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A M E R I C A.
NOV"EL.A.
POR
El :tmor y rl t>ntu~i::t~mo ~o n
<lo~necitt•R pcrínmat1n~ tlu la !(un-
para rlc la l'irln.
L.\~f.\ HT I :-;E.
l.
~~ACIA el norte de Amsterda1~
se avanza
~ una lengua de tierra ele forma extra.-
ña que divide. al mar del Norte del Gol-
fo de Zuidetzee : aquel terreno más bajo
que el mar y circundado por dunas ó coli-
nas arenosa~'>, está regado por multitud de
pequeños canales, que cortan el suelo y
forman innumeeables islotes. Todas las
aguas que allí se recogen van ú caer en
un gran canal que las utiliza para hacer
cir'cular embarcaciones, que viajan c-ons-
tantemente desde el puerto do Amsterdam
hasta la isla de Texel, en <lonrlo se esta -
©Biblioteca Nacional de Colombia
-2-
ciona la flota holandesa. ..A.quellos terrenos
siempre húmedos, puesto que han sido la-
boriosamente arrancados por palmos ú las
olas del mar, son naturalmente muy feraces
y cxtraor<linariamente pobla~los.
Las orillas de los canales están ornadas
con molinos, cortijos y casas <le todos ta-
maüos y variadísima arquitectura. Sobre
el agua nadan anchos botes en donde moran
familias enteras, que Yiajau constantemente
do una ú otra población: allí nac.:en niños
y animales domésticos, y so crían y mue-
ren eomo si estuv-iesen en tierra firme. Pe-
ro es de acl vertir que es preciso ser holan-
rlés, es decir, llevar en las venas agua
estancada on lugar de ::;angrc, ]Jara sufrir
con paciencia semejante vida tan monótona
y viajar con aquella lentitud, pnesto que
pasan uno ó dos días recorriendo un trc-
eho que pudiera transitarsc tlcseansadamcn-
te á pie en poca¡;; horas. 1
Pero éste es el país de la pacíencia: hom-
bres, mujeres y niños pasan u cxü;tcnci a. so-
segada y tranquilamente, y llegan á la enoc-
tud sin haber. ·e molestado janús ni habe1· te-
nido nunca el menor afán. Los animales
í,articipan de aquell¡:;, índole pacífica : los
perros no se toman la pona de la<lrar; los
toros no embisten ; los caballos tiran len-
tanwntc las embal'cacioncs graneles por las
III.
Fm DE LA PRri\IERA PARTE.
EL VIAJE .
I.
ÜAHTA DE LUCÍA Á RIEKE N.
H;wre , 10 de junio de 1888.
Hú /Te. u de junio.
" El aposento que me ilan señalado en
el Hotel en que están alojados mis compa-
ñeros de viaje, tiene nnn belllsim<.t vista
sobre el mar, Y. allí pas(¡ umeltas horas del
día. ¡ Qué espectáculo es el de un puerto
importante como este del Hilvre ~ 8e ven
llegar á todas horas innumerables navíos
de todas partes del mundo. entrando de uno
en uno ó ele dos en dos en la bahía, des-
lizándose como sombras silenciosas, y tra-
yendo la vida, la muerte, la desesperación
ó la angustia ·á miles de personas ! Dos-
de aquí acompaño con la mirada á los que
llegan y ú los que se van : felicito á los
que llegan y compadezco á los que se van.
J 3 de junio. Hoy recibi una carta de mis
queridas parientas, que me ha apesadum-
brado mucho .... ; Qué ingrata he siüo al
dejarlas ~ Bi no fuera por el entrañable
cariño que mi padre ha sabido inspirarme.
(1) l>i ttlt•t·lo qne ' e ilulli;t eu ! ' lll'i\Y.il<> .•1 ,,, una 111<'7. ·
,¡,, <1e ''"Jl:lftnl , ho1•tndf.~ . l'r;ult·{•, , in;.d•'·,: .1· pnr(t t¡.:·n •' "·
(1) lJC:iÜC 1871 SI ' ha IOg"l'<lllU :1hrir o•i l'lll ' rlO .\ hn -
I'Prio tr::m~ ilnhl•' ..r ha.r 1111 fpnor·:nr il PntrP Knhnnill:t. ~
Tinrrn.nq nill:t.
IV.
Nada particu lar acontec ió á nuestra he-
roína durante los primero s dos días de na-
vegació n, sal V() las mirada s do curiosi<.lad
que fijaban en ella dos jóvenes bogota nos que
la dijeron conocía n mucho á :\iister Harris.
La noche del segund o día ora hennos ísi-
ma : una verdad era noche tropica l. lumino -
sa y pura. serena y fresca; los bosque s de
las orillas del rio se extend ían ú uno y otro
lado Oi:lCUros, misteri osos, solitari os. y tan
vírgene s como en ht época do la conquis -
ta. aunque poblado s sin duda por innume -
rables animal es de toda especie . Sentad as
¡.;obre un banco, Merced es y Luda habían
mirado arrobad as hundir¡ ;o el sol en el
horizon te, y mientr as que la primer a fué
á recosta rse en~ una hamaca que su padre
había puesto sobre cubiert a, la segand a
perman eció callada, y quieta, oculta detrás. de
un gran barril de harina que por allí ha-
bíá : una á una fueron present {mdose las
estrelia s brillant ísimas sobre un cielo de za-
firo ; constel aciones , alguna s nuevas para
ellas y otras conocid as ya en el país en
quC' vió la luz, se ostenta ban en aquel cielo
I.
CAitTAS DE LUCÍA ,\ ~lERCEDES .
Diciembre de 1853.
"l\1:i querida amiga :
~ o puedo ya ocultarte por más tiempo
J~f¡
~1 mi situación de ánimo y mis sufrimien-
tos, pues los conoccc; en parte y en
mucho los udivians, y sólo tú me compren-
des y eres capuz de simpatizar l~omnigo !.....
¡, N o es así ~ Además, no puede el cora-
Zón encubrir siempre sus penas, y es pre-
ciso que al fin estalle si no quiere ahogar-
se .... N o dudo que habrús extrañado el tono
01nha1-azado de mis cartas, el laconismo
fJ.ue he u::;ado y lo poro CJUc he mcm·i o-
11.
Era domingo, )' po1· primera ,·e;~, d<•-;-
P~és clP algún tiempo de casi Gon1 itlll'\ lln-
vla, el eiclo amaneció aznl )- <·nntinuú lo
1
~1ismo y despejado to<lo el día ; y tlle!T e d
ct la humedad cpu• ltabía qu<'clado en la
atmósfera, <~stn ostentaba nnn· dtaLlili<lad
extrnorüinaric1. y la nn.tural<•:t;;l v111l•r;¡ p<l
reda sonreír. hnju su frcs<[ltÍsimo ropa-
jo do variados tint<•s. l.us m;\s h•jmHH
<'crros se cubrían <·on un vdP rl <' llÍ<'1lla <'~·,.
tro azul l'laro y mor<tdo : lr1 S<'ITanía itlnú•-
cliata ít <_l;;ta s~ prcs<'ntabn n•sri<b ilt· o~<·tt
to topaje. ). ]l(Jl' último. las mon1 nii.ns n•r-
('ana. cstalmn y cnle" y brilhu1t< ·s como vs-
Jncrahlas y osi.cnü\lnu: de tn•cho <'ll t !'<'cito
lllanchas tl~· úrholc:-; cnhiedns tll' tion·.·. aqni
nznlcs, allí moraclns. allú c;lrtnÍJH•s. <lct!IIA
'-1.ll1Q¡·illas ó [,lnnl'a:-; . ..\ lo lejoc, S<'l'[ll'llk<d);¡
l'l camino, d<' un color untrL~ illll<trillo y .~ris.
c·orno una gran culebra qtw <t}Hli'<'<"Í<l '' sv
ocn1tnln"t cntr0 la espesa mnntn n;t.
!J
IY.
EN BOGO'l'A .
l.
t:~
?~NA extraña é inesperada sensación aco-
~ metió á Lucía cuando llegó á la gran
~abana de Bogotá, pues parecíale haber lle-
gado á otro mundo.
Después de una permanencia ele largos
meses en un temperamento templac.lo y de-
bilitante, el aire frío y vigorizador del cli-
ma de la sabana le hizo inmediatamente
grandísimo provecho ; sintióse curada casi
de repente de aquella extrai'ía languidez y
desaliento que la agobiaba en los Cocos _;
compJ•enclió que aún había en ella mucha
vida, y el~sticidad en su organismo, y una
gran dosis de valor moral en sn alma, sufi-
ciente para sobreponerse á torlos los desel~.
gai'íos del corazón.
ll.
1!Jií
Et~ Holanda.
Ho~·otá. Convento de .... '?O ele abril de 1~51·
·•_\fi querida tía:
" Como calculo que usted nece:;ita tlo al-
guna distracción, más bien que H.ieken. que
g·ozará totla.da ele su lnna do mid en el
Nur de Francia, por este cotT<'O no le es-
cribo á ella sino ú usted. ú nsterl ú qniPn
considero como ú mi ,•erdaclera marlrc ·'· ¡,
quien amo con todo mi corazón.
''Lo escribo, como habrú visto por el enca-
bezamiento, do Bog·otá. en donde vino ú pa-
sar algunos días con mis compañeras ele
Yiaje, las Roñoras _.\Jmeidas. las ruafes han
¡.;iclo y son las únicas amigas ll u e tongo .
.'· "tlll tan franca:; y bondadosas . eonmigo.
lllle las considero casi como <lo mi familia.
Pero lo qne la habrú sorprendido mú,s, mi
gue¡·icht tia, es ver que la escribo en el fondo
r],. 1m com·onto de monjas¿ no es así~ Vo~
it t'xplicarle lo que esto significa.
l'n:-1 rl0 <lqnellas rev·olncioncs tnn frQCllC'll-
V.
VIl.
Jlercedeso
I
-~):>)
Il
rJ J
t ·uamlo <"onduyó la revolución ¡Jo illolo,
Luda ~uplic.:ó ú Doña F'rancisca que rccibie-
nt en su ("a;;n, por uno ó dos mesoR ú su her-
manita Herminia, queso había enfermado, y
el médico la recetó tierra fría. Doña Fran-
\"Í. ca aceptó con gusto la recomendación de
su que rida Lncín. exig-ié•ndob en cambio la
¡n·omef-<a l]¡• qul' iría pronto ú hacerle¡:; una
Yi;;itn.
lfacia la mitad del nii.o recibió nuestra
liolanüesa por tcrcCJ"a n•;~, una invitación de
los cspo;;os. ('ox- aquello" ingleses qm' c.:o-
notió l'll el ntpor del Nragdalena y que ha-
bían sido amigos de sn madre,- suplicún-
clolc tl ue fuese ú pasar una temporada con
ellos en la antigua (·ilalaü de .Jfariquita. cer-
('tl d(' la cual ti abajaba llOr aquel tiempo en
lllHtH minas dd Beíi.or Uox. Como t'lla conte;·-
taru que no ]JOdía abn.JHlonar otra Yez ú l.al"
(lot-> ni fías - :-;ns hc1·mana:-;. - que ü·nín :'1 Hll
JY.