HORA SANTA EN HONOR

DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO
Parroquia San Miguel Arcángel
Exposición del Santísimo El Pan que yo les daré,
Es mi Cuerpo, vida del mundo.
Canto: El que siempre coma de mi carne,
Tendrá vida eterna, tendrá vida eterna.
Entraré, entraré,
Entraré a su presencia Yo soy esa bebida
En libertad por su amor, Que se prueba y no se siente sed.
El Espíritu me lleva.
El que siempre beba de mi sangre
Vivirá en mí, como yo vivo en mi Padre.
Al trono de la gracia
Para adorar cara a cara
Sí, al Dios vivo adorar, Sí, mi Señor, yo creo
Libre soy, libre soy para entrar. Que es tu cuerpo vida para el mundo,
Que tú eres el Hijo de Dios
En el nombre del Padre… Bendito y alabado sea el Santísimo Y que estás aquí, alentando nuestras vidas.
sacramento del altar…

San Alfonso decía: “Quizás ganarás más en un cuarto de hora

ante Jesús Sacramentado que en todo el resto del día. Jesús nos
dijo: “Pedid y recibiréis, todo el que pide recibe”. Él regala más
dones en la Eucaristía que en otros sitios. ¿De dónde tomaron las
almas escogidas sus más altas resoluciones sino junto al altar?
Quién sabe si en la adoración ante la Santa Hostia si al fin nos
vamos a resolver a dedicarnos por completo a servir a Dios. Por
mi devoción a visitar al Santísimo Sacramento obtuve a los 26
años la gracia de alejarme del mundo corrompido y dedicarme a
la vida espiritual. Los bienes del mundo están llenos de hieles y de
espinas y los que los hemos querido gozar lo lamentamos. Los que
visitan al Santísimo Sacramento reciben más alegrías en unos
minutos que las que le pueden proporcionar el mundo en muchos
años- Jesús está en el altar para oír y atender a quien le ruega.
Pidámosle perdón por los disgustos que le hemos proporcionado.
Contémosle nuestros problemas como al más generoso de los

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 Enseñando como en el sermón de la montaña,
Orando por nosotros como cuando estamos en la cruz.
Obrando maravillas como cuando hacías tus milagros
Y diciendo a todos: “Vengan a mí los que sufren y yo los
aliviaré”.
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Tú que eres manso y humilde de corazón.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú que mandaste amarte y amar al prójimo.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que has instituido la Eucaristía.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que has querido permanecer entre nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que prometiste en Cafarnaúm el Pan de Vida.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que multiplicaste los panes y los peces.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que amas a tu Iglesia y te has entregado por ella.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que viniste a perdonar nuestros pecados y a salvarnos.
Señor, ten misericordia de nosotros.
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Ojalá recordaras siempre la frase del Salmista: “Lo que nos trae
éxitos no son nuestros afanes. Lo que nos trae éxitos es la
bendición de Dios. Encomienda a Dios tus preocupaciones y
se te cumplirán tus buenos deseos”.
Los israelitas deseaban ocupar la Tierra Prometida. Me lo
suplicaron y se lo concedí. David deseaba vencer a Goliat. Me
rogó y lo obtuvo. Mis apóstoles deseaban que se les aumentara la
fe. Me imploraron ese favor y les fue otorgado con enorme
generosidad. Y tú… ¿qué deseas que te conceda?
¿QUÉ PUEDO HACER POR TUS AMIGOS, por tus supervisores,
por las personas que viven en tu casa, en tu barrio, e tu vereda,
por aquellos por los cuales tendrás que dar cuenta el día del
Juicio?
Jeremías oró por su ciudad Jerusalén y Dios la llenó de
bendiciones. Daniel oraba por sus paisanos y obtuvo que se les
disminuyeran muchas penas.
¿Y tú qué me pides para tus vecinos, para tu barrio, para tu región,
para tu patria…?
¿Y POR TUS PADRES? Si están muertos recuerda que “es una
obra santa y buena rogar a Dios por los muertos para que
descansen de sus penas”.
Y si están vivos ¿Qué deseas para ellos? ¿Más paciencia en sus
penas, salud? ¿Un genio agradable? ¿Entendimiento y
comprensión en toda la familia?
Los ruegos de un hijo no pueden ser desechados por quien estuvo
treinta años dando ejemplo de amor filial en Nazaret.
cristiana. La Iglesia vive y crece mediante la Eucaristía. Ella es el Por nuestro poco espíritu de adoración ante tu presencia
alma de todo apostolado y alimenta y hace crecer el amor hacia sacramental.
Dios y hacia el prójimo. Es muy recomendable hacer visita diaria a
Señor ten piedad de nosotros.
Jesús Sacramentado. En la Eucaristía está la señal segura de
nuestra esperanza para el futuro eterno y el alimento para no Por nuestra indiferencia al escuchar tu Palabra.
desmayar en nuestro camino hacia la santidad y la salvación”.
Señor ten piedad de nosotros.
OH JESÚS Por nuestras tardanzas en aceptar tus llamadas.
Te adoramos como a nuestro Dios y Creador.
Señor ten piedad de nosotros.
Queremos obedecerte como a nuestro Dueño y Señor.
Te respetamos como al Juez que nos juzgará. Por nuestras tibiezas en vivir las exigencias del Evangelio.
Te agradecemos como al mejor de nuestros bienhechores.
Señor ten piedad de nosotros.
Te pedimos como al más generoso dador.
Queremos imitarte pues eres el perfecto ideal de santidad. Por nuestras cobardías cotidianas.
Señor ten piedad de nosotros.
SEÑOR JESÚS Por nuestras envidias y odios.
Venimos aquí ante tu altar
Señor ten piedad de nosotros.
Como los más pobres ante el más generoso y rico de nuestros
amigos: socórrenos. Por nuestros desalientos en los sacrificios.
Como enfermos ante el médico divino que todo lo compadece:
Señor ten piedad de nosotros.
sánanos Señor.
Venimos como discípulos ante el divino Maestro: enséñanos. Por nuestras violaciones de la justicia y de la paz.
Nos acercamos ante Ti como ovejas extraviadas ante el buen
Señor ten piedad de nosotros.
pastor: guíanos Señor.
Nos postramos ante tu presencia como manchados pecadores Por nuestras debilidades humanas.
ante el Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Señor ten piedad de nosotros.
Perdónanos
Por nuestra frialdad en amar al hermano.
Por nuestro desamor con que dejamos de visitarte.
Señor ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.
Por nuestra poca ejemplaridad de vida cristiana.

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Señor ten piedad de nosotros. Tú que nos has lavado en tu sangre derramada en la cruz.
Por nuestra falta de fe, esperanza y caridad. Señor ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros. Tú, que nos has dicho que si pecamos contra el hermano,
pecamos contra Ti.

Con la misma confianza que tienen los hijos con su padre, Señor ten piedad de nosotros.
acudamos nosotros a nuestro Dios, diciendo.
Tú, que siendo rico te hiciste pobre, para enriquecernos y
Padre nuestro…
amarnos.
Señor, por tu pasión y muerte y resurrección has redimido y Señor ten piedad de nosotros.
salvado a los seres humanos; concédenos, que arrepentidos de
Tú, que resucitado de entre los muertos, nos has librado del
nuestros pecados, podamos adorarte y venerarte en el
pecado.
Sacramento presente en el altar. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén. Señor ten piedad de nosotros.
Tú, que viniste a este mundo para salvar a los pecadores.
VOZ DEL MAESTRO
DICE JESÚS: Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que
Jesucristo nos enseñó:
HOY POR HOY, ¿QUÉ NECESITAS? Padre nuestro…

¿Qué puedo hacer por tu bien? Si supieras los deseos que tengo Canto:
de favorecerte. Yo di de comer a cinco mil hombres con sólo 5 Sólo Dios, solo Dios
panes porque vi que lo necesitaban. Yo calmé la tempestad
En tus atrios, Señor, quiero estar
cuando los apóstoles me despertaron. Yo resucité la Hija de Jairo Tú mi tesoro y porción, mi delicia, Señor
cuando su padre me pidió que fuera a resucitarla. Tú también Mi fortaleza, mi vida,
tendrás que repetir con el profeta: “¿Quién ha clamado a Dios y Mi Dios y mi todo.
no ha sido escuchado?”
Alma mía no busques nada más
¿TIENES AHORA MISMO ENTRE TUS MANOS ALGÚN Para ti, basta, Dios y sólo Dios.
PROYECTO? Cuéntamelo minuciosamente. ¿Qué te preocupa?
¿Qué piensas, qué deseas? ¿En qué puedo ayudarte? El Concilio Vaticano dice: “La Eucaristía nos une con Cristo y
entre nosotros. Ella es la lumbre que ilumina y da calor a la vida

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SI TIENES ALGÚN FAMILIAR QUE NECESITA UN FAVOR,
dirígeme por él o ella tus oraciones, que yo haré de tu familia un
templo de amor y consuelo, y derramaré a manos llenas sobre tus
familiares las gracias y auxilios que necesitan para ser felices en
el tiempo y en la eternidad.
¿Y POR MÍ? ¿No te sientes con deseos de mi gracia y amistad?
¿No quisieras hacer algún bien a tu prójimo, a tus amigos, a
quienes amas tal vez mucho, pero que viven alejados de la religión
o no la practican como deberían?
Soy dueño de los corazones y los llevo dulcemente, sin perjuicio
de su libertad, hacia a santidad y el amor de Dios. Pero necesito
que oren por ellos.
En el evangelio dejé esta promesa: “El Padre Celestial dará el
buen espíritu, a los que se lo pidan”. Pídeme para tus familiares,
amigos y otras personas ese buen espíritu, ese acordarse de la
eternidad que les espera, ese prepararse un buen tesoro en el
cielo, haciendo en esta vida muchísimas obras buenas y orando
sin cesar.
Canto:
Yo soy el Pan de vida,
El que viene a mí no tendrá hambre,
El que viene a mí no tendrá sed.
Nadie viene a mí, si mi Padre no lo llama.
Yo lo resucitaré, yo lo resucitaré
Yo lo resucitaré en el día final. (2)
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amigos, implorémosle sus ayudas, su amor, su perdón, su
Paraíso. Jesús en el altar está rogando por nosotros escondido,
humilde, olvidado por muchos y amando a todos. Por cada uno de
nosotros fueron escritas aquellas palabras del evangelio: “El
Maestro está aquí y te llama” (Jn. 11,28).
Señor nuestro Jesucristo: creemos firmemente que estás presente
en este santísimo Sacramento del altar; queremos adorarte y
amarte con todo nuestro corazón; te damos gracias por todos tus
beneficios y te pedimos humildemente perdón por nuestros
pecados. Concédenos tu luz y tu gracia para hacer con fruto esta
Hora Santa. Sagrado Corazón de Jesús, e Ti confiamos. Dulcísimo
corazón de María ayúdanos a hacer con toda devoción esta
adoración ante tu santísimo Hijo. Ángel de la Guarda, y santos de
nuestra devoción interceded por nosotros para que logremos
hacer muy bien esta santa meditación. Amén.
Oh Jesús: te amamos por los que no te aman;
te bendecimos por los que no te bendicen.
Creemos por los que no creen;
Te recordamos por los que no se acuerdan de Ti.
Te adoramos por los que no te adoran.
Te visitamos por los que no te visitan.
Te agradecemos por los que no te agradecen.
Te proclamamos por los que no se interesan por Ti.
Aquí estás en el altar manso y humilde, como cuando estabas en
Belén y en Galilea.