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para detectar y resolver las causas del alto índice de rotación en el personal.
Otros lenguajes como Python o Ruby son comú nmente ignorados por la mayoría
de las empresas que se han acomodado con lenguajes má s conocidos y la
percepció n salarial varía enormemente, pues pueden caer entre las escasas
empresas emprendedoras mexicanas o alguna pequeñ a empresa no dedicada a
tecnologías de la informació n en donde ocurrió que existe algú n sistema legado en
alguno de esos lenguajes “exó ticos” que, para la empresa, dan lo mismo (la
competencia al igual que Intersoftware solicitan conocimientos de VB, Java, C++,
Javascript , Python, Ruby y ofrecemos $8,000 MXN mensuales, tiempo completo
por supuesto). Algunos de los programadores en este sector trabajan como
“freelancer”, opció n que difícilmente encuentran los programadores Java/C# o
PHP.
El sector mejor pagado en cuestió n de lenguajes de programació n se lo llevan Java
y C#, pues las tecnologías JEE y .NET se volvieron muy populares, aunque poco
entendidas, y dan a las empresas la tranquilidad del “soporte empresarial” aunque
en muchos casos las aplicaciones resultantes no son mejores que una bien
realizada, por ejemplo, en PHP. Los salarios en este sector se ubican en el
promedio de $25,000 MXN mensuales, en los mejores casos hasta $40,000 MXN
mensuales pero por periodos cortos. En este sector ocurre un fenó meno menos
visto en el caso de PHP: la contratació n por terceros, mejor conocida como
“outsourcing”.
Si hay algo que las empresas quieren hacer es el minimizar los costos y una forma
de hacerlo, ademá s de las horas extras gratuitas, es inventarse un sin fin de
esquemas de pago en los que se evite en la medida de lo posible el pago de
impuestos. Es rara la empresa que contrate a alguien vía nó mina, pues esto acarrea
gastos extras en el caso de despidos y demá s prestaciones de ley que se debieran
pagar. Así pues, muchos programadores se encuentran dando recibos de
honorarios o facturas por una cantidad fija mensual dictada por la empresa y no
por el programador quien al dar una factura o recibo se supone debería ser quien
pusiera el precio de sus honorarios. Otros se encuentran bajo un esquema de
salarios asimilados o, como ya algunas consultorías lo está n promoviendo,
recibiendo depó sitos en efectivo.
En el caso del sector manejado por consultorías el salario rara vez es publicado en
las ofertas de empleo, pues éste, es negociado de manera aná loga al tradicional
regateo en el mercado. La empresa nunca dirá cuá nto ofrece, sino esperará a que el
programador señ ale sus “expectativas econó micas” y en base a estas hará el
regateo correspondiente. He conocido a personas que por desconocer el promedio
salarial del lenguaje en el que desarrollan trabajan varios añ os con una percepció n
econó mica equivalente a la mitad del ingreso promedio, cosa que la empresa nunca
les da a conocer, pues muchas veces logran hacer un tabú el hablar de salarios
entre programadores. Este tabú por un lado se fomenta del lado de la consultoría
haciendo creer al programador que supo negociar muy bien su salario y que no
debe comentarle a sus compañ eros por haber obtenido una mejor oferta
econó mica que ellos. Por otro lado, el temor de no haber sabido negociar un buen
salario impide a algunos programadores querer hablar del tema.
Algunas personas, profesionistas de otras á reas, podrían pensar que es una locura
estar quejá ndose de un salario como el de los programadores siendo que ellos
sufren de los mismos males. Pésimas condiciones laborales, horarios extendidos,
un ambiente laboral generalmente negativo, y todo, por un salario que difícilmente
rebasa la mitad del promedio del programador Java/C# comú n. En resumen, estoy
muy consiente de que gran parte del problema es la situació n laboral de México en
sí, sin embargo, no quiero ahondar en este tema. Me enfocaré en cambio en la
situació n que atañ e a los programadores.
Esta figura pretende ser (en pocos casos lo es) una empresa conformada por
especialistas en el desarrollo de software que resuelven las necesidades de los
clientes que contratan sus servicios. En la realidad es simplemente una empresa
con liquidez suficiente para realizar un pago mensual a los desarrolladores de
software y facturar después al cliente para obtener de vuelta el dinero invertido
con su respectiva ganancia, la cual, se trata de maximizar ofreciendo al
programador un salario que rara vez supera la mitad de lo que la empresa le paga a
la consultoría por él. Si no quedó lo suficientemente claro, hablemos de nú meros:
un programador Java/C# es ofrecido a los “clientes”, de acuerdo al renombre de la
consultoría y al “nivel” del programador, desde $60,000 MXN hasta $100,000 MXN
mensuales.
Por otro lado, las empresas que contrataban el servicio de una consultoría lo
hacían porque, originalmente, esta era una forma garantizada de hacerse de
personal altamente capacitado enfocado en resolver los requisitos de desarrollo
que surgían eventualmente en la empresa. Poco a poco esta ventaja fue
degenerando en, simplemente, eliminar el papeleo de las contrataciones
eventuales. Muchos de los clientes saben que no pueden confiarse de los
programadores enviados por la consultoría y deben hacer su propio proceso de
reclutamiento y selecció n sobre las personas que la consultoría les envía. Estos
“consultores” generalmente carecen de cualquier tipo de relació n laboral con la
consultoría, quien los contratará ú nicamente en caso de que el cliente los apruebe.
Hasta aquí sigue sonando bastante iló gico que estas entidades existan, pues no se
ve beneficio alguno para ninguna de las partes. ¿Có mo nos explicamos entonces la
existencia de éstas? Podemos reducir la explicació n a una simple palabra: dinero.
Por un lado, los clientes tardan en facturar un poco má s del tiempo en que un
asalariado podría estar sin recibir pago alguno, entonces, la consultoría utiliza su
liquidez para proveer ese pago y brinda una “buena” alternativa al programador
comú n y corriente. Por otro lado, ocurre también que las consultorías proveen a la
empresa que las contrata de un “alguien” a quien culpar, y cobrarle los
desperfectos, por si algo sale mal, ya sea por fenó menos como la rotació n de
personal o el bajo desempeñ o de los consultores, mismos que, en un círculo
vicioso, son creados o fomentados por las mismas consultorías.
El legado que nos dejan las antiguas metodologías que se tratan de implementar en
México es, ademá s de la burocracia, las figuras que las que representan: los
Administradores de Proyecto (Project Manager o PM). La gran mayoría no tiene los
conocimientos técnicos suficientes como para poder tomar decisiones adecuadas
sobre có mo resolver una necesidad de software y mucho menos con respecto al
tiempo requerido de desarrollo. La formació n de muchos de ellos no incluye,
generalmente, los conocimientos bá sicos de programació n, por lo que se generan
complicaciones graves en los tiempos de entrega de los proyectos que son
solventadas por las horas interminables de trabajo de los programadores.
El problema de los tiempos de entrega radica mucho en la posició n que toman los
administradores de proyecto, cuyo trabajo se reduce a simples agentes de ventas.
Tratan de vender al cliente la idea de que todo se encuentra bajo control y
empiezan a generar grandes expectativas sobre el proyecto. Se trata de abstraer a
los clientes de los pormenores tecnoló gicos, pues estos se pueden utilizar má s
adelante para negociar la entrega o justificar retrasos. La idea de la negociació n
con el cliente denota la intenció n del administrador de proyecto, quien, tratará de
convencer al cliente de que lo que se está desarrollando es lo que necesita o que,
simplemente, tratará de cumplir “caprichos” de los clientes para quedar bien con
ellos. De esta manera se tiene prá cticamente garantizada la recepció n de un pago.
Mientras se tenga vendida la idea y el dinero en el bolsillo, el sistema a desarrollar
pasa a segundo término.
La meta monetaria desvía el curso original del desarrollo de software pues, en vez
de mantener informados a los clientes sobre cuestiones tecnoló gicas que podrían
ser ú tiles para cubrir sus necesidades de software, u orientar a los clientes para
definir un mejor producto, se trata solamente de que el cliente pague sin importar
si lo que está obteniendo sea algo que realmente necesitaba o si pudo haber
ahorrado dinero y obtenido una mejor solució n. Cuando los clientes se dan cuenta
de que lo que tienen no es lo que necesitan comienza la pesadilla del
mantenimiento de sistemas. Si se dan cuenta a tiempo se puede negociar un
arreglo de ú ltima hora. En caso contrario habrá que hacer un gasto para la
contratació n de desarrolladores que se dará n a la tarea de explorar có digo
espagueti de alguien má s.
Conclusiones
Algunos me dirá n que hay que aceptar las condiciones impuestas por falta de
oportunidades laborales (que es el caso de la gran mayoría de profesiones en
México), pero lo cierto es que hay una gran demanda de programadores y va en
aumento. Ahora, para poder ponernos en la posició n de exigir una mejora en estas
condiciones también hay que combatir el gran problema que hay con nosotros
mismos como programadores: hay muchos programadores malos. La barrera del
idioma, el sentirse en una posició n regularmente có moda o simplemente la falta de
entusiasmo evitan que muchos programadores busquen una mejora continua o
que se mantengan atentos a los cambios tecnoló gicos que pueden ayudarnos a
tener una mejor perspectiva de las soluciones que como programadores podemos
brindar.
El estudio también refleja que esta fuga de personal se debe a que las empresas en
México de este rubro, no invierten en el bienestar de sus trabajadores, es decir, no
implementan programas de salud ni de desarrollo integral, planes de carrera,
situació n que provoca que los empleados migren a otras empresas, como
mercenarios.
Datos del estudio también arrojan que en México los gastos de reclutamiento de
cada persona ascienden a los mil dó lares, cifra considerable si tomamos en cuenta
que los mexicanos duramos en promedio de seis meses a un añ o en cada empleo. A
pesar de esta rotació n y de los efectos econó micos, cada empleado mexicano de
tiempo completo logra generar al añ o 843 mil 406 pesos, posició n que nos ubica en
primer lugar.
También, el estudio menciona que por cada dó lar que invierten las empresas en
México las organizaciones reciben 6.43 dó lares, el promedio de América Latina es
de 6.62 dó lares, siendo esta una magnífica razó n para invertir en nuestro país,
asegura el estudio.
Prestaciones de ley.
Sin Plan de Carrera.
Falta de Capacitació n.
Sueldos Bajos.
Falta de Garantía de permanencia en el trabajo.
Falta de un Plan de Incentivos.
Explotació n por Horarios Excesivos.
Falta de un Plan para escalar entre Puestos.
Sueldos Indefinidos y no estandarizados.
Un Á rea de ventas que no perfila Clientes.
Falta de estrategia del Negocio.
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