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El protagonista colectivo en Fuenteovejuna, Teresa J.

Kirschner

La autora Teresa J. Kirschner emprende la denodada labor de enfocar la crítica de

Fuenteovejuna desde un punto de vista diferente a los que se han estado proponiendo

tradicionalmente. No duda en afirmar que la fama que ha acompañado a lo largo de los siglos

la obra de Lope de Vega está indiscutiblemente ligado con la condición de personaje

colectivo, movimiento de muchedumbre. Bajo el punto de vista de Teresa J. Kirschner, la

obra transcurre en un in crescendo continuo marcado ya desde el principio, donde los

personajes se mueven hacia esa colectividad del personaje tan característica. Se puede

afirmar que incluso el nombre del pueblo, Fuenteovejuna, simboliza en gran medida ese

sentimiento de multitud en unidad al remitir a un enjambre de abejas, puesto que en

determinadas ediciones, y en el propio manuscrito original, encontramos la obra bajo el título

“Fuenteobejuna”, lo que al significar fuente de miel, emite de nuevo al trabajo colectivo

realizado en las colmenas.

Hasta entonces la crítica se ha estado interesando por las cuestiones de forma y reiteración en

la falta de unidad estructural de la trama. Teresa Kirschner nos plantea toda una visión

histórica que marca esa psicología grupal que funciona como unidad de protección entre

unos y otros para resguardarse del poder superior que abusa de todos. No sólo en este aspecto

es dispar a la opinión crítica hasta entonces consolidada, sino también en la opinión de que

Fuente Ovejuna nace de la confluencia de una tradición oral y escrita que el autor se ha

encargado de recoger y adaptar precisamente para marcar y dotar su texto de ese papel

protagónico de colectividad.

Sostiene también que, en la obra, aparece una crítica a la sociedad nacionalista de la mano de

Lope de Vega; una crítica a ese aprovechamiento de las clases pudientes sobre los menos

favorecidos que es trasladable a nuestros días en unas coordenadas no tan dispares. Por tanto,

la autora nos dice que estamos ante una crítica, casi imperceptible, sobre la sociedad de la
época y sobre el comportamiento cruel y miserable de los señores sobre sus vasallos. Lope

realiza un retrato breve, pero intenso, de la sociedad del Siglo de Oro.

Por otro lado, señala como fuente utilizada por el autor la Crónica de Rades ya que esta no

cuenta otra historia sino que la del levantamiento de una villa con un punto favorable para los

campesinos que quedan impunes por el movimiento de masa que acometen, al no poder

implantar la justicia sobre un pueblo entero.

La autora de esta obra concluye enunciando que lo que pretende es visualizar el impacto que

consigue el movimiento en grupo y con esa idea transmitir el espíritu de mucho en unidad.

Lope concibe los tiempos de los Reyes Católicos como periodo en el que se creó el consenso

nacional, y esto marca fuertemente su escritura, para conseguir ese carácter de aglutinación

para conseguir conciencia colectiva. Teresa Kirschner nos habla de absorción de intereses por

una causa única.

La participación de la masa va aumentando progresivamente: en el acto I solo se ve una vez

ese movimiento genérico, en el acto II ya se nos aclara la ideología y mentalidad del pueblo,

los sentimientos personales han pasado a ser sentimientos generales y en el Acto III se

muestra esta ideología formada de opinión pública y finalmente se forma la masa activa por

formar la idea de ir a matar por el comendador.1

A lo largo de la obra teatral hemos dejado sutilmente atrás, una idea de personaje

protagonista, por la idea de un personaje portavoz, ya que el protagonismo se ve relegado a la

colectividad, a la masa.

Aureliu Weiss, Menéndez Pelayo, Guillermo de Torre o Hook son los nombres de otros

intelectuales interesados en abordar la cuestión de la muchedumbre llegando a conclusiones

similares y semejantes a las que Teresa remite. Es por tanto Fuente Ovejuna la dramatización

1 En este sentido, como apunta Robert D. Wordley, Jr; en La inversión de funciones en Fuenteovejuna, somos
testigos de una ‘’metamorfosis’’: al final, los campesinos o villanos serán los verdaderos protectores del orden.
no sólo de un individuo, sino de un grupo consolidado que pueden ser partícipes de un hacer

heroico, de una manera armónica e integradora que la consolida como obra de arte.

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