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LA CASA DE LA CASCADA DEL ARQUITECTO FRANK LLOYD WRIGHT

Considerada una de las casas más famosas del mundo, la Casa de la Cascada es una
residencia situada a 50 millas al sureste de Pittsburgh, sobre una cascada del río Bear
Run, en un paraje llamado Mill Run, municipio de Stewart, en el condado de Fayette
del estado de Pensilvania (Estados Unidos).

La casa de la cascada o Fallingwater, es la residencia más famosa del siglo XX,


fue diseñada en 1934 por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright,
considerado el introductor de la arquitectura moderna en su país, su construcción inicio
en 1936 y se completó en 1939 en una ladera rocosa en las profundidades del
escarpado bosque del suroeste de Pensilvania. Sin embargo, la principal característica
de la Casa de la Cascada es el hecho de que fue construida parcialmente sobre una
pequeña cascada del río Bear Run, utilizando los recursos y elementos naturales
presentes en ella (como piedras, vegetación y agua) como parte de la composición
arquitectónica.
Frank Lloyd Wright
Al igual que otras obras de Wright, la casa de la cascada fue influenciada naturalmente
por las ideas de su época: utilizó nuevos materiales como el hormigón armado y el
acero. También se interesó por elementos prefabricados. Sin embargo, Wright se
opuso a sus contemporáneos al abogar por el uso de materiales naturales que dejó en
bruto, a diferencia de sus colegas en la escuela de Chicago que los recubrieron o
pintaron para satisfacer los gustos de sus usuarios.
HISTORIA DE LA CASA DE LA CASCADA
Las casas usonianas de Frank Lloyd Wright estaban a años luz de su icónica Casa de
la Cascada, proyectada en la misma época en medio de la boscosa finca de J.
Kaufmann en Bear Run, en el oeste de Pensilvania. Con la fortuna ganada en su
negocio de grandes almacenes, y aconsejado por su hijo, un estudiante en la escuela
de Taliesin, Haufmann contrató a Wright en 1935 para el proyecto de su refugio
familiar. A diferencia de las casas usonianas, la Casa de la Cascada (1936) es una
afirmación espectacular de las posibilidades del hormigón armado, expresadas
mediante un triple juego de terrazas en voladizo que flotan sobre una espectacular
cascada, el lugar preferido por Kaufmann en su finca. En el interior, el centro de la
casa es la chimenea de piedra construida directamente sobre el lecho de pizarra
negra.
Los Kaufmann querían una casa con vistas a la cascada, pero Wright, manteniendo
firmemente su idea central de proyecto, construyó una casa sobre la cascada misma, y
la integró magistralmente en ese accidente natural. Las justificaciones de Wright para
este proyecto se apoyaron en sus conceptos de “arquitectura orgánica”, un término
decididamente subjetivo, pero con el que, en definitiva, se pretendía indicar que el
edificio estaba integrado en su emplazamiento y su contexto, siquiera en forma de
amigable contrapunto. La propia cascada, por ejemplo, no era visible, pero sus
variaciones estacionales eran perfectamente audibles.
La planta diagonal y la sección escalonada eran, por supuesto, respuestas a las curvas
de nivel del terreno, un aspecto particularmente importante para Wright, y que
adelantó, en parte, en proyectos anteriores, como la casa Freeman (1924-1925). Aquí,
la ornamentación de la superficie ha dado paso a la rusticidad de las toscas piedras
amarillentas con juntas horizontales muy marcadas, en acusado contraste con las
superficies estucadas en blanco de las terrazas y las líneas de la cubierta. Semiocultas
en los retranqueos, las balconeras acristaladas con sus delgadas carpinterías
difuminan la separación entre interior y exterior para crear salas al aire libre.
Vista desde debajo de la cascada, la casa parece cernida provocadoramente sobre el
paisaje, con líneas rectas que contrastan con las grandes rocas y el blanco de las
terrazas que destacan sobre el fondo oscuro del follaje exuberante del bosque. Los
muros de piedra que anclan los voladizos se mimetizan con las lajas estratificadas de
la roca y ascienden hacia la casa en forma de torres, anclando la composición y
creando la ilusión de ruinas ancestrales.

INFLUENCIA DE JAPÓN EN EL TRABAJO DE FRANK LLOYD WRIGHT


El aprecio de Wright hacia la arquitectura japonesa fue fundamental para concebir el
diseño de esta casa, Wright retoma el principio de interpenetración de los espacios
interiores y exteriores, que a veces están separados solo por paneles de madera.
También encontramos la idea de una armonía entre el hombre, la arquitectura y la
naturaleza. Logrando un diseño en función de la cascada, como el elemento natural
más importante del proyecto. Además, en lugar de talar los árboles en el suelo, elige
integrarlos en la arquitectura. El edificio se desarrolla horizontalmente en relación con
el suelo, lo que nos remite a la forma de los pabellones japoneses.

Finalmente, retoma los principios del arte japonés Shibui, es decir, el uso de formas y
texturas suaves, de colores y de contrastes atenuados. En esta idea se suavizó y
redondeó los ángulos de los balcones de Fallingwater, que inicialmente estaban en
ángulo recto. También sabemos, anécdota divertida, que quería dorar los balcones de
la casa con pan de oro para obtener la misma representación que en el Pabellón
Dorado de Kioto (foto de arriba).

DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE LA CASCADA


La obra, fue supervisada desde principio por Bob Mosher y Edgar Tafel, se realizó
entre 1934 y 1939. La casa principal tiene una superficie de 268 metros cuadrados,
mientras que la casa de invitados, de la que hablaremos más adelante, mide 227
metros cuadrados.  La idea era que la casa fuera utilizada como domicilio de verano
para la prominente familia Kaufmann.

Antes de emprender el trabajo, el 18 de diciembre de 1934, Wright visitó la reserva


natural de Bear Run y pidió un estudio topográfico en el área donde se construiría la
casa. El estudio fue realizado por la empresa Fayette Engineering Company de la
ciudad de Uniontown, en el condado de Fayette, Pensilvania, el mismo incluía todas
las rocas, árboles y topografía del sitio, el mismo fue entregado a Wright en marzo de
1935.
La residencia es un excelente ejemplo del concepto de arquitectura orgánica. El
arquitecto creó una estructura que se integró al máximo con la naturaleza circundante.
Desde el interior de la casa se puede escuchar el ruido del agua caer. Desde los
bancos, el residente puede admirar y estar muy cerca de las copas de los árboles.
PROCESO DE DISEÑO 
Este arquitecto tiene un proceso creativo muy particular: tardó nueve meses en realizar
los primeros bocetos de la casa. Explica esto en una de sus obras:

Emplazamiento de la Casa de la cascada


 » Diseñar por completo la construcción, no en papel, sino en imaginación, incluso
antes de tocar el papel. Que viva allí, tomando poco a poco forma antes de someterla a
un tablero de dibujo. […] Es mejor pedir a la imaginación que construya y complete el
edificio antes de trabajar con una escuadra y un ponente.» En Causa de la
Arquitectura, 1928.

Wright eligió poner la casa sobre la cascada, lo que sorprendió a sus propietarios. Si
hubiera estado a los pies del río habría estado mal orientada (al norte). Además,
Wright quería que los Kaufmann vivieran en armonía con el ruido del agua: quiero que
viváis con la cascada, no que os limitéis a mirarla, sino que ésta sea parte integral de
vuestra vida.

MATERIALES UTILIZADOS EN LA CASA DE LA CASCADA


La casa de la cascada fue construida principalmente de piedra, hormigón armado y
vidrio. Los muros de carga están hechos de piedras talladas que provienen de las
orillas del río. Se han tallado de forma diferente en función de su uso en la
casa: paredes, terraza, escalones. A veces estas piedras forman incluso estanterías,
como en el «dormitorio principal». El arquitecto trató de combinar al máximo los
elementos naturales presentes en el paraje Mill Run.
Las terrazas de hormigón armado permitieron crear encofrados alrededor de los
árboles: el arquitecto no deseaba destruir el sitio natural y, por consiguiente, lo integró
en el edificio. Estos encofrados albergan instalaciones eléctricas. Las terrazas están en
voladizo, lo que permite albergar los pisos de la lluvia y del sol.
La verticalidad del "corazón" de la casa contrasta con las terrazas y voladizos
horizontales.
Los materiales de la estructura se mezclan con los colores de las rocas y los árboles,
mientras que los acentos ocasionales son proporcionados por muebles luminosos,
como flores silvestres o aves en el exterior. Los pasillos dentro de la casa, las
escaleras y los pasillos, los meandros sin formalidad, y la casa apenas tiene una
entrada principal; Hay muchas maneras de entrar y salir. La sociabilidad y la privacidad
están a la vez disponibles, al igual que la comodidad de la casa y las aventuras de las
estaciones. Así, las personas son asiduas a la relajación, a la exploración del disfrute
de una vida refrescada en la naturaleza.

Una de las terrazas que mira al sur.


RESUMEN DE LOS MATERIALES 
El arquitecto sólo utilizó cuatro materiales en la casa, incluyendo hormigón armado,
vidrio, arenisca y acero.
1. Las areniscas fueron colocadas 500 pies hacia el oeste de la cascada de
una manera que parecería como si estuvieran emergiendo del propio suelo.
2. El acero utilizado en la casa fue pintado de rojo según la sugerencia del
Wright, ya que le haría mirar más cerca del mineral de hierro, de la que se
hace el acero.
3. El vidrio fue utilizado en lugar de poner paredes en el marco de acero, para
hacer la casa menos pesada y que también permite que la vista exterior
fluya libremente en los ojos de la persona que vive en ella.
4. La estructura de hormigón de la casa fue pintada en color ocre pálido para
asemejarse a una hoja de rododendro caída espalda.

PROBLEMAS DURANTE LA CONSTRUCCIÓN:

La estructura de la casa contiene muchas barras de acero, pero éstas estaban


demasiado cerca y el hormigón no fluía de manera homogénea. Esto ha provocado
una fragilidad de la estructura. También se observa un hundimiento del voladizo
principal y grietas en el hormigón. En 1999, por ejemplo, Fallingwater sufrió un
hundimiento de 18 cm. Según el boletín de Friends of Fallingwater publicado en ese
momento, todavía no había suficiente acero para mantener la estructura unida. Por
último, se sigue observando la aparición de moho debido a la proximidad al río.

INFLUENCIAS DE LA CASA DE LA CASCADA


El interior de la casa consta de habitaciones que están amuebladas por el propio
arquitecto de Fallingwater, también consta de una sala de estar y una cocina en la
primera planta. La casa tiene un total de tres plantas, la segunda planta cuenta con
tres dormitorios de tamaño medio y la tercera planta se utiliza para el estudio y
dormitorio del propietario Edgar J. Kaufmann’s hijo, el Edgar Jr. Los techos de las
habitaciones no alcanzan una gran altura, con ser 6’5 en algunos lugares. Esto fue
hecho por el arquitecto Wright para hacer que la gente aprecie la belleza de la
naturaleza a través de la casa.

El diseño de la casa de la cascada se centra en una chimenea, que tiene su lugar en la


sala de estar en el primer piso, que sirve como el lugar para la familia para sentarse
juntos y tener algo de tiempo en familia. Cerca de la chimenea, una roca se coloca de
una manera que da la sensación de traer la cascada a la casa.

La chimenea se extiende todo el camino hasta la parte superior por encima del tercer
piso, por lo que es el punto más alto en el exterior de la casa. El exterior de la casa
Fallingwater cuenta con un fuerte diseño de ladrillo horizontal junto a las terrazas.

MODERNISMO AMBIENTAL
En primer lugar, Wright fue influido naturalmente por las ideas de su época: utiliza
nuevos materiales como el hormigón armado y el acero. También se interesa por los
elementos prefabricados. Sin embargo, Wright se opone a sus contemporáneos
propugnando el uso de materiales naturales que deja crudos, a diferencia de sus
colegas de la escuela de Chicago que los untan o los pintan para responder a los
gustos de los usuarios.
TRABAJOS ANTERIORES
Las ideas puestas en práctica aquí no difieren en modo alguno de las de mis logros
anteriores. Los materiales y métodos de construcción se derivan de ellos. Los efectos
que se ven en esta casa no son superficiales y son perfectamente lógicos con las
casas de la pradera de 1901-1910» In on architecture

Desde la casa robie (1909) encontramos, por ejemplo, la línea horizontal y los
balcones.

LA NATURALEZA DE CASA DE LA CASCADA


La casa de la cascada se inscribe en la arquitectura orgánica, es decir, una
arquitectura que favorece la armonía entre el hábitat y el humano. Wright integró así
los árboles presentes en el lugar en el edificio. También conservo las rocas de la
cascada en la sala de estar y la pared posterior del edificio apoyada en la pared
rocosa. Es por eso que a menudo hemos comparado fallingwater con una cueva.

Vista interior de la sala de estar.


Esta idea de lo natural se manifiesta también a través de la paleta cromática empleada.
El ocre claro fue elegido para cubrir el hormigón, el rojo cherokee para el acero. Una
empresa de Pittsburgh trabajó en la obra para crear pinturas resistentes a las
presiones climáticas del lugar, como la humedad.

La idea era, pues, introducir la naturaleza en la casa y transformar las limitaciones del
sitio en ventajas de encanto.

LA CASA
La casa se organiza alrededor de una «torre central» de piedra natural que alberga las
tuberías y los conductos de chimenea: las habitaciones de la casa irradian en voladizo
respecto a este eje central. Existe una clara oposición entre la verticalidad del cuerpo
central y la horizontalidad de los tres pisos y las terrazas.
Se accede a la casa por un puente que atraviesa el río.

Cada planta está marcada por amplios voladizos que se proyectan asimétricamente en
varias direcciones. De hecho, las terrazas están delimitadas por losas de hormigón
lisas. Para adoptar esta solución, Wright se inspiró en la arquitectura japonesa. El
exterior de la casa tiene una relación íntima con la naturaleza. El arquitecto intentó
utilizar materiales naturales (madera, roca), lo que permitió una mayor integración entre
el edificio y el bosque que lo rodea.

PLANTA BAJA
Después de atravesar el vestíbulo, entramos en la cocina, bastante moderna para la
época. Está equipada con armarios de metal y una estufa. La mesa de Formica fue
diseñada por Wright.

El comedor y el salón constituyen la sala principal. Las paredes de piedra son limitadas
y dejan lugar a grandes bahías horizontales. El suelo es de piedra, encerado con un
producto de la empresa Johnson Wax. Es un paralelismo con las rocas húmedas de la
cascada. Una escalera suspendida de hormigón, rodeada de vidrio, baja hacia la
cascada.
Sala de estar y comedor.
El elemento más importante del piso es la chimenea, que conserva las rocas naturales
de la cascada que salen del suelo. Refuerza la sensación de estar en una cueva
natural.

LOS PISOS DE ARRIBA


Las habitaciones se encuentran en los pisos superiores; cada uno tiene su propio baño
y su propia terraza.

En el primer piso se encuentran las habitaciones del sr. Y la Sra. Kaufmann, en el


dormitorio principal hay una chimenea y un vestidor. Aquí se siente como si las
ventanas pasaran a través de la pared de la chimenea. La terraza contigua a esta
habitación es la más grande de la casa. La oficina de kaufmann está en el mismo piso.

CASA DE HUÉSPEDES
Una escalera de hormigón conecta la casa de invitados con la casa principal. Es un
logro técnico porque es semicircular. Las columnas lo soportan en uno de los lados. Es
la estructura curva de la escalera lo que lo hace estable.

La planta baja comprende un garaje, un salón, una lavandería y un dormitorio. Esta


última tiene vistas a una piscina natural cuyos bordes remiten a las terrazas en
voladizo. El piso tiene tres dormitorios y una terraza.

La decoración y la arquitectura respetan el estilo de la casa principal. Por lo tanto,


existe una verdadera continuidad entre los dos edificios.

EL MOBILIARIO
Los muebles de la casa de la cascada fueron diseñados por Wright: puertas, marcos
de cama, sillas, lámparas… cada elemento se adapta a la arquitectura. Los muebles
son generalmente de madera de nogal para responder al carácter natural de la casa.
Para protegerlos, los cristales han sido sustituidos por filtros ultravioletas durante una
restauración. Por último, el mobiliario del salón es inamovible. Los pufs son de espuma
de látex y madera.

La decoración es bastante sobria para dejar espacio a la particular estructura del


edificio.

ARQUITECTURA ORGÁNICA EN LA CASA DE LA CASCADA


La integración con la naturaleza que Wright desarrolla en la casa sobre la cascada
revela un diseño del espacio totalmente nuevo, que explica así: «La realidad de que un
edificio no reside en las cuatro paredes o el techo, sino en el espacio que le es
inherente

En efecto, cuando Wright destruye la caja arquitectónica, no sólo borra su forma, sino
también y sobre todo su valor. Hasta ahora, las construcciones definían un interior y un
exterior, a pesar de toda la voluntad de crear un diálogo con el paisaje. Fallingwater
simboliza la abolición de todas las fronteras entre el edificio y el medio ambiente.

El edificio se desarrolla desde dentro. Por eso los planos de la casa sobre la cascada
se proyectan en el vacío de esta manera; procedentes del centro de vida (que
corresponde a la sala principal abierta sobre todo lo demás), siguen una especie de
instinto que los empuja hacia el exterior. Se comprende entonces que la tercera
dimensión no se aborda de manera tradicional aquí.

Esta es la característica de la arquitectura orgánica que caracteriza el trabajo de


Wright. En uno de sus escritos, define el vínculo que une este tipo de arquitectura y el
espacio como tal: «La arquitectura orgánica no considera la tercera dimensión como un
peso o un simple espesor, sino siempre como profundidad […], una verdadera
liberación de luz y vida entre las paredes […], penetrando el exterior en el interior.

La noción de profundidad implica que el espacio debe ser vivido para que la
arquitectura desempeñe todas sus funciones. Y por muy obvio que parezca, es un
concepto revolucionario.

En este sentido, la ornamentación de la casa no sufre las florituras. Arquitectura


orgánica no rima con Arte Nuevo, al contrario. Como pone de relieve Edgar Kaufmann,
Jr. en su artículo, la decoración de los edificios de Wright funciona más bien como una
precisión refinada del conjunto. Por otra parte, no parece estar allí para adornar, sino
que se inscribe en la continuidad del edificio de manera totalmente natural.

PLANOS DE LA CASA DE LA CASCADA


Planta principal-Fallingwater-Casa-de-la-Cascada Planta primera-Fallingwater-Casa-
de-la-CascadaSegunda-Fallingwater-Casa-de-la-CascadaPabellón de invitados – piso
principal-Fallingwater-Casa-de-la-Cascada
RESUMEN
En Falling Water, los materiales mismos sirven de decoración gracias a sus cualidades
intrínsecas; por ejemplo, hormigón que permite una representación lisa y homogénea,
o piedras de construcción cuya irregularidad de la superficie provoca juegos de luz. En
cuanto al mobiliario, Wright lo concibe como un elemento inherente de la casa. Por lo
tanto, como señala Edgar Kaufmann, Jr., no tendría sentido estudiar la decoración del
lugar de forma aislada. Como un ser vivo, la casa es una unidad que no se puede
desmembrar.

La casa Fallingwater se erige como una de las mejores obras del arquitecto Frank
Lloyd Wright. El diseño de la casa Fallingwater refleja claramente el afecto de Wright
hacia la arquitectura japonesa. Incluso el arquitecto Tadao Ando declaró que siente
que el espacio de la casa es un reflejo de la arquitectura japonesa, con un sonido
adicional de agua cayendo. El sonido de la cascada se puede escuchar
constantemente en cualquier parte de la casa.
La restauración de la casa de la cascada comenzó en 1988. Como la casa había
sufrido algunos daños graves, y al ser un Monumento Histórico Nacional tuvo que ser
preservada. La casa fue restaurada temporalmente con la ayuda de vigas, que se
colocaron debajo de los voladizos para soportar su peso. Sin embargo, la estructura
fue completamente restaurada en 2002 utilizando la técnica de postensado.
LA CASA DE LA CASCADA (1935) – FRANK LLOYD WRIGHT
Hoy hacemos un homenaje a la vivienda ganadora del Campeonato de Viviendas
Unifamiliares que hemos organizado en COSAS de ARQUITECTOS, la Casa de la
Cascada. Para ello utilizaremos un texto de Gema Alfaro Simón, arquitecta de GAS
estudio y compañera nuestra del curso de doctorado “Crítica de la Arquitectura” en la
ETSAM que nos ofrece una visión diferente de esta vivienda. Muchas gracias por tu
colaboración.

La Casa de la Cascada, 1935 – Frank Lloyd Wright

“Todo lo que trata de producir efecto es estrepitoso o de mal gusto”. (1)

La Casa de la Cascada, la Casa Mito, la obra residencial por excelencia del siglo XX, es el
efectismo máximo en obra de arquitectura, de gran belleza, que aparentemente y debido
al impacto buscado por Wright nos deslumbra pero que precisamente por eso, y debido a
su interés, debemos de tratar de analizar con perspectiva no artística, sino desde la
integridad de la buena arquitectura y su eficacia.

Partiendo de una gran admiración tanto por el arquitecto como por la belleza de la obra, es
por lo que la emplazamos como Obra de Arte y por lo que le hace daño a la Historia de la
Arquitectura si se la analiza como Obra Arquitectónica, entendiendo que esta solo puede
ser aquella que es poética, suma indisoluble de Verdad (constructiva), Bondad (funcional)
y Belleza (razón geométrica).

El trinomio paisaje, agua y arquitectura evoca necesariamente a la Casa de la Cascada o


Fallingwater, la casa que Frank Lloyd Wright diseñara para el comerciante y
filántropo Edgar J. Kaufmann en 1935, en Pennsylvania, Estados Unidos.

La Casa de la Cascada, la residencia privada más famosa del siglo XX, pretende
armonizarse con su entorno natural proponiendo una sucesión de volúmenes que dan la
impresión de levitar sobre el agua. Como dijera Franklin Toker (2) en su Fallingwater
Rising, «Visitar la Casa de la cascada tiene poco que ver con arquitectura o ingeniería: la
calidad que percibimos aquí es esencialmente espiritual «.

Pero aquí buscamos, analizamos y hacemos crítica de arquitectura, no de puro efecto


sensitivo alejado de la Calidad con mayúscula, que huye siempre de esa facilidad para
deslumbrar.

La Casa de la Cascada sigue los principios de la ” Arquitectura orgánica” enfatizados por


el autor en su escuela y estudio Taliesin. Básicamente consiste en integrar en una unidad
(edificación) los factores ambientales del lugar, uso y función, materiales nativos, el
proceso de construcción y el ser humano o cliente.

Lo que nos interesa de cada edificio y nuestro punto de reflexión es saber a que nivel son
auténtica arquitectura, como identidad entre estructura, forma e imagen, y es lo que
buscamos en el análisis de la obra de Wright aparte del “espectáculo” de belleza gratuito
del cual obviamente está colmada. Nos preguntamos si la forma es apropiada a la función,
si la escala es apropiada a la forma y la función, si el orden constructivo es el adecuado y
los materiales responden al lugar.

Obra muy conocida, mítica y por eso mismo objeto y necesidad de una crítica justificada
en la labor social de esta crítica cuando es verdadera, para poner en cuestión el mito
asociado inevitablemente a la falta de espíritu crítico.
¿Y qué mayor mito que la residencia más famosa del mundo?

Se trata de una gran obra, pero con evidencias de falsedad concluyente que son las que la
hacen objeto interesante de un análisis pormenorizado.

La gran obra plástica de Wright, es una escultura más que arquitectura en si misma
gracias entre otras cosas a sus voladizos, que maravillan en el lugar y en las fotografías
pero que son más efectistas que estructurales.

Es una construcción neoplásica en cuanto a un orden previo impuesto, evidente en sus


plantas celulares en las zonas de escaleras y dormitorios.

Al igual que en los primeros bocetos de Villa Mairea (3), las inspiraciones de Wright se
relacionan con la búsqueda de formas de la naturaleza, persiguiendo una visión
humanizada de los espacios y desligándose de la abstracción total aunque sigue
guardando cierta relación con lo racional; evidenciándose estos “lugares comunes” en
ambas en las plantas discordantes y el propagandismo estético exagerado de su belleza 
como objeto, aunque siendo claramente la obra de Aalto “perdedora” de la comparativa.

Wright, discípulo de los grandes arquitectos de la Escuela de Chicago, como Louis


Sullivan o Henry H. Richardson, tuvo influencia en casi todos los grupos
de vanguardia europeos. Sin embargo, se trata de una influencia entendida en términos
formales, compositivos y espaciales, sin asumir el contenido ideológico.

La modernidad de su lenguaje arquitectónico procedía de una suma de metáforas y


símbolos, en los que la historia y la naturaleza constituían los argumentos decisivos de su
idea del proyecto y de la arquitectura, motivo por el cual sus edificios nunca participaron
de las preocupaciones racionalistas y funcionalistas de los arquitectos europeos.

Era la imagen, la forma, de la arquitectura la que podía ser manipulada para confirmar la
modernidad de las relaciones entre arquitectura y máquina, entre arte e industria. Un
lenguaje nuevo que, sin embargo, había nacido de presupuestos antagónicos con los de
los movimientos europeos. Porque Wright incorpora esos temas para someterlos a la
arquitectura, no para buscar un acuerdo, un entendimiento. Utiliza la máquina y la técnica
para hacer verosímil su coloquio con la naturaleza, tratando de integrar el progreso técnico
en el mito del retorno a la tierra, buscando un equilibrio anti urbano que permitiese
aprovechar las ventajas del desarrollo tecnológico en el campo, en la naturaleza.

Autócrata artístico, ha llegado a ser el arquitecto populista por excelencia, consecuencia


también de la soberbia autopromoción que el mismo hacía de su trabajo, como en la
presentación pública de la Casa de la Cascada, evidenciando su audacia y voluntad de
romper fronteras en todos los frentes, demostrando al mundo su soberbia unidad de una
casa y una cascada.
1. ENCLAVE.

Kaufmann quería ver el agua del torrente desde su casa, pero, el agua es lo único que no
se ve desde los ventanales y las audaces terrazas. El agua se escucha, retumba bajo el
suelo y aunque estando tan presente no se puede ver el ruido continuo es tan
ensordecedor que puede acabar siendo una tortura y haciendo que la vida en el interior de
la casa se vuelva imposible.

No puede ser por tanto un buen proyecto a pesar de su belleza y efectismo estético si ya
de inicio la principal función de una residencia, habitar, no puede ser realizada con
comodidad. Si el buen proyecto es autónomo, La Casa de la Cascada no se debe ni
obedece a su principal función.

Desde hace muchos años, La Casa de la Cascada no es una vivienda, sino un lugar de
culto para los turistas fervorosos de la arquitectura.

Nueve meses transcurrieron desde la primera vez que Wright viera el terreno hasta que
plasmara el proyecto en un plano. Durante ese tiempo, se han documentado por lo menos
tres visitas de Wright a Bear Run, en las que concebiría el edificio en su cabeza. Luego
fue dibujada en tan sólo 140 minutos.

Durante ese tiempo, muchos elementos hubieron de confluir en la mente de Wright para
producir un resultado tan peculiar: desde sus trabajos previos en la Casa Robie, la Casa
Gale o el Taliesin (4) hasta la propia influencia de los arquitectos europeos. Desde las
formas suavizadas y terrosas de San Ildefonso Pueblo que le fascinaban, hasta los dibujos
japoneses de cascadas que coleccionaba producto de su viaje a Japón.
2. INFLUENCIAS.

Las Casas de la Pradera (5) en las que puso de manifiesto su idea de Relación


Orgánica (integración entre arquitectura, individuo y naturaleza), desarrolladas entre 1910
y 1930 definieron una forma de abordar los proyectos que influyó enormemente en La
Casa de la Cascada.

Busca en el proyecto conseguir un espacio abstracto y continuo, armonizado con la


naturaleza, extendiendo y acentuando los planos paralelos al suelo, usando los materiales
como excusa para organizar la estructura del edificio. La construcción la levanta sobre un
basamento de piedra del lugar para que forme parte de este, pero con reminiscencias
clasicistas. Los materiales empleados tienen aparte de su ya mencionada función
ostentosa, una función ornamental y compositiva en su propia presencia.

El edificio busca inicialmente pone en práctica los principios defendidos por el arquitecto
de destrucción de la caja arquitectónica, simplicidad formal, integración entre arquitectura
y naturaleza, volúmenes descompuestos en planos y articulados asimétricamente.

Pero el resultado de buscar en exceso la belleza, el objeto artístico, es que la Casa de la


Cascada es un edificio alejado tanto del racionalismo como de las formulaciones del Estilo
Internacional, siendo un símbolo de su poética artística de la arquitectura orgánica y como
tal nunca podrá ser arquitectura moderna de calidad y si una bella obra de arte.

3. EMPLAZAMIENTO.

En el asentamiento predominan dos elementos, el arroyo y la cascada y los salientes de


roca sobre los que se asienta la casa para destacar el medio natural y sin embargo la
poderosa imagen expresiva del edificio, con volúmenes tan efectistas y planos volados,
más que diluirse en la naturaleza parece someterla a la construcción.

Wright quiere mostrarnos la verdad del lugar, la casa verdadera surge de un


emplazamiento específico, es lo único que nos puede mostrar arquitectura y belleza como
verdades absolutas. En la Casa de la Cascada el lugar es el único para este proyecto y
este inicialmente impone los materiales, la forma, el todo de la obra. Son los que son y no
podrían ser otros. Otra nueva contradicción al servicio de la escena buscada por al
arquitecto, censurable, en cualquier caso.

El terreno en el que se ubica la casa tiene abundancia de rocas a nivel del suelo, las
cuales sirven de cimentación del edificio. La zona tiene un relieve ligeramente
accidentado, un bosque de árboles caducifolios que se mantiene prácticamente virgen ya
que solo un camino peatonal conduce a la casa, y el arroyo, en el cual está la cascada de
la casa. Del terreno del lugar se extrajeron rocas que conforman mamposterías de la parte
baja de las fachadas del edificio, colocadas en ese lugar para crear una progresión desde
la roca natural del suelo hasta el hormigón de las partes altas.

4. ECONOMÍA.

La vivienda por el tipo de cliente que tenía y los alardes del propio arquitecto hace un
importante salto adelante en el poder económico. La economía de medios inherente a una
buena estrategia de proyecto no está contemplada, es más se evita en beneficio de una
ostentación del poder de decisión del arquitecto y económico y de mecenas del arte del
cliente.

Independientemente de usar los materiales que integraran el proyecto en el lugar, se hace


todo con hormigón y piedra (materiales nobles, caros, evidencias del poder económico), lo
que da una cualificación especial, pero nos separa nuevamente del arquitecto poeta que
piensa solo en construcción 6 y nos lleva a plantearnos…

¿¿Y si el Kaufmann hubiera propuesto forrar La Casa de la Cascada en oro??

¿Servilismo al poder económico del filántropo benefactor a qué precio?

5. NEOPLÁSTICO.

Existen tres niveles, con los usos dispuestos en plantas racionales. Cada uno tiene
terrazas en voladizos sobre la cascada y el arroyo y una escalera exterior que los conecta,
así como otra escalera, entre dos muros de piedra que permite el acceso al estanque
natural bajo la casa.

Wright emplazó la casa en la misma dirección que los salientes, dinamizando el espacio
mediante galerías y escalonamientos. Los muros de piedra remiten a esos salientes y a la
naturaleza del lugar de la cual “nace” la casa y crean una atmósfera protegida y
cavernosa. Y justo encima de la cascada, frente a la vegetación y la cañada, el plano abre
la casa mediante terrazas y ventanales en los pronunciados voladizos.

El tener un orden imperativo inicial es manifiesto de la influencia neoplástica que manda


sobre las plantas del proyecto, y dado que el abanico de estilismos y formalismos es
amplio y plano, y puede llevarnos a plasticismos que vierten en perversiones de la forma
indiferentes a la materia, es una manera de ordenar estas.

Las plantas son desiguales es disminución de orden, claridad y calidad según se va


subiendo en sección, y también van siendo más celulares en la parte trasera de la
mismas, en la zona anclada a los salientes de la espalda, con una disposición dentada de
las piezas en esa parte trasera y en torno a la escalera. En la planta superior en la zona
de dormitorios la planta es mucho menos racional y los espacios en ella están pre-
encerrados hasta llegar al despacho en la tercera planta que queda como un auténtico
espacio residual.

6. ESPACIO INFLUENCIADO.

A pesar de este influjo que vemos en Wright de la arquitectura neoplásica europea y del
primer racionalismo alemán, J.J.P. Oud (6) llegaría a afirmar, en 1926, que “la influencia
de este genio dominó las vanguardias”.
Pero hay una diferencia fundamental entre Wright y la vanguardia europea según afirmó el
propio Oud: «No obstante lo que en Wright era exuberancia plástica, sensual abundancia,
ha pasado a ser en el cubismo abstinencia espiritual y ascetismo puritano; la suntuosidad
que convenía a la high-life americana se vio reprimida en Europa en favor de una
abstracción surgida de otros ideales».

Wright siempre rechazó, por su parte, el racionalismo más funcionalista europeo.

En la cara norte de la casa, la opuesta a la que “vuela” sobre el arroyo, hay una serie de
pérgolas a modo de toldo que transcurren desde la pared exterior hasta un talud de piedra
que se eleva sobre el camino que conduce a la entrada. A este sitio se le conoce como el
“bosque de la casa”. Dos pérgolas describen un arco que esquiva el tronco de dos
árboles.

Este recurso, otro golpe de efecto más, lo usó Wright para dejar claro el respeto a la
naturaleza con el que está diseñada la casa. Las sombras que proyectan las pérgolas se
asemejan a las de los troncos, efecto que hace que la sombra de la casa se difumine en
las de los árboles. En el suelo de la terraza del despacho se dejaron dos huecos para que
fueran traspasados por dos árboles. Éstos se murieron durante la construcción de la
vivienda y no se llevaron a cabo dichas aberturas.

7. ESTRUCTURA.

Los voladizos de la Casa de la Cascada aparte de marcar el plano horizontal de la misma


eran un alarde ingenieril que permitía acrecentar el ego del arquitecto. Ya durante la obra
los asombrosos voladizos de hormigón de las terrazas fueron punto de debate con el
contratista que exigía su refuerzo con armados y se resistía a retirar los encofrados de la
estructura.

Las previsiones de Wright para la estructura, como la lógica fuera de alardes adelantaban,
no fueron acertadas; los grandes vuelos con parte de las tensiones transmitidas a muros,
algunos sobre otros voladizos, han provocado a lo largo del tiempo excesivas
deformaciones y fisuras. En 1995 la Junta de Conservación de Pennsylvania encargó a
Robert Silman un análisis sobre su estructura, este ingeniero llegó a comentar la gravedad
de las flechas en las vigas de la casa y el peligro de desplome que suponía, por lo que se
apuntaló. Años más tarde se iniciaron las costosas obras de restauración, que aun hoy en
día son insuficientes ante el continuo deterioro de la construcción.

Esto nos lleva a un nuevo punto de atención en la crítica del edificio junto a la
habitabilidad. La buena arquitectura, la poética, debe de tener razón funcional y
constructiva, si es una vivienda deber de tener buena habitabilidad y por su puesto
cualquier arquitectura debe de tener durabilidad estructural.

La identidad de verdad, bondad y belleza nos hace dudar o más bien directamente nos
cuestionamos sobre el valor de una arquitectura visualmente admirable que, sin embargo,
resulta ser muy frágil y que además nunca fue muy práctica para la vida de quienes
debían habitarla.

8. UTILIDAD.

Le Corbusier, dijo, con claridad terminante, hasta con cierta crudeza, que “Una casa es
una máquina de habitar”. “Bella como una máquina de guerra” que es una frase poética de
Gil de Biedma. La belleza auténtica está en lo que resulta práctico y permanece útil.
La Poética implica una forma, nunca se refiere a la forma por la forma pura. Por el
contrario, trata de una forma determinada por materias, estructuras, tejidos, textos y
contextos. El caso de la poesía es ejemplar: el significado nace de la estructura, la palabra
significa en función de la estructura en que se encuentra y a la que constituye para darle
otro sentido.

A través de la poética se puede conocer la determinación interna de una obra como La


Casa de La Cascada, si se trata o no de algo más que simple construcción, si es solo una
obra artística. Su principal objetivo es descubrir el nivel de verdad constructiva, funcional y
formal que, de modo simultáneo, alcanza el proyecto cuando estamos hablando de
arquitectura moderna de calidad.

Nivel de verdad o autenticidad donde no son los efectistas elementos ni siquiera las
falseadas estructuras lo principal, sino el hecho de la determinación interna de la obra,
capaz de sintetizar en la poética un óptimo conjunto geométrico entre elementos,
estructuras y sistemas.

9. ORDEN CONSTRUCTIVO.

El orden constructivo no es del todo adecuado a la forma.  Muros pesados de piedra de la


planta primera y segunda, remarcando la identidad con la materia del lugar apoyan sobre
los voladizos por lo que se genera un sobrepeso en estos y hay que reforzarlos con
nervios de acero, generando una falsedad constructiva a pesar de la maravilla estética.
Este es una de las grandes mentiras y contradicciones que oculta la obra.

Estos muros, que quedan como separadores, son elementos evidentes de falseo en un
análisis de las terrazas de los voladizos, apoyándose en estos, con la contracción
estructural que supone. Si este voladizo tiene que soportar un peso extra que altera su
condición esencial y que obliga a un refuerzo de la estructura que altera su sustancia
estructural es obvio que no había que hacer una llamada de atención sobre este, poniendo
de manifiesto de nuevo el exagerado ego del arquitecto. No solo no tiene sentido hacerlo,
no responde a ninguna verdad, pero mucho menos publicitarlo, hacer de la falsedad
conocida elemento de propaganda de una “virtud”; desvirtúa la intención y la calidad del
buscado “efecto” final.

Esta suma de giros e intenciones nunca podrá ser poética.

La poética es la responsable de racionalizar las emociones humanas. Podemos entender


poética aquí como el método de obtención racional de las leyes que configuran el conjunto
organizado de elementos del organismo «espacio interior» de la vivienda.
La poética como meta-método constructivo proyectual, como camino entre la Teoría y la
Práctica, tiene un rasgo intelectual porque es capaz de combinar opuestos y obtener un
resultado nuevo que elimina y trasciende los contrarios, haciendo nacer un nuevo todo,
una nueva unidad, el buen proyecto, el proyecto necesario, el no inventado.

Usando esta poética arquitectónica damos con la clave de la calidad en el proyecto


arquitectónico que es la verdad, intenta ser el que es, por lo que no ha lugar a
contradicciones. Es auténtico porque alcanza a ser lo que es en potencia.

“Estructura es razón poética” que decía María Zambrano. La estructura es una primera
objetividad de la forma, es lo que nos permite conocer las cosas.

10. ESCALA.

Se aprecia claramente en las fotografías cuando tienen personas dando escala gráfica y
aún más en la realidad; como la escala del edificio, es infinitamente menos a lo esperado,
dada la grandilocuencia con la que el arquitecto implanta la obra en el entorno natural y la
acomete. Es más relevante en los antepechos de los voladizos, ridículamente bajos para
lo esperado.

Es un gazapo del arquitecto que inmediatamente nos hace reprocharle su exceso de


manipulación y arrogancia al hacer la llamada de atención sobre esos falsamente robustos
y resistentes voladizos sobre la cascada.

11. CONTRADICCIONES.

La Casa de la Cascada tiene varias contradicciones, graves, que la dejan en la categoría


de obra de arte a pesar de su belleza.

La primera de ellas es la influencia en las vanguardias, pero solo en términos formales,


compositivos y espaciales, sin asumir el contenido de estas. La modernidad procede de la
suma de una suma de metáforas y símbolos, con la historia y la naturaleza como
elementos decisivos del proyecto.

El edificio al final no tiene preocupaciones funcionalistas ni racionalistas. Manipula la


forma para confirmar la modernidad de las relaciones entre arquitectura y la técnica.

Utiliza la máquina y la técnica para hacer verosímil su coloquio con la naturaleza.


Tiene influencia en las vanguardias (neoplasticismo) pero Wright lo hace por exuberancia
plástica en vez de por abstracción. El ya mencionado rechazo del arquitecto al
racionalismo funcionalista europeo.

La Casa de la Cascada tiene valor como símbolo poético orgánico pero alejada del
racionalismo y de las formulaciones del estilo internacional.  Manipula y exagera su
imagen expresiva con los volúmenes y planos volados de tal forma que al final más que
diluirse en la naturaleza parece someter la arquitectura a esta.

El Mito de la “Obra de Arquitectura” por excelencia se crea al estudiarla o simplemente


verla con falta de espíritu crítico.

CONCLUSIÓN

Como críticos debemos de exigir calidad, que un proyecto sea poético, que sea la suma
de verdad, razón y belleza. Wright fue un gran arquitecto que en algunos de sus edificios
intentó alcanzar la razón constructiva, funcional y geométrica y para aprovechar al máximo
su excelencia hay que desenmascarar, es nuestra obligación, el mito en su gran obra de
arte residencial, diferenciando entre lo accesorio y lo esencial.

1. Mito del genio tanto de creación intuitiva como de alarde ingenieril cuando los voladizos
después se han combado de forma peligrosa necesitando refuerzos para no derrumbarse.

2. Mito de la sinceridad. Presentaba la arquitectura y belleza como verdades absolutas; la


casa surgía del emplazamiento, de las necesidades de un cliente y de la esencia de
materiales y estructura para así garantizar un proyecto de calidad y sin embargo esto se
manipula para sustentar un voladizo asombroso, retoca proyectos concebidos años
anteriores o soluciones ideadas para otro emplazamiento que no era el arroyo Bear, falsea
la escala del edificio para lograr mayor efectismo.

3. Mito de la fidelidad a la naturaleza de los materiales, usándolos en ocasiones de


manera inadecuada o presuponiendo cualidades excesivas a soluciones o materiales que
no estaban suficientemente ensayados como le ocurrió en la estructura.

Pero como humildes críticos debemos reconocer que en todos estos mitos que crean
el Gran Mito de La Casa de la Cascada hay parte de verdad.

Es cierto que Wright tuvo la audacia y la voluntad de romper fronteras estructurales,


artísticas o sociales sin que esto le llevara siempre después a ejecutar los proyectos con
poética. Sin embargo, consiguió ser un gran proyectista que moldeó su entorno de trabajo
de manera que le permitiera trabajar como el deseaba, haciendo obras de una cierta
calidad y otras, como nuestro objeto de estudio, de una gran belleza.
Su “flexibilidad creativa” tanto respecto a las condiciones del proyecto de La Casa como
consigo mismo frente a la teoría de organización abstracta de espacios y estructura dada
por una construcción, y una necesidad de programa para alterarla según las necesidades
del proyecto o las suyas propias, lo alejan de la transformación de la realidad pura, del
buen proyecto, del proyecto auto lógico.

La mayor falsedad está en su gusto por presentar su obra como el resultado inevitable de
principios fundamentales, por querer hacer predominar sobre sus elementos iniciales el
efectismo del objeto artístico creando eso si una obra de arte de gran belleza dentro de la
historia popular de la arquitectura de masas.

Anotaciones:

1. Honorato de Balzac, La Obra Maestra Desconocida.


2. Franklin Toker, profesor de la historia del arte en la universidad de Pittsburgh, por
tanto, opinión que no nos resulta valida si fuera arquitectura, sobre arquitectura no
opinamos tenemos criterio certero pero esto es arte.
3. Villa Mairea, Aalvar Alto, Finlandia, 1937, obra contemporánea a la Casa de la
Cascada y también posible objeto de un interesante análisis de crítica de
arquitectura.
4. Obras previas del arquitecto determinantes en su línea de actuación posterior. En
Taliesin construyo varios refugios y su escuela está allí localizada basada en las
relaciones maestro discípulo.
5. Prairie-houses, conjunto de viviendas unifamiliares desarrolladas entre 1903 y 1910.
6. Jacobus Johannes Pieter Oudon, arquitecto holandes de principios del s XX,
defensor del neoplasticismo en la arquitectura y principal representante del
movimiento moderno.

Frank Lloyd Wright Frank Lloyd Wright (1867-1959) está reconocido a nivel mundial como
uno de los máximos exponentes de la arquitectura del siglo XX. Su obra, en la que utilizó
innovaciones de diseño e ingeniería que fueron posibles gracias al desarrollo de nuevas
tecnologías y materiales, sirvió como anuncio de un nuevo concepto de arquitectura.
Ningún otro arquitecto americano ha conseguido que su obra haya perdurado o mantenido
su atractivo tanto como la de Frank Lloyd Wright. Su exclusivo estilo, al que denominó
“arquitectura orgánica”, encuentra sus raíces en la naturaleza y destaca la relación
armoniosa entre los edificios y su entorno. Con todo, cambió nuestra visión de los
edificios, las ciudades y la tierra que nos rodea.

“Las rocas de las canteras tienen su propia historia y me provocan un sentimiento de


anhelo. Los estratos poseen poder de sugestión y las formaciones un carácter propio. Me
gusta sentarme en ellos y percibirlos tal como son. A menudo pienso que si me
encargasen construir grandes edificios monumentales viajaría hasta el Gran Cañón del
Colorado para concebirlos... en ese esqueleto rocoso de la Tierra se manifiestan los
principios que esculpieron las rocas tal como yacen y se elevan y como serán esculpidas
por los vientos y las mareas en el futuro, y en él existen aletargados formas y estilos
suficientes para todas las edades de la humanidad.”[5] “La visita a la cascada entre los
bosques ha arraigado en mí y en mi cabeza se está formando vagamente un hogar en
sintonía con la melodía de la corriente de agua. Tan pronto como esas formas se definan
podrá contemplarlas. Mientras tanto, le transmito todo mi afecto.”[6] “Esta estructura
podría servir para indicar que la sensación de refugio... no presenta limitaciones respecto
a la forma, salvo en lo que se refiere a los materiales utilizados y los métodos aplicados
para emplearlos con un determinado fin.”[7] “Años después, mirando lo que había creado
en este lugar, en este paraje encantado, Wright afirmó: ‘Fallingwater® es una gran
bendición, una de esas grandes bendiciones que podemos experimentar terrenalmente.
Creo que nada ha conseguido igualar aún la coordinación, expresión sensible del principio
fundamental de reposo, del bosque, el agua en movimiento, la roca y todos los elementos
de la estructura, que se combinan de forma tan armoniosa que en verdad no resulta
posible escuchar ruido de ningún tipo, aunque la música de la corriente de agua esté ahí.
Pero a Fallingwater se la escucha del mismo modo en que se percibe la quietud del
campo’
“Como siempre, el diseño estaba totalmente en su cabeza. Tal como indicaba a sus
aprendices, la arquitectura no era posible si no existía una idea global”. Carta de John
Lautner fechada el 20 de junio de 1974. Lautner trabajó como aprendiz de Wright desde
1933 hasta 1939. “Al Sr. Wright no le afectaba de ningún modo el hecho de que no se
hubiese comenzado a trazar ninguna línea. Como era habitual, me pidió que le llevara el
mapa topográfico de Bear Run a la mesa de diseño de su estudio con un tejado de una
sola vertiente ubicado en Taliesin, un espacio rústico y maravilloso al mismo tiempo.
Permanecí de pie, a su derecha, afilando sus lápices de colores y observando con
auténtica fascinación todas y cada una de las líneas que dibujaba, tanto las verticales
como, sobre todo, las horizontales... En ese momento llegó el Sr. Kaufmann y el Sr. Wright
le saludó de manera enormemente efusiva, tal como solía hacer. En el estudio, el Sr.
Wright explicó los bocetos a su cliente. El Sr. Kaufmann, un caballero muy inteligente,
pero a la vez práctico, simplemente comentó: ‘pensé que ubicaría la casa cerca de la
cascada, no sobre ella’. El Sr. Wright replicó tranquilamente: ‘E.J., quiero que viváis con la
cascada. No sólo que podáis contemplarla, sino que se convierta en parte integral de
vuestras vidas’. Y así lo hizo”.
Carta de Bob Mosher fechada el 20 de enero de 1974. “En 1963 Edgar Kaufmann Jr. donó
su hogar, Fallingwater®, al Organismo de Conservación de Pensilvania Occidental con el
propósito de abrirlo al público para que pudiera visitarse. Su donación constituye uno de
los actos más magnánimos en los anales de la historia de la arquitectura y las bellas artes.
Este edificio único, sin lugar a dudas la residencia privada más famosa que se haya
construido en una sociedad libre y democrática, ha adquirido fama a nivel mundial desde
la finalización de su construcción en 1939 y su influencia perdura hasta la actualidad.”[1]
“La famosa vista de la casa, tomada aguas abajo mirando hacia las cascadas y los
balcones situados por encima de éstas, resalta las formas que se proyectan mediante la
combinación del edificio y el paisaje. En la mayoría de las expresiones arquitectónicas de
todo el mundo, los balcones constituyen pequeños elementos dentro de un conjunto más
grande y estable. En Fallingwater, todo el edificio está formado por dichos elementos, que
se proyectan desde y por encima de las cornisas rocosas. Las propias habitaciones, con
sus terrazas exteriores adyacentes, forman parte intrínseca de enormes balcones que
alcanzan las ramas de los árboles que rodean al edificio y se asoman por encima de la
corriente y las cascadas situadas bajo ellos
“Fallingwater es una casa de campo, y en la historia de este tipo de construcciones se
diferencia de cualquier otra casa de campo construida hasta esa época. Fallingwater
consigue algo que ninguna otra casa de campo había logrado con anterioridad: realza, en
todos y cada uno de sus lugares y recovecos, la espectacularidad y belleza de la
naturaleza en el entorno boscoso que la rodea.”[3] “Fallingwater es una obra de arte única
compuesta por un sutil equilibrio de fuerzas de acción y reacción, transformadas en
espacios que se extienden horizontal, vertical y diagonalmente, de forma que el conjunto
transmite esa serenidad que constituye el sello distintivo de todas las grandes obras de
arte.”

Arquitecto: ................................... Frank Lloyd Wright


Categoría: .................................... Casa de vacaciones
Año: ................................................. 1935
Tipo de construcción: ............ Concreto armado (encofrado) con un revestimiento de
piedra caliza
Metros cuadrados: ................... 268 m2 (interior)
Coste original: ............................ 155.000 dólares
PLANTA BAJA
PRIMERA PLANTA
SEGUNDA PLANTA
SITUACIÓN

CORTE
ELEVACIÓN

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