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CONTENIDO

• EL USO DEL INTERNET EN EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO


El derecho de acceso a Internet es uno de los derechos digitales que posee toda persona
para utilizar Internet con el fin de ejercer y disfrutar de su derecho a la libertad de expresión
entre otros derechos humanos fundamentales, de forma que los Estados y las Naciones
Unidas tienen la responsabilidad de garantizar que el acceso a Internet sea ampliamente
disponible, no pudiendo restringirlo injustificadamente. El acceso a Internet está reconocido
como un derecho fundamental por las leyes de varios países y como un derecho humano por
parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Tipos de derechos digitales
Aunque cada país esté desarrollando su propia Carta de Derechos Digitales, hay unas líneas
generales que siguen todos ellos y que repasamos a continuación:
• Acceso universal e igualitario
Las personas deben poder acceder a Internet independientemente de sus ingresos,
su ubicación geográfica o sus discapacidades. El Consejo de los Derechos Humanos
de la ONU reconoce en un informe que el derecho al acceso es esencial para la libertad
de opinión.
• Libertad de expresión, información y comunicación
Estos derechos humanos básicos se ven amenazados en Internet cuando los
gobiernos bloquean sitios web o redes sociales, lo cual es una violación del derecho
de comunicación y libre asociación, o se censuran contenidos, lo que va en contra de
la libertad de expresión e información.
• Privacidad y protección de datos
Los ciudadanos deben tener control sobre quién almacena sus datos personales y
poder eliminarlos en cualquier momento. El derecho a la intimidad se ve amenazado
en Internet por el robo de credenciales, la apropiación de datos personales y su uso
para obtener beneficio económico, etc.
• Derecho al anonimato
El derecho al anonimato y al cifrado de comunicaciones se ve amenazado
especialmente en aquellos países que prohíben el envío de mensajes y
comunicaciones cifradas, algo necesario para realizar transacciones fiables y seguras
en Internet.
¿QUÉ ES INTERNET? UNA APROXIMACIÓN JURÍDICA
Internet ha cambiado la forma de comunicarnos, de negociar, de comprar, de educarnos y de
buscar un espacio de recreación. Pero, qué es Internet? Internet (inter – red) “constituye un
entramado mundial de redes conectadas entre sí de un modo que hace posible la
comunicación casi instantánea desde cualquier ordenador de una de esas redes a otros
situados en otras redes del conjunto, por lo que se trata de un medio de comunicación global.”

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CARACTERÍSTICAS DE INTERNET JURÍDICAMENTE RELEVANTES Entre sus
características principales y relevantes en el campo jurídico, destacan:
• su internacionalidad
• descentralización
• deslocalización
• atemporalidad
• virtualidad
• accesibilidad universal
• interactividad
• inmaterialidad o intangibilidad.
El estado de derecho en el nuevo entorno digital
El estado de derecho es un principio de gobernanza por el cual todas las personas,
instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a
unas leyes promulgadas públicamente, aplicadas de manera igualitaria e independiente, y
respetuosas con las normas y estándares internacionales de derechos humanos. Tal principio
implica la adhesión a los principios de la supremacía del derecho, la igualdad ante la ley, la
rendición de cuentas ante la ley, la imparcialidad en la aplicación del derecho, la separación
de poderes, la participación en la toma de decisiones, la seguridad jurídica, evitar la
arbitrariedad y la transparencia procesal y legal.
El ejercicio de la jurisdicción extraterritorial por los Estados
Un Estado que utiliza sus poderes legislativos y ejecutivos para capturar o ejercer de otra
manera el control sobre los datos que no se encuentran físicamente en su territorio, sino en
el territorio de otro Estado – por lo general mediante el uso de la infraestructura física de
internet y de los sistemas de comunicaciones globales con el fin de extraer dichos datos de
los servidores situados en el otro Estado o exigiendo a aquellas entidades privadas que tienen
acceso a dichos datos en el extranjero que extraigan esos datos de los servidores o
dispositivos en otro país y los entreguen al Estado, está ejerciendo su jurisdicción
extraterritorialmente en la jurisdicción del otro Estado.
Derecho internacional público en general, en ausencia de tratados que otorguen poderes de
jurisdicción ejecutiva extraterritorial a las agencias extranjeras, no es lícito que el primer
Estado ejerza tal jurisdicción sin el consentimiento del segundo Estado.
• EL IMPACTO DE INTERNET Y LAS REDES SOCIALES EN EL DERECHO A LA
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
El internet y las redes sociales nos brindan un medio de comunicación abierto generando
problemas en la determinación de responsabilidad en la prestación de ambos servicios en
donde se facilita una participación activa de los usuarios en el manejo de la información y la
facilidad de elaboración, modificación, almacenamiento, distribución, entre otros.
Las redes sociales, cómo resultado del internet, se convierten en una realidad alterna en
donde los usuarios complementan una gran parte del tiempo de sus actividades diarias,

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tomando en cuenta los derechos fundamentales encontramos una nueva alternativa en donde
estos pueden ser violentados, reducidos o vulnerados. “La protección de datos de carácter
personal en el ámbito de las redes sociales electrónicas: el valor de la autorregulación”
(LÓPEZ, D. (2009).
¿Cómo relacionamos el derecho de la libertad de expresión y el de información?
Ambos sostienen una conexión muy estrecha ya que el derecho de información se refiere al
derecho de recibir y difundir, mientras que la libertad de expresión engloba difundir ideas,
pensamientos y opiniones sin limitación de fronteras y por cualquier medio de expresión.
Entendemos que, en materia de derecho a la libertad de expresión encontramos limitantes del
mismo, por motivos de bienestar común, el orden, la salud, seguridad nacional y sobre todo
los derechos de los demás. “El uso de la marca en Second Life” (LASTIRI, M. 2009).
El Internet es conocido por ser un medio sin fronteras, generando preocupación en materia
de derecho internacional, provocando así un estudio profundo del mismo, generando como
resultado una nueva fuente de derecho, ya que sabemos que las leyes como tal deben
adaptarse a la evolución de los nuevos mecanismos que producen derechos y obligaciones,
como tal, se produce la Declaración Conjunta sobre la Libertad de Expresión en Internet en
junio del 2011 firmada por: Relatores Especiales sobre libertad de expresión de Naciones
Unidas (ONU), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización
de Estados Americanos (OEA), la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa
(OSCE) y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (CADHP). “El impacto
de Internet y las redes sociales en el derecho a la libertad de expresión” (Carrillo, M.R. 2012).
Como claro ejemplo de lo mencionado tenemos que: los Estados están obligados a promover
el acceso universal a Internet como garantía del derecho a la libertad de expresión.
Las redes sociales y el internet son un nuevo medio facilitador, no solo de comunicación, si
no de interacción, fuente de derechos y obligaciones, personalmente considero que es casi
imposible identificar la cantidad de violaciones a los derechos fundamentales que se producen
diariamente, hoy en día, a pesar de los medios de censura que las distintas redes sociales
(como parte de responsabilidad al ser un nuevo medio de interacción) en quienes recae la
responsabilidad principal sobre los actos cometidos (lícitos o ilícitos) somos los usuarios,
aunque en la mayoría identificar al sujeto que está detrás del usuario activo en determinada
red social, puede ser muy difícil ya que la mayoría no se identifica en su totalidad, inventando
perfiles falsos, provocando así una barrera al sistema legislativo. “Libertad de expresión,
Redes sociales y Derecho penal. Estudio del Caso Nicolás Castro. Revista de Derecho del
Estado” (UPEGUI, J. 2010).
• Los principios del derecho a la libertad de expresión en Internet
La libertad de expresión como derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las
personas, encuentra en Internet uno de los mecanismos ideales para su desarrollo. Aunque
la libertad de expresión es un derecho inalienable, hemos de insistir que no es un derecho
absoluto, en el entendido que está sujeto a la responsabilidad derivada del respeto a los

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derechos de los demás, en particular la reputación, la protección de la seguridad nacional, el
orden, la salud y la moral pública.
El ejercicio de la libertad de expresión en Internet ha sido objeto de preocupación constante
en las distintas instancias internacionales que se ocupan de la protección de este derecho, a
tal punto que en junio de 2011 los Relatores Especiales sobre libertad de expresión de
Naciones Unidas (ONU), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la
Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización para la Seguridad y la
Cooperación en Europa (OSCE) y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los
Pueblos (CADHP) firmaron la Declaración Conjunta sobre la Libertad de Expresión en Internet
(DCLEI) donde se establecen los principios aplicables a la libertad de expresión en este
entorno.
Las bases de la Declaración Conjunta sobre la Libertad de Expresión en Internet aluden
principalmente al respeto de los siguientes principios:
1. Aplicación a Internet de los mismos principios que rigen la libertad de expresión en los
tradicionales medios de comunicación.
2. Ponderación del principio de proporcionalidad como medida de restricción a la libertad
de expresión en Internet, “…en atención al impacto que dicha restricción podría tener
en la capacidad de Internet para garantizar y promover la libertad de expresión
respecto de los beneficios que la restricción reportaría para la protección de otros
intereses.”
3. Atribución de responsabilidad sobre contenidos ilícitos, tomando en consideración
“…la aplicación de enfoques alternativos y específicos que se adapten a las
características singulares de Internet, y que a la vez reconozcan que no deben
establecerse restricciones especiales al contenido de los materiales que se difunden
a través de Internet.”
4. Exoneración de responsabilidad a los intermediarios por los contenidos generados por
terceros, siempre que no intervengan específicamente en dichos contenidos, ni se
nieguen a cumplir las órdenes judiciales que exijan su eliminación, cuando estén en
condiciones de hacerlo.
• Libertad de expresión y derecho a la información como derechos fundamentales
La libertad de expresión y el derecho a la información se encuentran íntimamente
relacionados, en el entendido que la libre expresión de las ideas y opiniones permite la difusión
de la información en los distintos niveles de la sociedad, constituyendo un elemento
fundamental en la formación de la opinión pública. En ambos casos la Constitución permite el
ejercicio de estos derechos sin censura previa, pero con las correspondientes
responsabilidades derivadas de la expresión de las opiniones y de la difusión de la información
que puedan afectar a otros sujetos. Es de recordar que el ejercicio de estos derechos puede
colisionar con otros derechos fundamentales, tal como sucede con el honor y reputación, es

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por ello que se establece la correspondiente responsabilidad, que en todo caso es ulterior a
la difusión de la información.
Internet y las RSI representan el escenario ideal para la libre expresión de ideas y opiniones.
En la actualidad, la mayoría de las RSI se han convertido en importantes herramientas de
comunicación y acceso a la información. A pesar de su íntima relación, trataremos la
incidencia de estos dos derechos en las RSI en forma separada, en la medida que esto nos
sea posible. “La libertad de información y el derecho a la intimidad.” (FERRER, M. 2002).
La evolución de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha favorecido
la presencia de nuevas herramientas en Internet, representadas principalmente por la
existencia de espacios abiertos de comunicación e interacción. La participación activa y el
creciente número de los usuarios de las redes sociales en este ámbito han producido
importantes consecuencias en el ejercicio de algunos derechos fundamentales. El presente
estudio se centra en el análisis de los desafíos que representa el ejercicio de la libertad de
expresión en las redes sociales en Internet. Para el desarrollo de este objetivo se toma como
punto de partida la consagración de este derecho en la Declaración Universal de Derechos
Humanos y en la Constitución venezolana, así como las diversas iniciativas de los organismos
internacionales en materia de protección del derecho a la libertad de expresión en Internet y
algunos casos que se han presentado en la práctica en relación con el ejercicio de este
derecho en las redes sociales. La investigación finaliza con una reflexión sobre la participación
de los niños y adolescentes, donde se pone de manifiesto la necesidad de una adecuada
educación y protección de estos sujetos en este entorno. “Derecho a la información, habeas
data e Internet, Ediciones la Rocca.” (ARMAGNAGUE J. Coord. 2002).
• EL COMERCIO ELECTRÓNICO Y SU REGULACIÓN EN EL DERECHO
INTERNACIONAL
La revolución tecnológica que estamos presenciando en la actualidad obliga a que cada vez
más empresas estén empezando a ingresar en el uso del comercio electrónico, debido a que
con la implementación de este sistema puede ayudar a mejorar el desempeño de los negocios
mediante el uso de tecnologías de información que permitan conectar a clientes y proveedores
de una manera rápida y eficiente para un mejor desarrollo económico. Considerando que con
el uso del internet indudablemente aumentan las ganancias y abre el mercado para hacer
crecer sus negocios.
Las empresas son fundamentales para el desarrollo económico de cualquier Estado, porque
son proveedoras de trabajo a miles de personas y apoyan al Producto Interno Bruto del
mismo. Sin embargo, la implementación del comercio electrónico en las empresas y sobre
todo su regulación a nivel internacional, es un área poco estudiada. Por tanto, con este trabajo
se analizar de forma escueta el comercio electrónico y el avance normativo que ha tenido
hasta la actualidad. Esto con el firme objetivo de reforzar los estudios previos a nivel global y
aportar nuevas ideas sobre el uso y la normatividad internacional para su eficiente utilización
y cumplimiento.

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El comercio electrónico es la actividad destinada a promover la circulación de los productos y
de los títulos de crédito y los intercambios mediados por la tecnología entre diversas partes
(individuos, organizaciones, o ambos). El tipo de comercio basado en la interacción entre el
consumidor y el vendedor/productor a través de nuevas tecnologías, tales como
Internet/WAP/TV Web, o lo que venga.
El concepto comercio electrónico es conocido también como e-commerce, donde: “La “e” que
precede toda terminología en la Red, hace alusión al término electrónico en inglés. De ahí que
la anteposición a la palabra comercio venga a designar la modalidad de éste que se efectúa
mediante Internet”.
Al término comercio electrónico, conocido como e-commerce en inglés, se le puede diferenciar
de otro concepto conocido como e-business, donde éste último presenta un significado más
amplio porque abarca las operaciones de e-commerce y toda la organización del negocio en
4 general, donde estaría todo lo relacionado con la aplicación de las nuevas tecnologías
informáticas.
Las nuevas tecnologías de la información están afectando a las compañías desde tres
aspectos: Cambia la estructura de la industria y altera las reglas de la competencia, crea
ventajas competitivas, otorgando a las empresas nuevas formas de vencer a sus rivales y
crea nuevos negocios dentro de los existentes, frecuentemente dentro de las propias
operaciones de la compañía. Lo anterior nos permite visualizar la importancia de las TIC en
las organizaciones, dado que tales tecnologías no sólo afectan la forma como se realizan las
actividades individuales, sino que también mediante nuevos flujos de información han
mejorado de modo significativo la habilidad de explotación de las relaciones entre las
actividades dentro y fuera de la organización.
“Las empresas buscan aprovechar las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC´s),
por lo que se está empezando a ver al Internet como un nuevo canal de ventas, desplazando
otras formas de comercio electrónico como por ejemplo el teléfono, también la venta personal
y por correspondencia, además hacer transacciones vía Internet resulta ser más económico
que hacerlas por vías tradicionales.” (Mendoza, 2010)
En este sentido, el comercio electrónico adquiere gran importancia dentro de la globalización
y se utiliza a nivel nacional e internacional. Cabe recalcar que el 12 de junio de 1996 y de
acuerdo con la Ley Modelo sobre Comercio Electrónico de la Comisión Nacional de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional se busca poder facilitar el comercio
electrónico en el cual se les ofrecía a los legisladores una serie de reglas para poder eliminar
las barreras jurídicas y así darle mayor previsibilidad al comercio electrónico. Una de las
ventajas con las que cuenta el comercio electrónico es que permite a las empresas ser más
eficientes y flexibles en sus operaciones con las compañías, pueden trabajar de una manera
más cercana con sus proveedores y tener una mejor respuesta a las necesidades e intereses
de sus clientes. Permite además seleccionar los mejores proveedores, sin tomar en cuenta la
localización geográfica y poder posicionarse en el mercado global.

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Por otra parte, el comprador obtiene las ventajas de estar en la comodidad de su hogar y
ahorro de tiempo, así como la posibilidad de hacer compras mejor informadas y con mayores
opciones. También puede profundizar todo lo que requiera para conocer mejor el producto o
servicio que desea adquirir.
Sin embargo, existen ventajas y desventajas en la realización de comercio electrónico, por
ejemplo, alrededor del mundo las acciones de las compañías de Internet y las perspectivas
de los negocios de Internet han caído tan rápidamente que han dejado a varios ejecutivos e
inversionistas en la incertidumbre. Por ello, resulta trascendental realizar un análisis respecto
a la normativa en esta materia debido a que con su creación e implementación se le da
certidumbre y existe una seguridad jurídica para llevarlo a la práctica.
Además, es importante la normativa que el derecho internacional crea para la regulación del
comercio electrónico en el mundo. De esta forma se crean diversos instrumentos, normas,
tratados que buscan de una forma uniforme establecer criterios objetivos para un orden
jurídico internacional claro en la materia. En este sentido es importante señalar que debido al
respeto que debe existir a la soberanía nacional de cada Estado, surge la injerencia del
derecho internacional debido a que se encarga precisamente de la regulación de las
relaciones que se dan entre Estados, entre éstos y organismos internacionales.
• Marco jurídico del comercio electrónico
En la actualidad, Internet ha obtenido un uso multifacético que abarca otros aspectos, tanto
de carácter profesional, personal y comercial, mismos que dejan atrás los motivos totalmente
militares que lo llevaron a su formación en un principio. Sin embargo, no obstante, el avance
tecnológico en la creación y desarrollo de la Red de redes (Internet) y el desarrollo del
comercio por ese medio electrónico, su regulación jurídica sigue siendo uno de los problemas
frecuentemente tratados por los expertos, básicamente en lo relativo al Comercio Electrónico
en Internet, en donde los civilistas siguen cuestionando hasta dónde llega el principio de la
autonomía privada.
En 1978 surgió en Estados Unidos el llamado Electronic Funds Transfer Act (EFTA)
considerado como el estatuto federal que cubre una amplia gama de transferencias
electrónicas de dinero o de fondos que incluyen transacciones desde los puntos de venta y
otros pagos de los consumidores (Shaw, 1998), lo cual marcó una pauta para las
subsecuentes compraventas hechas a través de los medios electrónicos.
Los cambios ocurridos en materia de telecomunicaciones han dejado un vacío legislativo que
paulatinamente se ha intentado llenar con normas que muchas de las veces no logran dar
alcance a la rapidez con que se presentan e instauran los nuevos sistemas informáticos para
desarrollar, entre muchos otros aspectos, el de comercio electrónico. Se ha dicho en infinidad
de análisis sobre la materia, que la tecnología no es suficiente en el avance y desarrollo de la
ciencia y de la humanidad si no se tiene antes una normatividad que vaya acorde a la
cambiante realidad y se tengan a tiempo o de manera oportuna las propuestas de reforma
jurídicas que vayan regulando y previniendo esos cambios. Los medios electrónicos, como

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Internet, han tenido un crecimiento y desarrollo inusitado en los últimos años, sin embargo, la
función de los sistemas legales, tanto internos como externos, se han visto rebasados por la
propia sociedad de la información al no poderse controlar ni regular aún toda una serie de
actividades que la misma ha generado.
“Existen discrepancias entre los propios ordenamientos legales nacionales de un país a otro,
así como con las disposiciones internacionales, al no tenerse en claro ciertas cuestiones que
se plantean por el uso de la Red. Uno de esos conflictos es la propia determinación de la
jurisdicción aplicable a ciertas transacciones realizadas en línea y cuyas partes se encuentran
en diferentes regiones geográficas; ante este conflicto se plantean muchas dudas que la
legislación trata de disipar cada día. Al respecto, se indica que los retos de Internet, en este
campo de la jurisdicción, giran alrededor de tres tipos de ésta: la establecida, la adjudicada y
la impuesta por la dificultad que implica a veces localizar la legalidad más pertinente que
ocurra en Internet.” (De la Garza, 2000)
Sobre las cuestiones relacionadas con la jurisdicción, se deben tomar en cuenta las
dificultades que se presentan para definir el régimen legal en el denominado Ciberespacio, lo
cual algunos consideran un problema de derecho que tiene marcadas connotaciones dentro
del ámbito espacial de validez de las leyes. De esta manera, la doctrina legal tradicional
considera a la Red como un simple medio de transmisión que facilita el intercambio de
mensajes enviados desde una localidad geográfica con significativa legalidad a otra localidad
similar donde cada una de ellas tiene sus propias normas aplicables. Algunos autores señalan
que las fronteras físicas son simples creaciones o delimitaciones arbitrarias o espacios
controlados basados en accidentes históricos y en cuestiones geográficas, pero aún no se
aclaran ni delimitan las fronteras ni los territorios del denominado ciberespacio. Este
cyberespacio radicalmente socava la relación existente entre la significativa legalidad (online)
del fenómeno y la propia localización física.
No obstante, lo anterior, aun cuando se traten de armonizar las leyes de diferentes países,
sobre las transacciones realizadas a través de la Red, se habrán de analizar también las
propias consecuencias legales de cada transacción, de manera individual, que se presenten
en un territorio en particular. Aquí la pregunta básica para expresar lo antes expuesto sería:
¿Dónde se perfeccionan las transacciones realizadas a través de Internet? ésta, como
muchas otras interrogantes son las que las diversas legislaciones emanadas de organismos
nacionales e internacionales intentan resolver. Existen numerosos artículos que analizan y
proponen soluciones a la problemática relacionada con el uso de la tecnología, la cual, a la
vez, es compleja para determinar la norma aplicable a los conflictos relacionados con el
comercio que se realiza electrónicamente.
“No obstante, lo anterior, aun cuando se traten de armonizar las leyes de diferentes países,
sobre las transacciones realizadas a través de la Red, se habrán de analizar también las
propias consecuencias legales de cada transacción, de manera individual, que se presenten
en un territorio en particular. Aquí la pregunta básica para expresar lo antes expuesto sería:

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¿Dónde se perfeccionan las transacciones realizadas a través de Internet? ésta, como
muchas otras interrogantes son las que las diversas legislaciones emanadas de organismos
nacionales e internacionales intentan resolver. Existen numerosos artículos que analizan y
proponen soluciones a la problemática relacionada con el uso de la tecnología, la cual, a la
vez, es compleja para determinar la norma aplicable a los conflictos relacionados con el
comercio que se realiza electrónicamente.” (Barragán, 2000)
La información es proporcionada por el hecho en sí, por lo que está ocurriendo en un
determinado momento y en un lugar específico, como lo es el caso de la tecnología cuyas
frecuentes innovaciones son una realidad en la cual todo se encuentra inmerso y donde es
tan amplio e ilimitado su poder que la misma legislación no alcanza a prever sus
consecuencias en el momento mismo en que éstas ocurren.
En esta época de globalización y de innovación tecnológica y económica se ha generado un
incremento comercial utilizando las nuevas tecnologías de información. Sin embargo, ante
esta nueva forma de hacer negocios la regulación y legislación jurídica no conlleva a las
consecuencias legales necesarias. La normatividad de todas las actividades comerciales
consta de diversas de disposiciones jurídicas que regulan la mayor parte de las operaciones
realizadas en las negociaciones mercantiles, ya sea en el ámbito de comercio tradicional o
electrónico. Hablando del comercio electrónico, es necesario realizar una serie de
justificaciones sobre su regulación y a la vez ciertas sugerencias para su eficiente y eficaz
regulación.
• Normativa Internacional en el Comercio Electrónico
Ahora bien, es importante resaltar que a nivel internacional le corresponde la regulación,
estudio y análisis del comercio electrónico al derecho internacional privado, en cuanto a éste
le corresponde la normativa de las situaciones jurídicas que se susciten entre los particulares
en los diferentes países del mundo. La parte jurídica donde recae de manera más evidente la
regulación del Internet es en el ámbito del Derecho Internacional Privado, pues el uso de los
medios electrónicos como el Internet representa en sí un modo hasta hoy depurado y
enfocado a mundializar y globalizar situaciones privadas debido a las actividades comerciales
en las cuales los particulares se encuentran inmersos. Esto significa que a través de los
medios informáticos se ha podido incrementar el número y la variedad de dichas situaciones
privadas, pero desde un enfoque internacional, donde el “Derecho Internacional Privado es el
protagonista principal del impacto de Internet en el mundo jurídico”.
El comercio electrónico no se encuentra exento de las regulaciones jurídicas y desde un
principio se realizaron las patentes necesarias para que la aplicación de las mismas
actividades del comercio tradicional sea aplicable al comercio que haya recibido ayuda
mediante tecnología electrónica. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo y Comercio indicó que en los países desarrollados por lo general, existe 11
legislación en cuatro disciplinas jurídicas que son esenciales para promover una mayor
confianza de los usuarios en el comercio electrónico (leyes relativas a las transacciones

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electrónicas, la protección del consumidor, la privacidad y protección de los datos, y la lucha
contra la ciberdelincuencia), pero en muchas otras partes del mundo esa legislación es
insuficiente.
La Comisión de las Naciones Unidas (CNUMID) para el Derecho Mercantil Internacional
encargada de toda la regulación del comercio internacional creó en 1996 la Ley Modelo para
normar el comercio electrónico. En la misma señala las formas a través de las cuales se debe
implementar y los mecanismos para resolver las diferencias derivadas de su aplicabilidad.
Con ello se buscar mejorar su regulación en beneficio de los comerciales que realizan esta
actividad. Sin embargo, son insuficientes para lograr la consolidación del comercio electrónico
a nivel mundial.
Esto claramente refleja que la normativa creada en el ámbito internacional ha logrado tener
un impacto positivo en diversos Estados. Es importante mencionar que falta mucho por hacer,
sin embargo, es trascendental que cada vez más, haya Estados que incluyan en sus normas
nacionales al comercio electrónico, el cual es un área que beneficia a su desarrollo
económico.
• Normativa Nacional del Comercio Electrónico
En nuestra legislación encontramos que en el año 2008 se creo el decreto 47-2008, Ley para
el Reconocimiento de las Comunicaciones y Firmas Electrónicas. La que contempla que el
Estado como responsable del bien común debe mantener, reforzar y aplicar políticas y
acciones que permitan una mayor participación en la dinámica y beneficios del desarrollo
económico y social libre, la modernización, los procesos económicos sin trabas ni obstáculos,
artificiales, así como la inserción del país en las corrientes del progreso mundial de manera
sostenible y equitativa.
Derivado a la inmersión masiva de la tecnología en nuestra sociedad es una realidad que no
podemos ignorar y por ende se debe revisar los conceptos y visiones tradicionales del mundo
físico para adaptarlos al actual contexto del mundo digital. Y que la promoción del comercio
electrónico en todos sus aspectos requiere de una legislación cuyo fundamento sea, entre
otros, la facilitación del comercio electrónico en el interior y más allá de las fronteras
nacionales, la validación, fomento y estímulo de las operaciones efectuadas por medio de las
nuevas tecnologías de la información sobre la base de la autonomía de la voluntad y el apoyo
a las nuevas prácticas comerciales, tomando en cuenta en todo momento la neutralidad
tecnológica.
A demás que la integración al comercio electrónico global requiere que sean adoptados
instrumentos técnicos y legales basados en los modelos de legislación internacional que
buscan la uniformización de esta rama del derecho tan especializada, y que debe dársele
seguridad jurídica y técnica a las contrataciones, comunicaciones y firmas electrónicas
mediante el señalamiento de la equivalencia funcional a estas últimas con respecto a los
documentos en papel y las firmas manuscritas.

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• Siendo el ámbito de aplicación:
La presente ley será aplicable a todo tipo de comunicación electrónica, transacción o acto
jurídico, público o privado, nacional o internacional, salvo en los casos siguientes:
a) En las obligaciones contraídas por el Estado en virtud de Convenios o Tratados
Internacionales.
b) En las advertencias escritas que por disposición legal deban ir necesariamente
impresas en cierto tipo de productos en razón al riesgo que implica su
comercialización, uso o consumo.
El Estado y sus instituciones quedan expresamente facultados para la utilización de las
comunicaciones y firmas electrónicas.
En las transacciones y actos realizados exclusivamente entre sujetos privados y que no
afecten derechos de terceros, las partes podrán convenir en la aplicación de los mecanismos
previstos en esta ley o bien de cualesquiera otras alternativas que deseen para asegurar la
autenticidad e integridad de sus comunicaciones electrónicas.
Las disposiciones contenidas en esta ley se aplicarán sin perjuicio de las normas relativas a
la celebración, la formalización, la validez y la eficacia de los contratos y otros actos jurídicos;
el régimen jurídico aplicable a las obligaciones; y de las obligaciones que para los
comerciantes les establece la legislación vigente.
Las normas sobre la presentación de servicios de certificación de firma electrónica que recoge
esta ley, no sustituyen ni modifican las que regulan las funciones que corresponde realizar a
las personas facultadas, con arreglo a derecho, para dar fe de la firma en documentos o para
intervenir en su elevación a públicos.
El internet se perfila como uno de los factores más influyente de la cotidianidad moderna, este
fenómeno trae una gran cantidad de nuevos retos para el derecho. En especial es un desafío
para la protección de las libertades más fundamentales del ciudadano mundial.
El Internet ha modificado radicalmente la manera de hacer, de informarnos, de estudiar, de
investigar, así como de comunicarnos.
El internet ha erosionado, en los hechos, los límites geográficos. Esta suerte de
“desterritorialización”, de “deslocalización” trae como consecuencia la imposibilidad, o al
menos la seria dificultad, de los Estados para regular de modo independiente este fenómeno.
Algunos autores hablan de la crisis del monopolio del Estado en la reglamentación de las
relaciones entre personas de derecho privado como consecuencia de la globalización.
Asimismo, las circunstancias descriptas promueven el cuestionamiento del empleo de una
regulación territorial jerárquica producto de la soberanía estatal, frente a la que se abre paso
la toma en consideración de procesos de creación de normas de base no geográfica con la
implicación de los actores relevantes; que contribuye a erosionar en este contexto el alcance
de las técnicas localizadoras paradigmáticas del Derecho Internacional Privado.
El Internet es una red abierta, no sometida al gobierno de ninguna autoridad central, a
diferencia de lo que sucede en las redes de acceso restringido. Por ello, resulta de toda

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obviedad la necesidad de normas y medidas que brinden certeza y seguridad jurídicas a los
contratantes virtuales. Si a ello, le sumamos el dato de la internacionalidad, inherente a
Internet, la falta de certeza se incrementa, ya que surgen los problemas clásicos del Derecho
Internacional Privado: el conflicto de leyes y el conflicto de jurisdicciones.
En el campo específico del Derecho Internacional Privado, entendido este como aquella rama
que trata de resolver los conflictos espaciales que surjan con la convergencia de varios
ordenamientos jurídicos en un Estado, el impacto ha sido notable.
Los problemas jurídicos surgidos con motivo de la aparición de Internet tienen relación con el
conflicto entre su naturaleza deslocalizada y la índole territorial de ciertas normas que se
basan en la noción de “lugar” (lugar de celebración de un contrato, lugar de ejecución o
cumplimiento de un contrato, lugar del establecimiento de una de las partes, lugar de su
domicilio o residencia habitual, lugar de comisión del delito, lugar de producción del daño,
etcétera). O bien, se vinculan al conflicto entre la naturaleza inmaterial de Internet y las normas
que exigen o presuponen.
La celebración de un contrato internacional, que sea celebrado en medios electrónicos,
implica un problema en torno a determinar la norma a aplicar. Frente a ello, surge el dilema
del criterio utilizable, para algunos se debería invocar el principio Locus regit actum, es decir
que las formalidades extrínsecas van a determinar la legislación aplicable; pero otros auguran
que por la naturaleza misma de la Internet, resulta imposible apegarse a los cánones
tradicionales, por lo tanto una primera alternativa se ampara en la autonomía de la voluntad,
facultando a las partes disponer a que norma supeditarse; otra solución es citar, como ejemplo
la Directiva 31/2000 de la Unión Europea, que designa la ley del país de origen, es decir donde
aquél tiene su establecimiento.
Pero al final, los criterios para la aplicación de la legislación en la contratación por internet,
depende exclusivamente del Estado y la forma que lo regula, aunque esa pluralidad de
criterios dificulta adoptar una postura unificada, favoreciendo el uso de juicios de criterios de
conexión flexibles, sustentados en el principio de proximidad, entre el contrato y un
determinado ordenamiento, pero que atribuyen un margen de apreciación al aplicador.
Sea cual sea el criterio adoptado, existe un hecho innegable, el internet avanza a una
velocidad que fácilmente rebasa la previsión contenida en las normas jurídicas vigentes, lo
que exige que no solo se deban actualizar normas, sino variar sustancialmente la noción de
soberanía, en aras de buscar la estandarización jurídica, que se sustente en los criterios
desarrollados por los mismos usuarios de este.
El Internet ha cambiado la forma de comunicarnos, de negociar, de comprar, de educarnos y
de buscar un espacio de recreación. Pero ¿qué es Internet? Internet (inter – red), constituye
un entramado mundial de redes conectadas entre sí de un modo que hace posible la
comunicación casi instantánea desde cualquier ordenador de una de esas redes a otros
situados en otras redes del conjunto, por lo que se trata de un medio de comunicación global.

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Según la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, Internet significa “una
red de redes de ordenadores, los cuales se encuentran interconectados entre sí por la línea
de telecomunicaciones, permitiendo de este modo llevar a cabo una serie de actividades. Una
lista no exhaustiva de esas actividades podría comprender: grupos de charla, correo
electrónico, y sitios sobre temas tan diversos como lo son las actividades humanas off –line
(sitios meramente informativos, educacionales y culturales, o comerciales, con una enorme
cantidad de actividades y productos).
Entre sus características principales y relevantes en el campo jurídico, destacan: su
internacionalidad, descentralización, deslocalización, atemporalidad, virtualidad, accesibilidad
universal, interactividad, inmaterialidad o intangibilidad. En efecto, la mayoría de las
operaciones que se realizan en la web son internacionales, pues se halla presente en ellas
uno o más elementos extranjeros. En los hechos, Internet prácticamente hizo desaparecer la
distinción entre comercio interno y comercio internacional. Esta internacionalidad se vincula
con la incertidumbre acerca de quienes son los órganos competentes, estatales o no
estatales, para resolver las controversias que se originan en este nuevo espacio, así como en
cuanto a la determinación de la ley aplicable y sobre la eficacia extraterritorial de las
decisiones judiciales que se dicten al respecto.
En la era de la globalización, la utilización de internet se ha perfilado como herramienta de
gran importancia en la formación educativa de las nuevas generaciones, no solo nos referimos
a la enseñanza superior, sino que ha empezado a emplearse incluso en la básica, esto deriva
a otro gran problema, no siempre se cuenta con los suficientes recursos para que todos
tengan acceso a los medios informáticos. El internet es percibido como un instrumento de
primer orden para la búsqueda y recuperación de toda la información que generan los estados,
las organizaciones y otros actores internacionales. Esta circunstancia nos ha obligado a
romper con ciertos atavismos que aun imperan en la enseñanza del derecho.
No hay duda de que el internet ha tenido un impacto tremendo sobre la investigación legal
internacional, principalmente que sea más fácil el acceso a las normas internacionales
especialmente de los nuevos tratados, acuerdos e instrumentos internacionales, es más
accesible la documentación de organizaciones internacionales, se adquiere gran habilidad
para localizar rápidamente todo tipo de información.
Es por ello por lo que los estudiantes de la materia de derecho internacional privado deben
recibir por parte de los profesores la debida información sobre todas las posibilidades que
brindan las nuevas tecnologías de la información que ofrecen para su formación, mejorando
el aprovechamiento de las clases teóricas y el aprendizaje de sus contenidos y como la
información obtenida puede ser de utilidad para el futuro ejercicio de su profesión.
Los problemas en los que se debe proponer soluciones a la regulación del Internet son: a) La
eficacia de las medidas reguladoras que se adopten para el Internet y b) La legitimidad de la
respuesta en el sentido que restablezca el equilibrio entre los intereses que coexisten detrás
de la regulación. En los últimos años, han surgido varias discusiones y análisis desde distintos

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puntos de vista, formando varias propuestas o corrientes sobre cómo regular el Internet y los
problemas que se generan del uso de la misma. En la actualidad, al momento de darse varios
de esos problemas, se han aplicado soluciones que involucran ciertos aspectos de cada una
de las propuestas, formando de esta manera una “regulación mixta”.
Contradictoriamente, el aplicar dichas soluciones ha generado una no aplicación de muchas
normas, inseguridad jurídica y una discontinuidad de la legislación, debido a que falta
jurisdicción, medios de coerción y/o competencia de legislaciones. Además, es importante
agregar que puede ser que no existan medios tecnológicos, que eviten que se evadan las
responsabilidades y obligaciones que se han acordado de forma implícita por la “Comunidad
del Internet”.
En cuanto a la eficacia de aplicar el derecho en el ciberespacio, es muy común que surjan
argumentos que apoyan la Anarquía de la Red. Debido a que el Internet no respeta fronteras,
varios lo califican como “subversivo”, argumentando que debilita el poder del Estado, porque
crea ámbitos alternativos a éste, cambiando las relaciones internacionales en el ciberespacio,
porque reemplaza a los sujetos estatales por la sociedad civil que se encuentra organizada
en comunidades virtuales por ello sostienen que la red se orienta al Anarquismo.
Por lo anterior, los poderes públicos se ven amenazados, experimentando problemas para
gobernar con eficacia en la Red y ven afectada su soberanía, debido al fenómeno de
“globalización en los medios y la comunicación electrónica” en la que se dan actividades
económicas y delitos. La forma más clara de explicar esta discusión es el ejemplo de la
economía y la política, la economía cada vez es más global, organizándose en redes
electrónicas que provocan que el mercado financiero internacional no pueda concebirse en
un espacio geográfico, mientras que la política está arraigada al territorio, lo que impide que
pueda ejercer control sobre la actividad económica digital, en la forma en la que se está
acostumbrado.
La noción de anarquía admite también la carencia de regulación, y se orienta al libertinaje y
descontrol. Los que apoyan esta corriente argumentan que las características del Internet
libre, innovadora y variante favorecen al Anarquismo.
El estar en un ámbito sin normas y de ingobernabilidad es un error por tres razones: 1. El
término ciberespacio evoca control, debido a que la cibernética persigue la regulación perfecta
a través de la búsqueda de mejores maneras de dirigir. En este sentido, el código o
arquitectura de la Internet comercial de mediados de los noventa, en la que se facilitaba la
libertad de expresión, la privacidad y el cifrado de mensajes, se está modificando con el objeto
de permitir un mayor control de la identidad y del contenido, justificado en ocasiones por
razones de seguridad, influyendo en los comportamientos de los usuarios de la Red. 2. En
segundo lugar, porque un motivo que incide en la dificultad práctica de aplicación normativa
de los Estados no es, precisamente, la ausencia de leyes, sino todo lo contrario, el exceso y
contradicción de éstas, que provoca una dispersión de derechos, representativa de que el
derecho internacional no es un gran movimiento de unanimidad o un derecho de todos, a lo

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que se agrega la diferencia entre los sistemas jurídicos basados en el derecho anglosajón o
common law y los de origen romanista, como asimismo la existencia de una multiplicidad de
normas de diversa jerarquía en cada Estado, muchas de ellas aplicables por extensión o por
analogía al ciberespacio pese a ser anteriores a la tecnología que lo crea. 3. Por último, la
tercera razón por la cual Internet no es una "tierra de nadie" descansa sobre la base de que
la regulación no se circunscribe únicamente al ordenamiento jurídico positivo. En efecto, las
leyes y tratados internacionales son sólo una entre varias formas de regulación que coexisten,
pueden complementarse o desplazarse con otras, tales como las reglas del mercado, los
acuerdos contractuales, o la configuración técnica que alienta o inhibe ciertos
comportamientos en Internet.” Es importante señalar, que también se debe tomar en cuenta
la responsabilidad de los proveedores de contenidos en Internet, ya que de ellos dependen
las limitaciones al acceso del contenido que circula en el Internet. Su responsabilidad podría
ser regulada, por medio de acuerdos o convenios entre todos los proveedores del servicio de
Internet.
• COMERCIO INTERNACIONAL ELECTRÓNICO Y CONFLICTO DE LEYES Y DE
JURISDICCIONES EN EL CYBERESPACIO
El comercio electrónico, frecuentemente identificado con el uso de internet, se construye sobre
un sistema productivo basado en la automatización de las nuevas tecnologías, su regulación
legal y el comercio. En esta sociedad, la información y los servicios que la misma ofrece han
pasado a ser un bien de consumo cuyo valor económico es muy elevado, por lo que parece
necesaria una regulación jurídica de los problemas pluridisciplinares que plantea. El Derecho
internacional privado no es ajeno a estas cuestiones, de ahí que quepa interrogarse sobre si
sus técnicas de reglamentación y las soluciones que el derecho interno ofrece en los sectores
de ley aplicable y de la competencia judicial, son aptas para resolver los supuestos de tráfico
jurídico externo que se producen de forma desmaterializada en este espacio sin fronteras.
El comercio internacional electrónico, frecuentemente asociado con el uso de Internet
(International Network of Computer), ha experimentado tal desarrollo en los últimos años que
parece lícito admitir que se trata de un fenómeno destinado a cambiar numerosos hábitos
establecidos en nuestra vida, tanto personal como profesional.
“Internet, literalmente una “Red de Redes”, permite que un usuario se comunique en tiempo
real con otro usuario local, regional e incluso global. Cualquier persona provista de un
ordenador conectado a un suministrador de servicios de acceso a Internet puede entrar en el
sistema, en esa Red, bien para diversión bien para investigación o bien para fines de negocio
o de trabajo. Además, a través de los BBS (Electronic Bulletin Board) y de los “chats rooms”
un usuario puede enviar un mensaje a cualquier persona en el mundo, o bien limitar el mismo
a aquellas que tienen acceso a un particular BBS o a una “habitación” en donde se “aloja” un
grupo de personas que charlan o “chatean” sobre los más diversos temas. Palabras como e-
mail, hostname, dominio, chat, host, web, autopistas de información, Internet o cyberespacio,
forman ya parte de nuestro lenguaje familiar y cotidiano” (Davara Rodríguez, 2000)

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Más allá del fenómeno de Internet en sí mismo considerado, es preciso no perder de vista que
el cyberespacio es un conjunto digital de comunicación en el cual no existen fronteras ni
distancias ni autoridades centrales. La tecnología de Internet permite que la información
circule inmediata y automáticamente: basta con unos pocos segundos o minutos para
conectar y entrar en la línea, navegar y “descargar” (downloading) la información; a partir de
este momento estamos en un espacio sin fronteras. La conquista de este espacio, y su
reglamentación, se presenta para algunos como una asignatura obligada si desean sentirse
miembros y partícipes de los servicios de la sociedad de la información, en donde ocio y
negocio tienen un punto de encuentro.
El desarrollo de estas nuevas tecnologías de la información ejerce una poderosa influencia
sobre la cultura, el conocimiento, la interacción social, las formas y el lugar en donde se
desarrolla el trabajo y, sobre todo, en el consumo de bienes y servicios; es decir, en todos los
aspectos de nuestra vida diaria, en todas las ciencias y las humanidades y, por ende, en el
mundo jurídico. Es posible afirmar que en esta nueva realidad informática confluye y se refleja,
como si de un cauce y de un prisma se tratara, la realidad jurídica misma con su contenido
axiológico, con su nivel estructural y con su complejo articulado instrumental.
Existe acuerdo generalizado en el entendimiento de que las interrelaciones entre la
Informática y el Derecho se despliegan en una doble dirección: de un lado, como instrumento
o herramienta que proporciona al Derecho una gran facilidad para mejorar y hacer más
eficiente la gestión en todas las actividades jurídicas; y, de otro lado, como objeto de estudio
en donde el Derecho ya no “se sirve” de la Informática, sino que se ocupa de ella debiendo
proporcionarle un marco jurídico para su desarrollo.
Hasta ahora la doctrina ha prestado mayor atención a los problemas que se presentan en el
ámbito procesal, en concreto en el campo de la prueba y de la firma electrónica, y en el área
de la protección de datos personales (privacy de los individuos). Ello es consecuencia lógica
de la aptitud que los medios informáticos tienen para generar actos y negocios jurídicos en
masa, concertados a una gran velocidad, y para facilitar el intercambio de documentos y la
transmisión y circulación internacional de datos personales informatizados mediante sistemas
de comunicación electrónica.
Nuestro código civil, código de comercio y código procesal civil y mercantil fueron concebidos
pensando en el soporte tradicional del papel, en la prueba documental y en la prueba de
peritos, pruebas que parten de la escritura y de la calificación tradicionales. Sin embargo, la
informática jurídica documental se nutre de lo que se ha dado en llamar el “nuevo orden
mundial de la información” en donde los datos son tratados y centralizados en un país para
ser explotados en otros. Este fenómeno de la “desnacionalización” de la comunicación y del
flujo internacional de datos personales ha concitado el interés de juristas de todas las ramas
del Derecho debido a que el llamado “cyberespacio” ha afectado al Derecho con carácter
“multidisciplinar”.

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Con el surgimiento del internet, el Derecho, carente de una regulación nacional e internacional
adecuada, ocasionó un vacío legal y, de modo casi inmediato, masivas violaciones de
derechos. Ello es posible de entender si partimos del dato de que la “sociedad de la
información” es una sociedad construida sobre un sistema productivo basado en la
automatización de las energías del hombre y en donde la información se ha convertido en un
bien de consumo con un valor económico muy elevado. Tal fenómeno se incardina en un
proceso “virtual” caracterizado por el hecho de que los bienes más preciados son bienes no
materiales. Así pues, el enfoque jurídico de las cuestiones que plantea la sociedad de la
información es un tema complejo y de perfiles muy variados.
La posibilidad de concertar obligaciones por medios electrónicos, la posibilidad de llevar a
cabo actos y negocios jurídicos a través de la voluntad “preordenada” de un programa de
ordenador y las consecuencias que de los mismos se derivan para los operadores jurídicos
intervinientes sólo pueden ser explicadas dogmáticamente partiendo de la Teoría General del
Derecho. Sin embargo, la actividad participativa de la computadora en la celebración de
negocios jurídicos influye y determina la formación de la voluntad y su emisión libre y
consciente; el propio concepto de contrato, elaborado minuciosamente durante siglos, se
cimienta sobre la base del consentimiento, objeto y causa para su perfeccionamiento; y su
naturaleza jurídica, origen de las obligaciones, sobre la base de la concurrencia de los
elementos personales, reales y formales de cada tipo legal contractual.
Entre las principales dificultades que podemos encontrar son para delimitar los efectos de una
voluntad libre y consciente proyectada sobre un programa informático; dificultades para
determinar la liberación por el pago con dinero, concebido como bien fungible, cuando ya
muchas transacciones económicas se realizan mediante sistemas electrónicos; la propia idea
de documento, que asociamos inmediatamente con un soporte físico en papel o en cartón,
encuentra también dificultades cuando hemos de proyectarla a los discos magnéticos y
ópticos; la firma tradicional manuscrita, que era garantía de aceptación de los términos del
contrato, va a ser reemplazada y de hecho lo ya ha sido en algunos ordenamientos jurídicos,
por una variedad de métodos que son incluidos en el concepto amplio de firma electrónica y
cuya problemática radica en la escasa seguridad de su valor probatorio a efectos de
autenticación, aparte de su nula aportación respecto de la integridad del mensaje (exigencia
básica que debe cumplir un mensaje firmado, sea o no electrónico). Además, ha abierto una
gama muy sofisticada de delitos, de nuevas formas de criminalidad, que se proyectan en la
invasión de la esfera privada del individuo; desde sabotajes, virus y abordajes a los sistemas
por parte de incontrolables “piratas informáticos”, hasta atentados contra derechos, bienes e
intereses de los particulares en la esfera de su intimidad personal. A título de muestra
pensemos tan sólo en los siguientes ámbitos de la esfera personal del individuo que caen bajo
la posibilidad de ser afectados por los llamados riesgos de Internet:
a) La posibilidad de intromisión indebida en datos personales, su transmisión no
autorizada, el acoso informático, la propagación universal de difamaciones, injurias y

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calumnias, la incitación al odio, a la xenofobia, a la discriminación de toda índole, son
riesgos reales que atentan contra la intimidad, la imagen, la dignidad y el honor de las
personas;
b) La posibilidad de difusión ilimitada de imágenes e informaciones que suponen formas
nuevas de exhibicionismo, de provocación sexual, de pornografía entre menores de
edad;
c) La posibilidad de contribuir a la difusión ilícita de obras registradas como propiedad
intelectual, la piratería de programas y la difusión de contenidos publicitarios ilegítimos;
situaciones éstas que vulneran los derechos de propiedad intelectual e industrial, el
mercado y a los consumidores.
Se trata en suma de problemas derivados de la internacionalización de las relaciones jurídico-
privadas dada la naturaleza transfronteriza de este nuevo comercio electrónico. Su
planteamiento, y la búsqueda de soluciones, no pueden ser ajenos a las cuestiones de las
que se ocupa el Derecho internacional privado. Como ha sido señalado los problemas
jurídicos que plantea la sociedad de la información se encuentra en la utilización creciente de
una red abierta, como es Internet, que permite la edición y distribución masiva, y en línea, de
informaciones de toda índole. Desde la óptica del Derecho Internacional Privado, las
preguntas han de ir necesariamente vinculadas a la determinación de los derechos de los
particulares y a los modos de protección de los mismos. La técnica que sigue cada país o
cada legislación va a provocar necesariamente una respuesta distinta de cara al tráfico
externo, planteándose entonces disyuntivas en torno a la competencia judicial internacional y
a la ley aplicable.
La objeción de que las soluciones jurídicas de derecho interno carecen de viabilidad para
regular las relaciones jurídicas que se conciertan por vía de Internet, o para regir la propia
Red de Redes, puede ser despejada, es perfectamente normal que situaciones jurídicas
conectadas con varios ordenamientos extranjeros sean sometidas al Derecho de uno o de
varios Estados. Las dificultades para la determinación de este Derecho, cuando son varios los
elementos de internacionalidad que aparecen en el supuesto de hecho, son bien conocidas
por los especialistas del Derecho Internacional Privado.
Se pueden proponer alternativas tales como la elaboración de leyes modelo que partan de las
peculiaridades de la Red; o bien, la adaptación de reglas ya existentes para otros medios de
comunicación ya conocidos y surgidos de los avances de la tecnología (sector de radio y
televisión, por ejemplo). Por ello, toda propuesta que parta de la elaboración de una supuesta
International Cyberlaw no puede hacer abstracción de las leyes ya en vigor, sean materiales
o conflictuales, que se aplican a situaciones jurídicas transnacionales similares. Algunas
cuestiones que afectan al comercio electrónico desde la óptica del Derecho internacional
privado. “El punto de partida, como se ha dicho antes, es evaluar la pertinencia de las normas
existentes en materia de conflicto de leyes y de competencia judicial internacional (conflictos

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de jurisdicción) en nuestro derecho interno con el fin de comprender si sus soluciones son
viables en este nuevo “espacio” virtual” (Barriuso, 1998)
Los contratos informáticos son particulares, más no por el tipo contractual. Los tipos
empleados son los de siempre, es decir responden a la estructura tradicional de contratos
ampliamente conocidos: compraventa, leasing, arrendamiento, arrendamiento de servicios,
etc. Su particularismo, como ha puesto de relieve la doctrina, radica en otros factores: de un
lado, por el objeto de tales contratos, frecuentemente constituido por bienes incorporales
(ad.ex. contratos de Hardware-Software, contratos de desarrollo de Software, contratos de
concesión comercial de Software, contratos de tratamiento de datos, contratos de utilización
de datos, contratos de recursos informáticos o, contratos de estrategia informática); y, de otro
lado, porque aparecen coaligados a otros contratos relacionados entre sí por su objeto, así
como porque, en ocasiones, implican la afectación de la intimidad de los individuos (privacy),
sobre todo en los contratos sobre tratamiento de datos (EDP). Unido a esto, la
internacionalización de los medios de transmisión de la información y la apertura de mercados
nacionales, hacen que estos contratos presenten con frecuencia un carácter internacional
(ad.ex. licencia internacional de uso de Software, o leasing internacional de equipo
informático, o un contrato internacional de transferencia de datos informatizados). Este
carácter suele derivar del hecho de que los contratantes tienen su sede en diferentes países,
más no de la circunstancia de que en las fases de la negociación, o en alguna de las
transacciones llevadas a cabo, se haya utilizado el medio técnico de la electrónica o el
instrumento de comunicación de Internet.
Para saber qué ley aplicar y qué tribunal tendrá competencia para conocer de un contrato
internacional NO efectuado en línea, las reglas actuales de Derecho Internacional Privado,
están contenidas en los siguientes cuerpos normativos:
a) Normas sobre competencia judicial: Convenio relativo a la competencia judicial a la
ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil y Protocolo anejo,
hechos en Bruselas el 27 de septiembre de 1968 DOCE núm. C 189, de 28 de julio de
1990 y versión consolidada (DOCE núm. 27, de 26 de enero de 1998); y Convenio
relativo a la competencia judicial y a la ejecución de resoluciones judiciales en materia
civil y mercantil, hecho en Lugano el 16 de septiembre de 1988 (BOE 251, de 20 de
octubre de 1994; BOE, 8 de 10 de enero de 1995);
b) Normas sobre ley aplicable: Convenio sobre la ley aplicable a las obligaciones
contractuales, hecho en Roma, el 19 de junio de 1980 (BOE, 171, de 19 de julio de
1993, BOE 189, de 9 de agosto de 1993); Convención de las Naciones Unidas sobre
los contratos de compraventa internacional de mercaderías, hecha en Viena el 11 de
abril de 1980 (BOE, 26 de 30 de enero de 1991; BOE 282, de 22 de noviembre de
1996).
En cuanto a la determinación del tribunal competente. La primera dificultad que se presenta
es la de establecer “el lugar de ejecución de la obligación que sirve de base a la

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demanda”. ¿Cómo se fija este lugar en un contrato online? Como primera aproximación cabe
distinguir entre operaciones electrónicas únicamente entre profesionales y operaciones
electrónicas entre profesionales y consumidores, ya que los intereses en presencia y la
protección que se dispensa al consumidor en este tipo de contratos aconsejan buscar
soluciones distintas. Dadas las dificultades para establecer con precisión el lugar de ejecución
de un contrato online, algunos autores consideran que este factor de conexión no resulta
apropiado para las transacciones comerciales que se realizan en un ambiente electrónico, por
lo que se ha propuesto fijar como factor de localización el del lugar de “situación” de una de
las partes. El anteproyecto de Convenio de la Conferencia de La Haya de Derecho
Internacional Privado, sobre la competencia y la ejecución de sentencias extranjeras en
materia civil y mercantil (adoptada por la Comisión el 30 de octubre de 1999) recoge en su
artículo 4 la posibilidad de elección de foro mediante cláusulas concluidas o confirmadas “por
cualquier medio de comunicación que permita acceder a la información y ser consultada
ulteriormente”, en clara referencia a los contratos concertados por medios electrónicos
Para la determinación de la ley aplicable, en ausencia de elección, la regla que sirve de base
es el art.4 CR que señala que el contrato se regirá por la ley del país con el que presente los
vínculos más estrechos, permitiendo si una parte del contrato fuera separable del resto y
presentará una vinculación más estrecha con otro país. Para fijar o precisar “los vínculos más
estrechos” el art. 4.2 del CR presume que es el país en que la parte que deba realizar la
prestación característica tenga en el momento de celebración del contrato, su residencia
habitual.
Es por ello que la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, organización
intergubernamental que tiene por objeto la unificación del Derecho internacional privado
(esencialmente los conflictos de leyes y los procedimientos y la cooperación judicial
internacional) ha llevado a cabo en Ginebra una serie de sesiones sobre cuestiones de
competencia judicial y de ley aplicable en relación con el comercio electrónico y las
operaciones efectuadas por los intermediarios de Internet. En materia de ley aplicable a los
contratos “online”, la discusión se centra en la dicotomía entre la ley del vendedor (regla del
país de origen de la mercancía) o la ley del comprador (regla del país de recepción). La
solución propuesta, y en trámite de discusión, pretende evitar esta dicotomía partiendo de un
sistema nuevo que se basa en la llamada Certificación de Sitios inspirada en los trabajos que
la CCI y otras organizaciones privadas están llevando al efecto. Este sistema de Certificación
de Sitios partiría reglas específicas de protección de los consumidores, incluidas las garantías,
así como un sistema de reglamentación de controversias justo, de fácil acceso y gratuito para
el consumidor. “Si un Sitio ha obtenido por ejemplo la Certificación podrá entonces preverse
que se aplicará el derecho del país de origen y se dará competencia a los tribunales de ese
país, en los casos residuales que no puedan regirse por el sistema autónomo de resolución
de diferendos, comprendido en el sistema de Certificación de Sitios” (Freixes, 2008)

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LA SENTENCIA FRANCESA. La cuestión que dilucidó el tribunal francés se refería a la
responsabilidad “editorial” de un Sitio WEB que albergó y difundió por la Red fotografías
estrictamente privadas de una conocida modelo francesa, que la representaban desnuda. La
demanda promovida por la modelo se basaba en que tal hecho constituía una violación de su
derecho de imagen y una intromisión en la intimidad de su vida privada, con fundamento en
el art. 8 del Convenio Europeo de Derechos del Hombre y de las Libertades Fundamentales,
y en el art. 9 del C. civil francés. Solicitaba, como medidas provisionales, que se clausurara el
acceso en la página al vínculo (link) que en la misma existía y daba entrada a sus fotografías;
al propio tiempo que pedía una indemnización de 500.000 FF, en concepto de reparación por
los perjuicios causados, más otros 50.000 FF a título del artículo 700 del código de
procedimiento civil francés. La demanda se presentó contra un Sitio (domain) denominado .
Mediante un proceso verbal previo, y a través de expertos del CELOG, se pudo determinar
que el administrador de dicho Sitio era el Sr. Valentin X. El tribunal de Grand Instance de Paris
resolvió el 9 de junio de 1998 estimando que la cuestión de la responsabilidad del
suministrador de acceso y del suministrador del Sitio (Albergue) impedían entrar a un debate
sobre el fondo; pero, como medida cautelar ordenó al Sr. Valentín X, administrador de dicho
Sitio, que llevara a cabo todos los medios materiales para impedir y hacer imposible el acceso
a los clichés fotográficos y la difusión de las fotografías albergadas en la antecitada dirección,
estableciendo una multa pecuniaria de 100.000 FF diarios caso de contravenir la orden
judicial. La parte demandada se opuso alegando que la prohibición impuesta por el tribunal
no podía ser llevada a cabo habida cuenta de que las fotos en cuestión ya “no estaban en el
Sitio WEB” y, además que, de aceptar tal orden, se presupondría que el suministrador de un
Sitio en la red era responsable legal de ese Sitio, y por ende hacía pesar sobre él un control
de todos los contenidos del mismo. Se opuso asimismo con el argumento de que, si se
equiparara al suministrador de un Sitio (Albergue) de Internet con el director de una
publicación, a los efectos de serle de aplicación el derecho material francés, era necesario
demandar también al suministrador de los contenidos, que en su opinión era el responsable
de los mensajes incriminatorios; suministrador de contenidos que, en este caso, era anónimo.
Además, sostuvo que dadas las características de la WEB el suministrador de un Sitio no
puede a priori controlar los documentos que se almacenan en el mismo, por ser técnicamente
imposible en razón de la gran cantidad de documentos que se albergan y publican cada día.
La parte perjudicada alegaba en este trámite de apelación que el suministrador de un albergue
o Sitio en Internet es responsable de los documentos que se alojan en el mismo, “en tanto en
cuanto es un difusor multimedia profesional responsable y digno de dicho nombre y que no
ha tomado las precauciones más elementales para verificar si las fotografías habían sido o no
autorizadas con anterioridad por la interesada”. De este modo considera que el propietario del
dominio , que en juicio actúa en calidad de “suministrador del Sitio (albergue), es responsable
de los contenidos albergados en el mismo, así como del conjunto de informaciones accesibles

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bajo su “dominio”, al no haber tomado las precauciones necesarias frente a los contenidos
“colocados” en dicho Sitio por terceros.
La Cour d´Appel de Paris, confirma la decisión del juez de instancia en orden a la clausura del
vínculo (link) albergado en el Sitio , a fin de hacer imposible el acceso a las citadas fotografías
en base a la consideración de que: a) toda persona tiene sobre su imagen y su utilización un
derecho absoluto que le permite oponerse a su reproducción y difusión sin su autorización
expresa cualquiera que sea el soporte utilizado; y, b) que la difusión sin autorización sobre un
Sitio de Internet llamado de 19 fotografías de la modelo representándola desnuda y
procedentes de su colección privada es manifiestamente ilícito. Por lo que hace a la
responsabilidad compartida del suministrador de acceso y del suministrador del Sitio, el
Tribunal de Apelación no entra a conocer del fondo de la cuestión, esto es sobre la
exoneración de responsabilidad de uno y otro; sin embargo estima que, en el caso en
cuestión, las funciones del suministrador del Sitio (el demandado) exceden manifiestamente
de un rol técnico de simple transmisor de informaciones, y, por ende, como en el Sitio , creado
por V.X., se pueden albergar -para poner a disposición del público, o de cierto tipo de público-
, signos, señales, escritos, imágenes, sonidos o mensajes de toda naturaleza, éste es
responsable frente a terceros de las consecuencias de su actividad. La Corte condena al
demandado a pagar a la modelo una indemnización de 300.000 FF y a publicar en tres diarios
o revistas un comunicado con la decisión judicial.
Esta decisión resulta de interés para el DIPr. por lo siguiente: a) nos proporciona algunas
pautas para reflexionar sobre la concreción de un punto de conexión en el cyberespacio; y, b)
localizado ese punto de conexión podremos saber a qué tribunal atribuir la competencia
judicial internacional y qué ley aplicar a casos similares en los que no se conozca la ubicación
del Sitio-Internet ni la persona que suministre el servicio o los contenidos. Veamos el iter:
✓ en el caso de autos, la perjudicada por la información distribuida por Internet (la modelo
francesa), desconocía al verdadero suministrador del servicio y de los contenidos;
✓ sabía el Sitio de la WEB en donde se alojan éstos, pero este Sitio era una mera
dirección electrónica;
✓ pide prueba de expertos en informática y consigue determinar quién administra tal
Sitio; esta persona es el Sr. Valentin X; con un domicilio conocido;
✓ ha dado un primer paso: saber quién administra el Sitio, cuál es su domicilio y fijar un
punto de conexión espacial que le permita determinar el lugar de la edición/lugar de la
distribución.
Pero, otros pasos son necesarios a continuación, ¿cómo determinar la responsabilidad de los
diversos actores de la Red? Para poder demandar es preciso saber a quién o a quiénes
demandar (legitimación pasiva), dónde demandar (para conocer el forum) y qué demandar
(para aplicar el ius). Para ello, en nuestro caso, se plantearon varias cuestiones previas por
parte del demandado relacionadas todas ellas con la exoneración de su responsabilidad. Ello
nos lleva a preguntarnos sobre un dato nuevo. Es necesario conocer “a priori” las funciones

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que cumplen en la Red los diferentes agentes u operadores esto es: los suministradores
(proveedores) el que provee el acceso a la Red, el que provee el Sitio-Internet y lo mantiene,
alojando contenidos diversos y, el que provee los contenidos, que puede o no coincidir con el
que alberga, todo con el fin de identificar sus deberes y los mecanismos de determinación de
sus responsabilidades.
Dicho de otro modo, ¿quién es quién en la Red? Tomando las definiciones de un informe del
Consejo de Estado francés de 1998, y a grandes rasgos, un suministrador de Acceso es el
que ofrece al público un servicio de conexión a Internet por medio de sus propios ordenadores,
los cuales, a su vez, están conectados a Internet. Un suministrador de un Sitio, es aquel que
asegura un servicio de almacenamiento y tratamiento de contenidos en la memoria de un
ordenador conectado a Internet. Y, un suministrador de Contenidos, es aquel que introduce
un contenido en el Sitio, esto es una base de datos, o un grupo de discusión, o unas imágenes,
con el fin de que sea de acceso al público. Estos últimos se suelen especializar por materias,
distinguiéndose dos grandes grupos: las comerciales (prensa, editoriales, bancos,
comerciantes, etc.); y, las no comerciales (universidades, particulares, gobiernos, etc.). En la
práctica, las funciones de los suministradores de un Sitio y de los suministradores de
contenidos se acumulan con frecuencia en un mismo proveedor, de ahí que, en estos casos,
su distinción, a efectos de responsabilidad, no tendría más fin que el puramente funcional.
El razonamiento de la Cour d´Appel de Paris en la sentencia que traemos como ejemplo
parece estar inspirado en la llamada tesis de la “responsabilidad en cascada”, que hace recaer
en el difusor de los contenidos ilícitos la responsabilidad de la elaboración de un mensaje,
pese a no ser él mismo el autor del mensaje. Esta responsabilidad se liga o une al acto de
publicación y es una consecuencia del principio o deber de verificación y de vigilancia del
director de toda publicación, no importa cuál sea el soporte técnico que la contenga. Al vincular
la “culpa” del suministrador de un Sitio de Internet que alberga contenidos ilícitos con un deber
de vigilancia o de verificación de los contenidos44, la Corte de Apelación francesa está
aparentemente calificando tal conducta como una obligación de garantía, lo que justificaría la
responsabilidad civil objetiva frente a terceros del suministrador del Sitio que alberga los
contenidos por los daños causados a los mismos. En esta materia, -atentado contra la
intimidad personal-, el mecanismo de protección se actúa en el momento en que se constata
la violación del derecho subjetivo, según ha sido expuesto anteriormente, sin que sea
necesario probar la falta. Autor y editor (en este caso, suministrador de los contenidos y
suministrador del Sitio que alberga tales contenidos) son condenados conjuntamente ya que
el acto de la publicación (edición y albergue en términos de Internet) es lo que fundamenta la
obligación de reparación del daño. Y, en consecuencia, es esta conexión espacial la que
permitirá, concretar el tribunal que debe conocer de la demanda (lugar de edición y lugar de
difusión).
LEY APLICABLE. Queda por dilucidar la ley aplicable (lugar donde se ha producido el daño).
La centralización de competencia judicial propuesta por el Grupo de Trabajo de la Conferencia

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de La Haya de Derecho Internacional Privado, no excluye que el juez tenga que concretar el
lugar donde se produce el daño para conocer el derecho aplicable. Como hemos señalado
anteriormente, para unos ese lugar es el de la difusión de la publicación, lugar que también
es considerado como el lugar donde se genera el daño. Otro sector doctrinal considera que
el lugar del daño equivale al lugar del domicilio de la víctima; ya que es en su lugar de
residencia en donde hay que localizar un perjuicio que está tan ligado a su persona (el ataque
a su vida personal y a su intimidad).
La posible admisión por parte del grupo de trabajo de la Conferencia de La Haya de DIPr., del
lugar de residencia habitual de la víctima en aras a la determinación del derecho aplicable
presentaría la ventaja de la aplicación de una única ley a todos los problemas relativos a la
protección del derecho a la vida privada, como ha sido puesto de relieve por un amplio sector
doctrinal. Por el momento, y dados los términos de nuestro artículo 10.9 C. civil, aplicable a
todas las obligaciones no contractuales que no tengan una norma específica de DIPr. (interno
o convencional), la ley aplicable a la responsabilidad extracontractual en nuestro país es la
“loci delicti comissi” que se refiere al “lugar donde hubiere ocurrido el hecho de que deriven”.
Ello quiere decir que el tribunal español, en principio, tendrá que localizar materialmente los
hechos para saber el derecho a aplicar.
Empero, la aplicación rígida de esta norma a todos los supuestos y cuestiones puede
“eludirse” atendiendo a la naturaleza de la cuestión planteada y mediante el ejercicio previo
de la calificación, según ha puesto de relieve la doctrina. Es decir, a la “lex loci delicti comissi”
se le pueden “poner” excepciones dependiendo del tipo de ilícito de que se trate. Y, en el
ámbito que estamos tratando ahora, no cabe duda que si incluimos el derecho al honor como
un derecho de la personalidad vis a vis derecho fundamental eludiríamos la lex loci para
aplicar la lex fori como norma procesal (porque la protección de los derechos subjetivos son
indisociables de la adopción de medidas judiciales que lo sancionan) y como norma imperativa
(porque el derecho al honor, como derecho fundamental, tiene una importancia de carácter
esencial para el ordenamiento del foro).
Ahora bien, si consideramos que el derecho al honor es un derecho que forma parte del
estatuto personal, entonces tendríamos que acudir a la ley personal de la víctima como
aplicable al supuesto en especie (ley de la nacionalidad). No es nuestro interés en estos
momentos debatir sobre los interesantes argumentos doctrinales que en defensa de una u
otra postura se han concitado. Quede simplemente puesto de relieve que las nuevas
tendencias interpretativas de las normas de DIPr. buscan eminentemente el objetivo material
de la Justicia, y para ello ofrecen técnicas de reglamentación “distintas” a las clásicas.
Si el objetivo material en los casos en los que se viola el derecho a la intimidad a través de
una técnica tan sofisticada como Internet lo vinculamos con el principio del “favor laesi”,
modulado por el otro principio, también fundamental, del derecho a la información, entonces,
en nuestra opinión, el tenor de la norma contenida en el art. 10.9 C.civil resulta de difícil
concreción para el supuesto en la especie. No es que sea imposible la localización para

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concretar el lugar del daño, pero es precisamente la multiplicación exponencial de ese lugar
del daño la que nos hace pensar que el problema que apuntamos necesita de una regulación
especial. ¿Cómo? Quizá flexibilizando la norma de conflicto al objeto de que la víctima pueda:
a) en materia de competencia judicial, elegir el foro; y, b) en materia de ley aplicable, teniendo
en cuenta de que se trata de daños plurilocalizados, en lugar de seguir una localización
material (“lugar donde hubiere ocurrido el hecho de que deriven”), sugerir que el lugar donde
éstos se lesionen se vincule con la residencia de la víctima.
• La Intimidad Informática (Privacy) Y El Comercio Electrónico (La Protección De
Datos Personales):
Antes de nada hemos de advertir que lo que constituye el objeto de reflexión en este inciso
no es la protección de los derechos de autor sobre las bases de datos (tema que tiene que
ver con el derecho internacional de la propiedad intelectual en un mundo digital (International
Copyright In A Digitally Networked World), y que merece un estudio más pormenorizado. El
aspecto que analizaremos se circunscribe a las protección de los datos de carácter personal;
es decir, el tratamiento de los datos personales, las libertades públicas y los derechos
fundamentales de las personas físicas, y especialmente su honor e intimidad personal y
familiar. Dicho de otro modo, “el derecho a la autodeterminación informativa”.
El llamado derecho a la autodeterminación informativa (informationelle
Selbstbestimmungsrecht46) implica, como ha señalado LUCAS MURILLO47, “el poder
jurídico de rechazar intromisiones ilegítimas en la esfera protegida, y correlativamente,
determinar libremente y dentro de ella, la propia conducta”. La técnica de protección de este
derecho combina el propio poder del individuo frente a terceros (limitaciones y prohibiciones)
y el contenido de los datos que se protegen, que no tienen por qué ser íntimos, sino que basta
con que sean personales48. De ahí que, como afirma el anterior autor, el ámbito de protección
de este derecho es más amplio que el propio derecho a la intimidad. Lo que nos interesa
destacar ahora, si quiera de modo sumario, es que la protección de los datos personales
contenidos en las llamadas bases de datos, tiene un marco regulador específico en el derecho
español y, de igual modo, la transmisión internacional de datos personales goza de una “cierta
autonomía” consecuencia de la regulación convencional de que ha sido objeto.
Aunque el cuerpo internacional de reglamentación del “movimiento internacional de datos” no
es muy extenso, los cuatros textos más relevantes que abordan la ordenación de la protección
de datos personales son:
1. La Recommendation du Conseil concernant les Lignes Directrices régissant la
protection de la vie privée et les flux transfrontières des donnèes de caractère personal,
de 23 de septiembre de 1980/ Guideline on the Protection of Privacy and Transborder
Flows of Personal Data (23rd. September, 1980)
2. El Convenio para la protección de las personas con respecto al tratamiento
automatizado de los datos de carácter personal, hecho en Estrasburgo el 28 de enero

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de 1981. Ratificado por España por Instrumento de 27 de enero de 1984 (BOE, de 15
de noviembre de 1985).
3. Los Principios rectores para la reglamentación de los ficheros computerizados de
datos de carácter personal. E/CN.4/1990/72, de 20 de febrero de 1990.
4. La Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 24 de octubre de
1995, relativa a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento
de datos personales y a la libre circulación de estos datos.
Los textos internacionales antecitados poseen ámbitos de aplicación diferentes y por ende,
grados de obligatoriedad distintos. En cualquier caso, sí es posible encontrar elementos
comunes a todos estos textos. El más importante a nuestro propósito de estudio, es que la
cuestión del movimiento internacional de datos pasa por considerar que “entre dos países
afectados por un flujo de datos a través de sus fronteras, la información debe circular
libremente, como en el interior de cada uno de los territorios respectivos, siempre y cuando el
nivel de protección otorgado al individuo en cada uno de los ordenamientos afectados sea
similar”. Ello obliga a proponer una legislación uniforme internacional o al menos homogénea
que parte del principio de “nivel de protección equiparable”, como cláusula general aplicable.
La consideración de tal principio como cláusula general no es cuestión baladí, ya que su
concreción se hace depender de un criterio valorativo, concretu casu, criterio que se modula
a través de una doble vía: por un lado, objetivando el principio; y, por otro, permitiendo la
diversificación de las autoridades intervinientes en la adopción de las decisiones. Sobre estos
dos aspectos nos detendremos posteriormente.
• Principios básicos en la contratación electrónica
Principio de la buena fe: Tiene dos sentidos:
a) Buena fe Subjetiva; es la contención con que obran las personas o la ciencia con que
lo hacen,
b) Buena fe Objetiva; juzga la conducta del individuo en base a las reglas admitidas
acerca de lo que es recto y honesto.
La diferencia radica que la primera es una conducta que se impone al sujeto y la segunda es
fruto de una creencia. La subjetiva traduce la atribución de derechos y la objetiva por la
imposición de deberes. Este principio da lugar a los siguientes deberes de los contratantes
✓ Deber de información, deberán mantenerse recíprocamente informados de todas las
circunstancias del negocio, es decir con los mayores elementos de juicio que les
permite tomar una decisión acertada en el momento de optar la celebración del
contrato tales como las condiciones, peligrosidad de la prestación, causas de
incumplimiento, etc.
✓ Deber de claridad, las informaciones que se intercambian deben ser perfectamente
inteligibles y no se presten a una mala interpretación.
✓ Deber de secreto, obligación de no divulgar los hechos que han sido conocidos a
causa de los más rotativos y cuya difusión puede ser perjudicial, por ejemplo, la

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confidencialidad al otro sobre su situación patrimonial hablamos aquí de la seguridad
de los datos personales.
✓ Deber de exactitud, que sus declaraciones correspondan a sus respectivas
voluntades.
✓ Deber de investigación, deben cerciorarse respecto a la identidad de la contraparte,
así mismo en el caso que alguno de los contratantes actué por representación debe el
otro verificar si el poder que goza la autoriza para celebrar el contrato a representación
legal en caso de incapaces.
Principio de autonomía privada
Es una facultad concedida por el Estado a los particulares, éste les confiere la potestad
normativa de autorregularse y reglamentar sus intereses jurídicos generando una relación
obligacional entre las partes contratantes. Los particulares ejercen su autonomía privada a
través de dos libertades o derechos:
✓ Libertad de contratar; aquella que tiene el particular para decidir autónomamente si
contrata o no y con quien. Tal como lo establece el Código de Comercio de Guatemala,
en el Artículo 681 Libertad de Contratación, nadie puede ser obligado a contratar sino
solo cuando el rehusarse a ello constituya un acto ilícito o abuso de derecho.
✓ Libertad contractual o de configuración interna; aquella por la cual las partes fijan
el contenido de su contrato, pudiendo ejercerla ambas partes o solo una de ellas, en
el caso de los contratos por adhesión.
La Constitución Política de la República de Guatemala establece en el Artículo 43 la libertad
de industria, comercio y trabajo. Se reconoce la libertad de industria, comercio y trabajo, salvo
las limitaciones que por motivos sociales o de interés nacional impongan las leyes. En ese
orden de normativo viene a recaer en la salvaguarda de los principios de justicia y evitar así
el abuso de derecho. El Código Civil de Guatemala es el Artículo 1256 establece cuando la
ley no declare una forma específica para un negocio jurídico, los interesados pueden usar la
que juzguen conveniente y en su apartado de la proposición de contrato a través de el Artículo
1522 que preceptúa que la oferta contendrá las condiciones del contrato y se hará en términos
precisos y concretos. La respuesta se dará lisa y llanamente. La potestad que otorga la
autonomía privada, no es un poder independiente, en cuanto que el ordenamiento jurídico
regula su ejercicio estableciendo limitaciones. Ya que es el Estado quien concede esta
facultad, es él quien mediante el intervencionismo estatal afecte alterando o modificando los
contratos privados. Los límites antes referidos a los cuales está sujetan la autonomía privada
vienen instrumentados técnicamente en la ley a través de los requisitos del acto jurídico para
su válidez y eficacia, objeto físico y jurídicamente posible, agente capaz, un lícito y
observancia de la forma.
Los nuevos contratos electrónicos
Se ha analizado la importancia del ciberespacio y la dificultad que ofrece para los Estados el
regular las actividades que en él se realicen. Es aquí en donde se tiene que estudiar entonces

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cuales son los contratos electrónicos más importantes que se presentan como operaciones
de comercio electrónico, y que representan nuevas complicaciones para las potestades
jurisdiccionales de los Estados, en donde muchas veces se confunden con tradicionales
contratos de compraventa.
EDI (Electronic Data Interchange)
Desde la década de los 70, las transacciones vía EDI, han sido utilizadas como una forma ágil
y automatizada para las relaciones comerciales entre las empresas que favorece la
producción “just in time” (justo a tiempo). Puede definirse a las comunicaciones vía EDI, como
el intercambio entre computadoras de información negocial, en formatos estandarizados.
Mediante el EDI las interacciones entre las partes tienen lugar por medio de aplicaciones
informáticas que actúan a modo de interfaz con los datos locales y pueden intercambiar
información comercial estructurada. Con su utilización, se permite a las compañías desarrollar
un procesamiento automatizado de datos, el cual genera, transmite, recibe y procesa
información electrónicamente, en substitución de los tradicionales documentos en papel.
Las computadoras son programadas para contactarse entre sí y negociar acuerdos
comerciales, lo cual genera un cambio en la forma de realizar las actividades de naturaleza
mercantil. EDI permite un cambio en el enfoque de las empresas, se automatizan las
operaciones y se reduce la utilización de materiales. El EDI sustituye el soporte papel de los
documentos comerciales más habituales (órdenes de compra, remito, factura, lista de precios,
etc.) por transacciones electrónicas con formato normalizados y acordados previamente entre
los usuarios del servicio. Este servicio, a diferencia del correo electrónico, relaciona
aplicaciones informáticas que residen en las computadoras de las distintas empresas. Por lo
tanto, el intercambio de información se realiza entre aplicaciones informáticas y no entre
personas.
El UN/EDIFACT, fue desarrollado por las organizaciones internacionales y Estados miembros
de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UN/ECE) conocida como
WP.4, la cual pospuso la aprobación del estándar TDI propuesto a la Organización de
Estandarización Internacional (ISO), a fin de investigar la viabilidad de combinar los
estándares europeos y americanos que se estaban desarrollando. La coordinación
intercontinental se inicio en 1986 y se llegó a la creación de UN/EDIFACT. La implementación
y las guías para el diseño de mensajes fueron endosadas por ISO en un periodo récord de 18
meses, en 1987, normas hoy contenidas en la Resolución ISO 9755. Un Directorio de
Intercambio de Datos de las Naciones Unidas también fue aprobado como ISO 73725.
Básicamente, las normas EDI proporcionan las reglas de sintaxis que definen los documentos
electrónicos estructurados, pero si bien por razones históricas, en diferentes dominios
regionales o sectoriales se utilizan otras reglas de sintaxis (no normalizadas), EDIFACT es la
única sintaxis normalizada.

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Shrinkwrap y webwrap
De acuerdo con la doctrina internacional, la cual resulta consulta necesaria para el análisis
del tema, el término Shrinkwrap hace referencia a un acuerdo de licencia de uso, sin firmar,
el cual estipula que la aceptación por parte del usuario de los términos, se presenta en el
momento de abrir el empaque “shrinkwrap”, u otro empaque del software, por el uso del
software, o por otro mecanismo especificado.
La autora Andrea Migdal, explica en su estudio “Shrinkwrap Licences Abroad”, que dentro de
los países que han aceptado la válidez de las licencias shrinkwrap, se encuentran Estados
Unidos, Canadá, Inglaterra, Argentina, Bélgica, Egipto (en donde no existe ningún tipo de
limitación), Hong Kong (las licencias shrinkwrap, son consideradas dependiendo de su
razonable operación en cada transacción), y Malasia (en donde, aunque se acepta la válidez
de las licencias shrinkwrap, los jueces toman como base las sentencias de Estados Unidos e
Inglaterra)18. Por el otro lado, varios países como Finlandia, Noruega, Polonia, Singapur,
Sudáfrica, Taiwán y Venezuela, aunque se llevan a cabo diariamente transacciones con
utilización de shrinkwraps, las cortes probablemente no le otorguen válidez a dichos contratos
ante la ausencia de legislación, o aplicación de normas de otros contratos similares. Varios
otros países, aunque otorgan válidez a las licencias shrinkwrap, imponen limitaciones a su
uso. Por ejemplo Colombia, Dinamarca, Francia, Alemania y Japón, e Italia, obligan a que el
acuerdo shrinkwrap se encuentre en el idioma natal del país en donde se realice la
transacción. En Francia, Italia, Alemania, Dinamarca, Japón, el Reino Unido y la República
Dominicana, se exige la visibilidad de los términos de la licencia en el exterior del empaque.
Muchos países prohíben expresamente, los términos de las licencias shrinkwrap, que puedan
afectar la legislación interna, o ser considerados ilegales; en efecto Guatemala; no tiene
legislación alguna con relación a dichos contratos electrónicos.
El webwrap Si la intención es definir y entender las compraventas en internet, es indispensable
comprender los webwrap, lo cual no se lograría sin haber estudiado anteriormente el contrato
shrinkwrap. Los contratos webwrap, incluyen varios tipos de transacciones en línea. Una de
estas son las transacciones de venta de software, que requieren que el usuario o consumidor
final, acepte los términos de una licencia de uso, previo al envío del software en línea23. Esta
forma de utilizar el contrato webwrap es muy común, y se asemeja a las características del
shrinkwrap. Algunos sitios utilizan acuerdos webwrap para prevenir que los usuarios de la
Web puedan navegar en sus páginas, sin antes aceptar varios términos que los dueños del
sitio establecen (como restringir el uso de la información de la página a uso personal, prohibir
la reproducción del contenido del sitio, etc.). Las transacciones webwrap, también llamadas
clickwrap, son las convenciones electrónicas que más se utilizan en internet.
Contrato de servicios por internet
Al menos en Guatemala, las actividades comerciales que envuelven el ofrecimiento de
servicios, no son consideradas como compraventas, sino como contratos independientes, en
donde surgen obligaciones y derechos para las partes. Más aún, el término venta de servicios,

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puede ser considerado como erróneo, al existir un ofrecimiento de estos, y no un contrato
traslativo de dominio.
En el ámbito internacional, se ha respetado esta consideración de analizar éstos contratos
como de prestación de servicios y no como una compraventa. En la mayor parte de las
legislaciones del mundo, la compraventa se refiere al traspaso de un bien de un sujeto a otro,
y en cuanto a los servicios no se produce en ningún momento un contrato traslativo, ya que
lo que se acuerda es la realización de una actividad, a cambio de un pago. Un ejemplo claro
de la visión mundial hacia los contratos de servicios, lo tiene la Convención de las Naciones
Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías. A pesar de que la
Convención, regula solamente las compraventas internacionales de mercaderías, para
determinar cuál es el ámbito de aplicación de sus normas, realiza una delimitación de las
posibles consideraciones a nivel internacional de contratos de compraventa.
Está claro que la Convención, recoge las reglas de varias tradiciones jurídicas de los distintos
países del mundo. En el Artículo 2, se crea una lista, no taxativa, de compraventas
internacionales que no son reguladas por la Convención, pero que son figuras que
probablemente deberán ser reguladas posteriormente por un instrumento internacional. Se
habla de las compraventas para consumo personal, de compraventas en subasta o por venta
judicial, venta de dinero o valores, venta de buques y aeronaves y ventas de electricidad. Los
países han acordado otorgarle la condición de compraventas internacionales a estos
contratos, lo cual no sucede con las prestaciones de servicios. El Artículo 3 de la Convención,
establece una exclusión sin reservas; la Convención no se aplica a contratos en que “la parte
principal de las obligaciones” del vendedor consista en “suministrar mano de obra o prestar
servicios”. Veo que se realiza una consideración a parte de los contratos de suministro de
servicios, por lo que, desde ya, se aclara que no se tiene una compraventa, sino un contrato
distinto susceptible de ser regulado por otras convenciones.
Jurisdicción en Guatemala,
Guatemala se ve inmerso en un mundo globalizado, en el que las transacciones por internet
han creado un complejo panorama legal. Sin embargo, por el momento el derecho
internacional evita el caos y la anarquía. Ningún Estado puede violentar el derecho
internacional y adjudicarse la potestad de regular las actividades de internet, por ellos deben
limitarse a estudiar cada caso para determinar si se permite o no, la aplicación de normas
nacionales.
En el caso de las compraventas en Guatemala, si las partes se encuentran en el territorio, la
ley aplicable será la guatemalteca. No importa que los actos de oferta y aceptación se
presenten en internet, pues la localización de las partes y de los bienes de la transacción
determinará que los tribunales nacionales tienen jurisdicción para resolver el caso y aplicar
nuestras leyes. El título I, Normas Generales de la ley del Organismo Judicial en el capítulo II,
Normas del Derecho Internacional Privado, establece en el Artículo 24 estatuto personal, el
estado y capacidad de las personas y las relaciones de familia, se rigen por las leyes de su

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domicilio; Artículo 25 calificación, la calificación de la naturaleza de la institución o relación
jurídica se efectuará de acuerdo a la ley del lugar en que se juzgue; Artículo 27 situación de
los bienes (Lex rei sitae); los bienes se rigen de acuerdo a la ley del lugar de su ubicación;
Artículo 30 lugar de cumplimiento de los actos (Lex loci executionis); si el acto o negocio
jurídico, debe cumplirse en un lugar distinto a aquel en que se celebró, todo cuanto concierne
a su cumplimiento, se rige de acuerdo a la ley del lugar de ejecución; Artículo 33 de lo
procesal, la competencia jurisdiccional de los tribunales nacionales con respecto a personas
extranjeras sin domicilio en el país, el proceso y las medidas cautelares, se rigen de acuerdo
a la ley del lugar en que se ejercite la acción; Artículo 34 de la Jurisdicción; los tribunales
guatemaltecos son competentes para emplazar a personas extranjeras o guatemaltecas que
se encuentren fuera del país, en los siguientes casos: a) Cuando se ejercite una acción que
tenga relación con actos o negocios jurídicos realizados en Guatemala; b) Cuando se ejercite
alguna acción concerniente a bienes que están ubicados en Guatemala; c) Cuando se trate
de actos o negocios jurídicos en que se haya estipulado que las partes se someten a la
competencia de los tribunales de Guatemala. Estos mandatos legales desarrollan las normas
de derecho internacional privado necesarias para cada caso. Si el acto se ejecuta en
Guatemala, o las partes son nacionales, o el bien se encuentra en Guatemala, probablemente
será ley guatemalteca la aplicable y el caso se verá ante sus tribunales. Si el caso presenta
elementos internacionales, el foro más apropiado decidirá el caso. “Análisis Jurídico Sobre La
Contratación Electrónica Y Sus Alternativas Para Su Aplicación En Guatemala” (López Morán,
M. R. 2009).
El Decreto numero 47-2008; del Congreso de la República de Guatemala; en el Artículo 29
ubicación de las partes, preceptúa que, para los fines de la presente ley, se presumirá que la
sede o el lugar del establecimiento comercial de una parte está en el lugar por ella indicado,
salvo que la otra parte demuestre que la parte que hizo esa indicación no tiene sede o
establecimiento comercial alguno en ese lugar. Si una parte no ha indicado la sede o el lugar
del establecimiento comercial, se considerará como tal para los efectos de la presente ley, el
que tenga la relación más estrecha con el contrato pertinente, habida cuenta de las
circunstancias conocidas o previstas por las partes en cualquier momento antes de la
celebración del contrato o al concluirse este. Si una persona física no tiene establecimiento
comercial, se tendrá en cuenta su lugar de residencia habitual. Un lugar no constituye un
establecimiento comercial por el solo hecho de que sea el lugar. A) Donde estén ubicados el
equipo o la tecnología que sirven de soporte para el sistema de información utilizado por una
de las partes para la formación de un contrato; o, B) Donde otras partes puedan obtener
acceso a dicho sistema de información. El hecho de que una parte haga uso de un nombre
de dominio o de una dirección de correo electrónico vinculados a cierto país no crea la
presunción de que su establecimiento comercial se encuentre en dicho país; Artículo 30
requisitos de información, nada de lo dispuesto en la presente ley afectara a la aplicación de
norma jurídica alguna en virtud de la cual las partes deben revelar su identidad, la ubicación

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de su establecimiento u otros datos, ni eximirá de consecuencias jurídicas a una parte que
haya hecho a este respecto declaraciones inexactas, incompletas o falsas. “Comercio
internacional electrónico y conflicto de leyes y de jurisdicciones en el cyberespacio” (Gomez,
M. 2000).
• EL IMPACTO DE INTERNET EN EL MUNDO JURÍDICO: UNA MIRADA DESDE EL
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO
El internet es uno de los temas que más controversia a tendido en cuanto a la regulación de
los medios de comunicación masiva, comúnmente llamado internet, además veremos los
retos que los juristas deben enfrentar con este tema, como se plantean algunas
regularizaciones del ciberespacio y se hará una propuesta desde la vista del Derecho
Internacional Privado, mismo que recalca la importancia de la forma de las normas para
regular el internet y el rol de esta disciplina para resolver conflictos en torno a ello.
Dentro de las consideraciones podemos mencionar las fronteras geográficas que ha cruzado
el internet, este es el punto de partida de la cual se enfrenta cada uno de los países para
determinar de qué manera se puede regular.
“Informe Bangemann, "Europa y la sociedad de información planetaria", (Revista del Derecho
de la Alta Tecnología, DAT, Argentina, años VII y VIII, núms. 84 y 85, agosto-septiembre,
1995, pp. 20 y ss)

Analizando las fronteras del internet, podemos decir que no hace distinciones de lo individual
y colectivo, entre lo público y lo privado. Se puede decir que el internet es el medio de
comunicación que acorta el tiempo de respuesta, muchas personas definen al internet como
un campo de batalla en el cual puede ser utilizado para hacer cosas buenas o no tan buenas,
en pro de hacer algo o en contra, la falta de un marco normativo configura un obstáculo para
desarrollar este canal de comercialización.
Existe una variedad inmensa de transacciones que son frustradas por la desconfianza de
potenciales usuarios y operadores del internet, por lo que se hace necesario regular este
fenómeno, ya que el número de usuarios crece constantemente de una manera exponencial
la cual no se encuentra regida por ningún reglamento de uso.
Nos haremos algunas preguntas para determinar realmente el potencial del internet. ¿Qué es
Internet? ¿Qué es la Web? ¿Qué es el Ciberespacio? Iniciaremos explicando que todos los
términos o conceptos relacionados, son diferentes, y tienden a confundirse. Muchas personas
confunden los términos “computadora”, “Internet”, “Web” (World Wide Web o www), y “Redes
sociales”. “El impacto de Internet en el mundo jurídico: Una mirada desde el Derecho
Internacional Privado. Foro Jurídico” (“Scotti, L. B. (2016).
Se pueden utilizar computadoras en red que no tienen nada que ver con Internet, tal es el
caso de las cajeras en los supermercados, ya que estas pueden estar en red, pero no están
conectadas a internet sin tener acceso a la web, también hay computadoras con internet y
conexión a la web sin conexión a red.

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Por lo que podemos concretar que Internet, es el conjunto descentralizado de redes de
comunicación interconectadas que utilizan protocolos TCP/IP, lo cual garantiza que las redes
físicas heterogéneas que la componen funcionen como una red lógica única de alcance
mundial. El significado de www se puede definir como el conjunto de protocolos que permite,
de forma sencilla, la consulta remota de archivos de hipertexto. “Retos Actuales del Derecho
Internacional Privado Memorias del XXXVIII Seminario de Derecho Internacional Privado”
(Ciudad de México, 22-23 octubre de 2015).

Existen otros servicios y protocolos que son utilizados como medio de transmisión tal como
SMTP, FTP y P2P, IRC, etc.
En octubre de 1995, el Federal Networking Council (FNC) resolvió: “El Consejo Federal de
Redes (FNC) acuerda que la siguiente descripción refleja nuestra definición del término
‘Internet’. ‘Internet’ se refiere al sistema de información global que: (i) esta enlazado
lógicamente a un espacio global de direcciones únicas basadas en el Protocolo de Internet
(IP) o sus subsecuentes extensiones / añadidos; (ii) puede soportar la comunicación usando
el conjunto “Protocolo de Control de Transmisión”/”Protocolo de Internet”(TCP/IP) o sus
subsecuentes extensiones/añadidos y otros protocolos compatibles con IP; y (iii) provee, usa
o da accesibilidad, ya sea de manera pública o privada, a servicios de alto nivel superpuestos
en las comunicaciones y las infraestructuras relacionas ya descritas”
La Haya de Derecho Internacional Privado, considera que “Internet” significa “una red de redes
de ordenadores, los cuales se encuentran interconectados entre sí por línea de
telecomunicaciones, permitiendo de este modo llevar a cabo una serie de actividades.
En 1989, Tim Berners-Lee crea los hipertextos y la WEB o “www”, en febrero de 1993, fue
lanzado al mercado el primer navegador web, llamado “Mosaic”, predecesor de otros más
conocidos como “Netscape” o “Internet Explorer” o los más actuales, “Firefox” y “Google
Chrome”. A su turno, muchos años antes de que existieran “Google”, “Yahoo!” o “Bing”, estaba
“Wandex”, En 1996, John P. Barlow redacta la ya mencionada “Declaración de la
Independencia en el Ciberespacio”. Al año siguiente, la Corte Suprema de USA dicta el
célebre fallo “Reno v. ACLU” que consagra dicha libertad, aunque establece restricciones en
el caso de los menores,
Cómo poner orden en el ciberespacio Las teorías en pugna sobre la regulación jurídica de
Internet, Internet no responde a las clásicas fronteras estaduales y, por lo tanto, escapa a los
ordenamientos jurídicos nacionales. Existen dos corrientes claramente diferenciadas y
extremas: quienes promueven la “no regulación” (o, desde una mirada más moderada, la
“autorregulación”), por una parte, y quienes abogan por la regulación estatal, ya sea a través
de normas de Derecho Internacional Privado o de un Derecho especial de y para el
ciberespacio.
Las uniones entre países no pueden reglamentar de modo unilateral el ciberespacio, por lo
que se impone la cooperación internacional entre las organizaciones internacionales que
tienen un rol central y formación del derecho a lo cual le denominan política de cooperación.
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Se considera que es imprescindible que se regule el Internet y, en particular, de las relaciones
jurídicas que se llevan a cabo en este nuevo espacio. Cierto es que Internet es una red abierta,
no sometida al gobierno de ninguna autoridad central, a diferencia de lo que sucede en las
redes de acceso restringido. Por ello, resulta de toda obviedad la necesidad de normas y
medidas que brinden certeza y seguridad jurídica a los contratantes virtuales. Si a ello le
sumamos el dato de la internacionalidad inherente a Internet, la falta de certeza se incrementa
ya que surgen los problemas clásicos del Derecho Internacional Privado: el conflicto de leyes
y el conflicto de jurisdicciones.
La evolución de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha favorecido
la presencia de nuevas herramientas en Internet, representadas principalmente por la
existencia de espacios abiertos de comunicación e interacción.
La participación activa y el creciente número de los usuarios de las redes sociales en este
ámbito han producido importantes consecuencias en el ejercicio de algunos derechos
fundamentales.
El estudio de la regulación internacional de Internet requiere de la sistematización de sus
órganos y regulaciones desde una perspectiva que exceda el análisis jurídico. El presente
análisis presenta las regulaciones internacionales a partir del concepto de capas de la red,
buscando relaciones entre la estructura técnica de Internet, compuesta por capas de
infraestructura, lógica y de contenidos, y su ordenamiento institucional y normativo, bajo el
entendido que las dimensiones técnica y jurídica se encuentran íntimamente relacionadas
entre sí, revisando instituciones y normas clave en cada capa de la red. Además, se explora
la teoría de separación de las capas como un marco capaz de ofrecer principios básicos para
la regulación internacional de Internet.
Internet sí estaría regida por regulaciones de variada naturaleza. Estas reglas entrañan un
altísimo nivel de complejidad por su carácter descentralizado en lo técnico y lo legal,
comprendiendo una serie de diversas tecnologías y jurisdicciones nacionales que configuran
un marco normativo a Internet.
Cuando se habla de regulación internacional de Internet, no existe un único instrumento
jurídico que regule a la red, ni todos ellos tienen la misma naturaleza. Por una parte, cada
capa de la red partió siendo regulada, además de su código, mediante instrumentos
específicos, atendido el origen histórico e institucional de cada una de ellas.
• El Derecho De Internet
La irrupción de las nuevas tecnologías de la información ha tenido un impacto considerable
en todos los ámbitos de la vida social. La ley no se ha librado, y esta presión no sólo se refleja
en normas específicas, sino también en la reflexión teórica. A pesar de una realidad reciente,
Internet ha llamado la atención de algunos académicos
Preocupado por el impacto que su especificidad pueda tener en los conceptos legales
tradicionales. Uno de los aspectos más controvertidos gira en torno a la identificación del
organismo encargado de regular la red. Esta pregunta ha generado una bibliografía bastante

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extensa por su relevancia práctica y filosófica. De hecho, se refiere a la fuente social de la que
se deriva la ley, a saber, la determinación de anotaciones de legitimidad específicas de
Internet. Por supuesto, en las páginas que siguen no pretendo dar ninguna respuesta
concluyente acerca de esta cuestión. Sólo intentaré esbozar algunas pinceladas útiles para
replantear este asunto básico de la teoría jurídica desde las perspectivas que abre esta
tecnología. Afrontar este asunto requiere aclarar previamente algunos puntos de vista acerca
del debate sobre la regulación de Internet.
• Diferencias entre el mundo virtual y el mundo real o tradicional
Ambos mundos interactúan en forma permanente. Las relaciones sociales, y también las
jurídicas, se llevan a cabo en uno y otro espacio, que en algunos casos compiten y en otros
se complementan. El espacio real y el espacio virtual en interacción crean nuevas formas de
sociabilidad, nuevas formas de vida y de organización social.
Sin embargo, en el plano de lo jurídico, existen algunos rasgos que aún nos permiten distinguir
los mercados tradicionales de los mercados electrónicos o virtuales.
Siguiendo al Profesor Santos Belandro, podemos mencionar los siguientes caracteres
distintivos: la transnacionalidad del espacio virtual; la instantaneidad de las transacciones (1);
el anonimato de los operadores; y la digitalización de los productos (2)
Pero estas diferencias no implican que el “mundo virtual” no pueda ser regulado. El mundo
real y el mundo virtual no son compartimentos estancos, por lo que no pueden ser tratados
como espacios jurídicos desconectados, puesto que somos los mismos seres humanos los
que nos movemos, comunicamos, comerciamos: nos relacionamos en uno y en el otro.
Los problemas suelen ser los mismos o muy similares y, en consecuencia, las soluciones no
pueden ser divergentes.
• Características de Internet jurídicamente relevantes
Entre sus características principales y relevantes en el campo jurídico, destacan: su
internacionalidad, descentralización, deslocalización, atemporalidad, virtualidad, accesibilidad
universal, interactividad, inmaterialidad o intangibilidad.
a) Internacionalidad
La mayoría de las operaciones que se realizan en la web son internacionales, pues se halla
presente en ellas uno o más elementos extranjeros. En los hechos, Internet prácticamente
hizo desaparecer la distinción entre comercio interno y comercio internacional. Esta
internacionalidad se vincula con la incertidumbre acerca de quiénes son los órganos
competentes, estatales o no estatales, para resolver las controversias que se originan en este
nuevo espacio, así como en cuanto a la determinación de la ley aplicable y sobre la eficacia
extraterritorial de las decisiones judiciales que se dicten al respecto (3)
b) Accesibilidad internacional
También se destaca su masividad y accesibilidad universal ya que Internet es una red abierta:
podemos ingresar y salir de la red, pasar del mundo real al virtual sin esfuerzo y sin siquiera
percibirlo, toda la información está disponible para toda persona, en cualquier momento y

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desde cualquier país. Desde cualquier lugar del mundo, con una computadora, una línea
telefónica y un módem, se puede tener acceso a toda la web.
Evidentemente, esta difusión masiva del comercio electrónico en el que participan un número
indeterminado y heterogéneo de actores plantea exigencias de seguridad y de tutela, sobre
todo de las personas jurídicamente más débiles como son los consumidores, los niños, entre
otros.
c) Atemporalidad
Por otro lado, Internet elimina el tiempo y la distancia y, por ende, en el mundo virtual, ambos
extremos casi perdieron importancia. En el ciberespacio, la nueva coordenada es la
atemporalidad.
Las relaciones por Internet tienen respuestas instantáneas, y las relaciones jurídicas, pese a
la virtualidad, se realizan usualmente entre personas presentes. Pensemos en un contrato
celebrado a través de un sistema de teleconferencia, videoconferencia, o Skype.
d) Descentralización
Asimismo, el carácter descentralizado de Internet se motiva en que su funcionamiento es
consecuencia del empleo, por una gran cantidad de operadores de sistemas informáticos y
de redes, de protocolos comunes, es decir, un mismo conjunto de convenciones relativas a la
transmisión de datos entre computadoras que permite el intercambio de información digital.
e) Deslocalización, aterritorialidad y ubicuidad
Otras características trascendentes de Internet, estrechamente vinculadas con las
mencionadas con anterioridad, son su deslocalización, aterritorialidad y ubicuidad, que para
algunos autores, junto con la incorporalidad, la convierten en un medio de comunicación
totalmente distinto a los ya existentes: prensa, radio, televisión, telecomunicaciones
f) Intangibilidad, incorporalidad o inmaterialidad
Por su parte, la intangibilidad o incorporalidad se vincula evidentemente con la eliminación del
soporte papel en el comercio electrónico, lo que ha generado la elaboración de un nuevo
principio: el de equivalencia funcional.
• Problemas jurídicos que plantea un mundo sin territorio ni fronteras: una mirada
desde el Derecho Internacional Privado
En la posibilidad de dar cumplimiento a los requisitos legales de forma (sin perjuicio de la
posibilidad de dejar al margen ciertos supuestos, como aquellos en los que se impone la
intervención de un fedatario público o la inscripción en un registro público, excepcionales en
el tráfico mobiliario), mediante el empleo de técnicas de comercio electrónico adecuadas para
satisfacer los objetivos y funciones a los que responden
Muchas son las problemáticas de índole jurídica que suscita este fenómeno apasionante.
Entre ellas, podemos mencionar las relativas a la publicidad en Internet, la ley aplicable al
contrato y al documento electrónico, la jurisdicción
competente, la validez de la firma digital y del dinero electrónico, los delitos informáticos, la
falta de seguridad en la red, los alcances de la libertad de expresión en el ciberespacio, la

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protección de los datos personales y las consecuencias de la violación al derecho a la
intimidad, la transgresión de los derechos de los consumidores y usuarios, la piratería
(violación al derecho de propiedad intelectual), el pago de impuestos y aranceles en el
comercio electrónico y las consiguientes infracciones impositivas, la vulneración de principios
fundacionales del Derecho Laboral a través del llamado “teletrabajo”, la responsabilidad
extracontractual, y la pornografía infantil.
Consideramos que es imprescindible la regulación de Internet y, en particular, de las
relaciones jurídicas que se llevan a cabo en este nuevo espacio.
Cierto es que Internet es una red abierta, no sometida al gobierno de ninguna autoridad
central, a diferencia de lo que sucede en las redes de acceso restringido. Por ello, resulta de
toda obviedad la necesidad de normas y medidas que brinden certeza y seguridad jurídica a
los contratantes virtuales. “
Si a ello le sumamos el dato de la internacionalidad inherente a Internet, la falta de certeza se
incrementa ya que surgen los problemas clásicos del Derecho Internacional Privado: el
conflicto de leyes y el conflicto de jurisdicciones. En consecuencia, el Derecho Internacional
Privado no ha perdido su virtualidad, su capacidad e idoneidad para resolver los conflictos
que se suscitan en aquellas relaciones jurídicas que presentan elementos extranjeros y que
afectan, al menos, a un interés privado, aun cuando se desarrollen en estos nuevos espacios,
a través de las más modernas tecnologías de la información. Nuestra disciplina, a través de
sus diversas fuentes, de hard y de soft law, puede hacer un valioso aporte a la coregulación
que proponemos.
Ante estos escenarios “posmodernos”, los juristas tendrán que brindar nuevas calificaciones
autárquicas que definan aspectos de las relaciones jurídicas que se llevan a cabo a través de
Internet y de otras tecnologías, y, en especial, de los puntos de conexión clásicos: lugar de
celebración o de cumplimiento de un contrato, lugar de domicilio, residencia habitual, o
establecimiento de las partes, lugar de comisión de un ílicito, lugar de producción de un daño,
en el caso de las normas indirectas; y recurrir también a las normas directas, a las reglas de
Derecho uniforme, que pueden ser de gran utilidad en esta materia. “Viejas y nuevas fuerzas
que en el siglo XXI inciden sobre el Derecho Internacional Privado: el territorio, la frontera, la
soberanía y los espacios”( SANTOS BELANDRO, Ruben B. )
En pocas palabras, el Derecho Internacional Privado, ante los desafíos del presente, se
encuentra pleno de vitalidad y cuenta con las herramientas adecuadas para resolver muchos
de los conflictos que se producen en la Sociedad de la Información, en la que todos,
consciente o inconscientemente, transitamos.
¿Quién tiene competencia para regular Internet?
Consideramos que, en tanto los Estados no pueden reglamentar satisfactoriamente de modo
unilateral el ciberespacio, se impone la cooperación internacional en donde las organizaciones
internacionales tienen un rol central y de formación de Derecho espontáneo. La
autorregulación no puede ser excluida a la hora de regular Internet. Así, nos adherimos a la

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propuesta de una regulación plural, preferentemente de fuente internacional y de origen
interestatal, alcanzada a través de la cooperación entre los Estados, acompañada y
completada por reglas provenientes de los actores privados, extraestatales, mediante la
autorregulación. Zygmunt Bauman afirmaba en este sentido que: “el nuevo espacio es una
espacio-velocidad, ha dejado de ser un espacio-tiempo”(P.23).
En suma, coincidimos con Martin Briot de La Crochais, quien concluye su posición favorable
a la con regulación en estos términos:
La regulación de Internet, en cuanto ésta sólo puede ser el fruto de una cooperación entre
́ olítica de
actores privados y actores públicos, aquello que los anglosajones denominan p
cooperación ́ entre autorregulación y reglamentación, un mix de prácticas fuera del ámbito
jurídico –las recomendaciones– y dentro del ámbito jurídico –legislaciones y reglamentaciones
administrativas– quedando la última palabra en manos de la reglamentación”
• INTERNET Y DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO
El Internet ha venido a cambiar la forma de realizar diferentes actividades cotidianas como lo
es el comunicarnos, la forma de negociar, de poder realizar diferentes compraventas, del
método de estudio y aprendizaje, así como también en el ámbito de la recreación. Pero ¿qué
es el Internet?
• INTERNET “Interconected Networks” O “Redes Interconectadas”
Hay diferentes y múltiples definiciones acerca de lo que es el Internet, por lo cual solo
mencionaremos las más importantes.
Su nombre proviene de las palabras en inglés: International Network -Red Internacional- es:
“Una Red informática de comunicación internacional que permite el intercambio de todo tipo
de información entre sus usuarios”.
Se define como: “Internet es un conjunto de redes, redes de ordenadores y equipos
físicamente unidos mediante cables que conectan puntos de todo el mundo. Estos cables se
presentan en muchas formas: desde cables de red local (varias máquinas conectadas en una
oficina o campus) a cables telefónicos convencionales, digitales y canales de fibra óptica que
forman las “carreteras" principales.”
“Es una red de redes que permite la interconexión descentralizada de computadoras a través
de un conjunto de protocolos denominado TCP/IP” ; “Es una combinación de hardware -
ordenadores interconectados por vía telefónica o digital- y software - protocolos y lenguajes
que hacen que todo funcione-. Es una infraestructura de redes a escala mundial -grandes
redes principales tales como MILNET, NSFNET, y CREN; y redes más pequeñas que
conectan con ellas- que conecta a la vez a todos los tipos de ordenadores.”.
Por último, la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, realizó una
publicación en el 2000 dando su propia definición: Internet significa “una red de redes de
ordenadores, los cuales se encuentran interconectados entre sí por la línea de
telecomunicaciones, permitiendo de este modo llevar a cabo una serie de actividades. Una
lista no exhaustiva de esas actividades podría comprender: grupos de charla, correo

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electrónico, y sitios sobre temas tan diversos como lo son las actividades humanas off –line
(sites meramente informativos, educacionales y culturales, o comerciales, con una enorme
cantidad de actividades y productos) ...”
La importancia de Internet ha alcanzado niveles asombrosos hasta tal punto, que se ha
convertido en algo esencial en nuestras vidas.
Ya sea por cuestiones laborales o personales, la mayoría de las actividades que suelen
realizar las personas están relacionadas con Internet. Permite realizar innumerables tareas
de una forma rápida y ágil. Además, se puede acceder a ella a través de distintos dispositivos.
Por ejemplo, ordenadores, móviles, tablets, entre otros.
Ha conseguido proporcionar acceso a cualquier tipo de información de manera instantánea.
Permite que la gente se comunique independientemente de donde viva y facilita las tareas
educativas y burocráticas para hacerlas más accesibles a cualquiera.
Así como hemos definido el Internet, pasaremos a exponer el otro tema en cuestión, el
Derecho Internacional Privado, para así poder llegar a un contexto más amplio.
• Derecho Internacional Privado
El Derecho Internacional Privado (DIPr), también tiene múltiples acepciones, por lo que en
este trabajo se mencionarán, las que se consideran, más amplias e importantes.
El derecho internacional privado es el conjunto de normas, o el marco jurídico, que regula las
relaciones entre los individuos en un contexto internacional. Estos “individuos” pueden ser
personas naturales o jurídicas (como sociedades) pero son privadas, en lugar de actores
públicos o estatales. Las "relaciones" pueden ser en materia civil o de familia (por ejemplo,
litigios transfronterizos, adopción o divorcio) o asuntos comerciales (por ejemplo, contratos
internacionales o quiebras). El conjunto de normas se compone de instrumentos
internacionales (como las convenciones y leyes modelos), la jurisprudencia, la práctica y la
costumbre.
El derecho internacional privado es el conjunto de normas que regulan las relaciones privadas
de ciudadanos de distintos Estados. Este derecho indicará qué tribunales son competentes
para solucionar el conflicto y qué derecho deben aplicar.
El derecho internacional privado es una rama del derecho civil, ya que solo regula las
relaciones privadas entre personas físicas y jurídicas, pero sin que haya un interés público.
Podría decirse que es el derecho civil a aplicar cuando hay conflicto en relaciones privadas
internacionales, es decir, entre personas de distintos Estados-
Conjunto de principios y normas que establecen la respuesta jurídica para aquellas
situaciones privadas internacionales que, por estar conectadas con dos o más sistemas
jurídicos mediante ciertos elementos de extranjería, se hallan afectadas por la contradicción
normativa existente entre dichos sistemas (8).
O sea, se ocupa de la resolución de conflictos de competencia internacional, conflictos de
leyes internacionales, la cooperación procesal internacional y la condición jurídica de los

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extranjeros. Es decir, interviene en los ámbitos en que existe un interés privado o que ocurre
entre entes privados. Por esta razón a menudo se le conoce como Derecho Civil Internacional.
Sin embargo, debemos acotar que el derecho internacional privado, en muchos casos, lejos
de resolver el inconveniente en disputa, procede a determinar cuál orden jurídico entre los
países involucrados debe imperar para resolver el dilema. Es decir, asume siempre una
posición normativista.
Esto no impide que, frente a las dinámicas propias del mercado global y de un mundo en
constante globalización, surjan en el seno de esta rama del derecho cambios y posturas más
sustancialistas, destinadas a fomentar un nuevo estudio de las relaciones jurídicas privadas
internacionales.
• Características Del Derecho Internacional Privado
✓ Derecho Interno
Órgano interno, Porque sus normas se encuentran en un ordenamiento jurídico interno,
guatemalteco y este da comienzo siempre desde la CPRG y todas las demás leyes que se
encuentren vigentes dentro del Estado, para que todo el aparato estatal pueda funcionar de
manera correcta.
✓ Derecho Objetivo
También llamado Derecho Adjetivo sui genedis, pues su función es indicar o señalar el cómo
se debe de realizar determinada acción.
✓ Derecho Particular
En este normalmente existe un interés particular o donde la norma es aplicada a los
particulares.
✓ Derecho positivo
Este hace alusión al derecho vigente, pues sus normas son ciertas o verdaderas para que
cada Estado las utilice de tal manera y pueda darle soluciones a diferentes casos o
controversias que vayan sucediendo.
✓ Derecho Nacional
A este se le puede acusar de ser el resultado del derecho positivo, o vigencia que se encuentra
en el interior de un Estado en general.
✓ Derecho Prejudicial
En esta característica señala que antes de aplicar el Derecho como tal se debe de acudir con
anterioridad a la norma, pues esta se supone prevalecerá sobre los intereses concretos de
los diferentes Estados.
✓ Derecho Público
“Hermana del derecho Privado”, Por ser un conjunto de normas abstractas que se aplicaran
sin discriminación de ningún tipo.
• Relación Entre Internet Y Derecho Internacional Privado

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Entre las características principales y relevantes del campo jurídico, destacan: su
internacionalidad, descentralización, deslocalización, atemporalidad, virtualidad, accesibilidad
universal, interactividad, inmaterialidad o intangibilidad.
En la actualidad la mayoría de las operaciones que se realizan en la web son internacionales,
pues se halla presente en ellas uno o más elementos extranjeros. Hoy en día, Internet
prácticamente ha hecho desaparecer la distinción entre comercio interno y comercio
internacional. Esta internacionalidad se vincula con la incertidumbre acerca de quienes son
los órganos competentes, estatales o no estatales, para resolver las controversias que se
originan en este nuevo espacio, así como en cuanto a la determinación de la ley aplicable y
sobre la eficacia extraterritorial de las decisiones judiciales que se dicten al respecto.
Internet y en particular el comercio electrónico, tiene una cantidad innumerable de
protagonistas. Además de las partes (usuarios), también tenemos a los llamados
intermediarios o prestadores de servicios de la sociedad de la información: los tan mentados
access providers, service providers, content providers. De Miguel Asensio menciona entre
tales actores a los llamados operadores de telecomunicaciones (infraestructura; que permite
la transmisión de los datos), los proveedores de acceso (proporciona el servicio de conexión
a la red), los proveedores de servicios de Internet (facilitan otros servicios como
almacenamiento, incorporación de la información y servicios de apoyo), los suministradores
de servicios en línea (proporcionan información a los abonados, alojamiento de páginas de
terceros, etc.) y suministradores de contenidos (son los titulares de información y datos de las
páginas web), y los usuarios (los actores principales que pueden ser empresas de toda índole,
grupos empresarios, organismos estatales y privados, organizaciones nacionales e
internacionales, profesionales, consumidores, estudiantes, entre otros tantos).
Calvo Caravaca y Carrascosa González comienzan su obra en la materia que nos ocupa con
un párrafo, a nuestro criterio, significativo y esclarecedor: “La irrupción de Internet en el mundo
del Derecho repercute en todas las ramas jurídicas, pero especial y fundamentalmente en el
Derecho Internacional Privado. Internet representa el modo más depurado, hasta ahora, de
mundializar y globalizar las situaciones privadas: incrementa el número y variedad de
situaciones privadas internacionales. Ello hace del Derecho internacional privado el
protagonista principal del impacto del Internet en el mundo jurídico.”
“La alternativa tradicional, es decir, la aplicación del Derecho Internacional Privado de cada
Estado constituye, la vía real que lleva a solucionar las cuestiones legales que el uso de
Internet ha hecho surgir. Los problemas jurídicos que plantea Internet no son nuevos, se trata
de problemas clásicos (contratación internacional, responsabilidad civil no contractual,
protección de la intimidad, etc.).
La pretensión de construir un “mundo aparte” para Internet, necesitado de reglas nuevas y
propias, es una falacia, pues los problemas jurídicos son los mismos en el mundo real y en el
virtual. Internet es sólo un medio más veloz de comunicación, como antes lo fue el telégrafo,

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el teléfono, el correo o el fax... Internet no es sino otro modo de concluir contratos inter
absentes, cuestión conocida y tratada por la doctrina desde los tiempos de F. K. V. Savigny.”
Según Burnstein las cuestiones legales más espinosas que plantea el ciberespacio
corresponden al Derecho Internacional Privado: ¿qué tribunales serán competentes y qué ley
aplicarán a los diversos litigios que pueden surgir en Internet?
Según Burnstein (Burnstein, Matthew, 1995), las cuestiones legales más espinosas que
plantea el ciberespacio corresponden al Derecho Internacional Privado: ¿qué tribunales serán
competentes y qué ley aplicarán a los diversos litigios que pueden surgir en Internet?
Por ello, el interrogante que podemos plantearnos es el siguiente: ¿es realmente necesario
generar un “derecho de Internet” o un “derecho del comercio electrónico”, distinto, autónomo
del Derecho Internacional Privado?
En realidad, (Fauvarque – Cosson, Bénédicte, 2001), lejos de amenazar la existencia del
Derecho Internacional Privado, Internet fortalece su necesidad y su función principal:
garantizar la protección de los individuos en todas aquellas relaciones jurídicas privadas, que
presenten elementos extranjeros. En tanto existan divergencias entre los sistemas jurídicos
estatales, no podrán desaparecer las reglas de Derecho Internacional Privado. Sería
necesario uniformar todo el derecho y dotar a los jueces de una competencia universal, lo cual
es poco probable, dadas las diversas tradiciones jurídicas.
En realidad, lejos de amenazar la existencia del Derecho Internacional Privado, Internet
fortalece su necesidad y su función principal: garantizar la protección de los individuos en
todas aquellas relaciones jurídicas privadas, que presenten elementos extranjeros. En tanto
existan divergencias entre los sistemas jurídicos estatales, no podrán desaparecer las reglas
de Derecho Internacional Privado. Sería necesario uniformar todo el derecho y dotar a los
jueces de una competencia universal, lo cual es poco probable, dadas las diversas tradiciones
jurídicas.
Sin embargo, no es posible desconocer que la web pone en tela de juicio las técnicas
localizadoras tradicionales del Derecho Internacional Privado debido a las propias
características de este medio que ya hemos señalado, y principalmente por el hecho de que
cualquier relación jurídica en Internet, afecta a múltiples jurisdicciones, y por tanto a infinidad
de Estados.
Piénsese en la dificultad para determinar el lugar de celebración o el lugar de ejecución de un
contrato celebrado y concluido on line. Así como las consecuencias que derivan del criterio
del “lugar de producción del daño”, en materia de responsabilidad, que podría generar
demandas en todos los países del mundo, debido al alcance universal de Internet.
En el campo del Derecho aplicable es deseable adoptar puntos de conexión abiertos, como
la vinculación más estrecha del caso con un país (Proper Law Doctrina: ante la ausencia de
elección de derecho aplicable, el contrato internacional se regirá por la ley que presente el
vínculo más estrecho con la relación convencional), o los efectos sustanciales del acto en un
país (Effect Doctrine: simplemente el efecto que tiene la doctrina). Son criterios adecuados

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porque permiten a las partes prever la aplicación de una ley estatal concreta y porque pueden
funcionar en un contexto ageográfico” y mundializado como es el Internet. En el ámbito de la
competencia judicial se impone aceptar un régimen que desarrolle la teoría de los “Minimum
Contacts”. De esa forma, para evitar que todas las jurisdicciones del mundo se consideren
competentes, sólo podrán conocer los tribunales del país con que el acto presenta “estrechos
contactos”.
En cuanto a la ley aplicable, ante el panorama que presenta Internet, el autor expresa que
“esta circunstancia favorece soluciones flexibles que permitan tomar en consideración al
formular las respuestas jurídicas valores de los ordenamientos de diversos países sobre los
que se proyecta una determinada conducta a través de la red, si bien ésta pone en contacto
(o en conflicto) un número extraordinario de sistemas y culturas jurídicas. El nuevo contexto
exige también en materia de ley aplicable reconsiderar la utilización de ciertos puntos de
conexión territoriales..., valorando su sustitución por otros más flexibles y mejor adaptados a
las nuevas exigencias, en un análisis diferenciado según las materias...”.
En cuanto a la ley aplicable, ante el panorama que presenta Internet, el autor (De Miguel
Asensio, 2001), expresa que “esta circunstancia favorece soluciones flexibles que permitan
tomar en consideración al formular las respuestas jurídicas valores de los ordenamientos de
diversos países sobre los que se proyecta una determinada conducta a través de la red, si
bien ésta pone en contacto (o en conflicto) un número extraordinario de sistemas y culturas
jurídicas. El nuevo contexto exige también en materia de ley aplicable reconsiderar la
utilización de ciertos puntos de conexión territoriales..., valorando su sustitución por otros más
flexibles y mejor adaptados a las nuevas exigencias, en un análisis diferenciado según las
materias...”.
La íntima relación entre Derecho Internacional Privado e Internet y las nuevas tecnologías en
general. En este sentido, estas irrumpen en los tres sectores de la disciplina: la jurisdicción
competente, el derecho aplicable y la cooperación jurídica internacional, ya sea para
complejizar o para facilitar sus soluciones, según el caso.
Son muchos los problemas de índole jurídica que puede llegar a suscitar esta relación. La
publicidad en Internet, la ley aplicable al contrato y al documento electrónico, la
jurisdicción competente, la validez de la firma digital y del dinero electrónico, los delitos
informáticos, la falta de seguridad en la red, los alcances de la libertad de expresión en el
ciberespacio, la protección de los datos personales y las consecuencias de la violación al
derecho a la intimidad, la transgresión de los derechos de los consumidores y usuarios, la
piratería (violación al derecho de propiedad intelectual), el pago de impuestos y
aranceles en el comercio electrónico y las consiguientes infracciones impositivas, la
vulneración de principios fundacionales del Derecho Laboral a través del llamado
teletrabajo, la responsabilidad extracontractual, la pornografía infantil son algunos de los
problemas relacionados que podemos encontrar.

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De lo anterior podemos mencionar dos ejemplos: el de Yahoo Inc. v. La Ligue Contre Le
Racisme et L’Antisemitisme y el al affaire del médico personal del fallecido presi-dente de
Francia François Mitterand, el Dr. Claude Gubler.
No hay duda de que Internet es un instrumento que puede maximizar y hasta exacerbar la
autonomía individual, pero también puede servir como un mecanismo de control y vigilancia
permanente. Se debe buscar un equilibrio entre tales extremos. A la hora de poner cierto
orden en el ciberespacio, el Derecho Internacional Privado llegar jugar un papel muy
destacado.
Calvo Caravaca y Carrascosa González (Calvo Caravara y Carrascosa González, 2001),
explican de un modo esclarecedor el rol que desempeña el Derecho Internacional Privado en
la regulación de Internet: La irrupción de Internet en el mundo del Derecho repercute en todas
las ramas jurídicas, pero especial y fundamentalmente en el Derecho Internacional Privado.
Internet representa el modo más depurado, hasta ahora de mundializar y globalizar las
situaciones privadas: incrementa el número y variedad de situaciones privadas
internacionales. Ello hace del Derecho Internacional Privado el protagonista principal del
impacto del Internet en el mundo jurídico.
Tal como manifiesta Dreyzin de Klor, (Dreyzin de Klor, 2005), “dado el carácter internacional
inherente al comercio electrónico, la disciplina jurídica llamada a intervenir es el Derecho
internacional privado en tanto le compete regular las situaciones jurídicas de naturaleza
privada con elementos extranjeros”.
Tal como manifiesta Dreyzin de Klor, “dado el carácter internacional inherente al comercio
electrónico, la disciplina jurídica llamada a intervenir es el Derecho internacional privado
en tanto le compete regular las situaciones jurídicas de naturaleza privada con elementos
extranjeros”.
El Derecho Internacional Privado se constituye como una herramienta insustituible para
regular el espacio virtual. Pero este nuevo ámbito en el que se desarrollan un sinnúmero de
relaciones jurídicas internacionales de índole privada nos hace que nos preguntemos si
nuestra disciplina no requerirá de algún tipo adaptación, reformulación de algunas de las
reglas tradicionales y todo esto implicaría una modificación, una transformación de la
naturaleza, del objeto, del método o de la finalidad del Derecho Internacional Privado.
Oyarzábal (Oyarzábal, 2006), sostiene que el derecho aplicable a los actos realizados o
contratos concluidos o ejecutados por Internet “debe diferir lo menos posible del derecho
aplicable fuera de la Red en el espacio real. Ello contribuirá a dar certeza y predictibilidad
a las actividades online”. A tal fin, el autor propone que más que la construcción de un
sistema nuevo, la creación de nuevas reglas para el mundo virtual, lo que es necesario
es interpretar y aplicar las reglas clásicas del derecho internacional privado tradicional
previstas para el mundo real a las futuras ciberdisputas, teniendo siempre en cuenta su
peculiar naturaleza.
• INTERNET Y LA ENSEÑANZA DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

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El internet se perfila como uno de los factores más influyente de la cotidianidad moderna, este
fenómeno trae una gran cantidad de nuevos retos para el derecho. En especial es un desafío
para la protección de las libertades más fundamentales del ciudadano mundial.
El Internet ha modificado radicalmente la manera de hacer, de informarnos, de estudiar, de
investigar, así como de comunicarnos.
Como lo indica Miguel Asensio en su libro, el internet ha erosionado, en los hechos, los límites
geográficos. Esta suerte de “desterritorialización”, de “deslocalización” trae como
consecuencia la imposibilidad, o al menos la seria dificultad, de los Estados para regular de
modo independiente este fenómeno. Algunos autores hablan de la crisis del monopolio del
Estado en la reglamentación de las relaciones entre personas de derecho privado como
consecuencia de la globalización. Asimismo, las circunstancias descriptas promueven el
cuestionamiento del empleo de una regulación territorial jerárquica producto de la soberanía
estatal, frente a la que se abre paso la toma en consideración de procesos de creación de
normas de base no geográfica con la implicación de los actores relevantes; que contribuye a
erosionar en este contexto el alcance de las técnicas localizadoras paradigmáticas del
Derecho Internacional Privado. (MIGUEL ASENSIO, Pedro Alberto, “El Derecho
Internacional Privado ante la globalización”, en Anuario Español de Derecho
Internacional Privado, t. 1, 2001, ps. 37– 87, párrafo 6).
El internet ha erosionado, en los hechos, los límites geográficos. Esta suerte de
“desterritorialización”, de “deslocalización” trae como consecuencia la imposibilidad, o al
menos la seria dificultad, de los Estados para regular de modo independiente este fenómeno.
Algunos autores hablan de la crisis del monopolio del Estado en la reglamentación de las
relaciones entre personas de derecho privado como consecuencia de la globalización.
Asimismo, las circunstancias descriptas promueven el cuestionamiento del empleo de una
regulación territorial jerárquica producto de la soberanía estatal, frente a la que se abre paso
la toma en consideración de procesos de creación de normas de base no geográfica con la
implicación de los actores relevantes; que contribuye a erosionar en este contexto el alcance
de las técnicas localizadoras paradigmáticas del Derecho Internacional Privado.
El Internet es una red abierta, no sometida al gobierno de ninguna autoridad central, a
diferencia de lo que sucede en las redes de acceso restringido. Por ello, resulta de toda
obviedad la necesidad de normas y medidas que brinden certeza y seguridad jurídicas a los
contratantes virtuales. Si a ello, le sumamos el dato de la internacionalidad, inherente a
Internet, la falta de certeza se incrementa, ya que surgen los problemas clásicos del Derecho
Internacional Privado: el conflicto de leyes y el conflicto de jurisdicciones.
En el campo específico del Derecho Internacional Privado, entendido este como aquella rama
que trata de resolver los conflictos espaciales que surjan con la convergencia de varios
ordenamientos jurídicos en un Estado, el impacto ha sido notable.
Los problemas jurídicos surgidos con motivo de la aparición de Internet tienen relación con el
conflicto entre su naturaleza deslocalizada y la índole territorial de ciertas normas que se

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basan en la noción de “lugar” (lugar de celebración de un contrato, lugar de ejecución o
cumplimiento de un contrato, lugar del establecimiento de una de las partes, lugar de su
domicilio o residencia habitual, lugar de comisión del delito, lugar de producción del daño,
etcétera). O bien, se vinculan al conflicto entre la naturaleza inmaterial de Internet y las normas
que exigen o presuponen.
La celebración de un contrato internacional, que sea celebrado en medios electrónicos,
implica un problema en torno a determinar la norma a aplicar. Frente a ello, surge el dilema
del criterio utilizable, para algunos se debería invocar el principio Locus regit actum, es decir
que las formalidades extrínsecas van a determinar la legislación aplicable; pero otros auguran
que por la naturaleza misma de la Internet, resulta imposible apegarse a los cánones
tradicionales, por lo tanto una primera alternativa se ampara en la autonomía de la voluntad,
facultando a las partes disponer a que norma supeditarse; otra solución es citar, como ejemplo
la Directiva 31/2000 de la Unión Europea, que designa la ley del país de origen, es decir donde
aquél tiene su establecimiento.
Pero al final, los criterios para la aplicación de la legislación en la contratación por internet,
depende exclusivamente del Estado y la forma que lo regula, aunque esa pluralidad de
criterios dificulta adoptar una postura unificada, favoreciendo el uso de juicios de criterios de
conexión flexibles, sustentados en el principio de proximidad, entre el contrato y un
determinado ordenamiento, pero que atribuyen un margen de apreciación al aplicador.
Sea cual sea el criterio adoptado, existe un hecho innegable, el internet avanza a una
velocidad que fácilmente rebasa la previsión contenida en las normas jurídicas vigentes, lo
que exige que no solo se deban actualizar normas, sino variar sustancialmente la noción de
soberanía, en aras de buscar la estandarización jurídica, que se sustente en los criterios
desarrollados por los mismos usuarios de este.
El Internet ha cambiado la forma de comunicarnos, de negociar, de comprar, de educarnos y
de buscar un espacio de recreación. Pero ¿qué es Internet? Internet (inter – red), constituye
un entramado mundial de redes conectadas entre sí de un modo que hace posible la
comunicación casi instantánea desde cualquier ordenador de una de esas redes a otros
situados en otras redes del conjunto, por lo que se trata de un medio de comunicación global.
Según la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, Internet significa “una
red de redes de ordenadores, los cuales se encuentran interconectados entre sí por la línea
de telecomunicaciones, permitiendo de este modo llevar a cabo una serie de actividades. Una
lista no exhaustiva de esas actividades podría comprender: grupos de charla, correo
electrónico, y sitios sobre temas tan diversos como lo son las actividades humanas off –line
(sitios meramente informativos, educacionales y culturales, o comerciales, con una enorme
cantidad de actividades y productos).
Entre sus características principales y relevantes en el campo jurídico, destacan: su
internacionalidad, descentralización, deslocalización, atemporalidad, virtualidad, accesibilidad
universal, interactividad, inmaterialidad o intangibilidad. En efecto, la mayoría de las

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operaciones que se realizan en la web son internacionales, pues se halla presente en ellas
uno o más elementos extranjeros. En los hechos, Internet prácticamente hizo desaparecer la
distinción entre comercio interno y comercio internacional. Esta internacionalidad se vincula
con la incertidumbre acerca de quienes son los órganos competentes, estatales o no
estatales, para resolver las controversias que se originan en este nuevo espacio, así como en
cuanto a la determinación de la ley aplicable y sobre la eficacia extraterritorial de las
decisiones judiciales que se dicten al respecto.
En la era de la globalización, la utilización de internet se ha perfilado como herramienta de
gran importancia en la formación educativa de las nuevas generaciones, no solo nos referimos
a la enseñanza superior, sino que ha empezado a emplearse incluso en la básica, esto deriva
a otro gran problema, no siempre se cuenta con los suficientes recursos para que todos
tengan acceso a los medios informáticos. El internet es percibido como un instrumento de
primer orden para la búsqueda y recuperación de toda la información que generan los estados,
las organizaciones y otros actores internacionales. Esta circunstancia nos ha obligado a
romper con ciertos atavismos que aun imperan en la enseñanza del derecho.
No hay duda de que el internet ha tenido un impacto tremendo sobre la investigación legal
internacional, principalmente que sea más fácil el acceso a las normas internacionales
especialmente de los nuevos tratados, acuerdos e instrumentos internacionales, es más
accesible la documentación de organizaciones internacionales, se adquiere gran habilidad
para localizar rápidamente todo tipo de información.
Es por ello por lo que los estudiantes de la materia de derecho internacional privado deben
recibir por parte de los profesores la debida información sobre todas las posibilidades que
brindan las nuevas tecnologías de la información que ofrecen para su formación, mejorando
el aprovechamiento de las clases teóricas y el aprendizaje de sus contenidos y como la
información obtenida puede ser de utilidad para el futuro ejercicio de su profesión.
Los problemas en los que se debe proponer soluciones a la regulación del Internet son: a) La
eficacia de las medidas reguladoras que se adopten para el Internet y b) La legitimidad de la
respuesta en el sentido que restablezca el equilibrio entre los intereses que coexisten detrás
de la regulación. En los últimos años, han surgido varias discusiones y análisis desde distintos
puntos de vista, formando varias propuestas o corrientes sobre cómo regular el Internet y los
problemas que se generan del uso de la misma. En la actualidad, al momento de darse varios
de esos problemas, se han aplicado soluciones que involucran ciertos aspectos de cada una
de las propuestas, formando de esta manera una “regulación mixta”.
Contradictoriamente, el aplicar dichas soluciones ha generado una no aplicación de muchas
normas, inseguridad jurídica y una discontinuidad de la legislación, debido a que falta
jurisdicción, medios de coerción y/o competencia de legislaciones. Además es importante
agregar que puede ser que no existan medios tecnológicos, que eviten que se evadan las
responsabilidades y obligaciones que se han acordado de forma implícita por la “Comunidad
del Internet”.

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Según Bradford Smith, el Internet ha cambiado la forma de comunicarnos, de negociar, de
comprar, de educarnos y de buscar un espacio de recreación. Pero ¿qué es Internet? Internet
(inter – red), constituye un entramado mundial de redes conectadas entre sí de un modo que
hace posible la comunicación casi instantánea desde cualquier ordenador de una de esas
redes a otros situados en otras redes del conjunto, por lo que se trata de un medio de
comunicación global. (SMITH, Bradford L., “The Third Industrial Revolution: law and
policy for the Internet”, enRecueil desCours N° 282, Academie de droit international de
La Haye, Francia, 2000, p. 247).
En cuanto a la eficacia de aplicar el derecho en el ciberespacio, es muy común que surjan
argumentos que apoyan la Anarquía de la Red. Debido a que el Internet no respeta fronteras,
varios lo califican como “subversivo”, argumentando que debilita el poder del Estado, porque
crea ámbitos alternativos a éste, cambiando las relaciones internacionales en el ciberespacio,
porque reemplaza a los sujetos estatales por la sociedad civil que se encuentra organizada
en comunidades virtuales por ello sostienen que la red se orienta al Anarquismo.
Por lo anterior, los poderes públicos se ven amenazados, experimentando problemas para
gobernar con eficacia en la Red y ven afectada su soberanía, debido al fenómeno de
“globalización en los medios y la comunicación electrónica” en la que se dan actividades
económicas y delitos. La forma más clara de explicar esta discusión es el ejemplo de la
economía y la política, la economía cada vez es más global, organizándose en redes
electrónicas que provocan que el mercado financiero internacional no pueda concebirse en
un espacio geográfico, mientras que la política está arraigada al territorio, lo que impide que
pueda ejercer control sobre la actividad económica digital, en la forma en la que se está
acostumbrado.
La noción de anarquía admite también la carencia de regulación, y se orienta al libertinaje y
descontrol. Los que apoyan ésta corriente argumentan que las características del Internet
libre, innovadora y variante favorecen al Anarquismo.
1. El estar en un ámbito sin normas y de ingobernabilidad es un error por tres razones:
El término ciberespacio evoca control, debido a que la cibernética persigue la
regulación perfecta a través de la búsqueda de mejores maneras de dirigir. En este
sentido, el código o arquitectura de la Internet comercial de mediados de los noventa,
en la que se facilitaba la libertad de expresión, la privacidad y el cifrado de mensajes,
se está modificando con el objeto de permitir un mayor control de la identidad y del
contenido, justificado en ocasiones por razones de seguridad, influyendo en los
comportamientos de los usuarios de la Red.
2. En segundo lugar, porque un motivo que incide en la dificultad práctica de aplicación
normativa de los Estados no es, precisamente, la ausencia de leyes, sino todo lo
contrario, el exceso y contradicción de éstas, que provoca una dispersión de derechos,
representativa de que el derecho internacional no es un gran movimiento de
unanimidad o un derecho de todos, a lo que se agrega la diferencia entre los sistemas

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jurídicos basados en el derecho anglosajón o common law y los de origen romanista,
como asimismo la existencia de una multiplicidad de normas de diversa jerarquía en
cada Estado, muchas de ellas aplicables por extensión o por analogía al ciberespacio
pese a ser anteriores a la tecnología que lo crea.
3. Por último, la tercera razón por la cual Internet no es una "tierra de nadie" descansa
sobre la base de que la regulación no se circunscribe únicamente al ordenamiento
jurídico positivo. En efecto, las leyes y tratados internacionales son sólo una entre
varias formas de regulación que coexisten, pueden complementarse o desplazarse
con otras, tales como las reglas del mercado, los acuerdos contractuales, o la
configuración técnica que alienta o inhibe ciertos comportamientos en Internet.” Es
importante señalar, que también se debe tomar en cuenta la responsabilidad de los
proveedores de contenidos en Internet, ya que de ellos dependen las limitaciones al
acceso del contenido que circula en el Internet. Su responsabilidad podría ser
regulada, por medio de acuerdos o convenios entre todos los proveedores del servicio
de Internet.
Según la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado, Internet significa “una
red de redes de ordenadores, los cuales se encuentran interconectados entre sí por la
línea de telecomunicaciones, permitiendo de este modo llevar a cabo una serie de
actividades. Una lista no exhaustiva de esas actividades podría comprender: grupos de
charla, correo electrónico, y sitios sobre temas tan diversos como lo son las actividades
humanas off –line (sitios meramente informativos, educacionales y culturales, o
comerciales, con una enorme cantidad de actividades y productos). (CONFERENCIA DE
LA HAYA DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO, Electronic Commerceand
International Jurisdiction – Ottawa, 28/2-1/3/00. Preliminary Dcument N° 12, Agosto
de 2000).

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