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Tragedia del 9 de abril

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La Tragedia del 9 de abril son los sucesos ocurridos en Tiflis el 9 de abril de
1989, capital de la República Socialista Soviética de Georgia, cuando
manifestaciones antisoviéticas fueron dispersadas por el Ejército soviético, con el
resultado de 20 muertos y cientos de heridos. El 9 de abril es el Día de la Unidad
Nacional (en georgiano: ეროვნული ერთიანობის დღე), un día de fiesta nacional.

Índice
1 Preludio
2 Las manifestaciones
3 Secuelas
4 Legado
5 Referencias
6 Enlaces externos
Preludio
El movimiento antisoviético se intensificó en la República Socialista Soviética de
Georgia en 1989. Las organizaciones políticas antisoviéticas organizaron huelgas y
manifestaciones en Tiflis. El conflicto entre el gobierno soviético y los
nacionalistas georgianos se intensificó después de la Asamblea de Lijni el 18 de
marzo de 1989, cuando varios miles de abjasos pidieron la secesión de Georgia y la
restauración del estatus que tuvo entre 1921 y 1931. En respuesta, los grupos
antisoviéticos organizaron una serie de manifestaciones no autorizadas a lo largo y
ancho de la república, protestando que el gobierno soviético estaba utilizando el
separatismo de Abjasia para oponerse al movimiento pro-independentista.

Las protestas alcanzaron su punto culminante el 4 de abril de 1989, cuando cientos


de miles de georgianos se congregaron en la puerta del palacio de gobierno en la
Avenida Rustaveli en Tiflis. Los manifestantes, dirigidos por el comité
independentista (Merab Kostava, Zviad Gamsakhurdia, Giorgi Chanturia, Irakli
Bathiashvili, Irakli Tsereteli entre otros) organizaron manifestaciones pacíficas y
huelgas de hambre, demandando el castigo a los secesionistas abjasios y la
restauración de la independencia de Georgia. Las autoridades soviéticas locales
perdieron el control de la situación en la capital y no pudieron contener la
protesta.

Las manifestaciones
En la noche del 8 de abril de 1989, el Coronel General Ígor Rodiónov, jefe del
Distrito Militar del Transcáucaso, ordenó la movilización de sus tropas. Momentos
antes del ataque de las fuerzas soviéticas, el patriarca de Georgia, Ilia II, se
dirigió a los manifestantes para pedir que dejasen la Avenida Rustaveli y los
alrededores del Palacio de Gobierno debido al peligro acumulado durante el día
después de la aparición de los tanques soviéticos cerca de la avenida. Los
manifestantes rechazaron disolverser a pesar de los ruegos del patriarca. Las
unidades de la militsia local georgiana (policía), fueron desarmadas antes de la
operación. El 9 de abril, a las 3:45 de la madrugada, las tropas y tanques
soviéticos bajo el mando del general Aleksandr Lébed rodearon la zona de
manifestaciones. Las tropas soviéticas recibieron las órdenes del general Rodionov
de disolver y limpiar la avenida de manifestantes por el medio que fuese
necesario.1

Las tropas soviéticas, armadas con porras y palas de metal, avanzaron hacia los
manifestantes rodeándolos por todos los lados, dejando solo una estrecha salida.
Durante el avance, los soldados empezaron a atacar a los manifestantes con palas
militares metálicas, hiriendo tanto leve como gravemente a quien golpeaban.1 Una de
las víctimas del ataque fue una joven de 16 años que intentaba escapar de los
soldados que avanzaban, pero fue tirada y golpeada hasta la muerte cerca de los
escalones del Palacio de Gobierno. Este ataque particularmente violento, fue
grabado en vídeo desde los balcones del edificio situado al otro lado de la
avenida. El vídeo fue usado durante las investigaciones de Anatoli Sobchak que se
llevaron a cabo en consecuencia. Ataques similares de soldados soviéticos tuvieron
como resultado la muerte de 19 mujeres, y fue confirmado a lo largo de la
investigación.1 Se informó que se usaron gases tóxicos contra los manifestantes,
con vómitos, problemas respiratorios y parálisis del sistema nervioso central.2

Veinte personas, principalmente mujeres jóvenes y mayores, fueron asesinadas y


sobre 4.000 personas fueron heridas con el gas tóxico y los violentos golpes de
porras y palas.3 La policía, desarmada, intentaron evacuar al grupo de
manifestantes presa del pánico, sin embargo un vídeo tomado secretamente por
periodistas opositores mostraron cómo los soldados no permitieron la entrada de
ambulancias y médicos para atender a los heridos, y de hecho hasta las ambulancias
fueron atacadas en el avance de los soldados.4 La película de un hombre joven
pegando a un tanque con un palo se convirtió en el símbolo del movimiento
antisoviético.5

El 10 de abril, el gobierno soviético emitió un comunicado culpando a los


manifestantes del desorden y peligro contra la seguridad pública. Al día siguiente,
la televisión georgiana mostró los cadáveres de 19 mujeres violentamente
asesinadas, demostrando la brutalidad extrema usada por las tropas soviéticas, así
como los rostros de las fallecidas, difícilmente identificables por las heridas
faciales y cabezas rotas. El gobierno soviético culpó a los manifestantes de la
muerte de 20 personas, afirmando que se habían aplastado unos a otros cuando se
desató el pánico y se retiraban del avance de los soldados soviéticos.5 Sin
embargo, la comisión parlamentaria que investigaba los sucesos del 9 de abril de
1989 en Tiflis, fue impulsada por Anatoly Sobchak, miembro del Congreso de
Diputados del Pueblo de la Unión Soviética. Después de completar las
investigaciones e interrogatorios, la comisión condenó a los militares, que habían
causado la muerte intentando dispersar las manifestaciones. El informe de la
comisión dificultó el uso de la fuerza militar contra las manifestaciones civiles
en la URSS. El informe de Sobchak redactó detalladamente las acciones violentas
realizadas por los militares contra los manifestantes, y recomendó el procesamiento
de los militares responsables de los hechos del 9 de abril.2

Secuelas
El 10 de abril, en protesta contra las medidas tomadas, Tiflis y el resto de
Georgia inició una huelga general y fueron declarados 10 días de luto. La gente
colocó masivamente flores al lugar de las muertes. El estado de emergencia fue
declarado, pero las manifestaciones continuaron.

El gobierno soviético de Georgia dimitió a consecuencia de los hechos. Moscú afirmó


que los manifestantes atacaron primero y los soldados repelieron los ataques. En el
primer Congreso de los Diputados del Pueblo, (mayo-junio de 1989), Mijaíl Gorbachov
declinó toda responsabilidad, traspasando la culpabilidad al ejército. Las
revelaciones hechas por los medios liberales soviéticos, así como los hallazgos de
los diputados "pro-Perestroika" de la comisión Sobchak en la investigación de los
hechos de Tiflis, fueron presentados en el segundo congreso de diciembre de 1989,
con un resultado embarazoso para los soviéticos de la línea dura y para los líderes
militares involucrados en los hechos.

Legado
La tragedia del 9 de abril radicalizó a la oposición georgiana contra el poder
soviético. Pocos meses después, en sesión del Soviet Supremo de la RSS de Georgia,
llevado a cabo entre el 17 y 18 de noviembre de 1989, oficialmente condenó la
ocupación y la anexión de la República Democrática de Georgia en 1921 por parte de
la Rusia soviética.

El 31 de marzo de 1991, los georgianos votaron abrumadoramente a favor de la


independencia de la Unión Soviética en el referéndum de independencia georgiano de
1991. Con el 90.5% de participación, aproximadamente el 99% votó a favor de la
independencia. El 9 de abril, segundo aniversario de la tragedia, el Consejo
Supremo de la República de Georgia proclamó la soberanía georgiana y la
independencia de la Unión Soviética.

El 23 de noviembre de 2004 se inauguró un monumento conmemorativo de las víctimas


de la tragedia en el lugar de los hechos en la Avenida Rustaveli.

Referencias
New Nations Rising: The Fall of the Soviets and the Challenge of Independence,
Nadia Diuk, Adrian Karatnycky
Nationalist Violence and the State: Political Authority and Contentious
Repertoires in the Former USSR, Mark R. Beissinger Comparative Politics, Vol. 30,
No. 4 (Jul., 1998), pp. 26-27.
Georgia: A Sovereign Country in the Caucasus Roger Rosen, p. 89
Defending the Border: Identity, Religion, And Modernity in the Republic of Georgia
(Culture and Society After Socialism), Mathijs Pelkmans pp. 127-39
Georgia: In the Mountains of Poetry, Peter Nasmyth, p 18

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