Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Escuela de Sociología
2018-2018
Tomas De Quincey
“Lo que no olvidamos son esas manera de vivir que
aprendimos”.
Introducción
Para tal cometido se plantea como problema investigar ¿Cuáles son las
características del “mundo social” (las relaciones sociales) en el PRT-ERP?; ante lo cual
se propone que: las relaciones sociales en la militancia del PRT-ERP están signadas por
una tensión interna alrededor del habitus pequeño-burgués, sucede esto en su apuesta
por extender la guerra revolucionaria al ámbito de la introspección.
Marco teórico
Ante este antagonismo Bourdieu esboza una práctica científica que permita un
conocimiento teórico tanto de la práctica como del modo de “conocimiento práctico”.
Para Bourdieu “la ciencia social no debe romper solo, como lo quiere el objetivismo,
con la experiencia indígena y la representación indígena de esta experiencia; le es
necesario, además, mediante una segunda ruptura, poner en cuestión los presupuesto
inherentes a la posición de observador ‘objetivo’ que, dedicado a interpretar prácticas,
tiende a trasladar al objeto los principios de su relación con el objeto” (Bourdieu 2007,
50).
Para ello se hace necesario volver al principio unificador y generador de las prácticas,
es decir, al habitus de clase como forma incorporada de la condición d clase y de los
condicionamientos que esta condición impone; por consiguiente, hay que construir la
clase objetiva como conjunto de agentes que se encuentran situados en una condiciones
de existencia homogéneas que imponen unos condicionamientos homogéneos y
producen unos sistemas de disposiciones homogéneas, apropiadas para generar unas
practicas semejantes, y que poseen un conjunto de propiedades comunes, propiedades
objetivadas, a veces garantizadas jurídicamente (como la posesión de bienes o de
poderes) o incorporadas, como los habitus de clase (y, en particular, los sistemas de
esquemas clasificadores) (Bourdieu 1998, 100).
Ahora bien ¿Cuál era la reflexión perretista que hacía posible la construcción del
“mundo social”a la interna de la Organización?, ¿Cuáles eran los encaminamientos que
hacían, a la militancia del PRT-ERP desafiar los sistemas de disposiciones
estructurados, que funcionan a la vez como estructuras estructurantes, que han
perdurado y han sido transferidas entre lo que el PRT-ERP denomina como “pequeña
burguesía”.Nos referimos a un desafío a lo que puede ser considerado como un habitus.
Para mencionarlo con Bourdieu, estamos hablando de aquellos condicionamientos
asociados a una clase particular de condiciones de existencia que producen habitus:
Dicho de otra manera, tal desafío, consiste en entrar a tensionar con aquellos
“productos incorporados” a partir de la “práctica histórica”, es decir con esas prácticas
anteriores que constituidas en la práctica, orientan también “funciones prácticas”
(definen disposiciones que vendrán después). De allí la necesidad de analizar, en
primera instancia, la reflexión perretista sobre esas prácticas “pequeñoburguesas”.
Practicas engendradas en medio de condiciones de experiencia no modificadas aún, y
que para Bourdieu constituyen las “anticipaciones del habitus”:
especie de hipótesis prácticas fundadas sobre la experiencia pasada, conceden un peso
desmesurado a las primeras experiencias;son, en efecto, las estructuras características de
una clase determinada de condiciones de existencia que, a través de la necesidad
económica y social que hacen pesar sobre el universo relativamente autónomo de la
economía doméstica y las relaciones familiares, o mejor, a través de las manifestaciones
propiamente familiares, o mejor, a través de las manifestaciones propiamente familiares
de esta necesidad externa (formas de la división del trabajo entre sexos, universo de
objetos, modos de consumos, relación entre parientes, etc.) producen las estructuras del
habitus que están en el principio de la percepción y apreciación de toda experiencia
posterior (Bourdieu 2007: 94).
En tal sentido el militante perretista libraba una batalla en sus fueros internos contra
aquel habitus incorporado de manera espontanea, que encarnó en sus cuerpos, al tiempo
que engendró conductas “razonables” o de “sentido común” asumidas como
“naturales”. Esas cuasi-naturalezas que son los habitus–dice Bourdieu-, historia
incorporada, naturalizada:
Es en este doble proceso formativo que las y los integrantes del PRT-ERP,
tensionarían su vida militante. La reflexión expuesta por la Organización coloca en el
centro la discusión sobre los alcances de la “Guerra Revolucionaria”. Se habla de una
“nueva moral” (moral revolucionaria”) para enfrentar a la “moral burguesa”, misma que
tendría como trasfondo la “competencia”.Para el PRT-ERP esta “nueva moral” solo
podría construirse en la práctica de la guerra, entendiendo esta, “no en un sentido
limitado, como en los momentos de combate político y militar, sino en un sentido más
amplio y profundo” (PRT-ERP s/f, 16).
.La Organización menciona que “entre unos y otros, los pequeño-burgueses, compiten
como el que más, a veces para sobrevivir, a veces para “brillar”, a veces para progresar
en la vida” (PRT-ERP s/f, 17-18). “A veces para brillar”, según Bourdieu, este
pretender ser “llamativo” es característico en la pequeña burguesía:
El pequeño burgués es aquel que, condenado a todas las contradicciones entre una
condición objetivamente dominada y una participación en intención y en voluntad en
los valores dominantes, está obsesionado por la apariencia que muestra al otro y por el
juicio que el otro tiene sobre su apariencia. Llevado a hacer demasiado por temor de no
hacer bastante, dejando ver su incertidumbre y su preocupación por encontrarse
preocupado como está al tener que demostrar o dar la impresión, está destinado a ser
percibido, tanto por las clases populares, que no tienen esa preocupación de su ser-para-
otro, como por los miembros de las clases privilegiadas que, seguros de su ser, pueden
desinteresarse del parecer, como el hombre de la apariencia, obsesionado por la mirada
de los otros. Y ocupado continuamente en “hacerse valer” a los ojos de los demás
(“¿Me has visto?”, “llamativo”)” (Bourdieu 1998, 250).
Consiste en tratar de hacer las cosas bien pero no por la utilidad que reportan a las tareas
revolucionarias sino por ganar méritos, ser halagado y alagar el amor propio […] En
lugar de contribuir al éxito colectivo modesta y silenciosamente y ayudar a los otros a
realizar sus aportes, se busca sobresalir individualmente a costa de los demás, tratando
de acaparar las tareas que pueden aparentar brillos y dejar a otros las más oscuras y
difíciles, callando en los propios errores, en lugar de corregirlos, mientras que señalan
vocingleramente los ajenos, induciendo incluso al error o dejándolos caer en él, a
sabiendas para resaltar el propio acierto o disimular las propias fallas” (PRT-ERP s/f,
23).
Para Bourdieu “no es raro que las exigencias de la salvación individual
[…]entrenen conflicto con las exigencias de la salvación colectiva […] por razones de
prácticas y también porque están inspiradas en dos visiones totalmente opuestas del
mundo social” (Bourdieu 1998, 426).
Los hijos de los revolucionarios deben compartir todos los aspectos de la vida de sus
padres, incluso a veces sus riesgos […] La crianza de los hijos es una tarea común […]
del conjunto de los compañeros que comparten una casa […] Cuando se habla de
compartir en el seno de la casa común no solo la actividad político-militar del grupo,
sino el estudio, la utilización del tiempo libre y las tareas comunes, de la vida cotidiana,
estas tareas deben incluir la tarea superior de la crianza de los hijos de lo compañeros
que comparten la casa […] También este aspecto debe ser integrado en la vida de las
masas, Los niños deben integrarse a las masas de la manera que es posible a ellos,
jugando y conviviendo con los hijos de los obreros. Y los padres debemos ocuparnos
mutuamente de los problemas de la crianza. Confrontar con nuestros vecinos las
prácticas y puntos de vista sobre ellas, compartir con ellos la crianza de nuestros hijos y
de los suyos, brindar una atención general a los problemas de los niños, sin establecer
diferencias odiosas entre “hijos propios y ajenos” (PRT-ERP s/f, 32-33).
De alguna manera esto encaja con lo que Bourdieu llama capital social, y nos da
un panorama de la composición social del campo social perretista. Pero, el tener acceso
a testimonios sobre sus practicas militantes permite reparar en que es muy posible que la
distinción de los proletario y lo pequeño burgués responda a aquellos esquemas de
percepciónque todo agente de una formación social determinada guarda en común como
conjunto. Según Bourdieu de allí brotan los lugares comunes que se imponen por tener
a su favor el orden social. “Categorías históricamente constituidas y adquiridas que
organizan el pensamiento del mundo social del conjunto de los sujetos pertenecientes a
ese mundo y modelados por él” (Bourdieu 1998, 480).Bourdieu se refiere a una red de
oposiciones, así:
Los militantes del PRT-ERP eran "hacedores" y se los juzgaba como tales. Su actitud de
resolver los problemas con decisión generaba resultados, permitía el desarrollo de la
creatividad y la inventiva individual en las tareas prácticas, y seacercaba más a los
criterios que valoraba el obrero argentino medio, por lo general reacio a las largas
disquisiones teóricas. Pero también tuvo sus desventajas puesto que generaba problemas
de fondo en cuanto a la resistencia al estudio y a la formación política. Un militante con
capacidad teórica era visto como "discutidor" o simplemente como "intelectual" lo cual
se equiparaba con "pequeñoburgués (Pozzi 2004,127).
Estos esquemas de percepción y apreciación, que devienen esquemas clasificadores
elaborados por el conocimiento práctico del mundo social, aparecen como condicionamientos
diferenciados y diferenciadores que se encuentran asociados a las diferentes condiciones
de existencia, están en el origen de la estructura social (Bourdieu, 481). De esta manera el
orden socialse ha instalado progresivamente en las mentes. “Las divisiones sociales se
convierten en principios de división que organizan la visión del mundo social”
(Bourdieu 1998, 481-482). Con ello:
Los sujetos enclasantes que enclasan las propiedades y las prácticas de los demás, o las
suyas propias, son también objetos enclasables que se enclasan (a los ojos de los demás)
al apropiarse unas prácticas y unas propiedades ya enclasadas (como vulgares o
distinguidas, elevadas o bajas, pesadas o ligeras, etc, es decir en último análisis
populares o burguesas) según su distribución probable entre unos grupos a su vez
enclasados; las mas enclasantes y las mejor enclasadas de esas propiedades son,
evidentemente, las que están expresamente designadas para funcionar como signos de
distinción (Bourdieu 1998, 492).
Pozzi menciona que de la practica perretista surgieron formas comunes de comportamiento
entre la militancia.
El estilo partidario también se traducía en un lenguaje corporal, envestimenta, en tonos
de voz, en comportamientos que eran comunes a los militantes todos tendían a vestirse
similarmente, de manera simple, limpia y sin maquillaje para las mujeres. Inclusive
tendían a fumar la misma marca de cigarrillos (Particulares negros}. Esta tendencia
hacia la homogeneidad era impuesta casi informalmente a todos los miembros
partidarios Usar ropa más cara era visto como una muestra del egoísmo
"pequeñoburgués", como lo era cualquier tipo de concesión consumista tal como
comprar un televisor (Pozzi 2004, 136).
Conclusiones
Bibliografía