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LA PROSPECTIVA EN IBEROAMÉRICA.
Ponencia presentada en el Encuentro Internacional 2007 de Prospectivistas Iberoamericanos, “Desafíos
futuros de Iberoamérica”, organizado por World Futures Studies Federation, Red E y E (Escenarios y
Estrategia) en América Latina y Universidad Autónoma del Carmen, Ciudad del Carmen, Campeche, México,
5 a 7 de noviembre, 2007.
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Entre las características que distinguen a la especie humana, dos están estrechamente
vinculadas con el manejo del tiempo: la memoria de largo plazo, acrecentada por nuestro
desarrollo del lenguaje escrito, y nuestra capacidad de pensar en el futuro, anticipando
posibles desenlaces de los acontecimientos y desarrollando anticipadamente posibles
respuestas frente a ellos. Podemos distinguir incluso, aunque frecuentemente no sin gran
dificultad, entre los futuros deseables (o indeseables) y los posibles (sean éstos deseados
o indeseados, y más o menos probables). La actividad de imaginar futuros es así
seguramente tan antigua como el hombre mismo, si bien las formas de practicarla y los
propósitos de hacerlo han cambiado radicalmente a lo largo del tiempo.
La historia universal de los Siglos 17 a 19 es rica en obras relativas al futuro, con una gran
variedad de aproximaciones. No pretendo hacer aquí un recuento de ellas; esbozo
apenas de manera apretada una lista de nombres de ilustres que se ocuparon del
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porvenir, sólo por si hiciese falta poner en relieve la alcurnia de los precursores de la
prospectiva. Francis Bacon, Robert Burton, William Lilly, Blas Pascal y hasta Cyrano de
Bergerac, entre otros, se ocuparon del futuro en el Siglo 17. En el Siglo 18 lo hicieron
Wilhelm von Leibnitz, Jacques Bernoulli, Jonathan Swift, Sebastien Mercier, Benjamín
Franklin, Antoine Caritat, alias marqués de Condorcet, y casi al final del Siglo Thomas
Malthus. A lo largo del Siglo 19 se establecerían tres nuevos modos de estudiar el futuro.
Primero, es durante este siglo cuando hacen su aparición las ciencias sociales como
campos rigurosos de estudio e investigación sobre la dinámica de interacción humana
modelada sobre las ciencias naturales; entre ellas, la economía y la sociología, ambas
reclamando tener poder predictivo, desde los osados pronósticos de Thomas Malthus
hasta las más elaboradas tesis de Auguste Comte, Claude Henry Saint-Simon, Herbert
Spencer y Karl Marx. Segundo, la tradición utopista modificada y convertida en una guía
para alcanzar la sociedad ideal del futuro, con exponentes como Charles Fourier, Robert
Owen, William Morris, Edward Bellamy y Marcelin Berthelot. Tercero, el surgimiento del
género literario de la ciencia ficción, dedicado a explorar las posibilidades futuras de la
ciencia y la tecnología y los mundos a los que su progreso podría conducir, donde
destacan Mary Shelley, Julio Verne y George Griffith. Junto con todos ellos, por el lado
científico, explorando el pasado lejano, autores como Charles Robert Darwin y Jean
Baptiste Lamarck desarrollan teorías sobre la futura evolución cósmica, geológica y
biológica; otros, como Alexis de Tocqueville, se acercan al futuro por el lado de la
metafísica y la religión, y otros más, como Lewis Carrol y Gustave Flaubert, por el de la
literatura. A fines del Siglo 19 Herbert George Wells hace sus primeras incursiones en la
exploración del futuro.
Lo ocurrido en el campo en el Siglo 20 es sin duda más difícil de sintetizar y sólo haré un
repaso a salto de mata. Justo al nacimiento del Siglo, en 1902, Herbert George Wells
sugiere ante la Royal Institution la necesidad de crear una ciencia del futuro. Hay quienes,
por esta conferencia, prolífica en ideas y contenido, lo tienen como el ”padre de los
estudios sobre los futuros”. Más allá de los argumentos de Wells, una muestra de que tal
“ciencia” tendría utilidad es la formación en 1900 por parte del gobierno británico de una
Comisión Real del Carbón, uno de los primeros foros de conjetura sobre el futuro, sino el
primero, para revisar el posible agotamiento de sus reservas de carbón. Poco después de
la Primera Guerra Mundial, entre 1917 y 1922, el alemán Oswald Spencer publica su
enorme obra de filosofía de la historia La declinación de Occidente, donde argumenta que
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los historiadores no sólo pueden reconstruir la historia, sino también anticipar ”las formas
espirituales, duración, ritmo, significado y producto de las etapas todavía no logradas de
nuestra historia occidental". Al mismo tiempo se dan esfuerzos como el del
estadounidense Henry Adams, quien intenta aplicar la segunda ley de la termodinámica
para analizar la evolución de las sociedades. Es apenas en esta época donde encuentro
la primera reflexión formal sobre el futuro de un iberoamericano, el portugués Raúl
Proenca, quien en 1921 publicó Al futuro (Ao futuro). Poco más tarde (1924-1925),
mentes como John Haldane y Bertrand Rusell reflexionan sobre los futuros de la ciencia.
Hacia fines de la década de los 1920 Herbert Hoover, presidente de Estados Unidos,
establece un ”Comité Presidencial de Investigación sobre Tendencias Sociales". El
Comité publicaría en 1932, bajo la dirección de William Fielding Ogburn una obra
monumental titulada Tendencias Sociales Recientes (Recent Social Trends), que se
describe a sí misma como ”el primer intento importante para mostrar las clases de
inventos nuevos que podrían afectar la vida y las condiciones laborales de Estados
Unidos durante los próximos diez a veinticinco años". A principios de los 1930 Nathan
Israeli publica una serie de artículos que intentan medir experimentalmente las formas de
percepción del tiempo y el futuro y las actitudes frente a ellos, y en paralelo, en 1932,
Aldous Huxley publica su paradigmática novela Valiente nuevo mundo, una de las
distopias más conocidas e influyentes. Muy poco después Arnold J Toynbee publica el
primero de los doce tomos de su obra Un estudio de la historia, postulando una filosofía
de la historia basada en el análisis del desarrollo y declinación cíclicos de las
civilizaciones, que provocaría fuertes discusiones (unos años antes, en 1924, Nicolás
Kondratiev había postulado la existencia de los ciclos económicos largos en Acerca de la
noción de estática, dinámica y fluctuaciones económicas). Es durante los 1930 cuando
empiezan a florecer otras figuras de importancia para la prospectiva, como Oliver R
Reiser, Pierre Teilhard de Chardin, Hans Reichenbach y Jan Timbergen.
La Segunda Guerra Mundial aceleró el paso del interés en el futuro. En plena guerra,
Ossip K Flechtheim, politólogo, empezó a abogar por el estudio serio del futuro. A
mediados de los 1940 el poeta Paul Valery argumentaba que ”el proceso mental de la
previsión es una de las bases esenciales de la civilización”. En 1946 se estableció en
Estados Unidos el Proyecto Rand, que dos años más tarde se convertiría en la
Corporación Rand, toda una innovación social, constituyéndose como la primera ”fábrica
(más tarde tanque) de pensamiento". Es ahí donde se desarrollarían las técnicas de
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En 1960 Bertrand de Jouvenel creó el grupo Futuribles, Daniel Bell publicó El fin de la
ideología, y Herman Kahn publicó un primer libro con escenarios sobre posibles
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desenlaces de una guerra nuclear (Sobre la guerra termonuclear). Al año siguiente Jay W
Forrester empezó a desarrollar las técnicas de modelado o simulación de sistemas
dinámicos, John McHale publicó su importante libro El futuro del futuro, y Max Singer,
Oscar Ruebhousen y Herman Kahn fundaron el Instituto Hudson (Hudson Institute). El
interés en el futuro empezó a volverse explosivo. Las aportaciones importantes al campo
empezaron a sucederse unas a otras y el estudio de los futuros empezó a
institucionalizarse. En 1964 Robert Jungk estableció la Fundación Humanidad 2000, se
creó el Centro Teilhard para el Futuro del Hombre, y Bertrand de Jouvenel publicó el
maravilloso clásico El arte de la conjetura. A mediados de la década empezaron a surgir
las primeras publicaciones periódicas especializadas en el campo de los futuros. En 1965
Daniel Bell creó, dentro de la Academia de las Artes y las Ciencias de Estados Unidos,
una ”Comisión sobre el año 2000”, Robert Jungk fundó el Instituto para el Futuro, y un
grupo encabezado por Olaf Helmer propuso la creación del Instituto para el Futuro, que
abriría sus puertas tres años más tarde. En la segunda mitad de la década empezaron a
celebrarse los primeros congresos y seminarios sobre prospectiva y estudios de los
futuros. En 1966 se creó en Estados Unidos la Sociedad Mundial del Futuro; un año más
tarde, en Francia, la Asociación Internacional Futuribles y la Federación Mundial de
Estudios de los Futuros (aunque ésta se fundará formalmente hasta 1973); y todavía un
año más tarde, el Club de Roma, promovido por el industrial italiano Aurelio Peccei. Este
último resulta de particular interés para el desarrollo de la prospectiva en Iberoamérica,
porque entre sus fundadores aparecen ya algunos intelectuales de la región, como Víctor
Urquidi de México y Emilio Fontella de España. En 1967 Erich Jantsch (Austria) publicó su
seminal obra Pronósticos tecnológicos en perspectiva, un informe sobre las actividades y
avances de los pronósticos tecnológicos después de la Segunda Guerra Mundial, con una
extensa bibliografía, y en 1968 la empresa petrolera Royal Shell se convirtió en la primera
multinacional en emplear la construcción de escenarios en sus procesos de planeación.
Hacia finales de la década de los 1960 la investigación sobre los futuros empieza a ser
ella misma objeto de investigación.
Estos desarrollos tempranos apuntan ya las dos grandes tendencias extremas que
marcan a los estudios sobre los futuros y la prospectiva hasta nuestros días: Una
corriente fundamentalmente cuantitativa, más inclinada hacia la capacidad de pronosticar
de manera más o menos científica (futuro en singular), más preocupada por lo
instrumental y lo tecnológico que por lo filosófico y social, centrada en Estados Unidos; y
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otra con mayor peso de lo cualitativo, más filosófica, que pone en el centro a lo social y lo
orgánico, al hombre más que a las leyes, centrada en Europa y en particular en Francia.
Mientras en la primera es frecuente el término ”pronóstico” (forecast), uno de los libros
seminales de la segunda emplea las palabras ”arte” y ”conjetura” (futuros en plural).
normativo que exploratorio. Ya para terminar los 1970 Joseph Hodara publicó en México
su libro Los futuros de México, y su ensayo América Latina: Cinco escenarios.
En la década de los 1980 América Latina experimentó una grave crisis financiera y
económica. La llamada por ello “década perdida”, cuyos retrocesos son atribuidos sobre
todo a fallas de política gubernamental, en un entorno mundial que menosprecia toda
forma de intervención estatal, terminaron por desprestigiar la planificación del sector
público. Los problemas inmediatos, prácticamente de supervivencia, tomaron prioridad,
desplazando a la construcción de futuros de largo plazo; lo urgente terminó por ocupar el
espacio de lo importante. Con todo, si bien las actividades de prospectiva registradas en
la región comparadas con las habidas a nivel internacional fueron a todas luces débiles,
incluso a pesar de que éstas últimas disminuyeron debido al ascenso del neo-liberalismo
que desdeña la planificación y toda intervención estatal en la economía (recuérdese que
Margaret Thatcher es primera ministro de Gran Bretaña entre 1979 y 1990, y que Ronald
Reagan ocupó la presidencia de estados unidos entre 1980 y 1988), América Latina
reflexionó en sus futuros durante los 1980 más que nunca antes. Por su parte, España
vivió en los 1980 la primera década de vida bajo una nueva Constitución (aprobada en
1978), luego de haber vivido 42 años bajo un régimen dictatorial poco propicio para la
libre expresión de futuros alternativos de largo plazo, mientras que Portugal, en una
situación parecida, había vivido su Revolución de los claveles apenas poco antes, en
1974, tirando a la dictadura salazarista que dominaba al país desde 1926. Ello y la
incorporación de ambos países a la Unión Europea en 1986 como parte de su reinserción
en la economía europea, estimularon en ellos la reflexión sobre su posible devenir.
En 1980, cuando Alvin Toffler publicó su conocido libro La tercera ola, y Gerald O Barney
su Global 2000. Informe al Presidente de los Estados Unidos. Entrando al Siglo 21, la
Fundación Javier Barros Sierra de México publicó uno de los primeros libros de América
Latina sobre el propio quehacer de los estudios sobre los futuros, titulado Diseño de un
futuro para el futuro, escrito por Wladimir M Sachs, en el que éste propone como enfoque
para estudiar y construir el futuro a la ”planeación prospectiva". Ese mismo año Miguel S
Wionczek inició en El Colegio de México una serie de cuadernillos titulada “Cuadernos
sobre Prospectiva Energética”, y el Banco Nacional de México realizó una edición
restringida de una obra en una decena de volúmenes titulada México en la década de los
ochenta, editada por José Luis Silva. También en 1980 Alberto Mendoza Morales publicó
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su libro La Colombia posible, uno más de los esfuerzos de los países latinoamericanos
para la definición de proyectos nacionales con visión de largo plazo. En 1982 se
realizaron en Portugal tres estudios prospectivos de importancia para dicho país, y
Eleonora Barbieri Masini coordinó en la Universidad del Tercer Mundo, en México, un
seminario cuyos trabajos publicaría un año más tarde con el nombre de Visiones de
sociedades deseables. Entre 1982 y 1983 el Programa Universitario de Alimentos de la
Universidad Autónoma de México realizó un proyecto denominado ”La alimentación del
Futuro"; como resultado del mismo JM Vergara, Raúl Carvajal y colaboradores publicarían
un informe en dos volúmenes titulado México: Alimentos año 2000. En 1984 Francisco
Sagasti puso en marcha, en el Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade) de Perú, un
programa de investigación y estudios sobre los futuros de largo plazo de Perú,
formalmente titulado ”Opciones y estrategias de desarrollo de largo plazo de Perú”. Este
programa produciría, entre 1984 y 1987, una rica colección de monografías y artículos y
promovería una amplia participación de la sociedad peruana en la definición de los futuros
normativos (deseables) de largo plazo de dicho país. En ese 1984, la Fundación Javier
Barros Sierra de México publicó una nueva obra sobre el quehacer de la prospectiva, un
libro breve de Joseph Hodara titulado Los estudios del futuro: Problemas y métodos, la
Federación Mundial de Estudios de los Futuros (WFSF) celebró su Séptima Asamblea
General en San José, Costa Rica, y la Fundación Calouste Gulbenkian de Portugal lanzó
el proyecto ”Portugal 2000”, para ”crear un marco conceptual de largo plazo para la
sociedad portuguesa, que permite una consideración apropiada de los asuntos de corto y
mediano plazos”, cuyo informes irían publicándose en una serie de la Fundación titulada
Portugal: Los próximos 20 años (Portugal: Os próximos 20 anos). En 1985 la Fundación
Javier Barros Sierra AC lanzó el proyecto ”Foro México 2010” y, como parte de las
actividades del mismo, celebró en la ciudad de México un taller de trabajo denominado
”México 2010: Visiones desde el exterior", en el que un grupo de especialistas presentó
diferentes experiencias de proyectos de prospectiva de carácter nacional, mismas que
Gerald O Barney y Antonio Alonso editarían en 1988 en el libro Estudios del Siglo 21.
También en 1985, el Instituto Damia de Gois de Portugal publicó su informe colectivo
Portugal en la encrucijada de fin de siglo, analizando los retos que dicho país podría
enfrentar durante los siguientes diez a quince años. En 1986, entre los esfuerzos
latinoamericanos de interés en el campo de los estudios sobre los futuros, están la
publicación del libro América Latina hacia el año 2000, editado por Gonzalo Martner,
Argentina: Siglo 21, de Rodolfo Terragno, y El futuro de la paz: Perspectivas culturales,
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Ello nos lleva a la década de los 1990. España vivió durante ella un proceso modernizador
y una expansión económica muy importantes. Los países de América Latina empezaron a
afianzar su estabilidad económica, a abrir sus economías al exterior y dejarse influir por
los procesos de la llamada “globalización”, y a vivir una vida democrática más regular (al
menos en términos electorales), y con ello empezaron a preocuparse más allá del corto
plazo. Adicionalmente, segmentos importantes de sus sociedades empezaron a mostrarse
insatisfechas con los procesos de polarización económica y social resultantes (y en
mucho con la hiriente y creciente desigual distribución de la riqueza que enfrentaron y
siguen enfrentando), por lo que los países de la región empezaron a prestar atención
nuevamente y de manera más intensa que en el pasado a los estudios de prospectiva.
Finalmente, la cercanía de un nuevo siglo contribuyó también a estimular nuevas
reflexiones sobre los futuros de la región. Así, sin entrar en detalles, conforme avanzó la
década, se fueron creando nuevas instituciones y asociaciones dedicadas a la
prospectiva, tanto académicas como con fines de lucro, diversas organizaciones
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En todo caso, Iberoamérica recibió así al nuevo Siglo 21 con una comunidad de
prospectiva pujante, en expansión y viviendo un incipiente proceso de consolidación (el
Anexo 2 contiene una cronología, seguramente también incompleta, de actividades en
prospectiva en Iberoamérica). Salvo por la ocurrencia de escenarios catastróficos o de
rompimiento del orden social y político (no necesariamente poco probables), me parece
que en los próximos tres lustros la comunidad de prospectiva iberoamericana podría
echar raíces firmes que luego serán difíciles de desterrar.
Con todo, y a pesar del margen para el optimismo que significa el párrafo anterior, cabe
reflexionar sobre las características que hasta ahora ha tenido y tiene la prospectiva en la
región. Para ello me permito recurrir, adaptándola, a una descripción que Ruy Pérez
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Un juicio tal podría parecer a muchos innecesario y excesivamente duro, pero a mi juicio
no lo es tal. Y creo que reconocer que no lo es sería el primer paso para poder diseñar
estrategias que nos permitiesen superar los rasgos indeseados. Cabe entonces la
pregunta, ¿por qué?
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Quizá sean éstas características las que han llevado a la región a privilegiar la prospectiva
sobre los estudios de los futuros. Llama la atención que, a pesar de la fuerte influencia
sajona, en particular de Estados Unidos, de manera prácticamente unánime y a todo lo
largo del desarrollo de nuestro campo en Iberoamérica, quienes nos ocupamos
profesionalmente del futuro hemos abrazado a la escuela francesa de prospectiva como
guía y doctrina. Probablemente el haber sido hasta ahora más objetos que sujetos del
cambio tecnológico y nuestras condiciones de subdesarrollo económico, político y social
han hecho que el acento tecnológico de los estudios de los futuros nos parezca menos
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Las grandes incertidumbres nacionales son cosa cotidiana en nuestra región. La vida
diaria nos sorprende casi con frecuencia horaria. Ello apuntaría a un campo fértil para la
prospectiva. Pero la incertidumbre en que viven nuestras sociedades es sólo la de las
mayorías. Nuestras reglas sistémicas favorecen la certidumbre de unos pocos que, salvo
por los vuelcos de sus errores individuales graves, tienen asegurado su futuro, en tanto
que su presente les permite ser acomodaticios. La prospectiva en nuestra región vive así
una paradoja de carácter ético más aguda que en los países económicamente más
desarrollados: Servir a los más, pagada por los menos. El futuro de la prospectiva en
nuestra Iberoamérica dependerá en mucho de cómo podamos resolverla. Ojalá que, como
Platón, sea al preguntarnos sobre la naturaleza de la justicia y cómo lograrla que
hagamos prosperar a la prospectiva.
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A principos de la década de los setenta, entre 1970 y 1973, Miguel Grinberg (1937-?;
Argentina) editó en Argentina la revista 2001, con orientación de futuro. Se hicieron
además en América Latina algunos esfuerzos para elaborar proyectos nacionales con
visión de largo plazo; entre ellos, Lineamientos para un Nuevo Proyecto Nacional, de un
grupo de la Universidad de Tucumán, Argentina, encabezado por Héctor Ciapuscio, en
1971, y Argentina Proyecto Nacional: Razón y diseño, de Ángel Monti, en 1972. En 1971,
año en que Jay W Forrester publicó su obra Dinámicas mundiales, Óscar Varsavsky
(Argentia), matemático exilado en Venezuela, y colaboradores publicaron América Latina:
Modelos nacionales, para facilitar la exploración cuantitativa de futuros alternativos a nivel
nacional, mostrando algunos ejemplos de aplicación, y dos años más tarde Varsavsky
publicaría Proyectos nacionales. Planteo y estudios de viabilidad. Un año antes, en 1972,
Dennis y Donnella Meadows habían publicado para el Club de Roma el seminal informe
Límites al crecimiento, y autores como Joseph Martino y James R Bright empezaron a
sistematizar en Estados Unidos el campo de los pronósticos tecnológicos. Ese año
también, el cubano-estadounidense Carlos Díaz Alejandro, de la Universidad de Yale,
publicó su breve pero muy difundido ensayo América Latina: Hacia el 2,000 dC, en el que
extrapola las tendencias históricas para explorar la posible evolución de la economía
latinoamericana en el año 2000. En 1973 se fundó en Barcelona, España, el ”Club de
Amigos de la Futurología” (Club d'Amics de la Futurologia), para dar a conocer la
disciplina, mismo que en 1980 se convertiría en el Centro Catalán de Prospectiva (Centre
Catala de Prospectiva), A Beltrán del Río (México) presentó como tesis doctoral en la
Escuela Wharton de Negocios de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, un
trabajo titulado Un modelo de pronóstico macroeconómico para México (A
Macroeconomic Forecasting Model for Mexico) y A Merello (Argentina) publicó su libro
Prospectiva. Teoría y práctica. Entre 1973 y 1977 el Instituto de Estudios Internacionales
de Santiago de Chile realizó un estudio titulado Latinoamérica y el futuro de las relaciones
internacionales, en el que participó, entre otros, Gustavo Lagos.
A pesar de que estos años son a nivel internacional explosivos en cuanto a la producción
literaria y la puesta en marcha de proyectos y cursos y programas de formación en el
campo de la prospectiva, así como en la creación de publicaciones periódicas,
instituciones y sociedades dedicadas al futuro de largo plazo, en Iberoamérica las
actividades en el campo siguen siendo esporádicas y escasas. En 1975 un grupo de
visionarios encabezados por Emilio Rosenblueth y Víctor Urquidi fundó en México la
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Hacia 1980 Miguel S Wionczek (1918-1988; Chile) inició en El Colegio de México una
serie de cuadernillos titulada “Cuadernos sobre Prospectiva Energética”. En 1980 la
Fundación Javier Barros Sierra de México publica uno de los primeros libros de América
Latina sobre el propio quehacer de los estudios sobre los futuros, titulado Diseño de un
futuro para el futuro, escrito por Wladimir M Sachs, en el que éste propone como enfoque
para estudiar y construir el futuro a la ”planeación prospectiva", y el Banco Nacional de
México realizó una edición restringida de una obra titulada México en la década de los
ochenta, editada por José Luis Silva (México). También en 1980 Alberto Mendoza
Morales publica su libro La Colombia posible, uno más de los esfuerzos de los países
latinoamericanos para la definición de proyectos nacionales con visión de largo plazo. En
1982 se realizaron en Portugal tres estudios prospectivos de importancia para dicho país,
y Eleonora Barbieri Masini coordinó, en la Universidad del Tercer Mundo, en México, un
seminario cuyos trabajos publicaría un año más tarde con el nombre de Visiones de
sociedades deseables. Entre 1982 y 1983 el Programa Universitario de Alimentos de la
Universidad Autónoma de México realizó un proyecto denominado ”La alimentación del
Futuro". JM Vergara, Raúl Carvajal y colaboradores publicarían un informe en dos
volúmenes con los resultados del mismo, titulado México: Alimentos año 2000. En 1983 el
Núcleo de Política Científica y Tecnológica en el Instituto de Geociencias de la
Universidad Estadual de Campinas (Campinas, Sao Paulo) lanza el proyecto Prospectiva
Tecnológica en América Latina, cuyo Comité Consultivo está integrado por Amilcar
Herrera (Argentina), quien lo preside, Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Leonel Corona
(México), Celso Furtado (Brasil), Gilberto Carlos Gallopín (Argentina), José Agustín Silva
Michelena y Theotonio dos Santos (Brasil). En 1984 Francisco Sagasti puso en marcha,
en el Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade) de Perú, un programa de investigación
y estudios sobre los futuros de largo plazo de Perú, formalmente titulado ”Opciones y
estrategias de desarrollo de largo plazo de Perú”. Este programa produciría, entre 1984 y
1987, una rica colección de monografías y artículos y promovería una amplia participación
de la sociedad peruana en la definición de los futuros normativos (deseables) de largo
plazo de dicho país. En ese 1984, la Fundación Javier Barros Sierra de México publicó
una nueva obra sobre el quehacer de la prospectiva, un libro breve de Joseph Hodara
titulado Los estudios del futuro: Problemas y métodos. También en 1984 un grupo de
universidades colombianas realizó un “Estudio de Recursos Humanos para el Siglo XXI”,
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En 1985 la Fundación Javier Barros Sierra AC lanzó el proyecto ”Foro México 2010” y,
como parte de las actividades del mismo, celebró en la ciudad de México un taller de
trabajo denominado ”México 2010: Visiones desde el exterior", en el que un grupo de
especialistas presentó diferentes experiencias de proyectos sobre estudios de prospectiva
de carácter nacional, mismas que Gerald O Barney y Antonio Alonso editarían en el libro
Estudios del Siglo 21, que vería la luz en 1988. También en 1985, el Instituto Damia de
Gois de Portugal publicaría su informe colectivo Portugal en la encrucijada de fin de siglo
(Portugal na encruzilhada do fin do século), analizando los retos que dicho país podría
enfrentar durante los siguientes diez a quince años.
organizó en Cuba por primera vez a escala apreciable una aplicación de la técnica delfos
para analizar las perspectivas de desarrollo de la informática en la sociedad cubana. En
1988 se lanzaron el proyecto ”Chile 2000”, coordinado por Sergio Melnik, y el proyecto
”Ecuador 2000”, patrocinado por la Corporación de Estudios de Desarrollo (CORDES), el
primer proyecto en su tipo de dicho país, y la empresa brasileña Eletronorte realizó el
estudio Escenarios energéticos de la Amazonia (Cenários Energéticos da Amazônia),
mientras que Patricia de Arregui y Laura Acosta publicaron el libro Perú 2010: El futuro ya
no es como antes, producto del proyecto de Grade. También en 1988, en Portugal Jose
Medeiros Ferreira edita la obra Posición de Portugal en el mundo (Posicao de Portugal no
Mundo), donde se revisa la posible evolución del sistema internacional y cómo ésta podría
afectar a Portugal, J Manuel Nazareth edita la obra Unidad y diversidad de la demografía
portuguesa al final del Siglo XX, Eurico Figueiredo edita la obra Conflicto de
generaciones: Conflicto de valores, y Roberto Carneiro edita la obra Educación y empleo
en Portugal: Una lectura de modernización. En ese 1988 se publico además el libro Una
Prospectiva del sector Alimentario Mexicano y su Implicación para la Ciencia y la
Tecnología, de Graciela Mejía y Antonio Alonso C, producto de un proyecto realizado por
encargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México. En 1989 el Instituto
Colombiano de Fomento a la Educación Superior (ICFES) inicia un estudio denominado
“Determinación de necesidades de formación de recursos humanos al año 2005”, y la
Confecámaras de Colombia lanzó el proyecto Colombia Siglo XXI. Dolores Ponce y
Antonio Alonso publicaron su obra México hacia el año 2010: Política interna, donde
presentan diferentes escenarios posibles para la evolución del sistema político mexicano y
su entorno, y Federico Kuhlmann, Antonio Alonso y Alfredo Mateos publicaron el libro
Comunicaciones: Pasado y futuros, donde plantean diferentes escenarios para el sector
de telecomunicaciones de México. Leonel Corona (México) editó, en la Universidad
Nacional Autónoma de México, la obra Prospectiva científica y tecnológica en América
Latina, Pablo Gonzalez Casanova (México) coordinó la obra México hacia el 2000, y
Edelberto Torres-Rivas coordinó la publicación de la obra América Central hacia el 2000.
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En 1990 se fundó en Sevilla, España, el Centro Andaluz de Prospectiva. En ese año Adip
Sabag Sabag publicó en México su obra ¿Qué es la prospectiva?, Luis Rubio F publicó su
obra El futuro del sistema político mexicano, la mexicana Estela Gutiérrez Garza editó la
obra La ocupación del futuro: Flexibilización del trabajo y desregulación laboral, el
argentino Alfredo J Welsh-Miguens publicó Los primeros años del Siglo 21: Una discusión
para el estudio de previsión, y la Fundación de Estudios Prospectivos (Funturo) de la
Universidad de Chile publicó la obra Métodos y técnicas de investigación prospectiva para
la toma de decisiones, elaborada por Hernán Acuña e Irene Konow. Ese mismo año de
1990 la empresa brasileña Sudam realizó un estudio titulado Macroescenarios de la
Amazonia (Macrocénarios da Amazônia). En 1991, año en que Michel Godet publicó su
influyente De la anticipación a la acción: Manual de prospectiva y de estrategia y Peter
Schwartz su El arte de la visión de largo plazo: Planificando para el futuro en un mundo
incierto, la Federación Mundial de Estudios de los Futuros (WFSF) celebró su undécima
Asamblea General y duodécima Conferencia Mundial en Barcelona, España. El Instituto
Nacional de Investigaciones Económicas de Cuba empezó a impartir cursos de técnicas
prospectivas y elaboración de escenarios en el Centro de Estudios de Economía y
Planificación del Ministerio de Economía y Planificación, la Fundación Javier Barros Sierra
publicó en México el libro Planeación prospectiva. Una estrategia para el diseño del
futuro, de Tomás Miklos y María Elena Tello, una reflexión sobre la prospectiva y sus
métodos, y Francisco José Mojica Sastoque publicó en Colombia su obra La prospectiva:
Técnicas para visualizar el futuro. Hacia 1992, bajo la inspiración y coordinación de
Ricardo Petrella, entonces director del proyecto FAST de la Unión Europea, se realizó el
Proyecto de Escenarios Regionalizados de América Latina, en el que participaron Mario
Albornoz (Argentina), quien dirige el proyecto, Carlos Mallman (Argentina), Leonardo
Vaccarezza (Argentina), Mario Waisbluth (Chile), Henrique Rattner (Brasil), Hebe Vesuri
(Brasil) e Isabel Licha (Venezuela). En 1992 un grupo de empresarios del estado de
Guanajuato, México, constituyeron la ”Fundación Guanajuato Siglo XXI” y lanzaron el
proyecto ”Guanajuato Siglo XXI”, para explorar los futuros de largo plazo de dicho estado
(entre 1992 y 2020), y Antonio Alonso coordinó un estudio sobre los futuros energéticos
de América Latina (empleando modelos logísticos de crecimiento y competencia para
construir algunos escenarios base y los resultados de un ejercicio delfos aplicados entre
grupos de expertos de la región), cuyos resultados se publicarían con el título de Energía
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para el mundo del mañana. Informe regional de América Latina y el Caribe. En 1993 el
Instituto Nacional de Investigaciones Económicas de Cuba realizó un primer trabajo de
aplicación del enfoque prospectivo, para la construcción de escenarios sobre la posible
evolución del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Ese año la empresa editorial
mexicana Fondo de Cultura Económica inició una “Biblioteca de Prospectiva", publicando
una versión en español del libro La previsión humana y social, de Eleonora Barbieri
Masini, y el portugués Jorge Nascimento Rodríguez y colaboradores editaron el libro
Cuarta ola. En 1994 el Centro de Estudios Prospectivos de la Fundación Javier Barros
Sierra de México realizó el Primer Congreso Mexicano sobre Prospectiva, titulado ”Los
Futuros de México y el Mundo”, coordinado por Antonio Alonso, en el que participaron,
entre otras personalidades de la prospectiva, Mahdi Elmandjra, James Allan Dator,
Richard A Slaughter, Ervin Laszlo y Hazel Henderson. Ese año se fundó también el
capítulo venezolano del Club de Roma, Hugues de Jouvenel y Maria Angeles Roque
publicaron su libro Cataluña al horizonte 2010, una síntesis completa de las tendencias
que dirigen el futuro de Cataluña, y Tomás Miklos y colaboradores publicaron su obra
Diagnóstico y prospectiva de la educación superior. También en 1994, el Grupo de
Desarrollo de la Capital, con el apoyo del Instituto Nacional de Investigaciones
Económicas, realizó un estudio de prospectiva y planeación estratégica de la Ciudad de
La Habana.
En 1995 José Miguel Echarri Porta fundó, en Zaragoza, España, la empresa privada de
consultoría sobre prospectiva llamada Instituto de Prospectiva Estratégica. Además, la
División de las Américas de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional
(ACDI) inició un proceso de elaboración de escenarios para Latinoamérica que sirvieran
de apoyo para el diseño de sus políticas y estrategias en la región. El ejercicio se basó en
una amplia consulta a expertos, apoyado con informes y documentos sobre la situación
de la región. La unidad operativa del proyecto envió a varias docenas de líderes de
opinión de la región un amplio cuestionario sobre los desafíos que enfrentará
Latinoamérica. Las respuestas fueron procesadas y sintetizadas y sirvieron como insumo
para cinco talleres de un día de duración, con 15 participantes cada uno, celebrados en el
Caribe, Centroamérica, Sudamérica, Estados Unidos y Canadá, cuyo propósito fue
recoger puntos de vista e intuiciones informadas sobre asuntos y variables clave para los
futuros de la región. También en 1995, el argentino Gilberto C Gallopín editó, en dos
tomos, la obra El futuro ecológico de un continente: Una visión prospectiva de la América
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En 1996, el año en que Wendell Bell publicó en dos volúmenes su magistral Fundamentos
de los estudios de los futuros y Richard Slaughter publicó en tres volúmenes su excelente
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En 1997 Julio Millán y Antonio Alonso, entre otros, constituyeron en México el Capítulo
Mexicano de la World Future Society. También en México el Colegio de Ingenieros Civiles
AC estableció en su estructura orgánica un grupo formal de análisis continuo sobre los
futuros nacionales, que denominó "Grupo Prospectivo México Visión 2025". Además, se
creó en México el Centro de Estudios Estratégicos Nacionales AC, integrado por diversas
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espacial europeo (Long Term Scenarios for the Portuguese Mainland. An Approach on the
European Spatial Development Perspective).
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Entre 2000 y 2001 Mario Albornoz (Argentina) realizó un ejercicio delfos en el marco del
proyecto de la OEA “Estudio comparado de las políticas públicas de ciencia, tecnología e
innovación en el Mercosur: Identificación de oportunidades y estrategias”.
(véase 2003), presidido por Arnoldo José de Hoyos Guevara. También en 2001 empezó a
impartirse en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México, una
Maestría en Prospectiva Estratégica, encabezada por Juan Lauro Aguirre Villafaña, el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Perú inició (octubre) un programa de
formación de recursos humanos en prospectiva, y se aprobó en la Universidad Externado
de Bogotá, Colombia, un programa de posgrado (especialización) en Prospectiva y
Estrategia. Se celebraron además en Argentina, con el auspicio de la Universidad
Nacional de Córdoba, el “Seminario prospectivo. Argentina 2010”, dirigido por Eduardo
Balbi Correa (1942-?; Mendoza, Argentina), y, como parte de la maestría en Inteligencia
Estratégica de la Escuela Nacional de Inteligencia y la Universidad de La Plata de
Argentina, el seminario “Estudios de los Futuros. Escenarios del MERCOSUR al 2010”.
También en 2001 se celebró (febrero 21) en Perú un Seminario Internacional sobre
Prospectiva, que sirvió de base para la constitución (marzo 6) de una Comisión
Multisectorial de Prospectiva Tecnológica Industrial, presidida por Javier Ramírez-Gastón
Roe (Perú), viceministro de Industria. En febrero se creó además, en el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología de Perú, una Oficina de Innovación y Prospectiva Tecnológica.
Poco más tarde (junio 18 a 22) se organizó en Lima, con el apoyo de la Universidad de
Lima, el Primer Taller Formativo en Prospectiva Tecnológica, bajo la dirección de Jesús
Arapé (Venezuela) y Yuli Villarroel (Venezuela). Se estableció (septiembre) en el
Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil el Centro de Gestión y Estudios Estratégicos,
dedicado al desarrollo científico y tecnológico, con énfasis, entre otros, en la promoción y
ejecución de estudios de prospectiva, con fuerte influencia de las ideas de previsión
(foresight) desarrolladas en Inglaterra y parte de Europa en años recientes. El Programa
de Prospectiva del Ministerio de Economía de Chile realizó su primer estudio, titulado
“Actividades económicas estratégicas para la competitividad internacional de Chile en
2010”, empleando un ejercicio Delfos; este mismo año realizaría también el estudio “El
mercado mundial de las fuentes de energía en 2025 y la participación de Chile”, con la
participación de expertos de 17 países en un Delfos sobre el tema. Por otra parte, se
presentó (febrero) el informe final del proyecto Visión Regional 2025: Matamoros/Valle
Hermoso/Laguna Madre, elaborado por Jorge González, del Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey, el Gobierno del Estado de México, México, estableció
(enero 9) un “Foro Ciudadano Permanente de Gran Visión 2001-2020”, se puso en
marcha en San Pedro Sula, Honduras, el Foro Valle de Sula 2020: Un compromiso
compartido, y se realizó en Uruguay el estudio Prospectiva Tecnológica Uruguay 2015.
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En 2003 se creó la Fundación México 2020, promovida por Carlos Medina Plascencia
(México). Se fundó además, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de México, el Subnodo Futuro México del nodo
Latinoamericano del Proyecto Millenium, promovido y encabezado por Guillermina Baena
Paz (México). En Perú el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Pontificia
Universidad Católica del Perú y la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales
Privadas de dicho país, firmaron (septiembre 11) el convenio Prospecta Perú, para la
organización anual de congresos nacionales de prospectiva, y se inauguró además
(septiembre 15) en Cuzco, Perú, el Observatorio Regional de Prospectiva del Sur Andino.
Se lanzó el Programa Colombiano de Previsión Tecnológica, bajo el patrocinio de la
Oficina Colombiana de Ciencia y Tecnología (Colciencias), y el Consejo Nacional de
Camélidos Sudamericanos de Perú lanzó (julio) el estudio “El futuro de la Alpaca al 2014”.
El Núcleo de Estudios de los Futuros (Nucleo de Estudos do Futuro) de Brasil (véase
2001) obtuvo certificación académica como núcleo de investigación del posgrado en
administración de la Pontificia Universidad Católica de Sao Pulo, Brasil, se constituyó
(octubre) en Ecuador una Red Ecuatoriana de Prospectiva Tecnológica, y se estableció
(septiembre 30) la Red Cubana de Prospectiva, que se instaló formalmente con una
conferencia de Lélio Fellows Filho (Brasil), coordinador de la Red Iberoamericana de
Prospectiva. En ese mismo 2003 el Capítulo Mexicano de la Sociedad Mundial del Futuro
(World Future Society) celebró (noviembre) el Diálogo de Alto Nivel “Los futuros del
mundo, alternativas para México”, entre cuyos participantes estuvieron Wendell Bell,
Clement Bezold , Peter Bishop , Lynn Elen Burton, Joseph F Coates, Hazel Henderson ,
Celine Laisney , Wolfgang Michalski, Mario Molina, Graham Molitor, John L Petersen,
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Wendy Schultz, Enric Bas y Jordi Serra. Se celebró (junio 2 a 7) en Ciudad del Carmen,
México, organizado por la Universidad Autónoma del Carmen, el Seminario Internacional
Prospectiva: Energía, medio ambiente y desarrollo sustentable para el Siglo XXI, se
ofreció (mayo 30-junio 14), en el Instituto Tecnológico de México (ITAM) de la ciudad de
México, un curso titulado “Los Futuros de México y el Mundo”, impartido por Georgina
Sánchez (México), en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad
Nacional Autónoma de México se llevó a cabo el curso-taller “México en el 2025”,
impartido por Raúl Garduño, de la Fundación Javier Barros Sierra, y la Universidad de
San Martín de Porres, Perú, incorporó a la prospectiva en su maestría de ingeniería de
computación y de sistemas mediante un curso de prospectiva tecnológica. Se celebró
además (septiembre 11 y 12) en Lima, Perú, el Primer Congreso Nacional de Prospectiva
Tecnológica, Prospecta Perú 2003, Una visión hacia el futuro, se celebró (abril) en Santa
Cruz de la Sierra, Bolivia, el seminario internacional Primeras Jornadas Iberoamericanas
de Prospectiva y Vigilancia Tecnológica, se llevó a cabo (mayo 14-15) en Bogotá,
Colombia, el seminario "Construcción de un futuro para Colombia desde sus territorios", y
el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas de Cuba inició un estudio para la
construcción de escenarios económicos para dicho país al año 2010. También en el 2003
la Revista de la Universidad de Guadalajara, Jalisco, incluyó en su número de invierno
2002-2003 un Dossier sobre prospectiva, coordinado por Jorge Ramírez (México), y
Mauricio Tiomno Tolmasquim coordinó la edición del libro Fuentes de energía renovables
en Brasil (Fontes Renováveis de Energia no Brasil), con los resultados de un ejercicio de
prospectiva científico-tecnológica en el área de energía, intentando determinar el potencial
de incorporación de fuentes de energía renovables en la matriz energética brasileña hasta
el año 2020.
Entre 2005 y 2006 la Universidad Nacional Autónoma de México ofrece (septiembre 2005-
febrero 2006) un Diplomado de planeación y prospectiva estratégica para la reforma de
las universidades públicas de América Latina y el Caribe.