológico; un
poco de simbólica, y banal; ya volveremos a él. [Nota de R. B., quien, en el ma1ge11, desig-
na la obra con la letra S, seguida de la pagi.nación.J

168
rida, hermana mía, Ariadna / moriste en la playa donde fuiste
abandonada". 3
Aunque tendremos una reflexión sobre el mito griego con Mar-
ce! Detienne a partir del sábado próximo, no creo que sea inútil
recordar la anécdota mítica, porque, para nosotros, culturalmen-
te, el laberinto, es eso: Grecia (y no Egipto) , Minos, Dédalo, Ariad-
na, Pasifae. Entonces: Europa raptada por Zeus transformado en
toro blanco y llevada a Creta, engendra allí a Minos, que extiende
S 16 su dominio a las Cícladas y a una parte del Peloponeso (civiliza-
ción, talasocracia). Minos desposa a Pasifae , la luminosa, hija d e
Helios. Minos tiene una enfermedad grave, suscitada por los celos
de Pasifae: apenas hace el amor con otra mujer, animales repug-
nantes brotan de su cuerpo: serpientes, escorpiones, ciempiés. Los
hijos de Minos: Fedra la Resplandeciente, Egle la Luminosa y Ariad-
na (Ariagne) la Pura, la Santa ➔ Minos le pide a Poseidón que con-
sagre su poder mediante un signo. Poseidón acepta, con la ébndi-
ción de que Minos sacrifique al ser enviado como signo: es un toro
blanco, surgido del mar, frente a Cnossos. Pero Minos conserva el
toro para él: perjura. Cólera y venganza de Poseidón: hace que Pa-
sifae se enamore del toro. Sin embargo, ¿cómo hacer el amor? Dé-
dalo (daidallein: construir bien), ateniense de origen real, es arqui-
S 25 tecto en la corte de Minos (es el inventor de la lezna, la escuadra,
la perforadora, el nivel de burbuja, la vela, los autómatas); viene
en auxilio de Pasifae; con madera y mimbre, fabrica un simulacro
de vaca, en el cual se introduce Pasifae. El toro se equivoca, la de-
ja encinta; de esa unión nace el monstruo, el Minotauro. Minos en-
cierra al monstruo en el laberinto construido a tal efecto por Dé-
dalo. Luego, guerra entre Minos y los atenienses, que son vencidos.
Condiciones de la paz: tributo anual de siete jóvenes y siete donce-
llas para el Minotauro. Teseo va a combatir al Minotauro para libe-
rar a Atenas del tributo; llega a la corte de Minos, Ariadna se ena-
mora de él y le da el célebre hilo. Teseo mata al Monstruo y vuelve,
S 23 rapta a Ariadna, pero la abandona (en Naxos). Según otra ver sión:
el peligro del laberinto, menos en la construcción que en la oscu-
ridad; AriadrÍa, entonces, habría acompañado a Teseo y lo habría
alumbrado con el destello dorado de su diadema.
S 81 Para nosotros: Laberinto= Grecia. Pero hay diseños laberín ticos
en los sellos egipcios. Laberinto egipcio: siempre asociado a la tum-
ba faraónica, que es un laberinto ( en el centro, los despojos del Rey)
➔ Probablemente: relación entre los dos laberintos, el cretense y el
egipcio; 2000 a.C., primeros arquitectos minoicos, casi contemporá-

3
Racine, Fedra, acto I, escena 3.

169
neos del laberinto de Hawara4 y del Templo de la Esfinge. No olvidar
tampoco: laberintos "intencionales" en todas las culturas: cretense,
egipcio, babilonio, rupestre, escandinavo, amerindio, zulú, asiático;
contemporáneo ( el cartero Chaval, surrealistas); laberinto iniciáti-
co. Expo Maeght 1947. 5

Etimología

Incierta:
S 13 l) Labrus. doble hacha; motivo constante del Palacio de Cnossos,
signo sagrado, amenazante o cruel; arma y símbolo del poder; hierro
que mata a la bestia;justicia a diestra y siniestra: ¿dos cuernos del to-
ro? ¿Figura humana?

S 66 2) Labra, Laura: caverna, mina con galerías (probablemente palabras


de origen anatólico) + inda (raíz aria) =juegos de niños, "Basilinda"
= jugar al rey ➔ Juego de la Caverna, de la Mina
➔ Uno se inclina más bien por la segunda etimología.

La Cosa

Es un problema de fondo saber si el laberinto puede ser estructurado:


parece una contradicción en los términos_y, sin embargo, podría uti-
lizarse como cláusula de definición: presencia de un factor de cons-
trucción intencional y sistemático. Reservemos este problema, que qui-
zá sea abordado por los expositores. Señalaré sólo lo siguiente:

4
Hawara, situado en El Fayum egipcio, es célebre por la segunda pirámide que el
rey Amenemhat III, de la xn dinastía, hizo edificar con vistas a su estadía en el más
allá. El templo funerario de la pirámide estaba compuesto, según Herodoto, de miles
de cámaras distribuidas alrededor de varios patios, siguiendo un plan de gran comple-
jidad. Este vasto dédalo impresionó a los griegos, quienes lo bautizaron con el nom-
bre de "laberinto de Hawara".
3
La exposición El surrealismo en 1947. Exposición internacion al del si,rrealismo, pre-
sentada por André Breton y Marce! Duchamp, tuvo lugar entre el 7 de julio y el 30 de
septiembre de 1947 en la Galería Maeght (París).

170
1) El primer acto de apropiación intelectual de una cosa= clasifi-
car sus formas posibles; se lo ha h echo con los laberintos· (Santarcan-
geli).6 Por ejemplo, laberintos naturales (Postumia, Yugoslavia, cerca
de Tries te: galerías cavadas en la masa calcárea), / fortuitos (galerías
de una mina) / artificiales ➔ Otras clasificaciones, tediosas hasta lo
S 48 SS. imposible: geométricos / irregulares, con giros rectangulares / re-
dondeados, a-céntricos / mono-poli-céntricos, con ramas simples o
complejas, etc. ➔ Todo esto, al m enos en este nivel simplista: sin u ti-
lidad, no produce una inteligibilidad del fenómeno.
2) En realidad, hay un principio simple de producción de un labe-
S 119 rinto: un sabio alemán demostró que se puede obtener un laberin-
to minoico (sin desniveles sistemáticos) , interrumpiendo con una o
dos uniones una serie de círculos concéntricos. 7
Sin embargo, se puede afinar el enfoque (absteniéndose de en-
trar demasiado pronto e n lo Simbólico) deslindando la función es-
tructural del laberinto: ¿a qué función elemental responde? Función
S 188 evidentemente (grosso modo) hermenéutica. Brion: "Lo que distingue el
laberinto <. .. > es la combinación de callejones sin salida y de bifur-
caciones, donde el viajero debe elegir constantemente su camino en-
tre las numerosas opciones que se le presentan'',8 es decir, por una
parte, caminos que no dejan la r esponsabilidad de la elección (un
muro e n el fondo); por otra, cruces que as€guran nuestra libertad:
el obstáculo será creado por nuestra elección y no por el destino.
Recordemos, para terminar con la palabra, la lexicografía del vo-
cablo. Littré: 1) Término de la Antigüedad: edificio compuesto por
gran número de cámaras y pasajes dispuestos de tal modo que, una
vez que se entra en él, no se puede encontrar la salida. 2) Bosqueci-
llo que se ubica en los jardines y que está cortado en senderos entre-
cruzados de tal modo que uno puede perderse fácilmente Qardin
des Plantes). 3) Anatomía: oído interno. 4) Laberinto de cantera:
confusión que se establece entre los conductos de una cantera cuya
explotación tuvo lugar hace tiempo. 5) Arqueología: dibujos de mo-
saicos, etc. Uarrones, monedas, pavimento) 6) Figurado (notar que
lo Figurado, para Littré, viene m ucho después) : gran confusión, com-
plicaciones de asuntos embarullados, dificultades, preguntas oscu-
ras, pensamientos que se cruzan.
Notar que la figura sin táctica (cf. figura sintáctica de Freud, por

6 Paolo Santarcangeli, Le Livre des labyrinthes, op. cit.


7 Mencionado por Santarcangeli, quien remite (p. 119) al texto de W. H. Matthews,
Mazes and Labyrinths, Londres, 1922.
8 Marce! Brion , "Hofmannsthal et l'expé rience du labyrinthe", Caltiers du Sud,

nº 133, 1955.

171
ejemplo, el "sí, f1ero" del Fetichismo: "Lo sé, pero de todos modos"/>
del laberinto parece ser "de tal modo que": trazado de tal modo que
uno se pierde; dicho de otra manera: tan bien hecho, perfilado,
que uno desemboca en un fracaso = figura de la intensidad y de la
caída consecuente.

CAlvIPOS DE PRESENCIA DE LA METÁFORA

Espontáneamente, me viene al ánimo (sin búsqueda de memoria o


de libro), directamente de mi cultura: edificios (desde luego), ciuda-
des (París: laberintos de los centros y de los Jr¡,ubowgs abiertos por
S 325 Haussmann; laberinto y guerrilla: fortificaciones), jardines (arte to-
piario: tapia, -orum,jardines de fantasía; topiarius. artista en jardines).
Danzas. la danza Géranos (grulla, en griego), danza délica, derivada
de la leyenda de Ariadna, se desplegaba en parállaxeisy análixeis: mo-
vimientos circulares, a veces hacia delante, otras hacia atrás, imita-
S 37 ción de los desvíos del Laberinto de Cnossos, danza de las grullas
(hombres y mujeres jóvenes se unían de la mano o con una cuerda,
como un vuelo compacto de grullas). juegos: por ejemplo, laberinto
de vidrio, pesadilla; persona a la que se quiere y a la que no.se pue-
de alcanzar; laberinto de espejos (ferias). Pachinko, slot-machines (slot
= ranura; distribuidores automáticos); desvíos de la bola,juke-boxes. Y,
S 362 sobre todo, Juego de la Oca, nacido hacia 1650; progresión per acci-
dentia (los dados); casillero 42, muy peligroso = la casa del laberin-
to. Y, desde luego, todas las "artes" del lenguaje: a) el mundo Psi
(Nietzsche: "Si quisiéramos esbozar una arquitectura conforme a la
estructura de nuestra alma, habría que concebirla a imagen del la-
berinto") ;10 b ) la obra, en la medida en que toma a cargo una pere-
grinación, una iniciación; por ejemplo, Divina comedia: círculos ➔
S 279 procesos de purgación cada vez más intensos ➔ unión con el Sum-
11
Pierre-Quint, mum bonum; c) el estilo, la frase; Proust (Prefacio a Tendres Stochs)
132 decía que tenía como estilo el hilo de Ariadna; c) Relato: narratología;

9 Remisión a la Verleugnung, figura freudiana de negación de la realidad, especial-

mente explicitada por Freud en Compendio de psicoanálisis (1938). Véase también el tex-
to de Octave Mannoni 'Je sais bien mais quand meme ... ". ús Temps modernes, n º 212,
enero de 1964, reeditado en Clefs jJOur l'lmaginaire 011 l'Autre Scene, París, Seuil, 1969.
IO Nietzsche, Aurora, aforismo 169.
11 Refiriéndose a sí mismo, Marce! Proust decía, al final de su prefacio a Tend,·es
Stocks de Paul Morand ( 1920), que su estilo era su "hilo de A.r iadna", citado por Léon-
Pierre Quint, en su ensayo MarcelProust, sa vie, son antvre, París, Le Sagittaire, 1925.

172
en efecto, la progresión del Relato se produce por ramificaciones
(proáiresis); 12 por cierto, el autor guía, elige las bifurcaciones; pero a
veces vuelve atrás, retoma otra; entrelazamiento, complicación, sen-
timiento de estar perdido en una historia; puede ser útil estudiar el
Relato como laberinto (grado aceptable de complicación).
Para volver a la leyenda griega: bajo la pertinencia del lenguaje, el
mito del laberinto parece vinculado con dos pe,jurios, con dos "fal-
tas" del habla: 1) Promesa hecha por Minos a Poseidón de sacrificar
al Toro-Signo; promesa no cumplida. 2) Teseo y Ariadna.
Entonces, enseguida, a primera vista: campo de expansión y de
aplicación de la "Metáfora" (pongamos entre comillas, pues uno de
los objetivos del seminario es quizás entrever que la palabra plantea
problemas): muy vasto. Mediante una serie de invitaciones, he inten-
tado cubrir una parte (pues, en realidad, es infinito) de este campo.
Anunciaré de una semana para otra al invitado de la semana siguien-
te. Por el momento, éstas son las "disciplinas" (los "discursos", tipos
de discursos) que serán escuchadas aquí:
1) La mitología griega.
2) Nietzsche (se sabe que hay una figura importante en el último
N ietzsche: Ariadna).
3) la historia de la teoría de las formas plásticas.
4-5) La historia de los corpus literarios: ruso y español (podría ha-
ber muchos otros).
6) El cine.
7-8) La topografía urbana, la arquitectura/ el urbanismo.
9) Los jardines.
10) Las matemáticas.
11) El psicoanálisis.
➔ Once invitados13 (salvo defección); tomaré a mi cargo la última

12 La proáiresis es la facultad de deliberar sobre la salida de una conducta. Barthes


la define así: "Para Aristóteles, la praxis, ciencia práctica que no produce ninguna o bra
d istinta del agente (contrariamente a la póiesis) está fundada en la elección racional
entre dos comportamientos posibles o proáiresis" (Sade, Fourier, Loyola, OC3, p. 722).
En su lectura de Sarrasine, nouvelle de Balzac que dio lugar a S/Z (1970), Barthes ha-
bía identificado cinco grandes códigos de lectura y, especialmente, el código proairé-
tico", "código de las acciones y de los comportamientos" q ue se desarrollan "al ritmo
de la nominación que se busca o se confirma" (S/Z; OC3, pp. 133-134).
13 Calendario de sesiones: 9 de diciembre de 1978, Marce! Detienne. - 16 de di-

ciembre, Gilles Deleuze. - 6 de enero de 1979, Hubert Damisch . - 13 de enero, Clai-


re Bernard. - 20 de enero, Hélene Campan. - 27 de enero, Pascal Bonitzer. - 3 de fe-
brero, Hervé Cassan. - 10 de febrero, Fran,;:oise Choay. - 17 de febrero,Jean-Louis
Bouttes. - 24 de febrero , Pierre Rosenstiehl. - 3 de marzo, Octave Mannoni. - El in-
forme del seminario en el A nmtaire du College de France da los útulos de cada uno de
los invitados y su campo de intervención, ver p. 460.

173
sesión (el 10 de marzo) ➔ Paradoja frecuente: la disciplina de la cual
he tomado la idea del laberinto, finalmente, no será representada: la
etología. Prácticamente: no he encontrado a nadie, al menos entre
mis amigos, y, como ustedes saben, prefiero equilibrar el riesgo del
saber puro, de la Pura disciplina, con una especie de acuerdo previo
(aunque sea vago) entre los discursos. (Figura por otra parte intere-
sante: cuando el 01igen de algo es rechazado en el desarrollo; muy
frecuente: imagen del cohete que lleva lo que Juego es "soltado" ➔ "El
Rechazo del Origen".)

SIMBÓLICA

No sé qué se dirá. Mi papel en esta presentación es enunciar lo ele-


mental endoxal del laberinto (quizá para deshacernos de él); ahora
bien, hay una simbólica elemental y endoxal del laberinto.
Material metafórico: a) La Caverna, los penetralia; Freud (Intro-
ducción al psicoanálisis): "La historia del laberinto revela ser una re-
presentación del nacimiento anal: los caminos sinuosos son los in-
testinos".14 Caverna: muerte ( con vistas a un renacimiento: la
"salida"), camino interior del ser hacia la iluminación (la verdade-
ra vida). Sin embargo, aunque sean escasos, laberintos a cielo abier-
to: Satiricón de Fellini, precisamente hechos para que el sujeto (la
cámara) vea al otro debatirse: posición teúrgica. b) El hilo: Teseo
deja a sus compañeros a la entrada, fija allí el extremo de la made-
S 23 ja; luego devana; después de matar a la bestia, enrolla el hilo de la-
na ➔ Entonces, el movimiento de devanar (=perderse) -:t- enroscar-
se, rebobinarse (= reencontrarse) ➔ Con el hilo se relacionan
todos los mitos de orientación (Dédalo); especialmente en los ani-
males. c) El Centro: Monstruo o Tesoro; es el algo, el Qy,id divino;
lo oculto, sagrado, descubierto al término de una peregrinación
con obstáculos ➔ Edad Media: dificultad para ir a Jerusalén; se in-
ventaron otros peregrinajes: Roma, Compostela; y aún, en el suelo
de las catedrales, un recorrido simbólico, largo y complicado: el
S 74 "Camino de Jerusalén". Entonces, simbólica corriente: laberinto va-
le por todo un complejo de temas: interior, centro, secreto, mons-
truo -iniciación, iter perfectionis- peregrinación obstaculizada, sue-

11 Sigmund Freud, "Révision de la Lhéorie du réve", en Nouvelles conférences d'intro-

duclion ala psychanalyse, traducción al francés de Anne Berman, París, Gallimard, col.
ldées, 1971.

174
ño de angustia, irremeabilis error ( del cual no se puede volver); orien-
tación, desorientación, con la vida/ la muerte en juego.

METÁFORA

En cierto modo, "laberinto" pone en Indirecto un problema quizá


más importante (para mí), pues implica una teoría, y como una Mo-
ral del lenguaje: la Metáfora ➔ Enorme dossier"científico" (sobre to-
do en los últimos veinte años). No Jo sintetizaré; sino que propon-
dré solamente para terminar esta presentación (que aspira a no
obstaculizarlo que se dirá, se manifestará, y que yo desconozco) algu-
nos puntos de reflexión sobre la Metáfora, que provienen de la Me-
táfora del Laberinto.
1) Metáfora "infinita": la lista de los significantes es abierta. Siem-
pre se puede encontrar un objeto cuyo laberinto se convierta en el
significante metafórico ➔ Un amigo (Éric M.) m e dice que acaba de
leer una novela en la que la genealogía es concebida como un labe-
rinto15 ➔ Hay sin duda algunas formas muy simples que tienen un
poder metafórico eterno, pero de todos modos hay restricciones de
calidad, que son en realidad restricciones de complicación; por ejem-
plo, todo lo que es saliente puede ser Metáfora del Falo, de la Torre
Eiffel a un portaplumas, pero no es interesante ➔ "Metáfora infini-
ta": quiere decir que, por una parte, hay cierta especificidad del sig-
nificante (no es cualquier cosa) y que, por otra, en el tiempo, siempre
pueden surgir los objetos-laberinto. En otras palabras, la "buena" me-
táfora: aquella donde la lengua trabaja, lucha, no es inerte ➔ Esta
observación introduciría a una "genealogía de las metáforas" (Nietzs-
che: diferencia de las fuerzas del sentido); un "panal", metáfora ba-
nalizada, y que se presta a la canalización':/: "hormiguero", mejor
➔ En el fondo, habría que analizar la fuerza que hace que una ima-
gen sea más o menos resistente al estereotipo.
2) Laberinto: el objeto original es mítico. Cf "Néctar" ➔ Emparen-
tado con el problema de la clase de las Metáforas sin palabra deno-
tante (:~ "Viajer a nocturna"= vejez) ➔ Es quizás el caso de los patro-
nímicos. Edad media: el Filósofo = Aristóteles; imaginemos que no
hubiera tenido patronímico: "Filósofo" se habría convertido, por así

15 Se trata de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, traducido al fran-

cés por Claude y Carmen Durand (París, Seuil, 1968), y cuya lectura le recomien-
da Eric Marty.

175
decirlo, en su "Denotante", sin dejar de ser una metáfora (se habría
convertido en el Señor Filósofo -ej. Lebrun, Charpentier, Lefeb-
vre16- o "Barthez"). Todo esto tendría como figura emblemática una
variedad particular de metáfora: la catacresis (los brazos del sillón, las
alas del molino) 17 ➔ especie de paradoja retórica: se puede decir
que, dada una "metáfora" (pues laberinto, desde el principio, ha sido
recibido como metáfora), la invención de los siglos ha consistido pa-
radójicamente en encontrarle a esa metáfora versiones de denota-
ciones: jardines, construcciones,juegos ➔ Esto nos llevaría hacia Vi-
co: la metáfora como forma original del lenguaje; en el origen, era
la metáfora. 18
3) Otro punto de esta "genealogía" de la Metáfora (por hacer) se-
ría preguntarse si no hay (en el mundo, en los innumerables objetos
del mundo) "rasgos" "metaforógenos" (la riqueza del desarrollo me-
tafórico es, en suma, el problema común de estas observaciones).
Recuerdo que, en África del Norte, a menudo se encuentran peque-
ñas zancudas blancas, que durante mucho tiempo llamé, errónea-
mente, ibis, y que son "espulga-bueyes", que siguen a los bueyes, se in-
clinan sobre ellos y comen sus parásitos (caminando con el mismo
paso que su tutor, amigablemente); ejemplo mismo de un rasgo meta-
Jorógeno: parasitismo, falta de delicadeza, amistad, contraste entre el
pájaro puro blanco y su función. Además, puede servir de metáfora
a la metáfora ➔ Y, nuevamente, el problema de la buena metáfora:
la forma significante debe ser suficientemente complicada, pero su
complicación debe estar hecha de episodios, de tiempos, de Jases, dicho
de otro modo, la forma debería (es una hipótesis) comportar una
estructura anecdótica (relación de la Metáfora y del Mito, precisamen-
te, el Laberinto).
4) Finalmente, último avatar (para mí), no de la metáfora (pues
es infinita), sino de la teoría Laberinto-Metáfora: supongamos un
laberinto sin quid central (ni Monstruo ni Tesoro) y, por ende, a-
céntrico, es decir, en suma, sin significado último para descubrir ➔
Ésta puede ser la Metáfora del Sentido, en lo que tiene de decepti-
vo ➔ La Interpretación (desvíos, indagaciones, orientación) como
una especie de juego mortal, quizá con nada en el centro; aquí tam-

16
Recordemos que "Lefebvre" es una variante de Fevre, palabra que significa "he-
rrero" en francés antiguo.
17
La catacresis es una figura de re tórica por la cual una palabra es empleada como
metáfora, metonimia o sinécdoque para designar una cosa que ningún término lite-
ral designa en la lengua.
18
Sobre los orígenes poéticos de la humanidad según Vico, véase el desarrollo de
Barthes en el curso, pp. 123-124.

176
bién el camino valdría por el objetivo, con la condición de salir de él
(Rosenstiehl: el único problema matemático del laberinto es salir).
Imaginemos a Teseo, al no encontrar al Minotauro en el centro, y sin
embargo, volviendo hacia ... Ariadna, el Amor, la Infidelidad, la ''Vi-
cia para nada".
No hablaré más: no prejuzgar sobre lo que se dirá durante once
semanas.
Semana próxima, 9 de diciembre, Marce! Detienne, director ele
estudios, v~ Sección de la École Pratique des Hautes Étucles, a tocio
señor, tocio honor: "Mitología griega: el Minotauro".

177
Sesión conclusiva del JO de marzo de 1979

EL LABERINTO: ALGUNAS PALABRAS PARA TERMINAR

l. No habrá "conclusión ". Concluir querría decir manipular ]a serie


de intervenciones para hacer con ellas retroactivamente una "sín-
tesis"; eso sería transformar estas "ca-presencias" en elementos de
un todo orgánico, racional. En resumen, sería someter el laberin-
to a un discurso del metalenguaje ➔ Oposición constante de mi
parte al tratamiento metalingüístico, desde hace algunos años, por
razones "filosóficas" sobre las cuales no abundaré y que provienen
de la necesidad de no reprimir jamás al sujeto ➔ además, aquí, re-
sistencia particular del laberinto a convertirse en objeto de una sín-
tesis metalingüística.
Encuentro con Merleau-Ponty: 1 la vestimenta es un "falso buen
tema". Recuerdo estas palabras a m enudo: a la vez, me ayudan (su-
tileza en la decisión sobre lo que uno quiere trabajar) y me acom-
plejan (¿cómo saber si es un verdadero buen tema, y sobre todo
cuándo saberlo?) ➔ ¿Falso buen tema? = Se agota por sí mismo o es-
tá agotado desde el comienzo; restringe el "desarrollo" a una re-
petición de la palabra-tema (el laberinto es un Laberinto) o a una
d enegación (el laberinto no existe) ➔ Creo, en efecto, que en el
plano metalingüístico ( el de una síntesis), el laberinto = un falso
buen tema (lo que no excluye la verdad, el interés de los laberin-
tos sucesivos que han sido presentados; con la condición de dejar-
le a] seminario, es decir, a la consecución de las exposiciones, el
estatuto de simples copresencias). El laberinto sería un "falso buen
tema" por dos razones:
a) Laberinto: forma tan bien hecha que lo que uno puede decir
de ella parece estar más acá de la forma misma; el tópico es más rico
que lo general, lo denotado que lo connotado, la letra que el símbo-

1 "Hacia 1963-1964, a título personal, tenía el proyecto de hacer una semiología de

la vesúmenta", precisa Barthes en el curso. Este proyecto se inscribía en el marco de la


investigación comenzada en 1955 bajo la dirección de Georges Friedmann y dedica-
da a "la simbólica de la indumentaria"; estos trabajos desembocaron en 1967 en la pu-
blicación de El sistema de la moda.

179
lo. Cf lo que decía Mannoni de la litemriedad (poesía) .2 Esta fue rza
del laberinto es la del Relato: narratividad fuerte, incandescente ➔ Un
relato vago: buen terreno simbólico (semiógeno), pero un relato
fuerte, muy bien articulado, bloquea lo simbólico ➔ Sería necesario
un departamento de Narratología que se ocupara del diferencial de
intensidades narrativas ➔ Laberinto ( ej. Detienne) = mythos = historia
única (sin ramificación): absolutamente memorable ➔ exceso de
memoria: fija, fascina, bloquea la transformación metalingüística, lo
que Mannoni llama la "comprensión " ➔ Laberinto= nada para com-
prender (no puede ser resumido).
b) ¿Y como metáfora (podíamos también querer informaciones
sobre la metáfora)? Aquí tampoco da buenos resultados; el laberin-
to está en todas partes: en los monumentos, los jardines, los juegos,
las ciudades, las astucias, en lo mental; pierde toda especificidad me-
tafórica. Por cierto, una metáfora simple puede emigrar ricamente,
a través de un juego complejo de transformaciones (por ejemplo, la
Metáfora paterna); aquí, el poder metafórico es a la vez aplicable a
todo y pobre (a causa de la pregnancia del relato, del mito).
En un estudio de la Metáfora (estudio retórico, no psicoanalíti-
co), se podría comenzar por dividir la semiogénesis en dos movi-
mientos opuestos: 1) objetos, entes que demandan numerosas metá-
foras: el sexo, en francés, alrededor de 450 palabras (metáforas más
o menos populares) = la demanda metafórica. 2) Formas que sirven
de metáfora para todo: el laberinto= oferta metafórica (pero, como
hemos visto, esta oferta es de algún modo bloqueada por el Relato).
En el fondo, la verdad del laberinto estaría del lado del Juego, es
decir, de lo Irrisorio. No es más que un juego, ¡no es más que eso! ➔
Zulúes:juego del laberinto. Al final de la partida: Wapuka Segexe, ¡te
vencimos con el laberinto!

II. A lo Metalingüístico (camino cerrado o atestado), hay que opo-


nerle la pregunta nietzscheana: ¿qué es el sentido para mi? ¿Qué es
el laberinto para mz? Daré dos respuestas, una afectiva, la otra más
intelectual (pero hay seguramente una región en que ambas se en-
cuentran: región que me es desconocida, y que n o me corresponde
nombrar).
1) Laberinto. Única resonancia en mí: querer alcanzar al ser ama-
do (que está en el centro) y no poder. Forma típica de la pesadilla,

2 Octave Mannoni, invitado de la sesión precedente (3 de marzo de 1979) había

opuesto la literariedad, "que no presenta ninguna transformación posible", a la com-


prensión, definida como "posibilidad o ilusión de que el texto pueda ser reemplaza-
do por ou·o texto que diga lo mismo" (registro sonoro del seminario, Senil).

180
forma infantil: no poder llegar hasta la madre; tema del niño perdi-
do, abandonado ➔ Es un laberinto de la entrada ➔ Pero ambivalen-
cia: se puede revertir la angustia del laberinto y hacer d e él una so-
bre-clausura tranquilizadora. Uno se identifica clásicamente con
*
Teseo también puede identificarse con Minos: quedar encerrado,
protegido (dormir); no se habla jamás del laberinto como protección.
2) Quisiera volver a la exposición de Mannoni ➔ Sorprende que
la única exposición que no tuvo una relación declarada con el labe-
rinto haya sido la del psicoanalista (poco importa que sea por olvido
o libertad). Diré: a) el Psicoanálisis no tiene sin duda ( o quizá) na-
da que decir del laberinto (ausente por otra parte del texto freudia-
no, que ha abarcado tantos objetos); b) el Psicoanálisis no habla ja-
más de aquello de lo que se le pide que hable: es su regla de oro. Y
Mannoni se conduce como buen analista.
Sin embargo, la exposición de Mannoni me ha llevado no hacia el
laberinto, sino hacia una nueva pregunta referida al laberinto, con la
cual terminaré, dejándola abierta:
Mannoni: literariedad (lo que no presenta ninguna transforma-
ción posible ➔ "Obscuridad", Poesía) * comprensión (lo que es
transformable, Prosa). Es decir, Octave Mannoni ha hablado de la
dialéctica de la Legibilidad y la Ilegibilidad -o también de las fugas
de la legibilidad (en el sentido perspectivista del término)-. Ahora
bien, esta pregunta candente remite a exclusiones, alienaciones del
lenguaje: ¿cómo decidir que un enunciado es legible o no? Y ésta es
la pregunta: ¿dónde comienza la legibilidad? Lo que, para mí, descu-
bre la cuestión laberíntica: no: ¿qué es? ¿Cuántos hay? Ni siquiera:
¿cómo salir? Sino: ¿dónde comienza un Laberinto? Nos acercamos a la
epistemología d e las consistencias progresivas, de los umbrales, de
las intensidades: la viscosidad de las formas.

181

También podría gustarte