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El formalismo Kantiano y el problema del deber.

Kant, Immanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Barcelona:


Ariel, 1996.

Kant (1724-1804) nació en Köningsberg, lugar en el que permaneció casi


durante toda su vida. Esuno de los filósofos más importantes del siglo XVIII, el
siglo de las luces. Su filosofía es de corte idealista trascendental y aborda temas
metafísicos, el problema del conocimiento, el del hombre, la ética, así como la
estética. Una de sus obras más importantes es la Crítica de la razón pura cuya
primera edición se publicó en 1781. Posteriormente publicó la Fundamentación de
la metafísica de las costumbres en 1785, la Crítica de la razón práctica en 1788 y
la Crítica del juicio en 1790.
El texto que presentamos a continuación ha sido tomado de la
Fundamentación. Para su comprensión es necesario mencionar dos conceptos
fundamentales para la doctrina ética kantiana: el imperativo categórico como
principio de la moralidad y la autonomía como fundamento del mismo.
La razón es una y la misma para todo ser racional, y por ello la voluntad
debe ser movida por ella hacia lo que la ley indica, pues su fundamento debe
radicar en la razón y no en el deseo o naturaleza humanas. El imperativo
categórico contiene un fin en sí mismo, que se busca lograr por sí mismo y no
para alcanzar otra cosa. La voluntad tenderá a desear otras cosas pero la razón
nos guiará hacia el imperativo categórico; es de este modo que se alcanza la
libertad y la autonomía pues la voluntad se somete a las leyes morales.
Antes de leer el texto es importante hacer mención de la distinción
entre heteronomía y autonomía, misma que juega un papel protagónico en este
texto. Para Kant, en la heteronomía la voluntad no se determina a sí misma de
manera inmediata, pues está obligada por una ley que tiene su origen en algún
objeto o fin ajeno a ella misma; los imperativos hipotéticos están
comprendidos dentro de la heteronomía pues indican que se debe hacer algo
para alcanzar otra cosa: “no debo mentir si quiero conservar mi prestigio”;. En
cambio la autonomía implica que la voluntad actúa de acuerdo a su propia
legislación, es decir, no obedece a leyes externas, sino a su propia ley; el
imperativo categórico no pone condición alguna, sino que actúa por el deber
mismo conformando una buena voluntad: “no debo mentir”.
Finalmente, la buena voluntad es aquella que hace el bien por el deber y no
por alguna inclinación o beneficio que se derive de la acción, pues actúa de
acuerdo con lo que debe ser tenido siempre y sin restricción por bueno, lo que
tiene un valor incondicionado interior, que no se busca por los beneficio o la
utilidad que de los actos se puedan derivar, pues esto último no añade ni quita
algo al acto en sí mismo.

Actividades sugeridas para el texto de la Segunda Sección de la F:


1. Lee el texto y busca los conceptos que no comprendas en un diccionario
filosófico, anótalos en el glosario de términos.
2. Individualmente responde lo siguiente: ¿Qué entiende Kant por voluntad,
constricción, imperativo, deber, bueno?
3. ¿Cuál es la diferencia entre imperativo categórico e imperativo hipotético?
Realiza un cuadro comparativo con ejemplos.
4. En equipos reflexionen sobre las siguientes preguntas: ¿Por qué cuestiona
Kant el papel de la felicidad en el terreno de la moral?, ¿qué papel juega la
ley en la propuesta ética de Kant?
5. Explica con tus propias palabras la tercera formulación del imperativo
categórico.
6. Da tu opinión sobre los cuatro ejemplos presentados por Kant en el texto.

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