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Declaración

La Ley 21.350, además de congelar el valor de los planes, suprimió la potestad de las Isapres para
determinar el reajuste anual de precios, según los costos y demanda de uso del sistema, y
mandató a la Superintendencia de Salud a establecer un valor tope.

En el ejercicio de esta norma y con apoyo del INE, la autoridad constató que los costos aumentaron
30% en el sistema durante los úl mos tres años. No obstante, se instruyó un máximo de alza de
7,6% para el período junio de 2022 a julio 2023, es decir, casi un cuarto del incremento real.

La adecuación llegó finalmente a la Corte Suprema, que reconoció la facultad de las Isapres para
aplicar ajustes de precio, y ordenó a la Superintendencia de Salud a retomar el proceso, regulando
su jus ficación.

Las Isapres entregaron todos los antecedentes requeridos para la verificación, pero la autoridad
estableció una nueva fórmula de cálculo que subvaloró la variación real de costos. Así, la
Superintendencia de Salud resolvió que solo las Isapres Consalud y Nueva Mas Vida podrán aplicar
el tope del 7,6%. Las restantes Isapres se ubicarán por debajo de ese indicador: Banmédica 5,6%;
Colmena 6,6%; Cruz Blanca 4,3% y Vida Tres 1,4%.

Lo anterior obedece a la aplicación de un método de cálculo anómalo por parte de la autoridad,


que dificulta la correcta operación del sistema. Frente a esto, cada Isapre definirá los caminos a
seguir.

Este proceso de adecuación se enmarca en un complejo momento financiero y operacional del


sector, marcado por la judicialización, falta de certezas norma vas y la incorporación de
imprevistas y sucesivas exigencias al funcionamiento, que han ga llado las abultadas pérdidas de
los úl mos 18 meses. La falta de claridad sobre las normas y los recurrentes cambios de criterio
desde la autoridad, están llevado a las Isapres a un impensado límite de inopera vidad.

Con su decisión, la Superintendencia de Salud socava el ya deteriorado funcionamiento del sistema


y eleva la incer dumbre sobre su viabilidad, al impedir que las Isapres apliquen el reajuste
necesario para mantener sus operaciones. Eso, en defini va, man ene en riesgo a tres millones de
beneficiarios que han escogido el sistema de aseguramiento privado, y que ya están padeciendo
consecuencias, como la suspensión de convenios en los prestadores privados.

La situación de las Isapres hoy es más crí ca que al inicio de la mesa de trabajo con el Ministerio
de Salud, instancia donde, pese a las buenas intenciones declaradas, no se han generado aún
acciones concretas que den certezas en el corto plazo. Nuestra voluntad es buscar las mejores
soluciones en favor de los afiliados y, en ese contexto, llamamos a la autoridad a entablar acciones
que permitan sortear esta crisis y avanzar correctamente en el camino de la transformación del
sistema de salud de Chile.

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