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El desarrollo de la función manual en el primer año de vida se centra en tres áreas clave: 1) la manipulación de objetos que permite al niño explorar y dar sentido al entorno; 2) la coordinación mano-boca y mano-mano que comienza a desarrollarse a los 2-3 meses; 3) la necesidad de un sistema somatosensorial y motriz intacto para procesar información táctil y adaptar los movimientos en respuesta.
Descripción original:
Título original
DESARROLLO DE LA FUNCIÓN MANUAL EN EL PRIMER AÑO DE VIDA
El desarrollo de la función manual en el primer año de vida se centra en tres áreas clave: 1) la manipulación de objetos que permite al niño explorar y dar sentido al entorno; 2) la coordinación mano-boca y mano-mano que comienza a desarrollarse a los 2-3 meses; 3) la necesidad de un sistema somatosensorial y motriz intacto para procesar información táctil y adaptar los movimientos en respuesta.
El desarrollo de la función manual en el primer año de vida se centra en tres áreas clave: 1) la manipulación de objetos que permite al niño explorar y dar sentido al entorno; 2) la coordinación mano-boca y mano-mano que comienza a desarrollarse a los 2-3 meses; 3) la necesidad de un sistema somatosensorial y motriz intacto para procesar información táctil y adaptar los movimientos en respuesta.
DESARROLLO DE LA FUNCIÓN MANUAL EN EL PRIMER AÑO DE VIDA
La manipulación es el fenómeno más importante en el desarrollo de la función
manual del niño. Gracias a ella, éste podrá experimentar con el entorno y dar sentido a los objetos que le rodean a través de la exploración de los mismos. Para ello, tiene que existir un control independiente de los dedos producido por una efectiva musculatura intrínseca de la mano, un sistema somato sensorial intacto para transmitir la información obtenida de las características del objeto y la adaptación de la prensión para manipularlo.
Antes de la adquisición de la motricidad fina es necesario ganar estabilidad
proximal para poder desarrollar una adecuada función manual. Así pues, un recién nacido pasa la mayor parte del tiempo con las manos cerradas, aunque a veces pueden aparecer movimientos espontáneos y globales. Será a partir del segundo mes cuando tenga lugar la coordinación mano-boca con la que el niño comenzará a reconocer sus manos y a finales de este mes o principios del tercero se instaurará la coordinación mano-mano a través de la cuál el niño tomará sus manos y comenzará un juego entre ellas y con la boca como medio de exploración somatosensorial.
Para entender el desarrollo de la función manual necesitamos: un sistema
somatosensorial (táctil) lo suficientemente conservado como para que nos pueda dar información sobre la posición, el tamaño, el volumen, la textura, el peso , la forma, la temperatura del material con el que entramos en contacto. Por otro lado, necesitamos de un sistema de respuesta motora que permita a la extremidad adaptarse y cambiar de postura como respuesta a la información sensorial recibida, necesitamos tener una buena capacidad de la movilidad de los diferentes segmentos implicados: Hombro, brazo, antebrazo, disociación de dedos para poder controlar los objetos que manipulamos. La musculatura que forma parte de la mano y los dedos ha de estar en buenas condiciones para proporcionarnos estabilidad, habilidad y precisión en los movimientos que necesitamos hacer para coger, mantener y movilizar los objetos con suma precisión para ser eficaces en nuestras actividades diarias: comer, escribir, vestirnos….
Prensión: La prensión es la capacidad de tomar objetos con la mano, está
relacionada principalmente con la forma y dimensiones del objeto. La compleja organización anatómica y funcional de la mano converge en la prensión.