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Presicencia de la Nacién Ministerio de Educacién 6 2296 6660080 TAL TW UVIINNNAG ‘VINZA 30 OSVO NJ/ VIN3A NS VOLSIHOUd - VIN 8 OREN Responsable editorial Lt) Lanira Ghussant Diveecion de wre Mariana Valladares Diseno de ba coleceion Manuel Estrada P Silvana Caro samen ustracion: Natalia Colomho: 1 edicion, julio 2009 1 reimpresi6n, julio 2010 2° reimpresion, febrero 2013 © Del texto; Maria Cristina Ramos, 2000 © De esta edicion: Edelvives, 2010 Av Callao 224 2° piso (CLO22AAP) Buenos Aires, Argemtina ISBN, 978-087-642.218.5, ‘Quecla hecho el depasito que dispone la Ley 11.723 Es¢e libro se termind de imprimir en Artes Graficas Busch, Femé 2250 (C1437FUR) Buenos Aires, Argentina Reserados todas los derechos. Queda prohibia, sn la autartzacim eserita de ts tulares del copyright, la reprodtcctén coal paral, disribucion de esta ubva, por cualquier medio o procedinient, comprendidos el vatanniento Infor adic y la eprografia. FICHA PARA BIBLIOTECAS “"~ Ramos, Maria Cristina La escalera / Maria Cristina Ramos; ilustrado por Natalia Colombo, - Jed. - Buenos Aires: Edelvives, 2013. 40 p.: il; 20x13 cm. ISBN 978-987-642-218-5 1, Literatura Infantil y Juyenil Argentina. 1. Colombo, Natalia, ilus. IL. Titulo C) CDD A860.928 2 a ALA DELTA La escalera ee ee Maria Cristina Ramos llustraciones Natalia Colombo Para Josefina, Clara y Emilia —cuadernos, hamaca y cuna-. Y para todas los chicos que pasan de los dientes de leche alos dientes de luna. ESCALERA El ciempiés no se animaba a subir por la escalera. Se enredaba y daba pasos, daba pasos de tijera. ¥ Y la escalera subia a las ramas de la higuera. En la higuera habia una casa, y en la casa una escalera para subir al estante donde estaban las cerezas: su mama las protegia dentro de una ensaladera. «é El ciempiés no se animaba; el susto le daba pena, de pena le tiritaban las patitas delanteras. Pero cuando era de noche, paso a paso, la escalera, la escalera se alargaba y llegaba a las estrellas. En las estrellas hay plazas y juegos y bicicletas, que uno puede disfrutar si sube por la escalera. Material de distribucién gratuita El ciempiés no se animaba; la noche le daba pena y un suspiro le enfriaba las patitas delanteras. Entonces vino la hermana y le dijo que pusiera cada pata en un peldanio y, una a una, las subiera. Tiqui taca tiqui taca, Tiqui taca le ayudaba con ruiditos la madera. siempre adentro, nunca afuera. Al oir el tiqui taca, tacadentro, tacafuera, el ciempiés no se animaba a subir por la escalera. EL GIGANTE En mi casa una ventana, en la ventana un teflejo, en el reflejo un gigante en sabanita de espejo. Tiene las manos pintadas con un claro resplandor, tiene su frente lavada con acuarelas de flor. Cuando pasa un perro le ladra finito. Cuando pasa un gato le canta bajito. Si en una tortuga pasa una princesa, él suelta un racimo de luces espesas. "2 e ee Si es de noche no lo veo y no sé como lo pasa; Si el sol encandila toca un cascabel, abre un solo ojo, esconde los pies. tal vez suefia con las cosas que suceden en mi casa. En mi casa, una ventana, en la ventana un reflejo, en el reflejo un gigante en sabanita de espejo. Y junta las nubes claras del verano, las guarda en bolsillos, las tiene en sus manos. v7 PESCADOR Mi mano tiene un anillo con piedrecita de mar; en el dedo del anillo _ se ha posado un animal. Tiene patitas muy cortas _ para mucho caminar, lleva sombrero de viaje, lleva catia de pescar. 16 Se esta asomando a un abismo que no se anima a cruzar, pero lo cruza en un salto de canguro o de jaguar. Con dos patitas se aplaude, con cuatro se va a sentar y después tose y suspira para volver a empezar. Unos dedos lo saludan, otros no quieren mirar. El se acomoda el sombrero y se dispone a pescar. Mi mano tiene un anillo con piedrecita de mar. En el dedo del anillo se ha posado un animal. Material de distribucion gratuita LA VENTANA ( snail eg ca ee | Ruidito de diente, diente que cayo; estruendo ce diente, mundo que temblo. Un conejo blanco comia minutos en la calesita blanca del reloj. Cuando escucho el ruido salto al escondite que hay entre las sombras del uno y del dos. De las dos palomas que andaban volando, una bail6 un cuando, otra aterrizo. 21 22 Por la ventanita del diente caido, entra un aire suave cargado de sol. Por esa ventana, alguna mafiana llegara en puntillas un diente mejor. De la noche a la manana y en horas de amanecer, gusanita teje alas, nadie sabe para qué. Para qué teje unas alas si camina con los pies? Con los pies con que camina camina por un cordel, un cordel en donde cuelga los palitos de tejer. El tejido que ha tejido, como dos pétalos es. Detras del tejido pasan caracoles y ciempiés; todos quieren ver un poco lo que casi no se ve. No se ve de transparente, transparente como es. {Como es que una gusana, tan ocupada en tejer, de la noche a la mafhana nadie sabe adénde fue? De la noche a la mafiana y en horas de amanecer. HUuEsIto i 4 ° ‘ De regreso del baile, por la manana, . U en la mitad del puente cay6 la rana. ; i ro Dio una vuelta en el aire i como de danza : y se rompio el huesito | de una esperanza. ° i | Para el que no lo sabe, ‘ Mer\ebWacyp\ae-i9v) © daitcoritartemettccree) donde descansa. Recostada en su cama de agua serena se ha de curar la rana, pena por pena. Y alli labra su largo hilo de seda para tejer mas suefhos cuando no quedan. a Ween Pena por pena, ay, si, penas de rana, que se van con el aire de la mafiana. DE HILO BLANCO La nina estaba sentada en la falda de la abuela. La abuela que nunca teje cosia un roto para ella. Un pantalon descosido en el patio de jugar, en la rodilla que roza la piedra de tropezar. Y antes de que el hilo acabe el aire se ha detenido, las mariposas se posan y la nifia se ha dormido. Como un pétalo en declive, como una flor inclinada, como un beso que se anida en la luz enamorada. En la falda de la abuela _ la nina estaba sentada, el aire se fue poblando de mariposas pintadas. Tal vez fuera de hilo blanco el softito que sone, con un vaivén de miradas, ( con un secreto entre dos. El hilo iba y venia hacia afuera y hacia adentro; la aguja, pajara blanca, con su cola de silencio. La abuela cose y no sabe que el hilo puede alcanzar para que la nifia encuentre los ojitos de sonar. Una aguja iba volando con una cola de seda. Una piedrita brillaba en el patio de la abuela. INDICE La ESCALERA EL GIGANTE ... PESCADOR LA VENTANA éPARA QUE? Huesito DE HILO BLANCO 2, 16 20 2B 28 32 LULA Men LUC [on A PARTIR DE 6 ANOS el gigante que vive en un reflejo, una gusanita COT ote ESR e (MLA oes) y otras pequefias historias. SIE) con la que los nifos leen e] mundo. Maria Cristina Ramos nacié en San Rafael, Mendoza, pero SNCS UL cams oor TO muchos afios. de Literatur talleres de lectura y escritur poesias, cuentos Algunos de ellos han recibido Cl mac erer rele me (Mica at ir) RAL UA TU (Ua ola ks Coll) ISBN 978-987-642-219-5 SMM 422785 44103 ANON

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