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ANEXO 1

ANEXO 2

LETRA 'MORIR DE AMOR' - KUDAI

Espero que guardes de mí algún recuerdo


Yo por mi parte prefiero renunciar
Te vas porque quiero que escapes de este infierno
No puedo pactar con sangre nuestro final.
Yo no puedo seguir con este juego
No quiero morir de nuevo mil veces.

[Coro]
Después de los dos no habrá (ni una palabra)
Ya nada quedará (solo una lágrima)
Después de morir por ti (y resucitar)
Ya nada queda, ya nada nos queda.
Prefiero morir de amor (que vivir así)
Quisiera morir de amor
(Que seguir) agonizando entre tus brazos.

No digas palabras que se las lleva el viento


No quieras jugar al fantasma que nunca se va
Quiero que salga de nuevo el sol de invierno
Tal vez debería dormir sin despertar.

Yo no puedo seguir con este juego


No quiero morir de nuevo mil veces
(de nuevo mil veces)

[Coro]
Después de los dos no habrá (ni una palabra)
Ya nada quedará (solo una lágrima)
Después de morir por ti (y resucitar)
Ya nada queda, ya nada nos queda.
Prefiero morir de amor (que vivir así)
Quisiera morir de amor
(Que seguir) agonizando entre tus brazos.
Letra “Nadie Como Tú”
La Oreja de Van Gogh

Nadie como tú para hacerme reír. Nadie como tú sabe tanto de mí


Nadie como tú es capaz de compartir mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir

Tienes ese don de dar tranquilidad, de saber escuchar, de envolverme en paz


Tienes la virtud de hacerme olvidar el miedo que me da mirar la oscuridad

Solamente tú lo puedes entender y solamente tú te lo podrás creer

En silencio y sin cruzar una palabra, solamente una mirada es suficiente para hablar
Ya son más de veinte años de momentos congelados en recuerdos que jamás se
olvidarán

Nadie como tú para pedir perdón, nadie como tú valora esta canción
Nadie como tú me da su protección, me ayuda a caminar, me aparta del dolor

Tienes ese don de dar tranquilidad, de saber escuchar, de envolverme en paz


Tienes la virtud de hacerme olvidar el miedo que me da mirar la oscuridad

Solamente tú lo puedes entender y solamente tú te lo podrás creer

En silencio y sin cruzar una palabra, solamente una mirada es suficiente para hablar
Ya son más de veinte años de momentos congelados en recuerdos que jamás se
olvidarán

Y pasarán (y pasarán).. Los años y siempre estarás


Buscando un plan (buscando un plan)… Para que se hagan realidad
Los sueños que (los sueños que)… Soñábamos antes de ayer al dormir
Hablando del tiempo que nos quedará por vivir

En silencio y sin cruzar una palabra, solamente una mirada es suficiente para hablar
Ya son más de veinte años de momentos congelados en recuerdos que jamás se
olvidarán

Y sin hablar, sólo al mirar


Sabremos llegar a entender que jamás
Ni nada ni nadie en la vida nos separará
Letra “Grande”
Mónica Naranjo ft Gloria Trevi
Oh Oh-oh-oh Oh-oh-oh Oh-oh-oh
Me hiciste daño, debiste hacerlo con alguien de tu tamaño
Abusaste porque me faltaban años, y pensé: "Algún día creceré"
Me diste un golpe, y luego dos y luego me llevaste al borde
Te burlaste porque te creías enorme, y pensé: "Algún día creceré"
De mis cenizas, de mis trozos rotos, debes creer en lo que ven tus ojos
Puse un pie, me paré, me elevé
Y ahora que soy grande, rica, dura, fuerte y poderosa
Reina que ya porta su corona… Mírame, todavía creceré
Y ahora que soy grande, suprema, diva, regia y glamurosa
Hoy, que sabes que soy una diosa, y quisieras estar en mi cielo
Yo ya te olvidé
Oh-oh-oh (Oh, yeh-eh-eh, yeah)
De madrugada, dejé mis gozos, corrí solo con mi alma (Mi alma)
Y, paso a paso, algo de mí se desgarraba
Y pensé: "Algún día creceré" (Creceré)
De mis cenizas, de mis trozos rotos, debes creer en lo que ven tus ojos
Puse un pie, me paré, me elevé
Y ahora que soy grande, rica, dura, fuerte y poderosa
Reina que ya porta su corona, mírame, todavía creceré
Y ahora que soy grande, suprema, diva, regia y glamurosa
Hoy, que sabes que soy una diosa, y quisieras estar en mi cielo
Yo ya te olvidé
Yo ya te olvidé (Oh-oh-oh, oh-oh)
(Oh-oh-oh, oh-oh, oh-oh-oh, oh-oh)
Yo ya te olvidé
Como león yo rugí, como un cordero te vi
Temblando de miedo por mí porque si tú sigues aquí
Corre por tu vida que no se me olvida todo lo que hiciste
Yo estoy en la cima y aquí, desde arriba, no grites que no puedo oírte
Yo ya te olvidé (Oh-oh-oh, oh-oh, oh-oh)
(Oh-oh-oh, oh-oh, oh-oh-oh, oh-oh)
Yo ya te olvidé (Oh-oh-oh, oh-oh)
Eh-eh-eh-eh (Oh-oh-oh, oh-oh, oh-oh-oh, oh-oh)
(Oh-oh-oh, oh-oh)
Letra “Lo Grande Que Es Perdonar”
Gilberto Santa Rosa ft Vico C
Se que te hice mil heridas, casi imposibles de sanar
Y nadie gana la partida, pues tu allí y yo acá

Cuando el orgullo no te deja, entrar en tiempo y en razón


Hay que callar todas sus quejas y hacerle caso al corazón

Por qué llorar, Por qué vivir así, Por qué pensar para volver a mí
Que importa ya qué tienen que decir, Si vine ya, vine por ti, sólo por ti… Ay amor

No me mates más con ese rencor, No me tires más con la soledad


No hagas alianzas con el dolor, No empeores mi realidad
Te doy hasta la luna con su esplendor, Te doy hasta mi sangre por tu piedad
Doy lo que sea para que tu corazón, Mire lo grande que es perdonar (x2)

Doy lo que sea para que tu corazón mire lo grande que es perdonar

Qué vas a hacer en nuestra esquina, Al realizar que ya no estoy


Qué vas a hacer con esta ruina, Si tú no estás no sé quién soy

Si ya no duermes en la noche, Si tu sonrisa ya no está


Si nada dejan los reproches, Regresa y no mires atrás

Por qué llorar, Porque vivir así… Por qué pensar para volver a mí
Qué importa ya qué tienen que decir, Si vine ya, vine por ti, sólo por ti… Ay amor

No me mates más con ese rencor, No me tires más con la soledad


No hagas alianzas con el dolor, No empeores mi realidad
Te doy hasta la luna con su esplendor, Te doy hasta mi sangre por tu piedad
Doy lo que sea para que tu corazón, Mire lo grande que es perdonar (x2)

Doy lo que sea para que tu corazón mire lo grande que es perdonar

Ay heridas… Ayyyyyy amor… Imposibles de sanar… Qué hacer con este amor
Nadie gana la partida… No sé quién soy… Por qué llorar… Me mata este dolor
Por qué sufrir así, si hoy vine por ti… A decirte, Amor, Regresa y no mires atrás
Qué hacer con este amor… Oh no no no empeores mi realidad… No sé quién soy
Te doy mi vida, te doy mi sangre… Me mata este dolor… Yo, yo aún te venero

Ayyy amor… Qué vas a hacer al realizar que ya no estoy aquí


Qué hacer con este amor… Si ya no duermes en la noche y nada dejan los reproches
No sé quién soy… Me mata este dolor… Corazón regresa a mí… Te doy hasta la luna
Amor… Yo mi vida entera… Qué hacer con este amor… Y como tú no hay ninguna
No sé quién soy… No mires atrás
Anexo 3
ANEXO 4
ANEXO 5

Título: “Si quieres tenerlo todo, esfuérzate”


Autora: Clara Pérez

2 personajes
1.- Alexander: Hombre acomplejado y que se queja de su vida.
2.- Miguel: Hombre triunfador que le da una lección.

3. Narrador, en caso necesario.

Ambientación: Esquina de una plaza.

Introducción: Alexander está sentado en la acera de una plaza, matando el


tiempo sin hacer nada provechoso cuando Miguel pasa frente a él.

Alexander (en tono burlón): ¡Mira quién viene ahí! El riquito del barrio.

Miguel (tratando de seguir su camino): Hola Alexander. ¿Cómo estás?

Alexander (tomándolo del brazo): Pero, ya va ¿ahora hablas con la chusma?

Miguel (zafando el brazo): ¿Cuál chusma? A mí la gente de este barrio no me


parece chusma, aquí crecí y me crie, además aquí sigue viviendo mi mamá.

Alexander (irónico): Sí pero como ahora eres un ingeniero y vives en un lugar


de ricos, tienes auto y una esposa bonita, los del barrio debemos parecerte
inferiores.

Miguel (mirando incómodo): Para mí todo el mundo es igual, unos que se


esforzaron más y otros menos, pero lo material no decide cuánto vales.

Alexander: Tú lo que tuviste fue suerte.

Miguel (riendo con ironía): ¿Suerte? ¿Tú piensas que la suerte te hubiese dado
a ti todo lo que dices ahora yo tengo?

Alexander (encogiéndose de hombros): Claro amigo, si yo hubiese tenido la


suerte de encontrarme un trabajo como el tuyo, que me pagaran así de bien,
también hubiese salido de este barrio.
Miguel (sin dejar de sonreír de manera irónica): ¿Y cómo lo ibas a conseguir?
Porque para tener este trabajo que tengo, yo tuve que estudiar mucho, hacerme
una carrera y trabajar desde bien jovencito para poder ayudar a mi mamá a
pagarme los estudios y para poder tener mis cosas ¿tu hiciste eso mismo?

Alexander: No, yo no pude estudiar, no tenía recursos

Miguel: Yo tampoco tenía dinero, pero tenía ganas de salir adelante, y el poco
tiempo que tenía libre lo use para trabajar y ganar dinero para poder estudiar
¿tu recuerdas lo que hacías mientras yo trabajaba en lo que fuera para estudiar?

Alexander: Bueno yo si salía con los amigos, me iba a fiestas, tomaba…

Miguel: ¿Y los fines de semana que te ibas a la playa a gastar más de lo que
producías y le quitabas dinero a tu mamá para irte de fiesta? ¿Sabes qué hacía
yo ? Me desvelaba estudiando para mis exámenes. Así que no creas que la
suerte te va a dar las cosas que otros se esforzaron por tener. La gente trabaja
por lo que quiere, lucha por lo que espera sea su vida.

Alexander: O sea ¿no tuviste suerte?

Miguel (algo molesto): No, no tuve suerte, tuve empeño, y tú todavía estás a
tiempo, deja de querer lo que otros tienen con su esfuerzo y esfuérzate por lo
que tú quieres, párate de esa acera y sal a trabajar, trabaja día y noche, ahorra
y ponte una meta. La suerte la haces tú mismo y para tener lo que tienen otros,
tienes que esforzarte lo que se esfuerzan ellos. Tú no eres chusma, eres un
conformista.

Miguel comienza a caminar dejando a Alexander sin saber que responder.

Alexander (viendo a miguel alejarse y hablando alto): Está bien pues, yo no


tengo nada por vago, tú tienes razón amigo.

FIN
ANEXO 6

Título: «Matrimonios modernos»


Autora: Clara Pérez

4 personajes
1. Amalia: madre que intenta aconsejar a su hija.
2. Sofía: Hija recién casada quien tiene su propia manera de vivir el matrimonio.
3. Fernando: Esposo de Sofía.
4. Paco: Padre de Fernando.

5. Narrador en caso necesario.

Acto I

Ambientación: Cocina de la casa de la madre de Sofía.

Introducción: Entra Sofía a la cocina y consigue a su madre barriendo, lavando trastes,


cocinando, todo a la vez.

Sofía (acercándose para besar a su madre): Hola mami ¿Cómo estás? Bueno ya
te veo, como un pulpo haciendo todo a la vez.

Amalia (Besando a su hija feliz de verla): Hola hija, si haciendo todo lo que
puedo porque esta tarde voy a acompañar a tu papá al médico y quiero dejar
todo listo en la casa.

Sofía (asombrada): ¿Y él dónde está?

Amalia (sin dejar de moverse haciendo sus cosas): Bajó a hablar con sus
amigos, desde que lo jubilaron, se va todas las mañanas a la bodega de la
esquina y ahí se encuentra con ellos, regresa a la hora del almuerzo.

Sofía (más asombrada aún): ¿Y no te ayuda en nada?

Amalia (soltando la escoba para mover lo que prepara en la cocina): Las cosas
de la casa son para las mujeres hija, él no se va a poner a limpiar, tienes que
aprender eso, para que tu esposo no se queje.

Sofía (riendo irónica): ¿No sé qué…? ay mamá, en mi casa Fernando tiene que
ayudar, si yo cocino, él lava los trastes, si vamos a limpiar lo hacemos juntos,
nada le cuesta meter la ropa en la lavadora.

Amalia (asombrada y negando con la cabeza): Hija pero eso no es trabajo de él,
lo que vas a conseguir es que consiga una mujer que lo atienda y te deje.
Sofía (riendo de buena gana): Despierta madre, estamos en otros tiempos, la
esclavitud se acabó, ahora ambos mantenemos el hogar, y ambos hacemos los
oficios de la casa, ¿O yo me voy a buscar otro porque tengo que salir a trabajar y
Fernando no me mantiene?

Amalia: Claro que no hija, trabajas para ayudar a tu marido a sostener el hogar.

Sofía (asintiendo con la cabeza): Exacto, y él hace algunas cosas en la casa para
ayudarme a mantenerla en orden, así son los matrimonios de ahora mami.

Amalia: Que cosa tan rara, en mis tiempos eso hubiese sido casi condenado.

Sofía (riendo): Pues ahora eso es lo más normal. Voy a asomarme a ver si veo a
mi papá y logro saludarlo.

Sofía sale de la cocina y Amalia sigue en sus oficios.

Acto II

Ambientación: Sala de la casa.

Introducción: Fernando habla con Paco, su padre, mientras este lee el


periódico.

Paco (sin despegar los ojos de las noticias): ¿Y cómo te va hijo? ¿Qué tal la vida
de casado?

Fernando (sonriendo complacido): Muy bien papá, con Sofía me llevo muy bien,
estamos de acuerdo en casi todo, rara vez discutimos a la hora de tomar las
decisiones.

Paco (Sacando la vista del periódico y mirando a Fernando): ¿Por qué tendrían
que discutir? Si eres el hombre de la casa, tú tomas una decisión y ella debe
aceptarla, eso no tiene discusión.

Fernando (riendo de buena gana): No papá, eso ahora no es así, como yo tome
una decisión sin consultársela a Sofía, me corre de la casa.

Paco (asombrado): ¿O sea que haces lo que Sofía decide?

Fernando (sin borrar la sonrisa de su rostro): Hacemos lo que decidimos ambos


y creemos que es mejor para los dos.
Paco (inconforme con la respuesta): Ah, mira como perdimos autoridad con la
modernidad ¿Y ya has pensado cuantos trabajos vas a tener cuando Sofía decida
tener un hijo? Porque me imagino que ella dejará de trabajar para cuidar a su
bebé y tú tendrás que mantener la casa.

Fernando (ya como cansado de las preguntas de su padre): Tener un hijo lo


decidiremos los dos, papá, y no tengo que buscar más trabajos, Sofía tiene un
buen trabajo, gana muy bien, cuando se embarace, le darán el permiso necesario
para cuidar al bebé los primeros meses y luego, lo llevaremos a una guardería y
ella seguirá trabajando.

Paco (Sin salir de su asombro): ¿Tu hijo lo va a cuidar un extraño, para que
Sofía siga haciendo lo que le da la gana?

Fernando: Ay viejito, por mucho que te explique no lo vas a entender, los


matrimonios modernos se basan en la igualdad, atrás quedo el machismo, la
mujer que no podía opinar, ni trabajar. Pero supongo que eso es algo muy difícil
de entender para ti, cuando tienes arraigadas tus creencias. Me voy a buscar a
Sofía, padre, hablamos luego.

Fernando sale de la sala y Paco queda pensando en voz alta.

Paco: Mira cómo ha cambiado las cosas, si seguimos así, dentro de poco, los
hombres quedarán en la casa cuidando los niños y limpiando y las mujeres irán a
los bares con las amigas mientras el esposo está en casa, ¡qué bárbaro!

FIN
ANEXO 7
ANEXO 8

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