NOTA DEL EDITOR
Fs Miijica es colombiana y nacié
en Bucaramanga, capital del de-
partamento de Santander del Sur y tierra dedicada a
Ia agricultura, Alli el tipo etnolégico predominante es
el blanco, pues la mezela con el indio no se presento
sino en escasisima medida, y casi en ninguna con el
negro. Las montaiias y valles de Santander de Colom-
bia fueron poblados por gentes de origen vasco, como
lo demuestra el apellido de la escritora. Esta, aun-
que perteneciente a una familia pobre, disfruté, sin
embargo, de una infancia maravillosa en su ciudad na-
tal, en la que reinaban todavia en aquel tiempo cos-
tumbres sencillas y campesinas. Luego, habiéndose tras-érfana y trabajé como mp.
jadlado a Bogota, queds hue
canografa para ganarse la vida, Pué nombrada secre.
taria de ministros y figuras importantes de la politien,
lo que quizd para otra mujer hubiera bastado co.
mo meta de sus aspiraciones. Pero Elisa empezo a es.
cribir. Llego a colaborar en El Tiempo y en El Es.
peetador, los principales periddicos de Bogoti. Se en.
cargé de una seccién en la Radiodifusora Nacional,
para transmitir semanalmente la sintesis de una obra
maestra de la literatura, y publicd el cuaderno ti-
tulado El indio en América, con la presentacién de
importantes obras indigenistas. Ademés, tenia escritu
una novela, que se publicé en 1949, en Bogoté, con
el titulo de Los dos tiempos. En ella la critica encon-
tr6 conocimiento del lenguaje, cultura literaria y... el
embridn de tres magnificas novelas, Una era la pro-
pia novela autobiografica de Elisa Mijica, de su lu-
cha y sus problemas femeninos, personales y huma-
otra, la
nos, apenas esbozados en Los dos tiempos
historia de una mujer singular, también tomada de
ta vida real, con quien la protagonista tropiexa en la
adolescencia, y la tercera, una novela social sobre los
indios del Ecuador, que la autora conocié de cerce
cuando visité ese pais. Los tres temas, aunque incom-
pletos, aleanzan, sin embargo, a dar vide y fuersa &
la obra, de ta cual algunos comentaristas colombia-
nos dijeron lo siguiente:
«Elisa Mijica ha tenide et valor de publicar une
. Las dos
novela, Y una novela que vate ta pena |
Bempos no tiene antecedente en ta preduccion litera-
_ ria de la mujer colombiana y puede figura 60" ale
“no derecho entre las dos o tres decenus de obras de
idas en
ese género que han sido eseritas por gentes Mle
xeste pais.» (EDUARDO ZALAMEA BORDA: Dominieal, Jo.
gotd.)
«La primera parte de la novela representa un aciers
to de lenguaje, de equilibrio, de composicién; pero
el interés decae en las partes siguientes, Es en la
ola
toda la capacidad, inteligente y cordial, de esta escri«
tora, (HERNANDO TELLEZ: Semana, Bogotd.)
«Si se nos obligara a poner Los dos tiempos junto
a alguna de las grandes novelas, no vacilariamos en
evocacion del ambiente provinciano donde se re
decir que hay una hermana suya en lo més recéndito
y bello de la literatura elésica de la Francia de los
romanceros, y es mademoiselle Lirén, la tierna, can-
dida, denodada’ y casi vengadora mademoiselle Li-
ron.» (JUAN Cristosa Martinez: El Deber; Bucara-
manga.)
Residente desde hace cerca de un afio en Madrid,
después de dar wn vistazo relampago a Italia y Paris,
Elisa Miijica ha querido entregar a la Editorial Agui-
lar el material de este breve libro de cuentos. En ellos
se encuentra una visién, bien femenina por cierto, del
mundo circundante de la escritora, del pedazo de tie-
rra en que le tocé nacer, que no aparece aislado de los
demés, sino vinculado a todos por corrientes de dolor
a través de los cuales se
presenta esa visién son mujeres, campesinos y nifias,
cada uno distinto a causa de sus medios
y de pasién. Los personajes
y conflictos
diferentes, y en realidad semejante, como se necesi
taba para dar al libro la unidad que buscé delibera-
de leer los cuentos se puc-
co psicolégico que «.
damente la autora. Despué.
de ver el purente: te entre la
nifta que persigue en los suctios la solucién de un pro-
blema infantil, y la mujer que inventa cartas de amor,+ los bandidos que bajan de la montaiia para raptar
una muchacha, Ante la aspereza que los rodea no se
tienen sino un asombro triste y el deseo de
quejan. }
construirse un refugio, en el que prolifera su vida in.
terior, Quizd sea un abrigo muy frdgil. Hay caminos
en el mundo, pero también hay gente de piel dema.
siado sensible para recorrerlos. Algunas mujeres, cam.
pesinos, nifias... Son los que desfilan por estas pigi-
nas, escritas en un lenguaje cuya norma ha sido la de
«hacerlo lo més sencillo posible y lo més parecido a
lo que se sienter, lo cual no significa que no exista
elaboracién literaria, Si Elisa Muijica ha logrado su
propésito, puede decirse que ha adquirido posesién
del instrumento requerido, sobrio y convincente, para
Hevar a cabo-el resto de su labor.