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UN PERRO ES UN PERRO ES UN PERRO.

POESÍA ANIMAL
SESIÓN 4: LOS DOMÉSTICOS

Epitafio de Boatswain, el perro de Lord Byron (1788 – 1824)

Cerca de este lugar


reposan los restos de un ser
que poseyó la belleza sin la vanidad,
la fuerza sin la insolencia,
el valor sin la ferocidad,
y todas las virtudes del hombre sin sus vicios.

Este elogio, que constituiría una absurda lisonja si estuviera escrito sobre cenizas humanas, no es más que un
justo tributo a la memoria de Boatswain, el perro nacido en Newfoundland en mayo de 1803 y que murió en
Newstead el 18 de noviembre de 1808.

El perro sin plumas (Discurso del Capibaribe IV)


Joao Cabral de Melo Neto (1920 – 1999)

Aquel río
está en la memoria
como un perro vivo
dentro de un bolsillo.

Como un perro vivo


bajo las sábanas,
bajo la camisa,
bajo la piel.
Un perro, porque vive
es agudo.

Lo que vive
no se embota.

Lo que vive hiere.

El hombre,
porque vive,
choca con lo que vive.

Vivir
es ir por entre lo que vive.

El que vive
incomoda de vida
el silencio, el sueño, el cuerpo
que soñó con cortarse
trajes de nubes.

Lo que vive choca,


tiene dientes, aristas, es espeso.

Lo que vive es espeso


como un perro, un hombre,
como aquel río.

Como todo lo real


es espeso.
Aquel río
es espeso y real.

Como una manzana


es espesa.

Como un cachorro
es más espeso que una manzana.

Como es más espesa


la sangre del cachorro
que el cachorro mismo.

Como es más espeso


un hombre
que la sangre de un cachorro.

Como es más espesa


la sangre de un hombre
que el sueño de un hombre.

Espesa
como una manzana es espesa.

Como una manzana


es mucho más espesa
si se la come un hombre
que si un hombre la ve.
Como es aún mucho más espesa
si no la puede comer
el hambre que la ve.

Aquel río
es espeso
como lo real más espeso.

Espeso
por su paisaje espeso,
donde el hambre
extiende sus batallones de secretas
e íntimas hormigas.

Es espeso
por su fábula espesa;
por el fluir
de sus jaleas de tierra;
al parir
sus negras islas de tierra.

Porque es mucho más espesa


la vida que se desdobla
en más vida,
como una fruta
es más espesa
que una flor;
es más espesa
que su árbol,
etc., etc.
Canciones de perritos
Mary Oliver (1935 – 2019)
Traducción de Pierre Herrera

Así comienza

Un perrito es un perrito es un perrito.


Seguro está dentro de una canasta
con otros perritos.
Parece el más grande y no es nada
sino puro deseo.
Ni siquiera sabe qué pasa.

Entonces alguien lo levanta.


«Quiero éste», dice.

***
Si estás leyendo este libro

Tal vez no estés de acuerdo o no te importe,


pero como estás aquí quiero que sepas
que de todo lo que amo en el mundo
—¡y amo mucho!— muy cerca de mi top
están los perritos sin correa.

***
Una historia común de perritos

Tengo una cama, mi cama.


Es de mi tamaño.
A veces duermo solo
y aparecen sueños en mis ojos.

Otras veces esos sueños son oscuros y salvajes y raros,


y me despiertan y dan miedo, no sé por qué.
Se me quita el sueño
y las horas pasan lentas lentas.

Entonces me subo a la cama donde la luna


ilumina tu rostro,
ahí sé que pronto amanecerá.

Todos necesitamos un lugar seguro.

***
La tormenta (Bear)

Ahora mi perrito brinca por todo el jardín


y hace surcos en la nieve
con sus patitas.
Corre enérgico de aquí para allá,
no se detiene, salta, da vueltas
hasta que en la nieve queda escrita,
con letras grandes y exuberantes,
una larga frase que manifiesta
los placeres del cuerpo en este mundo.

No, yo no podría haberlo dicho mejor.


***
Conversaciones

1.
Bear dijo: «Lo sé, debería estar pendiente
tuyo, pero no puedo
si te quedas atrás platicando».

Oye, pero ¿cómo podrías estar al pendiente


si vas medio kilómetro delante?

«Es cierto», respondió Bear.


«Pero voy pensando en ti».

2.
Iba a salir por unos días, llamé
a la guardería canina e hice una reservación.
Bear me escuchó.

«El amor y los apapachos», dijo Bear,


«pueden marcar la diferencia. Sí, serán lindos
conmigo pero yo voy a estar triste, triste, triste».
Lastimosamente arqueó sus patitas.

Cancelé el viaje.
El perro (fragmento)
Susana Villalba (n. 1956)

escarbo
escarbo
escarbo

el hueso de dios
todavía puede estar
en el corazón caliente
de la tierra

tengo celos de dios


el árbol
sólo mira hacia arriba

es imposible para mí
amar a un árbol

pero enamorarse es eso

le salto
y sigue absorto

tengo celos del fuego


que duerme en su corazón

de las estrellas
que le pasan

no soy un árbol
no puedo
entender su quietud

pero enamorarme es eso

cae la noche
como la realidad

mi universo es un baldío

me ovillo
en las raíces duras
de mi amor

tengo celos de los pájaros


abrigados
en sus ramas

envidio la noche
cayendo como un cazador
de espejismos

quién despierto
creería
en los sueños

la intemperie es una soledad


el amor es un adentro

doy vueltas
alrededor del árbol
le salto
salto de amor
y caigo
otra vez en mí

enamorarse es eso

“Ponerle un nombre a un gato”


T.S. Eliot (1888 – 1965)
traducción de Elisa Díaz Castelo

Ponerle un Nombre a un Gato es complicado,


no es un simple juego para pasar el rato;
tal vez podrás pensar que yo estoy bien pirado
por decir que TRES NOMBRES debe tener un gato.
Primero está el nombre que usa la familia,
tal como Pedro, Silvia, Alonso o Don Mario,
o bien Víctor o Juan, Jorge o Emilia;
todos nombres razonables de uso diario.
Nombres que suenan como una canción,
de sonido elegante, ya sea varón o damita:
tales como Admeto, Electra, Deméter, Platón;
nombres sensatos que el uso diario desquita.
Pero insisto, un gato precisa un nombre particular,
uno peculiar, decoroso o bien ¿cómo podría
mantener la cola perpendicular,
desplegar los bigotes, valorar su gallardía?
Nombres de este tipo puedo mentar un quórum,
tales como Munkustrap, Quxo o Harolo,
tales como Bombalurina o bien Jellylorum;
nombres que pertenecen a uno solo.
Pero sobre y ante todo hay un nombre específico,
uno que a ti no se te ocurrirá
ni con ayuda del método científico;
pero que EL GATO MISMO SABE y nunca revelará.
Cuando notes a un gato en meditación profunda,
la razón, afirmo, es siempre su costumbre
de estar absorto en contemplación fecunda
del tema, del tema, del tema de su nombre:
su inefable efable
effainefable
profundo, singular, e inescrutable Nombre.

“Oda al gato”
Pablo Neruda (1904 – 1973)

Los animales fueron


imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.
El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.

“El sabio”
Denise Levertov (1923 - 1997)
traducción de Leonor Silvestri

El gato está comiendo las rosas: así es él.


No lo detengas, no detengas
al mundo que gira,
así son las cosas.
El tres de Mayo
hubo niebla; el cuatro de mayo quién sabe. Barré
la carne de la rosa, arrojá los pedazos a la lluvia.
Nunca come
todas las migas, según dicen
los corazones son amargos.
Así es él, sabe
del mundo y del clima.

Gatos
Darío Jaramillo Agudelo (n. 1947)

Estados de la materia.
Los estados de la materia son cuatro:
líquido, sólido, gaseoso y gato.
El gato es un estado especial de la materia,
si bien caben las dudas:
¿es materia esta voluptuosa contorsión?
¿no viene del cielo esta manera de dormir?
Y este silencio, ¿acaso no procede de un lugar sin
tiempo?
Cuando el espíritu juega a ser materia entonces se convierte en gato.

¿Cómo lograr que la quieta palabra escrita posea la quietud del gato que duerme, cómo
hacer que la torpe palabra
nombre la oscuridad con mirada de gato, su fijeza,
de qué manera conseguir palabras
con la tersura de la piel del gato,
a veces, pocas, palabras uña de gato,
y otras, muchas más, con el movimiento del gato, su sigilo,
su distancia,
cómo decir palabras que posean
el silencio del gato,
cómo hacer que la palabra me contenga
y yo desaparezca,
hecho silencio,
como se desvanece entre la noche
un gato?

Palabras para hablar de los gatos:


no hay palabras para hablar de los gatos.
Las palabras no abarcan a los gatos.
Los gatos son indiferentes
con los seres que hablan.
Un ladrido puede molestarlos
y un estruendo asusta a los gatos.
Pero los gatos no oyen las palabras,
no les interesa nada que pueda decirse con palabras. ¿Para qué las palabras si hay olfato,
para qué las palabras
si es posible el silencio?

Todo lo sé, la vida y su archipiélago,


el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
“En todas mis ropas hay pelos de gato”
Angélica Freitas (n. 1973)
traducción de Cristian de Nápoli

En todas mis ropas


hay pelos de gato

siempre se frotan en mis piernas


para dejar olor
y después se van contentos
a dormir al armario
lo que dicen de los gatos es verdadero
nosotros somos de ellos y no lo contrario.

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