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¿QUE ES ALFIN

EN LA BIBLIOTECA ESCOLAR?
Los libros más acá del estante

Cuadernillo 1: Introducción
¿Qué es ALFIN en la biblioteca escolar? Los libros más acá del estante
Un acercamiento conceptual a la Alfabetización Informacional desde y para las bibliotecas
escolares

Blas en su vertiginoso siglo XXII, tiene a su alcance miles de entretenimientos. Su vida no transcurre en una ciudad
sino en el centro del universo. La cassette admite los más remotos sonidos e imágenes; transmite noticias desde
satélites que viajan por el sistema solar; emite cuerpos en relieve; permite que él converse, viéndose las caras,
con un colono de Marte; remite sus preguntas a una máquina computadora cuya memoria almacena datos
fonéticamente articulados y él oye las respuestas.

(Cassette – Enrique Anderson Imbert)

Las bibliotecas escolares y, esencialmente, los materiales que la componen son fuente y usina de
información y recursos. Pero el hecho de que estén ahí, disponibles en la institución educativa, no
garantiza que las y los estudiantes sepan cómo acceder a ellos. Incluso, ni siquiera que tengan el hábito
o la iniciativa de hacerlo. Es en ese sentido que tenemos una responsabilidad en nuestro carácter de
bibliotecaria/os; responsabilidad que podemos pensar también como una oportunidad: la de formar
usuaria/os autónoma/os, crítica/os comprometida/os con la construcción de conocimiento individual
y social; es decir, usuaria/os capaces de desplegar todas las competencias propias de la Alfabetización
Informacional (ALFIN).

Introducción
Este material es el primero de la serie ¿Qué es ALFIN en la biblioteca escolar? Los libros más acá del
estante. Está pensado con la finalidad de recuperar y fortalecer las capacitaciones en la temática que
lleva adelante la Biblioteca Nacional de Maestras y Maestros (BNM) a fin de constituirse en un recurso
didáctico que permita replicar, extender y concretar en el universo de las bibliotecas escolares, en
particular, y en las instituciones educativas en general, el desarrollo de las competencias de
Alfabetización Informacional en tanto saber básico y fundamental para la formación de las y los
ciudadana/os de hoy y mañana.

Con ese objetivo, este primer cuadernillo presenta y desarrolla los conceptos centrales de ALFIN y
detalla los cuatro pasos que lo integran y se pueden sintetizar bajo cuatro grandes preguntas: ¿Qué
quiero saber?; ¿Dónde encuentro la información/respuesta?; ¿Cómo la analizo y la recupero?; y
¿Cómo la comparto?

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Presentación y fundamentación
La Alfabetización Informacional (ALFIN) refiere a la adquisición de habilidades integradas que abarcan
el descubrimiento reflexivo de información, la comprensión de cómo se produce y valora la
información y el uso de la información para crear nuevos conocimientos y participar éticamente en
comunidades de aprendizaje. Desde el libro en papel, a los recursos digitales, la necesidad del
conocimiento íntegro de la tecnología (libro-internet) hasta sus modos de acceso y evaluación de los
mismos, requieren de prácticas reflexivas que deben acompañar todos los niveles educativos (desde
Inicial a Superior).

Con ALFIN formamos individuos capaces de reconocer su necesidad de información, buscar


información pertinente, analizar y evaluar lo encontrado, reelaborar nueva información y comunicarla
en forma adecuada y de manera ética.

La biblioteca escolar es un espacio inigualable y las bibliotecarias y bibliotecarios tienen un papel


crucial en la promoción, el apoyo y la habilitación de la Alfabetización Informacional. Esto puede ser
más evidente en contextos educativos donde la biblioteca escolar apoya el aprendizaje basado en la
investigación o las metodologías de proyectos de investigación.

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¿De qué hablamos cuando hablamos de ALFIN?
A la hora de precisar el concepto de ALFIN existen diversas definiciones, pero la mayoría se sustentan
en la misma idea. Vamos a recuperar aquí algunas de ellas para quedarnos con la que más se acerque
a lo que sucede y a lo que queremos que suceda en las bibliotecas escolares.

Una de las primeras y más extendidas definiciones es la de la Asociación de Bibliotecas de Estados


Unidos (ALA, por su sigla en inglés) según la cual la Alfabetización Informacional es la que permite a
una persona “reconocer cuándo (la información) es necesaria, tener la capacidad de localizar, evaluar
y usar de forma efectiva la información que se requiere […] La gente preparada en ese aspecto es,
finalmente, la que ha aprendido a aprender. Saben cómo aprender porque saben cómo se organiza la
información, cómo encontrarla, y cómo usarla de forma que otros puedan aprender de ellos”. (ALA,
1989: 14) 1

En la misma línea, pero con un poco más de complejidad la profesora y bibliotecaria de la Facultad de
Documentación de la Universidad de Salamanca, María Felicidad Campal García, sostiene que “cuando
hablamos de Alfabetización Informacional en la bibliotecología internacional nos referimos a una
capacidad compleja, importante para todas las personas: la capacidad de acceder, comprender,
evaluar, usar y comunicar la información de modo reflexivo y adecuado al fin. Se considera que esta
capacidad es importante para el aprendizaje permanente y para participar activa y conscientemente
en nuestra sociedad. Y se entiende que puede incluir desde la alfabetización básica a la digital, como
un concepto amplio, inclusivo, que amplía e incluye muchos de los contenidos de la formación de
usuarios.” 2

Por su parte, la Asociación de Bibliotecas del Reino Unido (CILIP) aporta una de las definiciones más
recientes, en la que plantea que “la Alfabetización Informacional es la capacidad de pensar de forma
crítica y emitir opiniones razonadas sobre cualquier información que encontremos y utilicemos. Nos
empodera, como ciudadanos y ciudadanas, para alcanzar y expresar puntos de vista informados y
comprometernos plenamente con la sociedad”. (CILIP, 2018)

Agrega además que “la Alfabetización Informacional incluye un conjunto de habilidades y capacidades
que todas las personas necesitamos para realizar tareas relacionadas con la información: por ejemplo,
cómo descubrirla, acceder a ella, interpretarla, analizarla, gestionarla, crearla, comunicarla,
almacenarla y compartirla. Pero es mucho más que eso: se refiere a la aplicación de las competencias,
las cualidades y la confianza necesarias para utilizar la información de la mejor manera posible e
interpretarla de forma juiciosa. Incluye el pensamiento crítico y la conciencia crítica, así como la
comprensión de los aspectos tanto éticos como políticos relacionados con el uso de la información” 3.

1
Perrone, G. [et al.] (2012) El bibliotecario escolar en el modelo 1 a 1. Educ.ar SE.
2
Campal García, M (2006) Practicando ALFIN. Educación y biblioteca, 156, dossier
3
Information Literacy Group (ILG), CILIP (The library and information association), Reino Unido (2018).
Definición de la Alfabetización Informacional de CILIP (Trad. D. Sales Salvador) Anales de Documentación, 2020,
vol.23, N°1. Disponible en: http://dx.doi.org/10.6018/analesdoc.373811.

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Cabe señalar que una de las características por las que se destaca esta actual definición es la de otorgar
a ALFIN una relevancia de alcance amplio y general como parte del desarrollo de las personas a lo
largo de su vida. Precisamente, compartiendo ese ese énfasis relaboramos en este material una
definición específica para el sistema educativo y las bibliotecas escolares, en tanto se trata del punto
de partida para la formación en competencias ALFIN.

De esta manera, pensamos a la construcción de competencias ALFIN en tanto:

Posibilitar en las y los estudiantes la adquisición de habilidades y destrezas en la búsqueda


y recuperación de la información que necesitan, para una utilización rápida y eficaz y para
su desenvolvimiento permanente, en forma autónoma y con actitud crítica. Qué sepan
cuándo y por qué necesitan información, dónde encontrarla y cómo evaluarla, utilizarla y
comunicarla de manera ética, que... “aprendan a cómo aprender”.

El paso a paso hacia y con la información


Desde la pregunta madre que da sentido a la Alfabetización Informacional - ¿cómo buscar
información? - se pueden organizar las competencias que esta requiere en cuatro grandes pasos, cada
uno de los cuales se identifica, a su vez, con un interrogante que guía las habilidades y desempeños.

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El afiche (presentado arriba) grafica y distingue con claridad cuáles son los cuatro pasos ALFIN, nos
detendremos ahora en lo que consiste e implica cada uno de ellos.

1- ¿Qué quiero saber?


Tal vez sea la parte más subjetiva del proceso de búsqueda de recursos. Para la estrategia
bibliotecarios y bibliotecarias debemos hacer uso de las habilidades a fin de dar respuesta a las

4Poster ALFIN BNM disponible en https://tinchoramosoutlookcom-


my.sharepoint.com/:i:/g/personal/bnmredes_educacion_gob_ar/EReWLQOQuLVBjI30dgTUQx0BbvAkGe-
1PmhOcS6Z4QjxkA?e=CduXuj

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consultas de referencia de acuerdo con la clasificación de consultas/preguntas Katz (2002) o Warner
(2001) 5

La clasificación propuesta por Katz (2002) se divide en cuatro grupos:

 Direccionales: búsqueda y localización de servicios y recursos de información. ¿Dónde está la


colección de obras de referencia?
 Preguntas concretas: Preguntas específicas en las que, por lo general, se consultan obras de
referencia para dar respuesta. ¿En qué fecha se produjo la Batalla de San Lorenzo?
 Búsquedas específicas: Se requieren consultar diferentes recursos de información. ¿Dónde
puedo encontrar información sobre la mortalidad infantil en el AMBA?
 Preguntas de investigación: Información que requiere un especialista en un área o un
investigador para tomar una decisión o información adicional. ¿Cómo puedo encontrar
información sobre costumbres de la pampa húmeda?

En tanto, la clasificación presentada por Warner (2001) incluye cuatro niveles:

 Preguntas que no requieren de la consulta de recursos de información. ¿Cuál es el horario


de la biblioteca?
 Preguntas que requieren de la instrucción al usuario para utilizar recursos de información.
¿Cómo puedo buscar información sobre literatura infantil en el catálogo?
 Preguntas que requieren de la formulación de una estrategia de búsqueda y la selección de
recursos de información. ¿Cómo puedo localizar información sobre la industria pesquera en
Argentina en los últimos 5 años?
 Preguntas que requieren más tiempo para dar respuesta, por lo general se hacen
recomendaciones de investigación y se preparan informes. ¿Qué criterios se pueden utilizar
para evaluar sitios Web?

A partir de la estrategia de referencia podemos dar inicio al proceso de búsqueda con el primer paso
que es elegir la pregunta correcta.

2- ¿Dónde encuentro la información/respuesta?


En este paso bibliotecarios y bibliotecarias hacemos uso de la formación de usuarios, acompañando
al lector y la lectora en las instrucciones para el uso del catálogo, la ubicación de los recursos dentro
de la biblioteca y la consulta a otras fuentes y catálogos.

Nuestras orientaciones apuntan básicamente a que lectores y lectoras:

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Extraído de Quiroa, L (2019) Las preguntas de referencia en la biblioteca: clasificación y análisis
Amontonamos las palabras, el blog de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas (BDCV) Disponible en:
https://bdcv.hypotheses.org/2906

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1. Conozcan la biblioteca

a. Recorrer las diferentes secciones de esta. Si la biblioteca no posee secciones diferenciadas,


informar cómo está organizada la colección.

b. Diferenciar señales, normas, servicios que presta, clasificaciones, etc.

2. Localicen la información

a. Cómo desarrollar una estrategia de búsqueda.

b. Seleccionar apropiadamente las fuentes de consulta.

c. Conocer los diferentes formatos en que puede estar contenida la información: impreso,
audiovisual, multimedia, digital, gráfica, tridimensional.

Es importante generar el espacio para estas búsquedas, dando al/a la lector/a herramientas que le
permitan la autonomía, pero sin dejar de acompañar el proceso ante cualquier duda o necesidad del
lector o lectora.

Si la biblioteca no posee espacio físico que permita la reunión de equipos se puede hacer uso de otros
espacios: el aula de clases, salón de usos múltiples, el patio mismo si el tiempo lo permite. Recordar:
todo el edificio escolar es espacio para las actividades de la biblioteca.

Fuentes de búsqueda y selección de información


Si bien existen múltiples fuentes de información, y además proliferan constantemente, en términos
de la biblioteca escolar podemos concentrarnos en dos grandes grupos de fuentes informativas:
1-Libros de texto
Recurso didáctico que ofrece a las y los estudiantes la información relevante de un nivel o disciplina
de forma sistematizada y adecuada al currículo en el que se inscribe. Su diseño se ha tornado cada vez
más atractivo e intuitivo, asemejándose al utilizado en la web.
Los libros de texto no traducen las propuestas curriculares oficiales, siempre hay reconstrucciones
desde marcos referenciales particulares: cada libro responde a un proyecto editorial, autoral gráfico
y didáctico y puede integrarse sólo parcialmente a la propuesta política educativa.
2-WEB
Internet nos ofrece millones de páginas web con gran cantidad y variedad de información, gran parte
de esa información es dinámica y cambia permanentemente.

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3- ¿Cómo la analizo y la recupero?
Luego de realizar esa primera selección tenemos que guiar a las y los estudiantes para que puedan
considerar qué de lo encontrado es pertinente, acorde y apropiado a esa búsqueda particular que
están realizando. Eso implica enseñarles los criterios de evaluación de la fuente de información:

- fiabilidad
- validez
- exactitud (precisión)
- autoridad
- actualidad
- punto de vista

Fiabilidad de la fuente: la autoridad y credibilidad de la información se establece por las credenciales


del/de la autor/a y la publicación. La calidad de la información puede variar de acuerdo con la fiabilidad
de la fuente.

Validez de la información contenida: Alude a la capacidad de representar la realidad a la que se


refiere. En general, se la evalúa de acuerdo los contenidos disciplinares a la que refiere.

Exactitud: Revisar la fuente para encontrar errores de sintaxis, ortográficos etc. Asimismo, se
confronta el recurso con alguna fuente confiable (enciclopedia, diccionario) para verificar que los
datos relevantes son correctos.

Autoridad: Algunas fuentes indican quién es el/la autor/a de la información: un/a autor/a personal,
un/a autor/a corporativo/a, una asociación u organización. Sin embargo, otras no lo indican. Conocer
el/la autor/a permite determinar su autoridad en la materia.

Actualidad: En documentos científicos y técnicos es importante la fecha de publicación para saber que
estamos reuniendo información de los últimos descubrimientos y/o adelantes en esa ciencia o técnica.
Lo mismo sucede en escritos geográficos, sociales e históricos para tener la seguridad que los datos
son actuales.

La actualidad de la información es más importante, en general, en disciplinas como ciencia, tecnología


o negocios. En ocasiones también es importante la originalidad del tema o un estudio que realice un
análisis en profundidad.

Punto de vista: Está relacionado con la subjetividad del/ de la autor/a: afinidad política o ideológica.
Para esta evaluación es importante dejar, de momento, cualquier pronunciamiento subjetivo y
centrarse en identificar los diferentes puntos de vista de los/las autore/as frente a un tema. Cuando
se utiliza información de Internet es conveniente tener en cuenta cuál es el origen de la información
y las motivaciones e intereses que pueda tener, principalmente en las páginas web personales.

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Evaluar las fuentes electrónicas: Internet es una fuente inagotable de información en la que podemos
encontrar recursos útiles para realizar los trabajos, pero es necesario aplicar unos criterios de
selección. Cualquiera puede escribir en la red sin necesidad de que le supervisen los contenidos, puede
ser información cierta o falsa, vigente o desfasada. No existe un estándar acordado de criterios de
evaluación de páginas electrónicas que garanticen que la información es de calidad.

4- ¿Cómo la comparto?
La búsqueda de información permite la creación de nueva información. Esta nueva información debe
ser compartida de forma eficaz y ética. En este punto debemos tener presente el tema de los derechos
de autor (Ley 11.723) y las formas de citar las fuentes utilizadas y evitar el plagio.

Según la definición de la Real Academia de la Lengua, plagiar es "copiar en lo sustancial obras ajenas,
dándolas como propias". Podemos incurrir en plagio si:

 Utilizamos frases o expresiones de un autor sin reconocimiento


 Copiamos imágenes, gráficos, diagramas y música
 Copiamos el trabajo realizado por otro estudiante
 No incluir comillas en las frases que utilizamos
 No parafrasear
 No hacer la cita o la referencia apropiadamente

Es decir, cuando se usan las ideas o las palabras de otras personas como si fueran propias y no se
reconoce adecuadamente la fuente de información.

¿Qué no es necesario citar? ¿Qué no es plagio?

 Los hechos o ideas que son considerados de conocimiento común en una determinada
disciplina. Por ejemplo, la teoría de la relatividad de Einstein (E=mc2)
 Los trabajos o ideas propias
 La recopilación de resultados de una investigación original

Citar consiste en hacer referencia a otros trabajos publicados anteriormente y en los que nos hemos
basado para escribir el nuestro. Se usa un sistema que tiene dos partes: la cita y la referencia
bibliográfica.

La cita es la mención o llamada a las ideas o frases ajenas que se incluye en el cuerpo del texto y puede
ser textual o parafraseada. El conjunto de citas remite a los textos y recursos utilizados para realizar
el nuevo documento, trabajo, investigación, etc. y conforman la bibliografía que se lista al final del
escrito.

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A modo de cierre
A lo largo de este material abordamos los conceptos clave que definen a la Alfabetización
Informacional, sus implicancias, alcances y objetivos en términos generales. Una especie de ABC de
ALFIN que podemos sintetizar con el siguiente cuadro:

Bibliotecarias y bibliotecarios ayudan a


Alfabetizarse informacionalmente es saber...
generar estrategias para determinar...

… cuándo y por qué se necesita información … formular una necesidad de información


… dónde encontrar información … buscar información
… cómo evaluar información … evaluar información
… cómo utilizar y comunicar información de … seleccionar, organizar y compartir un
manera ética producto de información

Partimos de ALFIN en un sentido amplio para empezar a pensarlo y aplicarlo en función del hacer de
bibliotecarias y bibliotecarios y de las y los estudiantes. En eso nos enfocamos en los próximos
cuadernillos que completan esta serie con ejemplos concretos para ser recuperados en nuestras
bibliotecas escolares, en sintonía con las y los docentes, directiva/os y demás actores de la comunidad
e institución educativa de las que formamos parte.

Bibliografía
Campal-García, María-Felicidad (2006). Dossier: Practicando ALFIN. Educación y Biblioteca. n. 156, p.
48-141. Disponible en: http://eprints.rclis.org/10109/

Information Literacy Group (ILG), CILIP (The library and information association), Reino Unido (2018).
Definición de la Alfabetización Informacional de CILIP (Trad. D. Sales Salvador) Anales de
Documentación, 2020, vol.23, N°1. Disponible en: http://dx.doi.org/10.6018/analesdoc.373811.

Perrone, G. [et al.] (2012) El bibliotecario escolar en el modelo 1 a 1. Educ.ar SE. Disponible en:
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL006546.pdf

Quiroa, L (2019) Las preguntas de referencia en la biblioteca: clasificación y análisis Amontonamos


las palabras, el blog de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas (BDCV). Disponible en:
https://bdcv.hypotheses.org/2906

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Créditos
Autor/es: Alejandro Micalucci – Paula Morello. Diagramación: Juan Salvador de Tullio

Cómo citar este texto:


Micalucci, A., Morello, P. (2022). ¿QUE ES ALFIN EN LA BIBLIOTECA ESCOLAR? : Los libros más acá del estante.
Cuadernillo 1 : Introducción. Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación.

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