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Trabajo Practico: Edison vs Tesla

Ve el documental de “Tesla vs Edison” ( https://youtu.be/yKUeRq4PuHg) y luego construye un texto de producción propia (no más de
una carilla de hoja A4) el cual se responda:

1. ¿Qué estudiaron Testa y Edison?


2. ¿cuál era el problema entre ellos?
3. ¿a que se llamo la guerra de corrientes?
4. A partir del invento de Tesla que otras invenciones pudieron realizarse.
5. ¿por qué crees q tesla no es tan reconocido como Edison en la historia de la electricidad?

Recuerden que no es cuestionario, es decir NO debo responder las consignas sino armar un texto utilizando las respuestas de las
preguntas, para esto deben prestar atención a como arman los párrafos y los relacionan. Se entrega en formato papel y escrito a
mano, no se aceptaran TP`s escritos en computadora, debe tener caratula y es individual!!! Dos o más textos muy similares serán
anulados!

A finales del s.XIX y principios del s.XX se mantuvo una guerra enconada entre los partidarios de la corriente directa
o continua, encabezados por Thomas Alva Edison, y los de la corriente alterna, cuyo mayor exponente fue Nikola
Tesla.
Los dos científicos mantuvieron un enconado enfrentamiento durante largos años. La razón: cada uno de ellos
pretendía imponer su propio estándar de electricidad

Sin duda, se hallaba ante el momento más importante de su vida. Después de años de trabajo arduo, penurias,
sabotajes e injurias, tenía ante sí la oportunidad de demostrar que estaba en lo cierto: la corriente alterna que había
inventado era el futuro. El joven Nikola Tesla había llegado a Estados Unidos casi diez años antes, procedente de
Europa, con unos pocos centavos en los bolsillos y un puñado de buenas ideas para mejorar el estándar de
electricidad que allí se utilizaba, el ideado por Thomas Alva Edison.

Aquella lucha de corrientes había comenzado mucho antes, en 1879, cuando Edison presentó la bombilla
incandescente. Con la intención de introducir su invento en todos los hogares del país, empezó a investigar un
sistema que permitiera suministrar energía para iluminar América. Tras ocho años de pruebas y experimentos dio
con una solución, la corriente continua, que sustituía al vapor como fuente de energía. Los
norteamericanos acogieron la propuesta de Edison con los brazos abiertos. Sin embargo, no tardaron en percatarse
de sus numerosos inconvenientes.

La energía fluía en una sola dirección y los cables a menudo se derretían al paso de la corriente. El sistema no
permitía transmitir energía a distancias superiores a 1 o 2 km, por lo que debían instalarse generadores por toda la
ciudad. Y como tampoco se podía transformar el voltaje, se necesitaban líneas eléctricas por separado para
proporcionar energía tanto a las industrias como a los hogares de forma eficiente, segura y económica. El resultado
fue que el cielo de Nueva York quedó sembrado de gruesos cables de cobre.

Aun así, lo peor era la poca seguridad del sistema de Edison. El hecho de que Nueva York estuviera cableada por
completo resultaba peligroso, como se puso de manifiesto durante el Gran Huracán Blanco que sepultó la ciudad en
1888. Los vientos que la azotaron causaron la rotura de numerosos cables y la caída de estos sobre los ciudadanos.
Murieron más de 400 personas, buena parte de ellas electrocutadas.

Tesla llegó a Nueva York en 1884, con 28 años y una carta de recomendación para Edison que había escrito uno de
los socios de este en Europa. “Querido Edison: conozco a dos grandes hombres y usted es uno de ellos. El otro es
este joven”, decía. Al inventor americano aquel muchacho no le causó buena impresión, pero acabó contratándolo.
La primera tarea que le encomendó fue que hallara una forma para mejorar su sistema de corriente continua. Si lo
conseguía, le dijo, le recompensaría con 50.000 dólares.

Al poco tiempo de trabajar juntos, las diferencias entre ambos fueron fuente de conflictos. Edison carecía de una
educación formal y todos sus inventos se basaban en un método de ensayo, prueba y error. Tesla, en cambio, poseía
una sólida formación y era capaz de resolver mentalmente los problemas técnicos que surgían sin recurrir a los
experimentos, lo que sacaba de quicio a su colega. Quizá por eso, cuando Tesla se presentó ante él un año después y
le anunció que había dado con una solución a su problema, Edison no le creyó y desdeñó la propuesta.

El joven había diseñado un sistema de generación y transmisión de corriente alterna que permitía que el voltaje se
elevara con un transformador antes de transportarse a largas distancias y, una vez en su destino, se redujera para
proporcionar energía con seguridad. Aquello presentaba muchas ventajas frente a la corriente continua de Edison.
Sin embargo, este menospreció a su creador. Además, se negó a pagarle la recompensa prometida alegando que
había sido tan solo una broma. Furioso y decepcionado, el chico dimitió.

Pero Tesla ya se había labrado un nombre y muchos inversores se interesaron en financiar sus trabajos, como A. K.
Brown, que le proporcionó fondos para que diseñara un motor de corriente alterna. O la Western Union Company,
que apoyó su investigación sobre generación y transporte de corriente alterna a largas distancias. Fue entonces
cuando George Westinghouse, inventor de los frenos de aire para trenes y propietario de la compañía The
Westinghouse Corporation, le propuso comprarle su sistema de corriente alterna.

En los años iniciales de la distribución eléctrica en EEUU (que comenzó el 4 de septiembre de 1882) el estándar  de
distribución eléctrica era la corriente continua. Este sistema de Edison y su Edison Electrics Illuminating Co; obligaba
a tener generadores cada pocos cientos de metros en las ciudades (La estación de Pearl Street, tenia la dinamo más
grande jamás construida por el hombre de 27 toneladas con una salida de 100 kW).

Por otro lado, la electricidad en forma de corriente alterna, defendida por N. Tesla y la Westinghouse, se podía
generar a grandes distancias de sus centros de consumo. Entre ambas compañías y personajes se entabló una lucha
encarnizada.

Ambos protagonizaron la llamada “guerra de las corrientes” en la década de 1880 por hacerse con el negocio de la
energía que alimentaría al mundo en los años posteriores y hasta nuestros días: Edison, presidente de su propia
compañía, y Tesla, quien estaba financiado por George Westinghouse, un poderoso empresario del sector del
ferrocarril.

Guerra de corrientes

La comercialización de aquel nuevo sistema de energía supuso el inicio de la “guerra de corrientes”, que enfrentó
durante casi una década a Thomas Alva Edison y la General Electric, por un lado, con Nikola Tesla y la Westinghouse
Corporation, por otro. Edison emprendió una campaña de difamación y desprestigio de la corriente alterna. Llenó la
ciudad de carteles que advertían de los peligros que esta suponía y se dedicó a electrocutar en público, con
corriente alterna, a perros y caballos para demostrar así su poca seguridad.

Tras meses de batalla, aquel enfrentamiento concluyó en la Exposición Universal de Chicago de 1893, una cita de
una gran repercusión internacional. Los organizadores buscaban una fórmula para iluminar el recinto y recurrieron a
Edison y a Tesla. El primero les propuso su sistema de corriente continua y les pidió un millón de dólares para
implementarlo. En cambio, Tesla, con su corriente alterna, les presentó un presupuesto que rebajaba esa cantidad a
la mitad y que, además, libraba a la feria del enjambre de cables que suponía la opción de su rival.

Ambos sistemas se expusieron durante la feria. Tesla demostró una y otra vez la belleza y el poder de su corriente
alterna mediante un espectáculo en el que conseguía que le saltaran chispas de los dedos. Edison también realizó
una demostración de su corriente, aunque con peor fortuna: al encender el interruptor de su bombilla
incandescente, todas las luces de Chicago se atenuaron.

El uso de la corriente continua de Edison resistió residualmente en Nueva York hasta 2007
Tres años más tarde, Buffalo se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos en iluminarse por la corriente de
Tesla, después de que The Westinghouse Corporation instalara una central hidroeléctrica en las cataratas del
Niágara capaz de enviar energía hasta a 32 km de distancia. A partir de ese momento comenzó a reemplazar la
corriente continua como estándar.

En Nueva York, la compañía de Edison continuó proporcionando energía a muchos clientes que habían adoptado el
sistema de la corriente continua a comienzos de siglo, sobre todo hoteles que la empleaban para hacer funcionar sus
ascensores. En 1998, la central de Nueva York que Edison había fundado casi un siglo antes aún suministraba energía
a 4.600 personas, cifra que se redujo a 60 en 2006. No fue hasta 2007 que hizo su última transmisión de corriente
continua. A Tesla le gustaba decir: “El presente es suyo, el futuro es mío”. Y así fue. Su corriente alterna ilumina el
mundo.

Tesla estuvo decidido a superar a su maestro. Su oportunidad llegó en la Exposición Mundial Colombina de Chicago
de 1893, cuando exhibió sus generadores y motores de corriente alterna, venciendo por goleada a la electricidad
de la Compañía Edison, de corriente continua

 
 

Se conoco como «Guerra de las corrientes» a la competencia tecnológica y económica a finales del siglo
XIX entre los 2 sistemas existentes para la generación y distribución de energía eléctrica, y consecuente
dominación del recién creado mercado eléctrico. Por un lado Nikola Tesla artífice de los sistemas de
producción y distribución basados en corriente alterna, con el apoyo de George Westinghouse. Por
otro, Thomas Edison, defensor de la corriente continua, con el apoyo de JP Morgan. George Westinghouse
crearía Westinghouse Electrics a la vez que JP Morgan crearía General Electric.

La batalla la ganaría el sistema de corriente alterna de Tesla, pese a la popularidad de Edison y sus inventos
y la utilización de métodos sucios por su parte para desprestigiar a Tesla.

En cualquier caso las aportaciones de ambos fueron fundamentales en el desarrollo de un potente mercado
eléctrico y en la aparición constante de nuevas aplicaciones para la electricidad, a finales del siglo XIX y
principios del XX se produciría una suerte de segunda revolución industrial basada en la electricidad, sobre
todo, después de la Exposición Mundial de París en 1881 y de la presentación de la lámpara de Edison.

El sistema de corriente continua de Edision, no era suficiente para satisfacer una demanda creciente de
electricidad. Además el transporte de electricidad mediante corriente continua era mucho más costoso y se
producían grandes perdidas de electricidad. 

El sistema de corriente alterna de Tesla y Wetinghouse se basaba en la idea comprobada de que las
perdidas de electricidad en la transmisión a largas distancias dependían de la intensidad de la corriente  P=
i(2) x R  que circula por la línea. Para la misma transmisión de potencia y siendo esta producto de la
intensidad por el voltaje P=Vi , a mayor voltaje, menor intensidad de corriente es necesaria para transmitir la
misma potencia y por lo tanto, menores pérdidas. Además a diferencia de la corriente continua, la corriente
alterna se puede elevar su voltaje con un transformador para su transporte a larga distancia y luego también
mediante un transformador reducir el voltaje a niveles seguros para su utilización en el destino. 

La guerra de las corrientes llegaría a su final, con la victoria de Tesla tras producirse 2 hechos importantes,
por un lado, en la Feria Mundial de Chicago de 1893, Westinghouse se quedaría con la adjudicación para
la iluminación de la feria, con un presupuesto un 50% más baratos que su competidor directo General
Electric, lo que además de demostrar el menor coste de los sistemas de corriente alterna, permitió a Tesla 
exhibir sus generadores y motores de corriente alterna.

Por otro lado,  la Niagara Falls Power Company encargó a Westinghouse el desarrollo de su sistema de
transmisión. Lo que dió al traste con el sueño de Edison y dió paso al uso de forma generalizada de la
corriente alterna para la producción y transmisión de energía.

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