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Prácticas Historia América en la Edad Moderna

LA BODA DE LA ÑUSTA.
Ricardo Pérez Rubio
Claudia Pérez Palomo
2 A1 y A3

Introducción:
La duda y la curiosidad han sido siempre dos piedras en el camino con las que el ser
humano se ha tropezado innumerables veces según este iba avanzando su paso por el
sendero de la vida. La curiosidad es tan punzante en la vida del ser que hasta este mismo
ha adaptado en todos los idiomas del orbe un refrán o dicho para advertir a sus
descendientes de sus peligrosidades, pues, refranes españoles como la curiosidad mató
al gato o su sinónimo inglés the curiosity killed the cat, son restos de una tradición
dubitativa que caracteriza al ser humano desde que es ser.
Es tan punzante el cuchillo de la curiosidad que esta se ha convertido en el motor del
conocimiento de todos los hombres y las mujeres, pues sin ellas, estos, nunca se
hubieran aventurado a adentrarse en el mundo del estudio, la observación e
investigación; pues todos los conocimientos del mundo han surgido a partir de la
curiosidad que ellos mismos depositaban dentro del alma de los hombres y de las
mujeres. Es tan extremo el punto en el que la duda y la curiosidad ejercen tal presión
sobre el alma que todos los antepasados se encargan de inculcar a sus descendientes este
veneno corrosivo para que continue su larga trayectoria infinitamente a través de los
tiempos y siglos.
Es tan corrosivo este veneno, que todos acabamos por querer aprender a dudar, pues, en
presentes como este, vamos a infectarnos hasta que la ponzoña inunde hasta el último
rincón de nuestras venas, pues en lo que dure esta lectura vamos a conocer un misterio
rebosante de esta rica y peligrosa ponzoña.
Antes de comenzar a redactar las memorias de las prácticas sobre investigación me
gustaría añadir un esquema con los objetivos de estas prácticas, y es que en base de este
esquema se van a desarrollar los siguientes párrafos:
Objetivos:
El presente se va a centrar en explicar como hemos aprendido a dudar de las fuentes y a
tener curiosidad sobre los problemas expuestos en clase.
El presente es un despliegue de las memorias obtenidas durante las clases, es decir, las
siguientes páginas se van a constituir como un libro de viajes en el que a base de ir
recordando lo hablado en las clases vamos a ir conociendo datos sobre el objeto de la
investigación.

Entendidos los objetivos, damos comienzo a las memorias…

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1º Parte: Toma de las riendas.


La primera y más importante premisa con la que debemos comenzar estas prácticas es la
idea de que hemos aprendido a tener curiosidad y a dudar. Pues, durante las cuatro
sesiones que ha durado este truculento camino hemos conocido como desconfiar de lo
establecido dudando de ello.
Aclarados estos parámetros, vamos a aventurarnos en explicar este elemento corrosivo
del que hablábamos en la introducción.
En la primera sesión se nos proyectó, en una luz tibia casi espectral (parecía hecho a
propósito, intentando aportar un halo de majestuosidad a la investigación), en la pizarra
digital de la clase 07 de la facultad de Geografía e Historia una imagen que me ha traído
muchos dolores de cabeza.
La primera vez que contemplé el cuadro de La boda de la Ñusta no me pareció gran
cosa, solo lo que una pintura colonial del Perú podía ser. Ojalá hubiera sido así, pues lo
que parecía un campo de rosas resultó ser una carretera accidentada y llena de baches.
Tras contemplar el cuadro varias veces, se nos hizo la pregunta de que veíamos, y como
cualquier estudiante de historia podía hacer, escupimos de sopetón una descripción
iconográfica del lienzo, nos equivocamos. La primera lección que recibimos fue una de
las más importantes “describe lo que ves”, “empieza por decir lo que ves a primera
vista”. No entendí muy bien lo que nos quería decir nuestro profesor, pero pronto lo
entendí, quería que le dijéramos que lo que veíamos era un cuadro y que estaba pintado,
pues de una manera muy curiosa nos enseñó a comenzar nuestra investigación desde
cero. Comenzamos entonces a hacerle preguntas tales como “¿Cómo te llamas?”
“¿Quién es tu autor?” “¿Qué representas?”
Entendido el marco con el que comenzamos la investigación pronto, entre todos,
comenzamos a analizar la obra desde su punto de vista artístico, llegamos a la
conclusión de que estábamos enfrente de un cuadro, de un lienzo pintado con la técnica
del fresco1. No estaba firmado, pero se nos fue chivado que podría ser obra de un autor
de la escuela de Quispe – Tito 2. Hubo entonces una de las más importantes preguntas, y
es que uno de nosotros tuvo la gran idea de preguntarle al cuadro “¿Cuánto mides?” y es
que esta pregunta fue el detonante de todo el camino de baches que se nos avecinaba.
El lienzo presenta unas medidas titánicas, pues mide 2,70 x 4,55, se ubica en la Iglesia
de la Compañía de Jesús en Cuzco, y es que comienza aquí la duda ¿Por qué hay un
lienzo de tales dimensiones en una iglesia de jesuitas?
Antes de intentar responder esta pregunta se debe antes explicar que representa el
lienzo:

1
El Fresco es una técnica pictórica que consiste en cubrir la superficie que va a ser pintada con dos capas
de cal, la primera más gruesa que la segunda. Se llama fresco porque los pigmentos se aplican sobre la
última capa cuando esta aun está húmeda o “fresca”.
2
Diego Quispe – Tito es un autor peruano del siglo XVII, una de las figuras más representativas del arte
cuzqueño.

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La boda de la Ñusta representa la unión de las viejas elites incas con las nuevas élites
llegadas de España. Esto se encarna en a la representación de tres grupos iconográficos,
de los cuales nos aporta la identidad.
El cuadro se estructura en tres niveles: Superior, centro e inferior. En el centro
encontramos dos figuras clave sobre las que se ensambla el resto de la estructura.
Sabemos quienes son debido a que están representadas con los atributos característicos
de estos dos personajes. A la izquierda encontramos representado a san Ignacio de
Loyola, que porta en su mano el libro de las constituciones, a la derecha de san Ignacio
está representado san Francisco Borja, que porta en su mano una calavera.
No es de extrañar que en una iglesia jesuita se encuentre un lienzo que representa a sus
patriarcas (san Ignacio de Loyola es el fundador de la Compañía de Jesús), las dudas
comienzan si continuamos identificando el resto de personajes. A la izquierda en el
nivel inferior encontramos representado un matrimonio, se trata de la Ñusta Beatriz
Clara Coya y don Martín de Loyola. A la derecha, en el mismo nivel, nos encontramos
con otro matrimonio, se trata de la ñusta Lorenza de Loyola y don Juan de Borja, este
matrimonio va acompañado de una tercera figura de la cual desconocemos quien es; se
ha estimado que puede ser una dama de la ñusta o amiga del matrimonio, otros
investigadores proponen que se trata de doña Ana de Rojas, familia de los duques de
Gandía (los Borja).
A la izquierda de san Ignacio, en el registro superior encontramos la representación de
unas élites incas, se trata de Diego Sayri Túpac y su mujer, padres de la ñusta. A la
derecha de san Francisco Borja se representa una boda en una catedral oficiada por el
obispo. En el centro del nivel superior encontramos un acrónimo de Jesucristo.
Todo este compendio artístico está explicado en una cartelera en la esquina izquierda
inferior, la cual da comienzo a nuestra investigación, pues ya sabidos los personajes que
hay representados, podemos darle la siguiente interpretación (sin leer la cartelera): nos
encontramos ante la unión de tres familias, por un lado nos encontramos con la unión de
los incas con los Loyola (descendientes de san Ignacio) y por otro lado, la unión de los
Loyola inca con los Borja (descendientes de san Francisco). Hasta aquí no nos cabe
ninguna duda de que lo jesuitas pudieron encargar el cuadro para poder demostrar que
tienen legitimidad sobre el Perú debido a los matrimonios de los descendientes de sus
santos patronos, pero esta interpretación puede cambiar a la hora de leer la cartelera…

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2º Parte: Un camino con muchos baches.

La cartelera nos proporciona la información de que correctamente hubo un matrimonio


entre don Martin de Loyola (sobrino de san Ignacio) y doña Beatriz Clara Coya, padres
de doña Lorenza ñusta de Loyola que casó con don Juan de Borja (hijo de san
Francisco) en la diócesis de Madrid.
En esta cartelera comienza nuestra investigación, pues tiene tantos errores como letras.
El profesor nos proporcionó datos históricos sobre los personajes representados. Cuando
se nos dieron fechas sobre nacimientos, genealogías y ganas de investigar, entre todos
llegamos a la conclusión de lo siguiente:
Lo primero que debemos intentar hacer con el cuadro es fecharlo, como habíamos dicho
antes, no está firmado, por lo que no podemos saber en que momento se pintó. Tenemos
dos elementos para poder basarnos en la datación. La cartelera nos ilumina que en el
momento de pintarse la obra el marquesado de oropesa (otorgado a doña Lorenza ya
don Juan) se encontraba en manos de los marqueses de Alcañices, podemos concluir
que se pintó hacia 1642 cuando los Alcañices se hicieron con los marqueses de oropesa.
La segunda ficha que podemos estimar se basa en que en la cartelera san Francisco de
Borja aparece ya representado y llamado santo, por lo que podemos deducir que se pintó
tras la canonización de san Francisco, que fue en 1676, aunque esta pista no es muy
fiable debido a que se pudo haber mentido con la santidad de Francisco para poder
legitimar más las figuras de los jesuitas cuando se escribió la cartelera.
Después del intento de fechar el cuadro, comenzamos a recopilar información de los
personajes. La siguiente pista que captamos después de saber los datos sobre los
personajes es que en el cuadro se habían representado en un mismo tiempo a gente que
nunca se conoció entre ella y que nos representa en un mismo espacio a gente que nunca
estuvo en él, pues mucho de ellos nunca fueron a España y otros muchos no fueron
nunca al Perú.
Por lo tanto, tenemos el siguiente problema: nos encontramos con un cuadro que no
podemos fechar el cual representa personajes desconocidos entre sí y que nunca
estuvieron donde el cuadro afirma haber estado.
El siguiente hito que comenzamos a resolver fueron las relaciones personales entre cada
personaje. En este punto volvimos a desvelar a la cartelera como una gran mentirosa. En
dos puntos nos vuelve a despistar afirmando, en primer lugar, que don Martin de Loyola
no es sobrino de san Ignacio, sino sobrino – nieto, en segundo lugar, afirma que don
Diego Sayri – Túpac murió sin descendencia masculina, lo cual es falso debido a que
tenía varios hermanos y sobrinos ¿Es esto un intento de legitimación de doña Beatriz
para que Martin de Loyola por medio del matrimonio se convierta en príncipe inca?
El último error que vamos a comentar es uno de los más importantes y es que al
proporcionarnos datos históricos nos encontramos con la fecha de ambas bodas. La
primera de ellas, la que se celebró entre Beatriz Clara Coya y don Martin, tuvo lugar el

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21 de octubre de 1572 (tras la caída de Vilcabamba a manos del Gral. Martín de Loyola,
el novio), la segunda, celebrada entre Lorenza de Loyola y don Juan de Borja tuvo lugar
el 23 de junio de 1611, fecha que es imposible, debido a que don juan de Borja murió en
1606, por lo que nos queda la incógnita de quién es entonces este juan de Borja, porque
no puede ser el descrito en la cartelera ya que en la fecha de la boda llevaba cinco años
fallecido. Otro apunte que se puede hacer es que este matrimonio nunca se casó en la
diócesis de Madrid, debido a que esta no se va a fundas hasta el siglo XIX.
Se puede llegar a la conclusión de que el juan de Borja representado es el sobrino del
mencionado en la cartelera ¿Por qué se miente en la cartelera?
Tenemos que tener en cuenta un pequeño dato histórico. La conquista del Perú no tuvo
lugar desde 1532 hasta 1533, sino que esta se extiende hasta 1572. No acaba con el
asesinato de Atahualpa sino que acaba realmente con el apresamiento de Túpac Amaru I
líder de los Incas de Vilcabamba al cual se le proporcionó un sueldo a cambio de su
imperio, quien a cambio casó a su sobrina Beatriz con el capitán español que lo había
derrotado, Martín de Loyola. El sueldo se dejó de pagar a sus descendientes pues se
alegó que el acuerdo era vigente solo con Túpac Amaru I, hecho que enfadó a los
descendientes del emperador. Los descendientes entablaron un gran pleito contra
España por el robo del sueldo que les pertenecía, este pleito fue ganado por doña
Lorenza de Loyola y don Juan de Borja. Felipe III nombró marquesa de oropesa a doña
Lorenza como recompensa por el pleito (para así librarse de la deuda millonaria que la
corona debía a doña Lorenza).
Entonces se nos presenta las siguientes dudas ¿Por qué se representan estos matrimonios
en el cuadro? Podemos entender que el cuadro tiene un objetivo y es que a través de los
santos cuenta el origen de los novios (los Loyola por un lado y los Borja por otro) que
se unen con las élites incas (doña Beatriz y su hija doña Lorenza), es decir, el cuadro
puede tener el objetivo de representar la legitimidad de los Borja, por lazos familiares,
sobre el marquesado de oropesa. También podemos concluir que quién intenta
legitimarse sobre el Perú, como habíamos dicho antes, es la orden de la Compañía de
Jesús, los jesuitas.
Como último dato que se nos proporcionó acerca de los personajes fueron los árboles
genealógicos de las familias nobles españolas. Navegando entre las ramas de estos
árboles llegamos a una conclusión muy especifica. La ñusta Beatriz es antepasada de las
grandes familias del siglo XVII en España. Esto lo podemos demostrar de la siguiente
manera: Los Borja, duques de Gandía están emparentados con descendientes de los
Sandoval de Rojas, los duques de Lerma, que a su vez son parientes de los Olivares. Por
lo tanto, descubrimos en este punto que el cuadro es una herramienta perfecta para
poder legitimar las dinastías nobles de España (y en grandes parámetros de Europa).
Como último dato histórico cabe destacar que don Francisco de Borja y Aragón,
príncipe de Esquilache por matrimonio, expulsó del Perú a su pariente Juan de Borja
marqués de oropesa, con el fin de ser el único titulado en el territorio, por lo que los
Borja perdieron su terreno.
La investigación ha llegado a punto álgido, hemos descubierto ciertas mentiras en el
lienzo que pueden legitimar con facilidad a las familias representadas, familias que

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hemos descubierto estar emparentadas y muy relacionadas desde los emperadores incas
hasta la alta nobleza española del XVII. Por lo tanto, podemos volver a afirmar que este
cuadro es una herramienta perfecta para poder asentar las pretensiones de los
descendientes sobre un terreno y un sueldo que se ha perdido.
Los baches del camino se intensifican al descubrir que existen varias copias del lienzo.

3º Parte: lienzos personalizados.


Durante la 3 y 4 práctica, analizamos las copias/ versiones, como pregunta que lanzar al
aire y como una conclusión de la 3 y 4 práctica, ¿Copias o versiones?.
Cada vez que se suma otro cuadro se han de realizar las mismas preguntas, y comparar
las respuestas con las anteriores, para ver lo que cambia. Además de buscar otras nuevas
preguntas, para conseguir información adicional.
El último cuadro, al que nos referimos, es el de la Compañía de Jesús. Llegamos a la
conclusión de que prácticamente se aprecian las mismas características que en los otros
cuadros; austero, algo más feo ya que se puede apreciar que fue doblado en algún
momento, no sé saben las dimensiones que tiene, aunque se aprecia que debió de ser
más estrecho. En esta copia/versión del cuadro, los cuatro personajes más
representativos, salen cambiados de lados, ¿significa algo? La respuesta es que no lo
sabemos. La indumentaria se parece a las de los otros cuadros, además, de los detalles
ocultos que aparecen en la arquitectura.
En cuanto a la genealogía de los marqueses, sabemos que tuvieron entre 10 y 11 hijos y
contando, con que la marquesa murió con 35 años, paso toda su vida embarazada y
teniendo hijos. Al contrario que la marquesa, sus hijos prácticamente no tuvieron
descendencia, con ayuda de que muchas de las hijas acabaron siendo monjas y en
conventos de prestigio.
Cambiando a los marqueses, tenemos al marques Juan Francisco, que fue el marques
Oropesa, uno de los primeros de esta historia, uno de los herederos fue el cuarto
marques, que también va a morir sin descendencia y va a pasar a su hermana que sería
la quinta marquesa, la cual muere en 1743 y con ella va a acabar la línea de los
marqueses de Santiago de Oropesa (ya que no tiene descendencia). Por lo que en este
momento el título se extingue. Obviamente, tras esta muerte va a haber peticiones de
sucesión, como el duque de Granada o José Condorcandi.
Otro suceso con interrogante, es la representación de este cuadro en el año 1741, en la
propia iglesia de la compañía, ¿Por qué motivo se realizaría esta representación?
Tampoco tenemos respuesta para dicha pregunta.
(Como curiosidad ya a finales del siglo XX, se vuelve a reinstaurar el título, pero solo
de carácter honorífico.)
Por lo que como concluir algo sin respuestas, ¿copias o versiones?, hay parecidos y
diferencias eso está claro, pero no creemos que sea necesario una sola respuesta, unos
pueden ser copias y otras versiones. Podrían tener, un motivo o varios motivos y
razones. Está claro que uno tuvo que ser el original y los demás copiarlo o versionarlo.

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