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El relato describe a dos hermanas viudas, Penelope e Lyra, que regresan a la mansión de su padre millonario después de quedar viudas. A su muerte, se revela que también tenía una madrastra, Sara Hood, quien sospecha haber sido envenenada. El doctor confirma el envenenamiento y que Sara tenía miedo de que, si moría, toda la fortuna pasaría a las hermanas que no le agradaban.
El relato describe a dos hermanas viudas, Penelope e Lyra, que regresan a la mansión de su padre millonario después de quedar viudas. A su muerte, se revela que también tenía una madrastra, Sara Hood, quien sospecha haber sido envenenada. El doctor confirma el envenenamiento y que Sara tenía miedo de que, si moría, toda la fortuna pasaría a las hermanas que no le agradaban.
El relato describe a dos hermanas viudas, Penelope e Lyra, que regresan a la mansión de su padre millonario después de quedar viudas. A su muerte, se revela que también tenía una madrastra, Sara Hood, quien sospecha haber sido envenenada. El doctor confirma el envenenamiento y que Sara tenía miedo de que, si moría, toda la fortuna pasaría a las hermanas que no le agradaban.
viudas como hermanas, Penelope, a quien no le interesaba el dinero, y Lyra, quien amaba el dinero más que nada. Y la madrastra de estas era Sara Hood. El padre de ambas era un viejo millonario llamado Theodore Hood. Una vez que los esposos de sus dos hijas son enterrados, estas regresan a la mansión de su padre, llamada Murray Hill. El señor Hood fallece, dejando una gran fortuna. El día de la lectura del testamento, aparece Sara Hood, de la mano del doctor de la familia, el Dr. Benedict. Quien dice que la señora Hood estaba muy bien de salud, pero repentinamente cayó enferma, sin embargo ella pensaba que ella había sido envenenada, por lo que el Dr. Benedict le hizo ciertas pruebas, las cuales mostraron que si era verdad. Por lo que Sarah Hood tenía la gran preocupación de que si moría, toda la fortuna de sus esposo quedaría en manos de sus dos desagradables hijastras.