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ESCUELA DE TEOLOGÍA Y PENSAMIENTO CRISTIANO

EPÍSTOLAS PAULINAS
PROFESOR RODNY CHIRINOS
ESTUDIANTES MARCELA SARMIENTO – MIGUEL TORRES
GRUPO 2
6T
(REFLEXIÓN)

Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?


(Gálatas 5:7)
¿Quién o qué nos causa estorbo?
Hay un llamado que siempre está sobre nosotros, y es el de estar continuamente
examinando nuestra vida a la luz de la palabra. (miramos mucho hacia afuera, pero
poco hacia adentro), ella refleja nuestra relación con el Señor, es nuestro espejo,
debemos reflexionar acerca de nuestro andar, de aquellas cosas que deben ser
corregidas, cambiadas, transformadas, hechas nuevas y ese es el propósito o uno de
los propósitos de la palabra, escuchar la voz del Señor y atenderle.
“Vosotros corrías bien”; por la manera que Pablo habla a la iglesia de Galacia, nos
da a pensar que habla a personas que conocen de Cristo, de Dios y es como un
llamado de atención sobre revisar no su caminar, sino su correr, cómo si les estuviera
diciendo qué pasó, cómo si les estuviera indicando, estaban corriendo porque ahora
se detienen, porque dejaron de avanzar, qué los detuvo y si miramos detenidamente
esta iglesia no sólo corría, sino que lo estaba haciendo bien, es como si nos
acercáramos a un hermano y le dijéramos qué sucedió contigo, venías a la iglesia, te
congregabas, estabas sirviendo y luego simplemente dejaste de hacerlo y bueno es
algo que a menudo se escucha en una consejería, hombres o mujeres que conocen
del Señor, pero que, en algún momento de sus vidas, dejaron de correr y cuando uno
los escucha, ellos recuerdan que comenzaron bien, en el camino del Señor, pero algo
los detuvo, y es algo de pensar, de reflexionar y aplicar porque la palabra del Señor
nos habla de esto (1 Corintios 10:12). Así que, el que piensa estar firme, mire que
no caiga. Es decir que no era simplemente para esta iglesia lo que habla Pablo, sino
para cada una de nosotros, creemos que en este momento el Señor ya nos ha llevado
a preguntarnos cómo esta nuestro correr, o qué puede ser lo que lo detiene o lo ha
detenido, o también preguntarnos, detrás de qué estamos corriendo y si nos hemos
hecho estas preguntas, ahora debemos ver qué es aquello que nos causa estorbo
para no obedecer la verdad, qué es aquello que nos impide seguir corriendo, y es que
hay cosas que cada uno de nosotros conoce, que son un impedimento, que son un
estorbo, que causan peso en nuestro correr y bueno detengámonos, por un momento
aquí y pensemos en qué pueden ser esos pesos, “eso” que no nos permite hacer algo
o cumplir con algo, en este caso nuestro caminar con el Señor; en algún momento
empezamos un estudio sobre esta carta y en una de esas clases se presentaba la
situación que estamos viendo hoy y como aparecieron los judaizantes, que era el
término utilizado y los abordaban para que se circuncidaran y utilizaban el texto
(Génesis 17) cuando Abraham se circuncida, después de que el Señor le habla y con
este argumento convencían, en ese entonces, yo me hubiera circuncidado, este era
el estorbo que tenía la iglesia y el peligro era que se alejarán de la verdad, del
evangelio, y conocemos hoy en día esto, pero que queremos que tengamos en cuenta
con esto, el mirar de donde provienen esos pesos, esas cargas extra que en ocasiones
llevamos, para estos hombres de Galacia, podía ser el mismo pueblo judío, pero en
nosotros que podría ser, y quiero que tengamos mucho cuidado aquí, para no
confundirnos; cuando no conocía de Dios, muy seguramente yo era ese peso en mi
esposa, porque en ocasiones la convencía de no ir a la iglesia, pero también hubo un
tiempo en que ella tampoco me acompañaba y fue algo que el Señor fue haciendo en
nosotros, mientras tanto no dejábamos de correr, no quiero que piensen que nuestra
pareja sea un peso, un estorbo o un impedimento, mi deseo es que pensemos en
aquellas cosas que nos pueden alejar del caminar con Dios, de seguir la verdad y si
de pronto esto está ocurriendo en nuestra carrera en Cristo, que pueden ser muchos
o no, pero quiero que nos centremos en uno muy importante y es que pasa cuando
ese peso, estorbo, impedimento podemos ser nosotros mismos ya no miremos más
hacia afuera sino hacia adentro y lo podemos ver por ejemplo en Jonás, él mismo fue
impedimento para realizar la obra a la que fue llamado, recordemos no más los otros,
sino yo, hay pesos que nosotros mismos sabemos que cargamos y que quizás o tal
vez no hemos hecho algo para deshacernos de ellos y sabemos que aún están allí y
como lo decía el profeta, “porque yo sé que por mi causa”, Él les respondió:
Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi
causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. (Jonás 1:12) hay cosas que
solo el Señor conoce y nosotros, cada uno, también y bueno es necesario revisar, que
tenemos de parecido a Jonás, aparte de nuestra desobediencia que también puede
ser un peso o de la falta de voluntad, el no querer hacer las cosas en el tiempo de
Dios, quizás o tal vez la pereza o la indiferencia, estos pueden ser pesos o son pesos
para nuestra vida en Cristo, y que quizás en algún momento nos han tocado, y por
último, nuestros pesos pueden afectar a otras personas, pensemos también en eso,
en nuestra responsabilidad, como hijos de Dios, sobre nuestro hogar las decisiones
que tomamos o que dejamos de tomar y cómo pueden afectar nuestra casa esos
“pesos” hay que tomar decisiones sobre ellos, cuáles son nuestros pesos, ya los
tenemos identificados y quizás no hemos hecho nada, que nos estorba para no
obedecer a la verdad, a Cristo, y no nos permiten avanzar, correr, el afán, el tiempo,
la distracción, el orgullo y otras cosas más y debemos ser sabios, radicales,
determinados, prudentes, soltemos aquello que nos pesa y que puede causar peso a
los demás, el Señor nos ha hecho libres y debemos estar firmes en esa libertad.

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