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REPORTAJE

BOXEAR
EN LA
OSCURIDAD
La rehabilitación en el cuadrilátero

TEXTO
JULIÁN HERBERT

ILUSTRACIONES
MARÍA CONEJO

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ochenta. Ha practicado a lo largo de su vida una amplia días, meses, años de mi vida. Por eso me enchincha que, al
gama de deportes, entre ellos, el pugilismo, disciplina que primer halago, a la primera promesa, a la primera calentu-
Una mirada al mundo del box semiprofesional y amateur. Ésta es la crónica le valió un título de Guantes de Oro. Desde hace veinte ra, me boten de una patada y se larguen”.
de un gimnasio municipal en el norte mexicano, en Saltillo, Coahuila, donde se practica la años se dedica a entrenar y a formar boxeadores amateurs No son pocas las historias de contrariedad que ha co­
y profesionales. A todo el que llega a entrenar le pone el nocido en el cuadrilátero. La de Incómodo, un chavo de
vocación inquebrantable de controlarse a sí mismo y dominar al otro. Un territorio quizás primer apodo que se le ocurre (y todos lo usamos, es parte buena técnica y pegada formidable que falló en dos oca­
oscuro, el de la mente, de personas con depresión, adicciones y estrés postraumático, entre del ritual de sus clases). Ha estado en la esquina de Fran- siones consecutivas a su debut por causa de su adicción a
otros trastornos, que utilizan la disciplina para superar una herida más allá del dolor físico. cisco “El Chihuas” Rodríguez, entre otros peleadores de la piedra. La de Linda “Dinamita” Contreras, quien desde
talla nacional e internacional. Tiene tres hijos adultos, dos los catorce años demostró habilidades boxísticas pero que,
de los cuales, Óscar y Nolan, se dedican al ámbito deporti- luego de diez peleas profesionales, entró en un semirre-
vo, y un cuarto hijo de un año y diez meses al que por las tiro, cursó dos embarazos y ahora, con diecinueve y muy
tardes vemos rondar el gimnasio calzando unos pequeños por encima de su peso ideal, intenta regresar al encordado
guantes de box color verde: Ichiro. tras una ruptura sentimental y la pérdida de su empleo en
Ha trabajado durante más de veinticinco años en el ser- una taquería.
vicio público. En 2007 fundó la Escuela de Boxeo del Gim- Tampoco le faltan historias de éxito. En 2003 se encon-
nasio Municipal de Saltillo, a la que acuden cada semana tró con una adolescente adicta al billar a la que aceptó
alrededor de quinientos alumnos: jóvenes, niños, adultos; entrenar bajo la condición de que aprobara sus clases pen-
hombres y mujeres. Uno pensaría que se trata de un recin- dientes del bachillerato y se inscribiera a la licenciatura
El primero de enero de 2019, cerca de las dos de la tarde, Óscar Soberón Nakasima y su pupila, la excampeona mun- to sombrío, con olor a sudor y sangre, como los que apare- en Educación Física. Esa muchacha era la Cobrita Pérez,
en la colonia Federico Berrueto, al sureste de Saltillo, Jesús dial, Mayela “Cobrita” Pérez, en el Gimnasio Municipal. cen en las películas. Pero no: es un segundo piso amplio quien llegaría a ser campeona Mundial Paja de la UIBC en
Guadalupe Núñez, de veintitrés años, asesinó a puñala- “El primer día dije: ‘Ay cabrón, ¿a poco éste es el entre- y aseado, tiene techos altos y un muro de ventanales por 2013, campeona Mundial Plata del CMB en 2014 y campeona
das a Juan Antonio Casas Cárdenas, un policía jubilado namiento para principiantes?’ Dos, tres personas se rieron: donde todas las mañanas entra de lleno la hermosa luz de Átomo de la Federación Mundial de Boxeo en 2017. En épo-
de 65. Las causas del crimen no son claras: pudo tratar- ‘Aquí el profe agarra parejo, seas nuevo o seas profesional’. la Sierra de Zapalinamé. Los aditamentos, eso sí, lucen vie- ca reciente, Soberón Nakasima ha entrenado también a
se de una confusión de identidad o una venganza. Aunque Sentí que me iba a morir por tanto cigarro. Pero después jos y gastados, especialmente, los costales de cuero des­ Mónica Trejo, boxeadora saltillense que obtuvo la presea
la historia se publicó en los periódicos locales de Coahuila, llegué al costal. Me vendo y, como traía mucho coraje, teñido y las cuerdas para saltar, algunas de las cuales han de plata en el Campeonato Nacional Universitario de 2016
no supe de ella sino hasta dos años más tarde, cuando asis- me pongo los guantes y empiezo a tirarle. Fueron cuatro perdido sus empuñaduras. Junto al ring hay una pared de y cuenta con cinco peleas registradas en el circuito profe-
tí a la clase de box donde conocí a José Antonio Casas To- rounds. Al final estaba totalmente agotado. Nos fuimos a la espejo; el resto de los muros ostenta una capa de pintura sional desde 2018.
bías, hijo de la víctima. casa y, cuando me quité las vendas, veo los nudillos llenos verde, grandes pósters de boxeadores y uno que otro recor- Sin embargo, la mayoría de las historias que rodean al
Él recuerda: “Me habló mi hermano: ‘Vete allá con papá de sangre. Fue cuando decidí seguir viniendo”. te de periódico. Aunque el horario oficial es de ocho de la profe tienen poco que ver con el triunfo o el fracaso dentro
porque lo acaban de asaltar y lo picaron’. Me agarró toda- José Antonio mide más de 1.90 y pesa 110 kilos. Si se mañana a tres de la tarde, Soberón Nakasima imparte entre del ámbito boxístico. “Prefiero tener un amigo profesio-
vía de fiesta. ‘Vístete y vámonos directo al hospital’. Y ahí dedicara profesionalmente al boxeo en México, le sería di- tres y cuatro clases diarias de dos horas, de lunes a vier- nista que un amigo boxeador”, repite obsesivamente en
nos dan la noticia de que ya falleció. Fue algo muy duro: fícil encontrar rivales de su división. Por eso “esparrea” nes, entre las diez de la mañana y hasta las diez u once de sus clases. Fieles a este mantra, sus alumnos utilizan la
ima­gínate pasar el primer día del año haciendo un acta (pelea rounds de entrenamiento) con chicos más jóvenes la noche. Incluso en días festivos, cuando las instalacio- disciplina deportiva como pretexto para desarrollarse en
de denuncia, ir al Semefo, llevar a la funeraria el cuerpo de y ligeros. “Dejé de fumar. Ahorita puedo aguantar hasta dos nes municipales cierran, él cita a sus pupilos en un parque terrenos escolares, sociales y laborales. También como he-
tu padre. El muchacho andaba drogado y ya había dicho clases seguidas y hasta tres rounds esparreando. Al princi- cercano para no perder el ritmo. Algunos sábados por la rramienta de regeneración. Depresión, adicción, divorcio,
que quería matar a alguien, tengo entendido que al se- pio uno cree que es muy fácil pero es una friega. No cual- mañana organiza sesiones de esparreo en Round Cero, el
ñor que le cobraba la renta. Ve pasar a papá, lo confunde, quiera resiste. La primera vez, me bajé al medio round. Hay gimnasio particular que es propiedad de su hijo Óscar.
lo agarra por atrás y lo pica aquí por la axila, afectándole dos, tres chavos que se animan a subirse conmigo. Ob­ “No lo hacemos aquí porque el ring no tiene las medidas
una arteria principal. Papá era segundo comandante de la viamente no suelto toda mi fuerza, pero a mí me sirve —me explica—, es demasiado corto. Luego se acostum-
policía estatal, sabía defenderse. Pero cuando te agarran de experiencia y a ellos, que ya son avanzados, también: bran y cuando los subes a un encordado de verdad andan
por atrás, tú bien sabes que no hay modo”. sienten el golpe por encima de su peso. Es una cadenita. echando el bofe”.
No son pocas las historias de contrariedad
Tras la desgracia, José Antonio, de 43 años, entró en No soy el único aquí que ha tenido una situación. Pero El profe tiene una regla estricta: no acepta dinero de los
un estado que la psiquiatría describe como “indefensión aquí estamos”. boxeadores. que ha conocido en el cuadrilátero. La de
aprendida”, cuando se ha aprendido a comportarse de for- Cuando el profe pasa junto a nosotros en busca de un “Se lo prometí a mi padre, el licenciado Benito Soberón, Incómodo, un chavo de buena técnica y
ma pasiva ante todo tipo de problemas, y que la mayoría trapeador (escrupuloso con la limpieza de las áreas de en- en su lecho de muerte. Él fue agente del Ministerio Público, pegada formidable que falló en su debut por
podríamos confundir con depresión. Abandonó su empleo. trenamiento), me susurra: “Este muchacho es tremendo. le tocó ver cómo se explotaba a estos muchachos. Cuando causa de su adicción a la piedra. La de
Fumaba desesperadamente. Aunque procuró mantener a Si lo hubiera encontrado más joven, lo hubiera debutado”. supo en qué andaba, me dijo que no podía ganarme la vida
flote a su familia, conduciendo un taxi, zozobraba en una Óscar Soberón Nakasima tiene 63 años y una prótesis recibiendo dinero de quienes reciben golpes. Yo aquí no
Dinamita, que luego de un semirretiro, intenta
crisis profunda. Ante las señales de alarma, su esposa lo de titanio en la pelvis. Es descendiente de migrantes ja­ les paso ni siquiera un bote al final de la clase, como ha- regresar tras una ruptura sentimental y la
convenció de inscribirse —en compañía de su hija y su hijo poneses que se especializaron en el arte floral. Fue pí- cen otros maestros. Les he dado segundos, minutos, horas, pérdida de su empleo en una taquería.
adolescentes— en las clases gratuitas de box que imparten cher profesional con los Acereros de Monclova en los años

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estrés postraumático, duelo: muchos de quienes asistimos y la serotonina. Hay otras que funcionan como opiáceos
al Gimnasio Municipal venimos de una herida física o emo- en­dógenos. Todos los que hemos transitado por escena-
cional que está más allá de nuestros puños. rios de adicción estamos familiarizados con estas molécu-
“Me llamo Eduardo Axel Tapia. Tengo dieciocho años y las, porque tienen que ver con las drogas más consumidas.
aquí en el box me dicen el Suavecito. Así me apodó el pro- La anandamida tiene efectos similares a la mariguana; la
fe. Voy a cumplir dos años de entrenar y esparrear. Lo que cocaína se asemeja a la dopamina; los antidepresivos, como
me pasó fue muy feo. Mi familia y yo trabajábamos en un el Prozac, utilizan el sistema de la serotonina; la histamina
depósito Six. Un día llegaron dos señores y uno le apun- tiene que ver con los procesos del sueño y el apetito, etcé-
tó con una pistola a mi mamá, el otro se fue al almacén tera. Los neurotransmisores se relacionan con la concien-
con mi papá y mi hermano. ‘Dame tu dinero’, dijeron, y mi cia en dos sentidos. Primero, conectan al tallo con la
mamá: ‘Sí te lo doy, nomás no me hagas nada’. A mi pa- corteza cerebral y producen el fenómeno de alertamiento.
pá también le apuntaron con una pistola, le dieron toques Segundo, le dan a la conciencia su cualidad afectiva, ese
eléctricos, trataron de encerrarlos en un baño. Yo no lo viví carácter emocional que poseen las experiencias en primera
porque estaba enfrente de la tienda, había salido a dormir persona.
en el carro. De pronto me despierto atarantado, veo luces, ”La actividad del cuerpo echa a andar esos sistemas en
patrullas, doctores, y a mi papá ahí, que están midiéndo- un entorno ecológico. El individuo mapea su entorno; lo
le el azúcar. ¿Qué pasó? Se llevaron cuatro mil pesos y un ‘muestrea’, diríamos científicamente. Entras a un bosque,
montón de cigarros. Me asusté mucho. En ese tiempo el ves un árbol que te gusta, te aproximas... Esa relación entre
profe era cliente del Six. Me vio cómo estaba, que no po- lo que percibes y tu conducta motora es el mecanismo fi-
día ni hablar. Temblaba. Les dijo a mis papás que por qué siológico esencial para poner en marcha los neurotrans­
no me dejaban entrenar box. Así llegué aquí”. misores. Y lo más importante —y aquí es donde creo que
Mony Trejo cayó en el gimnasio luego de que un error deportes como el box pueden llegar a ser terapéuticos—,
burocrático borrara parte de sus registros escolares en al acercarse y alejarse de los objetos, al bailar con ellos, al
una preparatoria técnica, lo que la sumió en una depresión construir o imaginar esa coreografía, el organismo juega
que la llevó a aumentar de peso. Christian es un vendedor y, cada vez que acierta (cada vez que se produce el objeti-
de autopartes que viene a la clase en compañía de su hijo vo cifrado por las reglas del juego), viene la acción refor-
Quique, de unos diez años, para mejorar la relación en- zadora de la dopamina. La dopamina ‘marca’, por decirlo
tre ambos, luego del estrés que ocasionó el confinamien- de algún modo, los aprendizajes del sujeto. Le trasmite la
to pandémico. La Italianita se unió al grupo por motivos satisfacción —estoy usando una metáfora— de morder al
disciplinarios dictados por su hermana mayor, una lidere- mundo como se muerde una manzana”.
sa de colonia popular. Yo entré en esta corriente en agosto Lo primero que acude a mi cabeza mientras escucho
de 2021. Para entonces llevaba tres años corriendo esca­ al doctor Ramírez es la imagen de la Cobrita Pérez en los
leras de arriba abajo, levantando pesas, a dieta. Tomé mis últimos asaltos de su combate frente a Alejandra “Finita”
primeras lecciones con Nolan, quien me refirió a su pa-
dre, el profe Óscar, para que me ayudara a entender me-
jor las dinámicas que conectan el boxeo con la búsqueda
de la salud mental. Mi razón personal para estar aquí y
escribir este relato es que soy alcohólico y cocainómano
en rehabilitación.

“Al acercarse y alejarse de los objetos, al


Para indagar en el impacto del box en los procesos men­ bailar con ellos, al construir o imaginar esa
tales y conductuales, más allá de lo que sucede en el cua­ coreografía, el organismo juega y, cada
drilátero, entrevisto al psiquiatra y escritor Jesús Ramírez vez que acierta, viene una acción
Bermúdez. Conversamos sobre esas pequeñas partícu- reforzadora de la dopamina, la que ‘marca’
las que han dominado en años recientes las portadas de
muchas publicaciones científicas: los neurotransmisores.
los aprendizajes del sujeto. Le trasmite
“Las moléculas neurotransmisoras más conocidas son la satisfacción de morder al mundo como
las aminas biógenas —me explica—: la famosa dopamina se muerde una manzana”.

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rehabilitación de lesiones deportivas. Francisco fue asesor un-dos, perilla, sombra girando a la derecha; combinación ojalá la liga de la decencia de las redes sociales no llegue
conductual de Mónica Trejo para la pelea que la saltillense recto-recto-volado-izquierda-gancho-recto; te mueves, pe- nunca a las puertas de este gimnasio de box.
“Cuando sentimos que no tenemos agencia sostuvo en junio de 2021 contra la australiana Avril Mathie rilla, pivoteando con doble engaño, upper, upper, bloqueo, “El cerebro sólo puede aprender por repeticiones —ex-
sobre lo que sucede, cuando perdemos el en Miami, Florida. Recurrir a un asesor conductual es algo metralletas, recto-gancho-recto, bending; bending, peri- plica Francisco Martínez—. Es una entidad que se progra-
que está empezando a suceder en el boxeo moderno. Mony lla, sombra girando a la izquierda. La música continúa: la ma. Con un primer aprendizaje gasta mucha energía, pero
control, la percepción es que el mundo se nos
llegó con Martínez para prepararse mentalmente. Sonora Dinamita. Después, cuarto, viene el cardio bajo las a medida que hace una segunda, tercera, décima repetición,
echa encima. El organismo deja de producir “Lo preparamos todo: cómo iba a atender a la prensa, indicaciones del maestro Soberón: a lo largo del gimna- empieza a economizar. Todo lo que repites, tu cerebro lo
señales dopaminérgicas”. cómo iba a subir al ring, cómo iba a chocar los guantes, pa- sio en filas de dos, correr; corrida lateral, salto, balón de aprende: las tablas de multiplicar, el camino entre tu casa
ra que su cerebro no tuviera ningún imprevisto dentro de básquet con una mano, con la otra. Coordinación: pasar y tu lugar de trabajo. Automatiza y programa tus rutinas
la pelea. La capacidad de un deportista es igual a la suma dos balones en grupos de tres, sombra entre conos rojos porque no distingue entre lo bueno y lo malo. Cuando el
sus conocimientos, entrenamientos, planeaciones, etcé­ sin que se te junten los pies, cambio de guardia. Quinto, cerebro se impone por su programación nos está dominan-
tera, menos sus interferencias y éstas pueden ser físicas, el guante: sentadilla con salto para atrapar el guante en el do y esa dominación es la que nos hace continuar en adic-
mentales o de postura cerebro-mental. Las neurociencias aire, sombra y giras 180° para evitar que el guante te gol- ciones o conductas depresivas. Nuestro cerebro tiene una
López en el campeonato interino Paja del CMB: había arran- te ayudan a automatizar los movimientos, regular las emo- pee en la cara cuando tu compañero lo lance; corre y recó- cierta autonomía y si yo no estoy consciente de eso, creo
cado con desconcierto ante la técnica de su rival, pero poco ciones o aceptar la dureza del entrenamiento. Claro que gelo del suelo y vuelve caminado hacia atrás en posición de que soy yo el que no puede cambiar. Reprogramarse sig­
a poco fue recuperándose en los cartones y terminó por hay que ayudarle al organismo para que vaya al boxeo con guardia, mientras la música explota en electrosalsa obs­ nifica gastar energía y el cerebro prefiere mantenerse en
imponerse y ganar por decisión. Hay un momento en el entusiasmo. Los gustos son aquello en lo que me puedo cena y viejos reguetones. modo ahorro. Tienes que avisarle que vas a cambiar algo.
video, en el décimo round, en el que el rostro casi limpio de enfocar por programación cerebral y cualquier cosa que yo “Cuando uno aprende un nuevo movimiento —explica Él se va a resistir: tú tienes que comprender que eso es
Mayela y su guardia en alto frente a la faz ensangrenta- decida es buena para entretener a mi cerebro. el doctor Jesús Ramírez— suele realizarlo por debajo o por normal pero, con insistencia, llega un momento en el que
da de su opositora denotan quién se ha comido la manzana ”Durante mucho tiempo me dediqué a la rehabilitación arriba del objetivo. Eso, en neurología, se llama ‘hiperme- empiezas a reprogramarte. Sólo podemos cruzar ese um-
de la noche. de lesiones en deportistas y me topé con personas que no tría’ o ‘hipometría’. La gente en la calle le llama simple- bral de dolor cerebral a base de repeticiones. De todo lo
“Todo el tiempo estamos en combate —añade Jesús—. se la creían: aunque les hicieras todas las pruebas y análisis mente torpeza. La repetición va generando un engrama, es que he aprendido de la neurociencia, las dos mejores noti-
Lo que hace el box es traducir este estado permanente a y le mostraras que ya estaban bien, el sujeto —ya sea un decir, la formación de conexiones sinápticas y musculares, cias son que te puedes reprogramar y que es gratis”.
condiciones de literalidad. Uno de los campos donde la pícher, un corredor— no tenía confianza. Empecé a inte­ el acoplamiento entre respiración y movimiento, memorias Luego de más de una hora de repeticiones, con el cuer-
retórica de lucha es más evidente es el de las adicciones. resarme en la psicología del alto rendimiento, pero no me visuales, movimientos de cuerpo entero, etcétera: son mu- po vagamente adolorido, pero también exultante, llegamos
La psiquiatra Nora Volkow plantea un concepto interesan- llenó. Hasta que di con la neurociencia, hice una maes- chas acciones las que realizas cuando en apariencia sólo al postre de la clase. El maestro tiene su rutina para intro-
te: el ‘lado oscuro del cerebro’. Las personas se meten en tría en la disciplina y empecé a hacer mis propios experi- estás tirando un golpe. Cuando por fin acoplas todas estas ducirnos: baja un poco el volumen de la música y se planta
las adicciones precisamente para evitar emociones sobre- mentos. Hoy en día atiendo de todo, no sólo deportistas. sensaciones, empiezas a generar un mapa estadístico: a ve- unos segundos frente a nosotros con la mirada perdida,
cogedoras que ya traían desde antes. Las drogas te ayudan Trabajo depresiones, tendencias suicidas, adicciones, baja ces lo harás muy mal; a veces, por encima de tus estánda- como si fuera un loco o un monje zen. Empieza a señalar-
a superar eso; el problema es la farmacología de la sustan- autoestima”, dice Martínez. res. Pero, en última instancia, alcanzarás un desempeño nos: “¡Tú, al trece! ¡Tú, al ocho! ¡Tú, al cuatro!”. Nos re­
cia como tal. Te da un pico, pero se va perdiendo y cada vez evaluable y, con ello, una sensación de certeza”. parte un costal a cada quien. Nos ponemos los guantes y
se vuelve más difícil volver a alcanzarlo. Cuando senti- Sexto, fuerza y coordinación: la mitad de la clase hace- vamos al lugar que nos tocó. Un round por costal, dos mi-
mos que no tenemos agencia sobre lo que sucede, cuando mos sombra con mancuernas hasta que se nos entumecen nutos por round, seis o siete rounds en total. Nos vamos
perdemos el control sobre los juegos de acercamiento y Una clase típica de box consta de varias fases, aunque pue- los hombros; la otra mitad va a cuerda. Salta, salta, golpea, rotando: del trece al catorce, del ocho al nueve. Son va-
alejamiento, la percepción es que el mundo se nos echa de parecer monótona desde la óptica de alguien poco fami- golpea. Mientras la Cobrita muestra cómo hacer cada ejer- rios los cuidados que debes aplicar en esta fase de la dan-
encima. El organismo deja de producir señales dopami­ liarizado con este deporte. cicio, Óscar Soberón marca los tiempos aplaudiendo con za: alrededor del costal, de tus compañeros y en función de
nérgicas. Se sabe que la terapia de activación conductual Lo primero, mientras esperas la llegada de los maestros, las palmas. De pronto, de la nada, el profe se pone a bai-
es uno de los mecanismos fisiológicos más útiles para es vendarte: cuatro o cinco vueltas, pliegas, doblez sobre lar. Reímos porque lo hace chistoso, exagerando los pasos.
afrontar tal situación”. los nudillos, otra vuelta, bajas por la palma hacia la mu­ Luego para la música y nos regaña a gritos: “¿¡Para qué
Le cuento a Jesús la historia de José Antonio Casas, el ñeca, vuelta, regresas sobre cada uno de los dedos, abres crees que está la cumbia de fondo!?: ¿para que te pongas a
hombre cuyo padre fue asesinado. Encuentra excepcional y cierras el puño a cada nuevo giro, y terminas enredando ligar? ¡Escúchala! ¡Paf, paf, paf! Si no aprendes a bailar, me-
la decisión de la esposa de mandarlo de vuelta al ruedo, el cabo de la venda por abajo, en la palma. Ahora, la otra nos vas a aprender a pelear. ¡Cambio!: los de mancuernas
devolverlo a un laboratorio donde se puede recobrar agen- mano. Entonces empieza la música: Chicos de Barrio, “El a cuerda, los de cuerdas a sombra. ¡Rápido!”.
cia de lo que sucede y trabajar el sufrimiento emocional baile del gavilán”. Vuelve a encender la música. Corrige la postura de una. “El cerebro sólo puede aprender por
desde el dolor físico. Le parece significativo el nivel de la Lo segundo es calentar bajo la dirección de la Cobri- Manoplea a otra. Se acerca conmigo. Por un momento repeticiones. Todo lo que repites, lo aprende:
representación: la mayoría de los machos no habría per­ ta, todos en línea entre los costales del gimnasio. Repi- temo que vaya a regañarme. “Escucha la cuerda cuando
las tablas de multiplicar, el camino entre tu
mitido una intervención así, pero el box va muy de acuer- te el movimiento de arriba abajo, de atrás hacia adelante, golpea el piso. Ésa es tu marca para saltar”. Me da una pal-
do con los valores masculinos. de izquierda a derecha: la cabeza, el cuello, los brazos, las mada y se va. Pienso en la entrada de Facebook en la que casa y tu lugar de trabajo. Automatiza y
Más tarde converso con Francisco Martínez, quien ha manos, el torso, las piernas, las rodillas, los tobillos, los un pequeño ejército de estudiantes de posgrado se quejaba programa tus rutinas porque no distingue
trabajado por años en el ámbito de la educación física y la pies. Lo tercero es hacer sombra: un jab, no hay nada; esta mañana de los maltratos de sus maestros. Pienso que entre lo bueno y lo malo”.

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la secuencia. Tienes que estar al alba, porque en cualquier peleas del Canelo Álvarez, para finalmente enfocar su ne- mentalizas: no me va a pasar nada. Con tus compas es
momento los maestros pueden interrumpirte para man­ gocio en el futbol mexicano. Empezó a boxear de manera mejor, porque no te da tanta culpa pegarles”.
darte a manoplear, subirte a hacer metralletas sobre una amateur hace más de una década y todavía sigue poniéndo- Aunque no es algo que rehúya, mi experiencia personal “Tu capacidad de controlar el dolor aumenta,
llanta de tractor, ponerte a perseguir un balón de básquet se los guantes algunos fines de semana. Lo contacté para del dolor físico depende en gran medida de la ilusión de no porque te hayas hecho insensible, sino
o pedirte que asistas a un compañero. Tienes que ir des­ pedirle orientación y platicamos un rato. control. Tengo microfracturas por estrés de la tibia debi-
porque te has vuelto resistente. Vas dejando
cifrando para qué funciona mejor cada costal: el que está “Si a ti te cuentan los orígenes de un boxeador, es como do a la práctica diaria de zazen, heridas en los nudillos por
fijo al muro es para rectos, los de bola ayudan a controlar si te hubieran contado los de todos. No te vas a encon- el golpeo de box, lesiones en la muñeca izquierda, ambos atrás la norma del maltrato abusivo y el
el upper, los más vivos activan naturalmente tu defensa, trar al hijo de un magnate subiéndose a los madrazos, es pies, ambas rodillas, y dolores constantes en la región lum- dolor se ve resignificado. Cada vez lo predices
los más densos te obligan a subir un poco el ángulo de los muy raro. Casi todas las historias se parecen más bien a la bar y los huesos cervicales debido al entrenamiento. Sin más y lo evitas mejor. Porque, a final de
volados. Ahora entiendes por qué a este deporte lo llaman de Mike Tyson, a quien de niño su madre le daba alcohol embargo, me he mantenido en los límites del maltrato au- cuentas, somos un cuerpo que está ahí puesto
“dulce ciencia”. y mariguana para dormirlo y poder dedicarse a la prosti­ toinfligido. Realizo actividades que me lesionan porque
En los costales sueltas todo: el conductor que casi te tución en el mismo cuarto. La clave para entender cual- tengo el convencimiento espiritual de que debo ser física-
en el mundo para que lo agarren a chingadazos
atropella esta mañana luego de saltarse un rojo, los veinte quier historia relacionada con el box es entender cómo mente castigado. Pero no he alcanzado todavía la humildad y, a veces, te defiendas un poco”.
días de retraso de tus honorarios, el escritorcillo fantoche funciona el sufrimiento para cada uno de nosotros”. necesaria para transferir esa función a otra persona.
al que no pudiste partirle la madre por no arruinar la fiesta, Inspirado en esta idea —y con la convicción de que el La última vez que participé en un combate de box fue
la vez que te partieron la madre en una cantina por fanto- box guarda miles de tragedias por cada historia de éxito—, a mediados de los ochenta. Mi rival era Victoriano, un com-
che, la vez que tu mamá te abofeteó delante de tu novia, los Diego se involucró en 2018 en la producción de Golpes du- pañero de la secundaria. Jamás lo descifré. La siguien-
141 kilos de peso que diste en una báscula en 2018, la culpa ros, un documental de José Luis Palma que sigue la trayec- te ocasión que me calcé unos guantes y entré al ring fue cuentas, ¿qué es lo que somos? Somos un cuerpo que está
de haber abandonado a tus hijos, la humillación de ser atra- toria del Pollo, el Panda y el Barbas, tres reos del sistema en un gimnasio de Tijuana, con el actor Diego Luna. Había- ahí puesto en el mundo para que lo agarren a chingadazos
pado robando un mazapán. En los costales sueltas todo. penitenciario mexicano con condenas de entre cuatro y mos tomado un trago, nos hicimos una foto para el recuer- y, a veces, te defiendas un poco”.
veintidós años —por delitos como asalto y hasta homicidio do y, de inmediato, nuestros acompañantes nos bajaron,
calificado— que participan en el Torneo Interreclusorios no fuera a ser que alguno de los dos se emocionara. No
de Box Guadalupano. estoy listo para esparrear y no sé si alguna vez podré es­
“Si tú te le pegas a un boxeador —me dice Diego Mede- “La cárcel es un lugar muy cabrón, te drena la energía tarlo: soy demasiado viejo para empezar. Tal vez lo in- Al final de cada clase, Soberón Nakasima nos imparte una
llín— lo más probable es que te aburras. Hacen lo mismo con sólo ir de visita: imagínate vivir ahí. Pero, al mismo tente la próxima semana. Por ahora, me conformo con mi charla cuya incorrección política me parece antológica. Ha-
todos los días, una y otra vez. Tienen rutinas muy estrictas. tiempo, es un lugar donde la vida sigue y puedes dedicarte condición de aprendiz de una rutina grupal y, sin embar- bla del principio de autoridad, despotrica contra la que­
Así vencieron su dolor”. Diego es especialista en marketing a hacer cualquier cosa: puedes drogarte, puedes enrolar- go, solitaria. jumbre, alaba la resistencia, abomina de la falta de lealtad.
deportivo. Inició su carrera construyendo la marca y nego- te en la delincuencia, puedes seguir siendo una víctima, “Los boxeadores vienen de un territorio muy oscuro “¡Esto! —clama sosteniendo en alto su smartphone como si
ciando patrocinios para la leyenda del boxeo Juan Manuel puedes encontrar a Dios. Estos ‘manes’ decidieron cana- —la voz de Jesús Ramírez Bermúdez interrumpe mis pen- fuera una biblia—. Estos aparatos del demonio son los que
Márquez. Acompañó a Dinamita por varios países, entre lizar su temperamento a través de una disciplina. Así que samientos—, que es el de su propia mente. Aquí hay dos te entumen el hombro, no boxear. ‘Ay, me duele’. A ver,
ellos, Filipinas, y fue productor ejecutivo en 2012 del do­ juntan la arena que dejan las hormigas en el patio y la temas. Por una parte, el box funciona como un laboratorio ¿cómo cuando te fuiste hace rato al rincón con esta mucha-
cumental Libra × libra en torno al tercer combate entre el usan para llenar sus costales o reciclan migajón de bolillo para el control del dolor. Naomi Eisenberger, investigado- cha no te estaba doliendo? Ahí sí, ¿verdad?: ‘¡Mira nomás
campeón mexicano y Manny Pacquiao. Diego trabajó des- y con eso reparan sus guantes o hacen tiras de ropa vieja ra californiana, ha demostrado con imágenes tomográficas qué músculo!’ No, oigan: el gimnasio no es para eso”. De
pués buscando patrocinios para algunas de las primeras para tener con qué vendarse. Un campeón mundial puede que las experiencias de dolor físico, las de dolor emocional vez en cuando improvisa, con el auxilio de pupilos de la
meterse a la cámara hiperbárica, contratar un nutriólogo, y las de dolor social reclutan redes neuronales muy seme- mayor confianza, breves y cómicas funciones de teatro del
rentar una villa de entrenamiento. Pero, al final del día, lo jantes: casi se localizan en el mismo sitio del cerebro. Por absurdo cuyos temas son el exceso de tolerancia de los pa-
que mueve a un atleta de alto rendimiento y a un fajador otra parte, y aunque el dolor es inevitable, tiene niveles dres contemporáneos, la falta de disciplina escolar entre
de reclusorio es más o menos lo mismo: el corazón de gue­ de significación: tu papá te agarra a chingadazos o creces los jóvenes, la lujuria como fuente inagotable de embara-
rrero, la vocación por controlarse a sí mismo y dominar entre la negligencia y el abandono. Ese dolor primordial zos no deseados, la pereza de quienes prefieren tener una
al otro”. escapa a tu control. En cambio, el dolor que te inflige un chamba eventual que levantarse a las cinco de la mañana
Si en los costales sueltas todo, supongo que donde te contrincante es distinto: tal vez te supere, pero lo que lo- para entrar a una fábrica. Mientras el profe monologa, Ma-
En los costales sueltas todo: el conductor
reconectas con el dolor es subiéndote al cuadrilátero a es- gras predecir es mucho más. Te puedes defender. Y vas yela “Cobrita” Pérez va y viene por el gimnasio detrás de
que casi te atropella esta mañana luego parrear. Yo aún no lo sé. subiendo de rango: tu capacidad de controlar el dolor au- Ichiro, su hijo de un año y diez meses que, con sus peque-
de saltarse un rojo, los veinte días de retraso de “A veces sí te pegan feo —cuenta el Suavecito—. Al menta, no sólo porque te hayas hecho insensible, sino por- ños guantes color verde, imita todo lo que ve durante los
tus honorarios, el escritorcillo fantoche al principio no se siente tanto; luego amaneces con el cue- que te has vuelto resistente, que es un concepto distinto. entrenamientos.
que no pudiste partirle la madre por no arruinar llo trabado y con cansancio en los brazos y la espalda. En un duelo entre iguales siempre hay ganancia ética. Vas “Me llamo Mayela Pérez Duarte. Me apodan la ‘Cobrita’.
Otras veces terminas y ya sabes que no vas a poder dor- dejando atrás la norma del maltrato abusivo y el dolor se Tengo 36 años de edad y casi dieciocho de boxear. Mi pri-
la fiesta, la vez que te partieron la madre en una mir del dolor. A veces duele el estómago, si te metieron ve resignificado. Como cada vez lo predices más y lo evi- mer combate fue en 2003 contra Carolina Harris, en Nuevo
cantina por fantoche, la culpa de haber unos ganchos. Pero también es muy emocionante. Por eso, tas mejor, lo que se está fortaleciendo no es solamente el Laredo. Tengo más de sesenta peleas profesionales. Fui la
abandonado a tus hijos. a la siguiente, te subes otra vez, te tomas una pastilla, te aparato cognitivo; también tu cuerpo. Porque, a final de primera boxeadora profesional de Saltillo, así que me tocó

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“Estuve inactiva tres años. Me malacostumbré. El 31 de
octubre pasado volví a subirme al ring y, gracias a Dios,
“Siempre he buscado perfeccionar mi gané. Lo extrañaba. Casi no dejé de entrenar, pero lo que
técnica: cambios de guardia, desplazamientos. quería era boxear. Algo pasa con las mujeres, que se alarga
un poquito la carrera. La Barbie y Jackie Nava andan alre-
Me considero una boxeadora completa. Me sé
dedor de los cuarenta. Naoko Fujioka es una de las cam-
fajar y sé boxear, cambiarme a lo zurdo, peonas actuales y tiene 46 años. Si ellas pueden, ¿por qué
hacer pasos laterales para conectar a la boca yo no?”.
del estómago”. La paternidad de Ichiro no es un tabú para el maestro
Soberón Nakasima, aunque tampoco es algo de lo que se
hable en clase. A veces, cuando recién lo conoces, lo carga
en brazos y lo presenta como su hijo.
“Al principio me lo quise llevar a entrenar —concluye
hacer esparring con puros hombres hasta que empezaron Mayela—, pero es complicado. Mi mamá falleció cuando él
a interesarse otras mujeres. Ahorita somos varias”. tenía cuatro meses. Yo veía que otras chicas con bebés se
Mayela se refiere a Mónica Trejo y Linda Contreras, sus incorporaban de inmediato, pero ellas tienen a sus mamás
colegas. Hay más aficionadas y amateurs que acuden al que los cuiden. No quería meterlo a guardería, por la pan-
Gimnasio Municipal: Italianita, Pera, Ariel Guagnelli, las demia. Luego me animé y lo mandé. Fue como pude volver
otras jóvenes y adolescentes que he visto en la clase ves- a enfocarme en mi carrera. Fui mamá grande, por lo mis-
pertina y cuyos nombres o apodos desconozco. Algunas se mo de que me esperé y me esperé. Lo tuve porque quería
cuentan entre las más avanzadas de la clase. El box dista de ser mamá. Dije: ‘Si me espero más, a lo mejor ya no voy a
ser la única actividad de sus vidas: además de tener como poder’. Yo pensaba tenerlo y retirarme, pero el box es una
meta ser campeona mundial, Mony Trejo practica danza droga: no me hallé. Me deprimí un poco. Ni modo, dije:
moderna, es vocalista de una banda de ska, coordina de­ ‘Tengo que volver’. Ahorita ya nos adaptamos. En las ma-
portes en el Instituto Estatal de la Juventud y se mantiene ñanas él se va a la guardería y yo me enfoco en entrenar;
activa en las redes sociales. En el cuadrilátero todo eso sig- en las tardes me lo traigo. Se aclimató pronto al gimnasio,
nifica, mas no importa: la práctica está por encima de pre- él también se envició: todo el día anda golpeando cosas o
ferencia, clase o género. Como cualquier buena utopía, la gente con sus guantes”.
Escuela de Box del Gimnasio Municipal tiene su aspecto Hace quince días que no asisto a las clases del maestro
autoritario y naïf, pero también una visión: una paideia. Soberón Nakasima. El segundo sábado de enero íbamos a
“Hay ciertas reglas cuando se esparrea hombre con mu- reunirnos para una sesión de esparring, pero la cita se can-
jer: que no te peguen abajo, nomás tocar y medir fuerza, celó: la variante Ómicron de covid-19 cobró fuerza en la
buscar la rapidez. Mis compañeros se manejan con mucho ciudad y empezaron a menudear los problemas de agenda
respeto, nos cobijan. Que vamos con equis rival, que sa­ y de salud. Intenté regresar la semana pasada pero el virus
bemos que pelea a distancia: pues ellos tratan de hacer del que había logrado escapar, por casi dos años, me tumbó
ese estilo para que nos acostumbremos. Siempre he busca- en cama y me mantuvo al margen del gimnasio durante el
do perfeccionar mi técnica: cambios de guardia, despla- tiempo que dediqué a escribir esta narración. No es la peor
zamientos. Me considero una boxeadora completa. Me sé derrota que recuerdo: me levanté a cocinar al tercer día.
fajar y sé boxear, cambiarme a lo zurdo, hacer pasos latera- En parte gracias, quizás, a las lecciones de box.
les para conectar a la boca del estómago. Ya es muy común
que te tiren gancho y lo bloquees, pero un gancho a la boca
del estómago es más difícil”.
En medio de la clase, uno la reconoce no tanto porque
lidere el entrenamiento, sino más bien por la elegancia grá-
cil con la que practica cada ejercicio, como si le costara
menos esfuerzo que a los demás y, sin embargo, lo hicie-
ra con una devoción más profunda. Es una mujer menu-
da, de belleza melancólica y marcial. Aunque habla poco, la
media sonrisa y las respuestas en susurros con que acom-
paña las bromas del maestro y los alumnos denotan su sen-
tido del humor.

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